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Presentación

“Te he llamado por tu nombre” Is 43,1

Muy Queridos Hermanos y Hermanas

A la espera de la celebración del domingo del Buen Pastor, pongo en sus


manos este material para orar, reflexionar y celebrar la Semana de
Oración por las Vocaciones de Especial Consagración.

Durante la celebración de esta XLI Jornada Mundial de Oración por las


Vocaciones, unámonos al llamado del Santo Padre a orar por los
llamados al sacerdocio y a la vida consagrada; “la vocación al servicio
exclusivo de Cristo en su Iglesia es don inestimable de la bondad divina,
don que es preciso implorar con insistencia, confianza y humildad”, nos
dice su Santidad en su mensaje para este año.

Esperamos que este tiempo de gracia nos lleve también y en un


primerísimo lugar a orar por aquellos que ya han consagrado sus vidas
en el ministerio sacerdotal y en la vida religiosa, para que el Señor los
siga fortaleciendo en su vocación y los anime cada día en su misión.
Pidamos también por los jóvenes que se encuentran en los seminarios y
en las casas de formación, para que sean perseverantes y respondan
con generosidad y gratitud al llamado del Padre.

Quiero agradecer a aquellos que colaboraron en la elaboración de este


material, a la Comisión Nacional de Pastoral Vocacional, y a los aportes
de las Comisiones Nacionales de Liturgia y Juvenil.

Que el Señor de la Vida nos acompañe en este tiempo, fraternalmente

+ Pablo Lizama Riquelme


Obispo Castrense
Presidente
Comisión Nacional de Pastoral Vocacional
“Te he llamado por tu nombre” Is 43,1

Introducción

Tradicionalmente el IV domingo de Pascua celebramos la Jornada


Mundial de Oración por las vocaciones, día en que todos los fieles se
unen para realizar diversas actividades y a orar al “Dueño de la Mies,
para que envié operarios a su mies”. Aprovechando el impulso dado por
el reciente Año vocacional, creemos muy oportuno mantener el mismo
lema que nos congrego el año recién pasado, debido a que logro entrar
en la conciencia de los jóvenes y de los fieles; además queremos hacer
de esta semana un tiempo propicio para realizar diversas acciones en
las comunidades locales, en donde estén presente las ideas centrales
del mensaje de su santidad el Papa Juan Pablo II, para esta XLI Jornada
Mundial, las cuales son la oración y el testimonio de santidad de los ya
consagrados.

A lo largo de esta semana queremos involucrar a los jóvenes, ancianos,


niños, familias, enfermos y consagrados en general, para que desde sus
diversos ambientes puedan reflexionar y orar para que el Padre envíe
las vocaciones que nuestra Iglesia necesita, para el servicio y
propagación del Evangelio en nuestro país. Esperamos que este tiempo
sea un momento propicio para que las familias abran las puertas de sus
hogares para recibir, conocer y orar junto a los consagrados, así como
también un tiempo para que los consagrados puedan abrir sus hogares e
inviten a jóvenes para que les conozcan, vengan y vean, a fin de poder
profundizar en la vocación al llamado de especial consagración que Dios
les hace.

Confiamos que este semana será de gran alegría y esperanza, tal como
lo fue el Año Vocacional 2003, que podamos seguir trabajando y
creciendo en nuestro trabajo pastoral, como también que sigamos
despertando en tantos jóvenes la respuesta generosa a consagrar sus
vidas al seguimiento de Cristo y al anuncio del Evangelio, a través de
una vocación de especial consagración.

COMISIÓN NACIONAL DE PASTORAL VOCACIONAL


Actividades

Las actividades propuestas tienen como objetivo:

Provocar en los jóvenes una respuesta generosa al llamado de


Jesucristo, para seguirlo en el sacerdocio y en la vida
consagrada, a través del testimonio, la fe y la oración de la
Iglesia.

Sugerimos para el buen desarrollo de las actividades motivar y preparar


con bastante anticipación cada uno de los momentos, considerando
todos los elementos necesarios para el buen desarrollo de éstos y la
participación de toda la comunidad cristiana.

Esperamos que la propuesta de trabajo para este tiempo de oración


por las vocaciones de especial consagración, les ayude y anime en esta
hermosa misión de despertar y acompañar a los jóvenes en su respuesta
al llamado que Dios les hace, como a su vez sea un tiempo de animación
y agradecimiento de la vocación de quienes ya han respondido
consagrando sus vidas a través de una vocación de especial
consagración.
Rosario Vocacional
Lunes 26 de abril

Objetivo: Fomentar a través de la oración del Rosario ya sea en forma


personal o comunitaria, la intención de orar por las vocaciones
de especial consagración.

Quienes son convocados: Todos los católicos.

Dónde se realizará: familias, colegios, conventos, seminarios, casas de


formación, comunidades religiosas, hospitales, hogares de
ancianos, cuarteles, centros rehabilitación.

Esquema de oración

“La cosecha es abundante, pero los obreros son pocos.


Rueguen por tanto al dueño de la cosecha que envíe obreros a
recogerla” Mt 9,38

Nuestro auxilio es el nombre del señor


R. Que hizo el cielo y la tierra.
Gloria al padre...

O bien

Dios mío, ven en mi auxilio.


R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre...

I. Primer misterio. Contemplamos la vocación de Samuel

Lectura bíblica 1 Sam 3, 1-10


“El joven Samuel estaba al servicio del Señor con Elí. La palabra
del Señor era rara en aquel tiempo y no eran frecuentes las
visiones. Un día estaba Elí Acostado en su habitación. Sus ojos
comenzaban a debilitarse y apenas podía ver. La lámpara de Dios
todavía no se había apagado. Samuel estaba durmiendo en el
santuario del Señor, donde estaba el arca de Dios. El Señor llamó
a Samuel: ¡Samuel, Samuel!
Él respondió: Aquí estoy.
Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo: Aquí estoy, porque me
has llamado.
Elí respondió: No te he llamado, vuelve a acostarte.
Y Samuel fue acostarse, pero el Señor lo llamó otra vez: ¡Samuel!
Samuel se levantó, fue donde estaba Elí y el dijo: Aquí estoy,
porque me has llamado.
Respondió Elí: no te he llamado, hijo mío, acuestate de nuevo.
Samuel no conocía todavía al Señor. No se le había revelado aun
la palabra del señor.
Por tercera vez llamó el Señor a Samuel; éste se levantó, fue
donde estaba Elí y le dijo: Aquí estoy , porque me has llamado.
Comprendió entonces Elí que era el señor el que llamaba al joven,
y le aconsejo: veté a acostarte, y si te llaman responde: Habla
Señor que tu siervo escucha.
Samuel fue y se acostó en su sitio. Vino el Señor, se acercó y lo
llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel!
Samuel respondió: Habla, que tu siervo escucha.”

Antífona: “Habla Señor, que tu siervo escucha”


Padre nuestro..., las diez Ave María y el Gloria (se repite la
antífona)

II. Segundo misterio: Contemplamos la vocación de Jeremías.

Lectura bíblica Jer 1, 4-8

“El Señor me habló así:


Antes de formarte en el vientre te conocí; antes de que salieras del
seno te consagré, te constituí profeta de las naciones. Yo dije: ¡Ah
Señor, mira que no sé hablar, pues soy un niño!
Y el Señor me respondió: “No digas soy un niño”, porque irás
donde te envíe y dirás todo lo que yo te ordene. No les tengas
miedo, pues yo estoy contigo para liberarte, oráculo del Señor”.

