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xxx, argentino, DNI Nº.......

, , con domicilio real en calle entre las


calles, ,........me presento con respeto y digo:

1. Hechos:
El día .....del mes de..... a las hs he recibido un short messenger
service (SMS) proveniente del número 11.........que decía lo siguiente
: "Te voy a matar h..d...p...., estoy cansado de......, luego al día
siguiente recibo otro SMS del mismo número anteriormente
descripto el cual decía: pero la c.....d.... t... m .....te voy hacer
ca.....f.................h.....d.....p.-
2. Calificación Legal:
Entiendo que los hechos descriptos prima facie encuadran en el art.
149 bis del Código Represivo.-
3. Medios probatorios
Solicito se provean las siguientes medidas probatorias:
a. Testimonial:
Se tome declaración a:
SXXXX....DNI Nº........de profesión Psicopedagoga.......con domicilio
en calle .....entre las calles......de la localidad de ....partido de .......-
b. Informativa
Se libre oficios a las siguientes empresas de telefonia celular
1.Claro. S.A con domicilio en .....-
2.Movistar con domicilio en .....-
3.Personal con domicilio en....-
A los fines de establecer la titularidad de la linea 11.......
Se libre oficio a Informe del Vínculo por Análisis Informático de las
Comunicaciones (VAIC) a los fines de determinar la procedencia de
los sms recibidos y las antenas que recibieron la señal para el rastreo
temporo espacial de quién realizó las amenazas.-
c.Pericial:
Se desinsacule perito (creo que informatico) a los fines de realizar un
peritaje sobre el siguiente Celular de propiedad de........con imei nº
......linea....... de la empresa ...... a los fines de comprobar los textos
amenazantes recibidos.-

Ratificación:
Aclaro que me presente a ratificar la presente denuncia en la
oportunidad que se disponga.-
PROVEER DE CONFORMIDAD
SERA JUSTICIA.-
FIRMA DEL DENUNCIANTE.-

El acoso es un modo de llevar a cabo una amenaza,


en este caso por su reiteración y a través de un
medio tecnológico
se buscar proteger un bien jurídico específico y, en el caso del
delito de acoso es la libertad de las personas, en particular la
libertad de obrar, además de la seguridad.
Tanto un adulto como un menor pueden vivir situaciones en las
que otra persona envía continuamente mensajes en los que
insulta o en las que otra persona les sigue, aunque no actúe ni
haga nada más. Ahora todas estas conductas tienen una
respuesta penal.

1.ª Vigilar, perseguir o buscar la cercanía física de la


víctima.
2.ª Establecer o intentar establecer contacto con la
víctima a través de cualquier medio de
comunicación, o por medio de terceras personas. Se
incluirían, por tanto, los contactos a través de
internet y de las redes sociales.
3.ª Mediante el uso indebido de sus datos
personales, adquirir productos o mercancías, o
contratar servicios, o hacer que terceras personas se
pongan en contacto con la víctima.
4.ª Atentar contra su libertad o contra su patrimonio,
o contra la libertad o patrimonio de otra persona
próxima a ella.
a intimidación entendida como efecto psicológico –temor, miedo,
amedrentamiento, etc.- producido en el sujeto pasivo debe
necesariamente generarse a través de una amenaza. Es decir,
entre amenaza e intimidación existe una relación causal –amenaza
(causa) e intimidación (efecto)-[65].
3. CALIFICACIÓ N JURI ́DICA

Los hechos aqui ́ descriptos se subsumen en la figura de amenaza coactiva


descripta en el art. 149 bis y sobre la aplicación de las agravantes que consagra el
art. 149 ter inc. 2 a) del Código Penal.

La coacción consiste en hacer uso de amenazas con el propósito de obligar a otro


a hacer, no hacer o tolerar algo en contra de su voluntad. En este caso concreto,
el Gobernador de Jujuy —Gerardo Morales— hizo uso de las amenazas con el
único propósito de obligar a la legisladora Balconte a declarar falsamente en la
investigación de los hechos por los que está imputada la dirigente social Milagro
Sala e involucrar falsamente a otras personas.

En este sentido, señ ala Andrés D ́ALESSIO que se entiende por amenaza a
cualquier acto por el cual un individuo, sin motivos legi ́timos y sin pasar por los
medios o por el fin de otro delito, afirma (o anuncia) deliberadamente que
quiere causarle a otra persona algún mal futuro, debiendo ser éste dependiente
de la voluntad del sujeto que realiza aquella (D ́ALESSIO, Andrés José; Código
Penal Comentado y Anotado; tomo II; 2° edición, Ed. La Ley, Bs. As. 2209, pág.
496/7).

