You are on page 1of 7

EN LO PRINCIPAL: EXCEPCIONES DILATORIAS.

OTROSÍ: PATROCINIO Y PODER.

S.J.L. en lo Civil (2º de La Serena)

Jorge Omar Saavedra Castillo, médico cirujano, domiciliado para estos efectos
en Avenida Cienfuegos Nº 475, oficina Nº 365, La Serena, en los autos ordinarios sobre
indemnización de perjuicios por responsabilidad contractual caratulados “ASTUDILLO
con SAAVEDRA”, ROL C-2997-2016 del ingreso de este Tribunal, a SS. con todo respeto
digo:
Que estando dentro de plazo y de conformidad con lo dispuesto por los artículos
303 y 305 del Código de Procedimiento civil, vengo en oponer a la demanda de autos las
siguientes excepciones dilatorias:

1.- Excepción dilatoria del Artículo 303 N° 4 en relación con el artículo 254 Nº 4 ambas
disposiciones del Código de Procedimiento Civil, esto es, la ineptitud del libelo por la falta
de algún requisito legal en el modo de proponer la demanda, particularmente en lo relativo
a la carga de la actora en orden a exponer de manera clara los fundamentos de hecho y
derecho en que se sustenta. La parte demandante ha efectuado una vaga, confusa y
contradictoria exposición de los fundamentos sobre los que construye su pretensión
indemnizatoria alterando sustancialmente mis posibilidades de defensa, motivo por el
que, previo a discutir el fondo la acción deducida, es menester que la demandante repare
los vicios formales de que adolece el libelo.
2.- Excepción dilatoria del artículo 303 Nº 6 del Código de Procedimiento Civil, en razón
de no haberse acreditado la verificación de la mediación obligatoria estatuida por la ley
19.966.

Fundamento las precitadas excepciones en los argumentos de hecho y de derecho


que paso a exponer:
I.- INEPTITUD DEL LIBELO:

1.- CUESTIONES PREVIAS.

Con cierto esfuerzo interpretativo, pueden colegirse e identificarse algunos


antecedentes sobre los que reposa la demanda de autos y que son relevantes en razón
de la excepción opuesta:

A.- La demandante ha subsumido su pretensión indemnizatoria en sede contractual.

B.- Al efecto, en la descripción de los hechos textualmente indica: “contraté los servicios
de la ‘Clínica Elqui’ para que en dicho Establecimiento se me practicara una intervención
quirúrgica por diagnóstico de colelitiasis”.

C.- En la tercera foja del libelo pretensor, en forma previa al análisis del régimen de
responsabilidad, expresamente refiere la actora que debió ser operada de urgencia “para
remover el objeto extraño que se encontraba en diferente posición y que, con evidente
negligencia, fue dejado en mi estómago por el personal médico de la Clínica Elqui, a
quienes he hecho referencia en mi libelo de demanda.”

D.- La actora sostiene que concurre responsabilidad contractual por el hecho ajeno
respecto de la Clínica Elqui en virtud de lo prevenido por el artículo 1679 del Código Civil.

E.- No obstante, me demanda conjuntamente con el referido Establecimiento arguyendo


la concurrencia de responsabilidad directa respecto de ambos.

F. - El petitorio solicita que los demandados sean condenados directamente a pagar una
suma no inferior a los $100.982.052 o “lo que SS. determine prudencialmente por
concepto de indemnización por daño patrimonial derivado de negligencia médica”.

2.- ARGUMENTOS POR LOS QUE SE MATERIALIZA LA INEPTITUD DEL


LIBELO.

Hechos los alcances que anteceden la ineptitud del libelo se verifica, a nuestro
parecer, por lo siguiente:
La responsabilidad contractual demandada se sustenta en la convención referida
anteriormente y, en consecuencia, el deudor, para estos efectos, sería la Clínica
codemandada. A mayor abundamiento, la actora invoca la responsabilidad por el hecho
ajeno que asistiría a dicho centro en razón del hecho o culpa de sus dependientes a partir
de lo dispuesto por el artículo 1679 del Código Civil, a saber:
“En el hecho o culpa del deudor se comprende el hecho o culpa de las personas
por quienes fuere responsable.”
Sin embargo, me demanda conjuntamente con la Clínica agregando que la
responsabilidad que nos asistiría es directa en circunstancias que se acogió a la hipótesis
del artículo 1679 del Código Civil. Las sendas contradicciones en que incurre la
demandante impiden conocer adecuada y claramente el fundamento de la acción
deducida, mermando, por añadidura, las posibilidades de defensa:

A.- Si la actora demanda responsabilidad contractual no cabe dirigir esta acción en


contra de dos sujetos de derecho distintos a menos que se trate de una hipótesis de
solidaridad pasiva que, no solamente no procede en este caso (el objeto de la obligación
es indivisible puesto que el contrato invocado da lugar a una prestación de hacer), sino
que tampoco ha sido puesta de relieve en tal sentido por la demandante. El deudor es uno
y, por consiguiente, el reproche de conducta indispensable para articular responsabilidad
no puede dirigirse en contra de terceros en virtud del efecto relativo de las convenciones.
Sin embargo, la actora ha recurrido a la responsabilidad por el hecho ajeno en donde el
factor de imputación subjetiva del deudor o “principal”, se construye, articula y materializa
absorbiendo el hecho o culpa de otros que no son sino terceros para el acreedor.
Luego, la misma acción no podría dirigirse también en contra de estos terceros, por
cuanto “esa responsabilidad es independiente de la relación que el tercero tenga con el
deudor; de modo que resulta indiferente que se trate de representantes legales,
dependientes, mandatarios o subcontratistas. Cualquiera sea la relación que el deudor
tenga con el auxiliar, el hecho o culpa de éste hace personalmente responsable al
deudor1 ”
Así las cosas, si la culpa del deudor (que en este caso, de acuerdo a lo que
sostiene la actora sería la Clínica) es comprensiva del hecho o culpa de las personas por
quienes fuere responsable, carece de toda lógica demandar también a estos últimos

1BARROS BOURIE, Enrique, “Tratado de Responsabilidad Extracontractual”, Editorial Jurídica de Chile,


Primera Edición, 2008, p.985.
conjuntamente. Se trata de alegaciones que no pueden coexistir coherentemente al
punto de anularse, sustrayendo a la demanda de toda lógica e imposibilitando conocer
concretamente la pretensión que se persigue formalizar en mi contra. En efecto SS., como
es sabido y sin perjuicio de otras clasificaciones, la responsabilidad civil puede ser
directa o indirecta (por el hecho ajeno). Se trata de estatutos excluyentes que no
pueden concurrir subsumidos bajo una misma acción sin vulnerar lo dispuesto por el
artículo 17 del Código de Procedimiento Civil.

B.- Por otra parte, el capítulo de las “Peticiones Concretas” de la demanda da cuenta de
presuntos perjuicios comprensivos de daño emergente y daño moral. Sin embargo, el
petitorio de la demanda exige el pago de un total de $100.982.052 “por concepto de
indemnización por daño patrimonial derivado de negligencia médica”. Existe un evidente
desacuerdo entre lo expuesto en el cuerpo de la demanda y lo pedido que inciden,
naturalmente, en la vaguedad de la misma.

3.- CONCLUSIONES SOBRE LA EXCEPCIÓN DE INEPTITUD DEL LIBELO:

Las contradicciones y vicios en que incurre la demanda tienen una repercusión


directa en las defensa o excepciones de que podría valerme. Por lo tanto, es fundamental
que la actora corrija estos defectos en su presentación a efectos de poder controvertir,
eventualmente, el fondo de la acción deducida. La confusión de la demandante y la
vaguedad de su libelo entorpecen el derecho a defensa que me asiste en razón de lo
siguiente:
Tal como se ha insistido, la responsabilidad contractual demandada se articula sobre
la hipótesis de responsabilidad por el hecho ajeno. Sin embargo, mediante la misma
acción, se persigue la responsabilidad directa de quien vendría a ser un tercero (además
de la del principal o deudor propiamente tal).
La demanda es equívoca, ininteligible en términos de permitir identificar el
fundamento de la acción deducida con claridad, saber qué se pretende de cada
demandado, además de los presupuestos fácticos y jurídicos sobre los que se construye
dicha pretensión. La forma en que se ha presentado la acción únicamente conduce a
equívocos de tal magnitud que ni siquiera puede establecerse con claridad quién es el
deudor, ni la causa de pedir relativa a cada demandado.
Si bien es cierto todo parece indicar que la actora identifica como deudor a la
Clínica codemandada, según se ha expresado, no entiendo si la acción se dirige en forma
solidaria, simplemente conjunta o mancomunada a mi respecto, o bien en forma
subsidiaria, o si lisa y llanamente se me considera un tercero o bien un deudor principal.
No es lo mismo estar demandado como deudor principal, subsidiario o solidario y, desde
luego, las posibilidades de defensa en una u otra hipótesis presentan diferencias
substanciales. Es por estas razones que las contradicciones y vaguedad de la demanda
terminan incidiendo directamente en mi derecho a defensa.
El párrafo final de la tercera página de la demanda, expresa que “por existir
responsabilidad directa de ambos demandados, el pago de una cantidad otorgada a
título de indemnización de perjuicios puede ser cobrada a cualquiera de los
condenados al pago.” Es de perogrullo que una eventual indemnización puede ser
cobrada a quien resulte condenado a su pago. El asunto es que la demandante debe
indicar claramente quién debe ser condenado al pago, además de los fundamentos
fácticos y jurídicos que justifican dicha atribución respecto de cada demandado.
De otro lado, la lectura del petitorio conduce a pensar que la actora persigue el
pago de una suma no inferior a $100.982.052 por cada demandado y por concepto de
daños patrimoniales. En efecto, en lo que interesa, el petitorio refiere:
“Se acoge la demanda en todas sus partes y, consecuencialmente, los
demandados son condenados directamente a pagarme una suma no inferior a los
$100.982.052.”
El cuerpo de la demanda refiere la concurrencia de daño emergente y moral. No
obstante, el petitorio indica que se trata de indemnización por daño patrimonial.

