En el análisis económico se evalúan los costos y las ganancias de un proyecto
desde la perspectiva de la sociedad como un todo. Se asume que la realización de un proyecto ayudará al desarrollo de la economía y que su contribución social justifica el uso de los recursos que necesitará. En consecuencia, el análisis económico considera la valoración de los costos y beneficios sociales del proyecto; así como el uso de métodos estimativos de precios cuando los costos y beneficios difieren de los precios de mercado; y la valoración fuera del mercado y la transferencia de beneficios, para precios de bienes y servicios que no tienen precios de mercado directos.
La evaluación económica de proyectos de cooperación tiene por objetivo
identificar las ventajas y desventajas asociadas a la inversión en un proyecto antes de la implementación del mismo. La evaluación económica es un método de análisis útil para adoptar decisiones racionales ante diferentes alternativas. Es frecuente confundir la evaluación económica con el análisis o evaluación financiera. En este segundo caso se considera únicamente la vertiente monetaria de un proyecto con el objetivo de considerar su rentabilidad en términos de flujos de dinero. Mientras que la evaluación económica integra en su análisis tanto los costes monetarios como los beneficios expresados en otras unidades relacionadas con las mejoras en las condiciones de vida de un grupo. Podemos hablar entonces de rentabilidad o beneficios de tipo social.
A grandes rasgos los costes de cualquier proyecto se pueden incluir en los
cuatro tipos que se señalan a continuación:
Costes directos. Gastos de inversión en bienes muebles e inmuebles,
personal, formación, etc. Se relacionan directamente con alguna o algunas de las actividades y resultados planificados. Costes indirectos. No están relacionados directamente con actividades o resultados, sino con el conjunto de ellos. Se les suele llamar gastos de administración o de funcionamiento y se refieren al pago del alquiler de oficinas, electricidad, compra de ordenadores para administración, etc. Costes valorizados. Se corresponden con alguna actividad o servicio que no tiene una contraprestación monetaria, sino que esa actividad o servicio se presta de manera solidaria.
Distinguimos dos tipos de beneficios:
Beneficios percibidos por las personas. Son beneficios no
monetarios percibidos de manera subjetiva por las personas o definidos, igualmente de manera subjetiva, por profesionales o especialistas de determinadas materias. Por ejemplo, si se pone en marcha un proyecto para crear empleo. Beneficios monetarios. Se refieren casi siempre a la rentabilidad de una inversión realizada, es decir a los beneficios financieros que se consiguen por una actividad empresarial o comercial.
Los pasos necesarios para identificar el objeto de nuestra evaluación
económica son: • Definir la función social: Antes de comenzar a realizar la evaluación debemos asegurarnos de que está bien definida la función social o función de bienestar, esto es, cómo interpretamos o en qué concretamos la mejora de las condiciones de vida de la comunidad a la que se dirige el proyecto.
• Definir los indicadores de evaluación: Para que esos indicadores
puedan ser objeto de evaluación es necesario que cumplan, al menos, las siguientes condiciones: Como (Expresar el periodo de realización del indicador) , cuando(Expresar la unidad de medida) , quien(Expresar qué grupo es el destinatario del indicador) y cuanto (Expresar la cantidad). • Establecer un sistema de recogida de información. La recogida de información para determinar el grado de cumplimiento de cada indicador es un aspecto clave. En el ejemplo citado lo natural sería acudir a los libros de contabilidad de la cooperativa para comprobar la variación de sus ingresos.
OBJETIVOS Maximización del Ingreso de la Sociedad, de la Economía, del País Crecimiento Económico Eficiencia
Se distinguen tres tipos de análisis económico según las características de los
beneficios:
• Análisis Coste – Utilidad (ACU): Los beneficios identificados se
expresan en una escala de utilidad. Ayuda a establecer un orden según la “bondad” de actuaciones alternativas. • Análisis Coste – Efectividad (ACE): Compara costes en unidades monetarias con beneficios expresados en otro tipo de unidades. Permite elegir entre alternativas que podrían cumplir unos mismos objetivos con diferentes costes. • Análisis Coste – Beneficio (ACB): Expresa costes y beneficios en unidades monetarias. Permite valorar la rentabilidad de la acción según criterios objetivos. EVALUACIÓN FINANCIERA DE UN PROYECTO
La Evaluación Financiera de Proyectos es el estudio cuyo objetivo será
determinar la rentabilidad del proyecto gracias al análisis de una inversión iniciar, unos beneficios y unos costos de la ejecución del mismo.
De modo que al evaluar un proyecto, estaremos poniendo en duda su
viabilidad. Esto lo podemos hacer durante antes y durante la fase de ejecución del mismo a través de sus hitos. Es decir, momentos clave que planificamos en una fecha fija para realizar un estudio de viabilidad de un proyecto. ¿Qué actividades se van ejecutando según el plan previsto? ¿Se van gastando lo acordado? ¿Qué necesitamos cambiar de la planificación? Entre muchas otras preguntas.