Antífona: “No les tengas miedo, pues yo estoy contigo”


Padre nuestro..., las diez Ave María y el Gloria (se repita la
antífona)

III. Tercer misterio. Contemplamos la llamada de los primeros


discípulos.

Lectura bíblica Mc 1, 16-20

“Paseando Jesús junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su


hermano Andrés, que estaban echando las redes en el lago, pues
eran pescadores. Jesús les dijo: Vengan conmigo y los haré
pescadores de hombres. Ellos dejaron inmediatamente las redes y
lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su
hermano Juan. Estaban en la barca reparando las redes. Jesús los
llamó también; y ellos dejando a su padre Zebedeo en la barca con
los trabajadores, se fueron con él”.

Antífona: “Dejaron inmediatamente las redes y lo siguieron”


Padre nuestro..., las diez Ave María y el Gloria (se repite la
antífona)

IV. Cuarto misterio. Contemplamos la elección María para ser la


madre del Señor.

Lectura bíblica Lc 1, 26-38

“Al sexto mes envió Dios al ángel Gabriel, a una ciudad de Galilea
llamada Nazaret, a una joven desposada con un hombre llamado
José, de la descendencia de David; el nombre de la joven era
María. El ángel entró donde estaba María y le dijo:
Dios te salve, llena de gracia, el Señor está contigo.
Al oír esta palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba
que significaba tal saludo. El ángel le dijo:
No temas María pues Dios te ha concedido su favor. Concebirás y
darás a luz un hijo, al que pondrás por nombre Jesús. El será
grande, será llamado hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el
trono de David su padre, reinará sobre la descendencia de Jacob
por siempre y su reino no tendrá fin.
María dijo al ángel:
¿Cómo será esto, pues no tengo relaciones con ningún hombre?
El ángel le contestó:
El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá
con su sombra ; por eso, el que va ha nacer será santo y se
llamará Hijo de Dios. Mira, tu pariente Isabel también a concebido
un hijo en su vejez, y ya esta de seis meses la que todos tenían
por estéril; porque para Dios nada hay imposible.
María dijo:
Aquí esta la esclava del Seño, que me suceda como tu dices.
Y el ángel la dejó”.

Antífona: “Aquí esta la esclava del Señor”


Padre nuestro..., las diez Ave María y el Gloria (se repite la
antífona)

V. Quinto misterio. Contemplamos la institución de los


apóstoles.

Lectura bíblica Mc 3,13-19


“Jesús, subió después a la montaña, llamó a los que él quiso y se
acercaron a él. Designo entonces a doce, a los que llamó
apóstoles, para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar
con el poder de expulsar demonios. Designo a estos doce: a
Simón, a quien dio el sobrenombre de Pedro; a Santiago, el hijo de
Zebedeo, y a su hermano Juan, a quienes dio el sobrenombre de
Boanerges, es decir, hijos del trueno; a Andrés, Felipe, Bartolomé,
Mateo, Tomás, Santiago el hijo de Alfeo, Simón el Cananeo y Judas,
el que lo entregó”.

Antífona: “Llamó a los que él quiso”


Padre nuestro..., las diez Ave María y el Gloria (se repite la
antífona)

Oración

A ti Señor, nos dirigimos con confianza


Hijo de Dios,
enviado por el Padre a los hombres de todos los tiempos
y de todas las partes de la tierra
te invocamos por medio María,
Madre tuya y Madre nuestra:
haz que en la Iglesia no falten las vocaciones,
sobre todo las de especial dedicación a tu Reino.
Jesús, único Salvador del hombre,
te rogamos por nuestros hermanos y hermanas
que han respondido “sí“ a tu llamado al sacerdocio,
la vida consagrada y a la misión.
Haz que su existencia se renueve de día en día,
y se conviertan en Evangelio vivo.
Señor misericordioso y Santo,
Sigue enviado nuevos obreros
a la mies de tu Reino.
Ayuda a aquellos que llamas a seguirte en nuestro tiempo;
haz que, contemplando tu rostro,
respondan con alegría
a la estupenda misión que les confías
para el bien de tu pueblo y de todos los hombres.
Tú, que eres Dios
Vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo
Por los siglos de siglos.

Amén.
Las familias invitan a un consagrado(a) a su casa
Martes 27 de abril

Objetivo: Que las familias puedan conocer y compartir con un


consagrado(a), a través de una invitación a almorzar o cenar,
dialogando básicamente sobre su proceso vocacional.

Quienes son convocados: Todas las familias.

Dónde se realizará: Casas de familias

Oración de Acción de Gracias

Para dar inicio a este encuentro, se propone partir agradeciéndole con


sencillez al Señor:
 Por la posibilidad de compartir más en profundidad con un
consagrado(a).
 Por la generosidad de esta(s) familia(s) de abrir su puerta y compartir
su mesa.
 Por la disposición del sacerdote o religiosa de acercar su vida
consagrada a esta familia.
 Otras situaciones o acontecimientos por los cuales queramos darle
gracias al Padre.

Acogida de la Palabra

Nos disponemos para escuchar lo que el Señor quiere compartir con


nosotros en este momento: “Jesús llama a sus primeros discípulos”
Jn 1, 35 - 39

Tiempo de Compartir

Se invita a dialogar libremente sobre el texto y la vocación del sacerdote


o religiosa que acogemos en nuestro hogar. A continuación les
ofrecemos algunas preguntas que puedan ayudar en este compartir:
 Sobre el texto ¿cuál nos parece el mensaje del Señor?
 ¿Cómo se nos manifiestan en lo cotidiano de la vida estas palabras
del texto de Juan?
 ¿Qué relación puede existir entre el texto leído y el invitado(a) que
hoy tenemos en nuestro hogar?
 ¿Cómo llama el Señor?
 ¿Cómo fue el proceso vocacional del sacerdote o religiosa invitado?
 ¿Qué le ayudó en este proceso?
 ¿Cuáles fueron sus mayores dificultades?
 ¿Cómo llegó a la decisión de seguir radicalmente al Señor a través de
esta vocación?
 ¿Qué rol jugó su familia en el proceso de descubrimiento y
discernimiento de su vocación?
 ¿Qué cosas, situaciones o personas de su entorno fueron “luz” para
avanzar en este camino?
 ¿Qué podría decir del tiempo que lleva como sacerdote o religiosa?
 ¿Qué consejo de apoyo u orientación podría darle a la familia que
tenga un joven con inquietud vocacional hacia el sacerdocio o la vida
religiosa(a)?
 ¿Qué luces para buscar su vocación podría darle a los jóvenes que
integran esta familia?

Oración final

Se invita a rezar juntos la Oración por las Vocaciones.


Se propone cerrar el encuentro con la bendición del hogar.

Algunas sugerencias para enriquecer esta actividad


 Que se reúna más de una familia (2 ó 3) para aprovechar la visita del
sacerdote o religiosa.
 Visitar familias con las que habitualmente el sacerdote o religiosa no
se encuentra.
 En caso que por desconocimiento del programa ninguna familia se
manifieste, que los sacerdotes o religiosas tomen la iniciativa.
 Que el sacerdote o religiosa pueda dejar algún recuerdo en el hogar
que visitó.
 Dejar invitadas a las familias a seguir participando de las actividades
de esta semana vocacional.
Diálogos Vocacionales
Miércoles 28 de abril

Objetivo: Que los jóvenes puedan dialogar sobre el llamado que Dios
les hace a partir de la vocación bautismal de todo cristiano.

