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MENSAJE PASTORAL
Presentar a María como mujer cercana a nosotros, por su origen humano y por
la sobriedad informativa con que la refleja el Nuevo Testamento.
Introducción
En la entrada del Adviento, nos reunimos para celebrar a María como mujer de
nuestra estirpe humana, y, como una figura de la historia, situada en el vértice
de dos tiempos distintos. distintos.
Acto penitencial
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Evangelio (Mateo 1,1-17)
Comentario Homilía
¿Qué podemos saber, pues, con certeza, acerca de Maria? Desde el punto de
vista histórico, tal vez éste pueda ser un buen resumen: Que hace dos mil años
vivió en una aldea de Palestina una joven perfectamente encajada en las mejores
tradiciones y esperanzas de su pueblo. Que había situado a Dios en el eje de su
existencia. Que tuvo la intuición de que Dios prefería a los humildes, y que no
consideraba que pudiera verificarse en ella el sueño de toda mujer: ser la madre
del Mesías anunciado por los profetas... Con todo, tuvo un hijo extraordinario,
siendo ella la primera persona que albergó la convicción de que Dios residía en
2
Jesús y actuaba en él.
Oración de fieles
Invoquemos al Padre por medio de María, aurora y portadora del Salvador que
viene, pidiéndole las oportunas disposiciones para recibirle:
Padre, que te sean gratos los deseos que te hacemos llegar por medio de nuestra
hermana en la esperanza, la Virgen María. Que acertemos a recibir en la mejor
disposición al Salvador que, enviado por Ti, nació de su carne. Por C. N. S.
Acción de gracias
Gracias por su pequeña historia, por su raíz humilde, porque no tiene hazañas,
ni apellidos, ni otra voz
que un formidable «si» para aceptar ser madre.
Nos gusta y aprovecha más así:
simplemente entrevista, velada, escondida en el misterio de una fidelidad
esencial.
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Nos gusta en la grandeza de su escasez histórica, pues así pertenece
plenamente a este pueblo anónimo y sufrido que trabaja su fe y suda su
esperanza, que construye su paz, puestos en Ti los ojos... Gracias, Señor, por
ella, mujer de nuestro pueblo.
MENSAJE PASTORAL
Descubrir en María el don de la virginidad y apreciarlo porque dota al
creyente de libertad frente a las cosas y personas.
Introducción
Acto penitencial
4
Cuando la capacidad de procrear era para toda muchacha hebrea una posibilidad
de ser la futura madre del Mesías, María está desposeída de esa ambición: «Yo
no conozco varón». Pero Dios la ha elegido precisamente por eso.
Comentario-Homilía
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dimensión, como una fuerza orientada hacia el amor, que puede llenar algo el
inmenso vacío con que Dios nos formó. En todo caso, El es para nosotros, como
para Maria, nuestro único señor y dueño.
Oración de fieles
Conscientes de que «sólo Dios basta», pues sólo El puede saciar nuestra
capacidad de amar, le dirigimos hoy nuestras peticiones por intercesión de
María:
1. Por la Iglesia, esposa de Cristo e imagen de la Virgen, para que, libre ante el
poder, el halago y la riqueza, no se entregue a otro amante que a Dios su Señor,
ROGUEMOS...
2. Por los hombres y mujeres que hacen profesión de amor consagrado, para que
lo vivan libre y gozosamente en su verdadera motivación de dar a luz a Cristo
para el mundo, ROGUEMOS...
3. Por los jóvenes cristianos, para que comprendan las ventajas del dominio de
su cuerpo y orienten la sexualidad en orden a madurar en el amor,
ROGUEMOS...
4. Otras peticiones espontáneas.
5. Por todos nosotros, para que amando a Dios sobre todas las cosas, en nuestro
corazón haya siempre un espacio reservado al amor de los que nadie ama,
ROGUEMOS...
Concédenos, Señor, esa fecundidad del espíritu que brota de estar unidos a Ti y
se manifiesta en una particular entrega para hacer que venga a nosotros tu amor
y tu Reino. Por C. N. S.
Acción de gracias
Te damos gracias, Señor, y te alabamos, por esa maravilla de una Virgen madre,
cauce de tu llegada hasta nosotros. Virgen fue por tener el alma libre de otra
ambición que Tú no fueras. Virgen porque amó intensamente cuanto Tú creaste,
sin gastar su corazón en ese amor.
Gracias te damos
por el don de la virginidad con que sigues regalando a la Iglesia, por todas las
personas consagradas en cuerpo y alma al Evangelio. Ellos se han entregado a
Ti como promesa de ese tiempo futuro en que sólo a Ti estemos unidos.
Gracias porque a través del don de la virginidad tu Espíritu sigue engendrando
a Cristo.
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3 VISITACION DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARIA
MENSAJE PASTORAL
Estimular el gozo que suscita la cercanía de Navidad y apoyados en María,
hacer que se traduzca en obras de amor al pr6jimo.
Introducción
Acto penitencial
- Por nuestras faltas de fe, que no testimonian a Cristo como Salvador, SENOR,
TEN PIEDAD.
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Alegría y caridad son los dos sentimientos presentes en el relato de la
Visitación. Alegría porque en la Virgen, "dichosa por haber creído'>, se hace
carne el Verbo de Dios. Y amor, porque es un fruto del Espíritu atento siempre
a la necesidad ajena.
Comentario-Homilía
«Con toda presteza» hace el evangelista Lucas que Maria corra hasta el otro
extremo del país llevando la noticia del Dios con nosotros. Hay unos 150
kilómetros hasta Ain karim, en donde una tradición sitúa la casa de Isabel. Le
sobra alegría y amor para que el riesgo del camino se constituya en estímulo
para sus deseos de comunicar y de servir, más que en freno de su impulso... Al
llegar, sucede el abrazo más y mejor representado en la historia del arte: dos
mujeres fundidas en un saludo que ha de fecundar las mejores esperanzas. Y
entonces María se pone a bordar como guirnaldas los nueve versos del
Magníficat: “Se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador...»
Lo que alegra a Maria no es el hecho, ya suficientemente jubiloso, de dar a luz a
un hombre. Es la conciencia de ser habitación del Salvador. Sentirse portador de
Dios es razón suficiente para despojarse de tristezas profundas. Nos urge a
recuperar la alegría y a combatir el sentimiento de la soledad.
Ahora bien, en Maria de la Visitación se descubre otra fuente de gozo: cuando
su vientre estalle, se romperán las cadenas de los oprimidos, pues se invertirá el
orden injusto de las cosas y de los criterios egoístas: “Levantará del polvo a los
humildes». El poder divino se almea al lado de los pobres. Por eso ha elegido a
una representante del pueblo más sufrido. Y se estremece de alegría, más que
por ella misma, por todos los despojados a quienes representa. La causa de su
gozo es el Señor, pero los beneficiarios van a serlo los pobres que confían en
Dios y trabajan por su dignidad, lo cual le alegra doblemente.
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cuando nadie visita a nadie si no bajo la guía de sus propios intereses, cuando la
burocracia tiende a desplazar el sentimiento de familiaridad..., la Virgen de la
Visitación va pidiendo, camino de Judea, creyentes que sepan sembrar gestos de
amor. El nacimiento del Señor, nuestra felicidad, la mejor y más sólida alegría,
están dependiendo de nuestra capacidad de amor mutuo y entrega desinteresada.
Oración de fieles
2. Por los misioneros y los que anuncian lejos de su tierra la gozosa noticia de
Cristo, para que sean testigos eficaces de la universalidad de la salvación,
ROGUEMOS...
3. Por las madres gestantes y los profesionales que ayudan a dar a luz, para que
transmitan delicadeza y ternura a los niños en el momento de nacer,
ROGUEMOS...
Acción de gracias
Te pedimos, Señor, que nuestras oraciones sean, antes que nada, incesante
alabanza de tu misericordia; y que el gozo de haber sido salvados nos lleve a
difundir tu amor con obras y palabras a los demás hermanos.
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TIEMPO DE NAVIDAD
FORMULARIOS DE MISAS
MENSAJE PASTORAL
El nacimiento del H,jo de Dios a través de Maria tiene una doble vertiente de
misterio divino y normalidad humana.
Introducción
Supuesto que, como dice San Agustín, «ella concibió en su espíritu antes que en
su seno», la Madre de Dios nos dice que también nosotros podemos recibir a
Cristo en nuestra vida y acercarlo a los demás a través de la fe.
Acto penitencial
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Primera lectura (Gálatas 4, 4-7)
El relato del nacimiento del Señor, según San Lucas, nos habla de María como
protagonista y como testigo. De la atenta lectura del texto se deduce que ella
conservó siempre la memoria de aquel momento clave de su vida, como un
misterio admirativamente contemplado.
Comentario-Homilía
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reflejo literario de esta constatación teológica: Dios se nos muestra rompiendo
nuestros cálculos y previsiones. Con todo, en el Evangelio abundan más los
datos ordinarios que los maravillosos: está el embarazo de una madre soltera,
hay por medio un asunto de celos resuelto con ternura y con fe, existe un
problema de hospedaje para el nacimiento, una purificación ritual a la que
María quiere someterse sin invocar derechos de excepción... Y, por encima de
todo, está la ejemplar confianza con que sabe leer, en clave de misterio, lo que
aparentemente nada encierra de maravilloso.
Oración de fieles
1. Por la Iglesia, madre en la que Dios engendró y alimenta nuestra fe, para que
aprenda de María a ejercer una maternidad de amor y de servicio, ROGUEMOS
AL SEÑOR.
3. Por todos los niños del mundo y especialmente por aquellos que nacen y
viven en la pobreza, el desamor y la violencia, para que sean rescatados de esas
condiciones, conforme a su dignidad de seres humanos e hijos de Dios,
ROGUEMOS...
4. Otras peticiones.
5. Por todos los presentes, para que, puestos los ojos en la madre santa y
humana de Cristo, avancemos en humanidad al mismo tiempo que en santidad,
ROGUEMOS...
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nacimiento. Por C. N. 5.
Acción de gracias
MENSAJE PASTORAL
La salvación de Cristo se verifica también en esa línea mariana del servicio, la
humildad y el detalle.
Introducción
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TEN PIEDAD.
La venida del Salvador era la gran ilusión colectiva de Israel. Así, la consigna
del profeta Isaías, definiéndolo como Emperador, Consejero, Príncipe de la paz
y Héroe divino. Nuestra equivocación se puede producir si hacemos de estos
textos una interpretación más temporal o política que espiritual.
El ángel del Nacimiento anuncia al Salvador, pero todo el contexto del relato
está sembrado de signos de ternura y pobreza: <'Lo hallaréis envuelto en
pañales y acostado en un pesebre».
Comentario-Homilía
Nos cuenta San Lucas que son los pobres del Señor, los hombres de corazón
abierto, representados en los pastores de Galilea, los primeros en conocer y
reconocer el nacimiento del Salvador. Y, juntamente con ellos, María, la madre.
Una vez más se cumple así aquello de que '<los últimos serán los primeros y los
primeros últimos».
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"No conozco varón». Como Maria, esculpida como un retablo de maravillas por
haber dado a Dios toda su persona, ya que carecía de cosas que entregar. Como
María, la exaltada y favorecida de Dios por considerarse la última, por ser tan
poca cosa.
En la lista de méritos que Dios maneja de cada uno de nosotros, seguro que no
figuran fortunas, diplomas, uniformes, antigüedad ni éxitos. Seguro que El
aplaude y enriquece sólo a los corazones humildes como el de la humilde sierva
de Nazaret. «La Virgen no tuvo ni milagros ni triunfos. Su Hijo no permitió que
la rozase siquiera la gloria humana, ni tan sólo con una punta de su ala salvaje.
Nadie ha vivido ni ha sufrido ni ha muerto más sencillamente que María y en un
ignorar tan profundamente su propia dignidad» (Bernanos). La Madre del
Salvador fue tal por esa humildad que prendó el corazón de Dios y despierta la
confianza de los que nos sentimos salvados en Jesús.
Oración de fieles
Señor, Tú que nos has salvado por medio de la cruz de Cristo, ayúdanos a suplir
con nuestra actitud de alegre servicio lo que falta por completar de su pasión. Te
lo pedimos por el mismo J. N. S.
Acción de gracias
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junto a los despreciados, y en su humildad les das un nombre sobre todo
nombre.
La Epifanía del Señor es la manifestación del Dios cristiano a todos los pueblos
y razas representadas en los Magos de Oriente. Es la celebración de la
universalidad de la fe, en la cual algunos textos litúrgicos conceden a Maria un
papel de mediadora: «Brilló la grandeza de Dios y su poder se manifestó por
medio de una Virgen».
Hay un punto de unión entre los Magos y María: es la fuerza que unos y otra
necesitan para iniciar un camino. Es la fe que demuestran para reconocer que
Dios se ha manifestado, a pesar de tantas dificultades como aparecen en su
itinerario.
Tampoco para nosotros resulta siempre fácil el encuentro con Dios. Entonces
necesitamos saber en profundidad que «los Magos encontraron al Niño con
Maria, su madre». Estar junto a la Virgen es una inmensa ayuda para acceder a
Cristo.
Acto penitencial
- Por pensar que ya tenemos toda la verdad y no situarnos en continuo proceso
de búsqueda y conversión, SENOR, TEN PIEDAD.
- Por no superar del todo los prejuicios intelectuales que nos impiden creer en
Ti y adorarte como nuestro Salvador, CRISTO, TEN PIEDAD.
- Por haber abandonado el espíritu de infancia que nos lleva a reconocerte y
confesarte, SEÑOR, TEN PIEDAD.
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Primera lectura (Isaías 60,1-6)
En la visión de Isaías, la aparición del Señor disipa toda oscuridad. Los que se
atreven a levantar la vista para esperar su manifestación, sienten el gozo de su
presencia.
Comentario-Homilía
Al leer los episodios de la infancia de Cristo, descubrimos que son las gentes
sencillas de Israel, tales como José, los pastores y la propia Maria, los únicos
capaces de acoger sin prejuicios ni reservas el Reino de Dios. Podría concluirse
que los ricos y poderosos se han inhabilitado para creer. Pero el Evangelio,
siempre desconcertante, nos presenta también a tres astrólogos del misterioso
oriente empeñados en encontrar a Dios. Encarnan la ciencia y el fasto, pero son
igualmente sencillos hasta el punto de ponerse a buscar la verdad religiosa
venciendo sobre cualquier posible sentimiento de ridículo.
Buscar la verdad de Dios, que es tanto como buscar la más íntima y genuina del
hombre, acaso no esté muy de moda. Pero esto no quita para que también haya
gente inquieta y rebelde a la rutina, dispuesta a encontrar ese sentido mayor de
la existencia que procede de la revelación de Dios. Hay, en efecto, personas que
han emprendido un camino de amor y devoción para encontrarlo; gente que
hace su acto de fe en la manifestación de Dios, aun sabiendo que esa
manifestación nunca será total y cara a cara, sino veladamente y entre muchas
sombras. ¿Acaso los Magos quedaron colmados en su búsqueda desde el punto
de vista sensitivo o intelectual? Desde luego que no. Al llegar a Belén y
encontrarse con un niño que en nada se diferenciaba de los otros y carecía de
apariencia regia, hubieron de dotarse de otro acto de fe tan grande como el que
necesitaron para ponerse en camino. Pero lo hicieron, ya que «postrados de
rodillas, lo adoraron»
Los autores que reflexionan sobre la fe de María ponen mucho empeño en
demostrar que su fe no fue muy diferente de la nuestra respecto de facilidades y
ventajas. Fuera del hecho extraordinario de la Encarnación que, lejos de
transformar su fe en evidencia, debió ponerla a prueba una vez más, ninguna
epifanía extraordinaria acude en su socorro para ahorrarle peligros o salvarla de
la duda en encrucijadas decisivas.
«La vida de Maria no sigue el esquema de los cuentos de hadas con pajarillos
silvestres que la saquen del apuro en medio de una deliciosa musiquilla
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celestial... Tendemos a olvidar que la vida terrena de Maria transcurría bajo el
velo de la fe, de una fe que ni veía ni comprendía, pero que seguía confiando en
las insondables dispensaciones de la Providencia divina» (E. Schillebeeck><).
La fe de María se sitúa, pues, más acá de todo milagro, en las manifestaciones
corrientes de una vida desenvuelta en la trivialidad de lo cotidiano. Las
epifanías extraordinarias no son precisas ni concluyentes para "ver» a Dios. El
que se cierra a la fe no creerá «ni aunque un muerto resucite». Por el contrario,
María reconoció a Dios presente entre nosotros también cuando hubo de tomar
a Cristo e irse a Egipto; también cuando lo vio fracasado, vencido y ajusticiado.
Como los Magos y como todos los creyentes actuales de a pie, Maria hizo el
camino de su fe al andar.
Oración de fieles
Los Magos ofrecieron a Jesús sus dones, pero nosotros sólo podemos
presentar al Señor unas manos vacías para que El nos colme con su gracia.
3. Por los científicos y hombres del pensamiento, para que, aceptando sus
limitaciones, Dios se les manifieste como sabiduría compatible con la verdad
del universo, ROGUEMOS...
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Acción de gracias
Te adoramos, Señor,
postrados ante Ti,
como los Magos ante el misterio de Jesús.
Te agradecemos
el gozoso encanto de los niños
y de los que creen, haciéndose como ellos.
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7 SANTA MARIA EN LA PRESENTACION DEL SEÑOR
MENSAJE PASTORAL
Maria nos enseña a aceptar con naturalidad y entereza las renuncias y
desprendimientos que necesariamente exige el itinerario de la existencia.
Introducción
Acto penitencial
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- Porque en la vida comunitaria rehuimos el sacrificio y escatimamos la
colaboración, SEÑOR, TEN PIEDAD.
Comentario Homilía
¿Sabría Maria todo lo que le esperaba? Parece ser que no. Ella no tiene el
carisma de la adivinación, sino que va deshojando la margarita del misterio a
medida que las cosas suceden. Al contemplar al pequeño Jesús, todo lo que
intuye es que van a suceder cosas humanamente ingratas. Pero no se resiste al
futuro, sino que va integrándolo, como expresará Pablo más tarde, para
»completar en propia carne lo que falta a la pasión de Cristo». En la
Presentación de Jesús, ella también se ofrece voluntaria en el altar de los
sacrificios. »María ofreció a su hijo de manera diversa a como solían las demás
madres, las cuales sabían que esa oblación no pasaba de ser una ceremonia
legal... Pero ella ofreció realmente a su hijo, y así hizo a Dios perfecto
holocausto de sí misma» (San Alfonso de Liguod).
La terrible espada de Simeón es, a decir de la exégesis, una “ronfea”, o espada
de dimensiones superiores a las normales y de más devastadores efectos. Con
ella quiere significarse el más punzante dolor que puede sobrevenirle al alma.
Pero, además, esta profecía debe considerarse en paralelo con los textos que
presentan la palabra de Dios como una espada rompedora: »La palabra de Dios
es viva, eficaz y más tajante que espada de dos filos, la cual penetra hasta la
división del alma y del espíritu, y discierne los pensamientos e intenciones del
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corazón» (Hebreos).
Oración de fieles
2. Por los ministros que diariamente ofrecen a Cristo en el altar como ofrenda al
Padre y redención del pueblo, pidamos que ejerzan el ministerio con limpio
corazón. ROGUEMOS...
3. Por las familias que ven alejarse del hogar a sus hijos, pedimos que esas
separaciones se produzcan por ley natural de vida, y nunca sean motivo de
amargura. ROGUEMOS...
5. Por todos nosotros, pidamos ser personas que saben ofrecerse con actitud
amable y acoger a los demás con agrado y reconocimiento. ROGUEMOS...
22
Acción de gracias
Junto a la fortaleza
que demostró la Virgen
cuando le pediste despojarse del Hijo,
te ofrecemos nuestra debilidad.
Comunícale Tú
el heroísmo maternal de Maria
para ofrecernos en sacrificio a Ti
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cuando y como dispongas.
Amén
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8 SANTA MARIA DE NAZARET
MENSAJE PASTORAL
La Familia de Nazaret, con María en su centro, sigue siendo un ejemplar punto
de referencia para las familias actuales.
introducción
Acto penitencial
Haber nacido »bajo la ley» supone para Jesús haberlo hecho según las
circunstancias normales que acompañan la infancia de una persona. También,
por supuesto, el haber vivido en una familia aparentemente idéntica a las del
resto de la ciudadanía.
