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Invocaciones por los

moribundos

 Recibe, Señor, a tu siervo (sierva) en el lugar que debe


esperar de tu misericordia. R/ Amén.
 Libra, Señor el alma de tu siervo de todos los peligros del
infierno, de los lazos de las penas y de todas las
tribulaciones. R/Amén.
 Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Enoch y
a Elías de la muerte común a los hombres. R/. Amén
 Libra, Señor, como libraste a Noé del diluvio. R/.Amén.
 Libra Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Isaac de
ser inmolado, y de la mano de su padre Abrahán.
R/. Amén.
 Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Lot de
Sodoma y de las llamas del fuego. R/. Amén.
 Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Moisés
de la mano del Faraón, rey de los egipcios. R/. Amén.
 Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Daniel
en el foso de los leones. R/. Amén.
 Libra, Señor, el alma a tu siervo, como libraste a los tres
jóvenes del horno de fuego ardiente, y de las manos de un
rey cruel. R/. Amén.
 Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a David de
las manos del rey Saúl, y de las manos de Goliat. R/. Amén
 Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Pedro y
Pablo de las cárceles. R/. Amén
 Y así como libraste de atrocísimos tormentos a tu
dichosísima virgen y mártir Tecla, así también dígnate
librar el alma de tu siervo, y concédele que contigo pueda
gozar de los bienes del cielo.

Oremos: Encomendámoste, Señor, el alma de tu siervo, y te


rogamos, Señor Jesucristo, Salvador del mundo, que no dejes
de colocar en el seno de tus Patriarcas a esta alma, por la cual
misericordiosamente bajaste a la tierra. Reconoce Señor, a tu
hechura, criada, no por dioses extraños, sino por Ti, único Dios
vivo y verdadero. En efecto, no hay Dios fuera de Ti, ni
comparable en tus obras. Alegra, Señor, esta alma en tu
presencia, y no te acuerdes de sus antiguas iniquidades excesos
que suscito la violencia y ardor de sus pasiones. Pues aunque
haya pecado, no ha negado al Padre, ni al Hijo, ni al Espíritu
Santo, sino que creyó, y tuvo amor y celo del Dios que hizo
todas las cosas.

Señor, te suplicamos que olvides los delitos e ignorancias de su


juventud; pero acuérdate de él en la gloria de tu caridad, según
tu gran misericordia.

Ábranse los cielos y alégrense con él los Ángeles. Recibe a tu


siervo, en su Reino. Recíbale San Miguel, Arcángel de Dios, que
mereció ser príncipe de la milicia celeste.

Salgan a su encuentro los santos Ángeles de Dios, y


condúzcanle a la ciudad celestial, Jerusalén. Recíbale el
bienaventurado Pedro Apóstol a quien se dieron las llaves del
reino de los cielos.

Ayúdele el Apóstol San Pablo que digno vaso de elección.


Interceda por él San Juan, Apóstol de Dios a quien fueron
revelados los secretos del cielo. Rueguen por él todos los Santos
Apóstoles, a quienes el señor dio el poder de atar y desatar.

Intercedan por él todos los Santos y escogidos de Dios, que en


este mundo sufrieron grandes tormentos por el nombre del
cristo; para que desligado de las cadenas de la carne merezca
llegar al glorioso reino de los cielos, por la gracia de nuestro
Señor Jesucristo, quien con el Padre y el Espíritu Santo vive y
reina por los siglos de los siglos. R/. Amén

Oración: La clementísima Virgen María, Madre de Dios,


piadosísimo consuelo de los tristes, encomiende a su Hijo el
alma del siervo(a) N para que con esta intervención maternal,
no tema los horrores de la muerte; sino que con su compañía
llegue alegre a la deseada patria celestial. R/. Amén.

A ti acudo San José, Patrono de los moribundos, a ti en cuyo


dichoso tránsito estuvieron solícitos Jesús y María; por estas dos
carísimas prendas te encomiendo con empeño el alma de este
tu siervo(a) N que lucha en la extrema agonía; para que por tu
protección sea libre de las asechanzas del diablo y de la muerte
perpetua, y merezca ir a los gozos eternos.

Cortesía de: José Gálvez Krüger


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