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ARTICULO: Carácter es Destino

VIERNES, AGOSTO 4, 2017 YADIRA VILLALOBOS OPINIÓN 0 COMENTARIOS75

Por Ruth Holtz

“El carácter es para el hombre su destino” dice un famoso filósofo antiguo, Heráclito. Nuestro
destino está en juego dependiendo de la forma en que manejemos nuestro carácter. De allí que se
vuelve fundamental hacer consciente qué carácter nos ha formado nuestro ambiente familiar,
nuestras circunstancia, nuestra cultura, y por supuesto, y en última instancia, nosotros mismos
con nuestras elecciones.

Nuestro carácter es “el conjunto de cualidades físicas, psíquicas, afectivas, morales, espirituales
que condicionan nuestro comportamiento”. Es lo que nos “carac-teriza”, nos convierte en
personas y define por lo tanto nuestra “persona-lidad” que a veces se toma como sinónimo de
carácter, sobre todo en psicología.

Por lo tanto, lo que somos, lo que nos caracteriza y nos hace personas, lo que define nuestra
identidad “es destino”, es decir, nos marca una tendencia que va llevando nuestra vida por un
determinado camino y hacia un fin prefijado por las actitudes y manifestaciones de nuestro
carácter. Es como si fuéramos libres y al mismo tiempo no lo fuéramos. En realidad depende de
que cada uno tome las riendas de todo lo que le ha influido a ser lo que es, incluyendo su carga
genética.

La gran cualidad del ser humano es que puede cambiar lo que es, lo que ha recibido, aún lo que se
ha programado desde su gestación por una simple razón, porque tiene libre albedrío. Sin embargo
precisamente manejar nuestra libertad es una de esas cualidades de nuestro carácter que más
tenemos que aprender a ejercer. Saber escoger lo que nos marca, cómo decidimos reaccionar,
sobre cómo queremos sentirnos y ser es difícil. Nuestra libertad no es absoluta, los seres humanos
nacemos condicionados por muchos factores, pero algunos podemos cambiarlos, otros podemos
aprender a manejarlos y cuando no se puede hacer nada, nuestra actitud ante lo que no se puede
cambiar es decisiva para marcar el rumbo de nuestra vida.

Si realmente queremos tomar nuestra vida en nuestras manos necesitamos aprender a manejar
nuestro carácter, re-formarlo o contentarnos adecuadamente con lo imposible de cambiar.
Aunque el imposible también es cambiable pero de formas sobrenaturales, como por ejemplo
cuando permitimos que Dios actúe en nuestra vida. Pero eso está reservado a las personas que
creen y por tanto permiten la entrada a Dios, quien respeta el libre albedrío con el que nos hizo.

Las intervenciones psicoterapéuticas para adquirir dominio sobre nuestro carácter que llevamos a
cabo se enfocan sobre todo en las influencias que han tenido nuestras vivencias familiares y
ambientales en nuestra emotividad, en nuestro mundo interno y la manera en la que nos
relacionamos con los demás. Un carácter mal llevado nos puede condenar a vivir una vida con
constantes conflictos, con sufrimiento, con miseria emocional como depresión, ataques de pánico,
de ira, de reacciones impulsivas que pueden parecer como fuerzas externas que cambian lo que
“realmente queríamos”. Oímos luego decir: “es que no quise lastimarte”, “es que en realidad yo
no soy así, no sé qué me pasó”, “así soy, qué quieres hacer, adáptate”. Pero estas expresiones nos
manifiestan la falta de dominio que estos individuos tienen sobre su carácter y son víctimas de una
especie de destino que les juega malas pasadas. Pero la verdad es que cada uno es responsable de
lo que hace con su persona, si la cultiva, si trata de crecer y desenvolver sus facultades y si quiere
o no aprender acerca de sí mismo y de cómo se puede cambiar, aún patrones inconscientes, que
son los más difíciles y los que más nos trazan un destino que se proyecta por delante de nuestras
vidas si seguimos como estamos y no tomamos las riendas de nuestro ser. Estos patrones se han
vuelto inconscientes por muchas razones, entre ellas porque así es nuestro funcionamiento
mental. Pero estos patrones pueden ser reconocidos por sus consecuencias. Todo eso que se
repite en tu vida y te trae ese mal resultado que no querías seguro es un patrón inconsciente, y
aún cosas buenas podemos atraerlas por esos patrones. Seguro vamos a querer cambiarlos si nos
trae sufrimiento, pues funcionan como una tendencia que nos atrae todo lo que lo confirma, lo
fortalece o le da una respuesta buscada en nuestro interior desde hace mucho. Es complejo de
aprender. Y no es la única área a trabajar, hay mucho más como saber manejar nuestras
emociones, nuestra sexualidad, todo aquello que nos lleva a entrar en conflicto, así como
hacernos responsables de nuestras creencias porque atraen lo que vivimos. Hay personas que
sufren pero no aprenden de la experiencia o temen tomar decisiones. Por eso hemos diseñado un
Taller de Formación de Carácter al que te puedes integrar el 31 de agosto. Su duración es de 30
jueves, pues es un proceso profundo de psicoterapia vivencial en grupo, tratando temas
específicos sobre nuestro carácter y su mejor dominio. Llama para inscribirte o si tu necesidad es
de terapia individual o de pareja también allí puedes trabajar estos temas. No dejes de invertir en
ti si quieres vivir una mejor calidad de vida emocional y mental y trazar un destino más benigno.
No dejes que el azar te lance por donde sea. Tú decides qué tipo de vida quieres llevar y qué
influencias permites que marquen tu destino. También habrá otra conferencia informativa el 14 de
agosto a las 19:30 horas. Infórmate en nuestra página o llamando por teléfono. No dejes de
consultar a la psicoterapeuta.

