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Como se ha comporatado el mercado laboral colombiano en los últimos 5 años.

Cap. 6 pa. 149-179

Capit. 9 mauricio cardenas pag. 379-431

La baja productividad laboral de la mano de obra de poca calificación es una característica


predominante del mercado de trabajo en Colombia. Esto se hace evidente, al observar el tamaño
del sector informal y los obstáculos que introduce a la generación de empleo formal no calificado
un salario mínimo ubicado por encima del nivel de equilibrio. En tal sentido, el nivel del salario
mínimo no está ayudando a los más pobres. 2. Además de un salario mínimo superior al salario de
equilibrio, la informalidad en Colombia está asociada con los altos costos de crear una empresa
(formal), una estructura tributaria inconveniente y unas contribuciones parafiscales inadecuadas.
Eliminar estas últimas y contener el aumento del salario mínimo sería beneficioso para reducir el
tamaño del sector informal y aumentar el del sector formal, pero su efecto sobre la tasa de
desempleo es menos claro. 3. El cambio en la composición sectorial de la producción que se ha
observado en las últimas tres décadas se ha traducido en mayor demanda de trabajo calificado.
Como consecuencia, los salarios de las personas con mayor nivel educativo han aumentado. 4. A
juzgar por el nivel de la tasa de desempleo estructural, Nairu, (10,8 % en promedio para el período
1984-2010), el mercado de trabajo adolece de problemas que no permiten que baje
significativamente sin que aparezcan efectos colaterales como la inflación. Dado que su nivel es
más alto que los calculados antes de 2001, las reformas laborales adelantadas al comienzo de la
década de 2000, o bien no parecen haber surtido los efectos esperados o los mismos fueron
contrarrestados por otras decisiones u otros choques. 5. El subempleo es sensible a la tasa de
desempleo; sin embargo, los subempleados por horas tienen mayores ingresos salariales por hora
que los empleados plenos. 6. El mercado de trabajo está caracterizado por unas dinámicas de
corto plazo, según las cuales la naturaleza de los choques (de productividad, demanda agregada y
oferta laboral) y los cambios en las variables exógenas (términos de intercambio, salario mínimo y
costos diferentes del salario) son determinantes: los primeros de la tasa de desempleo y los
segundos del salario real. 7. La magnitud de los flujos de trabajadores entrantes y salientes del
empleo, el desempleo y la inactividad sugieren que en Colombia el mercado laboral xxiii
Mercado_de_Trabajo_en_Colombia_Dic27_2012 28 de diciembre de 2012 13:46 Page ☛ xxiv ✡ ✟
✠ ☛ ✡ ✟ ✠ ☛ ✡ ✟ ✠ ☛ ✡ ✟ ✠ El mercado de trabajo en Colombia: hechos, tendencias e
instituciones es más dinámico de lo que a primera vista sugieren la persistencia de la tasa de
desempleo y el nivel de la tasa de desempleo estructural. 8. Desde el punto de vista geográfico, el
mercado de trabajo de Colombia parece heterogéneo, con poca movilidad interna de la mano de
obra e importantes diferencias en las tasas de desempleo, ocupación y participación entre
ciudades. Por tanto, son muchos los aspectos que se deben investigar en el nivel regional o local
para explicar por qué se encuentran unas diferencias tan grandes en los indicadores del mercado
de trabajo y determinar, entre otras cosas, la conveniencia de proponer y adoptar políticas
particulares a ciertas regiones, ya que no todas podrían requerir las mismas prescripciones al
mismo tiempo ni con la misma intensidad. 9. Pese a lo anterior, en sus dimensiones formal e
informal, el mercado de trabajo no parece segmentado: los movimientos de los salarios (ingresos
laborales) de ambos sectores están correlacionados y son predecibles, al presentarse, por
ejemplo, cambios en el salario mínimo y los costos no salariales. 10. Los estímulos al capital no
necesariamente reducen el empleo en el corto plazo; por el contrario, en el largo plazo la mayor
escala del capital podría, bajo ciertas circunstancias, estimularlo. 11. Las remesas provenientes de
España y los Estados Unidos pueden influir en el mercado de trabajo en Colombia, ya que cuanto
mayores son aquellas, menor es la participación laboral. Esto ha sido particularmente evidente en
el caso del Eje Cafetero. 12. Los movimientos en la oferta laboral causados por los cambios en los
ingresos no laborales (como las remesas) afectan el salario real tanto así que podrían hacerlo lucir
como rígido. Si la política monetaria se diseña con base en dicha apariencia del salario real (p.e. la
curva de Phillips se sustenta en tal rigidez), podría resultar inadecuada. 13. Las rigideces no
siempre se deben entender como una característica de la realidad sino como una simplificación
utilizada en los modelos económicos. En tal sentido, los salarios reales podrían ser más flexibles de
lo que se cree. 14. La política económica debe procurar la flexibilización del mercado laboral ya
que, de otra manera, choques fuertes y frecuentes de productividad podrían inducir caídas
persistentes en el empleo. 15. En los últimos veinte años se han creado nuevas instituciones
laborales (subsidio al empleo y protección al desempleado, etc.), que se mueven entre el carácter
protector del trabajo y la mayor flexibilidad laboral. La baja productividad laboral de la mano de
obra de poca calificación es una característica predominante del mercado de trabajo en Colombia.
Esto se hace evidente, al observar el tamaño del sector informal y los obstáculos que introduce a
la generación de empleo formal no calificado un salario mínimo ubicado por encima del nivel de
equilibrio. En tal sentido, el nivel del salario mínimo no está ayudando a los más pobres. 2.
