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función y
propiedad de los
cromosomas
genes ADN y ARN.
martes, 16 de octubre de 2012
Mitosis: Es un proceso que ocurre en el núcleo de las células eucarióticas y que precede
inmediatamente a la división celular, consistente en el reparto equitativo del material
hereditario (ADN) característico.
Meiosis: Es una de las formas de la reproducción celular. Este proceso se realiza en las
glándulas sexuales para la producción de gametos. Es un proceso de división celular en
el cual una célula diploide experimenta dos divisiones sucesivas, con la capacidad de
generar cuatro células haploides. En los organismos con reproduccion sexual tiene
importancia ya que es el mecanismo por el que se producen
los óvulos y espermatozoides (gametos).
Propiedades:
Todos los individuos de una misma especie tienen el mismo número de
cromosomas
Los cromosomas se duplican durante la división celular y, una vez completada,
recuperan el estado original.
Los cromosomas de una célula difieren en tamaño y forma, y de cada tipo se
encuentran dos ejemplares, de modo que el número de cromosomas es de 2N (esta
propiedad se denomina diploidía)
Durante la formación de células sexuales (meiosis) el número de cromosomas baja
a N. La fertilización del óvulo por el espermatozoide, restaura el número de cromosomas
a 2N, de los cuales N proceden del padre y N de la madre
Además de los cromosomas usuales que forman parejas, existen los cromosomas
X e Y que condicionan el sexo. El cromosoma X está presente en dos copias en las
hembras, mientras que los varones tienen un cromosoma X y un cromosoma Y. La
asignación del sexo a un solo par de cromosomas explica la proporción
aproximadamente igual de varones y hembras.
Los cromosomas se observan mejor al microscopio durante la metafase, cuando el
DNA se ha duplicado y la cromatina está muy condensada, formando las cromátidas (las
dos hembras de DNA todavía unidas por un solo centrómero). A partir de las fotografías
obtenidas en esta fase, se crea el cariotipo, agrupando los cromosomas por parejas
Estructura función y propiedad de los genes ADN y ARN.
El Proyecto Genoma Humano es una iniciativa internacional que se inició en 1990, para
dar a conocer las instrucciones precisas de carácter químico que van a definir a los
organismos vivos: el genoma completo. El término Genoma es el nombre colectivo que se
emplea para agrupar las diferentes moléculas de ADN que se encuentran en una célula.
El ADN presente en cada cromosoma contiene los genes de cada cromosoma. Secuenciar
un cromosoma significa identificar toda la secuencia de las bases químicas de los
nucleótidos que componen el ADN de ese cromosoma:
y, a partir de ahí, determinar qué piezas o trozos de esa molécula de ADN constituyen los
genes propios de ese cromosoma. Porque debe tenerse en cuenta que no toda la larga
cadena de ADN presente en un cromosoma tiene capacidad para codificar, es decir, para
originar los productos funcionales que de él se derivan, que son:
Por eso es preciso identificar qué trozos o segmentos de la larga cadena de ADN presente
en el cromosoma poseen realmente la actividad propia de un gen.
- el bioquímico: qué función cumple como molécula química (p. ej. enzima, receptor,
transportador, etc.)
- el celular: dónde se localiza dentro de la célula y qué función cumple en ese sitio (p.
ej., si es transportador, qué transporte ejecuta, dónde, cómo)
- el organismo completo: en qué órgano o tejido se expresa el gen, en qué momento
de la vida, etc.
El número total de genes en el genoma humano, según los más recientes cálculos y
previsiones, está entre 30.000 y 50.000. De ellos 37 son mitocondriales y todo el resto
son nucleares. Estas estimaciones están muy por debajo de los 50.000 a 100.000
genes que se previeron hace unos años; sin embargo, no hay todavía certeza sobre
el número exacto de genes.
El tamaño total del genoma humano es de una 3.200 Mb de ADN que se distribuyen entre
los cromosomas de manera irregular, desde las 270 Mb que contiene el cromosoma 1 hasta
las 45 Mb del cromosoma más pequeño, el 21.
Los genes humanos no se distribuyen de modo igual por los cromosomas, lo que hace que
su densidad (número de genes por unidad de ADN) varíe sustancialmente de un cromosoma
a otro y, dentro de un cromosoma, de una porción a otra
Los genes de los organismos sencillos (p. ej., bacterias) tienen un tamaño parecido, en
general corto. Pero en los organismos complejos como es el humano, el tamaño de los
genes es enormemente variable; y puede variar desde menos de 1 kb (el gen del interferón
a hasta el gen de la distrofina que tiene cerca de 2.500 kb. La mayoría del ADN con
capacidad codificadora se utiliza para fabricar ARN mensajero (mARN) y, a partir de él, para
elaborar los polipéptidos formados gracias al ensamblaje de aminoácidos. Pero un 10% de
los genes humanos codifican ARN que después no va a regular la formación de polipéptidos.
Pero no toda la cadena del ADN de un gen tiene capacidad para codificar sus productos. En
la gran mayoría de los genes que codifican polipéptidos, la información genética viene en
segmentos de ADN que son codificadores y se denominan exones. Estos exones están
separados por secuencias de ADN que no aportan mensajes codificadores por lo que no
contribuyen con información genética útil para sintetizar el producto final, y se
llaman intrones.
Existen también dentro de la cadena de ADN los pseudogenes y los fragmentos de genes:
son copias defectuosas de secuencias de bases relacionadas con algún gen pero carecen
de función. Se calcula la existencia de unos 20.000 pseudogenes en el genoma humano.
Anotación funcional del gen. Transcriptoma y proteoma
De los aproximadamente 30.000 genes que se calcula que poseemos, aún nos quedan
muchos por descubrir hasta conseguir el catálogo completo de los genes que componen el
genoma humano. Pero aunque ya lo tuviéramos, no sería más que una lista de
componentes. Porque de los que se trata es de comprender cómo, entre todos ellos, se llega
a formar y cómo funciona un ser humano. Para ello tenemos que entender qué es lo que
hacen. La siguiente tarea, por tanto, es determinar las funciones precisas de cada uno de
los genes en el genoma humano, un proceso conocido con el nombre de anotación
funcional del gen o descripción funcional del gen.
Las similitudes y las diferencias que se encuentran entre los genomas de especies distintas
indican la existencia de secuencias de ADN que se han conservado a lo largo de la evolución
de las especies, y que son importantes desde el punto de vista funcional. En efecto, en las
distintas especies se encuentran genes que están estrechamente relacionados por su
estructura y se llaman genes ortólogos. Esta similitud y presencia en distintas especies
ayudan a encontrar y asignar una función concreta a un gen determinado. Los genes
ortólogos no suelen ser enteramente idénticos porque existen mutaciones que se acumulan
a lo largo de la línea evolutiva; pero el grado de semejanza entre ellos ofrece una medida
útil para calcular el tiempo de evolución y construir el árbol filogenético. La genómica
comparada utiliza estas semejanzas y diferencias entre los genomas para deducir la
información estructural, funcional y evolutiva de los genes.
Pero, incluso cuando se lleguen a identificar todos los genes presentes en el genoma y se
les asigne una función, no sabremos todavía cómo se coordinan los productos originados
por el gen para desempeñar las actividades biológicas propias de un ser vivo. Para conocer
cómo se combinan las funciones de miles de genes para generar un ser humano, es
necesario estudiar directamente los productos del gen. Ahora bien, un gen nunca actúa en
soledad sino en combinación con el resto de los genes. Efectivamente, el producto de un
gen puede favorecer o dificultar la actividad productiva de otro gen. Por otra parte, el
producto (A) de un gen sólo es útil biológicamente o es funcionante si coincide en el tiempo
y en el espacio con los productos (B, C, D...) de otros genes; si éstos fallan, por mucho (A)
que se produzca no realizará su función. Así, pues, la acción de un gen ha de ser analizada
de forma global. Este análisis global de la función de un gen es denominada genómica
funcional.
El transcriptoma y el genoma son mucho más complejos que el genoma, porque un solo gen
puede producir varios mARN (por métodos de corte y empalme del ADN y otros sistemas de
procesamiento, ver figura 1). Y a partir de estos mRNAs se forman polipéptidos y proteínas
que pueden después ser modificadas y procesadas de modo variable (proteolisis,
glucosilación, etc.). A diferencia del genoma, que es idéntico en la mayoría de las células de
un organismo, el transcriptoma y el proteoma son muy variables, distintos para cada tipo de
células, en respuesta a las influencias del ambiente que los modifica. Son ellos los que
determinan la función y el funcionamiento de las células.
Las proteínas son el producto final de la actividad del genoma. De ahí la importancia de
conocer sus funciones, sus propiedades y su papel en el complejo funcionamiento de una
célula viva. De acuerdo con el Consorcio de Secuenciación del Genoma Humano, se ha
establecido una clasificación funcional que categoriza a las proteínas de acuerdo con el
componente celular en el que la proteína opera, su función molecular y el proceso biológico
en el que participa.
Genoma del ratón
Aunque son varios los genomas que se utilizan de distintas especies para resolver la
anotación funcional del genoma humano, el genoma del ratón es el modelo actual de
genoma de mamífero más asequible y útil. Existe un grado muy alto de conservación de
secuencias codificadoras entre los genes de ratón y del hombre; por este motivo casi todos
los genes humanos poseen su homólogo murino fácilmente identificable.
Existen largos segmentos de cromosomas que conservan las mismas secuencias de genes
en el ratón y en el hombre (conservación sinténica), de modo que si se identifica y mapea
con precisión una región del genoma murino, la información ahí obtenida permite hacer
razonables predicciones sobre las regiones ortólogas del genoma humano. Esto ha sido
decisivo para profundizar en el análisis del genomadel cromosoma 21 humano, que posee
una larga secuencia de genes ortólogos en cromosoma 16 murino.
Alrededor del 80% de las proteínas del ratón poseen ortólogos estrictos 1:1 en el genoma
humano, con identidades en su secuencia de aminoácidos que oscilan entre el 70 y el 100%.
Naturalmente, existen notables diferencias como no podía ser de otro modo, dadas las
enormes diferencias fenotípicas entre las dos especies. Estas diferencias se deben a las
divergencias en el contenido de ADN, en las secuencias de genes y proteínas, y sobre todo
en la expresión de los genes (incluidos los ortólogos), es decir, en modo en que se procesa
el mARN, el uso alternante de promotores, etc. Incluso, aun cuando los genes ortólogos
muestran un alto grado de conservación a nivel de expresión de proteína, los patrones de
expresión en el espacio y en el tiempo suelen ser muy diferentes.
Pese a estas limitaciones, el análisis del genoma del ratón y de su funcionamiento está
siendo pieza fundamental para conseguir la anotación funcional de los genes humanos. En
lo que se refiere al cromosoma 21 y sus ortólogos en el ratón, véase el artículo: El
cromosoma 21. Anotación funcional.
EL CARIOTIPO HUMANO
- Cromosomas grandes
- Cromosomas medianos
Grupo C, (cromosomas 7, 8, 9, 10, 11, 12 y además los
cromosomas X), submetacéntricos
- Cromosomas pequeños