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ËËTS, ATOM

ALGUNOS APUNTES SOBRE


LA IDENTIDAD INDÍGENA
Yásnaya Elena Aguilar Gil

Cuando la incertidumbre sobre la identidad


crece, la acción se paraliza.
Sheba Camacho

CONTINUOS
Una persona habla. Sucede un hecho acústico en el mundo. La boca
emite un tipo de ruido especial que es significante. No todos los soni-
dos que emiten nuestros labios pueden comunicar significado, pero
del universo de ruidos que podemos hacer con la boca, un subconjunto
importante forma parte del acto de hablar. La voz que comunica a tra-
vés de una lengua es una masa sonora más o menos informe, como
dicen que dijo Ferdinand de Saussure, una masa sin cortes discretos.
Sin abstracciones, en los hechos tenemos que un flujo sonoro emana
de la boca cada vez que hablamos. Cada acto de habla es único y cada
vez se emite un fluido sonoro estrictamente irrepetible. La idea de que
al hablar producimos unidades concretas llamadas “palabras” es, en
un sentido, una ficción potenciada por la escritura que codifica espa-
cios en blanco inexistentes en la oralidad. Aún más, la idea de que al
hablar producimos una hilera de fonemas concatenados que forman
palabras con sentido es más o menos incorrecta. En realidad, en la masa
sonora que producimos al hablar es muy difícil, si no imposible, deli-
mitar exactamente las fronteras en donde termina un sonido y co-
mienza otro. Estrictamente no existen tales fronteras en cada hecho
acústico que producimos al hablar. Nuestra mente interpreta ese chorro

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Carlos Mérida, Bailes de México, 1939

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Me di cuenta de que yo, además de
ser mixe, era indígena.
sonoro, lúbrico y continuo que sale de nues-
tra boca para poder hallarle un sentido, ha-
cerlo significar. Un sistema lingüístico men- teresante en los pronombres correspondien-
tal crea las unidades y las delimita: “aquí hay tes a la primera persona del plural que po-
un fonema, ésta es una palabra”. dría traducirse como “nosotros”. Ëëts es un
Lo maravilloso de escuchar una lengua nosotros que excluye al oyente, atom es un no-
que no se comprende es que este hecho vuel- sotros que lo incluye; si me dirijo a ti, lectora,
ve a ser evidente: el fluido sonoro que sale lector, utilizando “ëëts tenemos sueño” im-
de la boca de uno de los cinco últimos ha- plica que nosotros, tú no, tenemos sueño; si
blantes de la lengua kiliwa fluye ante mis utilizo “atom tenemos sueño” comunico que
oídos libre de toda restricción que pueda im- tú y yo tenemos sueño. No hay manera de no
ponerle mi mente no iniciada, la cual, a pesar elegir, el que te escucha está incluido o no lo
de todo, trata de buscarle sentidos, unida- está, dejando lejos la genial ambigüedad del
des, buscar algo que le parezca remotamen- nosotros castellano. Es necesario el contraste
te conocido. Pronto me rindo y me sumerjo para crear categorías distintas, reconocerse
en un río acústico, sé que para alguien eso no sólo distintos sino también contrastantes.
que escucho es un acto de habla, que ese he- La identidad, al igual que los fonemas, nece-
cho acústico pretende significar, pero todo sita del contraste para configurarse.
eso se me escapa. Como una persona que aprendió a hablar
A menudo me pregunto si mi conocimien- una lengua distinta a la que entonces se daba
to de la realidad opera de manera semejante, por llamar “lengua nacional”, el tema de la
si la realidad es, en realidad, un río informe de identidad parecía algo obligado. Los estudios
continuos, acontecimientos y procesos sobre sobre la identidad están bastante focaliza­
los que hago operaciones ontológicas y logro dos sobre pueblos indígenas y lo que, en ge-
sacar unidades, categorías discretas, objetos neral, erróneamente me parece se ha dado en
determinados, con límites, listos para ser uti- llamar “minorías” étnicas o también “diver-
lizados. Pienso entonces que tener conciencia sidades” o lo que tal vez, si fueran más cínicos,
de mí como una persona distinta del resto, llamarían “desviaciones de la norma”. “¿Has
un ser discontinuo y discreto, es resultado de tenido alguna vez una crisis de identidad?”,
una proyección mental; me asusta conside- me preguntó alguien hace algunos años. No
rarlo siquiera. La identidad es una operación supe contestar, porque el concepto mismo
mediante la cual las personas se piensan y de “identidad” me era inasible, escurridizo y
existen como entes discretos. Las personas algo indefinible, como puede verse luego de
somos los fonemas o las palabras-individuo una rápida revisión bibliográfica.
impuestas sobre este chorro continuo que es Sin embargo, dos experiencias moldearon
el universo. especialmente varias de mis ideas actuales
sobre la identidad. Una de ellas tiene que ver
CONTRASTES con el proceso mediante el cual me di cuenta
Mi lengua materna es el mixe, una lengua de que yo, además de ser mixe, era indígena.
mesoamericana que hace una distinción in- Crecí en una comunidad rodeada de otros pue-