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Comentario-Homilía
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Oración de fieles
1. Por la Iglesia, gran familia de los hijos de Dios, para que adquiera y
mantenga siempre el calor del hogar en torno a la Madre Maria, ROGUEMOS
AL SENOR.
2. Por todas las familias que intentan vivir su comunión íntima desde la fe en
Cristo, para que en sus necesidades y dificultades encuentren inspiración en la
familia de Nazaret, ROGUEMOS...
3. Por los matrimonios rotos o en proceso de separación; por los hijos que
sufren abandono; por los abuelos que no se sienten queridos; por los padres
desconcertados. Que todos encuentren la mejor salida a su problema,
ROGUEMOS...
5. Por nosotros y los miembros más necesitados de nuestras familias, para que
seamos agentes de armonía y construyamos nuestros hogares como espacios de
paz, de diálogo y de equilibrio, ROGUEMOS...
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Acción de gracias
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9 LA VIRGEN MARIA DE CANA
MENSAJE PASTORAL
En María aprendemos que la oración de súplica supone la fe, pero no la
condiciona al éxito inmediato de nuestras peticiones.
Introducción
Acto penitencial
- Por nuestra fe sin depurar cuando pretendemos el éxito como recompensa por
creer en Ti, SEÑOR, TEN PIEDAD.
- Por nuestra esperanza maltrecha cuando no te vemos actuar conforme a
nuestras pretensiones, CRISTO, TEN PIEDAD.
- Por nuestra caridad desviada cuando pedimos mucho por nosotros y poco por
nuestros hermanos, SEÑOR, TEN PIEDAD.
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Le honramos de veras cuando hacemos lo que él nos dice.
Comentario-Homilía
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Oración de fieles
1. Por la Iglesia, representada en las bodas de Caná, para que los signos del
Espíritu que la asiste la confirmen en la fe y, a ejemplo de María, ejerza el
ministerio de la intercesión en favor de los más necesitados, ROGUEMOS AL
SEÑOR.
2. Por los recién casados y las parejas que preparan su vida en común, para que
las dificultades materiales no minen su convivencia, y vean en su amor un signo
del que Jesús profesa a la Iglesia, ROGUEMOS...
3. Por las fiestas familiares y populares, para que reine en ellas el buen sentido,
la creatividad, el espíritu de colaboración y el impulso solidario,
ROGUEMOS...
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Acción de gracias
Gracias
porque en las bodas de Caná
quisiste compartir las sanas alegrías humanas,
amenizar la convivencia popular,
disipar la tristeza que amenazó la fiesta
y confirmar la fe de los discípulos.
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TIEMPO DE CUARESMA FORMULARIOS DE MISAS
MENSAJE PASTORAL
El humilde y atento aprendizaje de María es un motivo de inspiración para
seguir fielmente a Jesús Maestro.
Introducción
Acto penitencial
- Por las veces que hemos querido aleccionar a otrqs, sin querer someternos
nosotros al aprendizaje, SENOR, TEN PIEDAD.
- Por haber hablado de Ti, sin dejarnos antes interpelar por Ti, CRISTO, TEN
PIEDAD.
- Por nuestro orgullo al pensar que lo sabemos todo, o que no necesitamos
convertirnos, SENOR, TEN PIEDAD.
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El autor del Eclesiástico expresa su contento por haber seguido desde joven el
camino de la sabiduría. Adquirirla supone humildad para seguir el consejo ajeno
y gratitud hacia el maestro.
No se puede ser buen discípulo sin una actitud fundamental de atención. Maria
estuvo siempre conectada al deseo de Dios. Jesús valora esta actitud más,
incluso, que su condición de madre física.
Comentarlo-Homilía
Otra madre en su lugar tal vez se hubiera ofendido, por considerar como un
desplante hacia ella el modo como Jesús responde a la alabanza de la mujer.
Maria, en cambio, con su silencio, ofrece una muestra más de esa sabiduría que
ha aprendido en la escuela del Señor. Lejos de sentirse herida o menoscabada en
su amor propio, lo toma como un elogio, pues sabe que su condición de
discípula obediente está por encima de su maternidad biológica. Y en lugar de
entristecerse por lo que parece una falta de atención o reconocimiento, se goza
de que otros se le unan en el cumplimiento de la voluntad de Dios como
hermanos y condiscípulos suyos.
Además, «Cristo no rebaja aquí el mérito de su madre; al contrario, apunta a la
nueva dimensión, a la futura familia de Dios donde su madre ocupará el primer
puesto, subrayando su absoluta apertura a la palabra divina, y su entrega total a
la verdad salvadora a él, que es la verdad misma» (B. Háring).
No hay discipulado ni aprendizaje posible sin humildad, sin conciencia de los
propios limites intelectuales. Al confesar su incapacidad radical para contener la
verdad -«No conozco varón»- y al mismo tiempo su deseo de saber -«¿Cómo
será eso?»-, Maria acredita haberse despojado de soberbia y de incredulidad>
haciéndose digna de conocer, de concebir, de poseer a Dios. La humildad
siempre se gana el aprecio ajeno. Mientras que el soberbio se termina en si
mismo, en su ciencia, en su autosuficiencia, el humilde se prolonga hacia los
demás y facilita la comunicación, a través de la cual le llegan nuevos dones y
conocimientos... Y si la mente de un alumno así, no comprendiese algunas
razones, entra en juego su confianza en el maestro. Por eso, la reacción de
Maria ante el «imposible» de la Encarnación es de absoluta entrega. Donde
acaban sus objeciones, empieza el amor. Después de «turbarse» frente a la
desmesurada proposición del ángel, se recupera y dice: «Hágase en mi según tu
palabra>), que no pertenece al discípulo corregir las disposiciones del maestro.
Una segunda cualidad del discipulado es la atención constante. Por eso, Maria
es la mujer que siempre escucha, la que guarda los acontecimientos en su
corazón, la que en el Evangelio de Mateo no pronuncia ni una sola palabra, y en
el de Lucas, siempre que habla es para decir que si, después de haber escuchado
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atentamente las razones de Dios.
Como Maria, la discípula del Señor, estamos llamados a aceptar su palabra; a
leerla e interpretarla a través de los signos de los tiempos y de cuanto
personalmente nos ocurra; a ser modestos y sencillos en nuestras
intervenciones; a saber aceptar y encajar, sin refugiarnos en falsas seguridades,
las muchas perplejidades del momento presente; a no pretender tener soluciones
infalibles para todo; a dejarse evangelizar por los que acaso saben menos que
nosotros, pero que están más cerca de Jesús porque escuchan la palabra de Dios
y la cumplen.
Oración de fieles
En el deseo de que sea Cristo quien nos enseñe a orar, acudimos al Padre
presentándole nuestras necesidades.
Te alabamos, Señor, pues en todas tus obras das muestra de un sabio proceder.
Desde que nuestros padres y maestros nos enseñaron a amarte, toda nuestra vida
es un canto de gratitud a tu sabiduría. Tu verdad nos atrae, pero desborda la
capacidad de nuestro limitado entendimiento. Por eso queremos aprender de
Maria, la que atenta y humilde escucha tu palabra.
Otórganos un corazón abierto y transparente para escuchar tus mensajes en el
acontecer, y hacer tu voluntad
como condiscípulos de la madre de Cristo. Gracias, Señor, por Ella, digna de
conocerte por haberse despojado de incredulidad. Gracias por la modestia y
sencillez con que supo recibir tus lecciones, a pesar de no entenderlas
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inmediatamente. Gracias por aprender de Maria y con ella.
MENSAJE PASTORAL
Al contemplar a María como mujer de corazón fuerte ante la cruz, hallamos un
motivo más para nuestra firmeza en la fe.
introducción
Hoy nos hemos reunido para celebrar a María como compañera del Redentor.
Los relatos bíblicos no la mencionan entre las mujeres que seguían a Cristo
camino del Calvario. Sólo el cuarto Evangelio habla de ella, pero no la sitúa en
el camino, sino al pie de la cruz.
Del texto de San Juan se deduce que la Virgen María estaba dotada de una
extraordinaria firmeza, al permanecer junto a la cruz cuando los demás
discípulos habían huido.
La virtud de la fortaleza es la que nos permite afrontar peligros y soportar
adversidades. Ante la firmeza de corazón demostrada por María, hoy queremos
preguntarnos: ¿Somos personas de temple robusto y ánimo esforzado?
¿Tenemos afianzada nuestra vida y nuestra esperanza sobre la roca de
Jesucristo?
Acto penitencial
En uno de sus textos más hermosos, tanto desde el punto de vista literario como
testimonial, el apóstol Pablo se sitúa más allá del bien y del mal en lo
concerniente al seguimiento de Cristo. Nada ni nadie le pueden apartar ya de él.
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el momento con una pincelada austera y sobrecogedora.
Comentario Homilía
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traicionar al Crucificado, o duro permanecer junto a él, cuando una
permanencia así supone renunciar a otros valores o a otros intereses. Entonces
es el momento de mirar a María y de ver cómo y dónde ella aseguró sus pies
y clavó sus cimientos.
Oración de fieles
Ante Jesús, que muere por nosotros, y junto a María, la madre fiel, nos
dirigimos al Padre con la confianza de que, en presencia de ambos, escuchará
nuestras preces.
1. Por la Iglesia, a quien el Espíritu Santo no abandona, para que ella también
permanezca junto al hombre crucificado, como garantía de que Cristo
permanece en ella, ROGUEMOS AL SENOR.
2. Por los cristianos que prestan su voluntaria colaboración en los ministerios de
la caridad y del apostolado, para que cuando les tiente el desaliento apoyen su
perseverancia en la de María, ROGUEMOS...
3. Por los perseguidos a causa de su conciencia, para que encuentren puntos de
apoyo en la nobleza de sus intenciones y en la solidaridad de todos,
ROGUEMOS...
4. Otras intenciones.
5. Por todos nosotros, especialmente por los más débiles de fe, para que nada ni
nadie logre apartarnos del amor de Cristo, ROGUEMOS...
Acción de gracias
Te damos gracias, Padre, porque siendo débiles todo lo podemos en Cristo, que
nos fortalece.
Por eso, nuestra gratitud hoy se resuelve en una adhesión inquebrantable a Ti
y exclamamos con Pablo:
«¿Quién podrá separarme del amor de Cristo? ¿Las pruebas, la angustia, la
persecución, el hambre, los peligros, la espada...? Nada podrá apartarme del
amor de Dios».
Gratitud y alabanza, Padre, por María,
a la que no abatió el dolor más amargo.
Junto a ella nos guarecemos.
A su amparo confiamos nuestras inconstancias.
Haz que permanezcamos fieles a Jesucristo;
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y que, aunque otros se cansen y abandonen,
nos quede siempre el consuelo y apoyo
de una madre fuerte junto al Crucificado.
MENSAJE PASTORAL
Al contemplar a Maria como Virgen fiel, se acrecienta nuestra fidelidad a
Cristo, también en los momentos de prueba o dificultad.
Introducción
Acto penitencial
Judit llegó a arriesgar su vida por fidelidad a su pueblo. Cuando la ciudad fue
liberada gracias a su colaboración, sus paisanos le compusieron una canción que
contiene resonancias marianas: "Bendita seas, hija del Dios Altísimo, más que
todas las mujeres de la tierra».
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¿Cómo se explica que María al pie de la cruz mantuviese la integridad de su
perseverancia? Supo resistir, dominar y permanecer, porque había empeñado su
palabra y sabia hasta dónde debe conducir el compromiso de la fe.
Comentario-Homilía
Pablo dice que “los que fuimos agregados a Cristo, nos incorporamos a su
40
muerte». Por tanto, no basta sacar pecho sólo en los momentos de exaltación
triunfal, cuando está bien visto, cuando la galería aplaude y la afición aclama,
cuando viene el Papa y se establece un clima de euforia militante. Eso puede ser
oportunismo y versatilidad. La fidelidad es cosa, sobre todo, de momentos
como el presente.
Oración de fieles
1. Por la santa y fiel Iglesia, para que sepa llevar como una divisa de fidelidad a
Cristo el hecho de la persecución, comprendiendo que el discípulo no puede ser
tratado mejor que su maestro, ROGUEMOS AL SENOR.
2. Por los que se sienten acosados por la calumnia y la maledicencia, para que
hallen consuelo en el Crucificado inocente, y esperanza en el Resucitado
Glorioso, ROGUEMOS...
3. Por los que penan cárcel, destierro u otras condenas de la justicia humana,
para que el perdón generoso de la justicia divina les compense en su desgracia,
ROGUEMOS...
4. Otras intenciones.
5. Por todos nosotros, que nos llamamos fieles discípulos de Cristo, para que a
ejemplo de Maria y conscientes de que no podemos servir a dos señores,
permanezcamos en fidelidad amante a Jesús, aceptando estar siempre al lado de
su cruz, ROGUEMOS...
Acción de gracias
41
13 LA VIRGEN MARIA, CONFIADA COMO MADRE A LOS
DISCÍPULOS
MENSAJE PASTORAL
María, como madre nuestra, pertenece a la herencia de Jesús en la cruz,
constituyendo un lazo de fraternidad para los cristianos.
Introducción
«Las palabras de Jesús al morir en la cruz: "Ahí tienes a tu hijo... Ahí tienes a tu
madre", la Iglesia las recibe como un testamento particular en el que Cristo
confió a todos los discípulos como hijos a la Virgen Madre, y encomendó a los
discípulos que la veneraran como a tal...” (Misal de la Virgen).
Esta declaración solemne de Jesús supone revestir nuestra fe de sonrisa, de
abrazo, de ternura y paciencia. Supone introducir en la Iglesia un regazo
42
amoroso de confianza.
Cuando decimos que Dios se vale de un corazón de madre para rodearnos de su
amor de Padre, estamos aludiendo al momento en que Cristo nos dejó a la
Virgen Madre como su mejor herencia.
Acto penitencial
- Por la desconsideración de los hijos para con sus madres a las que Tú
mandaste amar, honrar y respetar, SEÑOR, TEN PIEDAD.
- Por nuestras discordias y faltas de fraternidad que hieren el corazón de la
madre común, Santa María, CRISTO, TEN PIEDAD.
- Por las madres que abandonan a sus hijos y por las que les protegen en exceso,
SENOR, TEN PIEDAD.
Juan, el discípulo más joven, que siempre se ha distinguido por una fidelidad a
toda prueba, es el representante de un pueblo nuevo que cree en Jesús.
Adoptándolo a él como a hijo, María se hace cargo de todos nosotros.
Comentarlo-Homilía
43
habría sido dirigirse primeramente a él, y no a ella, como consta en el texto.
Además, ¿por qué comienza llamándola “mujer» y no "madre», como habría
sido lo propio? Sin duda porque la vocación maternal de Maria no se refiere
aquí a Jesús, sino que se hace extensiva a todos aquellos a quienes el "discípulo
amado» está representando.
Todo indica que aquí se proclama solemnemente la maternidad espiritual de
María sobre los cristianos. En la hora tristemente famosa del primer pecado, al
lado del hombre Adán estuvo Eva. En la hora cumbre del cumplimiento y la
restauración, junto al hombre nuevo que es Jesucristo, está también Maria como
nueva Eva. Y al lado de ambos, como gran beneficiado de la redención, se
encuentra el firme seguidor Juan, delegado y representante de toda la
humanidad.
Como de los dolores de un parto, la Iglesia está naciendo de ese pie de la cruz
regado con la sangre vertida. De la tragedia del Calvario se levanta una familia
nueva. Maria pierde a un hijo, pero su maternidad se ve compensada con el
nacimiento de otros innumerables.
Amar a Maria como a nuestra madre supone sentirnos entre nosotros mucho
más unidos en esta nueva familia, que es la Iglesia. Llamar madre a Maria nos
remite necesariamente al gran momento en que Cristo entregó su vida por
nosotros. Por eso, María madre nos vincula estrechamente al hecho redentor. La
devoción a la Virgen es entonces genuina, recia y cimentada, porque en ella
vivimos el misterio salvador de la solidaridad que brota de la cruz. Invocar a
Maria como madre nuestra es algo más que un mero recurso sentimental;
supone sentirse unidos como hermanos en la cruz de Cristo; supone ayudarnos a
llevar mutuamente las cargas y las cruces; supone no olvidar jamás lo mucho
que le costó a esta Madre darnos a luz.
Oración de fieles
El Señor, que dotó a las madres de especial condición para derrochar ternura
con sus hijos, comprende que nosotros le hagamos nuestras plegarias por
intercesión de nuestra madre María.
1. Por la Iglesia, para que al recibir a María por madre ¡a ponga en el sitio que le
corresponde como educadora de los sentimientos y puerta de entrada al corazón
de Cristo, ROGUEMOS AL SENOR.
2. Por los niños huérfanos y los que no han podido conocer el calor de una
madre, para que encuentren por otros medios una sana integración afectiva,
ROGUEMOS...
3. Por las mujeres que no han podido ver realizados sus deseos de maternidad,
para que encuentren cauces de realización y de fecundidad espiritual,
ROGUEMOS...
4. Otras intenciones.
44
5. Por todos los presentes, para que, mirándonos en la madre María nos
reconozcamos como hermanos de Cristo, renacidos de su sangre y
colaboradores de su misión salvadora, ROGUEMOS...
Señor, ya que Jesucristo nos ofreció como madre nuestra a su propia madre,
haznos destinatarios de los demás dones que tu bondad nos reservó por la
pasión de Cristo. Que vive y reina contigo por los siglos de los siglos.
Acción de gracias
MENSAJE PASTORAL
Con María como mediadora de paz y de perdón, desde nuestra conciencia de
pecado se promueven sentimientos de reconciliación.
introducción
45
Llamar a Maria «madre de la reconciliación« no es atribuirle a ella el papel que
sólo le corresponde a Cristo. Concederle ese título es asumir la tradición que la
invocó siempre como «refugio de los pecadores». Es reconocer que la madre de
Dios y madre nuestra está más capacitada que nadie para poner paz entre todos
los hermanos.
Acto penitencial
Por habernos negado a perdonar a los que nos ofenden, así como Tú perdonas
nuestras deudas, SEÑOR, TEN PIEDAD.
- Por nuestro menosprecio de los signos sacramentales en los que nos ofreces el
perdón, CRISTO, TEN PIEDAD.
- Por habernos hundido en sentimientos de culpa, desconfiando de tu
misericordia, SEÑOR, TEN PIEDAD.
Reconciliarse es para San Pablo como nacer de nuevo; la posibilidad de ser libre
para recomenzar la vida. Este camino de libertad y encuentro pasa por abrirse a
Jesucristo, en quien «recibimos la justificación de Dios».
Comentario-Homilía
¿Por qué la gente sufre? ¿Por qué la miseria y el derroche conviven frente a
frente? ¿Cuánto dolor recogemos como cosecha inmediata de los egoísmos
propios y ajenos? La muerte, todas las variadas formas de muerte que se
observan en el mundo actual son resultado del pecado. En un dramático
testimonio de experiencia, San Pablo habla de «una ley que pelea contra el
espíritu y me convierte en prisionero de una inclinación al pecado» (Romanos).
El Concilio también transmite esta experiencia de fractura interna que se
prolonga luego en muchos desajustes sociales: «Los desequihbrios que fatigan
al mundo hunden sus raíces en el corazón humano. Son muchos los elementos
que combaten en el interior del propio hombre. Por eso siente en sí mismo la
división que tantas y tan graves discordias provoca en la sociedad» (Gaudium et
Spes).
Verdaderamente estamos inclinados a causar mal, a dañar y a ofender, aun
cuando nuestra conciencia nos dicte en cada caso el camino de la paz y el
46
respeto. La naturaleza humana, dejada a su propia suerte, no nos orienta
precisamente a un paraíso de convivencia. La serpiente y la mujer del Génesis
encarnan esa lucha compleja entre los buenos sentimientos y las malas
inclinaciones. Eva cayó lo mismo que nosotros caemos. Pero nadie hay
definitivamente echado a perder. De hecho, el relato termina en promesa
esperanzada: «Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la
suya...», le dice el Creador a la serpiente.
En todo este drama mítico permanentemente actualizado, María es para
nosotros la imagen de una nueva Eva, de una tierra limpia, de una humanidad
renovada y pacificada. Situada en el vértice de nuestros mejores sueños de
pureza, María es el espacio de la inocencia original que el ser humano sueña
desde siempre. Reconciliada con la belleza y la bondad de Dios desde antes de
nacer, ella es para nosotros su mejor espejo. La sangre de Cristo la regeneró
desde su misma raíz santificada para ser su casa. La única criatura que se nos
ofrece sin ninguna sombra, sin ninguna culpa, sin ninguna grieta.
