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EDICIONES RADIO UNIVERSIDAD DE CHILE De esta manera, la mirada ya no ¢s de encuadres que se superpo- nen sino de fragmentos caleidoscépicos, con reglas de combinacién contingentes que permiten que circulen en intensidad y frecuencia aperturas pero también nuevas clausuras: mientras los discursos de tolerancia ¢ inclusién parecen haber logrado penetrar en los relatos oficiales, al mismo tiempo la disponibilidad de discursos sobre la ex- clusin y la negaci6n de sujetos, cuerpos ¢ identidades, se plasman ‘en condiciones de consumo mayores que las conocidas hace tan solo unas décadas atris, {Cémo establecer entonces la relacién de lo medial y aquellas ob- servaciones del género, cuerpo, sexualidades e identidades como obje- to de estudio que permanezca como alternativa analitica en un escena- rio més complejo? Por cierto, que segui alternativas convencionales orientadas a identificar las propuestas de do necesario revisar las sentido y mecanismos de operacién en la seleccién de la comunicacién, ‘medial. Sin embargo, las exigencias de observar las condiciones de la recepcién serin cada ver més determinantes al momento de querer extender un anilisis hacia condiciones efectivas de construccién de sentido en la audiencia y analizar desde alli las alrernativas de cambio. Y sto, en un contexto descentralizado y en red, implica mirar con cautela cudles son aquellas plataformas por las cuales ocurte la selec- cién informativa y las posibil la reproduccién de aquellasalternativas de sentido a gran escala ides de que la tecnologia permite para En un auevo mundo donde fo verosimil lo entrega un entramado complejo de relaciones y la confianza afincada en el dominio de lo co- nocido y no de lo diferente, quizis sea el momento de hacer converger la condicién del medio como mensaje, con una revisitada lectura del vinculo interpersonal, los grupos y lo medistico. Es en este centrecruce donde podremos ver un poder heuristico renovador, para la comprensidn del espacio mediético y la validacién de las formas de tre Vida que este libro propone. Diarios CHILENOS Y ACUERDO DE UNION CIVIL: CONSTRUYENDO EL “SUJETO HOMOSEXUAL” RICARDO RAMIREZ VALLEJOS En el afio 2011, el entonces presidente de Chile, Sebastian Pifiera, envié al Congreso Nacional el proyecto de ley para la creacién de la unién civil que entregaria a parejas hétero y homosexuales la po lidad de tener una ‘unién formal’. Aunque la idea era parte del pro- sgrama de gobierno de Pifiera, fue recibido con sorpresa que el primer presidente de Chile de derecha desde la dictadura de Augusto Pino- chet (1973-1990) fuese quien entregara apoyo a una ley que habia sido fuertemente demandada por algunos miembros de organizaciones LG- BTQ. Los gobiernos anteriores, todos miembros de una alianza de centro-i2quierda, no mostraron mayor apoyo expreso y ptiblico a este tipo de cambios legales. De acuerdo a Contardo (2011), “la gran mayo- ria de quienes asumieron el Gobierno en 1990 pertenecian a un medio ya.una cultura de raices profundamente conservadoras en el ambito de la sexualidad y que no contemplaba las demandas de la comunidad gay como parte de un ideario politico socialdemsécrata” (p. 15). En enero de 2015, después de afios de debate y cientos de mo- dificaciones, el Congreso Nacional de Chile aprobé el Acuerdo de 1 Parte anon de LIST sedan atari oa na taal oi tne shone nal chan mn ea ws yy hn FDICIONES RADIO UNIVERSIDAD DF CHILE Unién Civil. Este acontecimiento fue celebrado enérgicamente por miembros del gobierno de Michelle Bachelet’, algunas organizacio- nes de la diversidad sexual y politicos de todo el espectro. El proceso de discusién y aprobacién de la ley fue cubierto atentamente por los medios de prensa nacionales. De hecho, como la ‘historia gay de Chile’ de Contardo (2011) muestra, los temas LGBTQ han sido progresivamente incorporados a la agenda medisti organizaciones de la diversidad sexual han sido més como fuentes informativas. La literatura revisada, de cualquier manera, sugiere que en Chile no ularmente sobre las formas abundan los estudios que reflexionen part en las que la comunidad LGBTQ ha sido representada mediiticamen- te, la cobertura que distintos temas relacionados han recibido o las imagenes que se han construido alrededor de las necesidades y agendas de grupos promotores de derechos para la diversidad sexual. Algunas asociaciones que sienten que sus preocupaciones no han recibido la atencién necesaria, de cualquier manera, han debatido el tema, Ellos han defendido la necesidad de establecer representaciones medisticas mas diversas, argumentando que la cobertura de ‘temas LGBTQ’ ha puesto atencién sélo a ciertos sujetos y necesidades, De cualquier forma, investigaciones conducidas en otros contextos nacionales y formatos mediticos sugieren un marco desde donde es posible delinear las formas en las que el fenémeno puede ser compren- dido en el contexto de la prensa escritachilena, La creciente visibilidad ica de sujetos LGBTQ hizo a criticos, académicos y audier medi ccuestionar las representaciones de la diversidad sexual que los medios estaban produciendo, De acuerdo a Doty y Gove (1997), jertos cri- ticos noraron “cudn limitado era el rango de representaciones (...) No sélo habia pocas imagenes de lesbianas y gays (ya sea explicitay 0 su- TOMAS DODDS ¥ LIONEL BROSSI geridas), sino que esas imagenes tendian a representar a los gays como histéricas ‘reinas’ amaneradas, y alas lesbianas como marimachos de- ;predadores violentos” (p. 86). Estas ideas produjeron la sugerencia de que hay formas ‘positivas’ y ‘negativas’ de representar grupos sociales, en este caso, sujetos LGBTQ. Criticos de esta visién, de cualquier forma, han expresado que “aquello que es positivo es disputado” (Gill, 2007, p. 34) y, por ende, canto las representaciones ‘positivas’ como las ‘negativas’ pueden ser construidas siguiendo intereses en particular, Fin el caso de