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SOCIOLOGIA JURIDICA
TEMA:
“LA FAMILIA”
AÑO: 2018.-
INTRODUCCION
A pesar de las grandes transformaciones de las cuales ha sido testigo nuestra sociedad
contemporánea, tanto progresos científicos como tecnológicos que fueron generando un
nuevo sistema de vida, la familia continua siendo el hábitat natural del hombre. En su seno,
éste, no solo viene al mundo sino que desarrolla sus primeros sentimientos, emociones y
aprende a ir en busca de su bienestar y felicidad, así también la posibilidad de bienestar de
la familia está muy ligada y condicionada por el equilibrio de la sociedad en la que se
encuentra.
La forma que utilizo para darle una interpretación a la familia como un grupo social es la de
Ferdinand Tonnies, cual es el de un sistema pequeño de relaciones personales, íntimas y
afectivas. Ésta, siendo el grupo social primario del hombre, es esencial en cualquier etapa
de la vida de este, tanto en su inicio como en su desarrollo y final; podríamos decir que ella
actúa como un intermediario entre el individuo y la sociedad.
Uno de mis principales objetivos con este trabajo es que sea reconocida la influencia que
ejerce la familia en el equilibrio de la sociedad pues si bien es, como ya mencionamos, el
primer recurso del hombre al venir al mundo y el seno en el que va a desarrollar sus
actitudes y aptitudes, luego de esto, se insertara a la sociedad, y todo lo aprendido y lo
vivido en la familia, es lo que compartirá con los miembros de esta, ejerciendo de este
modo total influencia en el deseado equilibrio social.
I. LA FAMILIA
CONCEPCIONES SOCIOLÓGICAS
Pensar la familia desde la Sociología es ya una mirada distinta que nuclea a los
representantes de esta Ciencia y ella se sustenta sobre el modelo de la diferencia.
Las primeras ideas sobre la entidad social que representa la familia, aparecen ya en su padre
fundador: Augusto Comte, aunque su representación sobre la familia se identifica aún con
la línea del pensamiento social tradicional que lo antecedió de corte moralista, y tal enfoque
relativiza la posición científica que tanto reclamó para la Sociología. En su obra, sin
embargo, se perfilan algunos supuestos que más tarde desarrollarían los positivistas.
El primero se refiere a que la familia es concebida como una unidad social básica de toda la
estructura social, de ella nacen las otras formaciones sociales. A pesar de ser Comte un
teórico del evolucionismo, sus juicios sobre la familia sólo aparecen asociados a su estática
social en la cual la familia se muestra como una institución social de control que tiene la
función de la satisfacción del sexo.
La preponderancia del enfoque institucional en los estudios sociológicos de la familia en el
siglo XIX no sólo se debe al desarrollo propio de la especialidad, está también determinada
por la creencia en algunos sociólogos de que la Sociología era la ciencia que estudiaba a
las instituciones sociales.
Si nos atenemos a la característica que se infiere de una institución social y la comparamos
con una estructura grupal, es necesario acotar lo distintivo de la familia frente a otras
formas de organización de la vida social, es que ella es un grupo y opera también como una
institución social sui géneris.
Enfoque Institucional de la familia
La familia es, en primera instancia una forma de organización de las relaciones sociales.
Para cualquier sociólogo, la particularidad de su concepción como institución social radica
en que las relaciones familiares se presentan como un subsistema que se integra como una
totalidad y se relaciona con un sistema más amplio que es la sociedad general, y con la cual
establece lazos de interdependencia.
El enfoque institucional de la familia nació bajo el influjo de la idea de la sociedad en
progreso, y la explicación sobre los orígenes de la familia y las diferentes etapas de su
desarrollo se interpretaba en estrecha relación con las transformaciones sociales más
generales que en el ámbito público se producían. Las determinantes del desarrollo familiar
se buscaban en factores externos: económicos, políticos, del derecho, demográficos, de
urbanización, la moral social, en la relación entre producción y reproducción, etc. Lo cual
no quiere decir que se ignoraron siempre los factores internos.
La concepción de la familia como célula básica de la sociedad nace en este modelo, y ella
no sólo destaca la influencia que la sociedad ejerce sobre la familia, sino también el papel
creador de la misma en el desarrollo de diferentes estructuras sociales de la modernidad y
de conductas y valores sociales que se socializan en ese espacio. Lo principal que se deriva
del modelo es que familia y sociedad-macro son dos variables recíprocamente
determinadas, aunque algunos sociólogos efectivamente destacaron más el papel activo de
la sociedad frente al de la familia.