Pensar a María, contemplarla en esa su enemistad con el pecado, supone
necesariamente percibir una hermosura dinámica que conduce a la
transformación del corazón. Pero, si además de admirarla como modelo humano
sin fisuras, la amamos como a madre entrañable, nuestra enemistad con Dios o
con los hermanos no puede durar mucho. Por algo la tradición cristiana siempre
la veneró como mediadora de paz:
«No hay duda de que María es la pacificadora, la que sabe alcanzar de Dios
perdón para los enemigos, salud para los desahuciados, clemencia para los
delincuentes, misericordia para los desesperados... Si una madre tiene dos hijos
que no se tratan, ¿hasta dónde no llegará para concertar la paz entre ambos?
Cuando María advierte que alguien ha incurrido en enemistad con Cristo, no
descansa hasta conseguirles la reconciliación» (San Alfonso).
Oración de fieles
1. Por la Iglesia, para que a imagen de la Virgen Santa pueda presentarse sin
mancha ni arruga ante Dios, pasando por el desierto de su continua conversión a
Cristo, ROGUEMOS AL SEÑOR.
2 Por las víctimas del pecado estructural, por aquellos a quienes muerde el
sufrimiento que otros provocan, y por la conversión de los responsables del mal
en el mundo, ROGUEMOS...
3. Por los torturados en su conciencia y por los que piensan que no pueden
cambiar, para que Dios se les revele como Padre de misericordia, inagotable
reserva de perdón y fuente de renovación moral, ROGUEMOS...
4. Otras intenciones.
47
5. Por todos nosotros, pecadores, para que beneficiándonos del perdón de Dios
seamos agentes de reconciliación, promotores de paz y repartidores de
esperanza, ROGUEMOS...
Acción de gracias
TIEMPO PASCUAL
FORMULARIOS DE MISAS
48
15 LA VIRGEN MARIA EN LA RESURRECCION DEL SEÑOR
MENSAJE PASTORAL
En la fe pascual de María vemos que Dios conduce la historia hacia una
plenitud de vida y de resurrección, a pesar de los síntomas de retroceso y
muerte que pueden observarse.
Introducción
49
dio a luz a la Iglesia al aceptar ser proclamada nuestra madre, es también la que
ahora alienta nuestra fe pascual, llevándonos hasta el sepulcro vacío del
Resucitado para decirnos que Jesús está vivo.
Acto penitencial
Comentario-Homilía
El texto bíblico se ha referido a dos mujeres madrugadoras, María Magdalena y
la otra María, la madre de Santiago el Menor, que era pariente de María la
madre de Jesús. Aunque las personas cercanas a ella, tales como el mismo
discípulo Juan, con el que ahora vive, son testigos explícitos del Resucitado,
una vez más se guarda silencio respecto de María.
A la hora de buscar explicaciones para una omisión tan notoria, no se puede
ignorar esa calidad creyente que María exhibe desde el comienzo y a lo largo de
todo el Evangelio. Mientras otros titubean a la hora de optar por Jesús, María ha
otorgado su sí de una vez para siempre. Estaba tan identificada con Jesús que,
para creer en El y afirmar su Resurrección, no necesitaba de una demostración
específica al estilo de las que se reservan a los apóstoles, los cuales llegan
gradualmente y a lo largo de muchas dificultades hasta la afirmación de que
Jesús es el gran viviente. La comunicación íntima entre María y su Hijo, el
Resucitado, parece que se da por supuesta.
«Podemos dar por sentado que María, la madre de Jesús, la compañera
constante de su hijo desde el comienzo hasta el final de su éxodo, la humilde
sierva del Señor tan hondamente introducida en el misterio de la salvación, a
50
través de Jesús y por la misma acción del Espíritu Santo, no tuvo las mismas
dudas ni experimentó las mismas dificultades que Pedro, Tomás, María
Magdalena, los discípulos de Emaús y otros. Ella, nuestra madre espiritual, es el
prototipo de la fe pascual de toda la Iglesia. Absolutamente identificada con la
pasión y muerte de Jesús, lo está también con su Resurrección... Cuanto más
permanezcamos junto a Maria al pie de la cruz, mayor será también nuestra
participación en el gozo pascual de María y nuestra fidelidad al camino trazado
por ella, el camino hacia la plenitud de la fe» (B. Haring).
La plenitud de la fe fue para María el principal fruto de la Resurrección. Sólo
después de este acontecimiento le fue dado resolver esa madeja de misterios que
antes había vivido desconcertadamente, aunque siempre inclinada hacia Dios en
actitud de acatamiento y obediencia. Finalmente, a la luz del clima postpascual,
María fue ubicando cada instante de su existencia y la de su hijo en un esquema
general de lógica divina. Aunque los evangelistas, quienes también escribieron
a la misma luz, le adelantaron al momento de la Anunciación esa claridad
absolutamente diáfana, lo cierto es que una evidencia tal sólo pudo adquirirla
con la venida del Espíritu en Pentecostés.
La Resurrección del Señor tiene para nosotros las mismas consecuencias que
para la Virgen: integrar en un sistema coherente de Providencia divina tantos
acontecimientos como hoy nos parecen confusos y contrarios a una lógica de
vida, de progreso y de sentido. Como María, sabemos que, más allá de la cruz y
de la muerte, está la vida y la restauración. A pesar de muchos retrocesos y
contradicciones, Dios tiene un proyecto regenerador a gran escala. Frente a la
totalidad está la libertad, y frente a la muerte siempre está la vida.
Oración de fieles
1. Por la Iglesia llamada por Cristo a repartir esperanza, para que ofrezca
siempre el rostro ágil y alegre de la salvación, superando sus tentaciones de
solemnidad, miedo y condena, ROGUEMOS AL SEÑOR.
3. Por los oprimidos de este mundo; por los que malviven bajo (osas impuestas
de pobreza material, ignorancia, hambre o destierro, para que resuciten con
Cristo a su dignidad de hijos de Dios, ROGUEMOS...
51
5. Por todos nosotros, para que testimoniemos siempre a un Cristo amigo de la
vida y del futuro, libertador de esclavitudes y quebrantador de sepulcros,
ROGUEMOS...
Acción de gracias
52
Que no nos desoriente
el aparente avance de la muerte,
ni nos venza el pesimismo de los presagiadores de catástrofes.
Amén
MENSAJE PASTORAL
La devoción a María es fuente de vitalidad cristiana, siempre que se en foque
desde el misterio y para el misterio de Cristo.
Introducción
Con el sonoro título de «Santa María, fuente de luz y de vida», la Iglesia celebra
a María en relación a los sacramentos de la iniciación cristiana que se confieren
en este tiempo pascual.
Llamamos a Maria fuente de luz porque engendró a Cristo, luz del mundo.
También el Espíritu descendió sobre ella, como sobre quienes reciben el
sacramento de la confirmación. La podemos llamar «fuente de vida» porque nos
dio a Jesús, el pan de vida con que los fieles nos alimentamos.
En sentido propio la fuente de la luz y de la vida solamente es para nosotros
Jesucristo. Sin embargo, la devoción mariana enfocada desde y hacia el misterio
de Cristo también se ha demostrado a lo largo de la historia del pueblo de Dios
53
como un medio eficaz de santificación.
Acto penitencial
Comentario-Homilía
¿Es cierto que a veces se ha dado más importancia a la devoción mariana que a
la práctica de los sacramentos? ¿Es verdad que elogiar y festejar a María en
algunas demostraciones populares ha sido en menoscabo del misterio de Cristo?
Algo de desmesura hubo a lo largo del tiempo, cuando leemos en el reformador
Lutero cosas como esta: «Si no fuera por los abusos en que ha venido a dar el
culto a María, yo no insistiría en que se abandonase». Abusos que los mismos
católicos dotados de buen juicio llegan a detectar y denunciar: «Lo peor es que
con el pretexto de que María todo puede alcanzarlo se le piden cosas que ni
pueden ponerse por escrito... Y si se niega a atender tales peticiones se le echa
en cara que no es madre de misericordia» (Erasmo).
Al margen de estos extremos, una sana devoción a María ha sido siempre fuente
fecundísima de vida cristiana en el pueblo de Dios. ¿Cuántos hombres y
mujeres de fe no han proyectado las principales actitudes de María en su propia
vida, buscando inspiración en ella? Por eso, la reflexión de la Iglesia tiene tanto
interés en poner a la devoción mariana en su justo punto de equilibrio:
"Recuerden los fieles que la verdadera devoción a María no consiste en un
54
sentimentalismo estéril y transitorio, ni en una vana credulidad, sino que
procede de la fe auténtica, fe que nos conduce a reconocer la excelencia de la
madre de Dios, que nos impulsa a un amor filial hacia ella y a la imitación de
sus virtudes» (Marialis Cultus).
Estas palabras del Papa Pablo VI no significan un recorte a la piedad mariana;
al contrario, es un intento de potenciar la enorme energía que contiene de cara a
una vida cristiana más rica en vida, en cordialidad y en fidelidad a Dios en el
misterio de Cristo. Por eso añade el mismo documento: "Quisiera recordar que
la finalidad última del culto a la bienaventurada Virgen María es glorificar a
Dios y empeñar a los cristianos en una vida según su voluntad».
Oración de fieles
1. Por la Iglesia, pueblo amado de Dios y protegido de María, para que centre su
legitimidad cristiana y vigorice su espiritualidad en la práctica de los
sacramentos y del amor al prójimo, ROGUEMOS AL SENOR.
2. Por las poblaciones que tienen como patrona a una imagen o advocación
mariana, para que, guiadas por ella, hagan que el eje de sus celebraciones sea
siempre Jesucristo y su Evangelio, ROGUEMOS...
5. Por todos nosotros, para que el afecto entrañable que profesamos a la madre
55
de Cristo se traduzca en unas relaciones mutuas más cordiales, ROGUEMOS...
Acción de gracias
Te damos gracias
por el sentir del pueblo
cuando intuye a Maria
como el mejor camino para llegar a Cristo.
56
Ayúdanos a responder
con la fidelidad amante de la Virgen
a las iniciativas de santificación
que en la oración y en los sacramentos nos ofreces.
Amén
57
17 LA VIRGEN MARIA DEL CENACULO
MENSAJE PASTORAL
La Virgen del Cenáculo despierta el aprecio de los fieles a la oración, de donde
se recoge la energía para la vida eclesial y el apostolado.
Introducción
Acto penitencial
Jesús asocia su promesa del Espíritu Santo con una donación especial de fuerza
para ser testigos. No existe testimonio válido ni apostolado sincero que no vaya
precedido de una intensa comunicación con Dios.
58
Comentario-Homilía
59
Dejando que el Espíritu de Dios ore en nosotros, nos abrimos a su
presencia, para que El sane lo que está enfermo, riegue lo que está árido y
encienda lo que está frío.
3. Por los cristianos a quienes les resulta difícil o imposible orar a causa de los
engranajes de la actividad diaria, para que recuperen el equilibrio y Dios se les
manifieste como descanso en la fatiga, ROGUEMOS...
5. Por nosotros y todos los miembros de nuestra comunidad local, para que el
Espíritu nos visite, clarifique nuestro corazón, nos renueve en el fervor y nos
confirme en su gracia, ROGUEMOS
Acción de gracias
60
Gracias te damos, Padre,
por los dones con que visitaste
a la Iglesia naciente por medio del Espíritu.
En su "hágase» creyente
fue posible que engendraras a Cristo para el mundo.
Te bendecimos,
pues su generosidad se fraguó en el silencio,
en esa vida íntima
con que fertilizaste su estéril tierra humana,
en esa palpitación
con que interiorizó cada disposición
con que la sorprendías.
En la Virgen orante
te ofrecemos nuestras agitaciones y fatigas.
Que tu Espíritu
apacigüe nuestra diaria lucha
y nos devuelva
a la contemplación serena del misterio.
Amén
MENSAJE PASTORAL
61
Hay un ministerio apostólico que ejerció María, a través de los frutos del
Espíritu, "que son alegría, paz, amor».
Introducción
Nada nos dice el Nuevo Testamento acerca de María como misionera o testigo
de Jesús en el mundo a través de la comunicación oral. Se nos transmiten
discursos e intervenciones de varios apóstoles; sin embargo, María sigue en su
fiel y profundo silencio.
A pesar de ello, nosotros la celebramos como Reina de los apóstoles y origen
del apostolado, pues nadie como ella ejerció el servicio de dar a Cristo al
mundo. Además, nos consta la importancia que tuvo María en el suceso
pentecostal que habilitó a los apóstoles para propagar el mensaje de Cristo.
Sin el consentimiento de la que concibió al Verbo, Dios no se hubiera hecho
Palabra. Tampoco hoy, si nosotros no proclamamos el Evangelio con nuestra
voz y nuestros medios.
Acto penitencial
La vida de María en relación con los demás está marcada por constantes actos
de donación en los que se desprende de Jesús para entregarlo al servicio de su
misión salvadora. Esta continua ofrenda culmina al pie de la cruz.
Comentario-Homilía
María es como un recipiente lleno de Dios, siempre vertido, pero siempre lleno.
Y si la evangelización es, como dice San Pablo, dar gratuitamente lo que
62
gratuitamente recibimos, con razón a la Virgen la podemos llamar Reina de los
apóstoles y evangelizadores. Dio a Jesús en Belén a los pastores y a los Magos.
Lo dio en la casa de Isabel, "para visitar y redimir a su pueblo”. Y lo volvió a
entregar con más fuerza y sentido al pie de la cruz, en una comunión eclesial de
amor, de dolor y de sangre. No le fue necesaria la elocuencia verbal. Ella fue
pura ofrenda de Jesús a los hombres a través del don de la generosidad con que
el Espíritu Santo la había revestido.
María es como un recipiente lleno del Espíritu Santo. Por medio de la
Encarnación, el Espíritu produce en ella la comunión entre la humanidad y
Dios, por lo cual recibe el nombre de "sagrario del Espíritu Santo» (L. G. 53).
Ya antes había sido preparada para esta misión, "plasmada por el Espíritu Santo
y hecha una nueva criatura» (L. G. 56). Ahora, en Pentecostés, se está
fraguando la Iglesia misionera con la central presencia de María. Otra vez el
Espíritu, en su demostración más palpable, la va a ceñir fundiéndola al destino
de los demás apóstoles. Nuevamente María va a ser puerta por la que Dios sale
de sí, del pequeño grupo, y se hace universal.
María es un recipiente lleno de los frutos del Espíritu Santo. Precisamente en
ello estriba su peculiar modo de ser apóstol y de evangelizar. Existe una medida
para saber silo que hacemos y decimos al pretender comunicar el mensaje de
Cristo es o no resultado de la presencia del Espíritu. '<El árbol se conoce por
sus frutos». Y San Pablo nos ha dejado un resumen de signos para ese
conocimiento: "El fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad,
bondad, mansedumbre, fidelidad y dominio de sí» (Gál. 5, 22).
¿Quién mejor que la Virgen gozosa del Magníficat, amorosa de Belén, paciente
de la huida a Egipto, fiel y dominadora de sí en el Calvario, ha predicado las
bienaventuranzas de Jesús? Maria no habla, pero testimonia, porque es una
transparencia de Dios en medio de la Iglesia. Es apóstol por la llama interior
que la consume y que nos ilumina. La esposa del Espíritu Santo es
evangelizadora orando sin cesar, confiando en el Señor y dando continuas
gracias por sus dones.
“Jamás llegaremos a vivir el nuevo y esperado Pentecostés de la Iglesia si no
unimos nuestra fe y nuestra esperanza a las de María, la Reina de los apóstoles.
Si la Iglesia da a María la honra y el puesto que le corresponden, se convertirá
de veras en casa de oración, fuente de alegría para todos los pueblos y aprenderá
a orar cada vez más a Dios en espíritu y verdad» (B. Háring).
Oración de fieles
Al Señor, que nos hizo conocer el Evangelio por medio de apóstoles y profetas,
le pedimos que nos haga conocer hoy su bondad, escuchando y atendiendo a
nuestras necesidades.
63
1. Por la Iglesia evangelizadora, para que sea permanente voz profética de
Cristo a imagen suya, uniendo la palabra de verdad a su testimonio de
autenticidad evangélica, ROGUEMOS AL SEÑOR.
2. Por las instituciones y personas que se dedican a difundir el Evangelio a
través de los medios técnicos de comunicación, para que les guíe su amor y
fidelidad a Cristo por encima de su inevitable dimensión empresarial,
ROGUEMOS...
3. Por los sacerdotes y seglares comprometidos en el ministerio explícito de la
Palabra, para que el espíritu de verdad les asista y el espíritu de fortaleza
renueve sus ánimos en las dificultades, ROGUEMOS...
4. Otras intenciones.
5. Por nosotros y por todos los miembros de esta comunidad, para que, así como
al árbol se le conoce por sus frutos, se nos distinga por los frutos del Espíritu,
que son paz, bondad, alegría y mansedumbre, ROGUEMOS...
Asístenos siempre, Señor, con la gracia del Espíritu Santo, para que El nos
inspire lo que hemos de pedir y aceptemos de Ti lo que nos conviene recibir.
Por C. N. S.
Acción de gracias
64
Te alabamos y te damos gracias por María, la dócil pregonera de tu acción
salvadora, que cantó en el Magníficat
la fe de los pobres a quienes Tú prefieres. Ella nos impulsa a abrir el corazón
para que también nosotros recibamos a Cristo, y pone en nuestros labios
palabras encendidas para contar a otros tus grandes obras. Proclama nuestra
alma tu grandeza, Señor, y, agradecidos, a Ti nos ofrecemos para colaborar con
Maria, Reina de apóstoles en la tarea de la evangelización.
TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA SECCION
65
FORMULARIOS DE MISAS
MENSAJE PASTORAL
Los privilegios que concurren en María proceden de ser madre de Cristo, hacia
el que nos conduce como único camino, verdad y vida.
Introducción
Acto penitencial
- Por no subordinar nuestros afectos al amor que sobre todas las cosas se te
debe, SENOR, TEN PIEDAD.
- Por haberte vuelto la espalda cuando María nos mostraba tu rostro, CRISTO,
TEN PIEDAD.
- Por nuestro menosprecio o indiferencia hacia las mediaciones con que quieres
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llevarnos a Ti, SEÑOR, TEN PIEDAD.
Comentario-Homilía
"El Papa Pablo VI escribió que en la Virgen Maria todo es referido a Cristo y
todo depende de El. Esto tiene una especial aplicación en el culto mariano.
Todos los motivos que encontramos en Maria, para tributarle culto, son de
Cristo; privilegios depositados en ella por Dios para que fuera la madre del
Verbo. Y todo el culto que le ofrecemos redunda en gloria de Cristo, a la vez
que el culto mismo a María nos conduce a Cristo".
"Como es obvio, estas relaciones reales existentes entre Cristo y Maria hacen
que el culto mariano tenga a Cristo como objeto último. Con toda claridad lo
vio San Ildefonso: "Pues así se refiere al Señor lo que sirve a su esclava; así
redunda al hijo lo que se entrega a la madre; así pasa el rey al servicio que se
rinde en honor de la reina". Se comprende entonces el doble destinatario del
deseo que el mismo santo formula hablando con la Santísima Virgen: "Que me
concedas entregarme a Dios y a ti, ser esclavo de tu hijo y tuyo, servir a tu
Señor y a ti"».
"No faltan investigadores que sostienen que la Salve, la más popular oración
mariana después del Avemaría, se compuso en España a finales del siglo X.
Esta oración culmina con la petición "muéstranos a Jesús". Esto es lo que María
realiza constantemente, como queda plasmado en el gesto de tantas imágenes de
la Virgen esparcidas por ciudades y pueblos. Ella, con su hijo en los brazos, nos
muestra sin cesar al Señor como camino, verdad y vida. A veces, con el hijo
muerto en sus rodillas, nos recuerda el valor infinito de la sangre del Cordero
que ha sido derramada por nuestra salvación. En otras ocasiones su imagen, al
inclinarse hacia los hombres, acerca su hijo a nosotros y nos hace sentir la
cercanía de quien es revelación radical de la misericordia.»
"Las imágenes de María recogen así una enseñanza evangélica de primordial
importancia. En la escena de las bodas de Caná, María dijo a los criados:
67
"Haced lo que El os diga". La frase podría parecer limitada a una situación
transitoria. Sin embargo, su alcance es muy superior: es una exhortación
permanente a que nos abramos a las enseñanzas del Señor."
