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FACULTAD DE DERECHO Y
CIENCIAS SOCIALES
TESIS
LICENCIADO EN DERECHO
SUSTENTA
DIRECTOR DE TESIS:
PÁGS.
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………….. I
PROPUESTAS………………………………………………………………………………… 65
CONCLUSIONES……………………………………………………………………………… 67
BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………………… 69
JURISPRUDENCIA……………………………………………………………………………. 70
LEGISLACIÓN…………………………………………………………………………………. 71
INTRODUCCIÓN
El vocablo despojo proviene del latín despoliare, que significa acción y efecto de
despojo o despojarse, privar a uno de lo que goza y tiene y desposeerlo de ello con
violencia. Quitar jurídicamente la posesión de los bienes o habitación que uno tenía para
dársela a su legítima dueña. En el acto violento clandestino o de abuso de confianza por el
cual un poseedor o tenedor es totalmente excluido de su poder. El despojo históricamente
existió en el fuero juzgo (ley II, tít. I libro VIII), también en el fuero real (ley IV, tít. IV),
igualmente la partida, VII, ley XII, tít. X, posteriormente el Código penal español de 1850 y
en el de 1870, de igual manera se manifestaba el código penal italiano de esas épocas.
I
actividad falsa que tiende a predecir una situación de error en el sujeto pasivo y debe ser
el medio idóneo para lograr la ocupación del inmueble o su uso y la ocupación de las
aguas o de los derechos reales. Plantea consideraciones importantes para distinguir el
delito de despojo cometido mediante engaño, y el delito de fraude, que tiene por objeto un
bien inmueble. La furtividad, consiste en una maniobra clandestina, es decir a escondidas
para ocupar o usar el inmueble o las aguas. La parte final del artículo 395 del CPF se
refiere por decreto publicado en el Periódico Oficial de la Federación el 14 de Enero de
1985, donde se modifica la punibilidad en general, estamos a unos meses de que se
cumplan 26 años de que el texto legal federal haya sufrido modificación alguna y el
derecho vivo y actuante exige reformas para adecuarlo a las actuales circunstancias
política y sociales; nuestras propuestas están encaminadas a reformar el Código Penal del
Estado de Michoacán de Ocampo.
II
CAPÍTULO 1.- LOS DELITOS PATRIMONIALES
1
REYNOSO DÁVILA, Roberto. “Delitos Patrimoniales”. Pág. 1
3
protectoras del patrimonio, impuestas por el Derecho privado, aceptando llanamente la
noción dada por éste.
Afirma Mariano Jiménez Huerta que como el Derecho Penal persigue una finalidad
distinta que el Derecho Civil, esta diversidad finalística puede influir sobre el significado de
un instituto mencionado en dos normas, una civil y otra penal y, en consecuencia, los
conceptos civilísticos asumen ante el Derecho Penal una significación independiente y
autónoma. 2
Sigue diciendo Mariano Jiménez Huerta, citando a Francesco Antolisei, que como
se trata de un problema de interpretación, el punto de partida deben ser las nociones
elaboradas y acogidas por el Derecho Privado, al que pertenezcan los relativos institutos.
Pero es necesario que tales nociones sean aquilatadas a la luz de las normas del Derecho
Penal para descubrir las consecuencias que se derivan de su aplicación. Si de dicho
examen resulta que la cumplida y rigurosa aplicación de los conceptos privatísticos lleva a
resultados en contraste con el fin de la norma incriminadora y con la exigencia propia del
Derecho Penal, el penalista no sólo puede, sino debe aportar a los conceptos aquellas
modificaciones, ampliadoras o restrictivas, que son indispensables para evitar los
antedichos resultados. Así, operando, él no invade el campo del Derecho privado y tanto
menos crea un nuevo concepto de este o aquel instituto, sino afirma solamente que en el
ámbito del Derecho Penal el término debe asumir un particular significado. Esto no implica
nada de arbitrario o de anormal, ya que es bastante frecuente el caso de que, en algunas
normas o sectores del ordenamiento jurídico, la ley atribuya a determinada palabra un
significado diverso de aquel propio del lenguaje técnico y también de aquel propio de la
vida corriente.
2
JIMÉNEZ HUERTA, Mariano. “Derecho Penal Mexicano”. Tomo IV. Pp. 112 y 55.
4
Afirma José María Rodríguez Devesa que es una labor de interpretación la que
caso a caso ha de indicar si los conceptos conservan su valor originario o al insertarse en
la ley penal adquieren un contenido diverso y que frente a los conceptos provenientes de
otras disciplinas es inadmisible una posición apriorística y radical de identidad, o por el
contrario, de autonomía.
Porque si bien hay términos que coinciden sin género de duda, hay otros en que es
igualmente indudable que la aceptación penal y la privada no son idénticas.
En nuestra legislación penal se protege no sólo las cosas materiales sino también
los bienes inmateriales, ya que como afirma Mariano Jiménez Huerta, el patrimonio
también está formado por créditos y por derechos intelectuales e industriales, por lo que
han surgido también nuevas formas fraudulentas de enriquecimiento en perjuicio de la
ajena actividad patrimonial.3
Por otra parte, como afirma Humberto Barrera Domínguez, no todos los delitos que
afectan el patrimonio ajeno están ubicados dentro del grupo de delitos patrimoniales,
atendiendo a que lesionan otros intereses que se estiman prevalentes.
3
Ibidem.
5
“d) Algunas formas de terrorismo, sabotaje, piratería, ataques a las vías de
comunicación, etcétera”.
Son numerosos los delitos que tipifican conductas que atacan o ponen en peligro
intereses que deben considerarse como patrimoniales, v. gr., los derechos de autor, los de
invención y sobre marcas de fábrica, sobre dibujos, la obra artística, literaria, musical, el
descubrimiento científico y las producciones del ingenio y del talento de una persona se
hallan protegidas penalmente por leyes especiales, como la Ley Federal del Derecho de
Auto y la Ley de la Propiedad Industrial.
Sostiene Carlos Creus que la cosa que puede carecer de valor para cualquier
persona que no sea su propietario, pero en cuanto esté actualmente incorporada a un
patrimonio, tiene valor patrimonial; ello resuelve cualquier cuestión que se plantee en
orden a la entidad del valor económico o de cambio: el nulo o íntimo valor de la cosa en
ese sentido no le quita el carácter de objeto del delito.5
Se exceptúan del delito de robo, dice Giuseppe Maggiore, las cosas que no tengan
ni valor económico ni afectivo, v.gr., una piedra encontrada en la calle, una telaraña, un
clavo herrumbroso, etcétera.
Unas legislaciones agrupan estos delitos bajo el rubro “Delitos contra la Propiedad”;
otras, bajo el rubro “Delitos contra el Patrimonio” o “Delitos Patrimoniales”.
4
Idem.
5
CREUS, Carlos. “Derecho Penal”. Tomo Uno. Pp. 556-55.
6
a) La denominación “delitos contra la propiedad” es la tradicional en las legislaciones
positivas, como en los Códigos españoles de 1822, 1848, 1870, 1932, 1944 y
1963. Sin embargo, la palabra propiedad no se toma en su estricta noción civilista,
sino como lo declaró Giuseppe Zanardelli en la Exposición de motivos del Código
Penal italiano de 1889, que la expresión “propiedad” había de entenderse en ese
cuerpo legal, en sentido amplio, de modo que incluyese, no sólo el derecho de
propiedad stricto sensu, sino también la posesión y todo derecho real y
obligacional.
Carlos Fontán Balestra manifiesta que la palabra propiedad tiene una acepción que
se adapta perfectamente a la hermenéutica legal, y más cuando usando de ella, se
superan las dificultades, sin necesidad de recurrir a otras expresiones. Dice Rodríguez
Muñoz: la propiedad está tomada en el sentido filosófico, según el cual puede construirse
no sólo sobre una cosa corporal, sino sobe los derechos reales y sobre los derechos
personales, como son los créditos.
