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Recreando la escena en Zoro de Jairo Aníbal Niño

David Alfonso Parada

Universidad Nacional, Colombia

Paula Niño Morales

Universidad Nacional, Colombia

Diana Lucia Alzate Suárez

Universidad Nacional, Colombia

Zaida Mayorga

Universidad Nacional, Colombia

María Fernanda Rodríguez Jaime

Universidad Nacional, Colombia

Resumen La obra introduce la pregunta por la alegría


en medio de la tristeza, el empeño por
El psicoanálisis siempre apeló a la celebrar la vida en la muerte y el olvido
literatura como un recurso fidedigno de como acceso al recuerdo. Escrita a los
confirmación o configuración de conceptos niños, deja pedazos de real con los que el
clínicos, cristalizando los avatares psicoanálisis podría intentar buscar el
subjetivos en obras literarias y excediendo camino de regreso al punto ciego que
el mero detenimiento en la vida privada de movió su búsqueda, así como el revés del
los poetas o en sus intencionalidades ejercicio de la violencia, a partir de la
racionales. Bajo esta misma línea historia del pequeño Zoro, el niño indígena,
metodológica, abordaremos una cuyo pueblo fue perseguido por el
destacada pieza de la literatura infantil desarraigo, el usufructo y la explotación.
colombiana, esta es, Zoro de Jairo Aníbal
Niño, en virtud de la paradójica relación Abstract
entre infancia y violencia, que convoca el
presente congreso de análisis textual, Psychoanalysis always appealed to
considerando la preminencia del sujeto y literature as an authoritative resource of
del significante para el psicoanálisis. configuration or confirmation of clinical
concepts, crystallizing subjective avatars in
literary works and exceeding the mere
detail in private lives of poets or their y al anciano Amadeo, un hombre negro con el
rational intentionality. Under this same que escapa de una situación de esclavitud, se
methodological approach, we will address sumerge en una selva fantástica tras los suyos,
a prominent part of Colombian children's siempre escabulléndose de los tiranos
captores.
literature, this is Zoro, written by Jairo
Aníbal Niño, under the paradoxical Los tres amigos tienen encuentros con criaturas
relationship between childhood and mágicas y poderosas como el tigre de vidrio, los
violence that is convened through the visitantes del sol, el perro de fuego y el águila
congress of textual analysis, considering de hielo, y se ven obligados a transitar por
the prominence of the subject and the parajes inciertos y peligrosos como el bosque
signifier for the psychoanalysis. de animales; lugar donde estos últimos han
echado raíces, mientras que los árboles y las
plantas caminan por doquier. Finalmente,
después de muchos riesgos y confrontaciones,
Zoro introduces the question of joy in the y de haberse librado de sus perseguidores,
midst of sadness, the effort to celebrate life Zoro logra reunirse con su pueblo y Amadeo
in death and in the sense of forgetting as continúa la marcha en búsqueda del suyo.
memory access. Written for children,
La aventura fantástica del pequeño, en medio
leaving pieces of real with some of them in de la voz melcochuda de la selva que lo llama,
which psychoanalysis could try to find the de ese universo vivo, lleno de seres extraños,
way back to the blind spot that moved its lugares mágicos, sucesos extraordinarios,
search, as well as the reverse of the impases, derrotas y victorias, en medio del
exercise of violence, through little Zoro’s desarraigo, deviene una verdad repetida que,
story, the native child, whose people were en este caso, se presenta como literatura
persecuted by the uprooting, the usufruct infantil. El objetivo del presente trabajo es
