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En la frecuencia :
Son todos Aquellos que se encuentran en todos los organismos Como por
ejemplo: Magnesio, Sodio, Potasio, Hierro, Azufre, y cloro.
Precisamente por
ésto último es que el oxígeno forma parte de cientos y cientos de miles de
compuestos orgánicos y se combina con la gran mayoría del resto de los
elementos.
Número atómico: 8
Peso atómico: 15,9994
Símbolo atómico: O
Punto de fusión: -218,79° C
Punto de ebullición: -182,95°C
Al respirar los
animales y los seres
humanos tomamos
del aire el oxígeno
que las plantas
producen y luego
exhalamos gas
carbónico. Las
plantas, a su vez,
toman el gas
carbónico que los
animales y los seres
humanos
exhalamos, para
utilizarlo en
el proceso de la
fotosíntesis. Plantas,
animales y seres humanos intercambian oxígeno y gas carbónico todo el tiempo,
los vuelven a usar y los reciclan. A esto se le llama el ‘ciclo del oxígeno’.
Los automóviles, muchas industrias, los incendios de los bosques y las quemas de
basuras, producen enormes cantidades de gas carbónico y de sustancias tóxicas
que contaminan la atmósfera. Las plantas son las únicas capaces de transformar
el bióxido de carbono, en el oxígeno que necesitamos los demás seres vivos
para respirar.
IMPORTANCIA ECOLÓGICA DEL OXÍGENO
Es necesario, por ejemplo, que el agua de ríos y de los lagos contenga una
cantidad adecuada de O2 para que animales y plantas que ahí se desarrollan
lleven una vida óptima y puedan cumplir con sus
funciones. La contaminación atmosférica, así como
la del agua, disminuyen considerablemente la
cantidad y calidad del oxígeno y con ello se pone en
peligro la subsistencia de la flora y fauna.
La medicina hiperbárica (de alta presión) usa cámaras especiales de oxígeno para
aumentar la presión parcial del O2 en el paciente y, cuando son necesarias, en el
personal médico. La intoxicación por monóxido de carbono,
la mionecrosis (gangrena gaseosa) y el síndrome de descompresión a veces se
tratan con estos aparatos. El aumento de la concentración del O2 en los pulmones
ayuda a desplazar el monóxido de carbono del hemogrupo de hemoglobina. El
oxígeno es tóxico para la bacteria anaerobia que
causa la gangrena gaseosa, de manera que
aumentar su presión parcial ayuda a acabar con
ellas. El síndrome de descompresión les sucede a
los buzos que salen demasiado rápido del mar, lo
que resulta en la formación de burbujas de gas
inerte, sobre todo nitrógeno, en su sangre.
Es importante señalar que las bacterias que degradan los restos orgánicos y las
que llevan a cabo la nitrificación son completamente distintas y las
desnitrificantes tienen necesidades diferentes; para las primeras es fundamental
la materia orgánica y para las segundas ésta constituye un veneno; las dos
primeras todas requieren oxígeno pero las primeras son mucho más capaces de
absorberlo que las nitrificantes, por lo que si la concentración de oxígeno es baja
Nitrosomonas y, sobretodo, Nitrobacter no pueden sobrevivir. En cambio las
desnitrificantes mueren rápidamente en presencia de oxígeno.
Parte del agua dulce que regresa a la superficie de la tierra como precipitación
atmosférica queda detenida en los glaciares. Gran parte de ella se colecta en
charcos y arroyos, y es descargada en lagos y en ríos, que llevan el agua de regreso
a los mares, completando el ciclo. Este escurrimiento de agua superficial desde la
tierra reabastece corrientes y lagos, y también causa erosión del suelo lo cual
impulsa a varias sustancias químicas a través de porciones de otros ciclos
biogeoquímicos.
Una gran parte del agua que regresa a la tierra penetra o se infiltra en las capas
superficiales del suelo, y parte se resume en el terreno. Allí, es almacenada como
agua freática o subterránea en los poros y grietas de las rocas. Esta agua, como el
agua superficial, fluye cuesta abajo y se vierte en corrientes y lagos, o aflora en
manantiales. Eventualmente, dicha agua, como el agua de superficies, se evapora
o llega al mar para iniciar el ciclo de nuevo. La intensidad media de circulación
del agua subterránea en el ciclo hidrológico es extremadamente lenta (en cientos
de años), comparada con la de la superficie (10 a 120 días) y la de la atmósfera (10
a 12 días).