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e individualismo
metodológico
Andrew Levine,
Elliott Sober,
Erik Olin Wright
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marxistas analíticos que se declaran explícitamente defensores del
«individualismo metodológico», adoptando con ello una posición
metodológica que atribuyen a unas ciencias sociales solventes, pe-
de la teona de Marx es algo esencial, no metodológico, y de que
como ciencia de la sociedad, la metodología adoptada por los mar
xistas probablemente no sea más que una buena metodología cien1
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ro que prácticamente todos los marxistas han rechazado tradicio- tífica. Pero el individualismo metodológico no es una buena me-
nalmente 4. Como es bien sabido. Marx abominaba del ~indivi- todología científica, aun cuando, como demostraremos, algunas b
dualismo» de los economistas clásicos y de los filósofos del con-
trato social, colmando de desprecio los esfuerzos por concebir a
de las intuiciones que lo motivan sean razonables. La plausibili-
dad del individualismo metodológico de Marx depende, por su-
I
los individuos al margen de lai relaciones sociales y las teonas ba- puesto, de lo que se piense que es el individualismo metodológi-
sadas en las elecciones atribuidas a estos «individuos abstractos». co. Desgraciadamente, en el estadio actual de la polémica, mu-
Y casi todos los marxistas, cualesquiera que fuesen sus diferen- chos de los puntos oscuros que siempre han abundado en los de-
cias, han concedido importancia explicativa a las ntotalidadz 50- bates sobre el individualismo metodológico se reproducen de he-
ciales, en aparente o~osicióna las críticas de las formas indivi-
dualista~de análisis. Además, hasta hace muy poco, los defenso-
cho en el contexto marxiano. Uno de los objetivos de este ensayo
es reducir esta confusión esclareciendo lo que está en juego en
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res del individualismo metodológico se han mostrado igualmente las afirmaciones a favor y en contra del individualismo metodo-
lógico, ya que éstas se aplican tanto al contexto específico de las
su ensayo «¿Qué es el marxismo ortodoxo?». Para Lukács sólo la metodología di- explicaciones marxianas como a las explicaciones científicas en
ferencia al marxismo de sus rivales. Aunque todas las afirmaciones esenciales de general.
la teoría marxista pudieran ser rechazadas, mantenía Lukács, el marxismo segui- En el próximo apartado describimos el individualismo meto-
ría siendo válido por su método peculiar. Cf. Georg Lukács, History and class
consciousness: studies in Marxist dialectics, Londres, 1971, pp. 1-26 [Historia y dológico comparándolo con otras tres actitudes hacia la explica-
conciencia de clase, La Habana, Instituto del Libro, 19701. ción en las ciencias sociales. Esta comparación irá seguida de un
Para una antología que contiene trabajos de algunas de las figuras más des- análisis más profundo del propio individualismo metodológico,
tacadas de la incipiente escuela analítica marxista, véase Iohn Roemer, comp., sugiriendo que sus ambiciones reduccionistas no pueden verse sa-
Analytical Marxism, Cambridge. 1986.
Por supuesto, no todos los marxistas que trabajan dentro de la escuela ana- tisfechas. Sin embargo argumentaremos, en el apartado final, que
Iítica estarían de acuerdo con Elster en este punto, pero la postura ha sido plan- una implicación del individualismo metodológico en la práctica
teada por una serie de figuras influyentes. Véanse, por ejemplo, Adam Przewors- -la de q u e z d e b e n a n elaborar los microfundamentos para una
ki, «The challenge of methodological individuaiism to Marxist anaiysisn, Politics
and Society (en prensa), y Iohn Roemer, A general theory of exploitation and teona de macronivel- es oportuna e importante, aun cuando el
class, Cambridge (Mass.), 1982 [Teoría general de la explotación y de las clases, propio indivídualísmó metodológico no lo sea. A lo largo de esta
Madrid, Siglo XXI, en preparación]. discusión, el libro de Jon Elster, Making sense of Mam, será un
8 34 ZONA ABIERTA 4 1-42
punto central de referencia 5. Elster es uno de los individualistas dades sociales globales incluyen cosas tales como las sociedades,
l
metodológicos mamianos más perspicaces, y este libro representa los grupos, las clases, las organizaciones, las naciones o las co-
el intento más firme dentro de la tradición mamiana de defender munidades. Estas entidades tienen propiedades (por ejemplo, ta-
el individualismo metodológico. Es por consiguiente un útil pun- sas de inflación, formas institucionales, distribución de la renta)
to de partida para examinar tanto los aciertos de la doctrina co- y mantienen entre sí una gran variedad de relaciones (por ejem-
mo sus fallos. plo, relaciones entre clases colectivamente organizadas). Los in-
dividuos tienen también propiedades (por ejemplo creencias, ca-
pacidades, recursos) y mantienen una gran variedad de relacio-
1. UNA TIPOLOGIA DE LAS POSTURAS METODOLOGICAS
nes con otros individuos (por ejemplo, las relaciones entre her-
SOBRE LA EXPLlCAClON
manos, las relaciones entre patrono y empleado, etc.). Tomando
conjuntamente estas dos dimensiones, obtenemos la siguiente ti-
El individualismo metodológico es una afirmación sobre la .expli-
@n.
