Resumen La obra introduce la pregunta por la alegría
en medio de la tristeza, el empeño por El psicoanálisis siempre apeló a la celebrar la vida en la muerte y el olvido literatura como un recurso fidedigno de como acceso al recuerdo. Escrita a los confirmación o configuración de conceptos niños, deja pedazos de real con los que el clínicos, cristalizando los avatares psicoanálisis podría intentar buscar el subjetivos en obras literarias y excediendo camino de regreso al punto ciego que el mero detenimiento en la vida privada de movió su búsqueda, así como el revés del los poetas o en sus intencionalidades ejercicio de la violencia, a partir de la racionales. Bajo esta misma línea historia del pequeño Zoro, el niño indígena, metodológica, abordaremos una cuyo pueblo fue perseguido por el destacada pieza de la literatura infantil desarraigo, el usufructo y la explotación. colombiana, esta es, Zoro de Jairo Aníbal Niño, en virtud de la paradójica relación Abstract entre infancia y violencia, que convoca el presente congreso de análisis textual, Psychoanalysis always appealed to considerando la preminencia del sujeto y literature as an authoritative resource of del significante para el psicoanálisis. configuration or confirmation of clinical concepts, crystallizing subjective avatars in literary works and exceeding the mere detail in private lives of poets or their y al anciano Amadeo, un hombre negro con el rational intentionality. Under this same que escapa de una situación de esclavitud, se methodological approach, we will address sumerge en una selva fantástica tras los suyos, a prominent part of Colombian children's siempre escabulléndose de los tiranos captores. literature, this is Zoro, written by Jairo Aníbal Niño, under the paradoxical Los tres amigos tienen encuentros con criaturas relationship between childhood and mágicas y poderosas como el tigre de vidrio, los violence that is convened through the visitantes del sol, el perro de fuego y el águila congress of textual analysis, considering de hielo, y se ven obligados a transitar por the prominence of the subject and the parajes inciertos y peligrosos como el bosque signifier for the psychoanalysis. de animales; lugar donde estos últimos han echado raíces, mientras que los árboles y las plantas caminan por doquier. Finalmente, después de muchos riesgos y confrontaciones, Zoro introduces the question of joy in the y de haberse librado de sus perseguidores, midst of sadness, the effort to celebrate life Zoro logra reunirse con su pueblo y Amadeo in death and in the sense of forgetting as continúa la marcha en búsqueda del suyo. memory access. Written for children, La aventura fantástica del pequeño, en medio leaving pieces of real with some of them in de la voz melcochuda de la selva que lo llama, which psychoanalysis could try to find the de ese universo vivo, lleno de seres extraños, way back to the blind spot that moved its lugares mágicos, sucesos extraordinarios, search, as well as the reverse of the impases, derrotas y victorias, en medio del exercise of violence, through little Zoro’s desarraigo, deviene una verdad repetida que, story, the native child, whose people were en este caso, se presenta como literatura persecuted by the uprooting, the usufruct infantil. El objetivo del presente trabajo es abordar la pieza literaria, en virtud de and the exploitation. apreciaciones desde el psicoanálisis, alrededor de la relación entre los temas infancia y violencia. Para ello, se abordarán cuatro Palabras clave: infancia, pueblo indígena, evocadoras escenas de la obra, así como el colonización, usufructo, expropiación, posible carácter heroico del personaje central, destierro, fantasía, héroe, objeto, palabra, presuponiendo que la violencia conlleva actos de fuerza, falta de reconocimiento, cosificación recuerdo. del otro, expropiación del objeto de goce, uso Keywords: childhood, native, people, de la palabra, no como mediación, sino como colonization, usufruct, expropiation, exile, mecanismo de subyugación, y en último término, pretender transgredir los límites de la fantasy, hero, object, word, memory. naturaleza en nombre de la civilización, lo cual, a su vez evoca la colonización y el sometimiento del otro. Introducción En la obra se vislumbra el encuentro con lo Zoro es un un chico valiente, perteneciente