Además de un salario mínimo superior al salario de equilibrio, la informalidad en Colombia está
asociada con los altos costos de crear una empresa (formal), una estructura tributaria
inconveniente y unas contribuciones parafiscales inadecuadas. Eliminar estas últimas y contener el
aumento del salario mínimo sería beneficioso para reducir el tamaño del sector informal y
aumentar el del sector formal, pero su efecto sobre la tasa de desempleo es menos claro. 3. El
cambio en la composición sectorial de la producción que se ha observado en las últimas tres
décadas se ha traducido en mayor demanda de trabajo calificado. Como consecuencia, los salarios
de las personas con mayor nivel educativo han aumentado. 4. A juzgar por el nivel de la tasa de
desempleo estructural, Nairu, (10,8 % en promedio para el período 1984-2010), el mercado de
trabajo adolece de problemas que no permiten que baje significativamente sin que aparezcan
efectos colaterales como la inflación. Dado que su nivel es más alto que los calculados antes de
2001, las reformas laborales adelantadas al comienzo de la década de 2000, o bien no parecen
haber surtido los efectos esperados o los mismos fueron contrarrestados por otras decisiones u
otros choques. 5. El subempleo es sensible a la tasa de desempleo; sin embargo, los subempleados
por horas tienen mayores ingresos salariales por hora que los empleados plenos. 6. El mercado de
trabajo está caracterizado por unas dinámicas de corto plazo, según las cuales la naturaleza de los
choques (de productividad, demanda agregada y oferta laboral) y los cambios en las variables
exógenas (términos de intercambio, salario mínimo y costos diferentes del salario) son
determinantes: los primeros de la tasa de desempleo y los segundos del salario real. 7. La
magnitud de los flujos de trabajadores entrantes y salientes del empleo, el desempleo y la
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instituciones es más dinámico de lo que a primera vista sugieren la persistencia de la tasa de
desempleo y el nivel de la tasa de desempleo estructural. 8. Desde el punto de vista geográfico, el
mercado de trabajo de Colombia parece heterogéneo, con poca movilidad interna de la mano de
obra e importantes diferencias en las tasas de desempleo, ocupación y participación entre
ciudades. Por tanto, son muchos los aspectos que se deben investigar en el nivel regional o local
para explicar por qué se encuentran unas diferencias tan grandes en los indicadores del mercado
de trabajo y determinar, entre otras cosas, la conveniencia de proponer y adoptar políticas
particulares a ciertas regiones, ya que no todas podrían requerir las mismas prescripciones al
mismo tiempo ni con la misma intensidad. 9. Pese a lo anterior, en sus dimensiones formal e
informal, el mercado de trabajo no parece segmentado: los movimientos de los salarios (ingresos
laborales) de ambos sectores están correlacionados y son predecibles, al presentarse, por
ejemplo, cambios en el salario mínimo y los costos no salariales. 10. Los estímulos al capital no
necesariamente reducen el empleo en el corto plazo; por el contrario, en el largo plazo la mayor
escala del capital podría, bajo ciertas circunstancias, estimularlo. 11. Las remesas provenientes de
España y los Estados Unidos pueden influir en el mercado de trabajo en Colombia, ya que cuanto
mayores son aquellas, menor es la participación laboral. Esto ha sido particularmente evidente en
el caso del Eje Cafetero. 12. Los movimientos en la oferta laboral causados por los cambios en los
ingresos no laborales (como las remesas) afectan el salario real tanto así que podrían hacerlo lucir
como rígido. Si la política monetaria se diseña con base en dicha apariencia del salario real (p.e. la
curva de Phillips se sustenta en tal rigidez), podría resultar inadecuada. 13. Las rigideces no
siempre se deben entender como una característica de la realidad sino como una simplificación
utilizada en los modelos económicos. En tal sentido, los salarios reales podrían ser más flexibles de
lo que se cree. 14. La política económica debe procurar la flexibilización del mercado laboral ya
que, de otra manera, choques fuertes y frecuentes de productividad podrían inducir caídas
persistentes en el empleo. 15. En los últimos veinte años se han creado nuevas instituciones
laborales (subsidio al empleo y protección al desempleado, etc.), que se mueven entre el carácter
protector del trabajo y la mayor flexibilidad laboral. La baja productividad laboral de la mano de
obra de poca calificación es una característica predominante del mercado de trabajo en Colombia.
Esto se hace evidente, al observar el tamaño del sector informal y los obstáculos que introduce a
la generación de empleo formal no calificado un salario mínimo ubicado por encima del nivel de
equilibrio. En tal sentido, el nivel del salario mínimo no está ayudando a los más pobres. 2.
Además de un salario mínimo superior al salario de equilibrio, la informalidad en Colombia está
asociada con los altos costos de crear una empresa (formal), una estructura tributaria
inconveniente y unas contribuciones parafiscales inadecuadas. Eliminar estas últimas y contener el
aumento del salario mínimo sería beneficioso para reducir el tamaño del sector informal y
aumentar el del sector formal, pero su efecto sobre la tasa de desempleo es menos claro. 3. El
cambio en la composición sectorial de la producción que se ha observado en las últimas tres
décadas se ha traducido en mayor demanda de trabajo calificado. Como consecuencia, los salarios
de las personas con mayor nivel educativo han aumentado. 4. A juzgar por el nivel de la tasa de
desempleo estructural, Nairu, (10,8 % en promedio para el período 1984-2010), el mercado de
trabajo adolece de problemas que no permiten que baje significativamente sin que aparezcan
efectos colaterales como la inflación. Dado que su nivel es más alto que los calculados antes de
2001, las reformas laborales adelantadas al comienzo de la década de 2000, o bien no parecen
haber surtido los efectos esperados o los mismos fueron contrarrestados por otras decisiones u
otros choques. 5. El subempleo es sensible a la tasa de desempleo; sin embargo, los subempleados
por horas tienen mayores ingresos salariales por hora que los empleados plenos. 6. El mercado de
trabajo está caracterizado por unas dinámicas de corto plazo, según las cuales la naturaleza de los
choques (de productividad, demanda agregada y oferta laboral) y los cambios en las variables
exógenas (términos de intercambio, salario mínimo y costos diferentes del salario) son
determinantes: los primeros de la tasa de desempleo y los segundos del salario real. 7. La
magnitud de los flujos de trabajadores entrantes y salientes del empleo, el desempleo y la
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instituciones es más dinámico de lo que a primera vista sugieren la persistencia de la tasa de
desempleo y el nivel de la tasa de desempleo estructural. 8. Desde el punto de vista geográfico, el
mercado de trabajo de Colombia parece heterogéneo, con poca movilidad interna de la mano de
obra e importantes diferencias en las tasas de desempleo, ocupación y participación entre
ciudades. Por tanto, son muchos los aspectos que se deben investigar en el nivel regional o local
para explicar por qué se encuentran unas diferencias tan grandes en los indicadores del mercado
de trabajo y determinar, entre otras cosas, la conveniencia de proponer y adoptar políticas
particulares a ciertas regiones, ya que no todas podrían requerir las mismas prescripciones al
mismo tiempo ni con la misma intensidad. 9. Pese a lo anterior, en sus dimensiones formal e
informal, el mercado de trabajo no parece segmentado: los movimientos de los salarios (ingresos
laborales) de ambos sectores están correlacionados y son predecibles, al presentarse, por
ejemplo, cambios en el salario mínimo y los costos no salariales. 10. Los estímulos al capital no
necesariamente reducen el empleo en el corto plazo; por el contrario, en el largo plazo la mayor
escala del capital podría, bajo ciertas circunstancias, estimularlo. 11. Las remesas provenientes de
España y los Estados Unidos pueden influir en el mercado de trabajo en Colombia, ya que cuanto
mayores son aquellas, menor es la participación laboral. Esto ha sido particularmente evidente en
el caso del Eje Cafetero. 12. Los movimientos en la oferta laboral causados por los cambios en los
ingresos no laborales (como las remesas) afectan el salario real tanto así que podrían hacerlo lucir
como rígido. Si la política monetaria se diseña con base en dicha apariencia del salario real (p.e. la
curva de Phillips se sustenta en tal rigidez), podría resultar inadecuada. 13. Las rigideces no
siempre se deben entender como una característica de la realidad sino como una simplificación
utilizada en los modelos económicos. En tal sentido, los salarios reales podrían ser más flexibles de
lo que se cree. 14. La política económica debe procurar la flexibilización del mercado laboral ya
que, de otra manera, choques fuertes y frecuentes de productividad podrían inducir caídas
persistentes en el empleo. 15. En los últimos veinte años se han creado nuevas instituciones
laborales (subsidio al empleo y protección al desempleado, etc.), que se mueven entre el carácter
protector del trabajo y la mayor flexibilidad laboral. La baja productividad laboral de la mano de
obra de poca calificación es una característica predominante del mercado de trabajo en Colombia.