representaciones LGBTQ, de acuerdo a Doty y Gove (1997), criticos de este enfoque han explicado que tanto las imagenes ‘positivas’ como las ‘negativas’ pueden restringir, de igual manera, el rango de representaciones disponibles para la diversidad sexual. De acuerdo a Moscowitz (2010), las imagenes ‘positivas’ han perpetuado “una imagen de la comunidad gay y lésbica dentro de un estrecho ran- 0 de discursos sobre género, raza, clase y sexualidad. Las representa- ciones de la comunidad gay estan en gran parte construidas para hacer a homosexualidad mas digerible para las audiencias heterosexuales, cn lugar de cuestionar los valores de una sociedad heteronormativa” {p. 26). De igual forma, Reed (2007), en su estudio sobre el progra- ina de television Ellen, concluye que los medios han progeesivamente asloptado marcos que hacen a los homosexuales asemejarse a los hete- rosexuales. Similarmente, la investigacién de Gorman-Murray (2009) sobre programas televisivos australianos de ‘estilo de vida’ sugiere que: “mientras la domesticidad gay desafia y subvierte la heterosexualidad wwocmativa del hogar, esta asociacién también entrega una forma de re juular y sanitizar una sexualidad disidence, enlazando la masculinidad uy con ideales de domesticidad familiar que son aceptables para la Australia comiin” (p. 303). Es importance, de cualquier forma, desta- ‘cir que muchas de estas observaciones estin hechas a través del aniliss, magenes de gays y lesbianas 2que estin mas ‘disponibles’ en silo de EDICIONES RADIO UNIVERSIDAD DF CHILE ‘términos de visibilidad? mientras que representaciones de bisexuales, transgénero y otras manifestaciones sexuales y de género quedan en segundo plano. Es crucial, por lo tanto, no hacer generalizaciones en el nombre de la comunidad LGBTQ y dar cuenta de las invsibilidades ‘cuando éstas se presentan En general, el rango de representaciones que estos académicos y académicas han descrito puede ser comprendido a través de lo que Duggan (2002) ha llamado homonormatividad, la politica sexual neo- liberal “que no disputa las instituciones y supuestos heteronormativos dominantes sino que los apoya y sostiene, mientras promete la posibi- lidad de una comunidad gay desmovilizada y una cultura gay privati- zada, anclada en la domesticidad y el consumo” (p. 180). De acuerdo a sus observaciones, esta politica est sostenida por la ‘retética de la tercera via’ 0 el ‘nuevo centro’, una posicién politica que se legitima 1 s{ misma mediante conceptos como ser ‘razonable’ o ‘pragmatica’, mientras intenta distanciarse de ‘extremismos' de izquierda o derecha. Mediante esta visién, los ‘derechos homosexuales’o Ia ‘equidad’ son redefinidos como “el acceso a instituciones de domesticidad privada, libre’ mercado, y el patriotismo” (Duggan, 2002, p. 180). Como resultado, la vida homosexual se hace cada vez mas “privatizada y do- mesticada” (Brown, 2012, p. 1066), Es en este espacio politico, por lo tanto, donde la reflexién que este texto presenta esté instalada. Los grupos de la diversidad sexual chile- nos estan localizados dentro de estos debates, con algunos grupos des- tacando la importancia de tenet acceso aciertasinstcuciones sociales y otros, mis radicales, enfatizando “diferencia sobre similitud y reivi ‘acién sobre asimilacién” (Duggan, 2006, p. 175). Algunos de estos argumentos estin construidos sobre criticas a los derechos como una ‘estrategia politica que “casi siempre sitve como una mitigacién 2pero ‘no tuna resoluci6n? a poderes subordinadores” (Brown, 2000, p. 231). En ese sentido, por ejemplo, obtener ef derecho a casarse arenuaria la TOMAS DODDS ¥ LIONEL BKOSS! subordinacién y discriminacién de sujetos LGBTQ pero no haria su- perar el sistema sobre el cual esa subordinacién esté construida. En este contexto, el trabajo de los medios serfa asegurar que los sujetos LGBTQ son ajustados a una norma que los hace similares a cualquier otro miembro de la audiencia popular. La reflexién que sigue 4 continuacién, por tanto, intenca explicar las formas en las que estos fenémenos se desarrollan en el contexto meditico chileno, a través de un andlisis de los discursos que han sido construidos en torno a la diversidad sexual, mediante la cobertura de la Ley de Unién Civil, en tuna seleccién de 23 articulos que fueron publicados en ttes pet chilenos: La Tercera, El Mercurio y Las Ultimas Noticias. El an: zado es temético, método “para identifica, analizar y teportar patrones (cemas) dentro de un set de datos” (Braun y Clarke, 2006, p. 79), y especificamente de vertiente te6rica, en tanto esté guiado por “el interés te6rico 0 analitico del investigador en el tema” (Braun y Clarke, 2006, p. 84). El contexto particular del proceso de discusién de la Ley de Unién Civil fue seleccionado porque se espera que, en la cobertura de un cema altamente debatido como este, habré una densa circulacién de discursos, En las paginas siguientes, se expondré la forma en que, me- diante la construccién de un ‘sujeto homosexual’ y el fortalecimiento de politicas de asimilacién, la prensa nacional est (re)produciendo dis- isis reali- cursos ideoldgicamente basados que son funcionales a la mantencién de estructuras sociales hegeménicas dentro de la sociedad chilena. De acuerdo a Allan (2010), la importancia de estudiar la construc- cin mediética de la realidad yace en la observacién de que las historias que los periodistas cuentan sobre ‘el mundo alld afuera! moldean nues- ta percepcién sobre aquello que esti més alli de nuestra experiencia directa, Para muchos miembros de la audiencia, la comprensién de aquello que esté pasando y las ideas sobre lo que merece ser atendido Pnuestros conocimientos y creencias sociales y politica” (Van Dijk, 1991, p. 110) ? esté parcialmente moldeadh por lay historias que los FDICIONES RADIO UNIVERSIDAD DE CHILE periodistas narran, Esto es central puesto que, antes de que las au- dliencias tengan la oportunidad de crear sus propios significados, los