a un horroroso y el ambiente siniestro que evocan la pueblo indígena perseguido para la esclavitud y guerra y la violencia; el recurso de la fantasía el despojo de su tierra, cuestión próxima a los de un niño en medio de la anulación del otro, sucesos que durante décadas han atravesado incluso a través de la palabra; el develamiento diversas comunidades en nuestro país. del personaje en la pregunta por el héroe; el desafío de la muerte en el reconocimiento; y el Tras un violento ataque y separado de su deseo del reencuentro con lo perdido, tal vez pueblo y su familia, el pequeño Zoro, junto al para siempre y reconfigurado en la ilusión. ave tente, protector fiel de los niños de la selva, Todo esto se abordará textualmente, pensando quizá, en la obra fantástica como un testimonio encontrar detrás de la de un niño indígena, en cuya historia aparecen voz la figura de su el alejamiento, el desarraigo brutal, las padre Zicorauta, o la desesperanzas y los monstruos, pero también de su madre Mélide, los anhelos y las hadas. o la de su gente que minutos antes De este modo, se trata de recrear escenas navegaba con él en desarrolladas en el tablado de una selva busca del país de los fantástica, donde podría pensarse que el pastos verdes y de material fantástico de la obra obedece al las bestias apacibles. recurso imaginario del niño para poner límite al Pero su pueblo, desborde provocado por el despojo, la montado en barcas, esclavitud, la guerra, las explosiones, el había desaparecido. desplazamiento y el desarraigo, pues pese a Ahora recordaba un que la violencia siempre excede los marcos confuso griterío y un simbólicos a los que recurrimos para estampido de pólvora apaciguarla, el ser humano siempre tiene la y un golpe en la posibilidad de contrarrestar el poder excesivo cabeza que lo había del Otro y de recurrir a realizaciones ficticias. A desvanecido. Su esto se añade, como sostiene Lacan, que lo mano corrió tras ese real se encuentra en el límite de nuestra recuerdo y encontró experiencia, en tanto sus condiciones son muy un camino irreales (Lacan 2008, 33). De ahí que, el niño y ensangrentado en su el poeta revistan y adornen sublimemente lo cuero cabelludo, una real con lo imaginario o con lo simbólico, en costra de sangre virtud de figuraciones y escenas fantásticas que seca, como rastro de velan el rostro horroroso de la violencia sin más. la detonación que Esto no implica, sin embargo, negar el hecho de había salido de lo que se cuelen trozos de real que movilizan el más oscuro del relato, la repetición, la familiar extrañeza, la bosque de memoria y el anhelante reencuentro de Zoro chontaduros (Niño con su pueblo y con sus padres. 1996, 9).
El olvido como acceso al recuerdo
La primera escena principia la búsqueda Este desvanecimiento sugiere la cuestión del
incesante del pueblo de Zoro por “el país de los olvido como acceso al recuerdo, elemento que pastos verdes y de las bestias apacibles”. Para insiste al interior del relato, donde las él, la búsqueda imposible será del orden del remembranzas invaden, una y otra vez al reencuentro, en compañía de su ave tente: “Y personaje, “en bandada”, a manera de “tropel el niño abrió los ojos y lo primero que vio fue el de animales de pradera” (Niño 1996, 16). A plumón azul cobalto del pecho del pájaro tente”. esta memoria, entendida como una trama de (Niño 1996, 9). significantes (Lacan 2008, 86), la antecede la voz de su nombre, una voz sin figura, la voz melcochuda de la selva que lo llama. La nave trotaba en Adviene, casi al instante, el griterío, el las oscuras aguas del estampido y el golpe en la cabeza, pero la río. El muchacho mano, más que tras el golpe, corre tras el creyó oír su nombre. recuerdo, encontrando la marca casi fatal e Zoro, gritaba el aire; inexorable de la guerra, marca que traza un Zoro, gritaba la voz camino ensangrentado en el cuerpo. Asimismo, melcochuda de la dicha marca evoca el camino de sangre andado selva. Pensó por su pueblo, en este sentido, se señala que el personaje también rememora Al despertar Zoro lo único que pudo vislumbrar de aquél animal pavoroso eran sus llamativos ojos. En principio, Zoro esta atemorizado frente a aquello de lo que ni el ave tente pudo (…) las largas protegerle, es decir, el acecho no planeado que jornadas, las salidas representa el encuentro con