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Quiero dirigirme, en primer lugar, a los senadores y senadoras que, de distintas

bancadas opositoras, se hicieron cargo de los críticos momentos que atraviesa el


Estado de Derecho y el sistema de representación democrático en Argentina y no
prestaron quorum para autorizar el –literalmente- inédito pedido de allanamiento
múltiple sobre mi vivienda en esta ciudad y El Calafate y mi domicilio en la ciudad de
Río Gallegos.
Tengo muy claro que dicha actitud no fue por solidaridad personal ni “corporativa”,
sino que, por el contrario, obedeció a la firme decisión política de no convalidar la
utilización del Poder Judicial como instrumento de persecución política a los
opositores y de distracción mediática para la población, por la grave situación
económica y social que atraviesa nuestro país con motivo de las políticas aplicadas
por el gobierno de Mauricio Macri.
Sin embargo, le he pedido al presidente de mi bloque que, en la reunión de labor
parlamentaria convocada para el día de la fecha, comunique al resto de los jefes y
jefas de bloque que, a esta altura de las circunstancias, no tengo ningún
inconveniente en que el cuerpo autorice lo solicitado por Bonadío. Corresponde
aclarar que esta decisión no implica convalidar la irracionalidad de las medidas
dispuestas por Bonadío en su cruzada persecutoria contra mi persona, sino que tiene
por principal objetivo terminar, de una vez por todas, con el show montado alrededor
de estos allanamientos sin fundamentos.
Y es en este sentido que el Senado de la Nación debe garantizar que las medidas que
se lleven adelante sean sólo para cautelar prueba relacionada con el objeto de esta
investigación y no para obtener imágenes o filmaciones sobre el interior de mis
viviendas y de los objetos que forman parte de ellas, al efecto de su posterior difusión
mediática con intencionalidad política.
Por lo tanto, solicito que en cada uno de los procedimientos que este cuerpo autorice;
 No haya cámaras de televisión ni fotográficas, para evitar así la posterior difusión
de imágenes en programas oficialistas con clara intención de humillación y
hostigamiento hacia mi persona. Debo recordar a los senadores y senadoras que,
durante meses, fui objeto de escuchas judiciales ilegales, siendo luego mis
conversaciones privadas así obtenidas, anunciadas y difundidas en distintos
programas de televisión y radio, como siempre oficialistas y con abundante pauta
del Estado. A su vez, este fin de semana se ha difundido el registro fílmico de una
inmobiliaria que está desocupada por orden de Bonadío y que había sido allanada
hace más de 3 años, también por orden de Bonadío –siempre es Bonadío-, en el
marco de la causa “Hotesur”. Como si todo esto fuera poco, hace unos días hemos
denunciado y acompañado videos que dan cuenta de la vigilancia que, sobre mi
persona en el Instituto Patria, hacen permanentemente personal de inteligencia del
Estado por órdenes de este gobierno. Toda esta situación de persecución política,
inédita desde el advenimiento de la democracia en 1983, parece ser ignorada por
algunos integrantes de este cuerpo.

 Estén presentes mis abogados, al efecto de garantizar mi defensa y el control de


legalidad de los mismos.
 Esté presente un senador o senadora, designados por mí, al efecto de garantizar lo
que disponga y ordene este cuerpo.

 Se resguarden los objetos de uso personal y de aquellos que conformen el ajuar de


las casas. Para ser más clara señores senadores y señoras senadoras: si
encuentran lingotes de oro, millones de dólares o piedras preciosas en bolsas, se
los pueden llevar; pero si encuentran un anillo o un collar, está claro que son
objetos de mi uso personal.

 Y finalmente que Bonadío no rompa nada y disponga que se utilicen los


instrumentos técnicos necesarios con los que cuentan las fuerzas de seguridad y
los organismos de inteligencia, para escanear paredes, divisiones y/o cielo rasos
de durlock. Debo aclarar que en mis viviendas se empleó esta forma de
construcción, especialmente en mi casa de El Calafate. En esta solicitud no me
moviliza sólo impedir el daño material que puedan llegar a ocasionar. Es que, en mi
casa de El Calafate, el 27 de octubre de 2010, se produjo el momento más
doloroso de mi vida y por lo tanto su preservación tal como está es, para mí y para
mi familia, muy importante. Tampoco este pedido es caprichoso. Al contrario,
obedece claramente a hechos objetivos provocados por Bonadío. Ningún senador
o senadora puede ignorar la espectacularidad mediática y la rotura de paredes
ordenada por Bonadío en los allanamientos de otros departamentos del edificio de
Juncal y Uruguay, el 13 de agosto próximo pasado –día en que fui citada a prestar
declaración indagatoria- al ser informado por el personal actuante que había
paredes huecas. Además, por si todo esto fuera poco, la existencia de este tipo de
paredes fue confirmada por otra propietaria de ese edificio en un programa
televisivo de denunciadores seriales “anti-K” transmitido el domingo próximo
pasado. En dicha emisión la propietaria recorrió, junto a una periodista, su
departamento ubicado exactamente arriba del mío diciéndole a la audiencia como
sería el 5to piso, o sea mi casa. Es que, señores senadores y señoras senadoras,
así están las cosas en esta Argentina: todo vale con tal de no hablar y no mostrar
lo que está pasando con la economía y la vida cotidiana de nuestros compatriotas.
Sin otro particular, saludo a todos los señores senadores y a todas las señoras
senadoras muy atentamente.

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