Eugenio Cuello Calón dice que la designación “delitos contra la propiedad” empleada
por los Códigos españoles no es de extremada exactitud, pues las infracciones reunida
bajo este epígrafe no están integradas solamente por hechos dirigidos contra el derecho
de propiedad, sino también contra la posesión, hasta en su forma más rudimentaria de
mera tenencia de las cosas, y aun contra los derechos reales y en ciertos casos contra
derechos provenientes de obligaciones. Así que la expresión “propiedad” debe entenderse
aquí en un amplio sentido, como comprensiva de todos los derechos que forman el
patrimonio del hombre, es decir, de sus derechos patrimoniales.6
b) Federico Puig Peña estima que la expresión “delitos contra el patrimonio” debe ser
aceptada, ya que con ella se entiende empleada, en sentido lato, la palabra
propiedad, puesto que se comprenden además otros derechos, como el de
posesión, aún en su forma de simple tenencia, y los derechos reales en general.
Giuseppe Maggiore opina que representa un evidente adelanto técnico y Carlos
Saltelli y Romano Di Falco la califican como “un perfeccionamiento de técnica
legislativa”.
6
CUELLO CALÓN, Eugenio. “Derecho Penal, Parte Especial”. Tomo III. P. 182
7
El maestro Francisco González de la Vega, respecto a la denominación “delitos en
contra de las personas en su patrimonio”, dice que “nos recuerda que las personas, tanto
físicas como morales, pueden ser posibles sujetos pasivos de las infracciones ya
enumeradas, y también nos hace notar que el objeto de la tutela penal no es únicamente
la protección del derecho de propiedad, sino, en general, la salvaguarda jurídica de
cualesquiera otros derechos que puedan construir el activo patrimonial de una persona” 7 y
citando a Marcel Planiol dice que “la noción de patrimonio es inseparable de la noción de
persona en Derecho”.
Dice José María Rodríguez Devesa que “el concepto de patrimonio no es pacífico,
todas las definiciones que he podido compulsar coinciden en que se refiere a un conjunto,
a una unidad. Y lo cierto es que no hay delitos contra el patrimonio con tal unidad”, y no
siendo posible un ataque al pasivo que en realidad no se traduzca en una disminución del
activo se viene a parar en definitiva a una noción que sólo terminológicamente se
diferencia de la de “propiedad” en el sentido amplio en que, como se ha aclarado, la
emplean algunos textos legales punitivos.
Por su parte Sebastián Soler dice que el término “delitos contra el patrimonio” no
resulta mucho mejor, puesto que el patrimonio es una universalidad jurídica, que consta de
un activo y un pasivo.
7
GONZÁLEZ DE LA VEGA, Francisco. “Derecho Penal Mexicano”. Pp. 288 y 55
8
puede convertirse en objeto de delito; únicamente puede dar lugar a incriminación cada
uno de los bienes y derechos que lo componen, y más precisamente del activo del
patrimonio, cuando son agredidos.
Sin embargo, como afirma Luis Jiménez de Asúa, cualquier vocablo puede ser mal
empleado cuando de sembrar la inseguridad se trata. Las divergencias, dudas y equívocos
que percibimos en los autores, se debe a que, han nutrido de diverso contenido una
misma palabra. Debe evitarse caer en el bizantinismo de la alquimia de las palabras, pues
como dice el jurista y filósofo Andrés Bello: “En el lenguaje lo convencional y arbitrario
abraza más de lo que comúnmente se piensa”.
El Código Penal de 1817 denominaba los delitos contra el patrimonio “Delitos contra
la Propiedad”, comprendiendo las siguientes figuras: robo; robo sin violencia; robo con
violencia a las personas; abuso de confianza; fraude contra la propiedad”; quiebra
fraudulenta; despojo de cosa inmueble o de aguas; amenazas-amagos-violencias físicas;
destrucción o deterioro causado en propiedad ajena por incendio; destrucción o deterioro
causado por inundación; destrucción, deterioro y daños causados en propiedad ajena por
otros medios.
El Código Penal de 1929 bajo el título “De los Delitos contra la Propiedad”
compendió: del robo general; del robo sin violencia; del robo con violencia; del abuso de
9
confianza; de la estafa; de la quiebra culpable o fraudulenta; del despojo e cosa inmueble
o de aguas; de la destrucción y del deterioro de la propiedad por incendio; de la
destrucción y del deterioro causado por inundación; de la destrucción, del deterioro y de
los daños causados en propiedad ajena por otros medios. Y al delito “De los delitos contra
la paz y seguridad de las personas”.
Afirma José María Rodríguez Devesa que la clasificación de los delitos contra la
propiedad ofrece grandes dificultades y para resolverlo se han propuesto muy diferentes
criterios.
Francesco Carrara divide estas infracciones en delitos que se cometen con ánimo
de lucro, también llamados de enriquecimiento ilícito, en los que concomitantemente a la
merma patrimonial del sujeto pasivo del delito hay un beneficio patrimonial del sujeto
activo y que corresponde a todos los delitos patrimoniales, con excepción de los delitos en
los que sin beneficio patrimonial del sujeto activo, éste procede con ánimo de venganza,
llamados también e simple injuria patrimonial, como el delito de daño en propiedad ajena.
8
CARRARA, Francesco.- “Programas de Derecho Criminal”. Tomo 1. Pág. 214
10
Dice Eusebio Gómez que el animus lucrandi da fisonomía propia, casi
invariablemente, a los delitos contra la propiedad y en el daño aparece sustituido por el
animus nocendi, que es de su esencia, y que se inspira en el odio, en el deseo de
venganza o en sentimiento análogo.
En cuanto a los delitos de enriquecimiento ilícito cabe la máxima del gran moralista
y pensador francés Michel Exquem, señor de Montaigne (1533-1592): Le profit de l´un est
le dommage de l´autre (El provecho de uno es e perjuicio de otro).
En cuanto a la naturaleza física o jurídica del objeto material del delito, los delitos
patrimoniales se dividen en delitos de robo y abuso de confianza que tutelan,
exclusivamente, los bienes muebles; el delito de despojo tutela, exclusivamente, los
bienes inmuebles; y los demás delitos patrimoniales tutelan tanto los bienes muebles,
como los inmuebles.
Mariano Jiménez Huerta9 cita la clasificación de los delitos patrimoniales que hace
Pedrazzi, en delitos de ejecución unilateral que se perfeccionan por la sola acción directa
9
JIMÉNEZ HUERTA, Mariano. Ob. Cit. P. 114
11
del sujeto activo, como serían el robo, el abuso de confianza, el despojo y el de daños, en
los cuales toda la parte activa del proceso lesivo la realiza el sujeto activo del delito, o sea
el arbitrio unilateral con el que éste invade la esfera ajena; y los delitos de cooperación
artificiosa, caracterizados por el signo de la cooperación entre el sujeto activo y su víctima,
pues ésta es quien efectúa el acto decisivo, es decir, el acto el acto de disposición, como
en los delitos de extorsión, de fraude y en la usura, en los que la “ilicitud no surge aquí en
una abierta ilegalidad de forma y de resultado, sino de las malas artes usadas por el sujeto
activo para obtener la cooperación de la víctima”. Sin embargo, el propio Mariano Jiménez
Huerta califica esta clasificación de “inoperancia convicta, pues escinde arbitrariamente los
tipos delictivos” y que carece de bases dogmáticas.10
10
Ibidem. P. 115.
11
Idem. P. 116
12
del Título del Código penal12. Cuello Calón, por su parte, destaca como nota común a
todos los delitos contra la propiedad (con referencia al código penal español), el daño o
menoscabo que todos ellos causan en las cosas o en los derechos que constituyen el
patrimonio de las personas13.
12
NÚÑEZ C., Ricardo. “Delitos contra la Propiedad”. P. 27
13
CUELLO CALÓN, Eugenio. Ob. Cit. P. 748
14
GONZÁLEZ DE LA VEGA, Francisco. “Derecho Penal Mexicano, los Delitos”. Pp. 163-165
13
CAPÍTULO 2.- EL DELITO DE DESPOJO:
CONCEPTO, HISTORIEDAD Y JURISPRUDENCIA
Artículo 395.- Se aplicará la pena de tres meses a cinco años de prisión y multa de
cincuenta a quinientos pesos:
II. Al que de propia autoridad y haciendo uso de los medios indicados en la fracción
anterior, ocupe un inmueble de su propiedad, en los casos en que la ley no lo
permite por hallarse en poder de otra persona o ejerza actos de dominio que
lesionen derechos legítimos del ocupante, y
III. Al que en los términos de las fracciones anteriores, cometa despojo de aguas.
15
Código Penal Federal Vigente (2010).
14
prisión por este mismo delito, salvo cuando en el proceso correspondiente se hubiese
resuelto el desvanecimiento de datos, el sobreseimiento ó la absolución del inculpado.
