ovate No as pals para nfs |EIEstado Mental
EL ESTADO
MENTAL,
NO ES PAIS PARA NINXS
Rafael Sanchez-Mateos
MoboLEcruRA
llustracién de Antonio Ballester Moreno, Saturno, 2016.
rop6sito del ‘caso Titiriteros’ muchas discusiones importantes se abrieron sobre los ataques de In derecha a la mieva
politica, la manipulacidn de los medios, las guerras culturales, la libertad de expresién, los abusos del aparato judicial,
Iaflojera y el doble rasero de la izquierda madeilena, la idea de cultura libre y popular que se impone en esta nueva
‘segunda transiciénr. Debates importantes en los que participar pero que en alin sentido disimulan o disfrazan otro
conflicto fundamental y mayor o, dicho con mas precisién, ‘menor’ pero mas determinanteen cuanto sefiala una dimensién
pliblica y popular mucho més intensa,
Sirecordamos, todo esto ocurtié porque la dichosa funelén de titeres se consideré inapropiada, intolerable para los nifios y nifias,
Lafiscalia, con aptomo, denuncis “contemplacién de escenas que pueden afectar gravemente al desarrolto intelectual y psicosocial
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tanto para los que les parecié justificada (o incluso insuficiente) a actuaci6n instituctonal-policial-judicial como
para las personas que les parecieron exageradas las medidas, la idea de ‘proteger a los nifios’ fue ‘consenso’ generalizado en casi
todos los anilisisy opiniones, da igual de qué posicién o partido. Este pals, que a falta de acuerdo hasta la fecha se gobierna sin
presidente, euyo saliente golped a su hijo menor en pidblico y que asu vez reeibié un golpede un menor de su pueblo, ha
consensuadlo un bienestar para los nifios que consiste también en vigilar asus titiriteros: “no cabe ninguna duda de que la funcién,
en cuestién era inapropiada para un piblico infantil”, “es intolerable que los nifios vieran esa obra’, perdén alos padres, el
cespectiiculo fue deleznable”. Para lograr entender esta violenta escaluda de ‘irresponsable responsabilidad’ que se ha tradueido en
uno de los atropellos alas libertades democriticas ms vergonzosos que recordaremos, quizé tendrfamos que preguntarnos sobre
Tn idea dein
fancia que manejamos y por las relaciones que mantenemos con los nifios yn
En nombre del bienestar de una infancia que parece sélo existe en las mentes de los adultos que olvidaron toda experiencia nifia
algunos padres, ejerciendo el derecho que les otorga la ‘patria potestad’, fueron a la polieia para salvaguardar las almas de sus hijos
C hijas; la policia, para mantener el orden exigido por el ayuntamiento que judicalizé el asunto,detuvo a los titiriteros; en nombre
del derecho de los nitios, yya de paso de todas Ins victimas del terrorismo, el juez los lleva prisién; en nombre del bienest
nits y as familias alas que la alealdesa pidié perdén y su concejala de cultura prometis tranquilidad alla gente (que mirabamos
desde abajo el numerito cada vez ms avergonzzados) aseguriindonos, eso si, que los carnavales continuarfan “con normalidad”
Pues qué miedo, Al final, ya se sabe, todo fue una exageracién, Era ‘un asunto menor’ que pronto hemos olvidado bajo la presién
douna actualiclad
lelos
nos trae euestiones mis importantes y seria,
(Que la derecha hiciera este juego sucio con los nios para tapar Ia corrupeidn de su estirpe es en realidad lo menos sorprendente.
Loimpor
lante esse
lar emo en nombre de la seguridad, el bienestar y la proteceidn de los menores’ se ha puesto en marcha’
son capaces los ‘mayores’ padres y madres responsables' que
aman indigaados ante una funci6n de cachiporra a la policia; jueces miticos de os ochenta de dudoso espiritu democratico: ceses
ripidos de vocales barriales que se esforzaron por materializar los pro
toda la violencia social e
itucional y hemos descubierto de qu
sos de participacién yla toma de posieién por abajo que
abanderaban sus jefes; progresistas de izquierdas que acusaban a sus eriticos de “autocomplacientes radicales’
ataques de la derecha..
Por ello, en ningiin caso podemos alardear de ser una sociedad emaneipada, adulta, madura, ‘mayor’, porque nuestra toleraneia al
abuso y a servidumbre es préeticamente ilimitada, Esta aprobacién de la obediencia, esta conniveneia con las restrieciones de
libertades supuestamente para favorecer la integridad de los 1
analistas v ficeiones han determinado, en una sociedad pueril, nmadura, infantiloide. Infantilismo que comienza precisamente al
relacionarnos con los nifios ycon una idea de infancia de determinada manera,
como tantos
1 efectivamente nos convertiria en gran medida,
Enalgiin sentido, la sensibilidad de esos veinteo treinta nti
que asisticron ala cachiporra fue tomada como rehén para justificar
algo que posiblemente no hubieran hecho ellos: pues la mayorfa saben bien lo que significa sentirse encerrados o vigilados, es la
condicién bisica del estatuto del menor, Toda justiicaciin de esa violeneia cjercida por las instituctones y poderes pierde fuelle al
te en que reconectamos con la experiencia infantil del teatro de marionetas que hicimos, o si recordamos, no sélo el folklore
obsceno y violento que practicamos, sino sobre todo la impresién y los efectos que causaron sobre nuestra infancia esta clase de
aventuras dela ficcidn que la sociedad entera se ha propuesto sancionar. >
Peter Pan disecado. Mutaciones politicas de la edad, Jaime Cuenea Amigo
ElManifiesto Antiadultista, Alexanthropos Alexgaias,
SOBRE EL AUTOR
Rafael Séncher-Mateos Paniagua es artista, doctor en Filosofia
vyarofesor indepenciente. Investig, entre otras cosas, las
relaciones entre infancia,estéticay politica,
EE, SOCL, (Cee)
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2QUE HACEMOS CON LA CRITICA?
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