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Del boxeo al ajedrez:

El desafío de la re-configuración sindical en el


mundo de hoy

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Presentación
El cuaderno - documento que presentamos es una propuesta de la federación: Unión Nacional de
Trabajadores del Estado, los Servicios Públicos y la Comunidad: Únete, hacia el conjunto de los
trabajadores del Estado, a las organizaciones sindicales del sector público y en general al movimiento
sindical colombiano. En 2013 la federación construyó un documento llamado “tesis de confluencia y
auto-reforma sindical” cuyo propósito era propiciar una discusión amplia, constructiva y pro positiva
alrededor de un Proyecto Sindical Alternativo, en vista de la necesidad de los nuevos tiempos de
adecuar los criterios y acciones a los desafíos del mundo de hoy.

Para salir de la crisis en que se encuentra nuestra sociedad, de incertidumbre frente a la salida
negociada del conflicto armado y la construcción de una verdadera paz con justicia social en nuestro
país, la cual sabemos implica asumir la superación de las desigualdades y conquistar una verdadera
democracia que esté sustentada en el trabajo decente y realizador para las grandes mayorías de nuestro
país. Si queremos proyectar un nuevo orden social, más justo, fraterno, libre e igualitario, los
trabajadores/as debemos de hacer-nos una auto critica sincera y sobre todo una transformación radical
de nuestros imaginarios, paradigmas y nuestras prácticas tradicionales.

Es esa la misma pretensión de este documento 5 años después de las primeras tesis, en un esfuerzo por
enriquecerlas y complementarlas, reconociendo que el ejercicio de la política y la actividad sindical
enfrenta hoy, nuevos escenarios, nuevos actores y nuevas dinámicas que imponen retos frente a los
cuales es menester abrir un intercambio y análisis de propuestas, pero también reconociendo un camino
ya recorrido, que hace apremiante una evaluación de las tareas realizadas, con una actitud abierta,
fraterna y respetuosa.

Conscientes de los desafíos que debe enfrentar nuestra federación si quiere llevar a la realidad sus
aspiraciones de construir una alternativa de confluencia y transformación, pretendemos también
muestra nuestro pensamiento, de manera que encontremos puntos de coincidencia con otros y otras, de
manera que podamos tejer objetivos comunes. Aspiramos que el presente cuaderno - documento sea
una caja de herramientas útil, para la educación, la acción y la movilización del movimiento sindical,
comunitario y popular en general.

Federación: Unión Nacional de Trabajadores del Estado, los Servicios Públicos y la Comunidad
ÚNETE

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Indice

Presentación…………………………………………………………………………………..………. 2
introducción………………………………………………………………………………...………… 4

Primera Parte
Radiografía del trabajo en Colombia……………………………………………………..…………….10
Desigualdad: fuerzas de convergencia y divergencia…………………………………………………..14
La cuarta revolución industrial…………………………………………………………………………17
La organización de la clase trabajadora………………………………………………………………...18
Sindicalismo en el sector publico……………………………………………………………………….20
El sindicalismo y el trabajador actual…………………………………………………………………..22

Segunda Parte
Caja de Herramientas
Marcos de Referencia para la acción colectiva.…………………………………………………...……25
Sentido común y hegemonía……………………………………………………………………...…….25
Estrategias políticas contemporáneas……………………………………………………………...……27
Estructura de oportunidad política
Los sindicatos y los movimientos sociales/populares……………………………………………..……28
El análisis de coyuntura y la identificación de alternativas………………………………………..…...29
Negociación colectiva y Autonomía……………………………………………………………..……..30
Estructura organizativa…………………………………………………………………………..……..31

Parte 3
Aspectos de Política Sectorial
Únete por la construcción de un pueblo fuerte con vida digna y democracia…………………………..33
Propuestas de reforma…………………………………………………………………………………..34
La Participación Ciudadana en la Transformación
y Dinamización del Sindicalismo Estatal……………………………………………………………….35
Mujer y Género…………………………………………………………………………………………39
Medio Ambiente………………………………………………………………………………………...42
Jóvenes.…………...…………………………………………………………………………………….44
Economías Propias……………………………………………………………………………………...45

Textos selectos para la auto formación……………………………………………………………… 49

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INTRODUCCIÓN

Contexto Internacional

El informe de OXFAM1 llevado a la cumbre de Davos del año 2017 2, señaló que en el 2010, 386
personas las más ricas del mundo poseían la misma riqueza que los 3,500 millones más pobres,
mostrando cómo en 2016 ya eran solo 62 personas las que poseían ese capital. En ese período a estas
se les había incrementado su capital en 43%, mientras a la mitad de la población mundial se le ha
disminuido en un 38%, ¡las desigualdades de nuestro modelo económico son alarmantes!. La OIT ha
solicitado a algunas universidades un estudio sobre pérdida de trabajos con la entrada del internet de las
cosas y la cuarta revolución industrial -la del trabajo inmaterial y los sistemas de la ciencia artificial-
mostrando en un informe reciente cómo 200 millones de personas han quedado desempleadas
esperando 8 millones de nuevos desempleados en los próximos 2 años3.

En el panorama internacional, la otrora potencia hegemónica mundial, los Estados Unidos, ha tenido
que sufrir la creciente influencia de tres interrelacionados fenómenos: la acentuada concentración y
“conglomeración” de la economía, la formación de un poderoso complejo militar-industrial y la
figuración de un sistema monopolista centrado en el capital financiero, procesos que se acompañan de
una actitud pragmática y conformista de los trabajadores norteamericanos, ligados a un inusitado auge
de los patrones normativos de la sociedad de consumo. Profundizando los conflictos internos que han
aflorado violentamente, los nuevos factores que están conmocionando y desgarrando el “sistema
norteamericano de vida”. Decadencia del imperio nortamericano, que contrastan con el auge de la
economía china, basada en la hiperexplotación de su fuerza laboral, y otras potencias como rusia o
india que juegan en nuevo orden mundial multipolar.

Dada la gran incidencia de EEUU en nuestras sociedades, este proceso de fusiones y la instalación de
un sistema capitalista de fuerte presencia del sector financiero, generó en América latina una oleada de
liberalización económica. La crisis inmobiliaria y financiera del 2008 – 2009 con epicentro en este país
y su repercusión global, ha acentuado la crisis que resulta del dogma neo liberal. No obstante la llegada
de Obama quien intentó promover políticas similares a las aplicadas en 1929 – 1933 de tipo
keynesiano, tendientes a incentivar la demanda, frenar el creciente desempleo, y que buscaban
recuperar la producción estadounidense y mejorar el sistema de seguridad social, encontró un techo en
la tremenda influencia de los grandes poderes financieros, teniendo que asumir nuevamente su agenda
y cerrando las posibilidades a un variante capitalista (Maldonado, Biopolitica, 2018).

La posterior llegada de Trump es la capitalización de la derecha de esta inconformidad popular


generada por las mismas contradicciones del sistema. Se puede decir que hoy vivimos frente a una
revolución conservadora que mella con la mayoría de los proyectos alternativos que durante las últimas
dos décadas significaban una salida al modelo y el régimen que padecemos en países como Colombia.
Pues frente al panorama anterior, los pueblos que se levantaron contra el neoliberalismo y que
impulsaron la llegada de gobiernos progresistas durante las últimas dos décadas, no lograron modificar
las matrices culturales de los históricamente excluidos. Los países cambiaron, sin duda: los gobiernos
progresistas llegados después del desastre neoliberal, heredaron países socialmente deshechos, lograron
pagos importantes a la deuda social mejorando los índices sociales, aumentando el salario real y

1 Oxfam es una confederación internacional de 20 organizaciones que trabajan junto a organizaciones socias y
comunidades locales en más de 90 países. Trabajamos proporcionando ayuda de emergencia, llevando a cabo proyectos
de desarrollo a largo plazo y haciendo campaña por un futuro más justo. https://www.oxfam.org/es/quienes-somos
2 OXFAM. Informe Oxfam 2017: desigualdad y concentración mundial. Londres. Oxfam. 2017.
3 OIT. Informe 2017.

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sacando a muchos de la pobreza, pero sin agendas políticas alternativas que fueran más allá de los
paliativos.

Estos gobiernos no cambiaron la forma de encarar el desarrollo, proyectos como los de megaminería o
el extractivismo petrolero no fueron transformados porque no les resultaban rentables a quienes los
impulsaban, de la misma manera que se promovió la bancarización, consustancial con las nuevas
exigencias de financierización de la presente fase de acumulación neoliberal o del neo-
institucionalismo del capital global. Hoy en la medida en que no se plantearon construir una sociedad
distinta les va a resultar muy difícil incluso preservar lo conquistado. En Argentina, en Brasil, en Chile,
lo que se plantea ya en Ecuador y Venezuela, va en el sentido de desarticular los avances realizados,
aunque hayan sido limitados y tampoco hayan superado ciertos techos ideológicos, fenómenos que han
sido ampliamente manipulados y utilizado por la oligarquía colombiana mas retardataria para frenar los
avances del proceso de paz, frustrar los sueños de apertura democrática que significaban y acallar
mediante las más grandes violaciones a los derechos humanos cualquier critica a sus privilegios.

Episodios que hacen parte de fenómenos estructurales, debemos recordar cómo estos acontecimientos
han sido constituidos en el largo camino de 500 años sobre el que se asienta la modernidad y que hoy
nos tiene ante el desafío de viejas tendencias que reaparecen -tengan gobiernos progresistas o no- en el
interior de nuestras sociedades, nuestras organizaciones y nosotros mismos. Viejos demonios que
podemos esquematizar en tres homogeneizaciones (Mejía, 2016, pp.2) que le han permitido al
capitalismo construir un relato único del mundo (autoritario, patriarcal, monocultural, racista,
neocolonial y desigual), de depredación y degradación de la naturaleza, del desprecio de ciertos grupos
sociales y de la restricción de la libertades colectivas de los más desfavorecidos.

La primera homogeneización sobre la cual se produce el capital es la biótica, que al construir el


predominio de lo humano sobre la naturaleza y un sistema de objetivación de ella, produce un
antropocentrismo que va a permitir una visión de exterioridad de la naturaleza, controlada por el tipo de
razón descrito por Descartes cuando afirma que solo los humanos razonan y sienten, siendo todos los
demás animales y seres de la naturaleza “autómatas mecánicos”. En el horizonte de estos tiempos, en el
pensamiento latinoamericano ha emergido con fuerza contra-hegemónica propia la mirada sobre el
Buen Vivir/Vivir Bien, en el cual se da cuenta de un mundo integral y una unidad entre lo humano y la
naturaleza a ser recuperada en cualquier proyecto que se intente construir.

La segunda homogeneización, es la cultural, que sustenta un relato de la modernidad centrado sobre la


idea de progreso con un conocimiento universal de base eurocéntrico y norteamericano, el cual se
constituye en el relato único para explicar el mundo, construyendo una visión dualista de organización
de la sociedad dividida entre desarrollo y subdesarrollo, moderno y premoderno, capitalista-
precapitalista. A esta mirada desde los sectores críticos se ha venido haciendo visible la manera cómo
emerge un Sur, que da lugar a la diversidad y la diferencia, en un mundo donde las desigualdades son
construidas por su negación y por la incapacidad de construir mundos pluriversos.

La tercera homogeneización, en marcha, es la educativa, que intenta cerrar el ciclo de un mundo


organizado a través de patrones universales, que son establecidos a partir del STEM (acrónimo de
Science, Technology, Engineering, Mathematics o ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas por sus
siglas en inglés), para lo cual se construye unos estándares y competencias de referencia universal
donde el desarrollo científico y del conocimiento no responden a las necesidades de la realización
humana, sino a las necesidades de acumulación de capital en el mercado, y donde los trabajadores
especializados, altamente cualificados, no pueden acceder a una visión integral del sistema- mundo,
perdiendo de vista el bosque por estar dentro del árbol.

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Sobre la base de estas grandes tendencias estructurales vale decir que nuestra mayor disputa, no es ya
solamente frente a las élites históricas de esta burguesía criminal agente del neoliberalismo en el caso
de Colombia, sino también contra la forma en que los proyectos que dicen llamarse “alternativos”,
revolucionarios, de izquierda, de defensa de los trabajadores, han reproducido lo mismo que deseaban
cambiar, lo mismo por lo que hoy no son mayor referente para las inmensas mayorías sociales
necesitadas y precarizadas.

Se abre pues un escenario en el cual los replanteamientos se ponen a la orden del día en la esfera de lo
contextual, del estatuto del conocimiento, de la ética, de la gestión, la organización y de las nuevas
subjetividades que luchan y resisten, las respuestas no están en ningún lado, serán una construcción
colectiva en un ejercicio colaborativo de experimentación, con errores, aciertos, replanteamientos y
aprendizajes constructivos. Esto sucede a la vez que vamos encontrando las nuevas maneras de luchar,
organizarnos, conceptualizar y construir las nuevas mediaciones que dan forma a los renovados mapas
de acción y comprensión del siglo XXI en una relación profunda con nuestras tradiciones. En ello vela
la necesidad de deconstruir - constuirnos, en una noción donde la democracia vaya mucho más allá de
los paradigmas tradicionales e históricos realmente existentes, en la que lo sindical juegue un papel
relevante de transformación, caminando desde y con los/as de abajo.

Luchas inmediatas, luchas generales y alianzas.


Hacia un sindicalismo alternativo y comunitario.

En 2013 la Federación Únete definía la estrategia de caminar hacia un sindicalismo ciudadano y


comunitario. Apoyándose en las declaraciones del secretario general de la confederación sindical
Americana (CSA), Únete le daba prioridad a la política de alianzas como herramienta de
fortalecimiento y expansión: “La política de alianzas debe orientarse desde los sindicatos hacia las
organizaciones y movimientos sociales afines a las propuestas estratégicas sindicales. Debe contribuir a
avanzar en acciones que permitan que el movimiento sindical se inserte en una agenda más amplia de
la sociedad y que la voz de los/las trabajadores/ras sea considerada más allá de sus ámbitos específicos
de actuación”.

La formula utilizada anteriormente, para desarrollar esta estrategia era denominada “Sindicalismo
ciudadano y comunitario”. que partía de reconocer que los trabajadores/as también son miembros de la
comunidad y, con ese carácter, pueden ser miembros de organizaciones sociales no sindicales. Esta
formulación requiere hoy de una interpelación y una re-configuración, pues está ampliamente
demostrado que la institucionalidad del estado nación se asienta sobre visiones de ciudadanía, que
“enarbolando la igualdad formal de todos los ciudadanos ante la ley, encubre las desigualdades reales
de poder, culturales, de conocimiento y de riqueza que existen en las demás esferas de la economía, la
cultura y la sociedad”. (García, 1971 pp. 155)

Si miramos las practicas y cotidianidad del movimiento sindical, partimos de la base de que la lucha
laboral se realiza desde los lugares de trabajo donde mora el bien del patrón público y privado del
capitalista y donde se disuelve el bien común, pues es allí donde la ciudadanía y la democracia quedan
relegadas a un segundo plano, donde se sufre diariamente la presión de la carga laboral y donde los
trabajadores se constituyen como perjudicados del reparto inequitativo de las riquezas producidas
socialmente, donde el sistema neo liberal ha impuesto paulatinamente la precarización, la tercerización,
y el trabajo automatizado que retro alimenta el propio sistema bajo nuevos dispositivos de control y de
acumulación. Sin embargo, es también desde esta realidad que existe la posibilidad de desenvolvernos
en solidaridad y es a partir de esas necesidades sentidas que parten las luchas más inmediatas por

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mejores condiciones laborales, luchas cotidianas del movimiento sindical con las que estamos
envueltos la mayor parte del tiempo.

Para que el sindicalismo logre re-configurarse y crecer, la practicas sindicales deben expandirse
tomando en cuenta las mutaciones del capitalismo y el lugar o configuración del estado
contemporáneos. Con tal foco debe ir re-semantizando esas categorías de análisis y dispositivos de
acción que delimiten claramente cual es su situación, y como puede plantear desde si, soluciones
alternativas, no solamente como activista sindical, ni solamente como ciudadano convocado por sus
derechos y deberes constitucionales, sino más ampliamente como miembro del pueblo, habitante de un
territorio, imbricado en un tejido comunitario particular y en esta medida sujeto político popular activo
de la vida democrática.

En la visión de Ernesto Laclau (2008) “el sujeto político pueblo se constituye como una condensación
de demandas entre grupos oprimidos, que son sustituibles entre sí”. Los espacios políticos de lo popular
organizan y articulan todas esas demandas en nuevos imaginarios que se convierten en alternativas en
el sentido que propone una opción, soluciones a los problemas sociales. En la tradición de los siglos
XIX y XX, ese sujeto central de articulación se consideraba el obrero por sus condiciones económicas,
atribuyendole capacidades revolucionarias. Lo que plantea Laclau es que el sujeto no está
predeterminado por su inscripción en el registro económico, sino que también es discursiva y
axiológicamente construido, de allí la importancia de la elección categorial (Rodrgiuez, 2015). A través
de las categorías las relaciones de subordinación son significadas como opresión y a través de la
resignifación de las situaciones y la utilización de conceptos otros, se organizan nuevas identidades
para crear nuevos proyectos.

Hoy lo que nos muestra el nuevo milenio, luego de tantas frustraciones revolucionarias y
emancipatorias, es que el sujeto pueblo elige el camino democrático y no el revolucionario para
tramitar sus demandas. Lo cual no significa que desaparezca el sujeto pueblo, sino que sus demandas
son satisfechas por la lógica de la institucionalización, dinámica que promulga la dispersión y que hace
que no se organice un polo antagónico cohesionado tal como se pensaba antaño.

La noción de ciudadano, a pesar de su apertura con la noción de nuevas ciudadanías, se remonta a los
paradigmas tradicionales de visión liberal entre estado y sociedad civil, que reduce la acción política a
la acción estatal, demeritando acciones igual de políticas en otras esferas más allá del estado. Pensamos
que la noción de ciudadano es un concepto en transformación y por eso a partir de la noción dinámica
del sujeto pueblo, pues el trabajador hace parte del pueblo y sus demandas, está incerto en sus luchas
cotidianas. El sindicalismo por ser parte del pueblo ejecuta en su seno acciones políticas, acciones de
fuerza y de influencia en la transformación social. En esta visión el sindicalismo es potencia de
posibilidad de emancipación social construyendo desde su seno raíces de realización del sujeto pueblo,
es decir de construcción de poder popular, no solo fortaleciendo la sociedad civil en una visión liberal,
sino construyendo un “pueblo fuerte” en una visión más integral.

Otra de las razones para que este proceso se dé de este modo se refiere a la transformación históricas y
sociológicas de ese sujeto popular. Ya no se corresponde con lo que tradicionalmente el campo de la
izquierda reconocía como tal: trabajadores, campesinos, etc. que demandaban mejores condiciones de
trabajo y acceso a niveles educativos superiores. Una de las características más importantes de aquellas
llamadas “nuevas ciudadanías” para el paradigma hegemónico, para nosotros el nuevo sujeto pueblo, es
que en gran medida es un sujeto informal, con una estructura ocupacional precaria dada por la falta de
una inserción laboral estable que le otorgue un lugar claro en la sociedad. Por esto los nuevos sujetos
populares organizan su identidad a partir de una relación “irregular” con la sociedad o incluso ilegal:
ocupando tierras, viviendas, mantas para la venta, haciendo uso de trabajo por cuenta propia o de calle,
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incluso negocios ilícitos, cosa que hace de la noción de ciudadanía una categoría corta para la
expansión del trabajo sindical.