abordar la pieza literaria, en virtud de
and the exploitation.
apreciaciones desde el psicoanálisis, alrededor
de la relación entre los temas infancia y
violencia. Para ello, se abordarán cuatro
Palabras clave: infancia, pueblo indígena, evocadoras escenas de la obra, así como el
colonización, usufructo, expropiación, posible carácter heroico del personaje central,
destierro, fantasía, héroe, objeto, palabra, presuponiendo que la violencia conlleva actos
de fuerza, falta de reconocimiento, cosificación
recuerdo.
del otro, expropiación del objeto de goce, uso
Keywords: childhood, native, people, de la palabra, no como mediación, sino como
colonization, usufruct, expropiation, exile, mecanismo de subyugación, y en último
término, pretender transgredir los límites de la
fantasy, hero, object, word, memory.
naturaleza en nombre de la civilización, lo cual,
a su vez evoca la colonización y el
sometimiento del otro.
Introducción
En la obra se vislumbra el encuentro con lo
Zoro es un un chico valiente, perteneciente a un horroroso y el ambiente siniestro que evocan la
pueblo indígena perseguido para la esclavitud y guerra y la violencia; el recurso de la fantasía
el despojo de su tierra, cuestión próxima a los de un niño en medio de la anulación del otro,
sucesos que durante décadas han atravesado incluso a través de la palabra; el develamiento
diversas comunidades en nuestro país. del personaje en la pregunta por el héroe; el
desafío de la muerte en el reconocimiento; y el
Tras un violento ataque y separado de su deseo del reencuentro con lo perdido, tal vez
pueblo y su familia, el pequeño Zoro, junto al para siempre y reconfigurado en la ilusión.
ave tente, protector fiel de los niños de la selva, Todo esto se abordará textualmente, pensando
quizá, en la obra fantástica como un testimonio encontrar detrás de la
de un niño indígena, en cuya historia aparecen voz la figura de su
el alejamiento, el desarraigo brutal, las padre Zicorauta, o la
desesperanzas y los monstruos, pero también de su madre Mélide,
los anhelos y las hadas. o la de su gente que
minutos antes
De este modo, se trata de recrear escenas navegaba con él en
desarrolladas en el tablado de una selva busca del país de los
fantástica, donde podría pensarse que el pastos verdes y de
material fantástico de la obra obedece al las bestias apacibles.
recurso imaginario del niño para poner límite al Pero su pueblo,
desborde provocado por el despojo, la montado en barcas,
esclavitud, la guerra, las explosiones, el había desaparecido.
desplazamiento y el desarraigo, pues pese a Ahora recordaba un
que la violencia siempre excede los marcos confuso griterío y un
simbólicos a los que recurrimos para estampido de pólvora
apaciguarla, el ser humano siempre tiene la y un golpe en la
posibilidad de contrarrestar el poder excesivo cabeza que lo había
del Otro y de recurrir a realizaciones ficticias. A desvanecido. Su
esto se añade, como sostiene Lacan, que lo mano corrió tras ese
real se encuentra en el límite de nuestra recuerdo y encontró
experiencia, en tanto sus condiciones son muy un camino
irreales (Lacan 2008, 33). De ahí que, el niño y ensangrentado en su
el poeta revistan y adornen sublimemente lo cuero cabelludo, una
real con lo imaginario o con lo simbólico, en costra de sangre
virtud de figuraciones y escenas fantásticas que seca, como rastro de
velan el rostro horroroso de la violencia sin más. la detonación que
Esto no implica, sin embargo, negar el hecho de había salido de lo
que se cuelen trozos de real que movilizan el más oscuro del
relato, la repetición, la familiar extrañeza, la bosque de
memoria y el anhelante reencuentro de Zoro chontaduros (Niño
con su pueblo y con sus padres. 1996, 9).

