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SUMARIO

Julio-Agosto 2017 | Tomo 105 / 7 (Nº 1.224)

ESTUDIOS
El abuso sexual infantil en España
Save the Children 591

Responsabilidad, actuación y recursos


contra el abuso sexual infantil
Pilar Polo 601

Hágase la luz. Iglesia Católica


y abuso sexual a menores
Miguel CaMPo, Sj 615

Honrar su dolor: el acompañamiento


a las víctimas de abuso sexual infantil
a lo largo de la vida
Pepa horno GoiCoeChea 629

LA FAMILIA
El regreso de la familia extensa:
desparentalización y recuperación
de la comunidad familiar
Fernando vidal 643

LOS LIBROS
Recensiones 659
SalTerrae
Revista de Teología pastoral
de la Compañía de Jesús en España

Revista mensual de divulgación científica


sobre teología, Iglesia, sociedad, familia, psicología.

Fundada en 1912

ISSN: 1138 - 1094

Año 105
Número 1.223
JUNIO 2017
DIRECTOR:
José Ramón Busto Saiz, sj
Maldonado, 1 / E-28006 Madrid
Tfno.: + 34 915 759 848
E-mail: jrbusto@salterrae.es / revistasalterrae@salterrae.es

CONSEJO DE REDACCIÓN:
Antonio Allende (Editorial Sal Terrae)
Ana Berástegui Pedro-Viejo (Universidad Pontificia Comillas)
Junkal Guevara (Facultad de Teología de Granada)
Diego Molina (Facultad de Teología de Granada)
José Mª Rodríguez Olaizola (Editorial Sal Terrae)
Pedro Rodríguez Panizo (Universidad Pontificia Comillas)
Abel Toraño Fernández (Pastoral Universitaria - Salamanca)
Javier de la Torre (Universidad Pontificia Comillas)

COLABORADORES HABITUALES:
Dolores Aleixandre - Patxi Álvarez de los Mozos
Lola Arrieta - Adela Cortina - Cipriano Díaz Marcos
José Mª Fernández Martos - Jesús García Herrero
Joaquín García Roca - José Antonio García Rodríguez
Pedro José Gómez - José I. González Faus
Luis González-Carvajal - Juan Antonio Guerrero
Pablo Guerrero - Daniel Izuzquiza - Mariola López
Luis López-Yarto - Juan Manuel Martín Moreno
Xavier Melloni - Fernando Millán
Jon Sobrino - Gabino Uríbarri
Joan Chittister
Bajo la luz de dioS
La sabiduría
de los monjes del desierto

160 págs.
P.v.P.: 13,50 €
los miles de monjes y monjas que vivieron en el desierto egipcio entre los
siglos iii y v han pasado a ser vistos como los «olímpicos» de la vida es-
piritual. joan Chittister explora sus enseñanzas y encuentra en aquella tra-
dición antigua una sabiduría que incide directamente en nuestra vida ac-
tual. esta introducción popular a una importante fuente de sabiduría
cristiana puede servir de guía a quien se deje iluminar por la experiencia
recogida y transmitida en ella.

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PRESENTACIÓN

el abuso sexual, especialmente el que se produce durante la infancia, es


probablemente la forma de maltrato más silenciada, insidiosa y dañina
de todas las que existen y aquella contra la que es más difícil defenderse
y obtener ayuda eficaz. Pensar sobre lo impensable y reconocer lo irre-
conocible es el primer paso para luchar contra este cáncer y restaurar la
dignidad de sus víctimas, no solo en la iglesia, pues los abusos no solo
han ocurrido en su ámbito, pero también se han dado en ella. estadísti-
cas fidedignas señalan que en torno al 70% de los abusos ocurren en el
ámbito familiar, y un 30% en otro de los ámbitos en que los menores
desarrollan su vida, como colegios o grupos deportivos. Solo el 1 por
1.000 de los abusos han tenido lugar en el ámbito de la iglesia.
el primer artículo firmado por Save the Children tiene por objeto poner
número al abuso sexual que se da entre nosotros. investigaciones recien-
tes coinciden en señalar que entre un 10 y un 20% de los niños han su-
frido algún tipo de abuso, con una prevalencia superior entre las niñas,
mientras que el 90% de los agresores son varones, con frecuencia perso-
nas conocidas o cercanas a la familia. a partir de ahí analiza las conse-
cuencias que el abuso tiene para las víctimas y las dificultades para detec-
tarlo y repararlo sin provocar una revictimación en quienes lo han sufrido.
Constatada la realidad del abuso infantil, en un segundo artículo Pilar Polo
expone las pautas de actuación en los ámbitos de responsabilidad que pro-
fesionales y ciudadanos tenemos frente al abuso sexual infantil. Mediante
una aproximación a la legislación actual y una serie de recursos en torno a
cómo y cuándo actuar, el artículo reflexiona sobre la responsabilidad que
tienen todos los ciudadanos de convertirse en agentes protectores.

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Miguel Campo Ibáñez, SJ aborda la actuación de las autoridades de la


iglesia sobre los abusos sexuales a menores cometidos por clérigos en la
iglesia católica. desde el derecho Canónico y la praxis profesional, el ar-
tículo presenta el status actual de la cuestión, analiza las respuestas de los
tres últimos romanos Pontífices y, sobre esa base, propone los que con-
sidera son los principales retos actuales y de futuro para un adecuado
abordaje de la cuestión de los abusos sexuales a menores o personas vul-
nerables por parte de clérigos.
Finalmente, Pepa Horno Goicoechea estudia las condiciones necesarias
para el acompañamiento a lo largo de la vida de quienes han sufrido la
experiencia traumática del abuso y propone las pautas convenientes para
desarrollar ese acompañamiento.
dentro de la serie dedicada a la familia, Fernando Vidal estudia la evolu-
ción de la familia en la segunda mitad del siglo XX, cuando parece que
ha regresado, al menos en parte, la familia extensa, dado que, en una épo-
ca en la que triunfa el individualismo, una red de parentesco amplia pue-
de contribuir a la humanización y la reconstrucción de lo comunitario.

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ESTUDIOS

EL ABUSO SEXUAL INFANTIL EN ESPAÑA*


Save the Children**

Fecha de recepción: mayo de 2017


Fecha de aceptación y versión final: junio de 2017

Resumen
El artículo ofrece un resumen de la situación de abuso infantil en España. Las
investigaciones coinciden en que entre un 10 y un 20% de los niños han sufri-
do algún tipo de abuso, con una prevalencia superior entre las niñas, mientras
que el 90% de los agresores son varones, con frecuencia personas conocidas o cer-
canas a la familia. A partir de ahí se analizan las consecuencias que el abuso
tiene para las víctimas, se anotan algunas falsas creencias al respecto y se pone de
relieve la responsabilidad del Estado en su prevención y tratamiento.
PalaBraS Clave: abuso sexual, abuso de poder, víctimas, tribunales, dere-
chos humanos.

*. este artículo está basado en dos trabajos anteriores de «Save the Children»:
Save the Children (2012), La justicia española frente al abuso sexual en el en-
torno familiar, y Save the Children (2001), Abuso sexual infantil: manual de
formación para profesionales.
** onG que trabaja en 120 países por los derechos de la infancia.
<liliana.marcos@savethechildren.org>.

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592 save the children

Child sexual abuse in Spain

Abstract
This article presents an overview of the child abuse situation in Spain. Studies
show that between 10 and 20% of children have suffered some form of abuse,
with a greater prevalence among young girls; whilst 90% of offenders are male,
and often known by or close to the family. Based on this data, the impact of
abuse on victims is analysed, various misconceptions in this respect are pointed
out and the responsibility of the state to prevent and address the issue is brought
to light.
Key wordS: sexual abuse, abuse of power, victims, courts, human rights
–––––––––––––––

entre las distintas formas de violencia contra los niños y las niñas, el
abuso sexual es una de las manifestaciones más extendidas y, a la vez, más
ocultas. el abuso sexual se define como uso de un niño o niña por par-
te de un adulto (o de otro niño con más poder) para estimularse sexual-
mente él mismo, al niño/a en cuestión o a otra persona.
es fundamental no concebir el abuso sexual como una cuestión única-
mente concerniente a la sexualidad del individuo, sino como un abuso
de poder fruto de la asimetría. una persona tiene poder sobre otra cuan-
do la obliga a realizar algo que esta no deseaba, sea cual sea el medio que
utilice para ello: la amenaza, la fuerza física, el chantaje. la persona con
poder está en una situación de superioridad sobre la víctima que impide
a esta el uso y disfrute de su libertad. Pero igualmente importante es en-
tender que el «poder» no siempre viene dado por la diferencia de edad,
sino también por la dependencia, el abuso de confianza o el chantaje
emocional. el abuso sexual es una relación en la que alguien manipula a
un niño o niña en el contexto de un amor disfuncional.
aunque pueda parecer a muchos un porcentaje muy alto, todas las in-
vestigaciones llevadas hasta la fecha sobre este tema apuntan a que entre
un 10 y un 20% de los niños han sufrido algún tipo de abuso, con una
prevalencia algo mayor entre niñas, pero no significativamente más alta.
en cualquier caso, el sexo que sí prevalece claramente es el del agresor:

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el 90% de los agresores sexuales, independientemente de su edad, son


varones.
además, es importante dejar claro que la mayoría de los abusos sexuales
son perpetrados por personas cercanas y conocidas por el niño, muy a
menudo de su propia familia, o amigos de los padres, vecinos, etc. Con
respecto al niño o niña víctima de abuso sexual, debemos destacar, una
vez más, el componente de género. los estudios prueban que se abusa
más severamente y con mayor violencia en el caso de las niñas, aparte de
que la edad de inicio del abuso también es menor en su caso. la edad de
máxima incidencia de casos de abuso, tanto en niñas como en niños,
suele ser de los 6 a los 12 años.
debemos destacar igualmente la prevalencia mayor del abuso sexual in-
fantil entre los niños con discapacidad física o psíquica. un niño con este
tipo de características tiene tres veces más probabilidades de sufrir un
abuso sexual que cualquier otro niño. Como hemos visto, el abuso se-
xual infantil no es un fenómeno reciente, aunque sí es cierto que en los
últimos años se están registrando algunas tendencias novedosas. existen,
por ejemplo, indicios de un incremento de los abusos cometidos por jó-
venes y adolescentes. algunas investigaciones afirman que el 20% de las
violaciones son realizadas por menores de edad. este es un dato relevan-
te que no ha de pasar desapercibido, puesto que las posibilidades de re-
habilitación con este tipo de agresores son mucho mayores, así como los
recursos institucionales disponibles para ello.

Las consecuencias
la victimización del niño en el abuso sexual infantil es psicológicamen-
te dañina, socialmente censurable y legalmente perseguible. Sin embar-
go, el componente sexual de esta forma de maltrato hace que su detec-
ción, la revelación e incluso la persecución de este tipo de delitos sea
mucho más difícil. la detección viene dificultada por los miedos y mi-
tos con respecto al tema, puesto que invade la parcela privada relacional
de la persona. no deja indiferente a nadie; nos afecta y nos interpela a
todos. además, existe un gran número de falsas creencias y mitos sobre

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la sexualidad infantil y las relaciones familiares que afectan a la detección


de los casos de abuso sexual infantil. asimismo, la revelación se dificul-
ta, tanto para la víctima como para el agresor. algunos agresores pueden
llegar a relatar el maltrato físico o la negligencia, pero difícilmente rela-
tarán un abuso, cuyo componente de secreto es imprescindible para
mantener su impunidad. Para la víctima, mucho más, puesto que narra-
rá aspectos que atañen a esa esfera privada que presupone difícil de cre-
er por su entorno, como lo es para él o para ella cuando el abuso sexual
comienza. en cuanto a la persecución legal, el hecho de que el abuso se-
xual infantil se considere un delito privado va en esta línea.
al ser una experiencia individual, cada niño o niña vive el abuso de una
forma distinta, y las consecuencias varían entre unos casos y otros. Sin
embargo, 7 de cada 10 sufren consecuencias en el corto plazo, como pe-
sadillas y problemas de sueño, cambio de hábitos de comida, pérdida de
control de esfínteres, consumo de drogas y alcohol, conductas autolesi-
vas o suicidas, hiperactividad, descenso del rendimiento académico, mie-
do generalizado, agresividad, culpa y vergüenza, aislamiento, ansiedad,
depresión, baja autoestima y sentimientos de estigmatización, rechazo
del propio cuerpo, masturbación compulsiva, exhibicionismo...
los efectos de la vivencia de un abuso en el desarrollo evolutivo del niño
varían enormemente según distintos factores, como la duración y fre-
cuencia del mismo; el tipo de abuso a que es sometido el niño; de si se
usa o no violencia; de si hay o no penetración; la edad del agresor y de
la víctima (aunque existen casos de abuso sexual entre iguales, con con-
secuencias gravísimas); la relación entre uno y otro; características de per-
sonalidad del niño; o la reacción del entorno cercano de la víctima ante
la revelación del abuso y su postura frente a dicha víctima, especialmen-
te, en los casos de abuso intrafamiliar. Si el entorno se configura como un
apoyo y una protección eficaz para el niño, con una actitud desde el prin-
cipio de respaldo y creencia incondicional, en ningún momento de nega-
ción ni de catastrofismo, las consecuencias del abuso para el menor se re-
ducen drásticamente. este es un factor clave en la recuperación de los
niños y niñas víctimas de abuso sexual. la prontitud y eficacia de las me-
didas adoptadas por el entorno próximo en el proceso de detección y re-
velación. el hecho de que se proporcione atención a la familia y a la red

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social del niño, para que sepan cómo abordar el problema con el menor
y puedan sostenerlo. Por último, la implicación de la víctima en un pro-
cedimiento judicial produce una revictimización secundaria que agudiza
el perjuicio que la misma vivencia ocasiona a la persona.

Falsas creencias

a continuación, se referencia una clasificación interesante elaborada por


Félix lópez y amaia del Campo1 acerca de las falsas creencias existentes
en el abuso sexual infantil:
• los abusos sexuales solo los sufren las niñas.
• hoy en día se dan más casos de abuso sexual que en el pasado.
• Quienes cometen abusos sexuales son enfermos psiquiátricos.
• los abusos sexuales no se dan en todo tipo de situaciones socia-
les, sino solo en contextos deprimidos.
• los niños y niñas en este caso no dicen la verdad.
• los niños y niñas son responsables del abuso sexual.
• los niños y niñas a veces pueden evitar el abuso sexual.
• Si el abuso tuviese lugar sobre un menor de mi entorno cercano,
yo lo detectaría.
• Cuando se da un abuso sexual sobre un niño o niña, su familia lo
denuncia.
• los agresores sexuales son casi siempre desconocidos.
• los efectos de un abuso sexual son casi siempre muy graves.
• los abusos sexuales siempre van acompañados de violencia física.
• los abusos sexuales son poco frecuentes.

1. lóPez, F. y del CaMPo, a. (1997a). Prevención de abusos sexuales a menores.


Guía para educadores. Madrid: Ministerio de trabajo y asuntos Sociales y
amarú ediciones.

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596 save the children

Las responsabilidades del Estado


según los estándares internacionales de Derechos Humanos

además, supone la violación de un amplio catálogo de derechos huma-


nos, como la integridad física y mental, el derecho al más alto nivel de
salud, a la libertad personal y a la no discriminación, entre otros. esta
forma de violencia contra la infancia resulta especialmente difícil de de-
tectar y de abordar cuando se produce en el seno de la familia, y más aún
cuando afecta a niños y niñas en su primera infancia.
el derecho internacional obliga a los estados a respetar, proteger y hacer
realidad los derechos humanos de las personas bajo su jurisdicción. en
aplicación del Pacto de derechos Civiles y Políticos de las naciones uni-
das, esto incluye no sólo garantizar que sus propios funcionarios cum-
plen con las normas de derechos humanos, sino también actuar con la
«debida diligencia» para responder frente a las violaciones contra los de-
rechos humanos cometidas por particulares (agentes no estatales). el es-
tándar internacional de la «debida diligencia» describe el grado de es-
fuerzo que un estado debe hacer para convertir en realidad los derechos
humanos, lo cual incluye obligaciones en el plano de la prevención y de
la investigación del abuso sexual infantil, de la sanción de los responsa-
bles y de la protección, justicia y reparación a los niños y las niñas.
Save the Children trabaja desde diferentes perspectivas en la prevención
del abuso sexual infantil y la promoción de los derechos de las víctimas
de este tipo de agresiones. una de las labores principales de la organiza-
ción en este ámbito ha sido la evaluación de las políticas y de las prácti-
cas administrativas con vistas a la formulación de recomendaciones para
una mejor protección de los niños y las niñas. en el marco de este tra-
bajo, en 2012 publicamos el informe «la justicia española frente al abu-
so sexual en el entorno familiar», en el que identificamos a la adminis-
tración de justicia como un ámbito institucional de enorme importancia
para la realización de los derechos de los niños y las niñas que se enfren-
tan a este tipo de agresiones.

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el abuso sexual infantil en españa 597

Cuando el abusador es el padre en un contexto de divorcio

este informe es fruto del análisis de cuatro casos de niños y niñas en


edad preescolar que mostraron los primeros signos de abuso sexual a ma-
nos de sus propios padres y que, debido a la complejidad a la hora de
acreditar los abusos, así como a la falta de diligencia y de impulso pro-
cesal por parte de los diferentes actores involucrados en el proceso judi-
cial, han sido sobreseídos de forma provisional. tomando como base es-
tas experiencias, complementadas con el análisis de decisiones de las
audiencias Provinciales en materia de sobreseimiento de casos de abuso
sexual infantil intrafamiliar, la investigación analiza el origen y alcance
de los principales obstáculos que dificultan el acceso de las presuntas víc-
timas de estos delitos a una adecuada protección y a la tutela judicial
efectiva. a partir de las conclusiones de la investigación, la organización
formula recomendaciones a los poderes públicos.
el informe analiza una serie de casos en los que niños y niñas preescola-
res eran supuestamente abusados por sus padres en el contexto de un di-
vorcio contencioso. en todos ellos la denunciante había sido la madre.
la dificultad de estos casos concretos es muy alta: es difícil obtener un
testimonio de un niño o niña tan pequeño; y aunque hay casos de abu-
sos sexuales en los que el perpetrador es el padre, y es la madre la que,
sea quien sea el agresor, hace las veces de adulto protector, la sospecha de
que se está mintiendo enturbia todo el proceso y repercute en una des-
protección del niño o niña y en un peor acceso a la justicia.
lo cual introduce, precisamente en estos casos enormemente difíciles de
probar, la carga añadida de tener que demostrar la credibilidad de los he-
chos denunciados, más allá de lo que sucede con cualquier otro tipo de
delito. el debido respeto al principio de «presunción de inocencia» de-
bería ir ligado a una investigación exhaustiva por parte del juzgado de
instrucción. Porque, a pesar de que, evidentemente, a nadie se le puede
condenar sin pruebas, los juzgados incumplen su obligación cuando ar-
chivan la denuncia sin investigar de forma diligente, impidiendo con ello
el esclarecimiento de los hechos. Preocupa que la citada presunción de
falta de veracidad pueda estar obstaculizando la investigación de estos
presuntos delitos de abusos sexuales sospechados o incluso verbalizados

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598 save the children

por niños y niñas. en varios de los casos documentados las madres en-
trevistadas afirman que sus abogados les recomendaron abandonar el li-
tigo en la vía penal para no exponerse a un diagnóstico de Síndrome de
alienación Parental (SaP) o «manipulación materna» y a su probable
consecuencia en vía civil: un cambio de guarda y custodia a favor del pa-
dre y presunto agresor.
la mayor parte de las resoluciones de los juzgados de familia, una vez
iniciado el proceso penal por abusos sexuales, se orientan a primar la res-
tauración y «normalización» de la relación paterno-filial de niñas y niños
con sus padres denunciados, frente a su protección como posibles vícti-
mas, sin atender a que la protección es un derecho absoluto, no así la
preservación a toda costa de la relación paterno-filial, que está sujeta a la
condición de que sea beneficiosa para el niño o la niña.
en los casos analizados se identifica falta de medios adecuados para ga-
rantizar el derecho de los niños y niñas a ser escuchados. en general, las
pruebas periciales y las exploraciones judiciales realizadas por parte de los
equipos técnicos de los juzgados se reducen a una entrevista (una sola se-
sión, en ocasiones muy breve), y rara vez se utilizan otras técnicas, como el
dibujo o los juegos para obtener el testimonio. a lo largo de los procesos ju-
diciales de los casos analizados se detectan ejemplos de contextos inadecua-
dos, falta de tiempo, técnicas no idóneas y, en algún caso, experiencias re-
victimizantes y poco respetuosas en la recogida del testimonio. Preocupa
también que, a pesar de que en todos los casos existen resoluciones judicia-
les contrarias a la opinión de los niños y niñas afectados, en ninguno de
ellos constan resoluciones con una motivación adicional y una explicación
expresa de por qué se adopta una decisión que difiere de lo expresado por
el niño o la niña afectada.
no se está garantizando el cumplimiento de dos obligaciones de índole
general: la celeridad de los procesos penales que afectan a niños y niñas
y la especialización del conjunto de profesionales que intervienen en los
mismos. Se han identificado casos en que los plazos en la instrucción y
otras diligencias relacionadas con el ejercicio de los derechos de las vícti-
mas (asignación de abogado de oficio, exámenes periciales, resolución de
recursos de reforma) se han dilatado de forma injustificada, lo que ha

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el abuso sexual infantil en españa 599

podido afectar a las posibilidades de protección de los derechos de los ni-


ños y las niñas. también preocupa que, a pesar de la claridad de los ins-
trumentos internacionales al respecto, la falta de normativa interna per-
mita que la formación especializada del conjunto de profesionales que
tramitan estos casos sea básicamente voluntaria.
en estrecha relación con la falta de garantías de especialización de los pe-
ritos adscritos a los juzgados, en todos los casos analizados se han iden-
tificado prácticas profesionales que podrían incumplir los requisitos de
rigor, tacto y respeto, con consecuencias importantes para el acceso a la
justicia de los niños y las niñas. entre los principales problemas detecta-
dos en los informes periciales analizados, destacan fallos importantes de
rigor, tales como: no adecuar las pruebas practicadas al objetivo del exa-
men pericial; utilizar técnicas inadecuadas y ocasionalmente traumáticas
para la niña o el niño; no presentar en el informe los datos obtenidos en
las pruebas practicadas; no adaptar las conclusiones a dichos resultados;
y no valorar las respuestas del niño o la niña de acuerdo con sus caracte-
rísticas evolutivas y con los síntomas que pueden acompañar al abuso se-
xual infantil. Preocupa, así mismo, la falta de cauces efectivos de evalua-
ción y rendición de cuentas con respecto a la actuación de este colectivo
de profesionales.
existe preocupación por el impacto que pueda tener el auto de sobresei-
miento provisional, tanto en la posible repetición de los abusos sexuales
como en las dificultades de los niños y niñas para su recuperación psico-
lógica. entre los propios niños y niñas y sus representantes legales existe
el temor a que las decisiones civiles de los juzgados de familia, apoyadas
en el sobreseimiento provisional dictado en el orden penal, establezcan la
obligación de contacto (e incluso de convivencia) entre presuntas vícti-
mas y agresores. ninguno de los relatos de los niños y niñas de los casos
analizados ha merecido crédito por parte de jueces, fiscales y la mayoría
de los peritos judiciales. habida cuenta de que uno de los factores que pa-
recen intervenir en la recuperación psicológica de una niña o un niño
abusado sexualmente es el reconocimiento externo de lo vivido, preocu-
pa que esta falta de crédito pudiera ser una traba añadida en sus proce-
sos de recuperación.