Por su parte, SOLER sostiene que la amenaza es la promesa de un mal futuro cuyo
cumplimiento depende del poder del que la hace o de terceros con cuya acción
dice contar. La afirmación falsa vale también como amenaza, cuando como
verdadera podi ́a ser tomada (Soler, Sebastián “Derecho Penal Argentino”, Tomo
IV, Ed. TEA, quinta edición, décima reimpresión, Buenos Aires, 1992, pág. 78 y
siguientes, con cita de Welzel). Esa amenaza puede fundarse en la promesa de
un mal directamente inferido al amenazado en su persona o en los bienes, o a un
tercero. Las amenazas deben ser graves. Para medir la magnitud de la amenaza y
su valor compulsivo debe juzgarse desde el punto de vista del hombre medio y
prudente colocado en la misma situación cultural ambiental y económica en que
la vi ́ctima se hallaba. El punto de vista general y uniforme no es suficiente (ob.
cit.).

En tal sentido, el tipo objetivo se encuentra acreditado en los hechos aqui ́


denunciados. En primer término, debe tenerse en cuenta el contexto en que se
realizaban las amenazas u ofrecimientos. Conforme surge de los hechos
relatados, la diputada Balconte se reunió con gente que responde al Gobernador
Morales que la obligaron a denunciar a Milagro Sala, entre otras personas y que
de no hacerlo, ella y sus hijos seri ́an detenidos.

En ese marco, queda claro que el denunciado Gerardo Morales realizó


ofrecimientos que guardaban relación con la libertad de Balconte y su familia, lo
que indudablemente anunciaba un mal para la persona que no aceptaba declarar
contra Milagro Sala, más allá de la gravedad institucional del hecho que
demuestra la intromisión, influencia y manejo del Poder Judicial jujeñ o por parte
del Gobernador de la provincia.

En este sentido debe recordarse que al momento de estos sucesos, la


damnificada Balconte se encontraba con un pedido de detención en el marco de
la causa en la que se encuentra imputada, y que sus dos hijos también están
imputados penalmente. Es decir, se encontraba en una situación particular
donde sus derechos más elementales estaban siendo quebrantados y,
justamente con ello, es decir, con su situación de libertad se realizaron amenazas
y ofrecimientos para que impliquen falsamente a Milagro Sala.

Asimismo, D ́ALESSIO indica que la mayori ́a de la doctrina exige que la amenaza


sea anunciada con seriedad, y tenga las caracteri ́sticas de grave, injusta e idónea.
En el caso en estudio, entendemos que se encuentran probadas dichas
caracteri ́sticas de la amenaza. Explica el autor que la seriedad tiene directa
relación con el dañ o anunciado, debiendo ser éste, al menos, de posible
realización. Es de público notorio la “seriedad” de la amenaza y los efectos que
ésta provocó en la diputada Balconte y sus familiares. Por su parte, la gravedad
en la amenaza está presente cuando el mal amenazado posee entidad suficiente
para producir una efectiva vulneración de la libertad. En ese orden, Donna
sostiene que aquélla debe darse “objetivamente” (Cfr. Resolución Juez Ariel Lijo,
23/11/2015, JCyCF N° 4, Causa 2925 / 1998).

En cuanto a la idoneidad, se dice que ésta debe tener capacidad suficiente para
crear el estado de alarma o temor requeridos por el tipo. Asi ́, esta caracteri ́stica
resulta evidente en el presente caso toda vez que fundó un claro temor en la
vi ́ctima, prueba de ello son las manifestaciones de su secretario Santiago

Hamud quien ha referido a cómo la vi ́ctima lloraba por la situación que estaba
padeciendo, lo que también se podrá probar mediante algunas medidas de
prueba que más adelante requeriremos.

En cuanto al aspecto subjetivo, la figura en cuestión requiere la concurrencia de


dolo directo, toda vez que el tipo penal requiere para su configuración de un
especial elemento subjetivo en el victimario dirigido especi ́ficamente al
propósito de obligar al sujeto pasivo a hacer, no hacer o tolerar algo contra su
voluntad. No es necesario que se encuentre presente la realización de tal fin. Se
encuentra comprobado al advertir que el propósito de Gerardo Morales no era
otro más que obligar a la Mabel Balconte a modificar sus declaraciones para
involucrar a Milagro Sala y otras personas en la investigación que se lleva a cabo
en la provincia de Jujuy en relación con fondos destinados a la construcción
viviendas. Es decir, el denunciado Morales actuó con el dolo directo que requiere
el tipo. En este punto, queda claro que, el nombrado forma parte del
direccionamiento que habi ́a sido dispuesto en la investigación sobre el supuesto
desvi ́o de fondos. Morales actuó con pleno conocimiento de la ilegalidad de sus
actos, amenazando a Balconte acerca de la posibilidad de quedar detenida; ella y
sus hijos a cambio de las declaraciones pretendidas en contra de Sala y otros.