Esto se hace evidente, al observar el tamaño del sector informal y los obstáculos que introduce a
la generación de empleo formal no calificado un salario mínimo ubicado por encima del nivel de
equilibrio. En tal sentido, el nivel del salario mínimo no está ayudando a los más pobres. 2.
Además de un salario mínimo superior al salario de equilibrio, la informalidad en Colombia está
asociada con los altos costos de crear una empresa (formal), una estructura tributaria
inconveniente y unas contribuciones parafiscales inadecuadas. Eliminar estas últimas y contener el
aumento del salario mínimo sería beneficioso para reducir el tamaño del sector informal y
aumentar el del sector formal, pero su efecto sobre la tasa de desempleo es menos claro. 3. El
cambio en la composición sectorial de la producción que se ha observado en las últimas tres
décadas se ha traducido en mayor demanda de trabajo calificado. Como consecuencia, los salarios
de las personas con mayor nivel educativo han aumentado. 4. A juzgar por el nivel de la tasa de
desempleo estructural, Nairu, (10,8 % en promedio para el período 1984-2010), el mercado de
trabajo adolece de problemas que no permiten que baje significativamente sin que aparezcan
efectos colaterales como la inflación. Dado que su nivel es más alto que los calculados antes de
2001, las reformas laborales adelantadas al comienzo de la década de 2000, o bien no parecen
haber surtido los efectos esperados o los mismos fueron contrarrestados por otras decisiones u
otros choques. 5. El subempleo es sensible a la tasa de desempleo; sin embargo, los subempleados
por horas tienen mayores ingresos salariales por hora que los empleados plenos. 6. El mercado de
trabajo está caracterizado por unas dinámicas de corto plazo, según las cuales la naturaleza de los
choques (de productividad, demanda agregada y oferta laboral) y los cambios en las variables
exógenas (términos de intercambio, salario mínimo y costos diferentes del salario) son
determinantes: los primeros de la tasa de desempleo y los segundos del salario real. 7. La
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desempleo y el nivel de la tasa de desempleo estructural. 8. Desde el punto de vista geográfico, el
mercado de trabajo de Colombia parece heterogéneo, con poca movilidad interna de la mano de
obra e importantes diferencias en las tasas de desempleo, ocupación y participación entre
ciudades. Por tanto, son muchos los aspectos que se deben investigar en el nivel regional o local
para explicar por qué se encuentran unas diferencias tan grandes en los indicadores del mercado
de trabajo y determinar, entre otras cosas, la conveniencia de proponer y adoptar políticas
particulares a ciertas regiones, ya que no todas podrían requerir las mismas prescripciones al
mismo tiempo ni con la misma intensidad. 9. Pese a lo anterior, en sus dimensiones formal e
informal, el mercado de trabajo no parece segmentado: los movimientos de los salarios (ingresos
laborales) de ambos sectores están correlacionados y son predecibles, al presentarse, por
ejemplo, cambios en el salario mínimo y los costos no salariales. 10. Los estímulos al capital no
necesariamente reducen el empleo en el corto plazo; por el contrario, en el largo plazo la mayor
escala del capital podría, bajo ciertas circunstancias, estimularlo. 11. Las remesas provenientes de
España y los Estados Unidos pueden influir en el mercado de trabajo en Colombia, ya que cuanto
mayores son aquellas, menor es la participación laboral. Esto ha sido particularmente evidente en
el caso del Eje Cafetero. 12. Los movimientos en la oferta laboral causados por los cambios en los
ingresos no laborales (como las remesas) afectan el salario real tanto así que podrían hacerlo lucir
como rígido. Si la política monetaria se diseña con base en dicha apariencia del salario real (p.e. la
curva de Phillips se sustenta en tal rigidez), podría resultar inadecuada. 13. Las rigideces no
siempre se deben entender como una característica de la realidad sino como una simplificación
utilizada en los modelos económicos. En tal sentido, los salarios reales podrían ser más flexibles de
lo que se cree. 14. La política económica debe procurar la flexibilización del mercado laboral ya
que, de otra manera, choques fuertes y frecuentes de productividad podrían inducir caídas
persistentes en el empleo. 15. En los últimos veinte años se han creado nuevas instituciones
laborales (subsidio al empleo y protección al desempleado, etc.), que se mueven entre el carácter
protector del trabajo y la mayor flexibilidad laboral. La baja productividad laboral de la mano de
obra de poca calificación es una característica predominante del mercado de trabajo en Colombia.
Esto se hace evidente, al observar el tamaño del sector informal y los obstáculos que introduce a
la generación de empleo formal no calificado un salario mínimo ubicado por encima del nivel de
equilibrio. En tal sentido, el nivel del salario mínimo no está ayudando a los más pobres. 2.