medios de prensa ya han construido significados para los eventos y sujetos sobre los que hablan y escriben. Esto es, han creado repre- sentaciones (Hall, 2013). En ese sentido, analizar las representaciones meditticas es examinar los discursos que estan a la base y a su vez son reproducidos por estas representaciones. Por lo tanto, es importante cestablecer que “las imgenes que vemos no son simplemente un refle- jo del mundo sino construcciones (...). Las representaciones nunca son ‘inocentes’, no simplemente suceden, sino que son construidas de acuerdo a politicas o ideologias especificas” (Richardson y Wearing, 2014, p. 6). En ottas palabras, la construccién de representaciones ese {ntimamente conectada al ejercicio del poder. Para comprender algunas de las relaciones entre mensajes medi- ticos y poder es necesario explorar una pregunta: zcémo funciona el poder? O, més precisamente, gcbmo funciona el poder a través de los ‘medios? Allan (2010), explicando la teoria gramsciana de la hegemo- nfa, afirma que la distincién entre consentimiento y coercién es cru- cial para responder esta pregunta. En el caso de la autoridad coercitiva, hay aparatos del Estado que imponen disciplina en aquellos grupos que no ‘consiencen’. El autor, de cualquier forma, explica que “este tipo de control coercitivo es una excepcién y no la regla en las socieda- des modernas” (Allan, 2010, p. 96). De acuerdo a esto, el poder seria comiinmente ejercitado a través de la persuasién. Ideas y definiciones sobre la realidad, por lo tanto, son poderosas 0 hegeménicas sélo si obtienen cl consentimiento de grupos subordinados. Para la construc- ccién de consenso y el fortalecimiento de estos liderazgos, las definicio- nes mediticas de la realidad son cruciales, pues ellas “aparecen como inevitables, ‘reales’ y de sentido comin’ (Carter y Steiner, 2004, p. 2). ste enfoque define a los medios como “una importante fuerza cauleural ¢ ideoligica” (Hall, 1980, p. 117) y asume que sus definicio- TOMAS DODDS ¥ LIONEL BROSSL nes y narraciones tienen una distintiva significacién ideolégica. Los medios, por tanto, son comprendidos como “instituciones incrusta- das en patrones existentes de relaciones sociales” (Newbold, 1995, p. 328) que pueden reproducir las relaciones sobre las cuales su propia localizacién esté construida. Aunque es necesario dar cuenta de esta observacién, ‘es también importante decir que los medios también pueden enfrentarse o tratar de desestabilizar las relaciones que sostie- nen su posicién, En ambos casos, de cualquier forma, al hablar par- ticularmente de noticias, el trabajo ideoldgico de los medios es real- zado por las expectativas de ‘realidad’ y ‘neutralidad’ propias de estas Formaciones discursivas. De hecho, de acuerdo a Van Dijk (1990), las noticias no son mediadores neutrales, légicos © racionales sino sitios de reproduccién de ideologias. ‘Aunque “nos piden creer que, después de todo, los periodistas ver- daderamente profesionales (...) representan la realidad ‘tal cual es” (Allan, 2010, p. 95), distincos autores (Rodrigo Alsina, 1989; Van Dijk, 1990; Charaudeau, 2003; Allan, 2010; Bourdieu, 2012; entre ‘muchos otros) han teorizado las noticias como una construccién dis- ccursiva sobre la realidad. Ellos han explicado que las noticias son re- presentaciones y que, como tal, no estén reflejando la realidad de un evento, sino construyendo una “definicién codificada de aquello que deberia contar como la realidad de un evento” (Allan, 2010, p. 98). De acuerdo a diferentes explicaciones, las noticias construyen espacio piiblico (Charaudeau, 2003), realidad piblica (Rodrigo Alsina, 1989) y el mundo social (Van Dijk, 1990). Aunque estas definiciones usan distintas terminologias, estin de acuerdo en algo: las noticias no sélo son imigenes que pueden ser exitosas © no en su tarea de narrar his- corias sobre la realidad, sino, de manera més importante, un marco a través del cual la realidad es rutinariamente construida. Sobre esto, de acuerdo a Charaudeau (2003), el proceso de elaborar una noticia consiste en transformar un ‘mundo significable’ en un ‘mundo signi- ficado’, estructurindolo de acuerdo st eategorias que son expresadas POICIONES RADIO UNIVERSIDAD DE CHILE cen frases, Estas categorias estin édentificando sujetos al nombrarlos, atribuyendo propiedades al calificar y describiendo y evaluando propie- dades, mot raciones y acciones al narraras. Siguiendo esta légica, por lo tanto, el trabajo ideolégico de los me- dios es ejercido mediante la intelgibilizacién de eventos, situaciones y sujetos en formas que “encarnan (a veces s6lo implicitamente) supues- tos sobre qué es la sociedad y cémo debe funcionar” (Hill, Critcher, Jefferson, Clarke y Roberts, 2009, p. 649). Esto es, la consteuccién de un sentido comtin que ¢s constantemente reforzado, pero también reinventado ?para seguit funcionando? por las representaciones medié~ ticas, De acuerdo a Hall (1995), los medios y otras instituciones que producen significados ya no son comprendidas como meros reflejos 0 apoyos del consenso, sino como sus productores. Los eventos, por lo tanto, estin codificados dentro de un limitado “repercorio ideolégico” (Hall, 1981, p. 388) y la realidad es negociada slo dentro de los li- mites de ese consenso, entendido como sentido comin “cuando, en realidad, este sentido comiin es consistente con las normas, valores y creencias dominantes” (Allan, 2010, p. 96). De acuerdo a Fairclough (1995), el trabajo ideolégico de los medios incluye: a) formas de re- presentar el mundo, b) construccién de identidades y c) construccién de relaciones sociales. Siguiendo estos conceptos, estas piginas estén basadas en la ob- servacién de Hall (1984, en Rojck, 2003), quien afirma que “no hay espacio para la representacién, incluyendo espacio teérico, que exista fuera de la idcologia” (p. 91). Los discursos que los medios producen y reproducen a través de la construccién de representaciones, identi- dades