Esta puede considerarse como aquel ejercicio teórico mediante el cual se
intentan identificar, valorar y comparar entre sí los costos y beneficios asociados a determinadas alternativas de proyecto con la finalidad de coadyuvar a decidir la más conveniente.
¿QUE ES EVALUACIÓN?
La identificación de costos y beneficios resulta de contrastar los efectos
generados por un proyecto con los objetivos que se pretenden alcanzar con su ejecución y puesta en marcha.
OBJETIVO: maximización de ingresos
La evaluación financiera contempla, en su análisis, a todos los flujos financieros
del proyecto, distinguiendo entre capital "propio" y "prestado". Evaluación Financiera Se realiza en proyectos privados, juzga el proyecto desde la perspectiva del objetivo de generar rentabilidad financiera y juzga el flujo de fondos generado por el proyecto. Esta evaluación es pertinente para determinar la llamada "Capacidad Financiera del proyecto" y la rentabilidad de Capital propio invertido en el proyecto.
La información de la evaluación financiera debe cumplir tres funciones:
Determinar hasta donde todos los costos pueden ser cubiertos
oportunamente, de tal manera que contribuya a diseñar el plan de financiamiento. Mide la rentabilidad de la Inversión. Genera la información necesaria para hacer una comparación del proyecto con otras alternativas o con otras oportunidades de inversión.
La evaluación financiera trabaja los flujos de ingresos y egresos con precios
vigentes de mercado. La evaluación financiera, analiza el proyecto desde su retorno financiero, se enfoca en el análisis del grado en que el proyecto cumple sus objetivos de generar un retorno a los diferentes actores que participan en su ejecución o financiamiento. La evaluación financiera varía según la entidad interesada.
Se puede realizar la evaluación de un solo proyecto, o alternativa, desde varios
puntos de vista:
1. Punto de vista de los beneficiarios.
2. Punto de vista de la entidad o entidades ejecutoras.
3. Punto de vista de entidades financiadoras.
4. Punto de vista del Gobierno.
5. Punto de vista de la economía o la sociedad. Características básicas de la
evaluación financiera. EVALUACION SOCIAL DE UN PROYECTO
De esta manera definiremos la evaluación social de proyectos como el
enfoque del bien comunitario, y que no necesariamente deberá estar vinculado al sector público de nuestro país; ya que será posible realizar dicha evaluación por despachos privados fungiendo como asesores o auditores externos. La evaluación social de proyectos se refiere a un análisis socioeconómico en el cual el flujo de recursos reales, de los bienes y servicios utilizados y producidos por el proyecto puedan determinarse en costos y beneficios sociales pertinentes. La evaluación social definirá la situación del país, estado, o ciudad contra la ejecución del proyecto a analizar. De esta manera la determinación de los costos y beneficios deben traducirse en el bien comunitario consumado, en el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes, o en la solución práctica a una problemática compleja (políticas públicas).
Para fundamentar la evaluación social es necesario recurrir a ciertos criterios
y marco de referencia que permitan contrastar, comparar e interpretar los resultados observados en función de patrones explícitos o implícitos, para lo cual se utilizan algunos criterios básicos tal como los define Marcela Román en su artículo “Hacia una evaluación constructivista de proyectos sociales”:4
a) Coherencia: es el criterio que se refiere al análisis en función de la
integración lógica de diversos componentes del proyecto.
b) Pertinencia: análisis de la capacidad para dar respuestas a las
necesidades reales de los grupos y sujetos involucrados, capacidad de considerar los recursos disponibles para lograr lo planificado.
c) Relevancia: análisis del grado de significatividad de las acciones y
resultados para los sujetos directamente involucrados en el proyecto, se entiende que el proyecto es relevante cuando es significativo hacia las personas a quienes está dirigido. d) Costo beneficio: análisis basado en un principio económico que en términos generales sostiene un proyecto como exitoso si el beneficio que genera la
inversión en un período determinado es mayor a la que se puede
obtener con otra alternativa cuando logra sus productos con un menor costo y los beneficios sociales obtenidos son mayores que la inversión realizada.
e) Eficiencia: la evaluación de la eficiencia de los proyectos tiene como
objeto el análisis de los recursos o los insumos utilizados para realizar las actividades y obtener los resultados o productos esperados, Un proyecto es eficiente si ha tenido un gasto adecuado y no ha producido déficit en su operación, es decir ha optimizado el uso de los recursos materiales y humanos de los que dispone. Con fundamento en estos criterios pueden decirse que la evaluación de proyectos desde la perspectiva social debe cumplir con ciertas condiciones, entre otras la existencia de un modelo que explique la relación entre los beneficios y las intervenciones, que permita al mismo tiempo distinguir entre los resultados atribuibles al proyecto y los cambios que pudieron ocurrir sin la intervención del mismo.