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Por: Patricio Gana, socio principal de AK Contadores | Publicado: Jueves 16 de agosto de 2018 a las 04:00 hrs.
Las panaderías, cuyas compras no superen 150 salarios base al año, pueden acogerse al
régimen simplificado.
El régimen de tributación simplificada es una opción que pueden utilizar los pequeños
negocios como bares, floristerías, sodas y otros comercios minoristas, ya que les facilita el
manejo de la contabilidad y les permite declarar con base en sus compras, no de acuerdo
con sus ingresos.
Carla Coghi, gerente senior de impuestos de Deloitte, explicó que este régimen se emplea
en casos muy puntuales y que no está previsto para grandes empresas. Antes de acogerse
a este régimen, las empresas deben analizar muy bien si les conviene utilizarlo.
Pero, ¿en qué se diferencia del régimen tradicional? Veamos algunas características.
Primero: Se trata de negocios específicos.
Según el decreto 25514-H, los negocios que pueden acogerse a este régimen son
expresamente los siguientes: bares; cantinas; tabernas; comerciantes minoristas; estudios
fotográficos; quienes fabriquen calzado artesanalmente; quienes fabriquen muebles y sus
accesorios y los que elaboren objetos de barro, loza, cerámica y porcelana.
Asimismo, aquellas empresas que fabriquen productos metálicos estructurales; floristerías;
panaderías; restaurantes, cafés, sodas; pescadores artesanales en pequeña escala,
pescadores artesanales medios y los taxistas que tengan un solo vehículo.
Segundo: Hay limitaciones en cuanto a las compras que realiza la empresa, los activos que
tiene y la cantidad de empleados.
Para que la mayoría de negocios mencionados previamente puedan usar este sistema, no
pueden efectuar compras anuales que sean mayores a 150 salarios base, lo cual equivale a
casi ¢60 millones, explicó Coghi. El salario base actual es de ¢399.400.
Si se trata de pescadores, para acogerse a este régimen, las compras de combustible no
pueden superar los ¢3,5 millones.
Además de lo anterior, sus activos fijos no pueden tener un valor superior a 350 salarios base
y la cantidad máxima de empleados que puede tener el negocio –sin contar al
contribuyente- son cinco personas.
Existen otras limitaciones que hay que analizar según cada actividad. Por ejemplo,si en el
menú de un bar, alguna bebida alcohólica tiene un valor superior al 1% del salario base
(¢3.994), el negocio ya no puede formar parte del régimen de tributación simplificada.
Tercero: ¿En qué radica la simplificación?
Este régimen pretende ayudar a los pequeños negocios a cumplir con su preparación de
declaraciones, ya que les facilita la determinación de la base imponible, la cual va en
función de las compras.
“No obliga al contribuyente a llevar una contabilidad formal. A tributación, por decirlo en
lenguaje coloquial, no le interesa cuáles son sus ingresos, sino que le dice: ‘Usted me va a
declarar en función de sus compras’”, manifestó Coghi.
El contribuyente tiene la obligación de guardar todas las facturas que respalden esas
compras. “Eso es lo que tributación va a verificar después, que no excedan de los topes que
ya estableció en la regulación. Los trámites de lo que es un proceso de contabilidad, como
cualquier otra empresa, eso no lo tiene que hacer el pequeño contribuyente”.
Las empresas que empleen este régimen tienen que presentar declaración de ventas de
forma trimestral, mientras que en el régimen tradicional se presentan mensualmente.
La declaración de renta se presenta trimestralmente, mientras que en el régimen tradicional
se hace anualmente con pagos parciales.
Coghi indicó que en este régimen no hay que hacer anticipos o pagos parciales porque
trimestralmente se va pagando el impuesto real que corresponde, según las compras
realizadas.
“Sí se les simplifica el tema del cumplimiento de una contabilidad completa, no significa que
no la puedan llevar, pero para control de su negocio, no para control fiscal”, dijo la
contadora pública.
