Professional Documents
Culture Documents
El viajero:
El viajero He andado muchos caminos, he abierto muchas veredas; he navegado en cien
mares y atracado en cien riberas. En todas partes he visto caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos borrachos de sombra negra, y pedantes al paño que miran,
callan y piensan que saben, porque no beben el vino de las tabernas. Mala gente que
camina y va apestando la tierra… Y en todas partes he visto gentes que danzan o juegan,
cuando pueden, y laboran sus cuatro palmos de tierra. Nunca, si llegan a un sitio,
preguntan a dónde llegan. Cuando caminan cabalgan a lomos de mula vieja. Y no
conocen la prisa ni aun en los días de fiesta. Donde hay vino, beben vino; donde no hay
vino, agua fresca. Son todas buenas gentes que viven, laboran, pasan y sueñan, y en un
día como tantos descansan bajo la tierra. (Antonio Machado)
Literatura de viajes:
Literatura de viajes Viajamos con el cuerpo y con el espíritu más allá de las fronteras que
nuestro medio puede imponernos.
Literatura de viajes:
Literatura de viajes Todo viaje físico es también un viaje interior y ampliar los caminos de
nuestro entendimiento puede expandir las fronteras físicas en un futuro cercano.
Literatura de viajes:
Literatura de viajes Los viajes pueden ser reales o imaginarios y nos proporcionan
grandiosas experiencias vitales que dan origen a múltiples textos.
Slide8:
“Tristes” de Ovidio, Éxodo bíblico Espacios donde los exiliados son acogidos La nostalgia
por el mundo extraviado, encuentro con el otro, descripción de la adaptación o
desadaptación al mundo nuevo Poetas , perseguidos políticos, fugitivos, intelectuales,
pueblos oprimidos Relato de exilio, autoexilio y diáspora Libro de las maravillas de Marco
Polo, Cartas de relaciones de Hernán Cortés, Naufragios de Alvar Núñez América, las
Indias orientales y el extremo Oriente Encuentro con el otro, descripción de los lugares,
las riquezas y los habitantes del mundo encontrado Conquistadores, exploradores
Crónicas, cartas, atlas y relaciones (viajes de descubrimiento, exploraciones científicas y
comerciales) National Geographic, artículos periodísticos Mundos en crisis, y reservas
ecológicas, ciudades turísticas Las guerras, los conflictos internacionales, turismo, la flora
y fauna Periodista, corresponsal, científico, turista Reportaje, artículo y guía turística
(viajes de negocio o de estudios y turístico) Diario de Cristóbal Colón Oriente, América,
Egipto, el Tibet, la India, la Polinesia, África, el Congo Exploración de los lugares, des sus
habitantes y de sus costumbres; exotismo Soldado, mercenario misionero, navegante,
pirata comerciante Diario de viaje y bitácora ( viajes de descubrimiento, de exploraciones
científicas y comerciales Ejemplos Mundos Temas narradores Formas textuales y tipos de
viaje
Slide9:
Mundos Temas Temas narradores Formas textuales y tipos de viaje Viajes oníricos de
Randolph Carter de H. P. Lovecraft El otro mundo, otras dimensiones Encuentro con el
otro y con lo otro (realidad desconocida) Personajes nacionales, personajes del mundo
popular Relato fantástico, polpular y maravilloso(viaje la más allá, viaje onírico) La
máquina del tiempo de H: G. Wells; De la Tierra a la Luna de Julio Verne; Crónicas
Marcianas de Ray Bradbury; Odisea 2001 de Arthur C. Clarke. Mundos interplanetarios,
otras dimensiones Encuentro con el otro(alienígenas), anticipación y predicción científica.
Tripulantes espaciales, el científico, exploradores Relato de ciencia ficción (viajes en el
tiempo y el espacio) La Odisea, la Eneida, Poema de Mio Cid, Cantar de Roldán Espacios
asociados a la formación de una colectividad como Roma, Grecia, Francia,España.
Defensa de los valores nacionales, aventuras y ardides del héroe, lucha contra el otro Los
héroes, semidioses Epopeyas y cantares de gesta(viajes al más allá, viajes de conquista)
Simbad el marino; La Isla del Tesoro de RobertL. Stevnson; Robinson Crusoe de Daniel
Defoe islas o lugares de difícil acceso y generalmente inexplorados. Peripecias ,
búsquedas y logros del protagonista; crecimiento del aventurero Periodista , corresponsal,
científico, turista Relato de aventuras (viajes de conquista, de exploración, interiores)
Slide11:
La Plaza Roja está más roja que nunca ahora. Es una radiante mañana de primavera
boreal y el sol acaba de derrotar a una porfiada nube pasajera, que no sabe cuál es su
lugar. Adiós al breve nublado… Ojo, porque si uno de sus destinos en Moscú en esta
temporada primavera- verano es retratar a Lenin, sepa que las cámaras están prohibidas.