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blos mixes y zapotecos; durante la infancia mental enfocado sobre todo en atraer al tu-
pasé la mayor parte del tiempo hablando en rismo; se trata de una explotación de ciertos
una lengua en la que no existía el equivalen- rasgos culturales de los pueblos indígenas de
te de la palabra “indígena”. El mixe divide el Oaxaca para construir un discurso identita-
mundo entre ayuujk jä’äy (mixes) y akäts (no rio oaxaqueño listo para el consumo. Sin em-
mixes), no importa si naciste en la Ciudad de bargo, como escuché en una conferencia sobre
México o eres zapoteco del Valle de Oaxaca, el tema, esta misma Guelaguetza ha tomado
en mixe te llamarán y serás akäts. La con- nuevos rumbos y significados para la comu-
ciencia de ser indígena me nació cuando lle- nidad migrante oaxaqueña en California, Es-
gué a la ciudad, aprendí que lo era y me per- tados Unidos. Cada año, mediante organiza-
caté de sus implicaciones. La primera vez que ciones autogestivas, los migrantes oaxaqueños
le conté a mi abuela (monolingüe en mixe) so- organizan distintas Guelaguetzas que, aun-
bre el hecho de que ella, al igual que yo, era que muy parecidas a la Guelaguetza oficial en

¿Es posible quedarse sin identidad? ¿Se puede hablar de una


identidad fuerte o de una identidad débil? Cuando hablamos
de identidad en este sentido, tal vez hablamos sólo de algunos de
los rasgos que la definen. Nadie en el mundo puede quedarse sin
identidad nunca, la identidad sólo se reconfigura.

indígena, lo negó. Ella es mixe, no indígena. las formas, son totalmente distintas en cuan-
Fue muy enfática en eso. Me di cuenta enton- to al fondo. Mientras que en Oaxaca se trata
ces de que ser indígena no había sido un rasgo de un evento gubernamental, en California
de mi identidad durante mucho tiempo y que se trata de un evento autónomo, producto de
no sería nunca parte de la identidad de mi la articulación comunal de los migrantes que
abuela. Mi crisis de identidad se trató enton- se instaura como un desafío al Estado mismo,
ces de no entender qué era la identidad. sobre todo en un contexto tan adverso a los
La segunda experiencia me planteó nue- migrantes. Casi al final, la conferencista apun-
vas preguntas. La Guelaguetza es una fiesta tó, entre otras cosas, que la Guelaguetza en
anual que se celebra en Oaxaca, el segundo y Califonia fortalecía también una identidad que
el tercer lunes de julio. El gobierno oaxaque- tendía a desaparecer o a deslavarse. Esto úl-
ño, a través de un llamado Comité de Auten- timo me planteó muchas preguntas. ¿Es po-
ticidad, invita a distintas comunidades del sible perder la identidad? ¿Es posible quedar-
estado a presentar sus bailes en la ciudad. La se sin identidad? ¿Se puede hablar de una
Guelaguetza ha sido calificada como la fiesta identidad fuerte o de una identidad débil?
folclórica más importante de Latinoamérica, Cuando hablamos de identidad en este senti-
pero después de un breve análisis no es difícil do, tal vez hablamos sólo de algunos de los
concluir que se trata de un festival guberna- rasgos que la definen. Nadie en el mundo pue-