A pesar de que todos seamos ciudadanos, la vida en precariedad y exclusiones es la cara de una
inserción social incompleta, transitoria, por esta razón la demanda principal de estos nuevos sujetos
pasa a ser el propio reconocimiento e inserción en la estructura social, es decir su integración real, no
formal, en el conjunto de lo social. Sin embargo esta demanda de integración social por lo regular se da
de una manera subordinada, donde la máxima actuación política a la que puede aspirar la gente de a pie
se reduce al hecho electoral o a la asistencia de alguna política benefactora focalizada. Por este motivo
la integración que debemos buscar es una cohesión social colaborativa y solidaria, que no implique una
nueva subordinación, y en la que muchos sujetos ya vienen organizándose, pero de una manera dispersa
(indigenas, afros, lgtbi, feministas, ambientalistas, jóvenes).

Por esto el sindicalismo debe reconocerse como parte activa del pueblo, pero solo como instancia,
apenas una instancia, del movimiento social, una parte de la estrategia de cambio, pues las clases
subalternas y oprimidas encuentran otros mecanismos de resistencia y lucha más allá de la acción
sindical, no obstante sin la experiencia de lucha ni la fortaleza organizativa que tuvo el movimiento
sindical.

En nuestro hacer diario, los sindicatos no podemos perder de vista ese aspecto, por eso debemos
impulsar un constante dialogo o ecología de saberes con las comunidades, diasporas de los pueblos y
otros movimientos sociales, pues en caso contrario, corremos el riesgo de quedarnos en el
corporativismo de nuestras propias luchas. Por esto planteamos la necesidad de ir más allá del
sindicalismo ciudadano, hacia un sindicalismo popular, comunitario y alternativo, por englobar bajo
esta categoría un cambio positivo con respecto a los problemas actuales y por englobar un espectro de
tendencias, prácticas y actores contra hegemónicos mucho más amplio. Lo alternativo nos permite
reconocer otras tendencias o proyectos históricos inéditos y potenciarlos articulándolos, pues tenemos
que saber transitar de luchas inmediatas a luchas de larga duración, y ello es lo que puede constituir el
trabajo político de la federación.

Si no transitamos más allá de una visión corporativista, la federación no podrá ser parte activa de las
luchas político-sociales emancipatorias. Pero esta expansión comunitaria y alternativa de la federación
no se construirá de manera espontanea, es necesario una re-configuración organizada en esa vía, que
consiga crear/articular/fortalecer la necesaria ligazón entre los sectores subalternos en lucha y fomentar
con ellos una dimensión transformadora. Los sindicatos estatales evidencian una posición estratégica
en la arquitectura de la sociedad y debe servir de fundamento para la organización de nuevos
repertorios de lucha e interpelaciones junto con el movimiento social, pues en la medida en que
aproveche sus espacios de movilización y lucha para otros sectores puede experimentar formas y
medios alternativos que posibiliten una organización diferente a nivel social, económico y político.

Explorar caminos, formas, actores y re-sginificar discursos, recrearnos en la acción y que haceres que
nos ayuden a fortalecer ese horizonte es lo que se pretende en este cuaderno/documento principal.

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El pueblo por encima del lucro

En noviembre del 2017 tuvo lugar en Ginebra - Suiza el trigésimo congreso mundial de la internacional
de servicios públicos (ISP), organización planetaria de la cual hace parte Únete, en el cual declaran
como consigna general “El pueblo por encima del lucro”, en formulación de su plan de acción 2018 –
2022. En él se propone a nivel mundial “Defender un estado democrático fuerte y una sociedad
integradora que se comprometa a garantizar la igualdad de género, el respeto y la dignidad para
todos/as, el desarrollo económico para todos/as, la redistribución de la riqueza y el fortalecimiento del
poder de los/as trabajadores/as”4 para los próximos cinco años.

En el mundo de hoy es importante no perder de vista las transformaciones del estado dada la
globalización que viven las sociedades humanas desde 1975, redes de ciudades, bloques
supranacionales, agencias multilaterales, las empresas red, las regiones subnacionales y perspectivas
como la gobernanza multinivel se plantean hoy como manifestaciones de un fenómeno sin precedentes
en nuestra historia.

Los proyectos alternativos y de los trabajadores siempre pensaron como un lugar estratégico la
conquista del poder político del estado para realizar cambios significativos en cada uno de los país, y
las organizaciones sindicales siempre mediaron con los estados nacionales en su aspiración de ir
ganando derechos y mejorando las condiciones laborales de la clase trabajadora, no obstante las ultimas
experiencias de gobiernos progresistas, tal vez la mas emblemática del gobierno de Syriza (Coalición
de la izquierda radical ) en Grecia,5 mostraron como existen poderes superiores al del estado nación y
que ponen la soberanía de los pueblos en duda. Ante estos poderes en red es necesario construir
también una resistencia en red, y allí la ineludible necesidad de participar en la organización de los
trabajadores a nivel internacional.

En tal sentido el plan de acción de la ISP nos sirve de insumo para la orientación política de la
federación, pues surge de la extensa consulta de miles de organizaciones sindicales a nivel mundial.
Recomendamos su lectura para todos su afiliados pues describe las amenazas y oportunidades
internacionales a las que se enfrentan los trabajadores que lucha por la democracia, los derechos
humanos y la justicia social en todo el mundo. Así mismo resalta la importancia de desarrollar nuestro
propio poder para generar cambios, el cual depende del tamaño, la unidad y la actividad de nuestras
organizaciones y afiliados.

Entre sus recomendaciones trata temas relacionados con el respeto, la lucha contra la discriminación y
la dignidad para todos y todas, la lucha por una economía mundial justa, la defensa de los derechos
sindicales y laborales, la lucha contra la privatización y el fortalecimiento de todos los sectores que
componen el mundo de los trabajadores contemporáneo, de este plan destacamos el papel de la
educación y de las comunicaciones como ejes centrales a desarrollar.

PARTE 1
Radiografía del Trabajo en Colombia

4 ISP (2017) el pueblo por encima del lucro: Programa de acción 2018-2022
5 En cabeza del presidente Alexis Tsipras, quien llegó al gobierno en 2014 y que luego de prometer a sus electores reformas
sociales y redistribuir para afrontar la deuda externa y sacar a su país de la crisis,; tuvo que traicionarles pues el avasallador
poder de la Unión Europea en cabeza de Angela Merkel y el Troika (nombre común dado a la agrupacion de la Comisión
Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional), teniendo que asumir a través de chantaje,
amenazas financieras y comerciales, las políticas de austeridad y ajuste fiscal que recomienda el dogma neo liberal.
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Las estructura ocupacional en Colombia ha experimentado importantes transformaciones con el correr
de las ultimas décadas. Esta expresa en buena medida la condición laboral en nuestro país y por ende
determina (junto a otros factores) una particular estructura sindical. Un pincelaso de la situación
económica y ocupacional nos abre el panorama sobre el momento por el que pasa nuestro contexto
laboral y delimita los marcos de acción en que desenvolvemos la lucha por los derechos de los
trabajadores, su análisis debe de ser preciso y actualizado a la hora de proyectar la organización. Una
visión general evidencia las necesidades, posibilidades y desafíos más apremiantes por los que cursa
nuestros país y nos pone en una actitud estratégica frente al mismo. Por esto mostrar un poco el estado
actual en el que encuentra el sistema económico en su conjunto, así como las prospectivas de la clase
trabajadora en los próximos años es el propósito de este apartado.

Como ya es sabido por los tiempos que corren encontramos que la distribución laboral en Colombia
registra la presencia de un importante sector informal, con bajas tasas de asalarización y grandes
problemas de precariedad e inestabilidad laboral. A junio de 2017, según estadísticas del Dane, el
número de personas ocupadas asciende a 22,8 millones, mientras que los desempleados sumaron 2,2
millones de personas, esto significa que la tasa de desempleo (número de desempleados/población
económicamente activa) fue de 8,7 por ciento. De ellos los subempleados (por tiempo o inadecuación
por competencias) alcanzaron a 7,3 millones (tasa de subempleo: 29,1%); y la tasa de informalidad
nacional (empleados u obreros que desempeñan su actividad en unidades pequeñas de baja
productividad, sin contrato laboral ni seguridad social) es de 14,6 millones de trabajadores, el 63,7 por
ciento, ello quiere decir que solo el 8,2 por ciento aproximadamente goza de un trabajo estable y acorde
a sus competencias. Adicional a esto 28,3 por ciento de los jóvenes en edades entre 15 y 24 años hacen
parte de los “ninis”: ni estudian ni trabajan (2,4 millones).

Ahora veamoslo en el tiempo: la población ocupada durante 2001-2017 aumentó en 48,4 por ciento,
durante estos 16 años se crearon 7,4 millones de puestos de trabajo, esto es, 464,6 mil en promedio por
año. Si bien la población desempleada descendió en 21,2 por ciento, al pasar de 2,8 millones en 2001 a
2,2 millones en 2017, el aumento relativo más significativo de la ocupación se presentó en el
subempleo: los subempleados subjetivos aumentaron de 4,5 millones a 7,3 millones; y los
subempleados objetivos crecieron 49,4 por ciento, de 1,8 millones a 2,7 millones. Al año 2030, según
proyecciones de la Cepal, los connacionales sumarán 53,2 millones; el tamaño de su fuerza de trabajo
alcanzará la cifra de 29,1 millones. Lo que significa que la economía nacional deberá generar durante
los próximos 13 años, 6,3 millones de puestos de trabajo adicionales aproximadamente, esto es,
alrededor de 485 mil puestos anuales.

Ahora si analizamos la estructura económica colombiana, desde la lógica geopolítica, nuestro país es
representante histórico de las actividades extractivas y rentistas (extensivas e intensivas) y la
especulación financiera, hecho profundizado desde la apertura económica implementada desde 1990.
Desde el comienzo del presente siglo, el capital productivo pierde importancia en favor de la
financiarización de la economía y el sector minero-energético (Gráfico 2). Este modelo extractivo-
financiero poco aporta en la generación de empleo y reporta grandes niveles de concentración de la
riqueza, por no mencionar los daños ambientales que conlleva.

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La economía nacional es el conjunto de ramas de la producción y la distribución de la fuerza de trabajo
entre las actividades económicas de un país dado. En la estructura económica colombiana no existe una
simetría entre las ramas de actividad económica y el empleo generado; sin embargo, existe una
causalidad entre los cambios en la estructura económica y las transformaciones en el mercado de
trabajo veamos los siguientes gráficos que le comparan entre el año 2000 y el 2017.

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Entre 2001 a 2017, podemos apreciar los efectos económicos de la implementacion de las politicas
neoliberales en el país, cinco ramas pierden importancia relativa en su aporte al PIB nacional:
“Agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca” (8,7 a 7,6%), “Explotación de Minas y Canteras”
(7,8 a 7,1%), “Industria manufacturera” (15 a 12,4%), “Suministro de Electricidad Gas y Agua” (4,6 a
4,0%) y “Servicios comunales, sociales y personales” (18,3 a 16,4%). En comparación,cuatro
actividades económicas aumentan su contribución a la producción nacional: “Construcción” (5,0 a
6,7%), “Comercio, hoteles y restaurantes” (12,9 a 13,1%), “Transporte, almacenamiento y
comunicaciones” (7,1 a 8,4%) e “Intermediación financiera y las actividades inmobiliarias,
empresariales y de alquiler” (20,9 a 23,9%).

En cifras absolutas, de los 22,6 millones de empleos reportados por el Dane, por rama de actividad en
junio de 2017, la “Agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca” ocupa a 3,7 millones de
trabajadores; la “Explotación de Minas y Canteras” genera 217.132 puestos de trabajo; “Industria
manufacturera” 2,8 millones; “Suministro de Electricidad Gas y Agua” 118.280; “construcción” 1,4
millones; “Comercio, hoteles y restaurantes” 6,1 millones; “Transporte, almacenamiento y
comunicaciones” 1,8 millones; “Intermediación financiera” 307.852; “Actividades inmobiliarias,
empresariales y de alquiler” 1,8 millones; y “Servicios comunales, sociales y personales” 4,5 millones.

Una vez vista las ramas de actividad en que se ocupan los colombianos, podemos introducir varios
conceptos que nos ayuden a identificar el lugar que ocupa el sindicalismo actualmente, para ello es
necesario conocer el concepto de clases sociales. Millones de familias viven bajo condiciones socio-
económicas que las distinguen entre si por su modo de vivir, por sus condiciones e intereses, aquellas
que viven en condiciones similares forman sectores o grupos de la sociedad que llamamos clases
sociales y que ocupa un lugar específico en la estructura social Esta estructura es dinámica y constituye
un sistema históricamente condicionado, determinado por dos ejes fundamentales: 1) el de sus
capacidades de producción; definido en relación a sus habilidades y la propiedad (casi siempre fijada y
formulada jurídicamente) de los medios de producción, es decir el papel que juega una persona en la
organización social del trabajo, 2) y otro eje dado por el sistema de necesidades de consumo, medido en
12
la capacidad que tenga de satisfacerlas, es decir por la parte de la riqueza social que percibe. Esta doble
adscripción identitaria; es decir como individuos capaces y como individuos necesitados definen el
lugar que ocupamos en la sociedad.

El concepto de posición ocupacional corresponde a la organización social del trabajo y es la que


adquiere la persona en el ejercicio de sus capacidades. Según las estadísticas, dentro de los sectores que
representan la fuerza laboral, quienes no cuentan con medios de producción, es decir que “no son
patrones ni empleadores” podemos distinguir seis categorías: 1) asalariados, 2) empleados domésticos,
3) trabajadores por cuenta propia, 4) jornaleros o peónes, 5) obreros o empleados de gobierno y 6)
trabajadores sin remuneración (incluye a los trabajadores familiares sin remuneración y a los
trabajadores sin remuneración en empresas de otros hogares).

Durante el período 2001 a 2017, cuatro categorías que conforman el concepto de “posición
ocupacional” registran cambios positivos, una se mantiene constante y dos presentan evoluciones
negativas. Del primer grupo hacen parte los “obreros y empleados particulares”, que aumentaron 83,1
por ciento, pasaron de 4,8 millones a 8,7 millones; “empleados domésticos”, que crecieron 7,8 por
ciento, de 660,4 mil a 711,7 mil; “Cuenta propia”, con un cambio relativo de 56,1 por ciento, de 6,3
millones a 9,8 millones, y “Trabajador sin remuneración (familiar o en otras empresas)” que crecieron
en 11,6 por ciento, de 881,6 mil a 983,5 mil. La categoría “Patrón o empleador” (quienes si tienen
medios de producción) no registra mayores cambios durante estos 16 años, su variación cuantitativa fue
de apenas 0,9 por ciento, de 789,5 mil a 796,9 mil. Durante este período, el decrecimiento se registró en
“Obrero o empleado del gobierno”, que cayó en -24,2 por ciento, de 1,6 millones pasó a 877,3 mil; y,

13
“Jornalero o peón”, con un cambio negativo de -4,7 por ciento, de 747,5 mil a 712,0 mil. (Sarmiento,
2017)6

Desigualdad: fuerzas de convergencia y divergencia


Todos estos sectores producen riqueza en mayor o menor medida para toda la nación, es importante
decir que de toda la riqueza producida socialmente y que constituye el ingreso nacional, gracias a
nuestras relaciones de producción y distribución, dicha riqueza es apropiada de manera desigual por el
sector de la población que corresponde a la categoría “patrón o empleador” a quienes su porción se
denomina beneficio o ganancia para el capital, en comparación con las otras 6 categorías de
trabajadores, pertenecientes a la fuerza laboral, a quienes su porción correspondiente de riqueza se
denomina salario, a raíz de esto vamos a ver como se viene distribuyendo en unos y en otros desde los
últimos años:

A partir de 1980, comienzan a recrudecerse las desigualdades en el sistema mundo capitalista. El


capital continúa su tendencia imparable de concentrar más riquezas, mientras la fuerza laboral pierde
participación en el ingreso nacional. La proporción del ingreso nacional que perciben los trabajadores
remunerados es menor y desde los años 1980 disminuye a mayor velocidad. Según el informe del
Fondo Monetario Internacional “Perspectivas de la economía mundial” (abril de 2017), esta tendencia
obedece a las políticas de libre mercado, al rápido progreso de la tecnología y a la manera en que se
viene dando la globalización. La participación de la fuerza laboral en el ingreso se reduce cuando los
salarios crecen a un ritmo más lento que la productividad, es decir, la cantidad de productos generados
en menor tiempo de trabajo. El resultado es que una proporción cada vez mayor de las mejoras de la
productividad está beneficiando al capital. Y como el capital tiende a concentrarse en los extremos
superiores de la distribución del ingreso, las participaciones más reducidas de la fuerza laboral en el
ingreso tienden a elevar la desigualdad del ingreso.

En las economías avanzadas, las participaciones de la fuerza laboral en el ingreso iniciaron una
tendencia descendente en la década de 1980, y alcanzaron su nivel más bajo del último medio siglo
justo antes de la crisis financiera mundial de 2007-2009; desde entonces no se han recuperado
sustancialmente, y ahora están en un nivel casi 4 puntos porcentuales más bajo que en 1970. En los
países capitalistas que concentran el poder económico mundial, la proporción del ingreso que perciben
los trabajadores cayó de 55 a 51 por ciento en el periodo 1970 y 2015. En los países periféricos y
dependientes la situación es aún más inclemente, entre 1990-2015 la evolución de la participación de la
fuerza laboral en el ingreso descendió de 39,5 a 37,1 por ciento. (Piketty, 2015)
En Colombia, la clase trabajadora no escapa a esta participación decreciente de los salarios en el
ingreso nacional, tendencia que se mantiene desde la segunda mitad del siglo XX: durante 1962-2016
descendió la participación de los trabajadores de 44,3 a 36,7 por ciento del ingreso. El mayor pedazo de
la torta la engulle el Excedente Bruto de Explotación (EBE) que es la porción que le corresponde al
capital (patrones y empleadores), al concentrar el 61,1 % del valor agregado nacional; los impuestos
aumentan de manera sostenida su participación y actualmente el aparato burocrático-militar del estado
y la clase política se quedan con el 2,2 % del valor producido por la clase trabajadora quien se queda
apenas con el 37,7%

6 2030, prospectiva de la clase trabajadora en Colombia. Desde abajo https://www.desdeabajo.info/colombia/item/32334-


2030-prospectiva-de-la-clase-trabajadora-en-colombia.html

14
Por ramas de actividad, la participación relativa más alta por parte de los asalariados en el ingreso
nacional, medido a través del PIB, corresponde a “Actividades de servicios sociales, comunales y
personales” con el 76,1 por ciento (Gráfico 12 ). La proporción porcentual más baja que perciben los
trabajadores es en la “Extracción de petróleo y gas natural” con el 12,5 por ciento; además, en este
sector los impuestos son bajos (1,4%) comparativamente; en consecuencia, el valor agregado
concentrado por el capital es de los más altos en el conjunto de la economía nacional (86,1%). En la
intermediación financiera el 30,1 por ciento del valor agregado es apropiado por los trabajadores, el
66,6 por ciento por los dueños del capital financiero y el 3,3 por ciento restante por el Estado.

