CEREMONIA DE BAUTISMO

INTRODUCCIÓN

El bautismo es uno de los actos fundamentales sobre los que está

constituida la vida del discípulo de Jesucristo. Es bíblico y simbólico, es
personal y colectivo.

Es bíblico por cuanto los escritores del Nuevo Testamento se refieren al

bautismo frecuentemente, asociándolo con otros puntos clave en la
vida del creyente en Cristo.

Recordando el gran diluvio, el escrito de 1 Pedro dice que el agua que

salvo a la familia de Noé es como el agua bautismal,… ahora nos salva
(no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de
una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo.

Simbólicamente nos recuerda la muerte, sepultura y resurrección de

Jesús mientras que a la vez dramatiza la muerte y sepultura del viejo
ser del creyente arrepentido y el nacimiento a una nueva vida “En

cristo”.

Este simbolismo primario del bautismo se enriquece por el significado

del agua misma. Para toda persona el agua representa limpieza y
renovación, el sustento básico de todo ser viviente.
En la creación, el espíritu de Dios se movía sobre las aguas. Dios
purificó al mundo de la maldad con el gran diluvio, salvando a la vez al

justo – Noé y su familia-para que comenzaran una nueva vida.

El pueblo de Dios fue salvado del cautiverio de Egipto cuando las aguas
del Mar de los juncos se separaron.

En el aspecto personal, Dios nos llama en fe, Dios perdona nuestros

pecados, nos bautiza a través de la iglesia y nos promete salvación. El
bautismo es un encuentro de la acción de Dios y nuestra acción.

Visto como un acto colectivo, el bautismo se convierte en un pacto

sacramental que ocurre dentro de una comunidad. Elegir a Cristo no es
un asunto privado. El acto del bautismo involucra nuestra vida entera y
se declara en público.

El bautismo cristiano es, a la vez, celebración y testimonio de la

intención del creyente de seguir los pasos de cristo.

ORACIÓN FINAL
Todopoderoso y eterno Dios, que as incluido a estos siervos en tu
maravilloso plan de salvación, llénalos de tu fortaleza a través del

espíritu santo, el consolador.

Multiplica cotidianamente en ellos tus dones de gracia: El espíritu de

Sabiduría y entendimiento; el espíritu de consejo y de poder; el espíritu
de conocimiento y del temor del Señor, por siempre.

En el nombre de Jesucristo tu hijo, nuestro señor, que vive y reina

contigo y con el Espíritu santo, siempre un solo Dios, por los siglos de
los siglos. Amén.

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 Cántico: “Espíritu de Dios”

 Palabras del ministro para dar la bienvenida a las personas

bautizadas como miembros de la congregación.

 Oración de Consagración.