Por último diremos que el delito de amenaza se consumó en tanto dicha


amenaza llegó a conocimiento del destinatario, resultando suficiente con el
peligro de que el anuncio del mal alarme o amedrente al sujeto pasivo. Sostiene
la doctrina que, no importa el resultado que se obtenga, ya que se trata de un
delito de pura actividad. Por su parte, la jurisprudencia ha sostenido que el delito
de coacción es un delito formal que se perfecciona con la mera utilización de la
amenaza con la finalidad de obligar al amenazado, independientemente del
resultado obtenido por el procedimiento compulsivo.

El art. 149 bis del Código Penal, se refiere en el primer párrafo al delito de

amenaza, y en el segundo, al delito de amenazas calificadas, llamado también, delito de


coacción. El

texto actual, correspondiente a la ley 21.338, es el siguiente:

“Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que hiciere uso de amenazas para alarmar o
amedrentar a uno o más personas. La pena será de dos a seis años de prisión si se emplearen armas o si las
amenazas fueren anónimas”.

“Será reprimido con prisión o reclusión de dos a seis años, el que hiciere uso de amenazas con el propósito de obligar
a otro a hacer, no hacer o tolerar algo contra su voluntad”.

Incurre en la acción típica del primer párrafo quien anuncia a otro un mal futuro
dependiente de la voluntad del agente, que éste dice tener el propósito de realizar3. De
manera que si bien no se exige lograr el efectivo amedrentamiento de la víctima, sí se
requiere el propósito especif́ ico de causarlo. Se puede amenazar directa o
indirectamente, en forma velada, manifiesta o tácita; por gestos y ademanes simbólicos,
palabras o signos; en forma verbal o por vía escrita. En forma postal, telefónica o
personal, o por interpósita persona. El hecho de exhibir significativamente o apuntar,
con un arma de fuego, aun descargada o no apta para el disparo, puede resultar
suficiente.
de la víctima, sí se requiere el propósito específico de causarlo. Se puede amenazar
directa o indirectamente, en forma velada, manifiesta o tácita; por gestos y ademanes
simbólicos, palabras o signos; en forma verbal o por viá escrita. En forma postal,
telefónica o personal, o por interpósita persona. El hecho de exhibir significativamente
o apuntar, con un arma de fuego, aun descargada o no apta para el disparo, puede
resultar suficiente.

Incurre en la acción típica del primer párrafo quien anuncia a otro un mal futuro dependiente de la
voluntad del agente, que éste dice tener el propósito de realizar3. De manera que si bien no se exige
lograr el efectivo amedrentamiento de la víctima, sí se requiere el propósito específico de causarlo. Se
puede amenazar directa o indirectamente, en forma velada, manifiesta o tácita; por gestos y ademanes
simbólicos, palabras o signos; en forma verbal o por vía escrita. En forma postal, telefónica o personal, o
por interpósita persona. El hecho de exhibir significativamente o apuntar, con un arma de fuego, aun
descargada o no apta para el disparo, puede resultar suficiente.

Ciertamente, el delito de coacción se comete ahora mediante amenazas, exclusivamente.


Es un delito contra la libertad, pero de modo específico, protege la autodeterminación y
la realización de la voluntad en forma libre. En el delito de extorsión también está
atacada la libertad y el medio utilizado es la intimidación. Entonces, en realidad, entre
ambos conceptos, hay una estrecha relación. Las amenazas son para alarmar o
amedrentar, intimidar significa lograr temor. El estado de ánimo en que ambos medios
concluyen es el mismo, pues atemorizar, alarmar o amedrentar son sinónimos.

Amenzas

3. Figura Básica: La conducta punible: El delito de amenazas consiste esencialmente,


en haber querido infundir temor, y en haber realizado con ese fin algún acto que pueda
infundirlo. Comete ese delito, efectivamente, quien con el fin de atemorizar (“alarmar o
amedrentar”), anuncia a otro un mal grave, posible y futuro, con idoneidad para
intimidar , o sea, lograr el efecto de la amenaza, y que depende de la voluntad del
agente causar, por acción u omisión.

La definición más amplia es de CARRARA: “Cualquier acto con el cual alguien, sin
razón legítima y sin trascendencia a otro delito por los modos o por el fin,
deliberadamente afirma que quiere ocasionar a otro algún mal futuro”.