-+.
Es la tesis de que todos bs fenómenos sociales se expli-
can por las propiedades de los individuos que constituiii los fe-
pología de los principios de explicación de los fenómenos sociales:
que
p i e d a d erelacikales»
hermano, padre no-
a propiedades atómicas.
. la suma
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s in'duirían también el hecho de ser
afirma en ninguna parte (como
tampoco lo hacen otros marxistas defensores del individualismo
metodológico) que estas propiedades relacionales sean reductibles
Ibid., p. 6.
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terminada por la suma de los efectos bl de la parte X y b2 de la
parte Y. Si hay una interacción entre X e Y de la forma XY,
Z = blX + b2Y + b3XY
y de este modo el todo es mayor que la suma de sus partes (es
decir, la interacción de X e Y produce el efecto b3 en Z además
de sus efectos aditivos). Ahora, describamos nuevamente las par-
tes del siguiente modo:
X* = X (1 + b3Y/2bl) Y* = Y (1 + b3X/2b2).
En estas nuevas descripciones de las partes, la interacción de
las partes que constituyen el todo está representada como las pro-
piedades relacionales de las propias partes. Con estas nuevas des-
cripciones, el todo, Z, deja de ser mayor que la suma de sus par-
tes nuevamente descritas, ya que ahora:
Z = b1X3 + b2Y*.
Es importante puntualizar que estas nuevas descripciones sólo
son posibles post facto, después de que las partes hayan sido in-
sertadas en el todo (es decir, después de que todas las interaccio-
nes con las otras partes hayan sido determinadas). Esta nueva pa-
rametrización puede hacer que el atomismo parezca más plausi-
ble de lo debido. Pero tales apariencias no deberían llevarnos al
error de pensar que las propiedades relacionales son eliminables,
no sólo nominalmente, sino también de hecho l l .
El individualismo metodológico se distingue tanto del holismo 3
radical como del antirreduccionismo por su insistencia en que só- ,
lo las relaciones entre los individuos pueden ser irreductiblemen-
te explicativas. Los individualistas metodológicos niegan que las
categorías sociales globales sean jamás irreductiblemente explica-
tivas. Si una propiedad social es explicativa, lo es porque es re-
ductible a las propiedades relacionales de los individuos concre-
tos. La propiedad de una sociedad de «estar en una situación re-
volucionaria», por ejemplo, no es irreductiblemente explicativa
desde el punto de vista del individualismo metodológico. Si esta
propiedad posee alguna fuerza explicativa, la posee en virtud de
las propiedades de los individuos, y de las relaciones entre ellos,
jetivamente dirigida hacia una y t a ultima que existe indepen- configuran los estados microindividuales, que a su Yez influyen en las propias re-
f. dientemente de las metas subjetivas de los actores humanos. En laciones estnicturales sociaIes. Véase Louis Althusser, ~Ideologyand ideological
State apparatusesn, en Lenin and philosophy, Londres, NLB, 1971 [Lenin y la fi-
estos casos, fuerza explicativa es atribuida a este «fin»de la his- losofla, México, Era, 19701. Para un desarrollo mucho más sistemático de estos
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@@. Los individuos, pues, son meros agentes de unas fuerzas so- 1 argumentos relativamente primitivos de Althusser, que explicita mucho más los
ciales impersonales encargadas de alcanzar la meta, y lo que ha- I micromecanismos de la formación del sujeto, véqe Goran Therborti, The ideo-
cen o eligen se explica por -pero no explica-los fenómenos so- I logy of power and the power of ideology, Londres, mB, 1982 [La ideología del
poder y el poder de la ideología, Madrid, Siglo XXI, en preparación].