La comprensión de la familia como institución social presupone entender el orden familiar
como una estructura cuya integración depende de una reglamentación jurídica y moral: de
deberes y derechos que se distribuyen desigualmente entre los miembros parientes y que
regulan las conductas y determinan las jerarquizaciones de roles y status. Existe algún
orden regulador que legitima su existencia y la familia se define mejor como estructura
cuando el orden es del tipo jurídico.
Tal enfoque movió los estudios de familia hacia una perspectiva macrosociológica que se
interesaba en la familia como unidad universal o total: la familia en la sociedad primitiva,
civilizada, en diferentes culturas, en distintas épocas, clases sociales, razas y territorios
urbanos o rurales.
Enfoque Grupal de la familia
La interpretación de la familia como grupo tiene una raíz sociológica en al obra de
Ferdinand Tönnies, en su concepto de Comunidad. La familia se representa en este modelo
conceptual como: un sistema pequeño, de relaciones interpersonales, íntimas y afectivas.
Es un orden social cuyo estudio se concibe aislado del todo social, en tanto, se piensa
autónomo de la sociedad y con causalidad propia. Los factores que explican su dinámica se
ven en su constitución y desarrollo interno, en factores como la comunicación grupal, los
conflictos de roles, la pertenencia, la socialización disfuncional, las metas, las disfunciones
internas más variadas, etc.
Tal interpretación ha recibido el nombre de psicosocial, pues reconoce que la estructura
más elemental no está en la familia sino en la interacción individual, y pretende rendir
cuenta de todos los factores psíquicos y sociales que interfieren en el proceso de
construcción de las relaciones familiares.
Esa visión grupal de la familia aunque latente en el formalismo alemán, se desarrolla en la
corriente del interaccionismo simbólico que le impone un sello de idealismo cultural a los
procesos de socialización e interacción entre sus miembros. En no pocas ocasiones sus
explicaciones derivan al conductismo.
El individualismo metodológico en que ella persiste influye en la perspectiva
microsociológica de indagación sobre la vida familiar y en el sentido de entender a la
familia como un grupo primario que forma parte esencial de la vida cotidiana de las
personas.
La perspectiva grupal tiene finalmente, una característica que genera un conflicto en el
discurso, el hecho de tratar de demostrar la cualidad de comunidad que existe en la
formación de los colectivos familiares. Allí donde prevalece el argumento de lo
comunitario con frecuencia se olvida la dialéctica de lo común y lo diferente.
Aunque la concepción de desarrollo no es intrínseca al modelo institucional o grupal, entre
las teorías de la familia que destacan su formación grupal, prevalece durante largo tiempo
una visión estática que, a pesar del esfuerzo de la teoría del ciclo vital por dar una noción
del desarrollo interno familiar, no ha logrado superarse.
Todas las relaciones sociales que se establecen entre los individuos pueden considerarse y
de hecho son condiciones para la Educación de la personalidad y para la socialización del
sujeto.
La Educación, entendida en su sentido amplio, recibe las influencias procedentes tanto de la
Base Económica de la Sociedad como de todas las instituciones de la superestructura
política, ideológica y cultural. A su vez la Educación ejerce su propia influencia sobre todas
las esferas de la vida social, contribuyendo al progreso económico, político-ideológico y
cultural de la sociedad.
Dada esta interacción recíproca resulta sumamente difícil, e incluso arriesgado, el análisis
por separado de cada uno de los factores sociales que intervienen en la Educación, puesto
que nunca actúan aisladamente, sino superponiéndose unas a otras, a veces de manera
contradictoria. La abstracción a que nos vemos obligados por una causa metodológica no
puede, bajo ninguna circunstancia, olvidar que cada uno de los factores, agencias y agentes
socializadores ejerce su función educativo en relación con los otros, como engranajes de un
sistema, que condiciona el éxito de su funcionamiento a la articulación entre los objetivos y
tareas específicas de cada uno de sus componentes.
El sistema de enseñanza, y dentro de él la escuela, ha logrado identificar aquellas agencias
y agentes socializadores que ejercen influencias educativas relevantes y que por tanto
debieran estar incluidas, por derecho propio en cualquier estrategia o proyecto educativo.
Ciertamente todo lo que rodea al hombre lo educa, incluso la propia naturaleza. Sin
embargo, debemos distinguir aquellos factores indispensables para el cumplimiento de las
funciones asignadas a la escuela, sin los cuales el proceso educativo y de enseñanza
resultaría incompleto e incoherente.
