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Tesis para optar al título de Magister en Psicología con énfasis en Psicología Jurídica
Resumen
Abstract
The purpose of this research was to explore, describe and compare the cognitive
distortions and empathy variables into three groups: sex offenders of minors,
non-sexual violent offenders and people with no history of incarceration in
prisons through a trans-type research descriptive and comparative. To assess the
study variables were translated and adapted in both Castilian Cognition Scale
Abel et al (1989), and he The Child Molester Empathy Measure (Fernandez et
al., 1999). The first is an instrument consisting of three scenarios that assess
empathy in its two factors (cognitive and affective), the second instrument
consists of 29 items assessing the presence of cognitive distortions versus sexual
behavior. The two scales were applied to a population of 149 persons were
males aged between 18 and 57 years. The main results show that significant
differences in the factor of affective and cognitive empathy among sex offenders
and violent offenders, sex offenders reported less empathy when the situation
evaluates its own victims and the comparison group had higher presence of
cognitive distortions that groups of inmates in the prison facility. Finally
highlights the importance of future studies evaluating other psychological
variables associated with empathy and cognitive distortions
Key words: Sex offenders, sexual aggression, empathy, cognitive distortions, violent
offenders.
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 4
Tabla de Contenido
Introducción, 6
Marco Conceptual, 11
Delito Sexual, 15
Clasificación de los abusadores sexuales, 16
Etiología del Comportamiento de agresión sexual, 18
Empatía, 21
Distorsiones Cognitivas, 25
Método, 32
Tipo y diseño de investigación, 32
Participantes, 32
Muestreo, 33
Variables, 34
Instrumentos, 34
Procedimiento, 37
Consideraciones Bioéticas, 39
Resultados, 41
Discusión, 61
Referencias, 72
Apéndices, 78
Apéndice A, 78
Apéndice B, 79
Apéndice C, 81
Apéndice D, 83
Breve reseña del aspirante, 89
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 5
Lista de Tablas
Introducción
En consecuencia, los delitos que reportaron las cifras más elevadas en el 2008
fueron los actos sexuales contra menor de 14 años los cuales, a pesar de mostrar un
decremento del 37% con respecto a los casos ocurridos en el 2007, presentaron los índices
más elevados con un total de 1.102 casos. De igual forma, el acceso carnal abusivo
presentó un decremento del 28% y se ubicó en segundo lugar en cuanto a frecuencia con
608 casos; en tercer lugar se ubicó el acceso carnal abusivo (circunstancias de agravación)
con menor de 14 años, con un total de 75 hechos e incremento del 12% al compararlo con
los casos ocurridos en el mismo periodo en el año 2007. Estas tres conductas que afectan
de manera significativa a los menores de edad, cubren el 94% del total de casos ocurridos
en el año 2008 (1.897 delitos).
Al revisar el porcentaje de aumento de delitos sexuales a menores de edad, se
encontró que Boyacá es el departamento en donde el incremento es mucho mayor (44%)
comparado con los demás departamentos de Colombia para el año 2008 y para el 2009, se
reportaron por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (INMLCF), un
total de 603 casos de presuntos delitos sexuales que ameritaron la realización de informes
periciales sexológicos para una tasa de 47.46% por cada 100.000 habitantes. Del mismo
modo, según datos del INMLCF, se realizaron un total de 21.612 informes periciales
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 7
sexológicos en el país, esta cifra equivale a un incremento del 0,74% con respecto al
comportamiento del año 2008. De estos casos el 85,67% de los informes periciales por
presunto delito sexual fue practicado a menores de edad, lo que de algún modo logra
evidenciar la magnitud del problema que afecta a los niños, niñas y adolescentes en
Colombia (Acero, 2009).
Durante el año 2010 y 2011, el INMLCF afirmó que los delitos sexuales a menores
de catorce años aumentaron en un 25%. Entre 14 mil y 17 mil denuncias se reportaron
anualmente ante diferentes instancias especializadas. Del mismo modo, según información
de Caracol Radio, el problema resulta ser mucho más grave dado que según los estudios de
La Asociación Afecto, solo se denuncia el 5% de los casos de abuso sexual que en realidad
se presentan.
A pesar de que los agresores sexuales presentan una tasa relativamente baja de
reincidencia, la cual internacionalmente se sitúa en el 20%, la problemática en atención
pública que suscitan estos delitos ha puesto de manifiesto la necesidad de buscar soluciones
para afrontar el problema de violencia sexual y reducir al máximo su riesgo de reincidencia
(Mercado y Ogloff, 2007).
En esta tarea se ha logrado comprender que los agresores sexuales suelen presentar
carencias de tres tipos diferentes aunque interrelacionados: en su comportamiento y
preferencias sexuales, en su conducta social más amplia, y en sus cogniciones (Brown,
2005; Echeburúa y Guerricaechevarría, 2000; Marshall, 2001; Redondo, 2002). Así pues,
todas estas dificultades deberán ser consideradas no solo en el diseño y aplicación de
programas de tratamiento sino también en la evaluación, perfilación y peritaje de quienes
han cometido delitos contra la integridad y la dignidad sexual.
Se observa por ejemplo, que las carencias de los agresores en términos de su
comportamiento sexual y preferencias sexuales están enfocadas en la sensación
experimentada de poder al ejercer control y posesión de su víctima; razón por la cual, en la
mayoría de ocasiones la víctima es indefensa como sucede en el caso de las mujeres o los
niños(as). Así mismo, las dificultades de relación social se traducen en inhabilidades para
entablar relaciones funcionales con personas de su misma edad, sentimientos de
incompetencia, de desvalorización, de minusvalía, poco control y dificultades para sentir
empatía hacia la víctima. Finalmente, en cuanto a las cogniciones se suele encontrar que los
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 9
Marco Conceptual
Por su parte, la teoría general de la tensión señala que existe una relación entre el
estrés y el delito en donde la secuencia explicativa de la delincuencia inicia en las diversas
fuentes de tensión que afectan a un individuo como la dificultad para lograr objetivos
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 13
sociales positivos, ser privado de gratificaciones que espera o posee y ser sometido a
situaciones aversivas inevitables. A partir de estas tensiones se genera en el sujeto una serie
de emociones negativas como la ira, que motivan a su vez las conductas dirigidas a corregir
la situación productora de tensión y una posible acción correctora es la conducta delictiva
que en el caso en el que sea capaz de aliviar la tensión se consolidaría como mecanismo
conductual (Agnew, 2006; Garrido, Stangeland y Redondo, 2006 citado en Redondo,).
La teoría de los vínculos sociales menciona que la delincuencia es el resultado de la
ruptura de los vínculos de la persona como lo son la familia, la escuela, el grupo de amigos
y las pautas de acción convencionales, tales como las actividades recreativas o deportivas.
De este modo Hirschi (1969), explica que la carencia de vínculos sociales podría hacer que
un individuo sea libre al momento de sopesar los beneficios de cometer actos delictivos.
