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EL RETROCESO DE LA DESCENTRALIZACIÓN EN EL GOBIERNO DE ALBERTO

FUJIMORI
Alberto Fujimori destruyó la descentralización formando un Estado hipercentralista
mencionando a 7Manuel Dammert Ego Aguirre. Según este importante sociólogo Peruano, el
Gobierno central de ese entonces anula las 11 regiones creadas en el Gobierno Aprista
reemplazándolas por los Consejos Transitorios de administración Regional (CTAR) asumiendo
las mismas funciones de los Gobiernos eliminados hasta que se elijan a nuevas autoridades.
Con la creación del Ministerio de la Presidencia (MIPRE) en el año 1992, los CTARES toman
más poder debido a que el MIPRE se convierte en el ente coordinador con las regiones
proporcionándoles más recursos. Según la constitución aprobada en 1993, las autoridades de
los CTARES debían ser elegidas en el año 1995. Esto no se dio por razones autoritarias y
centralistas admitiendo más bien la creación de 12 CTARES más de las 12 ya existentes. Vale
decir que todos los departamentos del Perú debían ser convertidos en regiones administradas
por el Poder Central.
El presidente Regional era elegido por el Presidente de la República y esta autoridad acordaba
con un Consejo de Coordinación conformada por los alcaldes provinciales. De este modo, se
eliminaba al Gobierno Regional como el segundo nivel del Gobierno dando cabida a un Estado
centralista instalado en la hipercefálica Lima.

Con respecto a los Gobiernos Locales (entes Provinciales y municipales), el régimen corrupto
buscaba subordinar a las municipalidades quitándoles responsabilidades y
entregándoles programas asistenciales buscando así la dependencia de ellas alrededor del
Centro Nacional. Estos programas son:
- El Instituto Nacional de Fomento Educativo (INFES)
 Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (PRONAA).
 Programa Nacional de Agua Potable (PRONAP)
 Fondo Nacional de Compensación y Desarrollo Social (FONCODES).

De este modo, estas funciones que eran de responsabilidad de los Gobiernos Locales pasan a
manos del Gobierno Central desmantelando en sus funciones a los municipios. Quiero añadir
que estas políticas se hicieron para que los habitantes de las provincias se convirtieran en
sujetos pasivos dependientes para que a raíz de todo lo que haga el Ejecutivo, voten
nuevamente por el Gobernante por las funciones que este estaba realizando a favor de estas
provincias. Con ello se mantenía la legitimidad del Poder y las Autoridades elegidas
simplemente iban a servir de pantalla formándose así las clientelas y prebendas que
tanto daño hacen al país.
LA DESCENTRALIZACIÓN EN EL PERÚ EN EL SIGLO XXI
Luego de 11 años de dictadura, en el Gobierno del presidente Alejandro Toledo se eligen por
votación popular los 25 Gobiernos Regionales que tiene actualmente el Perú; es decir, que los
departamentos se convierten en regiones y que a partir de ello, tanto las CETARES como el
Ministerio de la Presidencia quedan completamente desactivadas. A partir de las elecciones
municipales y regionales en el año 2002, se inician nuevas reformas para enrumbar una nueva
república descentralista.
Las funciones del Gobierno Central debían ser la de Seguridad, Defensa Nacional, Estabilidad
Económica, promoción del desarrollo del empleo, etc. Al Gobierno regional le tocaba el rol
fundamental de promover el desarrollo mediante grandes proyectos de infraestructura.
Además debe ser la institución impulsora del desarrollo de la región atrayendo a capitales
extranjeros. Finalmente la labor de los Gobiernos Locales debían ser los servicios y la
preocupación por programas sociales, llámese salud, educación, etc.
Luego con la creación de los Consejos de Coordinación Regional (CCR) y Consejos de
Coordinación Local (CCL), la aprobación de los PresupuestosParticipativos, la creación de
organismos de participación, etc. la descentralización se va consolidando en el Perú; sin
embargo, considero que este proceso está incompleto debido a las siguientes razones:
 La superposición de competencias por la razón de que las funciones del Gobierno Regional y
Local han sido tergiversadas por las actuales autoridades. Muchas veces se confunden las
funciones de los alcaldes y los Presidentes del Gobierno Regional debido al desconocimiento
de ellos en sus labores. Vemos que los Gobiernos Regionales no cumplen con sus labores de
ser promotoras del desarrollo convirtiéndose en organizaciones burocráticas que
administran los recursos otorgados por el Ejecutivo.

 El Perú todavía sigue siendo un país altamente centralizado ya que según 8Efraín Gonzáles
de Olarte, Lima concentra el 29% de la población nacional, produce el 48% del PBI
nacional, se genera el 55% del ingreso nacional, produce el 70% del PBI industrial,
concentra el 52% de los servicios gubernamentales, recauda más del 90% de los Impuestos.
Ante esto, las regiones solo reciben algo más de un 15% del presupuestonacional
convirtiéndolos en meros receptores de los ingresos del Poder Central.
 Escasa participación de los ciudadanos en los asuntos de los Gobiernos Locales y Regionales
e.
 Instituciones Burocráticas ineficientes que impiden un verdadero proceso de
descentralización.

Ante esto se necesitan de propuestas de solución que formen regiones que funcionen de
manera eficaz y eficiente mediante:
1. La formación y consolidación de regiones que se sustenten de manera autónoma
afrontando competitivamente los nuevos retos de laglobalización. Esto se logrará creando
macroregiones poderosas con un sustento político, económico y cultural.
2. La definición clara de funciones del Gobierno Regional y Local permitiendo cumplir sus
roles adecuadamente.
3. Desconcentrar los recursos de Lima a las regiones brindando mayor poder de decisión de
estos organismos en la toma de decisiones. Esto se logrará con la voluntad política de los
gobernantes de turno y el papel fundamental de los legisladores de la república.
4. Incrementar la participación ciudadana a la población brindando incentivos desde el CCL
y CCR a que tomen decisiones pertinentes. Estos incentivos pueden ser económicos
otorgándoles dinero para desarrollar y financiar sus distintas organizaciones, también
brindándoles no solo el derecho de opinar, sino de votar en la toma de decisiones, asistir
a programas de capacitación, etc.
5. Reformar a las instituciones burocráticas del Estado con sendas reingenierías
permitiéndoles ser más productivas y competitivas en esta nueva sociedad llamada de
las Información y el Conocimiento.
Wikipedia

Primer Periodo: 1990-1995[editar]


Periodo de transición y Toma de mando[editar]
En las elecciones generales de 1990 se enfrentaron Alberto Fujimori, Mario Vargas Llosa, Luis
Alva Castro, entre otros. Pasaron a segunda vuelta Vargas Llosa y Fujimori, este último resultó
vencedor con el 62.4 % de los votos.
Después de ser elegido, Fujimori viajó a Nueva York, en donde se reunió con autoridades
del Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco
Mundial para buscar apoyo económico, inversiones; posteriormente viajó a Tokio y se reunió
con el emperador Akihito y el primer Ministro Toshiki Kaifu, este último anunció el envío de una
misión para establecer soluciones a la grave crisis económica. El 19 de julio, Fujimori anunció
que Juan Carlos Hurtado Miller presidiría el Consejo de Ministros y sería Ministro de Economía
y Finanzas; del mismo modo, se anunció el nombramiento de los otros ministros. Ante estos
hechos varios políticos de la oposición, prensa escrita y otros actores civiles se opusieron a
las actividades de Fujimori, debido a que lo acusaban de dejar las manos a extranjeros y de
que terminen gobernando ellos a través del presidente.
La ceremonia de asunción se realizó el sábado 28 de julio de 1990 en el Congreso de la
República del Perú, en el cambio de mando estuvieron presentes los presidentes Carlos Saúl
Menem de Argentina, Jaime Paz Zamora de Bolivia, Patricio Aylwin de Chile, Virgilio
Barco de Colombia y Carlos Andrés Pérez de Venezuela. Del mismo modo estuvo el Ministro
de Asuntos Exteriores de España, Francisco Fernández Ordóñez. Fujimori dirigió un mensaje
a la nación en el que criticó duramente los actos de corrupción del gobierno de Alan García,
presentó el panorama económico y anunció que se apostaría por una economía social de
mercado, por la negociación internacional y por la reanudación de compromisos.
Coincidentemente, el sábado 28 de julio de 1990, el día en que Fujimori asume el poder, era
también el día de su cumpleaños.

Economía durante su gobierno[editar]


Un equipo de técnicos acompañó a Fujimori desde el final de la primera vuelta y durante el
período de transición con el fin de asesorar en materia económica, al que la prensa le
denominó el grupo de los siete samuráis' conformado por Santiago Roca, Adolfo Figueroa,
Óscar Ugarteche, Esteban Hnylicza, Guillermo Runciman, Fernando Villarán de la Puente y
Martha Rodríguez. Este grupo fue reemplazado por nuevos asesores más ortodoxos
como Hernando de Soto, Carlos Rodríguez Pastor Mendoza, Carlos Boloña Behr y finalmente
Juan Carlos Hurtado Miller.
Pese a que Fujimori como candidato había negado un shock económico, el gobierno siguió las
recomendaciones del Fondo Monetario Internacional. El 8 de agosto de 1990, el Presidente
del Consejo de Ministros y Ministro de Economía, Juan Carlos Hurtado Miller salió en cadena
nacional anunciando una reestructuración de precios, que sería conocida como el "fujishock".
Esta medida del gobierno permitió controlar la inflación, pero provocó la devaluación de los
salarios de la mayoría de la población. Era la primera de muchas reformas de
tendencias liberales y algunas de capitalismo clientelista, que ocasionaron la eliminación
del control de precios y el posterior cambio de moneda al nuevo sol (un millón de intis).
A partir del ajuste económico de agosto de 1990 se redefinieron las funciones del Estado y el
mercado asumió un nuevo y fundamental papel en la economía del Perú, siguiendo con las
recomendaciones del Consenso de Washington, que proponía una reforma tributaria, una
rigurosa disciplina fiscal, la firme liberalización financiera y comercial, el establecimiento de un
tipo de cambio competitivo, la privatización de empresas, la eliminación de las barreras a las
inversiones extranjeras directas, entre otras.
Si bien llegó a estabilizar la vida económica y permitió la reinserción del Perú en el sistema
financiero internacional, así como la privatización de las compañías del Estado en manos de
extranjeros, también ocasionó despidos masivos de obreros y empleados públicos, así como
la supresión de las protecciones a la ineficiente industria nacional, lo cual llevó a su quiebra y
a altos índices de desempleo. En consecuencia, se redujo al mínimo la actividad sindical y
aumentó la actividad económica informal. Por otro lado, la reducción del Estado y la liberación
de la economía nacional fomentaron la inversión extranjera. Como resultado, en 1994 la
economía peruana creció un 13 %, a pesar de los despidos masivos acaecidos.

Aspecto social[editar]
Masacre de Barrios Altos[editar]
Artículo principal: Masacre de Barrios Altos

La noche del 3 de noviembre de 1991 se llevaba a cabo una pollada en el primer piso del
inmueble ubicado en el Jirón Huanta N.º 840 para conseguir fondos para reparar ese edificio.
Aproximadamente, a las 23:30, seis individuos armados y encapuchados entraron al edificio
luego de bajar de dos vehículos.
Los atacantes cubrieron sus rostros con pasamontañas y ordenaron a los asistentes de la
reunión a tenderse en el piso, donde les dispararon indiscriminadamente por cerca de dos
minutos, matando a 15 de ellos incluyendo a un niño de 8 años, e hiriendo seriamente a otras
cuatro personas, uno de los cuales quedó permanentemente paralítico. Luego, los atacantes
salieron en dos vehículos. Durante la investigación, la policía encontró 111 casquillos y 33
balas del mismo calibre en la escena del crimen. Las investigaciones judiciales y los reportajes
de la prensa revelaron que los sujetos envueltos en el crimen trabajaban para la inteligencia
militar; habían sido miembros del Grupo Colina que era ya conocido por perpetrar un
programa anti-terrorista por órdenes del gobierno de Alberto Fujimori. Se verificó luego que los
atacantes buscaban atacar una reunión de subversivos senderistas que en realidad tuvo lugar
en el segundo piso del inmueble (mientras que la pollada y el ataque se llevaba a cabo en el
primer piso).
Masacre de Santa[editar]
Artículo principal: Masacre de Santa

La Masacre de Santa fue una masacre de campesinos llevada a cabo el 2 de mayo de 1992
por el Grupo Colina en la provincia de Santa en el departamento de Áncash, en la sierra de
Perú, en el marco del conflicto armado interno que tuvo lugar entre 1980 y 2000. Carlos
Alberto Barrientos Velásquez, Roberto Barrientos Velásquez, Denis Atilio Castillo Chávez,
Federico Coquis Velásquez, Gilmer Ramiro León Velásquez, Pedro Pablo López Gonzáles,
Jesús Manfredo Noriega Ríos, Carlos Martín Tarazona More y Jorge Luis Tarazona More
murieron en la masacre. Tras llevar a cabo la masacre, miembros del Grupo Colina, un
escuadrón de la muerte que operaba fuera del Ejército peruano, pintaron grafitis pro-
senderistas, como parte de una operación de bandera falsa. En la actualidad, todos los
miembros del Grupo Colina se encuentran encarcelados.
Atentado en Tarata[editar]
Artículo principal: Atentado en Miraflores de 1992

El atentado en Miraflores de 1992 consistió en la explosión de un coche bomba en la cuadra 2


de la calle Tarata, en pleno centro del mencionado distrito de Lima, realizada el 16 de julio de
1992 por el grupo terrorista Sendero Luminoso. La explosión fue parte de una campaña mayor
de atentados en la ciudad de Lima durante la época del terrorismo.
El lugar donde ocurrió el hecho es una zona comercial dentro de un distrito de clase media
(algunos sectores media-alta) de Lima. Dos vehículos, cada uno equipado con una tonelada
de explosivos, explotaron en la mencionada calle a las 9:15 p.m., matando a 25 e hiriendo a
unas 200 personas. La onda expansiva destruyó o dañó 183 casas, 400 negocios y 63
automóviles estacionados. El atentado fue el comienzo de una serie de ataques senderistas
contra el Estado peruano de una semana de duración, que en total causaron 40 muertes y
tuvieron en zozobra a la capital.
Masacre de La Cantuta[editar]
Artículo principal: Masacre de La Cantuta

Tuvo lugar en Lima el 18 de julio de 1992. En La Masacre de La Cantuta el profesor decano


de la facultad de biología Hugo Muñoz Sánchez y nueve estudiantes de la limeña Universidad
Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle (conocida como La Cantuta debido al nombre
de la zona donde se encuentra) fueron secuestrados y desaparecidos por una escuadra
paramilitar (Grupo Colina), pertenecientes al Ejército Peruano aduciendo que eran Terroristas.

