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La Ciencia de la Lógica (WdL) de Hegel

Introducción.

1. (58) Las primeras observaciones son muy sumarias y algo confusas. Hegel trata de precisar
la especificidad de la Ciencia de la Lógica con relación a otras ciencias. Las otras ciencias
pueden presuponer acríticamente la forma y el método de razonar, y aplicarlo sin más a su
materia o contenido. La lógica en cambio no puede hacer estos supuestos porque
precisamente las formas de la reflexión, las leyes o reglas del pensamiento, son su contenido.
Por eso en ella, objeto y método no se diferencian, forma y contenido: el contenido de la
Lógica es la forma del pensamiento, y su forma de reflexión es una aplicación de esta misma.

Ahora bien, Hegel afirma, y esto comienza a complicar la cosa, que del contenido de la
Lógica no sólo hace parte la exposición del método de la ciencia (o sea la descripción de los
procesos válidos de deducción e inferencia que constituyen el método de la ciencia), sino
también el concepto de ciencia en general. Digo que esto ya no es evidente porque no es claro
que la lógica se ocupe del concepto de ciencia, uno pensaría que se ocupa de los aspectos
formales y procesuales de la ciencia, no de su concepto general. - Más raro es que afirme
enseguida que este concepto es “el resultado último de la lógica”. En realidad estas
observaciones no se entienden aún. Por lo pronto sólo se nos anuncia que lo que entiende
Hegel por Lógica es una disciplina cuya meta última es exponer el concepto de ciencia, y
que esto sólo se logra al final de todo su desarrollo. No se parte de un concepto de ciencia
que se vaya a demostrar luego; de lo que se trata es de que el desarrollo en su totalidad
mostrará lo que es el concepto de ciencia. –De lo que se trata es de que la Lógica más que
una ciencia (método) que se ocupe de un objeto externo a ella (como la botánica se ocupa de
las plantas) es ella misma la presentación y despliegue de su objeto. De allí que Hegel diga
que su objeto, el pensamiento que concibe (59), es “parte intrínseca de ella”, y que el
concepto de este pensamiento se engendra en el curso de la lógica.

2. Las observaciones que siguen describen los supuestos que dominan nuestra concepción
usual de la ciencia y la lógica, y que al distanciarnos de ellos, nos harán claro lo que Hegel
quiere decir arriba. –Lo que asume la lógica normalmente es que ella se ocupa de la forma
pura del pensamiento, haciendo abstracción de su materia y contenido. Esto es, la lógica
tradicional presupone la separación entre forma y contenido, y se quiere centrar sólo en
aspectos formales. (59) Ella supone como la conciencia ordinaria que una cosa es el
contenido del conocimiento (la verdad) y otra la forma del mismo (la validez). –Supone
además que la materia o el contenido es algo en sí, y que el pensamiento es sólo una forma
vacía que llega o se aplica de manera extrínseca a ese contenido. –Supone pues que materia
y pensamiento son dos elementos distintos (dualismo objeto/sujeto, verdad/concepto,
ser/pensar o contenido dado/esquema conceptual). –Supone que la verdad es una relación de
hacer concordar estos dos elementos (sea que el pensar se ajuste al objeto o al revés como
ocurre en Kant) (verdad como correspondencia). –Supone además que como son dos
elementos distintos (dualismo), cuando el pensamiento aprehende el objeto, al pensamiento
no le pasa nada (o sea el conocimiento no modifica al sujeto), ni al objeto (que sigue siendo
una cosa en sí, más allá del pensamiento).
Estos son los presupuestos (60) de la conciencia ordinaria, dominan el sentido común. El
problema es cuando se hacen pasar por la verdad, por verdades racionales. Entonces se
convierten en errores que la filosofía debe refutar.