y relaciones tienen, por tanto, una base ideolégica. Como con- secuencia, al hablar sobre género y sexualidad, es posible afirmar que las noticias estén activamente envueltas en su produccién y construc- Gién. Los discursos medidticos, por lo tanto, tienen un rol central en la constitucién y negociacién de las categorias, definiciones, identidades Towis Donns ¥ LIONEL BROSS y telaciones de género y sexuales. Esta caracteristica de las represen taciones medisticas es central y tiene un valor politico que no puede ser ignorado: de acuerdo a Bourdieu (2012), las representaciones ha- «en cosas; crean ilusiones, miedos y fobias. Es importante establecer, centonces, que las representaciones importan, pues “las imégenes y construcciones culturales estin conectadas a patrones de desigualdad, dominacién y opresién” (Gill, 2007, p. 7). En otras palabras, el interés por estudiar representaciones viene de la observacién de que “cémo los grupos sociales son tratados en las representaciones culturales es parte de cémo son tratados en la vida real, que la pobreza, el hostigamiento, el odio hacia uno mismo y la discriminacién (...) estin sostenidos y establecidos por representaciones” (Dyer, 2002, p. 1). ReFLExION ¥ ANALISIS PResencias / AUSENcIAS: La CONSTRUCCION DEL SuJETO HOMOSEXUAL Analizar discursos no sélo implica estudiar aquello que puede ser di- cho en determinadas condiciones sociales, sino también “quién puede hablar, cuindo y dénde” (Barker, 2000, p. 79). Poner atencién a lo de- ible (Probyn, 1997) y las circunstancias bajo las cuales esa posibilidad aparece, de cualquier manera, sugiere que mientras algunas cosas son dichas, otras no. Es necesario entender al discurso como una ‘estructura segregada’ (Van Dijk, 2001) en la cual algunas opiniones son censura- das y algunas voces ignoradas. Como Foucault (2011) explica, nadie entrard en el ‘orden del discurso’ si no satisfacen ciertos requerimientos © si simplemente no estan calificados para hacerlo, Es interesante, por lo tanto, comenzar este anilisis explorando esos silencios: zqué voces son oidas y cudles ignoradas? Esa es una pregunta que inicialmente invita a analizar el uso de fuentes como una estrategia a través de la cual los medios de prensa construyen la realidad (Van Dijk, 1991). En ese sentido, en ta seleccién de picras analizadas, hay un uso constante de fuentes oficiales para dar euemta de a Ley ke Unidn Civil: FOICIONES RADIO UNIVERSIDAD DE CHILE las voces que son repetidamente escuchadas son las de diputados/as, senadores/as y ministros/as. Por otro lado, miembros de asociaciones LGBTQ aparecen mucho menos frecuentemente. La heterogeneidad de los miembros de estos grupos que si son consultados es también baja. Hay sélo dos miembros de estas organizaciones cuyas voces son ‘oidas: los presidentes del ‘Movimiento de Integracién y Liberacién Homosexual’ ?*Movilh? ¢ ‘Iguales’, asociaciones que han propuesto la Ley de Unidn Civil como uno de sus mayores objetivos. En los arti culos analizados, no hay espacio para miembros de grupos radicales oo queer que pudiesen criticar el nivel de atencién puesto en esta de- ‘manda. El ‘movimiento por la diversidad sexual’ es construido a través de un aparentemente unificado conjunto de objetivos donde no hay posiciones de desencuentro. Por ejemplo, el presidente de ‘Iguales, Luis Larrain, explica: “esta es una discusién que ya esté superada en la sociedad, que corresponde a la década pasada. Deberiamos estar discu- tiendo el matrimonio igualitario™, Su frase marca una direccién para el movimiento LGBTQ: direccién que, aunque no es compartida por otros grupos, se consolida como la necesidad principal. Debido a que no hay presencia de ‘otras opiniones, la discusién siempre es lanzada a un ‘repertorio ideolégico’ particular; por ejem- plo, apoyo o rechazo a la unin civil, pero si ala legitimacién de la unin civil como una insticueién social o, més marcadamente, si 0 no al matrimonio igualitario, pero manteniendo siempre el matrimonio ‘como una institucién social central, Estas observaciones pueden ser lefdas mediante lo que Hall (1981) ha llamado efectos ideol6gicos de Jos medios. De acuerdo al autor, las ideologias dominantes enmasca- ran, esconden o reprimen los cimientos antagonistas del sistema. En ‘este caso, los movimientos radicales son ignorados y la agenda LG- BQ queda construida de un modo untvoco que es coherente con los intereses del status quo: la mantencién de la ‘familia’ y las ‘telacio- 111M, lee de 208, TOMAS DODDS ¥ LIONEL BKOSS! nes organizadas’ como elementos sociales cruciales. Los medios, por lo tanto, estén produciendo y reproduciendo una visién ‘consensual’ de la sociedad. Este proceso de ‘produccién de consenso’ orienta los significados “dentro del campo de fuerza de los intereses sociales do- rminantes representados dentro del estado” (Hall, 1995, p. 362). En «ste caso, por ejemplo, la importancia de la ‘familia’ y el ‘matrimonio! ‘como sitios de reproduccién social inquebrantables. Al hablar de la ‘presencia homosexual’ dentro de las fuentes de la informacién, por lo tanto, los articulos analizados presentan un doble filtco: 1) las piezas que narran el proceso de discusién de la ley pro- bablemente no tendrén opiniones de representantes del movimiento LGBTQ, en ese sentido, las noticias son ‘sobre ellos/as’ pero no son hhechas ‘con ellos/ass y 2) cuando silogran acceder al ‘orden del discur- so’, s6lo algunas de sus voces son oidas: las de aquellos que son parte de una visién consensual de la sociedad que busca mantener ciertos sitios, de reproduccién mediante la inclusién de ‘Otros’. En ese sentido, la visién consensual producida por los medios representa a la sociedad como si no hubiesen “mayores conflictos o intereses entre clases y gru- pos” (Hall et al, 2009, p. 650). Es importante destacar, de cualquier forma, que el uso de cb como parte de un plan medistico de conspiracién, Hall (1981) explica que, en general, los significados