EL DESTINO MANIFIESTO

26/04/2004

Tras el paso de Henry Kissinger por la secretaría de Estado, el objetivo de la política exterior
norteamericana comenzó a escorarse hacia la protección exclusiva de su interés nacional. La
defensa de la libertad y la extensión de la democracia por todo el mundo, que había constituido --
en el terreno de las ideas-- el destino manifiesto de aquella gran nación se arrumbó en la práctica
La caída del imperio soviético confirmó la hegemonía de EEUU. A partir de entonces, se consolidó
la vocación unilateral de su política, su desprecio por la ONU y la tendencia a preservar su control
del comercio internacional por encima de todo. A tal fin, los fundamentalistas neoliberales que
detentan el poder, con Bush como mascarón de proa, utilizan la amenaza del terrorismo
internacional presentado como la encarnación de un mal absoluto casi metafísico, en el que
subsumen cualquier movimiento de resistencia, abstracción hecha de su causa. Habrá quien
considere que están en su derecho. Admitámoslo, sin entrar en el fondo. Asumido el derecho de
los norteamericanos de ir a la suya, lo que no pueden pretender es que los demás les respalden
como mamporreros. Quizá valga la pena recordarles las palabras que Sienkiewicz pone en boca de
Petronio, cuando éste se despide de Nerón: "Envenena pero no cantes, asesina pero no toques la
cítara".

1. . ENSAYO DEL DESTINO INTRODUCCION El hombre tiene un destino ya trazado de


antemano o es forzado por el mismo en basea sus acciones. El hombrese ha
preguntado por esto desde tiempos muy remotos y lo aborda la antropología filosófica.
El concepto de destino se crea múltiples dudas como ¿Qué es el destino? ¿ Cuál es el
destino del hombre?¿acaso el hombre tiene un destino ya trazado y dictado de
antemano irremediable e imposible de cambiar o el hombre decide su destino con sus
acciones y metas realizadas?. A que nos referimos cuando hablamos del destino,
fatum, hado o sino a “una sucesión de acontecimientos de la que ninguna persona
pueda escapar” o “el poder sobrenatural inevitable e ineludible que guía la vida
humana”. Se habla de esto o de una forma sencilla de explicar los acontecimientos
complejos e inexplicables de la vida, una justificación del hombre para sí mismo.
DESARROLLO El concepto de destino tiene distintas definiciones. Según la RAE se
define como: circunstancia de serle favorableo adversa esta supuesta manera de
ocurrir los sucesos a alguien o a algo, señalamiento o aplicación de una cosa o de un
lugar para determinado fin. Otros definen como poder sobrenatural que, según se
crea, guía las vidas de cualquier ser de forma necesaria y a menudo es fatal, es decir,
inevitable o ineludible. Por mi parte, creo que el destino es una parte inevitable o fatal
y en la mayor parte hecho por nosotros mismos con nuestras acciones. En la mayor
parte inevitable porqueexisten sucesos que en verdad así solo son. Por ejemplo: si
mueren los padres de un niño su destino será crecer sin padres biológicos el resto de
su vida. Si te gustaría ser el rey de Inglaterra, jamás lo serás porque necesitas ser el
hijo del rey. Si te gustaría tener alas en la espalda y volar con ellas a cualquier lugar
del planeta, tu destino será
2. 2. andar caminando o en vehículos de transporte, a menos que hagan inventado alas
artificiales. En la mayor parte del destino es forjado por nosotros mismos porque como
afirma la teoría de casualidad “toda acción conlleva una reacción, dos acciones
tendrán la misma reacción” o como lo dice Reader charles “siembra un acto y
cosecharas un hábito. Siembra un hábito y cosechara un carácter. Siembre un
carácter y cosecharas un destino. Con sus acciones decidirá si tomar ese destino o no.
Si no lo quiere, simplemente dedica sus actos a otra cosa. Conclusión En conclusión el
destino a mi criterio solo es invento del hombre del hombre para sentirse seguro de su
futuro. Que fue creado para dar explicaciones más allá de lo que podría explicarse
cada uno. “abecés nuestro destino parece a un árbol frutalen invierno”. Existen
situaciones o ambientes en la vida que facilitan, o por el contrario hay dificultad, las
acciones para la realización o un destino deseado, pero este al fin y al cavo siempre
es posible.
Religión
En las culturas occidentales y orientales, la mayoría de las religiones han creído en formas de
destino especialmente relacionadas con la predestinación, desde el tao del confucianismo chino o
el karma del hinduismo a la católica y bienhechora Providencia o Gracia, que deja cierto margen a
la libertad, o la férrea predestinación del calvinismo.