Ahora se entienden las observaciones iniciales (1). Pues lo que en ellas se afirma surge de
una negación de estos supuestos que dominan al sentido común y a la idea ordinaria de
ciencia. En efecto, Hegel piensa ahora la lógica como una ciencia donde contenido/objeto y
forma/método son lo mismo. Ella tiene por objeto el pensamiento, pero este no es algo en sí
que se trate de aprehender en una forma extrínseca. Más bien lo que sea el pensamiento, su
concepto, es algo que irá surgiendo sólo en tanto se le piense, algo que se engendra en el
curso de la lógica. – Con esto ya es claro que Hegel no entiende por lógica la lógica formal.
Esta última se ocupa de descubrir las leyes formales del pensar (las formas válidas de pensar),
asumiendo que estas leyes son principios objetivos del pensar. Para Hegel en cambio lógica
es una exposición, en el sentido del desarrollo del proceso del pensamiento en el cual surge
y se manifiesta lo que realmente es el pensamiento. –Por eso cuando antes dice que la lógica
da el concepto de la ciencia, concepto no quiere decir aquí la representación intelectual fija
(la idea platónica) de la ciencia, sino hace referencia a un proceso, al despliegue del conjunto
de relaciones y referencias dinámicas cuyo todo constituye la ciencia y el pensamiento.

3. (60) Para Hegel esa idea del pensamiento como una forma vacía cuyo contenido y verdad
viene de fuera es propia de la modernidad. Los griegos en cambio pensaban que las
determinaciones del pensamiento son también las determinaciones de las cosas (en la unidad
del logos pensar y ser son lo mismo: las leyes de la lógica son las del logos). – En la
modernidad en cambio el reflektierende Verstand se apoderó de la filosofía. Con este, hace
Hegel referencia al entendimiento que separa y abstrae, que toma la realidad como un
agregado de entes. Este Verstand se comporta como el sentido común para el cual la base de
la verdad es la realidad sensible y una idea es sólo una idea. – (61) Ahora bien el camino de
la reflexión consiste en elevarse por encima del entendimiento y sus determinaciones y
divisiones, buscando relacionarlas mutuamente. Este sería el camino de una reflexión
genuina: elevarse por encima de las determinaciones del Verstand hasta ver el contraste y las
relaciones entre ellas. Este sería el paso al “wahrhafte Begriffe der Vernunft”. En este camino
llegaremos por necesidad a la contradicción entre las representaciones del entendimiento. Y
esta contradicción es buena: captarla es prueba de que estamos en el punto de vista de la
razón, de que nos hemos elevado sobre la inmediatez del intelecto.
El problema en la modernidad es que esa llegada a la contradicción se vio como algo
negativo. Se toma la contradicción por algo nefasto, se dice que la razón entra en
contradicción consigo misma, y entonces vuelve a tomarse “refugio en la experiencia
sensorial, creyendo hallar en ella algo sólido”, libre de contradicciones.

[Por ejemplo en Kant, quien en la Crítica de la razón pura (KrV) (B454) muestra que cuando
la razón rebasa la experiencia se enreda en antinomias, en contradicciones (dos argumentos
opuestos cada uno de ellos racionalmente sustentados). Kant quiere señalar con esto que la
aplicación más allá de los límites de la experiencia trae problemas. – Cuando la razón se
eleva especulativamente en la serie de condiciones silogísticas hasta lo incondicionado, cae
en afirmaciones antitéticas, como ocurre cuando se eleva a la idea mundo como unidad
absoluta de todos los fenómenos]
Y precisamente es sobre Kant que habla enseguida Hegel. Este queda en el limbo pues
reconoce por un lado que la razón no puede conocer las cosas en sí, pues al estar más allá de
la experiencia la razón cae en contradicciones; pero tampoco concede al conocimiento
fenoménico al valor de un conocimiento de la verdad. Con esto termina hablando (62) de un
conocimiento (el fenoménico) que sin embargo no es de lo verdadero, y otros absurdos por
el estilo.