consensuales han sido univers y naturalizados y que, por tanto, aparecen como la dinica forma posi- ble de inteligibilidad, como el “terreno comiin’ de debate y agencia” (Rojek, 2003, p. 97). Sin embargo, esto no significa que esto no tenga efectos: la reproduccién de la misma visién consensual mediante la s consensuales’ no debe ser comprendido construccién de representaciones, identidades y relaciones. Gill (2007) explica que, de acuerdo a Gramsci, “a ideologfa traba- ja mediante la construecién de sujetos produciendo nuevas identidades para que ocupemos” (p. 56). Los medios, por tanto, através del uso de fuemtes pero también mediante ka constante narracién’de eventos es EDICIONES RADIO UNIVERSIDAD DE CHILE tin produciendo subjetividades con ciertas caracteristicas y condicio- nes que pueden ser cristalizadas como la forma de habitar una cierca identidad. De acuerdo a Hall (1981), esto es parte de las funciones de Jos medios: proveer una base sobre la cual diferentes grupos pueden construir una imagen de las vidas, significados, practicas y valores de ‘otros grupos. En los articulos analizados, de cualquier forma, la di- vversidad sexual esta representada sélo por gays y lesbianas, pues todas las explicaciones de la ley se hacen mediante el uso de palabras como “homosexual” 0 “del mismo sexo”, ignorando otras complejas formacio- nes de la sexualidad, Es interesante ahora examinar las formas en las ‘que la caracterizacién de la Ley de Unién Civil produce un cierto tipo de beneficiario, negocia las ausencias y, como resultado, construye un. sujeto homosexual en particular. Paradigmaticamente, en una de las piezas analizadas, la unin civil cs explicada como: “contrato celebrado entre dos personas que compar- ten un hogar, con el propésito de regular los efectos juridicos derivados de su vida en comiin, de caricter estable y permanente”. En general, estos son los tipos de palabras que son usados al explicar las carac- teristicas particulares de la nueva ley. Conceptos como “estabilidad”, “construccién de familia’, “distribucién de bienes” y “reconocimiento del Estado” son parte del campo seméntico construido alrededor de la Ley de Unién Civil. Estas caracteristicas apelan a ciertas necesidades aque la nueva institucién intenta resolver; necesidades que, segtin cabe suponer, son parte de las vidas de los beneficiarios. A través de ella, por lo tanto, ¢s construido un tipo de subjetividad que confina a los homosexuales chilenos como sujetos que, por ejemplo, buscan man- tener relaciones estables, quieren construir una familia, tienen bienes {que distribuir y quieren ser ‘reconocidos’ por el Estado. El concepto de homonormatividad explicado por Duggan (2002) parece ser un len- de estas construcciones. De acuerdo a su te apropiado para el an 5 Lats Neti 2 deme e208, Towis DODDS ¥ LONEL BROSSI punto de vista, la homonormatividad hace posible la existencia de una cultura homosexual privatizada, basada en el consumo y la domestici- dad, Habrfa, por tanto, formas ‘correctas’¢ ‘incorrectas’ de ser gay 0 lesbiana. En ese sentido, el ‘buen homosexual’ “estd caracterizado por su atencidn en la est financiera, lo que inevitablemente produce al buen homosexual como adinerado y de clase media” (Binnie, 2014, pp. 13-14), mientras el ‘mal homosexual’ seria “el peligroso queer cuyos deseos no pueden ser ficil- mente convertidos en mercancia’ (Binnie, 2014, p. 17). Las piezas ana- lizadas, por lo tanto, estin construyendo la subjetividad homosexual en términos que son coherences con el enfoque del ‘buen homosexual’. Es lad, relaciones mondgamas e independencia relevante dar cuenta, de cualquier forma, de que no pudieron ser iden- tifcadas diferencias entre las construcciones de gays y lesbianas, debido a que las piezas se centran en la ‘homosexualidad’ en general. Como Duggan (2006a) explica, “cada produccién de ‘identidad? crea exclusiones que reaparecen en los margenes como fantasmas” (p. 175). En este caso, la produccién que los articulos hacen de la ‘identi- dad de la diversidad sexual’ como homosexual, estable, interesado en formar una familia y con dinero, entre otras caracteristicas, deja fue- ra otras miltiples realidades; por ejemplo, subjetividades bisexuales 0 transexuales. Estas subjetividades, de cualquier forma, no son las tinicas realidades ignoradas; otras miiltiples intersecciones y exp pasadas por alto. En ese sentido, es importante destacar que “vivimos cen un mundo estratificado por género, raza, etnicidad, clase, edad, disabilidad, sexualidad y locacién, en donde los privilegios, desven- tajas y exclusiones asociadas con estas categorias estin desigualmente discribuidas” (Gill, 2007, p. 7). Los medios construyen la ‘subjetividad homosexual’ a través de la sobre simplificacién de los beneficiarios de Ja unién civil, enfocindose sélo en los mis privilegiados miembros de tun grupo marginado, La construccién de esta subjetividad desde las ides s6lo de aquellos que gozan de privilegios “margina aquellos que cargan con nxiltiples formas de diseriminacién EbicTONES RADIO UNIVERSIDAD DF CHILE ¢ invisibiliza demandas que no pueden ser comprendidas como el re- sultado de formas de discriminacién tinicas” (Crenshaw, 1989, p. 57). Las ausencias, por tanto, no son sélo bisexuales y transexuales, sino también gays y lesbianas cuyas necesidades més urgentes no son satis- fechas por la posibilidad de tener una ‘unién formal’. Como Spelman (1988) explica, enfocarse sélo en un aspecto de la identidad Zen este caso, sexualidad? invisibiliza el efecto que otros ejes 2como clase, raza co habilidad? tienen sobre los otros. En estas piezas, por tanto, la sexua- lidad es ttatada de manera tal que todas las demés posiciones sociales de la subjetividad producida se hacen invisibles. En los articulos analizados, por tanto, la ‘subjetividad de la diver- sidad sexual’ esté consteuida a través del uso de fuentes y la especifi- cacién de las caracteristicas de la ley, entre otras