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NARRACIÓN DE LOS HECHOS

El día martes 13 de junio de 2017, aproximadamente hacia las doce y media del
día, me dirigía a la ciudad de Tunja, junto con mi hijo CÉSAR ANDRÉS GARAVITO
FARFÁN, con el fin de cumplir una cita médica, para lo cual ocupamos los asientos
ubicados en la mitad del vehículo No.1210 con placas XGC-605, de la empresa
COOTRADELSOL.
Desde el inicio del viaje, observamos que el conductor del mencionado vehículo el
señor MARCO ANTONIO PÉREZ CÁRDENAS, excedía los límites de velocidad,
situación que se notaba aún más cuando se tomaban las curvas de la vía, es de
anotar que llevaba la radio encendida a muy alto volumen, lo anterior se agravó
cuando íbamos llegando a Duitama ya que empezó a llover fuertemente y el señor
conductor no tomó la precaución de disminuir la velocidad.
A la altura del municipio de Cómbita, en proximidades de la penitenciaria de “El
Barne”, de un camino veredal salió un camión, ante lo cual los vehículos que iban
adelante del que nos trasportábamos, redujeron la velocidad, no así el nuestro, ya
que debido a que iba a alta velocidad, no fue posible que frenara, por lo que tuvo
que realizar maniobras para no chocar con los demás automotores, el mismo,
gambeteo sobre la carretera, lo que ocasionó que algunos pasajeros nos saliéramos
de las sillas, luego chocó fuertemente contra la cuneta y por último contra el
barranco que se ubica al lado derecho de la vía Paipa-Tunja, con todo lo anterior fui
golpeada fuertemente en repetidos momentos, al sentir las fuertes sacudidas, mi
hijo se encargó de mi protección para que no me saliera de la silla en la que me
encontraba, pues con todas los saltos que dio la buseta, resulté fuertemente
golpeada a nivel de la columna cervical, lumbar, cadera y sacrocoxis.
En los primeros momentos fui auxiliada por mi hijo, los demás pasajeros que no
sufrieron heridas ayudaron a las personas que estaban en el piso de la buseta y que
se encontraban golpeadas, a otros pasajeros los dejaron donde quedaron por miedo
a que tuvieran fracturas en la columna, yo logré salir de la buseta ya que mi hijo me
cargó y me dejó en un lugar seguro a esperas de una ambulancia.
El conductor se dedicó a llamar al dueño de la buseta y a otros conocidos para
contarles que a la buseta no le había pasado nada, ese era el tema primordial de
sus conversaciones por celular, pero no se preocupaba por llamar las ambulancias
ya que había conmigo varios heridos y algunos aún permanecían en la buseta. En
varios momentos yo le solicité al señor MARCO ANTONIO PÉREZ CÁRDENAS,
conductor de la buseta, que por favor nos ayudara, que llamara las ambulancias,
pero él decía que ya las había llamado, cosa que no es cierta, puesto que la policía
nos lo confirmó más tarde, que el señor había reportado el accidente, pero que dijo
que no había heridos y que era sólo latas los daños.
Pasó más de una hora sin que fuésemos auxiliados por ningún equipo médico, ni
ambulancia, permanecimos algunos heridos en el piso bajo la lluvia y otros dentro
de la buseta ya que no se podían mover, sólo hasta que apareció un funcionario de
la concesión del peaje que hacía su ronda y al vernos allí, tomó cartas en el asunto,
llamó a la policía y sólo hasta ese momento, fuimos trasladados en varias
ambulancias a la ciudad de Tunja a la clínica Medilaser.
Quiero hacer notar la irresponsabilidad del conductor, no sólo por su pésima
conducción del vehículo, sino por la manera como manejó la situación, sin
prestarnos ayuda, no nos dio la importancia que requeríamos, tampoco dio la
información correcta a la policía y autoridades, para que nos socorrieran, si no que
le importó más las latas del vehículo y su preocupación mayor era que no le
detuvieran el carro.
Ya en la clínica Medilaser de Tunja, recibí la atención respectiva, me realizaron
algunos exámenes, en ningún momento fui atendida por ningún ortopedista,
únicamente médicos generales, el día 14 de junio me dieron de alta, aunque
continuaba con fuertes dolores y no podía sentarme, ya en Sogamoso fui atendida
por médicos particulares para manejo de dolor. El día 24 de junio me vi obligada a
trasladarme nuevamente a la Clínica Medilaser de Tunja, ya que los síntomas
persistían y se mantenía la imposibilidad de sentarme, ante esta situación los
médicos sugirieron un tac de cadera, pero la clínica no me lo pudo practicar en ese
momento, por lo que debí regresar a Sogamoso sin ninguna solución.
Ante la dificultad para trasladarme constantemente a la ciudad de Tunja, para
continuar con el tratamiento, el día 30 de junio de 2017 me dirigí a la clínica
Medilaser de esa ciudad, para solicitar el traslado de mi historia clínica para la
ciudad de Sogamoso a la Clínica de Especialistas. Tras haber recolectado todos
los documentos necesarios, por fin el día 5 de julio de 2017 fui atendida en dicha
clínica donde fui valorada por medicina general y luego por el especialista en
ortopedia, quien retomó los exámenes practicados en la ciudad de Tunja el día del
accidente, más los que ellos me practicaron, donde se evidenció desplazamiento de
los huesos sacroiliacos y fractura de coxis, por lo que el día 8 de julio debí ser
intervenida quirúrgicamente.
Lo demás está descrito en la historia clínica de las instituciones Medilaser de la
ciudad de Tunja y Clínica de Especialistas de la ciudad de Sogamoso.
Muchas gracias.

RITA ELENA FARFÁN RUBIANO


C.C. 24.217.497

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