3.1. (62) La KrV es una crítica de las categorías del entendimiento qué mide hasta dónde es
válido aplicarlas, cuál es el límite de su aplicación. Kant descubrió que estas categorías sólo
aplican a los fenómenos, al mundo experienciado, no a las cosas en sí. Con esto excluye que
podamos predicar de estas cosas conceptos/categorías como lo finito o lo infinito. Decir del
mundo en-sí p.e. (que es una idea de la razón por fuera de nuestra experiencia) que es finito
(en el espacio y el tiempo) es tan defendible o refutable como decir que es infinito (esta es la
primera antinomia). El problema es que Kant siguió admitiendo estas categorías en el sujeto,
aunque las eliminó en tanto predicados del objeto. Siendo rigurosos, dice Hegel, la
conclusión correcta sería que estas formas del entendimiento son en sí mismas no verdaderas,
y no se pueden admitir ni siquiera como formas meramente subjetivas. (63) No puede en ese
sentido haber deducción de ellas desde la subjetividad. –Lo que critica Hegel en el fondo es
que estas formas o categorías se desligaron del objeto pero se hicieron valer como formas de
la conciencia subjetiva, se dedujeron de allí, y lo que no hubo en Kant fue una consideración
de estas categorías “an und für sich selbst”. La crítica es a una deducción de las categorías
desde la subjetividad (la llamada deducción trascendental de Kant).

3.2. Esta última frase puede darnos luz acerca de lo que se propone Hegel en su WdL. Pues
de hecho lo que allí se emprende es una consideración de estas categorías (o
Denkbestimmungen) en sí y por sí mismas (Cf. Enz §41). –Esta tarea apunta a una superación
de la metafísica prekantiana o dogmática. Esta metafísica tiene que ver con
Denkbestimmungen (DB) que no son formas del pensamiento subjetivo sino como
predicados objetivos de las cosas (de estos DB se ocupa la WdL en la Seins- y Wesenslogik).
Se trata de conceptos como “finito” “simple” “incondicionado” que se aplican a objetos en
juicios como: ‘el mundo es finito’ ‘el alma es simple’ ‘dios es incondicionado’. Son pues
predicados o categorías inscritos en la naturaleza de las cosas y que son captados por el
pensamiento. La metafísica dogmática asume pues (a) que existen esas cosas en sí (mundo,
dios), (b) que tienen predicados objetivos y que (c) que podemos captar el absoluto en juicios.
– Hegel critica aquí el punto (b): la metafísica considera esos predicados como objetivos sin
reparar en que ellos tienen un carácter interno contradictorio, pues de hecho ellos sólo son
pensables en relación con su opuesto (lo finito solo es pensable desde lo infinito, lo simple
desde lo compuesto, lo incondicionado desde lo condicionado). Kant vio el carácter
contradictorio, vio la contradicción, pero creyó que esta sólo ocurría cuando los predicados
(las DB) se aplicaban a objetos (la primera antinomia: el mundo es finito vs. El mundo es
infinito), no consideró que la contradicción ya está en la naturaleza interna de los predicados.
Por eso ahora se trata de considerar estos predicados, que más precisamente no son tales sino
determinaciones del pensamiento, en sí y para sí.

La WdL se propone considerar la relación interna (contradictoria) entre estos predicados o


categorías del pensamiento en forma pura, o sea no considerándolos como predicados de
objetos (como hacía la metafísica prekantiana) ni como formas de la subjetividad (como hacía
Kant), sino en sí mismos. Esta tarea no es un paso previo que debe anteceder a la metafísica
clásica (como determinación objetiva del absoluto), ni a la filosofía trascendental (la teoría
de la subjetividad en Kant), no es un paso previo, sino la sustitución de estos dos programas.
Con esto la WdL pretendía constituirse en la genuina metafísica y teoría de la subjetividad1.
– Como se ve es una forma de ir por detrás, a un nivel más profundo que antecede a la
oposición sujeto-objeto. La metafísica prekantiana es objetiva: el ser se caracteriza con
categorías objetivas y a él se contrapone el pensamiento subjetivo, p.e. en Aristóteles; Kant
por su parte hace de estas categorías formas de una conciencia subjetiva; Hegel dice ahora
que cuando estudiemos estas categorías en sí mismas, de manera pura, encontraremos allí un
todo relacional dinámico que antecede a estas particiones sujeto/objeto. Ese todo relacional
es el Concepto, el Pensar, el genuino Ser o Absoluto.