Quiénes son convocados: Jóvenes entre 14 y 29 años.

Dónde se realizará: Parroquias, Capillas, Colegios, Universidades e


Institutos.

Quiénes lo preparan: Equipos diocesanos, parroquiales y


congregacionales de Pastoral Vocacional, seminarios e Institutos
Seculares.

Preparación Previa

Es importante que con anticipación a esta semana vocacional se


puedan hacer los contactos con los colegios, universidades e
institutos que se quieran visitar para programar el horario de la
visita y poder ambientar el lugar donde se realizara el diálogo, con
fotos, posters, etc.

Tiempo de Compartir

El encuentro debe ser breve y por lo tanto, se privilegiará el testimonio y


las preguntas (para colegios adecuarse a las horas de clases).

- Presentación y motivación

Se explican el objetivo del encuentro y se presentan a quienes drán


su testimonio realizando una breve biografía de cada uno.

- Motivación

Se puede preparar una presentación con fotos, diapositivas u otro


medio donde se presentan diferentes profesiones y oficios (unas 10)
entre esas se insertan imágenes de sacerdotes, misioneros, y
religiosas, pude ser con música u una canción vocacional de fondo.
A partir de esta presentación, realizar una breve reflexión sobre la
vocación que Dios hace a todo hombre desde nuestro Bautismo,
uniéndola a las opciones de vida que ellos están realizando o
prontamente realizarán, lo cual les lleva a una seria y profunda
reflexión. Indicando que lo esencial del ser humano y lo que Dios
quiere para el es que sea feliz y eso se logra siguiendo la propia
vocación.

- Testimonios
El religioso(a), sacerdote o laico(a) consagrado(a) da su testimonio
que debe durar entre 10 a 15 minutos. Cada testimonio deberá
responder a las preguntas: ¿quién soy? ¿Cómo, cuándo y dónde
descubrí mi vocación? ¿Cómo la vivo hoy concretamente? ¿Cómo me
realizó como persona? U otra que preparé el equipo.

- Preguntas
Se invita a que los participantes planteen preguntas abiertas a las
personas que acaban de dar testimonio.

Oración final

Se invita a todos los participantes a rezar la oración por las


vocaciones de especial consagración y se les invita a seguir orando
constantemente por las vocaciones. También se puede realizar un
canto.

Sugerencias

 Entregar algún recuerdo a los recuerdo a los participantes.


 Entregar a cada uno la oración por las vocaciones de especial
consagración.
 Tener material sobre jornadas de discernimiento y contactos
con quienes poder conversar a cerca de la vocación ( póster,
revista, tríptico, etc.).
 Se puede repartir un volante a todos que indique el nombre,
dirección, teléfono y las preguntas: ¿Qué te pareció el
encuentro?; ¿Quedaste con alguna inquietud? ¿Te gustaría que
nos contactáramos contigo?
Hora Santa
Jueves 29 de abril

Objetivo: Que las comunidades cristianas puedan reunirse en


torno a Jesús sacramentado, para orar por las
vocaciones de especial consagración.

Quiénes son convocados: Todas las Comunidades Cristianas.

Dónde se realizará: Parroquias, Capillas, Colegios,


Comunidades de Religiosas(os), Conventos, Seminarios y
Casas de formación.

Celebración de la Palabra en el marco de una Exposición y


Bendición del Ssmo. Sacramento

- Ambientación
Preparar la capilla adecuadamente, se puede colocar frases
vocacionales y a la entrada una imagen de Jesús o pendón (año
vocacional); tener reproducido los cantos y las partes en que
intervienen todos en la celebración.

Celebración

I - CANTOS

1. El Testigo: expresa la respuesta del creyente al llamado de Dios; y esa


respuesta nace de la experiencia que se ha tenido con Él, y de la confianza que es él
quien obra en el enviado, en el que oyó esas palabras: ¡No temas, contigo estoy!

2. En Ti, en Ti, en Ti, Señor, hemos puesto nuestra fe. La persona llamada
por Dios a una misión es sólo un instrumento en las manos divinas. Este canto expresa
fundamentalmente esta fe y el ofrecimiento de nuestra colaboración humana.
Servidores de los hombres; Pregoneros de la vida, Sembradores de esperanza... porque
sólo en Ti hemos puesto nuestra fe.

II - TEXTOS PARA LA CELEBRACIÓN DE LA PALABRA

* Ex 3, 1-12: La vocación de Moisés. Se pretende acentuar algunos


elementos de esta lectura que hacen ver toda vocación como un diálogo
entre el Dios que llama y el creyente que responde: a) cuando Dios se
manifiesta, se suele manifestar en todo el esplendor de su grandeza, vv
2, 5 y 6: llama de fuego en una zarza; ¡no te acerques!; quita tus
sandalias;
b) Dios llama al hombre [generalmente por su nombre], v 4: ¡Moisés,
Moisés!
c) el hombre, lleno de temor ante la manifestación de Dios, se acobarda,
le entra miedo vv 6 y 11: Moisés se cubrió el rostro ante Dios; ¿quién
soy yo para ir al Faraón?
d) Interviene Dios entonces diciéndole: ¡No tengas miedo!, v 12: Yo
estaré contigo y ésta será la señal...
e) El creyente acepta el llamado, convencido que es un instrumento
salvador en las manos de Dios y no el sujeto protagónico de la salvación.

Dios, en esta pedagogía de diálogo, lleva al hombre: a) a ser


objeto de un llamado; b) a comprender que quien realiza la
misión salvadora es Dios, no la persona llamada con sus
cualidades o potencialidades; y c) a vivir alegre y
confiadamente ese llamado, en la certeza de que no es él
quien realiza acciones que los trascienden.

* Podría igualmente tomarse otros textos de vocaciones bíblicas que


contienen, con pequeñas diferencias, los mismos elementos ya
indicados:
Vocación de Samuel: 1Sam 3, 1-19:
Vocación de Isaías, Is 6, 1-8;
Vocación de Jeremías, Jer 1, 4-11;
Vocación de María, Lc 1, 26-38;
Vocación de Pablo, Act 9, 1-19.

Responsorio para facilitar la meditación de la lectura bíblica

V. El Señor dijo a Abrán: Sal de tu tierra y de la casa de tu padre, hacia


la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré y haré
famoso tu nombre. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los
que te maldigan.
R. Y marchó como se lo había dicho el Señor.

V. Y Moisés le replicó al Señor: ¿Quién soy yo para acudir al Faraón o


para sacar a los israelitas de Egipto? Y respondió Dios: Yo estaré contigo;
y ésta será la señal d que yo te envío: cuando saques al pueblo de
Egipto ustedes darán culto a Dios en este lugar.

V. Helí comprendió que era Dios el que llamaba al muchacho y dijo a


Samuel: Anda, acuéstate y si te llama alguien, responde: ¡Habla, Señor,
que tu siervo escucha.
R. Y marchó como se lo había dicho el Señor.
V. Isaías escuchó la voz del Señor que decía ¿a quién mandaré?; ¿quién
irá por mí? Y él contestó al Señor: Aquí estoy, mándame.
R. Y marchó como se lo había dicho el Señor.