Durante el período 1960-2017, la relación entre el crecimiento económico, la tasa de desempleo y la


concentración del ingreso muestra que el valor promedio del índice que mide la desigualdad (Gini) se
mantiene en 0,536, registrando un drástico deterioro a partir de la década de 1990 (de acuerdo con
Naciones Unidas, un coeficiente de Gini superior a 0,40 es alarmante, indica una realidad de
polarización muy grande entre ricos y pobres, siendo caldo de cultivo para el antagonismo entre las
distintas clases sociales), mientras el crecimiento económico registra un promedio anual de 4,1 por
ciento. Durante el auge, el producto del trabajo social es privatizado en manos de los dueños del capital
y los controladores del Estado. En las crisis, las consecuencias y medidas adversas para reanimar la
actividad económica se descargan sobre la clase trabajadora (desempleo, caída salarial, recortes al gasto
social, mayores impuestos al consumo, informalidad), a las fuerzas que combaten por cerrar las brechas
de la desigualdad se les denomina fuerzas de convergencia, viceversa a las otras fuerzas se les conoce
fuerzas de divergencia. Históricamente, el nuestro hace parte de los diez países del mundo con niveles
intolerables de injusticia social y peor distribución del ingreso y la riqueza (concentrados en África y
América Latina) Así durante 1960-2017 el promedio del crecimiento anual del PIB es de 4,1 por ciento,
el valor del coeficiente de desigualdad es de 0,53 y la tasa de desempleo anual es 10,6 por ciento.
Así mismo en Colombia existe una elevada polarización entre los principales centros económicos
geográficos y los demás departamentos que tienen mayor participación en la población que en el
ingreso (ver gráfica “Participación en la población y en el ingreso por departamento”). Así, Bogotá,
Antioquia, Cundina-marca, Valle del Cauca y Santander –donde habita el 48,6 % de la población–

15
concentran el 63,3 % del ingreso doméstico del país, mientras que Caquetá, Cauca, Chocó, Córdoba,
La Guajira y Sucre –donde vive el 13 % de colombianos– perciben el 7 % del ingreso nacional.

Las diferencias geográficas en los niveles de


vida de la población limitan las ventajas que
podría tener una mayor integración y
articulación económica y social entre distintas
regiones y departamentos del país. Además
producen círculos viciosos de persistencia de
la pobreza, profundización de rezagos en el
desarrollo, problemas de desempleo y bajas
remuneraciones, lo que se agrava cuando no
existen instituciones y políticas que logren
mejorar el acceso de la población a bienes
básicos. Igualmente existe una gran diversidad
geográfica en los niveles de desigualdad
dentro de los departamentos.
En contraste con la pobreza –que se concentra
en las regiones costeras del país–, la
distribución de ingresos es espacialmente
diferenciada y no hay un patrón entre su
magnitud y su concentración (ver mapa del
coeficiente de Gini por departamento).

16
En tal sentido, departamentos con ingreso per cápita familiar bajo (Chocó y La Guajira, en promedio,
244.400 pesos y 353.300 pesos, respectivamente) tienen la mayor desigualdad; sin embargo Antioquia
presenta un elevado nivel de ingreso (698.400 pesos en promedio) altamente concentrado. Mientras en
Atlántico y Caquetá un individuo perteneciente al 10 % más pobre tendría que multiplicar su ingreso
por 6,5 para pertenecer al 10 % más rico de cada departamento, en Chocó debería hacerlo por 21. Esa
diversidad es clara al observar que incluso departamentos con el mismo nivel de ingreso tienen
notables diferencias en su desigualdad. De este modo, un mayor nivel de desarrollo no garantiza
mejoras en términos distributivos, lo mismo que en algunos territorios el rezago no conlleva
necesariamente a amplias desigualdades en el ingreso de su población. (Sánchez, 2017. Geografía de
la desigualdad en Colombia)

La Cuarta Revolución industrial

Todo nuevo régimen de acumulación está por lo regular condicionado por la productividad del trabajo,
elevar tal productividad significa economizar trabajo vivo y trabajo social, o sea, reducir el tiempo
socialmente necesario para producir una unidad de mercancía, esto es, rebajar su valor. La proporción
de trabajo vivo disminuye mientras que la proporción de trabajo pasado (materializado) aumenta
relativamente, y de tal modo que se reduce la suma global de trabajo contenido en la mercancía. En esta
ley se manifiesta el decisivo significado del progreso de la técnica y la tecnologia para el crecimiento
de la productividad del trabajo. La capacidad productiva del trabajo depende de una serie de factores,
entre los cuales se cuentan el grado medio de destreza del trabajador, el nivel de progreso de la ciencia
y de la tecnología, la organización social del proceso de producción, el volumen y la eficacia de los
medios de producción y las condiciones geográficas y naturales (Marx). Los capitalistas aprovechan el
incremento de la productividad del trabajo en sus empresas para elevar sus ganancias.

En las ultima década hemos experimentado lo que varios autores llaman la cuarta revolución
industrial la cual surge en respuesta a la crisis del patrón de acumulación y la baja de la tasa de
ganancia que se dio en 2008, llamada así por el Foro Económico Mundial, para denominar la tendencia
actual de automatización, el intercambio de datos dentro de las tecnologías de manufactura, los
sistemas ciberespaciales, el Internet de las cosas, la computación en la nube y la bio-genetica entre lo
que se agrupan las tecnologías convergentes. Esta tendencia aun esta por identificar sus efectos en los
procesos de trabajo, pero todo parece indicar que profundiza las tendencias del modelo pos-fordista,
marcado por la producción de series cotas de un bien, con pequeñas cantidades de diferentes modelos,
producto por lo regular diferenciado a través de diferentes innovaciones tecnológicas no solo en su
producción sino en sus mecanismos de publicidad, para influir de manera muy sofisticada en las
preferencias de consumo de la población instaurando modificaciones en calidad y percepción de los
productos.

Durante el período 2001 a 2017, el PIB colombiano creció en 89,2 por ciento, al pasar de COP
$289.539 miles de millones a COP $547.734 miles de millones; el total de la fuerza de trabajo ocupada
aumentó en 43,1 por ciento, de 15,8 millones a 22,6 millones; la relación producto/trabajo aumentó
32,2 por ciento, en consecuencia, la productividad por trabajador se elevó de COP $18,4 a COP $24,3
millones anuales. En resumen, el crecimiento de la producción nacional se explica más por factores
cuantitativos que cualitativos; además, entre los años 2009 a 2012 cayó la productividad del trabajo
nacional. Es paradójico, por decir lo menos, que en el Presupuesto General de la Nación para el año
2018 se le haya quitado de un tajo el 45 por ciento de los recursos económico-financieros de
Colciencias, reduciendo a la entidad al sólo manejo del clientelismo de las becas en el extranjero y la
secretaria del control politiquero de los gobernadores de las regalías destinadas a CyT.

17
En Colombia, según la Andi, el 56 por ciento de los empresarios aún no conoce el tema de la “cuarta
revolución industrial”, pero el 25 por ciento ya inició la transformación de sus empresas hacia la
economía cognitiva y digital, con el liderazgo del sector financiero que está en plena transformación de
sus procesos de trabajo y plantas de empleados.

Una de las particularidades de este modelo es que el capital cognitivo, el manejo de información y de
datos se vuelve fundamental en los procesos productivos, se da una mayor cantidad de trabajadores
cualificados, con mayores habilidades que deben desarrollar actividades múltiples y flexibles. Aquí el
actor central es la empresa transnacional, y la empresa en red, cuya premisa fundamental es la
adaptabilidad interna y la flexibilidad externa, de manera que pueda ir y venir con los rápidos flujos de
capital que circulan como gases en los mercados liberalizados de capitales. La incapacidad o la falta de
voluntad de Colombia para invertir en ciencia y tecnología es uno de los grandes obstáculos en el
camino a la búsqueda de reducir las desigualdades de ingresos en el país.

La organización de la clase trabajadora

Colombia está en el rango de los países con menor tasa de sindicalización del mundo, y es el único país
en América Latina en el que el gobierno tiene la facultad de disolver un sindicato por vía judicial. A la
vez, es el país del mundo con el mayor número de asesinatos de sindicalistas, concentrando el 63 por
ciento de los casos; la impunidad supera el 96 por ciento. En nuestro país, el número de sindicalizados
supera ligeramente el millón de trabajadores (4,4% del total), con una amplia concentración de los
afiliados en los sectores de la educación (280.000 afiliados a Fecode), industria (90.000), agro
alimentario (36.000), minero energético (42.500), suministro de servicios públicos (26.000) e
intermediación financiera (28.000). Adicional al problema de la baja densidad, el sindicalismo criollo
padece otra grave dificultad que le resta aún mayor eficacia: su alta fragmentación, el número de
sindicatos es cercano a los 5.000.
De acuerdo con el cuadro 1, mientras el
total de trabajadores ocupados aumentó
en 57 por ciento entre 1994-2016, la
tasa de sindicalización disminuyó en 2,3
puntos porcentuales (pp)7
Durante estos 22 años, solo en dos
ramas de actividad económica aumenta
la tasa de sindicalización: “Agricultura,
ganadería, caza, silvicultura y pesca”
(0,2 pp) y “Explotación de Minas y
Canteras” (4,6 pp); en Ecopetrol, con un
total de 8.848 trabajadores (2016) la
tasa global de sindicalización es de 33,8
por ciento (la tasa de sindicalización
USO/Ecopetrol es de 27,5%).
En las otras siete ramas de actividad
económica, la tasa de sindicalización cae, principalmente en “Transporte, almacenamiento y
comunicaciones” (-5,9 pp) e “Intermediación financiera, seguros, servicios empresariales e inmuebles”
(-8,2 pp, debido a la liquidación de los bancos estatales–trabajadores politizados– y la entrega

7 Cifras tomadas del sislab – Escuela Nacional sindical


18
subsidiada de los activos financieros al capital privado–trabajadores con poca conciencia de clase y
mayores obstáculos a la sindicalización).
Para el año 2016, por encima del promedio de la tasa nacional de sindicalización (4,4%) se encuentran
los trabajadores de las ramas “Explotación de Minas y Canteras” (18,2%), “Suministro de Electricidad
Gas y Agua” (21,1%) y “Servicios comunales, sociales y personales” (11,6%)
Así pues las características de la estructura económica en la que estamos insertos condiciona en gran
medida nuestra estructura sindical. Como hemos visto dicha estructura esta marcada por la presencia de
un importante sector informal, y en particular de bajas tasas de asalarización. Ello se combina,
crecientemente, con un proceso de reconfiguración del tamaño de las empresas, que a partir de
estrategias de fragmentación de los procesos productivos, de tercerización y de subcontratación, han
llevado a que porciones cada vez más significativas de trabajadores se desempeñen en empresas de
tamaños muy reducidos. Estas variables condicionan fuertemente la capacidad de organización sindical
y los alcances de la negociación colectiva, que en gran medida siguen ligados a trabajadores insertos en
relaciones salariales formales y donde, salvo excepciones, sigue prevaleciendo fuertemente una
estructura organizativa y negocial centrada en la empresa.
En tal sentido es posible identificar a Colombia dentro del conjunto de países más golpeados por la
política neoliberal, con tasas de asalarizacion bajas, inferiores al 60%. Igualmente la dispersión
sindical, principalmente como consecuencia de la existencia de muchas organizaciones a nivel de
empresa, debilita objetivamente la posibilidad de encarar estrategias unitarias y unificadas por parte de
los trabajadores. Más aún, en Colombia coexisten múltiples sindicatos en una misma empresa, lo que
fragmenta aún más la re presentación de los intereses del conjunto de los trabajadores, el 72% de los
sindicatos tiene menos de 100 afiliados, mientras que solo el 4, 5% posee más de 1.000 afiliados.

La presencia de una estructura sindical que posee una fuerte dispersión constituye uno de los
obstáculos prácticos de mayor importancia, por cuanto ello dificulta la promoción de acciones y
estrategias generales por parte del conjunto de los trabajadores de una determinada rama, actividad o
sectores. Esta dispersión no ha sido ajena a los intereses y estrategias patronales, que a través de la
intervención estatal en muchos casos la ha promovido o consolidado. Por otra parte, una gran cantidad
de pequeños y microestablecimientos, muchos de ellos vinculados a economías de subsistencia,
coexiste con un sector de grandes empresas, muchas de ellas filiales o subsidiarias de grandes
transnacionales, que se aprovechan de esta debilidad de la estructura ocupacional para desarrollar
estrategias antisindicales, manteniendo sistemas de relaciones laborales donde prima la
descentralización de la negociación combinada con la profundización de los procesos de tercerización y
subcontratación, incluso con sis- temas donde se habilitan herramientas de discusión colectiva con los
trabajadores por fuera de las organizaciones sindicales (pactos colectivos), o que utilizan la
organización para su beneficio personal, buscando cuotas de poder en el aparato de estado, proliferando
el clientelismo y la corrupción, hechos que distorsionan su carácter (contratos sindicales).

La primera consecuencia de estos obstáculos se registra en los escasos niveles de cobertura de la


negociación colectiva sobre el conjunto de los trabajadores. A su vez, también se deriva de esta
situación la existencia de condiciones objetivas desfavorables para los trabajadores que se encuentran
en el sector formal de la economía para desarrollar estrategias de acción y organización sindical.

19
Sindicalismo en el sector publico

Para el caso del sector estatal es de resaltar varios procesos de transformación acaecidos por la
reconfiguración del estado, en las primeras décadas del siglo XXI, las políticas neoliberales
desplazaron los planteamientos del antiguo modelo e iniciaron la apertura económica, el achicamiento
del estado, la des regulación del mercado laboral y el desmantelamiento de los derechos sociales, con
transformaciones visibles en el mundo sindical, que tienen una respuesta en la segunda década luego de
reglamentada la negociación colectiva del sector público a través de los decretos 1092 de 2012 y el 160
de 2014.

En la primera etapa hubo una reducción del empleo en el sector público, yendo de 1.018.000 en 2002 a
838.000 trabajadores en 2012, mientras en la segunda hubo un crecimiento llegando hoy a 1.098.031,
claro de los cuales el 45,2% (496.272) hacen parte del aparato represivo del estado, las fuerzas
militares y policía, y el 54,8% restante (601.759) distribuidos entre empleos por transferencias
territoriales, salud y educación (41,4%), empleados de la rama judicial (6,6%) y de la rama ejecutiva
(6,8%). (En la infografia de la pagina 18 se puede esta información más al detalle).

Como vemos en la siguiente tabla de estos trabajadores, excluyendo a las fuerzas militares que no
pueden sindicalizarse, se encuentran afiliados 483.681 personas en mas de 1.015 sindicatos8.

Tipo de sindicato Numero de sindicatos No. Afiliados Participación


Sindicatos empleados 483 296.271 35,66
públicos
Sindicatos Trabajadores 216 65.903 7,93
oficiales
Sindicatos mixtos 316 69.239 8,33
(públicos - oficiales)
Total sector estatal 1015 431.359 100,00

De esta cuenta dejamos por fuera a los trabajadores particulares y temporales, tercerizados por
contratos de prestación de servicios u otras modalidades, que cumplen las veces de nominas paralelas
en las entidades publicas de todo tipo, de los cuales ha sido una reivindicación histórica del
sindicalismo el poder saber a ciencia cierta cuantos son realmente. En 2011 en declaraciones del
ministro del trabajo de aquel entonces9, de cada 100 empleados de planta se decía había un total de 132
por nóminas paralelas, luego de recibir los informes de entidades que están en los sectores de ambiente,
vivienda, minas, deportes y transporte, denunciando que en las entidades territoriales las cosas eran
más alarmantes, pues, por cada 100 empleados de planta, había 216 por órdenes de prestación de
servicios.

8 Cifras tomadas del sislab, Escuela Nacional sindical


9 http://www.portafolio.co/economia/finanzas/nominas-paralelas-empresas-desbordan-planta-141988
20
21
Esta es una de las mayores expresiones de las formas en como se ha venido transformando la
institucionalidad en Colombia, a medida que el sindicalismo estatal gana fuerza, con la ampliación de
las plantas de personal permanente, otra de las reivindicaciones históricas del sindicalismo estatal. Las
élites políticas tradicionales han engrasado su maquinaria con el nombramiento a dedo de empleados
tercerizados, manteniendo poblaciones cautivas de votantes, con promesas de cargos como contra
prestación de favores políticos.

Es a través de la subcontratación en el sector público, -sabiendo que el estado es el mayor empleador en


pueblos pequeños y apartados- como los políticos tradicionales, los grupos económicos y muchas veces
paramilitares subyugan el carácter de nuestra democracia, favoreciendo la corrupción y el clientelismo.
Por eso el sindicalismo estatal debe de replantear sus horizontes y reconocer la capacidad que tiene
más allá de las meras condiciones laborales propias, como instrumento para la defensa de los sectores
subalternos, y como propuesta política para toda la clase trabajadora en el país. Sin embargo para ello
debe de reflexionar sobre condiciones más profundas de las transformaciones del modelo neo liberal.

Sindicalismo y el trabajador/a actual

En realidad el sindicalismo ha vivido un retroceso en muchos sentidos, dando espacio a un modelo que
perjudica el ejercicio sindical, en el que proliferan la existencia de prácticas de debilitamiento y
fragmentación que van más allá de la violencia, es decir herramientas ideológicas y culturales. No
todas las transformaciones acontecidas al sindicalismo se debieron a las acciones del movimiento
obrero o a los intereses puramente coyunturales de los poderes tradicionales. Muchas de ellas, y quizás
las más importantes, provienen de la propia capacidad de evolución del capitalismo nacional e
internacional, en donde nuevos dispositivos han sido instalados para orientar a los trabajadores en otras
direcciones.

El conocimiento es poder y, por supuesto, el capitalismo ha utilizado el saber que acumula para generar
cambios en pro de incrementar su propio poder. La etapa (nueva) que vive el capitalismo, dada su
capacidad de evolución, como ya hemos dicho se caracteriza por la globalización informacional y la
producción de un extraordinario cúmulo de nuevos conocimientos expertos –4ta revolución industrial,
potenciados para la reorganización de la producción “posfordismo”–. Conocimientos, que en términos
específicos, le ha servido para ahondar sobre las relaciones de trabajo, sobre los propios trabajadores y
sobre los mecanismos de incentivación al consumo.
Es así como han consolidado saberes cada vez más sofisticados sobre la organización del trabajo en la
produccion de bienes y en la prestación de servicios, así como en los puestos que implica en cada
sector, a través de procedimientos sobre los canales de comunicación en la empresa y en las entidades
públicas, los procesos de evaluación y de auto-evaluación de los trabajadores, sus interrelaciones, y las
que mantienen con la empresa, las técnicas de motivación y de responsabilidad, las técnicas de
marketing, de publicidad y de venta, etcétera.
Conocimientos que tienen que ver con lo que Foucault (1988)10 llamaba la constitución de nuevas
prácticas de subjetivación, es decir, con procedimientos para conformar la manera en la que uno se
percibe a sí mismo, formula sus expectativas vitales, se relaciona con sus deseos y concibe sus
relaciones con los demás; en definitiva, procedimientos para formar sujetos y para moldear, a la vez
que para satisfacer sus aspiraciones, tanto en su condición de consumidor como en la de trabajador.

