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Carlos A. Cullen.

Resistir e insistir con inteligencia crítica. Tareas y


sentidos de la Filosofía de la educación en América
Latina

Propósito del texto - Reflexionar sobre la filosofía de la educación en América Latina. Situación
variada, compleja y dinámica. Es variada porque los desarrollos del campo en nuestros
diversos países (y dentro) tienen conflictos específicos en relación a su lugar en la formación
de los pedagogos y tradiciones distintas, entre las que se señala:

- La relación de la filosofía de la educación con los pensadores del campo en América Latina.
Vínculo entre la educación con la política y los proyectos históricos libertarios.

-El lugar de la educación pública, gratuita, laica y obligatoria, en relación a la educación


confesional y/o privada.

-La permeabilidad histórica a las corrientes de otros medios, En especial la etapa de la


tecnocracia y la última oleada de reformas desde el modelo neoliberal hegemónico.

-Hay estatus académicos, se notan en los planes de estudio de las carreras de Ciencias de la
Educación, Pedagogía o Filosofía.

-En la ubicación “disciplinar” de la Filosofía de la Educación. Desde considerarla una mera


parte de la filosofía práctica hasta considerarla una mera “filosofía aplicada” a problemas
educativos.

-Diversidad de enfoques frente a los conflictos específicos.

Es compleja, porque se tiende a un uso superficial y ecléctico de categorías filosóficas.


“Estereotipos”, “modas” o un uso descontextualizado y abstracto de autores y sus planteos
filosóficos.

Es dinámica, porque el discurso pedagógico es un campo en la lucha por la hegemonía social.


La reflexión vacila entre el nivel macro de las legitimaciones de las cambiantes políticas
educativas, hasta los niveles de exigencia que provienen de la exigencia que provienen de las
prácticas de formación docente y de enseñanza cotidiana. – Detrás – El “potencial” supuesto
que se les atribuye a los procesos educativos.

Sugiere algunas ideas que puedan ayudar a diseñar “sentidos y tareas” a una filosofía de la
educación en América Latina. Tres preguntas para esto:

(1) Filosofía de la educación, ¿dónde habitas?

(2) Filosofía de la educación, ¿contra qué te resistes?

(3) Filosofía de la educación, ¿por qué insistes?


Fundamento de la filosofía: Saber estar. Nos sitúa en un aquí y un ahora.

La filosofía de la educación es filosofía sin más. En esta hay contemplación de ideas,


construcción de objetos, deconstrucción de discursos. Crear el mundo de vuelta haciéndolo
más justo.

La Filosofía de la Educación es teoría y práctica, pero es también cuidado atento a lo que


acontece, y responsabilidad ante la interpelación del otro.

Tres lugares para responder: Filosofía de la educación, ¿dónde habitas?

-Las prácticas sociales de educar.

-Las disciplinas científicas o teóricas que se ocupan de la educación.

-El campo problemático, que atraviesan las prácticas y los saberes.

La Filosofía de la Educación como forma de resistencia.

El supuesto – Las prácticas educativas, asumidas críticamente, se constituyen en un fuerte


factor de resistencia, frente a las estrategias teórico-prácticas de un pensamiento único. La
tarea de la Filosofía de la Educación es ayudar a liberar este potencial crítico de la educación.
Saber, participar y proveer de argumentos para sostener este potencial.

Puede dar elementos para deconstruir representaciones sociales e históricas “naturalizadas”.


Repensar.

Puede entenderse como una forma de resistencia que denuncie las crecientes estrategias
depotenciadoras de la crítica que tienden a dar una visión fragmentaria del sujeto de la
educación. Instrumental a las instituciones, apolítica de los procesos de enseñanza y
aprendizaje y una estrategia mercantil en las evaluaciones y acreditaciones.

Tres pasos definen el pensamiento crítico que constituye la Filosofía de la Educación:

1- La relación de la teoría con la práctica. Momento dialéctico. Hay que contar con los
supuestos de que es posible representar conceptualmente las prácticas educativas y
que es posible realizar la teoría.
2- La relación de los discursos “dialécticos” con las tradiciones y las comunidades de
interpretación. Momento hermenéutico. Requiere los supuestos de la necesidad de
deconstruir nunca puede hacerse acabadamente y que el reconocimiento del ámbito
de la microfísica del poder puede transformar al “dominio” en poder libre o dirigir
hacia una estetización de la política.
3- La interpelación del otro que es siempre una exterioridad. Momento ético. Hay dos
consecuencias: la dimensión ético-política es constitutiva de la educación misma.

