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FACULTAD DE CIENCIASSOCIALES Y

HUMANIDADES
ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO Y
CIENCIAS POLÍTICAS
CURSO
Derecho Penal, Parte Especial I.

TEMA
“La Premeditación Conocida”.

ALUMNOS
Perales Ballona, Rosa Angélica.
Delgado Suárez, Sheyla Mayumi.
Grosso Vásquez, Carlos Francisco.
Docente
Auris Evangelista, German

1
CHACHAPOYAS – PERÚ

2016
ÍNDICE GENERAL

INTRODUCCIÓN………………………………………………………………….4

CAPÍTULO I

PLANTEAMIENTO DE ESTUDIO

1.1. DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA……………………………….……..6

1.2. DEFINICIÓN DEL PROBLEMA…………………………………………7


1.3 FORMULACIÓN DE OBJETIVOS…………………………………...…8

1.3.1. OBJETIVO GENERAL…………………………………………..8

1.3.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS……………………………………8

1.4. JUSTIFICACIÓN E IMPORTANCIA DEL ESTUDIO…………………8

CAPÍTULO II

MARCO TEÓRICO O REFERENCIAL

2.1. MARCO HISTÓRICO……………………………………………………11

2.1.1. ORIGEN DEL ASESINATO……………………………………11

2.1.2. ANTECEDENTES DE LA PREMEDITACIÓN……………….13

2.1.2.1. LA PREMEDITACIÓN………………………………………15

2.1.2.2. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA PREMEDITACIÓN…..17

2.2. BASES TEÓRICAS………………………………………………………18

2.2.1. BIEN JURÍDICO PROTEGIDO…………………………………18

2.2.2. TEORÍA DE LOS MÓVILES VILES………………………….….20

2.2.3. OTROS PUNTOS DE VISTA………………………………….….21

2.3. MARCO NORMATIVO………………………………………………..…..23

2.3.1. MARCO NORMATIVO NACIONAL…………………………..….23

2.3.1.1. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL PERÚ………………..…..23

2
2.3.1.2. CÓDIGO PENAL PERUANO……………………………..…..23

2.4. MARCO CONCEPTUAL………………………………………………..…23

2.4.1. CONCEPTO DE LA PREMEDITACIÓN………………………....23

2.4.2. CONCEPTO DE LA PREMEDITACIÓN CONOCIDA…………..24

2.4.3. CONTENIDO DE LA PREMEDITACIÓN: SUS REQUISITOS…25

2.4.4. ELEMENTOS DE LA PREMEDITACIÓN…………………………26

2.4.3.1. ELEMENTO CRONOLÓGICO………………………………….26


2.4.3.2. ELEMENTO IDEOLÓGICO…………………………………..…28

2.4.3.3 ELEMENTO PSICOLÓGICO…………………………………….30

2.5. DERECHO COMPARADO………………………………....………..….34-37

CAPÍTULO III

ANÁLISIS……………………………………………………………………....….37-40

CAPÍTULO IV

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES………………………………....…42

REFERENCIAS:

BIBLIOGRAFA………………………………………………………………..….43-45

LINKOGRAFIA……………………………………………………………..………...46

3
INTRODUCCIÓN

El siguiente trabajo de investigación se orienta a que se modifique el art. 108


del código penal, pues nuestra propuesta es un tanto ostentosa, ya que se
habría que agregar una agravante más para el delito de asesinato; la
premeditación conocida, por lo que de esta manera no solo se castigaría el
hecho consumado sino también a aquel que con frialdad y con un objetivo
previamente concebido para luego ejecutarlo.

Entonces con este trabajo vamos a tratar de explicar la premeditación desde


el punto de vista de la doctrina, qué debe entenderse por homicidio calificado,
cuáles son los elementos, factores o circunstancias que se tienen en vista
para estimarlo como tal o, en su caso, por qué ha de desestimarse.

Resulta interesante e importante desarrollar entonces el problema propuesto,


toda vez que no son pocos los casos en que se ha planteado la discusión del
por qué se considera a un determinado hecho como constitutivo de homicidio
simple, cuando ha debido ser considerado, según otros, como uno del tipo
calificado, controversia que ha arribado ante nuestros tribunales de justicia y
es dable analizar a través de los diversos juicios utilizados por la doctrina.
Claramente, los Tribunales y las Cortes han entregado distintos
razonamientos para entender, por ejemplo, cuándo un ilícito es alevoso y
cuándo no, cuándo ha existido premeditación y cuándo no, siendo este último
nuestro tema a dilucidar. Un trabajo como el formulado pretende aclarar
ciertos elementos de la premeditación y pronunciarse sobre su procedencia.
En efecto, contar con certeza sobre qué elementos han de aplicarse conlleva
a la seguridad jurídica e igualdad ante la ley, evitando que ante hechos
parecidos o similares la decisión final adoptada sea diametralmente opuesta,
afectando de manera considerablemente más grave los derechos de aquel
sujeto que fue sancionado como autor del delito de homicidio calificado versus
aquel que fue condenado como autor del delito de homicidio simple.

4
CAPÍTULO I

5
PLANTEAMIENTO DE ESTUDIO

1.1. DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA.

El delito, observado de manera detenida a través de los procesos


penales, en sus distintos accidentes y matices podemos ver que muchos
hechos delictuosos se encuentran saña salvaje así como también
sentimientos inhumanos, perversos y malévolos que hacen más repugnante
el delito y agravan el grado de responsabilidad del delincuente, pero, a veces,
también aparecen en los procesos, lo que podemos ver circunstancias,
motivos, razones impulsivas tal vez, otras provocativas y de variadas formas,
que imponen el ineludible deber de ponderar la magnitud de los hechos,
circunstancias que conllevan a modificar la responsabilidad del agente. A las
primeras se les ha dado el nombre, de acuerdo al lenguaje jurídico, de:
circunstancias que agravan la responsabilidad criminal o simplemente
llamadas agravantes; y a las segundas circunstancias que atenúan la
responsabilidad criminal o llamadas atenuantes, por tal razón, el Código Penal
Peruano ha sido objeto de constantes modificaciones respecto al delito
homicidio calificado, la cual cuenta con circunstancias agravantes que son
consideradas como las más perjudiciales que se pueden imaginar sobre la
forma y modo de matar a otro, discutiéndose ¿cuáles?, ¿por qué?, pero
finalmente llegando a fórmulas de consenso y reconocimiento social,
centradas en el mayor reproche y repudio que le produce a la sociedad la
muerte de otro bajo ciertos elementos, condiciones y modalidades que son
agravantes, ya que el legislador nacional conceptúa que la vida humana es
el bien jurídico más preciado por el hombre y socialmente el bien más preciado
por la mayoría de las personas, pues en base a este bien pueden desarrollarse
los demás derechos de que todo individuo es titular, por esa razón los
atentados dirigidos a provocar la muerte de otra persona, constituyen
conductas altamente reprochables y condenables por la sociedad y por la ley,
por tal razón, el legislador nacional con el objetivo de reducir los índices de
criminalidad en nuestro país, ha endurecido las penas, buscando como
resultado que el homicidio calificado podría verse reducido, pero