V. Jeremías le dijo al Señor: ¡Ay, Señor mío! mira que no sé hablar, que
soy un muchacho. Y el Señor le contestó: No digas soy un muchacho,
que adonde yo te envíe irás y lo que yo te mande dirás. ¡No tengas
miedo, que yo estoy contigo, oráculo del Señor.
R. Y marchó como se lo había dicho el Señor.

V. Por eso nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si


Dios mismo les exhortara por nuestro medio. En nombre de Cristo les
pedimos: ¡Reconcíliense con Dios!
R. Y marchó como se lo había dicho el Señor.

V. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.


R. Y marchó como se lo había dicho el Señor.

Momento de silencio y meditación personal

III ORACIONES LETÁNICAS

[Inspirado en el contenido del Mensaje del Papa para la XLI Jornada


Mundial de Oración por las Vocaciones]

Presidente: Jesús vino a este mundo a traernos la salvación. Él quería


que todos los hombres la tuviesen en abundancia. Oremos con confianza
al Padre Dios, Dueño de la mies, para que multiplique en su Iglesia el
número de los llamados a colaborar en esa salvación y oremos
igualmente por los que han respondido a esa llamada, para que se
consolide su fe y aumente su amor pastoral por los hermanos que
sirven.
Recemos al Padre Dios y digámosle: ¡Escucha Padre, nuestra
oración!

Lector: Por la Iglesia y por todos los que la componemos: para que
respondamos con eficacia al ansia de espiritualidad que vemos en
nuestro mundo de hoy, y con el mensaje salvador del Evangelio
respondamos a las inquietudes de tantos hombres y mujeres que
buscan, oremos hermanos.

* Por los que han sido llamados a participar de la misión de Cristo en el


sacerdocio ministerial: para que con entusiasmo y alegría acojan en sí
mismos la salvación que anuncian y celebran, oremos hermanos.
* Por los consagrados a Dios en la vida religiosa: para que vivan
comprometidamente el Evangelio de Cristo y hagan de su propia vida un
anuncio alegre y creíble de ese mismo Evangelio salvador, oremos
hermanos.

* Por los jóvenes de nuestras comunidades cristianas que sienten el


llamado de Dios: para que respondan con generosidad y se
comprometan con constancia en la salvación de los demás, oremos
hermanos.

* Por todos los creyentes de nuestra Iglesia: para que el Espíritu Santo
suscite nuestro corazón el deseo misionero que nos lleve a compartir
con los demás los dones de la salvación que han recibido, oremos
hermanos.

* Por todo el pueblo cristiano: para que viva y profundice su experiencia


del Señor y, a partir de esta experiencia, no puedan callar la salvación
que han experimentado y anuncien la salvación a todos sus hombres
con su palabra y con su vida, oremos hermanos.

* Por los que estamos reunidos ahora en oración: para que el Señor nos
fortalezca con su gracia y nos haga los apóstoles que necesita la Iglesia
y el mundo, oremos hermanos.

Presidente: Con la confianza que tenemos por sabernos hijos del Padre
Dios, pidámosle que establezcan su Reino en nuestro mundo y
recémosle con fe: Padre nuestro, ...

Padre Dios, que has querido asociar a los hombres a la salvación de tu


Hijo Jesucristo envíanos ministros que, con solicitud y constancia, nos
anuncien su Palabra y, con los Sacramentos que celebran, construyan la
Iglesia. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

IV - CANTOS Y ORACIONES PROPUESTOS PARA LA BENDICIÓN CON EL


SSMO. SACRAMENTO

1. Si yo no tengo amor.
2. Todos unidos formando un solo cuerpo.
3. Puedo confiar en el Señor.

V. Les diste Pan del cielo


R. Que contiene en sí todo deleite.

Oh Dios, que redimiste a los hombres


con el Misterio Pascual de Cristo,
conserva en nosotros la obra de tu misericordia
para que, venerando siempre el Misterio de nuestra salvación,
merezcamos conseguir su fruto.
Te lo pedimos por el mismo Jesucristo.
Los sacerdotes, comunidades de religiosas(os) y de
institutos seculares invitan a jóvenes a sus casas
Viernes 30 de abril

Objetivo: Que los jóvenes puedan conocer más de cerca el estilo de


vida y la vocación de los consagrados, a través de una
invitación de éstos a sus casas.

Quiénes son convocados: Las comunidades religiosas y los sacerdotes


invitan a algunos jóvenes a sus casas.

Dónde se realizará: Casas de sacerdotes, comunidades de


religiosos(as), seminarios, casas de formación, Conventos.

Motivación

“Maestro ¿dónde vives? Él les respondió: Vengan y lo verán” Jn 38-39

“Vengan y verán” es la invitación que los sacerdotes y comunidades de


religiosos(as) harán a un grupo de 8 a 15jóvenes para que compartan
con ellos su vida, vocación, carisma y puedan conocer más de cerca el
estilo de vida de aquellos que consagraron sus vidas en el ministerio, en
una vocación religiosa o de instituto secular. Es recomendable que la
invitación no sea a jóvenes que estén en proceso de discernimiento
vocacional o que hayan participado en jornadas vocacionales.

Sí es posible acoger a los jóvenes invitándolos con un café, galletas u


otro que estimen conveniente, para poder realizar el diálogo en un
contexto más fraterno y no tan formal.

Esquema de visita

I. Acogida. Acoger a los jóvenes que invitamos, presentarnos y


presentarse entre sí.
II. Oración. Realizar una breve oración, se sugiere el texto de Juan 1,
35-39.
III. Diálogo. Dar a conocer el por qué de la invitación y comenzar a
compartir con los jóvenes para ver cuáles son sus opciones
fundamentales que están haciendo con sus vidas. Uno de los miembros
de la comunidad presenta su vocación en el marco del diálogo anterior.
Dar tiempo para las preguntas.
IV. Visita a la casa. Se puede dar una breve visita a las dependencias
de las casas.
V. Convivencia. Terminar el momento con una convivencia o lo que
se estime más conveniente.

Oración final

Se invita a los jóvenes a pasar a la capilla de la casa y realizar una


oración de acción de gracias (rezar la oración por las vocaciones).

Sugerencias:

 Que toda la comunidad separa quienes se va a invitar.


 Que quien de su testimonio vocacional este preparado.
 Entregar algún signo de recuerdo de la visita.
 Contar con material sobre fechas de jornadas vocacionales o
informativos con el tema vocacional, para quienes puedan
interesarse.
 Entregar a cada joven una oración por las vocaciones,
invitándolos a orar constantemente.
Vigilia de Oración
Sábado 01 de mayo

Objetivo: Profundizar a través de la oración y de trabajos grupales en la


vocación a la cual Dios nos ha llamado.

Quiénes son convocados: Jóvenes, familias, religiosos(as),sacerdotes,


seminaristas, formandos.

Dónde se realizará: Parroquias, capillas, colegios, seminarios, casas


de formación.

Esquema de celebración

I Recomendaciones Generales

Prepara un cuadernillo sencillo para la celebración, incluyendo los


diferentes momentos con su motivación, cantos, lema, oraciones, etc.
De la misma manera ten preparado con anterioridad los diversos
materiales para los trabajos personal y grupal. Esto ayudará a los
jóvenes a seguir con mayor atención la vigilia.

