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ISSN: 0121-7550
nomadas@ucentral.edu.co
Universidad Central
Colombia
Gallini, Stefania
Historia, ambiente, política: el camino de la historia ambiental en América Latina
Nómadas (Col), núm. 30, abril, 2009, pp. 92-102
Universidad Central
Bogotá, Colombia
Stefania Gallini**
Después de unos años de gestación, la historia ambiental en muchos países de América Latina es actualmente un campo
con legitimidad académica y al cual se le reconoce relevancia como espacio de investigación y formación. El artículo hace una
lectura sobre la marcha de este campo en la región e individualiza tres aristas que han caracterizado la literatura publicada en
América Latina: las teorías y los métodos de la historia ambiental latinoamericana; la lectura cultural de la historia ambiental;
y el estudio de las interrelaciones entre expansión territorial, bienes de exportación y nuevos conocimientos entre 1870 y 1930.
Palabras clave: historia ambiental, agrocombustibles, economía de agroexportación, historia de América Latina (siglo
XIX), naturaleza y cultura.
Depois de uns anos de gestação, a história ambiental em muitos países da América Latina é atualmente um campo
com legitimidade acadêmica e ao qual se reconhece relevância como espaço de pesquisa e formação. O artigo faz uma
leitura sobre o caminhar deste campo na região e individualiza três artistas que têm caracterizado a literatura publicada na
América Latina: as teorias e os métodos da história ambiental latinoamericana, a leitura cultural da história ambiental, e
o estudo das interrelações entre expansão territorial, bens de exportação e novos conhecimentos entre 1870 e 1930.
Palavras-chaves: história ambiental, agrocombustíveis, economia de agroexportação, história da América Latina (sé-
culo XIX), natureza e cultura.
After several years of gestation the environmental history is currently an academic field with recognized relevance as an
investigation and education area in many Latin American countries. The article makes a reading about the development of this
field in the region and identifies three aspects which have characterized the literature published in Latin America: first, the
theories and methods of Latin American environmental history; second, the cultural reading of the environmental history;
finally, the analysis of the relationship between territorial expansion, exported goods, and new learning from 1870 to 1930.
Key words: environmental history, biofuels, agroexport economy, Latin American history (19th century) nature, cultura.
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reconoce relevancia como espacio Las condiciones son, pues, pro- los múltiples modos en los cuales las
de investigación y formación. Sus- picias, no tanto para un exhaustivo sociedades se expresan– y el medio
tentan esta afirmación algunos indi- estado del arte, que excede los pro- ambiente están interrelacionados y
cadores académicos. Desde hace pósitos de este artículo y probable- se transforman mutuamente. Esta
siete años, varios cursos sobre temá- mente las capacidades de quien lo historia ambiental cultural (para de-
ticas de historia ambiental se han escribe, sino para un razonamiento cirlo con McNeill, 2003) no está en-
dictado en universidades mexicanas, interpretativo acerca de las directri- deudada (o contaminada, dirían
cubanas, colombianas, panameñas, ces hacia las cuales está encaminada algunos) con el “giro lingüístico”,
costarricenses, brasileñas, argentinas la historia ambiental latinoame- sino más bien está influenciada por
y chilenas. No obstante, ninguna uni- ricana, y en particular, la que se la ola (o el tsunami, según los críti-
versidad latinoamericana, según mi cos) de la nueva historia cultural.
conocimiento, ofrece actualmente un Por último, es detectable la tercera
programa de posgrado específica - vía, que reúne tal vez la mayoría de
mente dedicado a esta materia; mu- las investigaciones y publicaciones.
chas de ellas aceptan, promueven e Esta es la historia de cómo los eco-
integran en sus programas espe- sistemas latinoamericanos (si el
cialmente de maestrías (en gene- oxímoron es aceptable, al juntar
ral, en estudios ambientales, un adjetivo cultural-político
historia, geografía o ecolo- con una categoría conceptual
gía) proyectos de tesis y cur- bio-geográfica) han sido trans-
sos sobre temáticas de historia formados profundamente por las
ambiental4. fuerzas de la economía mundial
durante los siglos XIX y XX.
