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Redacción

normativa

Redacción y
técnica
legislativa

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La construcción de las
oraciones. Sintaxis. Gramática
Como hemos manifestado, la construcción de las oraciones es un factor
clave de la redacción normativa; en definitiva, de la correcta utilización del
lenguaje se desprenderá la capacidad de la ley para cumplir con la finalidad
de transmitir correctamente el mensaje. Para ello, las reglas de sintaxis y de
gramática juegan un rol importante.
Se sostiene que las oraciones que conforman los textos legislativos deben
reunir las características de la redacción normativa, es decir que deben ser
sobrias, sin aditamentos de ornamento, pues la belleza literaria no es
justamente una característica a la que aspiren los textos normativos.
Afirma Pérez Bourbon (2008) que:

El estilo en el que deben redactarse las leyes es el que


corresponde a textos que apuntan exclusivamente al
intelecto y deben ser ajenos a cualquier tipo de motivación.
Por ello debe utilizarse un lenguaje sobrio- si se quiere parco-.
Que se limite a indicar con toda precisión y claridad cuáles
son los derechos, las obligaciones y las prohibiciones que la
ley prescribe. (P. 112).

En ocasiones, las normas caen en un exceso de palabras innecesario, que


dificulta su comprensión. Para evitarlo, debe hacerse el ejercicio de
reflexionar acerca de qué términos son imprescindibles y cuáles pueden
quedar contenidos dentro de otros; de esa forma, se evita caer en la
enumeración de diversos factores, buscando palabras que reúnan conjuntos
que simplifiquen la inteligencia de la norma. Siempre debe buscarse la
mayor precisión y claridad posible.
Asimismo, debe evitarse caer en afirmaciones redundantes, pues estas,
salvo que fueren necesarias, pueden generar confusión. Veamos el siguiente
ejemplo: “Art. 19. Queda expresamente prohibido el uso de solventes
halogenados, en particular el percloroetileno, en operaciones de
desmanchado de ropa”.1
En esta norma, puede verse que la mención a un tipo específico de solvente
(el percloroetileno) está demás, pues se encuentra contenida dentro del
conjunto (solventes halogenados) y su mención puede generar la duda de

1Ley N. º 1727, Regulación del Proceso de Limpieza a Seco en Tintorerías. Promulgada en Decreto
Nº 1.135/005 del 26/07/2005. Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

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que otros solventes se encuentren “menos prohibidos” que aquel
mencionado con énfasis (Pérez Bourbon, 2008, p. 113).
Debe evitarse también la formulación negativa de la norma, pues
generalmente genera dificultades de interpretación.
En cuanto a los modos y tiempos verbales, se sugiere la utilización de
presente indicativo, como regla general. Esto es así, ya que lo que se busca
es dictar una ley con vocación de permanencia en cada momento futuro.
Ejemplos:

 Norma organizativa: El Poder Ejecutivo está integrado


por…
 Norma planificadora: El presente instructivo se
fundamenta en las siguientes disposiciones.
 Norma prescriptiva de competencias, derechos y
obligaciones: Están obligados a pagar los tributos y
cumplir las obligaciones formales en calidad de
representantes, con los recursos que administren o que
dispongan, las personas siguientes…
 Norma procedimental: Los plazos máximos aplicables a
este proceso son…
 Norma prohibitiva o limitadora de derechos: La función
de congresista es de tiempo completo; le está prohibido
desempeñar cualquier profesión u oficio, durante las
horas de funcionamiento del Congreso.
 Norma sancionadora: El que mata a otro es reprimido con
pena privativa de libertad no menor de seis ni mayor de
veinte años.
 Norma modificatoria: Modificasen los artículos 2, 20, 21,
23, 24, 25 y 34 de la Ley 26300, Ley de los derechos de
participación y control ciudadanos, en los términos
siguientes…
 Norma derogatoria: Derógase la Ley 26242, Ley que
autoriza la reinscripción de nacimientos, matrimonios y
defunciones en los Registros del Estado Civil donde los
libros de actas hubieren desaparecido. (Pérez Paredes,
2011, p. 27)