Aspecto político[editar]
Crisis del Gabinete Hurtado[editar]
El 11 de agosto de 1990 (once días después de la toma de posesión de Fujimori) el Primer
Ministro y Ministro de Economía y Finanzas,1 Juan Carlos Hurtado Miller, anunció, la
imposición de una serie de medidas de emergencia (políticas de choque) necesarias para el
reducir la inflación heredada del gobierno de Alán García y de esta manera, poder situar la
inflación por debajo del promedio latinoamericano.
En febrero de 1991 (doscientos días después de su toma de posesión) el Presidente del
Consejo de Ministros y ministro de Economía, Juan Carlos Hurtado Miller, dimitió a sus
cargos; la renuncia se produjo tras un escándalo político, debido al desacuerdo en el interior
del gabinete2 por la publicación de un programa alternativo de estabilización que había sido
elaborado por el Ministro de Industria, Comercio, turismo e Integración, Guido Penaco, en el
cual se proponía una ejecución gradual. Así mismo, el continuo fracaso en la lucha contra la
inflación y la crisis ocasionada por una epidemia de cólera. Al mismo tiempo, todos los
integrantes del gabinete pusieron su cargo a disposición
El presidente Fujimori, en un intento de poner rápido fin a su primera crisis de Gobierno, el 16
de febrero de 1991, tomó juramento al segundo gabinete, que fue encabezado por el
independiente Carlos Torres y Torres Lara y su principal novedad fue el nombramiento, como
titular del Ministerio de Economía, de Carlos Boloña Behr, también sin filiación política. Se
nombró además a 3 nuevos ministros, los demás permanecieron en sus carteras. Además
nombró al entonces Ministro de Trabajo y Previsión Social, Carlos Torres y Torres, como
Primer Ministro y Ministro de Relaciones Exteriores. De manera simultánea designó a Carlos
Borgoña como Ministro de Economía y Finanzas, quien se encontraba trabajando en una
organización internacional por lo que contaba con la confianza de la comunidad financiera
internacional. En los siguientes cambios ministeriales, se nombraron a tres (3) nuevos
ministros y los demás permanecieron en sus carteras.
Relación con el congreso[editar]
Alberto Fujimori, al iniciar su mandato (28 de julio de 1990), pide al congreso facultades
legislativas de acuerdo con el artículo 188 de la Constitución Política de 1979, y según lo
establecido en el artículo 211 de la misma, dictó medidas extraordinarias para implementar
una propuesta de estabilización económica. En relación a estas medidas de “choque”, Carlos
Torres y Torres (ministro de trabajo en ese momento) afirmó ante el congreso el 30 de agosto
que “los derechos supremos (dictados por el Ejecutivo al amparo del artículo 211, inciso 20)
tienen similar validez que las leyes y, por lo tanto, pueden modificar a las leyes (aprobadas por
el Legislativo)”. Inmediatamente, varios de los parlamentarios protestaron pero un mes
después, la Cámara de Diputados Aprobó por 68 votos la interpelación al ministro. Mientras
tanto, los partidos del FREDEMO (Movimiento Libertad, Acción Popular y Partido Popular
cristiano) se aliaron con Cambio ‘90 para lograr apoyar a Torres y Torres pero finalmente no
alcanzaron los 91 votos para censurarlo.
Por otro lado, el 15 de septiembre del mismo año, Fujimori decretó un indulto selectivo para
liberar a algunos encarcelados en calidad de inculpados y de esta manera minimizar el exceso
de población carcelaria. El problema radicó en que la constitución del 79 facultaba al
Congreso en el ejercicio de ejercer el derecho a la amnistía y no al Ejecutivo, por lo que
efectivamente varios parlamentarios cuestionaron la validez de ese indulto. En relación a lo
anterior, el poder Ejecutivo sancionó un crédito suplementario al cual se opuso la Comisión
Bicameral de Presupuesto. En el congreso no se había debatió sobre el crédito debido a que
Cambio ’90 y el APRA no habían dado el cuórum. En medio de la controversia provocada, la
sesión del congreso el 10 de octubre se levantó por iniciativa del Ejecutivo y no se votó sobre
el permiso para que Fujimori viajara a la reunión de los Presidentes del Pacto Andino. Con
respecto a esto, el diario Expreso el 14 de octubre demuestra un claro reconocimiento sobre el
conflicto entre el Congreso y el poder Ejecutivo junto un indicio de las tensiones futuras que
esto pueda generar, al indicar que:
“El presidente Fujimori niega alentar o protagonizar la confrontación entre los poderes del
Estado pero la realidad es mañanas fuerte que sus palabras. Quiéralo o no, él se halla
inmerso en un doble conflicto: con el legislativo por un lado y con el judicial por el otro…Desde
luego el presidente puede sentirse tentado a saltearse la legalidad a la garrocha, removiendo
por decreto a los jueces o cerrando el Congreso.”3
En diciembre de 1990, surge otro conflicto cuando Fujimori promulga parcialmente la Ley de
presupuesto para el año siguiente, mientras que el congreso insistía en mantener el proyecto
inicial. La Constitución del 79 no decía si el Presidente podía observar el presupuesto una vez
que fuera aprobado por el Congreso, ni tampoco si él podía promulgarla parcialmente”. Sin
importar la oposición formada en el Congreso, Fujimori suspendió, al amparo del artículo 211,
tres de los artículos de la ley aprobada por el congreso, de esta manera, logra ampliar los
poderes del Ejecutivo. Además, en febrero de 1991, el Consejo de Ministros se opuso a la
propuesta de “democratizar” las decisiones del gobierno y la modificó por completo antes de
que se publicara.
En mayo, anunció en el Congreso la firma del convenio antidrogas que había firmado con
Estados Unidos, El Congreso reaccionó interpelando al gabinete, pero no se pudo lograr
absolutamente nada debido a que en ese momento la oposición a Fujimori no era suficiente.
Por otro lado, el Congreso le proporcionó facultades al Ejecutivo durante 150 para que pudiera
legislar en las áreas de generación de empleo, inversión privada y pacificación (Ley 25327).
“Entre junio y noviembre de 1991 el Ejecutivo promulgó 117 decretos legislativos al amparo de
la Ley 25327, de los cuales 83 fueron promulgados entre el 3 y 15 de noviembre, justo antes
de que se venciera el plazo. En las semanas siguientes el Congreso derogó o modificó 28
decretos de importancia central, la mayoría de los cuales tuvieron que ver con la pacificación”.
Mientras el Congreso se oponía a varias de las normas referidas a la pacificación, críticos del
gobierno denunciaban a Fujimori por intentar un golpe “blanco”, por medio del centro
legislativo al atacar a la Constitución.
El primero de diciembre de 1991, las discrepancias entre el poder ejecutivo y el legislativo se
hacían más notorias, y es que tras la crítica del presidente Fujimori a los sueldos de los
congresistas en la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE); la cámara de diputados se enfocó
en el Ingeniero Enrique Rossl Link, entonces ministro de Agricultura, que fue censurado por
ineficiencia. Días después el Congreso anunció la posible censura de Carlos Boloña, ministro
de Economía; luego de ello se reveló la acusación constitucional contra Alan García por
enriquecimiento ilícito, hecho que desvió la atención de las cámaras del legislativo. Cabe
recalcar que Fujimori en el discurso de clausura de la Convención Anual de Ejecutivos
(CADE), denunció la demagogia y los mezquinos intereses partidarios y propuso la no
reelección inmediata y la renovación por tercios o mitades de los parlamentarios. Dos días
después, el Ministro de Agricultura, Enrique Rossi Link fue censurados por la Cámara de
diputados y esta se considera como la primera vez que el Congreso haya censurado a un
ministro desde que se promulgó la Constitución de 1979, esto es un claro ejemplo de la
oposición cada vez más fuerte y mayoritaria en el Congreso. Frente a esta situación Fujimori
se rehusó a aceptar la renuncia.
El 6 de diciembre, en un discurso ante la Policía Nacional, se preguntó públicamente si no
habría un lobby de los lavadores narcodólares en el Congreso. Esa misma noche, el Senado
condenó tales acusaciones y tal moción se llevó a la Cámara de Diputados. Esto representó
para algunos diputados la ventana de oportunidad para sustituir a Fujimori por San Román,
mientras que para otros podría provocar un golpe militar por lo que prefirieron no intervenir.
A final de este mes, nuevamente el Congreso y Fujimori mantuvieron relaciones tensas sobre
el presupuesto. “Fujimori observó 41 artículos del presupuesto, pero esta vez no los promulgó
parcialmente sino que los devolvió al Congreso una hora antes de cumplirse el plazo, y sólo
un día antes de que el presupuesto debiera haber entrado en vigencia. En enero de 1992, el
Congreso promulgó el presupuesto original, dejando de lado las observaciones del
Presidente”. El presidente al enterarse de la reacción del Congreso amenazó que si no se
aplicaban esas leyes tal cual como pasó el año anterior, él suspendería las leyes objetadas
por medio del artículo 211, inciso 20. Sin embargo, por más que Fujimori haya expandido los
poderes del Ejecutivo, más allá de lo previsto por la Constitución de 1979 con respecto al uso
del artículo, la Constitución tampoco otorgaba al Congreso la potestad de revocar las leyes así
promulgadas.
Cierre del Congreso[editar]
Artículo principal: Autogolpe de 1992

La oposición, que revisaba exhaustivamente el paquete de decretos legislativos expedidos por


el Ejecutivo, se sintió ofendida porque el presidente había observado más de diez autógrafas
de ley dados por el Legislativo. Asimismo, una comisión del Senado investigaba los casos de
violaciones a los derechos humanos, por los que fue juzgado y se encuentra preso
actualmente Fujimori. De esta forma, el congreso se centró en aumentar su presupuesto y
extender las cédulas vivas a los ex congresistas; sin embargo, para temas frontales de la
lucha antiterrorista misteriosamente no llegaban a mayoría y muchas de las sesiones claves
no contaban con la cantidad de miembros suficientes para las aprobaciones respectivas.
Ante la negativa del Congreso para concederle amplios poderes para legislar sin fiscalización,
Fujimori decidió, el 5 de abril de 1992 disolver el Congreso de la República, intervenir el Poder
Judicial, tomar medios de comunicación —radiodifusoras, canales de televisión y periódicos
de difusión nacional.4 Lo que generó tensiones tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo.
Fujimori tenía como premisa cumplir sus promesas electorales. Esta acción la realizó el Jefe
de Estado a través de una emisión televisiva a nivel nacional. Esto se daría horas antes de
que la Asamblea realizará la revisión de decretos, los cuales darían muchas prerrogativas a
los militares para eliminar el terrorismo que se consideraban un exceso y una violación a los
derechos humanos. Esta medida tomada por el presidente fue muy aceptada por la población
peruana un 80 % de apoyo esta decisión. Sin embargo, mientras que dentro del Perú se
aceptaba las medidas del Presidente, en el exterior las distintas organizaciones miraban con
recelo a lo que sucedía en el país. Lo consideraban “una ruptura del orden democrático” con
una estabilidad para concertar negocios o convenios con organismos internacionales y/o
transnacionales.
Principales medidas del programa de agosto de 19905[editar]

Política Política
Política fiscal Política salarial
cambiaria monetaria

1. Normas de austeridad
fiscal: Desactivación
del INACOSO y del
ICE. Prohibición de
1. Unificación nuevas contrataciones
del y adquisiciones.
mercado 2. Aumento de tarifas
cambiario. públicas. Gasolina:
2. Flotación 3040 %, electricidad:
sucia del 5270 % (máximo),
tipo de 1. Disminució agua: 1318 %
cambio. n del (máximo), teléfonos:
3. Se encaje 1295 % (máximo).
mantiene marginal 3. Creación del Comité de
el control de 80 % a Caja. 1. Bonificación
de 64 %. 4. Impuestos: extraordina
cambios. 2. Se 1. IGV: Nueva tasa ria del
4. Se continúan del 11 %. Se 100 %.
eliminan permitiend mantienen las 2. Aumento
las o los tasas del 2 % del salario
restriccion depósitos del impuesto Mínimo en
es a las en moneda de Promoción 400 %, a
importacio extranjera Municipal y del 16 millones
nes en el 1 % para la de intis.
(licencias sistema defensa. 3. Prohibición
previas y financiero. 2. Eliminación de de nuevos
prohibicio 3. Al no la mayoría de aumentos
nes, modificarse las en las
excepto los límites exoneraciones empresas
en el caso máximos a al IGV, ISC y a públicas
de 13 las tasas los aranceles. hasta
partidas, de interés, 3. Imposición de diciembre.
que éstas una
siguen quedan contribución
prohibidas sujetas al extraordinaria
). mercado. del 1 % del
5. Se fija el patrimonio a
arancel las personas
mínimo en naturales y
10 % y el jurídicas.
máximo 4. Impuesto
en 50 %. extraordinario a
las
exportaciones
por el 10 % del
valor FOB.
Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional 1992-
1993[editar]
Después del cierre del Congreso6 inició el autodenominado Gobierno de Emergencia y
Reconstrucción Nacional, en el cual Fujimori tenía el control absoluto, ya que el poder
legislativo estaba disuelto y el Poder Judicial intervenido. Para el primer mandatario era
importante este tipo de gobierno, porque según él su único obstáculo era el Congreso que no
lo dejaba gobernar. Fujimori lo llamaba oposición obstruccionista, pero además la tildaba de
corrupta. Con el cierre del Parlamento el presidente se encargó de buscar soluciones al
terrorismo y a la crisis económica. Por ello necesitó el cambio de la Constitución para dar
nuevas coordenadas al sistema político peruano. Aunque Fujimori desde el inicio de su
gobierno planteó medidas para al menos en parte solucionar la crisis económica como
veremos en el siguiente cuadro. Luego se notó que necesitaba del cambio de reglas para
ejecutar soluciones a distintas velocidades de implementación que hasta antes del cierre del
Congreso no poseía.
Para la conformación de su Gabinete y del nombramiento de miembros para las instituciones
como el BCR, Gustavo Pastor indica que hubo injerencia de gobiernos extranjeros y de
organizaciones internacionales. En su momento la prensa escrita y los parlamentarios de turno
criticaron esta injerencia, debido a la sensación de una falta de autonomía del gobierno y de
ser manipulada por otros grupos ajenos al país. Diarios como La República brindaban
columnas en las que se especulaba que el Perú estaría siendo gobernado por fuerzas
extranjeras quienes tenían influencias en la creación de políticas. A pesar de esta situación el
presidente continuó sus planes y junto a una “coalición [poder ejecutivo, fuerzas armadas y un
equipo de profesionales independientes] de poderes se proponía poner en práctica un
proyecto político a largo plazo que debía asegurar el desarrollo, la modernización y la
pacificación del país. Este régimen cívico-militar, poco interesado en el Estado de derecho y
las instituciones políticas peruanas, se le conoce como « fujimorismo»”7 (Pastor, 2012).8
Captura de Abimael Guzmán[editar]
El general PNP (r) Antonio Ketín Vidal y el coronel PNP (r) Benedicto Jiménez coinciden en
relatar que Fujimori y Montesinos desconocían que el 12 de setiembre sería intervenida la
casa donde se sospechaba que se escondía Abimael Guzmán. Había un plan gubernamental
para asesinar al cabecilla, pero Vidal y Jiménez estuvieron en desacuerdo. El general Antonio
Ketín Vidal dejó en claro que ni Alberto Fujimori ni Vladimiro Montesinos estaban enterados de
la captura de Abimael Guzmán. Así lo relató:
Cuando llegamos a la casa de Los Sauces, y al escuchar bulla de voces de mujeres que
provenía del segundo piso, decidí subir por la escalera de la casa a la que llamábamos “El
Castillo”. Y, ¡oh sorpresa!, vi a Abimael Guzmán y a Elena Iparraguirre. Me acerqué y le dije:
“Soy el general Antonio Ketín Vidal, jefe de la Dincote. Le comunico oficialmente que usted
está detenido”, entonces se paró y me extendió la mano: “Manuel Abimael Guzmán Reinoso”,
me respondió. “Bueno, usted tiene que entender que en la vida se gana y se pierde. Usted ha
perdido, tome asiento”, le dije. Está bien, yo sé perder y también sé que lo pueden matar a
uno. Pero el pueblo, lo que tiene acá (señalándose la sien con un dedo), eso, nadie se lo
quita”, me respondió Abimael Guzmán.
Luego coordiné con Benedicto Jiménez para, antes de que llegaran los medios de
comunicación a Los Sauces, adelantarme a la Dincote con Abimael Guzmán y Elena
Iparraguirre. Minutos después enrumbamos a la Dincote y allí decidí informar a la prensa
extranjera sobre los hechos, porque quería liberarme de cualquier desgracia. También me
comuniqué con el Canal 2, que lanzó la primicia. Hasta ese momento, el presidente Alberto
Fujimori no sabía de la captura de Abimael Guzmán. Vladimiro Montesinos, tampoco. Al poco
rato, llamé por teléfono a Palacio de Gobierno para darle cuenta al presidente Fujimori sobre
la captura de Abimael, pero me contestó el edecán: “Mi general, el presidente no se
encuentra, está fuera de Lima”, me dijo. “¿Cómo que no se encuentra? ¡Es urgente!”, le insistí.
Pero el edecán volvió a decirme que era imposible. No había manera de comunicarse con el
presidente. Luego me enteré que estaba en Iquitos. Luego, a las 11 y 15 de la noche,
Montesinos, enterado por la noticias sobre la caída de Guzmán, me llamó por teléfono y me
preguntó con ajos y cebollas: “¡Oye, carajo! ¿Es cierto lo que está saliendo en la televisión o
me estás cojudeando?”, tronó por el teléfono. “Por supuesto que es cierto”, le contesté.
“¡Carajo, ni siquiera me has avisado!”, me gritó y colgó el teléfono.
Minutos después llamé a Montesinos para pedirle que me diera el teléfono del presidente
Fujimori y así informarle personalmente de la captura. Montesinos me respondió que ya se
había comunicado con Fujimori.
El plan era matar a Guzmán. Benedicto Jiménez no estaba de acuerdo. Según relató:
El general Vidal una vez me dijo, antes de la captura de Guzmán: "Comandante, si cae
Guzmán, ¿debe morir o no? Yo le respondí: "Mi general, nosotros nos guiamos por ciertos
principios y usted sabe que hay un libro de cabecera llamado El arte de la guerra, de Sun Tzu,
y yo he formado a mi gente con esa mentalidad. Al enemigo hay que capturarlo vivo, porque
muerto no nos sirve. Y, segundo, muerto sería un mártir, como lo dice Sun Tzu. Y hasta ahora
nuestras fuerzas apuntan a capturarlo vivo. La idea era mantener con vida a Guzmán. Durante
las operaciones, una de las partes más difíciles es la toma de decisiones. Cuando yo tomo la
decisión de golpear la casa Los Sauces, sabía que asumía un reto, porque Guzmán ya se me
había escapado de la residencia de la calle Buenavista, y si fugaba por segunda vez, a mí me
descabezaban.
El Aparato Político del Régimen[editar]
El informe de la CVR muestra que desde 1993 el poder de Montesinos y del SIN se fue
incrementando notablemente. Entre otras cosas, esto se tradujo en la influencia que llegó a
tener y desplegar, sobre todo después de 1995, hasta convertirse a todas luces en el aparato
político del régimen. Entre las funciones que, ilegalmente, desempeñó de facto, controlado por
Montesinos estuvieron: dirigir las campañas electorales, espiar (interceptación telefónica) y
sabotear a la oposición política, vigilar y controlar a los medios de comunicación
(especialmente a la TV) para que cumplan con su propia agenda, producir leyes para que el
Congreso las apruebe y elaborar fallos del Poder Judicial (y después también del Jurado
Nacional de Elecciones).9
Congreso Constituyente Democrático[editar]
En mayo de 1992, Alberto Fujimori asistió a la XXII Asamblea General de la Organización de
los Estados Americanos en Nassau, Bahamas; en la cumbre se comprometió a restablecer los
derechos constitucionales en el país, así como a convocar a un Congreso Constituyente
Democrático para garantizar el equilibrio de poderes y la efectiva participación ciudadana en la
elaboración, a través de representantes elegidos, de un nuevo contrato social.10
El 22 de noviembre de 1992, se celebraron elecciones para el Congreso Constituyente
Democrático (CCD), en las que el partido Cambio 90, en coalición con Nueva Mayoría, obtuvo
la mayoría absoluta al conseguir 44 del total de 80 escaños y esto a raíz de que los
parlamentarios se opusieron a participar de dichas elecciones, lo cual solo ocasionó que el
Fujimorismo tenga la mayoría de miembros en el poder legislativo.
Con el cambio en el Parlamento y las nuevas decisiones que se tomaron el ambiente político
tuvo un gran cambio en las reglas de juego, entre ellas se cambió la Constitución del país. De
esta forma el fujimorismo cambiaría la estructura económica y el de la seguridad nacional.
Simultáneamente, y siguiendo los protocolos “La Constitución fue en seguida ratificada por un
referéndum presentado a la población como una suerte de validación de los buenos resultados
del gobierno Fujimori en materia económica y en pacificación” (Pastor, 2012).11 Es así como
se acepta por la población los nuevos cambios.
“Entre los principales cambios políticos introducidos en la Constitución de 1993, podemos
mencionar la reelección presidencial, la revisión de las formas de escrutinio, la redefinición de
la representación política según las diferentes regiones del país, la interrupción del proceso de
descentralización administrativa, el endurecimiento de las penas ligadas al delito de
terrorismo, la redefinición del rol económico el Estado, entre otros” (Pastor, 2012).12 A
principios de enero de 1993, habiendo formalmente reinstaurado la Constitución de 1979, el
CCD confirmó a Fujimori como jefe de Estado.