Reconoce el autocontrol como la raíz de la conformidad con las normas o el inicio de la
delincuencia y afirma como lo hicieron otros autores como Freud o Emde que la educación
que reciben los niños en sus primeras etapas de parte de sus padres es muy influyente en
cuanto a la adquisición de normas morales de comportamiento y que son los padres la
fuente de socialización que infunden el autocontrol en los niños.
Finalmente, la quinta teoría es aquella que afirma que el inicio así como el
mantenimiento de la carrera delictiva se relaciona con el desarrollo del individuo en sus
diferentes etapas de la vida como la infancia y la adolescencia. Esta línea de análisis es la
denominada criminología del desarrollo que se orienta al estudio de la evolución en el
tiempo de las carreras delictivas. Se considera que muchos jóvenes realizan actividades
antisociales de manera estacional, durante la adolescencia, pero que las abandonan pronto
de modo ‘natural’ cuando ingresan en la vida adulta aun cuando otros continúan con sus
carreras delictivas aumentando incluso el nivel de complejidad de sus comportamientos
delincuenciales, estos son los llamados delincuentes persistentes quienes se inician a
edades muy tempranas y continúan cometiendo graves delitos durante largos periodos de su
vida (Howell, 2003; Moffitt, 1993 citado en Redondo, 2007).
De otro lado, Lykken (2000) citado en Sánchez (2005), utiliza dos vías para
explicar la conducta antisocial. Una de ellas consiste en estar expuesto a carencias en la
socialización, consecuencia de una práctica familiar deficiente y, una segunda vía, en la
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 14
que una persona puede expresar desde su nacimiento ciertos rasgos de temperamento
(búsqueda de sensaciones, impulsividad y ausencia de miedo) que harían al sujeto
insensible a un esfuerzo socializador normal y crecería sin desarrollar una conciencia moral
de lo que está bien o mal (ésta vía puede conducir a la psicopatía).
Frente al delito sexual este puede observarse de dos modos; aquel en donde la
víctima es una mujer adulta u hombre adulto caso en el cual se hablaría de violación o
agresión sexual, o los casos en donde la víctima resulta ser un menor de edad
independientemente de su género, en este momento se hablaría de abuso sexual (D’Amora
y Burns-Smith, 1999; Malesky y Keim, 2001, citados en Redondo, Pérez y Martínez,
2007).
Por su parte Ward y otros (1995), propusieron una clasificación diferente para los
agresores sexuales dividiéndola en tres tipos: a) El estilo preocupado, el cual agrupa a
aquellos delincuentes sexuales que pretenden establecer una relación no intimidadora e
íntima con menores; b) El estilo temeroso, en donde se encuentran los delincuentes que
tienen contacto sexual impersonal con sus víctimas bien sea mujeres o menores de edad, a
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 17
Gómez (1999), menciona que los agresores sexuales se pueden agrupar en cuatro
categorías:
Según el agresor: El abuso sexual puede ser cometido por: a) Familiares, como
padres, hermanos entre otros. O cualquier persona con vinculo de consanguinidad; también
se incluye a los padrastros, ya que comparten un vínculo familiar de tipo legal o de hecho.
Este tipo de abuso se le conoce como abuso incestuoso y ocurre con mucha frecuencia, b)
Personas relacionadas: se incluyen a las personas con quienes tiene alguna relación o trato
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 18
de tipo afectivo, de amistad; en entorno escolar o lúdico, como es el caso de los profesores,
entrenadores, monitores. c) Desconocidos: cuando la víctima no tiene ninguna
relación/trato o no conoce la identidad del agresor.
Según Farrington (1996), los factores dinámicos formarían parte de dos procesos
decisivos en las agresiones ya que de un lado pueden conferir dirección antisocial al
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 21
Por su parte la teoría integrada del agresor sexual abusivo (ITSO), explica la
conducta de agresión sexual desde diferentes variables causales que interactúan entre sí,
una de ella hace referencia a todos los factores que pueden afectar el desarrollo del cerebro
(la evolución, la neurobiología y las variaciones genéticas) y la otra consiste en los factores
denominados ecológicos como lo son el medio social y cultural, las circunstancias
personales y el medio ambiente físico (Ward y Beech, 2005).
Una de las variables que se ha investigado en los agresores sexuales ha sido la que
tiene que ver con las actitudes de estos hacia la sexualidad. Según Echeburúa, Corral y
Amor (1997); Marshall (2001), citados Sueiro, Lopez y Castro, (2004), los delincuentes
sexuales a menudo presentan una serie de actitudes negativas, distorsionadas hacia el
género femenino, hacia los comportamientos de los niños(as) y hacia la conducta sexual en
general. Usualmente esto los conduce a presentar comportamientos discriminatorios y
restringidos en cuanto a la valoración del comportamiento sexual.
Otra de las variables estudiadas en los agresores sexuales y que para efectos de ésta
investigación cobra gran importancia es la empatía. Según Garrido y Gómez (1998);
Garaigordobil y García de Galdeano (2006), leídos en Martínez, Redondo, Pérez y García
(2008), la empatía se refiere a la capacidad que tienen las personas para identificar las
emociones, afectos y cogniciones de los demás, reconocerlas y comprenderlas poniéndose
en el lugar de ellos y adicionalmente responder a las demandas de los otros en función de
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 22
ésta capacidad. Cuando se piensa en la empatía referida a los delincuentes se encuentra que
ésta se concentra en la capacidad de la persona por expresar compasión por el sufrimiento,
daño o malestar causado en la víctima en eventos violentos (Carich, Metzger, Baig y
Harper, 2003, citados en Martínez, Redondo, Pérez y García, 2008).
Al respecto Abel et al. (1989), considera que la falta de empatía es una de las causas
de la conducta antisocial y delictiva ya que está relacionada con la agresión, la
impulsividad, el egocentrismo y los actos de violencia. El déficit de empatía con frecuencia
permite al agresor disociarse de la víctima, reprimir la conciencia de la angustia de la
víctima, y la evitación de los sentimientos de culpa y de vergüenza. Por el contrario, las
habilidades de alta empatía son consideradas como un factor protector e incompatible con
la comisión de actos violentos (Lauterbach y Hosser, 2007).
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 23
Por otro lado, el modelo de Marshall et al. (1995) también incluye cuatro
condiciones en un proceso gradual que incluye: a) el reconocimiento de las emociones la
cual consiste en la habilidad de reconocer el estado emocional de otra persona antes de
lograr ponerse en el lugar de ella, b) la toma de perspectiva que se refiere a la capacidad
de ponerse en el lugar de la persona observada, c) la replicación de la emoción que hace
referencia a la respuesta emocional vicaria que replica la respuesta emocional de la persona
objetivo y d) la decisión de la respuesta en donde la persona toma la decisión de actuar o
no sobre la base de sus sentimientos. Williams (1990), declara que la empatía es
multidimensional e incluye no sólo los componentes cognitivos y emocionales, sino
también elementos de comunicación y relacionales.
fueron objeto de victimización y que terminó por generarles a largo plazo, sentimientos de
inferioridad y ansiedad social que les impide actuar de forma competente ante la sociedad
(Echeburúa y Guerricaechevarría, 2000 citados en Jiménez, 2009).