«Y para que nuestra fraternidad con él sea completa, quiso ulteriormente que su
madre fuera nuestra madre espiritual. Esa maternidad, para que no quedara
reducida a un mero título jurídico, se realizó, por voluntad de Cristo, a través de
la colaboración de María en la obra salvadora de Jesús, es decir, en la
restauración de la vida sobrenatural en las almas" (Juan Pablo II).
Oración de fieles
Conscientes de que María es sólo un medio para llegar a Cristo, pero un medio
sin el cual Dios hecho hombre no hubiera llegada hasta nosotros, oramos por su
mediación intercesora.
Acción de gracias
Gracias, Señor, por Cristo, a quien nosotros también decimos hoy: Bendito sea
el vientre que te llevó.
Benditos sean, Señor, los brazos de María, que nos muestran el fruto de tu
gracia, y bendito el corazón que sabe despojarse del hijo en beneficio nuestro.
Ella no fue la autora de la redención, pero sin ella no hubiera sido posible que
Tú nos visitaras y nos redimieras.
Gracias, Señor, por esta esclava pobre que sabe oscurecerse para que
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amanezcas. Gracias por su digno silencio, por su exacta palabra, por su humilde
estatura en la que Tú descansas. Apoyados en ella, también nosotros vamos
hacia Ti. Que su estrella nos guíe, y en su regazo hallemos el abrazo gozoso que
nos reúna junto a Ti por siempre.
MENSAJE PASTORAL
María puede ser aceptada como modelo y punto de referencia por la mujer
cristiana de hoy que se integra en los valores de la modernidad.
Introducción++
Acto penitencial
69
puramente publicitario, CRISTO, TEN PIEDAD.
- Por las faltas de aprecio y consideración que pueden sufrir las mujeres en el
hogar o en la Iglesia, SENOR, TEN PIEDAD.
Comentario-Homilía
A menudo nos hemos encontrado con una literatura piadosa que exaltaba
demasiado el papel sumiso y estrictamente familiar de María, para aplicarlo a la
mujer cristiana. Por eso, dice Pablo VI: »Es difícil encuadrar a la Virgen, tal
como la presenta cierta literatura devocional, en la vida de la sociedad
contemporánea y en las condiciones de la mujer de hoy, bien sea en el ámbito
doméstico, en donde las costumbres tienden a reconocerle la igualdad con el
varón en la dirección de la vida familiar, bien sea en el campo político, en
donde ella ha conquistado un poder igual al hombre, bien sea en el campo
social, en donde desarrolla su actividad, dejando el estrecho ambiente del
hogar».
Desde luego que María es una mujer nueva en su dimensión espiritual, a partir
de su misma raíz santificada para contener lo santo. Pero también representa
una cierta novedad, aunque bastante relativa, mirada desde nuestros días, con
respecto a su comportamiento familiar y social. Su renuncia a “conocer varón»,
su maternidad única, el hecho de que aparezca en el Evangelio tomando
iniciativas y acompañando algunas veces a Jesús en su actividad pública, nos
dicen que María no concede demasiada importancia al rol cultural que en aquel
momento determinado se le asignaba a la mujer semita.
El mismo Jesús rompió con múltiples prejuicios que aconsejaban no hablar con
las mujeres o considerarlas con poca fuerza moral e intelectual. Charla con la
Samaritana, hasta el punto de que sus discípulos se extrañaron» de una tal
naturalidad en la conversación. Un grupo de mujeres le acompañaban desde
Galilea. Distinguió con especial amistad a algunas de ellas. Marta y María
fueron sus interlocutoras en uno de los más bellos diálogos. Las mujeres
70
estuvieron firmes al pie de la cruz, y ellas comunicaron la primicia madrugadora
de la Resurrección... Por todo ello, San Pablo pudo exclamar que »en Cristo no
hay hombre ni mujer”.
El Evangelio presenta a María como una gran creyente, pero no la conforma a
un papel social determinado. Si alguna función se le atribuye en este sentido es
la de compañera y colaboradora en la obra de la redención. Y más que relegada
a funciones secundarias o meramente privadas, la Virgen del Magníficat resume
los anhelos de todo un pueblo que espera su liberación y trabaja por ella.
De haber tenido algo más en cuenta estas consideraciones, la Mujer Nueva
María no se hubiera encontrado con ciertas dificultades a la hora de ser aceptada
por la nueva mujer cristiana que tiene que integrar en su vida las nuevas
exigencias propias de la cultura actual, cuando trabaja fuera de casa o cuando
aspira a que se reconozca su dignidad de persona en igualdad con el varón.
Porque “estas dificultades están en relación con ciertos clichés de la imagen
popular y literaria de María, pero de ninguna manera con su verdadera imagen
evangélica» (Marialis G.)
Oración de fieles
3. Por las mujeres cristianas, para que tomen en cuenta y lleven a la práctica que
en nuestra fe no existen diferencias de sexo, pues todos somos uno en Cristo e
iguales ante Dios, ROGUEMOS...
5. Por nosotros, para que a partir del modelo de María depongamos todo
prejuicio hacia la mujer y repongamos nuestras carencias de ternura, acogida e
interiorización, ROGUEMOS...
71
Acción de gracias
72
por María;
pues ella nos anima
a que, en pie de igualdad,
te ayudemos, Señor,
a recrear el mundo.
Amén
MENSAJE PASTORAL
El poder evocativo del nombre de María despierta confianza y nos lleva a
pronunciar el nombre del prójimo con amor y respeto.
Introducción
Acto penitencial
73
- Por dirigirnos al prójimo sin amor, consideración y respeto, SENOR, TEN
PIEDAD.
"La Virgen se llamaba María». Así la llamaba Jesús, así se nombraba ella y así
la han invocado y saludado las generaciones de veinte siglos. El nombre de
Maria se ha repetido más veces y con más amor que ningún otro nombre de
mujer.
Comentario-Homilía
74
de buenos sentimientos y lo colma de dulzura. La fe se hace experiencia de
misericordia con sólo repetir el nombre de Jesús». Y en relación al de María,
sobradamente conocido es aquel texto de San Bernardo: “Si se levantan los
vientos de las tentaciones, si tropiezas en los escollos de las tribulaciones, mira
a la estrella, invoca a Maria».
Decir María en la Iglesia equivale a expresar y sentir toda la ternura de Dios que
se vale de un corazón de madre para rodearnos con su amor de Padre. “Decir
María significa todavía el secreto a voces de una infancia enamorada. Significa
la experiencia cristiana inicial, vigilada por el gozo y mecida por la ternura más
impronunciable del corazón... Significa el pan de las caricias en el deletreado
aprendizaje de la primera fe La fe: esa cuna que se llamó María en el alborear
de nuestra sensibilidad cristiana... Hacer recuento de María en nuestra historia
significa tanto como hacer la historia de una declaración de amor»
Pronunciar el nombre de María es apelar a su corazón de madre y despertar los
mejores sentimientos creyentes. El nombre del ser amado se instala en el
corazón como otra forma de su misma y real presencia.
Oración de fieles
2. Por los funcionarios públicos, los jefes de personal, los que manejan
expedientes e historiales, para que consideren con atención y respeto a la
persona que hay detrás de cada ficha y de cada nombre, ROGUEMOS...
3. Por los que oyen decir su nombre sin amor; por los que son conocidos sólo a
través de un número o de un apodo; por los forzados a ocultar su identidad. Que
todos ellos encuentren en Dios y en la comunidad cristiana el nombre que el
mundo les niega, ROGUEMOS...
Señor, pues nos diste en María un gran signo de misericordia por el que
ella pudo proclamar santo tu nombre, concédenos alabarte por los favores
que esperamos de Ti. Por C. N. S.
75
Acción de gracias
Gracias, Señor,
pues al decir tu nombre
te sentimos como misericordia.
Amén
76
22 SANTA MARIA ESCLAVA DEL SENOR
MENSAJE PASTORAL
77
Introducción
Celebramos hoy <'el misericordioso designio con que Dios hizo a la Virgen su
humilde esclava y madre de Cristo, al abrazar ella con generoso corazón a la
persona de su Hijo, sirviendo al misterio de la Redención por la gracia de Dios
omnipotente» (Lumen G. 56).
En el título de Esclava del Señor resuena el cántico del siervo de Dios (ls.42,1-
7), pero, sobre todo, lo que constituye la actitud fundamental y la razón de ser
de la venida de Cristo, »que no ha venido para ser servido, sino para servir y dar
su vida en rescate por muchos» (Mc. 10, 45).
Acto penitencial
- Por rehuir las responsabilidades que el bien común nos exigía, SEÑOR, TEN
PIEDAD.
- Por utilizar a los demás abusivamente o en contra de su voluntad, CRISTO,
TEN PIEDAD.
- Por buscar más nuestra gloria que tu deseo, cuando nos prestamos para algún
servicio, SENOR, TEN PIEDAD.
En el Evangelio de San Lucas María se autotitula dos veces esclava del Señor:
en la Anunciación y en el Magníficat. Con esta aceptación el Hijo de Dios se
hace hombre y se convierte él también en servidor.
Comentario-Homilía
«Al oírlas palabras del ángel, se turbó...», se puso colorada como una rosa de
Jericó. Hay, pues, una primera reacción de desconcierto. El momento la
desborda, al pensar sinceramente que ella no da la talla para el servicio en que
78
se la requiere. Ella no es presidenta de ninguna asociación benéfica o piadosa.
¿Cómo y por qué habrá Dios de fijarse en una pobre chica de Nazaret para un
servicio así?
De este modo, María pasa a ser la primera dama del reino de los pobres; el
único terreno bien acondicionado para que la redención comience a dar sus
frutos. Antes de que Jesús enseñara humildad y ejerciera obediencia, aprendió
de su madre. Jesús fue concebido en el acto de pobreza espiritual que supone la
confesión de María: '<He aquí la esclava del Señor».
El proyecto de Dios se verifica en María en forma enteramente natural. Nada
hay aquí forzado. La voluntad del Padre ha encontrado en ella su molde exacto,
su perfecta horma.
Cualquier desajuste resultará impensable. Ha sido anegada en el Espíritu. Como
una caracola, contiene dentro toda la armonía secreta del océano. Como el río
que se funde con el mar en su desembocadura, la obediencia de María y el
designio de Dios son ya un mismo e inseparable elemento. Moldeada como
arcilla en las manos de su Dios alfarero.
En María, la esclava del Señor, tenemos una verdadera creyente. Al sentirse
favorecida del Altísimo, no le responde que le deje pensar más despacio a fin de
calcular mejor los riesgos. La Virgen reproduce el gesto de Abraham, padre de
los creyentes, cuando deja su patria para irse hacia lo desconocido. La persona
de fe se confía en Dios como el niño en su padre. María-madre es a la vez
María-niña, que no pone objeciones. Es la entrega sin gratificación, la servidora
a cualquier riesgo, lámpara que se desgasta dócil sin pretender brillar... María es
humildad sin saberlo ni ensayarlo, que es la forma más perfecta de serlo. Asume
gozosamente y con naturalidad ser la esclava de Dios, con lo cual se gana su
confianza y la de todos los demás que también nos sentimos pobres.
Oración de fieles
79
1. Por la Iglesia, para que, lejos de considerarse como dueña o señora de nadie,
se empeñe solamente en facilitar a los hombres el camino del único servicio de
Dios, ROGUEMOS AL SENOR.
2. Por los encargados de todos los servicios, para que los desempeñen con buen
talante, desde el gozo que otorga el hacer felices a los demás y ayudarles en sus
problemas, ROGUEMOS...
3. Por los sometidos a todas las formas nuevas de esclavitud, para que sus
cadenas sean sustituidas por el libre y responsable ejercicio de la voluntad que
nos hace hijos de Dios e imágenes suyas, ROGUEMOS...
5. Por los aquí presentes, para que cuando ejerzamos alguna autoridad sobre
cualquier persona lo hagamos comprensivamente y sin abuso, ROGUEMOS...
Acción de gracias
80
desde la condición de esclavos a la de hijos.
Gracias, Señor,
por María, tu sierva.
Por ella fue posible
el milagro de amor
por el que su Señor se convirtió en esclavo.
Su humilde disposición,
su valeroso sí
nos impulsa a seguirte donde quieras llevarnos.
MENSAJE PASTORAL
Desde la contemplación de María como morada de Dios, cobramos conciencia
81
de la dignidad de la persona en cuanto que es albergue de espíritu.
Introducción
Acto penitencial
- Por los atentados cometidos contra los derechos humanos, SENOR, TEN
PIEDAD.
- Por no ver siempre a los demás como hijos de Dios y hermanos tuyos más
pequeños, CRISTO, TEN PIEDAD.
- Por nuestra pérdida de dignidad humana al no actuar como reflejos de tu gloria
y bondad, SENOR, TEN PIEDAD.
Comentario-Homilía
Si alguien buscara vivienda y se le diera a elegir entre un piso convencional y
una casa amoldada a su necesidad y gusto, es claro que se inclinaría por la
segunda posibilidad. Aunque torpe, la comparación puede servirnos para
comprender por qué Dios construyó su morada en Maria. Estaba modelada
82
como vasija de lo santo. Hecha al gusto de Dios, porque para El la había
pensado. «El sentido concreto y último de la Inmaculada Concepción no reside
en María, sino en la voluntad encarnatoria del propio Dios. Al intentar
autocomunicarse de forma total, prepara para sí el templo animado en el que va
a morar» (L. Boff).
Es imposible aproximarse a María sin ser bañados en la luz del Espíritu que la
rodea de santidad, la ciñe y la dilata: «Descenderá sobre ti». Es la primera y
única vez en la Escritura que el Espíritu coima así a una mujer. Es una
excepción que viene a explicar el absoluto derroche con que Dios la ha
gratificado:
«María -dice el Concilio fue plasmada y hecha una nueva criatura por el
Espíritu... Por lo que nada tiene de extraño llamar a la madre de Dios totalmente
santa e inmune de pecado... Enriquecida desde el primer instante de su
concepción con el resplandor de una santidad enteramente singular».
«El Altísimo te cubrirá con su sombra.” Esta expresión de Lucas nos recuerda el
episodio antiguo «cuando la nube cubrió la tienda del encuentro y la gloria del
Señor llenaba el santuario.. . » Para aquellos peregrinos del desierto
acostumbrados a la sequía, la nube era la refrescante presencia del Señor. Por
eso, el Evangelio siente a María como una nueva tienda del encuentro anegada
en la sombra del Altísimo. María es el santuario donde lo sagrado cobra imagen
visible, donde la gloria de Dios nos llena de alegría, nos sirve de consuelo y nos
lleva a contemplar agradecidamente sus dones.
Ahora bien, esta contemplación no puede ser pasiva o enervante. El sentido
cristiano de lo sagrado no paraliza. De otra parte, como escribió con buen
sentido San Ambrosio, «María es el templo de Dios, pero no el dios del
templo>'. Si nos ponemos bajo su amparo, si usamos de su techo, no es con la
finalidad exclusiva de rendirle culto, sino para proyectar su abrigo y su sombra
en nuestras encrucijadas. Entrar en el templo del Señor que es María, dinamiza
y construye. La perfecta santidad de esta criatura nos remite a una semilla de
santidad que también Dios depositó en nosotros para ir levantando un templo
consagrado al Señor.
Y esto a pesar de que la calidad de nuestra piedra no sea precisamente la mejor.
Si somos edificación de Dios no se debe tanto a nuestra solidez, cuanto a que El
desde dentro construye nuestra casa. Dios nos habita, aunque nos hallemos
incómodos con nuestra persona o con nuestra conciencia. Aunque nos cueste
aceptar nuestro cuerpo y sus limitaciones, o aunque nos veamos heridos por
secretas oscuridades, somos un lugar donde el Espíritu trabaja.
Oración de fieles
83
1. Por la Iglesia, para que Dios la cubra con su sombra como a la tienda del
encuentro y así pueda apacentar el misterio y distribuirlo generosamente entre
los hombres, ROGUEMOS AL SENOR.
3. Por los templos de todas las religiones, por los espacios sagrados de
adoración y culto, para que sean lugares de espíritu y verdad, casas de
reconciliación, escuelas de humanidad y ámbitos de diálogo entre Dios y los
hombres, ROGUEMOS...
5. Por todos los presentes, para que reflejemos siempre la gloria y la bondad de
Dios, y como Maria hagamos transparente la gracia que nos habita,
ROGUEMOS...
Infúndenos, Señor, la luz del Espíritu que descendió sobre Maria y que con
ella proclamamos el gozo de tenerte dentro como templos tuyos. Por C. N.
S.
Acción de gracias
84
Llenas el universo de fuerza creadora,
y te escondes en nuestra débil carne
elevándola a dignidad de templo tuyo.
Así, te empequeñeces
para engrandecernos
y te limitas para proyectarnos.
Gracias, Señor,
por darnos a María,
templo y arca de la nueva Alianza,
la cual hizo visible
tu presencia abriéndote
la puerta de este mundo.
En ella realizaste
la visita a tu pueblo,
y ella facilitó el camino del Espíritu,
dulce huésped del alma.
Gracias, Padre,
por tener en María una medida de santidad
a que ajustarnos para ser dignas moradas tuyas.
Amén
MENSAJE PASTORAL
85
Introducción
Acto penitencial
- Por estimar más los conocimientos de la mente que la sabiduría del corazón,
SENOR, TEN PIEDAD.
- Por nuestra obstinación, falta de diálogo y falsas seguridades, CRISTO, TEN
PIEDAD.
- Por nuestras palabras indiscretas, gestos imprudentes y actos irreflexivos,
SENOR, TEN PIEDAD.
Comentario-Homilía
86
el último lugar; o aquella viuda pobre que, dando una sola moneda, tuvo más
generosidad que ningún rico; o aquel leproso único que, entre los diez curados,
volvió para agradecer... son las personas sabias para Cristo.
También lo son, desde luego, los Magos orientales del relato, aquellos
peregrinos de la verdad de Dios que, además de la sabiduría de la mente por su
condición de astrólogos, prepararon su corazón con la humildad para iniciar un
camino de búsqueda, siempre más allá de los conocimientos presentes.
El episodio de los Reyes Magos recuerda a aquella declaración del gran
científico Einstein: «La experiencia religiosa cósmica es mi gran estimulo de
investigación científica. Mi religión consiste en una humilde adoración del
superior espíritu ilimitado que se revela en los mínimos detalles que somos
capaces de percibir con nuestras mentes frágiles y débiles».
La sabiduría es una propiedad del corazón. Y nunca se agota para quien tiene el
coraje de hacer un acto de adoración ante el misterio. Más aún, la sabiduría
absoluta sólo se deja entrever a los ojos que aprendieron a mirar con conciencia
de sus limitaciones ópticas: “Te doy gracias, Padre, porque has escondido estas
cosas a los sabios, y se las has manifestado a la gente humilde». Bien entendido
que estas palabras de Cristo entienden por humilde al que, al margen de su
mucha o poca cultura, escucha la palabra revelada con la simplicidad de un
niño; en tanto que «sabio” aquí representa al engreído, al pagado de sí, al que se
instala en su ciencia copiosa o mediocre, como en una posesión incontestable o
imperecedera.
Pilato, con toda su formación grecorromana, no obtuvo respuesta a la curiosidad
que le hizo preguntar por la verdad. En cambio, sí la conocieron, por ser una
propiedad del corazón, aquellas personas honestas y modestas que merecieron
en el Antiguo Testamento el título de sabios-justos. Como la conoció, sobre
todo, María, trono de la sabiduría. ¿Quién tuvo el corazón más repleto que ella
de los secretos de Dios? ¿Quién mejor que María confió en el Señor y edificó
sobre El como único soporte de su vida? ¿Quién más prudente en sus palabras
que María? ¿Quién más certera en sus respuestas? ¿Quién mejor encajadora de
sus muchas perplejidades? María hizo de su corazón el trono de la sabiduría
divina, ésa que coincide más veces con la «locura de la cruz» que con la
sabiduría de los hombres.
Oración de fieles
87
lugar, ROGUEMOS AL SENOR.
2. Por los intelectuales y las personas de ciencia, para que su trabajo de desvelar
los secretos del universo y de la vida sea en ellos compatible con la adoración
de Dios y el respeto a su ley, ROGUEMOS...
3. Por la comprensión entre todas las razas y por el respeto a las minorías
étnicas, para que el mundo comprenda que todos cabemos en el ancho corazón
de Dios, ROGUEMOS...
5. Por nosotros y las personas que nos son cercanas, para que aprendamos de
María la ciencia de convivir y la sabiduría que nace de los corazones
acogedores como el suyo, ROGUEMOS...