1. La Familia
2. La Comunidad
3. Las instituciones, organizaciones, asociaciones y grupos informales.
4. Los Medios Masivos de Comunicación.
Asumir este enfoque integral implica ampliar todo lo referente a las teorías educativas
tradicionales, que circunscriben la Educación a las influencias que realizan la escuela y el
maestro dentro del sistema de enseñanza escolarizada.
Operar con una concepción más amplia del fenómeno educativo significa acercarnos al
planteamiento del brasileño P. Freyre: "nadie educa a nadie, nadie se educa solo, todos
participan en la educación de todos" lo que no reduce el papel del sistema escolarizado, de
la escuela o del maestro, sino que establece una nueva dimensión del proceso educativo y le
confiere nuevas responsabilidades a cada uno de sus participantes.
La concepción pedagógica humanista reconoce a la familia como uno de los factores de
mayor incidencia en la educación de la personalidad de los niños, adolescentes y jóvenes.
La influencia de la educación familiar, esencial durante los primeros años de vida,
transciende ese marco inicial y se manifiesta, con mayor o menor fuerza, a lo largo de toda
la vida.
Si se intenta resumir la importancia del entorno familiar en la formación de la personalidad
habría que apuntar los siguientes aspectos:
o es el medio donde el niño recibe la primera información acerca del mundo.
o donde se establecen las primeras relaciones afectivas.
o donde el niño se introduce en un sistema de normas de vida elementales y se
establecen las primeras regulaciones a la conducta.
o donde se establecen los patrones éticos y estéticos elementales.
Esta influencia familiar debe ser completada y ampliada por los restantes agentes
socializadores, en la medida en que el niño se incorpora a otras tantas esferas de la vida
social, como miembro de una comunidad vecinal, como miembro de grupos de coetáneos,
como usuario de los medios de difusión, etc.
Paralelamente a esta formación el niño inicia, a partir de los 5-6 años, su vida escolar,
donde recibirá influencias intencionales que responden a objetivos bien definidos que
otorgan una nueva dimensión a la educación del sujeto.
En principio todos las influencias, cualquiera sea su origen, debieran ser coincidentes en
cuanto al fin propuesto. Sin embargo sabemos que esto no siempre resulta así. En todo caso
debemos reconocer que si la influencia de la educación familiar es decisiva, ello no puede
conducirnos a una consideración mecanicista. En efecto, el sujeto procedente de un medio
familiar desfavorable no tiene necesariamente que reproducir conductas negativas, como
también sobran ejemplos de sujetos procedentes de medios familiares muy favorables que
asumen conductas socialmente rechazables. Podemos suponer que lo verdaderamente
importante no es el medio familiar en sí mismo, sino la educación que se recibe dentro de
él; es esta influencia educativa la que asume una significación valedera para el resto de la
vida, aun cuando puede sufrir importantes modificaciones a lo largo de la experiencia vital
del sujeto y su inserción en los diversos contextos sociales.
Durante largo tiempo se ha discutido, entre pedagogos sociólogos y psicólogos acerca de
este problema. Indistintamente especialistas de cada una de estas ramas han argumentado,
unos a favor de la familia, otros de la escuela, en cuanto a la mayor influencia en la
educación del sujeto.
En un sentido lo más general posible pudiéramos establecer que la familia debe asumir la
responsabilidad por la educación inicial del niño y continuar después apoyando afectiva,
moral y materialmente el proceso de educación que continúa a través de la escuela. Por su
parte la escuela debe asumir la responsabilidad de continuar la educación iniciada en el
marco familiar y encauzarla hacia la asimilación de contenidos seleccionados y la
adquisición de habilidades y capacidades concretas; así como contribuir a la propia
educación de los padres, mediante la orientación para el adecuado cumplimiento de sus
funciones. Como vemos, entre ambas instituciones deben establecerse relaciones de
interdependencia y colaboración, que no significa la solución de todas las contradicciones
entre ambas, pero sí permite la coordinación de las influencias educativas en una misma
dirección.