Por otra parte, no resulta conveniente la redacción imperativa, pues esta


busca dar una orden a otro para que la lleve a cabo, pero la norma es la
voluntad ya plasmada y que produce el efecto deseado. La única excepción
a ello es el artículo de forma, que es redactado en forma imperativa, pues
allí se contiene una orden impartida para algunos de los poderes del Estado
(por ejemplo: comunicar lo sancionado al Poder Ejecutivo) (Pérez Bourbon,

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2008, p. 115). Es admisible también el uso de imperativos cuando la norma
contiene órdenes para algún organismo o sujeto.
La admisión de un verbo en infinitivo al inicio del artículo es admisible sólo
cuando se trata de resoluciones, donde se expresa, por ejemplo: “el Ministro
de Educación resuelve: artículo 1: Derogar...”. En ese caso, puede verse que
el uso del término es correcto, pero no es así cuando la norma emana del
Poder Legislativo; por ello, en el encabezado de las normas del Legislativo
suele decir: “La legislatura de la Provincia de… sanciona con fuerza de ley…”.
Respecto a la sintaxis, se recomienda respetar siempre un orden lógico y
evitar las oraciones que contienen sujetos tácitos, ya que pueden generar
luego problemas de interpretación. Se debe simplificar el lenguaje evitando
todo lo innecesario.
Además, se sugiere evitar las formulaciones en negativo, salvo que estas por
alguna razón fueren necesarias.
Primero debe formularse la norma y luego de ello vendrán las circunstancias
en la que esta se aplique (Grosso et al., 2000, p. 7).
Se sugiere también realizar párrafos cortos, no recurrir al uso excesivo de
subordinadas y usar correctamente los signos de puntuación.
Respecto a esto último, existen numerosos ejemplos de discusiones de la
doctrina y la jurisprudencia acerca del alcance de una norma frente a la
existencia o ausencia de un signo de puntuación que cambia todo el
significado de lo que se quiso decir. En particular, vale recordar las
discusiones en torno al artículo 86 del Código Penal Argentino, referido a los
casos de aborto no punible.2
Dentro de las reglas de sintaxis, se sugiere también evitar el uso de
“construcciones y expresiones que en sí mismas, puedan tener más de una
interpretación. Por ejemplo: el funcionario vio a la gente cuando salía de la
oficina” (Pérez Bourbon, 2008, p. 112). En dicho ejemplo, tal como se
encuentra redactado, no queda claro quién es el que salía de la oficina.

El vocabulario en la redacción de textos normativos

El vocabulario que ha de utilizarse en la redacción de la norma debe ser


simple y llano, de modo que permita la comprensibilidad de la norma. Pero
la simplicidad en el uso de los términos no debe hacernos caer en un
lenguaje que pierda especificidad. Es decir, deberá buscarse el equilibrio
utilizando un lenguaje preciso y simple. Para ello, debe recurrirse a términos
precisos, que reduzcan al mínimo la vaguedad y ambigüedad de las normas.
La vaguedad es definida por el diccionario de la Real Academia Española,
como la “cualidad de vago (II vacío, desocupado)” (RAE, 2012,
http://goo.gl/RpJQdD), que se refiere a lo “impreciso, indeterminado”, (RAE,
2012, http://goo.gl/aUtZXS) mientras que la ambigüedad es definida como
“la cualidad de ambiguo” (RAE, 2012, http://goo.gl/0pHkTb), que es a su vez

2Ver: http://www.despenalizacion.org.ar/pdf/hojas_informativas/09_bergallo_michel.pdf