Es importante que haya un conductor general que encabece la liturgia,


aunque participen varios animadores. El conductor general da
continuidad mientras que los otros animadores se hacen cargo de los
diferentes momentos. Todos ellos, junto al coro y a quienes intervengan
en la celebración deben coordinar previamente el desarrollo de la vigilia,
sus tiempos, el lenguaje, los signos, etc.

Este subsidio es un material de apoyo que les corresponde a ustedes en


cada comunidad local aportar y enriquecer, acercándolo a la realidad de
sus parroquias, ya sean urbanas o rurales, en pequeñas comunidades o
grandes encuentros zonales o decanales.

Esquema de la Vigilia

Primera Parte: Te he llamado por tu nombre.

1.1. Bienvenida.
1.2. Motivación.
1.3. Trabajo personal.
1.4. Proclamación de la Palabra.
1.5. Signo.
2.- Segunda Parte: Yo estaré contigo.

2.1. Motivación.
2.2. Proclamación de la Palabra.
2.3. Trabajo grupal.
2.4. Signo.

3.- Tercera parte: Envió.

II Desarrollo

1.- Primera Parte: Te he llamado por tu nombre.

El salón o el templo se encuentran preparados de tal forma que los


participantes forman un semicírculo alrededor del animador. Un poco
adelantado hacia el centro del semicírculo se ubican el Cirio Pascual y
un ambón desde donde se proclamará la Palabra de Dios.

Para comenzar necesitas tener como distintivo una tarjeta grande en


donde el nombre pueda estar escrito claramente en la parte superior. La
parte inferior debes dejarla despejada para pegar luego en ella otra
tarjeta de menor tamaño en donde se indica un llamado concreto de
Dios. La tarjeta se entrega en el momento de hacer el primer trabajo
personal, y la parte de abajo se pega cuando se realiza el signo del
tercer momento.

Andrea:

Te he llamado a

Construir la Paz.

1.1. Bienvenida.

Al comenzar se recibe a los participantes con cantos alegres, dinámicas


y juegos.

Conductor:

Bienvenidos amigos y amigas a este encuentro. Nos hemos reunidos


para celebrar en vigilia el don infinito que el Padre nos regala, nuestra
vocación. Hemos llegado hasta aquí convocados por el amor que Dios
nos tiene y que nos invita a multiplicar y hacer fecundo en nuestras
vidas. Conocemos este amor pues en él el Señor Jesús dio su vida por
nosotros, de la misma manera en este amor Dios lo resucitó al tercer
día.

En esta noche los queremos invitar a tener atentos la mente y el


corazón. Ojos y oídos dispuestos a escuchar el llamado del Señor. Aquél
que en su amor nos ha dado la vida, nos invita a dar un paso más: nos
llama por nuestro nombre, nos llama con nuestras fortalezas y
debilidades, nos llama desde donde estemos; para vivir plenamente,
para ser con nuestra vida reflejo y testimonio fecundo de su amor.

Con la alegría de la comunidad reunida que festeja los dones que Dios le
da, los invito a todos a disponer el corazón cantando.

Canto: El Profeta u otro

1.2. Motivación.

Animador:

Al comenzar esta noche de alegre espera, queremos hacerlo


poniéndonos en presencia de aquél que es al mismo tiempo fuente del
amor y amor salvador y vivificante. Pongámonos pues en presencia de
aquél que es Padre (+), Hijo y Espíritu Santo. Amén.

Representación teatral:

Se baja la intensidad de las luces y se proyectan algunas diapositivas


que reflejen la vida cotidiana (gente en la calle, trabajando en el campo
o en las oficinas, estudiantes, niños jugando, etc.). Un joven entra desde
un costado y dice el siguiente monólogo.

¡Uf!, tantos han sido los caminos que he recorrido, y todavía no


logro entender bien. Si les contara… seguro que no me creerían.

Yo estaba tranquilito con mis amigos, ya saben, haciendo mis


cosas: en la mañana a estudiar, en la tarde divertirnos un rato,
volver a la casa tarde en la noche y comenzar nuevamente al día
siguiente. Pero hace algunos días me pasó algo sorprendente, algo
que me tiene intranquilo…como si tuviera una sed que no puedo
saciar. Les cuento:

Estaba durmiendo en mi cama y sentí que alguien decía mi


nombre “Andrés”, me levanté para ver si mi abuelito que duerme
en la pieza de al lado me llamaba, pero no. Al día siguiente me
volvió a pasar los mismo, y pensé que a lo mejor estaba tan
cansado que tenía alucinaciones, al tercer día no pasó nada en la
noche y me relajé; pero mientras me duchaba volví a escucharlo
clarito “Andrés”…

Esa tarde cuando llegué a la casa se lo conté a mi mamá y ella me


contó de una persona a la que le había pasado algo parecido hace
mucho tiempo, se llamaba Samuel y era Dios mismo quien lo
llamaba. Esa historia está en la Biblia, la buscamos y la leímos
juntos. Lo que más me llamó la atención es lo que hizo este
Samuel, él Dijo “Habla señor que tu siervo escucha…” y Dios le
habló.

Esa noche al acostarme dije lo mismo “háblame mi Dios, que yo te


escucho” y dormí. Creo que no pasó nada, es más, no volví a
escuchar mi nombre. Sin embargo me quedé con el bichito:
cuando iba en la micro en la mañana y veía por la ventana a las
personas en la calle pensaba “Háblame Dios, que yo te escucho”,
después viendo los diarios en un kiosco volví a pensar “Habla Dios,
que yo te escucho”; y nada. Así pasaron muchos días, hasta que
hace poco en un día de lluvia, miraba por la ventana y vi a un
abuelito que iba todo mojado y sin poder protegerse del agua. De
pronto me miró, sonrió y se fue.

En ese instante pensé: ¿será que Dios no me habla? O ¿yo no


sabré escucharlo? ¿Y si él me ha hablado todo este tiempo?,
¿Cómo me estará hablando Dios? ¿Qué cosa me estará diciendo?

Y Aquí estoy. ¿No les ha pasado a ustedes? ¿No les ha hablado


Dios en algún momento de su vida?.

Canto: El llamado.

1.3. Trabajo personal.

Animador:

Dios nos conoce y nos ama. Él nos llama por nuestro nombre, esto
quiere decir que nos llama desde la verdad de lo que somos, desde
nuestras alegrías y tristezas, nos llama con nuestros sueños temores y
esperanzas, nuestra fortaleza y nuestra debilidad. Dios cuenta con
nosotros para hacer de este mundo un lugar mejor, él ha ido bordando
nuestras vidas para que realicemos en ellas proyectos llenos de su
amor.
El Señor que nos ama nos llama a la vida, su palabra se dirige de un
modo especial a cada uno de nosotros. El Señor nos salva y detiene su
mirada amorosa sobre nuestras vidas, nos llama por nuestro propio
nombre.

Ahora los queremos invitar a un breve trabajo personal. Meditemos un


momento para reconocer al Señor que nos habla en nuestra historia
personal:

- ¿Cómo me llamo? ¿Quién me puso así? ¿Sé porque lo hizo?

- ¿Hay otras personas que se llamen igual en mi familia? ¿Sé


que significa mi nombre? ¿Cómo me gusta que me llamen? ¿Por
qué? ¿Qué significa para mí?

- Si mi nombre representara una virtud, una característica por


la cual me reconocieran ¿cuál me gustaría que fuese?

