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Borrador del Capítulo 1.

Donde se discute lo relativo a la disposición metodológica adoptada en la


investigación.

Un par de coyunturas a propósito de las relaciones entre la semiótica y el estudio ya sea estético o
sociológico de las artes visuales es, primero, el análisis de porciones de comportamiento verbal (pero
esto se puede extender a cualquier clase de texto sea o no verbal) para deducir leyes generales de
significación y comunicación y luego el uso de estas aportaciones teóricas por parte de la crítica para
comprender mejor la naturaleza del texto (verbal o no). Aunque puede parecer un esfuerzo apropiado
para empresas como la cuadratura del círculo, a veces, ciertamente, el estado de la semiótica visual
permite operaciones que muestran la naturaleza de “artificio” de la obra. No obstante, Eco reconoce
algunos errores de los sistemas de signos aplicados a las obras de arte (denominándolos como
semióticas visuales).
Uno de esos errores tan recurrentes es la ilusión (y hay que recordar la etimología de esa palabra) del
trato del o los fenómenos visuales con un sentido propio de la abstracción matemática, es decir,
analizándolos en signos que se decomponen y decodifican cuyos resultados harían coincidencia con los
de la iconología. Quizás recordando un poco la situación a finales del siglo XIX, cuando algunos
científicos pensaron que la ontogenia no sólo podía revelar cosas sobre la historia evolutiva, sino que
también conservaba un registro paso a paso de esa historia. Estos científicos afirmaron que la ontogenia
recapitula la filogenia1. Siguiendo la analogía, entonces la iconología sería parte de una semiótica de la
pintura aún por construir. Esta postura afirmaría que la semiótica recapitula o recapitulará la iconología.
Y ambas posturas se han considerado ampliamente falsas.
El vicio por la descomposición atómica se lleva descuidadamente con una aplicación ingenua y
dogmática del modelo lingüístico, la noción de signo no siempre es específica o aporta algo nuevo a la
discusión. Algo importante a recalcar es que el especialista, científico de alguna rama del conocimiento
en particular analiza componentes elementales como si su método honestamente partiera del fenómeno
en acto mundano. Esto no se limita solamente al fonólogo y no indica que sus problemas sean poco
importantes sino que deben micro suponerse bajo la estructura más visible (en un primer plano) de una
semiótica de la pintura. Sus problemas no los resolvera ésta.
La definición de signo de Eco es típicamente Peirceana: “alguna cosa que esté en el puesto de alguna
otra cosa a los ojos de alguna persona en algún respecto o capacidad.” Las condiciones de posibilidad
de esta situación parecen decantarse fuertemente del lado del emisor, de hecho el receptor el
prácticamente imperceptible. Quien emite manipula un material de acuerdo a un contenido de tal
manera que aparezcan como correlacionados o con cierta parte del campo de significación con el cual
una cultura dada se otorga sentido. Sea por razón fácil o difícil, es solamente la tarea del emisor donde
su habilidad se encuentra en juego y las estructuras culturales salen a flote. Especialmente de la parte
de la razón difícil porque la condición de posibilidad para la comunicación es más desafiante. A veces
el emisor tiene una parte del contenido pero tiene el tipo expresivo convencionalizado, otras tantas el
emisor quiere comunicar un contenido indefinido y al manipular el material crea nuevos modos para
viviseccionar la experiencia. En todo caso no para de crear signos y de clasificar maniáticamente.
1 Esta frase da a entender que el desarrollo de un organismo le llevará a través de cada una de las etapas adultas de su
historia evolutiva, o filogenia. En aquella época, algunos científicos pensaron que la evolución funcionaba añadiendo
nuevas etapas al final del desarrollo del organismo. Así, el desarrollo repetiría la historia evolutiva: la ontogenia
recapitularía la filogenia. Esta es una idea extrema. Si fuera estrictamente cierta, predeciría, por ejemplo, que en el
transcurso de su desarrollo un pollo pasaría por los siguientes estadios: un organismo unicelular, un antepasado pluricelular
invertebrado, un pez, un reptil similar a un lagarto, un ave ancestral y, finalmente, un pollito. Cfr.
http://www.sesbe.org/evosite/evo101/IIIC6aOntogeny.shtml.html Consultado el 4 / 12 / 15 .
Los cuatro criterios para la clasificación de los signos en Eco son:

1. Trabajo físico invertido para la producción de la expresión.


2. La idiosincracia de la correlación de la expresión con el contenido.
3. El tipo de continuum material creado.
4. La modalidad de la articulación.

De la parte del receptor tenemos el fenómeno del reconocimiento de acontecimientos naturales o


humanos como expresiones ajenas a sí mismas en virtud de una correlación física con su causa, la cual
se transforma en su contenido. Parece que Eco rastrea la elementalidad de la actividad artística con este
concepto. Pero como la cosa no puede ser tan simple hay varios tipos de reconocimiento también.

La Huella. Siluetas, contornos, fotografías. Actúa por razón difícil.


Los Síntomas. Body Art, mímica. Actúa por razón fácil.
El Indicio. Expresión vinculada con la causa por mera contigüidad. Fontana, dripping.
La Ostensión. Ready made, signo como clase entera a la que pertenece el objeto.
Las Réplicas:
* Unidades combinatorias. Las palabras.
* Vectores. Las marcas de espacio/tiempo reproducen relaciones identificables en el contenido.
* Estilizaciones. Refritos de imágenes depositadas en el imaginario colectivo.
* Pseudo unidades combinatorias. Arte abstracto. Plano de la expresión articulado, plano de la
expresión disponible. Malévich, Mondrian, etc.
* Estímulos programados. Puro estímulo, elementos de ruptura y sorpresa. Happening, experimentos
multimediales, etc.
* Invenciones. Hiperrealismo, escultura de Segal. Los elementos de un modelo de contenido son
transformados en elementos del espécimen expresivo.
- Proyecciones. Se derivan de las invenciones. Similitudes geométricas, plotters, transformaciones
topológicas. De lo representado figurativamente ya ha sido seleccionado los puntos pertinentes que
obligan al destinatario a reconstruir una configuración reconocible.

El sistema de signos de Umberto Eco, heredero de Peirce puede resultar eficiente para entender la obra
de manera incipiente. Pero no es suficiente para entenderla más a fondo, Eco solamente nos puede
llevar hasta determinada distancia en nuestra investigación, la razón de esto es sencillamente porque
Paul Laffoley propone su propio sistema de signos ya totalmente sistematizado en otra obra
(Dimensionality).

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