lo inevitable del que no existe ningún tipo de huida posible. precipitadas cuando tenían que En la escena podemos ver las dos caras del abandonar las tierras animal, éstas, van tomando mayor claridad o ante el ataque de un aspecto definido en la medida en que Zoro hombres con armas está mayormente expuesto a su presencia. Lo de candela, los percibe como lo siniestro, como una figura que combates y los puede devorarlo, razón por la cual oculta su rostro a manera de no querer ver, de no querer sueños que saber. Sin embargo, no puede escapar de la alimentaban la voz de aquél felino que emite una canción sin esperanza de una palabras, cuya musiquita tierra feliz. (Niño 1996, 14). semejaba las palabras, con la cadencia del que quiere decir algo a Esa costra de sangre seca, ese rastro, se otro y descubre que significa como huella y como sendero, como habla un idioma extranjero. Sin marca y como senda ya esbozada y por embargo, el niño le esbozar, la que recorrió su pueblo y él junto a entendió. El tigre le su pueblo, y la que irremediablemente tendrá decía que había visto que recorrer, letra tras letra y página tras navegar a su pueblo página, en un intento por paliarla y río abajo, que paradójicamente por reconstituirla; se trata de acampaba a pocas un camino indefectible. millas de ahí y que su padre y su madre lo Tal rastro, que deviene de lo ominoso, de lo estaban buscando en los caños de La más oscuro del bosque de chontaduros, de esa Buenaventura, selva a la que conoce y que lo conoce a él (Niño situados cerca de la 1996, 24), se despliega en un circuito mágico y madriguera de las terrible, luminoso y lóbrego, en el que la muerte sirenas del río. Zoro se revela principalmente bajo la forma de la levantó la cara, miró desaparición o el desvanecimiento, pero ya no al tigre y vio reflejada en sus ojos la historia como desfallecimiento, sino como la del día de la fiera. La evaporación de cada molécula, sin vestigio, a vio allí, levantarse por diferencia de aquella otra muerte, en la que el la mañana, ocultarse cuerpo continúa su camino “repartido en la entre los pastizales y hormiga, el buitre, el árbol, el polvo, las rocas lanzarse en una chupadoras de agua” (Niño 1996, 83). carrera eterna contra un rebaño de toros de Apartando la angustia de su corazón, e monte, hacer la imaginando a su familia a salvo, Zoro busca un siesta bajo un cielo lugar para dormir, pero sobreviene la segunda de calor, y vio su escena en la que se despierta por los gritos propio retrato nerviosos del ave tente ante la percepción del navegar por el río, acecho del tigre de vidrio. atar su caballito flotante a un palo de calmo, dormir, El encuentro inevitable vislumbrar la polvareda de la luna, dolor le congeló la ver al tigre en el ojo piel. No tuvo fuerzas del tigre, y cubrir su para gritar (Niño rostro con las manos 1996, 20). del pánico. El tigre de vidrio dio un salto enorme, y el niño lo vio brincar tras el Hay entonces violencia sobre el cuerpo que aleteo sudoroso de un pato ciego que no resigna de inmediato la voz del sometido, quizá encontraba la tierra porque su sonoridad, a veces hipnótica, puede para posar su poner en peligro el eficiente método unilateral agotado cuerpo, Vio de la dominación. desaparecer al pato entre la boca del tigre La eficacia de dicho método depende también y luego vio de hacer a los subyugados objeto de la voz del desaparecer al tigre Otro, es decir, de obligarlos a escuchar sin más entre unas nubes o a lo sumo a escribir en papeles, reprimiendo negras (Niño 1996, 12). con ello el carácter pulsional de la voz que no le queda más remedio que ser significante. Hay un encuentro inevitable de Zoro con los Precisamente, Amadeo, el anciano de tez ojos de aquél animal, en ellos, se encuentra negra, quien se convertirá en el amigo de Zoro, con el cuadro de su propia imagen que le escribe al guardia quien le concede solo diez finalmente termina siendo la del mismo tigre, al palabras para explicarle en qué consiste el “ver al tigre en el ojo del tigre”, que a su vez refleja el “día de la fiera”. Ésta, quizá sea la trabajo. Solo la emisión de cualquier sonido ya metáfora de la bestialidad colonial, justificada cuenta como palabra y Amadeo deberá en nombre de la civilización y reflejada en el pronunciar palabras desarticuladas. tigre de diamante. Sin embargo, Zoro