Corrí la misma suerte y mi cámara descansó por un momento en la custodia, previo pago
de 30 rublos…
El viaje mítico:
El viaje mítico El héroe: Es llamado a la aventura. Se niega a emprender el viaje. Se
encuentra con un ayudante sobrenatural Cruza el primer umbral, acepta la aventura y sale
del mundo conocido. Encuentra pruebas, aliados y adversarios. Entra a la caverna (lugar
oculto), donde planifica su triunfo. Pasa la prueba suprema (por Ej., matar al dragón)
Obtiene la recompensa (sabiduría , un tesoro). Regresa a casa. Tiene la prueba final
(donde se comprueba que el héroe aprendió las lecciones de la prueba suprema).
Retorna con la recompensa y y la comparte con su comunidad.
Unidad 2
En el ámbito de la tradición literaria, uno de los temas que adquiere una significativa relevancia es
el viaje, indudablemente porque representa, de un modo u otro, la existencia humana misma.
Adquiere, por lo tanto, el estatus de un símbolo o metáfora de la vida humana con variables que
permiten establecer sus diversos sentidos en el plano de la interpretación de una cantidad importante
de obras, reconocidas como clásicas y parte del bagaje cultural de una persona en nuestra sociedad.
En ellas el viaje constituye el concepto que estructura todos sus elementos, como ocurre en La
Odisea, La Divina Comedia, El Quijote, Los viajes de Gulliver, La montaña mágica, algunos
cuentos de hadas, etc.
El dominio de los sentidos que adquiere el viaje, por lo tanto, en la tradición literaria, como muchos
otros temas, resulta fundamental para orientar a los estudiantes hacia una comprensión apropiada de
tales obras y obtener aquellos aprendizajes que les permitan dar sentido a variados aspectos de la
vida humana, tanto propia como de otros.
Si se considera la vida común y corriente de los seres humanos, el viaje constituye una actividad
cotidiana, habitual, con un propósito definido (realizar un trabajo que permite la subsistencia, un
trámite en alguna oficina, visitar a alguien, ir de compras o a divertirse, etc.) no exenta de
posibilidades insospechadas que muchas veces rompen nuestros esquemas rutinarios de vida.
Un viaje en el metro, en un bus de una ciudad a otra, en una embarcación para ir de un puerto a
otro, tiene un sentido predeterminado, pero que muchas veces adquiere rumbos impensados que
definen nuestra vida hacia horizontes fuera de nuestros cálculos. Podemos afirmar que nuestra
condición de transhumantes se proyecta permanentemente en nuestras formas de vida y la literatura,
como representación de ellas, no hace más que dar al viaje aquellos sentidos prioritarios que
preocupan a los seres humanos.
En todas las literaturas el viaje simboliza una aventura y una búsqueda, se trate de un tesoro, o de
un simple conocimiento, concreto o espiritual. En último término, tiene un sentido en cuanto
significa la búsqueda de la verdad, de la paz, del descubrimiento de un centro y, en definitiva, del
encuentro del sentido de la propia existencia; por esta razón, el viaje, en realidad, se efectúa en el
propio interior del ser, y expresa un profundo deseo de cambio interior, una necesidad de
experiencias nuevas y que, según Jung, es testimonio de una insatisfacción que impulsa al ser
humano hacia la búsqueda y el descubrimiento de nuevos horizontes.
De este modo, el viaje aparece, y la vida misma lo es, como un destino insalvable, inevitable: el
hombre necesita buscar y conocer. Esta necesidad se convierte en una demanda, para lo cual tiene
que huir de sí mismo y de su propia realidad, para enfrentarse a una realidad nueva que le permitirá
volver sobre sí mismo y darle un sentido nuevo a su existencia.
Contenidos
1. El viaje como tema literario: su recurrencia en la tradición literaria y su significación como
representación de la vida humana.
- viaje interior;
4. El tema del viaje en las obras literarias como forma de estructuración de argumentaciones que
proponen o contradicen diversas visiones de la vida humana. Contextos históricos, sociales y
culturales, como fundamentos de la producción y recepción de tales obras. Formas genéricas;
tendencias artístico-literarias; estilo y lenguaje.