Artículo 396 - A las penas que señala el artículo anterior, se acumulará la que
corresponda por la violencia o la amenaza.
La posibilidad fáctica que los objetos ofrecen de ser ocupados o de usarse sin
desplazados de su primigenia ubicación y la imposibilidad ontológica que presentan de ser
removidos y separados del suelo sin alterar su forma y sustancia, es lo que los hace
factibles de ser objetos materiales del delito de despojo.
2.2.- Historiedad.
Evolución del delito de despojo. Antonio Quintano Ripollés relata que "es cosa harto
sabida la paulatina evolución de los conceptos de riqueza a través de la historia
económica de Occidente, en que el acento de suma importancia cualitativa ha ido
16
CARRANCÁ y TRUJILLO, Raúl. “Derecho Penal Mexicano”. P. 865
15
derivando de lo inmobiliario a lo mobiliario, y de esto a lo crediticio. Evolución que,
naturalmente, ha tenido su inmediato reflejo en el correlativo aspecto de la protección
penal, más o menos severa según la estimativa superior o inferior de una determinada
especie de bienes. Por lo mismo no es de extrañar la máxima dureza con que la mayoría
de los Derechos antiguos incriminaron los atentados perpetrados contra la propiedad
inmobiliaria, y más singularmente la agrícola, base fundamental de sus rudimentarias
economías, y que contrasta con la relativa benignidad observada respecto a la mueble,
contraste que del modo más característico aparece en los Derechos romano y germánico,
acordes en tal extremo, sobre todo en las épocas más arcaicas, que coinciden en el
máximo rigor en la represión de los delitos de usurpación, y en el mínimo de los hurtos no
cualificados".17 De los inmuebles se decía: inmobilia non contraectantur, sed invaduntur
(los inmuebles no se sustraen, sino que se invaden).
En el Fuero Juzgo (primera mitad del siglo VII) se castigaba al que echaba por
fuerza a otro de lo suyo; la violencia era un aspecto de relevancia para poder hablar de
este delito. En las Siete Partidas de Alfonso X "El Sabio" (1256-1263, aunque su vigencia
dilatara a los siglos posteriores) se contemplaba también lo relativo al delito de despojo,
teniendo como elemento constitutivo la fuerza que se utiliza; o sea la violencia, para la
adquisición del bien, sin mandato del juzgado.En el Código Penal español de 1850,
artículo 440, esta característica de violencia se diluye; restaurándose nuevamente en el
Código Penal de 1870; es decir, para que exista una sanción era necesario el empleo de
la violencia física o moral.
El Código Penal mexicano de 1871 establecía que cometía el delito de despojo "el
que haciendo violencia física a las personas, o empleando la amenaza ocupare una cosa
ajena inmueble o hiciere uso de ella, o de un derecho real que no le pertenezca".
17
QUINTANO RIPOLLÉS, Antonio.
18
CARRARA. Ob. Cit. Pág. 142
16
El maestro Francisco González de la Vega transcribe el siguiente interesante
estudio que hace Emilio Pardo Aspe, quien fuera Director de la Escuela de Derecho de la
Universidad Nacional y Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación:
Así, la ley penal ordinariamente confía al Derecho civil la tutela de la propiedad raíz.
En el robo, el abuso de confianza, la estafa, es mueble el objeto de la acción típica. Bien
es cierto que el delito de fraude puede, indistintamente, recaer sobre cosa mueble o
inmueble; mas, si bien se observa, se advertirá que en las infracciones de esta categoría
el ataque se dirige sólo indirectamente contra el bien inmueble.
17
El Código español de 1928, conocido por el Código de la Dictadura, en su afán de
conminar penalmente el mayor número de acciones humanas, precisamente con el
propósito político de circuir la libertad y la conducta del ciudadano, desdeñoso de la mejor
tradición jurídico-penal rompió el molde clásico para tipificar no solamente las formas
coactiva e impositiva del despojo, sino además la engañosa y la furtiva.
Más grave resulta el Código Penal vigente de Sonora de 1994, que establece que
comete el delito de despojo "el que haciendo violencia en las personas o en las cosas, o
furtivamente, o empleando engaño, o amenazas, o sin derecho, ocupe un inmueble ajeno
o haga uso de él o de un derecho real que no le pertenezca".
19
GONZÁLEZ DE LA VEGA, Francisco. Ob. Cit. Pp. 295-296
18
que por la otra; el despojo de inmuebles es el resultado, por lo general, de una cuestión
civil sobre la propiedad de dichos bienes y no obedece a una tentación ocasional; y, casi
siempre se alega por el despojante algún título jurídico; por otra parte, la ocultación del
cuerpo del delito es imposible. De allí que la ley imponga una pena mucho menor,
tratándose de inmuebles, que la que establece respecto de los muebles y que no se
aplique la escala de valores con que se mide la pena en el robo de muebles".20
Antonio de P. Moreno no comparte las ideas anteriores que tienden a limitar a los
medios violentos la integración del delito de despojo. Dicho tratadista dice que "desde
hace largos años, existe un grupo de despojadores de oficio, de los cuales, el principal, ha
formado escuela, que se ocupa en llevar al cabo despojos de inmuebles en todas las
formas practicables. Empleo de violencia física, moral, engaño o furtividad. No se
conforman con producir el atentado de manera instantánea. Procuran consolidar,
inmediatamente, una situación estable y permanentemente delictuosa, para provocar un
verdadero conflicto, que les ayuda en sus propósitos de hacerse de lo ajeno.
Efectivamente, se introduce, mediante el empleo de alguno de los medios consumativos
previstos por la ley, o de varios, en inmuebles ajenos, terrenos urbanos no urbanizados,
en lo general, que alcanzan gran valor comercial. Construyen en ellos barracas de madera
o de otros materiales y forman en el transcurso de unas cuantas horas simuladas colonias
a las' que les dan la apariencia de proletarias y formadas por familias indígenas que
carecen de hogar a quienes es ingente resolver el problema, que en realidad existe y
aumenta constantemente, de la falta de habitaciones, por el crecimiento demográfico. En
algunos casos, cuando los invasores han logrado establecerse en forma permanente en
los terrenos de que se hicieron a consecuencia del delito, para cuyo agotamiento
efectuaron construcciones defectuosas, pero de carácter permanente, la autoridad se ha
visto obligada a expropiar el inmueble a sus legítimos propietarios y a higienizar y aun
urbanizar la colonia, fruto del despojo".21
Y más adelante Antonio de P. Moreno dice: "La repetición constante de los actos
delictuosos brevemente reseñados, que son del dominio público, hace indispensable se
conserve en la legislación penal el artículo 395 de su Código represivo. La legislación
20
REYNOSO DÁVILA. Ob. Cit. P. 357
21
REYNOSO DÁVILA. Ob. Cit. P. 368
19
debe abandonar los historiales jurídicos, por muy laudables que hubieran sido
considerados, a consecuencia de la transformación social y de las necesidades de una
mejor convivencia, que se impongan en el transcurso del tiempo. La propiedad, la
posesión, el orden y la tranquilidad social deben ser debidamente protegidos cuando
impera el régimen de Derecho, que afortunadamente nos rige, al amparo de la
Constitución del país.
Dice Francisco Pavón Vasconcelos que "el concepto de inmueble para el Derecho
Penal, queda limitado al de inmueble por su propia naturaleza, es decir, al suelo y las
construcciones adheridas a él y a todas aquellas cosas que, comprendidas en la
descripción hecha en el artículo 750 del Código Civil, sean susceptibles de ser ocupadas o
de ser usadas sin desplazarlas del sitio en que se ubican, sin importar que el inmueble sea
rústico o urbano, o con construcciones adheridas a él o no".23
22
Idem.
23
PAVÓN VASCONCELOS, Francisco. “Diccionario de Derecho Penal”.
20
Puede configurarse el despojo cuando "el autor del hecho penetra al inmueble
ocupado por otro, sin la utilización de ninguna forma de violencia, ya por disponer de la
llave de la puerta de entrada, o por encontrada abierta, o por introducirse con
consentimiento del titular. Luego, una vez en el interior del recinto, saca fuera los muebles
y cosas personales del ocupante y se erige él mismo en ese carácter. Dispone pues del
inmueble, instalándose personalmente o permitiendo que se establezca un tercero en el
lugar.
