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CUT – VALLE

CABILDO DE CERRO TIJERAS


DOCUMENTO PARA DISCUSIÓN Y ANÁLISIS
EN EL CONGRESO DE LOS PUEBLOS.
Bogotá D.C., Octubre 8 al 12 de 2010.

1.- TIERRA, TERRITORIO, SOBERANIA – LEGISLACIÓN DEL DESPOJO:

Legislación del Despojo:

Para la comunidad del pueblo Nasa adscrita al Cabildo Indígena de Cerro Tijeras ubicado
en el nor occidente del Departamento del Cauca, consideramos la actual agresión por
parte del señor Gobernador Guillermo Alberto González Mosquera y su Secretario de
Gobierno, plasmadas en la Resolución 5234-06-2009 de Junio 24 de 2009 que fueran
posteriormente ratificadas por el Superintendente de Notariado y Registro con la Circular
176 de Agosto 10 de 2009, un atentado grave contra las comunidades ancestrales,
originarias y raizales de la zona, puesto que bajo falsos argumentos esgrimidos
inicialmente por el señor alcalde local Luis Fernando Colorado Aponza quien manifestara
que la población de los corregimientos de Agua Clara, Betulia y Los Robles estaban
asediados por los enfrentamientos propios del conflicto armado, cosa que es distante de la
realidad por cuanto en la zona no hay presencia de grupos subversivos.

La decisión oficial no es otra que desplazarnos de nuestros territorios a como de lugar,


para darle paso al supuesto “Desarrollo sostenible” del que tanto pregonan las grandes
potencias que a diario asesinan a la madre tierra. Como lo ha afirmado el presidente Juan
Manuel Santos Calderón estamos ante una bonanza minera y petrolera, para ello su
antecesor Álvaro Uribe ferió todos los predios con riquezas naturales a las grandes
multinacionales extractivas primordialmente en Carbón, Oro, Plata y otros minerales.

Nuestro territorio no es ajeno a la voracidad del capital privado nacional e internacional, y


éste es el verdadero objetivo de la legislación emitida por el gobierno departamental.
Puesto que desde otras dependencias oficiales se están otorgando títulos mineros con
carácter de preferentes al capital privado pasando por alto la pervivencia que ostentan las
comunidades indígenas, campesinas y negras en dichas regiones por centenares de años.
Por tanto y como quiera que se trata de territorios colectivos de pueblos indígenas y de
comunidades negras protegidos legal y constitucionalmente, no les queda otra alternativa
que mentir ante la comunidad para poder despojarnos de nuestra tierra.

NO a la gran minería.

Santos Calderón ha manifestado públicamente por diversos medios de comunicación que


Colombia está a vísperas de un gran desarrollo minero y otra bonanza petrolera de
incalculables dividendos para la nación, y que para el 2019 la minería generará grandes
rendimientos para el país.
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Consideramos que el Sistema Nacional de Regalías se convirtió en una feria de corrupción


y como fiel ejemplo de ello, es que municipios como Suárez en el Departamento del
Cauca, que recibió en lo corrido de la actual administración sólo por concepto de
extracción de oro, aproximadamente 1.400’ millones de pesos, pero que paradójicamente
y muy a pesar de incrementar el presupuesto local en temas vitales para satisfacer las
más sentidas necesidades de los suareños, las comunidades no se han beneficiado en lo
más mínimo.

Afirmamos enfáticamente que todo el país fue subastado por el Gobierno de Uribe, quien
en su administración entregó contratos mineros de manera irregular y en contra de la ley,
a través del Ministerio de Minas y Energía, de Ingeominas, y las corporaciones autónomas
regionales, en una cifra no inferior a 7.770 concesiones de las cuales se han efectivizado
1.500, caso concreto y particular el del señor HÉCTOR DE JESÚS SARRIA particular que
de la noche a la mañana obtiene una licencia y pretende desalojar a la comunidad que
habita en el Corregimiento de La Toma – Suárez, caso que administrativamente y
judicialmente tiene una serie de incongruencias que no han sido superadas por el titular
de la concesión, pero que el Estado le continua dando la razón aún en contra de los
pronunciamientos de la Honorable Corte Constitucional en la materia – Auto 004 de 2009,
el convenio 169 de la OIT entre otros.

Las concesiones mineras no cumplen con los requisitos legales para su expedición en
términos de los planes de manejo ambiental, planes de mitigación de riesgos y mucho
menos en lo que a la Consulta Previa con las comunidades se refiere. El Instituto
Colombiano de Geología y Minería – Ingeominas se escuda bajo el precepto constitucional
84 bajo el cual ninguna autoridad podrá establecer ni exigir, licencias o requisitos
adicionales para la procedencia de las propuestas o para la expedición, perfeccionamiento
y ejercicio del titulo minero, sin perjuicio de la competencia de la autoridad ambiental.

El Ministerio del Interior y de Justicia ha venido cometiendo arbitrariedades de manera


sistemática al no registrar la presencia de comunidades indígenas y negras en las zonas
solicitadas por el capital privado, como también el Ministerio de Minas y Energía no ha
decretado la existencia de zonas mineras especiales (negras, indígenas o mixtas). Por
tanto se observa clara e indiscutiblemente que el Estado se resbala de cualquier
responsabilidad frente a la protección de los derechos individuales y colectivos de estas
poblaciones vulnerables.