estrategias. El foco cen lo que es dicho y quien puede hablar pero también en aquello que no es dicho y en quienes no pueden hablar revela la produccién de una ‘identidad sexual’ que es coherente con la reproduccién de ins- cituciones que sostienen la sociedad chilena, por ejemplo, la ‘familia. Esto, siguiendo y reproduciendo una idea de asimilacién que entrega ‘Otros’ el acceso a instituciones que ya existen. Este tipo de politica y su construccién a través de las piezas analizadas serd explicada en la siguiente seccién. LAs PoLITICAs DE ASIMILACION Y SUS LIMITES La produccién de la ‘subjetividad homosexual’ es coherente con uno de los principios de las politicas homonormativas: la inclusién de “Orros sexuales’ a instituciones que estaban abiertas ‘s6lo! a individuos hetcrosexuales. Los argumentos en favor de este tipo de politicas ex- presan que, debido a que todos somos ‘iguales’, todos debemos tener la posbilidad de participar en las mismas instituciones, Criticos de visidn sostienen que lo que hace es invisibilizar 20 al menos, hacer os visible posible? las diferencias en favor de una igualelad que Toms DODDS Y LIONEL BROSSt cn realidad, es una asimilacién a un ‘modo de ser estindar’ que es quel que dard a ‘todos’ acceso las instituciones deseadas. Este modo de sex, de cualquier forma, es el producido por la norma heterosexual. Algunos autores han teorizado este confficto a través del concepto de ciudadania sexual y han argumentado que “sus limites establecen la unin entre tolerancia y asimilacién” (Bell y Binnie, 2002, p. 446). Esco significa que gays y lesbianas serén ‘tolerados’ sélo si siguen cier- ‘as normas, comportamientos y descos. En otras palabras, “sélo pue~ den ser ciudadanos si pueden ser ‘buenos ciudadanos” (Richardson en Bell y Binnie, 2002, p. 446). La cobertura que los articulos analizados hacen de la Ley de Unién Civil reproduce estos discursos sobre diversidad sexual. Es recurrence, por ejemplo, la mencién de cémo la ley es un reconocimiento del Estado a todos los tipos de parejas. En uno de los articulos, por ejem- plo, se dice: “(la ley] implica el reconocimiento formal del Estado del vinculo afectivo de las parejas de igual o distinto sexo, permitiendo ademas regular aspectos juridicos de estas relaciones””. Las conexiones entre ‘reconocimiento del Estado’ y ‘formacién de familia’ son persis- cences y revelan que los discursos construidos alrededor de la diversi- dad sexual estan reproduciendo y legitimando instituciones mediante la acepracién de ‘otros’. En otras palabras, la produccién meditica de discursos sobre la diversidad sexual es funcional al mantenimiento de estructuras sociales hegeménicas. En otros contextos nacionales, el debate alrededor del matrimonio igualitario también ha sido construido en estos términos. Aunque la legislacién del matrimonio homosexual ha sido concebida como una forma de perturbar “el significado social del matrimonio” (Hunter, 2006, p. 109) mediante su desnacuralizacin como una institucién he- 6 Desde una penpe eke, lane sae peblemion pcs pase ta ‘ln de oor Hdl ge ler a ein Bree ne ier ica nom son ean FDICIONES RADIO UNIVERSIDAD DE CHILE terosexual, este también ha sido entendido como una forma de natura- lizar “Ia formacién de pareja estable y monégama como el tipo ideal de “familia” (Bell y Binnie, 2002, p. 449). En ese sentido, muchos de los defensores del matrimonio igualitario “han expresado su apoyo en un lenguaje que glorifica la dicha matrimonial, algunas veces haciéndose eco de la retética de los ‘valores familiares’ que sus oponentes usan” (Duggan, 2006b, p. 227). Como ya ha sido dicho, en el caso chileno, laconstruccién meditica de la ‘pareja gay’ en su formalizacién a través de una unién civil est también basada en la reproduccién y legitima- cin del ideal familiar. En general, de acuerdo a Binnie (2014), las campatias por ‘acep- tacién’ o ‘espacio’ dentro de insticuciones sociales son “demandas por inclusi6n en la nacién-estado” (p. 28). En ese sentido, las piezas ana- lizadas enmarcan la obtencién del derecho a firmar una unién civil como una manera de ser reconocido por el Estado chileno como un ciudadano, Esto revela una relacién particular entre nacionalismo ¢ individuos LGBTQ; una relacién que “no es meramente de rechaz0 y exclusidn” (Binnie, 2014, p. 26) sino de mutua retroalimentacién donde, por ejemplo, ciertos cuerpos gays © queer sirven como justifi- cacién para proyectos nacionalistas y pata “reiterar la heterosexualidad como norma’ (Puar, 2006, p. 68). La cobertura que los articulos analizados hacen de la Ley de Unién Civil sugiere que, en el contexto chileno, los discursos de asimilacién c inclusién de ‘otros sexuales’ son profusamente reproducidos. En este ‘contexto, hay ciettas dreas donde la inclusién es construida como in- alcanzable, reiterando, como explica Puar (2006), que la heterosexua- lidad es la norma, Mientras la unién civil ¢s producida como una institucién de ‘domesticaci6n’ que fue creada para la organizacién y legitimacién piiblica de relaciones homosexuales, el matrimonio es de- fendido como una institucién heterosexual que no ser negociada. En exe sentido, los discursos sobre diversidad sexual que son construidos a ‘TONAS DONDS ¥ LONEL BROSSt través de la cobertura de la Ley de Unién Civil pueden ser comprendi- ddos mediante esta légica: ‘otros sexuales’, siendo ‘buenos ciudadanos’, pueden acceder a una institucién que garantiza su reconocimiento como ‘miembros respetables de una familia’. De cualquier forma, no importa que ‘tan buen ciudadano’ sean, pues hay espacios que no po- dran alcanzar. Gays y lesbianas deben ser lo suficientemente similares a ‘los otros’ para lograr lo que quieren, pero suficientemente distintos para sostener la existencia de instituciones diferenciadas. En los a ejemplo, mediante la narracién del proceso de discusién de la ley. En una de las piezas se explican los cambios que algunos miembros del Congreso Nacional quisieron