4. Por eso ahora puede Hegel afirmar que en su versión común “la lógica está tratada sin
atención para su significado metafísico” (63). Se refiere a la lógica formal que se ocupa sólo
de las formas de razonamiento válido sin tener en cuenta el contenido al que aplican. Se
asume pues corrientemente que la lógica no tiene que ver con la verdad (y por ello no se ve
su significado metafísico) pero se dice que esto es y debe ser así pues ella se abstrae de lo
material y sólo se ocupa de cuestiones de validez. – Ahora, si Hegel quiere darle a la lógica
un estatuto metafísico no es que pida que estas formas válidas pero vacías de razonamiento
se llenen de alguna forma de contenido. Para él la lógica ya no se ocupará de las formas
correctas de pensar, sino de examinar las categorías del pensamiento en sí mismas, mostrar
su unidad relacional interna, y ver allí “una unidad orgánica, viviente, la unidad del espíritu”.
– Así pues, al considerar las determinaciones del pensamiento “en sí y para sí” y develar su
unidad relacional interna, Hegel no considera que nos estemos abstrayendo hacia una
estructura rígida, sólo teórica, sólo supuesta. Más bien esa estructura, dinámica y viviente es
lo más concreto y real, es el espíritu y el ser de las cosas. Por ello “la razón lógica es lo
sustancial y real, que contiene en sí todas las determinaciones abstractas, y constituye su
unidad sólida, absolutamente concreta” (64).

De lo que se trata pues no es de partir de la lógica formal y llenarla de contenido empírico.


Piense en una forma del silogismo: Todo B es C; Todo A es B; luego todo A es C. Aquí hay
una pura forma válida que puede llenarse de cualquier contenido empírico. Pero para Hegel
no se trata de considerar todos los posible contenidos empíricos (animales, mortales,
hombres; pastusos, nariñenses, colombianos, etc), sino de pensar en las categorías en sí que
aquí entran en juego (universalidad C, singularidad A, particularidad B) y pensarlas no como
formas vacías sino en su contenido general. O sea no se trata para Hegel de pensar todas las
posibles casos empíricos que pueden representar a A, B o C, sino pensar el contenido y
relación entre los conceptos puros de Universalidad, Particularidad y Singularidad. – Por eso,
las puras determinaciones del pensamiento de que se ocupa la WdL no son formas huecas
sino que tienen contenido, pero no contenido empírico, sino el contenido más general que es
el pensamiento puro, la razón pura que es el reino de la verdad (66).

1
Hay que decir esto porque son comunes lecturas de Hegel que toman las DB como predicados (Russell) y que por esa vía
terminan asimilando la Lógica a una doctrina de las categorías emparentada con los Analíticos de Aristóteles. Pero las DB
no tienen su origen en el objeto sino en la creación espontánea del sujeto lógico (Fleischmann 28). No son predicados en el
sentido de conceptos universales que englobarían objetos exteriores.
(Fleischmann 16: la WdL es la ciencia del pensar puro, desprovisto de contenidos sensibles.
Este Pensar no es la reflexión o el entendimiento kantiano cuyo contenido son las
representaciones sensibles, sino algo más básico y primero desde el punto de vista lógico.
La WdL busca captar este pensar puro en su actividad, o mejor es ella misma este Pensar en
su acto de concebirse a sí mismo. Por eso aquí no se trata de formas abstractas y vacías sino
de un Pensar cuyo contenido son las determinaciones por las que él mismo se determina)

Así como antes vimos que la Lógica de Hegel es la verdadera metafísica, pero no una simple
corrección de la metafísica dogmática o de la metafísica trascendental de Kant, así vemos
ahora que ella surge de la necesidad de reformar la lógica tradicional –como dirá Hegel más
adelante (68) – pero esta reforma no es una modificación puntual sino más bien una
“reelaboración total”.