deniega ser objeto sin más Palabra, violencia y resistencia del Otro y con Amadeo intercambian papeles donde están escritos sus nombres. Asimismo, El sujeto está marcado por el Otro, en virtud del con un poco de humor conceden hablar en significante, pero siempre tiene la posibilidad de algún momento: “Hoy podemos hablar cinco no resignarse a ser objeto sin más de ese Otro, minutos. Es domingo” (Niño 1996, 23).De este de resistir. Un modo de zafarse de esa modo, logran planear escapar. objetivación es el acto de hablar. De ahí que en las diferentes modalidades de sometimiento del En el seminario 5, Lacan sostiene que la sujeto, se le obligue a guardar silencio. Esto se violencia no es la palabra, es incluso lo ilustra en otra de las escenas en la que Zoro es contrario, puesto que lo que se puede producir reclutado para trabajar como esclavo en la en una relación interhumana es la violencia o la recolección de oro, por una banda de hombres palabra. Distinguiendo la violencia de la compuesta por el que parecía ser el jefe, el palabra, se puede plantear en qué medida la hombre de barba de oro con un ojo violeta y otro violencia puede ser reprimida, en tanto solo se amarillo y el adiposo. puede reprimir lo que ha accedido a la estructura de la palabra, o sea, a la articulación Luego, varios prisioneros, entre ellos Zoro, son significante (Lacan 2010, 468). conducidos a un lugar cubierto de barro escarlata para trabajar, pero el niño ignora lo Sin embargo, en la escena, si bien Zoro y que debe hacer y al preguntar sus Amadeo son obligados a guardar silencio, también se los somete a ser objeto de la voz del Otro, de la palabra del Otro, lo cual resultaría problemático. Pero al respecto podría decirse palabras fueron con la psicoanalista María Clemencia Castro, cortadas por un en su obra Transgresión, goce y profanación, latigazo. El golpe lo que cuando la palabra deja de ser mediadora y lanzó a tierra y el prescinde del reconocimiento, de la alteridad, Así, cuando en un momento dado pierden la pasa a ser violencia (Castro 2005, 43), pues de custodia sobre dicha piedra, queda al cualquier modo “(…) la violencia es el lugar de descubierto el agujero, la falta, latente en los la falla de la palabra” (Castro 2005, 45). captores, su brillo resulta tan fascinante que no deja a la vista lo que hay detrás de él. Así, un Esta escena se conecta con el objeto de codicia niño, un viejo y un ave tente, descubren que de los colonos. Éste se desliza entre las aquello que los ubicaba bajo el poder, la páginas de toda la pieza literaria y evoca a su autoridad y el control, obedecía a apariencias, vez, otra escena que pone en evidencia el resultado de la ceguera de los otros, causada hecho de que las piedras preciosas, usadas por el objeto resplandeciente. con fines de intercambio, les procuraba a los colonizadores un estatus de dominio, Los esclavos inclinan su cabeza y desaparecen significándoles riqueza y poder. como sujetos, convirtiéndose también en objetos de uso, cosa que Zoro no permitió que Un brillo que obtura ocurriera en su caso. Esta resplandeciente piedra, además de ocultar, puntúa ese lugar de Al abrir una de las vacío, estaría en función de suplencia de una puertas de un cuarto falta, ubicándose imaginariamente en el lugar que era un bosque de de eso que no se tiene. frutales, quedaron estupefactos. En el Para el caso de Zoro y Amadeo, es evidente centro, sobre una que también han sido deslumbrados por ese mesa de mármol, en precioso brillo. Sin embargo, el valor que le un nido de hilos de confieren no es el mismo, pero comprenden oro, como huevo de que para sus captores éste es de otro nivel, ave de sueño, tienen presente que el objeto que se han brillaba con llevado es de gran importancia para esos resplandores de sol hombres y que sin él, el dominio, se pone en azul el diamante más cuestión. Zoro y su amigo usan el objeto de grande y hermoso de maneras diferentes, tan sencillas como las la selva. contenidas en estos párrafos:
-Tómalo- exclamó el Zoro cogió la piedra
