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A la desorientación existente se suma la dificultad para encontrar una solución para los
países y regiones que lo sufren, empezando porque varios autores no consideran el
subdesarrollo o la pobreza como un problema sino como el estado natural y primigenio de
toda región o colectivo humano. Con todo, las propuestas y proyectos emprendidos han
sido varios, casi tantos como los fracasos cosechados, pese al éxito logrado, especialmente
para los pueblos del sureste asiático.
Colonialismo
Ligado a las consecuencias del clima, la diferencia,
especialmente tecnológica, entre unas regiones y
otras se fue acentuando con el tiempo. A esto
contribuyó el aislamiento que provocaron
los océanos, los grandes desiertos y
las enfermedades. Todos estos elementos impedían
un contacto real entre distintas civilizaciones.
Cuando aquellos obstáculos pudieron ser superados,
las civilizaciones tecnológicamente más avanzadas
consiguieron imponerse con cierta facilidad a las
demás y utilizarlas para su propio beneficio.
Esta situación llevó en muchos casos al desprecio
de los pueblos colonizados, la creación de fronteras
totalmente artificiales, separaciones arbitrarias, la
potenciación de unas tribus o etnias sobre otras y el escaso o nulo esfuerzo por educar y
formarlos en materias económicas y técnicas. Estos motivos acarrearon una dependencia de
las metrópolis, especialmente en lo que se refiere a maquinaria, tecnología y personal que
las dominara. Esta dependencia acarreo numerosas pérdidas culturales y de identidad,
llegando incluso de la propia lengua, sustituida por una europea. Así, uno de cada cinco
negros del planeta habla una lengua europea y la mayoría de los países francoparlantes son
africanos (Mazrui y Mazrui, 1998).
Otro factor de gran importancia lo constituyeron los cambios de actividad traídos por los
colonizadores. En muchos países la base de la sustentación estribaba en la caza, la pesca y
la recolección. Con la llegada de los colonizadores la fuente de alimentos pasó a ser la
agricultura, quedándose para los colonizadores las mayores y mejores extensiones de tierra,
caso de los portugueses en Angola (Andresen, 2001, p. 16 y siguientes). Con la
descolonización el problema persistió al pasar esas tierras de los antiguos colonos a los
nuevos jerarcas o quedar en manos de criollos.
Como en los casos anteriores, en este aparatado tampoco existe consenso. Existen voces
afirmando que la colonización en sí no fue la causa del subdesarrollo. La llegada de los
occidentales también trajo la fundación de universidades y otros centros formativos, la
instalación de infraestructuras como carreteras, ferrocarriles, minas (Andresen, 2001,
p. 17), autopistas, hospitales, la creación de fábricas, etc. Como ejemplo se suelen poner
a Sudáfrica (Rojo, 1993, p. 62) y Argelia. No debe caerse en el error de pensar los
defensores de estas postura son autores occidentales defendiendo su historia.
Imperialismo
La producción en masa, que se deriva de la revolución industrial, necesita grandes
cantidades de materias primas y fuentes de energía. Europa ya no es capaz de suministrar
todo lo que la industria pide y lo tiene que buscar en otros continentes. Pero tanta
producción corre el riesgo de saturar el mercado nacional. Se hace necesaria la búsqueda de
nuevos mercados donde colocar los nuevos productos y capitales.
Capitalismo
Para Lisbet Pérez1, profesora del departamento de Economía de la Universidad de Holguín,
Cuba, en su conclusión sobre lo expuesto por Ernesto Che Guevara, el subdesarrollo es "un
tipo peculiar de capitalismo que ha surgido en los países económicamente atrasados,
asociado al colonialismo, primero, y al neocolonialismo, después.
Este capitalismo "peculiar" se caracteriza por su dependencia estructural, es decir, por su
dependencia económica, tecnológica, cultural, política e incluso militar, que influye de
forma determinante en toda la estructura socioeconómica y condiciona los rasgos
principales del sistema y del proceso de desarrollo. El subdesarrollo es parte del proceso
histórico global del desarrollo; de una parte, los Estados imperialistas, avanzados,
desarrollados, centros, se aprovechan del saqueo de recursos de los Estados nacionales
"subdesarrollados", atrasados, pobres, periféricos, dependientes; y de otra parte, se produce
la división dentro de los Estados nacionales en áreas, grupos sociales, actividades
avanzadas y modernas y en áreas, grupos y actividades atrasadas, primitivas y
dependientes.