Además de un salario mínimo superior al salario de equilibrio, la informalidad en Colombia está
asociada con los altos costos de crear una empresa (formal), una estructura tributaria
inconveniente y unas contribuciones parafiscales inadecuadas. Eliminar estas últimas y contener el
aumento del salario mínimo sería beneficioso para reducir el tamaño del sector informal y
aumentar el del sector formal, pero su efecto sobre la tasa de desempleo es menos claro. 3. El
cambio en la composición sectorial de la producción que se ha observado en las últimas tres
décadas se ha traducido en mayor demanda de trabajo calificado. Como consecuencia, los salarios
de las personas con mayor nivel educativo han aumentado. 4. A juzgar por el nivel de la tasa de
desempleo estructural, Nairu, (10,8 % en promedio para el período 1984-2010), el mercado de
trabajo adolece de problemas que no permiten que baje significativamente sin que aparezcan
efectos colaterales como la inflación. Dado que su nivel es más alto que los calculados antes de
2001, las reformas laborales adelantadas al comienzo de la década de 2000, o bien no parecen
haber surtido los efectos esperados o los mismos fueron contrarrestados por otras decisiones u
otros choques. 5. El subempleo es sensible a la tasa de desempleo; sin embargo, los subempleados
por horas tienen mayores ingresos salariales por hora que los empleados plenos. 6. El mercado de
trabajo está caracterizado por unas dinámicas de corto plazo, según las cuales la naturaleza de los
choques (de productividad, demanda agregada y oferta laboral) y los cambios en las variables
exógenas (términos de intercambio, salario mínimo y costos diferentes del salario) son
determinantes: los primeros de la tasa de desempleo y los segundos del salario real. 7. La
magnitud de los flujos de trabajadores entrantes y salientes del empleo, el desempleo y la
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desempleo y el nivel de la tasa de desempleo estructural. 8. Desde el punto de vista geográfico, el
mercado de trabajo de Colombia parece heterogéneo, con poca movilidad interna de la mano de
obra e importantes diferencias en las tasas de desempleo, ocupación y participación entre
ciudades. Por tanto, son muchos los aspectos que se deben investigar en el nivel regional o local
para explicar por qué se encuentran unas diferencias tan grandes en los indicadores del mercado
de trabajo y determinar, entre otras cosas, la conveniencia de proponer y adoptar políticas
particulares a ciertas regiones, ya que no todas podrían requerir las mismas prescripciones al
mismo tiempo ni con la misma intensidad. 9. Pese a lo anterior, en sus dimensiones formal e
informal, el mercado de trabajo no parece segmentado: los movimientos de los salarios (ingresos
laborales) de ambos sectores están correlacionados y son predecibles, al presentarse, por
ejemplo, cambios en el salario mínimo y los costos no salariales. 10. Los estímulos al capital no
necesariamente reducen el empleo en el corto plazo; por el contrario, en el largo plazo la mayor
escala del capital podría, bajo ciertas circunstancias, estimularlo. 11. Las remesas provenientes de
España y los Estados Unidos pueden influir en el mercado de trabajo en Colombia, ya que cuanto
mayores son aquellas, menor es la participación laboral. Esto ha sido particularmente evidente en
el caso del Eje Cafetero. 12. Los movimientos en la oferta laboral causados por los cambios en los
ingresos no laborales (como las remesas) afectan el salario real tanto así que podrían hacerlo lucir
como rígido. Si la política monetaria se diseña con base en dicha apariencia del salario real (p.e. la
curva de Phillips se sustenta en tal rigidez), podría resultar inadecuada. 13. Las rigideces no
siempre se deben entender como una característica de la realidad sino como una simplificación
utilizada en los modelos económicos. En tal sentido, los salarios reales podrían ser más flexibles de
lo que se cree. 14. La política económica debe procurar la flexibilización del mercado laboral ya
que, de otra manera, choques fuertes y frecuentes de productividad podrían inducir caídas
persistentes en el empleo. 15. En los últimos veinte años se han creado nuevas instituciones
laborales (subsidio al empleo y protección al desempleado, etc.), que se mueven entre el carácter
protector del trabajo y la mayor flexibilidad laboral. La baja productividad laboral de la mano de
obra de poca calificación es una característica predominante del mercado de trabajo en Colombia.
Esto se hace evidente, al observar el tamaño del sector informal y los obstáculos que introduce a
la generación de empleo formal no calificado un salario mínimo ubicado por encima del nivel de
equilibrio. En tal sentido, el nivel del salario mínimo no está ayudando a los más pobres. 2.