Los educadores necesitamos hoy aumentar nuestra “potencia de actuar”. Para construirnos en
agentes, debemos entender críticamente lo que acontece. Tres problemas en el campo
educativo en América Latina:
1- La urgente redefinición de lo público.

Debemos insistir en pensar lo público en su relación con la educación: Qué significa


hoy escuela pública. Necesidad de instalar la cuestión política de la educación, frente
al deslizamiento hacia la mercantilización creciente del campo. “Calidad de
educación”, “educabilidad”. “Igualdad de oportunidades” ilusoria. Debe ser repensada.
El rol homogeneizador de la escuela pública no puede entenderse hoy sin atención a
las desigualdades.
El tema de la educación popular es un tópico que puede ser repensado.
Debe pensarse en el tópico de la confusión entre el espacio público con la llamada
“opinión pública”, en especial cuando la tomamos acríticamente desde la supuesta
democratización de los medios de comunicación masivos.
Necesidad de resistir la mercantilización de la escuela pública.

Lo público como espacio para el ejercicio de la ciudadanía. Si la escuela tiene que


formar ciudadanos, tenemos que redefinir el espacio público de la participación. El
actual contexto de la globalización es injusto y de pensamiento único, securalización
disfrazada. Simpatizamos con la idea de un espacio público de derecho internacional o
cosmopolita. Un espacio público de redes vinculares de sujetos no sujetados o
movimientos sociales o aprendizajes colectivos, que vayan generando consensos en
una verdadera lucha contrahegemónica. En la educación ciudadana, los desafíos son
trabajar la pertenencia e insistir en la igualdad y el derecho.

2- La interesada confusión entre información y conocimiento.

El lugar del conocimiento en la educación. Existe una confusión creciente entre ambas.
En el mejor de los casos, estamos en una sociedad de la información. “Fetichismo de la
mercancía”. “Consumo” de la información. Relación y conocimiento se confunden
entre sí. El desarrollo tecnológico permite producir y circular información. Sin
embargo, la información es más que datos, es un objeto complejo que no se observa,
con este se opera.
La información está del lado de lo que tenemos que conocer, de lo que da que pensar,
y es el resultado más el proceso de complejas operaciones de en-formación (haber
puesto fuera).

3- La vapuleada cuestión de la crisis del sujeto.

Hacer Filosofía de la Educación conlleva resistirse a todas las formas de producir una
“borradura” del sujeto que debilitan la “potencia de actuar”. Lo reflexionado sobre lo
público y lo crítico son insistencias críticas en dos aspectos fundamentales de la
subjetividad y la educación: el ciudadano y el cognoscente, y en un tercero, el sujeto
moral. En los comienzos de la filosofía el ideal de madurez moral fue pensado como
prudencia, luego, en el mundo moderno, como autonomía y finalmente hoy como
responsabilidad.
La prudencia es una virtud de la razón práctica. Es un trabajo de discernimiento entre
lo correcto y lo incorrecto. La fuerte convicción de que nuestras vidas pueden ser
acompañadas de razones.

Autonomía del juicio moral. Cómo usar bien la razón. Constricciones de la ética. La
razón práctica va a limitarse, en su uso moral, a cierto disciplinamiento normativo y
crítico de la libertad. Somos libres para actuar de acuerdo a las máximas que
queramos, pero esta libertad está restringida, si pretendemos dotar a estas normas de
validez moral. El método científico y las obligaciones morales responden al uso
correcto de la razón pura. La ciencia y la moral se fundan en la naturaleza misma de
nuestra razón.
Lo importante de la autonomía, para la educación, radica en sostener la posibilidad de
ser agentes libres, en tanto no estén sujetados a ninguna otra ley que no sea la de la
razón misma en su uso puro práctico.
Educar para la autonomía es educar para la libertad al actuar. Profundiza el ideal de
prudencia.

La responsabilidad. Vulnerabilidad como responsabilidad por el otro. El otro está más


allá de mi subjetividad y de mi ser ahí. El otro es siempre “exterioridad”. Somos
siempre un Odiseo, siempre retornando a nosotros mismos. Si nos supiéramos
también vulnerables, no deberíamos lastimar al otro. La violencia siempre es astuta,
porque se supone invulnerable. La vulnerabilidad siempre es responsable, porque se
sabe expuesta a la exterioridad del otro, que no amenaza su mismidad, sino que la
salva de su encierro. La responsabilidad es vida de uno y del otro. Se sabe expuesta a
la vulnerabilidad del otro.

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