Desde un punto de vista religioso, el destino es un plan creado por Dios, por lo que no puede ser
modificado de ninguna manera. Esto, por supuesto, exceptuando el conocimiento judeocristiano
que desde la Sagrada Escritura rechaza de plano la existencia de una predestinación absoluta
debido al libre albedrío, que, entre otras cosas, hace al hombre ser a imagen y semejanza de Dios.

Pergamonmuseum - Antikensammlung - Pergamonaltar 22 detail

Las tres Moiras matando a los gigantes Agrio y Toante. Detalle de un friso del Altar de Pérgamo
(Museo de Pérgamo, Berlín).

Los griegos llamaban al destino ανανκη (Ananké) y lo consideraban una fuerza superior no solo a
los hombres sino incluso a los mismos dioses. El destino era personificado por la diosa Moira,
rebautizada como Fatum en la mitología romana.

Causalidad

La causalidad es la eventualidad que expresa la efectividad como consecuencia de la potencialidad


para un acto.El destino se relacionaría con la teoría de la causalidad que afirma que, si «toda
acción conlleva una reacción, dos acciones iguales tendrán la misma reacción, a menos que se
combinen varias causas entre sí haciendo impredecible a nuestros ojos el resultado.

Nada existe por azar al igual que nada se crea de la nada. Todo tiene una causa, y si tiene una
causa estaba predestinado a existir desde el momento en que la causa surgió. Debido a que la
inmensa cantidad de causas es impensablemente inmensa, nos es imposible conocerlas todas y
enlazarlas entre sí.
Alguna aparente consecuencia a tal posibilidad del destino sería, evidentemente, la negación de la
libertad humana. Pero tal cuestión presupone el problema de la esencia humana resuelto. Si no se
puede discernir alguna sustancia que distinga al hombre del resto del universo entonces
argumentar en torno a la libertad humana es absurdo. Imagínese un universo con un único
elemento. Si se preguntase si tal elemento es libre o no lo es sería una pregunta sin sentido pues
no habría nada que pudiera, al menos en principio, condicionar o limitar su libertad. Si a esto se le
pretendiera contraargumentar afirmando que es libre precisamente porque no hay algo que lo
condicione, entonces el "algo" representaría un elemento más al universo, lo que traería como
consecuencia estar tratando un universo de dos elementos, es decir, un universo diferente. Tal
"algo" no tiene posibilidad en un universo de un solo elemento por el simple hecho de que ya no
sería de una sola unidad. Entonces, para indagar sobre libertad humana primero debe hacerse
como mínimo una separación auténtica y clara de al menos dos elementos en nuestro universo, en
otras palabras, hacer un criterio de demarcación entre el sujeto y el universo.

NAMA Bacchantes

Relieve que celebra probablemente el triunfo de Las Baccantes.

Artes y Literatura

El tema del destino en las artes y la literatura es muy amplio porque afecta a la más íntima
condición humana y los más diversos aspectos de la experiencia. Muchas leyendas y cuentos
griegos enseñan la inutilidad de afrontar un destino inexorable que se ha predicho correctamente
mediante oráculos, augurios, vaticinios o profecías. En la fábula grecolatina clásica subyace el
principio de que es imposible cambiar la naturaleza de una persona, como tampoco es posible la
de un animal o la de una fuerza natural, y por lo tanto el destino está prefijado desde el
nacimiento: el orden social es tan irreversible como el natural. Este concepto es especialmente
relevante en la tragedia griega, en que el personaje principal o héroe se levanta contra los dioses o
contra la sociedad incurriendo en un defecto de carácter o pasión (la palabra "pathos" o pasión
significaba también enfermedad para los griegos) denominado hybris (en griego antiguo ὕϐρις u
orgullo impío contra los dioses o las normas sociales) y es castigado con el fin habitual de toda
tragedia: muerte o locura. Igualmente sucede en la tradición hindú.