El crecimiento económico puede producirse sin desarrollo económico en estos Estados
nacionales subdesarrollados. En estas economías abiertas dependientes la actividad
exportadora puede contar con una alta densidad de capital, pero con muy escasa
vinculación con el resto del sistema económico nacional. Por ejemplo, ciertas actividades
mineras o agrícolas de plantación pueden producir el fenómeno de crecimiento sin
desarrollo"
Las economías de estos países, se caracterizan, en líneas generales por una dependencia
económica, financiera, tecnológica, política y cultural, el monocultivo; la mono
exportación; la multimportaciòn; el predominio de relaciones precapitalistas, el nivel
relativamente bajo de las fuerzas productivas (materiales y humanas), fuertes tasas de
analfabetismo, insalubridad, desempleo y una fuerte influencia del capital extranjero.
A estas características se suma un fuerte de nivel de corrupción en los altos estamentos
gubernamentales, cuya única preocupación es acaparar licitaciones y medios para conseguir
mayores riquezas, mientras el pueblo, que los eligió en un proceso "democrático" espera
soluciones prácticas y notorias. Excepcionalmente, ingresan al poder, gobernantes con gran
ánimo de hacer las cosas bien, de proyectar al país hacia un verdadero desarrollo; sin
embargo, sus proyectos son absorbidos y cortados por el dictatorial sistema político que
impera en nuestros pueblos. Por ejemplo, si a un valiente presidente de alguna república
latinoamericana, se le ocurre la magnífica idea de exigir mayores regalías para el Estado y
mayores sueldos para los obreros a las empresas norteamericanas y extranjeras, EE.UU.
reaccionará inmediatamente, anunciando que dicha nación no es óptima para realizar un
Tratado de Libre Comercio ni para invertir en ella y hasta tildarían al gobierno de
"antidemocrático". Lo peor es que dentro de esa misma nación, surgiría el pensamiento
derechista de que dicho presidente es un "estúpido, ya que ahuyenta los capitales
extranjeros, que mantienen viva la economía nacional y da trabajo a millones de
ciudadanos" y más aun que "no es capaz de gobernar".
Lo cierto es que los capitales extranjeros, ven en nuestras economías subdesarrolladas, una
gran alternativa de enriquecimiento: se apoderan lícita pero ilegítimamente de nuestros
recursos naturales, cuya explotación debería favorecer al pueblo, pero que más bien
enriquecen al dueño del capital. Con la falsa promesa de generar trabajo y de traernos el
progreso, las grandes transnacionales han logrado acaparar la explotación de nuestras
enormes riquezas, "reconociendo" el derecho de nuestros pueblos de recibir "parte" de las
ganancias, generando ínfimas divisas(comparado con las ganancias que ellos obtienen) que
más parecen una limosna.
Somos los dueños de la tierra, pero son otros los que la aprovechan, otros los que se
enriquecen mientras nosotros seguimos siendo POBRES; y llamamos a esos otros, los
portadores del "progreso para nuestros pueblos". ¡Qué engañados estamos!.
Desarrollo hacia adentro: la concepción del sistema (centro – periferia) sugiere un cambio
en el modelo de crecimiento del desarrollo hacia fuera basado en las exportaciones del
desarrollo hacia adentro, basado en la producción industrial (aplicación) y estos cambios
están ligados a cambios mundiales como las dos guerras del siglo XX, la sustitución de
Gran Bretaña por Estados Unidos como centro cíclico principal (1920).
El centro cíclico británico tenía una economía complementaria a la de periferia y transmitía
las oscilaciones cíclicas mediante la balanza de pagos. En las fases depresivas sus
importaciones disminuían. Se contraían más que sus exportaciones. Producían un déficit
fiscal y la periferia perdía parte de sus reservas. En los periodos opuestos, las exportaciones
se expandían más que las importaciones lo cual compensaba las pérdidas de la periferia.