Igualmente, en los úl- Trataré de discutir las tres
timos años han salido a la vertientes con base sobre
luz un número remarcable todo en la reciente pro -
de publicaciones en historia ducción colombiana.
ambiental latinoamericana,
bien sea como dosieres de re-
vistas académicas (Horta, 2. Sobre las teorías y
2002, 2005 y 2008; Galafassi los métodos de la
y Zarrilli, 2004; Gallini, 2005; historia ambiental
Leal, 2006;)5, bien sea como li- latinoamericana
bros editados (García y González, Ludwig Zeller (Chile 1927), “La mujer y el león”,
1970, del libro 50 collages, Canadá 1981. Los estudiosos latinoamericanos
1999; García y Prieto, 2002; Branns-
trom, 2004a; Funes, 2008), o mono- han prestado continua y creciente
grafías, generalmente originadas de desarrolla desde América Latina, atención a la definición de historia
tesis doctorales defendidas en uni- siguiendo en esta distinción a ambiental, a la justificación de su
versidades europeas o norteamerica- Guillermo Castro (1997) y a Regina existencia y a presentar propuestas
nas (Funes, 2004 y Soluri, 2006, para Horta (2005). Me parece que son para su desarrollo. Los chilenos Pa-
limitarse a dos monografías pre- tres los caminos que la mayoría de blo Camus (2001), Mauricio Folchi
miadas)6. A pesar de las crónicas di- estudiosos han seguido. Una línea y Fernando Ramírez (2000); los co-
ficultades de circulación editorial, de evidente desarrollo en la litera- lombianos Alberto Flórez (2000) y
estas contribuciones en su conjunto tura reciente de historia ambiental Germán Palacio (2001); Guillermo
proveen la base bibliográfica necesa- latinoamericana ha sido la interro- Castro en Panamá (2000); Paulo
ria, científicamente sólida y disponi- gación teórica y metodológica acer- Enrique Martínez (2005) en Brasil;
ble en español, para poder desarrollar ca de este campo. La segunda Miguel Aguilar y María Gabriela
la docencia y la investigación en la temática ha intentado investigar Torres-Montero (2006) en México;
materia en América Latina. cómo la cultura –entendida como Christian Brannstrom (2004b) y yo
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que la historia ambiental lo hiciera tes pilares de la mayoría de las pu- ambientales de la extracción de
(Braudel, 1953). De manera sor- blicaciones en este ámbito del sa- cobre en Chile, la marginalización
prende y con sabiduría, la historia ber (Gallini, 2004). Existen, por histórica de la Amazonía, las impli-
ambiental latinoamericana ha sido supuesto, justificaciones muy prác- caciones de larga duración del
capaz de evitar involucrarse en el ticas para este resultado: por un canal de Panamá son algunos ejem-
debate disciplinar, en cambio, ha lado, las fuentes históricas escritas plos), evitando aquellos tópicos qui-
surgido muy pronto un consenso en su mayoría están organizadas por zá intelectualmente divertidos,
natural acerca del carácter intrín- los Estados y sus entidades, y tien- pero social o ecológicamente poco
secamente inter(o in)disciplinar de den, por lo tanto, a colonizar con relevantes.