viejo-. Es el diamante preciosa. Pensó más bello del guardarla dentro de universo. (Niño 1996, sus bolsillos, pero 30). cambió de idea. La alzó en su mano y Con esta escena, se evidencia el valor como si fuera una simbólico que para estos hombres tenía el antorcha iluminó el diamante, quienes, a modo de fetiche, lo camino de la guardaban como algo tan preciado que búsqueda (Niño ubicaban un lugar especial para conservarlo. 1996, 30). Hay un culto al objeto fetiche, puesto que, el valor que se le impone es superior al de los La causa parecía ser vínculos que puedan establecer con otros seres la sombra que se humanos. Las acciones codiciosas de estos balanceaba con hombres se encaminaban a conseguir la mayor caminado de animal cantidad posible de diamantes, sin importar la de caucho. Sacó su pérdida de vidas que esa búsqueda conllevara, piedra preciosa y le llegando al punto de querer atrapar al tigre de lanzó un rayo de luz. diamante, ese que llamaron “tigre de prodigio”, Descubrió la larga y como diera lugar. azucarada lengua de un oso hormiguero una operación que en nuestra historia se repite, (Niño 1996, 30). esta es, la colonización. En ese punto el héroe viene a ocupar la función y el lugar de un resto, Al final de la historia Zoro le obsequia al viejo es decir, si en el Edipo es el hijo el que carga Amadeo el gran diamante, quien tras ese gesto con las marcas de sus padres y en la colonia el señala: “Recuerdo a todos mis compañeros de mestizo la influencia del colono, también en el infortunio. Los buscaré y les daré la parte que plano del fantasma o fantasía el lugar del resto les corresponde” (Niño 1996, 97).Esta podría es producto de una operación que el Otro, a ser una manera de resarcir parte del dolor través del significante, opera en el sujeto. causado, como símbolo de una victoria enorme para él y su pueblo. Bajo todo lo anterior, Ésta inscripción garantiza al héroe poder podría cuestionarse el lugar heroico de Zoro. responder como sujeto dividido, es decir, no dejarse tatar solamente como objeto. En Zoro, Encarnando al héroe esta resistencia se observa cuando, en virtud del deseo de rencontrar a sus padres, logra Durante toda su aventura, su objetivo será escapar junto con Amadeo de la minas. encontrar a sus padres y a su pueblo, atravesando obstáculos y riesgos. Él, como el Conclusión héroe, es objeto de los vejámenes a los que inevitablemente la historia debe enfrentarlo De este modo, allí donde se ha silenciado para lograr algo de la satisfacción por cumplir bruscamente a Zoro, aparece la peripecia de su meta, de manera trágica, cómica o como en las palabras cargadas de aventuras, magia y los cuentos de hadas con un final feliz. En ese horror. Quizá esa sea la gran hazaña de este sentido, el héroe se ubica en un escenario, un niño, es decir, haber logrado una aventura en fantaseo. Freud haciendo uso de un juego de medio de la selva, que no se mostraba tan palabras en alemán, concluye que dicho violenta como sus codiciosos perseguidores. escenario o es la tragedia (juego de duelo) o es la comedia (juego de placer), donde el poeta construye su fantasía, que además se toma Referencias bibliográficas muy enserio (Freud 1975,128). - Castro, María Clemencia, 2005. El héroe en la concepción freudiana parece Transgresión, goce y profanación. ser una suerte de figura o emblema que se Contribuciones desde el psicoanálisis al presenta en los sueños, en la fantasía y en el estudio de la violencia y la guerra: Bogotá, mismo complejo de Edipo, entonces ¿qué lugar Universidad Nacional de Colombia. ocupa en todos estos lugares? Inicialmente - Freud Sigmund, 1975. El creador literario y Freud lo ubica como el Yo, instancia que el fantaseo: Buenos Aires, Amorrortu Editores. partiendo de una experiencia moral toma a - Lacan, Jacques, 2008. La relación de los buenos como sus amigos y los malos como objeto. Seminario 4: Buenos Aires, Paidós. sus enemigos, sin embargo no solo es posible - Lacan, Jacques, 2010. Las formaciones del reducirlo al yo, se suma la moral siempre inconsciente. Seminario 5: Buenos Aires, cuestionada por el héroe. Esto implica una Paidós. ética. - Niño Aníbal, Jairo, 1996. Zoro: Bogotá, Panamericana. En Zoro, es posible que el plano del yo y sus relaciones especulares entren en juego. Él busca a sus semejantes a partir de una marca en ese yo cuerpo, presa de las identificaciones, la sensopercepción, todos los fenómenos imaginarios, entre ellos la agresividad, que se nos muestra con Lacan como producto de una exacerbación de esta vertiente imaginaria. Entonces el yo en el personaje está en juego, pero también el lugar de Zoro como resto de