6
lamentablemente la realidad señala lo contrario: la pena no cumple con sus
objetivos de prevención y rehabilitación, ante esta realidad, el legislador
nacional debe de considerar las conductas exteriorizadas por el sujeto activo,
es decir, la conducta conocida absolutamente “lo que quería realizar”, la
premeditación conocida es la reflexión previa a la ejecución del homicidio
calificado (muerte) que persiste firmemente antes de su ejecución en el iter
criminis, lo que demuestra que debe existir un tiempo indeterminado para
llevar a cabo la reflexión previa y evidencias, las cuales deben estar
firmemente establecidas en el proceso, de tal manera que esta circunstancia
quedaría constituida dentro de la circunstancia agravante de: “premeditación
conocida”, sin ser necesario explorar las motivaciones que lo llevaron a
adoptar la decisión, materias propias de una defensa que pueden ser
sustentadas en causales de justificación o morigerantes de responsabilidad,
por ello es necesario investigar y explicar la premeditación conocida desde el
punto de vista doctrinario así como también los criterios o elementos que se
han de utilizar para decidir por qué un determinado hecho delictivo es
constitutivo de la circunstancia agravante de premeditación conocida, por lo
tanto, constituirse en el delito de homicidio calificado, en razón de que es
menester el estudio exhaustivo de cada proceso penal en el estricto
cumplimiento de la justicia humana, de esta manera se brinde a la población
seguridad jurídica e igualdad ante la ley, evitando que ante hechos parecidos
o similares la decisión final adoptada sea contraria, dejando de administrar
justicia en base a la realidad de los hechos o en caso contrario afectando de
manera considerablemente más grave los derechos de aquel sujeto que fue
sancionado como autor del delito de homicidio calificado frente aquel que fue
condenado como autor del delito de homicidio simple.

1.2. DEFINICIÓN DEL PROBLEMA.


¿La premeditación conocida debe constituir una agravante más del
homicidio calificado - asesinato?

7
1.3 FORMULACIÓN DE OBJETIVOS.

1.3.1. OBJETIVO GENERAL.

Nuestro sistema jurídico penal debe considerar a la


premeditación conocida como circunstancia agravante del homicidio
calificado - asesinato.

1.3.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS.

Que el legislador incluya y defina como una agravante del delito


de homicidio calificado a la premeditación conocida.

Investigar y explicar la premeditación desde el punto de vista de


la doctrina, qué debe entenderse por “premeditación conocida”, cuáles
son los elementos, factores o circunstancias que se deben de tener en
vista para estimarlo como tal o, en su caso, por qué ha de desestimarse.

1.4. JUSTIFICACIÓN E IMPORTANCIA DEL ESTUDIO.

La justificación comprende dos aspectos:

a) JUSTIFICACIÓN PRÁCTICA.

La investigación realizada por el grupo será de gran aporte para


las instituciones jurídicas en lo penal, con lo cual se podrá castigar
firmemente la criminalidad.
La importancia de este trabajo se manifiesta a través de su relevancia
jurídica, porque al modificarse el artículo 108° del C.P. se estará
contribuyendo a que se reduzcan muchos delitos en el futuro. Y
también no dejemos de lado su relevancia social porque la población
se beneficiara ya que así se reducirá en gran medida con la alta tasa
de criminalidad en el Perú.

B) JUSTIFICACIÓN TEÓRICA.
El presente trabajo de investigación busca ser un trabajo de
actividad formativa, ya que tiene por objeto desarrollar el tema de
“premeditación conocida” desde el punto de vista doctrinario, así

8
como también los criterios o elementos que se han utilizado para
decidir por qué un determinado hecho delictivo relacionado con el
homicidio, es constitutivo de la calificante de premeditación conocida.

9
CAPÍTULO II

10
MARCO TEÓRICO O REFERENCIAL

2.1. MARCO HISTÓRICO

2.1.1. ORIGEN DEL ASESINATO.

“El término asesino tiene su origen durante el apogeo del Islam.


En el contexto de un mundo dividido entre cristianos y musulmanes,
estos últimos habían erigido un imperio religioso que se prolongaba
desde la Meca hasta la península ibérica. Las ideas del profeta
Mahoma se habían extendido abiertamente por los tres continentes del
mundo conocido.

Sin embargo, como en todas las grandes ideologías,


pensamientos y doctrinas, el Islam también sufría de disputas internas,
escisiones y cismas. Ya en los albores de la religión ocurrió una
importante ramificación de la ideología musulmana, creando grupos
enemistados de chiítas y sunitas. Las causas fueron disputas
sucesorias.

Estas lides entre partidarios de la misma religión se vieron


empeorada por divergencias en la propia doctrina chiíta, que se dividió
entre imamíes e ismailíes. A su vez, del islamismo brotaron otras
corrientes independientes como la secta nizarí, la cual apareció entre
los siglos VII y XIV en el Medio Oriente en plena épocas de las
cruzadas.

Durante el siglo XI, la hermandad nizarí,


llamada Hashshashin por sus detractores, se granjeó la fama y el
miedo de sus enemigos. El líder Hasanibn Sabbah, consagrado con el
título de “El Viejo de la Montaña”, consolidó dicha comunidad. Su
principal fortaleza era Alamut, ubicada en un macizo montañoso al sur
del mar Caspio. Era un paraje inexpugnable donde los nizaríes se

11
reforzaron mientras sus enemigos vivían en el más íntimo miedo, en el
pánico más visceral, en la inseguridad más hiriente.”1

“Según recogen múltiples crónicas, los nizaríes eran adictos al


hachís (de ahí que se les aplicase el sobrenombre de ḥaššāšīn) pero
sobre todo pasaron a la historia por llevar a cabo una actividad en la
que su fin era acabar con la vida de reyes, miembros religiosos,
militares y políticos de la época.

El término comenzó a popularizarse como sinónimo del acto de


quitar la vida a alguien, pero específicamente a personajes importantes
e ilustres. A pesar de que hoy en día las palabras asesino, asesinar y
asesinato se aplican a aquel que comete un crimen por el que quita la
vida a alguien, sin importar la relevancia de la víctima.

Cuando la palabra llegó a Europa fue adaptándose a las


diferentes lenguas del continente, encontrándonos que el resultado fue:
‘assassins’ (en inglés), ‘assassin’ (francés), ‘assassinen’ (alemán),
‘assassino’ (en italiano y portugués), assassīnus (latín) y ‘asesino’ (en
español).

La primera vez en la que aparece escrita la


palabra ‘asesinar’ (assessinorum) data del año 1259, realizado
por Mateo de París, quien recogió en su crónica medieval manuscrita e
ilustrada “Chronica Majora” el siguiente texto en latín: “Qui tandem
confessus est, se missum illuc, vt Regem more assessinorum occideret,
à Willielmo de Marisco” (Él finalmente confesó que había sido mandado
de vuelta por William de Marisco para asesinar y matar al Rey).

1 http://iraultzaaskerria.com/blog/el-primer-asesino/ O5/02/16 12:36P.M

12
Por su parte, los británicos defienden que el primer uso escrito
del término ‘assassination’ (asesinato) fue realizado en 1605
por William Shakespeare en la tragedia ‘Macbeth’.”2

2.1.2. ANTECEDENTES DE LA PREMEDITACIÓN.

2.1.2.1. LA PREMEDITACIÓN.

“Si bien no hay antecedentes exactos que nos señalen


cuándo surgió la concepción de premeditación como elemento
de “agravamiento general” de la pena, hay indicios que nos
permiten identificar sus orígenes.