En el centro cíclico norteamericano las contracciones producen las mismas tendencias
hacia el superavit de la banca pero en los periodos de auge debido a sus bajas importaciones
se tiene la tendencia a perpetuarse el déficit por ciclos más largos. De esta forma como el
centro es más cerrado, el desarrollo periférico tiende a selo también; ante esto surgió la
pregunta de si en un sistema como este el crecimiento de la industria y el empleo de la
periferia serían compatibles con los del centro y como la respuesta fue negativa, se llegó a
la conclusión de que la industrialización es el único camino para la periferia. Pero esta
industrialización en la periferia puede causar problemas económicos con grandes
similitudes en los países de la periferia:
Sin embargo, todas estas dificultades son consideradas inherentes al proceso espontáneo de
industrialización y provienen de la consecuente transformación y para que esto llegue a
buen término (se logre aumentar los niveles de productividad y optimizar la asignación de
recursos) se requiere orientar la industrialización con políticas deliberadas de desarrollo,
recurrir al uso de la programación y la planificación.
Versión Contable: Por el avance tecnológico más rápido en los centros que en la periferia.
La productividad aumenta más en los centros y como los precios suben en vez de bajar, este
fenómeno se presenta más en los países de la periferia, con esto no pueden retener el propio
avance tecnológico y mucho menos recibir parte del fruto de la productividad.
Conociendo que las productividades son dispares de un periodo a otro las variaciones de
los precios y las de los ingresos pueden ser analizadas en tres posibilidades:
1. El Alza: en este caso, se dice que existe un traslado de los frutos tecnológicos de la
industria a la actividad primaria, para esto hay tres alternativas:
a) Repartición pareja: Esto sucede si hay igualdad en los términos de
intercambio de productividad.
b) Concentración en la actividad primaria: Si los términos de intercambio son
mejores para la producción primaria con lo que mejoran los precios y los
ingresos.
c) Concentración en la actividad industrial: esto se da cuando hay mejores
términos para intercambio de la producción industrial
2. Constancia: Se generan sino se producen variaciones en términos del intercambio. Sin
embargo, los frutos tecnológicos se concentran aun más en la industria por tener ésta un
ingreso real medio mayor.
3. Reducción de los términos de intercambio: en este caso los frutos tecnológicos de las
actividades primarias se trasladan hacia las industriales pues aunque ambas se reduzcan
el nivel de ingreso real medio siempre será mayor en el sector industrial.
Ciclos: De acuerdo a los estudios de la CEPAL estos también producen un deterioro a los
términos de intercambio en la economía porque aunque en las fases de expansión de la
actividad económica, los términos de intercambio son favorables, para la periferia éstos no
compensan las disminuciones que se dan en las faces contrarias.
Durante los ciclos crecientes, se produce un exceso de demanda que es frenado a través del
aumento de los precios, pero esto a su vez ocasiona mayores alzas; en el ciclo contrario se
presenta un exceso de oferta que presiona una baja de los precios, sin embargo, esto no
compensa la sobre oferta.
En los ciclos crecientes por el aumento de precios los salarios tienden a mejorar y se
adquieren mayores beneficios pero en los ciclos decrecientes a raíz de la baja de precios y
por la presión de las organizaciones obreras para que no le disminuyan los salarios los
beneficios alcanzados en la etapa anterior son los más afectados.
En conclusión, en las etapas de ciclos crecientes la periferia se mueve en mejores términos
de intercambio, mejora sus relativos y mejora sus ingresos medios reales con relación al
centro y en los ciclos decrecientes. Los efectos son más fuertes en la periferia que en el
centro porque estos tienen una estructura más compacta. La cantidad de mano de obra es
menor y tienen una poderosa acción gremial, su demanda depende casi exclusivamente de
si mismo.
La raza
En un principio se pensaba que el desarrollo humano se basaba en cuestiones raciales.