De modo que al querer el anterior ocupante volver a dicho bien, encuentra vedada
su entrada por esa nueva situación de hecho, siendo indiferente que el impedimento se
manifieste de manera expresa por el nuevo ocupante o resulte implícitamente del reciente
estado creado en el lugar".24
Carlos Fontán Balestra dice que "despojar, gramaticalmente, significa tanto como
desposeer a uno de 10 que disfruta y tiene. El despojo se caracteriza por una doble
consecuencia: de una parte, el poseedor o tenedor del inmueble ha de resultar desplazado
o excluido de su ocupación; de otra, el usurpador ha de estar en condiciones de
permanecer en la ocupación (Carrara), de modo que no podrá hablarse de despojo
cuando el desplazamiento sea tan fugaz, que sólo implique una ocupación momentánea
del inmueble (Carrara).
Mariano Jiménez Huerta dice: "Así acontece, por ejemplo, si en ocasión de no ser
visto por nadie se entra en la heredad ajena para descansar o comer bajo los árboles,
beber el agua de su fuente o bañarse en el río que atraviesa dicha heredad, pues
conforme a la teleología del tipo no puede concluirse en buenos términos jurídicos que
24
REYNOSO DÁVILA. Op. Cit. P. 360
25
Idem.
21
exista aquí la ocupación de un inmueble o el uso de las aguas de otro que constituye el
elemento fáctico en que descansa la total estructura de este tipo patrimonial”.26
2.3.- Jurisprudencia.
23
caso sólo se afectarían intereses particulares, y corresponde conocer del asunto a la
autoridad judicial del fuero común por no quedar comprendido en el artículo 41 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación, que [Da cuáles son los delitos del orden
federal. (Suprema Corte de Justicia de la Nación.-Apéndice al Semanario Judicial de la
Federación.-1917-1995.-Tomo II.- P. 73.- Tesis 129).
DESPOJO, NATURALEZA DEL.-El despojo, más que una figura delictiva que
proteja la propiedad, tutela la posesión de un inmueble. (Suprema Corte de Justicia de la
Nación.-Apéndice al Semanario Judicial de la Federación.-1917-1995.-Tomo Il.-P. 74.-
Tesis 130).
24
ofendido sea o no propietario del respectivo bien. (Apéndice al Semanario Judicial de la
Federación.-1917-1995.-Tomo II.- P. 313.-Tesis 519.-Tercer Tribunal Colegiado del
Segundo Circuito).
25
pertenezca indefinidamente en el mismo, pues lo que prevé y sanciona la norma legal, es
la toma de posesión de un predio al que no tiene derecho, de propia autoridad ya sea
ejerciendo violencia física, furtivamente o empleando amenaza o engaño, y el fin ulterior
del activo, carece de relevancia jurídica, entiéndase éste como apropiación, uso o
transmisión onerosa o gratuita a un tercero del bien inmueble que despoja, lo que está
acorde con la propia naturaleza jurídica del ilícito en cuestión, que en orden al resultado es
instantáneo, es decir, se agota en el mismo momento en que el agente despoja al
ofendido del bien inmueble que posee, en otras palabras, este último, es desplazado en
los actos de dominio que guardaba con ese bien, y sus efectos tengan la calidad de
permanentes o carezcan de ella, no impide se configure el delito de referencia. (Apéndice
al Semanario Judicial de la Federación.-1917-2000. Tomo II.- P. 407-408.- Tesis 524.-
Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito).
26
amenazas, pues ese antisocial se comete, entre otras hipótesis, por el solo hecho de que
el activo ocupe un inmueble ajeno sin el consentimiento de quien tenga derecho a
otorgado. (Apéndice al Semanario Judicial de la Federación.-1917-2000.-Tomo II.-P. 412-
413.-Tesis 529. Tribunal Colegiado en Materia Penal del Séptimo Circuito).
27
privados por resolución judicial; ya que, tal conducta cae bajo los supuestos legales del
tipo penal de despojo, el cual es sancionado, aun cuando la posesión sea dudosa o se
encuentre en litigio, como lo establece el artículo 178, de la Ley Sustantiva Penal del
Estado de Guerrero. (Segundo Tribunal Colegiado del Vigésimo Primer Circuito.- Amparo
en revisión 246/93.- Dominga Neri Olea y Coags.- 21 de Octubre de 1993).
(Primer Tribunal Colegiado del Sexto Circuito. Amparo Directo 952/86.- Armando
Rosales Reyes.- 15 de Enero de 1988).
28
DESPOJO Y ROBO, COEXISTENCIA DE LOS DELITOS DE (LEGISLACIÓN DEL
ESTADO DE BAJA CALIFORNIA).- Los ilícitos penales de despojo y robo pueden
coexistir, ya que son dos tipos que no se excluyen, pues si bien ambos reconocen una
acción de apoderamiento, los objetos sobre los que recaen son distintos, a saber en el
despojo, sobre un inmueble, derecho real, uso o desvío de aguas; y en el robo sobre
cosas muebles o derechos respecto de ellas, sin derecho y sin consentimiento de la
persona que con arreglo a la ley puede disponer de las mismas, como lo prevé n los
artículos 226 y 198 del Código Penal del Estado, de ahí la coexistencia de ambos delitos.
Por tanto, son responsables de esos ilícitos, quienes de propia autoridad y furtivamente se
introdujeron y ocuparon un domicilio y, ya en su interior, se apoderaron los bienes muebles
que en él se encontraban. (Primer Tribunal Colegiado del Décimo Quinto Circuito. Amparo
en Revisión 30/97.- Pablo Francisco Patiño Campillo y otra. 26 de Febrero de 1997.
Pluralidad de sujetos activos. Por lo que respecta a la agravante que opera "cuando
el despojo se realice por grupo o grupos, que en conjunto sean mayores de cinco
personas", Mariano Jiménez Huerta dice que dicha agravante "entra en juego tanto si la
invasión colectiva se efectúa por un solo grupo de más de cinco personas, como si se
realiza por diversos grupos que en su conjunto rebasen el número indicado. Empero si la
invasión se efectúa: de una parte, por un grupo de cinco personas, y de otra, por un solo
individuo; o por más de cinco personas que en vez de invadir el terreno por grupos
irrumpieren cada una de ellas aisladamente por linderos distintos, la agravante no puede
tomarse en consideración, habida cuenta de que no se ha realizado por grupos. Hubiera
sido más certero que la ley dijera que la agravante se aplica cuando la invasión se efectúa
por más de cinco personas, ora operen en grupos, ora aisladamente".28
28
JIMÉNEZ HUERTA. Op. Cit. P. 325
29
componentes, a saber: a) que el despojo se realice por grupo o grupos, que en conjunto
sean mayores de cinco personas; y b) que los inculpados sean los autores intelectuales o
quienes dirijan la invasión. Por tanto, la agravación de la pena en el delito en cuestión
conforme al párrafo mencionado, no procederá cuando no haya demostración de la
existencia de alguno de los elementos de la calificativa. (Segundo Tribunal Colegiado en
Materia Penal del Primer Circuito.- Amparo directo 198/88.- Guadalupe Belmont Morales y
otro.-28 de Abril de 1988).
29
Idem.
30
inmueble, en cuyo caso se plantea el difícil problema de establecer si esa conducta
constituye fraude o despojo. Carlos J. Rubianes y Héctor F. Rojas PelIarano sostienen que
si el ardid se desarrolla ante la justicia, aun para lograr el desalojo de un inmueble, tal
acción debe ser calificada de fraude y no de despojo.
30
Ibidem. P. 321
31
2.5.- Bien Jurídico Titulado.
Bien tutelado. No existe perplejidad alguna, dice Mariano Jiménez Huerta, de que la
objetividad jurídica tutelada en el delito de despojo es el patrimonio de la persona que es
privada, en mayor o menor intensidad, de la posesión del bien inmueble objeto material de
la conducta típica; pero en consideración a que el delito se integra "aun cuando el derecho
a la posesión de la cosa usurpada sea dudosa o esté en disputa" y de que el sujeto activo
del delito puede ser hasta el mismo propietario "de la cosa usurpada" se entrevera
también, "aunque no en forma prevalente, con la objetividad jurídica tutelada en este
delito, una lesión al interés jurídico que la colectividad tiene en que nadie se tome la
justicia por su mano mediante el ejercido arbitrario de las propias razones; interés jurídico
que proclama el artículo 17 Constitucional, en cuanto estatuye que 'ninguna persona podrá
hacerse justicia por sí misma ni ejercer violencia para reclamar su derecho'.