El bien jurídico atacado es la libertad psiq́ uica del individuo que encuentra su expresión
en la intangibilidad de sus determinaciones. De este modo se pierde la seguridad y la
tranquilidad (Cám Crim Corr Mercedes, Sala 1a, 26/9/1995, “Cabrera, Leticia”; Cám Nac.Casación
Penal,Sala 3a, 29/5/2000. “Niveyro, Eduardo”; Corte Just. Salta. 15/6/1998, “Luna, Reynaldo”.)
El mal amenazado: Debe ser anunciado, pero no inferido. Lo que puede hacerse en
forma velada, manifiesta o tácita, por gestos o ademanes simbólicos, palabras o signos
(aunque más raramente los gestos si poseen actitud para crear un estado de
incertidumbre (PECO); en forma verbal, escrita, postal, telefónica o informática.
(HECHOS: El fiscal interpuso recurso de apelación, contra la sentencia que dispuso el sobreseimiento de
la imputada por el delito de amenazas. La Alzada revocó la decisión recurrida. 1015.855, CNCrim. y
Corr. Sala VII, 2011/06/27, -B. G. I. 2da. Instancia. Buenos Aires, 27 de junio de 2011. Considerando:
Convoca esta Sala el recurso de apelación deducido por la representante del Ministerio Público Fiscal
contra el auto de fs. 130/134, en cuanto se dispuso el sobreseimiento de G. I. B. Conforme al planteo
formulado por la recurrente, se habría corroborado en la encuesta que el día 9 de Julio de 2010, a través
de la línea telefónica número...la imputada se comunicó con la perteneciente a la denunciante B. N. y le
manifestó: “Te seguís haciendo la p. y te mando a c...a trompadas, vos te acostaste con mi marido”.
Conforme a la declaración testificar de I. G., se acreditó que las líneas telefónicas números---y ....fueron
asignadas por la firma “Parexel Internacional S. A.“ (fs. 70). El carácter intimidatorio del llamado ha sido
definido por esta Sala en la intervención luciente a fs. 112, y tal inteligencia no fue desvirtuada por las
diligencias probatorias dispuestas a fs. 115, que no han aportado elementos de convicción alguno sobre el
punto. Si se repara en que entre el 26 de junio de 2010 y el 13 de junio del mismo año, desde las líneas
que “Parexel Internacional S. A.” habilitó a nombre de la imputada bajo la modalidad “Hom Base”, se
registraron veintinueve llamados a la perteneciente a la damnificada (...) dable es concluir en que dentro
de ese contexto de actuación, las manifestaciones atribuidas a B. tuvieron actitud para comprometer la
libertad psíquica de la denunciante (fs. 58/59). Por otra parte, el conflicto surgido entre las partes, a partir
de la relación sentimental que habría mantenido N. con el cónyuge de la encartada, no conduce a sostener
que el apuntado suceso del 9 de julio de 2010 se reduce a un exceso verbal producido por un estado de ira
en el marco de una discusión, pues como se expusiera, B. concretó otros llamados a la damnificada, quien
según la transcripción documentada a fs. 40/42, sólo pretendía conocer la identidad de su interlocutora.
Por ello, desvirtuadas así las explicaciones vertidas en la declaración indagatoria pasada a fs, 95/96,
corresponde agravar la situación procesal de la imputada en los términos de los artículos 306 del Código
Procesal Penal. El hecho encuentra subordinación típica en el art. 149bis, primer párrafo, última parte, del
Código Penal. En cuanto a la libertad de la imputada no se avistan razones que permitan apartarse de las
disposiciones del artículo 310 del ceremonial, y tampoco la fiscalía propició su detención. Finalmente, en
los términos del artículo 518 del digesto procesal. corresponde disponer un embargo sobre los bienes de
la causante, por la suma de cinco mil pesos, destinada a satisfacer un eventual reclamo indemnizatorio y
las costas del proceso, que incluyen el monto de la tasa de justicia y los emolumentos profesionales que
surjan de la intervención de un letrado particular...” )

17. Amenazas anónimas como agravadas: Las amenazas como intimidación en la


extorsión no se agravan por ser anónimas. Esto sí ocurre en el delito de amenazas. En
forma telefónica, o por un disfraz, o ya sea por escrito no firmado, u por composición de
letras tomadas de un diario o un libro, se puede hacer una amenaza anónima. En todas
estas formas de proceder del sujeto activo, su consideración como agravantes viene de
que el sujeto pasivo se siente desprotegido y con mayor inseguridad frente al daño
futuro, pues no sabe de dónde va a venir.

8. La modalidad indirecta de la amenaza: Si las amenazas llegan a oídos de un


tercero, sólo en el caso que se admita que, naturalmente y previsiblemente llegariá n a
oídos de la víctima pueden ser aceptadas como tales; “evidenciando una intencionalidad
dirigida a que la víctima las recepcione y las tenga efectivamente como una amenaza”
(CPen. SFe, Sala III, 22/5/81, Juris, 65- 205, y JA, 1982-I-441).
9. Características de las amenazas: El mal puede anunciarse o recaer en la persona de
un tercero, por viń culo social, o familiar o afectuoso. Pero siempre debe tenerse en
cuenta que no puede referirse sino a un interés legítimo de la vić tima (no es así, por
ejemplo, si se trata de cesar en el “levantamiento” de juego prohibido).

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