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Sin duda alguna, las diferencias entre hombres y mujeres son grandes y van
desde los aspectos puramente biológicos, pasando por los conductuales, hasta
llegar a las diferencias en cuanto a salud; cuando se habla de enfermedades
mentales, el sexo puede marcar una especial diferencia porque las mujeres tienen
más probabilidades de ser diagnosticadas de ansiedad o depresión, mientras que
los hombres tienden al abuso de sustancias y a los trastornos antisociales, revela
un estudio publicado por la American Psychological Association (APA).
Es importante mencionar que aunque los datos muestran una mayor incidencia de
casos de trastornos del estado de ánimo en las mujeres, las diferencias pueden no
ser tan reales, ya que culturalmente las mujeres reconocen más fácilmente las
tensiones emocionales y buscan ayuda, lo que incrementa el número de casos
conocidos.
La alta incidencia de trastornos afectivos en las mujeres, está influenciada por una
serie de factores biológicos, sociales y culturales, siendo las principales causas
las siguientes:
Los distintos roles que le toca cumplir en la sociedad (madre, esposa, ama
de casa, trabajadora)
Cambios hormonales, como la menopausia
Problemas de salud (propios y de otros miembros de la familia)
Situación económica
Muerte o pérdida de un ser querido
Cambios en el estilo de vida como el matrimonio, embarazo, nacimiento de
los hijos (depresión post parto), jubilación)
Situaciones de violencia en cualquiera de sus manifestaciones
Desempleo
No todas las personas que atraviesan por una o más de las situaciones antes
descritas necesariamente padecerán algún tipo de trastorno mental, ya que el
afrontamiento de las dificultades y la capacidad para solucionarlas depende de las
características personales de cada individuo, sin embargo es importante prestar
especial atención a señales de alarma como:
Contar con una red social de apoyo con quienes interactuar fuera de la
familia (pertenecer a un club o grupo de amigos)
Dedicarse tiempo para sí mismo realizando actividades satisfactorias (leer,
practicar algún deporte, ir al cine, etc.)
Fomentar la autoestima (aceptar sus fortalezas y trabajar en sus
debilidades)
Plantearse metas realistas y alcanzables
Realizar actividad física
Llevar una dieta balanceada
Realizar un control preventivo de salud por lo menos una vez al año
Organizarse
Regenerarse
Silencio interior
Pilar Benítez propone el siguiente ejercicio mental: “Imagine un lago lleno de gente
que nada, chapotea, juega o navega. La superficie no deja de moverse y el agua
está agitada. Piense que, de pronto, todo el mundo se va y solo queda una ligera
brisa que acaricia la superficie y forma pequeñas ondas o dibujos. Es suave, pero
nos impide ver el fondo, pues sigue agitando levemente la superficie del lago”.
“Su misión es intentar aquietar esa brisa para tratar de ver qué hay debajo el agua.
Con el tiempo descubrirá que hay tesoros increíbles, talentos y dones que le
hacen una mujer única: creatividad, intuición, compasión, amor universal”,
prosigue.
“Se trata de una gran aventura, la aventura de la vida, de entender por qué
estamos aquí y qué hemos venido a hacer. Eso es con lo que tenemos que
conectar”, finaliza.