Al parecer, no fue conocida en Grecia o Roma como


circunstancia de aplicación genérica. Aunque los romanos ya
hacían una cierta graduación en los delitos: distinguían entre los
delitos deliberados (propósito) y los de ímpetu (ímpetus), siendo
la ausencia de esta deliberación (que no es sinónimo de
premeditación) una circunstancia atenuante en algunos casos.”3

“La premeditación tiene su origen en la legislación


romana, en donde el concierto de voluntades para matar a otro
se castigaba con más severidad que el homicidio
común, porque se veía en él una suerte de conspiración que
requería el ponerse de acuerdo o tomar la decisión de matar a
otro en forma no circunstancial, sino reflexiva, con ánimo frío,
programando y proyectando el hecho criminoso de matar a otro,
lo que pasó al derecho germánico, diferenciándolo como una de
las causales del asesinato, pero fue en el derecho español que

2
http://blogs.20minutos.es/yaestaellistoquetodolosabe/tag/de-donde-procede-la-palabra-
asesino/05/02/16 11:21 AM

3Garrido Montt, Mario. El Homicidio y sus Figuras Penales, Editorial Conosur, Santiago,
1976, p.145

13
a raíz de los Código de 1822 hasta 1850, se fue reiterando dicha
causal.”4

“Pero la premeditación propiamente tal, como la racional


y madura reflexión del delito, se habría consolidado en la Edad
Media. Los juristas italianos de dicha época estimaron que la
característica decisiva del “asesinato” era la premeditación.
Luego, este criterio pasó al Código Penal francés de 1810, texto
que define el concepto de premeditación. Cabe considerar que
tanto en Italia como en Francia, la premeditación no existe como
agravante genérica, sino sólo como circunstancia que agrava el
homicidio.”5

Posteriormente la Legislación Española, teniendo como


base el Código francés, plasma a La Premeditación en sus
códigos penales españoles:

a) CÓDIGO PENAL ESPAÑOL DE 1822.

Por primera vez se emplea en éste código la


palabra Premeditación para designar este agravante
que anteriormente aparecía confundida con el
aceccho, circunstancia esta última que en este
cuerpo legal, es considerada con independencia de
la primera.

Art. 106. “Se tendrá por circunstancia


agravante: La mayor malicia, Premeditación y
sangre fría con que se haya cometido la acción”.

Art. 605. “Los que maten a otra persona


voluntariamente, con Premeditación y con intención

4http://homicidiocalificadoenchile.blogspot.pe/2011/12/introduccion-en-el-trabajo-
anterior.html/O6/02/16 09:11 A.M

5Quintano Ripolles, Antonio. Tratado P.E. del Derecho Penal. Editorial revista de
derecho privado, Madrid. 1962, p. 178

14
de matarla, no siendo por orden de autoridad
legítima, sufrirán la pena de muerte. Es homicidio
voluntario el cometido espontáneamente, a
sabiendas y con intención de matar a una persona,
siendo indiferente en este caso que el homicida de
la muerte a otra persona distinta de aquella a quien
se propuso hacer el daño”.

Art. 609. “Son asesinos los que maten a otra


persona no sólo voluntariamente, con Premeditación
y con intención de matarla, sino también con alguna
de las circunstancias siguientes: ……. 2º Con previa
acechanza, ya guardando a la persona asesinada, o
la tenida en lugar suyo, en uno o más sitios para
darle muerte; ya observando la acción oportuna para
embestirle; ya poniendo espías o algún tropiezo o
embarazo para facilitar la ejecución; ya buscando
auxiliadores para el mismo fin; o ya empleando de
antemano cualquier otro medio insidioso para
sorprender a dicha persona y consumar el delito”.

b) CÓDIGOS PENALES ESPAÑOLES DE 1848 Y DE


1850.
Art. 10. “Son circunstancias agravantes…. 6ª
Obrar con Premeditación conocida.

Art. 333. “El que matare a otro, y no esté


comprendido en el artículo anterior será castigado:
1º Con la pena de cadena perpetua a la de muerte,
si lo ejecutare con alguna de las circunstancias
siguientes… 4ª Con Premeditación conocida”.

c) CÓDIGO PENAL ESPAÑOL DE 1870.

15
Art. 10. “Son circunstancias agravantes... 7ª
Obrar con Premeditación conocida”.

Art. 418. “Es reo de asesinato el que sin estar


comprendido en el artículo anterior, matare a alguna
persona, concurriendo algunas de las circunstancias
siguientes…. 4ª Con Premeditación conocida”.

d) CÓDIGO PENAL ESPAÑOL DE 1875.

Art. 10. “Son circunstancias agravantes… 6ª


Obrar con Premeditación conocidas”.

Art. 321. “Es reo de asesinato el que, sin estar


comprendido en el artículo anterior, matare a alguna
persona concurriendo alguna de las circunstancias
siguientes… 4ª Con Premeditación conocida”.

e) CÓDIGO PENAL ESPAÑOL DE 1928.

Art. 66. “Agravan la responsabilidad las


circunstancias siguientes… 5ª Obrar con
Premeditación conocida”.

“Del asesinato Art. 519. Es culpable de


asesinato el que matare a otro concurriendo alguna
de las circunstancias siguientes… 2ª Premeditación
conocida”.

Según lo dispuesto en el Art. 535, la


Premeditación es agravante específica de los delitos
de lesiones (castraciones, mutilación, causas de

16
propósito, lesiones graves y lesiones menos
graves).

f) CÓDIGO PENAL DE 1932.

Este Código en los Artículos 10, número 5


(Circunstancias Agravantes; 412, número
(asesinato) y 423, penúltimo párrafo (Lesiones
Graves), reproduce las respectivas disposiciones
del Código de 1870.

2.1.2.2. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA PREMEDITACIÓN.

En un inicio, la característica principal de la


premeditación era considerada el tiempo transcurrido entre el
momento de la decisión y la ejecución del hecho. Pero se estimó
que el sólo intervalo de tiempo era demasiado insuficiente y
precario para apoyar en él una agravante, motivo por el cual se
incorporaron nuevos elementos tales como “El elemento
psicológico” que requiere de frialdad y serenidad del ánimo para
entender procedente la calificante.

“Los principales precursores de este elemento son los


tratadistas italianos, como Carmignani y Carrara. Al primero de
los autores citados se debe el célebre concepto del homicidio
calificado por la premeditación: “accidenti propositum, frígido
paca toque animo susceptum, et moram habens” (el propósito
de dar muerte tomado con ánimo frío y tranquilo, y dejando cierto
espacio de tiempo). Mientras que Francesco Carrara resume
toda su doctrina en la siguiente frase: “La esencia de la
premeditación está en el ánimo frío y tranquilo”6. Pero esta

6Carrara, Francesco. Programa de Derecho Criminal, Parte Especial, V.I. Editor Temis,
Bogotá, 1977, p. 113 y siguientes.

17
postura no resultó pacifica, siendo descartada por otros que
pusieron más bien énfasis en otro de los elementos que
contendría la premeditación, esto es, el elemento ideológico. En
nuestro país, el profesor Etcheberry lo ha definido como la
deliberación interna decidida a favor del delito que persiste hasta
la ejecución misma.”7

“El acento se puso entonces en la persistencia tenaz de


mantener el propósito de perpetrar el delito. Dicho elemento no
es nuevo, ya que Carrara lo había perfilado en su concepto sobre
la premeditación al hablar de la “mayor pertinencia en el mal
propósito”.”8

En el último tiempo, la así llamada “teoría de los móviles”


ha amenazado la supervivencia de esta calificante, o al menos,
cambiar completamente su contenido y significado. “En efecto,
parte de la doctrina pretende sustituir de manera definitiva la
concepción de premeditación por esta nueva agravante de los
motivos de índole moral que se tuvieron para cometer el hecho
delictuoso”9.

2.2. BASES TEÓRICAS.

2.2.1. BIEN JURÍDICO PROTEGIDO.

En los delitos contra la vida el bien jurídico protegido es la vida


humana independiente.