Constitución de 1993[editar]
Artículo principal: Constitución Política del Perú (1993)

El Congreso Constituyente Democrático aprobó el 4 de septiembre de 1993 la Constitución


que debería someterse a referéndum. Los peruanos la aprobaron el 31 de diciembre por
52,9 % de votos a favor y 47,1 % en contra y fue promulgada el 29 de diciembre de 1993.
En términos generales, la Constitución de 1993 no varió mucho respecto a la Constitución de
1979. Se conservó incluso, de manera textual, algunos artículos y, en otros casos, sólo hubo
variaciones en la forma, mas no en el contenido. No obstante, las innovaciones propuestas
son de gran importancia.
La Constitución de 1993 introduce como principales novedades respecto a la anterior: la pena
de muerte por delitos de terrorismo, la reelección presidencial inmediata por un solo período
(punto clave que utilizó Alberto Fujimori para justificar su reelección en 1995), la extensión de
facultades al Poder Ejecutivo y en especial al mismo Presidente de la República, la
Unicameralidad parlamentaria con un Congreso de 120 miembros (que produjo un cambio
estructural del Poder Legislativo), la Reforma del Consejo Nacional de la Magistratura, la
creación de la Defensoría del Pueblo, y el establecimiento del rol subsidiario del Estado y
medidas de liberalización económica y amplias posibilidades de referéndum (asumiendo una
postura de orientador, pero sin realizar una actividad empresarial).13
En una comparación con la Constitución de 1979: “La del 79 permitía una mayor intervención
del Estado, mientras que la del 93 es una carta que limita esta intervención. Sobre la del 79,
consideró que está más orientada a lo social y estatal, y no establecía restricciones para que
el Estado desarrolle actividad empresarial. La del 93 es más pro empresa privada (…) dice
que el Estado puede realizar empresa privada pero en forma subsidiaria y cuando se apruebe
por ley. La del 93 es más favorable para las inversiones porque habla de una economía de
mercado más desarrollada, aunque con algunas pinceladas sociales”.14 Por otro lado, en un
análisis más exhaustivo:1415
Economía

Sobre la formación de empresas estatales

Constitución de 1979 Constitución de 1993

Art. 113. El Estado ejerce su actividad Artículo 60. El Estado reconoce el pluralismo
empresarial con el fin de promover la económico. La economía nacional se sustenta
economía del país, prestar servicios en la coexistencia de diversas formas de
públicos y alcanzar los objetivos de propiedad y de empresa. Sólo autorizado por
desarrollo. Art. 114. Por causa de interés ley expresa, el Estado puede realizar
social o seguridad nacional, la ley puede subsidiariamente actividad empresarial, directa
reservar para el Estado actividades o indirecta, por razón de alto interés público o
productivas o de servicios. Por iguales de manifiesta conveniencia nacional. La
causas puede también el Estado establecer actividad empresarial, pública o no pública,
reservas de dichas actividades en favor de recibe el mismo tratamiento legal.
los peruanos.

Sobre la iniciativa privada

Constitución de 1979 Constitución de 1993

Art. 115. La iniciativa privada es Art. 58. La iniciativa privada es libre. Se ejerce en una
libre. Se ejerce en una economía economía social de mercado. Bajo este régimen, el
social de mercado. El Estado Estado orienta el desarrollo del país, y actúa
estimula y reglamenta su ejercicio principalmente en las áreas de promoción de empleo,
para armonizarlo con el interés salud, educación, seguridad, servicios públicos e
social. infraestructura.

Sobre la promoción de la inversión

Constitución de 1979 Constitución de 1993

Art. 59 El Estado estimula la creación de riqueza


Art. 116. El Estado promueve y protege el y garantiza la libertad de trabajo y la libertad de
libre desarrollo del cooperativismo y la empresa, comercio e industria. El ejercicio de
autonomía de las empresas cooperativas. estas libertades no debe ser lesivo a la moral ni a
Asimismo estimula y ampara el la salud ni a la seguridad pública. El Estado
desenvolvimiento de las empresas brinda oportunidades de superación a los
autogestionarias, comunales y demás sectores que sufren cualquier desigualdad; en tal
formas asociativas. sentido, promueve las pequeñas empresas en
todas sus modalidades.

Sobre el comercio exterior e inversión extranjera

Constitución de 1979 Constitución de 1993

Art. 117. El Comercio exterior es libre Artículo 63. La inversión nacional y la extranjera se
dentro de las limitaciones que la ley sujetan a las mismas condiciones. La producción de
determina por razones de interés social bienes y servicios y el comercio exterior son libres.
y del desarrollo del país. El Estado Si otro país o países adoptan medidas
promueve la cooperación entre los proteccionistas o discriminatorias que perjudiquen el
pueblos para alcanzar un orden interés nacional, el Estado puede, en defensa de
económico internacional justo. éste, adoptar medidas análogas. El Estado y las
demás personas de derecho público pueden
someter las controversias derivadas de relación
contractual a tribunales constituidos en virtud de
tratados en vigor. Pueden también someterlas a
arbitraje nacional o internacional, en la forma en que
lo disponga la ley.

De la propiedad

Propiedad

Constitución de 1979 Constitución de 1993

Art. 125. La propiedad es inviolable. El Estado


Art. 70. El derecho de propiedad es inviolable.
la garantiza. A nadie puede privarse de la
El Estado lo garantiza. Se ejerce en armonía
suya sino por causa de necesidad y utilidad
con el bien común y dentro de los límites de
públicas o de interés social, declarada
ley. A nadie puede privarse de su propiedad
conforme a ley, y previo el pago en dinero de
sino, exclusivamente, por causa de seguridad
una indemnización que debe pagarse
nacional o necesidad pública, declarada por
necesariamente en dinero y en forma previa.
ley, y previo pago en efectivo de
Art. 127. La ley puede, por razón de interés
indemnización justipreciada que incluya
nacional, establecer restricciones y
compensación por el eventual perjuicio. Hay
prohibiciones especiales para la adquisición,
acción ante el Poder Judicial para contestar el
posesión, explotación y transferencia de
valor de la propiedad que el Estado haya
determinados bienes por su naturaleza,
señalado en el procedimiento expropiatorio.
condición o ubicación.

Crisis del Gabinete de la Puente[editar]


El 27 de agosto de 1993 el Presidente del Consejo de Ministros y Canciller, Óscar de la
Puente, renunció junto con todos los ministros y miembros del gabinete, al siguiente día
Fujimori aceptó la renuncia del Premier y de los ministros. Esto debido la firma y ejecución de
la Resolución Suprema N.º 435-92-RE del 29 de diciembre de 1992. Dicha resolución cesó,
aparentemente sin fundamento alguno, a 117 diplomáticos, bajo el pretexto de “reorganizar” el
servicio diplomático. Paralelamente, se incrementó paulatina y notablemente el número de
cesados, al rebajar cinco años la edad de jubilación por categoría diplomática. Fue una purga
muy radical, que comprometió a la tercera parte del personal diplomático en actividad.16
Dicha medida ya había sido planeada por el gobierno de Fujimori con anterioridad (desde fines
de 1990), sin embargo, los anteriores cancilleres se habían negado a ponerla en ejecución.17
Al día siguiente de la renuncia de la Puente, el presidente Alberto Fujimori aceptó la renuncia
del Premier. Se nombró a Alfonso Bustamante y Bustamante como Presidente del Consejo de
Ministros y a Efraín Goldenberg Schreiber como Ministro de Relaciones Exteriores._
Ley Cantuta[editar]
El 18 de diciembre de 1993, hubo una orden de detención de los miembros del “Destacamento
Colina”, dispuesta por el juez del fuero común. Hubo oposición de la justicia militar. Bajo esa
situación, la Sala Penal de la Corte Suprema era la responsable de definir la competencia. El 4
de febrero de 1994, se produjo una discordia al votar 3 magistrados a favor del fuero militar y 2
a favor del fuero civil. No obstante, de acuerdo a Ley, el conflicto de competencia entre los
fueros común y militar se debía resolver en la Corte Suprema con el voto favorable de cuatro
vocales. Esta discordia debía ser resuelta bajo la decisión de los Magistrados Consejeros de
la Corte Suprema del Poder Judicial (se supuso que dichos Magistrados votarían a favor del
fuero común).18
En este contexto, el 10 de febrero de 1994, el gobierno promulgó la Ley N.º 26291,
denominada Ley Cantuta. De esta manera, pasó a manos de la Justicia Militar el juicio a
nueve militares acusados del asesinato de nueve estudiantes y un profesor de la Universidad
Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle (La Cantuta). Siete días después Alfonso
Bustamante y Bustamante, Primer Ministro y Ministro de Industria renunció mostrando su
desacuerdo con la decisión del gobierno y el Congreso de aprobar referida ley. Tras la
dimisión fue nombrado Efraín Goldenberg Schreiber como Primer Ministro y Liliana Canale
Novella como Ministra de Industria.
Por último, esta ley disponía lo siguiente:19
“Artículo 1.º: Las contiendas de competencia sobre jurisdicción civil o militar, que no estén
vinculadas al narcotráfico, se entienden resueltas por la Sala correspondiente de la Corte
Suprema de la República, cuando cuenten con mayoría simple de los votos emitidos por los
miembros de la Salas. Las votaciones futuras serán secretas.
Artículo 2.º: La presente Ley modifica toda disposición que se le oponga y es de aplicación
inmediata a todos los procedimientos en actual trámite, sin requerir nuevas votaciones.
Artículo 3.º: La presente Ley entra en vigencia al día siguiente de su publicación y tendrá
vigencia temporal hasta el 28 de julio de 1995.”
Reelección[editar]
Debido a la reforma constitucional de 1993, Fujimori pudo reelegirse para el periodo 1995-
2000, venciendo a Javier Pérez de Cuéllar en primera vuelta.20 Las elecciones tuvieron lugar
el 9 de abril de 1995. Sin embargo, el debate en torno a la reelección, según el Dr. Fernando
Tuesta,21 analista político peruano, emerge debido a que el “artículo 112 muestra claramente
que el espíritu y la inspiración de los congresistas era considerar el período 1990-1995 como
el primer gobierno del presidente Alberto Fujimori. El Diario de Debates muestra las palabras
del Dr. Carlos Torres y Torres Lara sosteniendo inequívocamente este hecho”. Finalmente, el
artículo 112 permitía la reelección presidencial por única vez. El mismo fue aprobado por la
Constitución de 1993.
Con motivo de las elecciones de 1995, ante la tacha presentada contra la candidatura de
Alberto Fujimori, el JNE la declaró infundada pues consideró que el presidente en ejercicio fue
habilitado por el artículo 112 de la nueva Constitución de 1993. Es decir, el Presidente Fujimori
estaba habilitado para postular a la única reelección posible. En concordancia con esta
posición, el Congreso Constituyente Democrático debatió una ley para regular las acciones del
Presidente de la República como candidato. Debido a esto, promulgó la Ley N.º 26430,
denominada: “Normas aplicables al ciudadano que ejerza la Presidencia de la República y que
postule a la reelección”. De esta manera, el CCD asume que la reelección inmediata del
ingeniero Alberto Fujimori estaba ya consumada, en 1995.
Por otro lado, la Ley de Interpretación Auténtica, en resumidas cuentas, intenta modificar la
Constitución, mas no interpretarla. En otras palabras, el presidente Fujimori no puede postular
nuevamente a la presidencia. El Congreso, por su parte, debido al temor de no poder superar
los obstáculos impuestos por la oposición, no logró poner en marcha una reforma
constitucional, la cual, era la única posibilidad que este tenía.
Resultados electorales22[editar]

 Alberto Fujimori: 64 %
 Javier Pérez de Cuéllar: 22 %

Segundo periodo: 1995-2000[editar]


Elecciones 1995, toma de mando[editar]
Las elecciones de 1995 se dieron en un contexto bastante particular. Luego del autogolpe en
1992, estas fueron vistas como un “retorno a la democracia” tal como citan diversos autores.
En dicho proceso participaron figuras como Pérez de Cuéllar, Toledo, Belmont y Diez Canseco
Terry, entre otros (Murakami 2007:398). No obstante, es importante señalar cómo fue el
proceso y qué áreas cambiaron para favorecer una elección sin fraudes.
En primer lugar, la valla electoral fue lo bastante alta como para permitir la candidatura de
partidos de oposición (LASA 1995:12). Por otro lado, tal como señala el informe de LASA, se
hicieron ciertas modificaciones con la finalidad de incrementar la participación y fiscalización
de los ciudadanos. Esto se ve evidenciado en el reporte de los resultados a través de un
sistema computarizado. Un factor importante, es que la prensa privada no estuvo igual de
regulada que la nacional. De manera que, favoreció desproporcionadamente al candidato
oficialista.
A pesar que Pérez de Cuéllar lideró la intención de voto, la guerra con Ecuador jugó un papel
importante en la reelección de Fujimori. El expresidente, instauró el lema “El Perú no puede
parar” como mensaje principal para promover los beneficios de la continuidad en el gobierno.
Por otro lado, tal como señala Murakami, la población no vio en los candidatos una nueva
alternativa. Probablemente, debido al mantenimiento de las desgastadas estructuras de los
partidos, las cuales no lograron capturar por complemento a la población, así como las figuras
personalistas y autoritarias. Asimismo, la percepción de cumplimiento y buen gobierno por
parte de la ciudadanía, reforzó el voto hacia Fujimori. Tal como señala Pease “el colapso fue
en 1995 con el triunfo electoral de Fujimori. Ante la pregunta sobre por qué triunfa Fujimori,
Tanaka encuentra que a la oposición le faltó fortaleza para combatir el golpe de 1992. Una
señal del colapso fue: que ninguno de los partidos que eran parte del precario sistema anterior
llegó al 5 % requerido por el Jurado Nacional de Elecciones en las candidaturas presidenciales
de 1995” (2000). Finalmente, Fujimori logra alcanzar la presidencia bajo dudosas
circunstancias. Además, el oficialismo tuvo mayoría congresal. Las circunstancias para que
Fujimori lograra reelegirse, fueron en parte dadas debido al control dentro del gobierno.

El descontento social a inicios del 95[editar]


Ya en 1995, el gobierno empezaba con condiciones mucho más favorables que las que se
conocían en la década de los 80s. Ya no había hiperinflación, se daban las primeras
inyecciones de capital financiero externo y la economía empezaba a circular. Sin embargo,
Fujimori no supo aprovechar tales condiciones para crear un verdadero desarrollo. En ese
sentido, no generó empleo ni disminuyó los niveles de pobreza en la sociedad, dos factores
que fueron de suma importancia, ya que eran los motivos por los cuales fue capaz de
reelegirse. Tal situación produjo el inicio del descontento observado en 1995.
Hubo dos factores que, sumados al mal manejo de la economía y su planificación, aumentaron
el descontento hacia Fujimori:
1. Demetrio Chávez: perteneciente a un cartel de droga que declaró tener relaciones
directas con Fujimori y su asesor Montesinos.
2. El General Robles: oficial en retiro que realizó críticas al gobierno y al actuar de las
Fuerzas Armadas fue detenido. Fue visto ante los ojos de la opinión pública como un
crimen contra los derechos individuales.
El evidente aferramiento al poder fue otro factor que inició el declive de la popularidad de
Fujimori. Murakami señala como, debido al vasto apoyo del que se gozó en las elecciones de
1995, la bancada se tomó muy en serio la idea de mantenerse en el periodo 5 años más.
Fujimori, en vez de preocuparse por aprovechar la situación favorable que le tocó, estaba más
concentrado en encontrar la manera de mantenerse en el poder luego del 2000. Esta
percepción se dio automáticamente luego de tomar el poder en 1995 (Murakami 2012: 427).

Chavín de Huantar[editar]
La operación Chavín de Huantar fue una operación militar, considerada una de las
operaciones más exitosas a nivel mundial, donde se logró rescatar a 72 rehenes. Los rehenes
estuvieron capturados durante 125 días en la residencia del embajador japonés hasta que el
22 de abril de 1997 fueron liberados gracias a las fuerzas militares.
El 17 de diciembre de 1996, catorce miembros del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru
(MRTA), organización subversiva peruana de corte marxista- leninista, tomaron por asalto la
residencia del embajador japonés en Lima durante la celebración del cumpleaños del
emperador Akishito. Setecientos invitados quedaron tendidos en el piso amenazados por
ametralladoras y granadas. A la medianoche, los terroristas aceptaron la salida de mujeres y
ancianos y quedaron unas 380 personas cautivadas entre ministros de Estado, embajadores,
políticos, empresarios, altos jefes militares y policiales. Después de negociaciones con la Cruz
Roja se aceptó dejar libre a políticos sin peso y a algunos políticos de izquierda.
En el tiempo que duró la crisis, el gobierno se mostró dispuesto a negociar y el ministro de
Educación, Domingo Palermo Cabrejos, fue designado para dialogar con los terroristas.
Adicionalmente, Juan Luis Cipriani, en ese entonces arzobispo de Ayacucho, fue parte de una
comisión negociadora. Mientras se llevaban a cabo las negociaciones, el gobierno entrenaba a
miembros del Ejército y de la Unidad Especial de Combate de la Fuerza de Infantería de
Marina de la Marina de Guerra del Perú (IMAP), para la operación secreta.
El operativo tuvo una duración de 16 minutos y logró el rescate de 71 rehenes. Se tuvieron
tres muertes, entre los cuales se encuentra el magistrado Carlos Giudti que falleció tras
resultar herido. También se perdió la vida del teniente Raúl Jiménez y la del capitán Juan
Valer, comandos que perdieron su vida en la realización del rescate. Uno de los rehenes, el
vicealmirante Luis Giampietri, retenido dentro de la casa del embajador tuvo un rol clave en la
realización de la operación de rescate. Se le entregó a Luis Giampietri, entre los alimentos y
medicinas entregados por la Cruz Roja, una biblia y una guitarra las cuales tenían micrófonos
y le permitía comunicarse con las fuerzas militares. Cuando los comandos Chavín de Huántar
iniciaron el rescate, 13 emerretistas se encontraban en el primer piso jugando fulbito y los
rehenes estaban custodiados por un solo hombre en el segundo piso con lo que hizo más fácil
el éxito del rescate.

La dinámica en el congreso[editar]
En las elecciones de 1995, Fujimori consigue una victoria con bastante facilidad, lo que le
otorga 67 escaños de un total de 120; es decir, una mayoría absoluta en el congreso. Sin
embargo, a pesar de la fuerza política dominante, no conseguía los ⅔ necesarios para poder
realizar un cambio en la constitución sin tener que entrar en diálogo con las demás
organizaciones políticas de la época. La oposición al fujimorismo era bastante fragmentada,
estaba constituida por varios grupos minoritarios que se fueron dividiendo con el paso del
tiempo. Esto generaba el ambiente propicio para ir preparando la posibilidad de una
continuidad del gobierno en el 2000.
Como señala Degregori y Meléndez, la bancada fujimorista tenía un perfil bastante
tecnocrático. Más de la mitad de los congresistas que llegaron al poder gracias Fujimori tenían
como profesión la economía o alguna carrera vinculada con la ingeniería, a diferencia de lo
que sucedía con las otras organizaciones. En el caso de Unión por el Perú -segunda fuerza
política más importante- sus 17 congresistas estaban vinculados con carreras de letras, como
lo son el derecho, la sociología y el periodismo (Degregori y Meléndez 2007: 68).
Por otro lado, es notable la gran cantidad de congresistas fujimoristas cuyo voto fuerte no
estuvo en Lima, sino en otras regiones del país. De los 67 escaños que obtienen en el
congreso, 41 de ellos eran miembros cuyo voto fuerte se encontraba concentrado en 2 o 3
regiones fuera de la capital. En ese sentido, el fujimorismo representa una suerte de apertura
y renovación política; sin embargo, este proceso se da, como señalan Meléndez y Degregori
en un esquema vertical y autoritario, dado el poco interés de Alberto Fujimori por construir un
partido político bien organizado. (Degregori y Meléndez 2007: 90).