ciales. Sus acciones y elecciones no son mecanismos, sino conse-
cuencias del principio inmanente cuyo curso se supone han de ras- 1 1859.
l4 Karl Mam, «Prólogo» de Contribución a la crítica de la economía política,
de que los mecanismos causaies en los que intervienen individuos
deben Siempre estar implícitos en las explicaciones sociales. La
cuestión no es si el nivel individual del análisis puede ser elimi-
nado, sino como debena ser relacionado con el análisis social de
macronivel. El individualismo metodológico mantiene que los fe-
nómenos de macronivel pueden siempre ser reducidos a sus rea-
lizaciones de micronivel, al menos en principio. El antirreduccio- l'
A
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no los tolerarían estrictamente como cómodos instrumentos mente y el cerebro de los seres humanos son correctas, los mar-
expositivos 15.? xistas (y también la mayona de los no marxistas) admitirían que
El problema"del reduccionismo de lo macro a lo micro en las un estado mental concreto en un individuo concreto puede expli-
explicaciones sociales es comparable a problemas habituales en
la fdosofía del --"._ _
espíritu 16. Toda distribución concreta de las pro-
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tre los conceptos tipo que son irreductiblemente sociales. Por ejemplo, la urela-
con las muestras y los tipos. La mayona de los marxistas, por el ción trabajo-capital» es un concepto tipo que identifica las propiedades te6rica-
hecho de ser materialistas, suscribinan probablemente el r e & - mente destacadas que tienen en común todos los ejemplos particulares de rela-
cionismo de muestra 18. Así, si las tesis sobre la relación entre"1a ciones entre capitalistas y obreros. En ese sentido es un concepto tipo de micro-
nivel aun cuando sea utilizado para describir toda una sociedad. Si bien este con-
cepto puede ser irreductiblemente relaciona1 - e s decir, no puede ser representa-
'' Un reduccionista individualista metodológico a ultranza argumentaría que, do en términos atómico*, no niega las críticas de individualismo metodológico,
en principio, las explicaciones a nivel individual deberían reducirse a explicacio- puesto que las relaciones que describe son relaciones entre individuos. Irónica-
nes neurofisiológicas, y las explicaciones neurofisiológicas, en última instancia, a mente quizá, los «marxistas fundamentalistas~(como a veces se les llama), que
explicaciones en las que sólo intervinieran partículas atómicas y sus interrelacio- hacen hincapié en la suprema importancia explicativa de la relación trabajo-capi-
nes. Como el demonio de La Place, la ambición última de la ciencia es reducir tal para entender el capitalismo y que afirman del modo más categórico la pecu-
todos los fenómenos al funcionamiento de leyes físicas. liaridad metodológica del marxismo, pueden estar más cerca del individualismo
l6 VCase, por ejemplo, el desarrollo de estas ideas en Jerry Foder, The lan- metodológico que los marxistas que hacen hincapié en la importancia de diversos
guage of thought, Nueva York, 1975, cap. 1, y Hilary Putnam, «The nature of men- tipos de entidades sociales globales, tales como las formaciones de clase, los apa-
tal states~, en Putnam, Philosophical papers, vol. 11, Cambridge, 1975, pp. 429-40. ratos de Estado, etc. Las explicaciones basadas en la relación trabajo-capital pue-
l 7 Para un análisis de la distinción tipolmuestra en el problema de la expli- den ser muy abstractas, pero siguen estando fundamentalmente enraizadas en una .
cación, vCanse Foder, op. cit., y Putnam, op. cit. micrológica. No es lo mismo un análisis abstracto de conceptos de microtipo que
«Materialismo»es en este contexto la afirmación de que las muestras son un análisis de macronivel.