La escuela y, naturalmente, el maestro pueden y deben contribuir a desarrollar los aspectos
positivos de la educación familiar, reforzar los valores positivos adquiridos en su seno. En
caso contrario la escuela puede contribuir a reducir e incluso erradicar los efectos de una
educación familiar deficiente, la influencia de un medio familiar adverso. Ahora bien, de
manera general y dejando aparte las posibles excepciones, la escuela no puede sustituir el
papel de la familia, no puede suplantar las necesidades afectivas de los niños y
adolescentes; aun cuando cubra todas las carencias materiales y las demandas cognoscitivas
de los educandos la institución escolar no está preparada ni diseñada para ocupar el lugar de
los padres, hermanos, abuelos, etc. y los efectos en la personalidad de los sujetos carentes
de este vínculo afectivo son siempre perceptibles, a pesar de que el sistema escolar les haya
brindado la mejor atención posible.
En esencia podemos afirmar que Escuela y Familia se complementan, pero no se
substituyen, puesto que son instituciones sociales asociadas en el mismo fin (la educación y
socialización de los individuos) pero diferentes en cuanto a su origen, composición y
formas de cohesión interna.
La familia constituye la célula básica de la sociedad, o sea su institución más simple,
basada en los lazos de parentesco conyugal y consanguíneo, que se establecen por la vía del
matrimonio y la procreación de los hijos.
La vida de la familia, se caracteriza tanto por el desarrollo de procesos materiales, que
incluyen las relaciones biológicas naturales, económicas y de consumo que aseguran la
subsistencia de sus miembros, como por procesos espirituales, que incluyen elementos de
carácter psicológico: procesos afectivos, ideas y sentimientos de cada uno de sus miembros.
La complejidad actual de la familia en las sociedades occidentales es tal que es muy difícil
llegar a una definición que recoja la variedad de modelos definiciones como la que dice:
¨Grupo de personas emparentadas entre sí que viven juntas¨ o ¨Conjunto de ascendientes,
descendientes, colaterales y afines a un linaje¨ no reflejan su complejidad. Tampoco se
clarifica desde otros contextos más específicos demográficamente: ¨Unidad estadística
compleja económico-social, constituida por el conjunto de individuos que comparten
habitualmente una vivienda y efectúan algunas de sus comidas en común¨ Se han
catalogado más de 56 formas de ser familia, la de Levi-Strauss (1949) la atribuía a tres
características:
Su origen en el matrimonio
Su composición: el marido, la esposa e hijos nacidos en el matrimonio, aunque pudiera
comprender otros ascendientes y colaterales.
Unos vínculos: legales, derechos y obligaciones de tipo económico y religioso,
derechos y prohibiciones sexuales y vínculos emocionales como el amor el afecto y el
respeto.
Otras definiciones dadas desde el terreno de la Psicología o Antropología pecan de excesiva
laxitud al no marcar límites ¨la familia como una unidad de personas en interacción¨
Alberdi (1999) propone como definición ¨La familia está formada por dos o más personas,
unidas por el afecto, el matrimonio o la afiliación, que viven juntas, ponen sus recursos
económicos en común y consumen una serie de bienes en su vida cotidiana¨
La familia ocupa un lugar insustituible en la sociedad, pues a través de ella se asegura la
reproducción de la población. En cuanto a sus miembros la familia es responsable no sólo
de alimentarlos y protegerlos, sino también de brindarles la educación inicial de acuerdo a
los patrones y normas morales aceptadas, a la vez que asegurar las condiciones para la
continuidad de la educación por otras vías.
Empleando sus medios y posibilidades la familia realiza aspectos específicos del desarrollo
de la personalidad de sus miembros, especialmente en la educación y socialización de los
miembros más jóvenes.
Sin embargo el cumplimiento exitoso del papel educativo de la familia no puede verse
mediante el cumplimiento de una u otra de las funciones, sino de la combinación efectiva
del cumplimiento de todas. Así, p. ej., es posible encontrar con relativa frecuencia familias
donde todas las necesidades de tipo económico están resueltas de manera muy satisfactoria
y, sin embargo, existen graves carencias en el plano espiritual y afectivo que dificultan la
adecuada formación del niño o el adolescente.
En su artículo 132 dice ¨El término pareja casada debe incluir aquellas que han contraído
matrimonio o que viven en unión consensual¨
La concepción de la mujer y de la familia cambió muy poco hasta principios del siglo XX,
los matrimonios con un alto índice de frecuencia eran pactados por los padres, el hombre
debía cumplir su función de marido y padre pero su libertad sexual no era mal vista, la
mujer por el contrario permanecía en casa, las lecturas del humanista Luis Vives (1525)
sobre la familia y la mujer se consideraban a principios del siglo XX como actuales y
recomendables. En su obra ¨De Institutione feminae christianae¨ establece las diferencias
entre hombre y mujer, La perfecta casada de Fray Luis de León y la mujer perfecta de
Marchal (1908) eran modelos para las mujeres.