este campo: sin importar a cuál estas mismas categorías el esque-
disciplina pertenezca. Practicar la ma organizacional del conoci-
historia ambiental requiere de un miento sobre el pasado. Por otro 3. Historia cultural e
trabajo en equipo cuyos expertos lado, se debe recordar que la in- historia ambiental
provienen de distintos campos, y de vestigación transnacional implica
ninguna forma es un terreno ex- costos de traslado y de acceso a La veterana revista History and
clusivo de los historiadores. De he- fuentes que, en regiones a menu- Theory, en un número de 2003 dedi-
cho, una mirada cercana a quienes do enormes como las que pueden cado a la historia ambiental, propuso
a esto se dedican en América Lati- constituir pertinentes unidades de varios artículos que empezaban a ex-
na, muestra que ellos/as se encuen- análisis ecohistóricas (por ejemplo, plorar la teoría de la historia ambien-
tran ubicados en departamentos de la Amazonía, o las regiones de bos- tal y escarbaban en las entrañas de
distintas áreas disciplinares: ecolo- que alto-andino), resultan difícil- su relación o no-relación con pers-
gía, historia, geografía, antropolo- mente sostenibles. pectivas postestructuralistas como las
gía, geología, hidrología, estudios de Donna Harraway y Bruno Latour
ambientales. En tercer lugar, y tal vez como (Asdal, 2003). El tema de fondo es
reflejo de las razones del ambien- la dicotomía entre naturaleza y cul-
No dejan, sin embargo, de sur- talismo latinoamericano para el cual tura, donde la primera sería el rei-
gir preguntas acerca de la procla- el conservacionismo está íntima- no de las ciencias naturales y la
mada interdisciplinaridad: ¿existe mente asociado con la lucha contra segunda el campo de las ciencias
un “método” dominante en el que- la pobreza y la inequidad social humanas. Sobre el desvelamiento
hacer de la historia ambiental tal y (Carrizosa, 2003)9, la historia am- del dualismo naturaleza/cultura
como se practica en América Lati- biental latinoamericana no ha esta- como construcción social e históri-
na? La participación de ecólogos y do ajena a cierta ética de cambio y ca, descansa la propia existencia de
geógrafos en muchos proyectos de de respuesta constructiva de mejo- la historia ambiental. Su pilar teó-
lectura diacrónica de la relación res relaciones sociales. Aunque no rico básico es precisamente la
sociedad-naturaleza que se llevan deja de tener facetas de utopía co- noción de naturaleza como co-par-
a cabo, influye sin duda en las for- lectiva, la idea de la historia am- ticipe de la historia humana y el re-
mas y el lenguaje de las investiga- biental como medio para impulsar el chazo de la primera como telón de
ciones (por ejemplo, Guevara, cambio y perseguir una “nueva cul- fondo de las gloriosas gestas de las
Laborde y Sánchez-Ríos, 2004). Sin tura de la naturaleza” ha servido sociedades en su lucha por distan-
embargo, a menudo la historiografía como aglutinadora para darle cohe- ciarse de la naturaleza y alcanzar
ambiental latinoamericana sigue sión a la comunidad científica, que la “civilización”. Nada de esto es
siendo pensada y escrita en su ma- si bien no es ajena a los vicios pro- nuevo para la antropología, pero sí
yoría en términos político-estatales pios de cualquier asociación acadé- lo fue o lo sigue siendo para mu-
y con herramientas clásicas del ofi- mica, retiene un sentido de causa chos historiadores. Por consiguien-
cio de la historia: Estados-naciones, superior, que por ejemplo ha impul- te, también en la historiografía
en vez de ecosistemas, tienden a sado a los investigadores a ocuparse ambiental latinoamericana se ha
prevalecer como unidades de aná- de temas álgidos de las historias de abierto campo a la exploración de
lisis, y archivos nacionales, en vez la región (el imperialismo ecológico cómo las culturas han participado
del trabajo de campo, son las fuen- del azúcar en Cuba, los costos en la construcción de la relación
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leo, cobre, oro, madera, trigo y los llamativas similitudes: tal como en circunscrito a una sección más bien
demás bienes primarios de exporta- el caso de las exportaciones del si- limitada del planeta, fue y es una
ción tuvieron su propia historia, y glo XIX, los agrocombustibles del bandera importante de la propagan-
estamos apenas entendiéndola siglo XXI están dirigidos esencial- da gubernamental favorable al fo-
(Guhl, 2008). mente a unos destinos específicos: mento de los agrocombustibles.
en aquel entonces, las más pujantes Voces críticas existieron tanto en
Hay otra razón para querer co- áreas del mundo industrializado (Es- pleno auge agroexportador como en
nocer la historia ambiental de la tados Unidos, Gran Bretaña, Ale- pleno despegue de los agrocom-
exportación extractiva y agrícola del mania, Francia), y en el presente, los bustibles, y en ambos casos se las ha
siglo XIX, y es su llamativa simili- más voraces consumidores de ener- tildado bajo el estigma de anti-
tud con la historia de los agrocom- patrióticas. Al responder posi-
bustibles producidos en la región tivamente a aquel llamado de la
que apenas está comenzan- economía internacional –proclaman
do. De alguna manera, pal- en cambio los gobiernos nacionales,
ma africana, soya, maíz, caña de variados colores políticos, distin-
de azúcar, que son las mate- tos sectores empresariales y no po-
rias primas a partir de las cuales cos científicos en el siglo XIX como
varios países latinoamericanos en el XXI– se esperan el fomento del
producen energía (Uribe, desarrollo rural, la aceleración de
2008), se pueden entender una siempre ansiada y nunca
como las versiones modernas alcanzada transformación del
de aquellos productos –agrí- campesino tradicional en mo-
colas o minerales– que lide- derno proletario rural, o si aca-
raron el boom exportador en so en pequeño empresario
el siglo XIX: plátano, café, azú- agrícola, el aprovechamiento –
car, guano, caucho, trigo, etc. En vía sector exportador– de un gran
ese entonces, como hoy, las re- motor para las economías naciona-
giones equinocciales, como acos- les en su conjunto.