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José Tolentino Mendonça
la ConStruCCión de jeSúS
La sorpresa de un retrato

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entre los muchos episodios que relatan los evangelios, el de la pecadora
que se aventura en un territorio hostil únicamente para poder tocar a je-
sús y ungir sus pies (lc 7,36-50) acabó convirtiéndose en objeto de tra-
bajo bíblico del autor durante años; pero no solo de trabajo, sino también
de emoción, de imaginación, de afecto y de fe. la convivencia con ese tex-
to cambió por completo su forma de mirar a jesús y, como él mismo afir-
ma, cambió también su vida.

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RESPONSABILIDAD,
ACTUACIÓN Y RECURSOS
CONTRA EL ABUSO SEXUAL INFANTIL
Pilar Polo*

Fecha de recepción: mayo de 2017


Fecha de aceptación y versión final: junio de 2017

Resumen
Este artículo expone pautas de actuación en los ámbitos de responsabilidad que
profesionales y ciudadanos tenemos frente al abuso sexual infantil. ¿Qué podemos
hacer si sospechamos o se nos revela una situación de abuso sexual? ¿Cómo fun-
cionan los procesos de notificación y derivación? A través de una aproximación a
la legislación actual y una serie de recursos sobre cómo y cuándo actuar, el artícu-
lo reflexiona sobre nuestra responsabilidad de convertirnos en agentes protectores.
PalaBraS Clave: protección, prevención, derechos, niños, adolescentes.

Responsibility, action and resources


for child sexual abuse
Abstract
This article outlines the guidelines for action in the areas of responsibility that
professionals and citizens have in the face of child sexual abuse. What can we do
if we suspect or are informed about a case of child sexual abuse? How do the no-
tification and referral channels work? By examining current legislation and a se-
ries of resources on how and when to take action, the article reflects on our re-
sponsibility to take on protective roles.
Key wordS: protection, prevention, rights, children, adolescents.

* Psicóloga y responsable de relaciones institucionales de la Fundación vicki Ber-


nadet. <pilar.polo@fbernadet.org>.

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602 pilar polo

1. Primeras consideraciones
aunque las estadísticas estiman que uno de cada cinco niños es víctima
de algún tipo de violencia sexual1, el abuso sexual infantil sigue siendo
un delito difícilmente detectable, escondido tras un silencio que parece
inquebrantable.
este silencio se erige sobre complejos pilares. Por un lado, los abusado-
res imponen silencio a sus víctimas, aislándolas y convenciéndolas de
que «ese juego es su secreto». Por otro, las víctimas pueden no saber qué
está ocurriendo, no tener palabras para comunicarlo y añadir sus propios
sentimientos de culpa y vergüenza, dificultando aún más la revelación.
el entorno, finalmente, no suele estar preparado ni formado para detec-
tar (o asumir) un caso de abuso, y suele permanecer inmóvil. estos tres
pilares invisibilizan el abuso sexual infantil, y estamos convencidos de
que la prevención, detección y actuación frente al abuso debe tratar
siempre de desmontarlos.
la primera pauta de actuación que hay que tener clara es que la no ac-
ción siempre es desprotección. y que la actuación frente al abuso no de-
bería solo aparecer después de una sospecha o evidencia: antes de que el
abuso ocurra, hay muchísimas maneras de actuar y proteger.
estamos, por ejemplo, actuando y protegiendo cuando:
• tratamos de dar herramientas a nuestra infancia para distinguir en-
tre un secreto basado en la confianza y un secreto que les hace daño.
el secretismo ayuda al abusador y, como adultos responsables de
nuestra infancia, debemos ayudar a niños y niñas a romperlo.
• les enseñamos que tienen una red de confianza a la que acudir ante
cualquier problema y les invitamos a usarla, permitiendo que nunca
lleguen a sentirse aislados. una mayor red de confianza aumenta las
opciones que tienen niños y niñas para pedir ayuda y salir de cual-
quier situación que les dañe.

1. datos extraídos de la campaña «One in five» promulgada por el Consejo de


europa.

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responsabilidad, actuación y recursos contra el abuso infantil 603

• transmitimos con seguridad unos límites y unas responsabilidades


sobre los actos cotidianos. los límites de actuación ayudan a respe-
tar y hacerse respetar.
• aprendemos a escuchar a los niños cuando no tienen palabras y se
valen de sus cambios de comportamiento, sus dibujos o sus narra-
ciones simbólicas. Muchos niños no tienen palabras para expresar el
abuso, pero la expresión no solo puede darse a través de palabras. es-
tando atentos a los cambios bruscos, a expresiones de ansiedad o ma-
lestar o, simplemente, a aquellas actitudes que nos puedan parecer
indicativas de que algo está pasando, podemos ayudar a niños y ni-
ñas a tener el espacio de comunicar, del modo que les sea posible,
con adultos preparados para entender esa expresión y ayudarles.
• tratamos de hablar de sexualidad con los niños para poder darles al-
gunas de las palabras que les faltan. romper el tabú existente ante la
sexualidad infantil nos ayudará a diferenciar entre actitudes norma-
les y actitudes de riesgo.
• nos formamos para saber reconocer un abuso y tratamos de asumir
esta realidad para que, frente a una revelación, no estemos volcando
sobre la víctima nuestros propios miedos. es frecuente que, cuando
un niño o niña revela una situación de abuso, aquel que la recibe
pierda la calma y haga sentir al niño que esa revelación genera pro-
blemas y está mal.
hay mucho qué hacer antes de cualquier sospecha, y está en nuestra
mano decidir ser agentes protectores o no serlo.

2. Cómo actuar frente a una sospecha de abuso


Cuando nos encontramos frente a una sospecha de abuso, estamos,
como veremos más adelante, legalmente obligados a actuar.
los protocolos de actuación pautan cómo deben actuar los servicios pú-
blicos cuando llega una sospecha de abuso. Se rigen por principios co-
munes para garantizar la coordinación interinstitucional de los organis-
mos responsables de los cinco ámbitos relacionados con la infancia y la
adolescencia: educativo, sanitario, policial, social y judicial.

Sal Terrae | 105 (2017) 601-614


604 pilar polo

el criterio que debe presidir las actuaciones incluidas en el protocolo es


el interés superior del menor, sea cual sea su situación o condición per-
sonal o social.
desde el ámbito educativo, por ejemplo, ante cualquier sospecha de abu-
so debemos informar en primer lugar al equipo directivo, el cual, a su vez,
informará a la inspección educativa y comunicará su sospecha a Protec-
ción de Menores y a la fiscalía. hay que tener claro el modo de intervenir,
con criterio, discreción y transparencia.
deberemos establecer la vinculación con Servicios Sociales, si son casos
ya atendidos; y si fuera necesario ir al hospital por heridas o evidencias
del abuso, acompañaremos al menor. el sistema de salud es el que debe
hacer el parte de las lesiones y contactar con la fiscalía de menores.
es necesario contactar siempre con la familia, incluso si el abuso es intra-
familiar. Cuando lo hagamos, hay que manifestar que tenemos la obliga-
ción de comunicarnos con Servicios Sociales y con Menores. es impor-
tante darles la opción de actuar, protegiendo a sus hijos, antes de fomentar
la negligencia. los padres tienen derecho a proteger y deben estar infor-
mados para hacerlo; pero la paralela notificación a Servicios Sociales per-
mite que se haga un plan de trabajo y un seguimiento del caso.
todas las medidas que se acuerden deben corresponder a las competen-
cias de cada ámbito implicado. antes de actuar, tengamos claro qué ám-
bito nos corresponde a nosotros y qué otros ámbitos no. Si invadimos
competencias, trataremos de actuar sobre parcelas para las que no esta-
mos preparados y pondremos a la víctima en alto riesgo de victimización
secundaria.
tengamos en cuenta también que los protocolos, ya sean protocolos
marco, sectoriales o territoriales, existen también para garantizar el cum-
plimiento de las garantías procesales de víctima y acusado y las garantías
de prueba. Sin saberlo, el no seguimiento del protocolo puede dañar gra-
vemente un posible juicio.
todas las actuaciones deben estar orientadas a mitigar los procesos de
victimización, evitando diligencias y entrevistas repetitivas y adecuándo-
se a criterios de mínima intervención, celeridad y especialización.

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responsabilidad, actuación y recursos contra el abuso infantil 605

3. Como actuar frente a una revelación

Frecuentemente, las dudas de actuación que nos asaltan frente a una re-
velación de abuso, tanto en el ámbito profesional como en el personal,
no se apaciguan con un protocolo de actuación. el abuso sexual infantil
es una temática difícil, y para poder manejar esas situaciones debemos
haber reflexionado sobre cómo debe ser nuestra respuesta para que no
nos desborde.
Frente a una revelación debemos, ante todo, mantener la calma. es muy
difícil para un menor explicar un suceso como este, y nuestra labor con-
siste en contener su nerviosismo, no transmitirle el nuestro.
debemos creer siempre al niño. no somos peritos ni jueces, y no nos con-
cierne a nosotros juzgar la veracidad de su testimonio. nuestra labor es cal-
mar y dar seguridad al niño, comunicar su testimonio a quien correspon-
da y tratar de simplificarle un proceso que siempre es complicado.
Si nos descargamos de la responsabilidad de juzgar la situación y nos sen-
timos involucrados en una red de protección donde cada miembro tiene
su labor, seremos capaces de responder mejor y con menor presión. Si sen-
timos que nuestra labor es investigar la veracidad de su testimonio, además
de poder equivocarnos, estaremos obligando al niño a contar más de lo
que él ha decidido contar, pudiendo contaminar su testimonio de cara a
un posible juicio, o haciéndole sentir que su palabra está en duda.
tampoco debemos pretender evaluar la gravedad del abuso. la evalua-
ción que debemos hacer es la de intervención urgente o no urgente.
¿está el menor expuesto a que el abuso se repita? Si la respuesta es «sí»,
debemos intervenir con urgencia. ¿ha habido algún contacto sexual en-
tre el abusador y la víctima en las últimas 24 horas? Si la respuesta es «sí»,
debemos acompañar al menor a un hospital donde puedan reconocerlo
y preservar las pruebas.
debemos dejar claro frente al niño o niña que la responsabilidad de la
situación es únicamente del adulto. antes de una revelación, el niño o
niña se habrá sentido culpable, y cuanto antes desactivemos esa idea,
tanto más pronta y mejor será su recuperación.

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606 pilar polo

es importante expresar que saldrá de esta y dejar claro que tiene nuestro
apoyo y los recursos internos que hacen falta. todos somos capaces de
más cuando alguien cree en nosotros, y hacerle ver que ha dado un pri-
mer paso valiente y difícil para conseguir salir de esa situación le allana-
rá el camino. Si conseguimos que el niño o la niña se sienta orgulloso de
haberlo contado, le estaremos regalando una valiosa herramienta: segu-
ridad en sí mismo.
nuestra escucha debe ser atenta, afectuosa y dispuesta a aceptar los sen-
timientos del niño. debemos preguntarle qué quiere y tenerlo en cuen-
ta. Si nos pide cosas que no podemos cumplir, debemos explicarle por
qué no podemos hacerlo. Por ejemplo, si nos cuenta la situación y nos
pide que no intervengamos ni lo digamos a nadie, debemos hacerle en-
tender que nuestra labor es cuidarlo, que los adultos tenemos la respon-
sabilidad de proteger a los niños y que, simplemente, no intervenir en
esa situación es algo que no podemos permitirnos.
la protección pide liturgia; el niño o niña debe poder ver que nos mo-
vemos para protegerlo. Con tranquilidad y calma, pero con seguridad y
acción.
no podemos permitirnos negar que el abuso haya pasado frente al niño.
Por mucho que conozcamos al presunto abusador, por ejemplo, no po-
demos transmitir nunca esa idea. debemos recordar que no es nuestra
labor juzgarlo, pero sí notificar cualquier situación de este tipo. nuestra
responsabilidad es con el menor, y nuestras dudas pueden entorpecer su
proceso.
tampoco podemos culpar al menor de ningún aspecto relacionado con
el abuso. Parece una obviedad que nadie actuaría así, pero en la práctica
nos encontramos con muchos casos que participan de esto. Frases como
«Me has de prometer que no te quedarás a solas con él» o preguntas
como «¿Por qué no me lo habías dicho antes?» conectarán al niño o niña
con su propio sentimiento de culpa, aunque no seamos conscientes de
ello ni actuemos con la intención de responsabilizarlo.

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responsabilidad, actuación y recursos contra el abuso infantil 607

4. Marco legal internacional

la cobertura legal en el tema del abuso sexual infantil emana de la Con-


vención de 20 de noviembre de 1989 de los derechos del niño adopta-
da por la asamblea General de las naciones unidas en la resolución
44/25. entre las previsiones de la Convención podemos destacar:
en su primer artículo, manifiesta que se entiende por «niño» todo ser
humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley
que le sea aplicable, haya logrado antes la mayoría de edad.
en su tercer artículo enuncia que en todas las medidas concernientes a
los niños y a las niñas que tomen las instituciones públicas o privadas de
asuntos sociales, los tribunales, las autoridades administrativas o los ór-
ganos legislativos, una consideración primordial que se atenderá será el
interés superior del niño, principio que preside e informa toda la legis-
lación sobre la materia. Corresponde al estado asegurar una adecuada
protección y cuidado, cuando los padres y madres, u otras personas res-
ponsables, no tienen capacidad para hacerlo.
eso significa que la responsabilidad sobre nuestra infancia es extensible
al estado, a la red de protección, y todos los involucrados en ella debe-
mos ser conscientes de esta responsabilidad.
también en el artículo 19 se manifiesta que:
1. los estados-parte adoptarán todas las medidas legislativas, adminis-
trativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño contra
toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato ne-
gligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mien-
tras el niño se encuentre bajo la custodia de los padres, de un repre-
sentante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo.
2. esas medidas de protección deberían comprender, según correspon-
da, procedimientos eficaces para el establecimiento de programas so-
ciales, con objeto de proporcionar la asistencia necesaria al niño y a
quienes cuidan de él, así como para otras formas de prevención y
para la identificación, notificación, remisión a una institución, in-
vestigación, tratamiento y observación ulterior de los casos antes des-

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608 pilar polo

critos de malos tratos al niño y, según corresponda, la intervención


judicial.
esta responsabilidad legislativa, administrativa, social y educativa inclu-
ye, entonces, prevención, identificación, notificación, derivación, asis-
tencia, investigación, acompañamiento e intervención
Por otro lado, en el artículo 39 se manifiesta que los estados-parte adop-
tarán todas las medidas apropiadas para promover la recuperación física y
psicológica y la reintegración social de todo niño víctima de: cualquier for-
ma de abandono, explotación o abuso; tortura u otra forma de tratos o pe-
nas crueles, inhumanos o degradantes; o conflictos armados. esa recupe-
ración y reintegración se llevarán a cabo en un ambiente que fomente la
salud, el respeto de sí mismo y la dignidad del niño.
tras la Convención de los derechos del niño, se ratifica el Convenio del
Consejo de europa para la protección de los niños contra la explotación
y el abuso sexual (lanzarote, 2007). este convenio constituye un avan-
ce en la prevención de delitos sexuales contra menores, la persecución
penal de sus autores y la protección de las víctimas.
el convenio tipifica la conducta constitutiva de explotación y abuso se-
xual2. es la primera vez que un tratado internacional ha identificado y ti-
pificado este delito. diversas investigaciones han demostrado que el abuso

2. instrumento de ratificación del Convenio del Consejo de europa para la pro-


tección de los niños contra la explotación y el abuso sexual, hecho en lanza-
rote el 25 de octubre de 2007 (Boe núm. 274, de 12 de noviembre de 2010,
páginas 94.858 a 94.879). art. 18. abuso sexual:
«1. Cada Parte adoptará las medidas legislativas o de otro tipo que sean ne-
cesarias para tipificar como delito las siguientes conductas intencionales:
a) realizar actividades sexuales con un niño que, de conformidad con las
disposiciones aplicables del derecho nacional, no haya alcanzado la edad legal
para realizar dichas actividades;
b) realizar actividades sexuales con un niño recurriendo a la coacción, la
fuerza o la amenaza; o abusando de una posición reconocida de confianza, au-
toridad o influencia sobre el niño, incluso en el seno de la familia; o abusando
de una situación de especial vulnerabilidad del niño, en particular debido a una
discapacidad psíquica o mental o una situación de dependencia».

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responsabilidad, actuación y recursos contra el abuso infantil 609

sexual de menores por parte de personas que los conocen y los frecuentan
es una de las formas de violencia sexual más traumáticas desde un punto
de vista psicológico, cuyas consecuencias para la víctima son duraderas.
en este convenio también están tipificadas como delito la producción,
oferta, difusión y posesión de pornografía infantil3, así como la utilización
de las tecnologías de la comunicación y de la información para acceder a
ella. Por primera vez, se ha incluido el ciberacoso infantil (grooming4) en
un tratado internacional, reflejando la creciente preocupación por el fe-
nómeno de los abusos sexuales sobre menores que se citan con adultos
con los que han contactado previamente en el ciber-espacio, especial-
mente en chats de internet o en páginas de juegos en línea.
las medidas que propone se distribuyen en cinco bloques:

Medidas preventivas
las medidas preventivas acordadas en la Convención incluyen la forma-
ción de las personas que trabajan en contacto con niños, la garantía de
que los menores son conscientes de los riesgos de explotación y abuso se-

2. a efectos de la aplicación del apartado 1, cada Parte determinará la edad por


debajo de la cual no está permitido realizar actividades sexuales con un niño.
3. las disposiciones del apartado 1.a no tienen por objeto regular las actividades
consentidas entre menores».
instrumento de ratificación del Convenio del Consejo de europa para la
protección de los niños contra la explotación y el abuso sexual, hecho en lan-
zarote el 25 de octubre de 2007 (Boe núm. 274, de 12 de noviembre de 2010,
páginas 94.858 a 94.879). art. 23. Proposiciones a niños con fines sexuales.
«Cada Parte adoptará las medidas legislativas o de otro tipo que sean nece-
sarias para tipificar como delito el hecho de que un adulto, mediante las tec-
nologías de la información y la comunicación, proponga un encuentro a un
niño que no haya alcanzado la edad fijada en aplicación del apartado 2 del ar-
tículo 18 con el propósito de cometer contra él cualquiera de los delitos tipifi-
cados con arreglo al apartado 1.a del artículo 18 o al apartado 1.a del artículo
20, cuando a dicha proposición le hayan seguido actos materiales conducentes
a dicho encuentro».
4. el término grooming significa realizar proposiciones a un menor con el fin de
abusar de él y obtener una gratificación sexual.