En la novela picaresca española el antihéroe, siempre desafortunado, es desairado continuamente


en sus pretensiones de subir de condición social, perpetuando así el modelo de la sociedad
estamental de origen medieval. Aunque en el siglo XIX, con el desarrollo de la burguesía o
mesocracia, de naturaleza fundamentalmente interclasista, este orden se subvierte, en el
subsecuente Naturalismo del siglo XIX, el destino se plasma a través de un férreo y materialista
determinismo biológico, económico y social en las novelas de tesis de Émile Zola, Thomas Hardy y
Vicente Blasco Ibáñez, entre otros.En la literatura española el destino es el tema principal del
drama romántico, y en especial del Don Álvaro o La fuerza del sino, del Duque de Rivas.

Predestinación

En particular la predestinación concierne a la decisión de Dios para crear y gobernar la creación y


la evolución y el punto hasta el cual las decisiones de Dios determinan lo que será del destino de
grupos e individuos.

El término procede del latín praedestinatio y en la Teología cristiana se aplica a la idea de que Dios
conoce desde la eternidad el destino del universo y de cada persona. San Agustín, en la Iglesia
católica, y Calvino, en el protestantismo son autores especialmente vinculados a esta doctrina,
aunque entre ellos se dan diferencias notables. Las discusiones teológicas en el cristianismo tienen
que ver con la relación entre la omnisciencia divina y el libre albedrío del ser humano, así como
con la relación entre la omnipotencia de Dios y el problema del mal y también con la relación
entre la justicia y la misericordia en Dios. En algunos momentos de la historia ha tenido especial
incidencia la cuestión sobre el valor de las obras humanas y la salvación.

Definición

(Lat. fatum, de fari, decir o predecir).

Esta palabra es poco menos que redundante en el vocabulario de los católicos, tanto que su
significado como primera causa de los acontecimientos es mejor expresado por el término Divina
Providencia, mientras que en su acepción de fuerza continúa operando en el universo físico, no es
ni más ni menos que la ley natural. Por lo tanto, San Agustín dice (De Civit. Dei, c. i): “Si alguno
llama a la influencia o al poder de Dios por el nombre de Destino, déjenle mantener su opinión,
pero corrijan lo que dice”. Destino, en su significado popular, es algo opuesto a casualidad, en
tanto que el último término implica una causa actuando acorde a leyes no fijas. El poder invisible
que regula los destinos de los hombres fue personificado por los antiguos griegos bajo el nombre
de Moira, o, más generalmente, como tres hermanas Moirai, o Destinos, cuyos nombres eran
Clotho, Lachesis, y Atropos. A veces el destino es descripto considerando un ilimitado influjo sobre
los dioses y los hombres, mientras otras veces los dioses, especialmente, Zeus, son descriptos
como los rectores del destino humano, o como teniendo el poder de cambiar el curso del destino.
Con los Moirai los Romanos identificaron sus propios Parcce o Fata.

La idea de destino como un poder en el mundo se origina, como Santo Tomás nos dice (C.G., III,
xciii), en el intento por encontrar una causa para los hechos que aparentan seguir una ley no
definida y ser el resultado de mera casualidad. Algunos, que no estuvieron satisfechos con la
explicación de poetas y mitologistas, volvieron sus pensamientos hacia los astros, de los que se
supuso que actuando de acuerdo a sus propias leyes, exactas e inmutables, afectaban con su
influencia en los hechos que ocurrían en el mundo inferior (ver ASTROLOGÍA). Santo Tomás, quien
no creía en la astrología, evidentemente supuso que, mientras la Providencia actúa acorde a leyes
fijas en el cosmos, no hay tal uniformidad en el caso de los fenómenos naturales sobre la tierra.
Por lo tanto, esto último es con frecuencia el resultado del azar, en la medida en que estén
involucradas causas secundarias, aunque no tanto en relación con la Providencia de Dios.

Primeras especulaciones

El filósofo griego Diodoro de Iasus intentó probar la universalidad del destino por una
fundamentación a partir de la verdad de los posibles (perì dunatô). La argumentación fue que
ningún hecho puede suceder a menos que sea eternamente verdadero que fuera a suceder. La
verdad de cada proposición no puede ser cambiada, y por lo tanto el hecho al cual refiere debe
necesariamente tener lugar. Esto es algo similar al argumento que San Agustín empleó para
demostrar el intelecto eterno de Dios, pero la falencia de esto como Destino es señalada por
Cicero (De Fato IX 18, 19), quien muestra que la verdad de la proposición depende de la actualidad
del hecho. La definición que Cicero puso en boca de su hermano Quintus identifica Destino con la
necesidad de ley natural (De Divinatione I, 55, par. 125). Sus palabras son: “Fatum autem id
appello quod Græci heimarménen, id est, ordinem seriemque causarum, quum causa causæ nexa
rem ex se gignat”, o, como deberíamos decir, el destino es el resultado de la ley natural en el
mundo físico. Cicero mismo, sin embargo, dice además (ibid., II, 3, par. 6), “¿Qué utilidad tiene
sostener la existencia del Destino cuando, sin el Destino, pueden encontrarse una explicación a
todo en la Naturaleza o el Azar?”