7 Etcheberry, Alfredo. Derecho Penal, Parte General, T.III. Editora Nacional Gabriela Mistral,
Santiago, 1976, p. 34.
8 Carrara, Francesco. op. cit., p. 110.
9 Gómez, Eusebio. Tratado de Derecho Penal, T. II, Compañía Argentina de Editores, Buenos

Aires, 1939, p. 51.

18
“Los límites de la vida de la protección de la vida son muy
discutidos. El límite mínimo puede ser determinado por los siguientes
criterios:

 1° Desde la fecundación del óvulo por el espermatozoide.


 2° Desde la anidación del óvulo fecundado en el útero.

En la ciencia penal peruana es dominante el segundo criterio


(desde la anidación del óvulo fecundado en el útero), el cual se le
considera importante por la certeza que conlleva dicha noción, sino que
permite mayor claridad en la diferenciación entre medios
anticonceptivos y abortivos.”10

“Por otro lado se diferencia entre la interrupción de la vida


humana dependiente (aborto) de la vida humana independiente
(homicidio, parricidio, asesinato, homicidio por emoción violenta,
infanticidio, homicidio a petición, instigación y ayuda al suicidio,
homicidio por negligencia).”11

Existen discrepancias sobre inicio de la vida humana


independiente, así se plantea que:

Se inicia desde el parto

Se requiere la total separación del claustro materno.

Para definir este aspecto se toma como referencia lo señalado


en el artículo 110 del código penal (infanticidio) que utiliza la expresión
“durante el parto”.

De acuerdo a la doctrina nacional se considera mayoritariamente


que la vida humana independiente se inicia desde el parto.

10 Peña Cabrera, Raúl; Tratado de Derecho Penal, Parte Especial I, Ediciones Jurídicas,
Lima, 1994, p 72.
11 Villavicencio Terreros, Felipe; Lecciones de Derecho Penal, Parte Especial I, Delitos de

Homicidio, GIOS Editores, Lima, 1991, p. 14.

19
La vida humana independiente concluye con la muerte, que a lo
largo de la historia ha tenido diversas interpretaciones, pero
actualmente se entiende por muerte la cesación definitiva e irreversible
de la actividad cerebral.

2.2.2. TEORÍA DE LOS MÓVILES VILES.

Algunos consideran a la premeditación como un término vago e


impreciso, por tal motivo, se sostiene que es difícil, por lo demás,
establecer en concreto la existencia de la premeditación, en sentido
jurídico. Las viejas doctrinas del acto reflexivo, el intervalo de tiempo
entre la determinación y el acto y la calma y la frialdad de ánimo en la
ejecución del mismo, han sido relegados por su visible insuficiencia.

Frente a esta situación, se ha sostenido que la premeditación


debe ser abolida y sustituida por la circunstancia de los motivos bajos
o viles de la acción delictuosa o aun antes de ello intentar usar estas
consideraciones en la calificante propiamente tal. El criterio que surge
bajo esta postura es el “sintomático”, el cual supone que el cálculo que
precede a la ejecución del delito sea revelador de una personalidad que
se determina por móviles abyectos que demuestran una mayor
malignidad del sujeto.

“Así Politoff, Grisolía y Bustos, indican que la existencia de un


“ánimo o móvil abyectos” resulta más trascendental que las
consideraciones anteriores, y debe aplicarse entonces este criterio,
toda vez que la premeditación sobrepasa un problema de simple injusto
penal, y piensan que sería sólo computada como calificante cuando el
“cálculo que precede a la ejecución, junto con el aumento del injusto
del delito, en razón de la forma en que se perpetra, fuera sintomática
de una personalidad que se determina por móviles abyectos”.
Reconocen que ello podría desfigurar la significación literal del vocablo,

20
pero lo creen necesario por exigencias de racionalidad, puesto que de
no pensar así, el homicidio por piedad debidamente madurado debería
considerarse como homicidio calificado.”12

Por su parte Garrido Montt contrariando la postura anterior, nos


señala que no parece que simples fines de “racionalidad” permitan al
intérprete agregar elementos no requeridos por la ley y establecer
entonces nuevos criterios como el sintomático. Bastando recordar para
ello que la premeditación no requiere de ánimos o móviles abyectos,
los cuales aun cuando pueden concurrir normalmente, no son
presupuestos normativos de la disposición legal.

De esta manera el profesor Garrido responde ante la situación


planteada por Bustos, en efecto, en el hoy y ahora no es posible
entender este elemento como parte o presupuesto de la premeditación.
Con todo, hemos de recordar que el planteamiento, no busca en
esencia justificar la premeditación por esta nueva teoría sino más bien
abolir la causal como elemento del delito y remplazarla por aquella de
los móviles abyectos.

2.2.3. OTRAS PUNTOS DE VISTA.

La razón de ser de la agravante que nos ocupa, la justificación


que demuestre la necesidad de ser el indúbito de su contenido, ha
mantenido opiniones diversas, tanto favorables, como aquellas que
consideran que carece de razón filosófica que la justifique.

CARRARA.13 Sostiene que: “El fundamento de estas


circunstancias estriba en la disminución de la eficacia de la defensa
privada, puesto que, habiendo pensado el hechor las circunstancias
relativas a la ejecución del hecho, es más dificultoso a la víctima oponer
una resistencia eficaz”.

12 Politoff, Sergio. Grisolía, Francisco. y Bustos, Juan. Derecho Penal Chileno. Parte
Especial, Ediciones Encina Ltda., Santiago, 1971, p. 178.
13 Carrara: Tomado de Introducción al Estudio del Derecho Penal Salvadoreño del Dr. José

Enrique Silva, Revista de Derecho. Enero – junio de 1965. Pág. 119, San Salvador.

21
GARÓFALO14. Expresa: “El carácter del homicidio instintivo no
depende de las reflexiones más o menos prolongadas. La rapidez del
acto no tiene ninguna relación con la naturaleza corregible o
incorregible del agente, y no es incompatible con la carencia más
completa del sentimiento de piedad; por el contrario, un homicidio
cometido con premeditación no indica siempre un gran criminal… Un
hombre de carácter violento que en la taberna, por su mal humor busca
pendencia al primero que llega o a su compañero de mesa, lo insulta,
lo golpea, lo acosa y cuando el desgraciado reacciona y le lanza un
vaso a la cara, se apresura a hundirle su cuchillo en el vientre; puede
presentar los caracteres psicológicos del asesino, aunque sea
instantáneo e irreflexivo; por el contrario, una injuria atroz, una potente
injusticia, puede conducirlo a una venganza trágica; habrá
premeditación, pero es posible que el culpable no sea un gran criminal”.

Para ROMAGNONSI15. El fundamento radica en la mayor


probabilidad de impunidad del hecho, pues el delincuente puede
escapar con facilidad mayor. BENTHAM16 por el contrario, toma en
consideración la perversidad del sujeto activo. IRURETA GOYENA 17
apoya este último razonamiento.

Y con mayor ímpetu, apoya esta circunstancia ALMENA18 quien


sostiene que: “La Premeditación revela el fondo del carácter individual”.

Entre los que se hallan contra la existencia de la premeditación,


encontramos a FRANCISCO GONZÁLEZ DE LA VEGA19 quien
expresa: “Lo que parece indiscutible es que la premeditación en sí
misma, aisladamente considerada, no debe ser medida categórica para
la grabación de la penalidad del delito; los homicidios de propósitos
pietista o cutanásicos, son generalmente resultados.