10El
sujeto y el poder Michel Foucault Revista Mexicana de Sociología , Vol. 50, No. 3. (Jul. - Sep.,
1988), pp. 3-2

22
Son, en parte, esas nuevas prácticas de ver y entender el mundo las que han permitido en y con el
neoliberalismo que las tecnologías del mercado colonicen zonas que no obedecían estrictamente a su
lógica, tales como la sanidad, el ocio, la educación, los cuidados, la misma administración de lo
público, etcétera, transformando todo lo existente en posible objeto de consumo.
Un cambio obligado, además, por una crisis de acumulación que lleva al capital a buscar dividendos
allí donde los humanos entablan cualquier intercambio. Para ello, en este liberalismo avanzado, la
forma de administrar las poblaciones, la manera de ejercer el poder político y el modo de concretar la
gestión capitalista de la economía y del trabajo, cuenta con trabajadores altamente cualificados, a los
que inculcan valores cada vez más individualistas, en detrimento de su organización colectiva. Además,
por este conducto, pretende el modelo dominante, utilizar y rentabilizar la capacidad de iniciativa y de
autorregulación que tienen los trabajadores, para gobernarlos –vaya paradoja– recurriendo a la libertad
de la que disponen, la cual reivindica siempre y cuando la ejerzan “responsablemente”.
Para que esto sea posible las prácticas de subjetivación deben construir personalidades cuya autonomía
sea moldeada y normalizada desde su educación profesional por saberes expertos. Son estos mismos
saberes los que se utilizan para exigir permanentemente al trabajador que haga uso de su libertad de
elección únicamente en los límites del mercado, entre los productos y las alternativas que le son
ofrecidos, y para que los trabajadores pongan su capacidad de decisión al servicio de los intereses de
las empresas. Esta promoción e instrumentalización de la libertad, como principio de gobierno, no es
incompatible con las nuevas líneas de futuro que se están configurando hoy mismo y que se basan en el
acento puesto sobre la inseguridad generalizada, sobre los múltiples riesgos que acechan producto de la
desigualdad y la violencia, del principio de precaución, sobre la incertidumbre laboral, sobre la
precarización de la existencia y sobre el imperio del egoísmo.
Si contemplamos en su conjunto el periodo que va desde principios del siglo XX hasta principios del
siglo XXI vemos como los conocimientos expertos producidos durante ese periodo han hecho posible
una completa inversión de la forma en que el capitalismo se representaba al trabajador «ideal». Se ha
combinado, en efecto, una concepción del trabajador ideal como simple fuente de fuerza de trabajo
tanto más útil cuanto más obediente, con una de sujeto dotado de libertad y cuya autonomía,
sabiamente orientada, produce sustanciales beneficios.
Sin embargo, frente a los enormes cambios experimentados por el capitalismo, sus modos de
administración de las poblaciones, y los dispositivos de dominación, podemos constatar lo poco que el
sindicalismo se ha transformado, lo que nos permite afirmar que tenemos un sindicalismo formado para
otra época, un sindicalismo que no comprende las transformaciones del capital y sus implicaciones para
todos los espacios, entre ellos, claro está, el Estado y sus diversos trabajadores

23
PARTE 2
Caja de herramientas
Habiendo hecho un panorama general del estado en que se encuentra las clases trabajadoras, la
estructura ocupacional y el sistema sindical en nuestro país, ahora exponemos algunos conceptos, rutas
de acción y organización de la actividad socio-politica que pueden ser de ayuda a la hora de mejorar las
capacidades de la actuación sindical hoy.
Según la agenda clásica de las teorías de los movimientos sociales, distinguimos tres componentes que
a rasgos generales caracterizan todo movimiento social. 1) Un marco de referencia para la acción
colectiva, 2) a lectura de una determinada estructura de oportunidad política, 3) una estructura
organizativa. (Cruz 2017, pp.15) Según esta agenda, una combinación acertada entre los tres
componentes puede materializarse en un efectivo avance de cualquier propósito colectivo, por lo cual
cada aspecto de la radiografiá tratado en la sección anterior ayudan a delimitar la cuestión de un marco
de referencia para la acción colectiva, trazando algunas reflexiones en torno a la configuración del
marco de referencia hegemónico, y sobre el cómo analizar los discursos y las prácticas contemporáneas
de nuestro sistema sindical, hacia su proyección sociopolitica.
Marcos de Referencia para la acción colectiva

Sentido común y hegemonía

Entre el sujeto (sea individual o colectivo) y las estructuras sociales, existe algo conocido como el
marco de referencia, el cual está compuesto por el conjunto de conceptos, imaginaros y categorías con
las cuales el sujeto interpreta su lugar y el de los demás en el mundo social, con el que construye sus
sueños y orienta su conducta diaria; por esto entendemos que las estructuras y las instituciones sociales
no son retazos de la realidad, que podamos ver desde afuera, sino fuerzas psicológicas, sociales e
históricas que nos atraviesan y nos direccionan para un lugar o para otro.
Dado el avance del capitalismo hasta nuestros días, pareciera que el escenario privilegiado que
configura dicho ámbito de referencia, por encima de todos los demás, es el mercado,(Echeverría, 2004)
base sobre la que la mayoría de la población sobrevive en su cotidianidad. Es mediante el éxito o el
fracaso en el mercado como las personas se ‘salvan’ o se ‘condenan’.
El hecho de que el mercado sea la institución de socialización fundamental de nuestra época tiene
profundas implicaciones psicológicas, sociológicas, políticas. El mercado, expandido más allá de sus
límites, mercantiliza lo no mercantilizable: desde el agua o la salud, los valores más sublimes, nuestros
profundos deseos de realización personal y hasta la fuente de todo valor mercantil: el trabajo. La fuerza
de trabajo convertida en mercancía conlleva que el trabajador se convierta en empresario, el cual debe
gestionar, administrar y saber vender su mercancía “fuerza de trabajo” como un producto más en el
mercado, con lo cual, si el trabajador no triunfa, el castigo que sufrirá (el desempleo, la falta de
ingresos fijos) es culpa de su propia deficiencia, de su falta de cualificación técnica o de algún atavismo
cultural. (Echeverría, 1994)
Estos y muchos otros elementos del marco de referencia hegemónico, atraviesan otras instituciones
como la iglesia, la escuela, la familia, los medios de comunicación, configurando miedos y esperanzas
susceptibles de desplegarse en la arena política (Monedero, 2013); elementos que hacen parte del
sentido común dominante entre la mayoría de la población, y que pueden ser estudiados con
rigurosidad, enfatizando en que es necesario trascender y conocer mejor la relación intrínseca de los
problemas sociales entre sí, de manera que puedan darse otras interpretaciones, e influir en el marco de
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referencia con el cual asumimos el mundo social. Por eso, entre otras razones, debemos de estudiar y
comprenderlo mejor, entendiendo que los problemas sociales se asumen socialmente y que no hay
mejor autoayuda para nuestros problemas que la autoayuda colectiva.
Para así proceder, hay tres dimensiones a través de las cuales analizar las representaciones que en
disputa en el sentido común, de las personas o de grupos sociales, con las cuales queremos tejer y ganar
apoyo.
1) Identificar las tipificaciones dominantes: ¿cuáles son los adjetivos, los conceptos y las categorías con
que las personas interpretan los hechos sociales? Por ejemplo, ¿quiénes son los buenos y los malos en
un hecho político?
2) Conocer la estructura del sistema de relevancias: ¿qué temas son más prioritarios, más urgentes, más
trascendentales, para la vida de las personas?

3) Delimitar la distribución social del conocimiento: ¿cuáles individuos o grupos tienen una
interpretación más desarrollada de los acontecimientos, y como se traducen éstos en jerarquías formales
e informales en la sociedad?

La intelectualidad de intención transformadora ha debatido largamente sobre este tema, pues ha


considerado importante entender, como es que habiendo tanta desigualdad, tanta pobreza y miseria, los
más necesitados aceptan e incluso ven como naturales las diesigualdades de la sociedad, su posición en
desventaja y ven en las clases dominantes un modelo de vida ejemplar para constituir sus propias
aspiraciones. Esto es en sí el debate de como los sujetos del abajo, toman consciencia de sus
condiciones objetivas y tratan de construir entre todos un nuevo proyecto alternativo de sociedad. ¿esta
consciencia de sus condiciones, su capacidad de transformarlas se construye, se genera, se desarrolla o
se transmite?

Autores como Massimo Modonesi (2010), han logrado sintetizar en tres categorías lo que el da en
llama procesos de subjetivación política, los cuales describen este fenómeno por medio del cual, los
sectores del abajo construyen propuestas y organizaciones para mejorar su condiciones de vida. Desde
las teorías criticas han aportado al debate de la construcción de sujetos con respecto a su grado de
libertad respecto de la clase dominante. Los sujetos de menor independencia con respecto a esta clase,
aquellas que interpretan su mundo, crean sus aspiraciones y sus formas de vida aceptando las
desiguales estructuras de poder y de dominación actuales se ubican en la subalternidad, y aquellos con
mayor independencia, con organización, con proyecto propia, con mayor cohesión y con un horizonte
de sociedad más distanciado del sistema actual se encuentran en la categoría de la autonomía.

Subalternidad: La subalternindad es una categoría que nos ayuda a abrir el espacio de los sujetos de
cambio mucho más allá de las constipadas categorías del economicismo que utilizan conceptos como
explotado u oprimido, y va más allá de la mera clase trabajadora o el proletariado. Acuñada por
Antonio Gramsci (1926), el sujeto subalterno hace alusión al estado subjetivo de todo un corolario de
actores que tienen una aceptación relativa y apenas un rechazo relativo del sistema actual. Acepta las
relaciones de dominación como naturales, y a lo sumo hace un ajuste de las mismas para hacer su vida
más llevadera. Lleva incorporados los intereses de la clase dominante, si bien no sus condiciones
materiales y económicas, si sus valores, su personalidad, su razonamiento cotidiano y su discurso.

Antagonismo: La subjetividad antagonista da un paso más adelante, surge del rechazo en mayor grado
a las relaciones de dominación y pasa a un segundo momento de confrontación y de lucha por sobre sus
dominadores, sus patrones, y las agrupaciones políticas que estos representan (partidos, sindicatos,
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gremios etc.). Esta se constituye a partir de la experiencia de la lucha contra un adversario determinado
y va dando forma a un aumento de fuerzas organizativas, políticas, económicas y culturales en contra
de la clase dominante.

Autonomía: Aquí la consciencia de las condiciones objetivas de su grupo social se encuentra mucho
más desarrollada, y ya no solamente constituye un poder en contra de una estructura de poder
particular, sino un “poder hacer” una organización política propia y autónomo sobre su propia vida, es
el paso de la protesta a la propuesta. Aquí las personas están empoderadas y han construido un proyecto
propio, con sus propias formas organizativas, y un horizonte claro que aglutina otras fuerzas junto a si.

De acuerdo a este esquema teórico y para poder dar paso a una discusión entre todos, podemos decir
esquemáticamente que el desarrollo de una consciencia política cada vez más desarrollada es producto
de:

•La afirmación subjetiva de las condiciones objetivas. Investigar y conocer mejor el lugar que se ocupa
en la estructura social y las relaciones intrínsecas de los problemas sociales entre sí, para ubicarse y
proyectar la superación de la dominación en que se encuentra (subalternidad, antagonismo o
autonomía)
•Generar el sentido de pertenencia a un grupo subalterno particular, a través de los imaginarios, los
discursos y las relaciones de filiación y amistad entre compañeros /as.
•La identificación de un responsable de la dominación, un antagonista claro al cual se le debe ganar
terreno, aquel con el cual debe negociar o enfrentarse el grupo subalterno para superarlo
paulatinamente, sea económica, política o culturalmente.

En este sentido podríamos decir que desde diferentes experiencias se asume una consciencia particular
del lugar que ocupamos en la sociedad, y al asumirnos como tales se supone una cierta capacidad de
acción que debe generar condiciones para su desarrollo. En la proyección estratégica debemos tener en
cuenta la fase de grado autonomía en que nos encontramos con referencia a otros sujetos de lo popular.
Como construimos planes y estrategias que vayan arraigando territorial, política y culturalmente en
sujetos determinados un proyecto alternativo de sociedad y como podemos dinamizar esos avances

Las configuraciones subjetivas del poder también han moldeado las estrategias de lucha de los
trabajadores, y por ende son factores sociológicos que ha condicionado la estructura sindical en la que
no encontramos actualmente, sus inercias y sus procesos. Gracias al trabajo critico de Jairo Villegas,
(2016) que sintetiza su experiencia de vida, y de acuerdo a las categorías de subjetivación política
podemos identificar tres tipo de sindicalismo en los procesos históricos de nuestros país.

Sindicalismo subalterno: Es el sindicalismo que se alinean más claramente con los interés y las
practicas de la élite y sus gobiernos de turno. Están subordinados a postulados meramente
economicistas, haciéndole entender a sus afiliados y activistas que la función de su órgano de clase esta
caracterizado en su esencia para llegar a un entendimiento con sus interlocutores naturales
(patrones/gobierno) quienes no se ven como antagonistas históricos. En este caso las ventajas obtenidas
por la acción sindical pasan a ser asumidas como un fin en si mismas, un acumular de derechos que
refuerzan la sujeción a políticas económicas macro estructurales del estado, justamente aquellas que
son las responsables de los problemas salariales de clase. Tal sindicalismo por tanto, mistifica la acción
sindical, determinando para sus integrantes un papel coadyuvante del conjunto de políticas orquestadas
por el gobierno.

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Sindicalismo corporativista: Existen también sindicatos que en determinada coyuntura, presentan
cierto grado de diferenciación, que entienden la posición que ocupan en la estructura social, buscando
ampliar su fuerza y el enfrentamiento con las políticas de las élites. Pero lo hacen desde una pauta
exclusivamente económica, aprovechando las agendas electorales para hacer campañas y arrancar
mediante promesas de candidatos aliados las mejoras inmediatas. Ganan fuerza en momentos de
ascenso organizativo, pero en una coyuntura desfavorable, pueden desinflarse con impresionante
velocidad. Sus métodos pueden reforzar el campo del activismo sindical, con movilizaciones
importantes, pero insuficientes, pues por lo regular invierten fuerzas exclusivamente en reacción a las
políticas gubernamentales, llegan a acuerdos que no son capaces de administrar y automáticamente
delegan la gestión de sus conquistas en los mismos aparatos del gobierno de turno.

Sindicalismo autónomo y alternativo: Una tercera conducta sindical puede ser identificada por su
acción en asociación con sus postulados teóricos. En común con las demás, se considera representante
de la clase trabajadora, se preocupa por sus necesidades inmediatas y se legitima en determinados ritos
y emblemas identitarios del trabajo colectivo. Pero además de estas semejanzas, el sindicalismo
autónomo propone un enfrentamiento más claro con las políticas de las élites dominantes y busca
proyectos alternativos de transformación del sistema social en su conjunto. Utiliza una profunda
coherencia ética, visibles en el discurso y la practica política que toma distancia como proyecto propio
de los trabajadores. Piensa el sindicalismo como un medio importante para que los trabajadores se
organicen, luchen y construyan propuestas alternativas al sistema que les oprime, tanto a ellos como
quienes comparte su mismo destino. Ve en las reivinidicaciones económicas un medio para explicar
como se manifiestan problemas más estructurales, denunciando al capitalismo en sus más claras
manifestaciones y como causante del estado actual de cosas. El sindicalismo autónomo y alternativo
articula las teorías y las tradiciones de las luchas populares (Socialistas, feministas, libertarias etc.) con
sus acciones políticas y sociales, alimentando y enriqueciendo las primeras en conformidad con la
transformación de su realidad especifica en las segundas.

Estrategias políticas contemporáneas

Las estrategias políticas tradicionales, por ejemplo la noción de “la toma del poder” esta hoy muy
desvirtuada. Dada la complejización, el crecimiento demográfico, la globalización y las nuevas
tecnologias de la sociedad contemporánea, la modernización y la consolidación de la institucionalidad
liberal, el tradicional asalto a un cuartel, un palacio o un castillo, un aparato como lugar que guarda “el
poder”, es insuficiente para realizar cambios duraderos.
“El poder” en una sociedad tan compleja como la actual, con instituciones asentadas entre el conjunto
social a través de un mayor consenso y legitimidad en la sociedad civil, implica que el camino hacia el
castillo esté rodeado de trincheras que dificultan acceder a él. (Errejón, 2016) Estas trincheras son las
instituciones y entidades que, como nodos de articulación, le dan un armazón a los privilegios de las
clases dominantes de tal manera que la estructura social de dominación permanezca estable; así mismo,
son las que fragmentan y debilitan, económica, jurídica, política e ideológicamente a los proyectos del
campo popular, fortaleciendo a los actores hegemónicos.
Avanzamos en esta reflexión retomando las diferentes protestas efectuadas durante los últimos años en
contra de las políticas del gobierno Santos. Cada uno de los sujetos que levantaron su voz (estudiantes,
campesinos, indígenas, docentes, etc.), con sus acciones y reivindicaciones particulares, fueron
fácilmente desarticulados al concederles prerrogativas parciales de sus demandas específicas. Estos
mecanismos, además de la evidente represión y los ataques mediáticos en los medios de comunicación
tradicionales, canalizan (Therborn, 1980) las demandas de los sujetos populares a través de alguna

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institución que es reconocida como contraparte, pero también a través de algún paliativo a actores
estratégicos de lo popular, delegando su cumplimiento a la voluntad de acuerdos con las mismas clases
dirigentes o con algunos notables, cooptados de las clases subalternas.
Todas estas estrategias del poder tienen una explicación común, y es que cada sujeto político, al
movilizarse, tiene en sus características dos aspectos que son cruciales y deben ser analizados: 1-. Sus
demandas muy particulares (por mejor salario, la no privatización de las universidades, más tierra,
rebaja de los precios de transporte, etcétera), y 2-. Otro tipo de demandas, más generales, mucho más
comunes al resto de la sociedad, que lo articulan con otros actores y que lo proyectan a la disputa por
un orden social alternativo, ej. por mayor democracia, por trascender el régimen de propiedad, etcétera.
De ese tránsito, y del nivel de elaboración entre un aspecto y el otro, del especifico al general, es que se
deriva su capacidad de articular otros actores y de constituirse en alternativa política o, por el contrario,
de ser desarticulado por los poderes hegemónicos una vez sea solucionada su demanda particular.
Por lo regular, lo que hacen los poderosos cuando la represión no funciona, es tomar la demanda
particular y solucionarla mediante algún mecanismo como los ya anotados, de manera que no ponga en
peligro el resto del orden social; es un dispositivo de control bajo el cual el mensaje suele ser:
“soluciono lo que me estas pidiendo, en tanto sea yo el que siga mandando”.
Para afrontar este panorama, según autores como Errejón (2016) 11 en el discurso la construcción de las
demandas y el análisis político consta de 3 materias primas para su elaboración:
1)Una situación problemática.
2)Un responsable de esa situación .
3)Una solución alternativa.
Con estos tres elementos es susceptible de ser politizable una situación, pero la estrategia a tener en
cuenta dentro de los sectores subalternos radica en saber proyectar, influir y aumentar el alcance de las
demandas, a través de ciclos escalados de conquistas y de articulación, con temas cada vez más
generales a las reivindicaciones particulares de cada actor en concreto. Para ello, los responsables de
abordar este tránsito y esta elaboración son los intelectuales orgánicos, término acuñado por Gramsci
(1926) con el cual se refería no a los más inteligentes, sino a quienes, con un sentido y un compromiso
colectivo, tienen más claro el horizonte por transitar y la forma de realizarlo en la actual sociedad.
Estos intelectuales, así entendidos, son los organizadores y los tejedores del campo popular, por lo cual
es fundamental que cada sector social tenga los suyos, formarlos y proyectarlos para dar siempre las
disputas de una mejor manera.