Acción de gracias
Gracias, Padre,
pues tu sabiduría
es el principio de todo lo que existe.
Desplegó el universo,
le infundió unas leyes,
sostiene su cimiento
88
y alimenta sus ritmos.
A su canto de gozo
unimos hoy el nuestro
proclamándote sabio,
pues en ella trazaste un sendero de amor
y de conocimiento
para los que queremos seguir a Jesucristo.
Amén
MENSAJE PASTORAL
Introducción
89
Al terminar la tercera sesión del Concilio Vaticano II, Pablo VI declaró a María
Madre de la Iglesia, esto es, de todo el pueblo cristiano que la llama madre.
En la fe nadie logra ser algo más que un niño, ya que dependemos totalmente
del amor y del favor del Padre. Sin embargo, nuestra fiel dependencia se reviste
de seguridad y mayor confianza cuando invocamos a la Madre para apelar a la
bondad de Dios. Entonces se comprueba que El nos ha dado un corazón de
madre para rodearnos de su amor de Padre.
La madre del hermano mayor Jesucristo, necesariamente ha de serlo de la
fraternidad por El fundada. Al pie de la cruz nos engendró como nuevos hijos.
En vísperas de Pentecostés fue beso fundacional de la primera Iglesia. Ahora,
mientras la celebramos como Madre, nos precede y acompaña en el camino de
la fidelidad a Cristo.
Acto penitencial
Comentario-Homilía
El Concilio Vaticano II tuvo cierto reparo en explicitar que María fuese madre
de la Iglesia. Se inclinó, más bien, a llamarla su modelo, su imagen, su figura.
Se recelaba de la expresión, sobre todo por respeto a algunos círculos de
hermanos protestantes. Se temía que una declaración de María como madre de
la Iglesia pudiera inducir a equívocos, en cuanto que la causa matriz y
generadora de la Iglesia, su principio vital, es solamente Cristo, y no María: "El
90
comienzo de la Iglesia está simbolizado en la sangre y el agua que manaron del
costado del Crucificado» (Lumen G.). La Iglesia no nació de María, sino de
Jesús, por lo cual no puede ser hija de ella en sentido análogo a como cada uno
de nosotros lo somos de nuestra propia madre.
No obstante estos reparos, el papa Pablo VI tomó la decisión de declarar
solemnemente la maternidad de María sobre la Iglesia, apoyándose en estas
razones: "Hemos creído oportuno consagrar en esta sesión pública un título en
honor de la Virgen, sugerido por diferentes partes del orbe católico y
particularmente entrañable para mí... Se trata de un título que no es nuevo para
la piedad de los cristianos; antes bien, con ese nombre de madre, y con
preferencia a cualquier otro, los fieles y la Iglesia están acostumbrados a
dirigirse a María... María es, como madre de Cristo, madre también de os fieles
y de los pastores, es decir, madre de la Iglesia...
La declaración de Pablo VI es larga, pero en la breve cita precedente constan las
razones principales de su decisión. Y la primera de ellas es la entrañabilidad del
nuevo título: un espontáneo dato de experiencia personal del Papa, que es de
agradecer tanto como la doctrina. Llamar madre a la Virgen ayuda a configurar
el paisaje amoroso de la fe. Es penetrar en la zona cristiana de las intuiciones
vitales, en cuyo espacio la acogida y el don de si también son un lenguaje.
Llamar madre a María en la Iglesia es algo teológicamente correcto, pero
también vitalmente saludable para las experiencias comunitarias de la fe.
Nuestro crecimiento como creyentes también necesita una pedagogía. Para
educarnos en la fraternidad cristiana y en la adhesión a la Iglesia-madre, Dios se
vale de un corazón concreto de mujer. "La madre es el primer continente que
descubre la criatura... La pedagogía de Dios fue orientando a la psique humana
hacia el acontecimiento histórico realizado por Dios Espíritu Santo en María. La
mitificación que todos hacemos de la mujer como virgen y como madre
constituye la forma en que Dios nos acerca a su madre y madre nuestra»
Sentimos hoy a María como la madre humana de nuestra familia de la fe, tal
como la pintaron sus más tiernos amantes. La contemplamos a través de los ojos
de nuestra madre terrena. Estamos seguros de que ella acuna nuestro dolor,
amansa las tormentas y nos lleva escritos en las rayas de sus manos. En la fe del
pueblo de Dios cabe la celebración, la fiesta y la afectividad, gracias, en gran
medida, a que la Madre está siempre presente.
Oración de fieles
1 Por todo el pueblo de Dios que recibió a María como madre, para que entre
nosotros siempre esté vivo el lenguaje maternal de afecto, la entrega y la
91
acogida, ROGUEMOS AL SENOR.
2. Por las mujeres que hacen compatible la atención a la familia propia con la
dedicación a alguna causa de servicio a los demás, para que reciban de María la
generosidad y el coraje que precisen, ROGUEMOS...
3. Por las mujeres cristianas que se han quedado viudas o perdido algún hijo,
para que no encierren sus cualidades en el dolor, sino que las sepan entregar al
servicio de la Iglesia y de los demás, ROGUEMOS...
Acción de gracias
92
en el mismo momento
en que nos dio su vida.
Amén
MENSAJE PASTORAL
Introducción
93
La llamamos madre de la Iglesia y, como tal, la celebramos hoy. Es madre
porque protege y porque acoge; pero también reúne, identifica y da impulso
para la evangelización y el testimonio.
La maternidad espiritual de María no es para nosotros un simple refugio
sentimental o inoperante. Decir madre en la Iglesia es fundamentar bien las
raíces cristianas. Es tomar conciencia de la casta evangélica que de ella hemos
heredado. Es tomarla como un punto de fuerza y unidad, para actuar en la
práctica como hermanos y seguidores leales de Jesús.
Acto penitencial
- Por nuestra falta de sensibilidad ante las necesidades del prójimo, SEÑOR,
TEN PIEDAD.
- Porque al celebrarte nos dejamos llevar por la rutina, en lugar de crear el
sentimiento festivo de la fe, CRISTO, TEN PIEDAD.
- Por nuestros falsos pudores cuando ocultamos cualidades y sentimientos de
ternura y acompañamiento, SENOR, TEN PIEDAD.
Primera lectura (Hechos 1,12-14)
Comentario-Homilía
94
experiencia y consejo, proveían a las necesidades espirituales de los miembros
más jóvenes.
Con seguridad, María sería allí conocida como la madre por antonomasia.
Mientras vivió, ella poseía el tesoro que todos más estimaban: la información
sobre Jesús y el secreto de su intimidad con El, dones que generosamente
distribuiría. Guardando la reserva y compostura que se deduce de Hechos 1,14,
María actuaba en la primera comunidad como un corazón dentro del pecho:
discreta y casi oculta, pero activa y constante en aportar a todo el cuerpo la
herencia y el espíritu de Cristo, la esperanza en su venida, la savia de una
oración perseverante.
María fue un eje de la rueda de la vida de la primera Iglesia. Y aquí sigue como
madre nuestra, ejerciendo idéntico servicio. María no es madre en la Iglesia para
que la entronicemos sobre un pedestal inaccesible, sino para servirnos de
testigo, estímulo y ayuda. Ser madre en la Iglesia no es para ella una ventaja o
título nobiliario, sino una función que desempeña con igual talante que en las
bodas de Caná: atenta a las necesidades y preocupada por mantener un clima de
alegría, cordialidad y confianza en Cristo.
María es madre en la Iglesia porque cada mañana puede despertarnos a la vida
de fe. Lo es porque puede distribuirnos el vino del gozo, repartirnos el pan de la
ternura, educarnos en la práctica de las bienaventuranzas. Llamar “madre» a
Maria dentro de la Iglesia equivale a abrir ventanas en sus muros, a veces
demasiado espesos de racionalización y rutina. La Iglesia que dice madre
mirando a María está dibujando una sonrisa en su rostro, a veces demasiado
grave o demasiado acostumbrado a expresarse sólo con palabras. Decir Maria,
madre en la Iglesia equivale a restaurar constantemente el vinculo de la
fraternidad cristiana.
Oración de fieles
Con la primera Iglesia reunida en oración junto a María, nosotros nos unimos en
súplica al Señor por las necesidades de todo el mundo.
95
fraternidad tanto en las reuniones familiares como en las asambleas eucarísticas,
ROGUEMOS...
Señor, enséñanos a orar, pidiendo siempre lo que nos conviene, pero, sobre
todo, enséñanos siempre a hacer lo que Cristo nos diga. Te lo pedimos por el
mismo J. N. S.
Acción de gracias
Recibe, Padre, la expresión sincera de nuestro corazón agradecido que late hoy
con un amor de madre. Gracias por cedernos a Maria como regazo maternal
que acoge y reconforta.
Y, sobre todo, gracias por haberla puesto en el origen de la fe cristiana como
generadora de bienaventuranzas y aliento de todos los creyentes.
Con esta acción de gracias te ofrecemos lo mejor que de Maria hemos heredado:
el pan de la ternura, el don de la acogida, el lenguaje de la afectividad, ese sabor
de hogar que nos da el conocer que somos los hijos de esta tierna madre.
Gracias, Señor, por habernos amado tan entrañablemente por medio de Maria.
MENSAJE PASTORAL
La Iglesia encuentra en María un molde o modelo para configurar su
personalidad de acuerdo con los rasgos fundamentales de la Virgen.
Introducción
Acto penitencial
96
influencias, SENOR, TEN PIEDAD.
- Por no haber sido, como María, servidores de los pobres y voz de los que están
sin voz, CRISTO, TEN PIEDAD.
- Por no reproducir en nosotros los rasgos de santidad y humanidad de Maria,
SENOR, TEN PIEDAD.
Comentario-Homilía
97
humanidad.
Nos gustaría una Iglesia-mediación para llegar a Dios, y no un fin en sí misma.
Una Iglesia, por consiguiente, transitoria y peregrina, comunidad de itinerante
fe que, como Maria en la Visitación, considerase tan importante la caridad
como la fe misma... Iglesia desprendida para mejor hacer el viaje, sin acumular
otro título que el de esclava del Señor, ni más posesiones que las necesarias, ni
otras alianzas que las de su esposo Cristo.
¿Será esta Iglesia únicamente un sueño, la perpetua utopía irrealizable? No,
porque esta Iglesia existe también hoy en el pueblo creyente, aunque no se haga
notar demasiado. La auténtica Iglesia de Jesús coexiste, desde luego, con los
defectos y las culpas con que otros también la afeamos. Pero, por señaladas que
sean nuestras infidelidades, por alejada de la verdadera imagen de María que
esté la realidad de nuestra Iglesia actual, Dios no nos declara irrecuperables.
Asumir nuestras limitaciones es otro modo de mostrar esa pobreza que atrae la
misericordia. Nuestra Iglesia no es enteramente santa ni inmaculada como
María; tiene manchas y arrugas. Precisamente por eso nos necesita. Necesita
nuestro arrepentimiento y esfuerzo; reclama nuestra fidelidad, desde la certeza
de que el Espíritu Santo seguirá fecundándola de santidad como a María.
Oración de fieles
Desde nuestra necesidad nos sentimos pobres, pero también afortunados por
poder dirigirnos a Dios llamándole Padre y esperando su misericordia.
1. Padre, te pedimos por la Iglesia, cuerpo de Cristo y figura de Maria, para que
construya su grandeza sólo en el hecho de pertenecerte a Ti y de servir a la
causa de la salvación,
ROGUEMOS AL SEÑOR.
2. Padre, te presentamos el servicio de los pastores de la Iglesia. Que no aparten
sus ojos ni sus pasos de Aquel que, siendo rico, se hizo pobre y no consideró
deshonra compartir en todo nuestra vida, ROGUEMOS AL SEÑOR.
3. Padre, recibe las buenas acciones de tantos cristianos anónimos que pasan
desapercibidos. Que sigan constituyéndose en piedras fundamentales de la
Iglesia en el orden de la santidad. ROGUEMOS AL SEÑOR.
4. Otras intenciones.
5. Padre, te ofrecemos nuestra escasez de méritos, nuestras manos vacías. Que,
como María, esta comunidad sea tierra desocupado en la que sólo Tú siembras y
recoges. ROGUEMOS AL SENOR.
98
Acción de gracias
Gracias, Padre, te damos con el apóstol Pablo «por haber elegido a los que no
son nada para confundir a los que creen ser alguien, a fin de que nadie pueda
envanecerse
ante Ti». Gracias por esta Iglesia que, a pesar de sus fallos, se fía de Jesús y
quiere construir su fuerza en su debilidad, su triunfo en tus deseos y su gloria en
tu cruz.
Te ofrecemos, Señor, el alma de esta Iglesia. Que tu Espíritu Santo
la fecunde y anime a imagen de Maria, para que se presente
ante el mundo sin arrugas ni manchas. Queremos una Iglesia, Señor,
comprometida con las causas más nobles de amor y de justicia, cantando con
Maria tu gran misericordia.
MENSAJE PASTORAL
María introduce en la vivencia de nuestra fe lo cordial y lo afectivo como clima
vital de la misma.
99
Introducción
Acto penitencial
- Por habernos forjado una imagen demasiado rígida y severa de Ti, SENOR,
TEN PIEDAD.
- Por los obstáculos racionales que nos impiden hacernos como niños para
entrar en tu reino, CRISTO, TEN PIEDAD.
- Por las continuas faltas de calor humano y de cordialidad con que tratamos a
nuestros semejantes, SEÑOR, TEN PIEDAD.
Comentario-Homilía
El fugaz Papa Juan Pablo 1 dejó caer en una de sus memorables catequesis la
siguiente frase: «Dios es más madre que padre». Se refería, sin duda, a los
rasgos de cercanía y entrañabilidad con que el Dios cristiano, el padre de Jesús,
está revestido desde que el Hijo nos lo reveló como amor y misericordia. No es
100
justo que el concepto de Dios contenga en nuestras mentes más connotaciones
masculinas que femeninas; que se le hayan aplicado preferentemente los rasgos
de la racionalidad, actividad y organización, mientras se le han escatimado
cualidades como la acogida y la capacidad de sentir afecto. Hay que tener en
cuenta que los profetas del Antiguo Testamento a veces presentan a Dios dotado
de matices típicamente maternales (Oseas, 11). Y si Cristo propuso la palabra
«Padre» para designar a Yavé no fue con la intención de acentuar su carácter
masculino, sino porque su Dios-papá (Abba) iba a ganar así en cordialidad y
ternura.
María ha sido para el pueblo creyente ese rostro materno de Dios. En el corazón
de María se ha concentrado gran parte de la dimensión afectiva de la fe. «La
Virgen empuja al pueblo de Dios a dirigirse con filial confianza a aquella que
está siempre dispuesta a acogerlo con afecto de madre, para obtener consuelo en
la tribulación, alivio en la enfermedad, fuerza liberadora en el pecado»
(Marialis Cultus).
En el fondo de esta constatación hay un factor psicopedagógico de primer
orden, que también tiene su aplicación en la vida de fe. Todo ser humano se
encuentra emocionalmente vinculado a la madre de manera especial. En la
infancia, el regazo materno constituye el mejor abrigo contra las amenazas
exteriores. El corazón materno es el mejor educador de los sentimientos del
hijo. Añadamos a esto que en el orden de la fe nadie puede pretender superar
totalmente el estadio de infancia. Hacerse como niños es condición
indispensable para acoger el Reino. Por eso se comprende mejor esta necesidad
de una madre que nos ayude a saltar en la oscuridad, a sortear tantos escollos, a
tomar decisiones, a encajar tantos golpes... Una madre que nos traduzca el amor
tantas veces desconcertante de Dios Padre.
En este sentido, María ha sido todo corazón, todo afectividad para la fe del
pueblo. A veces, incluso, se llegó a exageraciones sensibleras en la piedad y el
arte, o a devociones desviadas que reservaban para la Madre toda la bondad y
atribuían al Hijo todo el rigor. Pero, salvados estos excesos, la función cordial
de María, rostro materno de Dios, permanece como necesaria y como
inevitable.
Y también como útil y provechosa. Porque la relación entre el pueblo y María
no ha sido siempre pasiva o aprovechada por parte del creyente. La más genuina
vida y acción cristiana ha latido siempre con el corazón de María. En él se
alimenta la ternura; en él se aprende la solicitud hacia el prójimo; por él se sabe
que, también en el orden de la fe, lo afectivo es lo efectivo.
Oración de fieles
101
1. Pidamos por la Iglesia de Jesús, para que su voz de maestra no se oponga ni
se imponga sobre su corazón de madre, ROGUEMOS AL SENOR.
3. Pidamos por los jóvenes inadaptados a causa de la falta de afecto y por las
personas endurecidas a causa de la lucha por la vida, para que unos y otros
encuentren la curación en el camino del corazón, ROGUEMOS...
5. Por las personas a las que más amamos, por todos los que ocupan un lugar
preferente en nuestro corazón, para que ellos y nosotros permanezcamos atentos
a las exigencias del verdadero amor, ROGUEMOS...
Acción de gracias
Te damos gracias,
Dios de la ternura,
por haberte revelado con rasgos maternales.
102
Los antiguos profetas
te mostraron dotado de corazón y de entrañas sensibles:
«Cuando Israel era un niño pequeño,
Tú lo enseñaste a andar
cogido de tu mano».
En él experimentamos tu sonrisa,
tu paciencia, tu abrazo, tu acogida.
El traduce tu afecto maternal
y nos adiestra
para amar al prójimo
bendiciendo la suerte de llamarnos tus hijos.
Amén
MENSAJE PASTORAL
103
Introducción
Dice el Concilio Vaticano II: «La Virgen María, terminado el curso de su vida
terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celeste y ensalzada como Reina
del universo, para que se asemejara más a su Hijo, Señor de señores y vencedor
del pecado y de la muerte». »Por tanto, la dignidad real de Santa María
pertenece al misterio de su plena glorificación y perfecta configuración con su
Hijo, Rey de los siglos» (Misal de la Virgen).
Acto penitencial
Comentarlo-Homilía
Todo el esplendor del lenguaje resulta insuficiente para aproximarnos al
misterio de María, sobre todo cuando, más allá de su perfil histórico y su verdad
teológica, pasa a ser un símbolo en el pueblo creyente. María es un gran signo
que arranca de nuestros mejores deseos de plenitud. «Su verdad simbólica
irrumpe en los condicionamientos mitológicos más primigenios de la
104
humanidad, de los anhelos más nobles de autorrealización que alberga el
corazón humano. Su verdad simbólica proclama la experiencia real de que todo
lo cristiano pasa por ella» (Miguel Rubio).
María es una obra perfecta de Dios; como tal, no puede ser abarcada en nuestras
coordenadas espaciotemporales, ni adecuadamente descrita con nuestro
lenguaje. Sólo con analogías y comparaciones nos aproximamos algo a ella. En
el Evangelio la tenemos ofrecida como un dato histórico y como un misterio
para la contemplación; pero podemos inventarla siempre, recrearla
continuamente, aplicarle lo mejor que descubrimos en el ser humano, dibujaría
desde la sensibilidad de cada nueva generación cristiana. En esta posibilidad de
proyección constante descansa, precisamente, la afirmación según la cual «de
María nunca se dice bastante "De María nunquam satis"-».
El pueblo, en su peregrinar al lado de María, la ha pintado como Inmaculada y
como Asunta al cielo. Y otra de las imágenes de plenitud que más pródigamente
le ha otorgado ha sido la de Reina. De las cuarenta y seis invocaciones que
contiene la nueva versión de las letanías, dieciséis usan esta metáfora para
designarla: Reina de los apóstoles, Reina de los profetas, Reina de todos los
santos, etcétera. Las magníficas representaciones del misterio mariano que son
los iconos orientales, también presentan a María con los símbolos de la realeza:
en postura de cátedra, sobre fondo dorado, que es signo de la majestad; ciñendo
su frente con un nimbo de luz, que significa su participación en el esplendor y la
gloria del Padre.
El pueblo la pensó y la sintió como Reina, cuando volcó en María sus deseos y
proyecciones de nobleza, seguridad y esperanza del cielo. Pero el pueblo
también sabe que, lo mismo que Cristo es el Rey-Siervo de Dios y servidor de
sus hermanos, María es la Reina-esclava del Señor. Las «obras grandes» del
Magníficat se realizan en ella a través de la humildad. Obtiene su gloria al
despojarse de Jesús para entregárnoslo. María pasa a ser así la reina servidora de
la redención, la primera dama del reino de los pobres.