14 Garófalo: Tomado de Estudios Penales. Dr. Enrique Córdova, Publicaciones de la


Sociedad de Estudiantes de Derecho, 1962, San Salvador, Pág. 413.
15 Tomada de Estudios Penales. Dr. Enrique Córdova (Ob. Cit.) Pág. 415
16 Tomada de Rev. de Derecho, Dr. José Enrique Silva (Ob. Cit.) Pág. 119.
17 Tomada de Estudios Penales, Dr. Enrique Córdova (Ob. Cit.) Pág. 415.
18 Tomada de Rev. de Derecho, Dr. José Enrique Silva (Ob. Cit.) Pág. 119.
19 González de la Vega (Obra citada).

22
2.3. MARCO NORMATIVO.

2.3.1. MARCO NORMATIVO NACIONAL.

2.3.1.1. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL PERÚ.

“Art. 2°, inciso 1: A la vida, a su identidad, a su


integridad moral, psíquica y física a su libre desarrollo y
bienestar. El concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le
favorece.”20

2.3.1.2. CÓDIGO PENAL PERUANO.

“Artículo 108.- Homicidio calificado

Será reprimido con pena privativa de libertad no menor


de quince años el que mate a otro concurriendo cualquiera de
las circunstancias siguientes:

1. Por ferocidad, codicia, lucro o por placer.


2. Para facilitar u ocultar otro delito.
3. Con gran crueldad o alevosía.
4. Por fuego, explosión o cualquier otro medio capaz
de poner en peligro la vida o salud de otras personas.”21

2.4. MARCO CONCEPTUAL.

2.4.1. CONCEPTO DE LA PREMEDITACIÓN.

El código español y otros códigos que contienen esta figura, no


definen la premeditación, tan sólo se han limitado a disponer, de
manera que el primer problema con que nos encontramos es que no
tenemos una definición legal de la premeditación. Por lo tanto, ya
tenemos un conflicto de incertidumbre importante ¿qué es la
premeditación?, éste no es un problema sólo nuestro, ya la generalidad
de las legislaciones no la define dada la dificultad que lleva consigo el

20 Constitución Política del Perú vigente.


21 Código Penal, Editorial Jurista Editores E.I.R.L., Lima 2015

23
definir un fenómeno eminentemente psíquico como es la
premeditación.

Lo anterior nos lleva necesariamente a recurrir al sentido


etimológico de la palabra, de acuerdo a la Real Academia de la Lengua
Española nos informa que “premeditación”, es un sustantivo
compuesto, de origen latino, cuya descomposición es: “prae”: de
antemano, antes; y “meditare”: acto de meditar. Y premeditación es
acción de premeditar, que es definido como el “pensar reflexivamente,
planear una cosa antes de ejecutarla”.

La idea de premeditación está desde antiguo relacionada con la


de una reflexión o determinación anterior al hecho mismo de la muerte.

“Uno de los pocos códigos que la definen es el Código Penal


Francés, en su artículo 297, según el cual la premeditación consiste “en
el designio formado antes de la acción, de atentar contra la persona de
un individuo determinado o contra la de cualquiera que se halle o
encuentre, aun cuando este designio dependa de alguna circunstancia
o condición”. Este concepto de premeditación ha servido de modelo a
los códigos que han optado por definir esta circunstancia agravante
como los códigos de Portugal y Turquía.”22

2.4.2. CONCEPTO DE LA PREMEDITACIÓN CONOCIDA.

Este calificativo que se agregó a la palabra premeditación tiene


su razón histórica. El Código Penal español de 1822 hacía presumir la
premeditación cuando concurrían ciertas circunstancias propias del
asesinato. Luego, hubo un cambio de criterio al respecto y se exigió
que la premeditación también debía probarse, por lo que se añadió la
expresión “conocida” a continuación del término premeditación para
dejar en claro esta nueva exigencia. Y así pasó al Código de 1948 y
1870, para llegar de esa manera a nuestro Código nacional. Por eso

22 Etcheberry, Alfredo. Derecho Penal, Parte Especial, T.III, Editora Jurídica de


Chile, Santiago, 1997, p. 55.

24
dice Garrido Montt que es una condición superflua, sólo un lastre
histórico que se ha mantenido, ya que en materia penal solamente lo
conocido, o sea, lo acreditado es parte del delito23.

Lo que persigue básicamente con el empleo de la frase de


premeditación conocida es que ésta ha de manifestarse en hechos
externos que la demuestren inequívocamente.

Es fundamental que la premeditación conste en el proceso,


mediante signos inequívocos, para que pueda ser acreditada la
presencia de todos aquellos elementos que constituyen el contenido de
la premeditación. Deben probarse actos externos que hagan manifestar
que el delito que se cometió fue producto de una premeditación por
parte del inculpado, no bastando por cierto la confesión del acusado
para tener por probada la premeditación. En efecto, la premeditación
es un elemento integrante del tipo, y como tal debe acreditarse por los
mismos medios de prueba establecidos para éste, donde se excluye la
confesión del inculpado.

2.4.3. CONTENIDO DE LA PREMEDITACIÓN: SUS REQUISITOS.

El problema concerniente al contenido de la premeditación,


es decir, el relativo a sus elementos o requisitos, es una de las
cuestiones más controvertidas tanto en la doctrina como en la
jurisprudencia.

Para Rodríguez Mourullo, señala que no se puede pensar en


una realidad legal sustancialmente diversa de la realidad
naturalística.24 Profundizando lo anterior refiere que la
premeditación es un fenómeno psíquico, por lo tanto, para elaborar
cualquier doctrina acerca del contenido de la premeditación, no se

23Garrido Montt, Mario. El homicidio y sus figuras penales. Editorial Conosur, Santiago,
1976, p.153
24 Córdoba Roda, Juan y Rodríguez Mourullo, Gonzalo. Comentarios al Código Penal. T.I.

Editorial Ariel, Barcelona, 1976, p. 585.

25
puede prescindir de la psicología.25 Entendemos al respecto que el
referido autor, expresa esta circunstancia para dar cuenta de lo
eminentemente subjetivo de la conducta del hechor y de la
necesidad de abordar esta temática como circunstancia
fundamental.

2.4.4. ELEMENTOS DE LA PREMEDITACIÓN.

En la actualidad existen tres criterios fundamentales acerca de


la naturaleza de la premeditación y ellos son:

2.4.3.1. ELEMENTO CRONOLÓGICO.

Es el criterio más antiguo para caracterizar a la


premeditación, y consiste simplemente en el transcurso de
un espacio de tiempo entre el momento en que el autor
decide cometer el delito y aquél en que lo ejecuta, y su
fundamento es la persistencia de la voluntad criminal.

Durante bastante tiempo, el criterio cronológico


mantuvo la primacía como elemento esencial de esta
circunstancia calificante. Este lapso que había entre el
momento que se decide cometer el delito y el instante en que
se ejecuta, debía ser un intervalo más o menos largo, ¿pero
cuánto es el tiempo prudente para entenderla configurada?,
¿cuánto tiempo debe transcurrir entre la decisión y la
ejecución del delito? Desde luego, nos encontramos ante un
obstáculo que motivó las primeras reacciones ante un
debilitamiento claro de dicho elemento, el cual hacía
necesario su complementación o el entendimiento del mismo

25Del Rosal, Juan. Cobo, Manuel. y Rodríguez Mourullo, Gonzalo. Derecho Penal español,
Parte Especial Imprenta Silvero Aguirre Torre, Madrid, 1962, p. 198.