Caracterizar el tema del viaje en diversas obras literarias, considerando sus propósitos, sus
elementos constitutivos y su sentido respecto de determinadas visiones del hombre y del
mundo en contextos históricos, sociales y culturales definidos.
Ejemplo A
Leer comprensiva y analíticamente los cantos II, V, VI y VII de La Divina Comedia, de Dante
Alighieri, enfocando especialmente el sentido moral que tiene en la obra el descenso al infierno.
INDICACIONES AL DOCENTE
La lectura de algunos cantos de la obra de Dante está orientada a valorar su intención moral.
Para este efecto, es importante que el profesor o profesora oriente a los estudiantes a una
investigación de las características de la época y el sentido de la literatura, estableciendo las
argumentaciones necesarias para la valoración de la obra en el contexto histórico-social y su
función ético-social, y fundamentando la presencia del viaje y su sentido como tema literario.
Desde el punto de vista político, y con el fin de caracterizar la sociedad de la época, es importante
que los estudiantes sean orientados a descubrir aquellos rasgos que determinan la relación del
individuo con la sociedad y, por lo tanto, precisar las motivaciones del autor para comunicar a sus
lectores una determinada crítica y configurar de ese modo los aspectos relevantes del entorno social
y contrastarlo con la época actual. En otros términos, definir de qué modo los estudiantes reconocen
ciertos elementos en la sociedad representada por Dante y que les sean útiles para referirse a su
propia realidad social, tanto en lo político como en lo ético-social.
Con el fin de dar agilidad al tratamiento de lectura, el docente podría dividir los textos entre los
estudiantes y generar intercambios de experiencias que enriquezcan el uso del discurso de la
argumentación, en el planteamiento de los fundamentos que avalan la narración como viaje en sus
contextos históricos, sociales y éticos (religiosos), y en relación directa con su intencionalidad.
La orientación tendiente a fijar el propósito de la obra de Dante tiene que ver con el sentido del
viaje a los infiernos como descenso al inconsciente, la toma de conciencia de todas las posibilidades
de ser, en lo cósmico y en lo psicológico, necesaria para acceder al paraíso.
También, siempre en el plano de la explicación, el infierno refunde las ideas de crimen y castigo,
como el purgatorio las de penitencia y perdón, y el paraíso las de premio y felicidad junto a la
divinidad.
Puede trabajarse comparativamente con La divina comedia la novela de Camus El extranjero, una
obra que suele producir gran impacto entre los adolescentes. Desde el punto de vista ético y social
hay varios temas que los estudiantes pueden discutir: el sentido de la libertad, de la vida y de la
muerte; la justicia, la responsabilidad respecto de ésta, tanto del individuo como de la sociedad; y
puede resultar productivo y acercador de la gran obra medieval para los alumnos y alumnas una
comparación respecto de estos temas en la época de producción de una y otra obra.
Ejemplo B
Caracterizar el viaje realizado por Lázaro, en Lazarillo de Tormes, a través de los distintos ámbitos
sociales, considerando el sentido de crítica que posee la obra y los fundamentos para considerar el
relato como un descenso al infierno de la amoralidad, y producir un ensayo que exponga tales
fundamentos.
INDICACIONES AL DOCENTE
La lectura personal o colectiva podría conducir a la elaboración de un esquema de esta obra que
permitiera visualizar los diversos espacios que recorre el protagonista en su viaje de formación
moral, caracterizarlos desde la perspectiva de la moralidad social y de los aprendizajes obtenidos
por Lázaro; es decir, se trata de elaborar un mapa que permita dicha visualización.
A partir de aquí, definir la argumentación del personaje para fundamentar su destino presente y los
rasgos específicos de éste, en un trabajo de pequeños grupos que definirán un ensayo acerca de la
relación del individuo y la sociedad y su impacto en su formación ética. En el caso de elegir una
modalidad de redacción individual del ensayo, se puede proponer un concurso que permita la
selección de los mejores, tanto en contenido como en uso del lenguaje argumentativo (ver Unidad 1,
Subunidad 3), con el fin de hacer una publicación formal como revista, periódico o libro en el
marco de las posibilidades de los estudiantes y del establecimiento.
Como en el ejemplo anterior, puede resultar productivo para un mejor acercamiento de los
estudiantes a la obra clásica de la picaresca española, leer –o releer– además Mi planta de naranja
lima, del brasileño José Mauro de Vasconcelos, en la que se presenta desde una perspectiva de
crítica social el viaje que realiza el niño protagonista: un ‘viaje acelerado’ hacia el mundo de los
adultos, a través del dolor, el sufrimiento y la injusticia.