individualistas metodológicos insisten en que tales conceptos ti- sos de sobrevenida queda bien ilustrada por un ejemplo tomado r'
de la biología evolucionista. La propiedad de la «aptit$» figura
po pueden ser reducidos a conceptos tipo que se refieren sólo a
individuos, mientras que los antirreduccionistas argumentan que, en muchas explicaciones de la teoría e v o l u c i o n i s ~ c a d aejem-, &,
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sto no es posible. plo muestra de aptitud (por ejemplo, la aptitud de un organismo ?, ,,:'(
ión tipolmuestra nos permite comprender que_%@" 7 concreto para adaptarse a un medio concreto) corresponde una 5 G, b
cikncia tiene al menos dos tipos de proyectos explicativos: trata q" pnfiguración concreta de hechos físicos relacionados con el or- " J ,. .
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de explicar por qué ocurren los casos muestra y también trata de ,,lo
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ganismo en cuestión. En cada uno de estos ejemplos podemos de- r '-.,
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explicar la naturaleza de 10s tipos que entran en su campo. Por "' t . cir que los hechos físicos explican por qué ese organismo concre-
.' to tiene el grado de aptitud que tiene. No hay razón para creer,
consiguiente, nos gustaría explicar por qué surgieron ejemplos es- y
pecíficos de capitalismo, cuándo y dónde lo hicieron, pero tam- A . '
sin embargo, que cualquier propiedad física aislada entra dentro
bién nos gustaría explicar qué es el capitalismo. El individualista de la categoría general de «aptitud», que los mismos mecanismos
metodológico se interesaría por la microrreductibilidad del caso explican la aptitud de una rana y una jirafa, por ejemplo. Con to-
social muestra y del tipo social. No tenemos nada en-contra de la da probabilidad, los organismos aptos no comparten ninguna pro-
<,' piedad física en virtud de la cual todos ellos son aptos. La única
-
primera de estas afirmaciones, pero sí de la segunda.'
Nuestra objeción puede ser ilustrada con un ejemplo en el que propiedad explicativamente relevante que comparten es la de ser
se justifica el reduccionismo tipo. Consideremos el «agua» (es de- ejemplos de un solo tipo (que sobreviene). Así pues, mientras que
cir, una clase de sustancia, no una muestra concreta de agua). es posible una reducción muestra de ejemplos individuales de ap-
Cuado decimos que el agua es reductible a H20queremos decir titud a mecanismos físicos, una reducción tipo no lo es. La apti-
que cualquier efecto que tenga el agua puede ser reducido a un tud sobreviene a sus microrrealizaciones 20.
efecto del H20.En cualquier explicación en la que el agua de- 9 s individualistas metodológicos admiten la reducción tipo en , .
sempeña un papel explicativo, los efectos del agua proceden de lo que respecta a los fenómenos sociales. Pero la insistencia en - ..,
los efectos de las sumas de moléculas de H20.Esta reducción es las reducciones tipo como un requisito metodológico a priori está
*
posible en el caso del agua porque hay una sola micropropiedad sencillamente injustificada. La viabilidad de la reducción tipo es
que corresponde a la macropropiedad en cuestión. Una cosa es una cuestión empírica. Podría darse el caso de que fueran real-
agua si, y sólo si, es un conjunto de moléculas de H20.Sin em- mente posibles reducciones tipo en este campo. Pero, casi con to-
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bargo, en el caso de los fenómenos sociales (y de los estados men- da certeza, no lo son. Las reducciones tipo serían posibles si la
tales) no hay de hecho una correspondencia similarmente única relación entre los fenómenos sociales y las propiedades individua-
entre los tipos. Consideremos los estados mentales. Para cada cla- m les fuera como la relación entre el agua y el H20. Pero en la me-
dida en que la relación de los hechos sociales con sus microrrea-
se de estado mental -por ejemplo, la creencia de que la nieve es *
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blanca, la intención de comprar una barra de chocolate, la sensa-!