La Oficina de etnias del Ministerio del Interior y de Justicia conscientemente invisibiliza a


los pueblos ancestrales, originarios y raizales, lo que permite el avance en el trámite de
las licencias minera en contra de estas comunidades.

Para las comunidades aglutinadas en el Cabildo de Cerro Tijeras se ha convertido en un


eje fundamental de nuestra pervivencia en el territorio, la convivencia de la especie
humana con el habitad natural y su relación entre unos y otros, factores que han motivado
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la aplicación de toda clase de políticas propias que vayan en defensa y permitan la


protección del medio ambiente, por tanto aplicamos legislación propia para la
reforestación de los bosques, las cuencas hídricas bajo la perspectiva de suministrar agua
óptima para el consumo humano, no convalidamos la extracción indiscriminada a mediana
o gran escala de los recursos naturales renovables y no renovables, de los ojos de agua y
en general de la pacha mama.

Crear una plataforma nacional compuesta por representantes de las regiones y


comunidades afectadas que le apueste a articular las luchas regionales de los diversos
sectores que se resisten ante los embates del modelo capitalista que está empeñado en
acabar con los derechos de los pueblos en temas como servicios públicos domiciliarios,
empleo, educación, salud, vivienda, gran minería, soberanía, democracia entre otros, en el
ánimo de concientizar y sensibilizar a grandes capas poblaciones y poder levantar una
consigna nacional para ser asumida de manera integral por todas las organizaciones, bajo
el lema de globalizar las resistencias.

Ante la llegada de funcionarios y empleados de las empresas transnacionales y en


especial de las mineras la comunidad debe apartarse momentáneamente de sus aspectos
culturales y no brindarles a éstos personajes algunas comodidades o facilidades, para ello
ratificamos nuestro compromiso de:
• No darles alimentación ni bebidas.
• No brindarles la hospitalidad en nuestros hogares
• No proporcionarles ninguna información sobre el territorio
• Abstenernos de compartir con ellos, cero amabilidad para con los explotadores.
• No colaborarles con el transporte de material para el montaje de sus minas.
• HEMOS OPTADO POR DEFENDER EL TERRITORIO, CUESTE LO QUE NOS CUESTE.

Derogación de títulos mineros

Como lo expresáramos con antelación en este documento, desde administraciones


pasadas se han venido concediendo u otorgando cualquier cantidad de títulos mineros
legales o ilegales sin el lleno de los requisitos de ley, que indiscutiblemente están
colocando en alto riesgo de desplazamiento forzado a las comunidades campesinas,
originarias y raizales del país, y para ello se hará uso de la fuerza paramilitar para sembrar
el terror y la muerte en cada uno de los territorios apetecidos por las multinacionales
extractivas.

Por tal motivo consideramos que la perturbación sobre nuestros territorios seguirá
vigente, al igual que la incertidumbre en quienes hemos construido proyectos de vida
tanto individual como colectivos hasta tanto el gobierno nacional no imparta la orden a
todas la entidades públicas y descentralizadas en todos los niveles de invalidar y dejar sin
efectos jurídicos todos los trámites relacionados con el otorgamiento de títulos mineros.
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Así una multinacional como nos acontece en el municipio de Suárez con la firma Anglogold
Ashanti, nos diga públicamente que se retira de la zona porque si proyecto aurífero de
acumulación se centra en la mina La Colosa ubicada en Cajamarca Tolima, debemos
entender que estamos frente a una mera expectativa pues todos sabemos que el título
minero sigue vigente y en cabeza de la misma transnacional, quien lo posee por espacio
de varios años de vigencia y que en cualquier momento regresará para ejercer su
actividad ilegítima en contra de la naturaleza y de los pueblos que tradicionalmente la han
poblado. Además advertimos que la ley permite a pequeños mineros, comunidades
indígenas y de negritudes a ejercer su derecho de prelación sobre las minas, pero lo que
no dice es que luego de determinado período sus títulos y licencias pasarán a manos de la
multinacional por no haber ejecutado el proyecto minero dentro del plazo estipulado por
falta de maquinaria, tecnología, y de presupuesto. Justamente por eso es que las
multinacionales vienen promocionando la pequeña minería en toda Colombia y
particularmente en el Cauca e inclusive financiando todos los trámites al respecto. Y
obviamente lo hacen, a sabiendas que en futuro cercano esas minas pasarán a sus manos
en conformidad con la ley.

Titulación de tierras:

En nuestro criterio el Estado a través de sus diferentes gobernantes procedentes de la


clase aristocrática y capitalistas criollos, tiene su cuota de responsabilidad frente a la
problemática que agobia a la nación y de manera muy particular al campo colombiano, y
su política pública de soberanía y seguridad agroalimentaria ha quedado al descubierto,
no hay el más mínimo interés de parte de quienes detentan el poder político y económico
de conceder mínimas garantías o reivindicaciones al campesinado colombiano y a los
grupos étnicos que en el habitan.

Las minorías indígenas y de negritudes han sido sistemáticamente objeto de


desplazamiento por parte de terratenientes aliados con grupos paramilitares y del gran
capital industrial de los predios fértiles, de terrenos y pisos térmicos con gran diversidad y
facilidad para los cultivos. Al punto de reubicarlos en las faldas y altas cumbres de las
montañas, prueba de ello son las tierras que entregó el gobierno nacional como
resarcimiento de los perjuicios por la masacre del Naya y la del Nilo relegándoles entonces
de cualquier oportunidad de concretar proyectos de supervivencia.