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aquello que “puede entenderse de varios modos o admitir distintas
interpretaciones y dar, por consiguiente, motivo a dudas incertidumbre o
confusión” (RAE, 2012, http://goo.gl/lP4qAF).
El uso de términos adecuados busca, entonces, evitar palabras que sean
imprecisas o indeterminadas o aquellas que puedan entenderse de varias
formas y modos posibles.
Cuando fuere necesario, podrá definirse el alcance de un término
previamente3 a su utilización, y deberá dársele el mismo sentido y contenido
a lo largo de toda la norma. Se debe evitar recurrir a sinónimos –como ya
hemos afirmado– que puedan oscurecer la interpretación; en este caso es
preferible la repetición, pues lo contrario podría hacer pensar que se trata
de conceptos distintos.
Debe evitarse también el uso de términos extranjeros, a menos que por
tratarse de algún tecnicismo deba recurrirse a ello, es decir que no puedan
ser traducidos.
Cuando se modifica una ley, debe tenerse presente que las modificaciones
se adicionarán a una norma ya existente y que ésta deberá poder leerse de
corrido nuevamente. Para ello, debe respetarse el estilo de redacción y la
terminología que la norma modificada ya tenía.
El esfuerzo de toda redacción debe concentrarse en disminuir al mínimo los
errores de interpretación; para ello, debe revisarse una y otra vez el
contenido, hasta que resulte fácilmente comprensible.
La intervención de más de una persona en la redacción de una ley puede
contribuir a detectar tempranamente los errores, pues lo que para alguien
resulta claro, quizás no lo es para los otros redactores, y ello obliga a hacer
un esfuerzo por mejorar el texto.

Para recurrir a ejemplos de errores de redacción en distintas normas, puedes


remitirte a la bibliografía obligatoria, en particular al Manual de Técnica
Legislativa de Pérez Bourbon (2008).

De más está decir que el vocabulario utilizado debe respetar estrictamente


las reglas de ortografía, el uso de signos de puntuación, tildes y uso de
mayúsculas.
En general, se debe evitar el uso de abreviaturas, salvo cuando lo que se
mencione sea un artículo, inciso, la Constitución Nacional y alguna que otra
excepción. En el contenido de los artículos, los números deben ser escritos
con letras.
En definitiva, las reglas mencionadas buscan facilitar la comprensión de los
textos, así como reducir los errores de interpretación, por lo que deberán
observarse estrictamente.

3 Ver: http://www.fundeu.es/recomendacion/previo-a-no-es-siempre-lo-mismo-que-antes-de-
1254/

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Reglas prácticas
A continuación veremos las reglas prácticas de Grosso et al. (2000), que
ilustran respecto a las reglas de redacción normativa y que pueden ser
tomadas como guía para la realización de una ley:

Reglas de redacción:
Términos:
 Emplear la palabra exacta.
 El mismo concepto debe expresarse siempre con el
mismo término o giro. No usar sinónimos.
 Si se usa un término en un sentido que no es el habitual
se lo debe definir, aunque es recomendable no alejarse
demasiado del sentido habitual.
 Evitar sustituir los sustantivos por pronombres.
 En un texto legal reglamentario, la terminología no debe
apartarse de la empleada en el texto legal de base.
 Las modificaciones introducidas a una ley deben respetar
su redacción, estilo y terminología. Lenguaje: redacción,
estilo y terminología.
 Evitar el uso de términos extranjeros salvo cuando posean
un significado técnico o sean de uso corriente y no tengan
traducción.
 No utilizar abreviaturas, salvo "Art.", "CN" (Constitución
Nacional), y la denominación de los Códigos (ej.: "CC" por
Código Civil).
 Al referirse a organismos oficiales, reparticiones,
entidades, etcétera, citar la primera vez su nombre oficial
completo y la sigla entre paréntesis. En artículos
posteriores referirse a ellos sólo con su sigla.
 Evitar el uso de arcaísmos.

Formas verbales
 La norma debe estar relacionada con el tiempo en que se
la lee y aplica, no con el que se la elabora y dicta.
 Preferir el modo indicativo al modo subjuntivo.
 Preferir el presente al futuro.
 Emplear el futuro sólo cuando es irreemplazable por el
presente.
 Emplear el pretérito sólo cuando se trata de actos
anteriores a la ley.
 Utilizar el gerundio sólo para enunciar una acción
simultánea anterior a la del verbo principal.

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 Sustituir el futuro imperfecto de subjuntivo por el
presente de indicativo o subjuntivo (por ejemplo, en lugar
de "dispusiere" -futuro imperfecto de subjuntivo- se
escribirá "dispone" -presente de indicativo- o "disponga"
-presente de subjuntivo-).
 Sustituir el futuro perfecto de subjuntivo por el pretérito
perfecto de indicativo o el pretérito perfecto de
subjuntivo (por ejemplo, en lugar de "hubiere presentado
en término"- futuro perfecto de subjuntivo-, se escribirá
"ha presentado en término" -pretérito perfecto de
indicativo- o "haya presentado en término"- pretérito
perfecto de subjuntivo).

