You are on page 1of 20

Juicio Ejecutivo

Antecedentes históricos

En el derecho romano las legis actiones (acciones legales) eran 5: sacramentum, judicis
postulatio, condictio, manus injectio y pignoris capio. Siendo el manus injectio y
pignoris capio conocidos como procedimientos de ejecución forzada.

En el manus injectio de carácter público, la forma de justicia se daba cuando se negaba


la existencia de la deuda o su monto, entonces se realizaba un proceso legis actiones
per manue injectionem, en el cual el deudor debía asistir con un defensor ya que era
considerado como objeto de litigio. La manus injectio podía ejercerse por el acreedor
que había obtenido sentencia favorable contra el condenado (judicatus).
Posteriormente se permitió a través de otras leyes hacer uso del manus injectio,
algunos sin tener como base una sentencia.

El pignoris capio es una institución perteneciente al derecho romano, que no tenía por
objeto satisfacer el crédito por la aprehensión de una cosa, sino sencillamente, tomar
cualquier objeto del deudor, como prenda a fin de constreñirlo a cumplir su
obligación.178

La diversidad de sistemas existentes en la actualidad en materia de procedimiento


ejecutivo, sólo encuentra su justificación lógica en las disímiles corrientes que
imperaron en la antigüedad, en la notable fusión de sus elementos caracterizadores
que, no obstante, no logró desdibujar de manera absoluta sus ancestrales
peculiaridades.

En Italia la evolución del proceso ejecutivo culminó rápidamente con la cristalización de


un sistema ágil y expeditivo, que concilia los intereses de acreedor y deudor en forma
tal que se respetan los derechos de ambos, en España cuya legislación es fuentes
inmediata de la mayoría de nuestras instituciones procesales, no se logró una

177
Bergel, Salvador y Martin Paolantonio. Op. Cit., Págs. 267 y 268.
178
Bolaños, Ingrid. Las Ejecuciones especiales en el Código Procesal Civil y Mercantil. Guatemala, 2004, Tesis
Licenciatura en ciencias jurídicas y sociales, Universidad Rafael Landívar, Pág. 15

69
verdadera ejecutivización del proceso ejecutivo, prefiriéndose legislarlo como un
proceso de conocimiento común, pero sumarizándolo por razones cualitativas, en orden
a los intereses que se debaten en él. Se presentaba España como un país fuertemente
unido durante los últimos tiempos de la época cristiano-bárbara y, aún más, después de
la dominación sarracena donde por obvias razones no floreció el comercio como en las
ciudades italianas ni abundó, como en ellas, una particular legislación localista.

Fue así como, al permitir el pueblo dominador, desde el principio mismo de la invasión,
la coexistencia de su propio derecho con el romano (ya en coexistencia, a su turno, con
el de suevos, vándalos y alanos), se tarda relativamente poco tiempo en la absorción de
aquél por éste, perdiendo desde entonces toda vigencia el principio germánico de
expeditividad que tan hondo arraigara en Francia, Italia y Alemania.

Se siguió así en la línea del antiguo processus executivus instrumentado a raíz de la


Constitución Clementina (1306) que atemperó el proceso de cognición común o pleno –
plenario- a través de otro proceso, también plenario pero con una tramitación
procedimental más abreviada y rápida. De la comparación de ambos resulta que tanto
un como otro, abarcan siempre la totalidad del conocimiento del asunto, pero presentan
una mera diferencia adjetiva o formal. Los antecedentes hispanos en materia de
ejecución se remontan al Fuero Juzgo Ley 23 Título 1, libro 2 y Fuero Real Ley 3,
Título 13, libro 2 (ambos refieren los trámites previos para ejecutar una sentencia) y el
Título 27 de la Partida Tercer y 28 del Libro 11 de la Novísima Recopilación, que ya
legisla específicamente sobre los juicios ejecutivos.

Paralelamente a ese proceso sumario indeterminado, aparecen otros determinados


para algunos asuntos, que se diferencian de aquéllos en cuanto a su finalidad y
contenido, ya que afectan a su objeto y la cognición del juez.

Es importante detenernos en las siete partidas del Rey Alfonso El Sabio, donde se
regula- a través de la partida Tercera- el procedimiento judicial y, específicamente en su
título XXVII, el de ejecución de sentencia, en el que encontrará la legislación posterior
relativa a la materia, su más valioso antecedente.

70
Es en la Novísima Recopilación de las Leyes de España (1805), donde se regula el
juicio ejecutivo (Título XXVIII del LibroXI) en forma separada de la Ejecución de las
Sentencias (Título XVII del Libro XI) instrumentándolo en forma muy similar a la prevista
en la posterior Ley de Enjuiciamiento Civil de 1855, en la cual el juicio se desarrolla en
dos estadios perfectamente diferenciados:

Un período de conocimiento, que se inicia con la demanda formulada en los mismos


términos que la ordinaria, acompañada del título ejecutivo; examinando éste, el juez
despacha o deniega la ejecución sin prestar audiencia al demandado, entregándole en
el primer caso el mandamiento al actor para que éste por medio del alguacil y
escribano de juzgado requiera el pago al deudor, bajo pena de trabar embargo sobre
sus bienes; hecho el embargo se cita de remate al deudor en persona para que dentro
de los tres días siguientes a la citación, se oponga a la ejecución mediante las
excepciones que enumeraba el art. 963. De la oposición hecha por el ejecutado se
corre traslado al actor para que lo conteste y proponga prueba por su parte, dándose
posteriormente copia al demandado de la contestación del actor, pasado lo cual se
reciben los autos a prueba por diez días, concluidos los cuales y sus prórrogas, si las
hubo, las partes pueden informar de su justicia y derecho, dictándose dentro de los tres
días siguientes al de la vista, la sentencia de remate.

Un segundo estadio, de apremio, que comprende las diligencias que tienen por objeto
ejecutar la sentencia de remate.

La Ley de Enjuiciamiento Civil del 3 de febrero de 1881, sin perjuicio de adiciones y


reformas que se le han ido imprimiendo, también dividía el juicio ejecutivo en dos
períodos: el primero, llamado de ejecución o ejecutivo, que comprende desde que se
entabla la demanda hasta que se dicta la sentencia de remate; y el segundo, llamado
de apremio, desde que se dicta esta sentencia hasta que se hace el pago al acreedor.
Fácil es colegir que nuestro procedimiento es similar al descrito anteriormente.

También Chiovenda explica que el processus executivus era un proceso de formas


simplificadas, frecuentemente de competencia de jueces especiales, destinado al
ejercicio de la acción ejecutiva; el acreedor se dirigía al juez que dictaba contra el
deudor una orden de pago (mandatumde solvendo), lo que requería una cognitio que

71
tenía por objeto, la existencia del título ejecutivo, o las defensas del demandado, que
para tal fin era citado ante el juez. Pero era una cognitio summaria y en un doble
sentido. En primer lugar, se admitían en el processus executivus solamente las
defensas del demandado dirigidas a atacar simplemente el hecho aducido por el actor,
o bien, a contraponer hechos extintivos o impeditivos y las otras eran reservada ad
separatum iudicium, es decir, a la cognitio plena que se desarrollaba en las formas
solemnes del proceso ordinario.179

4.2 Antecedentes

El juicio ejecutivo procede cuando la demanda se basa en un documento que trae


aparejada ejecución. Manifiesta que la existencia de un título ejecutivo es el supuesto
fundamental para que se pueda iniciar el juicio ejecutivo. Por esta razón, la demanda
del juicio ejecutivo siempre debe hacerse acompañar de este documento. Dentro de la
clasificación de los documentos que se deben acompañar a la demanda el título
ejecutivo corresponde a la clase de documentos que la fundan o son base de la acción,
es decir, documentos de los cuales emana el derecho que se invoca.180

La principal característica del juicio ejecutivo consiste en procurar al titular del derecho
subjetivo o del interés protegido la satisfacción sin o contra la voluntad del obligado. 181

El objetivo de esta clase de juicio es, que un acreedor obtenga por medio del juzgado
competente, a través del juez, lo que no pudo obtener de manos y por voluntad del
deudor.182

4.3 Definición

Según Guasp, juicio ejecutivo es “aquel proceso de cognición común, pero sumario por
razones cualitativas, que está destinado a satisfacer pretensiones dotadas de una
fehaciencia legalmente privilegiada”.

179
Chacón, Mauro. Op. Cit., Págs. 56 y 57
180
Castillo, Eduardo. Juicios Mercantiles, México, Editorial Harla, 1991, Pág. 74
181
Carnelutti Instituciones de Derecho Procesal Civil, México, Editorial Porrúa, 1997, Pág. 32.

72
El juicio ejecutivo consta en realidad de dos fases: una que es puramente cognoscitiva,
abreviada, que, finaliza con la sentencia de remate y la otra, que es propiamente la vìa
de apremio183.

Juicio Ejecutivo, es el proceso especial, sumario en sentido estricto y de ejecución,


cuyo objeto consiste en una pretensión tendiente a hacer efectivo el cumplimiento de
una obligación documentada en alguno de los títulos extrajudiciales (convencionales o
administrativos), que, en razón de su forma y contenido, autorizan a presumir la certeza
del acreedor 184.

4.4 Noción

La jurisdicción no se limita a declarar el derecho. La función jurisdiccional comprende


también la ejecución del mismo. En la fórmula constitucional ello se expresa con las
palabras “juzgar y promover la ejecución de los juzgado”, las cuales hacen referencias
al esquema conceptual que podemos considerar más sencillo y lógico: primero se
declara del derecho (proceso de conocimiento de declaración) y luego se procede a su
ejecución (proceso de ejecución). 185

4.5 Naturaleza jurídica

El juicio ejecutivo constituye un proceso mixto de cognición y ejecución, o más bien


dicho un proceso de ejecución que contiene una fase de cognición, pero de cognición
sumaria.

La cognición sumaria se diferencia de la ordinaria por dos caracteres, que son ambos la
consecuencia de su finalidad puramente instrumental: el de ser incompleta y el de ser
provisional. La cognición ordinaria es completa, lo que significa que da lugar a exámen
de todas las cuestiones relevantes y es definitiva, en sentido de que tiene la finalidad de
crear la certeza en torno a la controversia.

182
Ortiz, Jorge. Análisis de diversos supuestos de procedencia del juicio ejecutivo cuando el título en que se basa es
el comprendido en el inciso 5º. Del artículo 327 del Código Procesal Civil y Mercantil, Guatemala, 2000, Tesis
Licenciatura en Ciencias jurídicas y sociales, Universidad Rafael Landívar, Pág. 18.
183
Aguirre, Mario. Op. Cit., Pág. 244.
184
Donato, Jorge. Juicio Ejecutivo, Argentina, Editorial Universidad, 1992, Pág. 23
185
Chacón, Mauro. Op. Cit., Pág. 61.

73
Por el contrario, la cognición sumaria es incompleta, porque no todas las cuestiones
pertinentes pueden ser examinadas o porque son examinadas de un modo más rápido
y superficial del que normalmente se exige.186

Pero no todos los autores opinan lo mismo, pues para algunos la naturaleza jurídica del
juicio ejecutivo es la de un proceso sumario por razones cualitativas. La palabra
ejecutiva denota la idea de ejecución. Dentro de este juicio existe lo que se ha de llamar
procedimiento de oficio, esto consiste en la facultad que conservan los jueces o
tribunales para denegar la ejecución aún cuando ya la hubieren admitido
inicialmente.187

En la clasificación de los procesos judiciales suele distinguirse dos importantes


especies, atendiendo a la índole de las prestaciones materiales, es decir, a su
naturaleza o factor teleológico.

Los procesos de conocimiento, que en su subespecie de contenciosos, parten de la


incertidumbre del derecho material pretendido, como que es necesaria en ellos una
etapa probatoria y de alegatos para acreditarlo y definirlo, o desvirtuarlo y negarlo, de
acuerdo con los intereses del demandante y del demandado, pero que de todas
maneras corresponderá al juez decidir al respecto en la sentencia.

Y los procesos ejecutivos, cuya característica fundamental es la certeza y


determinación del derecho material pretendido en la demanda, sea cual fuere la
subespecie de ejecución de que se trate. Y esa incertidumbre prima facie la otorga de
modo objetivo el documento simple y complejo que sine qua non se anexa a la
demanda, que puede consistir en una sentencia o auto proferidos por autoridad judicial
o administrativa o arbitral, o que se origina en las mismas partes o en la persona del
deudor, o que tiene fuerza obligatoria por mandato legal.

186
Aguirre, Mario. Op. Cit., Pág. 245.
187
Monografías.com, sin autor, España 2007, www.monografias.com/trabajos6/juej/juej.shtml, consulta
10.12.06

74
Hay situaciones jurídicas en que a primera vista el derecho de una persona no aparece
de un modo claro y definido, mientras que hay otras que a prima facie estamos ante un
derecho determinado y evidente, es asunto admitido sin dudas por la doctrina y la
jurisprudencia.

Puede concluirse, entonces, que en aquellas no basta demandar el reconocimiento o la


declaración del derecho sino que es necesario demostrar su existencia, aunque el
demandado permanezca en completo estado de inercia, salvo casos, la certeza que
emana del documento que se anexa a la demanda constituye plena prueba del derecho
a favor del demandante y en contra del demandado. No se trata en este segundo
evento de declarar derecho sino de ejecutar o hacer cumplir la consecuente obligación.

Todo proceso ejecutivo requiere para su iniciación de un título ejecutivo que, aun siendo
de origen privado, tenga tanta fuerza de convicción y certeza como una sentencia
judicial.

La pretensión ejecutiva puede estimarse autónoma, pues el título ejecutivo es suficiente


por sí mismo para autorizar el proceso de ejecución, como lo sostuvo Hugo Alsina,
quien advertía que en esta clase de proceso nada debe investigar el juez que no conste
el título mismo, explicando que por esta razón y como lógica consecuencia, es
necesario que el título sea bastante por sí mismo, es decir, que debe reunir todos los
elementos para actuar como título ejecutivo.

Resulta apenas lógico concluir que no todas las personas tienen el derecho de
promover un proceso ejecutivo, careciendo, pues, del poder de acción; como sí lo
tienen, aunque no tengan el derecho material, para incoar un proceso de conocimiento,
en razón de que para aquél se requiere siempre que con la demanda se acompañe el
documento que tenga el carácter de título ejecutivo. Por esta causa se ha pregonado
por la doctrina alemana y aun por la italiana, que el derecho a la ejecución basado en el
título es independiente de la existencia del derecho subjetivo, afirmándose la eficacia
abstracta del título ejecutivo, no pudiéndose confundir el documento –trozo de papel,
con el título en sentido jurídico material.

75
Es lógica la idea de Allorio según la cual la función del título ejecutivo en el proceso de
ejecución consiste en que la posesión del mismo es el hecho constitutivo de la acción
ejecutiva. Y, por consiguiente, la exhibición del título ejecutivo constituye la actuación
no tanto de una prueba documental, sino de prueba directa: la exhibición del título no
prueba, en suma la existencia del crédito, sino la existencia del título, y la posesión del
mismo por parte del acreedor demandante; presupuesto necesario y suficiente para la
acción (pretensión) ejecutiva, concluye Allorio.188

En Guatemala no hay problema en determinar la naturaleza jurídica de la ejecución, ya


que está claro en el artículo 203 de la Carta Magna que corresponde a los tribunales la
potestad de juzgar y promover la ejecución de lo juzgado. De igual manera se
pronuncia el artículo 57 de la Ley del Organismo Judicial.189

4.6 Características

 Presupone la existencia de un título ejecutivo.


 Tiene por objeto, no la declaración de un derecho material, sino su realización
mediante una orden judicial.
 El juez debe examinar de oficio la procedencia de la vía ejecutiva. Por
consiguiente, no basta que el demandante exija la apertura del proceso ejecutivo
para que el juez la disponga.
 El juez debe tener presente que el proceso ejecutivo se inicia ejecutando, sin
citación previa del demandado.
 El juez debe considerar siempre que la tramitación del proceso ejecutivo es por
demanda de parte.
 El juez debe tener conciencia, para admitir la ejecución, que la certeza del
derecho material pretendido la produce el título ejecutivo y no el conocimiento
que respecto del derecho del demandante pudiera adquirir posteriormente en el
curso del proceso.

188
Velásquez, Juan. Los Procesos Ejecutivos, Colombia, Señal Editora, 1998, Págs.19, 20, 21
189
Madrazo, Sergio y Danilo Madrazo. Compendio de Derecho Civil y procesal, Guatemala, 2003, Pág. 393.

76
 El juez debe tener en cuenta que la ejecución se fundamenta en la prueba
documental del crédito aportada a la misma demanda, y no en pruebas que
posteriormente se recojan en el curso del proceso.
 No debe olvidar el juez que por causa de la certeza que emana del título
ejecutivo, la ley autoriza el cumplimiento inmediato de medidas cautelares para
seguridad de la satisfacción de la obligación contenida en el título ejecutivo.
 Ante la duda razonable que tenga el juez en relación con la procedencia de la
ejecución, obra correctamente si la rechaza. 190

4.7 Elementos personales del juicio ejecutivo

Estos elementos lógicamente son quienes interfieren en el proceso de ejecución,


partiendo de las partes procesales, el órgano jurisdiccional y sus auxiliares, y los
terceros legitimados.

4.7.1 El órgano jurisdiccional

La ejecución enfrenta a dos partes en posición antagónica frente a un tercero -el juez –
imparcial.

Como en todo proceso, la primer cuestión fundamental es la relativa a la competencia,


que se determina distinguiendo dos supuestos:

 Cuando se procede a la ejecución de una sentencia nacional el único criterio


determinante de la competencia es el funcional: será órgano competente para
ejecutar la sentencia el juez que la dictó en primera instancia, de acuerdo con el
artículo 156 de la Ley del Organismo Judicial. Este criterio sirve también para
determinar la competencia cuando se trate de la ejecución de los convenios
celebrados en juicio.
 Si el título a ejecutar es uno de los no judiciales guatemaltecos o una sentencia o
laudo extranjeros, entran en juego los criterios objetivo y territorial, por lo que es
juez competente el que lo sería para conocer el asunto en que recayó o el juez

190
Velásquez, Juan. Op. Cit., Págs. 28 y 29.

77
con competencia territorial en el lugar del domicilio de la persona contra quien se
intenta ejecutar el laudo o en el lugar en donde se encuentran sus bienes.

La naturaleza jurisdiccional de la ejecución hace que las funciones importantes de la


misma se confíen al juez, de ahí resulta que sea el juez quien tiene que examinar la
regularidad formal del título, despachar la ejecución y ordenar los actos ejecutivos
concretos. Las demás personas del órgano jurisdiccional y los colaboradores del
mismo, actúan siempre sujetos a su jurisdicción en la realización de los actos
ejecutivos. El secretario, oficiales y demás empleados, incluidos los notificadores
cumplen en la ejecución las funciones que les son propias en la actuación del órgano
jurisdiccional.191

4.7.2 Las partes procesales

Tradicionalmente a las partes en el proceso de ejecución se les ha denominado


ejecutante o acreedor y ejecutado o deudor. Ejecutante es la persona que interpone la
pretensión ejecutiva y ejecutado es frente a quien se interpone, con lo que estamos
diciendo que el concepto procesal de parte es el común. Naturalmente no existe aquí
problemas de capacidad distintos de los que ya se conocen con relación al proceso de
conocimiento o declarativo, pero si existen problemas específicos respecto de la
legitimación. Suele afirmarse que la legitimación viene determinada por el título, hasta
el extremo de que el concepto de parte se refiere a la condición de aparecer en el título
como titular del derecho o de la obligación y si ello es así con carácter general no lo es
menos que no sucede en todos los casos, pues en algunos la ejecución puede
realizarse por y frente a quien no aparece en el título.

Por lo que hay que distinguir entre:

 Legitimación ordinaria
En esta clase de legitimación en principio, es el título el que determina la
legitimación activa y pasiva y el aparecer en él es suficiente para que el juez
despache la ejecución. Es posible que el ejecutado se oponga a la ejecución

191
Chacón, Mauro. Op. Cit., Págs. 66, 67 y 68.

78
alegando que no existe ya el derecho material, pero ello no afecta a la legitimación
sino al fondo del asunto.

 Legitimación extraordinaria
Como en el proceso de conocimiento o declaración también aquí es posible estar
legitimado sin afirmar la titularidad activa de la relación jurídica. Es así posible el
caso de la legitimación por sustitución establecida en el Código procesal Civil y
Mercantil.192

4.8 Títulos ejecutivos

4.8.1 Definición
Comúnmente se la ha definido como el documento que trae aparejada ejecución, o
séale que faculta al titular del mismo, a obtener de los órganos jurisdiccionales los
procedimientos de ejecución y hacer efectivo el derecho declarado en el documento o
título.

Otra definición más completa, indica que el título ejecutivo es el documento en que se
hace constar la obligación de la parte contra la cual se ha de dirigir la ejecución.

Esta parte tiene la condición de deudor o ejecutado y el promotor de la ejecución se


llama acreedor o ejecutante, porque al llegarse a la ejecución, una parte tiene respecto
de la otra, recíprocamente, el derecho o la obligación de dar, de hacer o de no hacer
una cosa.193

4.8.2 Títulos que dan lugar al juicio ejecutivo


 Los testimonios de las escrituras públicas,
 La confesión del deudor prestada judicialmente; así como la confesión
ficta cuando hubiere principio de prueba por escrito,
 Documentos privados suscritos por el obligado o por su representante y
reconocidos o que se tengan por reconocidos ante juez competente, de
acuerdo con lo dispuesto en los artículos 8 y 184 y los documentos
privados con legalización notarial,

192
Código Procesal Civil y Mercantil, Decreto-Ley 107. Artículo 49.

79
 Los testimonios de la actas de protocolación de protestos de documentos
mercantiles y bancarios, o los propios documentos si no fuere legalmente
necesario el protesto,
 Acta notarial en la que conste el saldo que existiere en contra del deudor,
de acuerdo con los libros de contabilidad llevados en forma legal,
 Las pólizas de seguros, de ahorros y de fianzas y los títulos de
capitalización, que sean expedidos por entidades legalmente autorizadas
para operar en el país, y
 Toda clase de documentos que por disposiciones especiales tengan
fuerza ejecutiva.194

4.9 Objeto del Juicio Ejecutivo
La expresión objeto de la ejecución hace referencia a la pretensión ejecutiva, es decir, a
la petición funda que se hace a un órgano jurisdiccional, frente a otra persona, sobre un
bien.

Se ha sostenido en ocasiones que el objeto de la ejecución es el patrimonio del


ejecutado, pero esta opinión no puede aceptarse puesto que: se estarían excluyendo
todos los casos de ejecución no patrimonial existentes en nuestro derecho y sobretodo,
se está confundiendo lo que es el objeto del embargo (bienes del patrimonio del
ejecutado) con lo que es objeto de la ejecución (la pretensión).

4.9.1 La petición

La distinción se refiere a:

 Un objeto inmediato: La petición de la pretensión tiene como objeto inmediato una


cierta actuación jurisdiccional, que aquí no se refiere a declaración judicial alguna,
sino que atiene siempre a una conducta física que debe producir un cambio en el
mundo exterior para acomodar la realidad al título ejecutivo. El contenido de la
actividad puede ser muy distinto.

193
Chacón, Mauro. Op. Cit., Pág. 83.
194
Código Procesal Civil y Mercantil, Decreto Ley 107. Artículo 327.

80
 Un objeto mediato: El título ejecutivo de que se parte declara la existencia de una
obligación cuyo objeto es naturalmente una prestación, entendida ésta como
comportamiento del deudor; ese comportamiento puede reducirse a hacer, no
hacer y dar alguna cosa, precisándose después que ese dar puede referirse a
cosas específicas, genéricas o dinero.

Por lo tanto, el objeto de la prestación será la consecuencia prevista en la ley y debe


ser actuada por el juez y su naturaleza dependerá de la clase de prestación que debía
ser realizada por el deudor. Si el objeto era una cantidad de dinero el juez procederá al
embargo y realización forzosa de bienes del ejecutado para obtener esa cantidad de
dinero y entregarla al ejecutante.

La petición del ejecutante habrá de referirse, pues, a esa consecuencia jurídica. Pedirá
el objeto inmediato (la realización de la actividad jurisdiccional), pero sobre todo la
entrega de un bien concreto y determinado, de una cosa genérica, de una cantidad de
dinero, la realización de una obra, la destrucción e otra, etc.

Montero Aroca, dice: La petición del ejecutante no es libre, por cuanto el título
determina los límites de su petición; cuando se trata de dinero o de cosa genérica
siempre será posible pedir menos por ejemplo: Cuando el título se refiere a cien mil
quetzales y el ejecutante pide cincuenta mil, o el título habla de mil quintales de azúcar
y se piden quinientos, pero nunca más. En todo caso no podrá pedirse cosa distinta de
la que establece el título o un hacer distinto. El título marca no sólo el objeto, sino
también los confines.

Hay que tener en cuenta, que el objeto de la petición no se logrará siempre. Esto no se
refiere a la oposición que puede interponer el ejecutado, sino a imposibilidad derivada
de la naturaleza de la situación. El juez pondrá en marcha los medios necesarios para
obtener la consecuencia jurídica prevista por la ley, pero su actividad puede no lograr
éxito; en el caso más común de obligaciones dinerarias, el juez intentará el embargo de
bienes del deudor, pero si éste no tiene bienes la ejecución termina aquí y sin éxito (si
puede volver a intentarse el embargo cuando se descubran bienes o el deudor los
adquiera).

81
Suele decirse que la consecuencia prevista en la ley es, en nuestro derecho, siempre
patrimonial, pero ello no es así. Teóricamente las consecuencias pueden ser
personales y patrimoniales; en el segundo caso el objeto de la ejecución se reduce
siempre, de una u otra manera, a los bienes del ejecutado, mientras que en el primero
la ejecución puede recaer en la persona misma del ejecutado.

4.9.2 Fundamento o causa de pedir

En el proceso de ejecución el fundamento de la petición es siempre el título ejecutivo;


éste por sí solo establece el hecho relevante para fundar la petición, individualizándola
de las demás, no siendo necesario alegar nada distinto. Más aún, el ejecutante no
precisará probar nada para que la ejecución se despache y se lleve hasta el final. Si el
ejecutado alega, sea lo que fuere, a él corresponde la prueba. En el título se resumen
todas las alegaciones y pruebas que el ejecutante precisa, con mayor razón en los
títulos de crédito que valen por si mismos y no necesitan de complementación;
cualquier otra cosa entrará por la vía del ejecutado.195

4.10 Regulación legal

El juicio ejecutivo está regulado en nuestro ordenamiento jurídico, específicamente en


el Código Procesal Civil y Mercantil, en el Libro III, título II del artículo 327 al 335.

En el Capítulo I Título Ejecutivo, se establece la procedencia del juicio ejecutivo,


enumerando los títulos que dan lugar a éste, e indica que los títulos ejecutivos pierden
su eficacia ejecutiva a los cinco años, si la obligación es simple y a los diez años si
hubiere prenda o hipoteca.

En el Capítulo II Procedimientos, se establece lo relativo a las fases del juicio indicando


que promovido el juicio el juez debe calificar el título y si éste es suficiente y la cantidad
que se reclama es líquida y exigible, despachará mandamiento de ejecución,
ordenando el requerimiento del obligado, dando audiencia por cinco días al ejecutado
para que pueda oponer y haga valer sus excepciones.

195
Chacón, Mauro. Op Cit., Pág. 72.

82
Regulando así también los casos que se presentan con la actitud que tome el
ejecutado. Indica que en este juicio únicamente el auto en que se deniegue el trámite a
la ejecución, la sentencia y el auto que apruebe la liquidación son apelables. La
sentencia dictada en éste juicio no pasa en autoridad de cosa juzgada y lo decidido
puede modificarse en juicio ordinario posterior.196

196
Código Procesal Civil y mercantil Decreto-Ley 107, Artículos del 327 al 335.

83
CAPITULO V

Análisis Comparativo

5.1. Diferencias entre juicio ejecutivo cambiario y juicio ejecutivo

 Si existe diferencia entre el juicio ejecutivo cambiario y el juicio ejecutivo común,


la diferencia radica en que el Juicio ejecutivo cambiario tiene como base las
regulaciones del Código de Comercio, Decreto 2-70 del Congreso de la
República de Guatemala.

 Otra de las diferencias, es la que se refiere a los sujetos procesales, ya que en e


juicio ejecutivo cambiario se les llama librador, beneficiario y avalista y en el
ejecutivo común se les llama deudor, acreedor, fiador correspondiente.

 En lo relativo a las excepciones que admite el juicio ejecutivo cambiario, como lo


menciona el autor Mauro Chacón Corado, mucho se ha discutido en la doctrina y
práctica forense sobre la falta de claridad con que la ley se refiere a las mismas,
resultando una confusión que aún no alcanza una uniformidad de criterio en los
tribunales de justicia.

El artículo 619 del Código de Comercio en su parte conducente, establece:


Contra la acción cambiaria sólo podrán oponerse las siguientes excepciones y
defensas:... enumerándolas a continuación, sin hacer una clara distinción entre lo
que considera como excepciones y lo que considera como defensas, criterios
que resultan doctrinal y procesalmente distintos; pues mientras las defensas se
basan e hechos alegados por el juez basta que resulten probados en el proceso
las “excepciones” propias en sentido estricto son alegatos que se encuentran
taxativamente regulados en la legislación.

84
Esta confusión también se manifiesta en la naturaleza de las excepciones
admisibles, pues mientras algunos juristas consideran como tales las procesales
en adición a las cambiarias, otros únicamente toman como admisibles éstas
últimas.

Estas situaciones han producido una inmensa variedad de criterios, pues


mientras algunos juzgadores admiten todo medio de defensa en protección a
este principio otros únicamente permiten aquellos taxativamente contenidos en la
legislación y no falta aquellos que permiten todas las excepciones de carácter
procesal que se encuentran reguladas en el artículo 116 del Código Procesal
Civil y Mercantil, amparadas en el inciso 12º. del referido artículo 619 del Código
de Comercio que en su parte conducente admite todas aquellas… que se basen
en la falta de requisitos necesarios para el ejercicio de la acción. Tal variedad de
criterios deviene en detrimento a la administración de justicia y los derechos de
las partes, de donde resulta la importancia de modificar la legislación vigente al
respecto puntualizando, ampliando y aclarando los aspectos antes relacionados.

5.2 Similitudes entre juicio ejecutivo cambiario y juicio ejecutivo común

 El procedimiento establecido para el juicio ejecutivo cambiario y juicio ejecutivo


es el mismo y consiste en lo siguiente:
Demanda - La demanda ejecutiva debe formularse cumpliendo con los requisitos que
exige el Código procesal Civil y Mercantil, para toda clase de demanda, pero en las
demandas ejecutivas no es necesario el ofrecimiento de la prueba, pues basta el título
ejecutivo en que se funde nuestro derecho y la prueba sólo es necesario ofrecerla en
caso de que haya oposición del deudor.197

El juez como deber procesal previo a dictar la resolución que admite para su trámite la
demanda ejecutiva, la examina para comprobar si cumple con los requisitos de
contenido y forma.

197
Madrazo, Sergio y Danilo Madrazo. Op. Cit., Pág. 393.

85
Mandamiento de ejecución y embargo - Promovido el juicio ejecutivo, el juez califica
el título en que se funda y si lo considerase suficiente y la cantidad que se reclama es
líquida y exigible, despacha el mandamiento de ejecución, ordenando el requerimiento
del obligado, el embargo de bienes, si éste fuere procedente y dará audiencias por
cinco días al ejecutado, para que se oponga o haga valer sus excepciones.

Actitudes del ejecutado - Las actitudes que el ejecutado puede tomar son las
siguientes:

 Pago del adeudo,


 Incomparecencia del ejecutado,
 Oposición del ejecutado,
 Consignación con reserva de oposición.
Para requerir de pago al ejecutado, el juez tiene facultades para nombrar un notario, si
así lo pide el ejecutante o bien designar a uno de los empleados del Juzgado para
hacer el requerimiento, lo que hará constar por razón puesta a continuación del
mandamiento. De no hacerse el pago en ese caso, el ejecutor procede a decretar el
embargo de los bienes que haya propuesto el acreedor y que sean suficientes para
cubrir la cantidad que se reclama más un diez por ciento para la liquidación de costas.
El acto procesal de requerimiento de pago es de carácter personal con el deudor, razón
por la cual debe realizarse en su residencia o en el lugar de trabajo.

En el caso de la incomparecencia del ejecutado, el ejecutado puede dejar de


comparecer a deducir oposición o a interponer excepciones. En este caso se interpreta
su incomparecencia como una aceptación del reclamo y por ello, vencido el término que
el Juez le ha concedido para ese efecto, el órgano jurisdiccional dicta sentencia de
remate declarando si ha lugar o no a la ejecución.

En lo que se refiere a la oposición del ejecutado, el Código Procesal Civil dispone que si
el ejecutado se opusiere, deberá razonar su oposición y si fuere necesario ofrecer la
prueba pertinente. Sin estos requisitos el Juez no le dará trámite a la oposición. El
Código Permite que el demandado presente simple oposición, es decir, que sin que sea
necesario que interponga excepciones. Si el demandado adopta esta actitud, lo que el

86
Código exige de él es que su oposición sea razonada, con el objeto de que no se hagan
valer excepciones sin ningún fundamento.

La consignación con reserva de oposición es otra situación prevista en el Código


Procesal Civil y Mercantil e indica que el deudor puede hacer levanta el embargo,
consignando dentro del mismo proceso la cantidad reclamada, más un diez por ciento
por la liquidación de costas, reservándose el derecho de oponerse a la ejecución.

Sentencia y Recursos - Lo relativo al trámite de la oposición, sentencia y recursos


indica que en el caso de que haya simple oposición, para cuando se hayan hecho valer
excepciones, es el mismo. El juez oye por dos días al ejecutante y con su contestación
o sin ella, manda recibir las pruebas, por el término de diez días comunes a ambas
partes, si lo pidiere alguna de ellas o el Juez lo estimare necesario. Se prohibe la
fijación de cualquier término extraordinario.

La resolución de las excepciones y sentencia, se refiere a que si el demandado no


comparece, el juez tiene que pronunciar la sentencia de remate, declarando si ha lugar
o no la ejecución. Si hubo oposición o si el ejecutado interpuso excepciones, se abre a
prueba el proceso por diez días, si alguna de las partes así lo pide, o el juez lo estimare
necesario. Transcurrido el período de prueba, que no se puede prorrogar el juez tiene
que pronunciarse sobre el fondote la cuestión, o sea sobre a oposición, o bien sobre las
excepciones interpuestas.

Si entre las excepciones interpuestas se encuentra la de incompetencia, corresponde


examinarla en primer lugar y solamente si es rechazada puede el Juez pronunciarse
sobre las demás. En el caso de que el juez acoja la excepción de incompetencia, se
abstiene de pronunciarse sobre las demás, en espera de que el fallo quede
ejecutoriado, pues bien puede ocurrir que, al apelarse la resolución, la Sala
Jurisdiccional revoque lo decidido por el Juez. Si éste fuera el caso, al volver los autos
al tribunal, el juez tendrá que pronunciarse sobre la oposición o sobre el resto de
excepciones alegadas. Si la resolución fuere confirmada por la Sala, será el nuevo
Juez competente quien decidirá sobre ese particular.

87
Según lo dispuesto en la ley, únicamente son apelables el auto que deniegue el trámite
a la ejecución, la sentencia y el auto que apruebe la liquidación. Esta limitación
obedece a que contra las sentencias que se dicten en el juicio ejecutivo cabe el juicio
ordinario posterior. El recurso de casación no se permite en el juicio ejecutivo ni para
infracciones al procedimiento. Por ello, el recurso de casación deberá hacerse valer en
el juicio ordinario posterior y en relación a las actuaciones que se produzcan en éste. El
trámite de la apelación en Segunda instancia es relativamente breve, pues el Código
procesal Civil y Mercantil dispone que se señalará día para la vista dentro de un término
que no exceda de cinco días, pasado el cual resolverá dentro de tres días, so pena de
responsabilidad personal. La sentencia que se dicte en éste juicio no pasa en
autoridad de cosa juzgada y lo decidido puede modificarse en juicio ordinario
posterior.198

198
Aguirre, Mario. Op. Cit., Págs. 260, 261, 263 y 264.

88

You might also like