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de quedarse nunca sin identidad, la identidad cerán contrastes en otros contextos y forma-
sólo se reconfigura. rán parte de mi identidad.
En los nuevos contextos en los que me ins-
IDENTIDAD Y CONTRASTE cribí al irme de Ayutla, el rasgo “indígena” se
Cada persona posee un sinnúmero de carac- activó y esa activación va más allá de mi vo-
terísticas. Cada persona es un continuo que luntad. Es probable que ese rasgo nunca pueda
puede dividirse en un haz de rasgos potencial- activarse en la manera en la que mi abuela ve
mente infinito. He pensado en llamar identi- el mundo, de algún modo ella queda más o me-
dad al subconjunto de rasgos que establecen nos a salvo de ese contraste; a pesar de que las
contrastes. Es verdad que todas las personas políticas públicas que utilizan la categoría “in-
poseen el rasgo “terrícola”. Nadie puede ne- dígena” siempre van a afectar su vida, en lo par-
gar que todas las personas del mundo lo sean; ticular, en la experiencia identitaria de mi abue-
sin embargo, quisiera sostener que el rasgo la, ser indígena es algo bastante irrelevante:
“terrícola” aún no forma parte de una identi- “soy mixe, no indígena” seguirá repitiendo.
dad reivindicable porque no contrasta. Ima- No obstante que las personas vamos ex-
gino que ante un posible contacto con habi- perimentando estos contrastes a lo largo de
tantes de otros planetas, ese rasgo, presente nuestra existencia, sería ingenuo pensar que
siempre, contrastaría de inmediato y se in- las circunstancias que activan el subconjun-
corporaría al conjunto de rasgos que definen to de rasgos contrastantes que es la identidad
nuestra identidad. Aún más, ante un encuen- se basen por completo en decisiones persona-
tro hostil con posibles marcianos, el rasgo les. El hecho de establecer un contraste entre
“terrícola” podría alcanzar tanta importan- el mixe y el español en la escuela no depen-
cia que probablemente se le llenaría de sím- dió de mí sino de una serie de sistemas arti-
bolos, y también prejuicios, que fortalecerían culados. El hecho de saberme mixe viene po-
aún más ese contraste. Se hablaría del orgullo tenciado por discursos, narrativas, rituales y
terrícola, de la resistencia terrícola o incluso símbolos que me antecedieron.
de la cultura terrícola. Las identidades colectivas se forman po-
A lo largo de la vida, las personas podemos tenciando ciertos rasgos contrastantes en co-
inscribirnos en distintos espacios que posi- mún a través de la historia, que terminan
bilitan establecer determinados contrastes, formando parte de experiencias identitarias
de manera que el subcojunto de rasgos que es particulares. Sin embargo, los factores que de-
nuestra identidad puede ir cambiando. Cier- terminan qué rasgo será el contrastante, el
tos rasgos, presentes siempre, pueden ser irre- potenciado por símbolos, narrativas y ritua-
levantes en determinados contextos mien- les, pueden ser producto de una manipulación
tras que en otros se activan inmediatamente. determinada desde los grupos de poder para
La forma de la nariz, un rasgo existente pero conseguir ciertos fines.
irrelevante, de pronto cobró una importan-
cia inusitada entre hutus y tutsis en un con- IDENTIDAD, NACIONALISMO Y PODER
texto de represión y genocidio. Me pregunto Aquí me gustaría detenerme en un hecho im-
qué rasgos ahora irrelevantes en mí estable- portante: el establecimiento de los contras-

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tes de rasgos, su importancia y su funciona- símbolos patrios, la representación estatal en
miento está mediado por un sistema complejo. justas deportivas como las Olimpiadas o las
El establecimiento de los rasgos identitarios competencias mundiales deportivas, los libros
se determina dentro de una compleja red de de historia oficial y las “fiestas patrias” crean
relaciones de poder. En la actualidad, los es- experiencias de identidad únicas.
tados nacionales se erigen como uno de los En 1998, los pueblos hablantes de lenguas
entes monopolizadores en la generación de distintas al francés propusieron que la Cons-
discursos identitarios y sus símbolos: esta- titución francesa reconociera al menos la exis-
blecen una jerarquía para las diferencias, tencia de dichas lenguas; la Academia France­
determinan un conjunto de rasgos de aque- sa se negó rotundamente argumentando que
llo que debe ser normal y respecto de lo cual ese reconocimiento atentaría contra la “iden-
los demás contrastamos. Esos rasgos se rela­ tidad nacional” de la república. Su gesto me
cionan con símbolos, himnos, bailes, histo�- parece elocuente como pocos, la sola mención
ria, folclor y gastronomía. El contraste entre oficial de que Francia es un estado multilingüe
rasgos es naturalmente simétrico, pero los atenta contra la identidad nacional construi-
estados nacionales los jerarquizan eligiendo da por el Estado. Las identidades nacionales
un conjunto de rasgos simplificado que en existen porque intentan monopolizar y silen-
nuestro caso llaman “identidad mexicana”. ciar otras identidades políticas e históricas.
Lo mismo sucede con todos los otros siste- Si definimos “pueblo indígena” como una
mas, el patriarcal, el racial y el capitalista. nación que no formó su propio estado nacio-
Estos sistemas jerarquizan los elementos en nal, quedó encapsulado dentro de uno y ade-
contraste e influyen en la generación de ex- más sufrió colonialismo, podremos ver que
periencias identitarias. el rasgo indígena se crea y se explica siempre
La creación de un mundo dividido en paí- en función de la existencia de un Estado. Soy
ses, en estados nacionales, prefiguró una ex- indígena en la medida en que pertenezco a
periencia identitaria antes inexistente: la na- una nación encapsulada dentro de un Estado
cionalidad oficial. El mundo se dividió en poco que ha combatido, y combate aún, la existen-
más de 200 países, su creación se vio acom- cia misma de mi pueblo y de mi lengua, que
pañada de la generación de identidades arti- niega la historia de mi pueblo en las aulas,
ficiales que casi siempre se contraponen o que ha intentado silenciar los rasgos contras-
combaten experiencias identitarias naciona- tantes de mi experiencia como mixe mediante
les que no sean las que han creado los estados. un proyecto de amestizamiento que intenta
Miles de naciones y pueblos quedaron encap- convertirme en mexicana.
sulados dentro de poco más de 200 entidades El rasgo mexicano, inexistente hace 300
legales que, más allá de su función adminis- años, moldea y jerarquiza las narrativas iden-
trativa, monopolizan la generación de expe- titarias de las personas. En este sentido, mi
riencias de identidad. Se trata de ideologías experiencia como indígena se contrapone y a
convertidas en experiencias identitarias a tra- menudo se contradice con la que tengo como
vés de discursos y prácticas nacionalistas. Los mixe. Mi experiencia como mixe se opone a
honores a la bandera de los lunes, la ley de los la experiencia de múltiples pueblos en el mun-

