La Filosofía del derecho es aquella rama de la filosofía que concierne al Derecho.
Ahora bien, Filosofía es el estudio de lo universal, luego en cuanto la Filosofía tiene por objeto el Derecho, lo toma en sus aspectos universales. Puede definirse también la Filosofía en general como el estudio de los primeros principios, porque a estos, precisamente, corresponde el carácter de universalidad. Los primeros principios pueden referirse ya al ser y al conocer, ya al obrar; de aquí la división de la Filosofía en practica y teorética. La Filosofía teorética estudia los primeros principios del ser y del conocer, y se divide a su vez en las siguientes ramas: ontología o metafísica (que comprende también la Filosofía de la religión), gnoseología o teoría del conocimiento, lógica, psicología, filosofía de la estética. La Filosofía práctica estudia los primeros principios del obrar y se divide en Filosofía moral y Filosofía del Derecho. A menudo se adopta también para la denominarla la palabra ética: mas conviene advertir que a veces se entiende esta denominación en sentido lato, en cuyo caso es sinónima de Filosofía practica; y a veces en sentido estricto, en cuyo caso es sinónima de filosofía moral. El estudio del derecho en sus ingredientes universales constituye el objeto de la filosofía jurídica. Pero el Derecho puede ser estudiado en sus aspectos particulares: en este caso es el objeto de la ciencia jurídica o jurisprudencia en sentido estricto. La diferencia entre ciencia y filosofía del derecho radica cabalmente en el respectivo modo como una y otra consideran al Derecho: la primera en particular, la segunda en universal. En todo tiempo y en todos los pueblos se da un sistema positivo de derecho. Se da así una serie múltiple de sistemas, a tenor de los diversos pueblos y tiempos. La ciencia del Derecho tiene por objeto los sistemas particulares considerados singularmente para cada pueblo en una época determinada. Pero además, una ciencia jurídica no suele comprender propiamente todo un sistema, sino que procede con ulteriores especificaciones y distinciones, considerando una parte singular del sistema en cuestión (derecho publico o derecho privado). Pero estas divisiones no han de entenderse de modo absoluto, siendo numerosas las conexiones e interferencias entre las distintas ramas, y no excluyéndose la creación de otras nuevas. Claro esta que ninguna ciencia jurídica en sentido estricto puede explicar que sea derecho en universal, sino únicamente lo que es el derecho (o una parte del derecho) en un cierto determinado tiempo. La definición del derecho in genere es una investigación que trasciende de la competencia de todas y cada una de las ciencias jurídicas particulares: y constituye precisamente el primer tema de la Filosofía del Derecho. Como lo dijo con gran justeza Y. Kant, las ciencias jurídicas no responden a la cuestión "quid jus?" (que es lo que debe entenderse in genere por derecho), sino únicamente a la pregunta "quid juris?" (que ha sido establecido como derecho por un cierto sistema). Si se quiere conocer el derecho en su integridad lógica, esto es, saber cales son los elementos esenciales comunes a todos los sistemas jurídicos, debemos forzosamente superar las particularidades de estos sistemas y mirar al concepto universal del derecho. Existe una fuerte tradición, que ha venido identificando la norma jurídica con el Derecho objetivo. Modernamente, por influjo de la doctrina italiana, se ha puesto de manifiesto que el Derecho no está integrado solamente por normas, sino que a su existencia y realización coadyuvan otros elementos (organización), que, sin identificarse con la norma, ayudan a su producción, aplicación y garantía misma. Y, de otro lado, que existen contenidos normativos que no se identifican con el Derecho, aunque reciban de él su eficacia (disposiciones autónomas). Con el carácter de jurídicas, y por su contraposición al mundo físico y a sus leyes distinguimos aquellas otras dirigidas a regular la ordenación social, que llevan insita en su peculiaridad la posibilidad de ser incumplidas y que, referidas al plano del deber ser, por significar un deseo de perfeccionamiento, denominados normas. Esas normas no son de un solo tipo, pudiendo separar, convencionalmente, aquellas normas que regulan la actuación de los miembros sociales, estableciendo modos de conducta cuya infracción no provoca otra cosa que el reproche, y aquellas otras dirigidas a prevenir y regular conflictos de intereses entre los hombres.
Objetivo de la Filosofía del Derecho y sus
relación con la Teoría del Estado y el Derecho Salvo algunas formulaciones idealistas, la filosofía pretendió, en sus inicios, ofrecer la explicación de todos los fenómenos de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento humano, y fue contusionando de manera progresiva, con los trabajos y los datos de las ciencias particulares que iban obteniendo conclusiones sobre las distintas esferas de fenómenos de que se ocupa cada una. Esta situación condujo a que en el siglo XIX la Escuela Alemana intentara hallar un espacio singular y exclusivo al quehacer filosófico, con lo que redujo la filosofía a su contenido gnoseológico y planteó, lo que Engels calificó como el problema principal de la filosofía, la relación pensar – ser. La Filosofía del Derecho no sólo puede y debe existir, como medición y especulación concreta sobre el fenómeno derecho asumido en su universalidad, sino que esa medición únicamente puede hacerse de manera acertada a partir de la adopción de una visión y una concepción filosófica general, en la cual, debe plantearse y resolverse de forma conveniente el problema principal de la filosofía, la relación pensar – ser. La Filosofía del Derecho constituye una esfera especulativa concreta, que trata de elucidar las leyes y regularidades del fenómeno jurídico entendido en su dimensión más general y abstracta. Los datos y las conclusiones de las ciencias jurídicas sectoriales enriquecen y confirman a su vez los resultados de la Filosofía del Derecho. Con esos puntos de vistas, la Filosofía del Derecho no es concebida como una nueva especulación, como una visión primigenia de la vida social. Al mismo modo, no aspira a erigirse en ciencia de las ciencias jurídicas, a la manera cartesiana de entender la filosofía.
Relación entre Teoría del Estado y el Derecho y la Filosofía
del Derecho Esta relación se da cuando se hace una correcta Teoría del derecho, se piensa filosóficamente sobre este fenómeno social. Cuando se piensa filosóficamente sobre el Derecho, se teoriza sobre el mismo. Las relaciones entre una y otra no puede encontrarse en el objeto de estudio, que es el mismo, ni tan siquiera en las pretensiones científicas, que muchas veces coinciden. La relación entre ambas indagaciones es la que existe entre la búsqueda de lo general y lo particular. La Filosofía del Derecho, que constituye una indagación filosófica particular en relación con la filosofía general, se torna indagación general sobre el derecho en relación con la Teoría del Estado y del Derecho. Ambas entonces se complementan y alimentan de manera recíproca. La Filosofía del Derecho tiene una enorme importancia práctica, pues las ciencias jurídicas sectoriales carecerían de respuestas globales para iniciar sus conclusiones y no tendrían el arsenal gnoseológico adecuado para avanzar en las mismas, de no estar pertrechados con una correcta filosofía jurídica.