Ya Carrara advirtió la influencia constante que ejerce el ánimo del agente sobre la
esencia jurídica de los delitos, y subrayó que 'si el vecino tiene una justa razón para
estimar que el término que deslinda las heredades ha sido colocado ilícitamente y los
destruye, será responsable a lo sumo de ejercicio arbitrario de las propias razones, pues
no tiene intención de usurpar 10 ajeno sino de rechazar lo arbitrario haciéndose justicia".31
31
32
Y si el acusado confesó haber efectuado la destrucción de la cerca que se le
atribuye en la denuncia y ocupó el inmueble de propia autoridad, mismo cuya posesión se
había entregado poco antes al denunciante, es indiferente que el ofendido haya sido ese
denunciante u otra persona, pues en el párrafo final del citado artículo 351 del Código
Penal de Michoacán se establece que la pena será aplicable aun cuando la posesión de la
cosa usurpada sea dudosa o esté en disputa. (Semanario Judicial de la Federación.-Sexta
Época. Segunda Parte.- Vol. XXVIII.- P. 62.- Amparo directo 1098/59).
32
REYNOSO DÁVILA. Ob. Cit. P. 370
33
se pierda o se utilice. No se incluye en el concepto de desviación la extracción de agua
(aquae haustus) por medio de bombas, cubos y cántaros. En algunos casos la extracción -
cuando no es consentida por ley o por costumbre puede constituir robo”.33
El desvío de las aguas, dice Carlos Fontán Balestra, debe hacerse en favor del
autor o de un tercero, de modo que se obtenga o persiga obtener con ello un provecho,
que el fin que la ley asigna a la acción, al tiempo que se lesiona el uso y el goce de esas
aguas por parte de quien le corresponden.
El perjuicio de terceras personas, dice Luis Carlos Pérez, tiene una fisonomía
especial: debe expresarse en la pérdida del agua propia y en la disminución de su caudal.
Y este perjuicio tiene que ocurrir como consecuencia directa de la usurpación.
33
Ibidem.
34
FONTÁN BALESTRA, Carlos. “Derecho Penal”. Tomo VI. P. 258
35
NÚÑEZ, Ricardo. Ob. Cit. P. 513
34
Dice Mariano Jiménez Huerta que las aguas contenidas en manantiales, arroyos,
aljibes, estanques o acueductos de un inmueble cuando son extraídas del mismo
mediante un recipiente, son objeto material del delito de robo, pues aunque dichas aguas
en su estado primigenio formaban parte del inmueble, cuando el sujeto activo separa las
porciones que toma con el recipiente imprime a las mismas la movilidad y posibilidad de
remoción necesarias para que puedan ser objeto material del delito de robo.36
36
JIMÉNEZ HUERTA. Ob. Cit. P. 36
35
CAPÍTULO 3.- EL DELITO DE DESPOJO EN LOS CÓDIGOS PENALES LOCALES
II. Al que por los medios indicados por la fracción anterior, ocupe un inmueble de su
propiedad, en los casos en que no pueda disponer de él, por hallarse en poder de otra
persona en virtud de alguna causa legítima;
III. Al que por los mismos medios señalados en la fracción 1, con el fin de ocupar o usar
total o parcialmente un inmueble ajeno, destruyere o alterare las señales o linderos del
mismo; y
II. El que de propia autoridad ocupe un inmueble de su propiedad, en los casos que la
ley no le permita, por hallarse en poder de otras personas, o ejerza actos de
dominio que lesionen derechos legítimos del ocupante; y
III. El que en términos de las fracciones anteriores distraiga sin derecho el curso de las
aguas.
Cuando se trate de un predio que por decreto del ejecutivo del Estado haya sido
declarado área natural protegida en sus diferentes modalidades de parques estatales,
parques municipales, zonas sujetas a conservación ambiental y las demás que determinen
las leyes, se impondrán de dos a siete años de prisión y de cincuenta a ciento setenta y
cinco días multa.
II. Al que de propia autoridad y haciendo uso de cualquiera de los medios indicados en
la fracción anterior o furtivamente, ocupe un inmueble de su propiedad, en los
casos en que la ley no lo permite por hallarse en poder de otra persona o ejerza
actos de dominio que lesionen derechos legítimos del ocupante; o
III. Al que en los términos de las fracciones anteriores, cometa despojo de aguas.
Artículo 238.- Cuando el despojo se realice por grupo o grupos, que en conjunto
sean mayores de cinco personas, además de la pena señalada en el artículo anterior, se
impondrá a los autores intelectuales y a quienes dirijan la invasión, de uno a seis años de
prisión.
38
3.4.- Código Penal de Coahuila.
CAPÍTULO OCTAVO.
II. Despojo de aguas distraiga o desvié en perjuicio de otro, el curso de aguas que no
le pertenezcan o de las que no está en posesión.
CAPÍTULO IX DESPOJO.
CAPÍTULO VII
DESPOJO DE INMUEBLES Y AGUAS
Artículo 373.- Se aplicarán las sanciones de uno a cinco años de prisión y multa
de tres a diez días de salario:
II. Al que de propia autoridad y haciendo uso de cualquiera de los medios indicados en
la fracción anterior ocupe un inmueble de su propiedad, en los casos en que la Ley
no se lo permita por hallarse en poder de otra persona, o ejerza actos de dominio
que lesionen derechos legítimos del ocupante; y
III. Al que en los términos de las fracciones anteriores, cometa despojo de aguas.
El título de este delito se deriva del verbo "despojar", el cual proviene del latín
despoliare: acción y efecto de despojar o despojarse, privar a uno de lo que goza y tiene.37
37
Diccionario Jurídico Mexicano, P. 1113.
40
Hasta hace relativamente pocos años se consideraba que por medio de este delito se
tutelaba la propiedad mueble e inmueble, por lo que el objeto de este delito podía ser de
fincas, alhajas, derechos, acciones, etc.38
Por otro lado, el tipo tutela el uso y aprovechamiento de aguas, debiéndose respetar
en todo caso el curso natural de las mismas, ya que su desvío puede ocasionar grave
daño a quien tiene derecho al uso de tal recurso natural.
Será necesaria la existencia de un bien inmueble para que sea ocupado sin
derecho, o de un derecho real que sea usurpado por quien no tiene derecho a ello, o bien
la existencia de mantos freáticos, canales, ríos, arroyos o cualquier forma material o
artificial de conducción de aguas.
38
CUELLO CALÓN, E. “Derecho Penal”. Parte Especial; pp. 852 y 853. La doctrina trata la usurpación
como la acción consistente en ocupar una cosa mueble o en usurpar, un derecho real inmobiliario ajeno; en
ambos casos se requiere una apropiación y una coetánea desposesión del inmueble o derecho real, y como
resultado exige que se reporte además una continuidad y se cause un daño que sería la condición de
punibilidad.
39
En España, según los artículos 517 y 518 del Código Penal.
40
MUÑOZ CONDE, F. “Derecho Penal”. Parte Especial; p. 268
41
BIEN JURÍDICO TUTELA DO
Lo mismo sucede con el derecho real que se tiene sobre bienes inmuebles y sobre
el uso de aguas en cuyo caso la titularidad de los derechos reales se vería afectada por la
conducta típica, así vemos como este delito representa una triple vía de protección,
tutelando de un lado; la posesión de bienes inmuebles, y de otro, los derechos reales que
son violentados y finalmente el derecho de uso de aguas, lesionando con una sola
conducta el contenido jurídico y económico de ambos derechos”.43
Artículo 262.- Se impondrán de tres meses a tres años de prisión y multa por el
importe de dos a doce días de salario.
II. Al que de propia autoridad y haciendo uso de cualquiera de los medios indicados en
la fracción anterior, ocupe un inmueble de su propiedad, en los casos en que la ley
no lo permita por hallarse en poder de otra persona, o ejerza actos de dominio que
lesionen derechos legítimos del ocupante.
III. Al que, en los términos de las fracciones anteriores y en beneficio propio o ajeno,
desviare o utilizare aguas a que no tenga derecho; y
Se exige, para la integración de esta figura, que el sujeto actúe de propia autoridad,
esto es, que no exista ningún tipo de autorización, ya sea verbal o escrita proveniente de
autoridad o de quien tenga derecho para que el autor haga uso u ocupe bienes de los aquí
descritos.