La doctrina del destino posee una importante posición en el sistema monístico de los Estoicos. Su
existencia universal fue una consecuencia lógica de sus supuestos en consideración del universo
físico, por los que no admitían nada que no fuera reducible en último término a la materia y a las
leyes naturales. En su sistema ético, sin embargo, el problema del determinismo presentó grandes
dificultades; para su mandato predilecto, de vivir de acuerdo a la naturaleza, pareció implicar que
“los hombres algunas veces son dueños de sus destinos”, al menos en lo que refiere a forjar sus
espíritus según esa conformidad con la Naturaleza, de lo cual se supuso que consistía la virtud. Los
Epicureanos negaron tenazmente la existencia del destino, y el inexplicable “swerve” de los
átomos, como fue postulado por el fundador de su secta, intentó evitar la ley de la necesidad, no
sólo en el caso de la voluntad humana, sino hasta en los movimientos elementales de la sustancia
primordial.

El destino en el Corán

La idea de destino entre los mahometanos ortodoxos está fundada en la doctrina del designio
absoluto de Dios y de la predestinación tanto para el bien como para el mal. El Profeta animó a sus
seguidores pelear sin miedo, y aún con desesperanza, para asegurarles que ni la falta de coraje ni
la cautela podrían salvar sus vidas en la batalla o impedir su inevitable destino. Controversias
sobre esta doctrina dieron origen a varias sectas entre los mahometanos, algunos explicando y
otros negando la naturaleza absoluta de la Divina Voluntad. El Corán mismo no da a conocer la
impresión si los puntos de vista de Mahoma sobre el tema fueron claros o consistentes.

Budismo

Aunque el Libre Albedrío no es enteramente ignorado en el Budismo (q.v.), éste es, de todos
modos, prácticamente suprimido. De acuerdo a este sistema, “El hombre obra”, dice St-Hilaire,
“durante toda su vida bajo el peso, no precisamente de la fatalidad, sino de una incalculable serie
de existencias moldeantes” (The Buddha and his Religion, v 126).

Materialismo

En la teoría de quienes dan una explicación puramente materialista del universo y mantienen que
la voluntad humana está tan sujeta a leyes constantes y necesarias como lo son todos los otros
fenómenos, el imperio universal del destino está implicado en el absoluto reino de las leyes físicas.

Enseñanza católica

De acuerdo con la enseñanza Católica, Dios, quien es el Autor del universo, lo ha hecho sujeto a
leyes fijas y necesarias, de tal manera que, donde nuestro conocimiento de esas leyes es
completo, somos capaces de predecir hechos físicos con certeza. Por otra parte, lo ordenado en
forma absoluta por Dios es irrevocable, pero, como Él no puede querer lo que es malo, el abuso
del libre albedrío no es en ningún caso predeterminado por Él. El acompañamiento físico del libre
actuar de la voluntad así como sus consecuencias, son dispuestos por Dios condicionalmente por
encima del acto mismo, y todos igualmente son objeto de Su eterna clarividencia. La naturaleza de
esta clarividencia es materia todavía en discusión entre las escuelas opuestas de Bañez y Molina.
Por lo tanto, aunque si bien Dios conoce desde toda la eternidad todo lo que va a suceder, Él no
desea todo. Él no desea en ningún sentido; sólo permite los hechos. Él quiere ciertas cosas
absolutamente, y otras condicionalmente, y Su supervisión general, por la cual estos decretos son
consumados, es llamada Divina Providencia. Como Dios es un agente libre, el orden natural no es
necesario en el sentido de que podría haber sido de otra manera que la que es. Es necesario en
tanto opera de acuerdo con leyes definidas y uniformes, y es predeterminado por un orden que, si
bien absoluto, fue sin embargo libre.

Además, en el caso de los milagros, Dios interfiere en el curso ordinario de la naturaleza; y la


suposición de que, en ciertos períodos de la evolución del mundo, como, por ejemplo, cuando
aparece el primer hombre sobre la tierra, ha habido otras intervenciones providenciales
involucrando nuevos desvíos en el proceso de evolución del mundo, propiciando ciertos hechos en
el ámbito de la vida orgánica, una explicación no menos científica que la de los antagónicos
supuestos materialistas. Santo Tomás distinguió destino de Providencia, y lo llamó orden o
disposición de causas secundarias de acuerdo a que actúan en obediencia a la Primera Causa.