Animador:

Vivimos en un mundo vertiginoso en donde lo que ayer era verdad y


certeza hoy sólo es una posibilidad más entre tantas otras. Un mundo
muchas veces marcado por el consumo y el individualismo, pero en
donde muchas veces a pesar de estas sombras se abren espacios luces
que brillan especialmente en los jóvenes: la solidaridad, el empeño por
promover la paz, el trabajo voluntario y desinteresado y tantos otros
gestos son muestra de estos focos de luz en el mundo actual.

Estamos en un tiempo privilegiado, pues la Iglesia nos invita a


experimentar en lo profundo de nuestras vidas un encuentro con
nosotros mismos, nuestras raíces, nuestro presente y nuestro futuro. Así
nuestros Pastores nos invitan a recuperar los valores superiores que hoy
duermen en la conciencia de nuestra sociedad y de muchas personas. Y
a partir de estos principios definir un proyecto de vida empapado del
amor de Dios.

Nuestros nombres nos definen, son parte importante de la palabra que


Dios dirige al mundo porque en ellos está presente el proyecto de Dios
para cada uno de nosotros. En ellos se refleja la vida y el amor: la forma
en que nos llamamos con nuestros amigos y con nuestros familiares, la
confianza que expresamos al llamar por su nombre a otro y la calidez y
el reconocimiento que recibimos cuando otro nos llama por nuestro
nombre, son expresiones de una cultura de la confianza y del amor.

Meditemos un momento:
1. ¿Qué quiere decirte Dios a través de tu nombre?

2. ¿Qué quiere decirle Dios al mundo a través de ti?

Canto: Heme aquí Señor.

1.4. Proclamación de la Palabra.

Conductor:

Hemos llegado hasta aquí convocados por Dios desde diversas


situaciones. Cada uno trae consigo una historia peculiar. En cada vida y
cada historia, el Señor se hace presente; no hay espacio donde Él no
tenga cabida, aún en medio de la oscuridad y las dificultades, su luz
brilla irradiándonos su amor. Levantemos la mirada a su luz, abramos los
corazones a su amor, escuchemos su Palabra Santa.

Canto: Antífona, El Señor es mi fortaleza.

Un joven enciende el Cirio Pascual, luego desde el ambón proclama la


Palabra de Dios.

Lectura: Is 43, 1-4a. 7

“Y ahora, así dice el Señor; el que te creó, Jacob; el que te formó,


Israel:
No temas que yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre y
eres mío.
Si atraviesas las aguas, yo estaré contigo; en los ríos no te
ahogarás.
Si pasas por el fuego, no arderás, la llama no te quemará.
Porque yo soy el Señor tu Dios; el Santo de Israel tu salvador.
He entregado a Egipto, como precio de tu rescate, a Etiopía y Saba
a cambio de ti.
Trae a todos los que llevan mi nombre, a los que he creado para
mi gloria,
a los que yo formé e hice.”

Canto: Antífona, El Señor es mi fortaleza.

1.5. Signo.

Animador:
Dios que nos ama, nos crea y nos da forma; es el Señor que nos salva.
Hagamos un momento de oración y pidamos en él la gracia de saber
reconocer en nuestras vidas su invitación.

Por el bautismos Dios nos llama a una vida plena de sentido y felicidad.
En el bautismo recibimos nuestra vocación: el desafío de realizar un
proyecto de vida impregnado de su amor. Signo palpable de esta
vocación es nuestro nombre, un nombre personal con el que Dios Padre
nos llama a cada uno como sus hijos.

Renovemos nuestra conciencia de ser hijos llamados a un proyecto de


vida que realice el amor de Dios.

Canto: Ven sígueme.

Mientras se canta los participantes pasan adelante y reciben la tarjeta


en la que se escribe su nombre. Al finalizar este momento el animador
invita a ofrecer nuestra vida a Dios cantando Jesús estoy aquí.

Canto: Jesús estoy aquí.

2.- Segunda Parte: Yo estaré contigo.

2.1. Motivación.

Animador:

El Señor nos llama a la vida, nos convoca a la felicidad. Él detiene su


mirada amorosa sobre nosotros, pronuncia nuestro nombre y nos invita
a seguirlo. Sin embargo muchas veces nuestra primera reacción es de
temor. Suponemos que con nuestras faltas y pequeñeces no podremos
presentarnos ante Dios, o consideramos que somos tan pequeños que
no seremos capaces de llevar adelante este desafío.

Sin embargo Él nos ha dicho “no temas”, “yo estaré contigo” “yo te he
rescatado, te he llamado por tu nombre y eres mío”. La fecundidad del
amor de Dios en nuestras vidas no depende de nuestros méritos, sí de
nuestra libertad y nuestra voluntad de abrir nuestro corazón ante él; así
tal como somos: grandiosos y pequeños, con fortalezas y debilidades.
Para recibir al Espíritu Santo, presencia amorosa del Padre que nos ha
dejado Jesucristo, hemos de abrir nuestro corazón con sus sueños e
inquietudes.

Queremos invitarlos a ofrecer el corazón al Señor. A decirle: Señor, tú


nos llamas y aquí estamos; sabemos que tú nos acompañas cada
momento de nuestra vida, desde las pequeñeces hasta las grandes
alegrías. Queremos que nuestra vida sea una fiel respuesta a la vocación
a la que hemos sido llamados.

Diaporama:

Con una música suave de fondo, y a dos voces se invita a la comunidad


a hacer oración con el texto del Hermano Carlos de Foucauld “Ámame
tal como eres”. Se acompaña la oración con imágenes acordes a lo que
se va diciendo.

Conozco tu miseria,
las luchas y tribulaciones de tu alma,
la debilidad y las dolencias de tu cuerpo;
conozco tu cobardía,
tus pecados y tus flaquezas.
A pesar de todo te digo:
Dame tu corazón, ámame tal como eres.

Si para darme tu corazón


esperas ser un ángel,
nunca llegarás a amarme.
Aún cuando caigas de nuevo,
muchas veces, en esas faltas
que jamás quisieras cometer
y seas un cobarde para practicar la virtud,
No te consiento que me dejes de amar.
Ámame tal como eres.

Ámame en todo momento


cualquiera que sea la situación
en que te encuentras,
de fervor o sequedad,
de fidelidad o de traición.
Ámame tal como eres.

Déjate amar. Quiero tu corazón.


En mis planes está moldearte,
pero mientras eso llega,
te amo tal como eres.

Y quiero que tú hagas lo mismo.


Deseo ver tu corazón que se levanta
desde lo profundo de tu miseria:
amo en ti incluso tu debilidad
Me gusta el amor de los pobres
Quiero que desde la indigencia
se levante incesantemente este grito:
Te amo, Señor.

Lo que me importa es el canto de tu corazón.


¿Para qué necesito yo tu ciencia o tus talentos?
No te pido virtudes.
Y aun cuando yo te las diera, eres tan débil,
que siempre se mezclaría en ellas
un poco de amor propio.
Pero no te preocupes por eso…
Preocúpate solo de llenar con tu amor
el momento presente

Hoy me tienes a la puerta de tu corazón,


como un mendigo,
a mí que soy el Señor de los señores.
Llamo a tu puerta y espero.
Apresúrate a abrirme.
No alegues tu miseria.
Si conocieras plenamente la dimensión
de tu indigencia, morirías de dolor.
Una sola cosa podría herirme el corazón:
ver que dudas y que te falta confianza.