Es propiedad: www.profesorenlinea.cl
La literatura de viajes trata sobre un tema tan universal como es la inquietud humana por
desvelar lo desconocido del mundo, de otros pueblos y costumbres, de ahí que en ella el
estudiante de español como lengua extranjera además de encontrar referencias
lingüísticas a través de las cuales aprender el idioma también puede conocer
entrecruzadas visiones sobre su cultura. La literatura de viajes permite distinguir la
imagen que en la actualidad y en épocas pasadas se ha descrito de nuestra sociedad, y lo
que nuestros contemporáneos y antepasados han pensado y relatado de su encuentro
con otras gentes y lugares. Ello es así porque, si algo caracteriza la literatura de viajes, es
que en ella se inscribe la visión íntima y personal del autor o viajero que describe la
realidad bajo la óptica de su propia experiencia.
Recordemos que la palabra viajero, tan común en nuestros días, fue uno de tantos
neologismos que entraron con fuerza en el español en el siglo XVIII. De la entrada de
viajero en nuestro idioma se hizo eco el Diccionario de Autoridades (1726-1739), que
animaba a los hablantes a descubrir el mundo como los viajeros, como “el que hace algún
viaje, especialmente largo, por varias partes. Se aplica con singularidad a los que
escriben las cosas especiales que han observado en él”. En esta definición la valorización
del viaje a través de su expresión escrita es evidente, en ella se refleja con fidelidad una
apreciación social por la lengua y sus manifestaciones literarias.
Sin duda, cualquier aprendiz de lenguas extranjeras necesita el lenguaje para expresarse
en el mundo real, de ahí que los manuales de enseñanza ELE sigan actualmente un
diseño nocio-funcional ordenando las secuencias didácticas a partir de las funciones del
lenguaje (preguntar, pedir, etc.) y las nociones semánticas (tiempo, lugar, etc.) dando
prioridad a las relaciones cotidianas. No obstante, es evidente que un estudiante de
idiomas necesita todas las claves posibles para acceder a la cultura de la lengua que
aprende, traspasando el límite de las primeras necesidades. Dentro de la enseñanza de
las segundas lenguas y lenguas extranjeras, la utilización de textos literarios en el aula en
un contexto curricular debe tener presente una consideración amplia del hecho literario
trascendiendo la idea de que la literatura es un sistema de comunicación diferente al
lenguaje usual y de que ahí radica su valor intrínseco. Precisamente, en el contexto
didáctico actual en el ámbito de la enseñanza/aprendizaje de lenguas extranjeras, ni la
literatura ni el discurso literario se presentan como sinónimos de complejidad lingüística,
ni como un desvío arbitrario del uso de la lengua, sino como exponentes de uso que
enriquecen la competencia comunicativa del estudiante.
Por encima de sus cualidades estéticas, el texto literario es una unidad de comunicación
sin carácter restrictivo, de ahí que sea una decisión pedagógica no fijar delimitaciones
entre los usos cotidianos y los literarios. La consideración en clase de los textos literarios
puede ayudar a los alumnos a valorarlos e interpretarlos de modo significativo y, al mismo
tiempo, progresar en el conocimiento y la comprensión general de la lengua que
aprenden. Bajo estos principios, la selección de los textos en el aula ELE es vital y ocupa
un lugar de primer orden. Los textos literarios destinados a la enseñanza de la lengua
tienen que ser modelos de lengua, de ahí que una acertada selección de los materiales
literarios (con una conveniente adecuación al nivel del alumno) sea un eje alrededor del
cual puede girar el éxito del progreso en clase de español. Así entendido, resulta evidente
que un texto literario puede ser el eje que estructure cualquier curso ELE que tenga como
finalidad familiarizar al alumno con intercambios lingüísticos en contextos socioculturales
reales.
Obviamente este carácter vital e individual subraya aún más el poder de motivación de la
literatura de viajes, cuya lectura permite recrear en la imaginación del lector nuevos
contextos significativos con los que identificarse. Así, el hecho de que la literatura de
viajes facilite la proyección de la subjetividad del lector sobre el texto hace más irresistible
su lectura y, por lo tanto, impulsa con mayor fuerza que otros textos la afición a leer. Por
ello, podemos decir que la literatura de viajes es, más allá de una invitación, una
provocación a la lectura a partir de temáticas de tipología diversa.
