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Para la comunidad del pueblo Nasa adscrita al Cabildo Indígena de Cerro Tijeras ubicado
en el nor occidente del Departamento del Cauca, consideramos la actual agresión por
parte del señor Gobernador Guillermo Alberto González Mosquera y su Secretario de
Gobierno, plasmadas en la Resolución 5234-06-2009 de Junio 24 de 2009 que fueran
posteriormente ratificadas por el Superintendente de Notariado y Registro con la Circular
176 de Agosto 10 de 2009, un atentado grave contra las comunidades ancestrales,
originarias y raizales de la zona, puesto que bajo falsos argumentos esgrimidos
inicialmente por el señor alcalde local Luis Fernando Colorado Aponza quien manifestara
que la población de los corregimientos de Agua Clara, Betulia y Los Robles estaban
asediados por los enfrentamientos propios del conflicto armado, cosa que es distante de la
realidad por cuanto en la zona no hay presencia de grupos subversivos.
NO a la gran minería.
Afirmamos enfáticamente que todo el país fue subastado por el Gobierno de Uribe, quien
en su administración entregó contratos mineros de manera irregular y en contra de la ley,
a través del Ministerio de Minas y Energía, de Ingeominas, y las corporaciones autónomas
regionales, en una cifra no inferior a 7.770 concesiones de las cuales se han efectivizado
1.500, caso concreto y particular el del señor HÉCTOR DE JESÚS SARRIA particular que
de la noche a la mañana obtiene una licencia y pretende desalojar a la comunidad que
habita en el Corregimiento de La Toma – Suárez, caso que administrativamente y
judicialmente tiene una serie de incongruencias que no han sido superadas por el titular
de la concesión, pero que el Estado le continua dando la razón aún en contra de los
pronunciamientos de la Honorable Corte Constitucional en la materia – Auto 004 de 2009,
el convenio 169 de la OIT entre otros.
Las concesiones mineras no cumplen con los requisitos legales para su expedición en
términos de los planes de manejo ambiental, planes de mitigación de riesgos y mucho
menos en lo que a la Consulta Previa con las comunidades se refiere. El Instituto
Colombiano de Geología y Minería – Ingeominas se escuda bajo el precepto constitucional
84 bajo el cual ninguna autoridad podrá establecer ni exigir, licencias o requisitos
adicionales para la procedencia de las propuestas o para la expedición, perfeccionamiento
y ejercicio del titulo minero, sin perjuicio de la competencia de la autoridad ambiental.
Por tal motivo consideramos que la perturbación sobre nuestros territorios seguirá
vigente, al igual que la incertidumbre en quienes hemos construido proyectos de vida
tanto individual como colectivos hasta tanto el gobierno nacional no imparta la orden a
todas la entidades públicas y descentralizadas en todos los niveles de invalidar y dejar sin
efectos jurídicos todos los trámites relacionados con el otorgamiento de títulos mineros.
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Así una multinacional como nos acontece en el municipio de Suárez con la firma Anglogold
Ashanti, nos diga públicamente que se retira de la zona porque si proyecto aurífero de
acumulación se centra en la mina La Colosa ubicada en Cajamarca Tolima, debemos
entender que estamos frente a una mera expectativa pues todos sabemos que el título
minero sigue vigente y en cabeza de la misma transnacional, quien lo posee por espacio
de varios años de vigencia y que en cualquier momento regresará para ejercer su
actividad ilegítima en contra de la naturaleza y de los pueblos que tradicionalmente la han
poblado. Además advertimos que la ley permite a pequeños mineros, comunidades
indígenas y de negritudes a ejercer su derecho de prelación sobre las minas, pero lo que
no dice es que luego de determinado período sus títulos y licencias pasarán a manos de la
multinacional por no haber ejecutado el proyecto minero dentro del plazo estipulado por
falta de maquinaria, tecnología, y de presupuesto. Justamente por eso es que las
multinacionales vienen promocionando la pequeña minería en toda Colombia y
particularmente en el Cauca e inclusive financiando todos los trámites al respecto. Y
obviamente lo hacen, a sabiendas que en futuro cercano esas minas pasarán a sus manos
en conformidad con la ley.
Titulación de tierras:
Como consecuencia directa de esos éxodos internos, los pueblos ancestrales, campesinos,
originarios y raizales nos debemos unir bajo una misma consigna, que no debe ser otra
que reclamar del Estado a través de su actual gobierno, la titulación de las tierras que hoy
están ocupadas por nuestros hermanos, para ello proponemos iniciar una acción
alternativa concebida desde la autoridad propia en términos de la facultad administrativa
y territorial de cada resguardo para proceder a legalizar dicha propiedad en manos de
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quien teniendo la posesión o tenencia por más de veinte (20) años el Estado Colombiano
no le ha permitido tal iniciativa.