Además de un salario mínimo superior al salario de equilibrio, la informalidad en Colombia está
asociada con los altos costos de crear una empresa (formal), una estructura tributaria
inconveniente y unas contribuciones parafiscales inadecuadas. Eliminar estas últimas y contener el
aumento del salario mínimo sería beneficioso para reducir el tamaño del sector informal y
aumentar el del sector formal, pero su efecto sobre la tasa de desempleo es menos claro. 3. El
cambio en la composición sectorial de la producción que se ha observado en las últimas tres
décadas se ha traducido en mayor demanda de trabajo calificado. Como consecuencia, los salarios
de las personas con mayor nivel educativo han aumentado. 4. A juzgar por el nivel de la tasa de
desempleo estructural, Nairu, (10,8 % en promedio para el período 1984-2010), el mercado de
trabajo adolece de problemas que no permiten que baje significativamente sin que aparezcan
efectos colaterales como la inflación. Dado que su nivel es más alto que los calculados antes de
2001, las reformas laborales adelantadas al comienzo de la década de 2000, o bien no parecen
haber surtido los efectos esperados o los mismos fueron contrarrestados por otras decisiones u
otros choques. 5. El subempleo es sensible a la tasa de desempleo; sin embargo, los subempleados
por horas tienen mayores ingresos salariales por hora que los empleados plenos. 6. El mercado de
trabajo está caracterizado por unas dinámicas de corto plazo, según las cuales la naturaleza de los
choques (de productividad, demanda agregada y oferta laboral) y los cambios en las variables
exógenas (términos de intercambio, salario mínimo y costos diferentes del salario) son
determinantes: los primeros de la tasa de desempleo y los segundos del salario real. 7. La
magnitud de los flujos de trabajadores entrantes y salientes del empleo, el desempleo y la
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desempleo y el nivel de la tasa de desempleo estructural. 8. Desde el punto de vista geográfico, el
mercado de trabajo de Colombia parece heterogéneo, con poca movilidad interna de la mano de
obra e importantes diferencias en las tasas de desempleo, ocupación y participación entre
ciudades. Por tanto, son muchos los aspectos que se deben investigar en el nivel regional o local
para explicar por qué se encuentran unas diferencias tan grandes en los indicadores del mercado
de trabajo y determinar, entre otras cosas, la conveniencia de proponer y adoptar políticas
particulares a ciertas regiones, ya que no todas podrían requerir las mismas prescripciones al
mismo tiempo ni con la misma intensidad. 9. Pese a lo anterior, en sus dimensiones formal e
informal, el mercado de trabajo no parece segmentado: los movimientos de los salarios (ingresos
laborales) de ambos sectores están correlacionados y son predecibles, al presentarse, por
ejemplo, cambios en el salario mínimo y los costos no salariales. 10. Los estímulos al capital no
necesariamente reducen el empleo en el corto plazo; por el contrario, en el largo plazo la mayor
escala del capital podría, bajo ciertas circunstancias, estimularlo. 11. Las remesas provenientes de
España y los Estados Unidos pueden influir en el mercado de trabajo en Colombia, ya que cuanto
mayores son aquellas, menor es la participación laboral. Esto ha sido particularmente evidente en
el caso del Eje Cafetero. 12. Los movimientos en la oferta laboral causados por los cambios en los
ingresos no laborales (como las remesas) afectan el salario real tanto así que podrían hacerlo lucir
como rígido. Si la política monetaria se diseña con base en dicha apariencia del salario real (p.e. la
curva de Phillips se sustenta en tal rigidez), podría resultar inadecuada. 13. Las rigideces no
siempre se deben entender como una característica de la realidad sino como una simplificación
utilizada en los modelos económicos. En tal sentido, los salarios reales podrían ser más flexibles de
lo que se cree. 14. La política económica debe procurar la flexibilización del mercado laboral ya
que, de otra manera, choques fuertes y frecuentes de productividad podrían inducir caídas
persistentes en el empleo. 15. En los últimos veinte años se han creado nuevas instituciones
laborales (subsidio al empleo y protección al desempleado, etc.), que se mueven entre el carácter
protector del trabajo y la mayor flexibilidad laboral. La baja productividad laboral de la mano de
obra de poca calificación es una característica predominante del mercado de trabajo en Colombia.
Esto se hace evidente, al observar el tamaño del sector informal y los obstáculos que introduce a
la generación de empleo formal no calificado un salario mínimo ubicado por encima del nivel de
equilibrio. En tal sentido, el nivel del salario mínimo no está ayudando a los más pobres. 2.
Además de un salario mínimo superior al salario de equilibrio, la informalidad en Colombia está
asociada con los altos costos de crear una empresa (formal), una estructura tributaria
inconveniente y unas contribuciones parafiscales inadecuadas. Eliminar estas últimas y contener el
aumento del salario mínimo sería beneficioso para reducir el tamaño del sector informal y
aumentar el del sector formal, pero su efecto sobre la tasa de desempleo es menos claro. 3. El
cambio en la composición sectorial de la producción que se ha observado en las últimas tres
décadas se ha traducido en mayor demanda de trabajo calificado. Como consecuencia, los salarios
de las personas con mayor nivel educativo han aumentado. 4. A juzgar por el nivel de la tasa de
desempleo estructural, Nairu, (10,8 % en promedio para el período 1984-2010), el mercado de
trabajo adolece de problemas que no permiten que baje significativamente sin que aparezcan
efectos colaterales como la inflación. Dado que su nivel es más alto que los calculados antes de
2001, las reformas laborales adelantadas al comienzo de la década de 2000, o bien no parecen
haber surtido los efectos esperados o los mismos fueron contrarrestados por otras decisiones u
otros choques. 5. El subempleo es sensible a la tasa de desempleo; sin embargo, los subempleados
por horas tienen mayores ingresos salariales por hora que los empleados plenos. 6. El mercado de
trabajo está caracterizado por unas dinámicas de corto plazo, según las cuales la naturaleza de los
choques (de productividad, demanda agregada y oferta laboral) y los cambios en las variables
exógenas (términos de intercambio, salario mínimo y costos diferentes del salario) son
determinantes: los primeros de la tasa de desempleo y los segundos del salario real. 7. La
magnitud de los flujos de trabajadores entrantes y salientes del empleo, el desempleo y la
inactividad sugieren que en Colombia el mercado laboral xxiii
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instituciones es más dinámico de lo que a primera vista sugieren la persistencia de la tasa de
desempleo y el nivel de la tasa de desempleo estructural. 8. Desde el punto de vista geográfico, el
mercado de trabajo de Colombia parece heterogéneo, con poca movilidad interna de la mano de
obra e importantes diferencias en las tasas de desempleo, ocupación y participación entre
ciudades. Por tanto, son muchos los aspectos que se deben investigar en el nivel regional o local
para explicar por qué se encuentran unas diferencias tan grandes en los indicadores del mercado
de trabajo y determinar, entre otras cosas, la conveniencia de proponer y adoptar políticas
particulares a ciertas regiones, ya que no todas podrían requerir las mismas prescripciones al
mismo tiempo ni con la misma intensidad. 9. Pese a lo anterior, en sus dimensiones formal e
informal, el mercado de trabajo no parece segmentado: los movimientos de los salarios (ingresos
laborales) de ambos sectores están correlacionados y son predecibles, al presentarse, por
ejemplo, cambios en el salario mínimo y los costos no salariales. 10. Los estímulos al capital no
necesariamente reducen el empleo en el corto plazo; por el contrario, en el largo plazo la mayor
escala del capital podría, bajo ciertas circunstancias, estimularlo. 11. Las remesas provenientes de
España y los Estados Unidos pueden influir en el mercado de trabajo en Colombia, ya que cuanto
mayores son aquellas, menor es la participación laboral. Esto ha sido particularmente evidente en
el caso del Eje Cafetero. 12. Los movimientos en la oferta laboral causados por los cambios en los
ingresos no laborales (como las remesas) afectan el salario real tanto así que podrían hacerlo lucir
como rígido. Si la política monetaria se diseña con base en dicha apariencia del salario real (p.e. la
curva de Phillips se sustenta en tal rigidez), podría resultar inadecuada. 13. Las rigideces no
siempre se deben entender como una característica de la realidad sino como una simplificación
utilizada en los modelos económicos. En tal sentido, los salarios reales podrían ser más flexibles de
lo que se cree. 14. La política económica debe procurar la flexibilización del mercado laboral ya
que, de otra manera, choques fuertes y frecuentes de productividad podrían inducir caídas
persistentes en el empleo. 15. En los últimos veinte años se han creado nuevas instituciones
laborales (subsidio al empleo y protección al desempleado, etc.), que se mueven entre el carácter
protector del trabajo y la mayor flexibilidad laboral. La baja productividad laboral de la mano de
obra de poca calificación es una característica predominante del mercado de trabajo en Colombia.