Con todo, si algo permite la literatura de viajes en la enseñanza E/LE es salir de modelos
argumentales tópicos, al facilitar a los alumnos el progreso en sus conocimientos
(lingüísticos, pragmáticos, socioculturales) a través de textos infrecuentes en las
antologías literarias al uso. Así, si el profesor de español opta por focalizar la atención
sobre imágenes de la cultura creadas a partir del encuentro literario con nuevas
realidades fuera de estereotipos, conseguirá que más de un alumno se aproxime a la
lectura con el mismo espíritu de descubrimiento que el manifestado por los autores en los
textos. Sin duda, la literatura de viajes ofrece tramas que pueden mantener el interés del
alumno, además de una variedad temática y estilística que puede facilitar segundas o
repetidas lecturas que permitirán profundizar en aspectos diversos de la lengua
(semánticos, de uso, etc.).
Es algo también evidente que la literatura de viajes ofrece a sus lectores la posibilidad de
relacionar factores externos al texto, ya que la lectura puede ser un ejercicio comparativo
de relación de las experiencias vividas por el lector en espacios geográficos, culturales o
imaginarios con los descritos en las tramas argumentales de un texto concreto. La ilusión
referencial de la literatura de viajes permite, por su verosimilitud, ensanchar por un
momento el espacio de lo real. Esta amplitud del marco referencial es interesante para los
estudiantes de español, ya que abre los horizontes de la experiencia de la lectura al
facilitar la posibilidad de relación de al menos dos modelos culturales de representación,
el del lector y el propuesto por el texto. Pensemos que ahí radica uno de los grandes
atractivos de la lectura de obras como, por ejemplo, el Voyage en Espagne (1862) del
barón Charles Davillier, que viajó por España con el célebre ilustrador de libros Gustavo
Doré, y en cuya obra se recogen bellas estampas literarias llenas de costumbrismo y
sabor local en la que tanto nos gusta reconocer las impresiones de un francés sobre la
cultura española.
Todo país ha de tener conciencia de la imagen del mundo, de ahí que los libros de viajes
sean tan antiguos como el impulso de las civilizaciones a conocer otras culturas y
pueblos. La literatura de viajes española tiene profundas raíces en la tradición narrativa
medieval europea, y en el mundo hispánico afianza su razón histórica en el siglo XV con
el descubrimiento de América. Sin duda, la apertura de las fronteras de los grandes
espacios marítimos del Atlántico, el Índico y el Pacífico inauguraba nuevas
representaciones colectivas del extranjero. Con todo, en España la apreciación social de
la literatura de viajes se produce en la época ilustrada con la consideración del viaje como
actividad enriquecedora de las letras y del idioma, como respuesta al sentido de la utilidad
y el espíritu científico. Esta actitud racional, crítica y utilitaria característica del setecientos
dio paso a nuevas visiones con el advenimiento del movimiento romántico en Europa. En
el siglo XIX el romanticismo decimonónico, que entendía el paisaje y la naturaleza como
expresiones genuinas de nuestros valores sociales, concebía el viaje como recreación
sentimental. Y si avanzamos en el tiempo, al fin, en la época actual bajo la acepción de
literatura de viajes se sigue inscribiendo un abanico de textos entre los que cabe añadir a
la vieja nómina los relatos periodísticos, cuya actualidad e inmediatez tanto atraen al
público lector de la sociedad de la comunicación y la información.
Como vemos, en la historia literaria española los géneros de la literatura de viajes son
híbridos y la figura del viajero versátil, ya que del puño y letra de peregrinos, navegantes,
escribanos, científicos, expedicionarios, espías, diplomáticos, aventureros o periodistas
que informaron a sus coetáneos, han llegado a nuestros días muchas descripciones
cuyas claves enriquecen nuestra mirada y la percepción actual de tantos enclaves y
culturas. Es por ello que, si a lo largo de la historia el viaje ha sido un potente instrumento
documental y literario para describir hechos singulares, extraños y lejanos, podemos
valernos de la literatura de viajes para enseñar y aprender aspectos lingüísticos,
culturales y pragmáticos de la lengua española.
Literatura de viajes para la enseñanza E/LE
3. Imágenes del mundo otomano en la literatura de los Siglos de Oro. Viaje de Turquía (la
odisea de Pedro de Urdemalas) (1557), de Cristóbal de Villalón
10. Itinerarios del humor. El último trayecto de Horacio dos (2002), de Eduardo Mendoza