Como consecuencia directa de esos éxodos internos, los pueblos ancestrales, campesinos,
originarios y raizales nos debemos unir bajo una misma consigna, que no debe ser otra
que reclamar del Estado a través de su actual gobierno, la titulación de las tierras que hoy
están ocupadas por nuestros hermanos, para ello proponemos iniciar una acción
alternativa concebida desde la autoridad propia en términos de la facultad administrativa
y territorial de cada resguardo para proceder a legalizar dicha propiedad en manos de
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quien teniendo la posesión o tenencia por más de veinte (20) años el Estado Colombiano
no le ha permitido tal iniciativa.

Debemos propiciar y generar espacios de discusión entre los pueblos, luego unidos todos
con el Estado para que sea éste, quien nos legalice y escriture todas las tierras, sea de
manera individual para cada propietario o de titulación colectiva para resguardos y
consejos comunitarios.

Consulta previa de carácter vinculante

La actual legislación colombiana concibe la figura de la “Consulta Previa” como un


ejercicio de participación democrática al interior de las comunidades indígenas,
campesinas y de negritudes frente a proyectos económicos que las pongan en riesgo de
extinción, pero finaliza el articulado cuando la propuesta de defensa no tiene el carácter
de vinculante, es decir, el pueblo tiene voz pero se le niega el voto, lo que equivale a
manifestar que es un ejercicio interesante pero estéril, que no tiene efectos legales frente
a los agresores; pues, consulta previa no es lo mismo que consentimiento previo, el cual
contempla la posibilidad de negar permiso a las multinacionales. Para el Estado los
pueblos no tienen derecho a vetar un megaproyecto. En caso de un desacuerdo entre una
multinacional y un pueblo indígena, el gobierno y sus instituciones, interviene como
‘árbitro neutral’ e impone su visión que no es distinta a la de la multinacional.

Somos del criterio, que debemos iniciar una campaña social y comunitaria desde el
congreso de los pueblos, para que la consulta previa tenga el carácter de vinculante y los
gobernantes de turno escuchen la voz del pueblo, y no solamente a recepcionar sus
motivaciones sino a actuar de manera coherente con el pensamiento popular, de encausar
a los poderes ejecutivo y legislativo en líneas de acción concretas frente a la soberanía
nacional, de no permitir ninguna actuación y agresión en contra de los nacionales y menos
aún en el propio territorio colombiano.

El agua como derecho fundamental.


Otro mandato que debe salir para el movimiento social recogido en el Congreso de los
Pueblos, es el de iniciar una lucha constante y permanente para que el Agua sea
reconocida en la legislación y constitucionalidad interna como un derecho humano de
rango fundamental.
Como antecedentes contamos con que el pasado 26 de julio de 2010, la Asamblea General
de la Organización de Naciones Unidas -ONU- aprobó la resolución, presentada por Bolivia
y otras 33 naciones, referente al derecho humano al agua y al saneamiento.
Lo anterior teniendo en consideración varias de las resoluciones y decisiones emitidas del
organismo multinacional y reconociendo el impacto a nivel mundial de la carencia de este
recurso y que estadísticamente se dice que 884 millones de personas carecen de acceso
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al agua potable y más de 2.600 millones no tienen saneamiento básico y que cada año
fallecen un millón y medio de niños menores de cinco años, por las enfermedades
derivadas de consumir aguas contaminadas, la ONU resuelve “declarar el derecho al agua
potable y el saneamiento como derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida”
y exhortar a los estados para que “proporcionen recursos financieros”, “a fin de
intensificar los esfuerzos por suministrar a toda la población un acceso económico al agua
potable y el saneamiento”.

Sin embargo, a través de los Planes Departamentales de Agua, el Estado pretende


privatizar el agua. E impone que sólo puede haber uno o dos operadores de agua por
departamento, por tanto los acueductos veredales pasarán a manos de una empresa
privada. Por su parte el Estado dice que quiere mejorar el suministro de agua lo que no
cuenta, es que el costo de las presuntas “mejoras” se paga con los impuestos y luego se
le entrega el acueducto a una empresa privada quien cobrará lo que llaman “recuperación
de costos” que no es más que un aumento en la tarifa. Dicho de otro modo, se entrega el
agua a una empresa privada y además el pueblo seguirá pagando para mejorar el servicio,
un doble regalo a la multinacional.
La gran minería también atenta contra el agua. Según las propias cifras de la
multinacional Anglogold Ashanti la empresa consume alrededor de 12 metros cúbicos de
agua por cada onza de oro extraída. Quiere decir la mina de La Colosa en Cajamarca
consumirá más de 147 millones de metros cúbicos de agua, o el equivalente del consumo
de 500.000 personas por año, durante la ejecución del proyecto que se estima en 15
años.

No a los monocultivos.

Ahora las tierras fértiles ya no tienen uso para la producción de alimentos que redunden
en una verdadera seguridad alimenticia para los colombianos. El gran capital la está
destinando para el monocultivo de la caña de azúcar y de la palma de aceite para luego
ser transformados en combustible que alimentaran motores de vehículos y maquinaria, so
pretexto del desarrollo mundial.

El Estado apalanca estas plantaciones con jugosos subsidios – ilegales – y empréstitos


para multiplicar las ganancias de los más ricos empresarios del país como es el caso del
emporio Ardila Lüle, propietario de 3 ingenios azucareros dos de ellos productores de
Etanol, amo y señor del negocio de los refrescos, jugos y bebidas.