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610 pilar polo

xual, así como de los medios para protegerse y las medidas de interven-
ción controladas regularmente, dirigidas tanto a delincuentes sexuales
como a potenciales delincuentes, y encaminadas a prevenir los delitos se-
xuales contra menores. la prevención, entonces, aborda a las víctimas,
su entorno y a los abusadores o potenciales abusadores.

Medidas de protección
a nivel de protección, se acuerda establecer programas de apoyo a las víc-
timas y a sus familias, poner en marcha una asistencia terapéutica y aten-
ción psicológica de urgencia, fomentar la denuncia cuando se tengan sos-
pechas de la existencia de un caso de explotación o abuso sexual y crear
líneas de asistencia telefónica y por internet para prestar asesoramiento.

Medidas de derecho penal


las medidas sobre derecho penal deben garantizar que determinadas
conductas sean tipificadas como delitos, tales como realizar actividades
sexuales con niños por debajo de la edad legal para realizarlas; tipificar
como delito conductas que se sirven de las nuevas tecnologías para agre-
dir sexualmente a los menores; establecer criterios comunes claros para
garantizar la creación de un sistema punitivo que sea efectivo, propor-
cionado y disuasorio; y reunir y almacenar los datos sobre delincuentes
condenados por delitos sexuales contra niños.

Procedimientos de investigación y judiciales


adecuados a los menores.
en relación a los procedimientos de investigación y judiciales, las medi-
das deben garantizar la adecuada protección de las niños y niñas vícti-
mas durante los procedimientos y procurar que no se agrave la expe-
riencia traumática; proteger la intimidad, identidad e imagen de las
víctimas; establecer medidas adaptadas a las necesidades de las mismas,
respetando los derechos de los niños y de sus familias; limitar al máximo
el número de entrevistas con los menores, asegurando que estas se reali-
cen en entornos tranquilizadores, con profesionales formados a tal fin.

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responsabilidad, actuación y recursos contra el abuso infantil 611

Seguimiento
también se acuerda crear un mecanismo de seguimiento específico para
garantizar la aplicación del convenio. Con ello se pretende asegurar el
cumplimiento del mismo por parte de los estados, y su eficacia a largo
plazo.

5. El marco legal español

el marco de protección propuesto por el Consejo de europa debe con-


cretarse en cada país. la legislación española recoge estas medidas de
protección a través de leyes concretas que nos involucran. la identifica-
ción y posterior notificación de casos de abuso sexual infantil, por ejem-
plo, nos atañe a todos. Podemos identificar abusos en nuestro entorno y
estamos legalmente obligados a notificar todas las situaciones de riesgo o
desamparo infantil, tal como recoge la ley de modificación del sistema
de protección a la infancia y a la adolescencia5.

5. ley 26/2015, de 28 de julio, de modificación del sistema de protección a la in-


fancia y a la adolescencia (Boe núm. 180, de 29/07/2015), que modifica la
anterior ley orgánica 1/1996, de 15 de enero, de Protección jurídica del Me-
nor (Boe 15/1996, de 17 de enero de 1996). art.13, apdo. 1. «toda persona
o autoridad, y especialmente aquellos que por su profesión o función detecten
una situación de maltrato, de riesgo o de posible desamparo de un menor, lo
comunicarán a la autoridad o a sus agentes más próximos, sin perjuicio de pres-
tarle el auxilio inmediato que precise».
ley 26/2015, de 28 de julio, de modificación del sistema de protección a
la infancia y a la adolescencia (Boe núm. 180, de 29/07/2015) que modifica
la anterior ley orgánica 1/1996, de 15 de enero, de Protección jurídica del
Menor (Boe 15/1996, de 17 de enero de 1996). art. 13, apdo. 4. «toda per-
sona que tuviera noticia, a través de cualquier fuente de información, de un he-
cho que pudiera constituir un delito contra la libertad e indemnidad sexual, de
trata de seres humanos, o de explotación de menores, tendrá la obligación de
ponerlo en conocimiento del Ministerio Fiscal sin perjuicio de lo dispuesto en
la legislación procesal penal».

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612 pilar polo

5.1. La responsabilidad penal


la ley penal prevé la pena que se debe imponer a las personas que come-
tan hechos definidos como delito. también prevé mecanismos de protec-
ción de las víctimas, como la elevación de la edad de consentimiento se-
xual a los 16 años. el Código Penal español prevé penas de prisión para
los diversos delitos que se pueden cometer en el ámbito del maltrato in-
fantil y penas accesorias que se pueden imponer, como las prohibiciones
siguientes (art. 57 en relación con el art. 48):
• la privación del derecho a residir en determinados lugares o acudir
a ellos.
• la prohibición de aproximarse a la víctima o a los familiares y a otras
personas que determine el/la juez/a o tribunal.
• la prohibición de comunicarse con la víctima, o con los familiares y
con otras personas que determine el/la juez/a o tribunal.
también se prevé la posibilidad de imponer al autor la pena de in-
habilitación profesional, que puede afectar a educadores/as si han come-
tido el delito en el ejercicio de su profesión.
desde 2010 se puede imponer también al condenado la medida de se-
guridad de libertad vigilada que se tendría que ejecutar una vez haya aca-
bado de cumplir la pena de prisión. además, el art. 262 de la ley de en-
juiciamiento Criminal establece la obligación de denunciar todos los
delitos públicos6. esta obligación afecta a todos los delitos contra la vida
y contra la integridad física y moral (lesiones y maltratos) y relativos a la
prostitución y pornografía infantil.

6. real decreto de 14 de septiembre de 1882 por el que se aprueba la ley de en-


juiciamiento Criminal (Boe núm. 260, de 17/09/1882). art. 262 «los que
por razón de sus cargos, profesiones u oficios tuvieren noticia de algún delito
público, estarán obligados a denunciarlo inmediatamente al Ministerio Fiscal,
al tribunal competente, al juez de instrucción y, en su defecto, al municipal o
al funcionario de policía más próximo al sitio, si se tratare de un delito fla-
grante. los que no cumpliesen esta obligación incurrirán en la multa señalada
en el artículo 259, que se impondrá disciplinariamente».

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responsabilidad, actuación y recursos contra el abuso infantil 613

además, el art. 450 prevé la imposición de penas de prisión y multa a


aquellos que no impidan un delito que afecte la vida, la integridad, sa-
lud, libertad o libertad sexual de las personas, o que no acudan a las au-
toridades para que estas lo impidan. lo que se castiga no es el mero he-
cho de no denunciar, sino de no impedir que se cometa el delito con una
intervención inmediata y sin riesgo propio.

5.2. La responsabilidad civil


los artículos 109 y 116 del Código Penal prevén que las personas res-
ponsables de un delito o falta lo son también civilmente. además, el art.
120 prevé también la condena como responsable civil subsidiario de las
personas naturales o jurídicas por los delitos cometidos en los estableci-
mientos de los que sean titulares, cuando por parte de sus directores o
administradores o de sus empleados se hayan infringido normas o regla-
mentos relacionados con el delito.
Con base en esta disposición, varios tribunales han condenado a pro-
pietarios de escuelas, entre ellos algunas congregaciones religiosas, como
responsables civiles subsidiarios en casos de abusos sexuales cometidos
por maestros o por monitores de actividades de ocio. el hecho que el de-
lito se haya cometido en el espacio social y en horario de actividad ha
sido en estos casos el criterio determinante.
el responsable civil subsidiario está obligado a pagar en favor de la vícti-
ma la indemnización fijada en concepto de daños físicos o morales cuan-
do no pueda hacerse efectiva con el patrimonio de los obligados princi-
pales, que son los autores y cómplices del delito.

6. Recursos

a nivel de recursos adonde acudir en caso de necesitarlo, existe un telé-


fono internacional para la protección de niños y adolescentes, que es el
116 111. en este teléfono, gratuito y permanente, podemos asesorarnos
en los casos de sospecha y seremos respondidos desde nuestra propia co-
munidad autónoma. es importante también dar a conocer este teléfono

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614 pilar polo

a niños y adolescentes para que dispongan de un recurso dirigido espe-


cialmente a ellos.
Cada comunidad autónoma tiene un sistema de protección de la infan-
cia y adolescencia con equipos que valorarán si el niño o niña está en una
situación de desamparo y tomarán medidas de protección, si fueran ne-
cesarias. en caso de necesidad, se recomienda utilizar el teléfono de la in-
fancia y pedir información sobre adónde dirigirse según nuestra ubica-
ción y según sea nuestro sistema de protección de referencia.
existen entidades sociales y onGs especializadas en la prevención, tra-
tamiento e intervención en casos de abuso sexual infantil, que pueden
ayudar a tomar decisiones en casos de sospecha.
en la Fundación vicki Bernadet, por ejemplo, llevamos 20 años traba-
jando esta realidad, ofreciendo atención terapéutica y jurídica, asesoran-
do a profesionales que se encuentran frente a casos de abuso y realizando
acciones educativas y de sensibilización, tanto para la población general
como para profesionales que trabajan en el entorno de los niños y niñas.
la Federación de asociaciones para la Prevención del Maltrato infantil
(FaPMi), por otra parte, aglutina a algunas personas y asociaciones sen-
sibilizadas con la defensa de los derechos de los menores. Sus actividades
se centran en la protección de la infancia, la prevención del maltrato a
niños, niñas y adolescentes, el fomento del buen trato a la infancia y la
promoción de los derechos del niño.
Ser conocedores de estos recursos, reconocer qué es el abuso, cómo po-
demos actuar frente a él y ser proactivos en la protección de la infancia
puede convertirnos en el mejor recurso para aquellos niños que nos con-
fíen sus problemas. está en nuestras manos ser el recurso que necesitan.

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615

HÁGASE LA LUZ. IGLESIA CATÓLICA


Y ABUSO SEXUAL A MENORES
Miguel Campo Ibáñez, sj*

Fecha de recepción: mayo de 2017


Fecha de aceptación y versión final: junio de 2017

Resumen
La realidad de los abusos sexuales a menores cometidos por clérigos en la Iglesia
católica ha supuesto uno de los más importantes retos a los que se ha tenido que
enfrentar la institución en los últimos años. El autor, desde el Derecho Canóni-
co y la praxis profesional, presenta el status actual de la cuestión, analiza las res-
puestas de los tres últimos romanos pontífices y, sobre esa base, propone los que
considera son los principales retos actuales y de futuro para un adecuado abor-
daje de la cuestión de los abusos sexuales a menores o personas vulnerables por
parte de clérigos en la Iglesia.
PalaBraS Clave: abusos sexuales, menores, clérigos, víctimas en la iglesia,
protección de menores.

Let there be light. The Catholic Church


and the sexual abuse of minors

Abstract
The reality of child molestation crimes committed by the clergy of the Catholic
Church has been one of the biggest challenges for the institution to overcome in
recent years. Drawing from Canon Law and professional practice, the author

* Profesor de derecho Canónico en la universidad P. Comillas. asesor jurídico


de la Conferencia española de religiosos (ConFer).
<mcampo@comillas.edu>; <asesorjuridico@confer.es>.

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616 miguel campo ibáñez, sj

gives an overview of the current state of play and studies the responses of the three
last Roman Pontiffs. On this basis, he lays out what he believes to be the key
challenges at present and for the future to properly tackle the predicament of sex-
ual abuse of children or vulnerable persons committed by clergyman of the
Church.
Key wordS: sexual abuse, minors, clergymen, victims in the Church, child
protection
–––––––––––––––

Planteamiento

Con ocasión de la fiesta de los Santos inocentes del año 2016, el 28 de


diciembre, el papa Francisco escribía una carta a los obispos de la iglesia
católica1. en ella comenzaba señalando a sus hermanos en el episcopado
que tanto él como ellos, en tanto que pastores, han recibido la llamada
a acrecentar en medio del pueblo la alegría del anuncio evangélico reno-
vado por el misterio de la navidad: que dios está en medio de nuestro
pueblo. Sin embargo, señalaba el papa, la navidad viene acompañada
también del llanto. el mensaje del papa recordaba que no solo en ramá
se escucha un llanto (Mt 2,18 citando a jr 31,15), sino que también hoy,
en nuestro tiempo, se sigue escribiendo un capítulo en la dolorosa his-
toria del maltrato infantil. y no un maltrato cualquiera, sino uno espe-
cialmente cualificado y doloroso por haber tenido lugar (¿por seguir te-
niendo lugar?) dentro de la iglesia.
las palabras del papa son elocuentes y desgarradoras:
«escuchemos el llanto y el gemir de estos niños; escuchemos el llan-
to y el gemir también de nuestra madre la iglesia, que llora no solo
frente al dolor causado en sus hijos más pequeños, sino también
porque conoce el pecado de algunos de sus miembros: el sufri-

1. Carta del Santo Padre Francisco a los Obispos en la fiesta de los Santos Inocentes,
de 28 de diciembre de 2016. http://w2.vatican.va/content/francesco/es/let
ters/2016/documents/papa-francesco_20161228_santi-innocenti.html. (Con-
sultado el 16-05-2017).

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hágase la luz. iglesia católica y abuso sexual a menores 617

miento, la historia y el dolor de los menores que fueron abusados


sexualmente por sacerdotes. Pecado que nos avergüenza. Personas
que tenían a su cargo el cuidado de esos pequeños han destrozado
su dignidad. esto lo lamentamos profundamente y pedimos per-
dón. nos unimos al dolor de las víctimas y, a su vez, lloramos el pe-
cado. el pecado por lo sucedido, el pecado de omisión de asisten-
cia, el pecado de ocultar y negar, el pecado del abuso de poder».
la constatación de esta realidad de abuso a los más pequeños y despro-
tegidos no puede llevarnos a quedarnos en el llanto y la petición de per-
dón, siempre necesarios («la iglesia también llora con amargura este pe-
cado de sus hijos y pide perdón»), sino que debe movilizar a todos en la
iglesia, comenzando por los pastores, a que...
«... renovemos todo nuestro empeño para que estas atrocidades
no vuelvan a suceder entre nosotros. tomemos el coraje necesa-
rio para implementar todas las medidas necesarias y proteger en
todo la vida de nuestros niños, para que tales crímenes no se re-
pitan más. asumamos clara y lealmente la consigna “tolerancia
cero” en este asunto».

1. ¿Es necesario que hablemos de esto,


que sigamos hablando de esto?
Quiero comenzar con una pregunta: después de los años transcurridos des-
de las primeras denuncias por abusos, ¿sigue siendo necesaria una reflexión
en el seno de la iglesia acerca de los abusos a menores y personas vulnera-
bles? alguien podría contestar a esta pregunta diciendo que no, que lleva-
mos ya muchos años, quizá demasiados, reflexionando sobre esta cuestión2
y que la iglesia ya ha hecho todo lo que debía: pedir perdón, castigar a los
culpables y adoptar medidas para que estas execrables conductas no vuel-

2. C. BöhM, j. FeGert, et alii, «Child Sexual abuse in the Context of the ro-
man Catholic Church: a review of literature from 1981-2013»: Journal of
Child Sexual Abuse 23 (2014), 635-656. Citado por h. zollner, Sj, «dios
mío, ¿por qué me has abandonado? espiritualidad y manejo del abuso a me-
nores»: Razón y Fe 275 (2017), 325 (323-333).

Sal Terrae | 105 (2017) 615-627


618 miguel campo ibáñez, sj

van a repetirse en su seno. otros pensamos que sí, que la iglesia no puede
desentenderse de los problemas, de los sufrimientos y desgarros padecidos
por los hombres y mujeres de nuestro tiempo, y especialmente de los pa-
decidos por los más pequeños y vulnerables. la realidad de los abusos se-
xuales sobre menores y personas vulnerables es incontestable en nuestra so-
ciedad y, por desgracia, también en el seno de la iglesia católica.
durante mucho tiempo, los católicos latinos (españoles, italianos, por-
tugueses y latinoamericanos) nos consolábamos pensando, y aun afirman-
do, que esta realidad dolorosa de los abusos sexuales a menores era algo
que afectaba a otras comunidades, a otras sociedades. Primero dijimos que
la cuestión de los abusos era algo propio del mundo anglosajón, marcado
por unas pautas culturales de represión que no se dan en nuestro contex-
to cultural: ¡esto aquí no ha pasado nunca! después comenzamos a verlo
en otros contextos más cercanos, los países centroeuropeos (holanda, ale-
mania, etc.) y quizá nos contentamos aplicando de nuevo la misma res-
puesta. hoy ya, ciertamente, no cabe esta respuesta por nuestra parte. to-
davía en algunas partes del mundo se sigue pensando que la realidad de los
abusos es algo propio de las «decadentes iglesias occidentales»3.
la tozuda realidad nos ha ido demostrando a todos que el abuso sexual
a menores es algo que traspasa todas las fronteras, y que la iglesia católi-
ca no es inmune a esta lacra en ninguno de los contextos en los que se
encuentra presente.
Cuanto antes tomemos conciencia de esta realidad de los abusos a me-
nores y personas vulnerables, antes se producirá dentro de la iglesia el
cambio cultural necesario para que todos nos comprometamos –activa-
mente– a ser agentes de creación de un entorno que podamos calificar
como seguro dentro de la iglesia. Probablemente nunca consigamos

3. «Sostenemos que se abusa sexualmente de menores en el mundo entero. aunque


carecemos de cifras en muchos lugares, podemos deducir de las resoluciones de
la Congregación para la defensa (sic) de la Fe, la autoridad eclesial que dirige los
procesos penales contra los sacerdotes acusados, que este tipo de abuso se come-
te en cualquier parroquia. hoy podemos demostrar que el tan manido argu-
mento de que la violencia sexual contra menores es un problema de las decaden-
tes iglesias occidentales es falso e induce a error»: h. zollner, op. cit., 325.

Sal Terrae | 105 (2017) 615-627


hágase la luz. iglesia católica y abuso sexual a menores 619

erradicar del todo los abusos dentro de la iglesia, pero la movilización de


todos los católicos, y especialmente de los ministros y agentes pastorales,
llevará a que los abusadores sientan claramente que la iglesia católica es
todo lo contrario a un campo abonado para la comisión de sus crímenes;
que la iglesia es un entorno decidida y eficazmente comprometido con
la protección de los menores y personas vulnerables.
Con luces y sombras, con aciertos y fallos, los romanos pontífices han li-
derado a lo largo de los últimos años la respuesta de la iglesia a la reali-
dad de los abusos. es verdad que lo han hecho en reacción al conoci-
miento –al escándalo– de la magnitud de los abusos en su seno; pero
nadie podrá negar que lo han hecho con decisión, con valentía y coraje
evangélicos. en términos de reforma de la iglesia, siempre se ha hablado
de la necesidad de cambios «in capite et in membris». es claro que por
parte de la suprema autoridad en la iglesia se ha producido una conver-
sión clara, decidida, indudable; ahora bien, ¿es tan claro que dicha re-
forma haya descendido a los miembros?; ¿todos en la iglesia, y especial-
mente el clero y los agentes pastorales, nos hemos hecho conscientes de
la gravedad de este problema, de su presencia en todos los lugares del
mundo y de la necesidad de combatirlo activamente?
la respuesta de la autoridad en la iglesia, fundamentalmente los roma-
nos pontífices, pero también las conferencias episcopales, nos pueden
ayudar a cada uno de nosotros, primero, a ser conscientes de la gravedad
del problema; segundo, a reaccionar en nuestro día a día de una forma
correcta, adecuada, respetuosa; y, finalmente, a convertirnos, proactiva-
mente, en agentes de creación de entornos seguros para menores y per-
sonas vulnerables, dentro y fuera de la iglesia.

2. La reacción de los últimos papas


durante el pontificado de san juan Pablo ii explotó con toda su viru-
lencia el drama de los abusos a menores cometidos por miembros del cle-
ro y religiosos/as4.