Herrero (2007), manifiesta que aquellas personas que cometen conductas violentas
o antisociales resultan ser menos empáticas que aquellas que no delinquen. En un estudio
realizado por Jolliffe y Farrington (2004), quienes realizaron un meta-análisis a partir de 35
estudios que exploraban la relación entre empatía y delincuencia concluyeron que la
empatía cognitiva está más relacionada con la delincuencia que la empatía afectiva.
Es claro tal como lo señala Sánchez (2003), que la evaluación de los delincuentes
sexuales debería proporcionar elementos aclaratorios acerca de diferentes áreas como lo
son el comportamiento sexual (presencia o no de preferencias sexuales desviadas y
funcionamiento sexual), funcionamiento social (habilidades sociales, empatía, asertividad,
ansiedad social y ajuste) y la presencia de distorsiones cognitivas.
Según Burns (1980), los tipos de distorsiones más frecuentes son del tipo:
a) Lectura del pensamiento, pensar mal: La persona supone sin pruebas lo que otros
piensan sin tener forma de comprobarlo.
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 27
b) Anticipación negativa: Consiste en esperar que las cosas salgan mal sin tener
pruebas para ello. Así, la persona piensa como real lo que solo podría ser una
posibilidad y actúa en consecuencia a su pensamiento negativo anticipado
Visión en forma de túnel, la cual consiste en ver únicamente los aspectos negativos
de una situación específica (Beck, 1976).
De otro lado, según Beck (2000), en el procesamiento cognitivo de las personas con
algún tipo de trastorno psiquiátrico existe una tendencia negativa sistemática y resistente.
Las personas tienden a persistir de forma recurrente en los errores propios de su
pensamiento.
Ahora, para Riso (2006), las distorsiones cognitivas dan cuenta de hasta qué punto
los pensamientos están bien fundamentados en razón de la evidencia teórica y/o empírica
que los sustente. Así, las distorsiones cognitivas serian conclusiones ilógicas o equivocadas
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 28
que se vinculan a errores del pensamiento respecto de una realidad objetiva consensuada
que puede llegar a hacer la persona en algún momento o situación (Beck, 2000; McMullin,
2000, citados en Riso, 2006).
Catastrofización: La persona piensa que existe algo que le podría llegar a suceder y
que seria difícil que lo pudiera superar. Esto involucra un aspecto afectivo demostrado en
lo mal que podría llegar a sentirse la persona si el evento “x” o “y” llegara a suceder.
Echar la culpa: La persona considera que existen otros individuos que son
responsables de su situación actual en relación a sus sentimientos negativos “Yo soy así por
que de pequeño mis padres no fueron cariños conmigo”.
“Y que si…”: La persona afirma de modo oposicionista una negación para cambiar
dadas unas condiciones especificas, la distorsión es del tipo “Y que importa si esto o
aquello ocurre”. Por ejemplo: “Si, pero y que si soy agresivo” “Y que si no me puedo
controlar”. Esta distorsión es una manera de resistirse pasivamente.
los estímulos. Esto quiere decir que los agresores sexuales interpretaban la realidad
basándose en su propio mundo interno, un mundo interno infantil e inmaduro sin tener en
cuenta los aspectos concretos y reales. La autora considera que las distorsiones cognitivas
pueden traducirse en minimización o negación del delito cometido o de la responsabilidad
de ellos frente a su comportamiento. Al parecer los agresores sexuales son incapaces de
pensar de forma lógica, objetiva y racional sin entrar en sobregeneralizaciones,
distorsionando los hechos y externalizando la culpa.
Por su parte Ward (2000), sostiene la opinión que las distorsiones cognitivas de los
agresores sexuales son de dos tipos principalmente: aquellas que permiten observar el
contenido de creencias y deseos y aquellas que están asociadas con los mecanismos
responsables para el rechazo y el procesamiento de la información por ejemplo la negación
y la minimización.
De otro lado Ward y cols (1997), mencionan que los ejemplos de distorsiones
cognitivas frecuentemente encontradas en agresores de menores de edad incluyen frases del
tipo "Los niños a menudo incitan la actividad sexual y saben lo que quieren”, “los niños
disfrutan del contacto sexual con adultos”, “el sexo es bueno para los niños”, “los hombres
sólo cometen delitos sexuales cuando son acentuados y pierden control”, “las necesidades
de los hombres son más importantes que las necesidades de los niños," y "los hombres
pueden hacer lo que quieren con sus niños".
Según Marshall (2001) citado en Pervan y Hunter (2007), las distorsiones de los
delincuentes sexuales son distintas en cuanto a su naturaleza, contenido y los objetivos que
persiguen. Por ejemplo Murphy (1990), identifica las distorsiones cognitivas de los
abusadores de menores como auto-declaraciones que se utilizan para negar, minimizar,
justificar o racionalizar su comportamiento infractor. De igual manera, Lonsway y
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 30
Fitzgerald (1994) describen las falsas creencias sobre la violación y afirman que éstas
sirven para negar y justificar la agresión sexual masculina. Ellos identificaron tres
categorías generales de distorsión cognitiva una de ellas es de origen moral o psicológico
en la medida que intenta justificar la conducta reprensible; la otra está orientada a
minimizar e ignorar la conducta delincuencial desfigurando las consecuencias de la misma.
Y la tercera, consistente en la deshumanización y la atribución de la culpa a la víctima del
hecho.
De este modo, es claro que las distorsiones cognitivas son parte de un complejo
proceso de aprendizaje social y de desarrollo que lleva a comportamientos sexuales ilícitos.
Sin embargo, parecen ser importantes en el apoyo y el mantenimiento de la conducta
desviada (Pervan y Hunter, 2007). En un metaanálisis realizado en Canadá por Hanson y
Morton (2005), se puso al descubierto que muchas de las variables comúnmente tenidas en
cuenta en los planes de tratamiento para agresores sexuales incluyen la empatía hacia la
víctima y las distorsiones cognitivas como la minimización y la negación.
Método
Participantes
Muestreo
Una de las condiciones de igualación de los grupos que se tuvo presente fue el
género de los participantes que en todo caso siempre fue masculino únicamente. Se cuidó
que la posibilidad de traslado de los sujetos recluidos en el establecimiento carcelario
(grupo 1 y 2) fuera mínima con el fin de no perder sujetos de estudio. Y se igualó el
número total de los participantes en la investigación en cada uno de los tres grupos.