Ocupar, significa, tomar posesión de una cosa mediante esta conducta, se origina
para el legítimo poseedor, una coetánea pérdida o perturbación, de su posesión material
del inmueble o de un derecho real, la ocupación deberá realizarse mediante actos de
violencia, o furtividad, o mediante engaño o amenaza.
Violencia
Furtividad.- En cuanto a la furtividad hemos dicho que actúa de esa manera el que
lleva a cabo actos de asechanza o vigilancia sobre el lugar y las personas con el fin de
aprovechar el momento propicio para facilitarse la ocupación con menos probabilidades de
resistencia.44
44
DESPOJO DE INMUEBLE.- El elemento furtivo ha de entenderse como lo que se hace a escondidas y
como hurto, tomando (de día o de noche) clandestina o manifiestamente, con ánimo de apropiárselo, un bien
inmueble contra la voluntad de su dueño y sin conocimiento de éste. 1a Sala, Informe 1959; p, 34, Sexta
Época. Vol. XXVII. Segunda Parte; p, 46. La cual puede verse en el libro Jurisprudencia y Tesis
sobresalientes de 1955-1963. Vol. Penal. Segunda Edición. Mayo Ediciones, p 332
44
precisamente la violencia o la amenaza al ser uno de los elementos médiales de esta
figura delictiva no se puede considerar después como circunstancia agravante para
aumentar sanción como si la sola violencia o la amenaza fuesen integradores de un tipo
derivado específico (amenazas, lesiones, daño, etc.).
La aplicación de esta disposición admite que una sola conducta que lesiona un solo
bien jurídico en un solo acto, se debe sancionar como si se tratara de dos actividades con
daño a dos entidades jurídicamente tuteladas, todo lo cual lesiona el principio non bis in
idem, así como el principio de proporcionalidad de la pena al pretender sobrepenalizar
aquello que ha sido motivo de sanción en el tipo básico.
Atendiendo al tipo
Atendiendo a la acción
Para los efectos de prescripción se tomará como base este momento consumativo
considerando además el momento en que el ofendido se entera que su derecho ha sido
violentado.
46
4. SEGÚN EL NÚMERO DE ACTOS Y SU DURACIÓN: Es un delito de ejecución
instantánea. De acuerdo a la naturaleza del tipo se actualiza la forma permanente la
cual será considerada como un efecto de la conducta inicial que indudablemente cabe
dentro de los parámetros de la instantaneidad, para efectos de establecer el acto de
consumación.
47
CAPÍTULO 4.- EL DELITO DE DESPOJO (USURPACIÓN)
EN EL CÓDIGO PENAL ARGENTINO
(COMPARATIVO)
45
CREUS. Ob. Cit. Págs. 553-573
48
usurpación si se la realiza mientras siguen adheridos al suelo; si se los separa para
ocuparlos también se darán aquellos otros delitos.
Ejercen derechos reales sobre inmuebles todos los que usan o gozan del inmueble
ajeno por un título de aquel carácter (uso, usufructo, servidumbre, habitación, anticresis);
también en este caso, como en los anteriores, es indispensable el efectivo ejercicio actual
de los derechos.
49
CARÁCTER DEL TÍTULO DEL SUJETO PASIVO.- A diferencia de otras
legislaciones que requieren la legitimidad del título que funda la tenencia en cualquiera de
los modos que acabamos de ver, la nuestra no contiene referencia alguna en ese sentido,
por lo cual se ha entendido que esa legitimidad no es un presupuesto del delito; sólo sería
necesaria la "existencia de un poder de hecho y consolidado sobre la cosa" (Soler); el
delito de usurpación podría ser cometido, por lo tanto, por el propietario contra el simple
tenedor, aunque aquél pudiera prevalerse de un interdicto de recobrar o pudiese tener
éxito en una acción civil de despojo, salvo en los casos en que el art. 2470 del Cód. Civil
autoriza el uso de la fuerza para recobrar la posesión, ya que en ellos no se habría dado
todavía la consolidación de la tenencia que justificaría la protección del poder de hecho
contra la actuación del particular al margen de la intervención de la autoridad pública; por
supuesto que la determinación de cuándo ese poder está consolidado o no ("sin intervalo
de tiempo", dice la ley civil) es una cuestión de hecho librada, en cada caso, a la
estimación de los jueces.46
El texto original del Código Penal punía al que "por violencia, engaño o abuso de
confianza, despojare a otro de la posesión o tenencia de un bien inmueble o de un
derecho real de uso, usufructo, habitación, servidumbre o anticresis, constituido sobre un
inmueble". La fórmula actual, que procede de la ley 17.567, no ha cambiado
esencialmente la figura, salvo quizás en lo que se refiere a la inclusión de la clandestinidad
como medio comisivo, puesto que las demás reformas no han hecho sino responder a las
46
Ibidem.
50
interpretaciones que la doctrina y la jurisprudencia habían dado a la disposición original, ya
que dentro de la violencia se consideraba comprendida la vis moral, que ahora se
menciona como amenazas; en cuanto a los distintos modos de despojo que actualmente
se enuncian taxativamente, habían sido también ya reconocidos y la expresión "del
ejercicio de un derecho real" cubre los supuestos que en la fórmula reemplazada se
enumeraban circunstanciadamente.47
El despojo puede ser total o parcial. Es total cuando se priva al sujeto pasivo de
todo el inmueble; es parcial cuando se lo priva de la tenencia de la parte del inmueble que
aquél ocupa (p.ej., en una tenencia común, impedirle el ejercicio de los derechos que
como tenedor común le corresponden), o cuando el autor excluye al sujeto pasivo de la
ocupación de una parte del inmueble que ocupaba en su totalidad, o cuando trata de
ejercer juntamente con él la ocupación.
La expresa regulación de los modos por los que el agente puede llevar a cabo el
despojo corrobora esta interpretación. Esos modos son la invasión del inmueble, en la cual
el agente penetra en el inmueble aun sin expulsión de sus ocupantes, para ocupado él
conjuntamente en su caso, privando a aquéllos en alguna medida del ejercicio de los
derechos que como tenedores ejercían; el mantenimiento en el inmueble, impidiendo al
ocupante seguir ejerciendo los derechos sobre él cuando le corresponden, 10 cual se da
generalmente en los casos de interversión de título, en los cuales el agente invoca un
47
Idem.
51
título de ocupación que no es aquel en virtud del cual se encontraba en el inmueble,
aunque éstos no agotan los supuestos delictivos, como más adelante veremos; la
expulsión de los ocupantes para hacerse el agente con esa ocupación en forma exclusiva
sobre la totalidad o parte del inmueble.48
MEDIOS TÍPICOS. - Pero para que la acción de despojo resulte típica tiene que
perpetrársela por alguno de los medios taxativamente enunciados en la ley; si se la realiza
por cualquier otro medio, no habrá tipicidad. Por otro lado, esos medios tienen que usarlos
para consumar el despojo en cualquiera de los modos señalados precedentemente; por lo
tanto, si las situaciones de violencia, amenazas, etc., son concomitantes con el despojo,
pero no fueron los medios para llevado a cabo, no se habrá cometido la usurpación de que
aquí tratamos.
La violencia es aquí la vis física que el agente despliega sobre las personas para
vencer la resistencia que oponen o impedir la que pueden oponer a la ocupación que
aquél procura, pero también comprende la fuerza que despliega sobre las cosas que le
impiden o dificultan la penetración invasiva o el mantenimiento de su ocupación exclusiva
(p.ej., cambiar las cerraduras); esto último, que alguna vez puso en duda la doctrina
(Núñez, Fontán Balestra), no parece que pueda plantear dificultades en la taxatividad de la
nueva fórmula: si la fuerza sobre las cosas es el medio de mantenerse en el inmueble, es
un medio comisivo y, por tanto, típico.
Las amenazas constituyen la violencia moral; el concepto válido aquí es el del art.
149 bis del Cód. Penal, figura ésta que queda desplazada por la usurpación a causa del
carácter subsidiario de aquélla, aunque erróneamente alguna doctrina ha sostenido lo
contrario.
48
Ibid.
52
privación del título por el cual el sujeto pasivo ejercía la tenencia, la posesión o el derecho
real de que se trate, no estaremos ante una usurpación, sino ante una defraudación.49
Claro está que la clandestinidad sólo puede admitirse respecto de los modos de
invasión y mantenimiento; normalmente será difícil que pueda compaginársela con el
modo de expulsión de los ocupantes.
