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FASCÍCULO Nº 34 - CAPÍTULO 18
Asunción – Paraguay
2013
En agosto de 1954 tomó posesión -oficialmente- de la Presidencia de la República,
el Gral. Alfredo Stroessner. Tenía 41 años de edad cuando accedió al máximo poder
administrativo y político del país.
Por otro lado, el territorio nacional es una geografía casi plana, sin barreras
naturales importantes que la protejan de sus dos poderosos vecinos, los cuales lo han
sometido a constantes presiones económicas, culturales y diplomáticas. Desde su
fundación como república independiente, los gobernantes del Paraguay se han visto
forzados a la constante necesidad de defender las fronteras del país, y esto motivó la
intensificación del papel preponderante del Ejército, en grado quizá exagerado, en la vida
nacional. Por tanto, este proceso histórico contribuyó a formar una tradición "pretoriana"
en el país, pero también sirvió para mantener al pueblo en la pobreza a pesar de las
fértiles tierras con que cuenta, además de un clima propicio y recursos naturales
abundantes.
La vida social giraba en torno a la familia. Así, las actividades sociales familiares
eran fuentes de virtudes, pero también obstáculos para el desarrollo cívico, ya que fuera
del núcleo familiar las actividades eran vistas con cierto recelo y temor
HELIO VERA
(continuación)
FASCÍCULO Nº 35 - CAPÍTULO 18
Asunción – Paraguay
2013
De izquierda a derecha: el hijo menor, Alfredo Hugo, la Sra. Ligia Mora de Stroessner,
Este proceso fue una constante que se dio en el seno del Partido Colorado desde
que asumiera el control casi absoluto del aparato gubernamental paraguayo luego de la
guerra civil del '47, pues aniquiló todo vestigio de oposición organizada.
En efecto, la lucha entablada entre estos dos rivales por la conducción del partido a
raíz del fallecimiento del presidente del mismo, el Dr. Juan León Mallorquín, era de vital
importancia, pues el ganador controlaría el partido y el gobierno. En la convención
partidaria de noviembre del '47 se enfrentaron González y Chaves, con el triunfo del
primero por medios muy dudosos y poco transparentes.
Se ha visto que la presidencia de González fue tan breve como dificultosa, por la
omnipresente anarquía enclaustrada en el partido, lo que hacía imposible el manejo
normal del aparato estatal, hasta que provocó el alejamiento de Natalicio del poder. El
partido pudo ser unificado recién durante el gobierno de Felipe Molas López; sin embargo,
los acontecimientos posteriores que desembocaron en la presidencia de Alfredo
Stroessner delataron la fragilidad de la mentada unificación colorada.
El ascenso al poder del Gral. Alfredo Stroessner fue la culminación de sus varias
conspiraciones y maniobras, desde la época de Morínigo hasta Chaves, demostrando una
ambición de poder casi ilimitada. La clave del éxito parece radicar en los rasgos de su
personalidad: la autodisciplina, una capacidad de trabajo inusual, gran detallista,
habilidad administrativa, metódico organizador y una ladina perspicacia. Se decía gran
lector de "El Príncipe" de Maquiavelo.
En el camino hacia el poder político máximo, Stroessner sabía que las palancas
claves del mando -eran el Partido Colorado y el Ejército. Aprendió perfectamente la
lección de la rápida expulsión del Gral. Rolón de la presidencia, que los colorados, aun
peleados o divididos, no aceptarán jamás un jefe de gobierno perteneciente a otro partido.
Necesitaba del apoyo partidario porque este proveía todo el personal administrativo de la
burocracia estatal y el Ejército no podía remplazarlo; además, en el seno del propio
Ejército, las tendencias estaban divididas entre los que apoyaban a Stroessner y otros
más independientes.