hacer al proyecto. En él se lee: “princi- palmente, dos cambios: restringir el AVP sélo para parejas del mismo sexo y que el contrato sea firmado en una notaria y no en el Registro Givil"*, Otto articulo explica: “uno de los temas que generé mayor tensién en la comisién es el cuidado de los hijos”. Mediante el énfasis, los analizados, estos discursos son producidos, por constante en este tipo de criticas a la ley, ciertas ideas son reproduci- das: por ejemplo, que es necesario que las parcjas hetcrosexuales y las, “otras parejas” cengan instituciones diferenciadas que regulen sus rela ciones y que esas instituciones deben tener diferencias estratégicas con cl fin de sostenes la visién que explica quién es la norma y quign es un desvio a esa norma. En el contexto chileno, por lo tanto, la asimilacién es altamente reproducida a través de los discursos medisticos, pero, al mismo tiempo, es fuertemente limitada. De igual forma, es importante destacar otras criticas a la ley que aparecen constantemente en los articulos y que podrfan parecer con- tradictorias a primera vista. Por ejemplo, se discute que la unién La Ter 13 dealin de 203, Agno pan urn ul ain levee done ‘lo parapet ne sta ns oes ibis nde rear tras sonii son Head, se kn atmos rome 2 yi ry een Ce gi EDICIONES RADIO UNIVERSIDAD DE-CHILE civil hard mas débiles ‘el matrimonio’ y ‘la familia. Por ejemplo, “mi negativa ¢s porque esto va a desalencar a las un senador dice: personas que quieran casarse"®, mientras un miembro de fa Iglesia Cavdlica expresa: “creo que va a debilicar a la familia”. Como ya ha sido explicado, los discursos construidos alrededor de la unién civil estén reproduciendo estas instiuciones ¢ incluso reforzandolas. Reproducir no implica no hacer cambios. Como en cualquier otro proceso de transformacién, estas voces representan la resistencia alos ‘cambios mientras que el efecto ideolégico total de los articulos esta sosteniendo a estas instituciones mediante la inclusién de ‘Otros. Esto puede ser visto, por ejemplo, en una pieza!® que narra como tun sacerdote envid una carta a un politico expresando su “profunda 1m de la ley. El senador responde: “en Chile, la alarma” por la discu ‘nocién’ tradicional de familia cambic”, Las crfticas ala ley estin generalmente construidas sobre una misma base: que ésta provee ‘los mismos derechos’ pero no demand ‘iguales deberes., Esta vision es recurrentemente destacada en articulos que ha- cen comparaciones entre el matrimonio y la unién civil. Por ejemplo, en uno de los articulos, un diputado seftala: “yo era partidario de dis- cutir derechamente el matrimonio homosexual, y quienes estamos en ‘contta daremos sus argumentos (...) pero no crear una institucién que genere en la prictica un matrimonio de segunda categoria, que thene gran parte de los derechos asociados al matrimonio, pero no asi los deberes". Estas formaciones discursivas estén cristalizadas paradig- miticamente en una pieza titulada “Conozca cinco diferencias entre el matrimonio y el nuevo Acuerdo de Unidn Civil”, Estas diferencias ‘son: 1) la unién civil esta disponible para todas las parejas, hétero y homosextial; 2) los bienes estan separados desde el principio, no como 1 F7Nen i.e ai Be 2018 IH tone, dest le 2015, 1 fe fowene Meal 2018 1 etme, de 2018 TOMAS DODDS ¥ LIONEL BROSS! cen el matrimonio, donde no existe un régimen de propiedad ‘per se’ 3) sila pareja firma un régimen de propiedad compartida, se comprende que ambos miembros de la pareja tienen los mismos derechos sobre los bienes, mientras que en el matrimonio el hombre es nombrado el administrador de las propiedades; 4) a unidn civil no contempla algu- nos de los ‘deberes morales’ del matrimonio, como fidelidad y cohabi- tacién; y 5) es mds simple de poner término, En ese sentido, la unién civil es construida como una insticucién més abierta inclusiva, libre y simple y que por lo tanto es promovida como una ‘mejor opcién’. ‘sos niveles de simplicidad, igualdad y libertad, teniendo los mismos derechos, pero menos deberes, gpor qué deberiamos pedir el derecho a acceder a la institucién del matrimonio? En esta comparacién en par- ticular, de cualquier forma, no hay menciones a otras diferen par ticularmente a los derechos que no pueden ser gozados, por ejemplo, adoptar nifios. En ese sentido, el discurso de ‘mismos derechos con menos deberes’ esté reproduciendo la defensa del matrimonio como ‘una institucién heterosexual dentro de la realidad social chilena. REFLEXIONES FINALES Y CONSIDERACIONES POLITICAS La Ley de Unién Civil ha sido comprendida como uno de los ma- yores logros del movimiento LGBTQ en Chil . La discusién del pro- yecto que se transforms en ley duré més de 4 afios y estuvo marcada por profundas criticas de distintos grupos. Este proceso fue seguido atentamente pot los medios de prensa chilenos, produciendo una constante y profunda circulacién de discursos sobre y alrededor de la diversidad sexual. Este capitulo ha intentado analizar estos discursos y su produccidn en articulos de tres periddicos, entendiendo que las de- fi que tienen una significancia ideolégica caracteristica. Las noticias, por jones de la realidad producidas por los medios son construcciones lo tanto, no son mediadores neutrales, Kigicos o racionales sino sitios de reproduccién de ideologias y construccién dle consentimiento, En EDICIONES RADIO UNIVERSIDAD DF CHILE ese sentido, los discursos que los medios (re)producen a través de la construccién de significados tienen una base ideologica. En términos de la construccién de la ‘subjetividad gay’, se ha afir- mado que, en la cobertura de la Ley de Unién Civil, las voces que son preferentemente ofdas son aquellas de las fuentes oficiales Zpreferente- mente politicos y politicas?. Aquellos cuyas voces son ofdas, de cual- quier forma, son miembros de grupos que han defendido la unién civil como parte de sus objetivos. En los articulos analizados, no hay espacio para miembros de movimientos queer criticos que pudiesen criticar el énfasis puesto en esta demanda 0 explicar qué otras necesidades son importantes para la comunidad de la diversidad sexual. Por lo tanto, el movimiento LGBTQ queda construido como un grupo consensual, con un conjunto unificado de propésitos, sin mayores posiciones de desacuerdo. Las descripciones de la realidad son lanzadas a un ‘reperto- rio ideoldgico’ que produce un consenso alrededor del mantenimiento y l fortalecimiento de ciertas insticuciones sociales, como ‘el matrimonio! 