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 34
Variables
Instrumentos
Encuesta. Se diseñó una encuesta que permitiera evaluar aspectos como los que se
mencionan a continuación:
The Child Molester Empathy Measure (Fernandez et al., 1999). Ésta escala evalúa
la empatía del delincuente sexual frente a tres clases de niños: a) todos los niños:
representado en una situación hipotética en donde se le pide al agresor sexual que imagine
un niño que ha sido desfigurado gravemente en un accidente con un vehículo. b) la clase de
niños que han sido víctimas de abuso sexual. En esta escena se toma el caso de un niño que
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 35
ha sido victimizado sexualmente por un desconocido varias veces durante varios meses y c)
el niño(a) que ha sido la propia víctima del delincuente que se está evaluando. En este caso
se pide al evaluado que imagine al niño(a) que fue agredido o abusado sexualmente por él.
Para cada escena se le pregunta al sujeto 1) como piensa que debe sentirse el
niño(a) víctima de cada una de las tres situaciones hipotéticas, posteriormente se le
pregunta cómo se siente él mismo en cuanto a lo que le ha sucedido al niño(a) en cada
situación. La persona evaluada responde usando una escala tipo Likert de 0 a 10 según el
grado en el que considera se sintió la víctima de cada situación en relación al ítem
evaluado. Y como se sintió el mismo en relación a los casos evaluados.
Cada elemento se califica en una escala de 0-10 y la puntuación total de cada escena
se obtiene a través de la suma de las puntuaciones (respuestas) dadas a cada ítem. El rango
de calificaciones posibles es 0-300 para la Parte A, 0-200 para la Parte B y 0-500 para la
escala total. Las puntuaciones más altas indican una mayor empatía lo que indica el
reconocimiento de la angustia y la ausencia de sentimientos positivos en el niño (Parte A)
y/o en el demandado (Parte B) Fernández et al. (1999).
Las distorsiones medidas por la escala son a) El sexo entre adultos y niños ayuda a
los menores, b) los niños inician las relaciones sexuales del tipo niño-adulto, c) Los adultos
inician las relaciones sexuales con los niños por razones específicas, d) el comportamiento
del niño demuestra su deseo por las relaciones sexuales de tipo niño-adulto, e) los adultos
pueden predecir cuándo las relaciones sexuales niño-adulto puede dañar al niño en el
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 37
futuro, f) Las relaciones sexuales de los niños y los adultos son aceptables en la sociedad,
entre otras.
Procedimiento
Consideraciones Bioéticas
Se tuvo presente el código de ética del psicólogo, ley 1090 de 2006 en su artículo 2,
de los principios generales en lo concerniente al bienestar del usuario. En donde cita “se
mantendrán suficientemente informados a los usuarios tanto del propósito como de la
naturaleza de las valoraciones, de las intervenciones educativas o de los procedimientos de
entrenamiento y reconocerán la libertad de participación que tienen los usuarios,
estudiantes o participantes de una investigación”. Del mismo modo, tal como lo dice el
principio 9 del mismo artículo, “el psicólogo aborda la investigación respetando la
dignidad y el bienestar de las personas que participan y con pleno conocimiento de las
normas legales y de los estándares profesionales que regulan la conducta de la
investigación con participantes humanos”.
De igual modo se tuvo presente las consideraciones éticas y las normas científicas,
técnicas y administrativas contempladas en la resolución 8430 de 1993 en su título II de la
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 40
Resultados
Se evidencia que la edad de los participantes oscila entre 30 y 36 años, del mismo
modo un buen porcentaje de las personas son nacidas en Bogotá y Boyacá en zona urbana
primordialmente observándose que en el caso de los agresores sexuales el 78,8% reporta
haber nacido en la ciudad al igual que el 77,8% de los delincuentes violentos y el 84,0% de
los pertenecientes al grupo de comparación. Dentro de otros datos significativos se
encuentra que en el grupo de agresores sexuales el estado civil predominante es el “soltero”
en un 42%, seguido de la “unión libre” con un 36,5% y finalmente quienes reportaron ser
“casados” representan el 13,5%. Por su parte, en el grupo de condenados por delitos
violentos se encontró que el 53.3% vive en “unión libre”, el 37.8% se reporta “soltero” y el
6.7% “casado”. Finalmente, en el grupo compuesto por las personas sin historia de vida en
prisión, se encuentra que el 44% son “solteros”, el 32% conviven en “unión libre” y
finalmente, el 24% reportaron estar “casados”. Se evidencia entonces, que el menor
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 42
En cuanto a las personas con quienes convivieron en la infancia, el 53.8% del grupo
de agresores sexuales reportó haber vivido en compañía de los dos padres, el 32.7% en
compañía únicamente de la madre y el 14% informó haber vivido solo desde pequeño. El
grupo de delincuentes violentos demostró datos similares en donde el 55.6% manifestó
haber pasado su infancia en compañía de sus dos padres, el 22.2% únicamente con la
madre y el 15.6% informó haber vivido solo. De otro lado, el 78% del grupo de
comparación convivió en compañía de sus dos padres y el 16% reportó que había vivido en
su infancia únicamente en compañía de la madre.
Tabla 1.
Caracterización Sociodemográfica de los participantes en la investigación.
Agresores Sexuales Delincuentes Grupo de
Variable Violentos Comparación
N 52 45 52
:36,6 : 35,0 : 30,3
Edad DT: 8,67 DT: 7,74 DT:9,18
Min. 21 – Máx. 55 Min. 23 – Máx. 57 Min. 18 – Máx. 50
25% Bogotá 33,3% Bogotá 80,0% Boyacá
Lugar de 23,1% Boyacá 17,8% Boyacá 6,0% Bogotá
Nacimiento
13,5% Cundinamarca 6,7% Cundinamarca
11,5% Santander
78,8% Urbana 77,8% Urbana 84,0% Urbana
Zona 21,2% Rural 22,2% Rural 16,0% Rural
42% Soltero 53,3% Unión Libre 44,0% Soltero
Estado Civil 36,5% Unión Libre 37,8% Soltero 32,0% Unión Libre
13,5% Casado 6,7% Casado 24% Casado
36,5% Bachillerato 31,1% Bachillerato 32,0% Bachillerato
Escolaridad Incompleto Incompleto Completo
25% Primaria 22,2% Bachillerato 32% Universitario
Incompleta Completo incompleto
15,4% Construcción 15,6% Comerciante 46,0% Vigilancia
Ocupación 11,5% Conductor 13,3% Construcción 44,0% Estudiante
anterior
9,6% Oficios Varios 13,3% Agricultor 10% Profesor
40,4% Estrato 1 57,8% Estrato 1 16% Estrato 1
Estrato 36,5% Estrato 2 26,7% Estrato 2 38% Estrato 2
Socioeconómico
13,5% Estrato 3 13,3% Estrato 3 46% Estrato 3
84,6% De 0 a 5 años 44,4% De 5 a 10 años _
Años de Prisión
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 44
Los análisis realizados entre los tres grupos: agresores sexuales, delincuentes
violentos y grupo de comparación con las variables sociodemográficas empleando la
prueba estadística Chi2, permiten observan que los grupos no son equivalentes en
diferentes aspectos. Así, el grupo compuesto por las personas sin historia delictiva o vida
carcelaria, se diferencia más de los dos grupos restantes en tanto existe un mayor
porcentaje de personas con estado civil “casado”, con mayor nivel de escolaridad entre
otros aspectos.