Relación ejecutivo-legislativo-judicial[editar]
La concentración de poder por parte del ejecutivo es clara en tanto esta socavó otras arenas
con la finalidad de asegurar su mantenimiento en el poder. Una primera arena que se vio
totalmente vulnerada fue el poder judicial y el ministerio público como señala Henry Pease.
Con la ayuda de la mayoría parlamentaria, se instituyeron leyes que permitieron el
designamiento a “dedo” de los magistrados por parte del congreso (Pease 2000:16).
Asimismo, estos magistrados eran provisionales. De modo que, estaban subordinados a los
poderes mencionados. Recordemos que, al ser provisionales, las renovaciones laborales se
harían en tantos cumplan con los solicitado. Por tanto, podemos señalar que el parlamento
fujimorista junto al poder ejecutivo, manipulaban dicha arena. Esto, a su vez, implica que la
relación ejecutivo-legislativo, estaba muy consolidada, sobre todo, debido a la amplia mayoría
oficialista.
Por otro lado, tal como se observa en las tablas, Cambio 90/Nueva Mayoría contó con 67
parlamentarios, mientras que el partido que le sigue, Unión por el Perú, contó con 17
congresistas. Esta elección fue muy particular en tanto los partidos más antiguos y
consolidados obtuvieron porcentajes mínimos tanto en las presidenciales como en las
congresales. Esto se ve evidenciado en el 3.3 % que obtiene el APRA y el 1.3 % que obtiene
AP en las presidenciales. En adición, el PPC obtiene 3 %, el APRA 6.5 %, y el AP 3.3 % en las
elecciones congresales.

Porcentaje presidencial

Porcentaje votos Porcentaje votos


Partido/Alianza/Lista
válidos emitidos

Cambio 90/Nueva Mayoría 64.424 % 52.907 %

Unión por el Perú 21.811 % 17.912 %


APRA 4.110 % 3.375 %

CODE/País Posible 3.244 % 2.664 %

Movimiento Cívico Obras 2.581 % 2.120 %

Acción Popular 1.643 % 1.349 %

Frente Popular Agrícola FIA del Perú 0.773 % 0.635 %

Izquierda Unida 0.573 % 0.471 %

Perú al 2000/Frenatraca 0.336 % 0.276 %

Movimiento Indepentiente Nuevo Perú 0.134 % 0.110 %

Partido Reformista del Perú 0.122 % 0.100 %

Alternativa Perú Puma 0.094 % 0.077 %

Paz y Desarrollo 0.085 0.070 %

Frente Independiente de Reconciliación


0.070 % 0.058 %
Nacional

Votos en Blanco 9.157 %

Votos Nulos 8.719 %

Porcentaje congresal
Porcentaje obtenido Partido/Alianza/Lista

52.103 % Cambio 90/Nueva Mayoría

13.997 % Unión por el Perú

6.532 % APRA

4.891 % Frente Independiente Moralizador

4.150 % CODE/País Posible

3.341 % Acción Popular

3.094 % PPC

2.975 % Renovación

1.996 % Movimiento Cívico Obras

1.877 % Izquierda Unida

1.075 % Frente Popular Agrícola FIA del Perú

1.069 % Perú al 2000/Frenatraca

0.788 % Movimiento Independiente Agrario

0.676 % Movimiento Independiente Nuevo Perú


0.300 % Partido Reformista del Perú

0.283 % Alternativa Perú PUuma

0.246 % Apertura Para El Desarrollo Nacional-PS

0.236 % Frente Independiente de Reconciliación Nacional

0.220 % Movimiento Independiente Inca

0.151 % Movimiento Social Independiente Recambio

Distribución congresal

Número de Congresistas electos(as) Partido/Alianza/Lista

67 Cambio 90/Nueva Mayoría

17 Unión por el Perú

8 APRA

6 Frente Independiente Moralizador

5 CODE/País Posible

4 Acción Popular

3 PPC
3 Renovación

2 Movimiento Cívico Obras

2 Izquierda Unida

1 Frente Popular Agrícola FIA del Perú

1 Perú al 2000/Frenatraca

1 Movimiento Independiente Agrario

El Estado y la prensa entre el 95 y el 2000[editar]


Desde el autogolpe, los medios de prensa que realizaban una oposición al gobierno o
investigaban sobre corrupción o narcotráfico fueron obligados a reducir su nivel de circulación
en el país. La finalidad de esto era disminuir su impacto sobre la opinión pública. Asimismo, la
televisión fue una herramienta política muy usada por Fujimori para generar una buena
percepción del gobierno y sus logros con respecto a la lucha contra el terrorismo. Sin
embargo, a partir de 1996 la situación empieza a cambiar. Se da a la reaparición de
programas de entrevistas, como es el caso de La Clave, con César Hildebrant. Estos
programas presentaban denuncias que vinculaban a Fujimori o a su asesor con escándalos de
corrupción o de narcotráfico. El resultado fue una mala percepción sobre el gobierno,
principalmente, sobre Montesinos (Conaghan 1999: 262).

PROMUDEH[editar]
El 29 de octubre de 1996 mediante el decreto de ley N.º 866 se creó el Ministerio de
Promoción de la Mujer y del Desarrollo Humano (Promudeh), lo que en la actualidad es el
Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP). El cual tenía como objetivo principal
promover el desarrollo de la mujer disminuyendo las desigualdades de género existentes en el
país y, además, la promoción de derechos para otros grupos sociales minoritarios
normalmente discriminados en el país de manera que se pueda generar equidad. Su visión es
impulsar un cambio cultural donde la mujer y el hombre compartan las mismas oportunidades
y sean dueños de su destino, en un ambiente de paz, democracia y solidaridad y su misión,
promover el desarrollo de la mujer y la familia, promover las actividades que favorezcan el
desarrollo humano de la población y la atención prioritaria a los menores de edad, mujer,
adulto mayor y personas con discapacidad en situación de riesgo o abandono.
Sin embargo, en 1996 cuando se crea Promudeh, sus funciones parecían estar muy limitadas
puesto que se puso énfasis en el rol promotor del PROMUDEH más no en su capacidad
rectora en temas vinculados a la inequidad social y de género (sólo se menciona
explícitamente un rol rector en temas vinculados a niñez y adolescencia).
El decreto 866 propone como misión de este nuevo ministerio “promover el desarrollo de la
mujer y la familia, promover las actividades que favorezcan el desarrollo humano de la
población y la atención prioritaria a los menores en riesgo.” Para lograr este objetivo se
operacionaliza esta misión en 4 objetivos claves:

1. Promover para los grupos objetivo de competencia del Ministerio la equidad en el


acceso a la ocupación, salud y educación.
2. Afianzar el rol de la mujer y la familia en la sociedad, así como en los programas
orientados a su desarrollo y en la lucha contra la pobreza.
3. Formular y ejecutar políticas de atención orientados a prevenir, atender, promover y
rehabilitar a los menores de edad en situación de riesgo.
4. Promover los valores cívicos y las normas de comportamiento acordes con los
principios de la ética, la moral, la solidaridad y la paz; así como promover el acceso a
la información, la cultura, la recreación y el deporte, como medios del desarrollo
personal y colectivo.
Como se puede observar, la norma identifica de manera explícita como grupos sociales
objetivo a las mujeres y los menores en riesgo. Se hace una alusión genérica a “la familia” y al
“desarrollo humano de la población.” No se realiza una identificación clara del resto de grupos
objetivo. Sin embargo, mediante la mención de las entidades del Estado que pasarían a
formar parte de Promudeh se puede concluir que este Ministerio se encargará de mujeres,
niños, adolescentes, adultos mayores, personas con discapacidad, población afectada por la
violencia política (la cual estuvo muy presente en el gobierno de Fujimori), y población
indígena.

Corrupción[editar]
Degregori sostiene que “el objetivo del régimen era la despolitización del electorado el clásico
pan y circo.” (101:2012). Esta afirmación se materializa en la compra de diversos canales de
televisión, así como de la prensa escrita y la promoción de los diarios chicha. Respecto a la
televisión, aparecen los primeros talk-show tales como el programa de Laura Bozzo, entre
otros, hacia finales de los noventa. De modo que, “no había programas políticos; las notas
policiales abrían los noticieros, seguidas por “temas humanos”; no se permitía siquiera
propaganda electoral pagada al contado.” (100-101:2012). Debido a ello, distintas figuras tales
como César Hildebrandt, Nicolás Lúcar, Eduardo Guzmán y Jaime de Althaus; renuncian a
sus puestos por presunta incompatibilidad. En suma, la política pasó a segundo plano.
Asimismo, la politización de la mayoría de diarios fue excepcional.
A partir de estos dos medios, Fujimori empezó a desplegar lo que llamaremos una estrategia
política que contaba con tres ejes. (Degregori 102:2012). Para empezar, se impulsó una
propaganda masiva a favor del gobierno. En segundo lugar, se desarrolló “una campaña
masiva e inédita de difamación y calumnia contra los candidatos de oposición” (102:2012).
Esto último se vio evidenciado en la campaña de feminización a los opositores. Finalmente, se
impuso y reavivaron los “viejos miedos o la inoculación de otros nuevos”. (102:2012).
Por último, los Vladivideos representan la caída del gobierno fujimorista. Estos fueron
entregados por Fernando Olivera y Luis Ibérico el 14 de septiembre del 2000. Asimismo, el
primer Vladivideo fue uno en el que Montesinos le entregó 15 mil dólares a Alberto Kouri con
la finalidad de que integre la bancada de Cambio 90/Nueva Mayoría. De modo que, vemos
que parte de la corrupción en dicho gobierno implicó la compra de políticos ya sea para votar a
favor de propuestas oficialistas o para integrar su bancada. La aparición de dichos videos creó
un clima de descontento y manifestaciones generalizado. Debido a ello, el 16 del mismo mes,
Fujimori brinda un mensaje a la nación donde, entre otras cosas, convoca a nuevas
elecciones. Los días posteriores, muchos políticos, incluyendo a Montesinos, fueron del país y
renunciaron a sus cargos. Además, el 13 de noviembre del 2000 Fujimori viaja a Brunei para
asistir a la APEC que se desarrollaba en dicho país. Luego de ello, el 17 del mismo mes viaja
a Japón y fue desde allí donde envió un fax con su renuncia a la presidencia del país un 20 de
noviembre del 2000. iA continuación, expondremos una lista de los involucrados y los eventos
que conforman los llamados Vladivideos.

Involucrados/as Eventos que fueron grabados

Consejo de Justicia Militar Cumpleaños de Vladimiro Montesinos

Cambio 90/Nueva Mayoría Ceremonia en la réplica de la embajada de Japón

Declaraciones de Víctor Andrés García Belaúnde y


Barry Mc Caffrey y Gonzalo Menéndez
Javier Alva Orlandini

Alex Kouri, Absalón Vásquez y Luz


Declaraciones de Pablo Lupis Cid
Salgado

Declaraciones del general Vernon, Baruch Ivcher y


Alex Kouri
Luis Percovich Roca

Eduardo Ferrero Caiga quien caiga (programa televisivo)

Luisa María Cuculiza, Juan Briones y


Viaje de Vladimiro Montesinos
Alberto Fujimori

José Dellepiane Ceremonia de adhesión de generales y almirantes

Alipio Montes, Luis Serpa, Víctor Ceremonia de adhesión de coroneles y capitanes


Castillo de navío

Jaime Beltrán Spot Publicitario del APRA

Embajador Denis Jett, Marino Costa Reunión de embajadora y comitiva

Reunión de representantes del gobierno de Estados


Javier Valle Riestra, Oscar Santander
Unidos
Reunión de la embajadora de Estados Unidos,
José García Marcelo
MINSA

Actividades de Víctor Ivachine con diplomáticos


Baruch Ivcher
rusos

Luis Venero y Ernesto Gamarra Actividades Dr. Montesinos Alta Dirección

Entrevista de Contrapunto al general EE Francisco


Julio Vera Gutiérrez, Daniel Borobio
Moyano

José Francisco Crousillat Caso Alan García

Jorge Trelles y Alberto Fujimori

Patricio Ricketts

Oscar Medelius, Rómulo Muñoz

Manuel Guillén

Víctor Joy Way, Genaro Delgado Parker

Luis Bedoya de Vivanco, Tomás


Gonzáles

Dionisio Romero

Carlos Bergamino, César Saucedo,


Villanueva

Manuel Delgado Parker, Ernesto Schütz


Eduardo Calmell del Solar

General Delgado, Vicente Silva,


Eduardo Calmell

Eugenio Bertini

Enrique Chirinos Soto

Alex Kouri, José Francisco Crousillat

Agustín Mantilla

Aybar

Fabián Salazar

Víctor Joy Way, Ernesto Schutz

Crisis del Gabinete Pandolfi[editar]


El 4 de junio de 1998, el Presidente del Consejo de Ministros, Alberto Pandolfi, renunció tras la
intromisión de militares en las negociaciones de la paz con Ecuador.23 Con él renunció el
gabinete en pleno; la renuncia fue aprobada y se nombró a Javier Valle Riestra, congresista
de oposición, como Presidente del Consejo de Ministros. Los ministros continuaron en sus
carteras, excepto Jorge Camet Dickmann (Economía), que fue reemplazado por Jorge
Francisco Baca Campodónico.

Gabinete Valle Riestra[editar]


El nombramiento de Javier Valle Riestra (APRA) como Presidente del Consejo de Ministros
causó sorpresa en la clase política peruana, pues este se había opuesto a la re-reelección.
Valle Riestra anunció que su misión iba a ser la de “fortalecer la democracia y el respeto de
los derechos humanos”.
En julio del mismo año, el jefe del gabinete subscribió dos veces las listas en las cuales los
peruanos piden un referéndum para derogar una ley que faculta al mandatario postularse a
una segunda reelección en las elecciones del 2000. Valle Riestra renunció al premierato el 21
de agosto de 1998, tras indicar que sus esfuerzos por democratizar el país no son viables,
además indicó que el presidente parlamento, Víctor Joy Way, le había faltado el respeto al
decirle que comenzara a trabajar. Junto con él, dimitió el Ministro de Defensa César Saucedo.
Luego de la renuncia, se volvió a nombrar a Alberto Pandolfi como Presidente del Consejo de
Ministros y se nombró a Julio Salazar Monroe

Crisis del Gabinete Pandolfi II[editar]


El 4 de enero de 1999 Alberto Pandolfi renunció al premierato para la recuperación del
crecimiento económico; Alberto Fujimori nombró al día siguiente al entonces titular del
Legislativo Víctor Joy Way como Presidente del Consejo de Ministros.24

Gabinete Joy Way[editar]


A inicios de 1999, una vez que Joy Way asumió el cargo, empezaron las críticas por los
miembros del gabinete. El entonces Ministro de Trabajo Jorge Mufarech dijo por televisión que
en las aduanas existe una red de corrupción que facilita el contrabando y por lo cual según
dijo el Estado peruano no recibió unos 10.000 millones de dólares en 10 años. La polémica
desatada llevó a la renuncia de todos los ministros. El 15 de abril del mismo año se
despidieron del gabinete los ministros: Julio Salazar Monroe (Defensa), Jorge Mufarech Nemy
(Trabajo) y Carlos de Romaña y García (Salud).
En octubre del mismo año el premier renunció tras revelaer que iba a postular al congreso en
las elecciones del siguiente año. Luego de la aprobación de la dimisión se nombró a Alberto
Bustamante Belaúnde, experto en Derechos Humanos, como Presidente del Consejo de
Ministros; junto con Joy Way se fueron Miriam Schenone (PROMUDEH), Antonio Paucar
(Transportes), Daniel Hokama (Energía y Minas), Javier Villanueva (Interior) y Alfredo Quispe
(Justicia), Ludwick Mayer (Pesquería), Tomás Gonzales (Presidencia).

Tercer Periodo: de julio a noviembre de 2000[editar]