Resumiendo: la WdL de Hegel quiere mostrar las insuficiencias tanto de la lógica formal
tradicional, como de la metafísica prekantiana, como del análisis trascendental del sujeto de
Kant. Pero no es la simple continuación con correcciones de ninguno de estos tres proyectos.
Se trata de una empresa novedosa que al apuntar mucho más profundo que la simple
elucidación de formas válidas de razonar, al apuntar a la esfera más sustancial del ser antes
de toda separación entre objeto y sujeto, puede mostrar las limitaciones de esos otros
proyectos. – ¿Cuál es esta región tan profunda? La de la unidad dinámica y orgánica de las
puras determinaciones del pensamiento que no es una mera forma vacía o estructura hueca,
sino que es ella misma el contenido sustancial de todo lo real, la esencia de la realidad, el
verdadero ser. El movimiento conceptual de las DB no es por ello un juego estéril del pensar
consigo mismo, una tautología abstracta que probaría el ‘idealismo’ de Hegel. Más bien este
movimiento al interior del pensar está al origen de toda significación y sentido (Fleischmann,
27). Eso es lo que tratará de mostrar Hegel

5. ¿Y cómo sabe Hegel eso? ¿De dónde puede afirmar con tanta seguridad que ese es el ser,
la forma y el contenido de la realidad? (65) Aquí nos va a decir que esto no es algo arbitrario
sino que es algo cuya deducción se mostró en la Fenomenología del Espíritu (FE), y por lo
tanto no hay que repetir ahora esta demostración. – La FE expone el camino de la experiencia
de la conciencia en sus diversas etapas de encuentro con el mundo. Ese camino se ve como
el camino que parte de las figuras inmediatas de la conciencia común que ve el mundo como
algo objetivo, algo dado y en-sí que le hace frente, y llega hasta el concepto de ciencia (o
saber absoluto) donde el mundo y la realidad se sabe inseparable de la conciencia (el
pensamiento). El camino de la FE es un constante y progresivo descubrimiento de que eso
que nos hace frente como algo en-sí objetivo, no es en realidad nada sustancial sino que está
determinado por completo por el pensamiento (primero por el pensar de una autoconciencia
individual, luego por el pensar de una razón universal abstracta que abarca al individuo, luego
por una racionalidad concreta (o espíritu) encarnada en la historia, en la religión y el arte, y
de manera más pura en el pensar conceptual filosófico o saber absoluto)2. La FE llega pues

2
Se pasa de creer captar las cosas en-sí, a reconocer que están determinadas por una autoconciencia, que a su vez va
reconociendo que está determinada por una racionalidad universal, que a su vez reconoce que no es incondicionada sino
que se condiciona por los otros, que luego los identifica como la sociedad, la cultura, el nosotros, y en general el espíritu, y
de nuevo ese espíritu reconoce que él tiene formas eternas y ahistóricas que son las que capta el arte, la religión y el pensar
conceptual de la filosofía. El saber absoluto es el saber de este pensar puro o conceptual que determina todo lo objetivo y la
al resultado de que el objeto (el mundo, la realidad) no es nada en sí sino que se difumina y
disuelve en el pensar absoluto que lo determina; llega pues a mostrar que el pensamiento que
comienza tratando de determinar un objeto que le es externo, se va encontrando sólo consigo
mismo (en tanto es él el que determina el objeto) de modo que al final su objeto es sólo
pensarse a sí mismo, o, en otras palabras, él es a la vez sujeto y objeto. – En ese punto final
de la FE, la ciencia pura, el pensamiento (que se piensa a sí mismo) coincide con el ser. Se
arriba pues a una visión del ser como puro pensar, pero no un pensar abstracto cuyo contenido
fuese externo, sino un pensar cuyo único contenido es él mismo; no un ser que además de
todo piense y al pensar haga surgir el mundo, sino un ser que no es más que pensamiento,
pensamiento cuyas determinaciones son la sustancia de todo lo que hay. – Como se ve este
resultado de la FE es el mismo punto de partida de la WdL: la unidad relacional y viviente
de las puras determinaciones del pensar, el “reino del pensamiento puro” que es el “reino de
la verdad en sí y por sí” (66).