Finalmente SS., la presente excepción no controvierte el principio iura novit curia,


ni persigue adelantar una discusión relativa al fondo del asunto, ni mucho menos
responde a propósitos dilatorios que pugnan con la buena fe procesal. Por el contrario,
para entrar en la discusión de fondo, es menester que la demanda contenga la exposición
clara de los hechos y fundamentos de derecho en que se apoya en términos de permitir el
ejercicio del derecho a defensa que asiste a cualquier demandado.
II.- FALTA DE MEDIACIÓN PREVIA DE LA LEY Nº 19.966.

En segundo lugar y de conformidad con lo previsto por el artículo 303 Nº 6º del


Código de Procedimiento Civil en concordancia con lo que, a su vez, dispone el artículo
43 y siguientes de la ley 19.966, vengo oponer la excepción dilatoria de corrección de
procedimiento en razón de no haberse acompañado certificado de mediación previa.

La ley 19.966 que establece garantías explícitas en salud estableció, a partir de su


artículo 43 y siguientes, el trámite de la mediación en salud, prescribiendo que el ejercicio
de las acciones jurisdiccionales encaminadas a la reparación de los daños causados con
motivo de una prestación sanitaria, deben estar precedidas obligatoriamente de dicho
trámite.
En efecto, la mediación es un trámite previo, obligatorio, esencial y que, por cierto,
constituye un requisito de procesabilidad sin cuya verificación la demanda no puede ser
acogida a tramitación en forma válida. En estos autos no se ha acreditado el hecho que la
actora haya dado cumplimiento a este requisito en forma previa a la interposición de la
demanda en circunstancias que le asiste dicha carga. No sólo debe constar en autos que
dicho procedimiento se celebró, sino también que no concluyó con acuerdo y finalmente,
que se celebró ante el o los mediadores competentes en razón de la naturaleza del o los
prestadores objeto del reclamo respectivo.

POR TANTO, en virtud de los argumentos precedentemente expuestos, así como


lo dispuesto por los artículos 305, 303 Nº 4 y 6 del Código de Procedimiento Civil en
concordancia, respectivamente, con lo dispuesto por el artículo 254 Nº 4 del mismo
cuerpo normativo y artículos 43 y siguientes de la ley Nº 19.966,

RUEGO A SS. tener por opuestas a la demanda de autos las excepciones dilatorias de
ineptitud del libelo de conformidad a lo dispuesto por el artículo 303 Nº 4 del Código de
Procedimiento Civil en razón los defectos expuestos latamente en el presente escrito al
alero de lo dispuesto por el artículo 254 Nº 4 del mismo cuerpo normativo, así como la del
artículo 303 Nº 6 del Código de Procedimiento Civil en virtud de no haberse acreditado la
celebración de la audiencia de mediación prevista en la ley 19.966, acogerlas con costas,
ordenando, en consecuencia, que la parte demandante subsane los vicios acusados y se
disponga la suspensión del curso del procedimiento hasta que se estos se corrijan con
arreglo a la ley.
OTROSÍ: RUEGO A SS. se sirva tener presente que designo como abogado patrocinante
y confiero poder en los términos y con las facultades contempladas en ambos incisos del
Artículo 7 del Código de Procedimiento Civil, que declaro conocer cabalmente y doy por
expresamente reproducidas, a don Israel Alejandro Gutiérrez Rojas, cédula nacional de
identidad número 15.674.065-9, domiciliado para estos efectos en Avenida Cienfuegos
Número 475 oficina 365 de la ciudad de La Serena.

You might also like