El tercer gobierno de Alberto Fujimori dio inicio el 28 de julio de 2000, tras dos vueltas
electorales turbulentas que acapararon los ojos del Perú y el mundo, llegando al resultado final
de la segunda reelección consecutiva del presidente Fujimori. Este gobierno, marcado por la
inestabilidad política y los escándalos que se mediatizaron, tuvo una duración de poco menos
de 4 meses, concluyendo con la renuncia indecorosa por fax del presidente Fujimori desde
Japón, la misma que no fue aceptada por el congreso, quien lo destituyo del cargo arguyendo
la causal de “incapacidad moral”.
El presente trabajo busca hacer un análisis del marco político que envolvió a este gobierno,
enfocándose en la relación y dinámicas observadas entre los actores políticos más relevantes,
haciendo énfasis en la relación del congreso y el ejecutivo. Así, se pretende desarrollar desde
esa óptica una reconstrucción del proceso político acontecido como prefacio de la caída del
régimen autocrático de Alberto Fujimori.
Para una mejor organización de la información, la presente monografía está dividida en dos
capítulos. El primer capítulo desarrolla las características de los actores políticos investigados,
aquellos que jugaron un papel protagónico durante el tercer periodo de Fujimori. En este
capítulo se describirá la composición orgánica de los aparatos gubernamentales (o no
gubernamentales pero con influencia política evidente), las tendencias y rasgos ideológicos de
las personas, movimientos o partidos políticos que los dirigen y las motivaciones e intereses
de cada uno.
El segundo capítulo desarrolla el análisis de las relaciones entre estos actores y sus pugnas
de poder durante el tiempo que duro el gobierno. Aquí se va a recurrir a fuentes primarias
como artículos de diarios y reportajes periodísticos de la época que grafiquen lo señalado.
Pero también se recurre a la bibliografía académica ya desarrollada sobre el tema por autores
como Yasuke Murakami, Carlos Ivan Degregori, Guillermo Gonzales, entre otros incluidos en
la bibliografía. Esto permite poder contrastar diferentes perspectivas sobre el proceso político
del 2000 y así poder elaborar una interpretación que contribuya a un entendimiento más
profundo de los fenómenos acontecidos en el 2000.
Como herramienta metodológica, este capítulo analiza las relaciones entre el ejecutivo y los
demás actores identificados. Cada uno de estos procesos es analizado individualmente,
planteando en cada una las dinámicas y mecánicas imperantes en las relaciones políticas de
los actores bajo estudio.
Para entender el fenómeno político que se desarrolló en ese accidentado periodo, a
continuación se va a hacer una breve reseña del contexto político previo, haciendo énfasis en
la campaña previa y las elecciones del 2000. Esto servirá para conocer en qué situación
llegaban los diferentes actores políticos al escenario de los comicios del año 2000. Hacer esto
nos permitirá entender de mejor modo los sucesos del tercer periodo gubernamental de
Fujimori, el cual no puede entenderse de modo aislado pues está enmarcado dentro de un
proceso político de mayor envergadura: La dictadura fujimorista de los años 90.
El primer periodo de Fujimori había estado marcado por el autogolpe del 5 de abril de 1992
que tuvo un respaldo popular masivo, las medidas de reajuste económico denominadas como
“el fujishock”, y el enfrentamiento militarizado con los grupos subversivos de izquierda radical
que pugnaban mediante la violencia y el terror para tomar el poder político en el país.
Asimismo, las fuerzas de oposición se encontraban debilitadas por sus propias pugnas
internas, eran incapaces de concertar entre si para estructurarse en bloques más
contundentes que faciliten el rol de oposición y cargaban con el rechazo de la población en
general, que se sentía hastiada de la política tradicional a quien culpaban de la crisis de los 80
y que veían representada en los partidos de oposición.
Este gobierno fue exitoso en estabilizar la economía y ganó el respaldo social en la lucha
contra el terrorismo con la captura del líder de Sendero Luminoso en el año 1992, generando
así una sensación de orden, seguridad y confianza en la población. Por ello, no sorprende que
en el 95 la población apostase por reelegir a Fujimori. El discurso en esta campaña estuvo
orientado a los segmentos sociales más empobrecidos, segmentos con los que el oficialismo
tenía una deuda pendiente, pues no había podido lograr reducir la pobreza ni el desempleo
con el mismo éxito que tuvo con las medidas del fujishock y el enfrentamiento al terrorismo.
Estas se volvieron su base social. (Murakami, 2012).
En el año 1995 Alberto Fujimori fue re electo por primera vez como presidente de la república,
ya bajo el marco jurídico de la constitución del 93, que fue fruto de la labor del Congreso
Constituyente Democrático del 92, tras el autogolpe. En una elección poco cuestionada,
Fujimori vencía al candidato y ex secretario general de la ONU Javier Pérez de Cuellar, quien
no se presentaba como una alternativa opuesta o diferente al programa fujimorista en términos
de programa. Las diferencias entre ambas propuestas eran de forma y no de fondo, con un
Pérez de Cuellar que no era precisamente un candidato carismático que convoque masas, al
margen de sus incuestionables méritos profesionales y académicos. Fujimori fue el claro
vencedor de la elección, pero sus días de éxito estaban llegando a su fin.
En este momento del régimen, la figura del asesor presidencial Vladimiro Montesinos se había
consolidado entre los hombres de confianza más cercanos al presidente. Desde los primeros
días de su vida política Fujimori se relacionó con Montesinos, a quien veía con mucha estima
por su inherente carisma y su gran capacidad de obtener los resultados esperados en
contextos complicados. Montesinos, abogado de profesión y arequipeño de nacimiento,
mantenía relaciones estrechas con las fuerzas armadas, institución de la que habría formado
parte. Además, era cercano con el gobierno estadounidense, en específico con la CIA y la
DEA, para quienes fungió de informante durante muchos años antes de los 90 y con quienes
coordinaba el manejo de la presión internacional. Para el 95, Montesinos había logrado
distanciar del entorno presidencial a aquellos allegados al presidente que le pudieren ser
incomodos, incluyendo al hermano menor del presidente Santiago Fujimori, afirmando así su
posición de “mano derecha” de Fujimori. (Degregori, 2012).
Durante este segundo gobierno, Fujimori necesitaba consolidar la reforma económica que
había iniciado, hacer que esta alcance a su base social humilde. Sin embargo, los conflictos
dentro de su círculo cercano en el gobierno, de la mano de la coyuntura internacional de
recesión y entrampamiento económico hicieron que esta tarea se torne mucho más difícil de lo
que se había anticipado. Sin embargo, aún contaba con un amplio respaldo popular pues la
oposición no había logrado capitalizar esta coyuntura y captar respaldo popular. (Murakami,
2015).
El estilo de gobierno de Fujimori de tomar medidas de emergencia, reactivamente, para
controlar la crisis, el mismo que le había sido tan útil entre el 90 y el 95, dejaba de ser útil en
estos tiempos de mayor estabilidad. Tiempos que requerían de un estilo de gobierno más
programático y planificado, que priorice los proyectos de mediano y largo plazo, cuyos
resultados no podrían ser apreciables recién después de un tiempo determinado, pero que
permitirían consolidar una institucionalidad en las reformas ejecutadas ante la emergencia
heredada del gobierno anterior. Sin embargo, Fujimori no comprendió o no quiso comprender
esto y se aferró a sus viejas formas en las que tenía confianza por los resultados obtenidos
hasta ese momento.
Este enfoque complicó la imagen del gobierno ante la población, pues no lograba evidenciar
los resultados prometidos de reducción de pobreza. Además, la comunidad internacional
empezaba a denunciar las formas dictatoriales del gobierno, las que consideraba cada vez
menos oportunas, exigiendo acciones concretas que evidencien la voluntad del gobierno de
hacer una transición de vuelta hacia la democracia. (Murakami, 2012).
En este difícil contexto, tras apenas un año de la segunda gestión fujimorista, el tema de la
tercera re elección se empezaría a perfilar como un problema central del régimen. Todo inicia
con las declaraciones de un grupo de congresistas oficialistas de peso a los medios, donde
indicaban que tenían esperanzas de ver a Fujimori participar en las elecciones del 2000
(Diario Expreso 22-24 de enero de 1996). El tema de la re re elección fujimorista ya había sido
un foco de polémica en el congreso constituyente del 92, donde el oficialismo estableció
durante el debate del artículo constitucional que regula la re elección, que la prohibición de re
elección impediría la participación de Fujimori en el año 2000, pues la del 95 habría sido su
segunda re elección, alcanzando con eso el máximo de re elecciones posibles según el
precepto establecido en la constitución que permitía hasta una re elección consecutiva.
Al margen de ello, Fujimori ya tenía pensado participar en la elección del 2000. Su intención
era ganar la elección y renunciar a la presidencia culminado el primer año de gestión. Así, su
heredero Francisco Tudela podría terminar de supervisar la transición hacia la democracia,
pero dentro de los parámetros que Fujimori había predeterminado para ello. Montesinos fue
uno de los promotores principales de esta idea. La estrategia era armar la habilitación para la
segunda re elección lo más lejos posible de las elecciones, para así poder contrarrestar el
costo político de esa decisión con los éxitos que su gestión obtenga. Para ello, a mediados del
96 impulso dos leyes que su mayoría en el congreso aprobó. Estas leyes le permitieron doblar
y desnaturalizar el sentido interpretativo de la constitución, facultándolo a participar de las
elecciones. El argumento era que en tanto la primera elección de Fujimori se dio con la
constitución del 79, esa elección no estaba afectada por la constitución del 93, ni podía contar
para la determinación del límite de re elecciones. En ese orden de ideas, la elección del 95
habría sido la primera vez que Fujimori fue electo con efectos vinculantes a la norma
fundamental del 93, siendo la re elección del 2000 la primera re elección contabilizable para
propósitos del límite impuesto por la carta magna. Esta tesis obtuvo el nombre de
“interpretación verdadera” y fue elaborada por Torres y Torres Lara, hombre de confianza del
régimen y jurista renombrado. (Diario La República, 16 de agosto de 1996). Sin embargo, el
argumento no era sostenible porque esta interpretación ya había sido descartada por el
oficialismo en el CCD.
La oposición intento una serie de mecanismos jurídicos para tratar de impedir este atropello
mayúsculo a la democracia entre 1996 y 1999. Se interpusieron recursos de
inconstitucionalidad contra las leyes, se intentó convocar a un referéndum que desarticule esta
habilitación tramposa, se interpusieron tachas contra la candidatura oficialista desde todos los
extremos de la oposición, etc. Pero la fuerza del oficialismo en el congreso y su control sobre
el Tribunal Constitucional le permitieron afirmar la “interpretación verdadera” que propuso
Torres y Torres Lara. La candidatura de Fujimori se oficializo el primero de enero del año 2000
ante el desconcierto de nacionales y extranjeros cuando el Jurado Nacional de Elecciones
absolvió de todas las tachas a la candidatura releccionista. (Diario El Comercio, 1 de enero de
2000). Montesinos fue clave en el control del Jurado Nacional de Elecciones para lograr este
objetivo.

La campaña[editar]
Es así como empieza la campaña electoral. Además de Fujimori, participaron en esa elección
como principales contendientes de la oposición Alberto Andrade de Somos Perú, Luis
Castañeda de Solidaridad Nacional y Alejandro Toledo de Perú Posible. A pesar de los
intentos de consolidar una sola candidatura de oposición, los intereses personales de los
diferentes candidatos primaron y decidieron postular independientemente. Durante la
campaña, todos los candidatos de la oposición fueron víctimas de agresiones por parte de la
población en sus actos proselitistas, aunque estas agresiones no parecerían ser espontáneas.
Además, hubo amenazas graves y campañas de desprestigio mediático o “enlodamiento”.
Esto se hizo a través los famosos “diarios chicha”, una serie de diarios populares que, como
se supo después, eran orquestados por Montesinos con el propósito de demoler la imagen de
los candidatos de la oposición. El resto de la prensa formal también era objeto del control de
Fujimori, salvo contadas excepciones como el diario La República. Estos medios contrarios al
régimen eran constantemente boicoteados por el oficialismo. La estrategia era vincular a los
candidatos con el fantasma de Alan García en la mente del electorado, presentándolos como
sus marionetas, evocando el miedo a la crisis de los 80 y el vigente rechazo de la población a
los partidos tradicionales. (Fowks, 2015).
De cara a la elección, las encuestas de marzo mostraban un claro liderazgo de Fujimori sobre
los demás candidatos de la oposición, que llegaban desgastados por la campaña de
demolición. El único que presentaba posibilidades de vencer a Fujimori a esas alturas era
Alejandro Toledo, candidato que no había sido demolido totalmente por la maquinaria
mediática del régimen porque a inicios del 2000 no presentaba mayores indicios de poder
levantar sus cifras, es decir, no representaba una amenaza para Fujimori y, por ende, se le
subestimo. La posición no confrontacional al régimen de Toledo de ese momento ayudo a
estos resultados. Mientras la maquinaria mediática se centraba principalmente en Castañeda y
Andrade, Toledo tuvo un crecimiento sorpresivo al captar los votos que iban perdiendo los
otros dos. Si en los 90 se hablaba de “tsunami electoral”, Toledo representaba un “huaico”
electoral, creciendo en la intención de voto de los peruanos a pasos agigantados, de modo
muy similar a lo que ocurrió en 1990 entre Fujimori y Vargas Llosa. Ello a pesar de algunos
destapes escandalosos que involucraban al candidato de la chakana con Zarai Toledo,
supuesta hija extramatrimonial de Toledo.
Si en enero del 2000 Toledo solo contaba con un somero 7 %, para febrero ya contaría con un
10 % que indicaba una tendencia hacia arriba. Ya en marzo la candidatura peruposibilista
daría el salto definitivo, alcanzando el 27 % de intención de voto y consolidándose como el
“avatar” de la oposición. En la última encuesta del 2 de abril del 2000, Fujimori tenía 40 %
contra 35 % de Toledo, vaticinando un final de fotografía para la primera vuelta electoral.
(Fowks, 2015).
Elecciones 2000[editar]
La primera vuelta la ganó Fujimori con 45.82 % de los votos válidos, cantidad que lo colocaba
en una segunda vuelta contra Alejandro Toledo, quien obtuvo 36.97 %. Sin embargo, el
proceso fue poco transparente y los rumores de fraude corrían por todo el país. Toledo
renunció simbólicamente a la candidatura, aunque no lo formalizo ante el JNE, e hizo un
llamado incitando a la población a que vicie su voto de la segunda vuelta. La misión
observadora de la OEA, institución que canalizaba la presión internacional, decidió retirarse
del proceso electoral ante la negativa de posponer la fecha de la segunda vuelta y los
sospechosos incidentes de la primera, hecho sin precedentes en la región que ponía en tela
de juicio la legitimidad de la elección. La presión internacional era abrumadora, ya no se
tolerarían más las formas dictatoriales. Se exigía un viraje hacia la democracia y se requerían
evidencias concretas que demuestren que este se estaba dando. Sumado a ello, Montesinos
estaba perdiendo el respaldo de la CIA, elemento fundamental para el manejo de la coyuntura
internacional. El asesor había sido involucrado con venta de armas a las FARC y vínculos al
narcotráfico, situaciones que ni la CIA ni la DEA iban a tolerar, a pesar de haber tenido
estrechos vínculos con Montesinos hasta ese momento. (Murakami, 2012).
La segunda vuelta se dio en la fecha prevista originalmente, lo que oficializo la retirada de la
misión observadora de la OEA. Esta terminó dando como ganador a Fujimori con 51 % de los
votos contra 17 % de Toledo. Hubo 29 % de votos nulos/blancos.
Así, con este resultado obsceno, contra viento y marea, Fujimori volvía a re elegirse en medio
de una crisis política profunda, acusaciones de corrupción en todos los niveles del ejecutivo,
los vínculos de la cúpula oficialista con el narcotráfico se habían hecho más evidentes desde
que en el año 1996 el capo de la droga conocido como “Vaticano” acuso públicamente a
Montesinos de estar involucrado con él. En su momento, esas acusaciones no levantaron
mayor revuelo en la población que tenía fe en el gobierno y, por extensión, en Montesinos. Sin
embargo, para las elecciones del 2000 el vínculo con el narcotráfico era una realidad que
muchos peruanos conocían y hasta aceptaban. Sumado a ello, el escándalo del fraude
electoral, la caída estrepitosa en la aprobación de la población a un mínimo histórico y, por si
fuera poco, los manejos irregulares y delictivos de Montesinos estaban cada vez más
expuestos en su real dimensión.
Los aliados estadounidenses de Montesinos le dieron la espalda por haberse visto involucrado
en un escándalo de venta de armas a las FARC, se anuló la entrega de un cuantioso fondo
destinado a la lucha contra las drogas por parte de la DEA y el gobierno americano exigió la
separación de Montesinos como requisito para cualquier tipo de ayuda futura. Los esfuerzos
por salvar al asesor del presidente terminaron por darle una imagen de mafia al oficialismo,
tanto en el frente local como en el internacional. (Taylor, 2000).
Con este bosquejo del contexto en el que se enmarca el tercer gobierno “del chino” se
procederá a desarrollar el cuerpo de esta monografía en los términos que fueron expuestos
líneas arriba. Se ha omitido adrede analizar los resultados de las elecciones parlamentarias en
esta introducción, pues ello se analizara en el capítulo 1.
Fujimori se enfrentó contra Alejandro Toledo y Alberto Andrade en las elecciones. Los
resultados fueron:
Primera vuelta[editar]

 Alberto Fujimori: 49 %
 Alejandro Toledo: 43 %
 Alberto Andrade: 8 %
Debido a las denuncias de fraude que existieron después de la primera vuelta, Toledo
anunció, el 18 de mayo de 2000, que no se presentaría en la segunda vuelta, pero no lo hizo
frente al Jurado Nacional de Elecciones.
Segunda vuelta[editar]

 Alberto Fujimori: 74 %
 Alejandro Toledo: 26 %
Toma de mando[editar]
A la toma de mando, realizada el 28 de julio de 2000, asistieron los presidentes Gustavo
Noboa de Ecuador y Hugo Banzer Suárez de Bolivia; el secretario general adjunto de
la Organización de Estados Americanos, Luigi Enaudi; así como los vicepresidentes Marco
Maciel de Brasil, Gustavo Bell de Colombia, Carlos Quintanilla Schmidt de El
Salvador, Mariano Rajoy de España, Juan Francisco Reyes de Guatemala, Gladys Caballero
de Honduras, Luis Hierro López de Uruguay y Elías Rodríguez de Venezuela; el Canciller
de Argentina, Adalberto Rodríguez Giavarini, el Ministro del Interior de Chile, José Miguel
Insulza, el vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba, José Ramón Fernández, el
vicecanciller de Malasia, Leo Toyad, el ex ministro de Finanzas de Japón, Hiroshi Mitsuzuka;
ministros de Rusia y Cuba.25 Los mandatarios de los demás países latinoamericanos se
excusaron de asistir a la ceremonia.26
Capítulo 1: los actores políticos[editar]
En este capítulo se va a hacer una descripción general y se intentara establecer los rasos
psicológicos internos de los diferentes actores políticos que sostuvieron el proceso político del
tercer gobierno de Fujimori. En primer lugar, se va a desarrollar al congreso de la república.
En segundo lugar, se va a desarrollar a la presidencia de la república como cabeza del poder
ejecutivo y a aquellos aparatos del ejecutivo vinculados al rol político del ejecutivo, oficial o
extra oficialmente. Esto se explicara con detenimiento en el apartado destinado a la
presidencia y ejecutivo. Además, se desarrollara a la prensa como actor político. En este caso,
el análisis va a discernir entre prensa por Fujimori y prensa pro oposición, tocando cada uno
individualmente, pero sin entrar en el detalle de que medios específicamente integran cada
bloque, pues los diferentes medios han ido cambiando de parecer con respecto al régimen en
este periodo final de la dictadura. Explicitar la posición de cada uno de los medios de
comunicación según cada una de sus acciones sería una labor tediosa que escapa los
objetivos de esta monografía. Basta con identificar un bloque de prensa pro Fujimori y un
bloque reducido pro oposición.
El congreso de la República[editar]
Las elecciones del 2000 fueron objeto de una modificación a la ley electoral. Esto se venía
debatiendo desde marzo de 1999 porque la ley vigente entonces prescribía el sistema de
distrito electoral único para la elección de parlamentarios. Es decir, todos los peruanos
votaban por la misma terna de candidatos que estaba concebida como lista nacional. En ese
sentido, cabía la posibilidad (y de hecho se dio) que departamentos enteros se queden sin
representante por no poder alcanzar la cantidad de votos que candidatos de otros
departamentos más poblados obtenían. Así, Lima tenía más del 50 % de los parlamentarios y
Huancavelica no tenía ninguno. Este sistema era contrario a la tradición democrática peruana
y ya en el 99, 3 parlamentarios propusieron cambiar el distrito electoral único por distrito
electoral múltiple o al menos mixto para garantizar la representatividad del parlamento.
(Caretas, 31 de marzo de 1999).
El 9 de abril del 2000, el Perú eligió a sus parlamentarios mediante el sistema de voto
proporcional preferencial, asignándose la siguiente configuración al parlamento unicameral de
120 curules:

 Perú 2000: 52 representantes


 Perú Posible: 29 representantes
 Frente Independiente Moralizador: 9 representantes
 Somos Perú: 8 representantes 6
 Partido Aprista Peruano: 6 representantes
 Solidaridad Nacional: 5 representantes
 Unión Por el Perú: 3 representantes
 Acción Popular: 3 representantes
 Movimiento Avancemos: 3 representantes
 Frente Independiente Agrario: 2 representantes.
El oficialismo en el parlamento[editar]
Si bien este resultado le daba mayoría simple al oficialismo, no le daba una mayoría suficiente
para mantener el estilo autocrático de gobierno que había venido imponiendo. Además, la
bancada oficialista que carecía de partido político orgánico había establecido una alianza
electoral denominada Perú 2000, integrada por los movimientos Frente 2000 y Vamos Vecino,
liderados por Absalon Vásquez para la participación del año 2000. La alianza la completaba el
movimiento de Fujimori, Cambio 90-Nueva Mayoría donde radicaban los fujimoristas más
leales a Alberto. Esto sería problemático para el presidente.
Esta alianza evidentemente resto espacio a los militantes de C90-NM en la lista congresal y,
por consecuencia, la capacidad de control que tenía Fujimori sobre la bancada en el
parlamento. 26 congresistas del oficialismo pertenecían a los movimientos de Vásquez,
dejando solo la mitad de congresistas al Fujimorismo nuclear. Los allegados a Vásquez venían
con su propia agenda, que si bien era afín a los intereses de Fujimori, era el germen de la
discordia que se presentaría más adelante al interior de la bancada. El mismo Vásquez se
sentía heredero de Fujimori en la presidencia, a pesar de que para este último su heredero
ideal y predeterminado era Tudela. (Fujimori, 2003). Este tipo de contradicciones se fueron
agudizando conforme avanzó el gobierno.
Otro problema de la alianza fue que Frente 2000 se vio envuelto en un escandaloso destape
que revelaba una descarada falsificación de más de un millón de firmas para la inscripción
electoral de la candidatura. Este escándalo no impacto demasiado en la elección del 2000,
pues la población se encontraba demasiado polarizada entre Fujimorismo y Antifujimorismo
como para que este destape pueda mermar relevantemente las fuerzas de los votantes
fujimoristas, que rechazaban la veracidad de esta data o la consideraban irrelevante para
determinar su voto. Lo que si sucedió a raíz de este escándalo fue el establecimiento de un
hito en las relaciones internas del frente Perú 2000. El oficialismo empezaba a caer en las
pugnas internas que otrora habían consumido a la oposición, restándole fuerza y capacidad de
maniobra al ejecutivo. (Murakami, 2012).
La oposición[editar]
La oposición se conformaba por el resto de fuerzas políticas que alcanzaron representatividad
en el parlamento, siendo las principales la bancada de Perú Posible, el Frente Independiente
Moralizador y el Partido Aprista Peruano. La oposición entraba al nuevo gobierno desgastada
por la demolición mediática acontecida en la campaña, fragmentada por intereses individuales
y con la única consigna de fiscalizar celosamente al oficialismo para desestabilizar al régimen
que se encontraba sumido en una profunda crisis política, producto de las turbulentas
condiciones de la elección, la presión internacional, el desenmascaramiento de Montesinos y
sus operaciones clandestinas y sus propias pugnas internas en el legislativo y en el círculo de
confianza del presidente. (La República, 15 de abril del 2000).
Aunque compartían un objetivo claro, las bancadas de la oposición carecían de cuadros
técnicos especializados en el congreso que les permitiesen un aparateo político contundente.
En ese sentido, a pesar de la voluntad política generalizada de rechazo a Fujimori que
trascendía las barreras clásicas de derecha e izquierda, la oposición no pudo establecerse
como una institución orgánica que se enfrente al gobierno eficientemente en tutela de los
derechos de los peruanos. Sino, fue en vez un cúmulo de núcleos reducidos de voces
diversas que denunciaban las irregularidades del gobierno sin poder tomar acciones positivas
que impacten en el poder de Fujimori, como evidencian los diarios de debate del congreso y
las votaciones. Tampoco habían sabido capitalizar el momento coyuntural y la pérdida de
popularidad de Fujimori para ganar respaldo de la población, que seguía siendo adversa a
ellos gracias al manejo mediático que ejercía el régimen y la incapacidad de la oposición de
conectar con el pueblo. (Expreso, 18 de agosto de 2000).
Cabe mencionar que se organizó una manifestación multitudinaria el 27 de julio del 2000 en
rechazo a la re elección liderada por la oposición, la recordada marcha de los 4 suyos. Sin
embargo esta fue infiltrada por agentes del SIN que la violentaron, haciendo que se pierda el
“momentum” de conexión entre la población y la oposición, por lo que este evento terminaría
siendo anecdótico y sin consecuencias reales sobre Fujimori y su nuevo gobierno, que se
estrenaba entre disturbios y caos. (Morey, 2004).
Marcha de los cuatro suyos[editar]
Artículo principal: Marcha de los Cuatro Suyos

El día 25 de julio de 2000 llegaron a Lima desde distintos puntos del país para participar de la
primera fecha de la masiva marcha frente al Congreso de la República del Perú, día en que
los congresistas electos asumen su cargo y misma jornada en que los legisladores opositores
podrían declarar la vacancia presidencial si logran reunir una mayoría suficiente de 61
congresistas.27
Tuvo como punto central el día 28 de julio, que coincidió con la celebración de las Fiestas
Patrias en el Perú y la juramentación de Fujimori como presidente por tercera vez consecutiva;
en ese día se desataron movilizaciones populares durante las cuales se atacaron importantes
lugares públicos y privados (como los medios de comunicación). En medio de las protestas la
sede del Banco de la Nación fue incendiada, en ella se encontraban 6 guardias de seguridad,
los cuales murieron intoxicados por el humo. Otros guardias sobrevivieron al escapar hacia la
calle a través de las ventanas de los pisos superiores.28
El punto más álgido de la participación de la oposición en el parlamento está delimitado por los
congresistas tránsfugas. Este fenómeno se analizara en el segundo capítulo con más
profundidad, pero se menciona acá para graficar el nivel de representantes que había
colocado la oposición entre sus candidatos al congreso, individuos sin una ideología ni
principios. Gente capaz de traicionar la confianza del voto popular que le dio una curul a
cambio de dadivas o silencios.
El Ejecutivo, su presidente y el rol político de su asesor de inteligencia[editar]
El ejecutivo era liderado por Fujimori y su cúpula de allegados y asesores, entre los que aún
destacaba Vladimiro Montesinos. Montesinos había sido un hombre clave a lo largo de todo el
gobierno y se había ganado la confianza incondicional de Fujimori. Todas las decisiones
importantes le eran consultadas para recibir su punto de vista de hombre de inteligencia y, a
pesar de las contundentes evidencias en su contra por una serie de manejos turbios y hasta
delincuenciales, Fujimori lo mantuvo cerca hasta casi el final de sus días como presidente.
(Degregori, 2012).
Esto hace intuir que Fujimori tenía conocimiento de las acciones extralegales de Montesinos,
de otro modo no se puede entender porque lo continuo defendiendo a costa de su propia
imagen cuando las evidencias de vinculaciones con el narcotráfico y las guerrillas colombianas
eran prácticamente irrefutables.
Como ya se ha mencionado, el estilo de gobierno de Fujimori era reactivo. Le resultaba
cómodo tomar medidas drásticas para estabilizar situaciones de crisis, obteniendo resultados
considerablemente valiosos, como demostró en su primer periodo. Lo caracterizó el
pragmatismo, la mano dura y la renuencia al diálogo con la oposición en la toma de
decisiones. Sin embargo, querer seguir manteniendo ese estilo a estas alturas del gobierno,
habiendo iniciando un tercer mandato del modo en el que lo estaba haciendo y con todos los
cuestionamientos que recaían sobre él, locales e internacionales, resultaba obtuso.
(Murakami, 2012).
Su gabinete ministerial lo encabezaba Federico Salas, pero esta era ya una figura simbólica
mantenida únicamente para no profundizar la crisis. El gabinete en general había cobrado un
papel secundario en el gobierno, centralizando el poder en la figura de Fujimori. Como el estilo
de gobierno no buscaba incluir a la oposición, es ocioso señalar que ninguno de los ministros
pertenecía a la oposición. Además, ninguno de los miembros de la oposición con la formación
suficiente para desempeñarse como ministro de estado hubiese accedido a integrar el
gabinete.
Por su parte, Montesinos se encontraba en una situación muy complicada. Habiendo hecho
todo el trabajo sucio del régimen, le estaba llegando la hora de enfrentar las consecuencias.
Su rol como asesor de inteligencia y jefe del SIN lo habían llevado a acumular mucho poder a
cambio de involucrarse en delitos tan serios como asesinatos, tráfico de armas y drogas,
corrupción, espionaje, entre una larga lista de otros. Sin embargo, el poder de Montesinos
también le había permitido estructurar una red de contactos leales a él muy valiosa. Entre las
personalidades que tenía a su disposición se hallaban altos mandos de las fuerzas armadas,
jueces y fiscales, funcionarios públicos de todo nivel, empresarios, periodistas y el mismo
Fujimori, lo que le permitiría un rango de acción considerable, más allá de su situación de
paria ante los ojos del pueblo.(Bowen, 2003).
Su declive está vinculado a la presión internacional que recayó sobre el régimen tras la
elección del 2000 y su distanciamiento de sus aliados en la CIA y la DEA, quienes finalmente
le dieron la espalda y empezaron a presionar al gobierno para que lo separe del aparato
estatal. Le quitaron el blindaje político y solo entonces se le pudo perseguir por sus acciones.
Sin embargo, es ingenuo pensar que recién entonces, en el ocaso de la dictadura, caíamos en
cuenta de las acciones de Montesinos. Era sabido, por lo menos desde el 96, que Montesinos
era un personaje peligroso y no debía estar en el gobierno. Las denuncias de Vaticano sobre
el vínculo con el narcotráfico, las agentes del SIN que fueron torturadas y asesinadas, según
denunciaría Baruch Ivcher en su canal, todas las acciones para militares del grupo Colina, etc
daban cuenta de la naturaleza delincuencial y psicopática del jefe del SIN. No sucedió que se
monto una cortina de humo magistral que encegueció a la población y al mismo Fujimori hasta
la caída del régimen. Montesinos hizo lo que hizo a vista y paciencia del gobierno, de Fujimori,
del pueblo peruano y del mundo. (Ubillus, 2006).
Los medios de comunicación[editar]
Como se adelantó líneas arriba, este bloque está compuesto por dos tipos de medios. Los
medios pro fujimorismo y los anti. Esta distinción se hace pues es imposible abordar el tema
de la prensa en el contexto estudiado presumiendo la supuesta neutralidad que deben tener
los medios. De hacerlo se corre el riesgo de distorsionar la reconstrucción política que se está
desarrollando, haciendo que este extremo de la monografía pierda sentido.
La prensa pro fujimorista[editar]
Este bloque de medios está conformado por dos tipos de medios. Por un lado, se encuentran
los medios formales y masivos de difusión. Estos eran los canales de televisión, las emisoras
de radio más sintonizadas y los diarios y revistas que gozaban de prestigio por el contenido de
sus publicaciones e índice de distribución. Estos medios se estructuran como empresas
privadas y son dirigidas por privados, normalmente, con ánimo de lucro. Asimismo, el estado
contaba con mecanismos de difusión propios que no dudaba en utilizar cuando era necesario.
Estos medios están sometidos a regulaciones con respecto a la cobertura electoral. Sin
embargo, la normativa peruana sobre la materia deja mucho que desear, evidenciando vacíos
normativos, ineficacia fáctica de dispositivos normativos abstractos que nunca se llegaban a
materializar en actuaciones concretas de la justicia y la eminente parcialización que impone la
línea editorial de cada medio, parcialización que no debería presentarse en los contextos
electorales por motivos de ética de prensa. Máxime, si el órgano de control está conformado
por representantes de los mismos medios que están siendo controlados. En este supuesto, se
le da al medio la responsabilidad de autodisciplinar su contenido, en particular, en época
electoral. Esta situación que ha probado ser cuando menos insuficiente para tutelar los
derechos de los peruanos en contextos electorales requiere de urgentes reformas.
Por otro lado, encontramos a los “medios chicha”. Estos eran diarios populares que
empezaron a aparecer a lo largo del fujimorismo y poblaban los puestos de ventas con
coloridas y campechanas portadas, manteniendo siempre un respaldo al régimen y atacando a
la oposición con noticias reales, maquilladas o directamente falsas. Estos medios, según se
probaría luego, fueron orquestados en su mayoría por el jefe del SIN y formaban parte del
esquema de control mediático del régimen. Su contenido se fue radicalizando conforme
avanzaba el gobierno. Ya en la época del tercer gobierno, estos medios atacaban
directamente a la oposición en las portadas de modo sistemático en una campaña de
demolición de imagen. Asimismo, servían para armar cortinas de humo para tapar los
escándalos del gobierno. Sobre estos medios no cabe analizar la relación con el ejecutivo,
pues no había una relación. Estos diarios chicha, en cierto sentido, formaban parte de la
estructura del ejecutivo, respondían a sus órdenes directas y no tenían una subjetividad
inherente. Existían en tanto había financiamiento y voluntad del ejecutivo para que existan.
(Fowks, 2015).
La prensa antifujimorista[editar]
A pesar de los esfuerzos del ejecutivo por controlar la prensa, había aún algunos medios
como el diario La República de Mohme que mantenían su línea crítica hacia el régimen y
denunciaban cuanta irregularidad podían encontrar. Estos medios fueron lentamente
desapareciendo hasta ser un reducto reducido, accesible solamente a aquellos que los
buscasen específicamente.
A pesar del esfuerzo invertido y el coraje demostrado por estas organizaciones, el rol que
jugaron fue mínimo. Eran objeto de las más rebuscadas maniobras del ejecutivo para
censurarlos, y se terminaban perdiendo en la maraña difusiva de la prensa pro fujimorista. Por
ello, el impacto de sus publicaciones no solía poner al gobierno en aprietos, ya que pasaban
desapercibidos. (Fowks, 2015).
Capítulo 2: Las dinámicas y juegos de poder entre los actores[editar]
En este capítulo se van a analizar las relaciones entre el ejecutivo, individualizado en el
presidente y su asesor de inteligencia, con los demás actores que se han presentado. Esto
permitirá tener un entendimiento más profundo de los motivos políticos de la caída de Fujimori.
Las relaciones con la Prensa[editar]
Para Fujimori, presumiblemente por consejo y obra de Montesinos, siempre fue muy
importante el manejo de la prensa. Esta era una herramienta clave de su régimen, que le
permitía comunicarse con la población, que le permitía moldear la realidad que percibía la
población. Inicialmente, el manejo mediático no excedió los límites de razonabilidad a los que
todo gobierno debe auto someterse cuando maneja los medios. Sin embargo, esto cambiaria
con el autogolpe del 92 y tendería a irse profundizando el control ejercido por el gobierno
sobre los medios. La máxima expresión del control mediático son los “diarios chicha” que se
analizaron en un apartado anterior.
Sin embargo, la prensa real también fue sometida al control del ejecutivo. Los mecanismos de
control de los medios masivos (tv, radio, diarios formales) cobraron varias formas. Por un lado,
el estado dirigía campañas psicosociales con información de amplia interpretabilidad a los que
la prensa solía hacer eco, pero que terminaban sirviendo como cortinas de humo o campañas
de demolición contra las fuerzas de la oposición. Montesinos era hábil armando los
psicosociales, que empezaron a volverse más usuales conforme se acercaba el 2000.
Asimismo, el estado usaba sus diferentes aparatos administrativos (SUNAT, INDECOPI y
similares) para ejercer presión implícita sobre los medios. Dependiendo de qué tan favorables
eran sus declaraciones sobre el régimen se decidía el ímpetu que iban a tener los funcionarios
públicos al auditar o resolver los casos que involucren a empresas mediáticas. Esto fue
particularmente efectivo, pues en el fondo, la mayoría de medios son concebidos como
empresas y el lucro es la máxima que dirige sus decisiones. Para evitar conflictos con la
burocracia, un buen número de medios tomaron una posición pro fujimorista que les garantice
el favor de los burócratas.
El método más vil empleado por el oficialismo para controlar a la media fue nuevamente el
soborno. No conformes con la presión indirecta que ejercía mediante la burocracia,
Montesinos compró a altos funcionarios de diversos medios en la misma salita del SIN en la
que compraba congresistas, jueces, fiscales y a cualquier otro que le interese comprar, todo
grabado por su puesto. (Fowks, 2015).
Por otro lado, los métodos empleados contra la prensa anti fujimorista eran distintos. En el
caso del diario La República, por ejemplo, era usual que cuando salía una portada incómoda
para el régimen, el SIN salía a comprar todos las ediciones impresas y así silenciar la voz de
Mohme y su compañía. Como es evidente, estas estrategias fueron bastante efectivas, ya que
la voz de la oposición en la prensa era prácticamente inexistente, perdida entre diarios chicha
y psicosociales de pishtacos y saca ojos. (Conaghan, 1999).
Todas estas tácticas fueron escalando en intensidad y magnitud conforme se avecinaban las
elecciones del 2000, siendo la campaña electoral para esas elecciones la máxima
manifestación de control mediático del que ha sido testigo este país. Por los diarios chicha,
Fujimori fue procesado y condenado a 8 años de prisión. Sin embargo, en 2015 la corte
suprema lo absolvería de esta condena.
Las relaciones con el parlamento[editar]
Como se desarrolló previamente, el parlamento presentaba un desafío considerable para
Fujimori. Su bancada estaba partida, lo que era un problema en sí mismo pues Vásquez ya
estaba movilizando su maquinaria de cara a afirmarse como sucesor del régimen. Además, no
tenía la mayoría que necesitaba para sostener su estilo de gobierno. Ante esta coyuntura, la
estrategia del oficialismo fue mermar a la oposición a partir de sobornar o chantajear a sus
parlamentarios para que estos se pasen fácticamente al fujimorismo y voten de acuerdo a lo
que el presidente necesite. Esta medida desesperada da cuenta del acorralamiento que
enfrentaba el régimen, cada vez más obseso y delincuencial en su aferro al poder. Estas
operaciones, como no podía ser de otra manera, quedaron en las hábiles y maquiavélicas
manos de Montesinos, quien grabó todos los sobornos como mecanismo de seguridad
personal. (Taylor, 2000).
Tras el transfuguismo propiciado por el ejecutivo, el congreso quedó configurado de este
modo:

 Perú 2000: 64 representantes


 Perú Posible: 25 representantes
 Frente Independiente Moralizador: 9 representantes
 Somos Perú: 7 representantes
 Partido Aprista Peruano: 5 representantes
 Solidaridad Nacional: 2 representantes
 Unión Por el Perú: 3 representantes
 Acción Popular: 3 representantes
 Movimiento Avancemos: 2 representantes.
Teniendo el oficialismo la mayoría absoluta que tan desesperadamente había buscado, sin
importarle lo perverso de los medios empleados o la traición a los principios morales que hizo
para obtenerla, intentó restablecer la estabilidad política, aunque esto era ya imposible con él
en el poder y el entorno político cayéndose a pedazos. (Pease, 2001).
Las relaciones con Montesinos[editar]
Para terminar de exponer las dinámicas entre Fujimori y el Parlamento, se debe hacer un
breve recuento de los últimos días de la relación entre el presidente y su asesor. Esta relación
era determinante en las decisiones del presidente y tenía un impacto directo en las decisiones
tomadas hacia el parlamento. Durante el segundo periodo se había presionado a Fujimori para
que saque a Montesinos y esto había desgastado la amistad de ambos, pues Fujimori propuso
cambiarlo de puesto, extirpándole con ello bastante poder. Montesinos no tomo esto con
agrado y ejerció presión utilizando sus contactos en las fuerzas armadas como respaldo para
mantener su puesto. Aunque lo logró, el distanciamiento entre ambos había iniciado.
(Murakami, 2012).
Con el inicio de la nueva gestión, el distanciamiento se afianzaría más. Fujimori nuevamente
trato de cambiar de puesto a Montesinos, quien rechazo la propuesta de pasar al ministerio de
defensa. En este contexto, Montesinos tenía la lealtad de todos los congresistas que había
convencido para unirse al oficialismo. Es decir, la mayoría absoluta dependía de Montesinos,
quien fungía como el encargado del manejo del parlamento.
Las dinámicas entre los dos empezaron a teñirse de extrañeza, aunque Fujimori aún confiaba
en las intenciones de Montesinos, por lo que tomaba en consideración la información que este
le daba para tomar decisiones. Esto lo llevó a agudizar la tensión con los Estados Unidos, país
que ya miraba a Montesinos con ojos de suspicacia, a pesar de haber sido su contacto en el
Perú durante muchos años. (Degregori, 2012).
Como ya se dijo, la presión internacional era bastante intensa al inicio del gobierno. Esta había
ido incrementándose progresivamente en el tiempo y había llegado al punto de quiebre, lo que
repercutía directamente sobre Montesinos. La ausencia reiterada de evidencias que
demuestren la democratización del Perú, como se había comprometido a hacer el presidente,
terminó por colmar la paciencia de los Estados Unidos, quienes venían haciendo las veces de
mediadores entre fujimoristas y oposición en el proceso de democratización. Lo que sucedía
es que la democratización suponía reformas que recortaban el poder de Montesinos, por lo
que este usaba su red de contactos para bloquear el avance de la misma. Esta situación fue
observada por Estados Unidos, quienes finalmente le bajarían el dedo tras confirmarse su
involucramiento en la venta de armas a las FARC, enemigo de Estados Unidos, en Julio de
2000. Esto marcó aún más el distanciamiento entre Fujimori y Montesinos. (La República, 19
de julio del 2000).
El 14 de septiembre del 2000, el congresista Fernando Olivera sacaría a la luz el primero de
varios videos que demostraban irrefutablemente la compra de congresistas efectuada por
Montesinos. En el video se veía a Montesinos entregarle 15,000 dólares al congresista Alberto
Kouri y subsecuentemente, los registros de votación del congreso muestran que su voto
siempre fue en el sentido del ejecutivo, probándose la corrupción institucionalizada que se
vivía entonces. Este suceso fragmentaria definitivamente la bancada oficialista en el
parlamento entre la gente de Vásquez y la gente de Fujimori, quienes no volverían a colaborar
en el parlamento salvo para la vacancia de la presidencia del congreso a la caída y fuga de
Fujimori. Montesinos tenía también algunos infiltrados en el oficialismo y la oposición que aún
le eran leales, lo que lo volvía peligroso para ambos. (En la sala de la corrupción, 2004).

