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1. ¿Qué elementos característicos del discurso político ibañista se evidencian en el texto? Identifica.
2. ¿Cuáles fueron los motivos por los que a Ibáñez se le llamó el "general de la esperanza"? Explica a partir de
la lectura.
Ibáñez y el populismo
• La compleja situación económica, política y social favoreció el discurso populista de Carlos
Ibánez del Campo, quien llegó a la presidencia en 1952. Su gobierno se caracterizó por la
presencia de una alta inflación, las protestas sociales y por algunos intentos de liberalización
económica.
En Chile, el año 1952 fue elegido presidente Carlos Ibáñez del Campo. En su ideario estaban representados los
principales componentes del populismo. Entre ellos se encuentra(n)
Populismo en Chile: Máximo Pacheco: "El populismo hay que entenderlo a partir del estado de ánimo que lo
gatilla. Es más un fenómeno que un concepto si consideramos que el populismo utiliza estos sentimientos
de miedo, frustración y resentimiento para su manipulación y así alcanzar sus objetivos de poder...
"Una de las preguntas que se escuchan en los círculos de la vida política es cuán expuesto está Chile hoy al
populismo. El populismo es un fenómeno global. Lo vemos en varios puntos de Latinoamérica. Es una
discusión abierta en Estados Unidos y Europa. Chile no está ajeno ni menos inmune a la tentación que implica
esta expresión política. No ocurre aquí por primera vez. Desde la Hacienda, con su forma clientelar de
populismo, hemos visto manifestaciones de este voluntarismo estridente y vacío. ¿Acaso Portales no cayó en
prácticas populistas? Ni hablar de la famosa escoba de Carlos Ibáñez del Campo o de la retórica del "León de
Tarapacá".
Detrás de toda germinación populista existe una crisis de representación política, que suele estar acompañada
de una ineficacia institucional para satisfacer las demandas de la gente. En los últimos años, la ciudadanía ha
ido acumulando frustración y malestar ante la incapacidad de dar respuesta a las nuevas demandas sociales.
No puede extrañarnos entonces que seamos testigos del surgimiento de un populismo que apela al
sentimiento de angustia, de resentimiento, de miedo a la precariedad y a la desprotección frente a un mundo
incierto, transformado por la globalización y por la revolución tecnológica de las comunicaciones.
A este populismo moderno, que se hace un espacio en la discusión de nuestro próximo período electoral, le
sirve quebrar el tradicional clivaje izquierda-derecha, trasladando el eje hacia la esfera de lo popular,
mediante la idealización del "pueblo" como fuerza antagónica de las élites y el orden establecido.
El populismo hay que entenderlo a partir del estado de ánimo que lo gatilla. Es más un fenómeno que un
concepto si consideramos que el populismo utiliza estos sentimientos de miedo, frustración y resentimiento
para su manipulación y así alcanzar sus objetivos de poder.
Debemos ponernos en alerta frente a este riesgo. Hoy vemos a dirigentes que están dispuestos a usar los
miedos y los resentimientos como estrategia política, aprovechando el culto de nuestra sociedad por una
inmediatez que no existe en ninguna parte, la desconfianza hacia las instituciones, el desprestigio de la clase
política, la ausencia de liderazgos catalizadores y la equivocada percepción de un Estado que supuestamente
opera de manera funcional y utilitaria.
En el caso de Chile, la herencia de nuestros Chicago Boys, que impulsaron la falacia del chorreo y las políticas
sociales de focalización, ha erosionado las bases desde donde se construye el Estado, debilitando sus
instituciones y su capacidad para enfrentar las crecientes demandas ciudadanas. Considero que el riesgo
populista ha aumentado también por el esfuerzo sistemático de tantos años buscando despolitizar a nuestra
sociedad y des-ciudadanizar a la política, construyendo distancia entre la política y la sociedad.
Para atajar esta nueva vertiente populista, necesitamos fortalecer el rol del Estado como representante del
bien común y mejorar su gestión. Un Estado débil y poco eficaz, que no cuide y promueva una cohesión social
responsable, alimenta al populismo. Porque el populismo no es solamente ser demagogo y decir lo que la
gente quiere escuchar. No es solamente ser irresponsable y hacer promesas que no se cumplirán ni tampoco
solo tener aversión a las élites y a las instituciones democráticas.
Hoy, más que nunca, cualquier proyecto político debería articularse con un modelo donde el Estado gestione,
apoye y se complemente con los esfuerzos privados y el buen funcionamiento de los mercados. Ninguna
inspiración personal puede siquiera acercarse al potencial que ofrece una conducción desde el Estado que
promueva políticas públicas colaborativas, que apunten a mejorar nuestra economía, su crecimiento y el
desarrollo social del país.
Resuelve la actividad en tu cuaderno.
1. Investiga qué significa el concepto populismo desde las Ciencias Sociales.
2. Sintetiza en un cuadro las características de un gobierno populista latinoamericano.
3. ¿Existen actualmente en Chile políticos populistas? Fundamenta.