Después del asalto a la Policía de la Capital por el Batallón N° 40, leal a Stroessner,
bajo el comando del teniente coronel Mario Ortega, y el inmediato apresamiento de
Chaves en el Colegio Militar se definió el golpe. Stroessner obró con prudencia; ya que no
era aceptado plenamente por todas las facciones. Utilizó a los sectores colorados
divididos como contrapeso mutuo y estableció una tregua entre ellos a fin de formar un
nuevo gobierno provisional. Tomás Romero Pereira asumió como nuevo presidente de la
República el 8 de mayo de 1954 -su mandato duraría tres meses y siete días- a propuesta
de la Junta de Gobierno del Partido Colorado. Esta eligió cuidadosamente el nuevo
gabinete, dando una parte a cada facción en pugna, el juego político resultó favorable a
sus planes, ya que apareció la figuró del Gral. Stroessner como candidato posible.
Asumido el mando, le tocó a Stroessner apreciar la paradoja del poder que sus
predecesores habían enfrentado: después de conspirar por años para alcanzar la
presidencia, descubrió que el solo hecho de hacerlo no implicaba poder absoluto.
Necesitaba liberarse de enemigos, aun dentro del propio partido gobernante.
Por otro lado, y a pesar de que en un principio trató de conciliarse con todos los
sectores y de realizar permanentes consultas con la Junta de Gobierno, con su estilo
característico, había fomentado la reaparición de los "guionistas" a fin de mantener el
equilibrio de fuerzas después de deshacerse de Méndez Fleitas.
Al liberarse de Méndez Fleitas, Stroessner probó estar más firme de lo que los
propios colorados habían pensado; empero, su posición seguía aún insegura. El sector
"democrático" estaba determinado a recuperar el poder para el partido y seguía siendo el
grupo de mayor peso en la Junta de Gobierno, el Congreso y el gabinete ministerial.
La personalidad del Gral. Stroessner es bien conocida por todos los paraguayos. Se
afilió al Partido Colorado para servir a la Nación y en todos los cargos que le cupo
desempeñar se consagró con capacidad y dinamismo a cumplir con su deber para bien de
la Patria. Como militante político representa la voluntad implícita de todos los colorados
alrededor de la tradición nacionalista que nos legó el fundador de nuestro partido, el
glorioso general Caballero.
Que de otros sean los odios y la anarquía; seamos nosotros, los portaestandartes de
la paz y el trabajo, unidos en un solo pensamiento, libres de malquerencias y llenos de fe
en el porvenir".
Fdo.: Tomás Romero Pereira, José A. Moreno González, Juan E. O'Leary, Crispín
Insaurralde, Rigoberto Caballero, J. Eulogio Estigarribia, Juan Ramón Chávez, Edgar L.
Ynsfrán, Ángel Florentín Peña, Leandro Prieto, Raúl Sapena Pastor, Ezequiel González
Alsina, Marcos Quaranta, Marcial Samaniego, entre otros.
Dos días después el general Stroessner aceptó ser el candidato del coloradismo a la
presidencia, en un gesto que habría de repetirse otras tantas veces. Pero aun con su
nueva victoria electoral en 1958, Stroessner tenía razones para preocuparse: además de
las abiertas tareas de la oposición, los "Democráticos" y algunos "guiones" trabajaban
entre bambalinas, pues el descontento con el régimen era cada vez mayor; la brutalidad
policíaca había provocado que prominentes obispos y sacerdotes hablaran contra el
permanente estado de sitio que regía en el país y bajo cuyo amparo se cometían enormes
abusos contra la ciudadanía.
En poco tiempo, en abril del ‘59, se levantó el estado de sitio, por lo que los partidos
de la oposición pudieron realizar algunos mítines, pero el pesimismo visto en ellos y en el
ala democrática del coloradismo avizoraba densos nubarrones, los que efectivamente
aparecieron con el endurecimiento del régimen.
A raíz de estos acontecimientos, de los 60 diputados del Congreso solo quedaron 29,
quienes emitieron un comunicado de adhesión al régimen; los restantes fueron presos o
exiliados.