Tabla 2.
Distribución de la variable edad en los tres grupos de la investigación.
Grupo
Agresores Delincuet. Grupo
Sexuales Violentos Comparación Total
Edad Entre 18 y 27 Recuento 8 7 22 37
años % de grupo 15,4% 15,6% 44,0% 25,2%
Entre 28 y 33 Recuento 11 14 11 36
años % de grupo 21,2% 31,1% 22,0% 24,5%
Entre 34 y 39 Recuento 19 12 6 37
años % de grupo 36,5% 26,7% 12,0% 25,2%
Entre 40 y 59 Recuento 14 12 11 37
años % de grupo 26,9% 26,7% 22,0% 25,2%
Total Recuento 52 45 50 147
% de grupo 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
En la tabla 3 se puede apreciar que las personas de estado civil “casado” se
encuentran en mayor proporción en el grupo de comparación, así como en este mismo
ninguno de los participantes informó ser separado/divorciado. Chi2(6)=12.75, p<.05.
Tabla 3.
Distribución de la variable Estado Civil en los tres grupos de la investigación.
Grupo
Agresores Delincuentes Grupo de Total
Sexuales Violentos Comparación
Tabla 4.
Escolaridad en los tres grupos participantes en la investigación.
Grupo Total
Agresores Delincuentes Grupo de
Sexuales Violentos Comparación
Escolaridad Primaria Recuento 13 8 0 21
Incompleta % de
25,0% 17,8% ,0% 14,3%
grupo
Primaria Recuento 7 9 2 18
Completa % de
13,5% 20,0% 4,0% 12,2%
grupo
Bachillerato Recuento 19 14 7 40
Incompleto % de
36,5% 31,1% 14,0% 27,2%
grupo
Bachillerato Recuento 5 10 16 31
Completo % de
9,6% 22,2% 32,0% 21,1%
grupo
Tecnico Recuento 3 2 6 11
% de
5,8% 4,4% 12,0% 7,5%
grupo
Universitario Recuento 5 2 19 26
% de
9,6% 4,4% 38,0% 17,7%
grupo
Total Recuento 52 45 50 147
% de
100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
grupo
Tabla 5.
Nivel Socioeconómico según cada grupo participante en la investigación.
Grupo
Agresores Delincuentes Grupo de
Sexuales Violentos Comparación Total
EstratoSE 1 Recuento 21 26 8 55
% de grupo 40,4% 57,8% 16,0% 37,4%
2 Recuento 19 12 19 50
% de grupo 36,5% 26,7% 38,0% 34,0%
3 Recuento 7 6 23 36
% de grupo 13,5% 13,3% 46,0% 24,5%
4 Recuento 5 1 0 6
% de grupo 9,6% 2,2% ,0% 4,1%
Total Recuento 52 45 50 147
% de grupo 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
Tabla 6.
Tiempo de privación de la libertad en los dos grupos de la investigación.
Grupo
Agresores Delincuentes
Sexuales Violentos Total
Años De 0 a 5 años Recuento 44 16 60
de Prisión % de grupo 84,6% 35,6% 61,9%
De 5 a 10 años Recuento 7 20 27
% de grupo 13,5% 44,4% 27,8%
De 10 a 20 años Recuento 1 9 10
% de grupo 1,9% 20,0% 10,3%
Total Recuento 52 45 97
% de grupo 100,0% 100,0% 100,0%
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 48
Tabla 7.
Convivencia en la infancia en los diferentes grupos de la investigación.
Grupo
Agresores Delincuentes Grupo de
Sexuales Violentos Comparación Total
Infancia Con mis dos padres Recuento 28 25 39 92
% de
53,8% 55,6% 78,0% 62,6%
grupo
Únicamente mi Recuento 17 10 8 35
madre % de
32,7% 22,2% 16,0% 23,8%
grupo
Únicamente mi Recuento 2 3 2 7
padre % de
3,8% 6,7% 4,0% 4,8%
grupo
Con ninguno de mis Recuento 5 7 1 13
padres % de
9,6% 15,6% 2,0% 8,8%
grupo
Total Recuento 52 45 50 147
% de
100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
grupo
Tabla 8.
Abuso en la infancia en los grupos participantes de la investigación.
Grupo
Agresores Delitos No
Sexuales Violentos condenados Total
Abuso SI Recuento 17 9 2 28
infancia % de grupo 32,7% 20,0% 4,0% 19,0%
Total Recuento 52 45 50 147
% de grupo 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
Tabla 9.
Consumo de sustancias psicoactivas en los grupos participantes en la investigación.
Grupo
Agresores Delitos No
Sexuales Violentos condenados Total
ConsumoSPA SI Recuento 31 20 15 66
% de grupo 59,6% 44,4% 30,0% 44,9%
NO Recuento 21 25 35 81
% de grupo 40,4% 55,6% 70,0% 55,1%
Total Recuento 52 45 50 147
% de grupo 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
Antes de dar paso a la descripción de los datos y al análisis de las diferencias entre
grupos frente a las variables objeto de estudio, se muestra el análisis de fiabilidad a las
pruebas utilizadas dentro de la investigación. Así, los datos que se consignan en la tabla 10
permiten concluir que la escala de distorsiones cognitivas de Abel y Becker (1989)
presenta un índice de fiabilidad de α: 0.84 lo cual indica que la prueba tiene una alta
consistencia interna. Lo mismo sucede con la escala de evaluación de la empatía en
agresores sexuales de niños de Fernández et al. (1999), en donde se evidencia un alfa de
Cronbach de 0.87, 0.92 y 0.94 para la situación 1 (niño víctima de accidente de tránsito),
situación 2 (niño o niña victima genérica de abuso sexual) y para la situación 3 (niño
victima propia) respectivamente. Lo anterior indica que tanto la escala enfocada en medir
distorsiones cognitivas como la escala destinada a medir empatía, cuentan con una alta
fiabilidad o consistencia interna.
Tabla 10.
Análisis de Fiabilidad de las escalas y/o instrumentos utilizados dentro de la investigación.
Escala n Número de α
ítems
Escala de Cognición de Abel y 147 29 0.84
Becker
Escala de Empatía en abusadores de 147 30 0.88
menores – Situación 1 parte A
Escala de Empatía en abusadores de 147 20 0.76
menores – Situación 1 parte B
Escala de Empatía en abusadores de 147 30 0.93
menores – Situación 2 parte A
Escala de Empatía en abusadores de 147 20 0.80
menores – Situación 2 parte B
Escala de Empatía en abusadores de 52 30 0.95
menores – Situación 3 parte A
Escala de Empatía en abusadores de 52 20 0.82
menores – Situación 3 parte B
Escala de Empatía en abusadores de 147 50 0.87
menores – Situación 1
Escala de Empatía en abusadores de 147 50 0.92
menores – Situación 2
Escala de Empatía en abusadores de 52 50 0.94
menores – Situación 3
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 51
Tabla 11.