4. «Sin embargo, su tratamiento, siendo firme, no fue lo suficientemente eficaz


como para crear una conciencia fuerte tanto en obispos como en sacerdotes y

Sal Terrae | 105 (2017) 615-627


620 miguel campo ibáñez, sj

juan Pablo ii no dudó nunca en calificar la conducta del abusador de


menores como acto criminal. así, en 1979, en su discurso a la rota ro-
mana, donde señala el sentido de la disciplina penal en la iglesia como
un remedio necesario para «recuperar las deficiencias del bien individual
y del bien común que se manifestaron en el comportamiento anti-ecle-
sial, delictivo y escandaloso de cualquier miembro del pueblo de dios»5.
el Código de derecho Canónico de 1983, en el can. 1.395 § 2, tipifica
como delito la acción del «clérigo que cometa de otro modo un delito
contra el sexto mandamiento del decálogo, cuando este delito haya sido
cometido con violencia o amenazas, o públicamente o con un menor
que no haya cumplido 16 años de edad».
en el año 2001, y ya con una mayor experiencia en el tratamiento de los
casos de abusos sexuales contra menores cometidos por clérigos, el mis-
mo papa mandó promulgar la carta apostólica en forma de motu proprio
«Sacramentorum sanctitatis tutela»6, a través del cual, y de cara a ofrecer

fieles. las víctimas tuvieron, casi siempre, una situación marcada por la impo-
tencia de no ser atendidas y, en muchos casos, no creídas». j. rodríGuez to-
rrente, «Proceso penal canónico y colaboración con la justicia estatal en los
delitos de abusos sexuales», en l. ruano eSPina, C. GuzMán Pérez (eds.), Re-
forma de los procesos de nulidad y otras novedades legislativas de Derecho Canóni-
co y Eclesiástico del Estado. Actas de las XXXVI Jornadas de Actualidad Canónica,
organizadas por la Asociación Española de Canonistas y celebradas en Madrid, los
días 30 y 31 de marzo y 1 de abril de 2016, dykinson, Madrid 2017, 25.
5. juan PaBlo ii, Discurso a la Rota Romana, de 17 de febrero de 1979, n. 3.
https://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/speeches/1979/february/docu-
ments/hf_jp-ii_spe_19790217_roman-rota.html. (Consultado el 16-05-
2017).
6. juan PaBlo ii, carta en forma de motu proprio «Sacramentorum sanctitatis tu-
tela», de 30 de abril de 2001. http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/la/
motu_proprio/documents/hf_jp-ii_motu-proprio_20020110_sacramento
rum-sanctitatis-tutela.html. (Consultado el 16-05-2017). el motu proprio fue
acompañado por una Carta a los obispos de la Iglesia católica y a otros ordinarios
y jerarcas sobre los delitos más graves reservados a la Congregación para la Doctri-
na de la Fe. http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/docu
ments/rc_con_cfaith_doc_20010518_epistula-graviora-delicta_sp.html.
(Consultado el 16-05-2017).

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hágase la luz. iglesia católica y abuso sexual a menores 621

un tratamiento reforzado a cada uno de los casos, se añade al elenco de


los delicta graviora reservados a la Congregación para la doctrina de la
Fe el abuso sexual cometido por un clérigo con un menor de 18 años.
en el mismo documento se establece un plazo para la prescripción del
delito de 10 años, a contar desde la fecha en que la víctima cumple los
18 años, pudiendo la Congregación suspender la prescripción para casos
concretos. en el año 2002, dirigiéndose a los cardenales norteamerica-
nos, el papa polaco manifestó tajantemente que «no hay sitio en el sa-
cerdocio o la vida religiosa para los que dañen a los jóvenes»7.
el papa Benedicto Xvi pasará a la historia sin duda por, entre otras cues-
tiones, su modo de afrontar la grave crisis de los abusos sexuales a me-
nores en la iglesia8. el papa ratzinger manifestó públicamente, con lu-
cidez y valentía, las causas, que él califica de «intraeclesiales», de esta
problemática. rodríguez torrente sintetiza del siguiente modo el análi-
sis llevado a cabo por Benedicto Xvi en la Carta a los católicos de Irlan-
da y en la Homilía de clausura del año sacerdotal9:
«afirma [el papa] que el modo de afrontar los casos de abusos se
ha convertido en parte del problema mismo. reconoce [...] que se
han cometido graves errores en la respuesta a las acusaciones, su-
brayando tanto la decepción y el desconcierto como la irritación
que muchos padecen por esta situación. Manifiesta que no se han
aplicado las normas propias del derecho canónico, confirmando

7. juan PaBlo ii, Discurso del Santo Padre Juan Pablo II en la reunión interdicas-
terial con los cardenales de Estados Unidos, de 23 de abril de 2002. http://w2.va
tican.va/content/john-paul-ii/es/speeches/2002/april/documents/hf_jp-ii
_spe_20020423_usa-cardinals.html. (Consultado el 16-05-2017).
8. Cf. j. ruBio Fernández, Tolerancia cero; la cruzada de Benedicto XVI contra la
pederastia en la Iglesia, desclée de Brouwer, Bilbao 2010.
9. Carta pastoral del Santo Padre Benedicto XVI a los católicos de Irlanda, de 19 de
marzo de 2010. http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/letters/2010/do-
cuments/hf_ben-xvi_let_20100319_church-ireland.html. (Consultado el 16-
05-2017); BenediCto Xvi, Homilía de clausura del año sacerdotal, de 11 de ju-
nio de 2010. http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/homilies/2010/
documents/ hf_ben-xvi_hom_20100611_concl-anno-sac.html. (Consultado
el 16-05-2017); j. rodríGuez torrente, op. cit., 27.

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622 miguel campo ibáñez, sj

que hubo una tendencia, motivada supuestamente por buenas in-


tenciones, de obviar enfoques penales de situaciones irregulares;
por lo que reconoce que no se han aplicado las normas sobre abu-
sos en menores por los responsables y dirigentes de algunas dióce-
sis, intentando salvaguardar el nombre de la iglesia, evitando es-
cándalos cuyo resultado fue la falta de aplicación de las penas
canónicas y la pérdida de la tutela de la dignidad de la persona».
el papa Benedicto Xvi partía del profundo convencimiento de que solo
una acción transparente y el reconocimiento de los pecados cometidos
devolverían el respeto del pueblo a la iglesia. al objeto de mejorar los
procedimientos de respuesta de la iglesia a las denuncias por casos de
abusos sexuales sobre menores por parte del clero, a lo largo de los años
2010 y 2011 vieron la luz una serie de documentos clave ofreciendo cau-
ces claros sobre la forma de responder a las acusaciones y de instruir los
procesos. en primer lugar, en 2010, con fecha 21 de mayo, se aprobaron
las modificaciones a las Normas sustanciales y procesales promulgadas en
el motu proprio Sacramentorum sanctitatis tutela, de 30 de abril de 2001.
las Normas fueron acompañadas por un abundante grupo de documen-
tos10 que ayudasen a una mejor comprensión y aplicación de las mismas.
en las nuevas Normas se clarifica el procedimiento y, partiendo de la pre-
misa de la atribución de la competencia a la Congregación para la doc-
trina de la Fe, se deposita una importante responsabilidad en los ordina-
rios (obispos, vicarios, superiores mayores de los institutos religiosos y
sociedades de vida apostólica clericales de derecho pontificio), de cara a
realizar un primer juicio de verosimilitud, adoptar las medidas cautela-
res más convenientes y conducir la investigación preliminar. un punto
importante de la reforma fue la clarificación de la obligación de coope-
ración con las autoridades civiles11.

10. las Normas se pueden consultar en http://www.vatican.va/resources/resour


ces_norme_sp.html. (Consultado el 16-05-2017). todos estos documentos,
con las correspondientes referencias de su publicación en Actae Apostolicae Se-
dis, se pueden encontrar en http://www.vatican.va/roman_curia/congregatio
ns/cfaith/doc_dis_index_sp.htm. (Consultado el 16-05-2017).
11. respecto a españa, ténganse en cuenta, de un modo especial, los artículos 11,

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hágase la luz. iglesia católica y abuso sexual a menores 623

Se puede señalar, como fruto de la decidida intervención del papa Bene-


dicto Xvi en el tema de los abusos sexuales a menores por parte de clé-
rigos, la consolidación de dos principios fundamentales, a saber: que los
abusos sexuales son en la iglesia, además de un pecado, un delito que
debe ser castigado; y que debe darse una colaboración total con las au-
toridades judiciales de los estados12. la praxis de la Congregación para
la doctrina de la Fe ha venido siendo constante, desde entonces, en res-
ponder afirmativamente a los requerimientos de las autoridades judicia-
les civiles, entregando las actas existentes y dejando en suspenso, mien-
tras ellos no resuelvan, los procedimientos canónicos.
la llegada del papa Francisco a la Sede de Pedro no ha hecho sino dar
continuidad, con mayor intensidad si cabe, a las líneas de actuación ini-
ciadas durante el pontificado de su predecesor. en su encuentro con un
grupo de víctimas en su residencia de Santa Marta, el 7 de julio de 2014,
Francisco puso de manifiesto una línea de pensamiento que se ha man-
tenido constante a lo largo de su pontificado:
«no hay lugar en el ministerio de la iglesia para aquellos que co-
meten estos abusos, y me comprometo a no tolerar el daño infli-
gido a un menor por parte de nadie, independientemente de su
estado clerical»13.
Quiero destacar dos medidas concretas adoptadas por el papa Francisco.
en primer lugar, la constitución, el 22 de marzo de 2015, de la Comisión
Pontificia para la tutela de los menores14. el objetivo de esta comisión será

12 y 13 de la ley 26/2015, de 28 de julio, De modificación del sistema de pro-


tección a la infancia y a la adolescencia. Boe 180, de 29 de julio, p. 64.544;
rect. Boe 285 de 28 de noviembre, p. 112.456.
12. j. rodríGuez torrente, op. cit., 51.
13. Homilía del Santo Padre Francisco en la Santa Misa en la capilla de la Casa San-
ta Marta con algunas víctimas de abusos sexuales por parte del clero, de 7 de ju-
lio de 2014. https://w2.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2014/docu-
ments/papa-francesco-cotidie_20140707_vittime-abusi.html. (Consultado el
16-05-2017).
14. Quirógrafo del Santo Padre Francisco para la institución de la Comisión Pontifi-
cia para la protección de los menores. https://w2.vatican.va/content/francesco/es/

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624 miguel campo ibáñez, sj

asesorar al romano pontífice y promover, junto con la Congregación para


la doctrina de la Fe, una adecuada respuesta de la iglesia a los casos de
abusos sexuales, así como la promoción de una cultura de activa creación
de entornos seguros para los menores, dentro y fuera de la iglesia.
en segundo lugar, exponer, con claridad meridiana, el verdadero orden
de preferencia en los bienes jurídicos a proteger y que podemos sinteti-
zar con un «las víctimas, ante todo». el objetivo irrenunciable de la igle-
sia es la creación, dentro y fuera de la iglesia, de entornos seguros para
los menores y los adultos vulnerables.
«no se podrá dar prioridad a ningún otro tipo de consideración,
de la naturaleza que sea, como, por ejemplo, el deseo de evitar el
escándalo, porque no hay absolutamente lugar en el ministerio
para los que abusan de los menores»15.
en esta línea se sitúa el motu proprio «Como una madre amorosa»16, en
el que se aclara que, entre las causas de remoción del oficio de obispo o
de superior mayor en un instituto de vida consagrada o en una sociedad
de vida apostólica, se encuentra la negligencia en relación a los casos de
abuso sexual a menores y adultos vulnerables previstos en el motu proprio

letters/2014/documents/papa-francesco_20140322_chirografo-pontificia-
commissione-tutela-minori.html. en esta misma página se recogen los estatu-
tos de la comisión, aprobados por el Cardenal Secretario de estado, Pietro Pa-
rolin, el 21 de abril de 2015. (Consultado el 16-05-2017).
15. Carta del Santo Padre Francisco a los Presidentes de las Conferencias Episcopales y
a los Superiores de los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apos-
tólica acerca de la Pontificia Comisión para la tutela de los menores, de 2 de fe-
brero de 2015. https://w2.vatican.va/content/francesco/es/letters/2015/docu-
ments/papa-francesco_20150202_lettera-pontificia-commissione-tutela-mino
ri.html. (Consultado el 16-05-2017).
16. Carta apostólica en forma de motu proprio (en italiano) del Sumo Pontífice Fran-
cisco «Come una madre amorevole», de 4 de junio de 2016. https://w2.vati-
can.va/content/francesco/it/motu_proprio/documents/papa-francesco-motu-
proprio_20160604_come-una-madre-amorevole.html. (Consultado el 16-05-
2017). una buena presentación y síntesis de la misma, en castellano: https://
press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2016/06/04/mot.
html. (Consultado el 16-05-2017).

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hágase la luz. iglesia católica y abuso sexual a menores 625

«Sacramentorum santitatis tutela». esta negligencia alcanza tanto a la co-


misión u omisión culposa de actos que hayan generado un daño como a
la omisión de la diligencia debida en su función pastoral, incluso sin gra-
ve culpa moral por parte suya. el mensaje no puede ser más claro: no se
va a tolerar la más mínima negligencia por parte de los responsables úl-
timos de la protección de los más débiles: los ordinarios en la iglesia.

3. El presente. Reaccionar correctamente

el cuadro expuesto pone claramente de relieve la voluntad de la supre-


ma autoridad en la iglesia y fija el marco normativo básico de la iglesia
católica en el tema de los abusos sexuales a menores.
las diversas iglesias particulares han venido siendo urgidas y ayudadas a
acomodar a los contextos locales estas directrices y mandatos. la Confe-
rencia episcopal española, ya en 2010, elaboró dos protocolos de actua-
ción17 que están sirviendo de punto de referencia no solo para las dióce-
sis españolas, sino también para los institutos de vida consagrada y las
sociedades de vida apostólica, que, además, cuentan por lo general con
sus propios protocolos de actuación.
toca ahora una apropiación cabal de todo este cuadro normativo, co-
menzando por su conocimiento y su aplicación diligente, y siguiendo
por la aprobación e implantación de unos protocolos y procedimientos
que garanticen adecuadamente los derechos de las víctimas, y también
de los presuntos agresores, que ayuden a crear, sin demora, una cultura
de efectiva protección de los menores y personas vulnerables.

17. «Protocolo de actuación de la iglesia para tratar los casos de los delitos más gra-
ves contra la moral por parte de los clérigos» y «Protocolo de actuación de la
iglesia en españa conforme a la legislación del estado», ambos de 22 de julio
de 2010. http://www.conferenciaepiscopal.es/protocolos-de-actuacion-ante-
agresiones-sexuales-contra-menores/. (Consultado el 16-05-2017).

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626 miguel campo ibáñez, sj

4. Retos de futuro

todos debemos asimilar, especialmente los pastores, y de una vez por to-
das, la inversión del orden de prioridades de la iglesia en este campo. el
bien jurídico protegido, el bien público fundamental de la iglesia, no es
la evitación del escándalo, sino la justicia que se debe a las víctimas.
tenemos que aprender a situarnos, definitivamente, ante esta dolorosa
realidad. las víctimas piden, en primer lugar, ser escuchadas, y que se
haga con toda la seriedad, con todo rigor. la experiencia nos va demos-
trando también que los pastores tienden, cuando reaccionan, a situarse
en un papel de reconciliadores. Por expresarlo en términos gráficos: obis-
pos y superiores tienden a colocarse con las víctimas en una mesa re-
donda; las víctimas, por contra, les recuerdan que no, que ellos están del
lado de la institución que ha permitido, muchas veces por negligencia,
que los abusos sucedan, que la mesa debe ser angular. el perdón requie-
re ser expresado en el encuentro entre dos miradas.
Queda mucho camino por andar, comenzando por hacernos verdadera-
mente conscientes de la enorme gravedad del problema, del enorme
daño que causa a las víctimas y a toda la iglesia. Si aprendemos a reac-
cionar adecuadamente, con todo el rigor a que las víctimas tienen dere-
cho, no poco se habrá conseguido.
Pero esto no es suficiente, los protocolos de actuación (reacción) y de
creación de entornos seguros tienen que ser «recibidos» por todo el cuer-
po de la iglesia local o del instituto religioso o sociedad de vida apostólica;
y tienen que ser, además, correctamente seguidos, dotando a los programas
de personal y presupuesto adecuados y evaluados periódicamente.
todos, pero especialmente el clero y los agentes pastorales, deberíamos
participar regularmente en programas de acreditación (más allá de un cer-
tificado negativo de antecedentes penales por delitos contra la libertad se-
xual) para poder demostrar que hemos recibido una formación de calidad
en este tema, y también las instituciones deberían, a medio plazo, acudir a
mecanismos de acreditación externa con los que se garantice, objetiva-
mente, que esa institución se ha comprometido activa y rigurosamente en
la creación de un entorno seguro para menores y personas vulnerables.

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hágase la luz. iglesia católica y abuso sexual a menores 627

todos, por la gravedad del daño, porque se lo debemos a las víctimas,


porque nos jugamos nuestra credibilidad como iglesia, deberíamos con-
vertirnos en agentes activos de creación de entornos seguros. repito aquí
lo ya señalado al comienzo de esta aportación: no podemos garantizar
absolutamente que en la iglesia no vuelvan a existir abusadores, pero sí
podemos y debemos decir a los abusadores que la iglesia ya no es un lu-
gar donde poder cometer sus crímenes, que no hay lugar para ellos, y de-
cir a las víctimas que siempre estaremos con ellos y por ellos, y que va-
mos a hacer todo lo posible por evitar que alguien vuelva a ser objeto de
abuso sexual dentro de la iglesia.
termino recogiendo las palabras del papa Francisco a las víctimas en su
viaje apostólico a estados unidos:
«Para aquellos que fueron abusados por un miembro del clero, la-
mento profundamente las veces en que ustedes o sus familias de-
nunciaron abusos pero no fueron escuchados o creídos. Sepan que
el Santo Padre les escucha y les cree. lamento profundamente que
algunos obispos no cumplieran con su responsabilidad de proteger
a los menores. es muy inquietante saber que en algunos casos in-
cluso los obispos eran ellos mismos los abusadores. Me compro-
meto a seguir el camino de la verdad, dondequiera que nos pueda
llevar. el clero y los obispos tendrán que rendir cuentas de sus ac-
ciones cuando abusen o no protejan a los menores»18.

18. discurso del Santo Padre Francisco en su encuentro con víctimas de abusos se-
xuales, de 27 de septiembre de 2015. http://w2.vatican.va/content/francesco/
es/speeches/2015/september/documents/papa-francesco_20150927_usa-vitti
me-abusi.html. (Consultado el 16-05-2017).

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daniel Pittet
Le perdono, padre
Sobrevivir
a una infancia rota

224 págs.
P.v.P.: 19,90 €

el calvario de un niño que durante cuatro años fue violado por un sacer-
dote. el camino de la curación fue largo, pero el apoyo de las personas
cercanas y su fe salvaron a daniel, que se insertó en la vida profesional,
se casó y fundó una familia. a principios del siglo XXi, daniel denuncia
a su violador y consigue que la iglesia reconozca los crímenes cometidos.
a pesar de todo, manifiesta su voluntad de perdonar a su agresor. un li-
bro conmovedor y luminoso.

Apartado de Correos, 77 - 39080 Santander (ESPAÑA)


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629

HONRAR SU DOLOR:
EL ACOMPAÑAMIENTO A LAS VÍCTIMAS
DE ABUSO SEXUAL INFANTIL
A LO LARGO DE LA VIDA
Pepa Horno Goicoechea*

Fecha de recepción: abril de 2017


Fecha de aceptación y versión final: junio de 2017

Resumen
El abuso sexual infantil es una experiencia traumática que genera en la víctima
modelos cognitivos y afectivos sobre el mundo, sobre sí misma y sobre las relaciones
con los demás que va a tener que hacer conscientes y aprender a manejar el resto
de su vida. Este proceso solo será posible si cuenta con un entorno que le acompa-
ñe, que no niegue el abuso ni tampoco condene a la persona como enferma o loca.
En el artículo se desarrollan estos esquemas internalizados, así como las falsas cre-
encias sobre el proceso de recuperación. Propone además las pautas clave para un
acompañamiento emocional a la víctima a lo largo de toda su vida.
PalaBraS Clave: abuso sexual infantil, acompañamiento, culpa, parálisis,
agotamiento, disociación.

Honouring their pain:


lifelong support for victims of child sexual abuse

Abstract
Child sexual abuse is a traumatic experience that develops cognitive and
emotional patterns in victims in relation to their view of the world, them-
selves and relationships with others that they will have to recognise and learn

* Consultora en infancia, afectividad y Protección. <pepa@espiralesci.es>.

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630 pepa horno goicoechea

to handle for the rest of their lives. This process will only be possible in an
environment that offers support, acknowledges abuse and avoids condemning
the person as sick or insane. The article delves into these internalised frame-
works, as well as the misconceptions about the healing process. It also pro-
poses key guidelines to offering emotional support to the victim throughout
their whole life.
Key wordS: Child sexual abuse, support, blame, paralysis, exhaustion,
dissociation.