El único sentimiento cristiano genuino que se deriva de contemplar a María
Reina del universo es un desprendimiento fecundo en favor de los demás. La
devoción a María Reina actúa como antídoto contra el impulso de abusar del
prójimo, o de encumbrarse por encima de él, o de adquirir poder en nombre de
la religión. El sentimiento que María nos comunica desde su condición
glorificada es el de evitar falsas seguridades y el de vivir el Evangelio desde el
servicio, el éxodo y la esperanza.
Oración de fieles
1. Por la Iglesia, pueblo de reyes y esposa del Rey Jesús, para que sólo en El
105
ponga su gloria, mientras guía a los fieles hacia el reino de la paz, el amor y la
justicia, ROGUEMOS AL SEÑOR.
2. Por los responsables del gobierno de los distintos países, para que antepongan
la elevación moral y económica de los humildes a los intereses de los
poderosos, ROGUEMOS...
Acción de gracias
106
por hacerse servicio y obediencia.
En Jesucristo Rey
permite que aclamemos
a tu humilde Esclava como a nuestra Reina:
reina de la paz y la misericordia,
reina de los profetas y de los patriarcas,
de los ángeles y los apóstoles,
de los mártires y de los confesores,
de las vírgenes y de los santos,
reina concebida sin pecado original,
reina elevada al cielo,
reina, en fin, de todo el universo.
Recibe, Señor,
con las aclamaciones de tu Iglesia a Maria,
los deseos de alcanzar tu bienaventuranza.
Amén
TIEMPO ORDINARIO
SEGUNDA SECCION
107
Títulos marianos que celebran el influjo de la Virgen María en la vida espiritual
de los cristianos.
FORMULARIOS DE MISAS
MENSAJE PASTORAL
La solidaridad es una virtud humana que también demuestra su eficacia en el
ministerio de la intercesión que María ejerce en la Iglesia.
Introducción
Dice el Concilio: «La función maternal de María para con los hombres no
oscurece ni disminuye la única mediación de Cristo, sino que muestra su
eficacia. Cualquier influjo salvador de la Santísima Virgen nace del beneplácito
divino y deriva de la superabundancia de los méritos de Cristo» (Lumen G.)
Al celebrar a María como medianera de la gracia celebra mos al Dios
misericordia y nos sentimos más unidos a Cristo, cuyos méritos nos alcanzan
los favores del Padre.
Al mismo tiempo, María nos educa en el noble oficio de la intercesión. Ella es
un puente que Dios ha tendido desde su orilla hasta la orilla de la necesidad.
Interceder en favor de alguien supone creer en la eficacia de la solidaridad
cuando apela al sentimiento del amor.
Acto penitencial
108
Primera lectura (Ester 8, 3-8. 16-17a)
Con una insinuación muy delicada y de pocas palabras, María se dirige a Jesús
en favor de unos novios: “No tienen vino». La oración cristiana de súplica no
descansa en el mucho hablar, sino en la humilde fe de nuestras peticiones.
Comentario-Homilía
Estamos muy cerca de María, »una de nuestra raza», como para que la fe dejara
pasar por alto este dato de vecindad sin aprovecharlo a la hora de exponer ante
Dios nuestras necesidades. En ningunas manos como en las suyas se pueden
presentar al Señor nuestros deseos en favor propio o ajeno. La mediación de
María es una consecuencia de su solidaridad con los hombres y mujeres que,
como los novios de Caná, se encuentran en algún aprieto.
En el Magníficat María canta su compromiso de solidaridad con todos los
oprimidos de la tierra. Dando a luz a Cristo en un establo se solidariza con los
que carecen de un techo en el que cobijarse. Huyendo hacia el destierro
comparte la suerte de los exiliados. En la Pasión vive el dolor de las madres a
quienes la guerra, el terrorismo o el accidente arrebatan violentamente un hijo.
¿Habrá alguien cerca de Dios mejor preparado que Maria para entender la
intensidad de tanto drama humano? Seguro que también ahora se dirige al Señor
para indicarle delicadamente que »no tenemos vino», que hemos perdido la
alegría, la salud, el trabajo, la esperanza o el amor...
La oración de súplica a María, generosa medianera de las gracias de Dios y
abogada nuestra, goza de legítimo consenso eclesial. La tradición la ha
invocado siempre como intercesora ante el único mediador, Jesucristo. Y los
creyentes de los tiempos futuros seguirán clamándole, con el Avemaría, que
ruegue por ellos. Porque la solidaridad que vivió María en su dimensión
histórica sigue y seguirá ejerciéndola »allí donde la necesidad humana es más
palpable, allí donde el drama del sufrimiento amenaza con absorber el sentido
de la vida, allí donde se toman las decisiones que marcan el futuro. Desde el
cielo sigue solidarizándose y haciéndose presente con mucha mayor intensidad»
(L. Boft).
No hay que temer exponerle cualquier necesidad humana, como si le
mostrásemos una prenda deteriorada. El muchacho que acude a su madre con
109
alguna pena, lo hace por simples exigencias de su corazón, independientemente
de consideraciones intelectuales. Y, aunque la madre no pudiera o no debiera
aliviar la causa de ese dolor, el encuentro entre madre e hijo ya es en alguna
medida curativo.
Pero sí hay que ponerse en guardia contra cierto egoísmo religioso que se
traduce en una devoción sólo por interés. Invocar a Maria sólo para que nos
proteja de los peligros de este mundo y atienda a nuestras conveniencias
personales sería ignorar que su oficio de medianera se orienta, sobre todo, en
orden a los bienes de Dios. Por lo demás, »nuestro Padre sabe mejor que nadie
aquello de lo que tenemos necesidad». Seria incompatible con la actitud
fundamental de Maria pedirle que fuerce o pretenda torcer la voluntad de Dios,
cuando toda su oración consistió en una absoluta puesta a disposición del
proyecto divino. El mejor don que puede darnos es el de Jesús »fruto bendito de
su vientre».
Oración de fieles
En las manos de Maria, que consigue de Dios lo que a nosotros nos conviene y
ella solicita, presentamos estas peticiones confiando en los buenos oficios de tan
poderosa abogada.
1. Por la Iglesia, para que abunde en ella el vino del amor, del gozo y de la
solidaridad entre todos sus miembros, ROGUEMOS AL SEÑOR.
2. Por los más necesitados de la tierra. Que los hambrientos consigan pan,
trabajo los parados, paz los que están en guerra, motivos para vivir los que están
desesperados y perdón aquellos a quienes acusa su conciencia, ROGUEMOS
AL SENOR.
3. Por los que, desde su oficio o vocación, defienden causas justas, para que
nunca se cansen de poner sus medios y cualidades al servicio de la paz y de la
justicia, ROGUEMOS
AL SEÑOR.
4. Otras intenciones.
5. Por todos los miembros de nuestra comunidad y por los que nos precedieron
en la fe, para que, intercediendo unos por otros, testimoniemos el valor divino
de la solidaridad, ROGUEMOS AL SENOR.
Acción de gracias
Gracias te damos, Padre, por Jesús, con cuya muerte nos alcanzó los dones de
110
su sobreabundante redención.
Con sus brazos abiertos ha clamado
y logrado paz y misericordia en favor nuestro. Y gracias por María, a quien
pusiste
al lado de Jesús como nuestra abogada para distribuirnos el fruto de sus méritos.
Ella es guía segura que conduce hacia Cristo. Ella es nuestro socorro en el
dolor.
Ella nos reconforta en el desánimo
y te expone delicadamente nuestras necesidades cuando nos falta la salud, la
esperanza, el trabajo o la felicidad. Gracias, Señor, por esta mujer solidaria y
atenta, en la cual aprendemos a sentirnos hermanos y a interceder por otros.
MENSAJE PASTORAL
Introducción
Hoy celebramos a María como fuente de la salvación, en cuanto que ella dio a
luz al único salvador, Jesucristo, y por el misterio de la intercesión Dios la
constituyó canal que nos acerca los dones de la redención.
Hay en esta celebración un eco de agua viva, de torrente que parte del corazón
abierto del Crucificado, que pasa por María y llega hasta nosotros. Cristo se
entrega a quienes, aun teniendo fe, a veces se ven acosados por alguna secreta
sed que les impide ser felices.
Y la madre está junto a la cruz como repartidora de consuelo, de espíritu, de
fuerza, de esperanza, de todos aquellos dones que constituyen el tesoro de la
salvación cristiana.
Acto penitencial
111
El manantial que en la visión profética nace de la base del Templo es el signo
de la fecundidad de Dios. Hay una inmediata invasión de vida y gozo en todo
aquel que se abre al influjo de su gracia y bendición.
Del costado abierto de Jesús brotan, con el agua y la sangre, el perdón y la vida
nueva. María asiste como testigo a este nacer del bautismo y de la eucaristía,
pero también como madre dispensadora de la última expresión de amor con que
Cristo obsequia a la Iglesia.
Comentario-Homilía
112
confluyen, riegan y redimen al que se siente acusado por su conciencia;
absuelven al que se ve acusado por sus semejantes; hacen crecer en cada
persona aquello que le puede elevar, promocionar, salvar.
Hay muchas leyendas de sabor mariano que atribuyen el nacimiento de una
fuente a unas apariciones de la Virgen. La fe de los sencillos creyentes atribuye
a esas aguas poderes curativos, y María se convierte así en una fuente de salud
para el pueblo. Estas intuiciones populares son algo más que el hallazgo de esa
«medicina milagrosa», cuyos efectos no llegan a producirse en la inmensa
mayoría de los casos. Sabemos que el «agua milagrosa» raramente desvanece
las enfermedades. Tampoco nos importa demasiado, porque en cualquier acto
de aproximación a María sentimos la poderosa influencia de la madre que
conforta, alienta y comunica el secreto para llevar la cruz. Aunque no cure la
salud física, siempre nos acerca la salvación de Cristo.
Oración de fieles
Ante el buen Dios amigo de la vida, el que a nadie condena y el que a todos
ofrece la salvación de Cristo, oramos en nuestras necesidades y peligros.
Señor, Tú no nos enviaste a Jesucristo para condenar al mundo, sino para que
fuera salvo por El. Concédenos entrañas de misericordia para con el prójimo, y
sed de Ti para aprovechar la salvación que nos ofreces. Te lo pedimos por C. N.
S.
Acción de gracias
113
Nuestra vida se llena de alabanza por el don de la fe, y, junto con María,
proclamamos y engrandecemos tu misericordia. Ella nos canaliza el manantial
de gracia que brota del costado del Crucificado. Ella nos aproxima la salud
que el Cristo herido ganó para nosotros. Gracias, Señor, por la Virgen Maria,
fuente de alivio, curación y descanso, que, en nuestra peregrinación hacia Ti nos
enriquece, reconforta y salva.
MENSAJE PASTORAL
El cultivo de la espiritualidad y la vida interior son fuente del conocimiento de
sí mismo y de humanidad hacia los demás.
Introducción
Acto penitencial
- Cuando nos dejamos llevar por lo superficial y efímero, sin tener en cuenta lo
que importa y perdura, SEÑOR, TEN PIEDAD.
- Cuando ponemos barreras al don de tu presencia en nosotros, CRISTO, TEN
PIEDAD.
114
- Cuando el ruido de las preocupaciones y trabajos nos impide escuchar tu
palabra, SENOR, TEN PIEDAD.
115
a ese espacio donde ella «guardaba todas las cosas«. Lo transformó en un arca
en donde resolver los enigmas de la Alianza nueva que sobrepasaban su
entendimiento. Muchos años de vida recogida en íntimo diálogo con Dios;
escuchando palabras, insinuaciones y silencios cuya custodia no la replegaba
sobre sí misma, sino que la hacía fielmente disponible para cumplir su oficio de
corredentora.
Toda persona profundamente espiritual es también rotundamente humana y
solidaria. Lo mejor de nosotros está dentro de nosotros mismos; pero en esa
«interior bodega« no sólo está el secreto de la iluminación sobre sí. De allí se
sale también capacitado para entender a los demás. De la interioridad se emerge
mejor preparado para comprender y amar al prójimo, incluso al que, a causa del
sufrimiento y de las condiciones de la vida actual, se ha incapacitado para
entender que es portador de espíritu. Contemplación y solidaridad son para
María consecuencias de un mismo aprendizaje que nos transmite con sabiduría
y paciencia de maestra.
Oración de fieles
1. Por toda la Iglesia, para que sea lugar de encuentro entre los hombres, por
medio del cultivo y la comunión con el misterio, ROGUEMOS AL SEÑOR.
5. Por todos nosotros; que en la oración hallemos motivos para vivir, acierto
para actuar y bondad para relacionarnos, ROGUEMOS...
116
Acción de gracias
Gracias, Señor,
te damos hoy
por el denso silencio de María
cuajado de insinuaciones,
secretos y enseñanzas.
Sin condiciones
nos rendimos a Ti
como se abandonó en tu confianza
la que quiso llamarse sierva tuya
y hoy es nuestra maestra.
Nuestro agradecimiento
se traduce en su oración de esclava:
Que se cumpla tu palabra en nosotros;
que aprendamos a contemplarte
y vivirte en cuanto nos rodea.
Amén
117
33 LA VIRGEN MARIA, MADRE DEL BUEN CONSEJO
MENSAJE PASTORAL
María nos enseña a hallar, en beneficio del prójimo, la palabra adecuada, la
orientación oportuna o el silencio respetuoso para cada circunstancia.
Introducción
118
Acto penitencial
Dibujado sobre la raya del horizonte, Isaías ve al futuro Mesías, y le da, entre
otros, el apelativo de »maravilla de consejero». Su aparición disipará las
sombras de la ignorancia, la violencia y la opresión.
Comentario-Homilía
119
crecimiento de quien lo recibe, debe evitar convertirse en orden o en
imposición; consecuentemente, ha de abrirse al riesgo de las contestaciones.
José y María se han afanado por recuperar al hijo; pero es que el hijo, lejos de
considerarse perdido, piensa que acaba de encontrarse a si mismo, y lo expresa:
«¿No sabíais que debo ocuparme en las cosas de mi Padre?».
Oración de fieles
1. Por la Iglesia, en su labor de maestra y consejera, para que ejerza esta misión
guiándose ella misma por la palabra y la voluntad de Dios, ROGUEMOS AL
SEÑOR.
5. Por las familias de todos los presentes, para que reine en ellas la armonía
como fruto del consejo mutuo, la corrección fraterna y el ánimo de superación,
ROGUEMOS...
120
sentimiento de la confianza, alcánzanos de El lo que en este momento más
nos convenga. A Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Acción de gracias
Alabanzas a Ti
y acción de gracias, Padre,
porque a través del tiempo
nos llevaste, por medio de profetas
y hombres santos,
hacia tu gran proyecto salvador.
121
Alabanzas a Ti,
y acción de gracias, Padre,
por Maria la Virgen,
corazón cuajado de tu sabiduría,
madre del buen consejo,
que formó los sentimientos humanos de Jesús
y hoy infunde en nosotros paz,
respeto, comprensión y paciencia,
rectitud y verdad,
para saber aconsejar y ser aconsejados.
Amén
MENSAJE PASTORAL
Introducción
122
Acto penitencial
Comentario-Homilía
La Virgen Maria abre su Evangelio siendo invitada al gozo:
«Alégrate, María, el Señor está contigo... No temas...» Desde el momento en
que Dios está con ella no hay razones fundadas para el miedo, y sí para un
inmenso júbilo interior. La suya es una alegría sólidamente cimentada, pero no
intimista o puramente interna, sino desbordante, explícita y manifiesta. ¿Cómo
va a dejar el tiempo sin contagiaría alrededor? Vuela hasta el otro extremo del
país llevando la noticia de la encarnación... En casa de Isabel ocurre algo
sorprendente y más significativo que pintoresco: en su estado prenatal Juan
también «salta de gozo» estimulado por esa fuente de salud que brota de la
Virgen.
Santa Teresa escribió que «quien a Dios tiene, nada le falta». Los que descansan
su cuidado en El irradian luz, contagian paz, conservan el sereno semblante de
María. El gozo que reparte la Virgen se apoya en la confianza de que el buen
Dios está al principio y al final de todo lo que ocurre. Ni la espada que anuncia
Simeón ni la cruz presentida consiguen arrancarle la perfecta alegría de tener a
Dios. El la nombró restauradora de la alegría de su pueblo que por todas las
generaciones la llamaría dichosa. Dichosa por haber creído y por haber servido
a la causa de la salvación.
No desea Dios unos creyentes sobrecargados de angustia, ni una Iglesia
colmada de problemas. El problema es muchas veces el eufemismo del miedo o
la desesperanza; y la desesperanza resulta incompatible con la fe. Es como para
desconfiar de los devotos inquisidores o amargados, esos que parecen cargar
123
sobre sí con todos los pecados del mundo, que auguran inmensas catástrofes o
reaccionan con miedo a todo lo que les desconcierta.
Hacer felices a los demás es misión evangélica. Jesús y su madre comparten las
alegrías humanas, las aplauden, celebran y amenizan, según lo demuestra su
postura en las bodas de Caná. Las fiestas populares y familiares son expresiones
con que Dios quiere que sazonemos nuestra convivencia. Alegrar-se es un
sentimiento divino. También ayuda a acrecentar la fe en el buen Dios ese
milagro de generosidad que ofrecen las personas creativas, cuando contribuyen
a la honesta diversión de la gente con su bondad, ingenio y gusto.
Quien a Dios tiene no puede caer en las redes de esa enfermedad de moda que
es la melancolía y la falta de motivos para existir. Quien a Dios tiene no puede
menos que mostrar e irradiar el rostro alegre del Padre. «Alégrate, María,
porque Dios está contigo.« Santa Teresa también escribió: «El Señor me dio a
entender cómo premia a los que le sirven: al punto experimenté un inmenso
contento y a partir de entonces nunca me faltó...» Nunca falta el contento a
quien lleva a Dios en su existencia. Es una participación en el gozo de la mujer
que lo llevó en su vientre. Ser portadores de Cristo nos hace ver las cosas con
unos ojos nuevos, nos hace recuperar esa gozosa infancia que el problematizado
hombre de hoy tanto precisa.
Oración de fieles
1. Por la Iglesia, agente de alegría evangélica y de gozo pascual, para que sepa
repartir en el mundo la perfecta dicha de ser presencia de Cristo en el mundo,
ROGUEMOS AL SENOR.
2. Por los profesionales del ocio y de la diversión, para que sean conscientes de
la fortuna que supone hacer felices a los demás y procuren un esparcimiento
sano y creativo, ROGUEMOS...
3. Por los jóvenes, especialmente dotados para la alegría, para que ejerzan esta
cualidad con iniciativa, buen gusto y generosidad, ROGUEMOS...
124
Acción de gracias
125
cuando nos regaló a Jesús como causa
y origen de nuestra mayor alegría.
Amén
MENSAJE PASTORAL
María consolida en nosotros esa virtud de la fortaleza en la fe que permite
afrontar los peligros y soportar las adversidades.
Introducción
Acto penitencial
126
SENOR, TEN PIEDAD.
- Por nuestro corazón perezoso y nuestros pasos vacilantes a la hora del
compromiso, CRISTO, TEN PIEDAD.
- Por dejarnos llevar de vientos, corrientes y presiones ajenos a tu voluntad,
SEÑOR, TEN PIEDAD.
Frente a los que toman pretexto del origen humano de Jesús para negarse a
seguirle, otros se abren a la fe como don del Padre, y hacen su declaración de
firmeza creyente: «Sólo Tú tienes palabra de vida eterna».
Comentario-Homilía
127
Hijo al que sabía «fiel por nosotros hasta la muerte”. Quienes le veían no podían
menos de concluir que se había tomado a Dios completamente en serio. Jamás
experimentó aquella debilidad a que tanto se inclinaba la fe de los apóstoles.
Por eso, en vísperas de Pentecostés aparece en medio de todos ellos amparando
y arropando a la Iglesia naciente.
Oración de fieles
Desde nuestra fragilidad oramos al Señor con la certeza que nos da el saber que
El no permitirá que seamos probados por encima de nuestra resistencia.
128
Acción de gracias
Bendito seas, Señor, nuestro refugio, roca sobre la cual nos construimos desde
que aprendimos a llamarte Padre. Cuando estamos a punto de rendirnos bajo el
peso de alguna culpa, fatiga o desaliento, nos animas y tomas de la mano.
Cuando pesa la fe, y el seguimiento de Jesús se hace duro camino, El nos dice:
«Venid a mi cuantos estáis cansados, y yo os aliviaré».