Quiero que pienses en mí


todas las horas del día y de la noche
No quiero que realices ni siquiera
la acción más insignificante por
un motivo que no sea el amor.
Cuando te toque sufrir yo te daré fuerzas.
Tu me diste amor a mí.
yo te haré amar a ti más de lo
Que hayas podido soñar.

Pero recuerda solo esto:


Ámame tal como eres.

2.2. Proclamación de la Palabra.

Conductor:

El encuentro con Jesucristo vivo no nos deja indiferentes. Él que nos


ama así, tal como somos, nos mira atentamente y escudriña nuestro
corazón. Él nos llama a realizar desde nuestra sencillez, grandes ideales.
Así sucedió con una pequeña comunidad de pescadores hace casi dos
mil años, así sucede con nosotros hoy. Preparemos el corazón para
acoger la Palabra de Dios.

Canto: Antífona, Sondéame Señor.

Un Joven se acerca al ambón y proclama la Palabra.

Lectura: Jn 1, 35 -42

“Al día siguiente, Juan se encontraba en aquel mismo lugar con


dos de sus discípulos. De pronto vio a Jesús que pasaba por allí, y
dijo:
- Este es el cordero de Dios.
Los discípulos le oyeron decir esto y siguieron a Jesús. Jesús dio
media vuelta y, viendo que lo seguían, les preguntó:
- ¿Qué buscan?
Ellos contestaron:
- Maestro, ¿dónde vives?
Él les respondió:
- Vengan y lo verán.
Se fueron con él, vieron donde vivía y pasaron aquél día con él.
Eran como las cuatro de la tarde.
Uno de los dos que siguieron a Jesús por el testimonio de Juan era
Andrés, el hermano de Simón Pedro. Andrés encontró en primer
lugar a su propio hermano Simón y le dijo:
- Hemos encontrado al Mesías (que quiere decir Cristo).
Y lo llevó a Jesús. Jesús, mirándolo, le dijo:
- Tú eres Simón, hijo de Juan; en adelante te llamarás Cefas, (es
decir Pedro).”

Canto: Antífona, Sondéame Señor.

2.3. Trabajo grupal.

Animador:

Reconocemos con el salmista al Señor que nos sondea y nos conoce;


aquél que desde lejos comprende nuestros pensamientos, el que
conoce nuestras palabras aún antes de que lleguen a nuestra boca. Es el
Señor que por todas partes nos rodea y nos protege. Porque él formó
nuestras entrañas, nos ha tejido en el vientre de nuestra madre.

A él que conoce lo profundo de nuestro ser, lo alabamos y le damos


gracias, y le pedimos que nos guié por sus caminos de vida plena.
Meditemos un momento en forma personal y luego compartamos en
grupo.

Reflexión personal:

- ¿Señor cómo quieres que me llame hoy?

- ¿Qué quieres que signifique mi nombre para mis hermanos?

- ¿Cómo puedo responder concretamente a este llamado?

Animador:

Muchos son los llamados por Dios y cada uno con un don particular,
meditemos un momento:

- ¿Con cuál me identifico más?

- ¿Qué característica de este santo o santa, o persona llamada por Dios


me atrae?

(Se entrega a los participantes una lista con los nombres de santos y
santas y alguna característica relevante en una frase o palabra. Si es
oportuno se pueden agregar otros nombres y enriquecer la lista.)

María “Disponibilidad total a Dios”


Juan “El discípulo amado por el Señor”
Moisés “Guía y libertador de su pueblo”
Sara “Dios la hizo reír”
Pedro “Roca que confirma en la fe a sus hermanos”
Felipe “Conocedor de muchas culturas llevó la fe y bautizó”
Pablo “Apóstol entre los no judíos para llevar la fe a todo
rincón”
Teresa de los Andes “Un dialogo amoroso con el Padre Dios”
Timoteo “Joven cabeza de su comunidad, testimonio de vida
cristiana”
Francisco “Apóstol de sencillez, desprendimiento y armonía con la
naturaleza”
Ignacio “La pasión de un enamorado de Cristo”
Abraham “Padre de un pueblo santo”
Laura Vicuña “Ofrecerse a Dios por la propia familia”
Bernardo “Intimidad con Dios y simpleza interior”
Agustín “Transformar la vida y poner los talentos al servicio del
Señor”
Madre Teresa “Una vida por los demás en solidaridad, oración y
pobreza”
Don Bosco “Jugársela por los jóvenes”
Alberto Hurtado “Ver siempre a Cristo en el hermano”

En grupos:

- Compartir el nombre y qué creo que significa para mí.

- Compartir con quien me identifico más.

- compartir nombres de testigos de la fe que quisiera agregar y por


qué.

Luego de un momento de compartir se les entrega a los participantes


una paloma blanca recortada en la que anotarán el nombre del testigo
de la fe que les gustaría asumir sus actitudes fundamentales o de quien
desean conocer más y seguir.

2.4. Signo.

Animador:

Ahora los queremos invitar a realizar un signo sencillo. El Señor que nos
acompaña en la vida va tejiendo nuestras relaciones y con esta red de
fraternidad y comunión va enlazando su Reino. Aunque el llamado es
personal, su verificación se realiza en forma comunitaria. Es la comunión
de los hijos que refleja el esplendor del amor divino que nos constituye
en pueblo santo.

Por eso los queremos invitar a reflejar esta tarea común, que no es la
simple suma de esfuerzos individuales sino el resultado de nuestro
actuar como un solo cuerpo. Para ello los invitamos a plasmar en un
papelógrafo un dibujo que refleje las maneras en que respondemos a la
vocación que Dios nos llama.

Canto: Sígueme, canción del misionero, etc.

Luego los grupos comparten su papelógrafo, cantando una antífona


entre presentación y presentación. Al finalizar cantan Me tocaste Jesús.

Canto: Me tocaste Jesús.

Animador:
El Señor nuestro Dios nos ha llamado a la vida. Desde nuestra
concepción en el vientre de nuestra madre, somos proyecto amoroso de
vida que Dios siembra para el mundo. Nuestros pasos y nuestras
acciones, las decisiones cotidianas y las opciones más profundas están
llamadas a responder fecundamente la invitación que hemos recibido de
Dios.

Invoquemos al Espíritu Santo, quien nos acompaña en nuestro caminar,


en la oración y en la toma de nuestras decisiones.

Ven, Espíritu santo creador,


ven a visitar el corazón;
y repleta con tu gracia viva y celestial
nuestras almas, que Tú creaste por amor.

Tú, que eres llamado Consolador,


Don del Dios altísimo y Señor,
Vertiente viva, fuego que es la claridad
Y también espiritual y divina unción.

En cada sacramento que nos das,


Dedo de la diestra paternal.
Eres Tú la promesa que el Padre nos dio,
Con tu palabra enriqueces nuestro cantar.

Nuestros sentidos has de iluminar,


Los corazones enamorar,
Y nuestro cuerpo, presa de tentación,
Con tu fuerza has de afirmar.

Lejos al enemigo rechazar,


Tu paz danos sin tardar,
Y siendo nuestro buen guía y conductor
Evitemos así toda sombra del mal.

Concédenos al Padre conocer,


A Jesús, su Hijo, comprender,
Y a Ti, espíritu de ambos por amor,
Te creamos con ardiente y sólida fe.