Por otro lado, los negocios que usen este sistema no están obligados a emitir una factura
autorizada, a menos que el cliente se las pida o en caso de que la venta de cada mercancía
sea mayor del 5% de un salario base.
“En estos casos, utilizan un formulario pre impreso o una factura de librería y le ponen un sello
que dice: ‘acogido al régimen simplificado’”.
Cuarto: Posible desventaja.
Una posible desventaja, es que quien se acoja a este régimen siempre deberá pagar
impuesto sobre la renta, independientemente de si el comercio tuvo ganancias o pérdidas.
“Por ejemplo, si es fabricante de calzado artesanal y el cuero subió mucho, entonces sus
costos son muy altos y va a generar pérdidas. Bajo este régimen, sí tendría que pagar renta,
bajo el otro régimen normal no tendría que pagar renta, siempre que haya demostrado que
la pérdida es real”, ilustró Coghi.
La especialista recomendó, antes de pasarse a este régimen, hacer un análisis para ver qué
es más rentable: si estar en el régimen tradicional (lo cual dependerá de los ingresos que se
generen) o en el régimen simplificado.
“Si usted cumple con las condiciones del simplificado, hay que hacer los números y sí
pareciera que es más ventajoso”, indicó.
Tome en cuenta que si las condiciones de la empresa que está en el régimen simplificado
varían, entonces, deberá registrarse en el régimen tradicional o puede ser multada.
¿Cuáles son los principales factores legales que hay que considerar en la elección del
régimen impositivo?
El contribuyente para desarrollar sus actividades puede elegir alguno de los siguientes
regímenes impositivos:
1º) Régimen de renta atribuida, regulado en el Art. 14 letra A) de la Ley sobre Impuesto a la
Renta (LIR);
2º) Régimen de integración parcial, regulado en el Art. 14 letra B) de la LIR;
3º) Régimen simplificado, regulado en el Art. 14 ter letra A de la LIR; o
4º) Régimen de renta presunta, regulado en el Art. 34 de la LIR.
Para elegir adecuadamente el régimen impositivo en materia de impuesto a la renta, el
contribuyente debe considerar uno o más de los siguientes factores legales, al tiempo de la
elección:
a) La forma de determinar la base imponible;
b) El giro o actividad del contribuyente;
c) El monto de los ingresos del giro;
d) El monto de los ingresos provenientes de ciertas inversiones;
e) El tipo jurídico de la empresa;
f) La conformación societaria;
g) El capital efectivo de la empresa;
h) La participación en el capital de la sociedad; y
i) La tasa impositiva.
Nótese que, además de los factores legales, hay otros factores que el contribuyente
igualmente debe considerar al momento de elegir el régimen impositivo, tales como el valor
del dinero en el tiempo, el número de socios y su arga impositiva, el tipo de impuesto, etc.
1. Régimen de renta atribuida
1.1. Forma de determinar la base imponible
Las empresas que pueden acogerse al régimen de renta atribuida son las que determinan su
renta afectiva mediante contabilidad completa.
1.2. Giro o actividad
Para acogerse el régimen de renta atribuida la empresa puede tener cualquier giro o
actividad.
Sin embargo, hay ciertos giros o actividades que son propios de las sociedades anónimas,
como el giro bancario, etc., razón por la cual este tipo social solo puede acogerse al régimen
de integración parcial, como veremos.
1.3. Monto de los ingresos del giro
El monto de los ingresos del giro no es importante para elegir el régimen de renta atribuida.
1.4. Monto de los ingresos de ciertas inversiones
Las empresas que se acogen al régimen de renta atribuida pueden hacerlo con
independencia del tipo de inversiones que realicen y del monto de los ingresos que perciban
de ellas.
