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Buen día en el Señor

Que Dios en su infinito amor te regale muchas alegrías y bendiciones en esta semana que
inicia, de su mano sea siempre su voluntad en tu vida.
Hace un par de años Manuel dejó de acolitar, ahora Sebastián lo hace. Hoy llegamos a misa y
nos sentamos en la primera fila. Generalmente hay 5 acólitos pero ahora solo había 3. En el
momento de la Eucaristía, Sebastián se acercó a nosotros y en su mano tenía dos patenas, se
acercó a Manuel y mostrándole la patena le dijo: Manuel toma. Él lo miro y dijo: ¿Quién, yo?
Sebastián le dijo: Si, tu. Manuel se puso de pie y tomando la patena apoyo en la distribución
de la Eucaristía.
Ese breve intercambio de palabras quedó resonando en mi mente: ¿QUIÉN, YO?, SI, TU.
En uno o varios momentos de nuestras vidas hemos hecho esa pregunta: ¿Quién yo? Y hemos
escuchado esa respuesta: SI, TU. Finalmente, ¿cómo se resolvió ese diálogo trascendental en
tu vida?
¿QUIÉN, YO? Yo con mis defectos, yo con los pecados que he cometido y que tu Señor con tu
misericordia siempre perdonas, siempre limpias, siempre. Para ti es el “SIEMPRE”, SIEMPRE TE
ESPERO, siempre te perdono, siempre estoy ahí, SIEMPRE NECESITO DE TI.
SI, TU. Te he elegido a ti, si, a ti con todos los defectos, con los pecados cometidos y
perdonados, a ti al que siempre llamo, al que siempre sano, al que siempre espero, al que
necesito.
¿Cómo respondemos a ese llamado? Dos opciones, DECIR NO: no soy digno de esto, no puedo,
no quiero, no tengo tiempo; no tengo valor, no quiero, eso no es para mí (temor, vergüenza,
soberbia). DECIR SI: Si Señor, acepto el reto de servirte, de seguirte, de amarte y mostrar mi
testimonio a todo aquel que quiera recibirlo.
El Señor Jesús nos lo dijo en su Palabra de este domingo: No trabajen por ese alimento que se
acaba, sino por el alimento que dura la para la vida eterna y que les dará el Hijo del hombre”.
¿Por qué alimento trabajas? Es importante el alimento de cada día y Dios es providente con él;
y el trabajo por el alimento que dura para la vida eterna, ¿cuándo trabajarás por ese alimento?
Cuando te jubiles, cuando tengas más tiempo, cuando tengas más inspiración. Solo tienes este
día, solo tienes este presente para trabajar por este alimento, por Jesucristo, Dios y Señor.
Una forma muy sencilla de iniciar este trabajo sin aun no lo has hecho es formar un grupo o
lista de difusión con tus contactos y enviarles un audio con el Evangelio. ¿Te importa mucho lo
que dirán algunos de ti si haces esta invitación a recibir la Palabra de Dios? Que te importe el
pensar del que es el más importante, nuestro Padre Celestial, ¿qué pensaría Él si lo haces? ÉL
te dice: SI, tu.
Ahora en los grupos de whats app existe la opción para que solo los administradores del grupo
estén autorizados para enviar información, de esa forma no será un grupo “bullicioso” y
tendrás seguridad que la información llego a todos los integrantes, lo que a veces no ocurre en
una lista de difusión, en la que se necesita que la persona que recibe te tenga en su lista de
contactos.
Asume la invitación que te hace el Señor, no lo dejes esperando y trabaja por su reino, no
sabes lo maravilloso que es y todo lo que Dios dispondrá para ti en ese seguimiento, ¿QUIÉN,
YO? SI, TU.
Que tengas siempre sonrisas que dar y recibir, signo del amor de Dios en tu vida para los
demás.
El Pequeño Servicio

Hace unos días me di el trabajo de enviar uno a uno a mis contactos (menos con uno que me
ha dicho que no cree en Dios) una invitación para un retiro de discernimiento, varios se
integraron al grupo, solo uno me escribió: no recibo spam. Le respondí que no era un envío
masivo, que era una invitación personal y que le agradecía las invitaciones que recibía de él
para visitar el zoológico en el que trabajaba.

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