–––––––––––––––

1. La actitud de quien acompaña: honrar el dolor

el acompañamiento a las personas que fueron víctimas de abuso sexual


cuando eran niños, niñas o adolescentes a lo largo de su vida exige mi-
rar el abuso sexual infantil en su verdadera complejidad. tan equivoca-
do es asumir que el abuso sexual infantil es una «enfermedad crónica»
que no tiene cura como decir que el abuso sexual infantil se puede «su-
perar», «olvidar» o «pasar página».
al igual que todas las vivencias traumáticas que tienen lugar en la fase
del desarrollo evolutivo en que se está construyendo la estructura de la
personalidad, el abuso sexual infantil es una experiencia que deja huella
en el psiquismo. es una huella que forma parte de los esquemas afecti-
vos y cognitivos que la persona usa para afrontar el mundo. Pero lo que
determina el desarrollo de la persona no es tanto esa huella cuanto el sig-
nificado que la persona le adjudica.
Muchas personas logran convertir el abuso sexual infantil en una expe-
riencia que les brinda fortaleza emocional. Pero lograr esa transforma-
ción requiere un esfuerzo interno que difícilmente se puede comprender
por parte de quien no lo ha vivido y que conlleva un agotamiento emo-
cional importante que, si no se regula bien, puede acabar dañando la sa-
lud física y emocional.
Para un proceso de acompañamiento eficaz se requieren tres condiciones
actitudinales en la persona que acompaña. Primero, no negar el abuso,

Sal Terrae | 105 (2017) 629-641


honrar su dolor: el acompañamiento a las víctimas de abuso... 631

no minusvalorarlo ni quitarle importancia. estar dispuesto a afrontar el


abuso y hablar de ello tantas cuantas veces la persona lo necesite a lo lar-
go de su vida. no utilizar expresiones como «Tienes que pasar página»,
«Tienes que mirar adelante» o «Tienes que olvidarlo», que la culpabilizan
y la hacen responsable de no mejorar.
a lo largo de toda su vida habrá estímulos, vivencias o situaciones que
despierten la memoria traumática y vuelvan a traer la experiencia del
abuso al presente. Si la víctima tiene en ese momento alguien con quien
hablarlo sin sentirse culpabilizada por ello, la re-experimentación trau-
mática será momentánea y no generará daño en la persona. Si, por el
contrario, la persona no dispone de ese acompañamiento sin juicio ni
culpabilización, puede comenzar o reanudarse la sintomatología.
Sin embargo, esa necesidad de hablar del abuso choca contra la necesi-
dad de autoprotección por parte del entorno. el abuso sexual infantil
cuestiona la visión del mundo como un lugar protector. rompe la soli-
dez de las creencias de las personas que lo sufren tanto como las de su
entorno, especialmente en los casos de abuso sexual cometido por per-
sonas que eran referentes familiares o espirituales. Por eso el entorno
siempre va a tender a protegerse, para mantener su propia sensación de
seguridad. negar el abuso o restarle importancia es la salida más fácil.
no es una actitud asumida siempre desde la mala intención o de forma
consciente, sino desde una necesidad inconsciente de autoprotección.
la segunda condición sería no tratar a la persona víctima como si estu-
viera «loca» o «enferma», como si tuviera una enfermedad crónica que la
hiciera menos capaz. las personas que fueron víctimas de abuso sexual
infantil pueden presentar a lo largo de toda su vida re-experimentacio-
nes de la vivencia traumática que las lleven a tener indicadores conduc-
tuales problemáticos. es parte de su proceso y, como tal, tiene su entor-
no que entenderlo. Por eso los grupos de autoayuda para adultos que
fueron víctimas de abuso sexual infantil en la infancia juegan a veces un
rol tan importante. Brindan a las personas un entorno en el que lo que
les sucede es visto como comprensible y normal.
y la tercera condición supone reconocer a la persona el derecho a la ra-
bia. a menudo desde una buena intención, pero un erróneo enfoque téc-

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nico (fruto casi siempre de la falta de formación), se intenta conducir a


la víctima a «pasar página», a «estar tranquila». Se contempla la rabia
como indicador de falta de integración emocional de la experiencia del
abuso, cuando, por el contrario, es en muchas ocasiones un indicador de
consciencia y de cambio. las personas que fueron víctimas de abuso se-
xual infantil necesitan expresar la rabia que surgirá conforme integren
emocionalmente la experiencia y adquieran conciencia de la magnitud
del daño. Quien las acompaña debe darle un espacio de legitimidad a esa
rabia. no hacerlo supone una actitud hipócrita en quien acompaña y
una condena hacia la persona que lo sufrió. y en este sentido, resulta es-
pecialmente dañino el vincular, como se hace a veces, su recuperación al
perdón al agresor o agresora y la reconstrucción del vínculo afectivo que
los unió.

2. El significado de ser víctima de abuso sexual infantil

Ser víctima de abuso sexual infantil cambia la forma de ver el mundo del
niño, niña o adolescente y condiciona la estructura de su personalidad.
es como si se hiciera una «herida» profunda. al principio sangra e impi-
de el desarrollo de la persona. Pero se puede curar la herida, haciendo
que la piel cicatrice. y acabado el proceso de sanación, la piel que quede
al caerse la costra será una piel sana, que permitirá a la persona desarro-
llarse plenamente y ser feliz. no solo ser feliz, sino serlo conscientemen-
te, cosa que quizá personas que no han vivido experiencias traumáticas
en la infancia no lleguen a hacer nunca. Pero esa piel será una piel dife-
rente de lo que habría sido si no hubiera sufrido la herida.
Fruto de la experiencia del abuso, la persona interioriza algunos esquemas
cognitivos que pueden marcar su desarrollo. esquemas en los que va a ne-
cesitar poner conciencia para poder deshacerlos o, como mínimo, apren-
der a gestionarlos. a continuación, se desarrollan los más relevantes.

la viSión del Mundo CoMo un luGar Frío y ateMorizante: «En este


mundo solo te tienes a ti». «Hay que andar con ojo siempre». «Hay que pro-
tegerse». «No puedes esperar ayuda de los demás...»

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honrar su dolor: el acompañamiento a las víctimas de abuso... 633

el abuso sexual infantil genera un miedo paralizante que invade a la per-


sona desde que es niño, niña o adolescente. un miedo que, si no se abor-
da, va a condicionar su visión del mundo y su forma de desenvolverse en
él. rompe la visión que necesita un niño o niña del mundo como un lu-
gar seguro, y de sus figuras parentales como referentes de seguridad y
omnipotencia.
a partir de ahí, la persona desarrolla mecanismos de supervivencia basa-
dos en el control. aprende a procesar cada cosa que sucede, a veces in-
formación muy sutil a nivel perceptivo y emocional. necesita controlar
lo que pasa y lo que va a pasar después. vive cualquier novedad como
amenazante. y requiere tiempos largos de adaptación a los nuevos en-
tornos, relaciones o lugares. este mecanismo de control puede producir
dos problemáticas comunes en las víctimas de abuso sexual. Por un lado,
pensamientos paranoides, donde «la gente quiere hacerme daño» o «nadie
es de fiar». Por otro, trastornos obsesivo-compulsivos, que surgen como
manifestaciones extremas de esa necesidad de control.

eSQueMaS SoBre la ProPia identidad: el daño más grave que produce


el abuso sexual en la infancia es la transformación de la visión que el
niño o niña tiene de sí mismo. y ese cambio genera una serie de esque-
mas clave:
a) «No soy digno de ser respetado, cuidado o querido». el aprendizaje del
respeto y el cuidado de uno mismo y de los demás, así como los mode-
los vinculares, se generan a partir de la vivencia de cuidado y crianza que
reciben los niños y niñas. al mismo tiempo, el pensamiento de un niño
o niña en los primeros años es autorreferencial. interpretan que lo que
sucede está relacionado siempre con ellos, porque aún no disponen de la
capacidad de teoría de la mente para diferenciarlo como algo ajeno. Por
lo tanto, si no les cuidan o no les respetan, o les quieren de forma dañi-
na, sienten, desde esa perspectiva autorreferencial, que es porque no son
dignos de otra cosa.
b) «Soy culpable y tengo que pagarlo». ese pensamiento autorreferencial,
unido a una necesidad de control que garantice la seguridad, genera una
vivencia de culpabilidad sobre el abuso que, se exprese o no, está pre-

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634 pepa horno goicoechea

sente siempre. Sienten que son culpables de lo que sucedió porque no lo


contaron, no gritaron o no se defendieron. en el fondo, la culpa se man-
tiene, porque es un mecanismo desesperado de control de la situación: si
la víctima interpreta que es culpable de lo sucedido, puede pensar tam-
bién que, si logra cambiar, el abuso cesará. Siente que está en sus manos
acabar con el abuso, y eso le hace sentir una falsa sensación de control.
Si, por el contrario, cree que el abuso es responsabilidad de quien le
agrede, esa creencia le deja totalmente impotente e incapaz de defen-
derse porque la posibilidad de acabar con el abuso es solo y exclusiva-
mente de quien abusa. esa vivencia de indefensión genera pánico. Por
eso la estrategia, perversa pero eficaz, que encuentra el psiquismo de ma-
nejar ese pánico es la culpa. esa culpa, si no se trabaja, permanece a lo
largo de toda la vida y lleva a la persona a pensar que tiene que pagar lo
que sucedió. y este esquema de culpa es el que sostiene la sintomatolo-
gía autodestructiva.
c) «No sé si seré capaz de cuidar, porque no fui capaz de cuidarme a mí
mismo». la vivencia de abuso en el marco de una relación de cuidado,
unida a la culpabilidad ya descrita sobre el abuso, puede llevar a la per-
sona al convencimiento de su incapacidad para asumir un rol de cuida-
do en una relación de intimidad y, sobre todo, en una relación parento-
filial. de esta forma puede decidir no establecer relaciones íntimas o no
asumir la paternidad o la maternidad. también puede suceder, desde una
posición reactiva, que pase gran parte de su vida creyendo que la mater-
nidad o paternidad es su deseo más profundo, justamente para paliar la
carencia de su infancia o para dar a otra persona lo que siente que no re-
cibió. Sin embargo, cuando llega el momento, le inunda el pánico. la
maternidad y la paternidad para un adulto que fue víctima de abuso se-
xual infantil en su infancia puede ser una vivencia especialmente atemo-
rizadora. Por un lado, por el pánico ante la posibilidad de que a su hijo
o hija le suceda lo mismo y no pueda impedirlo; y, por otro, por no te-
ner referentes de cuidado desde los que afrontar de forma eficaz la vi-
vencia de la crianza. en la mayoría de los casos, la llegada de un hijo o
hija supondrá una vivencia de miedo temporal en la que, si se les acom-
paña de forma adecuada, lo integran y se convierten, justamente por su
experiencia de infancia, en madres y padres conscientes y protectores.

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honrar su dolor: el acompañamiento a las víctimas de abuso... 635

Pero si no logran expresar ese miedo o no tienen con quién compartirlo,


ese miedo puede volverse paralizante y derivar en problemas en la cons-
trucción del vínculo afectivo temprano con sus hijos e hijas.
d) «No soy una persona, sino una cosa que puede ser usada». la vivencia
disociativa y de despersonalización que el niño o niña tiene que poner
en marcha para sobrevivir al abuso (no sentir lo que está ocurriendo,
pensar en otra cosa, imaginar que está en otro sitio, etc.) produce un ni-
vel de desconexión emocional de sus propias vivencias que, si no se tra-
baja, puede quedar anclada en la persona. de ese modo, cuando, como
adulto, afronta situaciones de peligro o de amenaza (y recordemos que
para un adulto que fue víctima de abuso sexual en la infancia esas vi-
vencias son más habituales), puede activar ese mismo mecanismo de des-
personalización y dejar de vivirse como «persona» para vivirse como una
«cosa». Muchas de las conductas de promiscuidad sexual adulta en per-
sonas que fueron víctimas de abuso sexual en la infancia tienen su ori-
gen en ese mecanismo disociativo.

eSQueMaS SoBre laS relaCioneS Con loS deMáS: igual que interiori-
zan esquemas con respecto a sí mismos, también generan esquemas so-
bre las relaciones interpersonales.
a) «Mantén a los otros suficientemente cerca, pero suficientemente lejos al
mismo tiempo, porque la intimidad es peligrosa». el abuso sexual une el
amor al miedo; la posibilidad de intimidad afectiva o sexual con otra
persona a la vivencia de la agresión. de este modo, tienen dificultades a
lo largo de toda su vida para confiar en otra persona y para la apertura
emocional. Porque todo ello supone exponer su vulnerabilidad, dejar de
mantener el control y asumir el riesgo de volver a ser agredidos. Como
adultos, aprenden de forma muy eficaz a mantener relaciones afectivas
que pueden ser cálidas, pero en las que la intimidad queda al margen.
Por ejemplo, no cuentan sus cosas, tienen dificultades para convivir en
una misma casa, porque implica exponerse demasiado o no cuentan que
están sufriendo hasta que ya han encontrado una forma de manejarlo.
b) El chantaje como una forma de relación afectiva aceptable. una de las
herramientas clave que emplean quienes abusan sexualmente de niños y

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636 pepa horno goicoechea

niñas para acercarse a ellos es establecer una relación afectiva cercana (o


aprovecharse de las que ya tienen construidas). esa relación les brinda la
posición de poder sobre el niño o niña para poder abusar de él o de ella
y conseguir que mantenga el silencio sobre lo que está pasando. es en-
tonces cuando llevan a cabo el abuso y les amenazan con destruirlos o con
destruir esa relación, que ha llegado a ser tan importante para el niño o la
niña, si revelan el abuso. de ese modo, al principio de una forma más in-
consciente y luego de una forma más evidente, el niño o niña aprende el
chantaje y la manipulación como una forma de relación afectiva. apren-
de tanto a chantajear como a dejarse chantajear. y les resulta difícil iden-
tificar la violencia psicológica que puedan recibir en otras relaciones.

3. Consecuencias del abuso sexual infantil a lo largo de la vida

la gravedad de las consecuencias del abuso sexual infantil en la vida de


una persona va a depender de los siguientes factores clave.
• la duración y gravedad del abuso. Cuanto mayor fue la duración y
la gravedad del abuso, tanto más graves son sus secuelas, por lo ge-
neral.
• Si pudo revelar el abuso de forma temprana, y su entorno le creyó en
su revelación, y recibió el sostén emocional imprescindible para po-
ner en marcha sus mecanismos de resiliencia. es necesario tener cla-
ro que el apoyo emocional del entorno no puede sustituirse con una
intervención profesional, por muy adecuada que esta sea. Si el en-
torno afectivo del niño o niña víctima no le cree y no le apoya, vive
dos formas de maltrato: el abuso sexual vivido y la negligencia y mal-
trato emocional de su entorno.
• Si recibió apoyo terapéutico especializado. no todos los niños, niñas
o adolescentes víctimas de abuso sexual van a presentar sintomatolo-
gía visible en el primer momento. Pero eso no garantiza que no la de-
sarrollen después. además, tal y como se ha visto, todos los adultos
que fueron víctimas de abuso sexual en su infancia van a necesitar un
entorno terapéutico (grupos de autoayuda, terapia, etc.) para poder

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honrar su dolor: el acompañamiento a las víctimas de abuso... 637

poner consciencia y aprender a manejar los esquemas que interiori-


zaron, fruto de la vivencia del abuso.
• Cómo de dañino fue el procedimiento judicial en caso de que se pre-
sentara denuncia posterior a la revelación. es fundamental tener pre-
sente que la mayoría de los casos de abuso sexual infantil nunca lle-
gan a ser denunciados. y al ser un delito que prescribe, en muchos
casos, cuando la persona se siente capaz de denunciarlo, ya no pue-
de hacerlo. y cuando sí son denunciados, el procedimiento judicial
en casos de abuso sexual infantil presenta a menudo una serie de ca-
rencias que provocan la victimización secundaria del niño o niña víc-
tima, agravando las consecuencias del abuso en sí mismo.
la sintomatología que desarrolla una persona que fue víctima de abuso
sexual infantil se estructura en torno a dos bloques conceptuales. Por un
lado, está la sintomatología derivada del agotamiento emocional. las per-
sonas que fueron víctimas de abuso sexual en la infancia tienen que hacer
un esfuerzo superior al de las personas que no lo fueron, para lograr un
desarrollo pleno a lo largo de su vida. ese esfuerzo puede provocar un
agotamiento emocional, que se plasmará bien en cuadros depresivos o an-
siosos, o bien en somatizaciones de variado espectro y gravedad. este ago-
tamiento emocional no es solo derivado de aprender a vivir con las se-
cuelas del abuso sexual infantil cuando estas no son tratadas. es también
el agotamiento emocional de quien ha de hacer un esfuerzo suplementa-
rio de consciencia para afrontar las vivencias de re-experimentación trau-
mática que surgirán a lo largo de su vida y las complicaciones que los es-
quemas internos analizados en el punto anterior le pueden producir.
el otro bloque es la sintomatología fruto de la disociación. Para sobrevi-
vir a una vivencia abrumadora y de la que no hay escapatoria, la perso-
na necesita separar de la consciencia una parte o la totalidad de lo que
está sucediendo. este proceso se llama «disociación». los mecanismos di-
sociativos que la persona tiene que poner en marcha para sobrevivir al
abuso sexual infantil pueden, si no son abordados de forma temprana y
eficaz, generar sintomatología de origen disociativo o trastornos de per-
sonalidad de tipo disociativo. lo que una persona va viviendo lo va al-
macenando en su memoria a largo plazo, que no le impide pensar, rela-

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638 pepa horno goicoechea

cionarse o trabajar, porque solo se activa puntualmente cuando algo le


recuerda esa experiencia. Sin embargo, aquello que se disocia queda ac-
tivado en la memoria a corto plazo permanentemente, consumiendo re-
cursos que la persona no puede dedicar a otras tareas. Pueden pasar años
y vivir, sin embargo, como si estuviera sucediendo el abuso en ese mis-
mo momento. en muchas personas se da el síndrome de estrés postrau-
mático complejo, que conlleva pesadillas repetidas, pensamientos obse-
sivos, problemas de atención y concentración, lentitud de pensamiento,
dificultad para memorizar secuencias complejas de información, etc.
esta sintomatología disociativa viene asociada a otras problemáticas ante
las cuales es necesario que los profesionales realicen siempre un diagnós-
tico diferencial y la búsqueda de historias de abuso sexual en la infancia:
las conductas agresivas o autolesivas, con especial atención a los cortes o
los golpes autoinfligidos, la tricotilomanía o, en el grado más extremo,
los intentos de suicidio; los trastornos de alimentación, con especial
atención a la bulimia; y las adicciones en sus diferentes manifestaciones:
alcoholismo, comida compulsiva, ludopatía o adicción al sexo.

4. Falsas creencias sobre el proceso de recuperación


la primera y más importante falsa creencia sobre el proceso de recupe-
ración de una persona que fue víctima de abuso sexual infantil ya se ha
comentado al inicio: creer que el abuso sexual infantil no tiene cura.
además de ser una creencia falsa, conlleva una condena para las perso-
nas que fueron víctimas. Pero hay algunas otras falsas creencias sobre el
proceso de recuperación que tienen que ver con los tiempos del proceso.
el proceso será casi siempre más lento de lo deseable, por los mecanis-
mos disociativos y la necesidad de control constante. del mismo modo,
es erróneo pensar que el proceso va a ser lineal. Será un proceso con
avances y retrocesos, con periodos de re-experimentación traumática y
detonantes de nuevas crisis. Cada persona evoluciona de forma diferen-
te, por lo que no hay tiempos estándar para ese proceso de recuperación.
en ese sentido, es esencial desmontar la falsa creencia de que, si no hay
sintomatología patológica al principio, nada más suceder el abuso en la

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honrar su dolor: el acompañamiento a las víctimas de abuso... 639

infancia, no la habrá ya en el futuro, porque la experiencia no ha afecta-


do a la persona. Como se ha descrito, gran parte de las consecuencias en
el desarrollo tienen que ver con los mecanismos disociativos que la per-
sona pone en marcha para sobrevivir, y esos mecanismos tardarán en fle-
xibilizarse y desaparecer. esto ocurrirá cuando la persona se encuentre en
un entorno de seguridad y con la solidez emocional suficiente. en mu-
chos casos, esto llegará ya en la edad adulta.

5. Algunas pautas para el acompañamiento


el primer paso del acompañamiento será siempre la reacción a la revela-
ción del abuso, llegue cuando llegue. la actitud ante la revelación se basa
en tres pilares: no cuestionar la veracidad del relato («Gracias por habér-
melo contado», «Qué valiente has sido al contarlo»); insistir siempre en la
desculpabilización de la persona, lo cuente de niño o ya de adulto
(«¡Cuánto siento tu dolor!» y «No tienes la culpa de lo que ha pasado») y ga-
rantizar el apoyo emocional y, si lo revelan de niños, la actuación pro-
tectora («No te voy a dejar solo, voy a ayudarte»).
después tocará asumir privada y públicamente la responsabilidad sobre
lo sucedido. no abusa de un niño quien quiere, sino quien puede. no
era el niño o la niña quien podía protegerse a sí mismo; eran los adultos
que le rodeaban los responsables de hacerlo. Si los niños, niñas y adoles-
centes crecieran en entornos seguros, el abuso sexual infantil no existiría,
sencillamente. y garantizar ese entorno de seguridad para los niños, ni-
ñas y adolescentes es responsabilidad de los adultos siempre.
y, a partir de ahí, ofrecer a la víctima los recursos que garanticen el pro-
ceso de recuperación:
• espacios terapéuticos adecuados. un proceso terapéutico de calidad
para una persona víctima de abuso sexual infantil requiere dos ele-
mentos. Primero, un modelo técnico que incluya elementos de la te-
oría del apego, la teoría del trauma y la psicología sistémica como es-
tándares mínimos de calidad en la intervención. Segundo, unas
capacidades terapéuticas en los profesionales a través de formación
específica sobre el tema y un tiempo mínimo de experiencia previa.

