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Facultad de Psicología
Alumnos:
Lima-Perú
2018
Resumen
Esta monografía constituye una revisión bibliográfica sobre las políticas sociales
desde su inicio en el siglo XIX en Europa y como se extendió y manifestó en América
Latina. Se busca también hablar sobre el análisis social y el cambio de rumbo de la
problemática de las políticas sociales en los años 90. Además, se pretende explicar
sobre las tres aproximaciones al análisis de la política social: Luchas políticas y
políticas sociales, política social y reproducción de la fuerza de trabajo, política
social y reproducción de relaciones sociales. Y finalmente se hace un repaso sobre
cómo se han llevado a cabo las políticas sociales en nuestra sociedad peruana y
los diversos programas que se han establecido.
Historia de las políticas sociales
Los orígenes de las políticas sociales se remontan a las últimas décadas del siglo
XIX en Europa, donde nacen con el objetivo de moralizar la economía liberal, a fin
de evitar las injustas consecuencias sociales de la Revolución Industrial. En sus
inicios, la política social ‘anglosajona’ se preocupó fundamentalmente por todas
aquellas personas amenazadas por la pobreza: ancianos, vagabundos, enfermos,
etc. La política social ‘latina’, en cambio, se interesó por las condiciones de la clase
trabajadora, identificándose con la política laboral: prohibición del trabajo a los
menores de edad, reducción de la jornada laboral, salarios más justos, seguridad
en el trabajo, etc. Con el tiempo, las políticas sociales han ido transformándose y
ampliando su radio de acción no sólo a las capas más necesitadas de la población,
sino a la mayoría de los individuos que componen una sociedad.
Según Hardy (2004), en los noventa, gran parte de los países de América Latina,
con los procesos de democratización y generalizadas las reformas económicas,
introdujeron importantes cambios en sus políticas sociales. De la marginalidad en
las que estaban colocadas en la década precedente, las políticas sociales pasaron
a ocupar un creciente papel en las políticas públicas en los gobiernos de la región.
Parodi (2000) nos revela que la evolución de la situación social del Perú entre 1994
y 1997 mostró aspectos positivos y negativos. Entre los primeros destaca la
reducción del porcentaje de pobres extremos de 20% a 14.7%, el incremento en la
asistencia escolar y mejora en la infraestructura de luz, agua y servicios telefónicos.
También nos indica que las mejoras no llegaron a todos por igual, aumentando la
desigualad regional pues la reducción de la pobreza se concentró en Lima y en los
sectores urbanos, beneficiando a aquellos con mejor nivel educativo. En cuanto al
sector rural, que concentra a la mayoría de pobres, nos refiere que se mantiene en
situación crítica, a pesar del aumento en el gasto social.
Análisis Social
Debemos establecer que las políticas sociales no son sólo problemas derivados de
la ejecución de los presupuestos públicos, ni tampoco anomalías producidas por
sistemas distorsionantes en sí mismos del bien público. En segundo lugar, se trata
de autonomizarlo de la presión temporal a la que se ve sujeto. Es decir, muchos
enfoques plantean que las políticas sociales se han convertido en objeto de
discusión pública. La constitución y ensanchamiento de grandes rangos de la
pobreza crítica en la población, produce la idea de que la causa de la misma está
estrictamente relacionada con los programas de ajuste y estabilización estructural.
Si bien no se puede negar, por un lado, la existencia de una relación bastante
estrecha entre los programas de ajuste estructural y el ensanchamiento del rango
de pobreza. Las políticas sociales son, en ese sentido, parte esencial de las políticas
públicas en las actuales sociedades contemporáneas y el objeto de su constitución
si bien se relaciona con el gasto presupuestal su foco de interés no se agota en ello.
Como parte fundamental de la vida pública las políticas sociales atañen al estricto
objeto de su constitución, cristalización, consolidación y permanencia de la
formación de ciudadanías efectivas. Con niveles de calidad de vida en diferentes
esferas de realización personal (salud, trabajo, vivienda, alimentación), así como de
participación institucional. Pero también las políticas sociales ingresan en otras
esferas de la vida cotidiana, ya no sólo pública sino incluso privada, ya que
consideran la calidad de vida como objeto distintivo de su quehacer (Castillo, 2002).