Debemos propiciar y generar espacios de discusión entre los pueblos, luego unidos todos
con el Estado para que sea éste, quien nos legalice y escriture todas las tierras, sea de
manera individual para cada propietario o de titulación colectiva para resguardos y
consejos comunitarios.
Somos del criterio, que debemos iniciar una campaña social y comunitaria desde el
congreso de los pueblos, para que la consulta previa tenga el carácter de vinculante y los
gobernantes de turno escuchen la voz del pueblo, y no solamente a recepcionar sus
motivaciones sino a actuar de manera coherente con el pensamiento popular, de encausar
a los poderes ejecutivo y legislativo en líneas de acción concretas frente a la soberanía
nacional, de no permitir ninguna actuación y agresión en contra de los nacionales y menos
aún en el propio territorio colombiano.
al agua potable y más de 2.600 millones no tienen saneamiento básico y que cada año
fallecen un millón y medio de niños menores de cinco años, por las enfermedades
derivadas de consumir aguas contaminadas, la ONU resuelve “declarar el derecho al agua
potable y el saneamiento como derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida”
y exhortar a los estados para que “proporcionen recursos financieros”, “a fin de
intensificar los esfuerzos por suministrar a toda la población un acceso económico al agua
potable y el saneamiento”.
No a los monocultivos.
Ahora las tierras fértiles ya no tienen uso para la producción de alimentos que redunden
en una verdadera seguridad alimenticia para los colombianos. El gran capital la está
destinando para el monocultivo de la caña de azúcar y de la palma de aceite para luego
ser transformados en combustible que alimentaran motores de vehículos y maquinaria, so
pretexto del desarrollo mundial.
Personas que generación tras generación han contribuido con el engrandecimiento de los
ingenios, entregando su plusvalía, con jornadas extenuantes que desde muy temprano
asumen en condiciones infrahumanas para recibir a cambio un pírrico salario.
El patrón en complicidad con el Estado les ha hecho creer que son propietarios de sus
“propias empresas” las cooperativas. Pero extrañamente es el ingenio el que regula la
contratación de personal de éstas CTA’s, quien impone las jornadas de corte o trabajo y
quiera o no quiera aceptarlo es el que reconoce la remuneración.
Ahora con la nueva modalidad de involucrar a los colombianos o mejor a sus campesinos
en los procesos de libertad de mercados con las grandes potencias económicas a nivel
mundial, en donde existen verdaderos subsidios para la intensificación de cultivos
atractivos para el tercer mundo. Hoy estamos importando justamente desde esos países
desarrollados, grandes toneladas de cereales, cárnicos y productos enlatados o envasados
que contienen semillas genéticamente modificadas con las consecuencias graves y
directas para la salud de nuestro pueblo.
Debemos incentivar el agro colombiano, para ello proponemos la creación de círculos agro
alimentarios en donde eliminemos a los intermediarios que en primera son los que
incrementan el costo de los mismos, organizar centros de acopio entre el productor o los
productores por regiones, generar intercambios de semillas propias y de productos a
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La utilización de tierras en el país, no se ajusta por parte del gobierno nacional a una
política pública de carácter estructural para el agro colombiano.
Los terrenos planos y fértiles fueron arrebatados a los campesinos por hordas de
terratenientes y ahora están puestas al servicio de los proyectos denominados
“monocultivos” que riñen abiertamente con la política de seguridad agroalimentaria que
requiere el país.
Estas grandes extensiones están concentradas en tan solo 3.369 personas compuestas
por empresarios, oligarcas, narcotraficantes y paramilitares entre otros, son propietarios
de 31.631.308 hectáreas de tierras, entre ellos el ex Ministro de Agricultura Carlos
Murgas, la familia Uribe Vélez entre muchas otras. La mayor parte de estas 31 millones de
hectáreas son de procedencia “lícita” (que no quiere decir legítima) y dedicadas a
actividades lícitas, como al cultivo de la palma africana.
Una verdadera reforma agraria debe empezar con la confiscación y el reparto equitativo
de estas grandes extensiones de tierras, para ello se puede hacer uso de la figura de la
extinción de dominio, puesto que nadie se opone a repartir las tierras entre los
campesinos, negros, desplazados e indígenas. Sin embargo, consideramos que debe ir
más a fondo y golpear la estructura del poder en el campo, conformada por estos
personajes prestantes de la sociedad colombiana.
La propuesta política debe contener ejes vitales para la transformación social, política,
económica y cultural de la nación. Debe ser honesta, coherente con la realidad del país
demográfico y transparente para efectos de su posterior verificación o evaluación de
avances por parte de instancias internacionales.