tumbraba llamar al trópico el
“agrólogo humanista” colombiano Las similitudes entre los dos pro-
Víctor Manuel Patiño (1990-93 y cesos históricos pasan también por
2003), responden a la demanda vi- los impactos sociales y agrarios que
gorosa de un mercado mundial que una abundante historiografía –para
reconoce en ellas las más aptas pro- el caso del siglo XIX– y una crecien-
ductoras de materias primas estra- te literatura crítica –para el caso del
tégicas. Desde luego, es cierto que siglo XXI– estaría mostrando: exten-
los agrocombustibles10 son también Ludwig Zeller, “El poeta sueña”, 1970, sión del monocultivo y del gran la-
producidos en regiones templadas del libro 50 collages, Canadá 1981. tifundio, escasa distribución de los
(Alemania, por ejemplo), pero las beneficios económicos que el sector
ventajas comparativas de las áreas tro- gías, requeridas en particular para produce, inicuas relaciones labora-
picales en términos de disponibilidad mover automóviles y camiones (Es- les, fortalecimiento de grupos
de tierra y condiciones climáticas tados Unidos, Europa occidental, oligárquicos, y, en definitiva, resul-
aptas para estos cultivos en gran es- China, Brasil es una excepción por tados de poca monta en términos de
cala son grandes, y hacen de ellas las su alto autoconsumo). desarrollo rural integral de las zo-
proveedoras potenciales de energía nas donde estos preciados recursos
a partir de biomasa11 en el futuro. La retórica de las oportunidades se obtienen (Worldwatch Institute,
“históricas” abiertas para un merca- 2006; Royal Society, 2008; Pimentel
En cuanto a mercado de desti- do que una vez más se apostilla como y Patzek, 2005; Fargione, 2008;
no, también en este campo aplican mundial, pero que en cambio está Altieri y Bravo, 2007).
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quiera decir hipotecar la le- a la cual también Germán Palacio 8 Como lo explica Cronon en el prefacio
de la edición de bolsillo de 1996 del li-
gitimidad de los resultados hacia frecuente referencia. Habrá bro, éste “apareció en las librerías cuan-
dependiendo de la intimidad que hacerles caso, si de este esfuer- do el asalto anti-ambientalista parecía
de las relaciones estableci- zo se ha de esperar no (solo) un ejer- poder ser horriblemente exitoso” (19).
das con la ciencia dura. cicio intelectual, sino un acto de Algunos lectores interpretaron las vi-
siones críticas de Cronon y demás auto-
- En franca lucha para superar defensa de la vida en el planeta. res del libro como parte de esta arreme-
las geografías imperiales a tida, cuando en la realidad “su inten-
través de la lectura y el pen- ción era impulsar una mayor reflexión
acerca de las formas complicadas y con-
samiento en marcos compa- tradictorias en las cuales los seres hu-
rativos y transregionales. Citas manos modernos conciben su lugar en
- Defensores de la idea según la naturaleza” (20).
la cual, las personas y la vida 1 La cita es del documento de convocato- 9 Agradezco a Elsy Castillo por recordar-
no humana tienen valor, ria para contribuir con artículos en la me este importante punto.