Decían los defensores de esta hipótesis, que las diferencias entre poblaciones estaban
marcadas por diferencias de raza, considerando unas superiores a otras, o mejor dicho, por
considerar que la "raza blanca" era superior a todas las demás. Esta conjetura se apoyaba en
la Historia, o cierta parte de la Historia, reforzada por la también hipótesis del darwinismo
social. Según los defensores de dicha postura, la superioridad económica, bélica e industrial
de parte de los países europeos y algunas de sus antiguas colonias, como Estados Unidos,
Canadá o Argentina, descansaba en el origen blanco de su grupo mayoritario. A esto se
unía que las naciones europeas habían colonizado y estaban colonizando casi la totalidad de
África, parte de Asia y lo habían hecho en el pasado con Oceanía y América.
La religión
Autores como Max Weber han postulado a la religión, más concretamente las iglesias
protestantes, como impulsora de un progreso muy superior a las demás. Posteriormente
otros escritores como o César Vidal han difundido más esta hipótesis. Según este punto de
vista, las iglesias protestantes se muestran favorables al enriquecimiento individual por dos
vías. Una es la calvinista que postula el estatus en esta vida como indicativo de lo que la
persona será en la siguiente. La otra es la luterana, según la cual esta doctrina humilla a los
hombres frente a Dios y los empuja a la productividad en un esfuerzo por ganar su favor.
Por una u otra razón se terminan obteniendo naciones más desarrolladas, afirman los
defensores de dicha hipótesis. Siguiendo esta línea de pensamiento, las naciones
colonizadas por Francia o Bélgica serían naciones subdesarrolladas y las colonizadas por
Inglaterra o los Países Bajos serían desarrolladas, ya sea por haber adoptado la fe católica o
por haber sido colonizadas por países con dicha fe portadores de un escaso desarrollo.
Asimismo, autores protestantes como César Vidal mantienen que la falta de alfabetización
El colonialismo
Ligado a las consecuencias del clima, la diferencia, especialmente tecnológica, entre unas
regiones y otras se fue acentuando con el tiempo. A esto contribuyó el aislamiento que
provocaron los océanos, los grandes desiertos y las enfermedades. Todos estos elementos
impedían un contacto real entre distintas civilizaciones. Cuando aquellos obstáculos
pudieron ser superados, las civilizaciones tecnológicamente más avanzadas consiguieron
imponerse con cierta facilidad a las demás y utilizarlas para su propio beneficio.
Esta situación llevó en muchos casos al desprecio de los pueblos colonizados, la creación
de fronteras totalmente artificiales, separaciones arbitrarias, la potenciación de unas tribus o
etnias sobre otras y el escaso o nulo esfuerzo por educar y formarlos en materias
económicas y técnicas. Estos motivos acarrearon una dependencia de las metrópolis,
especialmente en lo que se refiere a maquinaria, tecnología y personal que las dominara.
Esta dependencia acarreo numerosas pérdidas culturales y de identidad, llegando incluso de
la propia lengua, sustituida por una europea. Así, uno de cada cinco negros del planeta
habla una lengua europea y la mayoría de los países francoparlantes son africanos.
Otro factor de gran importancia lo constituyeron los cambios de actividad traídos por los
colonizadores. En muchos países la base de la sustentación estribaba en la caza, la pesca y
la recolección. Con la llegada de los colonizadores la fuente de alimentos pasó a ser la
agricultura, quedándose para los colonizadores las mayores y mejores extensiones de tierra,
caso de los portugueses en Angola. Con la descolonización el problema persistió al pasar
esas tierras de los antiguos colonos a los nuevos jerarcas o quedar en manos de criollos.
Como en los casos anteriores, en este aparatado tampoco existe consenso. Existen voces
afirmando que la colonización en sí no fue la causa del subdesarrollo. La llegada de los
occidentales también trajo la fundación de universidades y otros centros formativos, la
instalación de infraestructuras como carreteras, ferrocarriles, minas, autopistas, hospitales,
la creación de fábricas, etc. Como ejemplo se suelen poner a Sudáfrica y Argelia. No debe
caerse en el error de pensar los defensores de estas postura son autores occidentales
defendiendo su historia. Así el escritor sirio Osama Kur Ali afirmaba a comienzos del siglo
XX.
