You are on page 1of 2

Hace cinco años, el pacto de Olivos

alteraba el sistema político nacional


La Alianza, efecto póstumo del acuerdo que permitió la reelección de Menem.

Noticias de Política: anterior | siguiente


Sábado 14 de noviembre de 1998 | Publicado en edición impresa

na noche de finales de este invierno, durante una reunión reducida de la cúpula de la Alianza, Carlos "Chacho" Alvarez pasó el
brazo sobre los hombros de Raúl Alfonsín y, mientras avanzaban un corto trecho, proclamó, riendo: "Cualquiera al gobierno,
nosotros al poder".

Su alianza era el efecto tardío del pacto de Olivos, del que hoy se cumplen cinco años y que tuvo como principal objetivo político
habilitar la reelección del presidente Carlos Menem, más allá de las reformas constitucionales conseguidas.

Alfonsín, el otro protagonista, tiene su visión: "A aquel pacto sobrevino otro, el pacto de Palermo (fundacional de la coalición).
Ambos están enhebrados, porque hicieron posible que el menemismo esté ahora en retirada. Tal vez no lo estaría si no
hubiéramos celebrado esos pactos".

Pero más allá de aquel resultado principal del acuerdo al que llegaron, el 14 de noviembre de 1993, Menem y su antecesor, en el
domicilio de Dante Caputo, en Olivos, el presente encuentra a Alvarez y a Alfonsín como líderes partidarios del consecuente
reagrupamiento opositor.

A Alvarez, porque en la firma del pacto se registró el surgimiento del Frente Grande (luego Frepaso) como una incipiente fisura del
bipartidismo. A Alfonsín, porque habiendo abandonado su gobierno antes de tiempo y perdida su popularidad, logró conservar el
liderazgo del partido.

No le fue fácil: la UCR se acercó peligrosamente a una fractura y sufrió el castigo popular en las elecciones de 1995. "En aquel
momento, más del 40 por ciento de la convención nacional votó en contra de la jefatura de Alfonsín; hoy, ganaría por unanimidad",
aseguró un influyente operador político del alfonsinismo.

"Uno de los beneficiados del pacto fue el Frepaso, que creció a expensas del radicalismo", opinó, en diálogo con La Nación , el
hoy jefe de la UCR, Fernando de la Rúa, acérrimo enemigo del acuerdo Menem-Alfonsín.

Podría afirmarse también que el pacto instituyó un "sistema político menemista", pese a la visión de Alfonsín. Hasta entonces,
Menem había acabado con el peronismo en su forma tradicional, había llevado al poder a una alianza neoliberal-populista y había
desarticulado a la oposición política.

Otro protagonista

Lo cierto es que el acuerdo de 1993 planteó otro escenario que derivó, con el tiempo, en un nuevo y fuerte protagonista: la alianza
UCR-Frepaso.

Alfonsín, así, aparece como el hacedor de la Alianza, pero él aceptó construirla sólo cuando estuvo seguro de la derrota que le
esperaba en las elecciones legislativas del último año, en Buenos Aires, donde encabezaba la lista de candidatos a diputado.
Como las encuestas le eran adversas, se convirtió en el líder de una nueva fuerza aliándose con un hijo (Frente Grande) del pacto
de Olivos.

Había participado de un pacto entre caudillos, que fue rechazado por parte de una sociedad que, sin embargo, acababa de darle a
Menem un triunfo electoral y avalaría su segundo gobierno consecutivo, al tiempo que castigaba al radicalismo por haber
convertido eso en posibilidad.

Lo curioso es que hoy, en su quinto aniversario, los principales antipactistas prefieren no opinar sobre el asunto. "No me interesa",
fue cortante Alvarez con La Nación . Uno de sus operadores apuntó: "¿Para qué nos vamos a pelear con los alfonsinistas, que son
nuestros aliados? Que se pelee De la Rúa".

El candidato radical había sido el mayor opositor interno a la decisión de Alfonsín. "Han cambiado muchas cosas en la Argentina
-dijo ayer-. Yo me opuse, pero la Constitución está y uno debe respetarla. Puede rescatarse el Consejo de la Magistratura. Como
hecho negativo se destaca la reelección de Menem." Por Menem, el otro gran protagonista, habló con La Nación Carlos Corach,
su ministro del Interior: "El pacto de Olivos significó una muestra clara de la madurez de la dirigencia política argentina, porque por
primera vez en la historia política nacional se logró una modificación consensuada de la Constitución". Sobre el efecto en el
sistema político, opinó que "los procesos deben verse en perspectiva histórica. No sé cuáles serán las consecuencias de la
elección interna del 29 del actual o la de 1999 sobre los partidos políticos".

En la foto del acuerdo de Palermo sólo se ve a un pactista: Alfonsín. "El reagrupamiento de las fuerzas antimenemistas se da en el
pacto de Palermo, con pactistas y antipactistas -señaló Alfonsín-. Aun quienes se opusieron al pacto concurrieron institucional y
democráticamente a la Convención Constituyente y ocupan cargos que nacieron de esa reforma." El único perdedor parece haber
sidoEduardo Duhalde, quien se quedó sin la oportunidad de pelear por la presidencia en 1995 y podría quedarse sin ella el año
próximo.

Destacados

Corach y Alfonsín destacaron del pacto de Olivos las reformas introducidas en la Constitución como consecuencia de ese
acuerdo. El ministro elogió la creación de la figura del jefe de Gabinete, la jerarquía constitucional a los partidos políticos, la
jerarquización de los municipios y las autonomías municipales, el mejoramiento del servicio de justicia, entre otros. Alfonsín resaltó
la reducción del mandato presidencial, la autonomía porteña, la elección directa de los senadores, el Consejo de la Magistratura,
entre otros.

You might also like