Estadísticos descriptivos de la variable Empatía en los diferentes grupos de la
investigación.
Grupos n Empatía
Situación 1: Situación 2: Situación 3:
Niño(a) víctima Niño(a) victima Niño(a) víctima
de accidente de genérica de propia de delito
auto delito sexual sexual
Agresores
Sexuales 52 : 263,54 :286,48 : 277,46
DT:60,7 DT:86,3 DT:88,15
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 52
Delincuentes
Violentos 45 : 285,64 :341,16 _
DT:50,12 DT:53,4
Grupo de _
Comparación 50 : 274,56 :332,22
DT:55,8 DT:55,1
Nota. Se coloca el guión (-) debido a que la situación tres por tratarse de victimas propias
únicamente fue aplicada a los condenados por delitos sexuales.
Tabla 12.
Sin embargo, al revisar las puntuaciones de los otros dos grupos participantes en la
investigación se encuentra que en todo caso los agresores sexuales muestran los menores
niveles de empatía en las diferentes situaciones de la prueba. Y nuevamente, los
delincuentes violentos a diferencia de los pertenecientes al grupo de comparación muestran
puntuaciones más elevadas de empatía en el componente afectivo tanto en la situación 1
(DV: : 114.60 / GC: : 104.76) como en la situación 2 (DV: : 126.67 / GC: :
3120.38).
Tabla 13.
Comparación de la variable Empatía y la variable Distorsiones Cognitivas entre los
diferentes grupos de la investigación.
Variable Agresores Delincuentes Grupo de
Sexuales(1) Violentos (2) Comparación (3) F P
n = 52 n = 45 n = 50
Empatía Situación 162,92 171,04 169,80 1-3: 0,714 0,400
1: Victima de (41,74) (37,87) (40,43) 1-2: 0,99 0,32
accidente parte A 2-3: 0,24 0,87
Empatía Situación 100,62 114,60 104,76 1-3: 0,427
1: Víctima de (27,86) (29,21) (24,40) 0,637 0,018
accidente parte B 1-2: 5,81 0,077
2-3: 3,19
Empatía Situación 263,54 285,64 274,56 1-3: 0,91 0,342
1 Total (60,67) (50,124) (55,77) 1-2: 3,75 0,056
2-3: 1,03 0,31
Empatía Situación 172,52 214,49 211,84 1-3: 15,05 0,000
2: Víctima de (62,08) (42,27) (36,49) 1-2: 14,7 0,000
abuso sexual parte 2-3: 0,11 0,744
A
Empatía Situación 113,96 126,67 120,38 1-3: 1,11 0,295
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 55
Tabla 14.
Comparación de la variable Empatía en sus tres situaciones dentro del grupo de Agresores
Sexuales.
Variable Empatía P
Situación 1: Situación 2: Situación 3:
Niño(a) víctima Niño(a) víctima Niño(a) victima
de accidente de genérica de propia de delito
auto delito sexual sexual
Empatía 162.92 172.52 162.46 0.042
Cognitiva (41.74) (62.08) (67.3)
Empatía 100.62 113.96 115.00 0.003
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 58
Tabla 15.
Prueba de rangos. Edad y Escala de empatía situación 1 - factor afectivo.
Variable 18-27 años 28 y 33 años 34-39 años 40-59 años Kruskall-
(n=36) (n=37) Wallis
(n=37) (n=37)
+ p <. 10.
Tabla 16.
Relación del consumo de sustancias psicoactivas y la variable empatía en los
participantes de la investigación.
Variable Consumidores No consumidores T (145)
(n=66) (n=81)
Tabla 17.
Análisis de componentes principales de la Escala de Cogniciones de Abel y cols. (1989).
Rotación varimax.
Factor Factor Factor Factor Factor Factor Factor Factor Factor
1 2 3 4 5 6 7 8 9
EC4 0,722
EC22 0,703
EC5 0,680
EC1 0,679 0,325
EC26 0,483 0,428 0,333
EC10 0,752
EC12 0,667 0,332
EC8 0,356 0,630
EC3 0,544 0,443
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 60
Discusión
encontraron datos similares a los arrojados por el presente estudio evidenciando mayor
empatía hacia las víctimas de violación que ante la victima de accidente de tránsito. Sin
embargo, en la presente investigación así como los agresores sexuales informaron ser más
empáticos a la situación de victimas genéricas de abuso sexual también reportaron la menor
empatía cuando se trataba de sus propias víctimas lo cual concuerda con Fernández y
Marshall (2003), quienes también encontraron que los agresores sexuales se mostraban
menos empáticos cuando la situación se refería a sus víctimas propias.
Fijando la atención en el grupo de agresores sexuales frente a los resultados de la
variable empatía tanto en su componente cognitivo como afectivo, en las tres situaciones
de la prueba, se encontró una diferencia significativa en las puntuaciones medias del
componente cognitivo. Así, es posible anotar que los agresores sexuales tienen mayor
capacidad de comprender los daños y efectos en las victimas cuando se trata del niño
victima genérica de abuso sexual que en las dos situaciones restantes. En un estudio
realizado por Jolliffe y Farrington (2004), quienes realizaron un meta-análisis a partir de 35
estudios que exploraban la relación entre empatía y delincuencia concluyeron que la
empatía cognitiva estaba más relacionada con la delincuencia que la empatía afectiva. Sin
embargo, estudios de Nichols y Molinder (1996); Rice, Chaplin, Harris, y Coutts, (1994)
manifestaron que los agresores sexuales podrían llegar a emplear los aspectos cognitivos de
la empatía, como el reconocimiento emocional o la toma de perspectiva, para identificar y
explotar las debilidades de sus víctimas.
Sin embargo, aunque tendencial, se observó que los agresores sexuales evalúan el
daño causado a la victima de manera menos empática que los delincuentes violentos
especialmente en el factor afectivo, es decir, en la capacidad de sentir vicariamente el dolor
y sufrimiento de otra persona. El agresor no reconoce el daño que ha causado y un primer
paso imprescindible para que se dé la empatía es el reconocimiento de la angustia
emocional que se genera en otras personas (Marshall, Hudson y otros, 1995).