Y paradójicamente todos los trabajadores han sido tercerizados a través de cooperativas


de trabajo asociado y el caso más indignante lo representan los miles de corteros
manuales de caña, de quienes podemos decir, son el modelo de esclavitud del siglo XXI
para exportar desde Colombia.
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Personas que generación tras generación han contribuido con el engrandecimiento de los
ingenios, entregando su plusvalía, con jornadas extenuantes que desde muy temprano
asumen en condiciones infrahumanas para recibir a cambio un pírrico salario.

El patrón en complicidad con el Estado les ha hecho creer que son propietarios de sus
“propias empresas” las cooperativas. Pero extrañamente es el ingenio el que regula la
contratación de personal de éstas CTA’s, quien impone las jornadas de corte o trabajo y
quiera o no quiera aceptarlo es el que reconoce la remuneración.

Soberanía y seguridad alimentaria:

Desde el inicio de la implantación del modelo neoliberal en Colombia – 1991, el Estado


Colombiano en la presidencia de Cesar Gaviria, hemos sido meros espectadores de la
aplicación del desmonte de la política agraria en el país, hoy ya no cultivamos alimentos
que nos generen un autoabastecimiento interno, la federación nacional de cafeteros
colapsó y con ella todo el gremio a nivel nacional.

Ahora con la nueva modalidad de involucrar a los colombianos o mejor a sus campesinos
en los procesos de libertad de mercados con las grandes potencias económicas a nivel
mundial, en donde existen verdaderos subsidios para la intensificación de cultivos
atractivos para el tercer mundo. Hoy estamos importando justamente desde esos países
desarrollados, grandes toneladas de cereales, cárnicos y productos enlatados o envasados
que contienen semillas genéticamente modificadas con las consecuencias graves y
directas para la salud de nuestro pueblo.

A manera de ejemplo, en el 2007 Colombia importó 1’285.969 de toneladas de trigo, de


los cuales el 60% venia de los EE.UU. y poco menos de 30% de Canadá. Además importó
en el mismo año 3’152.249 toneladas de maíz, el 98% provenía de los EE.UU. Mientras
tanto, el país se dedica a exportar cultivos no procesados como el café verde o el cacao
no procesado que se exporta barato a Europa donde se convierte en chocolate para luego
venderlo caro, inclusive en Colombia.

Las plazas de mercado en municipios medianos y grandes, tienden a ser reemplazadas


por grandes superficies de mercadeo en donde los alimentos son expuestos con mejores
presentaciones en cuanto a volumen se refiere, pero con deficiencia nutritiva por la
mutación genética a la que han sido sometidos, los vendedores estacionarios de las
galerías se quedaran si trabajo ante la ausencia de productos verdaderamente naturales
para su reventa.

Debemos incentivar el agro colombiano, para ello proponemos la creación de círculos agro
alimentarios en donde eliminemos a los intermediarios que en primera son los que
incrementan el costo de los mismos, organizar centros de acopio entre el productor o los
productores por regiones, generar intercambios de semillas propias y de productos a
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manera de trueque – eliminación de la moneda -, impulsar en las grandes ciudades


mercados populares.

Recuperar la política popular de implementación de huertas caseras, cultivos de pan coger


– hortalizas, legumbres, granos, frutales y demás. Aprovechando cualquier espacio posible
– lote baldío – al interior de esta selva de cemento en donde podamos desarrollar procesos
alternativos de cultivos de alimentos, imponer esta modalidad igualmente en las escuelas
y colegios públicos incentivando a la juventud para continuar con dicho programa.

Distribución equitativa de la tierra.

La utilización de tierras en el país, no se ajusta por parte del gobierno nacional a una
política pública de carácter estructural para el agro colombiano.

Los terrenos planos y fértiles fueron arrebatados a los campesinos por hordas de
terratenientes y ahora están puestas al servicio de los proyectos denominados
“monocultivos” que riñen abiertamente con la política de seguridad agroalimentaria que
requiere el país.

Estas grandes extensiones están concentradas en tan solo 3.369 personas compuestas
por empresarios, oligarcas, narcotraficantes y paramilitares entre otros, son propietarios
de 31.631.308 hectáreas de tierras, entre ellos el ex Ministro de Agricultura Carlos
Murgas, la familia Uribe Vélez entre muchas otras. La mayor parte de estas 31 millones de
hectáreas son de procedencia “lícita” (que no quiere decir legítima) y dedicadas a
actividades lícitas, como al cultivo de la palma africana.

De acuerdo al diario El Tiempo del 30 de Agosto de 2010, el gobierno nacional prefiere


“invertir” 37.400 millones de pesos en armas para la guerra – que es el precio de un
helicóptero Black Hawk – que concederle a campesinos y desplazados el retorno a sus
territorios o indemnizarlos con nuevos predios”.

Una verdadera reforma agraria debe empezar con la confiscación y el reparto equitativo
de estas grandes extensiones de tierras, para ello se puede hacer uso de la figura de la
extinción de dominio, puesto que nadie se opone a repartir las tierras entre los
campesinos, negros, desplazados e indígenas. Sin embargo, consideramos que debe ir
más a fondo y golpear la estructura del poder en el campo, conformada por estos
personajes prestantes de la sociedad colombiana.

2.- JUSTICIA Y CAMINOS PARA LA PAZ.

