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Dinámica: antes de comenzar el tema, se le invita a los participantes a pasar a un

lugar determinado donde estará un recipiente con lodo y otro con harina en la que
meterán las manos una en cada recipiente, se les dira que no pueden limpiárselas
hasta que se les indique. luego se invitan a sentarse y da inicio el tema. Al finalizar
él tema se te les hacen diferentes preguntas como: ¿que sienten en sus manos?
que piensan de lo que tienen en sus manos? Que alguien reflexiones o de su opinión
de esa dinámica. Luego el charlista reflexionara de la dinámica comparando en
relación a la vida cristiana y los sacramentos. Luego se les invitara a lavarse las
manos con agua reconociendo la importancia que tiene los sacramentos en nuestra
vida y asiéndose el propósito de tratar de cumplir con ellos.

Tema: Importancia de la vida sacramental


La Iglesia Católica es una iglesia SACRAMENTAL, nuestra santificación viene por
medio de Jesucristo nuestro Señor y Salvador, pero específicamente a través de
su Cuerpo Místico la Iglesia y a través de los 7 canales de gracia que son los
¡SACRAMENTOS!

EL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (CIC) se divide en 4 partes; una


parte trata sobre los sacramentos.

1. Los Sacramentos fueron instituidos por Jesucristo.


2. Los Sacramentos son siete. ¡A este número nunca se le añadirá ni restará
uno!
3. Los sacramentales, por el contrario, los instituyó la Iglesia y hay muchos; aún
se pueden agregar nuevos sacramentales.
4. DEFINICIÓN: «Un Sacramento es un signo sensible instituido por Cristo, que
comunica la gracia». — ¡Es la definición clásica!
5. Iglesias protestantes —históricas— tienen dos sacramentos: Bautismo y el
matrimonio.
6. Los Sacramentos se pueden dividir en tres categorías: a) Sacramentos de
Iniciación – Bautismo, Santa Comunión y Confirmación. Al recibir estos tres
sacramentos la persona debe ser un adulto maduro en su fe; b)
Sacramentos de Sanación – Penitencia y Unción de los Enfermos; c)
Sacramentos de servicio – Orden Sacerdotal y Matrimonio. ¡Ahí los
tenemos!
7. Los sacramentos son “fuente de poder” de gracia. Tal como la electricidad
(potencia y vatio) ilumina y transmite energía en un plano meramente
natural, los sacramentos en un plano sobrenatural comunican y transmiten
una poderosa energía espiritual que llamamos “gracia”.
8. Son de gran valor los sacramentales, las oraciones, las novenas, las
letanías, las peregrinaciones y aún los exorcismos. Sin embargo, las gracias
comunicadas a través de los Sacramentos son infinitamente más poderosas
— si sirve la comparación es como la diferencia entre niños de las ligas
menores jugando béisbol y las Ligas Mayores de béisbol. Por lo tanto,
debemos hacer uso de estas “fuentes de poder” espirituales que están a
nuestra disposición.
9. GRATIS. Este don de Dios que llega a través de los sacramentos, es
absolutamente gratis, a nuestro alcance, para nuestra elección y nuestro
tomar. Es como un cofre lleno de diamantes, rubíes y oro cuyo dueño nos
ha dado permiso absoluto de (por así decirlo) meter mano y ¡tomar a manos
llenas! ¡Qué insensatez sería no tomar a manos llenas!

10. ¡LA FE! El primer requisito es — Fe. Jesús realizó muchos milagros, pero
con una condición muy importante, tener FE. ¡En verdad la fe puede mover
montañas! ¡La fe puede resucitar muertos! ¡La fe puede transformar
vidas!