Los gobernantes del país y sus aliados estratégicos - los oligarcas propietarios de los
medios de producción y del comercio, de la banca privada, los provenientes de familias de
abolengo y la pequeña burguesía son los instigadores del conflicto, los mismos que lo han
nutrido por décadas y que han orquestado una política de aniquilamiento a gran escala de
las clases menos favorecidas.
El desmonte del estado benefactor o protector en donde se concedían auxilios para los
más necesitados, aquel en el que existía una política de empleo digno con seguridad
social, el mismo al que a los y las colombianas se les otorgaba una solución de vivienda
digna, cómoda y confortable con planes de amortización del crédito, con un excelente
modelo educativo de carácter público con criterios de gratuidad, obligatoriedad y
universalidad en todos sus ciclos, con una red de salud pública que le garantizaba a los
usuarios un verdadera, efectiva, pronta y eficaz cobertura y servicios, en el que los
servicios públicos domiciliarios eran a cargo del mismo estado.
Todo ese anterior panorama ha tenido un revés inocultable, es el capital privado el que
tiene ánimo de lucro para cualquier transacción o utilización de un servicio, el que se ha
venido apoderando de las dinámicas asistenciales, políticas y sociales y justamente
quienes agencian esta nueva modalidad globalizante son los que tienen el poder
económico, político y social en el país, aquellos a los cuales no se les puede cerrar ese
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Todos esos factores son los que promueven y fortifican las resistencias de los pueblos, y
de igual manera son los que activan las diferentes formas de lucha, incluyendo
naturalmente la insurgencia popular como máximo grado del ser revolucionario que se
alza en armas para combatir un estado despótico, antidemocrático y que acciona todo su
poder represivo en contra de los vulnerables, desprotegidos y marginados del país.
Justamente esa cultura de avasallar y arrasar con todo, es la que genera la desigualdad en
todos los niveles y ordenes de la sociedad, los que tienen poder económico menosprecian
a los que carecen de recursos económicos para subyugarlos en su cotidianidad en el
empleo, en la salud, en la educación, en la vivienda, en la recreación y el bienestar
general.
contemplan un nuevo país, diametralmente opuesto al que nos han impuesto por décadas
a los colombianos.
Por esa misma razón, presentamos una propuesta de cara a la nación colombiana, a esos
44 millones de colombianos y colombianas que albergan la esperanza de brindarles un
mejor bienestar para sus inmediatas generaciones, en donde el tableteo de las
ametralladoras sea silenciado y se incentiven mesas sectoriales en donde se discuta
activamente la génesis de la crisis, autocríticamente se admitan las responsabilidades de
la misma, y se planteen postura que posibiliten acercamientos directos entre opresores y
oprimidos, y emerja de ellas una nueva nación construida con el aporte de todos y todas
sin distingo de colores políticos, de activismos sociales y que impere una política de
respeto y salvaguarda de la soberanía nacional, de la democracia, de una paz con justicia
social y con equidad, por un verdadero bienestar general para los y las colombianas, e
igualmente con un eje que incluya la integración de los pueblos.
Según los preceptos constitucionales todos somos iguales ante la ley, pero en la práctica
el rigor de la justicia solo se aplica a los pobres y desprotegidos o desamparados, porque a
los ricos que cometen delitos se les premia con nombramientos en el exterior o cambio
entre las instituciones oficiales.
La incursión del estado guerrerista de Álvaro Uribe Vélez con su política de “seguridad
democrática” y su apoyo mediático de llevar ante el imaginario del pueblo colombiano los
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Esas fuerzas represoras vieron la oportunidad de incrementar sus botines de guerra, con
el asesinato de civiles y hacerlos ver como muertos dados de baja al interior del conflicto
social y armado, lo que los medios denominaron falsamente como “falsos positivos” que
no son más que crímenes de estado, y para ello no solo basta con que se juzgue y
ejemplarice al soldado raso, también se debe judicializar a quien impartió tan macabra
operación de inteligencia militar si es que así se le puede denominar al asesinatos de
inocentes por todo el territorio nacional. Jóvenes vilmente acribillados algunos inválidos –
cuadripléjicos – que fueron mostrados como trofeos de guerra por los medios masivos
portando armamento pesado cuando tenía una limitación física incluso para movilizarse, el
caso más sonado el de Soacha y otros a los cuales los medios proclives al estado
gendarme no les dieron publicidad.
El crimen del compañero Edwin Legarda, esposo de la líder indígena Aida Quilcue quien se
desplazaba en una camioneta nissan de su propiedad y un reten militar abrió fuego
indiscriminado en contra de los ocupantes del automotor.
