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En oportunidades, cuando la sociedad piensa que el colegio debe

encargase completamente de la especialidad y la compromiso de escenarios formativos


en los que el docente brinda todo el tiempo ambientes de estudio en donde las
distintas problemáticas juveniles representan una extensa variedad de incógnitas y
temores hacia el correcto y pertinente avance de potencialidades en la sociedad
está, eligió por creer que lo verdaderamente correcto correspondería a solucionarse por
medio de un tema netamente escolar en donde la firmeza y rudeza con la que se
instaure alguna clase de estrategia metodológica obligue al estudiante
a ajustarse a algunos tipos de hábitos que sean reconocidos como admisibles dentro de la
sociedad; olvidando completamente que la compromiso emerge de manera directa bajo
tres pilares esenciales: estado, escuela y familia. Sin embargo, el Colegio Militar Leoncio
Prado encarna muchísimo más que un ámbito escolar desde el cual se lleva a cabo esta
novela, puesto que este espacio facilita detallar un sinfín de vivencias en donde el
egoísmo, la discriminación, la injusticia y más que nada la represión son elementos desde
los cuales se prueba el ocaso de la triste situación de lo que es el resultado de un país
coartado por la monarquía.

Es por consiguiente que debemos admitir a la institución como un espacio de libre


expresión; un ámbito en donde está contraindicado mutilar el pensamiento del otro
además de negar y discriminar el contexto de donde procede cada estudiante; por
el opuesto estos espacios tienen que aceptar desembocar vivencias importantes puesto
que la escuela no debe ser por ningún fundamento un espacio limitante y
castrante frente el libre avance y navegación de lo que reconoce al sujeto como integro y
que de la misma forma que lo refiere La escuela debe estudiar para entender y
para entender enseñar, para entender a quién enseña y dónde lo realiza. Esta exigencia
no es dependiente únicamente de la intención de todos sus pertenecientes, sino
que pide unas construcciones que la hagan posible, una dinámica que transforme los
aprendizajes teóricos en intervenciones eficaces.

El jaguar, jefe de la secta popular dentro de la institución como “el circulo”, un personaje
que demarca transversalmente el hilo de la historia, ya que desde mi posición pienso que
el jaguar es simplemente aquel estudiante falto de amor, distanciado de cualquier
clase de cariño; es un estudiante cuya necesidad busca contemplar por medio del papel
de jefe y victimario con el resto de sus compañeros; es el ejemplo evidente de la
deshumanización y del egoísmo al que nos tuvimos que combatir todos en algún
momento en nuestras vidas; no justifico su forma de accionar tampoco perdono el hecho
de querer tener autoridad más que nada y todos pero si lo reconozco y reflexiono
cada elección que tomaba en el momento de reaccionar frente alguna clase
de circunstancia. Ya que no tenemos la posibilidad de olvidar que cada estudiante
representa un mundo y que como tal merece ser escuchado y respetado; puesto
que instantes como los que vivió el cadete Alberto Fernández popular como “el poeta”
demuestran que el maestro representa en sus alumnos algo más que una autoridad y
que por consiguiente es importante que su papel ahí se evidencie por medio
de vivencias importantes.

De esta forma el teniente Gamboa que, aunque no es precisamente la representación de


un docente si sería lo que desde mi visión llamaría yo un muy riguroso acompañante de
sus procesos de formación, un individuo que revela tener principios en el momento de
escuchar y de querer llevar a cabo justicia en hechos como la desaparición de Ricardo
Arana, El Ciervo, pero que por último acaba apartándose y
olvidando esa circunstancia. De esta forma; como es como solemos llevar a cabo
bastante más de uno cuando ve que el conflicto al que se enfrenta puede perjudicar su
mismo confort.

Concluyo evidenciando la enorme consideración que tiene llevar a cabo y adecuar


espacios académicos con la utilización de las normas, ya que hay interfaces educativas
que promueven y potencializan el trabajo colaborativo en los estudiantes; puesto
que aunque este aspecto no se devela de forma directa en todos los instantes de la novela
contextualizo, consolido, pero más que nada realizo una posición de anclaje sobre los
aprendizajes de una docente en formación con lo que representa
las pretensiones del aula hoy en día.

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