El olvido como acceso al recuerdo

La primera escena principia la búsqueda Este desvanecimiento sugiere la cuestión del


incesante del pueblo de Zoro por “el país de los olvido como acceso al recuerdo, elemento que
pastos verdes y de las bestias apacibles”. Para insiste al interior del relato, donde las
él, la búsqueda imposible será del orden del remembranzas invaden, una y otra vez al
reencuentro, en compañía de su ave tente: “Y personaje, “en bandada”, a manera de “tropel
el niño abrió los ojos y lo primero que vio fue el de animales de pradera” (Niño 1996, 16). A
plumón azul cobalto del pecho del pájaro tente”. esta memoria, entendida como una trama de
(Niño 1996, 9). significantes (Lacan 2008, 86), la antecede la
voz de su nombre, una voz sin figura, la voz
melcochuda de la selva que lo llama.
La nave trotaba en Adviene, casi al instante, el griterío, el
las oscuras aguas del
estampido y el golpe en la cabeza, pero la
río. El muchacho
mano, más que tras el golpe, corre tras el
creyó oír su nombre.
recuerdo, encontrando la marca casi fatal e
Zoro, gritaba el aire;
inexorable de la guerra, marca que traza un
Zoro, gritaba la voz
camino ensangrentado en el cuerpo. Asimismo,
melcochuda de la
dicha marca evoca el camino de sangre andado
selva. Pensó
por su pueblo, en este sentido, se señala que el
personaje también rememora Al despertar Zoro lo único que pudo vislumbrar
de aquél animal pavoroso eran sus llamativos
ojos. En principio, Zoro esta atemorizado frente
a aquello de lo que ni el ave tente pudo
(…) las largas protegerle, es decir, el acecho no planeado que
jornadas, las salidas representa el encuentro con lo inevitable del
que no existe ningún tipo de huida posible.
precipitadas cuando
tenían que En la escena podemos ver las dos caras del
abandonar las tierras animal, éstas, van tomando mayor claridad o
ante el ataque de un aspecto definido en la medida en que Zoro
hombres con armas está mayormente expuesto a su presencia. Lo
de candela, los percibe como lo siniestro, como una figura que
combates y los puede devorarlo, razón por la cual oculta su
rostro a manera de no querer ver, de no querer
sueños que
saber. Sin embargo, no puede escapar de la
alimentaban la voz de aquél felino que emite una canción sin
esperanza de una palabras, cuya musiquita
tierra feliz. (Niño
1996, 14). semejaba las
palabras, con la
cadencia del que
quiere decir algo a
Esa costra de sangre seca, ese rastro, se otro y descubre que
significa como huella y como sendero, como habla un idioma
extranjero. Sin
marca y como senda ya esbozada y por
embargo, el niño le
esbozar, la que recorrió su pueblo y él junto a entendió. El tigre le
su pueblo, y la que irremediablemente tendrá decía que había visto
que recorrer, letra tras letra y página tras navegar a su pueblo
página, en un intento por paliarla y río abajo, que
paradójicamente por reconstituirla; se trata de acampaba a pocas
un camino indefectible. millas de ahí y que su
padre y su madre lo
Tal rastro, que deviene de lo ominoso, de lo estaban buscando en
los caños de La
más oscuro del bosque de chontaduros, de esa
Buenaventura,
selva a la que conoce y que lo conoce a él (Niño situados cerca de la
1996, 24), se despliega en un circuito mágico y madriguera de las
terrible, luminoso y lóbrego, en el que la muerte sirenas del río. Zoro
se revela principalmente bajo la forma de la levantó la cara, miró
desaparición o el desvanecimiento, pero ya no al tigre y vio reflejada
en sus ojos la historia
como desfallecimiento, sino como la
del día de la fiera. La
evaporación de cada molécula, sin vestigio, a vio allí, levantarse por
diferencia de aquella otra muerte, en la que el la mañana, ocultarse
cuerpo continúa su camino “repartido en la entre los pastizales y
hormiga, el buitre, el árbol, el polvo, las rocas lanzarse en una
chupadoras de agua” (Niño 1996, 83). carrera eterna contra
un rebaño de toros de
Apartando la angustia de su corazón, e monte, hacer la
imaginando a su familia a salvo, Zoro busca un siesta bajo un cielo
lugar para dormir, pero sobreviene la segunda de calor, y vio su
escena en la que se despierta por los gritos propio retrato
nerviosos del ave tente ante la percepción del navegar por el río,
acecho del tigre de vidrio. atar su caballito
flotante a un palo de
calmo, dormir,
El encuentro inevitable vislumbrar la
polvareda de la luna, dolor le congeló la
ver al tigre en el ojo piel. No tuvo fuerzas
del tigre, y cubrir su para gritar (Niño
rostro con las manos
1996, 20).
del pánico. El tigre de
vidrio dio un salto
enorme, y el niño lo
vio brincar tras el
Hay entonces violencia sobre el cuerpo que
aleteo sudoroso de
un pato ciego que no resigna de inmediato la voz del sometido, quizá
encontraba la tierra porque su sonoridad, a veces hipnótica, puede
para posar su poner en peligro el eficiente método unilateral
agotado cuerpo, Vio de la dominación.
desaparecer al pato
entre la boca del tigre La eficacia de dicho método depende también