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 65
De otro lado, se observaron diferencias estadísticamente significativas entre los tres grupos
de la investigación frente a la situación del niño(a) victima genérica de abuso sexual en lo
que tiene que ver con el factor cognitivo. Así, se evidenció que los agresores sexuales
demuestran la menor empatía afectiva y cognitiva. Esto quiere decir que la capacidad de
comprender los efectos, daños y sufrimiento de la víctima, en comparación con los dos
grupos restantes, es sustancialmente menor. Al igual que la capacidad para replicar
vicariamente el sufrimiento del otro. En consonancia con este hallazgo, Fernández,
Hamilton y Marshall (2001) encontraron que los agresores sexuales de menores en
comparación con otros delincuentes, mostraban los mayores déficit de empatía sobre todo
al momento de comprender el malestar de una víctima de abuso sexual y aun más cuando
se trataba de sus propias víctimas. De igual modo, Marshall, Hudson y otros (1995),
afirman que los agresores sexuales carecen de empatía solo cuando se refiere a sus víctimas
propias y no a una víctima en general. Al parecer se trata de una empatía discriminatoria o
selectiva que permite que aun cuando los delincuentes sexuales pueden mostrar
comprensión del dolor de la persona victimizada y también experimentar malestar propio
relacionado con el sufrimiento infringido a la víctima, son incompetentes en el momento de
experimentar estas mismas condiciones (cognitivas y afectivas), cuando se trata de aquellas
personas que han sido victimizadas por ellos mismos (Martínez, Redondo, Pérez y García,
2008). Quizá este tipo de hallazgos justifican la necesidad de realizar estudios sobre
empatía centrada en la víctima más que en la empatía como capacidad general (Hudson,
Jones, y Fernández, 1995 citados en Herrero, 2007).
Sin embargo, un dato que llamó la atención fue que al comparar el grupo de
delincuentes violentos con el grupo de comparación, tanto en la situación del niño victima
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 66
Por otro lado, en los resultados arrojados por la presente investigación en lo que
tiene que ver con la variable distorsiones cognitivas se encuentra que el resultado global de
la prueba pone de manifiesto que no existe distorsiones cognitivas significativas en el
grupo de condenados por delitos sexuales. Esto es contrario a lo que la literatura y las
demás investigaciones afirman al referirse a que los agresores sexuales presentan con
frecuencia ideas distorsionadas sobre los contactos sexuales con menores, especialmente en
torno a su responsabilidad y a la repercusión del abuso sobre el desarrollo psicológico de
las víctimas. Por ejemplo, tienden a minimizar y a justificar lo sucedido (Echeburúa &
Guerricaechevarría, 2005).
Sin embargo, hilando más fino se pudo evidenciar diferencias entre los tres grupos
de la muestra en varios ítems de la escala, y dichas diferencias quedan enmascaradas en la
puntuación total. Así, las principales distorsiones cognitivas presentes en los agresores
sexuales objeto de estudio, consisten en pensar que si un menor de edad no se opone a las
insinuaciones sexuales de un adulto quiere decir que desea tener relaciones sexuales con el
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 67
adulto; que usualmente los niños son coquetos porque desean tener relaciones sexuales con
los adultos; que la mayoría de los niños y de las niñas les gustaría tener relaciones sexuales
con un adulto sin que esta experiencia les resultara perjudicial para el futuro y que los niños
saben que los adultos los seguirán queriendo pese a que se nieguen a tener relaciones
sexuales con ellos. Al respecto Abel y cols. (1989), afirman que los agresores sexuales de
niños ven en los menores seres deseosos de mantener relaciones sexuales con adultos y
creen que su actitudes son provocativas. Del mismo modo, consideran que el contacto
sexual con un adulto no va a ocasionarles ningún tipo de daño en el futuro (Bumbby,
1996).
En este sentido, en el estudio de Teuma, Smith, Stewart & Lee (2003), se observó
que los abusadores sexuales de menores no difieren sustancialmente de los individuos no
agresores en términos de su nivel general de empatía o bien cuando está relacionada
específicamente con la empatía en su factor cognitivo, es decir, la capacidad de la persona
para reconocer el daño emocional y el malestar del otro, o cuando se refiere a la empatía
afectiva, es decir, la capacidad de replicar vicariamente la emoción de la víctima.
Del mismo modo, es claro que muchas de las distorsiones cognitivas en los seres
humanos cumplen el propósito de evitar la responsabilidad moral o lo que es lo mismo,
proteger a la persona psicológicamente de las consecuencias de sus comportamientos. En
este orden de ideas, las distorsiones cognitivas tienen una clara intención para el
delincuente, ya que le permiten evitar aceptar la responsabilidad de sus agresiones. Puede
culpar a la víctima diciendo que le había provocado; puede atribuir la responsabilidad a
otra persona (por ejemplo, “la madre no protegía a su hijo”) o puede afirmar “estaba
borracho y no me daba cuenta de lo que hacía”. Un delincuente se puede sentir con el
derecho de abusar de un niño por ser su padre, por haberle hecho regalos o porque su mujer
no le satisface sexualmente (Marshall, 2001; Lanyon, 1986 citado en Echeburúa y
Guerricaechevarría, 2005). Los tres grupos de la presente investigación concuerdan al
afirmar que consideran que no existe un buen tratamiento para abusadores sexuales de
niños(as).
de agresión sexual, y luego en el grupo compuesto por las personas condenadas por delitos
violentos no sexuales que en las personas sin historia de privación de la libertad o comisión
de delitos que conformaron el grupo de comparación. Al respecto es importante señalar que
Teuma, Smith, Stewart y Lee (2003) encontraron en su estudio que el haber sido víctima
de abuso sexual infantil u otros delitos no se relacionaba significativamente con las
puntuaciones de empatía ni en grupos de personas condenadas por delitos sexuales a
menores ni en muestras de la comunidad a manera de grupos de comparación. El consumo
de drogas es más frecuente en los reclusos, y los Delincuentes Violentos tienen
condenadas más largas o pasan más tiempo en prisión lo cual es coherente de un lado con
los efectos de prisionizacion y de otro lado, con lo establecido en el código penal en lo que
tiene que ver con el tiempo de condenas según delito.
Se concluye en primera instancia que las investigaciones futuras deberán tratar de
replicar los hallazgos inesperados de la presente investigación. Del mismo modo, basado en
la literatura y en el sustento empírico, se considera pertinente evaluar la relación e
influencia de la variable autoestima con los resultados en cuanto a empatía y distorsiones
cognitivas se refiere en la población condenada por delitos sexuales. Por ejemplo,
Anderson, Fernández y Marshall (1997), en un estudio realizado con una muestra de
agresores sexuales de menores de edad encontraron diferencias significativas al medir las
detorsiones cognitivas y la autoestima en estas personas y concluyeron que los delincuentes
con alta autoestima no recurrían a las distorsiones cognitivas para justificar sus
comportamientos delictivos y en cambio contrarrestaban la amenaza del posible efecto
negativo de sus actos sobre su autoestima recurriendo a otras características personales
positivas y por consiguiente, sentían más empatía hacia sus víctimas. Por el contrario, los
delincuentes con déficit en autoestima recurrían a distorsionar la realidad usando
distorsiones cognitivas variadas para proteger la imagen de sí mismos y en consecuencia
sentían poca empatía por sus víctimas.
metodología, herramientas y demás aspectos con que fueron realizados los procesos de
juzgamiento penal en los internos condenados por estos delitos.