Estructura de oportunidad política:

Los sindicatos y los movimientos sociales/populares

Los sindicatos son parte de los movimientos sociales, diferenciandose de ellos por algunas
particularidades que le son propias, la identidad con las disputas del mundo del trabajo y no en cuanto a
otras banderas de lucha específicas: La reforma agraria por ejemplo.

Existen otros movimientos sociales que podemos llamar movimientos populares. Esos movimientos
son en su mayoría formados por sectores más precarizados que no poseen una estabilidad económica
(trabajador/a informal, por cuenta propia, con bajos ingresos), un reconocimiento cultural y político
(luchas etnicas, territoriales, juveniles, de genero) o padecen los rigores de la privatización de los
11 Iñigo Errejon: “Hegemonía y discurso” https://www.youtube.com/results?search_query=discurso+y+hegemonia
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derechos esenciales, y coyunturalmente, tienden un mayor o menor grado de radicalidad. Es
fundamental promover una alianza del movimiento sindical con estos sectores, ante todo por ser la
solidaridad un principio nuestro y después por el grado de empoderamiento y aprendizajes mutuos que
la experiencia de la articulación, la construcción de tejido social genera en la fuerza de las clases
subalternas.

Por eso debemos tener la noción de que muchos de los problemas a ser resueltos en la lucha sindical
también deben ser asumidos por la lucha popular, pero toda la sociedad como un conjunto dinámico, es
un caldo de fenómenos que deben ser aprovechados por las organizaciones sindicales, de tal forma que
logren incidir de mejor manera en el conjunto, estos fenómenos constituyen una “Estructura de
Oportunidad Política” (EOP)

La EOP se refiere a las características catalizadoras del contexto en que tiene lugar la acción colectiva y
designa las dimensiones que la promueven o la inhiben. Comprende tanto la estructura política
institucional como las relaciones informales de poder en un sistema político y puede usarse como una
herramientas independientes para comprender una situación y actuar de manera oportuna.
Para autores como McAdam (1999)12 sería parte de la EOP: “1. El grado de apertura del sistema
político institucionalizado. 2. La estabilidad o inestabilidad de la alineación entre las élites 3. La
presencia o ausencia de aliados entre las élites 4. La capacidad de cooptación del estado y su
propensión a la represión. Dichos elementos son importantes a tener en cuenta a la hora de caracterizar
los fenomenos que hacen parte del contexto, pues conocer sus intenciones, su fuerza y la orientación de
sus propuestas se hace crucial para poder navegar por el tablero de las relaciones de poder entre las
condiciones laborales de los trabajadores y los intereses de los empleadores. Por ejemplo para el caso
de los trabajadores estatales que deben negociar con gerentes y administradores de entidades puestos a
titulo de cumplir con la agenda de ciertos partidos políticos.

El análisis de coyuntura y la identificación de alternativas

El objetivo del análisis de coyuntura es el de ser un instrumento de trabajo que permita conocer de
mejor manera cuál es la correlación de las fuerzas sociales y cómo se expresan. De esta manera se
pueden orientar mejores visiones y planes de acción que contribuyan con el desarrollo de los intereses
del movimiento popular, suponiendo al menos un manejo pormenorizado de la historia específica de
nuestro país (económico-social, política y cultural) la cual ha moldeado lo que llamamos estructura, y
de las instancias en que se juegan dicha historia en el presente, lo que llamamos coyuntura.
Las acciones a desarrollar en el análisis de coyuntura radican en hacer un estudio de la situación actual,
donde se determinen los actores en escena, los protagonistas, su proyecto, sus aliados, sus opositores y
los dispositivos o prácticas que ponen en juego; así se pueden mostrar las distintas alternativas que
pueden ofrecer las tendencias de su desarrollo, con el animo de que se puedan definir tareas políticas
específicas al interior de estas coyunturas.
Vale la pena aclarar lo que implica la identificación de alternativas, ya que lo alternativo es un concepto
que sirve de herramienta para organizar el trabajo de proyección y delimitar un campo problemático.
Las alternativas son la lupa y la brújula que hace posible el reconocimiento de hechos, problemáticas,
actores que no serían visibles sin esta categoría y se definen en torno a aquellos elementos potenciales
del contexto a ser activados.

La identificación de alternativas pueden enriquecer el contenido de la negociación colectiva y ampliar


12 1999, citado por Edwin Cruz 2016, 1999, p. 14.
29
su ámbito de acción, por ejemplo a través de la construcción de plan de ordenamiento territorial en los
municipios, formulado y organizado entre el sindicato de la entidad y organizaciones sociales o
instituciones de la sociedad civil que trabajen el tema, e incluir partes de estos en los pliegos, de tal
forma que se pueda trascender del pliego laboral al pliego político y aprovechar las instancias de
negociación colectiva para posicionar al sindicato frente a la sociedad, así como articularse con otros
actores sociales, en una visión de re-configuración sindical. Por esto el análisis de coyuntura y la
identificación de alternativas a potenciar son herramientas complementarias a la negociación colectiva
y en muchos sentidos colaboran con aumentar su eficacia.

Negociación colectiva y autonomía

Siendo así, la negociación colectiva, junto con la huelga y la organización sindical, son instrumentos de
los trabajadores en la consecución y gestión de sus intereses. Puede ser que en determinados momentos
colabore en la conquista de derechos por mejores condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores,
pero también puede significar pérdidas, gracias a que depende de la correlación de fuerzas en que se de
la negociación. La negociación colectiva puede ser una herramienta artífice de justicia social, siempre y
cuando sea asumida en el marco de una lucha más general, proyectada y en solidaridad con otros
actores, hecho que implica una reflexión sobre los contenidos de la negociación, sus limites, sus
potencialidades y el ámbito social al cual puede ampliar su cobertura.
Para esto, autores como Gianibelli, (2013) caracterizan dos sistemas generales de negociación
colectiva, según el grado o las maneras de formalización que alcanzan tanto los procedimientos de la
negociación, como los acuerdos producidos. Por un lado existen los sistemas dinámicos donde el
proceso de negociación se hace de manera cotidiana y permanente, con muy poca intervención estatal,
dejando el efecto y los diseños del acuerdo a las partes en conflicto, y donde el rol del sujeto sindical
parte en gran medida sobre la base de la propia administración de las demandas y las condiciones
laborales.
En los sistemas dinámicos de negociación colectiva el centro del momento se encuentra en el
trabajador, quienes se convierten en el eje central y quien es consultado e informado de todo el proceso
de negociación. Este es un momento especial en la vida sindical, pues es capaz de elevar la conciencia
de clase de los trabajadores, así como la correlación de fuerzas existente y los intereses antagónicos de
las partes. Algunos ejemplos de este sistema son el modelo británico de abstención legislativa o el
italiano de ordenamiento intersindical.
Los sistemas estáticos –más comunes en América Latina– 13 en donde la negociación colectiva está
fuertemente permeada en su alcance normativo por el régimen estatal y en el que existe una fuerte
separación entre el tiempo de la negociación y el de la administración de los acuerdos, por lo regular
delegando la gestión al aparato legislativo y dando primacía a la fuerte normativa extensa al convenio
colectivo. Este modelo intervencionista trae profundos efectos en la autonomía colectiva de la
organización sindical que entrega la efectividad de lo acordado a la norma.
En el sistema estatico el trabajo pierde la centralidad del proceso, debido a que es la comisión
negociadora y asesora la que termina tranzando por las alturas con la administración o la patronal. El
trabajador tiene un mero papel de legitimador del pliego de demandas y se denota la tendencia a
sustituir las asambleas por reuniones pequeñas, donde se favorece la corrupción y la suplantación sobre
la representación real.
A partir de estos sistemas es preciso distinguir cuatro elementos a tener en cuenta a la hora de actuar en
la negociación colectiva.
13 CSA -CSI (2013) Estrategias sindicales por una mayor y mejor negociación colectiva en América latina y caribe. pp. 43
30
1. La estructura: Hace referencia a las reglas que ordenan la negociación y los niveles en que se
distribuyen las competencias de negociación, el grado de centralización sectorial o de rama, las
relaciones de poder que conllevan, así como la conexión entre ellos que determinan las condiciones
favorables o desfavorables del armazón sobre el que se sostiene la negociación.
2. Los sujetos: refiere a quienes están facultados para la negociación, la forma en la que son escogidos
y que mecanismos cumplen con la legitima que otorga un determinado test de representatividad, lo cual
implica una determinada visión política. Algunas veces condicionados por la legislación estatal, o por
los estatutos de la organización sindical dependiendo de su grado de autonomía.
3. La vigencia: Con respecto a la vigencia es de resaltar que una intervención heterónoma en el caso
latinoamericano también es de aprovechar, pues la norma también puede garantizar ciertos derechos,
habilitando ciclos de expansión para sumar conquistas y/o resguardando en momentos de retracción en
una correlación de fuerzas desfavorable.
4. Los efectos: Pueden ser medidos a través de la eficacia que tanga la organización de tramitar y
administrar las conquistas alcanzadas, de manera que se logren extender los alcances del convenio.
Como recomendaciones pensamos que es necesario establecer un protocolo ético sobre los
negociadores y asesores que defina procedimientos para el consenso, el disenso y las formas de
tramitarlo. Por ejemplo los dirigentes que administren contratos sindicales, tiene que ser
automáticamente inhabilitados para ser negociadores, pues el contrato sindical distorsiona su papel
como defensor de los derechos de los trabajadores y puede conllevar a un evidente conflicto de
intereses.
Así mismo es importante formar un equipo de negociadores con conocimientos en temas y técnicas de
negociación, planear las negociaciones con meses de anticipación de forma que se conozca bien los
limites y las posibilidades políticas y económicas de la misma, el presupuesto d ella nación, el carácter
de la administración de la entidad, o del empleador en la empresa. En pocas palabras saber preparar el
ring donde tendrá juego el combate
Estructura Organizativa
También debemos considerar que los movimientos populares están atravesados por problemas similares
a los del movimiento sindical, como la burocratización,, el vanguardismo, la jerarquización de las
direcciones, el particularismo gremial y la cooptacion por parte de gobiernos de la élite tradicional. Sin
embargo hemos descrito que en la negociación colectiva, para el caso latinoamericano existe una fuerte
fractura entre el tiempo de negociación, y el tiempo de administración de los acuerdos, una vez
realizados los convenios. Parte del incumplimiento esta generado por la incapacidad organizativa de
gestionar esos acuerdos. Si los trabajadores/as quieren tener un poder real y autónomo, deben estar bien
organizados, pero también de una manera distinta, alternativa a las grandes tendencias autoritarias,
excluyentes, patriarcales que ya hemos mencionado.

Por lo regular la estructura organizativa esta consignada en los estatutos de la organización, sin
embargo dichos estatutos suelen quedarse en el papel y no responden a las capacidades reales, en
términos de recursos humanos, y económicos para llevar a cabo todos los proyectos planteados
colectivamente, con una buena articulación y comunicación entre las partes. Se recomienda en estos
casos que la estructura organizativa encarne en si, los órganos que se responsabilicen de los procesos a
desarrollar.

Por esta razón la Estructura organizativa debe ser ajustada lo más posible al programa que se defina
colectivamente, y el plan estratégico, el cual va dando las pautas estratégicas y tácticas, y en esta
medida las estructura permantes y las estructuras temporales, que se responsabilizarán de los procesos.
31
No obstante el carácter con que se relacionan las personas entre sí, tanto como los distintos organismos
de la federación, y de esta con otras organizaciones sociales son encarnación de la forma que adoptan
las relaciones sociales de una sociedad futura, de lo que denotamos la democracia como eje transversal
de toda estructura.

De allí se deriva un proceso de reflexión y deliberación sobre el carácter de la organización sindical. Es


el sindicato solamente un medio para mejorar las condiciones de trabajo, o es un fin en si mismo, que
brinda las capacidades, teóricas y técnicas a sus afiliados y los movimientos populares para tomar por
si mismo las riendas de una nueva sociedad

Si tenemos un destino definido, es bueno que usemos el camino adecuado, porque un mal camino nos
llevará a un destino diferente. Debemos tener en cuenta que los medios conduzcan al fin deseado: que
los medios que elijamos sean los que nos permitan alcanzar los objetivos. Por lo tanto, la táctica está
sujeta a la estrategia y ambos están sujetos a unos principios éticos, estratégico y organizativos, que son
la metodología de trabajo de los activistas de la federación. No existe la máxima "el fin justifica los
medios", ya que son los medios que elijamos los que van a determinar las zonas en que los
conseguiremos. Una visión programática debe ser construida colectivamente, apuntando a una lectura
del presente, los objetivos finalistas son el camino amplio para la transformación y esta línea
programática se defendería dentro de las organizaciones, las entidades y los territorios por los activistas
sindicales.
¿Que principios podrían marcan la pauta de la organización sindical? Aquí algunas propuestas:

La democracia directa y federalismo: Es un principio que orienta el método organizativo de forma


democrática y horizontal, pautando todo lo que es definido por las mismas bases, desde una comisión
para una tarea, como desde un sindicato a una central. Así mismo un delegado o miembro de instancias
ejecutivas de las organizaciones puede ser revocado en el caso que esas bases no se sientan
representadas en sus posiciones, propuestas o encaminamientos. En otras palabras la democracia
directa es un método que tiene como principio de construcción de poder el reforzamiento y control de
las actividades sindicales desde las bases y de los margenes al centro.

Los delegados deben tener unas funciones muy precisas y estar limitados en sus alcances por la
colectividad, en esto planteamos que el dirigente sindical debe estar signado por un código o estatuto
especial, en el que se confirmen características sustanciales para el buen desempeño de los dirigentes
como es la acreditación de sus capacidades, así como la necesidad generar un régimen de
inhabilidades e incompatibilidades para la apropiación de cargos, de manera que prohíba el ingreso
de personas con antecedentes corruptos o inescrupulosos en las filas de las direcciones colectivas.

Desde la democracia defendemos ante todo la búsqueda de nuevos liderazgos sindicales, más
colectivos, horizontales y rotativos, con paridad en hombres y mujeres, pero ante todo con capacidad de
asumir responsabilidades, mostrar capacidad y enriquecer con aprendizajes y experiencias a todos/as.

El pluralismo y la defensa de la fuerza del movimiento: Entendemos que los sindicatos son un
espacio de unidad para la lucha reivindicativa de los trabajadores, independientemente de las diferentes
matrices ideológicas que lo componen. La disputa ideológica no debe ser motivación de la lucha
sindical. El motor del sindicato esta en la necesidad de alcanzar conquistas inmediatas y de largo plazo
para los trabajadores organizados. Cuando se restringe la lucha sindical a dogmas ideológicos, intereses
personales o de partido, gana la burocracia y el personalismo, distanciando a los sindicatos y sus bases
del protagonismo que deben tener en la lucha y administración de sus derechos. El sindicato no
restringe la entrada de ningún activista, incluye a cualquiera que esté dispuesto a luchar utilizando
32
como criterio las necesidades, de bienestar, libertad y conocimiento que todxs tenemos, la convivencia
en un territorio específico y la problematización crítica de la vida en un sentido amplio.

La solidaridad desde abajo: Acudimos al antiguo concepto de ayuda mutua, no restringido al apoyo
económico, sino en una categoría amplia de solidaridad. Siendo un principio es inmutable, innegociable
e independiente de toda coyuntura. La solidaridad es una orientación general y constante, para todos los
sectores de las clases oprimidas y populares. No significa esperar de los sindicatos solo una estructura
física o apoyo material, trata de estar juntos de facto, en todos los sentidos, entendiendo que nosotros,
los diferentes sujetos históricos de los sectores subalternos, tenemos en las tradicionales élites
dominantes adversarios en común. Por tanto, mismo que diversos debemos ser solidarios en las luchas,
tanto en las derrotas como en las conquista..

Autonomía colectiva: En el caso de la lucha sindical, significa no delegar las practicas cotidianas,
desde la organización de base, difusión, propaganda o espacios de intermediación y negociación a
dirigentes de cualquier naturaleza que pueden desatar proceso de burocratización en nuestro interior. Y
menos todavía limitar la actuación sindical a lo que es permitido por el régimen en los procedimientos
legales de negociación. Para tareas específicas en este campo el un método organizativo de la
delegación debe tener objetivos y limites precisos. Entendemos, que reproducir la lógica delegacionista
y burocratizada en cualquier entidad o instancia de los movimientos sociales es uno de los mayores
equívocos de la burocracia sindical. No podemos esperar nada que no venga de nosotros mismo, en esa
convicción es que afirmamos el protagonismo de la lucha popular.

- El Aumento permanente en la fuerza social: En el proceso construir un proyecto y disputarlo


conjunto y contra otros, los sindicatos llevarían a cabo una doble lucha: para garantizar las conquistas
que mejoren su situación (inmediatas) y luchar por transformaciones de largo plazo (estructurales), la
construcción de organizaciones para la disputa, pero también para la administración territorial, el
mejoramiento de nuestra democracia, el ejercicio de la soberanía popular, Ningún sector tengan
prelación por encima del otro, en lugar de una organización de vanguardia, planteamos la visión de una
organización de retaguardia que mantenga viva la esperanza, la organización y la lucha, que lidere,
pero que se deje sorprender y enriquecer de manera que el protagonismo lo tenga el mismo pueblo
como un todo, constituyéndose como tal en un “pueblo fuerte”.

Parte 3
Aspectos de Política Sectorial

Únete por la construcción de un Pueblo Fuerte con vida digna y Democracia

Desde el inició de la Negociación Gobierno - FARC, los trabajadores/as y sus organizaciones hemos
venido acompañándola, aportando ideas, discutiendo y tratando de abrir espacios de diálogo y
concertación, para que se incluya la voz de los trabajadores en el proceso de Paz, que no termina en la
Habana, sino que comienza allí una nueva forma de dirimir los conflictos al interior de nuestra
sociedad y construir un nuevo país con reformas democráticas, con incidencia de los sectores sociales
in-visibilizados: Campesinos, indígenas, comunidades étnicas, comunales, estudiantes, mujeres,
jóvenes, etc.