y luego vio de hacer a los subyugados objeto de la voz del
desaparecer al tigre Otro, es decir, de obligarlos a escuchar sin más
entre unas nubes
o a lo sumo a escribir en papeles, reprimiendo
negras (Niño 1996,
12). con ello el carácter pulsional de la voz que no
le queda más remedio que ser significante.
Hay un encuentro inevitable de Zoro con los Precisamente, Amadeo, el anciano de tez
ojos de aquél animal, en ellos, se encuentra negra, quien se convertirá en el amigo de Zoro,
con el cuadro de su propia imagen que le escribe al guardia quien le concede solo diez
finalmente termina siendo la del mismo tigre, al
palabras para explicarle en qué consiste el
“ver al tigre en el ojo del tigre”, que a su vez
refleja el “día de la fiera”. Ésta, quizá sea la trabajo. Solo la emisión de cualquier sonido ya
metáfora de la bestialidad colonial, justificada cuenta como palabra y Amadeo deberá
en nombre de la civilización y reflejada en el pronunciar palabras desarticuladas.
tigre de diamante.
Sin embargo, Zoro deniega ser objeto sin más
Palabra, violencia y resistencia del Otro y con Amadeo intercambian papeles
donde están escritos sus nombres. Asimismo,
El sujeto está marcado por el Otro, en virtud del con un poco de humor conceden hablar en
significante, pero siempre tiene la posibilidad de algún momento: “Hoy podemos hablar cinco
no resignarse a ser objeto sin más de ese Otro, minutos. Es domingo” (Niño 1996, 23).De este
de resistir. Un modo de zafarse de esa modo, logran planear escapar.
objetivación es el acto de hablar. De ahí que en
las diferentes modalidades de sometimiento del En el seminario 5, Lacan sostiene que la
sujeto, se le obligue a guardar silencio. Esto se violencia no es la palabra, es incluso lo
ilustra en otra de las escenas en la que Zoro es contrario, puesto que lo que se puede producir
reclutado para trabajar como esclavo en la en una relación interhumana es la violencia o la
recolección de oro, por una banda de hombres palabra. Distinguiendo la violencia de la
compuesta por el que parecía ser el jefe, el palabra, se puede plantear en qué medida la
hombre de barba de oro con un ojo violeta y otro violencia puede ser reprimida, en tanto solo se
amarillo y el adiposo. puede reprimir lo que ha accedido a la
estructura de la palabra, o sea, a la articulación
Luego, varios prisioneros, entre ellos Zoro, son significante (Lacan 2010, 468).
conducidos a un lugar cubierto de barro
escarlata para trabajar, pero el niño ignora lo Sin embargo, en la escena, si bien Zoro y
que debe hacer y al preguntar sus Amadeo son obligados a guardar silencio,
también se los somete a ser objeto de la voz del
Otro, de la palabra del Otro, lo cual resultaría
problemático. Pero al respecto podría decirse
palabras fueron
con la psicoanalista María Clemencia Castro,
cortadas por un
en su obra Transgresión, goce y profanación,
latigazo. El golpe lo
que cuando la palabra deja de ser mediadora y
lanzó a tierra y el
prescinde del reconocimiento, de la alteridad, Así, cuando en un momento dado pierden la
pasa a ser violencia (Castro 2005, 43), pues de custodia sobre dicha piedra, queda al
cualquier modo “(…) la violencia es el lugar de descubierto el agujero, la falta, latente en los
la falla de la palabra” (Castro 2005, 45). captores, su brillo resulta tan fascinante que no
deja a la vista lo que hay detrás de él. Así, un
Esta escena se conecta con el objeto de codicia niño, un viejo y un ave tente, descubren que
de los colonos. Éste se desliza entre las aquello que los ubicaba bajo el poder, la
páginas de toda la pieza literaria y evoca a su autoridad y el control, obedecía a apariencias,
vez, otra escena que pone en evidencia el resultado de la ceguera de los otros, causada
hecho de que las piedras preciosas, usadas por el objeto resplandeciente.
con fines de intercambio, les procuraba a los
colonizadores un estatus de dominio, Los esclavos inclinan su cabeza y desaparecen
significándoles riqueza y poder. como sujetos, convirtiéndose también en
objetos de uso, cosa que Zoro no permitió que
Un brillo que obtura ocurriera en su caso. Esta resplandeciente
piedra, además de ocultar, puntúa ese lugar de
Al abrir una de las
vacío, estaría en función de suplencia de una
puertas de un cuarto falta, ubicándose imaginariamente en el lugar
que era un bosque de de eso que no se tiene.
frutales, quedaron
estupefactos. En el Para el caso de Zoro y Amadeo, es evidente
centro, sobre una que también han sido deslumbrados por ese
mesa de mármol, en precioso brillo. Sin embargo, el valor que le
un nido de hilos de confieren no es el mismo, pero comprenden
oro, como huevo de que para sus captores éste es de otro nivel,
ave de sueño, tienen presente que el objeto que se han
brillaba con llevado es de gran importancia para esos
resplandores de sol hombres y que sin él, el dominio, se pone en
azul el diamante más cuestión. Zoro y su amigo usan el objeto de
grande y hermoso de maneras diferentes, tan sencillas como las
la selva. contenidas en estos párrafos:

-Tómalo- exclamó el Zoro cogió la piedra


viejo-. Es el diamante preciosa. Pensó
más bello del guardarla dentro de
universo. (Niño 1996, sus bolsillos, pero
30). cambió de idea. La
alzó en su mano y
Con esta escena, se evidencia el valor como si fuera una
simbólico que para estos hombres tenía el
antorcha iluminó el
diamante, quienes, a modo de fetiche, lo
camino de la
guardaban como algo tan preciado que
búsqueda (Niño
ubicaban un lugar especial para conservarlo.
1996, 30).
Hay un culto al objeto fetiche, puesto que, el
valor que se le impone es superior al de los La causa parecía ser
vínculos que puedan establecer con otros seres la sombra que se
humanos. Las acciones codiciosas de estos balanceaba con
hombres se encaminaban a conseguir la mayor caminado de animal
cantidad posible de diamantes, sin importar la de caucho. Sacó su
pérdida de vidas que esa búsqueda conllevara, piedra preciosa y le
llegando al punto de querer atrapar al tigre de lanzó un rayo de luz.
diamante, ese que llamaron “tigre de prodigio”, Descubrió la larga y
como diera lugar. azucarada lengua de
un oso hormiguero una operación que en nuestra historia se repite,
(Niño 1996, 30). esta es, la colonización. En ese punto el héroe
viene a ocupar la función y el lugar de un resto,
Al final de la historia Zoro le obsequia al viejo es decir, si en el Edipo es el hijo el que carga
Amadeo el gran diamante, quien tras ese gesto con las marcas de sus padres y en la colonia el
señala: “Recuerdo a todos mis compañeros de mestizo la influencia del colono, también en el
infortunio. Los buscaré y les daré la parte que plano del fantasma o fantasía el lugar del resto
les corresponde” (Niño 1996, 97).Esta podría es producto de una operación que el Otro, a
ser una manera de resarcir parte del dolor través del significante, opera en el sujeto.
causado, como símbolo de una victoria enorme
para él y su pueblo. Bajo todo lo anterior, Ésta inscripción garantiza al héroe poder
podría cuestionarse el lugar heroico de Zoro. responder como sujeto dividido, es decir, no
dejarse tatar solamente como objeto. En Zoro,
Encarnando al héroe esta resistencia se observa cuando, en virtud
del deseo de rencontrar a sus padres, logra
Durante toda su aventura, su objetivo será
escapar junto con Amadeo de la minas.
encontrar a sus padres y a su pueblo,
atravesando obstáculos y riesgos. Él, como el Conclusión
héroe, es objeto de los vejámenes a los que
inevitablemente la historia debe enfrentarlo De este modo, allí donde se ha silenciado
para lograr algo de la satisfacción por cumplir bruscamente a Zoro, aparece la peripecia de
su meta, de manera trágica, cómica o como en las palabras cargadas de aventuras, magia y
los cuentos de hadas con un final feliz. En ese horror. Quizá esa sea la gran hazaña de este
sentido, el héroe se ubica en un escenario, un niño, es decir, haber logrado una aventura en
fantaseo. Freud haciendo uso de un juego de medio de la selva, que no se mostraba tan
palabras en alemán, concluye que dicho violenta como sus codiciosos perseguidores.
escenario o es la tragedia (juego de duelo) o es
la comedia (juego de placer), donde el poeta
construye su fantasía, que además se toma Referencias bibliográficas
muy enserio (Freud 1975,128).
- Castro, María Clemencia, 2005.
El héroe en la concepción freudiana parece Transgresión, goce y profanación.
ser una suerte de figura o emblema que se Contribuciones desde el psicoanálisis al
presenta en los sueños, en la fantasía y en el estudio de la violencia y la guerra: Bogotá,
mismo complejo de Edipo, entonces ¿qué lugar Universidad Nacional de Colombia.
ocupa en todos estos lugares? Inicialmente - Freud Sigmund, 1975. El creador literario y
Freud lo ubica como el Yo, instancia que el fantaseo: Buenos Aires, Amorrortu
Editores.
partiendo de una experiencia moral toma a
- Lacan, Jacques, 2008. La relación de
los buenos como sus amigos y los malos como objeto. Seminario 4: Buenos Aires, Paidós.
sus enemigos, sin embargo no solo es posible - Lacan, Jacques, 2010. Las formaciones del
reducirlo al yo, se suma la moral siempre inconsciente. Seminario 5: Buenos Aires,
cuestionada por el héroe. Esto implica una Paidós.
ética. - Niño Aníbal, Jairo, 1996. Zoro: Bogotá,
Panamericana.
En Zoro, es posible que el plano del yo y sus
relaciones especulares entren en juego. Él
busca a sus semejantes a partir de una marca
en ese yo cuerpo, presa de las identificaciones,
la sensopercepción, todos los fenómenos
imaginarios, entre ellos la agresividad, que se
nos muestra con Lacan como producto de una
exacerbación de esta vertiente imaginaria.
Entonces el yo en el personaje está en juego,
pero también el lugar de Zoro como resto de

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