La FE efectúa la deducción del concepto de la ciencia pura, ciencia donde pensamiento y


cosa-en-sí ya no se oponen porque “el pensamiento es la cosa-en-sí y la cosa-en-sí es el
pensamiento” (65), ciencia que ya no es un mero producto del intelecto humano, sino ante
todo la actividad del concepto conciente que como tal es “lo existente en sí y para sí” (ibid).
– La WdL por su parte, arranca de ese concepto de ciencia pura deducida en la FE y desarrolla
el sistema general de esa ciencia, es decir, despliega todas las relaciones y vínculos que ligan
a las determinaciones del pensamiento en unidad. Por eso ella es el “sistema de la razón pura
o del pensamiento puro” (66). Fíjese que no se trata de una ‘crítica’ de la razón pura. – Este
pensar es el contenido de la WdL, pero también su forma, pues ella sólo puede llevarse a
cabo de manera inmanente al pensar, siguiendo su propio despliegue, y no imponiendo un
método artificial que le fuese externo. Pero entonces, si el pensamiento puro es la materia y
la forma de la WdL, más aún si ella lo presenta y expone en su forma sistemática totalizante,
entonces la Lógica es la Ciencia Pura, que como dijimos, no es ya una simple creación
humana, sino ante todo la estructura misma de todo lo real. Por eso Hegel puede decir que la
Lógica es la “representación de Dios en su ser eterno” (66), antes de la creación de la
naturaleza y del hombre, esto es, antes de la separación objeto-sujeto.

6. Nos cuesta trabajo concebir ese pensar puro cuya unidad sistemática es la Lógica, porque
solemos asociar el pensamiento con una actividad subjetiva que es vacía, y que toma su
contenido de fuera, de las impresiones del mundo externo. Por eso Hegel asocia ese pensar
con el nous de Anaxágoras, y recuerda que no se trata de un pensar sólo simbólico (uno que
trace marcas o signos de la verdad), sino del Pensar que es el ser mismo, aquel cuyas “formas
y determinaciones son el contenido y la suprema verdad misma” (66). – Lo que implica por
otra parte dejar de pensar en la verdad como algo sustancial, palpable, y captar más bien la
realidad de algo sólo en su concepto. – Más adelante Hegel distinguirá este pensar de la
simple reflexión del entendimiento. No es un pensar referido a representaciones sensibles
sino un puro proceso conceptual, no un pensar intencional dirigido a algo por fuera de él sino
un proceso inmanente donde las DB sólo producen más DB.

realidad. En este punto la conciencia ve que su experiencia de un mundo exterior es en realidad experiencia consigo misma,
pero ella ya no es conciencia individual sino conciencia universal. Este reconocimiento se ve como una liberación de la
conciencia, el punto en que esta trasciende su individualidad a una verdad objetiva.
7. Frente a esta determinación metafísica de la Lógica, la lógica tradicional aparece como un
cálculo superficial sin concepto (69), como la matemática. Por eso Hegel no comparte el
supuesto (sostenido incluso por Kant) de que la lógica es una ciencia acabada y completa
(68). Al revés, si entendemos por lógica la conciencia de la esencia pura del espíritu, y
reconocemos todos los avances que en 2000 años ha efectuado el espíritu práctico y de la
ciencia, se debe reconocer que la lógica necesita una reelaboración total.

