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RENACIMIENTO: DESCUBRIMIENTO DEL HOMBRE

Para entender la siguiente parte, se debe recordar la finalidad u objetivo principal: ubicar
la secuencia, o al menos una línea de trabajo que pueda ayudar a entender lo más posible
el concepto de dignidad utilizado hoy en día. En el apartado anterior, se recopiló
históricamente, ciertos parámetros y contextos que pudieron dar un seguimiento continuo
a lo que se trata de estudiar. A manera de recordatorio, aunque no necesario radicalmente,
se dice que la edad media tenía una ruptura con el Medievo, pero no era una ruptura total
de pensamiento, ya que a pesar de todo son herederos de una concepción cristiana, a lo
cual, se podría hablar de una nueva perspectiva filosófica, entre fe y razón. La mayoría de
las veces se podía notar una fuerte influencia directa de los griegos hasta el renacimiento.
A decir verdad, pienso que la filosofía ha tenido sus etapas o géneros de búsqueda
filosófica más rotunda, por ejemplo los presocráticos, son muy al estilo naturalistas,
mientras que Sócrates, a su vez fue muy humanista. Así en el renacimiento hay una
conexión con esta etapa humanista, pero no específicamente el estilo socrático, sino más
bien de una manera que se interesara por el optimismo y el hombre en sí. No se dice de
suerte que es la etapa en que descubren al hombre, pues todo esto va de la mano con ese
discurso al hombre, donde exaltan la dignidad, y esto es uno de los conceptos que pueden
complicar esta relación de descubrimiento del hombre y su optimismo en la dignidad, en
el personaje activo, y no pasivo, dentro del universo. Más conceptos se verán vinculados
en éste trabajo, como, naturaleza, libertad, moral, felicidad y belleza.

“Sea la que fuere su admiración por la sabiduría antigua y su independencia de espíritu,


casi todos son profundamente religiosos y naturalmente cristianos, no deja de plantear
dificultades ni contradicciones. El humanismo se caracteriza, en efecto, por su optimismo
fundamental: el Hombre, medida de todo, es, en el centro del universo, una criatura
privilegiada llamada a realizar los designios de Dios, gracias a la razón ayudada por la
gracia divina. Esa intervención de la gracia, dada a todos, no obstaculiza la libertad
humana, porque el Hombre es fundamentalmente bueno, libre y responsable. Libertad,
felicidad, belleza, respeto de sí mismo: esos son los grandes valores de una moral
individual que desemboca en una moral colectiva basada en la tolerancia y la paz entre los
Hombres. Una moral de este tipo concuerda mal con el dogma del pecado original y
parece estar en contradicción con algunos de los fundamentos del cristianismo; pero para
los humanistas conviene reformar éste y volver a la pureza de las Escrituras y del mensaje
evangélico”1. (
1 LEBRUN, F., “La civilización del Renacimiento” en CARPENTIER, J. &LEBRUN, F.,
(dirs.), Breve Historia de Europa, trad., Armiño, M., Alianza, Madrid, 1994, pp. 258-259.)

Todo esto es una buena descripción en general de lo que se ve en un humanismo


renacentista, además de agregar, que la miseria hominis (Edad Media) contemplaba una
naturaleza humana creada y no creadora. En el renacimiento, el discurso de la dignitas
hominis, dirás que son ambas características.
Toda su argumentación consistirá en mantener un equilibrio entre por un lado, el origen
divino del ser humano de donde procedía su excelencia originaria y por otro, sus
capacidades (racionales) que le permitían crear su propio mundo cultural. Había que
demostrar que las capacidades creadoras del ser humano derivaban de su condición de
criatura creada por Dios. El discurso renacentista de la dignitas hominis quiso
fundamentalmente convencer de esta unión entre ambos rasgos de la naturaleza humana.
(pág. 2)

Como se ha dicho constantemente, el hombre es visto en el renacimiento no como un ser


pasivo, sino un ser activo, ya que además de ser creado, también es: ser creador.

El humanismo se caracteriza, en efecto, por su optimismo fundamental: el Hombre,


medida de todo, es, en el centro del universo, una criatura privilegiada llamada a realizar
los designios de Dios, gracias a la razón ayudada por la gracia divina. (Concretando desde
el renacimiento, bien se dice que tiene una fuerte influencia del pensamiento griego como
en toda época, pero parece ser que tiene más relación con una idea sofista de hombre)

Sobre el discurso de la dignitas hominis, se ha dividido en tres partes la explicación de éste


trabajo humanista del renacimiento y se da la siguiente cita para explicarlo.

Numerosos humanistas parecieron involucrarse en un apasionado discurso de la dignitas


hominis cuyo fin era celebrar la excelencia de la naturaleza humana. La presente sección se
dividirá en tres partes. En la primera, se pretende demostrar que este discurso fue primero
una reacción contra la miseria hominis medieval. (pág. 2)

Era una manera de renovar toda acción anti humanista y volver a reivindicar el camino del
hombre, dándole una dignidad, sin desprenderse del lado religioso. Con esto en el
renacimiento buscaban pruebas, elementos empíricos para demostrar la dignitas hominis.
¿Cómo lograrían hacerlo? La razón humana sería la clave para lograr tener esas evidencias
empíricas

La razón humana pareció entonces liberarse de sus antiguos complejos, convirtiéndose


en la facultad central de la dignidad humana; realizaba la unión entre esas dos
características de la naturaleza humana, como naturaleza creada y creadora (pág. 2)

En una segunda parte, se pretende analizar la antropología misma del discurso de la


dignitas hominis. Aquella se basará en la identificación del Hombre con un
microcosmos. Esta visión permitirá detectar una excelencia innata en el ser humano y
otorgarle a una libertad inherente. (pág. 2)

¿Cómo entender lo qué es hombre? He ahí la cuestión, en este sentido la importancia


de encontrar en el hombre de saber que el hombre en relación con ese microcosmos
posé algo que lo hace hombre
Por fin, en una tercera parte relativa a las “reivindicaciones” de la dignitas hominis, veremos
cómo el humanismo celebró la mundanidad humana y rechazó la fuga mundi. He detectado
tres temas que pueden abundar en este sentido: la defensa del libre albedrío, el
reconocimiento de la felicidad humana y la “militancia” por la igual dignidad de los Hombres.
Así, con esas tres partes, veremos cuáles fueron las propiedades que el Humanismo introdujo
en la savia de la planta de la dignidad humana para estimular su crecimiento.

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