Reconocimiento del conflicto social y armado

Es un imperativo que el Estado y el pueblo colombiano, reconozcan la existencia del


conflicto social y armado que por más de cinco décadas ha desangrado al país, como el
primer paso para la implementación de una política de paz. Que siente a las partes,
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principalmente a los oligarcas para que de manera autocrítica acepten su cuota de


responsabilidad en la desigualdad social, política y económica que han generado. Pero que
de igual forma plantee de cara al país una salida política y negociada del mismo.

La propuesta política debe contener ejes vitales para la transformación social, política,
económica y cultural de la nación. Debe ser honesta, coherente con la realidad del país
demográfico y transparente para efectos de su posterior verificación o evaluación de
avances por parte de instancias internacionales.

La guerra es el producto de las desigualdades sociales, políticas y económicas impuestas


por los sectores que a través de alianzas han usufructuado el poder de manera alterna en
Colombia.

Frente a éstos personajes o sectores, proponemos iniciar procesos de confiscación de


bienes muebles e inmuebles, de cuentas bancarias en Colombia y el exterior, a manera de
resarcimiento de los perjuicios ocasionados. Dineros que se utilizarán para el bienestar
general de los colombianos.

Este desplazamiento forzoso debe acabar y a los pueblos e individuos ancestrales,


campesinos, originarios y raizales nos deben devolver nuestras tierras, las cuales nos
arrebataron por vía legislativa y/o violenta desde la época de la conquista.

El Estado y la oligarquía son generadores del conflicto:

Los gobernantes del país y sus aliados estratégicos - los oligarcas propietarios de los
medios de producción y del comercio, de la banca privada, los provenientes de familias de
abolengo y la pequeña burguesía son los instigadores del conflicto, los mismos que lo han
nutrido por décadas y que han orquestado una política de aniquilamiento a gran escala de
las clases menos favorecidas.

El desmonte del estado benefactor o protector en donde se concedían auxilios para los
más necesitados, aquel en el que existía una política de empleo digno con seguridad
social, el mismo al que a los y las colombianas se les otorgaba una solución de vivienda
digna, cómoda y confortable con planes de amortización del crédito, con un excelente
modelo educativo de carácter público con criterios de gratuidad, obligatoriedad y
universalidad en todos sus ciclos, con una red de salud pública que le garantizaba a los
usuarios un verdadera, efectiva, pronta y eficaz cobertura y servicios, en el que los
servicios públicos domiciliarios eran a cargo del mismo estado.

Todo ese anterior panorama ha tenido un revés inocultable, es el capital privado el que
tiene ánimo de lucro para cualquier transacción o utilización de un servicio, el que se ha
venido apoderando de las dinámicas asistenciales, políticas y sociales y justamente
quienes agencian esta nueva modalidad globalizante son los que tienen el poder
económico, político y social en el país, aquellos a los cuales no se les puede cerrar ese
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apetito de acumulación capitalista y quienes desean tenerlo todo a costa incluso de la


muerte de sus semejantes.

Todos esos factores son los que promueven y fortifican las resistencias de los pueblos, y
de igual manera son los que activan las diferentes formas de lucha, incluyendo
naturalmente la insurgencia popular como máximo grado del ser revolucionario que se
alza en armas para combatir un estado despótico, antidemocrático y que acciona todo su
poder represivo en contra de los vulnerables, desprotegidos y marginados del país.

Desigualad social, política y económica:

Justamente esa cultura de avasallar y arrasar con todo, es la que genera la desigualdad en
todos los niveles y ordenes de la sociedad, los que tienen poder económico menosprecian
a los que carecen de recursos económicos para subyugarlos en su cotidianidad en el
empleo, en la salud, en la educación, en la vivienda, en la recreación y el bienestar
general.

No es cristianamente posible que en un país con 44 millones de habitantes una casta


política aristocrática y capitalista de menos de 3000 personas – menos del 1%,
representadas en unas cuantas familias se la que esté conduciendo a la nación a su
descalabro político y social. Mientras que la inmensa mayoría se encuentra atónita y
pasmada, desorganizada sin poder descifrar el camino de su liberación o emancipación.

En materia de apalancamiento del modelo de desigualdad, tenemos que decir que la


actual carta política de 1991, fue el motor inicial de este proceso de desmedro social,
político y económico, en ella se plasmaron grandes e importantes imposiciones de los
grupos económicos extranjeros para poder invertir en suelo colombiano a cambio de
flexibilizar normas y estatutos que nos les convenían financieramente a esos
especuladores de la marginalidad social.

Todos los anteriores factores psicosociales, económicos, culturales, políticos y sociales se


convierten en detonantes diarios de la inconformidad de sectores sociales y políticos de la
nación, de sectores juveniles, de género, de obreros, amas de casa, de grupos
poblacionales que miran como única salida para las transformaciones sociales que
requiere con urgencia el país, el apoyo y la incursión de la opción armada como única
opción digna para el pueblo colombiano para superar estos niveles de desigualdad y
exclusión.

Diálogos municipales o regionales de paz:

El Estado Colombiano y su casta dirigente no tienen la más mínima intensión de cesar su


agresión y métodos de exclusión para con el pueblo, antes por el contrario en la medida
en la que avanza el tiempo, se diseñan e implementan nuevas formas de marginamiento,
explotación de la mano de obra, estigmatización política y señalización judicial de quienes
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contemplan un nuevo país, diametralmente opuesto al que nos han impuesto por décadas
a los colombianos.

