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Karim Rabi

“ Nos vemos todos impulsados a tener una capacitación permanente, que es por necesidad

por la globalización y porque cada vez encuentras más y mejor competencia ”


Especialidad: Filosofía
Karim se desempeña como el Director del departamento académico de Humanidades en la Universidad Antonio
Ruíz de Montoya.
“La especialización es una necesidad”
Buscando un camino
Karim confiesa que se decidió a estudiar Filosofía, luego de haber recorrido cuatro años de estudios
de Economía en la Universidad del Pacífico. “Casi terminando la carrera escogí estudiar filosofía,
básicamente fue una cuestión vocacional”, señaló Rabi.
Argumenta que este cambio se debió a que cuando dominó la mayor parte de la materia económica
empezó a preguntarse cosas como: ¿Cómo funciona la cabeza del consumidor? ¿Cómo funciona la
toma de decisiones para los inversionistas? A esto sus profesores le respondían: “Eso es filosofía”.
Reconoce que el apoyo de sus profesores, su permanente disponibilidad para orientar, conversar y
esclarecer dudas, fueron un valioso aporte para tomar su decisión.
Además, recuerda con gracia lo que comentaba el resto de personas cuando inició sus estudios en
nuestra casa de estudios: “El temor es que si este muchacho, ya dejó economía, puede repetirse el
caso porque parece que no lo tiene claro”. Pero este no era su caso, es más señala que: “Si hubiera
conocido mejor la carrera de filosofía la hubiese elegido sin dudarlo. Es que estamos hablando de 1985
cuando salí del colegio, entonces ahí en ese momento la información que te daban en el colegios
sobre las carreras estaba enfocada en la ingeniería, medicina, derecho, y sociología”. Considera que
la filosofía es parte de su forma de vida, de cómo interactúa con el mundo.
Potenciando el saber interdisciplinario
“Nos vemos todos impulsados a tener una capacitación permanente, que es por necesidad por la
globalización y porque cada vez encuentras más y mejor competencia. Lo miramos con clave
entusiasta, decir qué bueno que puedo hacerlo, tengo el pretexto social para hacerlo y a veces hasta
la empresa te da facilidades o te paga. La legitimidad social te entusiasma. Es una cuestión para
ampliar y perfeccionar nuestro conocimiento. En estos tiempos la interdisciplinariedad se hace
necesaria”, señaló Rabi.
Sostiene que resulta necesario no sólo para los filósofos, sino para cualquier persona con una
profesión empezar a relacionarse con temas o asuntos que en principio sean de otra carrera. Señala
que “no es como antes en que se tomaba el trago puro, sino que ahora este trago sale en forma de
cocktail, es decir que hay que potenciar la formación que te da la filosofía con otra especialidad, para
tener un perfil laboral más potente, sea psicología, economía, derecho, sea historia, una base en
estudios en filosofía se potencia mucho cuando agregas otros elementos.
Agrega que más allá del tema de la docencia hay una serie de preocupaciones vinculadas a la ética,
a la lógica, al derecho, a la teología, al conocimiento y a la ciencia misma, a la lingüística, son una
mina de oro que promete, ya que para la vida práctica son indispensables de seguir investigando. Es
justamente el tema de la responsabilidad social en las empresas las que requieren una mayor
comprensión intercultural y de diálogo.
Señala que es necesario ir subiendo de manera constante los patrones de exigencia a los alumnos y
en la medida de lo posible ofrecer mallas curriculares que enriquezcan y potencien su desarrollo y
crecimiento personal y profesional. Sostiene firmemente que: “Sí a un estudiante tienes que ponerle
un once, se lo pones; si tienes que jalarlo, lo jalas. Y esto no es porque uno sea malo y abuse de su
posición de poder, sino que uno como profesor y amigo tiene que hacer ver al alumno sus límites,
para que tome conciencia de su carencia y se ponga en condiciones de asumir el reto”.
Indica que: “Si empezase a regalar la nota, claro todo el mundo estaría contento, quedaríamos bien
en todas las encuestas, pero sería un suicidio académico, dado que no le permitiríamos crecer al
alumno como persona”. Finaliza diciendo que: “la docencia es una labor un poco contradictoria,
porque por un lado quieres y por otro lado no quieres, puedes pero no está bien. Sabes que no
puedes ni vas a resolverle el examen al alumno, tiene que hacerlo él mismo.”
Lima, 2010
Augusto Villarroel

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