26
en conjunto con otros elementos también necesarios. Varias
legislaciones se atrevieron y determinaron ese lapso: la Bula
de Clemente VII fijó un mínimo de seis horas; las leyes
venecianas, el transcurso de una noche; el Código de Brasil
de 1852, 24 horas, entre otras.26

No obstante, este ardor de fijar aquel transcurso de


tiempo de antemano, movido por razones de certeza
jurídica, no fue del todo beneficioso y útil por cuanto dejaba
fuera la interpretación jurídica del caso a caso, objetivando
una realidad de evidente carácter subjetivo. De esta manera,
resulta más prudente encomendar su apreciación al
esperable criterio judicial que lo podrá determinar según la
realidad misma del hecho. Ciertamente, al ser todos y cada
uno de los individuos diferentes, no es posible uniformar un
tiempo idéntico para todos, pues claramente las
motivaciones o planes serán disímiles dependiendo del caso
en particular.

Sin perjuicio de lo anterior, es innegable que la


premeditación lleva incorporado un transcurso del tiempo
entre el momento de la decisión y la ejecución, pero no se
basta a sí mismo. El profesor Rodríguez Mourullo es muy
ilustrativo al afirmar que el transcurso del tiempo no es sino
una nota que aparece como una característica derivada de
la propia estructura del acto voluntario premeditado y no otra
cosa27. El mayor valor que se le atribuye al criterio
cronológico es que el delincuente ha tenido tiempo para
arrepentirse de su criminal intento. El hecho de que no se

26 Etcheberry, Alfredo. Derecho Penal, Parte Especial, T III, Editora Jurídica de Chile,
Santiago, 1997, p. 56.
27 Del Rosal, Juan. Cobo, Manuel. y Rodríguez Mourullo, Gonzalo Derecho Penal español,

Parte Especial, Imprenta Silvero Aguirre Torre, Madrid, 1962, p. 198.

27
haya inhibido de su acción, que haya mantenido su decisión,
quedaría establecido en este elemento cronológico.

2.4.3.2. ELEMENTO IDEOLÓGICO.

Como muy bien señala Etcheberry, es aquella


deliberación interna decidida a favor del delito y que persiste
hasta la ejecución misma28. Es decir, el elemento ideológico
está determinado o representado por la reflexión del hecho
canallesco, y esta reflexión tiene dos fases. La primera, es
una deliberación entendiendo por tal un proceso psicológico
dirigido a la comisión de un delito, y que antecede a la
determinación de la voluntad que resuelve perpetrarlo. En
ella, el individuo sopesa su actuar, incorporando a la balanza
los resultados del mismo. La segunda fase consiste en la
maduración de su proceder y en la decisión de ejecutar la
misma, convirtiéndose su antigua reflexión en una ahora
intensa meditación que ha de mantenerse hasta la ejecución
misma del hecho, oportunidad en que concretará las ideas
en él arraigadas. El elemento ideológico informa todo el
significado que implica la premeditación, porque ésta es
básicamente reflexión y meditación. Pero no basta cualquier
reflexión o meditación, sino una que persista
enconadamente en el propósito de ejecutar el delito. Así las
cosas, nos viene bien para conceptualizar nuestro elemento
ideológico aquel entregado por Córdoba Roda y Rodríguez
Mourullo, quienes exponen que, “Persistencia tenaz en
mantener el propósito de perpetrar el delito equivale, en
consecuencia, a una decisión que, afirmándose

28Etcheberry, Alfredo. Derecho Penal, Parte General, T.III, Editora Nacional Gabriela Mistral,
Santiago, 1976, p. 34

28
constantemente y de modo homogéneo contra los motivos
antagonistas, aparece como una decisión permanente29”.

Ciertamente a nuestro juicio, una característica que


no puede faltar en la premeditación es la persistencia en el
propósito de un delito ya decidido. El hecho de que el agente
vaya afirmando, renovando su voluntad de cometer el delito,
el que vaya alimentando, reforzando su decisión hasta el
momento de cometer la acción delictual, debe ser la razón
para calificar la responsabilidad del delincuente.

Si nos conformamos con la mera deliberación, previa


a la decisión, por muy detenida, acuciosa o reflexiva que
hubiera sido, para fundamentar la premeditación, sería
reprochar un atributo de la personalidad del autor, ya que
hay personas que antes de tomar una decisión, por muy
irrelevante que ésta sea, la analizan y meditan bastante, y
estaríamos así castigando más severamente una faceta del
temperamento.

Por ello, esta exigencia de la permanencia de la


resolución significa, a la vez, que la decisión de delinquir se
renueve constantemente, sin mayores fluctuaciones ni
vacilaciones que interrumpan esa persistencia tenaz.

De esta forma, el elemento ideológico y el


cronológico se encuentran íntimamente relacionados, ya que
la reflexión supone tiempo para que ésta se realice. Una
decisión no es persistente, ni se va afirmando y renovando
en la Psiquis del individuo sin el tiempo necesario para ello.
Rodríguez Mourullo afirma que dado que un acto
premeditado está integrado por una decisión permanente, se
desprende necesariamente el transcurso de cierto tiempo
desde el momento en que el sujeto, después de una

29 Córdoba Roda, Juan. y Rodríguez Mourullo, Gonzalo. op. cit. p. 596.

29
detenida deliberación, concluye por dar preferencia a la idea
delictiva y decide ejecutar el hecho punible, hasta el
momento de su perpetración30.

2.4.3.3 ELEMENTO PSICOLÓGICO.

Este criterio es uno de los elementos que mayor


controversia ha generado, provocando que homicidios de
índole calificado puedan entenderse de naturaleza simple al
no estimar presentes los criterios que involucra este
elemento, a saber, serenidad y frialdad en el ánimo del
hechor. Es aquí donde más divergencia ha existido entonces
en la doctrina, y por tanto corresponde avocarse en este
momento al mismo. El elemento consiste en que el agente
obre con ánimo frío y tranquilo, ya Carrara lo había
enunciado como circunstancia esencial para configurar la
premeditación y sin la cual no es posible desprenderla, al
respecto señalaba que “si hubo intervalo entre la
determinación y la acción, pero durante él estuvo el ánimo
del agente siempre perturbado por vehementes pasiones,
sin que hubiera un período de calma, se tendrá simple
deliberación, pero no premeditación”31.

Por su parte Alimena nos indica que “La


premeditación para constituir un agravante debe presuponer
calma y frialdad de ánimo...”. Excluyendo el concurso de una
emoción o pasión32.

Este criterio lo reafirma el profesor Cuello, quien


sostiene que no puede concebirse un acto premeditado con

30 Córdoba Roda, Juan. y Rodríguez Mourullo, Gonzalo. op. cit., p. 597.


31 Carrara, Francesco. Obra y tomo citados, p. 113.
32 Alimena, Bernardino. Delitos contra las personas. Traducción de Simón Cornejo y Jorge

Guerrero. Editorial Temis, Bogotá, 1975, p. 202.

30
un estado de exaltación emocional, dado que son
sencillamente incompatibles jurídicamente33.

Pero la incorporación de este elemento a la


premeditación tiene también fuertes detractores. La mayoría
de las críticas giran en torno a que la frialdad de ánimo para
meditar una acción depende únicamente del temperamento
de cada persona. Es decir, que no es más que una actitud
frente a las circunstancias de la vida que puede diferir en
cada uno de nosotros. “Ahora bien, si se debiese castigar
más severamente al sujeto por la frialdad y serenidad de
ánimo con el cual persistió en la resolución criminal, se le
castigaría en virtud de un atributo de índole psíquica que,
derivado de la naturaleza, no puede computársele a efectos
de fundamentar una mayor responsabilidad penal”34.