Por esa misma razón, presentamos una propuesta de cara a la nación colombiana, a esos
44 millones de colombianos y colombianas que albergan la esperanza de brindarles un
mejor bienestar para sus inmediatas generaciones, en donde el tableteo de las
ametralladoras sea silenciado y se incentiven mesas sectoriales en donde se discuta
activamente la génesis de la crisis, autocríticamente se admitan las responsabilidades de
la misma, y se planteen postura que posibiliten acercamientos directos entre opresores y
oprimidos, y emerja de ellas una nueva nación construida con el aporte de todos y todas
sin distingo de colores políticos, de activismos sociales y que impere una política de
respeto y salvaguarda de la soberanía nacional, de la democracia, de una paz con justicia
social y con equidad, por un verdadero bienestar general para los y las colombianas, e
igualmente con un eje que incluya la integración de los pueblos.

Esos diálogos o acuerdos ante la negligencia de la administración central, debemos


motivarlos, promocionarlos y debatirlos en los municipios o regiones geográficas en que
se divide el país, para luego hacer un ejercicio de socialización y colocarlo en una
plataforma de carácter nacional que jalone un propuesta integral de paz para el pueblo
colombiano. Debemos hacer alarde de la “malicia indígena” para la viabilización de la
propuesta so pena de ser judicializados por el mismo Estado carcelero que se ha opuesto
a brindarnos la oportunidad de vivir dignamente entre colombianos.

Justicia social y con equidad


El aparato judicial no puede seguir siendo utilizado por el Estado como un instrumento de
represión, éste debe lograr su autonomía e independencia, ser dotado de nuevas
herramientas que permitan dignificar su aplicación y la justicia para el pueblo.

Según los preceptos constitucionales todos somos iguales ante la ley, pero en la práctica
el rigor de la justicia solo se aplica a los pobres y desprotegidos o desamparados, porque a
los ricos que cometen delitos se les premia con nombramientos en el exterior o cambio
entre las instituciones oficiales.

Delitos de lesa humanidad

El Estado colombiano debe ser fiel al compromiso adquirido ante la comunidad


internacional de llevar ante la Corte Penal Internacional a los autores tanto materiales
como intelectuales de una gran cantidad de crímenes de lesa humanidad cometidos en
contra de sectores organizados de trabajadores, de estudiantes, campesinos, indígenas,
negros, de líderes sociales y políticos que hacían oposición a las políticas del régimen.

La incursión del estado guerrerista de Álvaro Uribe Vélez con su política de “seguridad
democrática” y su apoyo mediático de llevar ante el imaginario del pueblo colombiano los
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titulares e imágenes de pasos de victoria en su lucha contrainsurgente, la motivación a las


fuerzas militares y de policía mediante el otorgamiento de incentivos económicos por
mostrar resultados en sus frente de batalla, lo que generó fue todo un revés de
impredecibles magnitudes.

Esas fuerzas represoras vieron la oportunidad de incrementar sus botines de guerra, con
el asesinato de civiles y hacerlos ver como muertos dados de baja al interior del conflicto
social y armado, lo que los medios denominaron falsamente como “falsos positivos” que
no son más que crímenes de estado, y para ello no solo basta con que se juzgue y
ejemplarice al soldado raso, también se debe judicializar a quien impartió tan macabra
operación de inteligencia militar si es que así se le puede denominar al asesinatos de
inocentes por todo el territorio nacional. Jóvenes vilmente acribillados algunos inválidos –
cuadripléjicos – que fueron mostrados como trofeos de guerra por los medios masivos
portando armamento pesado cuando tenía una limitación física incluso para movilizarse, el
caso más sonado el de Soacha y otros a los cuales los medios proclives al estado
gendarme no les dieron publicidad.

El crimen del compañero Edwin Legarda, esposo de la líder indígena Aida Quilcue quien se
desplazaba en una camioneta nissan de su propiedad y un reten militar abrió fuego
indiscriminado en contra de los ocupantes del automotor.

3.- VIDA, VIOLACIÓN DE DERECHOS HUMANOS Y ACUERDOS INCUMPLIDOS.

Acta de 1.986 – Represa de La Salvajina:

El gobierno nacional, el Departamental y la CVC, llegaron a un acuerdo promisorio con las


comunidades del municipio de Suárez – Cauca para poder desalojar todos los predios que
fueron abnegados con agua y que hoy se conoce como el embalse de La Salvajina, en
total fueron 1.500 familias que entregaron sus predios a cambio de mejoramientos
sustanciales en varios ejes, como el incremento y dotación para puestos de salud,
instituciones educativas, vías de acceso carreteables, férreas y acuáticas, buses acuáticos
o planchones, medios de telecomunicación, electrificación, acueducto rural, reubicación
de una zona minera, titulación de los nuevos predios concedidos y de lo cual hasta la
fecha tan solo se ha cumplido un 60% de lo pactado.

Amenazas, asesinatos selectivos, masacres:

La situación de vulneración de derechos humanos en la región del nor occidente caucano


es bastante crítica a consecuencia de la penetración del capital privado nacional e
internacional en la región, lo cual está siendo avalado por el mismo Estado en todos sus
niveles. Esta ha sido una de las pocas regiones en el país en donde se ha disminuido la
intensidad del conflicto social y armado, lo cual no puede atribuírsele al gobierno
colombiano, antes por el contrario éste ha sido renuente a implementar una política
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efectiva en términos de defender la vida de las y los defensores de derechos humanos, de


los y las líderes populares, comunitarias, indígenas, campesinas y negras.