La Federación Estatal ÚNETE, desde su creación, ha venido proponiendo nuevas formas de ser y hacer
sindicalismo, abogamos por un sindicalismo que va más allá de reivindicaciones laborales
tradicionales, y como hemos dicho consideramos que además de ser sindicalistas, somos parte del
pueblo y hacemos nuestras las luchas y reivindicaciones desde las necesidades y los sentires de las
33
grandes mayorías en Colombia; desde la cotidianidad, el barrio, fábrica, universidad, oficina y así
construir un Sindicalismo Fuerte, Alternativo y comunitario.

Estamos rompiendo paradigmas, planteamos pensar y re- pensar el papel de los sindicatos en la actual
coyuntura, donde seamos sujetos de transformación social a partir del municipio y la región. Es tiempo
de cambiar la “narrativa” sindical, para que dejen de vernos como un grupo al que solo le preocupan
sus reivindicaciones, llego la hora de hacer parte de las luchas del pueblo marginado y de las
comunidades, de pensar en común, de contribuir a construir una propuesta colectiva de Paz, desde la
Sociedad Civil.

Consideramos que la terminación de la guerra y la búsqueda de la Paz, pasa por la conquista de los
derechos, sindicales, sociales y políticos. Diferentes sectores sociales participaremos en la refrendación
popular de los acuerdos por la Paz y hacemos de ella un instrumento de justicia social y reformas, por
eso queremos desarrollar la discusión sobre cuáles deben ser algunas de las reformas que se desarrollen
y que incidan en los trabajadores del estado, en la etapa del pos acuerdo.

No obstante no perdemos de vista la necesidad de una transformación radical, sabemos que en el fondo
de los problemas está el sistema capitalista, su forma de entender y conocer el mundo y las élites que
históricamente lo han agenciado en nuestro país. Si hablamos de paz no estamos hablando de una
reconciliación con ellas, sino como una consecución de las demandas más sentidas de nuestra
población, y pensamos que ya hemos agotado el ciclo de arrancar promesas, de buscar acuerdos que a
la final siempre terminan incumplidos. En perspectiva de construir un pueblo fuerte creemos
fuertemente en la necesidad de irnos nucleando y ejerciendo poder en otras direcciones, en buscar
formas no capitalistas de gestionar nuestras necesidades, de vivir en armonía con la naturaleza, y de
encontrar vida digna, verdadero eje de la justicia social.

Propuestas De Reformas.

El Comité Ejecutivo Nacional de UNETE, presenta a la consideración del movimiento sindical, social y
popular algunas ideas sobre propuestas de Reformas en relación con los trabajadores Estatales y el
pueblo colombiano.

1 Estatuto del Trabajo.


2 Reforma Agraria Integral.
3 Plenos derechos de Asociación Sindical, Negociación Colectiva y Huelga para los empleados
públicos.
4 Respeto de la autonomía sindical en sus principios, procedimientos y tipo de negociación colectiva
para los trabajadores públicos y privados.
5 Ley de Carrera Administrativa y Escalafón de la Administración Pública.
6 Formalización laboral del empleado público y Prohibición de la tercerización laboral.
7 Defensa del Patrimonio Público y los bienes comunes.
8 Ley sobre democratización de los servicios Públicos.
9 Estatuto sobre Seguridad Social Integral.

34
10 Estatuto sobre Medio Ambiente.
11 Creación de las Secretarias sobre Paz y Reconciliación en Departamentos, Municipios y Distritos.
13 Diversificación energética y promoción de energías renovables.
14 Reforma al Control Fiscal.
15 Reforma a la Justicia.
16 Reforma Tributaria progresiva y redistributiva.
17 Democratización de los Medios de Comunicación y Participación Política y Social.
18 Compensación a la discriminación de Género, Mujer y Juventud.
19 Fomentar el apoyo político y económico a las organizaciones de economía social, cooperativa y
solidaria creada por los trabajadores.
20 Propiciar y fortalecer las Veedurías ciudadanas y la fiscalización social por parte de las
organizaciones sindicales.

35
La Participación Ciudadana en la Transformación y Dinamización del Sindicalismo
Estatal

La participación es un derecho y deber de fundamental importancia en la construcción de caminos


democráticos, en la transformación de situaciones de inequidad y en la búsqueda del equilibrio en las
relaciones de poder en la sociedad. En Colombia la apertura a la democracia participativa que se dio a
partir de la Constitución de 1991, requiere de la apropiación de los mecanismos de participación
ciudadana y de procesos de formación política, que incidan en la toma de decisiones, en el control de
los recursos públicos y sobre todo en el fortalecimiento de la ciudadanía para construir entre todos y
todas un país de oportunidades, equidad, justicia y democracia.

En este contexto las organizaciones sindicales juegan un papel trascendental y el sindicalismo estatal
está llamado a fortalecer los procesos de negociación al interior de las entidades públicas reconociendo
el aporte de las diversas organizaciones sindicales, sociales y comunitarias para establecer sinergias y
consolidar cambios profundos. Sin embargo, el reto para avanzar en la dinamización del sindicalismo
estatal en clave de participación se ha de dirigir a tres procesos estratégicos:

 Concertación de alianzas y acuerdos entre los sindicatos y las organizaciones sociales, en los
que se definan temas, acciones y procesos para la incidencia en las políticas públicas, planes de
desarrollo y proyectos de interés.
 Formación política para la participación ciudadana y el fortalecimiento de la organización,
sindical y social, en la búsqueda del desarrollo de capacidades para el análisis crítico, la
construcción colectiva desde la diferencia y la transformación de realidades de inequidad,
exclusión e injusticia.
 Control social y veeduría de los asuntos y recursos públicos, desde una reflexión ética
partiendo de las mismas organizaciones sindicales y que se irradie a los territorios, para lo cual
se requiere no sólo de la apropiación de los mecanismos de participación creados
constitucionalmente, sino de las herramientas técnicas y tecnológicas, que faciliten el
seguimiento, control y comunicación del ejercicio veedor.
La participación ciudadana es por tanto un factor de dinamización del sindicalismo y un presupuesto
indispensable y central en el proceso de construcción de paz en Colombia, pues es necesario reconstruir
los lazos de confianza y de acción colectiva entre los colombianos. Para ilustrar un poco la amplia y
diversa posibilidad de espacios en los que se pueden desarrollar procesos de control y veeduría
ciudadana, se presenta el siguiente gráfico:

36
37
Fuente: Alcaldía de Pasto. Secretaría de Desarrollo Comunitario. Marco conceptual de instancias de
participación ciudadana.

Mujer y Género
El proceso de la mujer colombiana para obtener el haz de derechos que otorga la plena ciudadanía
debió sortear un sinnúmero de obstáculos, establecidos por la cultura de subordinación patriarcal
dominante desde las primeras formaciones económicas, políticas y sociales que propiciaron el
surgimiento de la nación. Solo hasta después de las tres primeras décadas del siglo XX, y luego de 110
años de Independencia política, logró alcanzar, tardíamente y a cuenta gotas, la concesión de los
primeros derechos básicos en materia civil, familia, educación, y trabajo.

La discriminación e igualdad por sexo señala, que no es posible ignorar una realidad social que es
contraria a la igualdad sustancial, porque pre-existe y ha determinado la vida social de la mujer
trabajadora; esta realidad se caracteriza por la doble carga del trabajo de la mujer, el remunerado, al que
debe sumarse el trabajo doméstico y de cuidado, el cual es considerado socialmente como monopolio
exclusivo de las mujeres, al no percibir remuneración económica alguna. Un trabajo menos valorado y
en ausencia de tiempo libre, al tener que duplicarlo en una jornada laboral larga, con impacto negativo
en la salud física y mental de la mujer.

En relación a su nivel educativo para las mujeres pobres, según se ha acuñado por voces feministas "la
pobreza tiene rostro de mujer" y "las mujeres son las más pobres entre los pobres". El mundo laboral de
las mujeres es absolutamente precario, aunque en la última década millones de mujeres han
incursionado en el trabajo productivo, 22.8 millones en el mercado de América Latina y el Caribe
según la OIT. A éste ingresan despojadas de todos los derechos labores. En Colombia, el desempleo
nacional sigue siendo mayor para las mujeres que para los hombres y en el caso de ser empleadas, lo
son en los sectores de servicios sociales, comunales y personales, poquísimas mujeres tienen alguna
cobertura en seguridad social, la mayoría reciben menores ingresos y sufren una acrecentada brecha
salarial frente a los hombres, a lo que le sumamos la discriminación de su sexo en el trabajo por acoso
laboral y acoso sexual.

Aumentar y promover la participación y representación de la mujer en la esferas sindical, pública y


política en todos los países de América Latina, se convirtió, a finales del siglo XX, en parte
fundamental de la agenda política. El eje central para el logro de este objetivo común, lo constituyen
las cuotas de género, asumidas en general como medidas de discriminación positiva o acciones
afirmativas, tal como lo establece en Colombia el artículo 13 de la Constitución, que buscan corregir el
complejo entramado de discriminación negativa contra la mujer, por razones de su sexo; sin embargo,
aunque este objetivo básico es común, un poco más de veinte años de experiencia en su aplicación, han
dejado claros la diversidad de resultados y de efectos, tanto los que se perciben negativos como los
evidentemente son benéficos para el avance consolidación y empoderamiento de los derechos políticos
y sindicales de la mujer, todos los cuales se han venido registrando en el vigoroso debate generado
alrededor de estas medidas y sus efectos.

La diversidad de resultados obedece a la diferencia de los contextos políticos y de las variables que los
determinan, es decir de las organizaciones sindicales, de los partidos políticos, el tipo de gobiernos, y
de la presión que estén en capacidad de ejercer los movimientos sociales de mujeres y las feministas de
diversas tendencias; un ejemplo a considerar en Colombia es el ejercido por los movimientos de
mujeres, que luego de presionar por ocho años de legislatura en legislatura, lograron obtener la Ley 581
de 2000 o de Cuotas con el 30% de participación efectiva en los niveles decisorios en las diferentes
ramas del poder público.

38
A lo anterior promulgamos que para que, el empoderamiento de las mujeres afiliadas a la Federación
ÚNETE14 sea real e histórico, debemos dotarnos de herramientas de análisis con enfoque y perspectiva
de género, hacer reconocer los derechos de las mujeres como derechos humanos y ejercer nuestra
ciudadanía en los diversos procesos políticos y sociales del país. Las trabajadoras del sector público
con las organizaciones sindicales y sociales nos corresponde a demás, exigir a los gobiernos que
conminen a los empleadores y a las autoridades pertinentes, en el accionar de los funcionarios/as
públicos en cumplimiento de las políticas planes y programas que ejecuten los recursos con los
lineamientos de las Políticas Públicas de Equidad de Género y documentos Compes a nivel nacional,
las normas aplicables a favor de la mujer trabajadora, transversalizar el enfoque de género en los
planes de desarrollo; para avanzar en la eliminación de las prácticas que construyen, reproducen y
refuerzan la violencia y la intolerancia, al mismo tiempo que vulneran los derechos de las mujeres,
facilitando la construcción de una sociedad más democrática y en paz.

Declaramos desde la Secretaria de la Mujer ÚNETE, que desarrollaremos las alianzas y pactos
especialmente entre las mujeres sindicalistas y los grupos feministas, con las organizaciones sindicales,
sociales, comunales y políticas, con las mujeres y hombres de la academia y personas afines de
diferentes clases sociales y posiciones ideológicas para investigar, liderar y proyectar los programas,
acciones y actividades necesarias en la investigación y buenas prácticas para combatir la
discriminación por género, sexo, raza, religión, ideología política, por discapacidad y la exclusión de
las minorías, así mismo vindicar el derecho a la diferencia y el respeto a los cuerpos de las mujeres
dentro del proyecto del plan de acción de la secretaría a 5 años, de manera que:

1.Promoveremos de diversas formas la conciencia común que han ido tejiendo las mujeres
sobre la necesidad de “hermanarse” con otras mujeres en el sentido que confiere el término
“sororidad” eco positivo, de irse poniendo al lado de “la otra” para empoderar, cuestionar y
liderar la participación sindical de la mujer de manera decisiva y masiva en la representación de
las organizaciones sindicales y sociales, obteniendo el 50 % en los puestos directivos a nivel
nacional y territorial.

2.La mujer de ÚNETE, amplía y comparte su visión de las tesis de la organización sindical con
los colectivos feministas y grupos de mujeres que trabajen en diferentes frentes (la lucha contra
la violencia de género y la pobreza, el reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos,
la educación no sexista, el eco-feminismo, el antimilitarismo, por la paz y el rechazo a la
globalización y explotación de la mano de obra femenina entre otras) vinculándose al activismo,
donde se puedan establecer estrategias conjuntas y pactos para hacer avanzar sus
reivindicaciones sindicales y la sororidad como trabajadoras.

3.Desarrollar acciones y programas que aseguren la no discriminación de las mujeres en el


trabajo en el sector estatal y en las empresas de servicios públicos, con la aplicación del
principio de salario igual a trabajo igual.

4.Diseñar programas de formación y capacitación laboral para las mujeres sin estereotipos de
género sobre trabajos específicos que supuestamente corresponden a hombres o mujeres, pero sí
acatando la especial protección de determinados tipos de trabajo durante el período de la
gestación que por naturaleza solo pueden realizar las mujeres, combatiendo además la
segregación y/o y discriminación por las diferentes causas y clases del mobbing en el mundo
del trabajo o la violencia de género en los lugares de trabajo declarada por la OIT.

5.Divulgar, informar y sensibilizar a la sociedad y a las mujeres sobre sus derechos laborales y
económicos los mecanismos de protección de los mismos.

6.Promover la creación, en todos los niveles territoriales, de las secretarías de la mujer en las
estructuras administrativas del Estado. En donde ya existan se debe garantizar la
14Unión Nacional de Trabajadores del Estado, los Servicios Públicos y la Comunidad

39
implementación de planes de oportunidad dirigidos no solamente a las ciudadanas y
comunidades sino también a las propias funcionarias públicas, con un plan de igualdad en el
trabajo.

7.Exigir la incorporación de las cláusulas de género en los pliegos de petición a nivel nacional y
territorial y la creación de la secretaria de la mujer en todas las organizaciones afiliadas a
ÚNETE.

8.Fomentar los planes de capacitación en el tema sindical, derechos humanos de las mujeres,
planes de desarrollo, justicia de género, justicia tributaria con enfoque de género, organización
política de Colombia, derechos civiles, económicos, políticos y culturales y el derecho a la paz.

9.Propender por las alianzas y pactos con los hombres y las personas del sector LGBTI en la
investigación y construcción de las nuevas masculinidades para trabajar por la igualdad de
género y de una sociedad más justa y democrática que respete la diferencia.

10.La participación directa de las mujeres sindicalistas en todos los niveles debe ser mejorada,
iniciando desde el nivel de delegada sindical hasta llegar hacer parte del Comité Ejecutivo
Nacional, adicionando su participación en el equipo negociador de los pliegos en los acuerdos
colectivos nacionales y territoriales, no permitiendo así la exclusión por la escasez de mujeres
en los órganos de dirección o delegación con estos fines.

11.Los programas del Departamento de la Mujer deben ser prioridad para la organización
sindical, en lo posible debe existir una dotación económica para la estructura de género,
acompañada de la voluntad política del Comité Ejecutivo de ÚNETE, de esta manera se tendrán
cubiertas las necesidades para los recursos humanos y económicos necesarios en una la práctica
sindical con la perspectiva de género.

12.EL departamento de Mujer ÚNETE debe de estar en la capacidad de evaluar periódicamente


con las organizaciones filiales los siguientes: i) ¿Cuáles son los obstáculos que enfrentan las
mujeres para lograr una participación igualitaria en los sindicatos? ii) que roles cumplen las
mujeres en las organizaciones sindicales? iii) ¿Cómo están las demandas de género en los
pliegos de peticiones? vi) ¿Qué logros en las cláusulas de género han sido posibles negociar en
los pliegos sectoriales?

La masiva incorporación de la mujer al mercado del trabajo en las últimas décadas es otro fenómeno
que también ha generado efectos en la sindicalización. Evidencias empíricas demuestran como la mujer
es central en el fortalecimiento del mundo sindical, por ejemplo, la sindicalización se tiende a vincular
con relaciones de trabajo más estables y formales en los sectores públicos, mientras que las mujeres se
suelen insertar en el trabajo remunerado en una mayor proporción en trabajos informales, y más
precarios, lo que sin duda constituye un desafío adicional para su participación sindical.

En consecuencia, analizando los argumentos de Virginia Sapiro (1981), en participación de las


mujeres, la mayor presencia o la ausencia de un número proporcional de mujeres en los puestos de
representación política o sindical-gremial configuraría en nuestro caso el significado social que debe
afectar el conjunto global de mujeres sindicalizadas de manera similar, cuando las características
descriptivas anteriores a este, revelan importantes diferencias entre el trabajo formal e informal,
entonces el estatus de las no sindicalizadas crea significados políticos-sociales vinculados a
características que afectan la equidad y la igualdad en el empleo bajo el principio de no discriminación
(empleo digno y decente); “mientras que un mayor número de mujeres hacen presencia en las
organizaciones sindicales y en la política, se incrementa la autoestima de las mujeres y su capacidad
para asumir roles de liderazgo”.
40
Medio Ambiente
La biodiversidad es la mayor riqueza del mundo, y Colombia es el 2do país mas biodiverso del mundo,
después de Brasil. La biodiversidad juega un papel fundamental en el desarrollo economico y es uno de
los principales componentes, físicos, psicológicos, y espirituales en la calidad de vida. Su protección a
partir de la conservación y de su uso sostenible es fundamental para mantener el equilibrio.

En este sentido se han realizado ajustes en el marco institucional y jurídico en el sector agrícola para
contribuir a la conservación de la biodiversidad, sin embargo los avances son limitados pues en la
práctica se sigue favoreciendo un modelo agrícola intensivo cuyo fin es la producción comercial de
gran escala deteriorando y transformando la biodiversidad y privatizando grandes bienes naturales. A
ello se suman la tala, la minería, y la ganadería que son las principales actividades humanas de mayor
impacto y de conflicto socio-ambiental en el país.

En Colombia existe una desarticulación notable entre los marcos normativos mineros y ambientales, en
lo que no hay una adecuada inclusión de la biodiversidad y los servicios ecosistemicos. Según datos
hasta el 2015 de la ANM (Agencia Nacional de Minería), los títulos mineros otorgados en paramos
cubren 170.000 hectáreas, cosa preocupante pues el 60% de nuestra electricidad es generada por
fuentes hídricas que son reguladas por los bosques y aproximadamente 30 millones de colombianos
usamos el agua que proviene de los páramos.

La Armonia es una relación estrecha entre la biodiversidad, la salud, el modo de vida, las industrias y el
lugar en el que vivimos, cada parte tiene efectos en la totalidad, pues todo hábitat es interdependiente
entre si y quienes lo habitan. No obstante en Colombia el territorio es gestionado de manera
instrumentalista y sectorial, no es visto como un conjunto de ecosistemas, paisajes rurales y urbanos y
la biodiversidad no es clara en el ordenamiento territorial.