Al Padre demos gloria, pues es Dios,


A su Hijo, que resucitó,
Y también al espíritu consolador
Por los siglos de los siglos, gloria y bendición.

Amén
Una vez rezada la secuencia al Espíritu Santo, a los participantes se les
entrega una vela encendida en el fuego del cirio pascual, y con ella la
segunda parte de su identificación con una invitación concreta: “te he
llamado a construir la paz” “te he llamado a dar esperanza” “te he
llamado a promover la solidaridad” “Te he llamado a escuchar con amor
a tus hermanos”, “te he llamado a cambiar el mundo”, etc.

Canto: Canción del misionero.

3. Envío.

Conductor:

Al Señor Jesús le ofrecemos nuestra vida, pues sabemos que Él


es la respuesta verdadera a nuestras preguntas. Por eso, al
terminar esta noche, hacemos profesión de nuestra fe, elevamos
nuestra voz para proclamar lo que creemos.

Animador:

¿Creen en Dios Padre todopoderoso,


Creador del cielo y de la Tierra?

R. Sí, Creo.

¿Creen en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor,


que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
que nació de Santa María Virgen,
que padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
que fue crucificado, muerto y sepultado,
que descendió a los infiernos,
que al tercer día resucito de entre los muertos.
Que subió a los cielos
y que está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Y que desde allí va a venir a juzgar a los vivos y a los muertos?

R. Sí, Creo.

¿Creen en el Espíritu Santo,


en la Santa Iglesia Católica,
en la comunión de los santos,
en el perdón de los pecados,
en la resurrección de la carne
y en la vida eterna?

R. Sí, creo.

Conductor:

Somos comunidad de hermanos, pues somos hijos de un mismo Padre.


Con la confianza y la paz que nacen de esta convicción elevamos juntos
nuestras voces diciendo:

Padre nuestro que estás en el cielo…

Vamos pues, animados por la fuerza del Espíritu Santo a todos los
rincones de nuestra ciudad, realizando plenamente la vocación a la cual
Dios nos ha llamado.

Que el Dios de la Vida, que nos ha llamado a cada uno por nuestro
nombre nos bendiga, el que es Padre (+), Hijo y Espíritu Santo. Amén

Canto: Canción al Corazón de Jesús.


Domingo del Buen Pastor, día de oración por las
vocaciones
Domingo 02 de mayo

Objetivo: Motivar a los sacerdotes para que en sus homilías


dominicales, puedan hacer una reflexión del texto del
buen pastor a la luz de la vocación de especial
consagración e invitar a toda la comunidad a orar por
ellas.

Quiénes son convocados: Todos los Obispos y Sacerdotes

Dónde se realizará: Todas las Misas dominicales.

Notas a las lecturas

Hechos de los Apóstoles 13, 14. 43-52.

El texto pertenece al primer viaje misionero de Pablo y explica porque la


predicación del evangelio se dirige a los gentiles. Es un momento álgido
en la tensión entre la Iglesia y el judaísmo. La apertura a los gentiles
había sido anticipada con la conversión de Cornelio y será confirmada en
lo que queda del libro.
El método pastoral de Pablo es claro: primero se dirige a los judíos en
sus sinagogas, muchos de ellos aceptan la fe en Jesucristo, pero luego
se retractan al ver que los habitantes de la ciudad acuden en masa a
escuchar su predicación. La razón por la que se anuncia primero a los
judíos y por qué es necesario anunciar el evangelio a los gentiles se
fundamenta con Isaías 49, 6. Los gentiles reciben este anuncio con
alegría y alaban a Dios.
La gran noticia que se anuncia en este texto es que el evangelio está
dirigido a toda la humanidad sin excluir a nadie, ni personas ni culturas.
Es sobre lo que habría que insistir en la prédica.

Apocalipsis 7, 9.14b-17.

La muchedumbre incontable de la que habla el texto es la humanidad


entera. Volvemos a encontrarnos con el tema de la universalidad de la
salvación. La mirada se dirige a Cristo, el autor de la salvación. Es el
Cordero que, para salvar a la humanidad, ha derramado su sangre. Los
salvados han lavado sus vestidos en su sangre, haciéndose partícipes de
su vida y su destino. Los que se salvan, lo hacen en Cristo, por su unión
con él, por aceptarlo en sus vidas.
Es mejor no intentar la explicación de los símbolos que se presentan,
más vale mirarlos y gozarlos en toda su riqueza.
Los destinatarios del Apocalipsis viven tiempos difíciles y necesitan un
llamado a la esperanza. Los cristianos y la humanidad entera estamos
necesitados de la esperanza. Esta lectura llega como una verdadera
buena noticia: Cristo, muerto y resucitado, nos regala la vida nueva que
es eterna.

Juan 10, 27-30

Jesús ha pronunciado este discurso en el Templo durante la fiesta de la


dedicación. Esta fiesta conmemora la purificación del Templo hecha por
Judas Macabeo en el año 164 a C. y se celebra a fines de diciembre. Es
la llamada fiesta de Hanuka.
Los interlocutores son los judíos. El término “judíos” es usado por Juan
para designar a los dirigentes de la religión oficial, por lo tanto la
controversia es religiosa y no étnica.
Nuestro texto retoma la imagen del pastor usada al inicio del discurso
(vv 1-5). Ahora no habla en lenguaje figurado, sino que Jesús aplica la
imagen a sí mismo: el pastor es Jesús mismo. Él establece una relación
íntima con las ovejas, con cada una, de modo que llegan a conocer su
voz y aprenden a reconocerla entre otras muchas voces que llaman. En
una relación así las ovejas encuentran vida y seguridad. La vida que
Jesús -el pastor- otorga es eterna. El adjetivo “eterna” expresa la
calidad de la vida que él da más que a la temporalidad. La certeza que
Jesús regala hunde sus raíces en su relación íntima con el Padre, que se
realiza de la misma manera en que Él se relaciona con los que lo siguen.

La buena noticia que nos anuncia la liturgia para este día es la llamada
al encuentro con Jesús, conocerlo y dejarse conocer por él. Es un
mensaje sencillo, pero exigente. Escuchar la voz de Jesús y dejarse
conocer por él significa abandonar nuestras seguridades para aceptar la
que el nos otorga.

Aportes para la homilía

Las tres figuras que hoy se nos presentan –los gentiles que aceptan el
evangelio, la multitud de los que ha lavado sus vestidos en la sangre del
Cordero y las ovejas- son un buen modelo para aceptar su llamada.

El Señor nos llama a todos a participar solidariamente de su vida y


destino. Nadie está excluido de esta llamada. Por eso quiere asegurar
en su Iglesia la presencia de hombres y mujeres que sean signos y
testimonio de esta relación íntima que anhela tener con cada uno de
nosotros.

Al orar hoy por las vocaciones, especialmente sacerdotales y a la vida


consagrada, estamos orando por nosotros mismos y por toda la Iglesia,
pidiéndole al Señor que nos regale testimonios vivos de lo que significa
oír su voz y seguirlo y recibir de él vida eterna, que nos llena de alegría
y nos abre a la alabanza y la gratitud.

Pedimos la pasión de Pablo y la apertura de los gentiles; también


pedimos lavar nuestros vestidos en la sangre del Cordero y la gracia de
oír su voz, reconocerla y seguirla toda nuestra vida.

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