Gracias, Señor, porque este apoyo tuyo se hace especialmente eficaz en María,
que es pilar, columna, amparo de la fe por su perseverancia inconmovible y su
fiel estatura al lado de la cruz. Ante Ti y junto a ella renovamos la voluntad de
ser enteramente tuyos bajo el amparo que María nos brinda.
MENSAJE PASTORAL
Introducción
La madre del amor hermoso nos convoca al misterio de la santidad. Ella es viva
comprobación del anuncio paulino: «Todos nosotros, que con el rostro
descubierto reflejamos como en un espejo la belleza del Señor, nos vamos
transformando en esa imagen cada vez más gloriosa, conforme a la acción del
Señor que es Espíritu”.
Acto penitencial
- Por los pecados que nos impiden asemejamos a tu belleza, SENOR, TEN
PIEDAD.
- Por nuestras manchas que afean el rostro de tu Iglesia santa, CRISTO, TEN
PIEDAD.
- Por las culpas que distorsionan la realidad de un mundo creado en hermosura,
129
SEÑOR, TEN PIEDAD.
La expresión «madre del amor hermoso» aparece en el párrafo del libro del
Eclesiástico que vamos a escuchar. La Iglesia aplica esta definición a Maria
para expresar el efecto de armonía y la aspiración de belleza que su persona
motiva en nosotros.
Comentario-Homilía
Hay quien se pregunta que de qué sirve tanta belleza, silo único que suscita es
admiración, pero no cambia las condiciones de su entorno ni lo hace más
vistoso. Hay católicos críticos que se interrogan sobre la utilidad de cierta
literatura mariana demasiado inflada que se recrea en gratuitas descripciones
sobre las grandezas de María. Ya Lutero habla formulado este mismo reparo:
“Se discute ahora si hubo en Maria algún influjo del poder del pecado, del
egoísmo, de la desconfianza. Yo no me pronuncio sobre ello, pues el gran
problema es si con eso los hombres se vuelven mejores. Aprendamos a
reconocer nuestros pecados, lo que es mucho más saludable, y dejémonos de
cuestiones inútiles».
Se comprende el argumento del reformador; sólo que el tema de la belleza
espiritual de Maria es más útil y necesario de lo que puede parecer,
precisamente en orden a ese reconocimiento de que él habla. Porque el pecado
se reconoce con referencia a la santidad; la sombra en relación a la luz; no
podríamos percibir la hermosura o deformidad de algo sin referirlo a un modelo
o criterio estético. Ahora bien, María es el signo vivo de la gracia en plenitud.
Por ella pasa todo lo cristiano. Es vasija de los dones que proceden de Cristo y
130
residen en ella hasta el borde de su capacidad. La única criatura humana que es
a la vez enteramente hermosa en el orden moral. El punto de comparación para
reconocerme en el fondo de mi pecado y en la cumbre de mi posible grandeza.
El tema de la belleza espiritual de Maria es vital y comprometedor. Si ha
existido una mujer como nosotros, en la cual lo humano y lo santo se han
fundido, es que no estamos definitivamente echados a perder. Si hubo una
representante nuestra que le sacó a la humanidad todo el brillo que en el fondo
contiene, el hecho despierta en nosotros la nostalgia de una belleza originaria
plena. La madre del amor hermoso es un grito de aliento para nuestro esfuerzo.
Su belleza despierta nuestra bondad tal vez dormida.
Oración de fieles
Acción de gracias
131
Señor de la belleza, déjanos admirarte
en las cosas bien hechas que nos hablan de Ti. permítenos cantarte agradecidos
por este mundo armónico que surgió de tu amor y desplegaste para nuestro
disfrute.
¿Cómo no percibir tus manos artesanas en la naturaleza y en el hombre?
¿Cómo no ver tu huella creativa en el ritmo, la luz, el vigor y la vida?
Gracias, Señor, por dar a nuestros ojos capacidad y don de contemplarte
en el reflejo de las criaturas.
Y, sobre todo, gracias por Maria, la inocencia más útil; espejo que, al mirarnos,
nos devuelve nuestra mejor imagen en Ti reconciliada;
santuario en que Cristo se hizo hombre y nos hizo recuperar tu gracia y tu
hermosura.
MENSAJE PASTORAL
La actitud serena de María en medio de la prueba nos habla de su esperanza
en conseguir, más allá de esta peregrinación, los dones de la Promesa.
Introducción
«El Concilio Vaticano II dice que, en esta tierra y hasta que llegue el día del
Señor, la Santísima Virgen precede con su luz al pueblo de Dios peregrinante,
como signo de consuelo y esperanza segura» (Misal de la Virgen).
No es fácil soportarla existencia sin una razón suficiente, sin una meta capaz de
ilusionar. El corazón aspira a un amor sin final, y por eso necesita motivos de
esperanza que lo colmen y no se marchiten fácilmente. El deseo de Dios y la
esperanza de unirse definitivamente a El puede desalojar la melancolía y
animar, como ninguna otra causa, las ganas de vivir.
Saludamos a María como '<vida, dulzura y esperanza nuestra<>, porque, pese a
las señales externas que parecían contradecir las promesas de Dios, confió
siempre en El como en el término de sus anhelos, con lo cual pudo afrontar su
vida como una aventura digna de vivirse.
Acto penitencial
- Por las faltas de esperanza en tu providencia cuando nos agobia la
preocupación por el mañana, SEÑOR, TEN PIEDAD.
- Por las faltas de confianza en tu redención cuando nos deprimen nuestras
culpas, CRISTO, TEN PIEDAD.
- Por la falta de santa esperanza que supone vivir como si nunca nos fuéramos a
encontrar contigo, SEÑOR, TEN PIEDAD.
132
En la interpretación de la Iglesia, María habla por boca de la sabiduría
personificada. Su mensaje nos remonta al espacio de lo sagrado, al lugar del
descanso y de la gloria, al término último de la esperanza cristiana.
Comentario-Homilía
Para quien se pregunte de dónde saca María, y con ella todas las personas de
fuerte corazón, reciedumbre bastante para integrar el dolor en sus vidas, sólo
cabe una respuesta: un tal coraje, una tal superación de depresiones y de
rebeldías procede de la esperanza santa en que el dolor será definitivamente
vencido cuando seamos seres acabados en el ser de Dios.
La Iglesia católica reconoce en la devoción a la Virgen una poderosa ayuda
hacia la conquista de la plenitud. Ella, la mujer nueva, está ya junto a Cristo...
En ella se ha realizado ya el proyecto de Dios para la salvación de todo el
mundo... Al hombre contemporáneo, frecuentemente atormentado, postrado por
sus limitaciones, turbado en el ánimo y dividido en su corazón, la mente
suspendida por el enigma de la muerte, oprimido por la soledad, presa de
sentimientos de náuseas y hastío..., la Virgen, desde la realidad conseguida de la
133
ciudad de Dios, le ofrece una palabra tranquilizadora, la victoria de la esperanza
sobre la angustia» (Marialis Cultus).
Oración de fieles
4. Otras intenciones.
5. Por los que todavía peregrinamos hacia la casa del Padre, para que nunca
perdamos de vista el carácter transitorio de nuestra vida ni el sentido
esperanzado de nuestra muerte, ROGUEMOS...
Acción de gracias
Qué gozo y qué seguridad, Señor, nos procura el saber que marchas con
nosotros. Nuestro canto de peregrinación
se vuelve gratitud al presentir
tu sombra protectora que nos guía y sostiene. En Cristo se ha cumplido la
promesa de un futuro coronado de dones:
la paz, la bendición, la vida junto a Ti. En su resurrección fundamos la
134
esperanza de un consuelo final e inacabable.
Gracias, Señor, por María, la madre de la santa esperanza, pues en ella hiciste
que se cumplieran todas las profecías en favor de un pueblo que esperó salvarse
por tu Alianza y tu misericordia.
En María te bendecimos y en ella renovamos la confianza que nos da ser tus
hijos.
MENSAJE PASTORAL
Presidiendo la caridad de la Iglesia, María nos puede conducir a un futuro de
plena comunión eclesial y de armonía universal
Introducción
Una madre no puede engendrar división entre sus hijos, sino armonía en lo
esencial, y respeto a las señas de identidad de cada uno de ellos. Por eso Maria
es un punto de convergencia para la comunión de todos los que siguen a Cristo.
Acto penitencial
- Por los prejuicios y egoísmos que nos impiden ser agentes del perdón que Tú
nos ganaste, CRISTO, TEN PIEDAD.
135
- Por las fronteras mentales y cordiales con que hacemos imposibles los deseos
de unidad y de paz, SEÑOR, TEN PIEDAD.
El profeta saluda a la Hija de Sión, encarnación del pueblo de Israel, con una
promesa de unidad: »Reuniré a los dispersos». En la Hija de Sión nosotros
vemos al pueblo de la Nueva Alianza gozoso por un futuro de plena comunión
en la fe y comprometido para lograría.
Comentarlo-Homilía
Los primeros cristianos formaban una comunidad de esperanza y de oración que
aguardaba, en fidelidad al Señor, la promesa del Padre. «Quedaron todos llenos
del Espíritu Santo.» La primera, sin duda, Maria santísima. Se volvía a repetir,
de una manera distinta, pero en la línea de plenitud del mismo misterio, lo que
había ocurrido en los comienzos de su camino de esperanza: «El Espíritu Santo
vendrá sobre ti...,,
136
En nuestro camino de esperanza con María es fundamental esa actitud de
comunión. María la vivió desde el silencio, la oración y la cruz. La comunión
exige desprendimiento y muerte; exige reconciliación y encuentro; exige, sobre
todo, entera fidelidad a la Palabra de Dios y obediencia madura y responsable a
quienes en la Iglesia nos presiden y guían por amor... Y todo esto solamente es
posible desde la fe y la oración: la oración nos ilumina y nos madura para la
obediencia. La fe nos arranca de nuestro egoísmo y búsqueda personal, y nos
hace vivir en la alegría fecunda de la comunión.
Oración de fieles
Oremos al Señor, uno y trino, que desea un mundo variado y plural, pero
pacificado y unificado a través del amor.
3. Por este mundo dividido y violento que dama por la paz, para que la
encuentre en un esfuerzo generoso, superando los egoísmos nacionales y las
fronteras ideológicas, ROGUEMOS...
5. Por nuestra Iglesia local, para que nuestra unión proceda de una sincera
comunicación de sentimientos y de un efectivo compartir de bienes,
ROGUEMOS...
137
para que el mundo crea que nos has enviado a Jesucristo, que vive y reina
contigo por los siglos de los siglos.
Acción de gracias
Qué bendición es
el cálido abrazo de los que se perdonan,
aceptan y consuelan.
138
en su afecto convergen todas las diferencias.
Bajo su amparo hallaremos
la fuerza para volver a ser,
de corazón, hermanos.
Amén
TIEMPO ORDINARIO
TERCERA SECCION
FORMULARIOS DE MISAS
139
MENSAJE PASTORAL
La misericordia de Dios pasa por el misterio de la intercesión que María ejerce
en favor de nuestras necesidades.
Introducción
Acto penitencial
- Por nuestra dureza de corazón ante las necesidades del prójimo, SENOR,
TEN PIEDAD.
- Por no querer verte en los más débiles, aquellos a los que llamas «hermanos
míos más pequeños», CRISTO, TEN PIEDAD.
La reina Ester es una de las grandes mujeres bíblicas que prefiguran funciones y
cualidades de María. En la oración de Ester vemos un corazón misericordioso
que utiliza su ascendiente ante el rey para interceder por su pueblo.
140
clemente y misericordiosa para todos nosotros.
Comentario-Homilía
Cristo se identifica con ellos de tal suerte que llega a llamarles «hermanos míos
más pequeños», al mismo tiempo que formula algunas manifestaciones de la
misericordia: “Tuve hambre y me alimentasteis..., estuve enfermo y me
visitastes, en la cárcel y vinisteis a verme» (Mt. 25,35). De esta manera abraza
la miseria, pide corazones para la miseria (miserícorda). A través de la
compasión y del amor eficaz, Cristo nos reclama como auxiliares de una
salvación que comience por hacer sentirse a los pobres sujetos de dignidad e
hijos de Dios, y les haga prosperar hasta sentirse ciudadanos del Reino y
herederos de su gloria.
Maria, como discípula aventajada de Jesús, durante su vida realizó mejor que
nadie «el ejercicio jovial de la misericordia», la cual, según Pablo, se cuenta
entre los dones que el Espíritu concede a la Iglesia. Sin duda que se dedicó en
cuerpo y alma a una ayuda constante, a un consuelo permanente de los
miembros más necesitados de la primera comunidad cristiana.
141
redención. Por eso nos acogemos bajo su amparo, pidiéndole que no desoiga las
súplicas que le dirigimos en nuestras necesidades. Nadie más idóneo que la
madre para despertar la confianza de los hijos en el padre y los favores del
padre hacia los hijos. «A este fin ~ice San AIfons~ el Señor la constituyó en
medianera y conciliadora de paz entre El y los pecadores. Pues no hay duda de
que María es la pacificadora, la que sabe alcanzar de Dios paz a los enemigos,
salud a los desahuciados, perdón a los delincuentes y misericordia a los
desesperados.» Maria es reina y madre de misericordia en la medida de nuestra
miseria, cualquiera que sea ésta.
Oración de fieles
Confiados en que el auxilio nos viene del Señor, pedimos unos por otros, a
través de la misericordia intercesora de Maria.
1. Por la Iglesia de Cristo, para que ejerza incesantemente y sin fatiga el
ministerio de la defensa y de la intercesión en favor de los más necesitados,
ROGUEMOS AL SEÑOR.
2. Por aquellos a quienes falta el vino de la alegría, la salud, el trabajo o el
amor, para que en la ternura maternal de Maria encuentren protección y
consuelo, ROGUEMOS...
3. Por los que se han apartado del camino del bien, para que en su equivocación
y sufrimiento recuperen la dirección que lleva hasta los brazos misericordiosos
del Padre, ROGUEMOS...
4. Otras intenciones.
5. Por todos nosotros, para que, cultivando el noble sentimiento de la
compasión, ejerzamos acciones solidarias en la medida de nuestras
posibilidades, ROGUEMOS...
Acción de gracias
142
40 LA VIRGEN MARIA, MADRE DE LA DIVINA PROVIDENCIA
MENSAJE PASTORAL
La bondad intercesora de María nos impulsa a abandonar en la providencia de
Dios nuestros cuidados.
Introducción
La divina providencia es el cuidado amoroso que Dios tiene sobre sus criaturas.
Celebraría equivale a fiarnos de El, en la certeza de que no puede fallarnos, pues
«hasta los cabellos de nuestra cabeza están contados, y ni uno solo se desprende
sin su consentimiento».
Así pues, celebrar la providencia de Dios en Maria supone ponderar una vez
más las grandes obras que en ella ha realizado, apelando a su poderosa
intercesión. Y, sobre todo, supone adquirir esa actitud fundamental de la Virgen
que se fía de Dios y hace descansar su destino en sus manos.
Acto penitencial
- Por no ser capaces de ver que Tú sueles sacar bien del mal, SENOR, TEN
PIEDAD.
Isaías imagina al Señor como una madre que consuela a su hijo. De este modo
trata de estimular la confianza del pueblo en un Dios cuya mano protectora lo
cuida y acaricia.
143
En las bodas de Caná la Virgen es imagen de la Providencia en cuanto
permanece atenta a la necesidad ajena. La providencia de Dios es imaginativa y
detallista como María de Nazaret.
Comentario-Homilía
Dios vierte sus dones siempre que encuentre unas manos abiertas para
recibirlos. La prueba es que María propició el acontecimiento de la encarnación
con su buen hacer, pero, sobre todo, con su disposición para dejar hacer a Dios.
Jamás se le ocurrió pensar que sus planes pudieran ser discutidos y menos aún
enmendados. Desde una visión alicorta, el nacimiento de Jesús en pobreza y su
muerte en abandono le habrían cerrado definitivamente el horizonte. Pero María
es la creyente de mirada extensa y profunda; la que confía en Dios por encima
de los sobresaltos; la que siente tejerse en si, sin prisas y sin miedos, el trabajo
de la Providencia. Jamás se le ocurre pensar que, a la larga, Dios pueda ser otra
cosa distinta que amor.
Sin embargo, este empeño tiene una resistencia relativa. Es cierto que no
podemos declinar en Dios nuestras responsabilidades; pero algo le falta al ser
humano que sistemáticamente se cierra sobre sus propias obras. Séneca dijo que
una vida así le producía pesar, y Sartre concluyó que le daba náusea.
Necesitamos una piedra fundamental que nos sustente. Para restablecer nuestro
equilibrio es preciso complementar nuestras acciones con el «hágase en mi» que
pronunció María. Porque entonces nos percatamos de que las cosas no ocurren
porque si o al capricho de un ciego azar. Las cosas que hacemos y las que nos
144
hacen adquieren significado de totalidad en el proyecto clarividente de un Dios
que lo organiza todo con amor y sentido.
Oración de fieles
1. Por la Iglesia, construida sobre la roca de Jesucristo, para que, evitando toda
presunción y falsa seguridad, no olvide que el poder del mal no podrá destruirla,
ROGUEMOS AL SENOR.
2. Por las instituciones y personas encargadas de procurar el bien púbíic9, para
que, actuando honesta y eficazmente, constituyan un signo de la providencia de
Dios, ROGUEMOS...
3. Por los pobres que viven al día, por los trabajadores eventuales, por las
personas abandonadas a su suerte... Para que Dios cumpla en ellos lo que hace
con las aves del cielo y los lirios del campo, ROGUEMOS...
4. Otras intenciones.
5. Por todos nosotros, que tal vez confiemos más en las pólizas de seguros que
en la providencia de Dios, para que los posibles contratiempos o reveses de
fortuna nos ayuden a ordenar nuestra escala de valores.
Señor, escúchanos: a Ti nos hemos dirigido sabiendo que nos llevas escritos en
las rayas de tus manos. Que tu amor providente nos anime y sostenga. Por C.
N. S.
Acción de gracias
Qué alegría, Señor, al comprobar que nos tratas con gestos de ternura; que a la
sombra de tus alas nos proteges, que, aun de noche, veías nuestro sueño; que,
aunque vamos por valles de tinieblas, no tememos, pues que Tú nos conduces; y
qué gozo sentir esta experiencia de la Antigua Alianza, realizarse en Jesús,
como prenda entrañable
de que estás con nosotros... Gracias, Señor, por Cristo y por Maria.
En ellos dos te has hecho hermano y madre para hacernos sentir mejor tu
providencia. Permítenos, a ejemplo de la Virgen, que nuestra gratitud se exprese
145
en un SI de plena confianza. Señor, te prometemos no descansar en otro honor
mayor
que el de servirte y ser posesión tuya.
MENSAJE PASTORAL
Consolar en el dolor es una acción de misericordia que María también ejerció
y ejerce con maternal entereza.
Introducción
Por medio de su consuelo, Maria nos enseña a hacer del dolor una ciencia que
nos conduce a Cristo y nos aproxima al prójimo que sufre. Por medio de su
consuelo, María nos ayuda a integrar positivamente toda esa ración de dolor,
fracaso y sin sentido que ella también soportó sin jamás perder dignidad ni
compostura.
Acto penitencial
- Por buscar en evasiones o falsos consuelos el ánimo que sólo Tú nos puedes
dar, CRISTO, TEN PIEDAD.
146
Evangelio (Mateo 5,1-12)
Comentario-Homilía
Gracias al ejemplo de María, hay gente azotada por la mala suerte o por un
particular destino doloroso, que viven su fe por encima de fáciles consuelos
humanos. Hay quienes encontraron en su propia desdicha o en la pérdida de un
ser querido el equilibrio interior que anteriormente les faltaba. Hicieron del
dolor una ciencia, a través de la cual aprendieron que Dios hace verdaderamente
felices a los que lloran, librándoles de la amargura.
147
La Virgen Maria es consuelo para los afligidos, porque su vida fue, como la
nuestra, auténticamente humana, también en esas situaciones limite de
desamparo, depresión y angustia. ¿Quién mejor preparado que ella para
comprendernos? Por eso, cualquiera que sea tu situación, cualquiera que sea la
secreta herida que ocupa tu corazón impidiéndote ser feliz, te será muy
saludable recurrir a ella. En las penas, en los apuros, en la separación, en las
dudas, en los sentimientos de derrota o de culpa puedes, como dice San
Bernardo, «mirar a la estrella, invocar a Maria». Tal vez no desaparezca
automáticamente la causa de tu aflicción, pero el simple contacto con la madre
te será beneficioso. Acudir a Maria en cualquier desconsuelo siempre supone
oír el eco de esa bienaventuranza que nos promete la dicha si, a pesar de todo,
somos fieles a Cristo.