A partir de lo dicho, resulta, en la perspectiva Católica, que la idea de destino – palabra que
desagrada a Santo Tomás– debe carecer de la nota de absoluta necesidad, puesto que los decretos
de Dios son libres, mientras que preserva el carácter de necesidad relativa considerando que tales
decretos, una vez ocurridos, no pueden ser negados. Aún mas, Dios sabe qué va a suceder porque
va a suceder, y no viceversa. Por consiguiente, el futuro de un hecho es una consecuencia lógica
pero no física de la clarividencia de Dios.

Así como en el capítulo VIII “el ser y no ser” utilicé los mitos para mostrar el temor y la prohibición
al conocimiento, aquí voy a hacer lo mismo, en este caso para señalar cómo el ser humano desde
milenios atrás plasmó creencias e interpretaciones con respecto al destino, al conocer del tiempo,
del futuro y de las fuerzas que nos determina. Todo esto no significa que sea la última respuesta a
las incógnitas y menos pueden admitirse como dogmas infalibles. Se trata sí de tener un
conocimiento más en las enmarañadas incógnitas del destino.

El pueblo hindú parece haber emigrado del oeste y asentarse a las orillas de los ríos fundando sus
ciudades que fueron elevadas en terraplenes de tierra y muros de madera; al mismo tiempo
construyeron templos, depósitos, almacenes y casas. Este pueblo como otros, tenían jerarquías
sociales, económicas, culturales y familiares como costumbres sociales heredades de los
mesopotámicos; así fue como los matemáticos desarrollaron el sistema numérico que conocemos
hoy en día. El gran poema épico de la india es la Mahabarata, que cuenta la historia de cinco
príncipes hindúes que perdieron su reino y lucharon para recuperarlo; este escrito aparece en
sánscrito y es una de las obras más importantes de la literatura hindú. En la India apareció el
brahamanismo y luego el budismo 600 años a.C. Varios textos de este capítulo aparecen en la
obra: “Ciencias, Mitos y Dioses” (2004). Las divinidades supremas para los hindúes
eran Dyaus y Prithivi, este último uno de los más antiguos dioses arios. El primero era el dios del
cielo, el padre de la creación; la segunda era la madre tierra. Más tarde aparecieron Varuna (el rey
de las nubes), que oculta a los hombres el cielo, los astros y Mitra (dios bondadoso del sol). De
ellos surgen los otros dioses. Como Dyaus personificaba la creación, el infinito se personificó
en Aditi, ser eterno, divinidad femenina como Prithivi. He ahí que entre los dioses ya existe la
diferenciación de los sexos, aunque el origen del ser humano se le atribuye al sexo femenino.

En esta mitología se concebía a Varuna como el organizador de la órbita del sol (figura masculina),
así como de la luna y de las aguas y es quien conoce cuanto ocurre en el corazón de los hombres,
siendo poderoso y temible y nadie podrá resistir su autoridad; es el soberano regente del universo,
es el que hace que brille el sol del cielo, produce el viento, el aire, los cauces de las aguas, regente
de la noche, invisible de la mirada de sus adoradores, rey de los dioses y hombres. La
palabra Ishwar significaba para los vedas Dios; sin embargo se empleaba más frecuentemente el
nombre de Siva. Saravastri era una de las esposas de Brahma y diosa de la sabiduría y de las
ciencias, la filosofía, la literatura y la poesía; a la vez madre de los vedas e inventora del alfabeto
de Vanagari.474 Junto a Varuna y Mitra aparecen, entre los hijos de Aditi: la Eternidad; Aryamán,
genio protector del matrimonio y de la dicha doméstica; Bhaga, el protector y alimentador, que
también favorece el amor y el matrimonio; Amsa, repartidor de bienes; y Daxa, personificación de
la energía. Entre los dioses más populares se incluye Ganesh475 que tiene cabeza de elefante y
simboliza la riqueza y el éxito y Hanuman, el dios mono, símbolo del heroísmo y lealtad; es
también el que tiende un puente para que otro dios sirva, para el continente Sri Lanka a rescatar
un príncipe persa.

Nótese que en esta mitología hay una búsqueda del hombre para poner los hechos y fenómenos y
así buscar diferencias; se presenta la tragedia, aparece el castigo, lo inevitable, el valor de los
frutos, el arte ornamental, los adornos, la justificación de los actos, el relato con personajes
diferentes, la explicación de los estados emocionales, la maldición, la veneración y el deseo de
protección de los niños, los celos, el dios de los tres ojos portador del tridente, la consecución de
la belleza, el deseo de ser adorado e invocado, la inmortalidad, la entrada al cielo, visitando el
célebre santuario de Someswara (Somnath); he ahí el destino depositado en la voluntad de los
dioses. Los dioses se veneraban, especialmente a Siva. Al conocimiento se le decía Siddhi y a la
comprensión Buddahi y a la victoria invencible Ganapati. En los tiempos recientes se supone
que Ganesa encarnó en un ser humano igual que Jesucristo.