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Consideremos el hecho de que las @dades capitalistas tie- respuesta a tales preguntas sobrevienen a las propiedades a un mi- 1
nen una fue* Lendencia-al crecimiento económico. Esta propie- cronivel, las explicaciones dadas por la macroteoría no serán re- ,)
, dad es explicable en parte como consecuencia del c a r $ c w - ductibles, ni siquiera en principio, a una microexposición.
i ,
- getitivo d e , h mergdos*ppitalistas, los cuales generan innova-
+ ciones e inversiones continuas que, de modo acumulativo, produ-
1
,,, cen el crecimiento. Este proceso se explica, a su vez, por la su- 111. LA IMPORTANCIA DEL ANALlSlS DE LOS MICROFUNDAMENTOS
$
* ' , perviviencia de aquellas empresas que de modo más eficaz obtie- PARA LA MACROTEOR~A
nen ganancias en el mercado. La supervivencia y la obtención de
ganancias son en esta explicación similares a la «aptitud» en la Se podría pensar que el antirreduccionismo implica que los aná-
biología evolucionista. Para cada muestra de supervivencia eco- lisis de micronivel o bien no tienen importancia o bien, lo que es
nómica podemos identificar un conjunto de decisiones tomadas peor, son irrelevantes para la macroteona. Pero esta impresión es
por individuos con unas creencias, unas preferencias, una infor- infundada; antirreduccionismo no es holismo radical. De hecho,
mación y unos recursos concretos que explican por qué sobrevive lejos de rechazar los microniveles de análisis, la forma de antirre-
una empresa concreta. Sin embargo, a un macronivel no tiene por duccionismo que hemos descrito concede gran importancia a los
qué haber nada en común entre los mecanismos que permiten so- «microfundamentos» de las macroexplicaciones. Por ~microfun-
brevivir a la empresa X y los mecanismos que permiten sobrevi- damentos»entendemos lo siguiente. Hay cuatro posibles vinculos
vir a la empresa Y o Z. La empresa X puede sobrevivir por la pa- explicativos entre los fenómenos sociales y las propiedades de los
sividad de los trabajadores (que permite a los capitalistas intro- individuos: en primer lugar, las propiedades de los individuos
ducir innovaciones sin resistencia); la empresa Y, por la impla- I pueden explicar los fenómenos sociales; en segundo lugar, los fe-
cabilidad de su propietario; la empresa Z, por la racionalidad nómenos sociales pueden explicar las propiedades de los indivi-
científico-técnica del equipo que la dirige, y así sucesivamente 22. duos; en tercer lugar, las propiedades de los individuos pueden
La explicación a nivel social del ~ r ~ c i p ~ i een
n ffunción
q de los ma- explicar las propiedades de los individuos, y en cuarto lugar, los
croprocesos de unas aelaciones~6nipeth~vas de mercada sobre- fenómenos sociales pueden explicar los fenómenos sociales. La
viene, pues, a una amplia gama de posibles micromecanismos. crítica del holismo radical implica que el cuarto de estos vínculos
Por consiguiente, el reduccionismo muestra es posible en este ca- explicativos sólo es lícito cuando la cadena causal de la explica-
i"
so, pero el reduccionismo tipo no lo es. ción entraña combinaciones de los dos primeros4Es decir, los fe-
En resumen, el programa reduccionista del individualismo me- nómenos sociales sólo explican los fenómenos sociales en la me-
todológico fracasa porque la ciencia tiene proyectos explicativos I
dida en que hay lazos -mecanismos causales- que operan a tra-
que van más allá de la explicación de unos casos muestra. Ade- vés de1 nivel microindividual. Las estructuras sociales explican las
más de preguntarnos por qué han sobrevivido este organismo o estructuras sociales por medio de los modos en que determinan
aquella empresa, queremos también explicar qué tienen en común las propiedades y las acciones de los individuos que a su vez de-
diversos objetos y procesos. Cuando las propiedades citadas en la terminan los resultados estructurales sociales 23. La investigación
de estas microvías a través de las cuales surten sus efectos las ma-
diente explicación de micronivel. Por consiguiente, la afirmación de que las pro- "croestructuras es el estudio de los microfundamentos~
piedades emergentes son irreductiblemente explicativas depende de que lo macro 1
sobrevenga a lo micro. 23 Hay que subrayar que la necesidad de las micromediacionesno implica que
"
22 En el caso de que se descubriera una propiedad común, especificable a un la macroexplicación sea reductible a estos micromecanismos. La teona de la ap-
micronivel, sena posible una reducción tipo del macronivel al micronivel. En nues- titud en la biología evolucionista implica la existencia de innumerables microme-
tra opinión. este sena un descubrimiento empírico, comparable al descubrimiento diaciones, de micromecanismos a travks de los cuales se realizan los diferentes
en la biología evolucionista, contrariamente a la afirmación de la teoría vulgar de ejemplos de aptitud. Sin embargo, la teoría de la evolución no es reductible a una
que todos los ejemplos de aptitud reflejan un solo mecanismo micromolecular. ley causal que opere al nivel de estos micromecanismos.