Los cambios que se han producido entrada la segunda mitad del siglo XX y que han roto
con el concepto de la Psiquiatría de que se responsabilizaba a la madre del equilibrio
afectivo del niño y la responsabilidad educativa: Freud (1923) y Spitz (1953) han producido
un cambio profundo en la mentalidad y en los valores, hoy se entiende de diferente manera
el papel de la mujer en casa y en el trabajo revisando la función de mujer y madre.
Los cambios legislativos en los países democráticos, han ido reconociendo una nueva
realidad y modificando las leyes para garantizar un trato igualitario de la mujer y del
hombre y la protección de los hijos, se reconoce el divorcio, las parejas de hecho
incluyendo las homosexuales y en algunos países como España reconocido el matrimonio
entre personas del mismo género.
Los cambios sociales han sido muy acelerados en los últimos años y van dando lugar a una
nueva situación que afecta de forma muy importante a la vida familiar y a la propia
sociedad como síntesis de estos profundos cambios podemos destacar:
A nivel de mentalidad, la ruptura con la tradicional visión del género en relación con las
responsabilidades familiares, conyugales y parentales, la exaltación del deseo de libertad y
de realización personal, que entra en conflicto con cualquier tipo de compromiso a medio o
largo plazo, el individualismo y racionalidad instrumental: El matrimonio es un contrato y
puede romperse como si se tratara de un contrato de empresa. El incremento de la cultura
del divorcio, la ultra defensa de los derechos de los adultos con detrimento de los del niño,
el dilema permisividad responsabilidad paterna y el principio de igualdad y libertad que se
ha traducido en un énfasis exagerado de la permisividad de los hijos.
Consecuencias de lo expuesto son el aumento de mujeres que deciden formar una familia
monoparental, la reconstrucción de familias en condiciones lamentables para los hijos: hijos
de fin de semana, hermanos, hijos de diferentes padres, obligados a convivir, hermanos que
no se conocen, padres que intentan compensar estas situaciones con actitudes de
sobreprotección e inconsecuentes e insatisfacción de muchos padres, al sentirse dominados
a veces por los propios hijos. Esta situación crítica familiar poco a poco va dando lugar a
una familia más democrática y rica, pero se siguen manteniendo dificultades relacionadas
con el trabajo de la mujer dentro y fuera de casa (Nuria Chinchilla Conciliación de la vida
laboral y la vida familiar 2003) y la frustración de no percibir un cambio más significativo
en el hombre.
La familia nuclear reducida, con una media de 3,3 miembros y 1,7 hijos el 1,17 por mujer
en edad fértil, estos índices está sufriendo un leve crecimiento debido a la inmigración. La
familia y hogar monoparental: Se define como tal el hogar en donde sólo está presente la
madre o el padre, el concepto aparece en los años 70 imponiéndose al concepto de familia
rota, incompleta o disfuncional. En sentido estricto solo sería encabezada por un viuda o
una viuda, en los casos de separación o divorcio o madre soltera el padre existe por tanto es
preferible conceptuarla como familia monoparental. La monoparentalidad reviste hoy
muchas modalidades en función de quien encabece dicha familia, hombre o mujer.
El ser mujer o varón es un hecho socio cultural e histórico, los atributos sociales y
psicológicos de los sujetos, las formas de comportamiento, las actitudes, las relaciones, las
actividades así como el lugar que ocupan en relación al poder y todo lo que atribuye al sexo
es presentado por el fenómeno del etnocentrismo como universal.
Cabe advertir que cuando se trató el Art. 49 en la Sesión Ordinaria Nro. 15, abril de 1992,
la última parte de la norma fue uno de los temas más discutidos, en cuanto al a que la
misma extiende su protección integral a la madre soltera que procrea hijos de uniones libres
o pasajeras. Claramente los constituyentes actuaron con criterio objetivo y adecuándose a
nuestra realidad nacional, en atención a que este tipo de unión (libre o pasajera) constituye
dentro de la estructura familiar en el Paraguay, en el contexto social, una clase especial de
familia denominada “familia disociada” que consiste en la formación de un tipo familiar
donde aparecen hijos de padres distintos alrededor de una sola madre, o aquellas familias
dependientes de una mujer sin compañía de un compañero en forma estable, o con un
nuevo compañero sin dependencia económica del mismo.