8. (70) Esta reelaboración de la Lógica requiere de una reflexión sobre el método. El método
de la WdL es la que debe vivificar su contenido, convertido en mero esquema vacío en la
lógica formal. – Hegel crítica aquí la aplicación a la filosofía del método experimental de las
ciencias (empirismo) o del método deductivo sólo cuantitativo de las matemáticas (Spinoza,
Wolf). Todo esto son métodos que la filosofía toma a préstamo de manera ilegítima. – Pero
el método debe provenir del contenido mismo, y si este contenido es el ser en su despliegue,
el método de la Lógica no es sino “la conciencia relativa a la forma del automovimiento
interior de su contenido”, es decir, sumergirse en el despliegue del movimiento de las DB.
Este es el verdadero método de la Lógica y de la Filosofía. (En la FE se decía que el método
es entregarse al movimiento de las cosas mismas).

Ahora este movimiento no se produce al azar o de manera arbitraria, sino que ese despliegue
de una categoría a otra tiene la forma de la negación (71). No hay pues categorías dadas de
manera positiva (positum) y definitiva; toda categoría termina negándose hasta devenir su
opuesta, pero esto no resulta en una contradicción insuperable, sino que esa negación se niega
a su vez, no de modo que se retorne al primero, sino que de modo que se alcanza “un nuevo
concepto superior, más rico que el precedente, porque se ha enriquecido con la negación de
dicho concepto precedente o sea con su contrario”. – Hegel llama a esta negación una
negación determinada: no es negar las cosas de cualquier manera o arbitrariamente (A no
es B, no es C, nos D…), no es negación de todo contenido (no A, no B, no C, no D…), sino
una negación que surge de la cosa (A) misma, una que está determinada por el contenido de
la cosa, de manera que el resultado es la negación de A, no en el sentido de su eliminación,
sino en el sentido de desplegar lo que en primera instancia era sólo inmanente a la cosa (A).
Por eso en lo que resulta de la negación está contenida la cosa negada inicialmente, o la
negación es la verdad –el despliegue interno- de lo negado. – Esta negación determinada no
es un método que se imponga a las cosas; es la manera como las cosas mismas se despliegan,
es la ‘dialéctica que el contenido encierra en sí y que lo impulsa’. Por ello es el movimiento
que la Lógica persigue y por el que se forma “el sistema de los conceptos y se completa en
su curso incesante sin introducir nada del exterior”. Frente a este método, la deducción de las
categorías de Kant resulta también algo impuesto a las cosas, que no tiene en cuenta su
necesario ‘nexo interior’ (72).

9. (73) Por lo dicho anteriormente el método puede llamarse dialéctico, pero Hegel aclara
que esta dialéctica no es la de Platón ni la de Kant, sino una cuyo elemento es eso negativo
inscrito en el ser mismo. – En los antiguos la dialéctica es un procedimiento extrínseco cuyo
fin es el de desestabilizar el pensamiento; en Kant dialéctica sigue siendo separada de la
lógica. Kant ve la dialéctica como una operación necesaria de la razón, pero una solo negativa
por la cual la razón llega a antinomias que no puede superar, por lo cual el único resultado
de esta dialéctica es (74) la razón se ve como incapaz de conocer el infinito. – Justo allí, en
esa contradicción, Hegel reconoce el lado positivo de la dialéctica: pues la contradicción sólo
ocurre por la negatividad de las DB, por el alma del pensamiento que es el ‘principio de toda
vitalidad natural y espiritual’. A esa dialéctica Hegel la llama especulativa.

10. La Lógica parecerá árida en un primer momento y no se verá su utilidad sino cuando (76)
se conozcan profundamente las otras ciencias. Porque en principio parece tratar con
conceptos sólo abstractos universales, pero cuando se confronta luego con el conocimiento
de las otras ciencias (filosofía del derecho, de la naturaleza, etc) se verá que eso universal
abstracto es en realidad lo universal que comprende en sí la riqueza de lo particular (das
Logische). – Por ello en una primera instancia hay que quedarse en ese ‘reino de sombras’,
libre de toda concreción sensible, que es el sistema de la lógica. Esta es la disciplina y
educación de la conciencia, por medio de la cual el pensamiento gana autosubsistencia e
independencia.

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