Los usos del suelo a escala local está fragmentada, incrementando los conflictos y desequilibrios
ambientales, por dar un ejemplo en los bordes urbano-regionales, como es el caso de la reserva forestal
protectora del bosque oriental de Bogotá, se depende de tres autoridades de diferente orden y poco
coordinadas, lo que ha entorpecido acciones positivas frente a la conservación en la zona en la que
están involucradas 800 especies de plantas, 8 especies de anfibios, 6 especies de reptiles, 130 especies
de aves y 60 especies de mamíferos.

Hace falta un enfoque donde prime la participación de la comunidad, la concientización y el apoyo


técnico, ya no se puede hablar de mitigar un impacto si no de preservar, como ejemplo están las
plantaciones forestales o compensación. El ministerio de ambiente y desarrollo sostenible conjunto con
The Nature Conservancy – TNC, World Wildlife Fund – WWF y Conservación Internacional – CI; bajo
la ejecución de TNC, crearon un manual para la compensación por perdida de la biodiversidad, que por
normatividad está en la obligación de realizar estas compensaciones por deterioro al ambiente y la
biodiversidad.

La compensación se realiza con el fin de indemnizar o restituir la biodiversidad por los impactos o
efectos negativos que no pueden ser reparados de ninguna forma (mitigar, corregir o sustituir) para
asegurar la conservación y restauración ecológica permanente asegurando la no pérdida neta de
biodiversidad. En Colombia hay dos grandes taras en nuestro modelo económico que afectan en mayor
medida la biodiversidad, la ganadera y el narcotráfico.
41
Perdida de la biodiversidad y servicios ecosistémicos

Cambios del uso del suelo


-Ganadería:
Para conocimiento de todxs, Colombia se comprometió en reducir al 20% las emisiones de Gases de
Efecto Invernadero (GEI) para el 2030. La ganadería es la actividad que genera mayor cantidad de
estos gases, en los últimos 50 años el suelo usado para esta actividad paso de 14,6 millones a 39
millones de hectáreas, reemplazando bosque por pasturas degradadas (World Bank, 2010). De acuerdo
con PNUD (2014), en las zonas de expansión de la frontera agropecuaria, solo se conservan bosques en
áreas de reserva forestal, en tierras comunales indígenas y de afro-descendientes.

Para lograr cumplir este compromiso la ganadería debe comprometerse a participar en programas,
proyectos y planes que estén orientados a la gestión adecuada de estos paisajes donde la mayor
participación debe estar en las iniciativas de conservación de los ecosistemas donde se hace una gestión
sostenible en los bosques y se aumentas las reservas forestales implicando la disminución de la frontera
ganadera o el cambio de las dinámicas de la misma.

La ganadería debe mantener y aprovechar los vínculos ecológicos para una producción sostenible
como, por ejemplo, parches de ecosistemas para polinizadores, control de plagas, ciclo de nutrientes,
recarga de aguas subterráneas y control de la erosión del suelo (Bergamini et al. 2013).

 Cultivos ilícitos
Están ligados a la degradación del bosque (Rincón et al. 2013), también inciden en la deforestación, su
mayor impacto negativo es en el bosque húmedo tropical. En “La agenda del Acuerdo General para la
Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera” entre las FARC y el
gobierno existen soluciones para el problema de las drogas ilícitas (punto 4 de la agenda), permitiendo
generar nuevas alternativas en pro de detener la deforestación y la degradación del bosque.

La prioridad social y política que tiene la construcción de paz puede repercutir en un descuido frente la
obtención de tierras y su manejo como un gran reto para mantener la biodiversidad ya que en su
mayoría está concentrada en los ecosistemas más ricos para la explotación de recursos dentro de las
principales actividades humanas y que no poseen en sí, condiciones ecológicas para mantener la
sostenibilidad del territorio.

Desde la comunidad y grupos organizados pueden contribuir en el buen manejo de las herramientas
consultando, revisando y participando en:

1.Planes Territoriales donde se puede visualizar el manejo y uso de los recursos naturales en
cada territorio
2.Decreto 926 de 2017 por el cual se establece El impuesto nacional al carbono y planes para su
mitigación
3.Plan nacional de adaptación al cambio climático
4.Convención marco de naciones unidas para el cambio climático
42
5.Planes de ordenación y manejo de cuencas hidrográficas que son instrumentos de manejo que
hacen parte dentro los documentos del POT (Plan de Ordenamiento Territorial) de cada
territorio donde para hacer uso del recurso ya sea de una Macrocuenca, Cuenca, Microcuenca o
Acuifero debe realizarse en conjunto como una mesa de concejo donde la comunidad también
decide sobre el uso y gestión del mismo, aquí dejo lineamientos donde encontramos nuestra
participación como habitantes del territorio en estos planes para el control, manejo y gestión del
recurso hídrico
6.Estrategia Ncional de Educación, Formacion y Sensibilización a Publicos sobre El Cambio
Climatico
7.Plan Nacional de Restauración ( Manejo de Bosques )
8.Reserva Forestal ( Manejo , Resoluciones y Disposiciones )
9.Servicios Ecosistemicos
10.Plan Estratégico de la Ganadería

Jóvenes: Trabajadores y Estudiantes

En el país, la juventud se define como el grupo comprendido entre los 14 y 28 años de edad. De
acuerdo a datos oficiales del DANE de este 2018 , los colombianos entre 18 y 28 años representan el 27
por ciento de la población, es decir aproximadamente unos 12 millones 700 mil personas. De estos, el
17 por ciento no tiene trabajo. Y paradójicamente, son los jóvenes con estudios profesionales a los que
más tiempo les toma encontrar un empleo formal (31 semanas), seguidos de los técnicos (27 semanas)
y los bachilleres (22 semanas). total de Colombianxs. Panorama penerado por la poca experiencia
laboral por un lado y por la incapacidad de las empresas de recibir jóvenes con títulos de posgrado por
otro. Sin embargo la formación es un tema de acceso restringido en el país, pues las cifras muestran que
de los bachilleres graduados en los últimos años, solo el 17 % entra a la educación superior, 10% a la
universidad y 7% a la educación técnica, eso sin contar la deserción15.

Al mismo tiempo la ley 30, contra la cual luchó el movimiento estudiantil del 2011 viene aplicándose a
través del acuerdo 2034. El programa “ser pilo paga” no es más que el reencauche de los créditos
educativos que financia con recursos públicos las universidades privadas en detrimento de las públicas,
el 98% de sus recursos ha ido a parar a la universidad privada, lo que significa que en tres años el
programa ser pilo paga igualará el presupuesto de la Universidad Nacional.

Ahora bien la formación subjetiva de la juventud está marcada por un notable avance de las fuerzas
productivas, actualmente el Internet, las redes sociales y la tecnología móvil imprimen su marca en las
nuevas generaciones, no solo como medio de interacción y canal de comunicaciones, sino como toda
una matriz de inteligebilidad anclada en el hipertexto, la pluralidad de ventanas y de información. Una
nueva forma de sociabilidad sin precedentes, la sociedad en red y globalizada jalona una
transformación cultural notable en la construcción de una cultura diversa, sobre todo en las grandes
urbes a nivel mundial, de la que la juventud Colombiana no está exenta. Dicho proceso ha generando
15 http://caracol.com.co/radio/2013/01/04/nacional/1357256520_819353.html

43
diferencias ínter-generacionales de un proceso que Margaret Mead llamará el transito de las culturas
pos-figurativas a las culturas pre-figurativas, como aquellas en las que las nuevas generaciones no
aprenden sus costumbres de los mayores, gracias a que los jóvenes el mundo se les presenta
radicalmente distinto de lo que era en tiempos de sus predecesores

El joven estudiante que tiene un mayor acceso a la cultura y elementos de análisis que despiertan un
sentido critico, se ven menguados por la privatización y la crisis financiera de la universidad que desde
hace varios años viene haciendo mella en las matriculas, grupos estudiantiles, recursos de bienestar,
salidas de campo, infraestructura etc. poniendo en grave peligro el desarrollo satisfactorio de lo que
consagran el ser de la universidad, la generación y difusión del arte y el conocimiento humano en la
sociedad. El estudiante de universidad pública por su carácter diverso, policlasista y multisectorial,
ocupa una instancia estratégica, pues tiene conexiones con diversos sectores y clases sociales, además
de pertenecer directamente al terreno de la producción del campo intelectual y cultural, terreno del
espíritu, un importante elemento de disputa.

Tanto la pelea por un mayor acceso a la educación, como por los contenidos de la misma son
importantes, pues a pesar de los problemas en el mercado laboral que sufren los jóvenes, en ellos se
pierde la semilla del sueño por la construcción de una nueva sociedad, gracias a que la formación está
enfocada en convertir al estudiante en una pieza mecánica dirigida a la división del conocimiento en
ciertos rubros, al servicio de la acumulación de capital.

Por otro lado ya en el mercado laboral, son los jóvenes los más golpeados por el desempleo y la
precarización laboral, actualmente en el país hay cerca de tres millones 400.000 jóvenes que están
desocupados o no tienen un empleo formal.16

De lo que se trata es de romper la pasividad en que nos hemos empantanado y reconocer el carácter
estratégico que tiene la juventud en una sociedad como la contemporánea, pues es un nodo de
articulación que logra dinamizar la sociedad, como en la experiencia de la séptima Papeleta, así como
la capacidad que tiene en dar continuidad, retroalimentacíon y critica de las corrientes alternativas o los
proyectos de emancipación del pueblo Colombiano.

Los jovenes tienen exigencias y aspiraciones que viene desarrollando a través de multiples
inciativasAsociaciones con locales que ofrecen productos con precios reducidos o que programan
espectáculos de música y de teatro, escuelas barriales y rincones culturales entregados a la
alfabetización y la difusión cultural. Cooperativas, talleres, fundaciones, huertas urbanas, periódicos,
publicaciones independientes, editoriales, bibliotecas comunitarias, clubes excursionistas y naturistas,
espacios de gran potencia que tienen detrás procesos y prácticas colectivas dignas de ser tenidas en
cuenta.

La alianza con el sector sindical es fundamental, permitiría intercambiar experiencias, generar diálogos
intergeneracionales de aprendizaje mutuo y potenciar la solidaridad de clase del campo popular.
Avanzar hacia la lucha contra el desempleo y la mejora de las condiciones laborales en la juventud, así
como el fortalecimiento de la economía solidaria, vincularse con los grupos de trabajo que podría
propiciar una federación sindical.

Para ello es importante desarrollar y tejer coincidencias en temas de:


16 https://www.semana.com/nacion/articulo/desempleo-juvenil-en-colombia/565565
44
1. La democratización de los escenarios de decisión universitarios y académicos es fundamental como
lucha hacia el futuro, a través de mecanismos de confrontación directos y organizaciones legítimas,
democráticas y horizontales, con capacidad de decisión sobre la educación en clave territorial.

2. identificar y apoyar los espacios de autonomía y alternativos que la juventud consciente viene
desarrollando en términos artísticos y deportivos, vale decir con poca perspectiva política, necesitan ser
reconocidos y construir una nutrida red de instancias en el terreno cultural y deportivo para la juventud.

3. Hacer un mayor seguimiento y viabilizacion de la Ley 1780 que promueve el empleo y


emprendimiento juvenil.

En las economías propias, ¿de nuevo las históricas mutuales?

“El proyecto político que nace y se consolida desde la revolución marginalista y la economía liberal, tomará el
nombre de neoliberalismo. […] Para Hayek y los liberales que lo acompañaron (…) los enemigos a derrotar
eran los sindicatos, los socialistas, los marxistas y también los partidarios del Estado del Bienestar,
incluyendo, por supuesto, la economía Keynesiana”. Pablo Dávalos, “La hegemonía del discurso socialista y
el pathos liberal”. En, El recurso de Tiresias: Una visión de paralaje al neoliberalismo, 2018.

La respuesta de los neoliberales al prestigio alcanzado por los socialismos realmente existentes de los países del
Este europeo y del naciente socialismo chino, recién pasada la segunda conflagración mundial, daría lugar a una
audaz y feroz contraofensiva de ideas reinventadas, como las de “economía social de mercado” del liberal alemán
Alfred Müller-Armand. Invención convertida en política pública por el canciller alemán Demócrata Cristiano K.
Adenauer y puesta en el escenario internacional como política de Estado por el liberal ministro de economía, L. W.
Ehard. Para con ella renovar la noción de mercado regulador, recuperar la de libre competencia, la de libertad de
elección y la del equilibrio económico keynesiano. Esta remozada artillería de ideas está en franca contraposición de
la planificación económica centralizada y del Estado interventor (Dávalos, 2018). Ideario constituyente, ahora
convertido en dogma económico y político del Norte del capital y en la hegemonía dominante de la actual
globalización.

A contracorriente de esta constituida hegemonía neoliberal –o de la variante que igualmente también se cocina en
los centros del pensamiento del capital, con el rótulo de neoinstitucionalismo– emerge la “multitud de innumerables
diferencias” (Hardt y Negri, 2004) de economías otras o de economías propias. Unas resistentes de todas las
históricas opresiones, segregaciones, explotación y exclusiones de las sociedades precedentes al capitalismo; y
otras, de las originadas por las mutaciones de éste, así como de las de los socialismos o progresismos realmente
existentes. Pero de manera específica irrumpen, en esta compleja geopolítica, las más idóneas para encarar hoy, con
mayores certidumbres y esperanzas, la devastación territorial y los despojos causados por el proyecto imperial
neoliberal en el país, como también acontece en toda Nuestramérica y, en general, de todo el Sur global.17

17 Entiendo como economías propias todas aquellas costumbres, formas, modos, prácticas y demás iniciativas de producción-reproducción económica con fines de
sobrevivencia, subsistencia, resistencia, intercambios o alternativas de tipo ancestral, racial o de género, socioculturales de grupos, pueblos, comunidades o pobladores/as de
los territorios rurales y urbanos. Cuya razón o propósitos principales que las anima es la satisfacción multidimensional de sus diversas y variadas necesidades humanas. Para
tales fines, estas economías otras, se fundamentan en procesos de autogestión, ayuda mutua, colaboración, cooperación, equidad y solidaridad. Asimismo, concibo la
categoría comunidad como aquella en la que sus miembros conviven como una indivisión interna, en la que prevalece el bien común y están siempre en una relación sin
mediaciones institucionales, puesto que poseen el sentimiento de un destino común y, en algunos de sus miembros, reafirman el espíritu de la comunidad.
45
Ahora bien, de tales formas económicas abordaré sólo aquellas legitimadas e institucionalizadas jurídicamente –con
larga tradición y arraigos entre pobladores/as de los territorios– y que en otra ocasión distinguí como
cooperativismo extenso histórico. Conformado en Colombia por las llamadas asociaciones mutualistas,
cooperativas, fondos de empleados y grupos precooperativos. De ellas, con énfasis en las primeras por comportar
las mayores características y mejores posibilidades de reconfigurarse en una válida contrahegemonía articulada a la
vasta diáspora territorializada de economías propias y requeridas, especialmente, en la presente fase de acumulación
del capitalismo de financiarización.

Las milenarias mutuales y sus mutaciones históricas (*)

Como es sabido, la ayuda mutua ampliamente practicada en el mundo antiguo africano, egipcio, asiático, griego y
romano, es constituida en organización o asociatividad mutualista de campesinos, artesanos y comerciantes para la
actividad económica, el rito religioso, la ceremonia fúnebre y la seguridad social, así como para encarar
comunitariamente las amenazas de la naturaleza contra inundaciones o sequías; alcanzó allí significativos
desarrollos económicos, jurídicos y ciertas formas administrativas. Genealogía y rasgos heredados de aquellas
civilizatorias o fundantes culturas antiguas que, en buena parte, conservan al presente; y que la Europa feudal del
siglo XI y XV hace suyos en la guilda alemana de comerciantes y artesanos, y las cofradías piadosas o de caridad
católica española. Formas éstas sustituidas por los montepíos Italianos y con actividad económica que funcionaron,
en la práctica, como bancos de caridad. Si bien los orígenes y prácticas de todas estas formas organizativas
mutualistas eran la asistencia y la solidaridad sociales, también desarrollaron actividades de defensa gremial
económica y social de sus miembros.

Reconfiguradas como sociedades mutualistas, en la Europa capitalista del siglo XVIII y XIX, también sirvieron al
naciente movimiento fabril obrero como cajas de resistencia, o de enfermedad, en las luchas contra las extremas
condiciones laborales y de desprotección social. Al punto de inspirar o gestar el histórico paradigma euroccidental
dominante de la cooperativa y el sindicato de los siglos XIX y XX. Sin embargo, fue tal el auge y la dimensión
social alcanzada por el mutualismo en diversos lugares del planeta, que en 1900 en París, se crea la Asociación
Internacional Mutualista, AIM, como organismo cúpula de integración y representación del mutualismo a escala
global.

De otra parte, y a soslayo de las múltiples formas ancestrales de las mutualidades de los pueblos originarios de
Nuestramérica, éstas tuvieron especial renombre en el Virreinato del Rio de la Plata en Argentina, con fuerte
influencia social de los Montepíos y las Cofradías. Con el tiempo, en las nacientes repúblicas modernas se fueron
transformando en asociaciones cerradas de trabajadores/as. Una de las primeras mutualidades del continente fue la
formada por los obreros gráficos de Chile en 1853, con el nombre de Sociedad Tipográfica; en la clandestinidad
actuó también como sindicato, hasta su refundación en 1859 como Tipógrafos de Santiago. Igualmente, en 1857 en
Argentina se funda la Sociedad Tipográfica Bonaerense y es en este país donde el mutualismo ha alcanzado el
mayor impacto social y económico en nuestro continente.

En Colombia, los orígenes mutualistas heredados de nuestros pueblos originarios ancestrales como la minga y el
convite indígenas, así como del palenque de los afrodescendientes cimarrones libres y de los eurocoloniales
mediterráneos; de igual forma dan cuenta de un largo periodo mutualista, propiamente dicho; cuyos más inmediatos
antecedentes se encuentran alrededor de los sucesos nacionales de mediados del siglo XIX, de la llamada "Revolución
del Medio Siglo"; ocurridos pasadas varias décadas de la independencia administrativa, económica y política de la
Corona Española. Episodios aquellos que, como es sabido, enfrentaron en violenta pugna a terratenientes y
comerciantes de un lado y a los artesanos, del otro. Finalmente, de los Fondos comunes que los misioneros españoles

46
establecieron con los pobre en las parroquias, en 1889 es reconocida jurídicamente en Bogotá la “Asociación Mutual La
Caridad” –constituida por 39 artesanos en 1864–. No deja de asombrar por su re-existencia que aún continúe prestando
servicios a sus miembros o asociados/as.

Tales legados históricos fundacionales estarían revelando, al presente, las constituyentes transformaciones del
mutualismo del país, en más de ciento cincuenta años de vida constituyente y constituida. Matriz económica-cultural
con largo predominio de un inconveniente signo asistencialista, que comportan sus modelos mutualistas, como bien
puede observarse: en sus inicios, el que funcionaba sólo los fines de semana; después, los modelos que atendían
servicios todos los días, pero sin mayores exigencias administrativas; hasta, y por efectos de la Ley 100 de 1993, el
modelo de la Mutual empresarial administradora del régimen subsidiado de salud.