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640 pepa horno goicoechea

• una red afectiva de contención emocional. el apoyo y fortaleci-


miento de los grupos de autoayuda para adultos que fueron víctimas
de abuso sexual infantil, las campañas de sensibilización social o el
apoyo terapéutico a la familia, además de al niño o niña víctima, son
algunas de las medidas que se incluyen en esa red.
• un proceso judicial que respete los derechos de la persona víctima de
abuso sexual infantil tanto como la presunción de inocencia hacia la
persona acusada del delito.
• el afrontamiento institucional del daño causado, de forma que el do-
lor de las víctimas no resulte baldío y contribuya a la transformación
de los entornos de desarrollo de los niños, niñas y adolescentes. las
instituciones responsables de los entornos donde tuvo lugar el abuso
no deben negar lo sucedido, sino garantizar que no vuelve a suceder,
transformando sus pautas de actuación. en concreto, han de esta-
blecer unos estándares mínimos de calidad para los entornos donde
se trabaje o conviva con niños, niñas y adolescentes en cuanto a for-
mación de los profesionales, mecanismos de denuncia anónimos y
accesibles directamente para los niños, niñas y adolescentes y proto-
colos de actuación interdisciplinar e interinstitucional que funcionen
eficazmente.
Como conclusión, si no se pudo impedir el abuso sexual, la sociedad y
las instituciones que la representan están obligadas a ofrecer a las perso-
nas que fueron víctimas recursos de calidad para su recuperación, así
como a reconocerles su derecho a vivir esa herida como puedan, sepan o
quieran, sin establecer límites de tiempo ni formas recomendables o cen-
surables. no todas las personas que fueron víctimas de abuso sexual in-
fantil necesitan mostrarse públicamente, ni todas se calificarán a sí mis-
mas como «supervivientes». Pero que no lo hagan no significa que no lo
sean. y como sociedad les debemos ese reconocimiento público, la ga-
rantía de un proceso de recuperación de calidad y las medidas institu-
cionales, sociales y políticas necesarias para prevenir y erradicar el abuso
sexual infantil.

***

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honrar su dolor: el acompañamiento a las víctimas de abuso... 641

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DSMV (2009). disponible en www.traumacenter.org/announcemen
ts/dtd_papers_oct_09.pdf

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John Dear
laS BienaventuranzaS
de la Paz

La promoción de la paz
y la vida espiritual

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estas meditaciones son un estímulo para todos nosotros, una llamada a la
acción, una invitación urgente a hacer de las Bienaventuranzas la guía de
nuestras vidas. john dear combina su profundo conocimiento de la es-
critura con los consejos prácticos de artífices de paz tan conocidos como
Gandhi, thomas Merton, dorothy day y muchos más, insistiendo en
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643

LA FAMILIA

EL REGRESO DE LA FAMILIA EXTENSA:


DESPARENTALIZACIÓN Y RECUPERACIÓN
DE LA COMUNIDAD FAMILIAR
Fernando Vidal*

Fecha de recepción: mayo de 2017


Fecha de aceptación y versión final: junio de 2017

Resumen
La evolución de la familia en la segunda mitad del siglo XX ha experimentado
una designificación de la red de parentesco. La nuclearización de la familia y el
constructivismo postmoderno han distanciado unas unidades familiares de otras.
En este artículo explicamos el proceso de desparentalización (la pérdida de inte-
racción y vinculación entre parientes) y las razones para el regreso de la familia
extensa. El adjetivo «parental» se aplica tanto a los progenitores como a los pa-
rientes; nosotros lo usamos en esa segunda acepción. Un mundo que necesita
rehumanización y reconstruir tejido comunitario tiene en la red de parentesco y
la familia extensa una herramienta fundamental.
PalaBraS Clave: familia, parentesco, comunidad, sociedad civil

* doctor en Sociología. Profesor y director del instituto universitario de la Fa-


milia de la universidad Pontificia Comillas. research Professor del Boston Co-
llege de Massachusetts. <fvidal@comillas.edu>.

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644 fernando vidal

The return of the extended family: deparentalisation


and the recovery of the family community
Abstract
With respect to the evolution of family in the second half of the 20th century,
the concept of kinship network experienced a decline in importance. The nu-
clearisation of family and postmodern constructivism created a gap between
some family units and others. This article discusses the process of deparentali-
sation (the loss of interaction and connection between relatives) and the reasons
behind the return of the extended family. The adjective «parental» refers to
both parents and relatives; we use it in the second sense. A world calling out
for the rehumanisation and reconstruction of the community fabric has a cru-
cial tool in the kinship and extended family network.
Key wordS: family, kinship, community, civil society
–––––––––––––––

La nuclearización de la familia
el principal factor que ha influido en la relación con la familia extensa
ha sido la nuclearización de la familia. la familia nuclear está formada
por uno o más progenitores y sus hijos. la nuclearización de la familia
consistió no solamente en la identificación entre núcleo y grupo domés-
tico, sino en una separación del resto de los parientes.
las décadas de las clases medias que sucedieron a la ii Guerra Mundial
estuvieron caracterizadas por una extensa homogeneidad. Por un lado,
en occidente se creó un pacto social por el bienestar que buscaba que las
clases trabajadoras no cedieran a la tentación del Bloque Comunista. Por
otro lado, se buscaba huir de la crisis que provocó la depresión social que
condujo a la exacerbación de los nacionalismos y a la ii Guerra Mundial.
el pacto socialdemócrata transfirió a las sociedades occidentales políticas
de derechos sociales básicos en materia de educación, sanidad, seguridad
social o vivienda. Como consecuencia de esa paz social se produjo una
espiral positiva que reforzaba producción industrial y consumo: los tra-
bajadores cobraban salarios mayores y más estables, y la industria exten-
día su producción.

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el regreso de la familia extensa: desparentalización... 645

la mitad del siglo XX se caracterizó por la estandarización de un nuevo


modo de vida acompañado de un nuevo paquete de objetos de consu-
mo: automóvil, maquinización de los medios domésticos (lavadora, se-
cadora, lavavajillas, aspiradora, etc.) y, sobre todo, la televisión, que di-
fundió por todo el planeta una nueva forma de vivir en el hogar.
la salida de la ii Guerra Mundial dejaba al mundo una cadena de esta-
dos frágiles por razón de su derrota, de su destrucción o de la ruina eco-
nómica. era urgente estabilizar dichos países y las relaciones internacio-
nales. Fruto de esa emergencia fue el corporativismo, que fortaleció a los
sindicatos y a las grandes compañías y propició un crecimiento inusita-
do de la administración. este corporativismo tripartito (resultado de un
largo gran pacto patronal-sindical arbitrado por el estado) generó un
modelo de sociedad muy parecido en todos los países occidentales.
ese gran pacto político por la reconstrucción, el fortalecimiento, la esta-
bilidad, el crecimiento y la paz social creó una fase expansiva del bienes-
tar y la industria como nunca antes había conocido la humanidad.
Por otra parte, el nuevo orden mundial de las naciones unidas llevó a
una cadena de emancipaciones poscoloniales y al reconocimiento de un
mundo de estados-nación. las migraciones internacionales se frenaron
tras medio siglo de flujos masivos y dramáticos –junto con los refugia-
dos judíos y armenios, irlanda y Galicia son ejemplos extremos de emi-
gración–, y las sociedades se reconstruyeron sobre un nuevo principio de
homogeneidad nacional.
las migraciones sucedieron en el trasvase del mundo rural a la ciudad, lo
cual incrementó todavía más la estandarización: las diferencias regionales
dentro de cada nación se redujeron en favor de un modo de vida metro-
politano cosmopolita. toda estabilidad era poca, con tal de garantizar que
no se produjera la temida iii Guerra Mundial –esta vez nuclear.
en todo el mundo occidental emergió una nueva clase media. incluso en
numerosos países en vías de desarrollo se creó una nueva clase obrera y
profesional. esa clase media tenía un modo de vida similar, un contexto
político y económico parecido, y era destinataria de una producción glo-
bal en serie que le daba una apariencia similar a su estética y estilo de
vida. la difusión del estilo de vida americano –el gran ganador de la ii

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646 fernando vidal

Guerra Mundial– a través del cine y la televisión homogeneizaba toda-


vía más las apariencias y formas de vivir, pensar y sentir de las nuevas cla-
ses medias.
la clase media se convirtió en el horizonte civilizatorio: la aspiración y
promesa social era llegar a ser clase media, el sueño del padre de robin-
son Crusoe. en la célebre novela de daniel defoe, el protagonista se la-
mentaba de no haber escuchado a su padre cuando este le decía que se
contentara con llegar a ser de la clase media: ni rico para provocar envi-
dias, ni pobre para provocar compasión. a mitad del siglo XX, la clase
media era la aspiración de toda la humanidad. las series televisivas y el
consumo en serie hicieron una sociedad serial.
de ahí la acentuada sensación de homogeneidad que las generaciones
nacidas tras la ii Guerra Mundial tienen actualmente de la sociedad que
conocieron. Para ellos, el mundo ha perdido su homogeneidad.
la familia se vio conformada por esa nueva reestructuración social. el
pacto tripartito entre estado, patronal y sindicatos garantizaba la sufi-
ciencia y estabilidad salarial y laboral, lo cual permitía a las familias pla-
nes a largo plazo. las políticas de jubilación permitieron que las familias
no tuvieran que sostener a la generación mayor, y las políticas educativas
aliviaron a las familias de los gastos educativos. las políticas de pensio-
nes (aplicadas a enfermedad, discapacidad, maternidad, etc.) dieron ma-
yor capacidad de gasto a las familias y aumentaron las inversiones en gas-
to corriente y en objetos de consumo secundario.
especialmente varió la estructura de la vivienda, porque permitió a las
nuevas familias adquirir la propia, sin tener que convivir con sus padres.
los hijos casados podían aspirar a su propia casa, y los padres ancianos
tenían pensiones para poder seguir sosteniendo la suya.
ese bienestar estable permitió la nuclearización de los grupos domésti-
cos y, por ende, de la familia. Cada nueva pareja podía habitar una nue-
va vivienda propia en donde vivir y criar a sus hijos. así, disminuyeron
drásticamente los hogares en que convivían tres o más generaciones de la
misma familia. el hogar estándar estaba formado por un matrimonio y
sus hijos.

Sal Terrae | 105 (2017) 643-656


el regreso de la familia extensa: desparentalización... 647

otro factor de nuclearización estuvo en la mejora de la sanidad, espe-


cialmente la reducción de la mortalidad femenina vinculada al parto. la
alta mortalidad en el parto llevaba a una intensa viudedad y reconstitu-
ción de hogares. la dependencia de los parientes era mayor: más tíos
asumían a sobrinos en sus hogares; los abuelos tenían que acoger a sus
nietos; y en los hogares era más frecuente la convivencia de hermanas-
tros. la seguridad del parto y postparto estabilizó los hogares. en con-
tra, la expansión del divorcio introdujo un nuevo factor de heterogenei-
dad en los grupos domésticos.
la nuclearización de las familias también era fomentada por las grandes
migraciones a la ciudad. la urbanización avanzó cualitativamente, y esa
movilidad geográfica separó a las nuevas generaciones de sus mayores. la
ruptura migratoria tras la ii Guerra Mundial dejó en el campo a los ma-
yores nacidos antes de la guerra e inició una nueva línea familiar en la
ciudad.

Familia nuclear, familia industrializada

la familia nuclear no solamente era resultado del bienestar económico y


la urbanización, sino que había una afinidad cultural con el nuevo modo
industrial de desarrollo. el modo agrario de desarrollo se basaba en el in-
cremento de los medios de producción y de personal: se producía más
conforme tuvieras más terreno, más materia, más personas. Por eso la fa-
milia agraria era muy numerosa. además, sin un gran número de hijos
no se podría garantizar el mantenimiento de los mayores una vez que tu-
vieran que dejar de trabajar. Más manos, más producción. Por eso las
grandes redes parentales eran cruciales para garantizar el apoyo mutuo y
la supervivencia.
el advenimiento de la sociedad industrial creó un nuevo modo de desa-
rrollo: la fuente de la productividad no era la cantidad, sino la mejora del
aprovechamiento de una materia o fuente de energía. el factor crítico ya
no era la cantidad, sino la patente. una nueva máquina permitía apro-
vechar mejor la misma materia y la misma energía, sacándole una mayor
productividad. Garantizar el monopolio de esa patente era la clave. las

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648 fernando vidal

patentes de productividad no solamente afectaban a las máquinas, sino


también al modo de organización y formación del personal.
Cada corporación tenía su forma singular de trabajar y garantizar el me-
jor aprovechamiento del personal. igual de importante que era garanti-
zar la posesión de una patente a largo plazo, lo era poseer a los trabaja-
dores a largo plazo. Se invertía en su formación grandes presupuestos, y
había que procurar que no trasladaran ese saber a la competencia y sacar
rendimiento a la inversión el mayor número de años posible. Por eso las
carreras laborales duraban tanto tiempo. las empresas buscaban la esta-
bilidad y garantizar la continuidad de sus formas sofisticadas de hacer las
cosas.
alrededor de las marcas se formaron comunidades laborales estables. en
la sociedad de clases medias era normal que un empleado hiciera toda su
carrera laboral en la misma empresa. Sus hijos conocían a todos sus com-
pañeros. Cincuenta años después, los hijos podemos decir los nombres
de las personas con las que nuestros padres trabajaron la mayor parte de
sus vidas en la misma oficina, fábrica o comercio.
Para el modo de desarrollo industrial era clave la inversión en patentes
muy sofisticadas que luego explotaban durante muchos años. el objetivo
era proteger esa patente. de igual forma, se protegía a los profesionales, en
cuya formación tanto se había invertido. la estabilidad del empleado era
clave, y la familia aparecía como el mayor factor de estabilización. Por un
lado, suministraba al individuo equilibrio emocional y vital; por otro, le
asignaba unas responsabilidades con sus hijos y cónyuge que le hacían de-
pendiente del salario y la previsión a largo plazo. Pero, por otra parte, el
empleado no debía tener tanta carga familiar que desviara su atención de
una dedicación exclusiva a la compañía.
así pues, el profesional debía tener la mínima familia suficiente como
para estabilizarlo. la familia nuclear era la unidad mínima funcional a la
sociedad industrial. la familia nuclear era la familia industrial ideal: alto
consumo, alta dependencia, alta estabilidad, mínima dedicación. y, ade-
más, era más móvil: podía desplazarse geográficamente con mayor faci-
lidad sin tener que estar atada a raíces ni lazos. el desapego respecto de
los parientes era muy conveniente para la nueva economía.

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el regreso de la familia extensa: desparentalización... 649

Cuando el modo de desarrollo industrial generó el sector-servicios en el


contexto de las nuevas clases medias, la familia cambió sustancialmente
de forma: una nueva familia urbana, de clase media, con trabajos no ma-
nuales y dinamizada por el ciclo de consumo. Parecía que también la fa-
milia era en serie, muy homogénea, cortada en unidades iguales y ma-
nejables. de hecho, las encuestas sobre familias son en realidad encuestas
sobre hogares.
el fortalecimiento institucional de la posguerra implicó un hiperdesa-
rrollo de los estados e inauguró el periodo más estatalista de la historia
humana, en esta ocasión en los dos bloques del mundo de la Guerra Fría.
el estado absorbió la mayor parte de competencias antes gestionadas por
la sociedad civil. en vez de generar espacios compartidos y garantizar la
subsidiariedad, estatalizó los agentes sociales. en ese proceso también la
familia se vio afectada por un vaciamiento de funciones y libertades. la
comunidad parental no era (ni es) reconocida como un actor de la so-
ciedad. apenas tienen derechos. Por ejemplo, ¿tiene un tío algún dere-
cho de visitar a sus sobrinos cuando existe una separación? ¿tiene dere-
cho un niño a seguir cuidando la relación con los primos con los que se
ha criado, cuando existe una separación?

La desparentalización posmoderna

la nuclearización era resultado, por tanto, no solo de una nueva confor-


mación del grupo doméstico, sino que era funcional a la sociedad in-
dustrial. las clases medias, en general, no eran solamente una condición
económica, sino una ideología con consecuencias en todos los órdenes
de la vida. la nuclearización ha sucedido en el contexto de la postmo-
dernización.
Por ejemplo, las clases medias crearon la idea de centro político, y los par-
tidos vieron romper sus campos ideológicos tradicionales, que dividían a
izquierda, derecha, liberales, conservadores y progresistas. todos los par-
tidos querían ser el centro político, la mejor opción para la clase media,
la central.

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650 fernando vidal

la ideología de clases medias se caracterizó por una especial forma de fa-


milia, más nuclearizada y mucho más independiente de los parientes. la
vida en un hogar nuclear propio no necesitaba el sostenimiento y aten-
ción a los hogares de mayores. la reducción de la mortalidad materna
tampoco hacía necesario el trasvase de hijos entre hogares de parientes.
esa independencia económica y básica conllevó también una separación
en otros órdenes.
el postmodernismo llevó a una emancipación juvenil que acentuó la inde-
pendencia y el distanciamiento intergeneracional. el postmodernismo bus-
caba un cambio radical en la institución familiar para hacerla más auténti-
ca y libre. Consideraba que las grandes comunidades familiares de tres o
más generaciones coaccionaban la libertad de las personas. la ideología
de clase media era afín a esa emancipación de la familia extensa.
de ese modo, la familia extensa se convirtió en un residuo del pasado y
expresión del mayor tradicionalismo. la familia extensa no solamente no
era ya moderna, sino que parecía innecesaria. el estado de bienestar per-
mitía la absoluta independencia de los hogares nucleares. la relación con
la familia extensa era meramente una opción sentimental, no solamente
desprovista de cualquier función social, sino coactiva para el desarrollo
del hombre posmoderno.
el posmodernismo creó una tendencia cultural masiva a la desparentali-
zación. el parentesco, que hasta el siglo XX había sido la más importan-
te estructura social de la humanidad –la que permitió al hombre con-
vertirse en «homo sapiens»–, era deconstruido y degradado a mera opción
privada y emocional.
la familia extensa y todos los vínculos familiares no nucleares – abuelos,
nietos y tíos, sobrinos y primos en sus diferentes grados– se convirtieron
en una tradición ligada al pasado y desaparecieron de las aspiraciones
modernas. la nueva unidad familiar nuclear era suficiente y tenía que
defender su independencia de intervenciones, deberes, responsabilidades
y demandas de parentesco externo.
el parentesco sufrió una labor de deconstrucción –al igual que todas las
instituciones– en el posmodernismo. Se obvia la naturaleza paleoantro-
pológica del parentesco y se considera que es una institución construida

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el regreso de la familia extensa: desparentalización... 651

cultural, política y económicamente. evidentemente, la forma del pa-


rentesco varía según la tradición cultural, la cultura jurídica y las condi-
ciones económicas. Pero el posmodernismo considera que, si algo toma
forma históricamente, entonces carece de naturaleza.
el constructivismo considera que no existe condición natural, antropo-
lógica ni existencial de lo humano, sino que todo lo relativo a lo huma-
no puede ser modificado y, más allá, debe ser humanizado. el posmo-
dernismo cree que el humanismo ha muerto y que el progreso consiste
en la libre reconstrucción de todo lo humano atendiendo a la voluntad
individual. el humanismo ha muerto, y ahora prevalece lo superhuma-
no o transhumano. el programa nietzscheano es la clave del posmoder-
nismo constructivista.
de esa forma, el parentesco de sangre se deslegitima. lo único que lo
convierte en significativo es la voluntad del individuo –o la familia nu-
clear– de otorgarle relevancia emocional. el parentesco se reconstruye
como un tipo especial de amistad. la deslegitimación del parentesco es
consecuencia de una desnaturalización del mismo.
el siglo XXi ha acentuado la tendencia a la desparentalización. la fami-
lia digital se ha convertido en una institución innecesaria. el modo de
desarrollo informacional y flexible ya no necesita a la familia, porque no
hay nada que estabilizar. la nueva economía es flexibilidad, cambio, mo-
vilidad absoluta, rotación; y el consumo es compulsivo y busca determi-
nar las identidades. la familia es un estorbo para el neoliberalismo; es su
principal fuente de oposición.
Siempre han existido las separaciones y anulaciones matrimoniales, las
familias han sufrido pérdidas y tribulaciones, pero nunca había ocurrido
lo que actualmente ocurre: que el propio sistema estuviera contra la fa-
milia. la familia ya no es la célula de la sociedad, sino que el neolibera-
lismo la considera un tumor disfuncional. así pues, la familia es contra-
cultural, y ello ha acentuado aún más la desparentalización.
Si en la nuclearización y posmodernización de la familia los individuos
tenían el derecho a no reconocer el deber (ya reconocido en el Medievo)
de «auxilia et consilia» (ayuda y consejo) a los parientes, ahora el neoli-
beralismo no reconoce ese derecho ni aunque el individuo los quiera. So-

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652 fernando vidal

lamente los vínculos directos son legítimos. la desparentalización ha pa-


sado de opción a regla.