Entre estos figuran: Waldino Ramón Lovera, José Zacarías Arza, Luis Oscar
Boettner, Mario Mallorquín, Fulgencio Aldana y Miguel Ángel González Casabianca,
quienes conformarían el Movimiento Popular Colorado o MOPOCO, en el exilio.
El Gral. Stroessner "sobrevivió" a más de 15 presidentes argentinos y a otros tantos
brasileños.
En junio de 1962 anunció que habría elecciones generales el año siguiente e invitó a
los otros partidos -aunque no a los colorados en el exilio- a participar de las mismas.
Estas elecciones se realizaron en febrero de 1963 y se caracterizaron por dos hechos
notables: después de mucho tiempo había más de dos candidatos a presidente y fue la
primera vez que las mujeres tuvieron acceso al voto en nuestro país.
el ministro del Interior Dr. Sabino Augusto Montonaro y el Dr. Conrado Pappalardo, jefe
del Ceremonial.
En 1967 ya no existían facciones disidentes dentro del Partido Colorado: todos eran
stronistas; quienes se oponían eran sistemáticamente enviados al exilio, presos o
simplemente desaparecían. Se rendía una especie de culto al "único líder".
Stroessner siempre supo contraponer a las Fuerzas Armadas el peso político del
Partido Colorado, por lo que a pesar de necesitar un partido manejable, no deseaba una
organización "de papel", ya que el partido tenía una importante función dentro del
régimen; él necesitaba una organización eficiente, orgánica y obediente -como estructura
militar-, y de esa manera ideó un partido personalista acorde a sus planes y objetivos de
llevar adelante su reelección por dos períodos presidenciales más. El partido le permitiría,
además, tener mayoría en el Parlamento.
LOGROS INMEDIATOS
Desde luego, los logros en estos campos eran utilizados para aumentar la
propaganda a favor del gobierno, exaltando la "paz y el progreso" que vivía la República.
Este eslogan fue utilizado durante todo el gobierno de Stroessner y hablaba por sí
mismo de cuáles eran las reglas del juego stronista: todo debía hacerse bajo su control y
voluntad. El otro eslogan: "el precio de la paz", indicaba las reglas del juego económico
que dispensaba beneficios a los acreedores de sus favores. En materia económica, la
estabilidad cambiaría y monetaria durante el régimen de Alfredo Stroessner fue un logro
que permitió detener la inflación, a la par que aumentó considerablemente los niveles de
la exportación paraguaya y la capacidad de importación de insumos para la producción
industrial y de bienes esenciales. En líneas generales, el fortalecimiento de la economía
nacional se logró sobre la base del aumento de la productividad agrícola, el incremento
del ahorro público en bancos de plaza y una gran confianza en la moneda.
A partir de los años ‘60 la relativa estabilidad política y social de la nación favoreció
un proceso de inversiones extranjeras, aunque estas fueran en forma de préstamos y no
de inversiones directas. La mayoría de ellos se destinaron al pago de proyectos de
infraestructura, porque el Estado asumió el papel dirigente del proceso de desarrollo. Más
de la mitad de los fondos públicos fue destinada a mejorar los medios y vías de
comunicaciones.
El Gral. Stroessner, de visita a la capital argentina, asiste a una velada en el Teatro Colón.
La red vial totalizaba 1165 km y solo 94 km contaban con capa de rodadura asfáltica.
La Flota Mercante del Estado tenía 5 buques de carga.
Así, se pusieron en marcha las usinas hidroeléctricas de Acaray I y II; una fábrica de
cemento con capacidad de producción de 100.000 toneladas/año, instalada en Vallemí;
entró a funcionar el sistema de agua corriente en Asunción; se construyeron más de 1.700
escuelas en poco más de 10 años; la Flota Mercante del Estado fue renovada con la
incorporación de 20 buques de carga y dos de pasajeros; el servicio de Líneas Aéreas
Paraguayas ofrecía vuelos regulares a Buenos Aires, Montevideo, Sao Paulo y La Paz, se
amplió después a Lima, Miami y Europa; los servicios médico-asistenciales se
extendieron a gran parte de la geografía nacional, lo mismo que la ampliación de las
comunicaciones telefónicas.