Las causas de que en nuestro país esta situación se de en demasía son la falta de educación,
la pobreza, el marginamiento, la paternidad irresponsable, en fin, problemas socio-
culturales de índole económica. Las uniones no estables, libres o pasajeras, constituyen
problemas serios en el Paraguay y deben merecer preferente atención del Estado con miras
a la protección de los hijos de este tipo de unión, mediante leyes especiales. El mérito de la
presente Constitución, a diferencia de las anteriores, radica en no haber soslayado y evitado
contemplar a este tipo de unión, brindando de esta forma el Estado de protección integra a
estas familias, sin caer en discriminaciones con la familia matrimonial y la concubinaria. El
caso más frecuente de familia disociada es el de la mujer con hijos que no está unida en
matrimonio ni concubinato. Este tipo de familia, con un importante porcentaje, es liderado
por mujeres “cabeza de familia” o “jefe de familia”, que han concebido hijos de un mismo
o de distintos padres. Por otra parte, la mujer “cabeza de familia” o “jefe de familia”, en
varios casos sigue siendo el eje principal dentro de la sociedad paraguaya y, en
consecuencia, es la que tiene consigo todos los hijos, cargando ella de esta manera con toda
la responsabilidad emergente. La protección integral que la norma del Art. 49 garantiza a
este tipo de familia encuentra su corolario lógico en la norma del Art. 43 (tercer párrafo) en
el que se dispone que la ley reglamentara la ayuda que se debe prestar a la familia de prole
numerosa y a las mujeres cabeza de familia. Por otra parte, el Art. 50 de la Constitución
dispone que toda persona tenga derecho a constituir familia… La norma constitucional no
hace distingos, con lo que se protege a la familia, concubina y de uniones libres. Y por
supuesto a la familia matrimonial (Art. 51 de la Constitución).
LA REALIDAD SOCIAL
En cada una de las funciones señaladas existen una serie de aspectos que asumen gran
relevancia para los investigadores. En el terreno de la función Biosocial son objeto de
estudio los fenómenos de reducción de las tasas de nupcialidad y natalidad en los países de
mayor desarrollo, con el consiguiente envejecimiento de la población y la reducción de las
disponibilidades de fuerza de trabajo para los próximos años. Resulta también preocupante
el incremento de las tasas de natalidad y el crecimiento general de la población en los
países del Tercer Mundo, que trae como consecuencia exceso de fuerza de trabajo e
incremento en las demandas de empleo, educación, salud y servicios de todo tipo que no
son solucionables por sus propias economías.
De los datos compilados en este trabajo de investigación se derivan entre otras las
siguientes conclusiones: como regla general los padres dedican menos tiempo a la atención
de los hijos que las madres; los padres y madres de los niños con rendimientos deficientes
(RD) dedican menos tiempo a sus hijos que los padres y madres del grupo de Buenos
Rendimientos; por último, los padres y madres de los sectores de mayor nivel cultural y
profesional dedican más tiempo a sus hijos.
Los cambios en la familia durante los últimos cuarenta años han sido los más profundos,
diría yo, que ha sufrido nuestra sociedad en los últimos veinte siglos, apareciendo hoy un
gran numero de modelos que alteran de forma directa los parámetros con los que se
entendía la vida familiar, estos cambios afectan a toda la estructura familiar, para poder
entender estos cambios, en este trabajo, me basé en el conocimiento y perspectiva histórica
conocida. Como vimos, la familia conyugal como tal ha sido siempre la más común,
surgiendo fundada en lo biológico, para arropar a madre e hijo, surge en todas las culturas
de una pareja heterosexual de adultos y con fines de procreación, mas hoy por hoy dar un
concepto absoluto de lo que es la familia resulta complicado pues la diversidad de posturas
con sus respectivos fundamentos que oímos día a día da lugar a un amplio universo de ideas
y definiciones de lo que puede llegar a ser. Ante todo esto mi postura respecto al concepto
de Familia es que cada quien puede formar su familia de la manera que le parezca, hoy día
es difícil y hasta sería un poco autoritario tratar de imponer a cada persona a qué o a quién
específicamente puede considerar familia, yo creo que hay un montón de factores que
determinan las diversas formas de pensar de los seres humanos y es por esto que de acuerdo
a las circunstancias que le haya tocado a cada uno vivir, uno tiene todo el derecho de
escoger de qué forma quiere establecer un hogar y por ende una familia, siempre y cuando
esa forma y decisión suya no coopere al desequilibrio de la sociedad ni perjudique o
perturbe la paz pública y el bienestar de todos los miembros de la sociedad a la que
pertenece.
BIBLIOGRAFIA