Esto se hace evidente, al observar el tamaño del sector informal y los obstáculos que introduce a
la generación de empleo formal no calificado un salario mínimo ubicado por encima del nivel de
equilibrio. En tal sentido, el nivel del salario mínimo no está ayudando a los más pobres. 2.
Además de un salario mínimo superior al salario de equilibrio, la informalidad en Colombia está
asociada con los altos costos de crear una empresa (formal), una estructura tributaria
inconveniente y unas contribuciones parafiscales inadecuadas. Eliminar estas últimas y contener el
aumento del salario mínimo sería beneficioso para reducir el tamaño del sector informal y
aumentar el del sector formal, pero su efecto sobre la tasa de desempleo es menos claro. 3. El
cambio en la composición sectorial de la producción que se ha observado en las últimas tres
décadas se ha traducido en mayor demanda de trabajo calificado. Como consecuencia, los salarios
de las personas con mayor nivel educativo han aumentado. 4. A juzgar por el nivel de la tasa de
desempleo estructural, Nairu, (10,8 % en promedio para el período 1984-2010), el mercado de
trabajo adolece de problemas que no permiten que baje significativamente sin que aparezcan
efectos colaterales como la inflación. Dado que su nivel es más alto que los calculados antes de
2001, las reformas laborales adelantadas al comienzo de la década de 2000, o bien no parecen
haber surtido los efectos esperados o los mismos fueron contrarrestados por otras decisiones u
otros choques. 5. El subempleo es sensible a la tasa de desempleo; sin embargo, los subempleados
por horas tienen mayores ingresos salariales por hora que los empleados plenos. 6. El mercado de
trabajo está caracterizado por unas dinámicas de corto plazo, según las cuales la naturaleza de los
choques (de productividad, demanda agregada y oferta laboral) y los cambios en las variables
exógenas (términos de intercambio, salario mínimo y costos diferentes del salario) son
determinantes: los primeros de la tasa de desempleo y los segundos del salario real. 7. La
magnitud de los flujos de trabajadores entrantes y salientes del empleo, el desempleo y la
inactividad sugieren que en Colombia el mercado laboral xxiii
Mercado_de_Trabajo_en_Colombia_Dic27_2012 28 de diciembre de 2012 13:46 Page ☛ xxiv ✡ ✟
✠ ☛ ✡ ✟ ✠ ☛ ✡ ✟ ✠ ☛ ✡ ✟ ✠ El mercado de trabajo en Colombia: hechos, tendencias e
instituciones es más dinámico de lo que a primera vista sugieren la persistencia de la tasa de
desempleo y el nivel de la tasa de desempleo estructural. 8. Desde el punto de vista geográfico, el
mercado de trabajo de Colombia parece heterogéneo, con poca movilidad interna de la mano de
obra e importantes diferencias en las tasas de desempleo, ocupación y participación entre
ciudades. Por tanto, son muchos los aspectos que se deben investigar en el nivel regional o local
para explicar por qué se encuentran unas diferencias tan grandes en los indicadores del mercado
de trabajo y determinar, entre otras cosas, la conveniencia de proponer y adoptar políticas
particulares a ciertas regiones, ya que no todas podrían requerir las mismas prescripciones al
mismo tiempo ni con la misma intensidad. 9. Pese a lo anterior, en sus dimensiones formal e
informal, el mercado de trabajo no parece segmentado: los movimientos de los salarios (ingresos
laborales) de ambos sectores están correlacionados y son predecibles, al presentarse, por
ejemplo, cambios en el salario mínimo y los costos no salariales. 10. Los estímulos al capital no
necesariamente reducen el empleo en el corto plazo; por el contrario, en el largo plazo la mayor
escala del capital podría, bajo ciertas circunstancias, estimularlo. 11. Las remesas provenientes de
España y los Estados Unidos pueden influir en el mercado de trabajo en Colombia, ya que cuanto
mayores son aquellas, menor es la participación laboral. Esto ha sido particularmente evidente en
el caso del Eje Cafetero. 12. Los movimientos en la oferta laboral causados por los cambios en los
ingresos no laborales (como las remesas) afectan el salario real tanto así que podrían hacerlo lucir
como rígido. Si la política monetaria se diseña con base en dicha apariencia del salario real (p.e. la
curva de Phillips se sustenta en tal rigidez), podría resultar inadecuada. 13. Las rigideces no
siempre se deben entender como una característica de la realidad sino como una simplificación
utilizada en los modelos económicos. En tal sentido, los salarios reales podrían ser más flexibles de
lo que se cree. 14. La política económica debe procurar la flexibilización del mercado laboral ya
que, de otra manera, choques fuertes y frecuentes de productividad podrían inducir caídas
persistentes en el empleo. 15. En los últimos veinte años se han creado nuevas instituciones
laborales (subsidio al empleo y protección al desempleado, etc.), que se mueven entre el carácter
protector del trabajo y la mayor flexibilidad laboral. Como señalamos al comienzo, el desempeño
del mercado laboral es un piñón central de la transmisión de la política monetaria y, por ende, del
carácter de las fluctuaciones de corto plazo de la economía
Las firmas (empresas) demandan diferentes factores para producir bienes o servicios. Uno de esos
factores es el trabajo. Por su parte, los hogares ofrecen su trabajo a cambio de un salario que les
permita adquirir bienes o servicios en la economía. Diversos aspectos, tanto de corto como de largo
plazo, no permiten que en un momento específico todas las firmas encuentren la cantidad de trabajo
que están demandando ni que todas las personas que ofrecen su capacidad de trabajo se
encuentren empleadas.