1.5. Forma jurídica de la empresa
En general, todas las empresas, cualquiera que sea su forma jurídica, pueden acogerse al
régimen de renta atribuida, salvo las sociedades anónimas y las sociedades en comandita
por acciones.
1.6. Conformación societaria
Para que las sociedades puedan acogerse al régimen de renta atribuida, es necesario que
estén conformadas por personas naturales con domicilio y residencia en Chile, o bien por
personas naturales o jurídicas que sean contribuyentes del impuesto adicional (que no tienen
domicilio ni residencia en Chile).
1.7. Capital efectivo
Para acogerse al régimen de integración parcial, no hay que considerar el capital efectivo
que tenga la empresa.
1.8. Participación en el capital
La ley no exige requisitos relativos a la participación de los socios o accionistas en el capital
de la sociedad, para acogerse al régimen de integración parcial.
1.9. Tasa impositiva
La tasa impositiva es 25%.
Sin duda, aquellos empresarios pequeños con bajo volumen de facturación y ventas que
generan una utilidad que les alcanza básicamente para sobrevivir y no tienen mayores
proyecciones de crecimiento futuro pueden optar por el régimen 14Ter, ya que evita
complicaciones y costos tributarios, pero ojo si tiene FUT y también mucho cuidado con los
gastos rechazados siendo estos son los dos aspectos de mayor vulnerabilidad de este tipo de
contribuyentes.
No cabe duda, estamos contra el tiempo para la elección del régimen tributario
correcto, pero esto es sólo el principio de un escenario que se nos viene después de esta
elección, mucho más complejo y exigente aún. Así una vez que haya elegido su régimen -
sea este 14TER, o el Régimen de Renta Efectiva Según Contabilidad con imputación total o
parcial de crédito (opción A o B), ¿CÓMO LO HARÁ PARA CUMPLIR SUS OBLIGACIONES
TRIBUTARIAS COMO CONTRIBUYENTE?
Debe usted saber que si elige el sistema "simplificado" 14 TER, para no complicarse la vida, va
a tener que responder a la exigencia de llevar nuevos Registros y Libros que forman parte de
la exigencia para este tipo de contribuyente, y asimismo, la de llevar el registro de
operaciones de compras y ventas al día y en forma oportuna. ¿Cómo lo hará para cumplir y
no arriesgarse a multas y sanciones?
Si es un contribuyente 14Ter y es un poco más grande, seguro necesitará también llevar su
Contabilidad Completa para gestionar su negocio.Entonces, ¿duplicará el ingreso de sus
registros de compras, ventas, ingresos y egresos en ambos sistemas, Contabilidad y 14Ter?,
¿sabe cómo resolver esto?
Ni pensar en los contribuyentes del 14A y 14B. Si el antiguo registro FUT a usted le parecía
complejo de llevar y cumplir esta exigencia parecerá cosa de niños, frente a los nuevos
registros exigidos por la nueva Reforma - existen al menos seis nuevos registros que llevar en
estos nuevos regímenes tributarios- y estos no podrán construirse ajenos a sus registros
Contables y su Sistema Contable: Así la Contabilidad y la tributación ahora van de la mano,
porque la nueva Reforma exige armonía entre los registros de los hechos económicos en la
contabilidad y la tributación de los dueños de la empresa, el capital propio tributario, las
cuentas corrientes de los socios, la depreciación y una serie de otras partidas contables serán
el foco de la fiscalización tributaria. La Contabilidad Completa y al día será el único respaldo
y defensa de los socios y dueños de empresa y personas (EIRL) para justificar sus rentas
empresariales.
Como ya sabrás, existen varios regímenes tributarios al que se puede acoger tu empresa
para pagar los tributos que le corresponden por su actividad económica. Pero, ¿cuál es el
que más te conviene?, ¿cuál debe elegir tu empresa para resultar más beneficiada?