Brahma se manifestaba en tres personas distintas, formando la Trimurti, la trinidad india. Estas
personas eran los tres dioses mayores: Brahma, el creador (su símbolo era la tierra); Visnú, el
conservador y salvador (su símbolo era el agua); y Siva, el destructor y renovador (su símbolo era
el fuego). Sabemos que estas creencias mitológicas aparecieron mucho antes que las
judeocristianas y tendían a fundir tres aspectos de la divinidad en una unidad, en Brahma.476 De
acuerdo con esta mitología, el poblamiento de la tierra comienza cuando Brahma da el ser a
cuatro hijos: Brahmán, nacido de su boca, Xatria, de su brazo derecho, Vaisya, de su muslo
derecho, y Sudra, de su pie derecho. Estos cuatro personajes fueron los patriarcas mitológicos de
las cuatro castas en que se dividió el pueblo hindú: Brahmanes o sacerdotes, Xatrias o
guerreros; Vaisyas o labradores y Sudras o artesanos477. Respecto de la creación de la tierra, la
tradición india afirma que “se originó primero con las aguas y luego el espíritu divino que germinó
en todos los seres bajo el nombre Hiranyagarbha se encerró en un huevo de oro que se dividió en
dos partes”, una de ellas formó el cielo y la otra la tierra. He aquí también implícito el destino.

Como divinidad benéfica y amable, protectora de los hombres, Visnú toma forma visible y se
encarna de tiempo en tiempo. Visnú por ejemplo se encarnó en Krisna que nace de una virgen
como Cristo y es el personaje importante del Bhagavad-gita. Ahora bien, cada uno de los dioses
tenía sus esposas, y existía entre ellos una jerarquía en la que el Trimurti era la entidad divina de
mayor rango. Brahma tuvo un hermoso y joven dios del amor, llamado Cama-Deva, y dos
esposas, Rati y Priti. En esa mitología existían el juicio, el premio (paraíso) y el castigo (infierno-
fuego). Prithu dijo “voy a matar a la tierra y le obligaré a conceder sus frutos”; atemorizada aquella
se convirtió en vaca y fue perseguida hasta el cielo de Brahma quien le dice a sus hijos: “¿es que
no conoces el pecado de una hembra que de esta forma intentas acabar con mi vida?”. El rey
contestó: “cuando la felicidad de muchos queda asegurada por la muerte de un ser maligno, la
muerte de ese ser es un acto de rectitud”. Dijo la tierra: “si para promover el bienestar de tus
súbditos pones fin a mi vida, dime tú mayor de los monarcas: ¿de dónde va a obtener tu gente
sustento?”. Finalmente la tierra se da por vencida y en beneficio de la humanidad pare un ternero
y le permite segregar leche; sin embargo antes de ese momento no había cultivos de pasto–
agricultura ni camino para comerciantes. He aquí en este mito de leyendas y dioses la persecución
del objeto madre tierra el desafío al dios padre Brahma el sometimiento de la tierra y aceptación
de la “maternidad ternero-leche”, (“Ciencias, mitos y dioses”, 2001).

Entre otras divinidades está la Maya478, que es una “ilusión, principio femenino de apariencia
cambiante que nos oculta la realidad del universo por medio de impresiones ficticias y que engaña
nuestros sentidos”; se expresa en los Mantras de la meditación. La existencia real sólo pertenece a
la divinidad. Maya, la apariencia, es una de las esposas de Brahma. Existe un sonido sagrado como
símbolo que lo denomina “Om”-(aum) que lo puede llevar a la meditación; es un Mantra, sonido
que se repite, que representa a Brahma y se usa frecuentemente para la meditación. Recuérdese
que el hinduismo cree en la reencarnación, puesto que el ser estaría atrapado en un ciclo de vida o
reencarnación tan discutido y rebatido por los occidentales y conocido como “Samsara”; el ciclo
depende de las acciones de la vida actual y las personas vuelven a nacer a posiciones más altas o
más bajas según sus acciones y con la posibilidad de ingresar al Nirvana. Las imágenes de los
dioses están simbolizados con estatuas a las cuales se les hacen ofrendas.“Las fuentes antiguas de
la doctrina brahmánica son los libros sagrados de los hindúes, redactados entre 1500 y 1400 a.C.,
son: 1. Los cuatro Vedas: el Rigveda, el Samaveda, el Yajurveda y el Atharvaveda; (este libro es de
origen más moderno). Cada Veda es una colección de himnos versificados en distintos metros y
dedicados a numerosas divinidades, pero refiriéndose en el fondo al sacrificio y a la conservación
del fuego sagrado. Los vedas están plenos de rituales escritos en prosas o brahamanas y tratados
de filosofía y metafísica, según la tradición, los Vedas fueron dictados por Brama. 2. Los
Brahmana, tratados teológicos-exegéticos, seguidos por los Upanischads y los Aryanakas; 3, los
Sutras. Esta religión es la segunda etapa del desarrollo de la religión en la India y se caracteriza por
reconocer un Dios supremo impersonal, un ritual complicado y la creencia en la transmigración. El
fin de la vida religiosa es tender a unirse con el Uno eterno e invariable: Brahma. Todo ser
viviente vuelve a nacer, pero depende de sus actos lo que será en la vida futura (Karma)”. (479).
Todas estas creencias nos llevan a que la fuerza del destino nos determine.