Las tasas de empleo y desempleo, calculadas por el Departamento Administrativo Nacional de


Estadística (DANE) son indicadores de la evolución en el tiempo de, respectivamente, la proporción
de personas que, estando en edad de trabajar, se encuentran ocupadas y de la proporción de
personas que, teniendo la intención de trabajar, se puedan emplear.
Período Santos I y II Santos inicia su plan de gobierno en 2010, el desempleo se mantenía estable
por encima de los dos dígitos, su ministro de hacienda y crédito público Juan Carlos Echeverry se
pone como meta disminuir el desempleo a un dígito en menos de un año, meta que se cumplió
temporalmente. Su metodología para bajar el desempleo se basó en impulsar sectores intensivos
en mano de obra como la construcción (programa PIPE) y aprovechó la buena racha por la cual
pasaba en ese momento el sector minero energético. Tendencia cíclica o Temporal Lo interesante
del periodo Santos es que el desempleo presenta una tendencia temporal o cíclica que a largo
plazo va disminuyendo considerablemente. Como se observa en el gráfico 1, entre enero y febrero
de todos los años es cuando el desempleo es más alto, después empieza a bajar hasta llegar al
periodo de mayo a agosto donde se mantiene en promedio un mismo nivel, posteriormente el
desempleo empieza a bajar hasta su mínimo en noviembre – diciembre y después el patrón se
repite el año siguiente pero cada vez los máximos a los que se llega son menores, al igual que los
mínimos a los que se llega son inferiores al año inmediatamente anterior, lo que se traduce como
un mejoramiento de las tasas de desempleo. Este ciclo estacional se podría explicar de la siguiente
forma, en fin de año los individuos aumentan su poder adquisitivo ya sea por las primas legales y
extra legales, por ahorros previos o por endeudamiento, y deciden aumentar su consumo. Debido
a esto aumenta la demanda y las empresas se ven obligadas a contratar mano de obra para suplir
los nuevos requerimientos, por lo tanto aumenta la tasa de ocupados y disminuye la tasa de
desempleo. Al final del periodo navideño la economía vuelve a su ciclo normal, la demanda se
reduce obligando a las empresas a despedir personas, los estudiantes que trabajaban en los
períodos de vacaciones renuncian por deberes escolares y es por esta razón por la cual los niveles
más altos de desempleo se presentan en los primeros meses del año, enero a marzo. OCUPADO
EN EL PAÍS En el gráfico 2 se puede observar la tasa de ocupación desde enero del 2001 hasta
septiembre de 2015. Se puede observar que el porcentaje de ocupados en relación con las
personas en edad de trabajar ha tenido una gran volatilidad en el periodo estudiado, desde el
2001 hasta mediados del 2006 la tasa presenta un comportamiento cíclico, después empieza una
tendencia alcista, es decir que el porcentaje de ocupados empezó a aumentar. En el periodo de la
crisis financiera internacional los ocupados no aumentaron, se mantuvieron e incluso por periodos
bajaron. También se observa que en los últimos años la tasa de ocupados tiende a estabilizarse
sobre el 58%, registrando un crecimiento de 6% desde el período de inicio 2001. Se observa,
entonces, una relación inversa con la tasa de desempleo. Es importante aclarar que aunque el
porcentaje de ocupados en el país ha venido aumentando no es claro que la situación laboral esté
mejorando, básicamente porque la mitad del empleo que genera Colombia es empleo informal, el
problema con los trabajadores informales es que de cierta forma están desvinculados del Estado y
son propensos a permanecer en la pobreza
ya que no tienen seguridad social, es decir no acceden a pensiones, cesantías, vacaciones, salud y
educación. Además, no todos los empleos informales son mal pagos, incluso hay unos que generan
mayor salario que su homólogo en el trabajo formal. Es destacable el esfuerzo que ha realizado el
gobierno Santos para disminuir la informalidad y por lo menos aumentar la cobertura de salud y
educación; sin embargo, pese a los esfuerzos todavía falta mucho y se considera que se pudo
haber hecho más. EL SUBEMPLEO Por último, se examinarán los datos acerca del subempleo,
tomando para este la tasa nacional objetiva. Hay que tener en cuenta que existen dos tipos de
subempleo, el subjetivo y el objetivo; el subjetivo se refiere al simple deseo manifestado por el
trabajador de mejorar sus ingresos, el número de horas trabajadas o tener una labor más propia
de sus personales competencias, esto hace que el cálculo de la tasa de subempleo pueda estar
sesgada por el pensamiento del subempleado. Para corregir este problema y poder tener un valor
estimado más acertado se tiene el subempleo objetivo, el cual comprende a quienes tienen el
deseo, pero además han hecho una gestión para materializar su aspiración y están en disposición
de efectuar el cambio. Se observa que hasta el año 2007 los datos se comportan de forma
estacional, alcanzando mínimos en los meses de diciembre y enero, mientras que los máximos son
alcanzados con frecuencia en la mitad del año, entre los meses de junio y septiembre. De ahí en
adelante, no se observa el mismo comportamiento, en realidad, es difícil encontrar algún patrón.