En su defensa del individualismo metodológico, Elster alega tornj4los. IPSdientes y las d a s , los cleseos y las creencias que generan
dos razones por las que es importante en las ciencias sociales el .?ossresultados globales 25.
\
interés por los rnicrofundamentos. Sus razones son sólidas, aun-
que la ambición reduccionista de la postura metodológica general La elaboración de los rnicrofundamentos de las explicaciones ma-
de Elster no lo sea. En primer lugar, por motivos prácticos, la es- crosociales no sólo aumenta la confianza en las teorías: también
pecificación de los micromecanismos es a menudo indispensable las profundiza. Siempre y cuando admitamos la posibilidad de
l para establecer la credibilidad de las explicaciones de macroni- que haya múltiples microfundamentos para una determinada ma-
vel. Dado que es muy difícil distinguir empíricamente las corre- croexplicación (y, por consiguiente, la no reductibilidad del ma-
laciones espurias de las auténticas relaciones causales, y dado que crofenómeno a los microfundamentos), el descubrimiento de los
son muchas las causas que pueden ocultar las relaciones postula- procesos de micronivel a través de los cuales se realizan los fenó-
das en una teoría, la elaboración de los microfundamentos es ne- menos de macronivel enriqpece la comprensión teórica.
cesaria para hacer que una teoría social resulte creíble. Así, Els- La importancia del análisis de los microfundamentos para la -,yd- .
ter escribe: teoría macroesttuctural puede ilustrarse con el estudio por Elster " r L T r '.
de la L ~ j a c i ó nde las clases en Making sense of Manc. La for-
Si la meta de la ciencia es explicar por medio de leyes, es necesario re- mación de las clases es el por el que éstas se constituyen
ducir el lapso entre el explanans y el explanandum - e n t r e la causa y el
efecto- todo lo posible, a fin de evitar explicaciones espurias. Estas ú1- como actores colectivos en las luchas de clases. Los marxistas se *
timas surgen de dos formas: por confusión entre la explicación y la corre- b e s f ~ r z a d oen averiguar la relación entre djferegt~fiposde
lación y por confusión entre la explicación y la necesidad [...] Ambos ries-
gos se reducen cuando nos acercamos al ideal de una cadena continua
de causas y efectos, es decir, cuando reducimos el lapso entre el expla-
~ d ~ i i a nestructurales
es sociales y dif~rente~t&bs de f o ~ a ~ o -
g:sj$e dwes. Ciertas condiciones, por ejemplo, pueden favoiecer
de modo especial la formación de organizaciones revolucionarias
' ,y A
solo microfundamento para cualquier fenómeno macrosocial da- ceptos sacados de la teoría de la interacción estratégica racional
do. Como argumentamos anteriormente, esta sobrevenida de lo (o «teoría de juegos»). De modo específico, insta a que el proce-
macro a lo micro es precisamente lo que hace imposible el reduc- so de formación de las clases sea interpretado en función de los
cionismo individualista. Sin embargo, dado que todo macropro- modos de resolver el conocido problema del «francotira&r», el
ceso debe tener microrrealizaciones, la elaboración de los posi- problema de cómo motivar a 1oSindividuospara que contribuyan
bles microfundamentos da mayor credibilidad a los macroar- a un «bien público» que redunde en beneficio de todos, indepen-
gumentos. dientemente de la contribución. Elster describe este problema del
Además, Elster ofrece una razón menos heurística para buscar siguiente modo:
los rnicrofundamentos:
Claramente, haga lo que haga cualquier otro, me interesa abstenerme. Si
2-.-
No es sólo nuestra confianza en la explicación, sino también nuestra com- todos los demás emprenden una acción colectiva, puedo obtener el be- 1; ,
prensión de ésta la que sale reforzada cuando pasamos de lo macro a lo neficio del francotirador absteniéndome, y si todos los demás se abstie-
micro, de intervalos más largos a intervalos más cortos. E@ixr es pro- nen, puedo evitar la pérdida del unilateralismo absteniéndome también.