6 la fami’. Como resultado, es producida una cierta subjetividad, una aque entiende que hay una forma apropiada de habitar la ‘identidad ho- rmosexual’. Esta subjetividad esté construida mediante conceptos como estabilidad!, familia ‘reconocimiento del estado’ yes coherente con la idea de ‘buen homosexual’ producida por politicas homonormativas. La produccién de esta subjetividad implica la exch duos, por ejemplo, bisexuales y transexuales, que casi nunca o nunca son. directamente mencionados, pero también gays y lesbianas que sienten, {que sus principales necesidades no son satisfechas por la posibilidad de contraer un ‘vinculo formal’. En ese sentido, la construecién meditica de la subjetividad homosexual esta enfocindose en los miembros mis privilegiados de un grupo, ignorando otras intersecciones ¢ invisibili- zaando las posiciones de género, clase, nacionalidad y raza de la‘subjetivi- n la produccidin de esta subjetividad, por struida. Jo tanto, “no hay visién de una cultura colectiva, democrétiea y piblica ‘6 un constante compromiso con politicas queer controversial y arises. dad homosexual’ ¢ TOMAS DODDS ¥ LIONEL BROSSI Fn su lugar, nos han administrado una clase de sedante politico: nos casamos y podemos ser parte de los ejércitos, entonces nos vamos a casa y cocinamos cena, para siempre” (Duggan, 2002, p. 189). La restrictiva construccién de ‘Otros sexuales’ realizada por los articulos analizados implica que los sujetos LGBTQ serin tolerados sélo si ‘siguen’ ciertas reglas y se ‘comportan’ de cierta forma. En ese sentido, la unién civil esté construida como una manera de formar una familia y, por lo tanto, ser reconocido por el Estado. La cons- truccién medidtica de discursos sobre la diversidad sexual es util para la reproduccién de estructuras sociales hegeménicas a través de la in- clusion de otros. Esta inclusién implica una asimilacién a las normas hiecerosexuales y sus instituciones. “La acepracién basada en valores normativos trabaja en contra del reconocimicnto y la aceptacién de Ja diferencia sexual” (Gorman-Murray, 2009, p. 311). Por lo tanto, la construccién me rica de sujetos LGBTQ normativos est reite- rando la heterosexualidad como norma. En ese sentido, mientras uno de los mayores discursos alrededor de la diversidad sexual construidos por los medios analizados es aquel que reproduce la importancia de la asimilacién, es también establecida con ciertos limites, por ejemplo, la defensa del matrimonio como una institucién heterosexual. De esa manera, no importa que tan ‘buen’ homosexuales sean los sujetos, hay ciertos limites sociales que no sera negociados. Generalmente, homonormatividad es el concepto principal para comprender las construcciones ideoldgicas de los articulos analizados. De acuerdo a Duggan (2002), esté politica recodifica términos clave cn la historia del movimiento LGBTQ: “igualdad’ se transforma en acceso estrecho y formal a algunas instituciones conservadoras, ‘liber tad’ se transforma en impunidad para el odio y las vastas iniquidades en la vida comercial y civil, el ‘derecho a la privacidad’ se transforma en confinamiento doméstico, y las polit rman en algo de lo que se debe escapat” (p. 190), Hsta recodificacién es is democriticas se transfor- os FicloNtS RADIO UNIVERSIDAD DE CHILE coherente con las formas en las que los articulos analizados cubren la unidn civil, pues en general, estos reproducen ideologias que apelan a la constitucién del «eto chileno homosexual mediante su inclusién a instituciones heges *nicas, haciendo invisibles otros tipos de discrimi- nacién y exclusidn y siendo considerado un ciudadano s6lo mediante practicas asimilativas. Como ya fue mencionado, estos discursos fueron consttuidos en tres de los periddicos més importantes de Chile, periédi parte de los dos grandes conglomerados de prensa esctita que existen en el pais, Es posible indicar que se trata de discursos dominantes, En ese sentido, en este anilisis he puesto mayor atencién a “relaciones top-down de dominacién que a relaciones bottom-up de resistencia, conformidad y aceptacién. Esto no significa que vemos al poder y la dominacién meramente como “impuestos' en otros” (Van Dijk, 2001, p. 300). Por el contrario, concuerdo con la idea de que “los significa- dos son fluidos y escapan a sus usuarios y pueden ser movilizados y re- pensados con el fin de resistir la dominacidn” (Wethetell, 2001, p. 25). En ese sentido, hay miiltiples opciones para futuras investigaciones en este tema, Por ejemplo, seria interesante analizar las formas en las que publicaciones criticas encuadran la discusién, con el objetivo de enfrentarse a los ‘discursos dominantes'o las formas en que distintos miembros de las audiencias negocian los discursos construidos. Finalmente, es crucial indicar que he escrito este andlisis estando cultural y politicamente envuelto en la discusién. Tanto los marcos as que mol- teéticos como metodolégicos han sido elecciones polit dean mis interpretaciones. Bajo estas condiciones, esta reflexidn estd ahora a disposicién de los lectores. Sus implicaciones éticas, por lo tan- ro, no pueden ser ignoradas. Mientras desconozco sus posibles efectos, mi motivacién para conducir este andlisis deberia ser claro: la supera- cin de todas las pricticas discriminatorias y excluyentes dentro de la sociedad chilena, TOMAS DODDS Y LIONEL BROS BintiocRaria Allan, S. (2010). 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