La "llave de acceso" a Stroessner la tenía su secretario privado, el Sr. Mario Abdo Benítez.
En la imagen, los visitantes escuchan -rígidos- las "sabias" palabras del "maestro de la
juventud" colorada.
Hasta las situaciones más desgraciadas como las frecuentes inundaciones de la ribera
en compañía del Dr. Montanaro, Pappalardo, don Mario, Narciso Soler, edecanes y
guardaespaldas.
Uno de los aspectos más resaltantes del gobierno de Alfredo Stroessner se dio con
la Asamblea Nacional Constituyente del año ‘67, convocada para redactar y sancionar una
nueva Carta Magna en remplazo de la del ‘40.
Los opositores al régimen que avalaron la Constitución del ‘67 se retiraron del
proceso político disconformes con los nuevos rasgos de autoritarismo demostrados por
el Gral. Stroessner, que con esta maniobra se aseguró otro período de gobierno.
NUEVAS REPRESIONES
Se sostuvo siempre que algunos de los aspectos más negativos del régimen
stronista fueron las restricciones a las libertades individuales y los atropellos a los
derechos humanos. Incluso la Iglesia sufrió en carne propia esta política represiva, por lo
que, aunque en forma paulatina pero constante, fue apartándose y retirando su apoyo al
gobierno de Stroessner.
cuando la visita de este último al Paraguay, en 1974. Con los presidentes, el Dr. Conrado
Pappalardo.
HELIO VERA
(continuación)
FASCÍCULO Nº 36 - CAPÍTULO 18
Asunción – Paraguay
2013
La Teología de la Liberación, sustentada por los sectores progresistas de la Iglesia,
influyó notablemente en las Ligas Agrarias; por esto se los tildó de comunistas y
guerrilleros que buscaban desestabilizar al gobierno.
La represión continuó hasta la total desaparición de las Ligas Agrarias, con sus
miembros presos, dispersos o muertos.
De este tiempo data también la organización llamada Organización Político Militar,
cuyos miembros fueron aniquilados o presos. De manera sostenida crecía el número de
presos políticos en el Paraguay, lo que alcanzaba a estudiantes, obreros y políticos
activistas de los derechos humanos. En respuesta a la creciente ola de resistencia civil, el
régimen estableció la Ley 209 de "Defensa de la Paz Pública y la Libertad de las
Personas", que sumada al permanente estado de sitio le permitió controlar las
condiciones de efervescencia social que se vivía.
EL "OPERATIVO CÓNDOR"
A nivel del Cono Sur latinoamericano, a mediados de la década de los años setenta,
con regímenes militares gobernantes -Stroessner en Paraguay, Videla en la Argentina y
Pinochet en Chile-, se implementó una red de carácter represivo que englobó también al
Paraguay y cuyo objetivo principal era el intercambio de prisioneros, informaciones y el
apoyo logístico para el combate a quienes consideraban "subversivos" o conspiraban
contra el régimen.
En las páginas del Washington Post del 2 de agosto de 1979 se leyó el artículo
cuyo título hacía referencia a esta siniestra organización: "El cóndor: Los criminales
latinoamericanos". La alusión no podía ser más exacta.
En junio de 1976 el Paraguay se adhirió a este operativo liderado por las fuerzas
represoras del general Augusto Pinochet, en Chile. En realidad, los intercambios de
informaciones secretas y de prisioneros políticos a través de esta organización fue más
frecuente entre nuestro país y la Argentina, donde los exiliados paraguayos desarrollaban
intensas tareas en pro del derrocamiento de Stroessner desde los primeros años de la
década del sesenta.
General Alfredo Stroeesner, el Doctor Luis Maria Argaña y jefes militares en un acto
público.