NÓMADAS 22. La convocatoria circu-
pero no son mercancías, y ló en medios electrónicos durante el pe- 10 Agrocombustibles es a menudo sinónimo
por lo tanto, opositores de riodo mayo-octubre de 2005. de biocombustibles para definir aquellos
combustibles liquidos o gaseosos produ-
la imposición de etiquetas 2 Información sobre la constitución y el cidos a partir de biomasa (bioetanol y
sin vida como “capital hu- quehacer del grupo se encuentra dispo- biodiesel), en oposición a los combusti-
mano” o “capital natural”. nible en: <www.hiampol.info>, consul- bles fósiles. Prefiero utilizar aquí el térmi-
- En tensión para lograr estu- tado el 8 de febrero de 2009. no agrocombustibles en reconocimiento
del hecho que, en la actualidad produc-
diar tierra, mar y cielo jun- 3 Los simposios latinoamericanos y
tiva, los combustibles de este tipo son
tos, siguiendo los flujos. caribeños de historia ambiental comen- derivados de cultivos agrícolas.
zaron en Santiago (Chile) en el 2003.
- Capaces de utilizar metodo- El segundo encuentro tuvo lugar en La 11 Biomasa es “todo tipo de materia orgáni-
logías y técnicas de investiga- Habana (Cuba) en 2004, el tercero en ca generada en las plantas por el proceso
ción modernas, sin renunciar Carmona (España) en 2006, el cuarto de fotosíntesis en donde se acumula la
en Belo Horizonte (Brasil) y el quinto se energía capturada de las radiaciones del
nunca a las tradicionales lec- encuentra en preparación en La Paz, Baja sol y se almacena en forma de energía
turas de archivos o a la escu- California (México) para junio de 2010. química”. (uribe, 2008: 107).
cha de los ancianos. El sexto está previsto en Colombia. La 12 Ver, por ejemplo, CLAES, disponible en:
- Reacios a comprometerse Sociedad Latinoamericana y Caribeña de <www.agrocombustibles.com>.
Historia Ambiental (SOLCHA) fue for-
con una particular agenda malmente creada en 2006.
política o un paradigma in-
4 En Colombia lo hacen, por ejemplo, la
telectual más allá de cuestio- Universidad Nacional de Colombia
nar todas las agendas y (Maestría en Historia; Maestría en Me-
oponer resistencia frente a dio Ambiente y Desarrollo, sede Bogotá
Bibliografía
programas que tratan de go- y sede Caribe; Maestría en Estudios
Amazónicos, sede Amazonía), la Univer- AGUILAR-ROBLEDO, Miguel Ángel y Ma-
bernar –en vez de respetar– sidad de Los Andes (Maestría en Histo- ría Gabriela Torres-Montero, 2006,
la diversidad (Soluri, 2005). ria y Maestría en Geografía). “Ambiente y cambio ambiental: ¿ejes
para deconstruir y (re)construir a la his-
5 Se debe mencionar también la sección toria ambiental?”, en: Vetas. Revista del
La cruda reflexión de este autor sobre historia ambiental de la revista cu- Colegio de San Luis, No. 19.
y animador importante de la histo- bana Ilé: Anuario de Ecologia, Cultura y
ALTIERI, Miguel y Elizabeth Bravo, 2007,
Sociedad, director Armando Fernández,
ria ambiental latinoamericana, tra- La tragedia social y ecológica de la produc-
publicada en La Habana por la Funda- ción de agrocombustibles en el continente
za líneas para el camino futuro de ción Antonio Núñez Jiménez. americano, s/l, disponible en: <www.
este campo y, de manera indirecta, foodfirst.org/files/Altieri-Bravo-Biocom-
6 El más exitoso esfuerzo de coordinación
indica tarea específicas y modos de bibliográfica es la Online Bibliography on bustibles-ES.doc>, consultado el 15 de
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cercanía con las ciencias naturales, editada por Lise Sédrez y disponible en: ASDAL, Kristin, 2003, “The Problematic
<http://www.csulb.edu/projects/laeh/>. Nature of Nature: the Post-Cons-
la superación de escalas espaciales tructivist Challenge to Environmental
“normalizadas” por la tradición del 7 Las referencias van desde el clásico “A History”, en: History and Theory, No. 42.
Roundtable: Environmental History”
pensamiento histórico occidental, y (1990) hasta “What is Environmental BRANNSTROM, Christian (ed.), 2004a,
quizá y sobre todo, la “indisciplina” History” (2006). Territories, Commodities and Knowledges:
GALLINI, S.: HISTORIA, AMBIENTE, POLÍTICA: EL CAMINO DE LA HISTORIA AMBIENTAL EN AMÉRICA LATINA NÓMADAS 101
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2002, Gestión ambiental en América La- SOLURI, John, 2006, Banana Cultures:
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