Antes por el contrario ha sido una propuesta “alternativa” ante la desidia y negligencia
del Estado, por parte de los diferentes sectores sociales y procesos organizativos que
coexisten en la zona, lo que nos ha permitido poner en práctica un ambicioso proceso de
concientización y sensibilización al interior de las comunidades principalmente indígenas,
campesinas y negras en el municipio de Suárez y que se proyecta para implementarse en
otras localidades, llevando como ejes centrales la defensa y pervivencia en el territorio, la
defensa del agua como un derecho para la humanidad, una campaña de lucha en contra
de las multinacionales extractivas y de las políticas gubernamentales que convalidan el
despojo.

Todo lo anterior no ha sido amable o fácil, hemos sido víctimas de la guerra sucia de
manos de fuerzas oscuras financiadas por el capital privado sea nacional o transnacional,
grupos paramilitares que atentan contra la democracia, la soberanía nacional y que hasta
la presente han dejado su horrenda huella de atentados, asesinatos selectivos, masacres y
exilio de algunos hermanos de lucha y resistencia. A continuación un listado de la barbarie
ocasionada por las multinacionales.

+ Atentado a José Goyes - Gobernador del Cabildo Indígena de Honduras en jurisdicción


del Municipio de Morales - Cauca.
+ Mayo 20 de 2009. Asesinado el compañero Robert de Jesús Guachetá
+ Mayo 23 de 2009. En Santander de Quilichao es asesinado por paramilitares
denominados Águilas Negras al líder Alexander Quintero.
+ Junio 2009. Asesinada Diana Carolina Guamanga Huila.
+ Asesinatos de Reynaldo Bomba, Egidio Obando Huila, Alfredo Campo.
+ Octubre 22 de 2009. Llega vía fax a la CUT Valle, panfleto amenazando de muerte a
varios líderes y organizaciones sociales y sindicales “Defensores de derechos humanos,
Nomadesc, CUT Valle, PCN, Consejo comunitaria de La Toma, Cerro Tijeras, Licifredy,
Eduar Villegas, José Goyes, Diego Escobar, Recheche, Plutarco, Meraldiño Concejal, porque
no dejamos progresamos al Cauca y no permitir el ingreso de las multinacionales en
Buenos Aires, Morales y Suárez y se menciona a los títulos mineros.
+ Abril 7 de 2010. Masacre de 8 mineros en la vereda El Hato Santa Marta del
corregimiento de La Toma – Suárez, Cauca. Wilber Fernando Mosquera Ruíz, José
Asnoraldo Mosquera Mosquera, Jeison Antonio Ibargüen, Henry Ibargüen Mosquera,
Macedonio Ibargüen Mosquera, Pablo Cesar Ibargüen Mosquera, Peter Gómez Sánchez,
José Yuver Ocoro Balanta.
+ Abril 10 de 2010. Llegó un comunicado público No. 003 de los Rastrojos – Comandos
Urbanos- amenazando a organizaciones de derechos humanos, desplazados y sindicalistas
de los departamentos de Nariño, Norte, Centro y pacífico del Valle, Cauca, Putumayo,
Risaralda, Quindío, Tolima, Caldas, Cundinamarca, Meta, Boyacá y Antioquia.
+ Mayo 5 de 2010. Llegan mensajes de texto a los celulares de los líderes antes
mencionados: “Nomadesc, DDHH CUT, SINTRAUNICOL, CRIC, PCN, La Toma, Buenos Aires,
Polo hp auxiliadores de las milicias, los tenemos no vamos a fallar Bere o chiqui, diego
CUT – VALLE

escobar Wilson machete jose milciades, Feliciano valencia, goyes enrique licifredi, Edward
recheche Villegas cenen Plutarco ives Trujillo att águilas negras nueva generación.
+ Julio 10 de 2010. Explota bomba en el Cabildo Cerro Tijeras, mueren dos (2) militares y
tres (3) indígenas Germán Dagua Labio (Alguacil del Cabildo), Kleisman Andres Zuñiga
Morales (estudiante del Centro de Investigación Tutorial la Betulia, Suarez) y Edwin Martin
Dagua Elejalde (comunero del cabildo). De este hecho se presume como responsable a las
FARC, o podría catalogarse como Falso positivo por parte de la Policía Nacional, por cuanto
en la zona no hay antecedentes hasta el momento de presencia de grupos insurgentes.
+ Julio 21 de 2010. Fueron asesinados Jhon Freddy N. y Arles Augusto González Tabares
(lideres comunitarios y mineros) en la vereda El Tamboral corregimiento de Mindala –
Suárez, siendo de conocimiento que Arles Gonzales había radicado el día 09 de diciembre
de 2009 una denuncia de amenaza de muerte por oponerse a la minera, bajo el radicado
de NOTICIA CRIMINAL Nº 196986000633200901289 en la Unidad Receptora URI Santander
de Quilichao- Cauca, ante dicha denuncia el gobierno no brindó su debida protección al
dirigente comunitario.
+ Julio 29 de 2010. En la vereda Munchique del municipio de Buenos Aires, Cauca,
asesinan cuatro mineros Ary González Mina, Diego Fernando González, Alcides Hoyos
Rodríguez y José Caicedo Caicedo.
Por nuestros hermanos vilmente asesinados, por aquellos que han sido amenazados y
continúan de pie luchando, rendimos un sentido homenaje y les manifestamos que su
legado de resistencia seguirá intacto hasta que la no se apague la luz del sol.
Respeto a la vida e integridad física y psicológica de los pueblos

El Estado Colombiano y sus gobernantes deben garantizar a sus nacionales, el derecho a


la vida sin distingo alguno, a la propiedad y a la pervivencia en el territorio cuando se
trata de pueblos ancestrales, originarios y raizales.