No obstante que, con el mismo Decreto especial 1480 de 1989 reglamentario de la Ley 79 cooperativa de 1988,
también dio libertad para que el “histórico modelo Mutual” del siglo XIX evolucione en sus tradicionales servicios
exequiales o fúnebres y de seguridad social, a la ahora denominada “Mutual moderna” con “prestaciones mutuales”
de servicios de ahorro y crédito. Pero, éstos dos últimos modelos, aún resistidos por sus élites y burocracias a
modificar la estructura patrimonial mutual, heredada del conservador paradigma o esquema económico del celibato
de la iglesia católica, en el que “la Mutual es de todos pero no es de nadie”, o de hecho estar constituido como un
patrimonio colectivo solidario que no tiene dueños/as individuales. Esta dominante legitimación patrimonial, por
demás sui géneris, encuentra argumentos de tipo jurídicos unos, y otros, como el que los patrimonios individuales
reproducen modelos empresariales capitalistas colectivos. Artificios con los que inapropiadamente desconocen que
la fuente de los patrimonios mutuales/solidarios provienen de ahorros de las rentas de trabajo de los/as asociados/as,
a diferencia de las rentas del capital que son por sí mismas inversiones con fines lucrativos-especulativos.

Con la pertinencia de las anteriores interpelaciones, el actual desafío para la “Nueva Mutual del siglo XXI” es el de
convertir o hacer propietarios verdaderos a cada uno/a de sus asociados/as, ampliando o creando, al lado del
tradicional patrimonio institucional la modalidad del patrimonio societario mutual, en cabeza de cada uno/a de sus
asociados/as; para de esta manera reconocerles la propiedad institucional y asegurarles su participación económica
societaria en justicia y equidad mutualista solidaria.

Asociaciones mutualistas del siglo XXI, ¿reterritorializ-ando la paz?

Así las precedentes narrativas y consideraciones, de la génesis y mutaciones históricas mutualistas fundamentarían
una inédita exploración experimental del Proyecto estratégico sindicalismo-comunidad-paz territorial,
implementado con la reconfigurada Mutual del siglo XXI, para resistir y desafiar el multidimensional desastre de
desterritorializacíón social y/o desplazamiento geográfico que resultan del proyecto neoliberal. Reconstruir
socialmente los espacios y resignificar los territorios locales destruidos en sus relaciones económicas y sociales
vecinales, así como restituir del despojo cultural los ritos, fiestas, simbologías y las prácticas de los/as pobladores/as
rurales y de las periferias urbanas enajenados/as.

En suma, esta suerte de re-territorialización social de espacios y lugares ha de comportar sentidos originarios y
significados otros, no capitalistas, de historias de vida, cultura propia, comunidades y territorios autogestionarios
cooperativo/solidarios, democracias sin límites de la igualdad o de la libertad, así como de poderes y gobiernos
propios o de sí mismos. Es decir, otro u otros territorios (ya) posibles agenciados por múltiples paradigmas
humanistas y en armonía con la naturaleza, o de una variedad de bioecono-mías.

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En nuestro caso particular, se prospecta una multidimensional re-territorialización con el nuevo mutualismo del
siglo XXI, operativizado por su reconfigurado Modelo Asociativo Mutualista abierto, con patrimonio institucional y
societario, o en cabeza de cada asociado/a. Con “secciones” de ahorro y crédito en diversas modalidades de banca
solidaria, emprendimientos, vivienda, microcrédito y microfinanzas; de previsiones sociales en sus diversos planes
exequiales y aseguramientos en vida, invalidez, vejez y retiro laboral mutualista; de salud y planes médicos
complementarios; de recreación y ecoturismo social popular; clubes o escuelas deportivas y programas
pluriculturales de folclores ancestrales y urbanos, que en conjunto hagan posible los mundos sociales y naturales
que las gentes lugareñas desean o aspiran vivir.

Esta plural gama de previsiones multiactivas de servicios solidarios/mutuales, si bien pueden ser ofertados por la
institución mutualista o por toda la institucionalidad mutual nacional, resulta razonable potenciarla en una Red de la
asociatividad de todo el Sistema de la Economía Solidaria y demás expresiones de economías propias del país;
reconfigurada como un paradigma confluyente de resistencias constituyentes de “poderes en red” populares(**) y de
los territorios otros de paz en construcción.

Igualmente, de esa “multitud” de Economías propias de sobrevivencia y de las de subsistencia institucionalizadas,


emergerían los futuros escenarios de territorialización constituyentes de los nuevos quehaceres, prácticas y luchas
sindicales para potenciar, en claves dusselianas, un (ya) posible “bloque social” de la totalidad de los/as oprimidos
transformado en “pueblo para sÍ”; y ahora con horizontes del nuevo ciclo político de la Paz territorial del
posacuerdo de La Habana. Al tiempo que impugne la matriz neoliberal del “desarrollo local”, agenciado por los
organismos multilaterales del capital central.

Otra territorialización sindical, ¿es (ya) posible?

De modo que la apuesta del actual paradigma sindical moderno, legado y hermanado en sus comienzos de las
mutualidades como cajas de enfermedad o de resistencia, adquiere al presente mayor pertinencia en los contextos
geopolíticos del capital para reinventarse y seguir re-exisitiendo como alternativa en las nuevas y complejas
disputas con los capitalismos realmente existentes locales y globales neoliberalizados.

Para el caso específico, y sin ser disparate alguno, oteado por la Federación Únete con su comunidad sindicalizada,
así como con la comunidad laboral estadual, es la interpelación de recrear con creatividad el otrora prestigio y los
éxitos alcanzados con sus históricos repertorios de luchas y conquistas, y como el tiempo o la oportunidad para con
su remozada misión sindical otra desplegar la novedosa visión sindical-comunidad; para con ella, i) desde las
economías propias reconfingurar-se el tradicional modelo de cuotas societarias y las eventualidades de los bonos,
rifas, bingos y demás formas financieras institucionalizadas; que si bien hacen parte de las obligaciones y fomentan
cohesión societal institucional, resultan débiles e insuficientes para todas sus actuales y futuras actividades y
acciones; ii) con las incertidumbres propias, de sus resueltas decisiones, efectivamente territorializar los enunciados
de su Agenda y refundar sus institucionalizadas prácticas, inconvenientemente aplazadas; iii) brindar-se la
oportunidad cierta de hacer posible otra convivencia con los otros/as de la membresía sindical nacional y con las
comunidades también olvidadas por la institucionalidad estatal y por el mismo colectivo laboral estadual al que
obliga también servir a aquellas segregadas ciudanías del país.

Finalmente, sólo queda sobre la agenda sindical-comunidad interrogantes y desafíos, nada fáciles, para los/as
líderes/as, gobiernos sindicales y a toda la institucionalidad sindical del país que interpelan sus tradicionales
visiones, agendas, discursos, repertorios, quehaceres o prácticas político-sindicales –desde luego exitosas en las
disputas con los capitalismos realmente existentes de los siglos XIX y XX– pero ya impotentes para las de los
capitalismos de la información, de redes o el de conocimiento de las últimas décadas. ¿Florecerá la inteligencia,
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sensatez y autorreconocimiento de sus propias limitaciones? ¿Ciertamente renacerá la creatividad de reinventarse,
desaprender-aprender y experimentar con humildad y autonomías otros caminos y encontrarse con los otros/as
caminantes? ¿Prevalecerá la grandeza y gallardía con los/as diferentes al común a que nos-pertenecemos? ¿Es (ya)
posible caminar sin hegemonismos con los que caminan y van adelante, sin prisas ni nostalgias; sólo con el noble
deseo de andar caminando pa´lante juntos/as? Según sea el camino, la forma otra de verlo, sentirlo o desearlo y de
escogerlo podremos también llegar juntos/as a los otros/as, para volver nuevamente a ser-nos-otros.

En fin, es ese, entre-otros, el mayor desafío que afrontamos. ¡Como respondamos o lo hagamos todos/as serán
nuestros otros futuros comunes.
_______________________________________
(*) Algunos fragmentos del presente texto fueron escritos, en 2012, por el autor para los módulos de una Cartilla de
formación en Mutualismo y Economía Solidaria.
(**) La noción o concepto de RED que aquí empleamos, es la enunciada desde el nuevo paradigma tecnológico
basado en la informática, la comunicación y la biología, que hace desaparecer “el lugar”, el cual desterritorializa en
la redes como “espacio de flujos” y desaparece el significado de “estructura”, que es subsumida en la meta-red
(Castells, Manuel. Citado por Hardt y Negri en Multitud: Guerra y democracia en época del Imperio). Pero que
desde la resistencia de los de abajo, la red se resignifica y erige como forma estructural informalizada, para
reanclarse o reinstalarse en “el lugar” recuperado y reterritorializarse en sus orígenes e identidades; a la vez que
difumina o dispersa y desjerarquiza las relaciones y el poder en toda la red y en cada uno de sus nodos diferentes,
con la particularidad que éstos siguen conservando sus diferencias y autonomías propias (Mayorga Sandoval,
Alejandro).

Textos y lecturas selectas para la formacion y la autoformacion politica-sindical de


los lideres/sas y de los colectivos sindicales de unete
“En el lugar de la asociación (donde las personas son medios para conseguir
los fines), van apareciendo la comunidad y los grupos de familias (donde los
fines son las personas. [...] El lugar de la fábrica lo empiezan a ocupar los
barrios. Mientras el obrero es productor de valores de cambio (mercancías), la
mujer-madre produce valores de uso (para la sobrevivencia). […] Es necesario
dejar en claro que no hay un corte abrupto entre los términos […]; la nueva
cultura política no acaba de cuajar, se asoma y esconde, va y viene, y asi
durante medio siglo. Son muy pocos los procesos organizativos de los que puede
decirse que encarnan una nueva cultura política, pero existen y son referencias
ineludibles”
(Raúl Zibechi. En, “Los desbordes desde abajo: 1968 en
América Latina”, Ed. desde abajo, 2018)

En el curso del trabajo de la Comisión Preparatoria del Congreso Nacional Programático se consideró,
como de especial importancia, incluir un apéndice o anexo de textos y lecturas selectas, o así fichadas,
que además de servir de apoyo al Cuaderno del Documento central/principal propuesto para la
reflexión y el expreso debate de repensar-nos el Sindicalismo estatal, a ÚNETE y al mismo quehacer
constituido de nuestras prácticas político-sindicales y sociales, que convocara la sensibilidad y el
interés por emprender/apropiarse de un programa o ciclos permanentes de formación y auto-formación
de todos/as los líderes/as responsables de la institucionalidad sindical estatal, de los mismos colectivos
49
sindicales y/o colectivos laborales institucionales públicos, así como de aquellas comunidades,
organizaciones o movimientos sociales populares interactuantes, o que a futuro lo hagan, con la
Federación.
En una manifestación clara de poder desplegar un esfuerzo mancomunado para experimentar el
caminar todos juntos, con sus propias autonomías, en aquellos ejes transversales comunes que hagan
posible territorializar nuestras luchas y resistencias, de sobrevivencia unas y otras de explotación
directa capitalistas, que complejizan las formas de la producción-reproducción de los sistemas sociales
naturales, humanos y artificiales (ciudades); conflictos y disputas implícitas contenidas en sus sendas
Agendas sociales, ambientales y políticas. Al tiempo que tales luchas y resistencias se constituyan en
una poderosa potencia constituyente de transformación con horizontes emancipatorios hacia
democracias otras (ya) posibles para el país y Nuestramérica, toda.
Textos y lecturas escogidaos o seleccionadas, así:
 Descolonizar el pensamiento crítico y las prácticas emancipatorias. Raúl Zibechi (2015),
Ed desde abajo, Bogotá:
-Introducción: Colonialismo y movimientos antisistémicos

-Sección II: Los movimientos en la era progresista

-Sección III: Los progresismos como nuevas formas de dominación

 Ética y política en la filosofía de la liberación. Miguel Angel Polo y Damián Pachón


[Editores] (2017), Ed. Desde abajo, Bogotá.

 Del pensamiento neocolonial a la filosofía de la liberación latinoamericana


(Damián Pachón Soto).

 La vida como principio material en Enrique Dussel (Miguel Angel Polo


Santillana).

 La razón cínica y las posibilidad de la democracia en Enrique Dussel (Gian


Franco Sandoval Mendoza)

 Entre utopía y realismo: Alcances y límites de la política de la liberación de


Enrique Dussel (Gian Carlos Garcés Arce).

 Notas para una económica de la liberación en Enrique Dussel (Luis Eduardo


Rico Orozco).

 Otro posible es posible: Caminando hacia las transiciones desde Abya Yala/Afro/Latino-
américa. Arturo Escobar (2018), Ed desde abajo, Bogotá

 Introducción: Otro posible es posible


50
 Cap. 1: La teoría y lo ir/real: Herramientas para repensar “la realidad” y lo posible

 Cap. 2: Desde abajo, por la izquierda, y con la tierra: La diferencia de Abya


Yala/Afro/Latino/América.

 Cap. 7: Cosmo/visiones del Pacífico y sus implicaciones medioambientales: Elementos


para una diálogo de visiones.

 Cap. 8: Más allá de “desarrollo regional”. Esquema de diseño de transición civilizatoria


para el valle del Rio Cauca, Colombia.

 El recurso de Tiresias: Una visión paralaje al neoliberalismo. Pablo Dávalos (2018), Ed


desde abajo, Bogotá

 Introducción

 Cap. 1: El orden del oikos y el orden social.

 Cap. 4: La revolución marginalista

 Cap. 10: El nacimiento del neoliberalismo: la sociedad del Monte


Peregrino.

 Cap. 11: El neoliberalismo como proyecto político

 Revoluciones sin sujetos: Slavoj Zizek y la crítica al historicismo posmoderno. Santiago


Castro-gómez (2015). Ed. Akal/Inter Pares, México.

 Introducción: Mirando al sesgo

 Cap. 1: ¿Quién dijo sujeto trascendental?

 Cap. 5. Repetir la democracia.

 Democracia y transformación social. Colección filosofía política y del derecho. Boaventura


de Sousa Santos (2017), Siglo del hombre Editores y Siglo XXI editores.

 Introducción: Entre el miedo y la esperanza

 Cap. 4: ¿Por qué Cuba se ha vuelto un problema difícil para la izquierda?


51
 Cap. 5: Comentarios con fecha

 Parte III: Democratizar la democracia. Cap. 6: Populismo, Democracia e Insurgencia.

Postscriptun: Colombia entre la paz neoliberal y la paz democrática.

 La sistematización. Empodera y produce saber y conocimiento: sobre la práctica desde la


propuesta para sistematizar la experiencia de Habilidades para la Vida. Marco Raúl Mejía (3ra
reimpresión, 2013), Ed. desde abajo, Bogotá.

 Cambiar el mundo desde arriba: Los límites del progresismo. Decio Machado y Raúl
Zibechi (2016), Ed desde abajo, Bogotá.

13.Introducción:

14.Cap. I: Los gestores/administradores. ¿Una nueva burguesía?

15.Cap. II: Elites o nuevas clase dominantes en los procesos de cambio

16.Epílogo: Encrucijada del pensamiento crítico y crisis de los intelectuales.

 Política + Tiempo = Biopolítica: complejizar la política. Carlos Eduardo Maldonado (2018),


Ed. desde abajo, Bogotá.

 1. La crítica de la política normal

 4. La política y sistemas no lineales: La biopolítica.

 Los desbordes desde abajo: 1968 en América Latina. Raúl Zibechi (2018), Ed. desde abajo,
Bogotá.

 Introducción

 Cap. 3: Nueva generación de movimientos

 Cap. 4: Nuevas ideas, nuevos actores

 Cap. 5: Cambios en la larga duración. 1- Una profunda mutación. 4- Las culturas


legadas por la revolución de 1968.

52
 Una Minga para el Post Desarrollo: Lugar, medioambiente y movimientos sociales en
transformaciones globales. Eduardo Escobar (2016). Ed. desde abajo, Bogotá.

 Cap. 2: Más allá del Tercer Mundo

 Cap. 4: La cultura habita en lugares

 Cap. 5: Otros mundos (ya) son posibles.

 Socialismo raizal y Ordenamiento Territorial. Estudio introductorio de Damián Pachón


Soto. Orlando Fals Borda (2016). Ed desde abajo, Bogotá.

 Contribución al entendimiento del conflicto armado en Colombia. Comisión Histórica del


conflicto y sus víctimas (2015). Ed. desde abajo, Bogotá.

 Afrodescendencia herederos de una tradición libertaria. Colección primeros pasos. No.


15. Melquiced Blandón Mena y Arleison Arcos Rivas (2015), Ed. desde abajo, Bogotá.

 Educación popular en el Siglo XXI. Colección primeros pasos No. 13. Marco Raúl Mejía
(2015). Ed. desde abajo, Bogotá.

 Introducción al pensamiento científico de punta, hoy. Colección primeros pasos No. 14.
Carlos Eduardo Maldonado (2015). Ed. desde abajo, Bogotá.

 Significado e impacto social de las ciencias de la complejidad. Colección primeros pasos


No. 1. Carlos Eduardo Maldonado (2013). Ed. desde abajo, Bogotá.

 Hacer historia desde abajo y desde el sur. Colección primeros pasos, No. 7. Alfonso Torres
Carrillo (2014). Ed desde abajo, Bogotá.

 ¡Izquierdas del todo el mundo uníos!. Colección primeros pasos, No. 28. Boaventura de
Sousa Santos (2018), Ed desde abajo, Bogotá.

 Ambientalismo popular. Colección primeros pasos No. 25. Gregorio Mesa Cuadros (2018).
Ed desde abajo, Bogotá.

 Movimientos sociales en América Latina. El “mundo otro” en movimiento. Colección


primeros pasos No. 20. Raúl Zibechi (2017), Ed desde abajo, Bogotá.

53
 Trece cartas a la izquierda. Colección primeros paso No. 22. Boaventura de Sousa Santos
(2017), Ed desde abajo, Bogotá.

 Los movimientos sociales hacia otros mundos posibles. Colección primeros pasos No. 16,
Guillermo Díaz Muñoz y Enrique Luengo (2016), Ed. desde abajo, Bogotá.

 Economía popular desde abajo. César Giraldo –Coordinador- (2018). Ed. desde abajo,
Escuela para el Desarrollo Universidad - Nacional de Colombia, Bogotá.

 Introducción (César Giraldo)

 Reflexiones teóricas sobre economía popular. La economía política de los popular


como fuente de derechos sobre lo público (Alexandre Roig)

 Lo que no debería ser la economía popular, desmitificando el discurso del


emprendimiento (Camilo Guevara).

 La sobrevalorada ilusión de las microfinanazas y las realidades de la financiación


en la economía de los sectores populares. Diego Guevara y Paola Zambrano).

 Masculinidades posibles, otras formas de ser hombres. Colección primeros pasos, No. 3.
Javier Omar Ruíz (2013), Ed. desde abajo, Bogotá.

 Multiculturalismo, intercuturalidad y educación: contribuciones desde América Latina.


Colección primeros pasos, No. 12. Susana Sacavino – Vera María Candau (2015). Ed, desde
abajo, Bogotá.

 La inacabada revolución feminista: Mujeres, reproducción social y lucha por la común.


Colección feminismos Nuestroamericanos. Silvia Federici (2013). Ed. desde abajo, Bogotá.

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