La deuda externa
Es necesario remontarse a finales de la Segunda Guerra Mundial para encontrar los
primeros orígenes de la deuda externa.] Toda Europa esta destrozada y famélica tras la
Contienda y Estados Unidos consideraba que podía perder varios aliados si no se
suministraban fondos para cubrir la reconstrucción y las necesidades más básicas. El
general George Marshall confeccionó un plan para prestar 13 000 millones de dólares de la
época a un interés del 1 % para la compra de alimentos, maquinaria y otras necesidades.
Desde julio de 1947 aquel programa sería conocido como Plan Marshall y constituyó un
éxito notable por su empuje decisivo a la reconstrucción europea.
Al éxito del Plan se le sumó una prosperidad económica inusualmente larga, desde los años
1950 hasta principios de los 1970. Estos años de bonanza parecían indicar que se había
encontrado la fórmula del capitalismo en continuo crecimiento. En este contexto el recién
creado Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la banca privada comenzaron a
conceder grandes préstamos con muy pocas garantías de devolución, las cuales no se
consideraban necesarias por la coyuntura económica, el precedente europeo y las mejoras
económicas constatadas en Corea del Sur, Singapur y la isla de Formosa, las cuales
comenzaban a desarrollarse rápidamente. De esta forma los prestamistas y prestatarios
olvidaban o minimizaban los problemas que supondría la devolución de grandes cantidades
de capital, según Marc Raffinot. Asimismo también se pasó por alto que lo prestado por
Estados Unidos a Europa Occidental fue una ayuda para la reconstrucción, no para el
desarrollo. Pese a todo, sí se pidió un aval, el del propio pueblo solicitante, conocido como
Riesgo País. Un aval como ese resultó muy atractivo durante varias décadas y los fondos se
entregaban a empresas privadas, muchas creadas para tal fin, para financiar las inversiones
en maquinaria, compra de suministros, contratación de personal y otras necesidades que
tenían o decían necesitar; pero la deuda la asumiría el país en caso de impago. En muchas
naciones, como las iberoamericanos, este proceso creo toda un fenómeno conocida como la
plata dulce.
Por desgracia para los pueblos avalistas, la corrupción solía y suele ser muy alta, se carecía
y carece de instituciones fuertes que disuadieran de malas prácticas y muchos países no
contaban con estabilidad política y social. Como consecuencia, buena parte de los
préstamos fueron sacados de los países y llevado a cuentas en extranjeras. Se calcula que de
Brasil salió algo menos del 20% de sus préstamos; pero naciones como Venezuela o
Argentina desviaron más del 90%. De esta forma la década de los ochenta del siglo XX se
dedicó casi por entero a pagar una deuda y sus correspondientes intereses con los que se
había construido muy poco. A esa época se la conoce como la Década perdida, pues en ella
poco se avanzó en el desarrollo y al mismo tiempo creo una considerable crisis de deuda
que volvió más exigentes a la banca pública y privada. Estas mayores exigencias crearon un
problema de refinanciación, pues al solicitar más préstamos o créditos para saldar los que
vencerían pronto los prestatarios exigían más intereses.
En numerosas ocasiones, políticos, intelectuales y ONGs reclaman la condonación de esta
deuda por considerarla imposible de pagar, retardar del progreso o, incluso, impedir el
desarrollo de las naciones endeudadas. Sin embargo, y remarcando el carácter sumamente
controvertido del subdesarrollo, la posibilidad de condonar dicha deuda es rechazada por
las naciones o entidades prestatarias, debe recordarse que la mayor parte del dinero
prestado fue concedido por entidades privada. Asimismo, autores comprometidos con el
desarrollo, caso de Donato, indican otra solución más rápida y sencilla para saldar dichas
deudas: que la pagaran los líderes de esos países de su propio bolsillo, cada uno la del suyo;
porque, continua el autor, podrían hacerlo en un solo día y aún les sobraría dinero.