Antes por el contrario ha sido una propuesta “alternativa” ante la desidia y negligencia
del Estado, por parte de los diferentes sectores sociales y procesos organizativos que
coexisten en la zona, lo que nos ha permitido poner en práctica un ambicioso proceso de
concientización y sensibilización al interior de las comunidades principalmente indígenas,
campesinas y negras en el municipio de Suárez y que se proyecta para implementarse en
otras localidades, llevando como ejes centrales la defensa y pervivencia en el territorio, la
defensa del agua como un derecho para la humanidad, una campaña de lucha en contra
de las multinacionales extractivas y de las políticas gubernamentales que convalidan el
despojo.
Todo lo anterior no ha sido amable o fácil, hemos sido víctimas de la guerra sucia de
manos de fuerzas oscuras financiadas por el capital privado sea nacional o transnacional,
grupos paramilitares que atentan contra la democracia, la soberanía nacional y que hasta
la presente han dejado su horrenda huella de atentados, asesinatos selectivos, masacres y
exilio de algunos hermanos de lucha y resistencia. A continuación un listado de la barbarie
ocasionada por las multinacionales.
escobar Wilson machete jose milciades, Feliciano valencia, goyes enrique licifredi, Edward
recheche Villegas cenen Plutarco ives Trujillo att águilas negras nueva generación.
+ Julio 10 de 2010. Explota bomba en el Cabildo Cerro Tijeras, mueren dos (2) militares y
tres (3) indígenas Germán Dagua Labio (Alguacil del Cabildo), Kleisman Andres Zuñiga
Morales (estudiante del Centro de Investigación Tutorial la Betulia, Suarez) y Edwin Martin
Dagua Elejalde (comunero del cabildo). De este hecho se presume como responsable a las
FARC, o podría catalogarse como Falso positivo por parte de la Policía Nacional, por cuanto
en la zona no hay antecedentes hasta el momento de presencia de grupos insurgentes.
+ Julio 21 de 2010. Fueron asesinados Jhon Freddy N. y Arles Augusto González Tabares
(lideres comunitarios y mineros) en la vereda El Tamboral corregimiento de Mindala –
Suárez, siendo de conocimiento que Arles Gonzales había radicado el día 09 de diciembre
de 2009 una denuncia de amenaza de muerte por oponerse a la minera, bajo el radicado
de NOTICIA CRIMINAL Nº 196986000633200901289 en la Unidad Receptora URI Santander
de Quilichao- Cauca, ante dicha denuncia el gobierno no brindó su debida protección al
dirigente comunitario.
+ Julio 29 de 2010. En la vereda Munchique del municipio de Buenos Aires, Cauca,
asesinan cuatro mineros Ary González Mina, Diego Fernando González, Alcides Hoyos
Rodríguez y José Caicedo Caicedo.
Por nuestros hermanos vilmente asesinados, por aquellos que han sido amenazados y
continúan de pie luchando, rendimos un sentido homenaje y les manifestamos que su
legado de resistencia seguirá intacto hasta que la no se apague la luz del sol.
Respeto a la vida e integridad física y psicológica de los pueblos
La vida se constituye en el derecho fundamental por excelencia del cual se desprenden los
demás derechos consagrados en la constitución y la legislación.
La policía nacional debe preservar intactos a la comunidad derechos como la vida, honra y
bienes, sin distinción alguna. No debe hacer uso de la fuerza – represión contra grupos
poblacionales caracterizados como vulnerables.
El nor occidente caucano ha sido objeto en los últimos tiempos de incursiones de grupos
paramilitares que han sembrado zozobra, desolación y muerte, con las amenazas,
asesinatos selectivos y masacres de mineros en los municipios de Buenos Aires, Morales y
Suárez.
Desde el Cabildo Indígena de Cerro Tijeras proponemos que el presente Congreso de los
Pueblos, avance en términos políticos como efectivamente se ha diseñado al plasmar
entre todos sus asistentes un mandato de mandatos, pero de igual manera creemos que
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Ahora un problema generalizados para todos son las 7.770 licencias o títulos mineros
expedidos a las grandes mineras extractivas que promueven la minería a cielo abierto,
será entonces que no podemos articular estas luchas territoriales de comunidades
indígenas, campesinas y de negritudes para convertirlas en una gran campaña por la
soberanía nacional, y la defensa del medio ambiente, del agua y de nuestros territorios
colectivos?.
Y como los dos anteriores podemos direccionar varios ejemplos más, como el derecho a la
educación pública, a la salud integral y financiada por el Estado, a un empleo digno,
estable y bien remunerado, a una vivienda amplia, cómoda y digna, a un aparato judicial
con sentido social y con equidad, a la disminución de los impuestos, a una política con
grandes beneficios y desarrollo para el campo, que optemos por la eliminación de la
pobreza, la marginalidad y la exclusión entre muchos otros más.
en todo momento por los gobernantes de turno en todos los niveles, debemos ascender
en términos de legislar a favor del pueblo, él será quien nos juzgue a futuro.
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