PLATÓN: El Estado ideal, según Platón, se compone de tres clases.
La estructura económica del Estado reposa en la clase de los comerciantes.
La seguridad, en los militares, y el liderazgo político es asumido por los reyes- filósofos (gobernantes). Cada cual debe asumir su rol a la perfección, sin errores ni equivocaciones. Para Platón la concepción del Estado nace desde que las personas se clasifican, cada cuál de acuerdo a sus aptitudes, entre ellas destacan los militares y los obreros, y por otra parte los gobernadores. En esta utopía platónica plantea que las personas no pueden hacer otra cosa que aquellas que debe realizar de acuerdo a su clasificación, por lo tanto formar parte de este Estado se les requiere a las personas que cumplan su rol a cabalidad, los gobernantes ni los militares pueden tener familia, sino limitarse a sus responsabilidades. Esto es para no desenfocarse en su cometido, el gobernante no tendría razón más que preocuparse por el bienestar de la Polis, y no por un beneficio familiar. El militar solo preocuparía por el bienestar de la Polis y no pensaría en volver sino en enfrentar enemigos por el amor patriótico a la Polis, y finalmente el único autorizado a tener familia sería el obrero, quien debe tenerla para poder trabajar para su sustento de quienes tenga a cargo, además de alimentar a los gobernantes y a los militares. En conclusión su teoría de Estado es utópica, ya que se le priva a las personas de lograr cosas que por naturaleza estamos destinados, y es a formar lazos, además que cuanto más se le priva a una persona algo que es otorgado por ley natural más lo desea, por lo que a la larga y finalmente este esquema tan cerrado platónico se quebraría. Sería ideal si fuésemos un sistema automatizado robótico o digital, pero humanamente hablando sería imposible.
ARISTÓTELES: Por lo pronto, el Estado más perfecto es evidentemente aquel
en que cada ciudadano, sea el que sea, puede, a merced de las leyes, practicar lo mejor posible la virtud, y asegurar mejor su felicidad.
Para Aristóteles, en cambio, es la felicidad el motor esencial del Estado
perfecto, sin importar que tipo de ciudadano sea, este debe encontrar primeramente la felicidad, es la razón por la cual nacemos y por la cual vivimos, siempre que la ley nos permita disfrutar de ella, nuestra mayor virtud será poder asegurar la felicidad, porque una persona feliz y con la moral alta, siempre dará lo mejor de sí, para la comunidad, en este caso la Polis.