Oración de fieles
1. Por la Iglesia de Cristo, para que, enjugando el llanto de los oprimidos, íes
transmita esperanza y construya con ellos el Reino de Dios, ROGUEMOS AL
SENOR.
2. Por los que ejercen la misión del consuelo: sacerdotes, sanitarios o amigos,
para que acierten a acompañar a los que lo necesitan con su palabra y su
presencia, ROGUEMOS...
3. Por los enfermos de soledad o ingratitud, y especial-mente por las personas
ancianas, para que encuentren la paz en el Señor, el único que nunca defrauda,
ROGUEMOS...
4. Otras intenciones.
5. Por aquel o aquella de entre nosotros que ahora mismo se halle sumergido en
algún dolor o problema especialmente grave, para que alcance remedio y
consuelo, ROGUEMOS...
Acción de gracias
148
eso, hoy te decimos: Gracias, Padre, gracias por las heridas que has curado y
por las cicatrices que nos humanizan.
Gracias por la entereza de Maria en el momento limite de la pasión de Cristo.
En ella recobramos la fuerza que nos falta para lograr pasar sin amargura
el valle del dolor, cogidos de su mano. Ella nos acompaña en luchas y temores
como administradora de tu fiel consuelo. Gracias por esta madre que cura las
heridas y transforma nuestra cruz en gozo.
MENSAJE PASTORAL
En el combate de la fe contamos siempre con el auxilio del Señor, por medio de
la intercesión defensora de María.
Introducción
Celebrar a Maria como auxiliadora nos lleva, pues, a sentiría en comunión con
el pueblo que «participa en el combate de la fe y camina entre las dificultades
del mundo» (Prefacio).
Acto penitencial
- Por nuestras cobardías a la hora de dar razón de la fe, SENOR, TEN PIEDAD.
- Por nuestras flaquezas cuando somos perseguidos por tu causa, CRISTO, TEN
PIEDAD.
El capitulo 12 del Apocalipsis narra la batalla alegórica que tiene lugar entre el
dragón y la mujer. La interpretación ha visto en esta mujer a María defendiendo
149
a su descendencia, es decir, a los hijos del nuevo pueblo que es la Iglesia.
El episodio de las bodas de Caná muestra el auxilio que la Virgen presta sin
cesar a la Iglesia, representada aquí en los discípulos, cuya fe se vio fortalecida
por el signo que Cristo realizó.
Comentario-Homilía
Hoy como ayer la Iglesia es perseguida. No es que todas las críticas hacia los
cristianos deban tomarse como acosos malintencionados o productos de un odio
injusto. Pero, mientras «el dragón» ande suelto, la persecución constituye el
sello y la divisa del justo acusado, preso y crucificado. Cierto que la
persecución se ejerce hoy con más sutiles métodos que en tiempo de los
mártires. Sería de pésimo gusto echar a los leones a «los que guardan los
mandamientos de Dios y son fieles a Cristo». Hoy puede resultar más eficaz y
civilizado, por ejempío, echarnos a la pantalla del televisor y desde allí
censurar, tergiversar y ridiculizar sin derecho a réplica. Incluso nosotros,
quienes nos llamamos hijos fieles de la Iglesia, estamos predispuestos a acoger
favorablemente sus mensajes sólo cuando éstos halagan nuestros oídos o se
muestran más acordes con determinada ideología.
No es extraño que surjan, pues, persecuciones desde fuera o divisiones desde
150
dentro. Los cristianos estamos, como Jesús, crucificados entre el cielo y la
tierra; somos acosados en la peregrinación por el desierto, porque nuestra patria
no es exactamente ésta. Como pueblo santo, estamos penetrados de la grandeza
de Jesús, pero también amenazados por los inconvenientes de los errores
propios y ajenos... No obstante, contamos con el auxilio de María. Contamos
con su inquebrantable firmeza al pie de la cruz. Contamos con una intercesora
capacitada para interponerse entre el peligro y nosotros. Ella nos llama a un
combate de la fe sin sombra de agresividad. Nos convoca a hacer frente ante
quien pretenda arrebatarnos a Cristo, con las solas armas de la dulzura, de la no-
violencia, de la unidad y del amor.
Oración de fieles
El auxilio nos viene del Señor; por consiguiente, salgamos a su encuentro con la
humilde esperanza de poder alcanzarlo.
4. Otras intenciones.
5. Por los aquí presentes, para que estemos dispuestos a seguir y defender a
Jesús, también en las incomprensiones o burlas, e incluso aunque nos quedemos
solos, ROGUEMOS...
Acción de gracias
151
Gracias, Dios fuerte, por la recia dulzura que pusiste en María, madre roca
en la que quieres apoyar nuestra fe. ¿Quién podrá arrebatarnos a Jesús si ella
nos fortalece con su temple junto a la cruz, y con su intercesión
cuando somos mordidos por la prueba? Gracias, Señor, por la mujer valiente
que auxilia y robustece a los cristianos.
MENSAJE PASTORAL
María está con los pobres y oprimidos para comunicarles el mensaje liberador
que contiene su canto del Magníficat.
introducción
Cristo nos libera del pecado, también del pecado estructural, de las opresiones
físicas y morales que se abaten sobre los más desfavorecidos de la sociedad. Y
con Cristo, María reivindica también el derecho de los pobres a su dignidad
humana.
Acto penitencial
- Por eludir el compromiso con los pobres, sin entender que su clamor es el
tuyo, SENOR, TEN PIEDAD.
- Por la parte de pecado estructural que nos corresponde en este mundo enfermo
de egoísmo, SEÑOR, TEN PIEDAD.
152
Llamamos a María nueva Judit porque la antigua Judit, convertida en voz de su
pueblo, lo liberó del asedio de Holofernes; y María, en lucha con el pecado
social, es portadora de un mensaje de libertad para los oprimidos.
Comentario-Homilía
El canto de María que hemos proclamado entre ambas lecturas es una radical
exaltación del amor que Dios siente por los oprimidos. La dulce Virgen de
Nazaret nos sorprende al revestirse de la valentía de Judit y expresar con un
lenguaje enérgico que «Dios derriba a los poderosos de sus tronos y enaltece a
los humildes». María pisa tierra; está con los descamisados, con los últimos, con
los que muestran sus manos cargadas de cadenas. Y está con ellos, más que para
consolarles en su desgracia, para comunicarles el programa que Dios ha
concebido con objeto de remediarla. El Evangelio tiene también un poder de
transformación social. El canto de Maria admite también una lectura desde el
empeño de liberar y liberar-se de toda nueva forma de cautividad.
153
suyo, lo cual suscita en ella admiración y júbilo.
Oración de fieles
Al Dios fuerte, al que puede romper las cadenas que nos aprisionan, le
dirigimos nuestra plegaria para que nos conceda su liberación.
Acción de gracias
154
de hombres libres e iguales.
Gracias por ese Cristo que prefiere la misericordia antes que el sacrificio.
Nuestro canto de gratitud se extiende a María, la mujer del Magníficat, la que
canta esperando que las cosas se muden, aquella que proclama la superior
certeza de un Dios que está de parte de los últimos, de los humildes, de los
encadenados... Ella nos da energía para anunciar de nuevo aquel año de gracia y
amnistía que tu Ungido inauguró en el mundo.
MENSAJE PASTORAL
El cuidado y amor a los enfermos, así como la estima de la salud física, son
actitudes evangélicas verificadas en Cristo y en María.
Introducción
«La salvación de Dios abarca al hombre entero. El Padre envió al Hijo como
médico de los cuerpos y de las almas, tal como lo llama la liturgia. Y Cristo,
movido por su misericordia, curó a muchos enfermos, librándolos también de
las heridas del pecado.»
«También María, por ser madre de Cristo y madre de los fieles, socorre con
amor a sus hijos cuando se hallan en dificultades. Por eso los enfermos acuden a
ella para recibir, por su intercesión, la salud. En los santuarios marianos hay
muchos testimonios de esta confianza de los enfermos» (Misal de la Vfrgen).
Al celebrar a María como salud de los enfermos, afirmamos nuestra estima por
el cuerpo y los cuidados que éste merece a través del ejercicio, la higiene y la
moderación de sus instintos. Pero también vemos al enfermo y al impedido
como sacramento de Cristo y lugar privilegiado de nuestras solicitudes y
atenciones.
Acto penitencial
155
El Siervo de Yavé es una personificación profética de Jesucristo herido,
torturado y cargado con nuestras flaquezas, que soportó los sufrimientos para
curarnos de cicatrices y evitarnos un mayor dolor.
Comentarlo-Homilía
María, salud de los enfermos, es, ante todo, una fuente de humanidad y de
respuestas hacia ellos. Así lo demuestra el episodio de la Visitación, y así se
comprueba al pie de la cruz. En el primer caso, puede ayudar eficazmente con
su alegría, dinamismo y trabajo. En el segundo, sólo puede consolar, recoger las
quejas de dolor en su corazón de madre, y tal vez enjugar la sangre del
Crucificado. De una y otra forma, María es enfermera atenta y humanisima.
156
curandera de achaques. Desde luego que la fe te permite y aconseja recurrir en
la enfermedad a Maria, pero siempre en básica actitud de creyente, sin olvidar
plegarte a la voluntad de Dios, el cual sabe mejor que tú aquello de lo que
verdaderamente tienes necesidad.
Oración de fieles
Oremos al buen Dios, que sabe sanar los corazones destrozados y vendar sus
heridas.
Acción de gracias
157
regeneración. Gracias, pues tus heridas nos sanaron y reconciliaron.
Gracias a Ti, Espíritu de vida, morador de este templo que es el cuerpo del
hombre, al que tu aliento anima. Tú cubriste con tu sombra a María, ceñiste su
cintura de divina belleza, y quedó habilitada como la fiel acequia que nos acerca
la salud de Dios. Gracias, Señor, por haberla nombrado esperanza y salud de los
enfermos.
MENSAJE PASTORAL
La paz universal es una aspiración evangélica de primer orden que pasa por la
madre del Príncipe de la paz, y estamos llamados a realizar.
Introducción
Celebrar a Maria como Reina de la paz supone que ella camina a nuestro lado
en esta forma superior de lucha que es la no-violencia. Invocaría como madre
pacificadora equivale a inspirarnos en su actitud paciente, para no dejarnos
arrastrar por la cólera, el pánico o el ansia de venganza.
Acto penitencial
- Por haber respondido al mal con el mal, sin romper el círculo de la violencia,
SENOR, TEN PIEDAD.
- Por haber justificado la ira o la venganza, con grandes palabras como honor o
dignidad personal,
CRISTO, TEN PIEDAD.
- Por haber negado al prójimo la compresión y el perdón que Tú nos brindas,
SENOR, TEN PIEDAD.
158
Primera lectura (Isaías 9,1-3.5-6)
Comentario-Homilía
Junto a la gran visión de la Virgen que traería al Mesías al mundo, Isaías trazó
unos rasgos del futuro redentor como pacificador: «Su imperio de paz no tendrá
fin». Podemos suponer que la familia donde se educó María meditaba
frecuentemente esta promesa. Sin duda que ella vivió al lado de su pueblo esta
gran esperanza que de siglo en siglo venía resonando hecha súplica: «Destilad,
cielos, al justo, ábrase la tierra y alumbre al Salvador». ¿Cuántas veces
imploraría ella, antes de sentirse elegida, que se abriera por fin el seno de la
mujer prometida, y brotara de él un río incontenible de paz universal y eterna?
159
Ahora bien, la paz es un camino interior antes que un fruto social. En tanto no
exista una reconciliación interna, las relaciones con los demás vendrán
marcadas de amenazas, reproches y condenas. Por eso, en las situaciones de
ansiedad, o en las rupturas internas, allí donde el miedo, la tensión o el pecado
alimentan el núcleo neurótico, también la Virgen María es para nosotros punto
de referencia y oasis de pacificación: Ella colaboró en la reconciliación que
Cristo realizó entre Dios y los hombres. Ella mantuvo siempre la calma, incluso
en las turbulencias de la pasión de su Hijo. María, integrando todas las
vivencias en su corazón, halló por su confianza en el Señor una paz inaccesible
a las inquietudes de la mente.
Hoy la paz es un clamor que se expresa sobre todo a través de los jóvenes. En él
hay resonancias de aquella utopía que hizo a la Virgen portavoz de su pueblo.
Ella está también presente en los deseos de paz que recorren hoy el mundo. Con
María se puede transformar ese anhelo, que a veces es puramente instintivo, en
fuente de tranquilidad interior y de reconciliación entre pueblos, ideologías y
generaciones.
Oración de fieles
Al buen Padre, que en Cristo nos mandó amar a nuestros enemigos y orar por
nuestros perseguidores, elevamos ahora una plegaria por la paz universal.
Señor, Tú que nos has dado la paz como un tesoro para compartir, danos
también la convicción de que Tú ocupas el corazón de todos los seres, para que
Les tratemos siempre con sagrado respeto. Te lo pedimos por C. N. S.
Acción de gracias
Dichosos los obreros de la paz, felices los que sólo hacen la guerra para vencer
sobre sí mismos; dichosos, porque Tú los llamas hijos y les das en posesión la
160
tierra.
Por eso te alabamos, Señor, llenos de gozo, pues también nosotros esperamos la
herencia del mundo nuevo que tendrán los pacíficos.
Gracias, Señor, porque hemos comprendido que el mundo no va a ser de los que
hacen
y venden artefactos de muerte, sino de los que cantan, como la dulce Virgen, la
victoria del débil sobre el fuerte, y vencen sobre el mal a fuerza de sonrisa.
Gracias, buen Dios, por el clamor de paz que hoy recorre la tierra y que inspira
la perfecta mansedumbre de Maria.
MENSAJE PASTORAL
La glorificación de María supone el término y la glorificación del éxodo
cristiano: la incorporación definitiva a Dios.
Introducción
Celebramos hoy a María como «puerta del cielo» con la esperanza de que un
día se abra también para nosotros. Celebramos en ella la condición peregrinante
de quienes, por no tener en este mundo una morada permanente, aspiramos a la
patria nueva en la que ya reside María.
Su entrada en la Gloria del Padre es una promesa a toda la Iglesia, la cual será
un día enaltecida si, como Maria, ahora permanece fiel a su condición de sierva
de Cristo.
Acto penitencial
161
La Nueva Jerusalén del Apocalipsis, arreglada como una novia, es imagen de
María glorificada. Al mismo tiempo es una descripción de la morada de Dios y
del destino de los que esperan descansar en ella.
Comentario-Homilía
El paso de este mundo al Padre tuvo para María, como para cualquier cristiano,
olores y colores de primavera. «Hermosa es a los ojos de Dios la muerte de sus
fieles.» Cuando se acepta en su misterio iluminado por la fe, se levanta frente a
esta vida como una puerta de acceso a ¡a morada de Dios, «en donde no hay
llanto, ni luto, ni muerte, ni dolor». Por eso, San Alfonso describió de este modo
el último momento terreno de María: «Se presentó rodeado de alegría y de luz.
Y así como una lámpara a punto de extinguirse lanza un último destello más
brillante, así también la Virgen al sentir que su Hijo la invitaba a seguirle. De
esta suerte, aquella paloma del Señor, rompiendo los lazos que la aprisionaban,
se levantó en vuelo hasta la gloria”.
Realmente, María comenzó a ser invadida por Dios y elevada del polvo desde la
encarnación de Jesucristo. Y luego, en cada «si», en cada nueva aceptación, le
iba cediendo espacio hasta transformarse en morada suya entre los hombres.
Como el sol incide sobre la vidriera e irradia desde ella, Dios traspasó a María,
la transformó en imagen clara de sí mismo, la envolvió y moldeó, la hizo
transparente, la transfiguró hasta incorporaría plenamente a la resurrección de
Cristo.
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María es, desde entonces, la pionera de la glorificación, pórtico de la eternidad,
puerta del cielo, certeza de que «Cristo reformará nuestros cuerpos caducos
conforme al suyo glorioso». Porque en María se cumple todo lo que nosotros
esperamos. Su transformación atestigua cómo Cristo asume también a la Iglesia,
la renueva y la sitúa en órbita ascendente. En el triunfo de Maria, Cristo infunde
a la Iglesia la energía de la resurrección y le hace mostrar lo mejor de sí misma,
que es la gloria de lo humilde y de lo cotidiano.
Oración de fieles
Oremos a Dios, que nos hizo a imagen suya y desea vernos transformados en la
imagen clara de Jesús.
1. Por la Iglesia, para que cada día más purificada de sus manchas y arrugas se
constituya en sacramento luminoso de Cristo y puerta abierta que conduce hasta
El, ROGUEMOS AL SENOR.
2. Por esta tierra confusa y a veces inhabitable, para que, más allá del
pesimismo a que inducen sus graves problemas, reconozcamos en ella ese lugar
donde el Espíritu trabaja, ROGUEMOS...
3. Por los hombres y mujeres de cualquier religión a quienes mueve una
esperanza de inmortalidad, para que su testimonio y convicción ofrezca salidas
a un mundo cerrado sobre sí mismo, ROGUEMOS...
4. Otras intenciones.
5. Por los que confesamos que la vida de los que creen en Cristo no termina,
sino que se compíeta en El, para que esa esperanza del más allá nos haga
trabajar aquí con mayor gozo y eficacia, ROGUEMOS...
Acción de gracias
Glorifica al buen Dios nuestro espíritu porque sacia las más sinceras búsquedas,
porque coima los más hondos deseos y pone en su descanso al corazón con la
promesa de una vida sin fin. Lo que el ojo no vio, ni percibió el oído, lo que el
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Señor nos tiene preparado, lo que ya goza en su gloria María, hoy nos llena de
agradecido gozo mientras peregrinamos a su encuentro.
Nuestros pies ya traspasan el pórtico de la Jerusalén celeste, por lo cual
entonamos cantos de gratitud y de alegría.
Damos gracias al Padre que ilumina el centro del misterio de la vida con la
promesa de la resurrección cumplida ya en la gloria de la Virgen. Ella es puerta
del cielo que, solícita, se abre para acogernos en la última hora.
INDICE
Presentación
TIEMPO DE ADVIENTO
1. La Virgen María, estirpe escogida de Israel
2. La Virgen María, en la anunciación del Señor
3. Visitación de la bienaventurada Virgen María
TIEMPO DE NAVIDAD
4 Santa María, madre de Dios
5 La Virgen María, madre del Salvador
6. La Virgen María en la epifanía del Señor
7. Santa María en la presentación del Señor
8. Santa María de Nazaret
9. La Virgen María de Caná
TIEMPO DE CUARESMA
10. Santa María, discípula del Señor
11. La Virgen Maria junto a la cruz del Señor (1)
12. La Virgen María junto a la cruz del Señor (II)
13. La Virgen María confiada como madre a los discípulos
14. La Virgen María, madre de la reconciliación
TIEMPO PASCUAL
15. La Virgen María en la resurrección del Señor
16. Santa María, fuente de luz y de vida
17. La Virgen María del Cenáculo
18. La Virgen Maria, reina de los apóstoles
TIEMPO ORDINARIO
Primera sección
19. Santa María, madre del Señor
20. Santa María, la nueva mujer
21. El Santo Nombre de la bienaventurada Virgen María
22. Santa María, esclava del Señor
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23. La Virgen María, templo del Señor
24. La Virgen María, trono de la sabiduría
25. La Virgen Maria, imagen y madre de la Iglesia (1)
26. La Virgen Maria, imagen y madre de la Iglesia (II)
27. La Virgen Maria, imagen y madre de la Iglesia (III)
28. El inmaculado corazón de la Virgen María
29. La Virgen María, reina del universo
Segunda sección
30. La Virgen María, madre y medianera de la gracia
31. La Virgen María, fuente de la salvación
32. La Virgen María, madre y maestra espiritual
33. La Virgen María, madre del buen consejo
34. La Virgen María, causa de nuestra alegría
35. La Virgen María, amparo de la fe
36. La Virgen María, madre del amor hermoso
37. La Virgen María, madre de la santa esperanza
38. Santa María, madre y reina de la unidad
Tercera sección
39 Santa María, reina y madre de misericordia
40 La Virgen María, madre de la divina providencia
41 La Virgen María, madre del consuelo
42 La Virgen María, auxilio de los cristianos
43 La Virgen Maria de la Merced
44 La Virgen Maria, salud de los enfermos
45 La Virgen María, reina de la paz
46 La Virgen María, puerta del cielo
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