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do. El pueblo mixe posee un territorio, una
lengua y una historia que contrasta con la del
pueblo zapoteco, del pueblo ainu en Japón o
el de la nación saami que habita en los países
del norte de Europa. En cambio, el rasgo “in-
dígena” contrasta con el rasgo identitario crea-
do por el nacionalismo mexicano. No he de-
seado nunca dejar de ser mixe, he deseado
muchas veces dejar de ser indígena. Dejar de
ser indígena sin dejar de ser mixe implicaría
que el discurso y las prácticas estatales que
combaten manifestaciones de rasgos de iden-
tidad distintos a los oficiales habrían dejado
de operar, significaría que puedo tomar cla-
ses de cualquier materia en mi lengua ma-
terna o conocer la historia de mi pueblo en Carlos Mérida, Bailes de México, 1939
las aulas o, aún más, que mi pueblo puede
tomar libre determinación sobre los bienes de modo que es común escuchar que los pue-
naturales presentes en nuestro territorio. blos indígenas tenemos una identidad muy
Parafraseando al periodista mapuche Pe- fuerte. No es que la población no indígena no
dro Cayuqueo, declaro que “soy mixe pero posea una identidad fuerte, es que se ha asig-
tengo pasaporte mexicano por un lamenta- nado que los indígenas somos los contrastan-
ble y trágico accidente histórico que a veces tes, los distintos. Amestizarse no es perder
preferiría no recordar”. Sin embargo, aunque identidad, es reconfigurarla, es adherirse a un
me pese, no puedo negar que ese rasgo, ser rasgo que un sistema ideológico ha creado y
mexicana, forma parte del conjunto de los ha determinado como la norma.
rasgos identitarios que contrastan en mí; esto Por fortuna, rasgos como “mexicana”, “in-
evidencia que los sistemas que moldean las dígena”, “mixe” son sólo algunos de los que
experiencias de un habitante de Mérida, de forman parte del subconjunto que contrasta
la ciudad de Durango o de un pueblo como y que llamo “identidad”. También soy mujer,
Ayutla Mixe no depende siempre de ellos. Así también soy oaxaqueña, también soy serra-
como en la masa sonora que sale de la boca na, por mencionar algunos. También soy te-
de alguien al hablar podemos identificar cin- rrícola. En algún mundo posible, lectora, lec-
co, seis o siete unidades vocálicas dependien- tor, también eres akäts, tal vez no lo sepas,
do de la lengua, así los sistemas de poder, las tal vez no forma parte de tu identidad, tal vez
ideologías y la historia nos moldean ciertos nunca has contrastado de esa manera, pero
rasgos de identidad. si un día vienes a visitarme compartirás un
El discurso identitario creado por el Esta- rasgo junto con un zapoteco o un chinante-
do se impone como la norma. Toda diferencia co: eres un akäts, un no-mixe. Y eso también
del rasgo normal contrasta jerárquicamente, es bueno.

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