Escándalo de vladivideos[editar]
Poco después de su elección en el 2000, y a través de la compra de un vídeo por parte de
grupos opositores, salieron a la luz el 14 de septiembre de ese año, evidencias de los actos de
corrupción efectuados durante su gobierno por Montesinos, su más leal asesor. Fue mediante
vídeos de cámara oculta que Montesinos ordenaba grabar y en los que aparecía sobornando
a miembros de otros partidos para que apoyasen a Fujimori. En ese momento estalló la última
crisis de su gobierno: Fujimori se vio obligado a convocar el 17 de septiembre a nuevas
elecciones generales, tanto para la elección de un presidente como de un nuevo congreso de
la República. En estas elecciones, señaló, no participaría activamente como candidato.
El día 23 de octubre, Francisco Tudela van Breugel-Douglas, Primer Vicepresidente, renunció
de manera irrevocable al cargo debido a que se encontraba en desacuerdo con la inclusión de
condiciones para la realización de nuevas elecciones generales.
Este destape fue el tiro de gracia al gobierno de Fujimori. Ante esto, ya no cabía recuperación
posible. Dos días después, Fujimori anunciaría a la nación que culminaría su mandato
anticipadamente en julio de 2001, cuando convocaría a nuevas elecciones en las que él no
participaría y que desactivaría el SIN. Sin embargo, no se pronunció respecto de Montesinos.
Probablemente por temor a la reacción de este. Esto último fue una torpeza política
monumental, pues ahora toda la carga negativa de Montesinos se proyectaba en él como
cómplice y encubridor de los actos del primero. (Murakami, 2012).
Finalmente, en septiembre del 2000 Fujimori decide sacar a Montesinos de su cargo. Esto
genera una situación caótica que pude haber acabado en un golpe de estado. Sin embargo, la
oportuna intervención de Estados Unidos facilito que Montesinos sea acogido como
perseguido político en Panamá, a donde partiría el 25 de ese mes, reduciendo así el riesgo de
un golpe militar que retroceda aún más la situación de la democracia en el país.
Casi un mes después, sin embargo, el 22 de octubre Montesinos volvería al Perú sirviéndose
de su red de contactos para hacerlo. Cuando esto sucedió, se generó una situación surreal,
casi de película, en la que Fujimori personalmente salió a la calle, liderando un escuadrón de
policías y, vistiendo una' glamorosa casa de cuero negra al estilo del rebelde americano,
dirigiría la búsqueda de Montesinos que era captada de cerca por la prensa. Fujimori allanó la
casa de Montesinos y varias localidades más en todo el país, vulnerando los derechos de
Montesinos al no contar con la compañía de un fiscal verdadero para desarrollar el
allanamiento. Para la ocasión, Fujimori habría recurrido a un hombre de confianza para que
interprete al fiscal y así poder manipular lo que encontrase en los predios de Montesinos,
asegurándose que no haya nada que lo incrimine. Por esta acción, Fujimori fue condenado a
pena privativa de la libertad posteriormente. Aunque nunca se encontraron evidencias que lo
vinculen a los actos de corrupción de Montesinos, es presumible que estos si existieron pero
fueron destruidas por Fujimori. (Gonzales Arica, 2005).
En los días siguientes al show de la cacería de Montesinos, sucedió un pequeño conato de
golpe de estado que no llegó a mayores, puesto que ya había una fecha dada para la elección
de 2001 y un golpe militar era desproporcionado y fuera de contexto. Lo que se teoriza es que
este fue orquestado por Montesinos como distracción para facilitar su fuga a Venezuela en el
yate de un conocido empresario nacional, demostrando una vez más que su poder seguía
vigente. (Murakami,2012).
Como se puede apreciar, todo el manejo del parlamento en este periodo recayó en las manos
de Montesinos, sin embargo, la crisis política generalizada y la presión internacional
terminaron por desbordar los recursos del asesor presidencial, haciendo que su situación de
empoderamiento se torne insostenible. Por su lado, al quedarse sin Montesinos, Fujimori
quedaba completamente aislado del parlamento. Su mayoría absoluta rápidamente se
disolvió, volviendo a su cantidad inicial de congresistas. En adición a ello, la facción de
Vásquez se volteo en contra de él, debilitando aún más su posición.
En medio de la crisis generalizada, la falta de aliados confiables, el aislamiento político del
parlamente y la continua pérdida de popularidad que llegaba mínimos históricos, Fujimori
partió un 13 de noviembre con rumbo a Brunei para participar de la cumbre APEC como
presidente del Perú. El conflicto surgió cuando, en lugar de retornar al Perú como estaba
previsto, se dirigió al Japón desde donde envió cobardemente su renuncia a la presidencia por
fax, un 20 de noviembre de 2000. (El comercio, 22 de noviembre de 2000).
El congreso, como era de esperarse, en un pandemonio de indignación, no aceptó la renuncia
y, en vez, decidió vacarlo por “incapacidad moral”. Es así como concluye “la década de la anti
política”, como ha denominado Carlos Ivan Degregori a la dictadura fujimorista, y se inicia el
gobierno de transición hacia la democracia al mando de Valentín Paniagua, miembro
destacado de Acción Popular. (El comercio, 22 de noviembre de 2000).

Caída de su Gobierno[editar]
En medio del caos político y la inestabilidad de su gobierno, Fujimori viajó el 13 de noviembre
a la Cumbre de APEC en Brunei Darussalam, en su condición de Presidente del Perú. Al
finalizar esta conferencia, se tenía previsto su paso por Kuala Lumpur para luego llegar a
Tokio y desde allí emprender un viaje a Panamá para la X Cumbre Iberoamericana; sin
embargo Fujimori se quedó en Tokio.
El día 19 de noviembre, desde la capital nipona y ante el temor de que fuera denunciado
penalmente por los actos de corrupción de su gobierno y alegando falta explícita de garantías
para su integridad física; Fujimori remitió por fax al Congreso de la República su renuncia
formal y luego envió un mensaje a sus partidarios, anunciándoles que renunciaba a la
Presidencia de la República; la misiva se dio a conocer el día 20.29 Ante ello, Ricardo Márquez
Flores, Segundo Vicepresidente de la República, renunció al cargo.
El día 21 del mismo mes, el Congreso se reunió, no aceptó la renuncia, declaró la incapacidad
moral permanente de Fujimori y la vacancia presidencial. Del mismo modo se aceptaron las
renuncias de los dos vicepresidentes y se procedió con la sucesión legal, en la que asumió
como presidente transitorio, Valentín Paniagua, entonces presidente del Parlamento .30
El tercer gobierno de Fujimori estuvo marcado por la escalada de irregularidades cometidas
por Montesinos en las diferentes áreas del gobierno. La compra de congresistas y la estrategia
de control mediático son claro ejemplo de lo dicho. Estas acciones no pudieron ser
desconocidas por Fujimori, quien tenía involucramiento en ellas al menos como cómplice. Es a
partir de este involucramiento que el presidente asume una posición dubitativa ante la
remoción de Montesinos, lo que le va a terminar costando caro en el frente internacional.
Fujimori teme que Montesinos pueda reaccionar histriónicamente a un eventual separamiento
del gobierno, lo que podría llevar a que se revele el verdadero nivel de involucramiento que
tenía Fujimori con los manejos irregulares e ilegales que se han descrito en este trabajo,
acciones que tenían el propósito de mantener el control del poder político a toda costa. Esta
tesis es respaldada por la actuación de Fujimori al regreso de Montesinos, cuando aprovecha
el pánico para deshacerse de toda la evidencia que pudo encontrar, enmascarando el acto en
una persecución policiaca al mejor estilo de Hollywood, pero sin asumir un liderazgo claro en
la persecución judicial del mismo, haciendo que su captura sea un fracaso.
En este periodo, la intención del oficialismo había dejado atrás el interés por hacer un
gobierno democrático, que gobierne pensando en el desarrollo del país y la maximización del
ejercicio de los derechos de los peruanos. Esto principalmente por presión de Montesinos. Sin
embargo, es la actitud timorata de Fujimori ante la decisión de sacarlo del gobierno lo que
confirma la voluntad de Fujimori de aferrarse al poder como objetivo principal. Montesinos era
quien facultaba el ejercicio del poder autocrático que había estructurado Fujimori durante 10
años de gobierno. En él había depositado su confianza y, aunque para las elecciones del 2000
ya debía ser evidente para Fujimori que Montesinos significaba un peligro real a su meta de
aferrarse al poder, también representaba la única oportunidad que podía vislumbrar para
lograrlo. Incluso si ello significaba seguir escalando en la seguidilla de acciones ilegales que
Montesinos ejecutaba con el pretexto de consolidar al régimen.

Ministros[editar]
Consejo de ministros de los Gobiernos de
Alberto Fujimori

Ministerio Titular Período

Juan Carlos Hurtado Miller 28 de julio de 1990-15 de febr


Carlos Torres y Torres Lara 15 de febrero de 1991-6 de no
Alfonso de los Heros Pérez-Albela 6 de noviembre de 1991-6 de
Óscar de la Puente Raygada 6 de abril de 1992-28 de agos
Alfonso Bustamante y Bustamante 28 de agosto de 1993-17 de f
Efraín Goldenberg Schreiber 17 de febrero de 1994-28 de j
Presidencia del Consejo de Ministros Dante Córdova Blanco 27 de julio de 1995-3 de abril
Alberto Pandolfi Arbulú 3 de abril de 1996-4 de junio d
Javier Valle Riestra González Olaechea 5 de junio de 1998-21 de agos
Alberto Pandolfi Arbulú 21 de agosto de 1998-4 de en
Víctor Joy Way Rojas 5 de enero de 1999-10 de oct
Alberto Bustamante Belaúnde 10 de octubre de 1999-29 de
Federico Salas Guevara Schultz 29 de julio de 2000-21 de nov

Luis Marchand Stens 28 de julio de 1990-8 de enero


Raúl Sánchez Sotomayor 8 de enero de 1991-15 de feb
Carlos Torres y Torres Lara 15 de febrero de 1991-6 de no
Augusto Blacker Miller 6 de noviembre de 1991-24 d
Relaciones Exteriores Óscar de la Puente Raygada 24 de abril de 1992-27 de ago
Efraín Goldenberg Schreiber 27 de agosto de 1993-27 de ju
Francisco Tudela Van Breugel-Douglas 28 de julio de 1995-17 de julio
Eduardo Ferrero Costa 18 de julio de 1997-12 de octu
Fernando de Trazegnies Granda 12 de octubre de 1998-25 de

Jorge Torres Aciego 28 de julio de 1990-6 de novie


Víctor Malca Villanueva 6 de noviembre de 1991-3 de
Tomás Guillermo Castillo Meza 3 de abril de 1996-18 de julio
Defensa
César Saucedo Sánchez 18 de julio de 1997-22 de ago
Julio Salazar Monroe 22 de agosto de 1998-16 de a
Carlos Bergamino Cruz 16 de abril de 1999-25 de nov

Carlos Amat y León Chávez 28 de julio de 1990-23 de octu


Enrique Rossl Link 23 de octubre de 1990-18 de
Gustavo González Prieto 18 de diciembre de 1991-6 de
Agricultura
Absalón Vásquez Villanueva 6 de abril de 1992-3 de abril d
Rodolfo Muñante Sanguinetti 3 de abril de 1996-6 de enero
Belisario De las Casas Piedra 6 de enero de 1999-28 de julio
José Chlimper Ackerman 29 de julio de 2000-25 de nov

Carlos Torres y Torres Lara 28 de julio de 1990-15 de febr


Alfonso De los Heros Pérez-Albela 15 de febrero de 1991-6 de ab
Augusto Antonioli Vásquez 6 de abril de 1992-28 de julio
Sandro Fuentes Acurio 28 de julio de 1995-3 de abril
Trabajo y Promoción Social
Jorge González Izquierdo 3 de abril de 1996-5 de enero
Jorge Mufarech Nemy 6 de enero de 1999-16 de abr
Pedro Flores Polo 16 de abril de 1999-29 de julio
Edgardo Mosqueira Medina 29 de julio de 2000-25 de nov

Miriam Schenone Ordinola 6 de noviembre de 1996-13 d


Promoción de la Mujer y del Desarrollo Humano
Luisa María Cuculiza Torre 13 de octubre de 1999-25 de

Juan Carlos Hurtado Miller 28 de julio de 1990-15 de febr


Carlos Boloña Behr 15 de febrero de 1991-9 de en
Jorge Camet Dickmann 9 de enero de 1993-6 de junio
Economía y Finanzas Jorge Francisco Baca Campodónico 6 de junio de 1998-4 de enero
Víctor Joy Way 5 de enero de 1999-13 de oct
Efraín Goldenberg Shreiber 13 de octubre de 1999-29 de
Carlos Boloña Behr 29 de julio de 2000-25 de nov

Eduardo Toledo Gonzáles 28 de julio de 1990-8 de enero


Jaime Yoshiyama Tanaka 8 de enero de 1991-6 de novi
Transportes y Comunicaciones
Alfredo Ross Antezana 6 de noviembre de 1991-3 de
Dante Córdova Blanco 3 de febrero de 1993

Guillermo del Solar Rojas 28 de julio de 1990-6 de novie


Vivienda, Construcción y Saneamiento
Óscar de la Puente Raygada 6 de noviembre de 1991-28 d

Dante Córdova Blanco 28 de julio de 1993-11 de octu


Juan Castilla Meza 11 de octubre de 1994-16 de
Manuel Máximo Vara Ochoa 16 de enero de 1996-3 de abr
Transportes, Comunicaciones, Vivienda y Construcción Elsa Carrera Cabrera de Escalante 3 de abril de 1996-31 de dicie
Antonio Paucar Carbajal 31 de diciembre de 1997-13 d
Alberto Pandolfi Arbulú 13 de octubre de 1999-3 de a
Augusto Bedoya Camere 3 de agosto de 2000-25 de no

Carlos Vidal Layseca 28 de julio de 1990-19 de mar


Víctor Yamamoto Miyakawa 19 de marzo de 1991-6 de no
Víctor Paredes Guerra 6 de noviembre de 1991-28 d
Jaime Freundt-Thorne Oyanguren 28 de julio de 1993-11 de nov
Salud
Eduardo Yong Motta 11 de noviembre de 1994-11
Marino Costa Bauer 11 de abril de 1996-5 de ener
Carlos de Romaña y García 5 de enero de 1999-14 de abr
Alejandro Aguinaga Recuenco 15 de abril de 1999-25 de nov

Fernando Sánchez Albavera 28 de julio de 1990-19 de febr


Jaime Yoshiyama Tanaka 19 de febrero de 1992-11 de n
Daniel Hokama Tokashiki 11 de noviembre de 1992-28
Amado Yataco Medina 28 de julio de 1995-3 de abril
Energía y Minas
Daniel Hokama Tokashiki 3 de abril de 1996-20 de septi
Alberto Pandolfi Arbulú 20 de septiembre de 1996-31
Daniel Hokama Tokashiki 22 de agosto de 1998-13 de o
Jorge Alfredo Chamot Sarmiento 13 de octubre de 1999-25 de

Gloria Helfer Palacios 28 de julio de 1990-12 de dici


Óscar de la Puente Raygada 12 de diciembre de 1990-7 de
Augusto Antoniolli Vásquez 7 de noviembre de 1991-9 de
Educación
Alberto Varillas Montenegro 9 de mayo de 1992-28 de julio
Raul Vittor Alfaro 28 de julio de 1993-17 de febr
Jorge Trelles Montero 17 de febrero de 1994-13 de o
Pedro Villena Hidalgo 13 de octubre de 1994-8 de ju
Dante Córdova Blanco 8 de junio de 1995-11 de abril
Domingo Palermo Cabrejos 11 de abril de 1996-6 de ener
Felipe Ignacio García Escudero 6 de enero de 1999-29 de julio
Federico Salas Guevara Schultz 29 de julio de 2000-25 de nov

Adolfo Alvarado Fournier 28 de julio de 1990-2 de abril


Víctor Malca Villanueva 2 de abril de 1991-6 de noviem
Juan Briones Dávila 6 de noviembre de 1991-20 d
César Saucedo Sánchez 20 de abril de 1997-18 de julio
Interior
José Villanueva Ruesta 18 de julio de 1997-13 de octu
César Saucedo Sánchez 13 de octubre de 1999-29 de
Walter Chacón Málaga 29 de julio de 2000-28 de octu
Fernando Dianderas Ottone 29 de octubre de 2000-25 de