De todos modos, tal como afirma Marshall (2001), solo cuando los gobiernos
emprendan acciones exhaustivas y comprometidas de un lado y de otro lado los ciudadanos
rechacen vehementemente las actitudes y comportamientos que facilitan la agresión sexual
podrán tener lugar los verdaderos cambios.
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 72
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Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 78
APÉNDICE A
CONSENTIMIENTO INFORMADO
Así mismo, confirmo haber obtenido respuesta a todos mis interrogantes y dudas respecto
a la investigación. Se me explicó que los procesos en los que participaré son los más
adecuados para los fines del proyecto y estoy informado de que mi participación en ellos
es libre y voluntaria y de este modo, puedo desistir de ella en cualquier momento sin
incurrir en ningún costo o perjuicio para mí mismo. Al igual que solicitar información
adicional de los avances de la investigación de manera individual.
Entiendo que no estoy brindando datos que permitan identificarme personalmente y que
toda la información consignada en los instrumentos de la investigación, es estrictamente
confidencial. Así, los responsables del INPEC no tendrán ningún tipo de acceso directo a
los datos individuales ya que estos serán analizados en el conjunto de quienes participen
en el estudio.
Firma: ____________________________________
C.C o C. E: ________________________________
Huella
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 79
APÉNDICE B
FORMATO DE ENTREVISTA
DD MM AA
Esta entrevista es anónima y fue diseñada para recoger información importante que junto
con los otros instrumentos que usted contestará, nos permitirá conocer su comprensión de
diferentes temáticas, afirmaciones y situaciones.
Le pedimos que conteste las siguientes preguntas, teniendo en cuenta que los datos son
totalmente confidenciales, que éstos no reposaran en ningún archivo dentro del
establecimiento carcelario y que los responsables (administrativos, cuerpo de custodia y
personal de tratamiento) no tendrán acceso a la información por usted proporcionada. Del
mismo modo, que esta información no generará para usted ningún efecto negativo.
1. Edad: _________
3. Estado civil:
Soltero Casado Separado/Divorciado Viudo Unión Libre
9. Siente Usted que alguien haya abusado de usted física, psicológica o sexualmente en su
infancia?
Sí ____ No ____
APÉNDICE C
DD MM AA
INSTRUCCIONES:
1 2 3 4 5
Totalmente de De acuerdo Neutral (Ni de No estoy de Muy en
acuerdo acuerdo, ni en acuerdo desacuerdo
desacuerdo)
FRASES Escala de
Respuestas.
1. Si un niño o niña mira hacia el medio de las piernas de un adulto, eso 1 2 3 4 5
significa que conoce y le gusta lo que está mirando.
2. Está bien que un hombre tenga relaciones sexuales con su hijo o 1 2 3 4 5
hijastro si a su esposa o novia no le gusta el sexo.
3. Un niño o niña de 14 años o menos puede tomar su propia decisión 1 2 3 4 5
sobre si quiere tener relaciones sexuales con un adulto o no.
4. Si un menor de edad no se opone a las insinuaciones sexuales de un 1 2 3 4 5
adulto eso significa que quiere tener relaciones sexuales con el adulto.
5. Si un niño(a) coquetea con un adulto, eso significa que quiere tener 1 2 3 4 5
relaciones sexuales con el adulto.
6. Las relaciones sexuales entre un menor de edad y un adulto, no le 1 2 3 4 5
causa problemas emocionales al menor.
7. Tener relaciones sexuales con un niño(a) es una buena manera para 1 2 3 4 5
que un adulto le enseñe al niño acerca del sexo.
8. Si un adulto le dice a su hijo pequeño (hijastro o pariente cercano) qué 1 2 3 4 5
hacer sexualmente, y el niño lo hace, eso significa que siempre lo hará
porque realmente le gusta y quiere.
9. Cuando un menor tiene relaciones sexuales con un adulto, eso ayuda al 1 2 3 4 5
menor a aprender cómo relacionarse con los adultos en el futuro.
10. A la mayoría de los niños y niñas les gustaría tener relaciones 1 2 3 4 5
Empatía y distorsiones cognitivas en agresores sexuales 82
APÉNDICE D
DD MM AA
T.C.M.E.M
(Fernández et al., 1999)
INSTRUCCIONES:
A continuación se encontrará con tres situaciones hipotéticas que Usted deberá imaginar y
posteriormente responder a los planteamientos a y b en cada una de ellas.
Quiero que piense en un niño que fue desfigurado en un accidente de tránsito y estuvo
hospitalizado durante un mes. Este niño ya está fuera del hospital y vivirá con secuelas (o
cicatrices) permanentes.
Parte a
Ahora quiero que encierre con un círculo el número que mejor indica el grado en el que
usted piensa que este niño podría expresar las siguientes emociones, pensamientos o
comportamientos, desde donde 0 es nada, 5 es moderadamente y 10 es mucho.
Parte b
Ahora, indique como se siente Usted acerca de lo que este niño ha vivido.
Quiero que piensen en un niño o niña que ha tenido relaciones sexuales con un hombre
adulto. Estos actos sexuales ocurrieron varias veces durante varios meses, pero ahora han
terminado.
Parte a
Ahora quiero que encierre con un círculo el número que mejor indica el grado en el que
usted piensa que este niño podría expresar las siguientes emociones, pensamientos o
comportamientos:
Parte b
Ahora, indique como se siente Usted acerca de lo que este niño ha vivido.
Quiero que piensen en sus propias víctimas y las experiencias que ellas tuvieron con Usted.
Parte a
Ahora quiero que encierre con un círculo el número que mejor indica el grado en el que
usted piensa que este niño(a) podría expresar las siguientes emociones, pensamientos o
comportamientos:
7. Pensamientos suicidas 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
8. Problemas con las tareas escolares 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
9. Temor de ser herido 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
* 10. Éxito en la escuela 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
11. Rechazado por el sexo 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
* 12. Actitud equilibrada (o consciente) hacia el 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
sexo
13. Trastornos del sueño 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
14. Sentimientos de soledad 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
15. Alejado de los demás 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
16. Tenso 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
* 17. Relajado 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
18. Tiene problemas psiquiátricos 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
19. Tiene poca energía 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
20. Tiene tendencia a culparse a sí mismo(a) de 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
todos los problemas
21. Sentimientos de impotencia 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
22. Discute con los demás 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
23. Miedo de estar solo 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
24. Tendencia a aferrarse a su madre 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
* 25. Orgulloso de sí mismo 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
26. Siente dolor 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
27. Deprimido 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
28. Se siente pecador 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
29. Se siente sucio 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
30. Se siente avergonzado 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Parte b
Ahora, indique como se siente Usted acerca de lo que este niño ha vivido.
* 13. Bueno 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
14. Frustrado 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
* 15. Esperanzado 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
* 16. Confiado 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
17. Avergonzado 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
18. Disgustado 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
* 19. Curioso 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
20. Enojado (sorprendido con enojo) 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10