49
CREUS. Parte Especial.
53
CONSUMACIÓN y TENTATIVA.- El despojo usurpador se consuma cuando se
produce la invasión del inmueble constitutiva de la ocupación, aunque no se expulse a los
ocupantes anteriores; o cuando se los expulsa como manifestación de ocupación; o
cuando, intervirtiendo o no el título, el agente que está en el inmueble rechaza o impide la
actividad del sujeto pasivo que importa la continuidad de la ocupación que ejercía.
50
Ibid.
54
4.1.2.- Destrucción o Alteración de Límites.
EL TEXTO LEGAL. BIEN JURÍDICO PROTEGIDO. - El art. 181, inc. 2°, castiga al
que "para apoderarse de todo o parte de un inmueble, destruyere o alterare los términos o
límites del mismo".
OBJETOS.- Los objetos son los términos o los límites. Términos son las señales
colocadas expresamente para delimitar un inmueble de otro (como son los mojones).
Límites son los signos afectados a esa función, aunque no se hayan creado expresamente
para ella y cumplan a la vez otras funciones distintas; pueden ser naturales (árboles, vías
de agua, fallas del terreno, piedras, etc.) o artificiales (cercos, edificaciones). Pueden
delimitar inmuebles urbanos o rurales; la ley no hace distinciones.
51
Ibid.
55
ELEMENTO SUBJETIVO. - El tipo está dominado por el elemento subjetivo, puesto
que la alteración o la destrucción de los términos o límites debe ser realizada para
apoderarse de todo o parte de un inmueble.
Este elemento subjetivo permite distinguir el delito del previsto en el art. 181, inc. 1º.
El del art. 181, inc. 20, no requiere el despojo, como más adelante veremos, pero si ello
ocurre, cuando el hecho se hubiese perpetrado por destrucción o alteración de términos o
límites exclusivamente, se dará el tipo que venimos estudiando, pero si el despojo que
viene acompañado de esas acciones se perpetró por alguno de los medios previstos en el
art. 181, inc. 1º, nos encontraremos ante una usurpación por despojo y no ante una
destrucción o alteración de límites o términos.
SUJETO ACTIVO. - Sólo puede serlo el ocupante del fundo vecino al que se ve
afectado por la acción destructiva o alteradora, ya que es el único que se puede apoderar
por esos medios. Un tercero que realice esos actos, estará invadiendo el inmueble, con lo
cual, y en la medida en que su acción implique violencia sobre las personas o fuerza sobre
52
Ib.
56
las cosas o se haya perpetrado desplegando alguno de los otros medios enunciados en el
art. 181, inc. 1°, podría ser perseguido en virtud de dicha norma, pero no la del art. 181,
inc. 2°. No es igual la solución en los derechos que construyen el tipo sobre el elemento
subjetivo constituido por el logro de cualquier provecho (no sólo por la ocupación), en cuyo
caso cualquier persona puede ser autor.
EL TEXTO LEGAL. DISTINCIÓN CON LOS TIPOS ANTERIORES. - El art. 181, inc.
3°, castiga al que "con violencia o amenazas, turbare la posesión o tenencia de un
inmueble".
Los dos tipos que hemos visto hasta ahora son situaciones de despojo, aunque en
el segundo no es indispensable su efectivización. El que ahora veremos está
caracterizado porque la acción del agente lo que hace es restringir el ejercicio pleno de la
posesión o la tenencia, pero sin importar una ocupación total o parcial del inmueble por
parte de aquél, ni ello constituye su finalidad inmediata. Evidentemente, cuando hay
ocupación, aunque sea parcial, o se pretende ejercer derechos reales juntamente con el
anterior ocupante, habrá despojo o voluntad de despojar, lo cual elimina de los actos
simplemente turbatorios todos los que implican ocupación con pretensión de que sea
consolidada.53
53
Creus. Parte Especial, 1.
57
pasivo. El acto de turbación puede llevarse a cabo en alguno de los modos previstos por
ese inciso, siempre que las acciones no se las realice con intención de ocupar el inmueble,
aunque sea sin pretender excluir al anterior ocupante (p. ej., obreros que impiden la
entrada del dueño de la empresa en apoyo de una actitud de huelga; para el derecho
penal el hecho previsto por el art. 2496, Cód. Civil, es un acto de usurpación por despojo y
lo mismo ocurre con el del art. 2498, Cód. Civil). Vimos, por otra parte, que la actividad de
ocupar total o parcialmente el inmueble con intención de consolidar esa' ocupación sin
lograrlo, no es acto de turbación, sino de tentativa de usurpación por despojo.
Los actos más claros de turbación son los que coartan derechos del poseedor sin
que se dé la presencia del agente en el inmueble afectado, en un sentido físico, como
puede ser el hecho de cortar cables de energía eléctrica u obturar caños de agua corriente
para que el sujeto pasivo no reciba los fluidos; una obra nueva hecha en otro inmueble
que impide o dificulta el paso del sujeto pasivo a su inmueble (art. 2499, Cód. Civil);
expulsar animales de un potrero (la doctrina habla de hacer pastar los animales propios en
el inmueble de otro, pero ello también puede constituir un acto de invasión que se incluya
en la usurpación por despojo); volar un puente establecido en una servidumbre de paso,
etcétera.54
Pero los actos que realice el agente tienen que ser efectivamente restrictivos del
ejercicio de la posesión; si sólo son idóneos para hacer más molesto el ejercicio, la
doctrina considera que se trata de molestias personales que no afectan aquél en la forma
requerida por el tipo, de manera que quedan marginados de él (p. ej., arrojar
sistemáticamente cascotes al techo de una vivienda, dirigir intencionalmente el humo de la
chimenea sobre la finca de un vecino, etc., generalmente estos hechos se prevén como
simples faltas).
El párrafo último del art. 181 de la ley 21.338 determinaba una pena menos severa
que la atribuida para los hechos que preveía en los incs. 1º y 2º, para quien "con violencia
o amenazas turbare la posesión o tenencia de un inmueble". El texto vigente, además de
asignarle la misma pena que para los otros hechos incluyendo la descripción de la figura
54
Loc. Cit.
58
en un inc. 3°, castiga la turbación, violenta o amenazante, de la posesión de un inmueble,
con lo que retorna al erróneo criterio de no punir los hechos turbatorios, llevados a cabo
por los medios típicos, en los que el sujeto pasivo fuere un mero tenedor del inmueble
(Soler, Gómez, etcétera). La conducta turbatoria inmediatamente dirigida contra el mero
tenedor sólo podrá caber en el tipo cuando implique una turbación para el poseedor
(Núñez); fuera de esa hipótesis, las violencias contra las personas y las amenazas
producidas con finalidad turbatoria de la tenencia, tendrán que considerarse a través de
los delitos contra las personas o la libertad si las acciones respondiesen a sus tipicidades.
55
Ib.
59
de la ilegalidad, ya que la ley civil lo prohíbe expresamente, requiriendo que el sujeto
demande "por las vías legales" (art. 2468, Cód. Civil).
CULPABILIDAD. - Puesto que, como vimos, las violencias o amenazas tienen que
estar dirigidas al logro de la turbación, no es admisible otro dolo distinto del directo.
COMPARACIÓN DE LOS SISTEMAS.- El art. 182 dice: "Será reprimido con prisión
de quince días a un año:
2) El que estorbare el ejercicio de los derechos que un tercero tuviere sobre dichas
aguas.
La pena se aumentará hasta dos años, si para cometer los delitos expresados en
los números anteriores, se rompieren o alteraren diques, esclusas, compuertas u otras
obras semejantes hechas en los ríos, arroyos, fuentes, depósitos, canales o
acueductos".56
56
Idem.
60
De su simple lectura se desprende el profundo cambio operado en la sistemática de
esos delitos, además del referente a la punibilidad, que en la ley 21.338 era,
exclusivamente, la de dos meses a dos años de prisión.
EL AGUA COMO INMUEBLE.- El agua, para ser objeto de estos delitos, tiene que
tener carácter de inmueble (art. 2314, Cód. Civil) y no debe perderlo por la acción del
agente.
Debe tratarse, pues, del fluido incorporado como parte del suelo, no el que se
encuentra en recipientes, separado de aquél, que únicamente puede ser objeto de hurto.
