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COLEGIO AURORA DE CHILE SUR Guía de: PSICOLOGÍA.

PROFESOR(A): Mauricio Agüero Valdés. CURSO: 3°

ALUMNO(A):

Instrucciones: luego de haber visto, analizado y discutido el video, en grupos (máximo 4


estudiantes) lean atentamente la guía e indiquen; qué es el biopoder y dónde
podemos observarlo.

BIOPODER.
MICHAEL FOUCAULT.

Michel Foucault acuñó el concepto biopolítica, o biopoder, en la última sección del primer tomo
de su Historia de la sexualidad, de 1976. En dicha sección, llamada "derecho de muerte o poder
sobre la vida", explica cómo en los dos últimos siglos se ha dado un paso en la forma de ejercer el
poder por parte de los Estados: anteriormente el poder se basaba en la capacidad del soberano de
dar muerte, ahora se basa en la capacidad de gestionar la vida.
Así pues, se trata de un poder que no sólo amenaza con desposeer de propiedades y en última
instancia de la vida, sino de controlar la vida, de hacerla crecer, organizarla y optimizarla.

La biopolítica según Foucault


La forma antigua de poder tenía en el más allá, en la muerte, una justificación metafísica de su
poder terrestre. El biopoder tiene en la muerte su límite.
Esto se muestra, por ejemplo, en los regímenes totalitarios, que mobilizan poblaciones enteras
para hacer la guerra con el pretexto de conservar la vida del grupo, mientras que antes las
personas iban a la guerra lo hacían para mantener el poder político del señor o el soberano.

Las dos formas de biopoder


Para Foucault, diversos avances en la tecnología que culminaron justo antes de la Revolución
Francesa permitieron alargar y mejorar la vida al tiempo que controlarla mejor. Así, el biopoder se
empezó a ejercer de dos formas diferentes pero conectadas entre sí: las disciplinas del cuerpo y
los controles de la población.

Disciplinas del cuerpo


Las disciplinas del cuerpo surgen a mediados del siglo XVII, y se centran en hacer fuerte y útil un
cuerpo individual entendido como máquina. Lo ejercen instituciones como la educación o el
ejército, pero también la anatomía. Son sistemas encargados de moldear al individuo para
integrarlo en la sociedad y convertirlo en un elemento útil.
Así, el sistema educativo, por ejemplo, además de impartir una serie de conocimientos se
encargan de generar una serie de hábitos y actitudes corporales, de la misma forma que el
ejército.
Controles de la población
A mediados del siglo XVIII surgen los controles de la población. Mientras que las disciplinas del
cuerpo se centran en el individuo, los controles de población se centran en la especie. Se estudian
los cuerpos en tanto que soportes de procesos biológicos colectivos. Se trata de disciplinas como
la estadística, y de problemas antes desconocidos de control de la natalidad, la mortalidad, la
longevidad o el nivel de salud de la población. Vemos cómo se trata de formas de ejercer el poder
que no buscan la muerte, sino administrar la vida.
Así, se pasa de concebir a los gobernados como sujetos de derecho a concebirlos como seres
vivos. Esto tiene la consecuencia de que mientras que la antigua forma de poder contempabla la
existencia humana en tanto que jurídica, el biopoder la contempla en tanto que biológica. Así, el
poder ya no se basa exclusivamente en la ley. Si bien la ley sigue existiendo, esta es un elemento
más en un etramado de instituciones (la familia, el sistema educativo, el ejército, la medicina, etc.)
que busca gobernar a base de regular lo que es lo normal y adaptar a ello a todos los individuos de
la sociedad.
El biopoder se convierte así también en un nuevo marco para las ciencias, que bajo este nuevo
paradigma se erigen como parte del entramado de instituciones que ejercen el biopoder.

La oposición al poder
Frente a esto, la oposición al poder se basa, según Foucault, en la misma concepción biopolítica,
pues dicha oposición exige la posibilidad de vivir una vida plena, algo antes impensable. Así, la
ideología del biopoder alcanza incluso la resistencia al poder.
Nuestra propia concepción del sexo sería biopolítica. Precisamente es el sexo, aquella esfera
innombrable, que parece libre de toda ingerencia política, donde el biopoder se manifiesta de
forma implacable.
Así, las prácticas sexuales comunes, pero también las concepciones científicas sobre el sexo, serían
una forma de apuntalar los equilibrios de poder del statu quo a través de la práctica sexual. Vemos
aquí como para Foucault los sistemas de conocimiento generan aquello que tratan de describir, de
forma que en su esencia son mecanismos de poder.

El biopoder después de Foucault


La biopolítica se ha convertido, después de Foucault, en toda una disciplina académica en el
interior de campos como la filosofía política, la filosofía de la naturaleza, la sociología o las
ciencias políticas.
En efecto, el marco crítico creado por Foucault se ha hecho más y más útil conforme la tecnología
penetra más y más en las estructuras biológicas para modificarlas, tanto a nivel molecular como
antropológico, con el surgimiento de los cyborgs y el transhumanismo, generando una multitud
de problemas éticos y políticos. Por otro lado, la transgresión del límite entre tecnología y
naturaleza es central en cuestiones como el cambio climático.
Hoy en día los expertos se podrían dividir en dos grupos. Por un lado están aquellos que creen que
toda noción biológica y toda concepción sobre la naturaleza es una instancia del biopoder, de
forma que toda política estaría dentro del marco de la biopolítica. Así, no habría una naturaleza
que proteger sino unas biopolíticas que modificar.
Por el otro lado, estarían aquellos que creen en una especie de biopolítica positiva. Siguiendo un
apunte del propio Foucault en Historia de la sexualidad, este grupo cree que siempre hay algo de
la naturaleza que escapa al biopoder, por ejemplo en los impulsos vitales más irracionales e
íntimos del ser humano, o en el elemento de aleatoriedad presente en el funcionamiento de la
naturaleza, que ocasionalmente escaparía a los mecanismos de control biopolíticos. Para este
grupo, el objetivo es mantener al margen del biopoder a la naturaleza a base de denunciar los
excesos biopolíticos.

Referencias bibliográficas:
 Foucault, M. (2007). Historia de la sexualidad. 1st ed. México, D.F.: Siglo XXI Editores.
 Nilsson, J. and Wallenstein, S. (2013). Foucault, biopolitics, and governmentality. 1st ed.
Huddinge: Sö dertö rns hö gskola.

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