Primera aproximación
Las llamadas políticas sociales han sido instrumento que busca satisfacer
segmentos de una clase popular y medias en proceso de movilización ya sea como
una forma de estabilizar la dominación oligárquica, republicana prolongando así la
exclusión.
Segunda aproximación
La relación que existe entre el aspecto político y la estructura de las clases sociales
que se han formado en el Perú y carácter capitalista en su tercera fase. La
incorporación vía política de servicios sociales no solo es segmentaria sino selectiva
a favor de los sectores más directamente ligados al despliegue histórico del
capitalismo del país
Los servicios estatales como educación fue inclusiva para los sectores populares
pero esto no revierte la tendencia a la exclusión. La educación fue implementada y
quizá desarrollada con tecnología en la época de Toledo pero en el interior del país
no todos podían gozar de este privilegio y si lo tenían, la utilización era limitada; y
es ahí donde surge en el gobierno de Humala el surgimiento de un ministerio de
desarrollo e inclusión social. Los servicios sociales están concentrados en el área
urbana que en las regiones. Así al interior de la población urbana la distribución de
los recursos tampoco es homogénea, en caso del seguro solo eran beneficiados los
asalariados. La racionalidad social genérica de la política de los servicios sociales
es reproducir la fuerza de trabajo para servicio de capital. Es decir la compra de
fuerza de trabajo por parte del capitalista beneficia a este por un doble motivo: el
trabajador produce mercancías, valoriza el capital y crea plusvalía: y por otro lado
porque a cambio de la venta de su fuerza de trabajo, el obrero recibe los medios de
subsistencia que le permite reponer el gasto del trabajo realizado, poniéndolo
nuevamente en condiciones de ser utilizado en el proceso de producción (Fonseca,
1977).
Podemos decir que las políticas sociales cuando menos en campo de los servicios
sociales puede ser visualizada como una forma de organizar las condiciones de
reproducción de la fuerza del trabajo requeridas por el proceso de reproducción del
capital.
Tercera aproximación
Entre los años 2004 y 2009, la pobreza a nivel nacional se ha reducido en 28,2
puntos porcentuales. Mejorar la distribución del ingreso supone políticas tributarias
y de crecimiento “pro pobres” y mayores esfuerzos para mejorar el acceso de los
hogares de menores ingresos a los bienes y servicios públicos. Disminuir la
desigualdad es primordial para contribuir a una sociedad más cohesionada.
El crecimiento económico no ha tenido el mismo efecto positivo sobre todos los
pobres entre el 2004 y el 2009, y es indispensable priorizar la atención de las
poblaciones rurales de sierra y selva, pues son estas las que menos se han
beneficiado del mismo. La pobreza monetaria de la población rural de la sierra y
selva es cercana a 60% en el 2009, mientras que en Lima esta llega tan solo a
14,1%.
A menudo las críticas dirigidas contra las políticas sociales encuentran su meollo en
su supuesta ineficacia y/o ineficiencia.
Dos han sido las estrategias críticas contra las políticas sociales: la primera de ellas
se orienta a la desigualdad que (re) producen. En esta vertiente el eje crítico se
encuentra dispuesto contra el modelo económico que hace de las políticas sociales
meras respuestas subsidiarias a un proceso creciente de pauperización de la
mayoría de la población expoliada en el contexto de un modelo económico (neo)
liberal. Este tipo de estrategia hizo su aparición y se consolidó con y en la
denominada tendencia teórica surgida al amparo de la teoría de la dependencia y
el subdesarrollismo.
Parece también presumirse en la Política Social actual que el bienestar del hombre
está principalmente en función de los bienes y servicios de que el individuo dispone,
o a los que, al menos, puede acceder, lo que equivale a concebir el bienestar según
la noción, la lógica y el valor de las cosas más que con base en la noción, la lógica
y los valores de la comunidad humana.
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