La vida se constituye en el derecho fundamental por excelencia del cual se desprenden los
demás derechos consagrados en la constitución y la legislación.

La policía nacional debe preservar intactos a la comunidad derechos como la vida, honra y
bienes, sin distinción alguna. No debe hacer uso de la fuerza – represión contra grupos
poblacionales caracterizados como vulnerables.

El nor occidente caucano ha sido objeto en los últimos tiempos de incursiones de grupos
paramilitares que han sembrado zozobra, desolación y muerte, con las amenazas,
asesinatos selectivos y masacres de mineros en los municipios de Buenos Aires, Morales y
Suárez.

4.- INTEGRACIÓN DE LOS PUEBLOS – GLOBALIZACIÓN DE LAS LUCHAS.

Nacionalización de las luchas:

Desde el Cabildo Indígena de Cerro Tijeras proponemos que el presente Congreso de los
Pueblos, avance en términos políticos como efectivamente se ha diseñado al plasmar
entre todos sus asistentes un mandato de mandatos, pero de igual manera creemos que
CUT – VALLE

elaborar el documento es lo menos importante, porque un mandato sin acciones concretas


y tareas por realizar no es nada. Nuestra visión es que en lo organizativo y en lo de unidad
de acción, acordemos una agenda para nacionalizar conflictos que están dispersos por las
regiones y/o organizaciones sindicales y sociales que se quedan justamente en cada
espacio geográfico al que pertenecen, situación que debemos cambiar y propender por
nacionalizar, es decir, que en todas las regiones del país se replique dicho ejercicio de
resistencia, de reclamación y de reivindicación no para un solo sector, sino para el común
de la población colombiana.
Todos padecemos de los rigores de la privatización de los servicios públicos domiciliarios,
el alza exagerada de las tarifas, los recobros por reconexión o reinstalación de las redes
que eran públicas y ya habían pagadas, mala calidad del servicio, cortes intempestivos y
demás. Ahora si Colombia tiene toda la infraestructura eléctrica para su
autoabastecimiento y si es privilegiada en términos del recurso hídrico porque nos ocurren
estas condiciones a nosotros? Será que nuestros recursos se los están llevando para otras
latitudes? Y a nosotros nos someten a cortes o racionamientos como sucede en la costa
atlántica?.

Ahora un problema generalizados para todos son las 7.770 licencias o títulos mineros
expedidos a las grandes mineras extractivas que promueven la minería a cielo abierto,
será entonces que no podemos articular estas luchas territoriales de comunidades
indígenas, campesinas y de negritudes para convertirlas en una gran campaña por la
soberanía nacional, y la defensa del medio ambiente, del agua y de nuestros territorios
colectivos?.

Y como los dos anteriores podemos direccionar varios ejemplos más, como el derecho a la
educación pública, a la salud integral y financiada por el Estado, a un empleo digno,
estable y bien remunerado, a una vivienda amplia, cómoda y digna, a un aparato judicial
con sentido social y con equidad, a la disminución de los impuestos, a una política con
grandes beneficios y desarrollo para el campo, que optemos por la eliminación de la
pobreza, la marginalidad y la exclusión entre muchos otros más.

No tratamos de hacer montonera, queremos construir “unidad” concibiéndola, como la


unión del pueblo o de las masas para la acción con criterios y derroteros claros, que no
haya ventajas de unos sobre otros, que la solución sea de carácter general e integral, el
aporte también debe ser mancomunado en esfuerzos, recursos, logística, planeación,
propuestas y sobre todo metodológicamente esta agenda social no puede ni debe ser
permeada por aquellas personalidades que son proclives a los abusos de la política
electorera o politiquería.

De nosotros depende, solo de nosotros el construir una propuesta amplia, contundente y


agresiva en defensa de nuestros derechos reconocidos constitucionalmente y violentados
CUT – VALLE

en todo momento por los gobernantes de turno en todos los niveles, debemos ascender
en términos de legislar a favor del pueblo, él será quien nos juzgue a futuro.

Finalmente debemos propender por la Hermandad entre los pueblos, aquellos


hombres y mujeres de diversos sectores, poblaciones, territorios y naciones que al igual
que nosotros sufren las implacables consecuencias de la aplicación del capitalismo y su
modelo globalizante de mercados, que igualmente son expoliados, esclavizados,
estigmatizados, marginados por quienes detentan el poder económico, político y social en
cada franja de territorio, con las comunidades de esas naciones hermanas podemos
construir un ideario de unidad, de alianza en temas comunes, de construcción y
fortalecimiento de las economías alternativas. NO de Estados, ni de gobiernos porque
justamente ese ordenamiento mundial es el que ha generado tanta desigualdad en el
mundo, bloques de países alineados y no alineados, el G-8, las grandes potencias, son los
que ocultan la ciencia y la tecnología, son los que generan conflictos bélicos para
acrecentar más su poderío mundial, asfixian económicamente a los pueblos para poderlos
controlar y subyugar.

Responsables:

CABILDO DE CERRO TIJERAS


DPTO. DE LUCHA CONTRA ETN’s – CUT VALLE

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