12. GRACIA RECIBIDA SEGÚN LA DISPOSICIÓN. Otro punto clave para


entender los sacramentos es “la disposición a la gracia”. Este principio
teológico afirma que recibimos la gracia—poca o mucha — en proporción
directa a la disposición de nuestra alma. Entre mejor sea la disposición del
alma mayor es la gracia recibida. Por ejemplo, veamos la recepción de la
Sagrada Comunión. Una escena seria la siguiente: A este adolescente se le
ha obligado venir a Misa el Domingo, en el camino a Misa se ha peleado con
sus hermanos en el coche, llega tarde a Misa, durante la Misa se la pasa
mandando mensajes de texto en el celular, también se la pasa pensando en
lo que va a comer después de Misa, llega el momento de recibir la Sagrada
Comunión y lo hace sin pensar y sale antes que acabe la Misa. En la otra
escena tenemos una madre devota y piadosa que llega a Misa media hora
antes, antes de comenzar la Misa reza con fervor por su familia, por su
propia conversión, por las almas del Purgatorio y coloca sobre el altar sus
muchas intenciones (La película: El Gran Milagro). Cada parte de la Misa es
importante para ella y ella participa plenamente, activa y consciente.
(Vaticano II, Sacrosanctum Concilium). Esta misma mujer conforme se va
acercando a comulgar, pide humildemente a la Virgen María que interceda
por ella para que su Comunión sea la más ferviente Comunión de su
vida. Ella recibe la Sagrada Comunión con fe, reverencia, humildad y amor:
La Santa Comunión es el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesús, el
Señor de señores y Rey de Reyes. Después de Misa ella se queda para
prolongar su acción de gracias, agradeciendo y amando al Señor con todo
su corazón. También reza el Rosario, implorando a la Santísima Virgen
María que le ayude a dar las debidas gracias al Señor. Hoy en día, estas
dos escenas son demasiado comunes al recibir el más grandes de todos los
sacramentos, la Santa Eucaristía. El adolescente recibe la Eucaristía, pero
con poco o ningún beneficio. La mujer piadosa recibe la Sagrada Comunión
y se produce una explosión de gracias y santificación en su corazón y en su
alma. ¿Dónde cae usted en estas dos escenas? ¡Probablemente en medio
de los dos extremos! Incluso otro contraste muy marcado es el
siguiente: Recuerde y compare como fue que Judas Iscariote recibe la
Sagrada Comunión en la Última Cena y después sale de prisa de noche para
traicionar a Jesús; ¡ahora contemple a la Santísima Virgen María recibiendo
el Cuerpo y la Sangre de Jesús de manos del Apóstol San Juan! Uno
recibió la Comunión para su propia condenación y ¡María para su
santificación y la del mundo entero!
13. PREPARACIÓN. En resumen, es indispensable hacer una buena
preparación y tener la mejor disposición para recibir los sacramentos
debidamente. San Pablo, en su carta a los Corintios, les advierte de no
comer o beber el Cuerpo y la Sangre del Señor a su propia condenación,
sino les pide examinar sus conciencias antes de acercarse a la mesa del
Señor. Todo catequista, padre de familia, maestro y sacerdote debe
proponerse firmemente llegar a un entendimiento correcto de los
sacramentos al igual una debida preparación. El conocido escritor y
profesor, Scott Hahn, en una de sus presentaciones compara los
sacramentos al fuego. El fuego se puede utilizar para un fin bueno o puede
causar daños irreparables; por ejemplo, el fuego puede dar calor a un
excursionista congelado o el fuego puede quemar todo el bosque. Asimismo,
los sacramentos –especialmente la Eucaristía—¡nos puede santificar
inmensamente o ser causa de nuestra perdición y condenación! ¡Utilicemos
este fuego debidamente!
14. ¡APRECIAR EN TODO MOMENTO! En cuanto a los sacramentos debemos
siempre estar bien conscientes del peligro de no darles la debida
importancia. Sobre todo, si usted tiene la oportunidad de asistir a Misa
diariamente o puede acudir al sacramento de la Confesión, no tomarlos
como cosa rutinaria. Las monjas de la Beata Madre Teresa de Calcuta
tienen en sus sacristías una placa en la pared que sirve como recordatorio a
los sacerdotes — pero este recordatorio también debería ser para todos—
lee así: “¡Sacerdote, hombre de Dios, celebra esta Misa como si fuese tu
primera Misa; ¡tu última Misa y tu única Misa!” Como nos recuerda el Libro
del Apocalipsis, debemos siempre tener cuidado de no perder nuestro primer
amor.
15. MARÍA Y LOS SACRAMENTOS. En las tres muy conocidas apariciones
Marianas aprobadas por la Iglesia — Guadalupe, Lourdes y Fátima– María
pidió que se construyera una iglesia. ¿Por qué? Porque en las iglesias se
celebran los SACRAMENTOS y se ofrecen al pueblo de Dios, especialmente
el sacramento de la confesión y la Eucaristía. María nunca nos aleja de
Jesús sino al contrario, siempre nos conduce al Sagrado Corazón de Jesús,
verdaderamente presente en cada Santa Misa.

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