-- abrir la caja negra y-mostrar las tuercaiy los,
porcionar unmecanismo, _ > .
-. .s Dado que el razonamiento se aplica a cada uno de los agentes [...] todos J , -
sociales de la formación de las clases -la concentración y la in- mentos, es difícil saber a qué preguntas hay que responder frente
terdependencia de los obreros en las grandes fábricas, la apari- a tales anomalías.
ción de una organización y una dirección eficaces, etc.- son im-
Una cosa es exigir la elaboración de los rnicrofundamentos de
portantes, no es probable que el papel de estos factores en el in-
la macroteona y otra muy distinta especificar la forma que debe-
cremento de la información requerida por la solidaridad sea re-
nan tomar tales análisis de los rnicrofundamentos. Los individua-
conocido si no hay una elaboración de los rnicrofundamentos. La
listas metodológicos, marxistas o no, han hecho hincapié por lo
especificación de los rnicrofundamentos puede ayudar, pues, a ela-
general en los modelos de acción estratégica racional. Estos mo-
borar la gama de condiciones estructurales sociales susceptibles
I delos parten del supuesto de la racionalidad desde el momento
de satisfacer el mismo requisito de micronivel (en este caso, pro-
en que se mantiene que los actores eligen las acciones que maxi-
porcionar las condiciones de información para traducir las prefe-
mizan la probabilidad de conseguir alguna meta. Los modelos son
rencias altruistas condicionales en acciones solidarias). La homo-
estratégicos desde el momento en que suponen que los actores ha-
geneidad étnica, por ejemplo, puede ayudar a compensar las des-
cen su elección sabiendo que los otros actores también hacen su
ventajas de las pequeñas fábricas; o bien, de manera complemen-
elección en persecución de sus metas (de modo que, al hacer su
taria, la heterogeneidad étnica puede contrarrestar las condicio-
elección, todos deben tener en cuenta la elección de todos los de-
nes favorables de información de las grandes fábricas.
más). Dado el hincapié en esta clase de modelo, la obra de escri-
La elaboración de los rnicrofundamentos ayuda, por consi- tores como Elster, Przeworski, Roemer y otros ha sido calificada
guiente, a dar un orden teórico a las categonas utilizadas en las
macroexplicaciones de la teoría social. Este, a su vez, puede fa-
en ocasiones de «marxismo -.-
2 -
de la elección racional» 28.
9
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Los marxistas que defienden el individualismo metodológico, co-
mo Elster, se han dedicado de modo especial a atacar lo que con-
sideran como tendencias al holismo radical en la tradición mar-
xista. El antídoto que prescriben es colocar la elaboración de los
microfundamentos en lugar destacado del orden del día de la teo-
ría y la investigación marxista. Nosotros creemos que es más
correcto atribuir las tendencias al holismo radical a una falta de
rigor intelectual que a un compromiso filosófico meditado. Sin
embargo, estas tendencias son evidentes entre los escritores mar-
xistas (y entre otros también), y la receta que prescriben Elster y
los que piensan como él es razonable. Pero no es necesario ni útil
concebir el llamamiento en favor de los microfundamentos como
un llamamiento en favor del individualismo metodológico. Excluir
los tipos sociales como objetos de investigación es empobrecer
los objetivos explicativos de las ciencias sociales y negar prácti-
cas razonables en las mismas. Los microfundamentos son impor-
tantes para la teoría macrosocial por el modo en que ayudan a cen-
trar nuestras preguntas y por el modo en que enriquecen nues-
tras respuestas. Pero la ciencia es algo más que su elaboración.
Si los tipos sociales sobrevienen, como sospechamos, entonces las
exposiciones de los microfundamentos, por importantes que pue-