De la misma manera opina el Profesor Cury, para


quien el ánimo frío y sereno es sólo una actitud anímica que
tiene el sujeto desde que decide cometer el delito hasta que
lo ejecuta. Además que “pre-meditar” es “meditar antes”, no
siendo, por tanto, una actitud o disposición. Y lo que es más
grave, se relacionaría con la personalidad del hechor,
incurriendo así en un derecho penal de autor35. Los referidos
catedráticos exponen a mayor abundamiento, que la
serenidad no es un requisito establecido en la ley, ni por la
propia naturaleza de un acto premeditado, cualquiera que
éste sea, sino que sólo es un requisito exigido por un sector
de la doctrina e incluso por una parte de la jurisprudencia,
pero en caso alguno un elemento normativo. La crítica más

33 Cuello Calón, Eugenio. Derecho Penal. T. II, Casa Editorial Bosch, Barcelona, 1967, p.
460
34 Córdoba Roda, Juan. y Rodríguez Mourullo, Gonzalo. op. cit., p. 591
35 Cury, Enrique. Derecho Penal. Parte General. Tomo II. Editorial Jurídica de Chile,

Santiago, 1985. p. 134.

31
común que se le formula a la serenidad de ánimo señala que
su exigencia para apreciar la concurrencia de premeditación
equivaldría a castigar un atributo de la personalidad del
autor, por tanto, no tendría ninguna incidencia en la mayor o
menor reprochabilidad de un hecho delictual.

Frente a esta crítica repetida en doctrina, se ha


indicado que al exigir un ánimo frío y sereno como requisito,
no se está refiriendo al temperamento del sujeto ni a su
actitud externa permanente que puede tener frente a
cualquier circunstancia de la vida, sino que se refiere al
estado emocional interno que tuvo el individuo al concebir el
delito y durante el lapso en el cual persistió en dicho
propósito. Es un estado anímico concreto en que se
encuentra la persona en los momentos en que desarrolló una
“madura reflexión del delito”, característica de la
premeditación. Cuando se habla de la frialdad anímica como
elemento de la premeditación, no se debe pensar entonces
en el temperamento del sujeto.

De esta manera, es perfectamente posible que


alguien esté atravesando por un estado emocional anormal
y simultáneamente tenga una actitud externa fría y serena.

Por su parte, Etcheberry incorpora el elemento


psicológico y establece los siguientes requisitos para la
configuración de la premeditación:

a) El propósito de cometer un delito contra las personas.


b) Que este propósito se haya tomado con ánimo frío y
tranquilo (elemento psicológico).
c) Que este propósito haya persistido en el espíritu del
hechor desde el momento en que se tomó hasta el
instante de ejecución del delito. Intervalo que puede ser

32
de mayor o menor duración (elemento ideológico y
elemento cronológico como consecuencia del anterior).36

Indudablemente, el mayor conflicto que surge para


definir el contenido de la premeditación se encuentra en el
elemento psicológico, lo cual nos lleva a centrarnos en las
implicancias de aceptarlo. Resulta desde ya claro que
quienes no lo incorporan como elemento, buscan evitar que
atributos de personalidad o de pasión se involucren en una
situación de aplicación general. Pero más allá de ese punto,
hemos de preguntarnos ¿no es este un elemento
extremadamente subjetivo y manipulable por el hechor?, es
decir, si nos encontramos frente a una persona que planifica
el hecho, no es posible pensar que también puede incorporar
en dicho plan el no mostrarse sereno al momento de
ejecución para evitar una eventual calificación mayor de su
obrar.

Pareciera que entregar a la premeditación el elemento


de frialdad de ánimo es entregar al hechor una vía de
escape, evitando una premeditación que desde ya está
demostrada con la preparación, ideación y resolución
persistente de su actuar. Recordemos lo expuesto por Cury,
quien sostiene que el elemento Psicológico desnaturaliza la
noción de la calificante, pues pre-meditar es meditar (o
reflexionar) antes; y no hacerlo en forma fría o con
disposición tranquila. Sin duda, el criterio psicológico puede
servir de base a una causal de agravación mejor fundada
que la premeditación e , incluso, es posible que constituya
una anticipada de la relativa a los “ móviles bajos o
abyectos”, la cual, en el presente, disfruta de considerable

36 Etcheberry, Alfredo. op. cit., p. 41.

33
aceptación doctrinaria y legislativa; pero no corresponde al
concepto empleado por la ley. Por otra parte, esta sometida
también a reparos de otra índole, pues no sin razón se ha
dicho que la frialdad en la resolución depende hasta cierto
punto del carácter del hechor y, consiguientemente, esta
forma de concebir la agravante introduce en ella elementos
propios del derecho penal de autor.37

Con todo, se ha presentado un nuevo elemento que


busca eliminar esta controversia, a través de los motivos
pérfidos que tuvo el hechor para delinquir, situación que se
ha plasmado en la teoría de los móviles viles.

2.5. DERECHO COMPARADO.

a) CÓDIGO DE ESPAÑA.

Art. 10.Son circunstancias agravantes…6ª Obrar con


premeditación conocida.

b) CÓDIGO DE PORTUGAL.

Art. 34.Se considera circunstancia agravante…1ª Haber cometido


el delito con Premeditación.

c) CÓDIGO DE CHILE.

Art. 93.Son circunstancias agravantes…5ª En los delitos contra las


personas, obrar con Premeditación conocida o emplear astucia, fraude
o disfraz.

d) CÓDIGO DE BRASIL.

37Cury, Enrique. Derecho Penal. Parte General. Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2011,
p. 524.

34
Art. 93.Son circunstancias agravantes…5ª En los delitos contra las
personas, obrar con Premeditación conocida o emplear astucia, fraude
o disfraz.

e) CÓDIGO DE URUGUAY.

Art. 19.Son circunstancias agravantes…5ª Obrar con


Premeditación conocida o emplear astucia, fraude o disfraz.

f) CÓDIGO DE GUATEMALA.

Art. 22.Son circunstancias agravantes…5ª Obrar con


premeditación conocida.

g) CÓDIGO DE HONDURAS.

Art. 10. Son circunstancias agravantes…6ª Obrar con


premeditación conocida.

h) CÓDIGO DE COLOMBIA.

Art. 39. En todo delito se tendrá por circunstancia agravante,


además de las expresadas por la ley en sus casos respectivos, las
siguientes: … 3ª La mayor malicia, premeditación y sangre fría que
haya en la acción…

i) CÓDIGO DE FRANCIA.

Art. 297. La Premeditación consiste en el designio formado antes


del acto de atentar contra la persona de un individuo determinado y aún
del que se hallase o encontrase, aun cuando este designio dependa de
alguna circunstancia o condición.

j) CÓDIGO DE PARAGUAY.

Art. 208. La Premeditación consiste en el designio formado de


antemano de atentar contra la persona de un individuo cierto o incierto.

k) CÓDIGO DE GINEBRA.

35
Art. 93. La Premeditación consiste en el designio formado antes de
la acción de atentar contra un individuo, cuando este designio fuese
dependiente de algunas circunstancias o condiciones.

l) CÓDIGO DE ESPAÑA.

Art. 406. Es reo de Asesinato el que matare a una persona


concurriendo alguna de las circunstancias siguientes:

4ª Con premeditación conocida.

m) CÓDIGO DE FRANCIA.

Art. 297. Todo homicidio ejecutado con premeditación y alevosía


es asesinato

n) CÓDIGO DE CANTÓN DEL VALAIS.

Art. 214. Todo homicidio cometido con premeditación o en aguardo


es calificado de asesinato.

o) CÓDIGO DE SUECIA.

Cap. XIV, párrafo No. 1. El que con ánimo de matar hubiere con
premeditación quitado la vida a un individuo, será como reo de
asesinato, condenado a muerte o a trabajo forzados a perpetuidad.

p) CÓDIGO DE BERNA.