El llamado Bhagavad-gita480 es una filosofía personal que nos enseña el desapego a lo material y
nos lleva a la esencia de lo humano que implica también paz y el camino a seguir “el sendero”. Es
el canto de lo divino, forma parte del Mahavharata o libro sagrado como es el Toráh para los
judío, el Corán para los islámicos y la Biblia para los cristianos, comprende una escritura común de
todo el mundo y es la esencia del pensamiento Veda que incluye el conocimiento de Krisna o
Khrisna (quien dice que el Atman es el mismo brahman o cabeza de Dios “quien es
verdaderamente sabio y no se lamenta ni por los vivos ni por los muertos”, (De Francisco, A., 2001).
A la vez el Dharma significa la esencia de las cosas que incluye el principio y el fin, es también la
capacidad de rendir servicio que es la cualidad esencial del ser viviente, la obra es la ciencia de
Dios con instrucciones sobre la moralidad, la misericordia del señor como única basada en
principios de Upanishads y tiene toda una serie de enseñanzas que no se pueden comparar con
ningún libro mundano ni entender como envidia, “ofrece a la persona otra vida con menos
sufrimientos y errores” y admite el proceso de transmigración, lo cual incluye la muerte; está más
allá de la ignorancia y es la primera que habla sobre el Sol – Dios, los planetas, la materia
descontaminada, los restos de la historia, el conocimiento del super hombre o super-raza, la unión
con la vaca, las aguas del Gangés, el método de oír y entender, el misterio aclarado por las
preguntas de Arjuna, las palabras del espíritu, el estudio de la inteligencia, los cantos en que se
disipan por la lamentación, (“Ciencia, mitos y dioses”, 2004).

474 Notemos en la fonética de los vedas cierta analogía con las lenguas romanas especialmente el
latín y de ahí también sus creencias que fueron migrando al occidente, a Grecia e Italia.
Para los hindúes también tenían un dios de prudencia y de la política de la sagacidad y a él o a
ella se le da el nombre de Ganesa. Se cuenta que realizando una ceremonia en las orillas del
Ganges con flores y frutos. Pavarti después de su matrimonio con Siva, y no teniendo hijos, ve en
aquel lugar un cuerpo de luz, como un anciano brahamánico que viene hacia ella y este
es Krishna (luz) que luego se convierte en niño. Nótese aquí que también había ofrendas valiosas a
los dioses para aplacarlos o venerarlos.
475 Ganesh es un elefante con un colmillo roto que tuvo que utilizar para continuar escribiendo lo
que le dictaba el Dios Brahma; es el Dios de los buenos y exitosos comerciantes.
476 Vemos cómo el concepto de trinidad se repite en diferentes culturas, religiones como los
cristianos (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y tiempos históricos.
477 Nótese cómo el concepto de nacimiento proviene en estas creencias, de una parte del cuerpo
(boca, brazo, muslo y pie derecho), en el antiguo testamento judaico Eva nace de la costilla de
Adán.
478 La palabra Maya la encontramos en la cultura mesoamericana. Valdría la pena investigar la lin-
güística, además del uso y significado de esta palabra en diferentes culturas para saber si existe
alguna interrelación entre ellas.
479 Espasa Calpe, Diccionario Enciclopédico Abreviado, pág. 209, tomo II
480 En 1972 se publicó el libro “Bhagavad-gita As It is”, His Divine Grace; A.C. Bhaktivedanta;
Swami Prabhupada. El autor explica que la primera versión fue acortada sin ilustraciones ni expli-
caciones del verso original Srimad Bhagavad-gita, la obra pertenece a la traducción del sánscrito al
inglés, palabra por palabra y sus comentarios. La obra al final en un apéndice trae un glosario de
palabras y una guía de pronunciación y escritura sánscrita con las vocales y consonantes, a la vez
que las pronunciaciones de las mismas. Un índice de los versos sánscritos es publicado de la misma
manera que el índice general. Esta obra es de gran guía para quien quiera ir a la traducción de los
originales. Todos estos textos sobre las creencias del destino, los mitos de la creación hindú y
budista fueron traídos de la obra del autor: “Ciencia, Mitos y Dioses”, (2004).

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