ITAIPÚ Y EL AUGE ECONÓMICO
El convenio estipulaba que los beneficios serían equitativos entre ambas naciones,
una vez concluidos los proyectos correspondientes.
En junio de ese mismo año, el Congreso de la República sancionó la Ley N.° 389,
por la que se aprobó dicho Tratado; en agosto, el Brasil hizo lo propio. Por el Tratado se
constituyó la entidad binacional Itaipú, con suficiencia jurídica, administrativa y financiera
para ejecutar y dirigir las obras del proyecto. La Administración Nacional de Electricidad
(ANDE), del Paraguay, y la ELETROBRAS, del Brasil, a través de FURNAS y ELECTROSUL,
quedaron autorizadas para la administración de la electricidad a ser producida por la
usina, la que sería distribuida en partes iguales, de acuerdo con el Anexo C del Tratado.
Itaipú está considerada como la mayor usina del mundo, con una capacidad de generar
12.600 MW y 77.000 millones de kwh/año con sus 18 turbinas en pleno funcionamiento.
La economía paraguaya alcanzó niveles muy elevados, llegó incluso a superar a los
demás países del continente americano.
Para Brasil, lógicamente, los beneficios fueron mayores; por ejemplo, en 1977
solamente se gastaron cerca de 1.100 millones de dólares. De ese monto solo el 25% fue
gastado en Paraguay; aun así, el país superó constantes déficits en la balanza de pagos y
sus reservas monetarias crecieron considerablemente.
EL ARTE Y LA CULTURA
En marzo de 1984, el diario ABC Color fue clausurado por orden del ministro del
Interior por considerar que hacía "apología del crimen y la violencia", fomentaba la "lucha
de clases y el odio entre paraguayos". Algún tiempo más tarde, el régimen clausuró
también radio Ñandutí, por las mismas razones esgrimidas en el caso de ABC Color.
La visita del papa Juan Pablo II, en mayo de 1988, al Paraguay se sumó a la
reacción de las fuerzas civiles en el esfuerzo ciudadano de buscar vientos de cambios y a
la condena internacional a la agonizante dictadura.
GOLPE DE LA CANDELARIA
En orden jerárquico fueron: Gral. Andrés Rodríguez (Carlos 0), Gral. Víctor Aguilera
Torres (Carlos 1), Gral. Pedro Concepción Ocampos (Carlos 2), Gral. Lino César Oviedo
(Carlos 3), Gral. Oscar Díaz Delmás (Carlos 4), Gral. Aníbal Regis Romero (Carlos 5), Gral.
Eumelio Bernal (Carlos 6) y el vicealmirante Eduardo González Petit (Carlos 7)
El gobierno del Gral. Alfredo Stroessner había durado casi treinta y cinco años.
Obviamente, para evitar que los "malos" alteraran el "Paraguayan way of life" era
de suma importancia la presencia vigilante y permanente de todo el sistema policíaco
stronista, por lo que fue necesario obtener la mayor cantidad posible de información
acerca de las actividades de toda índole de dichas personas, contando siempre con la
"colaboración espontánea" de algunos sectores sociales para dicho fin, lo que convertía a
todos los paraguayos en elementos integrantes del sistema.
Por tanto, la decisión de qué era lo "conveniente" o no para todos limitaba aun más
la ya reducida capacidad de autonomía del hombre paraguayo e impedía liberarse de la
tutela cultural y política stronista, lo que constituía la valla insalvable para la formación de
la sociedad civil que permitiría el desarrollo individual y el progreso social de la nación.
Finalmente, cabe apuntar que los Archivos del Terror significan púdicamente para
algunos nostálgicos un régimen "un poco duro" y sin conflictos sociales graves; pero la
enseñanza más dura y trágica de los Archivos es que nos recuerdan la inexistencia de una
sociedad civil nacional que permita el desarrollo pleno del ser humano con todas sus
potencialidades y, por ende, evite la aparición de nuevos tiranos.