Si el agente convierte en transportable el agua con su propia acción (p.ej., sacándola con
baldes) tampoco será una hipótesis de usurpación, sino de hurto; la acción del agente, por
tanto, debe mantener el carácter de inmueble del agua para que su conducta se sitúe en
alguna de las figuras que a continuación vamos a ver: desviar el agua por medio de
canales o cañerías, represarla para que no corra sobre el fundo vecino, contaminarla de
modo que impida o estorbe su utilización.57
57
CREUS. Ob. Cit.
61
Es verdad que las críticas a la exigencia de una finalidad perjudicante en el agente
han planteado dificultades de no escasa entidad, puesto que reduciría considerablemente
la punibilidad excluyendo de ella los supuestos en que aquél no quiere perjudicar, sino
meramente beneficiarse con el empleo del agua cuando legítimamente no le corresponde
(Soler), en tanto por "propósito de causar perjuicio" se entienda una finalidad dañina
trascendente al hecho mismo constitutivo del delito (que se agosten los sembrados, que
enflaquezcan los animales, etc.; González Roura). Para eludir esa consecuencia se
propuso interpretar la norma diciendo que "el perjuicio que constituye su objeto (del delito)
no es un efecto" del hecho, sino que debe entenderse que la conducta "es perjudicial
cuando afecta la posibilidad normal del uso y goce del agua por su derechohabiente" y,
así, por ejemplo, "el propósito de perjudicar a otro mediante la sustracción de agua es... la
intención de hacerla de esa manera" (Núñez), y en el caso del inc. 3°, .el propósito de
causar perjuicio "no es de dañar los bienes ajenos, sino de afectar de manera apreciable
la posibilidad del uso y goce del curso del agua por su derechohabiente" (Núñez); en
concreto: "El criterio para determinar la perjudicialidad del propósito no es, por tanto, la
inocencia o maldad del motivo del autor" (Núñez). Nos parece que esa interpretación, si
bien llegaría a solucionar la inoperancia punitiva de la norma, no hace sino equiparar el
elemento subjetivo a un dolo común, desconociendo la especialidad que a éste le otorga la
ley por intermedio de aquél.
La cuestión, claro está, no se plantea con relación al estorbo del inc. 2°.
58
Idem.
62
La doctrina más corriente se había conformado con señalar que se trata de una "figura
semejante al hurto" (Soler) a la que "se puede denominar hurto de agua" (Fontán
Balestra), lo que, en verdad, no es muy exacto. Núñez, sin embargo, intentando distinguir
la conducta de sacar agua de la de desviarla, en casos que pueden ser confundidos por el
origen o la localización de aquélla, teniendo presente, además, que si el hecho se comete
mediante la utilización de recipientes (p .ej., llevándose el agua en un camión cisterna) ya
no sería usurpación sino hurto, porque la misma conducta del agente le ha hecho perder al
agua sustraída el carácter de inmueble que caracteriza al delito como usurpación, sostiene
que el tipo pune "la sustracción del agua ajena para usarla o gozarla el autor del hecho o
un tercero".
Pero ése, que pudo ser un requisito de tipicidad (a través de la finalidad del
aprovechamiento del agua) en las leyes 17.567 y 21.338, no lo es ahora. Por supuesto
que la norma está imperfectamente construida, ya que es difícil pensar en un modo de
sacar el agua sin quitarle el carácter de inmueble y sin acudir al procedimiento de
desviarla o hacerla correr (la misma escasez de fallos ha demostrado su inoperancia),
pero tampoco es descartable un procedimiento que permita sacar el agua sin anularla
como inmueble (p.ej., lograrlo por evaporación).
63
REPRESAMIENTO, DESVÍO o DETENCIÓN DE AGUAS.- El texto actual restringe
la acción ilícita a las aguas que corren (en vez de la extensión que asumen en el inc. la);
es decir, a las de los ríos, arroyos, canales o fuentes.
Pero, en el mismo inciso, la ley contempla lo que podemos caracterizar como una
usurpación genérica del curso de las aguas (que algunos tratan como tipo autónomo),
puniendo al que usurpare un derecho cualquiera referente al curso de ellas. Para nosotros,
esta usurpación tiene que constituirse -aquí sí, por la especial referencia a la nominación
de esa figura- a través de una acción material que signifique el ilegítimo ejercicio de un
derecho real que pertenece a otro y que implique, en todo caso, el goce del agua
(Oderigo) por parte del autor o de un tercero; Núñez, dado el particular sentido que asigna
a la acción de sustraer del inc. l°, llega hasta otorgarle al tipo significado registral que
creemos que no entra en lo que es una usurpación, bajo cuya rubricación, como se dijo,
inscribe la ley a este delito.
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CREUS, Ob. Cit.
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PROPUESTAS
EN PARTICULAR
PRIMERA.- Artículo 331 Ther. Se aplicarán de dos meses a dos años de prisión y
multa de quince a cien días de salario a quien ocupe o use total o parcialmente un
inmueble ajeno. (Pena atenta).
SEGUNDA.- Artículo 340 IV. (Nuevo texto reformado). “Al que ilícitamente y con
propósito de causar perjuicio a otro realice sustracción de aguas, estorbo a la utilización
de aguas, represamiento, desvío o detención de aguas y quebrante o altere obras
hidráulicas.
CUARTA.- Artículo 331 bis. Los delitos previstos en este capítulo se perseguirán de
oficio. (Actualmente dice por querella del ofendido).
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A quienes cometan en forma reiterada el despojo de inmuebles urbanos en
Michoacán, se les impondrán de dos a nueve años de prisión y de cien a mil días de
multa.
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CONCLUSIONES
El derecho penal es la rama del Derecho Público interno relativa a los delitos, a las
penas, a las medidas de seguridad que tienen por objeto inmediato la creación y
conservación del orden social, es fuente del derecho penal la ley entendida como la norma
obligatoria general, abstracta y permanente, emanada del estado y prevista en una
sanción que constituye el inicio y directa fuente del derecho penal.
CUARTA.- El ser humano se distingue porque no vive aislado de los demás, ya que
busca la compañía de otros individuos para subsistir y obtener en virtud de esa unión los
diferentes satisfactores como son educación, comida, vestido, etcétera pero debido a esa
interacción humana surgen conflictos de intereses entre individuos por lo que para regular
ese conflicto de intereses surgen las normas jurídicas, las cuales tienen como objetivo
evitar que se cometan conductas que perjudiquen al conglomerado. Así pues el derecho
surge de la necesidad de proteger ciertos bienes jurídicos (la vida, la libertad, la salud, el
honor, etcétera) de una manera enérgica pero a la vez eficaz, lo cual logra realizar
mediante la amenaza y aplicación de las sanciones más temidas del ordenamiento jurídico
las penas y medidas de seguridad.
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QUINTA.- Con todo se ha realizado un estudio minucioso del delito, en donde se
han precisado sus conceptos, clasificaciones, su evolución y se ha profundizado en los
elementos del mismo, podemos definir que el delito como aquella conducta típica,
antijurídica y culpable, elementos consideramos sumamente importantes y señalando
además, que en opinión particular la imputabilidad y la punibilidad no pasarían a formar
parte de los elementos del delito, la imputabilidad por tratarse de una referencia del
delincuente y no al ilícito penal, este elemento consiste en que el sujeto activo pueda
comprender la diferencia entre lo que es licito o ilícito y tomar una decisión en base a tal
discernimiento, la punibilidad es oposición al orden jurídico, la pena es la respuesta del
Estado o el instrumento de que éste se vale para reprimir al delito.
SEXTA.- Por lo que ve a los sujetos del delito, se tiene que el sujeto activo es el
individuo que comete el delito o participa en su comisión, el que lo comete es el activo
primario, el que participa activo secundario; respecto al sujeto pasivo del delito es la
persona física o moral que tiene la titularidad del bien jurídicamente protegido que es
dañado o puesto en peligro por el delito.
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BIBLIOGRAFÍA
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Patrimoniales y Económicos. Madrid, 1987.
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1955.
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1972.
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Patrimonio. Porrúa, México, 1981.
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1994.
ZAMORA JIMÉNEZ, Arturo. “Manual de Derecho Penal”. Parte Especial. Análisis de los
Delitos en México. Ángel Editor, México, 2005.
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JURISPRUDENCIA
Tribunales Colegiados.
www.SCJN.gob.mx
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LEGISLACIÓN
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