Resistencias
aunque la posmodernidad ha dictado el proceso de desparentalización,
la familia extensa persiste. aunque la familia se ha vuelto contracultu-
ral, y el constructvivismo ha extremado su manipulación cultural, sigue
persistiendo en el sentido común y la experiencia cotidiana de la hu-
manidad. no solamente los vínculos nucleares (padre, madre, cónyu-
ges, hijos, hermanos) permanecen activos, sino también el conjunto de
vínculos parentales.
la familia es la estructura más primigenia, universal e imprescindible de
lo humano. es tan profunda que su existencia resiste y trasciende a las
épocas, culturas, políticas, economías y filosofías. Puede deprimirse la
vida familiar, dificultarse, manipularse; pero a largo plazo resiste. Cuan-
do uno mira al pasado, no se siente vinculado a una sucesión de moder-
nidades, sino a una historia intergeneracional de la que desciende y a la
que se da, que, como peregrinos, va pasando las épocas, prosperidades y
tribulaciones.
Cuando, en vez de las ideologías, se examina la vida cotidiana y el senti-
do común de las personas reales, descubrimos que lo familiar persiste y
es la principal fuente de sentido de la vida de la inmensa mayoría de per-
sonas de todas las generaciones. elizabeth Bott descubrió a mitad de si-
glo que, a pesar de la nuclearización de la familia, persistían los vínculos
parentales. Por ejemplo, Bott encontró a través de encuestas que, cuan-
do los matrimonios tenían hijos, la elección de la vivienda era matrilo-
cal; es decir, se buscaba la mayor cercanía posible a la casa de los padres
de la mujer.
en general, Bott sostiene que el parentesco constituye una red social la-
tente que se reactiva cuando las personas la necesitan. Por ejemplo, hay
estudios que demuestran cómo esas redes de parentesco se vuelven cru-
ciales cuando las personas están en procesos migratorios. la ayuda de los
tíos y primos, aunque sean lejanos, puede ser el factor crítico para el éxi-

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el regreso de la familia extensa: desparentalización... 653

to de llegar y arraigar en un lugar. nuestras propias investigaciones en el


ámbito de los inmigrantes en pobreza, nos muestran cómo, en ausencia
de los padres en el extranjero, los tíos cumplen ese papel paterno o ma-
terno al acoger, ayudar y acompañar a sus sobrinos, aunque lo sean en
grado lejano.
la conclusión sería que el parentesco persiste y que emerge cuando se hace
necesario. Si no tiene mayores funciones sociales, es porque la cultura do-
minante no lo aprecia. Sin embargo, sí encontramos que el parentesco si-
gue siendo una estructura fundamental donde la sociedad falla o entra en
inestabilidad. donde la vida humana se estresa, el parentesco emerge de
su latencia y demuestra la fuerza de sus vínculos. en las situaciones de
pobreza, vulnerabilidad, estrés, enfermedad, etc. el parentesco emerge y
se apiña alrededor de quien lo necesita.
en realidad, deberíamos tener una visión más profunda de la evolución
de la familia y comenzar reconociendo que la pretendida homogeneidad
de la familia de clases medias no era tal. la ilusión de estandarización
nuclear tendía a ver la sociedad como un enorme Lego o castillo en el que
la familia era el ladrillo o la pieza base. había una idea orgánica de la fa-
milia en la que la familia era vista como una célula, una unidad estan-
darizada que cumplía su función.
el parentesco ha sido también enfocado desde el utilitarismo. la red de
parentesco era valorada cuando la familia nuclear tenía necesidad de ella.
no era una comunidad en la que la pareja y sus hijos estuvieran inmer-
sos y tuvieran relaciones complejas de goce y entregas. el parentesco lle-
ga a ser concebido como un recurso a disposición de la familia nuclear
que esta puede usar o no.
en realidad, ha sido esa visión funcionalista de la familia la que ha cau-
sado la gran desafección por la misma en una gran parte de la sociedad.
la actual desafección por la familia como institución tiene su origen en
el excesivo funcionalismo institucional con que se ha querido usar la fa-
milia. en muchos casos no es principalmente indolencia, sino protesta.
la homogeneidad no era tan extensa como para que las formas diferen-
tes de familia constituyeran anomalías. las grandes capas sociales que
quedaban por debajo de las clases medias tuvieron comportamientos fa-

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654 fernando vidal

miliares más diversos, pero bajo una regla social que sancionaba lo dife-
rente. las familias extensas que compartían el hogar eran vistas como re-
siduos del pasado que eran una rémora para la libertad de los miembros
más jóvenes. en general, la homogeneidad suele ser una falta de mirada
más detallada sobre la realidad.

La persistencia de la familia extensa

la época de la nuclearización familiar condujo a ver a la familia como


una unidad estandarizada. ahora que la lógica utilitaria del sistema ac-
túa contra lo familiar, emerge una diversidad mucho mayor. en realidad,
no es que el utilitarismo sea contrario a la familia, sino que contraría
todo cuanto tenga lógica comunitaria.
Para poder comprender la realidad y potencialidad de la familia, hemos
de volver a verla dentro de la red de parentesco. la familia no es con-
céntrica. una mirada concéntrica de la familia pone en el centro a la fa-
milia nuclear y va estableciendo coronas de lejanía alrededor de ella. la
familia debe verse reticularmente como un conjunto de vínculos y gru-
pos que se dinamizan simultáneamente.
la familia debe ser cuidada en cada uno de sus vínculos y en sus distin-
tos grupos. Cada uno de esos vínculos necesita un cuidado específico: no
son relaciones comparables. y a la vez se forman distintas formaciones
internas: los cónyuges, la madre con los hijos, el padre con los hijos, y
los progenitores juntos con los hijos; los hermanos entre sí, los nietos
con sus abuelos, y los abuelos con sus hijos. la familia no es una unidad
continua, sino una urdimbre compleja de vínculos y grupos de paren-
tesco, cada uno de los cuales es singular.
en realidad, una red de parentesco no tiene teóricamente más límite que
el de la memoria o el reconocimiento. todas aquellas personas a las que
alguien reconoce como pariente forman la red de parentesco de alguien.
la comunidad familiar estaría formada por todos aquellos parientes con
los que se mantiene una relación frecuente, con los que se comparten ex-
periencias y decisiones significativas de la vida.

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el regreso de la familia extensa: desparentalización... 655

el valor de una comunidad familiar no viene dado por la cantidad de pa-


rientes que logra adscribir, sino por la calidad de esas relaciones. en su con-
junto, la experiencia cotidiana y el sentido común dejan pensar que la red
parental proporciona el mejor sustrato para la constitución de lazos co-
munitarios. el parentesco de sangre o político es una razón que no preci-
sa excusas para establecer relaciones frecuentes, y las personas todavía se
encuentran revestidas de legitimidad para solicitar compañía o solidaridad.

La reparentalización de la familia
abandonada por la cultura utilitarista, la familia aparece como una co-
munidad capaz de construir alternativas libres y humanistas. no sola-
mente es la comunidad primaria de la sociedad civil, sino que es la fuen-
te de humanización. la refamiliarización de la sociedad es la principal
medida para la recuperación de la civilización humanista y el desarrollo
social sostenible.
una base fundamental para la recomunitarización de la vida cotidiana y
los espacios sociales es el regreso de la familia extensa. es lo que el so-
ciólogo Germán jaraíz llama «retroinnovación»: métodos o instituciones
del pasado que hoy en día constituyen un avance para el desarrollo.
la familia extensa no aparece como un recurso ni como una función de
utilidad. la familia extensa es una comunidad de vínculos y grupos en
la que el individuo principalmente está. la familia es una lógica del es-
tar, más que del hacer; por eso se resiste a la mirada utilitaria. aunque
sin duda puede ser la base de solidaridades y funciones educativas, cui-
dadoras o de apoyo, fundamentalmente se justifica en que las personas
están juntas, con una lógica de la celebración que supera incluso a la ló-
gica del cuidado. la familia se justifica en el estar juntos, un hecho de
lógica celebrativa porque es un estar significativo, y esa significación es
celebración.
los tíos, primos y abuelos no solamente han sido minusvalorados por el
estado de bienestar, sino que no se les ha reconocido derechos ni pape-
les en la construcción comunitaria. la relación vecinal tiene mucho más
reconocimiento. en cambio, esos vínculos de parentesco suponen una

Sal Terrae | 105 (2017) 643-656


656 fernando vidal

relación de lógica comunitaria muy resistente a las invasiones neolibera-


les y estatalistas.
la base más firme de reconstrucción comunitaria es la comunidad ex-
tensa, la cual acaba relacionándonos a todos con todos. Sin duda, las co-
munidades de parentesco asumen la libertad de sus miembros y la am-
plia autonomía de los distintos grupos que la componen –en especial las
familias nucleares–. Por el contrario, la familia extensa goza de esa com-
binación de comunión y libertad que fortalece a las familias nucleares.
un mundo abstraído y de escalas globales como el que viven las personas
genera impotencias, aislamientos, pérdida de confianza y desconexión vi-
tal. junto a ello, otras muchas ventajas positivas, pero que puede que no
acaben por compensar esas otras carencias. Contar con una comunidad
parental amplia y densa es una de las mayores garantías que existen.
Pensar la comunidad parental debería llevarnos a repensar sus tipos de
vinculación: la relación avuncular o entre tíos-sobrinos, las relaciones en-
tre primos y, sobre todo, la relación con abuelos y bisabuelos. ¿Cuál es
su naturaleza antropológica? ¿Qué significan en la relación actual? ¿Qué
potencialidades entrañan?
lejos de continuar siendo vista como un obstáculo a la libertad indivi-
dual, conyugal y nuclear, nuestro pronóstico es que a medio plazo vere-
mos una recuperación de las dinámicas parentales y una demanda cul-
tural que le devuelva su legitimidad y sus derechos de «auxilia et consilia»
(ayuda y consejo). Sería la medida más estructural para tejer de nuevo el
mundo con lógica de comunidad humana.

Sal Terrae | 105 (2017) 643-656


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la inestimable verdad de sí mismo. esto se logra mediante el aprendizaje
del amor divino: una ternura que hemos de saber identificar en la trama
de nuestros días. una ternura de dios que llena el cosmos y a la que de-
bemos decir «sí». el texto suscita interrogantes, y el lector, respondiendo,
rediseña el mapa de sus días. de este modo se pretende retomar plena-
mente el viaje de nuestro ser: de nuestra vida.

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el autor de estas «miniaturas» bíblicas da la palabra a las plantas y a las
flores citadas en la Biblia, que para los creyentes judíos y cristianos es «Pa-
labra de dios», con el fin de sacar a la luz el mensaje de sabiduría del que
son portadoras, un mensaje que obliga a una confrontación con la actua-
lidad, contribuyendo de este modo a una espiritualidad que se inspira en
la ecología, la espiritualidad deseada por el papa Francisco en la encíclica
Laudato si’.

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659

LOS LIBROS

RECENSIONES

SCQuizzato, P., Y por último vendrá la muerte... ¿Y después?, Pauli-


nas, Madrid 2016, 126 pp.
nos dice el autor al comienzo de su cuando la mujer o el hombre angus-
libro: «hace tiempo fui invitado a tiado, turbado e inquieto, pide pala-
dar una serie de encuentros sobre un bras reveladoras y decisivas.
tema que en aquel momento me el autor afirma lo importante
dejó estupefacto: la escatología, una que es volver a reflexionar sobre estos
palabra difícil para expresar una rea- temas. Porque traer al centro de la
lidad sobre la cual –humanamente reflexión cristiana los grandes temas
hablando‒ estamos condenados a del más allá, como muerte, resurrec-
callar; es decir, el más allá» (p. 5). el ción, alma y cuerpo, infierno, paraí-
texto que sigue es, a grandes líneas, so, juicio, etc., significa ayudar a los
lo que surgió de estos encuentros. hombres y las mujeres de hoy a vivir
hay un ámbito de la vida frente con más autenticidad el momento
al cual el ser humano de hoy –y de presente, lejos de miedos estériles e
cualquier tiempo‒ encuentra difícil inútiles sentimientos de culpa, pero,
orientarse, y es el límite último, el sobre todo, con un sentido, en la sere-
fracaso final de la historia personal, o na conciencia de que lo que nos es-
sea, la muerte y lo que hay –o no pera al final de la vida será solamente
hay‒ después de ella. es precisamen- un abrazo de plenitud y de eternidad.
te allí donde el mundo nos provoca, Puesto que el tema es muy deli-
es decir, nos llama a salir fuera de las cado y personal, Paolo Scquizzato
banales frases hechas, imágenes este- decide plantearlo de un modo origi-
reotipadas de tipo medieval y ofreci- nal. no opta por dar una serie de
das a buen precio. es ante «la gran conferencias, sino que, después de
pregunta» de la muerte y del más allá una brevísima introducción, respon-

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660 los libros

de a las preguntas de los participan- jesús no ha venido a prometer-


tes, esas preguntas que cada uno de nos o a mostrar la existencia de un
nosotros lleva dentro y que, de vez más allá, sino a hacer posible el vivir
en cuando, es posible expresar tam- con sentido el aquí. la suya no fue
bién en voz alta: ¿Qué hay después una predicación sobre lo felices que
de la muerte? ¿Con qué cuerpo resu- seremos en un mundo futuro: nunca
citaremos? ¿dónde están y qué ha- dijo a los suyos que se diesen prisa en
cen nuestros muertos? ¿existen el evitar esta historia, o que tuvieran
paraíso y el infierno? ¿Qué es la «vida paciencia en este «valle de lágrimas»
eterna»? ¿habrá un juicio final? para luego pasar a la otra orilla, o
¿Qué se puede decir de la reencarna- que nuestro mundo es feo o malo,
ción? ¿Son lícitas la cremación y la mientras en el otro nos espera una
dispersión de las cenizas?... felicidad eterna.
nos confiesa Scquizzato que, él vino a cuidar de nosotros, sus
para poder situar en su contexto to- hijos, para que pasáramos de la exis-
das las respuestas a las diferentes tencia a la vida en plenitud, para que
preguntas, le gusta pensar que jesús renaciéramos una «segunda vez»,
de nazaret vivió su propia aventura porque venir a la luz no significa vi-
en medio de los hombres con el fin vir todavía verdaderamente. Para que
de hacer descubrir, gustar y gozar el realizásemos, en definitiva, ese itine-
maravilloso viaje que es la aventura rario que lleva a la semilla a ser lo que
humana. el dios revelado por jesús está llamada a ser: planta, flor, fruto
no es un dios del después de la en plenitud.
muerte, sino del aquí de la vida, y Parece que nosotros los cristianos
tiene un único sueño: «el hombre estamos más interesados en la meta
viviente», la mujer, el hombre feliz y que en el camino para llegar a ella.
realizado en esta tierra, viviendo una Pero no se dará meta alguna, excep-
vida en plenitud, la que en los evan- to a aquellos que vivan en plenitud
gelios se llama «vida eterna». y jesús el único camino que conduce a ella.
–el dios encarnado‒ ha venido pre- la novedad evangélica consiste en
cisamente a preparar a la persona que el dios de jesús nos ha hecho
para esta vida plena. Por lo tanto, posible vivir como resucitados aquí,
toda la obra y la palabra de jesús está en esta tierra, ahora, en este preciso
dirigida a la edificación de una mu- momento. los cristianos de las co-
jer, de un hombre perfecto, es decir, munidades primitivas no creían en
maduro, completo, realizado aquí, la resurrección de los muertos, ¡sino
en esta tierra. en la de los vivos! la pregunta prin-

Sal Terrae | 105 (2017) 659-669


recensiones 661

cipal, por lo tanto, no era la que nos dosa, sobre las realidades últimas,
hacemos ahora en nuestras elucu- clarificando y desmontando errores e
braciones teológicas: ¿qué habrá imprecisiones, que se han venido ad-
después de la muerte?, ¿adónde ire- hiriendo a nuestra fe desde diversas
mos a parar?, ¿qué quiere decir que filosofías y creencias a lo largo de la
resucitaremos?, sino más bien: ¿cómo historia. es, por tanto, asequible a
vivir como resucitados hoy sobre todo tipo de lectores, útil para la
esta tierra? propia reflexión, pudiendo servir
Para acabar, podemos decir que también como material para prepa-
este libro nos ofrece de una manera rar catequesis o reuniones de refle-
didáctica, sencilla y profunda a la xión de diferentes grupos que se
vez, la visión cristiana de siempre, eduquen en la fe.
pero expresada de una forma nove- Lázaro Sanz Velázquez

torre, F. j. de la, Jesús de Nazaret y la familia. Familias rotas, fami-


lias heridas, familias frágiles, San Pablo, Madrid 2014, 304 pp.

Comenzaba el sínodo de la Familia nas es provocativo, pues muestra que


cuando apareció este libro, que se la postura de jesús fue más crítica
unía a la necesidad de un cambio de que conservadora, frente a la familia
paradigma en la iglesia para abordar patriarcal propia de su época. Para el
la compleja situación familiar de Señor, la familia no es lo primero. él
nuestro tiempo. ya los dibujos de la tiene conflictos con su familia y tam-
portada nos abren a la pluralidad de bién con sus discípulos. Pero el autor
la realidad de la familia actual. el en- es un hombre moderado y nos hace
foque de este libro práctico y fácil de caer en la cuenta de los rasgos positi-
leer, casi un manual sobre la familia, vos de la familia que jesús también
está en la línea del documento papal señala en ese contexto del siglo i. la
Amoris laetitia, que nos habla de la segunda parte, más breve, aborda la
cercanía y el discernimiento con que nueva familia de jesús, basada en la
debemos abordar los temas familia- igualdad y en la acogida. Se acerca
res en la actualidad. así sociológicamente al contexto de
el libro está dividido en tres par- la iglesia primitiva.
tes. en la primera, se centra en el en la tercera parte se hace un re-
tema de la relación de jesús con la fa- corrido por el at y el nt, para abor-
milia. el libro en sus primeras pági- dar después la realidad de la familia

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662 los libros

hoy. Solo un 10% de todas las fami- buscando su crecimiento humano y


lias responden al modelo tradicio- espiritual.
nal de familia numerosa. a conti- en síntesis, javier de la torre nos
nuación, plantea otras realidades: presenta de forma equilibrada, mo-
los que conviven sin casarse (14%), derada, abierta, documentada, a la
los que se casan por lo civil, las per- familia en la actualidad, en una obra
sonas solas (24% de hogares), los de divulgación, para que el gran pú-
problemas de natalidad, los divor- blico cristiano pueda ponderar de
ciados y vueltos a casar, los homose- una forma menos legalista y más
xuales. nos habla de la ley de la gra- comprensiva la vida familiar.
dualidad, que propone el cardenal Jesús Marco, SJ
Kasper para acercarse a las familias,

oMizollo, a. – FuneS, j. G. (edS), Explorar el universo, última de


las periferias. Los desafíos de la ciencia a la teología, Sal terrae, Malia-
ño (Cantabria) 2016, 252 pp.
varios miembros del observatorio da esta misión, «la investigación me-
vaticano y otros expertos dialogan tódica en todos los campos del saber, re-
sobre los interrogantes de la ciencia a alizada de forma científica y conforme
la teología. ¿de qué modo vive un a las reglas morales nunca será en rea-
científico su fe? ¿Cuáles son los lími- lidad contraria a la fe» (GS 36). a pe-
tes del universo y de la ciencia? sar de los conflictos entre la ciencia y
¿Cómo ha evolucionado el magiste- la fe religiosa con Galileo, la ilustra-
rio de la iglesia al ritmo de los des- ción y el darwinismo. hoy se plantea
cubrimientos científicos? estas y de forma diferente este diálogo entre
otras preguntas se responden en este los dos ámbitos del saber, aunque ha
libro para comprender mejor el pa- surgido un nuevo ateísmo. Conocer
pel del ser humano en el universo. la cultura científica es una tarea para
en 1891, león Xiii inauguró el anunciar el evangelio en la sociedad
observatorio vaticano. desde en- actual. el hombre de ciencia mira la
tonces hasta ahora, la investigación realidad en un horizonte nuevo y
científica se ha fomentado especial- con un espíritu racional; el teólogo
mente por el magisterio de la iglesia. contribuye a elevar este horizonte o
en los documentos del Concilio va- polvo cósmico al infinito, al maius de
ticano ii se dejó claramente expresa- dios.