Augusto Antonioli Vásquez 28 de julio de 1990-6 de novie


Fernando Vega Santa Gadea 6 de noviembre de 1991-10 d
Carlos Eduardo Hermoza Moya 10 de enero de 1996-18 de ju
Justicia Alfredo Quispe Correa 18 de julio de 1997-6 de enero
Maria Carlota Valenzuela de Puelles 6 de enero de 1999-16 de abr
Jorge Bustamante Romero 16 de abril de 1999-13 de octu
Alberto Bustamante Belaúnde 13 de octubre de 1999-25 de

Raúl Sánchez Sotomayor 28 de julio de 1990-8 de enero


Félix Alberto Canal Torres 8 de enero de 1991-22 de jun
Jaime Agustín Sobero Taira 22 de junio de 1991-3 de abril
Alberto Pandolfi Arbulú 3 de abril de 1996-19 de setie
Pesquería
Carlos Boggiano Sánchez 19 de setiembre de 1996-17 d
Ludwig Meier Cornejo 18 de julio de 1997-13 de octu
César Luna-Victoria León 13 de octubre de 1999-29 de
Pablo Arturo Handabaka García 29 de julio de 2000-25 de nov

Jorge Lau Kong 21 de abril de 1992-2 de octub


Manuel Máximo Vara Ochoa 2 de octubre de 1992-17 de fe
Raúl Vittor Alfaro 17 de febrero de 1994-6 de ag
María Luisa Federicci Soto 6 de agosto de 1994-28 de jul
Manuel Máximo Vara Ochoa 28 de julio de 1995-15 de nov
Presidencia Jaime Yoshiyama Tanaka 15 de noviembre de 1995-13
Daniel Hokama Tokashiki 13 de septiembre de 1997-31
José Tomás Gonzales Reátegui 31 de diciembre de 1997-6 de
Cristina Rizo Patrón Velarde 6 de enero de 1999-16 de abr
Edgardo Mosqueira Medina 16 de abril de 1999-3 de agos
María Luisa Alvarado Barrantes 3 de agosto de 2000-25 de no

Guido Pennano Allison 28 de julio de 1990-15 de febr


Víctor Joy Way Rojas 15 de febrero de 1991-28 de j
Alfonso Bustamante y Bustamante 28 de julio de 1993-17 de febr
Industria, Turismo, Integración y
Liliana Canale Novella 17 de febrero de 1994-6 de no
Negociaciones Comerciales Internacionales
Gustavo Ernesto Caillaux Zazzali 6 de noviembre de 1996-13 d
Juan Carlos Hurtado Miller 13 de octubre de 1999-29 de
Gonzalo Romero de la Puente 29 de julio de 2000-25 de nov

Sucesor:
Predecesor: Gobierno del Perú
Gobierno Transitorio de
Primer Gobierno de Alan 28 de julio de 1990 a 16 de
Valentín Paniagua
García Pérez noviembre de 2000
Corazao
Creación y desactivación de
ministerios en el Perú: Una
decisión presidencialista
Por

PÓLEMOS

4 octubre, 2017

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Juan Takehara Mori

Estudiante de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú

Introducción

Puede que las razones se muestren evidentes sobre por qué necesitamos
ministerios, la respuesta posiblemente deba ir más allá que concluir que su
instauración es forzosamente necesaria, ineludible construcción que busca
ordenar y “hacer andar” al Estado.

La formación de ministerios en el Perú – al igual que muchos países en el


mundo – se produjo simultáneamente al nacimiento mismo de la nación.
Los objetivos primigenios eran proporcionar legalidad internacional,
Defensa de nuestras fronteras y administración de bienes.

En 1821, como una respuesta para legitimizar al flamante país llamado


Perú, nace la Secretaría de Estado de Gobierno y Relaciones Exteriores –lo
que ahora es reconocida como el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Establecidas sus fronteras, éstas debían de protegerse y para ello
necesitaba organizar un ejército con una flota activa. Ese mismo año se
instaura el Ministerio de Guerra y Marina – lo que actualmente es el
Ministerio de Defensa.

Toda nueva nación necesitaba recaudar y administrar bienes las cuales


deben financiar las políticas públicas, por lo que se crea el Ministerio
de Hacienda – actualmente el Ministerio de Economía y Finanzas.

Estos tres sencillos ejemplos demuestran el rol activo que mantiene el


Estado para instaurar ministerios que custodien las necesidades básicas de
los ciudadanos.

Actualmente, según la Ley N° 29158, los ministerios deben crearse por Ley
aprobada por el Congreso. Sin embargo, en nuestro sistema político, es
desde el Poder Ejecutivo – en especial el Presidente – de quien germina la
iniciativa para la creación de un ministerio; recordemos además que es el
Jefe de Estado quien nombra a los ministros.

“Todas las entidades públicas del Poder Ejecutivo se encuentran adscritas a


un Ministerio o a la Presidencia del Consejo de Ministros” (artículo 2).

¿Por qué es el Presidente anticipa la iniciativa para la creación de


ministerios?

Una respuesta automática sería indicar que es, desde siempre, quien lidera
el Poder Ejecutivo, y va más allá pues “…personifica a la Nación”. A
diferencia de los otros poderes del Estado, el Presidente es quien ejerce el
control con el cargo de Jefe y no solo preside (Artículo 72, Carta 1823).

Se observa entonces el arrastre caudillista cuando revelamos que la


característica principal del control del Gobierno se deposita en manos del
“primer funcionario del país”, en quien por ley reside el ejercicio del Poder
Ejecutivo.

El Presidente es “quien designa a sus ministros y secretarios para gobernar,


a diferencia de países europeos donde el Presidente o el Rey es Jefe de
Estado, pero la Jefatura de Gobierno corresponde a un Consejo de Ministros
nombrado por un Parlamento” (Desarrollo y Paz, 1992).

Este símbolo de nombrar “Ministros” y no “Secretarios” – como sería lo más


adecuado en un sistema presidencialista – demuestra a su vez el fuerte
arraigo a las tradiciones reales.

Nuevos tiempos, nuevos ministerios

Evidentemente, desde nuestra fundación como República, hubo cambios


tanto en el país como en el mundo, lo que ha obligado que la creación de
nuevos ministerios responda a una serie de políticas y demandas.

Ante lo expuesto, una pregunta algo obvia pero de vital importancia sería:
¿qué hace un ministerio? Según la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, los
Ministerios pueden comprender varios sectores, sus principales funciones
son: diseñar, establecer, ejecutar y supervisar políticas nacionales y
sectoriales.

22.5 Los Ministerios son creados, fusionados o disueltos mediante ley a


propuesta del Poder Ejecutivo. El redimensionamiento y reorganización de
los Ministerios se podrá hacer mediante decreto supremo, con el voto
aprobatorio del Consejo de Ministros.

Los ministerios ejercen competencias exclusivas y compartidas.


Estas definiciones en la ley solo nos muestran los mecanismos para la
creación, sin embargo no nos detallan en extenso las razones de por qué
debería crearse un ministerio.

Quizá esta respuesta se ubique mejor en el mapa de la Ciencia Política.


Podríamos inferir que las decisiones para crear y modificar ministerios se
deben a motivos históricos – como los tres primeros ministerios creados –
ciertamente al cambio social y económico, como la división de ministerios
por especialidades cada vez más complejas. Se puede crear por demanda
sociales – un ministerio para el deporte, para la mujer, de cultura – lo
cierto es que no hay una lista oficial de razones principales.

Dicho esto, presentemos hechos claros: por ejemplo, las razones de por
qué en el año 2008 se creó el Ministerio del Ambiente.

Su objeto principal es “la conservación del ambiente, de modo tal que se


propicie y asegure el uso sostenible, responsable, racional y ético de los
recursos naturales y del medio que los sustenta, que permita contribuir al
desarrollo integral social, económico y cultural de la persona humana, en
permanente armonía con su entorno, y así asegurar a las presentes y
futuras generaciones el derecho a gozar de un ambiente equilibrado y
adecuado para el desarrollo de la vida” (artículo 3).

Claramente el mundo se dirige a la protección del medio ambiente por lo


que la formación de un ministerio que la custodie tiene lógica.

“Es una apuesta al futuro”, indicó el día que firmó el decreto legislativo el
ex presidente Alan García – en cuyo gobierno se crea este ministerio –
“queremos preservar el medio ambiente, y permitir a nuestros hijos vivir
una geografía, tan afable, tan acogedora como la que hemos recibido, y la
labor del Ministerio del Ambiente y del ministro del Ambiente deberá
cumplir todos esos objetivos”, agregó.
La intensidad del momento quizá propició para que el ex mandatario
compare la creación del Ministerio del Ambiente con el de Defensa y el del
Interior, además visiblemente emocionado agregue: “el Perú moderno no
es solamente el Perú de las grandes inversiones y del avance que preocupa
a algunos vecinos, sino también el Perú de la protección del futuro, el Perú
de la Pachamama, el Perú cuyo pasado se asentó en el respeto religioso por
la protección del ambiente”.

Separando la demagogia y concentrándonos en enfoques de políticas


públicas y bases jurídicas veamos otras razones de por qué se crean
ministerios.

Una de ellas es el reforzamiento de actividades dirigidas a acelerar los


mecanismos de inclusión social. Claramente estas razones aparecen si
revisamos la finalidad, principios y valores del Ministerio de Inclusión –
creada en el 2011 – en su Ley Nª29792.

Artículo 5. Finalidad, principios y valores

El Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social tiene la finalidad de mejorar la


calidad de vida de la población, promoviendo el ejercicio de derechos, el
acceso a oportunidades y el desarrollo de capacidades, en coordinación y
articulación con las diversas entidades del sector público, el sector privado
y la sociedad civil.

Las políticas de desarrollo e inclusión económica y social tienen su


fundamento en los siguientes principios y valores: respeto a los derechos
humanos, desarrollo humano, justicia social, equidad, inclusión,
universalismo, solidaridad, igualdad de oportunidades, cohesión social,
integralidad, transparencia, descentralización, calidad, efectividad,
participación social, interculturalidad, emprendimiento e intersectorialidad.
La creación de un ministerio puede responder también en redistribuir con
mejor eficacia metas y objetivos que tiene el Estado sobre determinados
temas. Por ejemplo, en el 2010 se crea el Ministerio de Cultura (Ley
29565).

Artículo 4.- Áreas programáticas de acción

Las áreas programáticas de acción sobre las cuales el Ministerio de


Cultura ejerce sus competencias, funciones y atribuciones para el logro de
los objetivos y metas del Estado son las siguientes:

1. a) Patrimonio Cultural de la Nación, Material e Inmaterial.


2. b) Creación cultural contemporánea y artes vivas.
3. c) Gestión cultural e industrias culturales.
4. d) Pluralidad étnica y cultural de la Nación.

Hemos indicado que emana de los presidentes la mayoría de las inicitativas


para la creación, o reestructuración o desactivación de ministerios.

Recordemos un hecho relativamente reciente: durante la campaña


presidencial para el 2016, el entonces candidato y ahora Jefe de Estado,
Pedro Pablo Kuczynski, declaró públicamente que discutiría la creación de
un ministerio para apoyar directamente a las regiones.

La noticia no agradó a las autoridades regionales. El presidente de la


Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales, Edwin Licona comentó “No
queremos un ministerio, queremos facultades”.

Ante ello, Kuczynski respondió que el objetivo de la creación de un


ministerio nuevo era para “simplificar los procedimientos, para que las
municipalidades puedan hacer sus proyectos y los terminen, en vez de que
se queden a medio hacer”. La idea era pues crear un ministerio “de apoyo”,
buscando destrabar los problemas.
A la fecha todavía la bancada oficialista no ha presentado el proyecto de
Ley para la creación de dicho ministerio, por lo que el interés quedó en la
“promesa de campaña”.

Modificando y eliminando ministerios

De nuevo, para explicar las razones de por qué debemos modificar o


desactivar ministerios es importante conocer algunos casos específicos.

Por ejemplo, lo que ahora es el Ministerio de Transportes y Comunicaciones


fue establecido originalmente el 18 de enero de 1896 bajo el nombre de
Ministerio de Fomento. En aquella época fueron los honorables senadores
que votaron a favor de la Ley creadora.

El antiguo ministerio se encargaba de las obras públicas, el desarrollo de la


industria y la administración de la beneficencia.

En 1969, durante el gobierno de Juan Velasco Alvarado, el Ministerio de


Fomento y Obras Públicas cambia de nombre por el de Ministerio de
Transportes y Comunicaciones.

Para 1992, ya en el gobierno de Alberto Fujimori, este ministerio se fusiona


con el Ministerio de Vivienda y se crea el Ministerio de Transportes,
Comunicaciones, Vivienda y Construcción. Esta unión se da por el Decreto
Ley 25491. Tras ello se promulga el Decreto ley N° 25862 “Ley Orgánica
del Sector Transportes, Comunicaciones, Vivienda y Construcción” la cual
establece competencias y funciones, como su estructura orgánica interna.

Diez años después, se vuelve a reestructurar el ministerio. Esto se debe a


que se promueve una nueva reforma general y modernización de la gestión
del Estado. El 10 de julio del 2002 se promulgó la ley Nº 27779
aprobándose la separación de ambos sectores.
En esta nueva etapa el Ministerio de Transportes y Comunicaciones asume
las funciones de integrar interna y externamente al país, para lograr un
racional ordenamiento vinculando las aéreas de recursos, producción,
mercados y centros poblados, a través de la regulación, promoción,
ejecución y supervisión de la infraestructura de transportes y
comunicaciones.

Veamos otro ejemplo donde se desactivó totalmente un ministerio. Es el


caso del Ministerio de la Presidencia, la cual tuvo la fortuita providencia de
ser creada hasta dos veces.

Su primer nacimiento fue en agosto de 1985 con la Ley N° 24297. Veamos


sus funciones y cómo hará efectiva su activación.

Artículo 1.- Créase el Ministerio de la Presidencia, que normará y


coordinará el funcionamiento de las entidades multisectoriales y
organismos públicos descentralizados del Gobierno Central.

Artículo 2.- Facúltase al Poder Ejecutivo para que de conformidad con el


Artículo 188 de la Constitución Política del Estado, y en un plazo no mayor
de 60 días y dando cuenta al Congreso, promulgue mediante decreto
legislativo la Ley Orgánica del Ministerio de la Presidencia y las
modificaciones a la Ley del Poder Ejecutivo contenida en el Decreto
Legislativo Nº 217 y su modificatoria, Decreto Legislativo Nº 261, y en las
Leyes Orgánicas de los diversos Sectores políticos administrativos que el
cumplimiento de la presente Ley requiere.

Para julio de 1990 – tras un agitado clima político – se desactiva el


Ministerio de la Presidencia. Para 1992 se vuelve a crear mediante Decreto
Supremo.

Pero es en el 2002, durante el Gobierno de Alejandro Toledo, que se vuelve


a desactivar pues el país volvía a pasar por una nueva reforma ministerial.
Hemos visto las razones por las cuales se modifican o desactivan los
ministerios. Veamos ahora un caso de cómo se busca crear un ministerio a
partir ya no de una propuesta necesariamente presidencial sino de un
organismo (Concytec) dentro del Estado. En este caso un proyecto de ley
que busca la creación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología.

Basado en el modelo que creó el Ministerio de Cultura, el Proyecto de Ley


de Creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica
explica en su exposición de motivos las razones de por qué se debe
destinar un mayor presupuesto para el gasto de investigación en el país.

“En el 2004, el gasto en investigación y desarrollo en el Perú (240 millones


de dólares americanos) fue muy inferior a los registrados en países como
Chile (1 233 millones de dólares americanos), México (4 924 millones de
dólares americanos) y Brasil (13 433 millones de dólares americanos),
respectivamente”.

Estas cifras las refuerzan por la necesidad de crear mayor cantidad de


patentes en comparación con países de la región.

“En el promedio -entre 1990 y 2003- Brasil que tiene 17,1 patentes por
millón de habitantes; Argentina tiene 6,9; Chile tiene 2,8 y el Perú tiene
0,5”.

Más adelante, la propuesta denuncia el bajo número de investigadores en


el país, falta de incentivos para innovar en las universidades y cierta
burocracia contra el personal científico tecnológico. Si bien se creó un
marco legal que buscaba impulsar las actividades de ciencia y tecnología –
Ley 28303 que crea el Sistema Nacional de Ciencia Tecnología e Innovación
Tecnológica (SINACYT) – consideran que persisten una serie de problemas.

Invocan a la Constitución denunciando que el Estado no cumplió de forma


plena con lo indicado en el Artículo 14 donde establece que “… es deber del
Estado promover el desarrollo científico y tecnológico del país”. Por lo que
piden políticas reactivadoras.

Tras la exposición de motivos llega el análisis de costo-beneficio, donde


destacan que la política a seguir será crear mejores productos y servicios a
través de la innovación, lo que dará mayores puestos de trabajo.

Conclusiones

Observamos que las iniciativas para crear ministerios nacen


primigeniamente en el núcleo del Poder Ejecutivo, en específico por
intención presidencial.

Esto se podría contraponer con un sistema parlamentarista, donde el


equilibrio de competencias dentro del Congreso pueden en conjunto con el
Primer Ministro obtener la primera decisión para implantar un ministerio.

La evolución de los ministerios responde a cambios sociales, históricos y


económicos, lo interesante aquí es que se realicen dentro de las llamadas
“reformas” dentro de la gestión pública. Como en el caso del Ministerio de
la Presidencia, no hay allí exactamente razones específicas para volverla a
crear dos veces. Bien pudo modificarse y actualizarse. Este ejemplo
demuestra – una vez más – que las decisiones presidenciales suelen
coincidir más en el terreno del fervor que en el de la lógica.

Vemos que no existe una razón específica para la creación de ministerios,


dependen de factores diversos que ya hemos señalado. Quizá como única
constante podemos observar que la intención política es suficiente como
para argumentar la creación de la misma, y que no es suficiente una
exposición de motivos técnica ni económica.

Cuando se realice un repaso de qué ministerios deban ser observados hay


una serie de criterios. Principalmente si vienen cumpliendo las metas
inicialmente pactadas. La carga burocrática y tendencia al centralismo
también son condicionantes para su posible suspensión. Que
económicamente deje de ser viable, posea duplicidad de funciones, y
también que el Gobierno de turno mantenga una política específica como
una mayor apertura económica, relajación de trabas administrativas,
extensión de contratos para inversión privada en temas energéticos, todo
ello colisiona con un ministerio como Ambiente que justamente busca ser el
principal perseguidor y protector de las denuncias relacionadas a la
afectación del medio ambiente. ¿Se podría demostrar aquí que podría darse
una modificación o desactivación? Depende finalmente de las decisiones del
Ejecutivo.

http://polemos.pe/creacion-desactivacion-ministerios-peru-una-decision-presidencialista/

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