Art. 123. El Homicidio cometido a sabiendas y con Premeditación


es calificado de asesinato.

q) CÓDIGO DE ALEMANIA.

Art. 211. El Homicidio voluntario cometido con premeditación y


alevosía se califica de asesinato y se castiga con la pena de muerte.

r) CÓDIGO DE FRIBURGO.

36
Art. 122. El homicidio voluntario cometido con premeditación es
calificado de asesinato.

s) CÓDIGO DE GINEBRA.

Art. 252. Todo Homicidio voluntario cometido con premeditación o


con artificio es calificado de Asesinato.

t) CÓDIGO DE LOS PAÍSES BAJOS.

Art. 289. Aquel que con intención y premeditación quita la vida a


otro, es castigado como culpable de asesinato con presidio perpetuo o
por tiempo de veinte años a lo menos.

u) CÓDIGO DE COLOMBIA

Art. 586. El Homicidio premeditado toma la denominación de


asesinato cuando los agresores lo cometen mediando en él una o más
de las circunstancias siguientes…”

v) CÓDIGO DE ECUADOR.

Art… Es asesinato y será castigado con la pena de muerte, cuando


se cometa con alguna de las circunstancias siguientes:…

1° Con Premeditación conocida

w) CÓDIGO DE PARAGUAY.

Art. 207. Es calificado de asesinato y tiene la pena de muerte el


homicidio cometido con premeditación o alevosía.

x) CÓDIGO DE VENEZUELA.

Art. 373. El delito previsto en el Artículo 371, será castigado con la


pena de presidio cerrado en su máximum, si se ha cometido con las
circunstancias siguientes: … 1ª Con premeditación.

37
CAPÍTULO III
ANÁLISIS

38
El bien jurídico protegido por el delito de homicidio es la vida humana
independiente, y socialmente el bien más preciado por la mayoría de
las personas.

Entendiéndose que la vida es el bien jurídico de mayor tutela, pues


cabria resaltar que este bien jurídico se debe acaparar de
sobremanera, y Desde nuestro punto de vista, la premeditación
conocida debería considerarse como una cualificante más para el
homicidio calificado por lo que:

• Si bien se tendrán resultados preponderantes para la no


comisión de delitos como; homicidio y lesiones.

• Se debe castigar con penas estrictas aquellos que accionan


tramando, maquinando tranquilamente y con tanta frialdad, para
arrebatársele un bien jurídico.

PREMEDITACION Y DOLO

Si bien a estos dos términos se les está confundiendo y se piensa


según algunos juristas que el dolo es el complemento de la
premeditación, así también como otros que opinan que la
premeditación tiene un exceso de dolo.

En nuestra sociedad se ha esquematizado que se debe castigar a los


injustos que han sido premeditados, con más duras penas, que
aquellas en las que aquellos realizados de forma repentina o inmediata,
y porque el legislador no habría de incluir en nuestro sistema normativo
penal.

Consideramos que el fundamento de la premeditación como


circunstancia agravante está en el modo como se formó y desarrolló la
voluntad criminal. El sujeto deliberó detenidamente cometer un delito,
resolvió hacerlo, para luego persistir durante un tiempo su propósito de

39
perpetrar su acción criminal. El sujeto pudo arrepentirse, inhibirse de
su resolución delictual, pero no lo hizo, sino que por el contrario, fue
constantemente renovando y afianzando su propósito. No se
sobrepuso a la idea del delito, sino que la siguió alimentando. Esa
maduración lenta y sopesada del delito es lo reprochable. El hecho que
haya sido capaz tranquilamente de no dejarse sobreponer por los
frenos morales hace aumentar su culpabilidad. Negar la existencia de
dichos frenos morales, sería llanamente promover y defender la
irresponsabilidad de los actos del hombre, lo que significaría que el
Derecho Penal no tendría razón de ser, siendo su aplicación contraria
a la propia naturaleza humana.

40
CAPÍTULO IV

CONCLUSIONES

RECOMENDACIONES

41
4.1 CONCLUSIONES:

 En este trabajo hemos abordado la Calificante de Premeditación,


mirada desde el punto de vista de la doctrina, investigando y
recopilando las soluciones que los distintos autores entregan a través
de sus observaciones y conceptos de las principales problemáticas que
presenta la figura en estudio.

 Ha sido necesario, para revisar la circunstancia calificante de


Premeditación, establecer su origen histórico y la evolución de la
misma, lo que permite evidenciar el porqué de su existencia, de su
aplicación y el destino que esta ha de tener.

 Es posible entonces concluir que son requisitos de la premeditación al


menos la existencia de un elementos cronológico, donde es necesario
un espacio de tiempo entre la resolución de cometer el homicidio y la
ejecución del mismo, lo cual debe existir a fin de determinar
fehacientemente la persistencia de la voluntad criminal.

4.2 RECOMENDACIONES:

 Se recomienda a nuestros legisladores que debe tener en


cuenta la premeditación como una agravante más para castigar
al homicidio calificado, pues se debería considerar que un
crimen en el cual se haya maquinado fríamente que aquel que
se da de momento.

42
REFERENCIAS

BIBLIOGRAFIA
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Conosur, Santiago, 1976, p.145

 Quintano Ripolles, Antonio. Tratado P.E. del Derecho Penal.


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V.I. Editor Temis, Bogotá, 1977, p. 113 y siguientes.
 Etcheberry, Alfredo. Derecho Penal, Parte General, T.III. Editora
Nacional Gabriela Mistral, Santiago, 1976, p. 34.

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 Peña Cabrera, Raúl; Tratado de Derecho Penal, Parte Especial I,


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 Villavicencio Terreros, Felipe; Lecciones de Derecho Penal, Parte


Especial I, Delitos de Homicidio, GIOS Editores, Lima, 1991, p. 14.

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junio de 1965. Pág. 119, San Salvador.

43
 Garófalo: Tomado de Estudios Penales. Dr. Enrique Córdova,
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Salvador, Pág. 413.

 Tomada de Estudios Penales. Dr. Enrique Córdova (Ob. Cit.) Pág. 415

 Tomada de Rev. De Derecho, Dr. José Enrique Silva (Ob. Cit.) Pág.
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 Tomada de Estudios Penales, Dr. Enrique Córdova (Ob. Cit.) Pág. 415.

 Tomada de Rev. De Derecho, Dr. José Enrique Silva (Ob. Cit.) Pág.
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44
 Del Rosal, Juan. Cobo, Manuel y Rodríguez Mourullo, Gonzalo
Derecho Penal español, Parte Especial, Imprenta Silvero Aguirre Torre,
Madrid, 1962, p. 198.

 Etcheberry, Alfredo. Derecho Penal, Parte General, T.III, Editora


Nacional Gabriela Mistral, Santiago, 1976, p. 34

 Córdoba Roda, Juan y Rodríguez Mourullo, Gonzalo. op. cit. p. 596.


 Córdoba Roda, Juan y Rodríguez Mourullo, Gonzalo. op. cit., p. 597.

 Carrara, Francesco. Obra y tomo citados, p. 113.

 Alimena, Bernardino. Delitos contra las personas. Traducción de Simón


Cornejo y Jorge Guerrero. Editorial Temis, Bogotá, 1975, p. 202.

 Cuello Calón, Eugenio. Derecho Penal. T. II, Casa Editorial Bosch,


Barcelona, 1967, p. 460

 Córdoba Roda, Juan y Rodríguez Mourullo, Gonzalo. op. cit., p. 591

 Cury, Enrique. Derecho Penal. Parte General. Tomo II. Editorial


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 Cury, Enrique. Derecho Penal. Parte General. Editorial Jurídica de


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