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recensiones 663

los nueve capítulos que compo- dos los fieles vivimos en medio de
nen este libro: Preguntas sobre el ori- una revolución informática que tie-
gen y la evolución del universo; La re- ne consecuencias en la propia di-
lación entre Dios y la naturaleza (...), mensión intelectual, emotiva y rela-
junto con un Mapa para encontrar cional del ser humano. Benedicto
información cualificada en la web, Xvi repetía constantemente la ur-
permiten comprender los grandes gencia de ensanchar la racionalidad
interrogantes de la humanidad: ¿de humana. Fides quarens intellectum.
dónde venimos? ¿Qué sentido tiene la investigación científica se orienta-
este universo formado por millones rá hacia la verdad y el bien, si todos
de galaxias? ¿Qué pasará dentro de los profesionales comparten sus in-
cien años? el hombre está arraigado certidumbres y alegrías sin miedo,
en la estructura del universo. la nue- para iluminar con una luz nueva el
va ciencia emergente, la astrobiolo- mundo.
gía, estudia el origen de la vida y la en conclusión, una obra que
materia desde una perspectiva multi- contribuye a profundizar en el ser
disciplinar. hace unos años, la Pon- humano y su dimensión espiritual.
tificia academia de las Ciencias pro- lo recomiendo a todos los agentes
movió la reunión de científicos pastorales, educadores y otros cientí-
ilustres para crear un bazar intelec- ficos interesados en estos temas. un
tual donde cada uno adquiriera co- libro para pensar el sentido del ser
nocimientos sobre otras materias y humano y su lugar en el cosmos.
contribuyera al diálogo sobre la crea- Marta Sánchez
ción y el progreso. actualmente, to-

lóPez GuzMán, Mª d., Aquí en el cielo, Sal terrae, Maliaño (Can-


tabria) 2016, 246 pp.
la cultura actual está marcada por la yéndose libre para elegir en cada mo-
inmediatez. el bombardeo de imá- mento, puede vivir al son que dicta
genes y sensaciones tan deslumbran- el mercado.
tes como fugaces, la hiperconectivi- Para el hombre de hoy, que tanto
dad, con todas sus ventajas, no valora la estética, el confort, el placer
siempre es fuente de autenticidad. el de las sensaciones, la emoción de las
hombre tecno-líquido, perdido en la experiencias seductoramente nuevas,
pluralidad de lo relativo y sometido este libro educa la sensibilidad para
a la veleidad de sus caprichos, cre- percibir a dios, vivamente presente

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664 los libros

y escondido en la belleza de nuestra dimensión de la realidad, trascendi-


realidad diaria. ir más allá de nos- da de eternidad. Como dice teilhard
otros mismos, trascender la mera de Chardin: «Desde la creación, pero
búsqueda de placer personal, palade- más aún desde la encarnación, nada
ar los mensajes que nos transmiten hay profano para quien sabe ver».
nuestros sentidos y referirlos a su Aquí en el cielo ahonda en el ya sí
verdadera fuente, «reflectir y sacar del Cielo aquí y ahora. nos ayuda a
provecho», como dice san ignacio, es abismarnos en el hogar de dios y,
vivir sabiamente la eternidad del desde él, a mirarle y a dejarnos mi-
momento presente, de nosotros mis- rar por él. vivir la seguridad de dios
mos y de todo el cosmos, orientado en nosotros y nosotros en él es la re-
hacia dios desde la creación. volución del grano de mostaza y de
Por eso este libro recorre los mo- la levadura en la masa. es aprender a
mentos estelares que nos propician «hacer lío» como dice el papa Fran-
nuestros sentidos corporales y nues- cisco, es la rompedora libertad de los
tro entendimiento humano. Salir de hijos de dios, es sumarnos a la crea-
la caverna de nuestra ceguera espiri- ción entera y alabarlo y darle gracias,
tual, como pedía Platón, es habitar en una fiesta continua. esta ha sido
en la realidad de dios y disfrutar, ya la experiencia de todos los santos,
desde ahora, de la alegría que no tie- aun en medio de la noche.
ne fin; es aprender a contemplar, en la autora acompaña el texto de
nuestra realidad más sencilla y coti- citas bíblicas y de experiencias y es-
diana, «lo que ni el ojo vio, ni el oído critos de santos y doctores de la igle-
oyó, ni la mente humana concibió; lo sia: ellos, como esa «gran nube de tes-
que Dios tiene preparado para quienes tigos» (heb 12,1), acompañan e
lo aman» (1 Cor 2,9). iluminan nuestro caminar, tantas ve-
este libro nos ayuda a descubrir ces desorientado.
la ciudad de dios que habita en en un tiempo en que, como de-
nuestras ciudades, tantas veces in- cía Blas de otero, «vivir se ha puesto
hóspitas; a escuchar su voz en medio al rojo vivo», este libro es profunda-
del ruido que nos aturde; a contem- mente esperanzador. Su autora con-
plar su luz entre tantas luces de juga en él su cálida sensibilidad de
neón; a gustar y ver la Bondad de mujer para percibir la belleza escon-
dios que nos habita. descubrirlo, dida en la sencillez de los pequeños
vivir conscientemente su presencia detalles; la sabia hondura de su fe
en nosotros y en toda la realidad, probada; su autoridad como profe-
abismarse en él, es vivir la verdadera sora de teología y, por último, como

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recensiones 665

licenciada en Filología; su destreza amor, de la entrega sin medida; he-


en la expresión literaria, que sugiere ridas convertidas en destellos de luz
más que dice para acercarnos a lo que gritan sin palabras la paradójica
inefable. todo ello contribuye a cre- realidad de dios.
ar una obra impecable en la forma, el texto es hondamente consola-
bellamente sugestiva, que señala, in- dor, un auténtico bálsamo para ali-
tuye y apunta, más que afirma, al viar en el camino y proseguir la
dios siempre mayor, escondido en el marcha a buen ritmo, con la mira-
presente, pero siempre más allá; una da puesta en el horizonte que nos
obra sabiamente honda, capaz de alienta.
descubrir la belleza de las heridas de Mª Dolores de Miguel Poyard

rodríGuez PonGa, P., Sj, Ignacio de Loyola (Adaptación del libro


«Ignacio de Loyola, nunca solo», de José María Rodríguez Olaizola, SJ),
Mensajero, Bilbao 2016, 48 pp.
a san ignacio le sucede como a Cer- descubrirlo presente en cada uno de
vantes: se conoce más la obra que al los acontecimientos de su vida. el li-
autor. Suele pasar con las obras de bro lleva el título de ignacio de lo-
alcance universal: pasan a formar yola, pero el verdadero protagonista
parte del acervo común, y el autor es dios; es él quien dirige, e ignacio
queda diluido. Para el humilde «es- se limita a dejarse llevar. Queda claro
clavito indigno» de loyola, fiel ins- así el verdadero núcleo de su espiri-
trumento en las manos de dios, tualidad: dejar a dios ser dios en él.
este ocultamiento en él es su gloria dirigido a adolescentes, su prosa
y su corona. así quiso transmitirlo a fluye ágil, con frases breves y senci-
sus compañeros: «Todo a mayor glo- llas. el relato de las diversas situacio-
ria de Dios». la espiritualidad igna- nes vividas por ignacio va acompa-
ciana, viva en los ejercicios espiri- ñado de breves comentarios del
tuales, sigue acompañando hoy a autor que ayudan a comprender el
toda la iglesia. proceso de discernimiento interior
la editorial Mensajero ha tenido vivido por ignacio, el trabajo del es-
el acierto de publicar este libro, don- píritu en su interior y su docilidad
de, de forma breve y sencilla, se para dejarse hacer por él.
muestra la docilidad de ignacio a la el contenido es una adaptación
voluntad de dios y su capacidad para para jóvenes de una obra de rodrí-

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666 los libros

guez olaizola (Ignacio de Loyola, ignacio de loyola y las maravillas


nunca solo). Formalmente, la edición que el Señor obra en quien se deja
es muy atractiva; la sobriedad de las habitar por él. Como dice el autor al
ilustraciones de ignasi Flores refleja concluir el libro, los compañeros de
con acierto el talante reflexivo, auste- ignacio «no le seguían a él, sino al ver-
ro y parco en la expresión de ignacio. dadero fundador: Jesucristo» (p. 47).
un libro, en definitiva, muy
apropiado para acercarse a conocer a Mª Dolores de Miguel Poyard

druMMond, n., El poder de tres. Descubrir lo que realmente impor-


ta en la vida, Mensajero, Bilbao 2015, 272 pp.
en estos tiempos desafiantes, la lu- descubrir la fuerza interior, a identi-
cha por conseguir el equilibrio en la ficar la meta y a seguir caminando
vida puede parecer difícil. Con de- para alcanzar el verdadero potencial
masiada frecuencia estamos divididos en la vida.
entre el trabajo y la casa; el deseo de el autor es fundador de Colum-
tener éxito y la necesidad de libertad ba 1400, una organización benéfica
personal. el cuerpo, la mente y el es- cuyo objetivo es ayudar a jóvenes
píritu se enfrentan entre sí, en lugar provenientes de ambientes conflicti-
de trabajar en armonía, tal como de- vos. ha sido director de colegio y
berían hacerlo. ¿Qué necesitamos ha- miembro del equipo directivo de la
cer para hallar la paz y equilibrio in- BBC. es ministro de la iglesia de es-
terior y provocar un impacto positivo cocia, miembro de la Royal Society de
en el mundo que nos rodea? edimburgo y profesor de la univer-
Basándose en su propia experien- sidad en la misma ciudad.
cia, drummond nos da una respues- el autor agradece haber sido ben-
ta contundente y positiva a estos de- decido con una familia unida, de la
safíos, estableciendo en primer lugar que ha recibido sabios consejos y
las tres sabidurías que ayudarán a ejemplos de oración, lo que le ha su-
comprender quiénes somos; en se- puesto constante apoyo, consuelo y
gundo lugar, los tres principios que seguridad a lo largo de los años. de-
nos guiarán hacia un compromiso dica el libro a su bella madre por den-
con el mundo; y en tercer lugar, las tro y por fuera, cuyo ejemplo le sigue
tres cualidades que deben fundamen- inspirando. también a su padre, que,
tarlo todo para hacer posible ese pese a su temprana muerte, dejó a la
cambio. ese poder de tres ayudará a familia bien formada, aconsejada y

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recensiones 667

con una herencia muy válida, basada mentado, y se ha comenzado la bús-


en el respeto y el amor entre todos. queda de sentido en un mundo
Señala la frase característica de su pa- cada vez más incierto.
dre, que él tiene interiorizada: Tú en la prosperidad parece que se
puedes hacerlo. tienen todas las respuestas, pero en la
Con ese bagaje de valores fami- precariedad se mira más hacia den-
liares nace el proyecto Columba tro; y ante la desconfianza se adop-
1400, que en la actualidad inspira a tan otros ángulos de visión. ante la
miles de jóvenes de todas las edades crisis, la gente se pregunta qué es, en
para que descubran su propia gran- definitiva, llevar una vida buena,
deza interior y tengan una oportuni- digna y valiosa, cuál es la finalidad,
dad de seguir adelante, porque se qué hay que hacer para encontrar la
han sentido amados en la organiza- estabilidad y la paz interior. Cuando
ción y se ha creído en ellos tal vez las cosas se ponen difíciles, es cuan-
por primera vez en la vida. el autor do se comienza a apreciar lo que re-
se basa en los altibajos de la vida, almente importa.
junto a las esperanzas humanas, y Con el deseo de orientar a los jó-
desde ahí presenta una apología de fe venes hacia unos valores y una vida
profunda y sencilla en la historia y digna, funda Columba 1400, con el
en las enseñanzas de jesús. propósito de impartir cursos de lide-
el mundo está cambiando; la re- razgo comunitario e internacional.
cesión, la crisis de valores, los con- los destinatarios son jóvenes que
flictos, la crisis económica, el nivel proceden de realidades duras, de en-
de vida de muchas personas se fue tornos problemáticos, de familias ro-
haciendo precario; recorte de gastos tas, de pandillas callejeras; el fin de la
y disminución del bienestar de las organización es orientarles para que
familias; paro y desilusión en los jó- crean en su propio potencial. desde
venes; etc. todo ello ha provocado ahí, el autor ha presenciado historias
incertidumbre, temor, inseguridad conmovedoras y estimulantes de los
por la pérdida de la casa, de los tra- chicos; en definitiva, la gente tiene
bajos, de los ingresos. junto a ello se hambre de sentido, hambre del fin
está produciendo también un cam- último de la existencia. Para él, todo
bio profundo de actitud: ya no im- parte del modelo de jesús de naza-
porta tanto lo exterior, la adquisi- ret, en quien se encuentra respuesta
ción de objetos. la gente ha ido a todos los interrogantes. las ense-
desplazando el núcleo de interés ha- ñanzas de jesús son válidas, como el
cia algo más, por el vacío experi- día que fueron dadas.

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668 los libros

en sus proyectos parte de la base sabiduría (la serenidad, la finalidad y


de que todos, sin excepción, tenemos el servicio), tres principios (la perso-
la necesidad de sentirnos amados, es- na antes que el procedimiento; la sa-
perados, acogidos por alguien, con biduría antes que el conocimiento; y
independencia de las ideas de cada la integridad antes que la política),
cual; el anhelo de pertenecer a al- tres cualidades (fe, esperanza y
gún grupo, de ser valorado y queri- amor): sin todo ello es imposible
do. hay que dejar de lado las preo- equilibrar nuestro espíritu con el res-
cupaciones por tantas cosas que to del ser, sin tener el corazón en paz
hacer, compromisos, consumo, ma- y llevar una vida plena y valiosa.
terialismo... y mirar dentro. Para el las tres sabidurías cimientan cada
autor ha llegado la hora de equili- aspecto de nuestra vida y el modo
brar la balanza, ya que, sin alimen- que elegimos para vivir. los tres prin-
tar el espíritu, difícilmente vamos a cipios nos guiarán y ayudarán a llevar
saciarnos; el ser humano pide más, la vida con una finalidad y un signi-
y solo lo va a encontrar en el agua ficado no solo para nosotros, sino
que quita la sed. todo lo demás son también para todos aquellos que se
sucedáneos. relacionan con nosotros. y las tres
hay que perder la vergüenza de cualidades serán cada vez más impor-
manifestar en lo que se cree, por lo tantes en estos tiempos de desafío y
que se vive, la sociedad está necesi- de oportunidad.
tando testigos que hablen con la el autor se plantea con ello re-
vida, no solo con la palabra. la gen- correr el pasado, el presente y el fu-
te, sin saberlo, está buscando valo- turo, examinando las prioridades y
res, objetivos que sacien, y para ello las posibilidades, invita a ser valien-
los cristianos han de afirmar los su- tes y honestos con nosotros mismos
yos sin pedir disculpas ni sentir ver- y con los demás, según la inspira-
güenza por ello. ción y las enseñanzas de jesús de
el subtítulo de tres es porque es- nazaret, el eje de la vida del autor.
tamos hechos de mente, cuerpo y es- y según las palabras del Maestro te-
píritu. no estamos equilibrados ali- ner vida en abundancia y descubrir
mentando solo el cuerpo; somos la plenitud, y la riqueza que se en-
algo más: la mente requiere alimen- cuentra en una vida vivida plena-
to intelectual, y también nuestro es- mente. Pretende con su libro ayu-
píritu ha de ser alimentado. el tres dar a descubrir la fuerza interior
representa el máximo equilibrio del que nos habita, explorar la capaci-
ser. Según el autor, hay tres tipos de dad de alegría y emprender un nue-

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recensiones 669

vo e ilusionante camino que se abre acogidos en la organización crean


ante nosotros. en sí mismos, en sus potencialidades,
a nuestro entender, lo más inte- y se abran a buenos caminos. y todo
resante del libro es el Proyecto Co- ello lo logran por haberse sentido que-
lumba 1400, por lo que tiene de re- ridos por primera vez.
hacer a personas heridas por la vida,
por la sociedad injusta, y que los Rosario Paniagua Fernández

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670 revista sal terrae

REVISTA SAL TERRAE


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toral, bíblica, espiritual, moral, práctica), iglesia, familia, sociedad, psicología.
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instrucciones para los autores 671

8) Se recomienda utilizar estas fuentes tipográficas: «timesnewroman» para


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9) los criterios que deben seguirse a la hora de elaborar las notas a pie de página
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a) AL CITAR LIBROS: 1) inicial (es) del nombre (con punto) y apellido (s) del
autor en letra verSalita, dejando un espacio entre la inicial y el/los apelli-
do (s); 2) título y subtítulo (si lo tiene) en letra cursiva; 3) nombre de la edi-
torial en letra redonda; 4) lugar y fecha de publicación en letra redonda y
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supuesto a partir de la segunda, en superíndice, justo a continuación del
año de edición); 5) número (s) de página (s) citada (s), sin que le (s) prece-
da (n) p. / pp.
nota 1: escríbase el nombre de la ciudad en que se publica el libro en el
idioma en que éste está escrito.
nota 2: Cuando se citen dos o más libros del mismo autor, sustitúyase, a
partir de la segunda cita, la inicial del nombre y el/los apellido (s) por id.
esta nota vale también para los apartados b, c y d de estas instrucciones pa-
ra autores.
Ejemplo:
d. aleiXandre, Las puertas de la tarde. Envejecer con esplendor, Sal terrae,
Santander 20093, 170-175.
b) AL CITAR ARTÍCULOS DE REVISTA: 1) inicial (es) del nombre (con punto) y
apellido (s) del autor en letra verSalita, dejando un espacio entre la inicial
y el/los apellido (s); 2) título en letra redonda y entre comillas («»); 3) nom-
bre de la revista en cursiva, precedido por dos puntos (:); 4) número del vo-
lumen de la revista; 5) año de publicación entre paréntesis y coma (,) detrás;
6) número (s) de página (s) citada (s), sin que le (s) preceda (n) p. / pp.
Ejemplo:
G. BarBiero, «“un cuore spezzato e affranto tu, o dio, non lo disprezzi”.
Peccato dell’uomo e giustizia di dio nel Sal 51»: Ricerche storico-bibliche 19
(2007), 157-176.
c) AL CITAR ARTÍCULO EN OBRA COLECTIVA O VOZ DE DICCIONARIO: 1) inicial
(es) del nombre (con punto) y apellido (s) del autor en letra verSalita, de-
jando un espacio entre la inicial y el/los apellido (s); 2) título del artículo o
voz en letra redonda y entre comillas («»); 3) precedidos por coma (,) y en,
inicial (es) del nombre (con punto) y apellido (s) del autor/editor del libro

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672 revista sal terrae

o diccionario en letra verSalita, dejando un espacio entre la inicial y el/los


apellido (s); 4) ed./eds. entre paréntesis (ed./eds.); 5) título y subtítulo (si
lo tiene) del libro o diccionario en letra cursiva; 6) nombre de la editorial
en letra redonda; 7) lugar y fecha de publicación en letra redonda y sin co-
ma entre ambas (si existe número de edición de un libro, se cita, por su-
puesto a partir de la segunda, en superíndice, justo a continuación del año
de edición); 8) precedido por coma (,) y espacio, número (s) de página (s)
citada (s), sin que le (s) preceda (n) p. / pp.
Ejemplo:
a. wénin, «david roi, de Goliath à Bethsabée. la figure de david dans les
livres de Samuel», en l. deSrouSSeauX – j. verMeylen (eds.), Figures de
David à travers la Bible, Cerf, Paris 1999, 75-112.
d) AL CITAR REFERENCIAS ELECTRÓNICAS, se siguen los criterios de a, b y c, y
se añade: 1) después de autor, título, etc., y precedida y seguida por coma:
en línea; 2) dirección web; 3) día de la consulta (entre paréntesis).
Ejemplo:
j. P. FoKKelMan, Narrative Art and Poetry in the Books of Samuel I.
King david, van Gorcum, assen 1981, en línea,
http://www.salterrae.es/catalogo/index.php
(consulta el 14 de febrero de 2010).
10. Formato de abreviaturas de referencia habituales: Ibid. / op. cit. / art. cit. / cf. /
cap. / ss. / n. (número) / nota / vol. /vols.
11. otras indicaciones: los textos sangrados van entre comillas. Se acentúan las
mayúsculas. Se usan comillas bajas y, solo dentro de éstas, las comillas altas
(ejemplo: «juan dijo: “lo sé”»). las citas bíblicas, según estos ejemplos: Mt 6,1-3
/ Mt 6,1-3.12-14.
12. en acentos, puntos, signos de puntuación, etc., síganse las normas de la real
academia española (http://www.rae.es/rae.html).

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