Sintaxis
 En la construcción sintáctica preferir el orden lógico.
 Deben evitarse las oraciones con sujeto tácito.
 Evitar construcciones ambiguas.
 Usar construcciones simples, evitar giros rebuscados y
sobreabundantes (por ejemplo, en lugar de "efectuar una
presentación" se escribirá "presentará", en lugar de "se
tendrá por caducada" se escribirá "caducará").
 Usar formas verbales conjugadas en lugar de frases
verbales (por ejemplo, se escribirá "presentará" en lugar
de "deberá presentar").
 Preferir la formulación positiva a la negativa.
 Preferir la formulación refleja a la pasiva. Limitar el uso de
la voz pasiva a los casos en que el interés debe enfocarse
en el objeto de la acción y no en el sujeto.
 Cuando legalmente hay dos posibilidades referirse a una
de ellas positivamente en vez de negativamente a la otra.
 La formulación de la norma debe ir antes de las
circunstancias de su aplicación.
 Las circunstancias o condiciones se encabezan con las
conjunciones "si" o "cuando" y no con el relativo "que".
 Evitar el uso de proposiciones subordinadas relativas, si
pueden sustituirse por un participio en función adjetiva
(en lugar de la "institución que demande" referirse a la
"institución demandante").
 Evitar oraciones complicadas y confusas que son
generalmente el resultado de referencias y excepciones
interminables.
 Escribir párrafos breves.
 Evitar el uso de palabras innecesarias.
 Usar correctamente los signos de puntuación.

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 Separar con coma los elementos de una enumeración, el
nombre y el número de una ley.
 Utilizar dos puntos: antes de una enumeración cuando la
frase siguiente especifique lo propuesto.
 Evitar colocar el verbo al final de la frase (latinismo o
germanismo).
 Antecedente y pronombre relativo deben colocarse cerca
en la oración, para que surja con claridad la relación entre
ambos.
 Evitar toda estructura arcaizante.
 En el texto legal deben omitirse disposiciones que sólo
constituyen motivación del texto, son recomendaciones o
enuncian intenciones.
 Fechas: Escribirlas completas y fuera de paréntesis.
 Números: Escribir con letras: edades, espacios de tiempo
o duración, dígitos de cero a nueve que establezcan
cantidad. (p.7)

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Bibliografía de referencias
Alchourrón, C. E., y Bulygin, E. (2000). Introducción a la metodología de las
ciencias jurídicas y sociales. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
Recuperado de http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor-
din/introduccion-a-la-metodologia-de-las-ciencias-juridicas-y-sociales--
0/html/

Brenna, R. G., Bichachi, D. S., y Molinari, G. (2013) Técnica Legislativa (1ra.


ed.). Buenos Aires: La Ley.

Grosso, B. M., Svetaz, M A., Pérez Bourbon, H., y Ubertone, F. P. (2000).


Reglas Prácticas de Técnica Legislativa (1ra. ed.). Buenos Aires: Belgrano.

Leiva Fernández, L. F. P. (2007). Ensayos de Derecho Civil y Técnica


Legislativa (1ra. ed.). Buenos Aires: La Ley.

Montesquieu. (1748). El espíritu de las leyes, Libro XXIX. Recuperado de


http://bibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/descargas/310000006
30.PDF

Pérez Bourbon, H. (2008). Manual de Técnica Legislativa (1ra. ed.). Buenos


Aires: Konrad Adenauer Stiftung.

Pérez Paredes, Y. (2011). Manual de Técnica Legislativa. Perú: Oficialia


Mayor. Dirección General Parlamentaria. Recuperado de
http://www4.congreso.gob.pe/dgp/ManualTecnicaLegislativa.pdf .

Real Academia Española. (2012). Diccionario de la lengua española [Versión


electrónica] (22. ª ed.). Recuperado de http://www.rae.es/

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