Las personas que son dueñas o tienen participación en la propiedad de empresas que
generan ganancias tienen la obligación de pagar impuestos a través de sus empresas y
como personas naturales. Los impuestos que pagan las empresas se denominan impuestos
de Primera Categoría (IDPC) y los impuestos que pagan las personas se denominan
Personales o Finales.
Hasta el 31 de diciembre de 2016, las empresas que debían declarar las utilidades o “rentas
efectivas”, lo hacían en un régimen único en el que todas las empresas pagaban una tasa
del 24%. Además, los dueños de estas empresas debían pagar impuestos personales por las
utilidades que retiraban de sus empresas.
Sin embargo, a partir de la Reforma Tributaria existen dos nuevos regímenes (el de renta
atribuida y el semi integrado) y la posibilidad de que las empresas elijan bajo qué régimen
van a tributar. Así pues, de junio a diciembre deben decidir entre el régimen de tributación
simplificada (art. 14 Ter Letra A), el de renta presunta (art. 34), el de renta atribuida (art. 14 A),
el semi integrado (art. 14 B), e informárselo al Servicio de Impuestos Internos (SII).
El beneficio de este sistema es que puede deducir hasta un 50% de la Renta Líquida
Imponible (RLI) gravada con el IDPC que se mantenga reinvertida en la empresa.
El sistema de renta atribuida es más conveniente para los contribuyentes cuyos socios o
accionistas decidan retirar o distribuir la mayor cantidad de las utilidades generadas, porque
la tasa impositiva es menor y obtienen un mayor crédito asociado a sus impuestos personales
que con el régimen semi integrado.
Este régimen también conviene a empresas que perciben un bajo nivel de renta.
Por tanto, si tu empresa es pequeña y se retiran todas o gran parte de las utilidades es mejor
que optes por este sistema.
Hay algunos tipos de empresas que no pueden elegir el régimen tirbutario y tienen que
aplicar obligatoriamente este régimen semi integrado. Es el caso de las sociedades anónimas
abiertas, sociedades anónimas cerradas y sociedades en comandita por acciones.
Para poder permanecer en el mismo, el ingreso máximo anual debe ser de 9.000 UF en el
sector agrícola, 5.000 UF en el del transporte y 17.000 UF en el de la minería.
Este sistema paga el impuesto de acuerdo a los porcentajes según actividad que establece
la LIR.
¿Cuando me conviene elegir el régimen de renta presunta?
El SII atribuye el porcentaje de impuesto sobre un factor de la actividad económica, por
tanto, el régimen de renta presunta es más conveniente para aquellos que obtienen más
beneficio de lo que este factor indica.
Por ejemplo, si eres una persona que maneja un camión o que arriendas terrenos agrícolas,
Impuestos Internos te atribuirá una renta presunta sobre el valor del camión o del terreno. Te
conviene elegir el sistema de renta presunta si obtienes más ganancias por el factor que lo
que la ley fija.
Los segmentos que se pueden acoger preferentemente a este sistema son las Micro,
Pequeñas y Medianas empresas, siempre que su ingreso máximo anual promedio de los
últimos 3 años comerciales sea de 50.000 UF.
Las obligaciones contables y de registros de este régimen son: llevar obligatoriamente un
libro de caja y, o bien un libro compra venta (se si encuentran afectos a IVA), o bien, un libro
de ingresos y egresos, si no se encuentran afectos a IVA.
El beneficio de este régimen es que puede eximirse del pago del Impuesto de Primera
Categoría (IDPC) desde el 1 de enero de 2017.
En definitiva, para saber que régimen tributario es más conveniente para tu empresa los
expertos recomiendan analizar detalladamente las características de tu empresa, sus
proyecciones de futuro, desempeño financiero, el plan de inversiones y la política que tendrá
la empresa en un horizonte temporal de 5 años.
Por último, te dejamos con un breve video en el que el Centro de Conocimiento Tributario
(CCT) informa sobre diferentes aspectos y normas aplicables a los nuevos régimenes
tributarios: