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simbólico e imaginario
Ramirez, Mariano
Universidad Nacional de Cuyo
marianoramirez06@gmail.com
Resumen
La plaza pública es un espacio donde confluyen las interacciones de los sujetos que
habitan el pueblo circundante. En ese espacio, a través de esas interacciones, se
visualizan las instituciones que atraviesan la vida cotidiana de una población. En este
trabajo se pretende analizar el lugar que ocupa la plaza de L (una población de la
provincia de Mendoza) en la vida cotidiana de sus pobladores. Resulta de interés
profundizar acerca de lo que los pobladores hacen en ese espacio público y cuáles son
sus representaciones simbólicas e imaginarias sobre la plaza principal de la localidad.
En el desarrollo de este trabajo se pretende mostrar una comparación entre lo que los
pobladores de L dicen de la plaza y de las prácticas sociales que en ella desarrollan, y lo
que hacen realmente en ese lugar. Comparando lo que dicen con lo que hacen podremos
acercarnos a entender si la plaza opera como componente imaginario en los pobladores
o si realmente es un espacio de encuentro para la población, según aseguran los
pobladores en las entrevistas realizadas.
Además, se realiza un análisis de los sectores físicos de la plaza y las imágenes
que allí se encuentran como simbolizaciones oficiales de los imaginarios que se
pretenden instituir.
Área temática
Ciudad, imaginarios urbanos y espacio público
Palabras claves
Plaza – Interacciones – Instituciones
Ponencia
INTRODUCCIÓN
Este trabajo constituye una mirada particular de las comunicaciones que se
constituyen en el seno del espacio público de la plaza. Es un estudio de caso realizado
en una comunidad de la provincia de Mendoza que denominaremos L a fin de no
identificar públicamente a sus pobladores. El principal objetivo del estudio realizado fue
poner en práctica una intervención institucional en la comunidad L desde la perspectiva
de los enfoques institucionales, cuyos destinatarios principales son los pobladores del
lugar donde se realizó la investigación.
Esta ponencia resume el informe acerca del análisis de la plaza de L como
espacio real, simbólico e imaginario, en el marco de la investigación e intervención
realizadas durante el cursado de la Especialización en Análisis Institucional en las
Prácticas Sociales, en la Universidad Nacional de Cuyo, durante los años 2013, 2014 y
2015.
LA PLAZA EN EL IMAGINARIO DE L
La plaza es un espacio físico en el que se condensan distintos sentidos. Para ir
desentrañando las tramas que los tejen, haremos referencia a las instituciones que
atraviesan la vida social en la plaza de L a través de las prácticas de sus pobladores,
mencionaremos aspectos recurrentes y no recurrente entre lo que dicen los pobladores
en las entrevistas acerca de la plaza y lo que hacen en la ella, y destacaremos también
lo que consideramos como amenaza y protección a esos sentidos institucionalizados. De
este modo, intentaremos llegar a encontrar algunos aspectos del nudo dramático de las
prácticas sociales de los pobladores de L.
IMAGINARIOS
De estas comparaciones realizadas podríamos decir que lo que protege a los
pobladores en relación con la plaza es considerar a este espacio como un lugar de
encuentro donde se ve a la comunidad unida y tranquila, donde se encuentran todos cara
a cara y pueden verse en el otro reforzando la identidad del ser parte de la comunidad de
L. También podríamos decir que lo que los amenaza, o lo que amenaza esa identidad de
estar todos unidos y de ser parte de un lugar tranquilo, es la presencia de jóvenes
tomando de noche, la incipiente llegada de la droga al lugar, los daños que los
adolescentes y jóvenes provocan a la infraestructura de la plaza, la pérdida de la plaza
de los orígenes, el invierno en el que no es posible estar en la plaza por las bajas
temperaturas y el contenido de arsénico en el agua de la plaza. Estos, son elementos
disruptores de ese imaginario de comunidad unida y tranquila que se encuentra en la
plaza.
Para reforzar ese imaginario de todos encontrados y unidos en la plaza, el
municipio, la iglesia católica y otras organizaciones, hacen uso de la plaza y ordenan
los tiempos de la recreación comunitaria, de las prácticas religiosas y educativas de los
pobladores durante las horas del día. Al mismo tiempo, durante la noche, algunos
pobladores, sobre todo los más jóvenes acuden a ese lugar a tomar alcohol y eso es visto
como algo problemático, negativo, disruptivo, amenazante por los pobladores al
entender que esas prácticas atentan contra la tranquilidad del lugar y por consiguiente,
romperían con ese imaginario de una comunidad unida en una plaza donde todos se
encuentran.
Luego de haber realizado este análisis, podría decirse que la posibilidad del
desencuentro y de la pérdida consistiría en el nudo dramático de la situación analizada.
El desencuentro entre adultos y jóvenes, entre los que usan la plaza durante el día y
durante la noche, entre la recreación libre y tranquila de los niños en la plaza y la
posibilidad de convertirse en un lugar inseguro. La pérdida del encuentro de los
pobladores, simbolizado en esas gradas que congregan y en los frisos que muestran la
historia y la representación de la identidad de los pobladores; una pérdida que no sería
la primera, sino una más de la sucesión de varias pérdidas previas: la pérdida de los
pueblos originarios y su economía de autosustentación, la pérdida del agua, la pérdida
del ferrocarril y del progreso que llegó con él, la pérdida de la agricultura.
La plaza, cargada de simbolizaciones, está en el imaginario de los pobladores de
L como el espacio en donde puede consolidarse el encuentro y la unión de todos los
habitantes del lugar. Los ritos religiosos y los ritos de celebraciones durante los
domingos, están cargados de componentes imaginarios. Los domingos en la plaza están
institucionalizados y forman parte de los momentos en que acuden los pobladores a
encontrarse con otros. La plaza se convierte así en un símbolo del imaginario de una
comunidad unida.
Pero cuando dicen: “todos”, no queda claro a quiénes se refieren, porque
evidentemente no son todos los pobladores de L los que se encuentran y reúnen en la
plaza en esos acontecimientos planificados por organizaciones. Y en ese encuentro de
“todos”, tampoco podemos conocer si hablan de los jóvenes que toman en la noche. Por
lo tanto, la plaza también adquiere un sentido de posible disrupción de ese imaginario
institucionalizado.
BIBLIOGRAFÍA
Agoglia, Ofelia. La plaza pública, escenario de representación de conflicto y
confluencia social. Tesis de sociología. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.
Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza. 2006.
Maisonneuve, Jean. La dinámica de los grupos. Nueva Visión. Buenos Aires. 2009.
Marc, Edmond y Picard Dominique. La interacción social. Cultura, instituciones y
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