Entre el periodo analizado, diciembre de 2006 fue el mes en el que hubo menor subempleo,
mientras que la mayor tasa se registró en julio de 2005 (Gráfico 3). Desde el año 2007, se observa
que las variables tienen una relación inversa periodo a periodo pero ambas con una tendencia
bajista, mientras que antes de ese dato, no se ve un comportamiento evidente en conjunto
(Gráfico 4). Se puede ver que la relación positiva entre las dos tasas que se observa en la gráfica
desde el año 2010, momento en el que se posesionó Juan Manuel Santos es debido a que si
aumenta la tasa de desempleo, más personas estarán dispuestas, por necesidad, a aceptar
trabajos que están por debajo de sus expectativas en diferentes criterios, lo cual hace aumentar la
tasa de subempleo de la economía. Por otro lado, si disminuye la tasa de desempleo, indica que
hubo una oferta mayor de empleo, la cual fue aprovechada por personas que estaban clasificadas
como subempleadas, lo cual hace que también disminuya la tasa de subempleo. Esta relación de
causalidad puede darse con un retraso, que podría entenderse como el tiempo en el que una
persona demora en pasar de ser desempleada a conseguir un empleo, el cual lo califica como
inadecuado, o en el caso en que disminuyan las tasas, se considerará como el tiempo que demora
una persona subempleada en obtener un trabajo decente. CONCLUSIONES En términos generales,
en los últimos 15 años se ha venido mejorando el mercado laboral progresivamente en Colombia,
con una tasa de desempleo (medida en términos anuales) cada vez menor y una tasa de ocupación
cada vez mayor. Ahora bien, esto no quiere decir que las condiciones de los trabajadores hayan
sido mejores, (comportamiento de la tasa de subempleo), la cual aunque ha variado en el periodo
estudiado, lo hace en torno a un valor que ronda el 11%. Se pudo observar una relación de la tasa
de desempleo respecto a las otras dos variables, una relación inversa

3. PANORAMA DEL MERCADO LABORAL EN COLOMBIA Para comenzar a describir la situación del
empleo local es preciso revisar el comportamiento de los tres principales indicadores del mercado
laboral; tasa de desempleo11, tasa global de participación12 y tasa de ocupación13 (Gráfico 5). La
tasa de desempleo (TD), desde el año 2009 ha disminuido de forma sostenida, a finales de 2013
ésta tocó cifras de un digitó lo que significó un gran avance en términos de empleabilidad. Para el
trimestre móvil febrero-abril del 2016 la tasa de desempleo ascendió a 9,7%, es decir 3 p.p. por
encima de lo registrado en el mismo periodo del año anterior. En lo que respecta a la tasa global
de participación (TGP), es importante anotar que a finales del año 2015 y durante los primeros
meses del 2016, aumentos en la fuerza laboral generaron presiones sobre el mercado de trabajo,
que finalmente desencadenaron en incrementos en la tasa de desempleo nacional, situación que
parece haberse moderado en abril con una cifra del 64,1% Por último, la tasa de ocupación (TO)
que ha sido concebida como una medida relativa de la demanda por trabajo se ha incrementado,
siguiendo de manera cercana los movimientos de la tasa global de participación, este
comportamiento es deseable ya que muestra que la creación de empleo logra atender los cambios
de la población económicamente activa. Continuando con el análisis, para el mes de abril el 47,3%
del nivel de ocupación nacional se concentró en los sectores de comercio, hoteles y restaurantes
(27,6%) y en servicios comunales, sociales y personales (19,6%). Por su parte el sector de la
construcción participó con 6,1% del total de la ocupación del país, lo cual representa cerca de 1,3
millones de trabajadores. Si se agrega el empleo producido por el sector de actividades
inmobiliarias, empresariales y administrativas, el nivel de ocupación ascendería al 14% Para
contrastar de una manera más robusta la generación de empleo de los sectores en los años
recientes, se construye un índice que acumula el crecimiento desde abril de 2006 hasta abril del
presente año (gráfico 7). Los resultados reflejan que las ramas de actividades inmobiliarias y
construcción lideran la creación de empleos a nivel nacional Por el contrario, en el acumulado del
periodo actividades como la agricultura y la industria han tenido una modesta dinámica en la
generación de empleo (Panel a y b). En lo que respecta al sector minero energético (Panel c), se
observa una mayor amplitud en la volatilidad frente a otros sectores, además de una pronunciada
disminución en los últimos meses. Más allá de la situación actual, el mercado de trabajo
colombiano enfrenta una serie de rigideces y distorsiones estructurales que deben ser tratadas
para garantizar su buen funcionamiento. Siguiendo a López (2010), es necesario establecer una
serie de estrategias gubernamentales que aborden tres flancos:  La demanda: es necesario
revaluar políticas referidas al salario mínimo, así como determinar el tratamiento de los
parafiscales y establecer los estímulos tributarios a la inversión.  La oferta: en este punto resulta
fundamental desarrollar planes que permitan el acceso a educación básica y superior en todos los
niveles, es importante que esta última se encuentre alineada a las necesidades del sector
productivo.  Reforma a la seguridad social: esta reforma debe tener en cuenta las realidades del
mercado, es por ello que debe abordar temas como; acceso a salud y pensiones para la población
informal, así como seguros al desempleo. 4. ¿CÓMO HA REACCIONADO EL MERCADO DE TRABAJO
CON LA ACTUAL COYUNTURA ECONÓMICA? Luego de que la economía nacional empezara a
mostrar señales de menor crecimiento económico producto de la menor cotización en los precios
del petróleo, la salida de capitales, el encarecimiento del crédito mundial, la escalada de los
precios al consumidor -como consecuencia del fenómeno del niño y el incremento en la tasa de
cambio- y el menor crecimiento de China, las variables macroeconómicas locales empezaron a
reaccionar en línea con la nueva coyuntura, sin embargo la fortaleza macro del país continuó
reflejándose en las reducciones sostenidas que experimentó la tasa de desempleo hasta diciembre
de 2015. Desde entonces, la moderación del crecimiento se hizo evidente pues la tasa de
desempleo comenzó a aumentar en el primer trimestre de 2016 Los avances en materia de
ocupación durante los últimos años se materializaron en parte, debido al uso de las herramientas
contracíclicas que desplegó el país para hacer frente a los efectos de la crisis financiera de 2008.
Con esto, el número de personas ejerciendo alguna actividad económica pasó de 17,4 millones en
el primer trimestre de 2008, a 21,6 en el mismo periodo de 2016, lo que significó un incremento
promedio del 3,1% anual. Lo anterior, sucedía bajo un escenario donde el tamaño de la población
que perdía su puesto de trabajo (cesantes) se reducía a un ritmo promedio del 2,8% anual entre
2011- 2015, después de haber mostrado incrementos del 14,5% y 9,4% anual durante los primeros
trimestres del año en 2008 y 2009 respectivamente No obstante, los efectos de la coyuntura
actual se han reproducido en el desempeño del mercado laboral, pues en el primer trimestre de
2016, la población cesante alcanzó los 2.3 millones de personas al expandirse a una tasa 10.7%
anual, al tiempo que los ocupados mostraron un tímido crecimiento del 0,9% durante el mismo
periodo. Una mirada más detallada, revela que el crecimiento de la población ocupada en el país
se ha movido al compás del incremento en el trabajo asalariado14, aunque si bien, en volumen los
trabajadores por cuenta propia superan a los empleados (10 millones versus 9.3 millones al corte
de abril de 201615), la expansión de este último grupo ha sido sin duda más dinámica 5.
CARACTERIZACIÓN DE LA POBLACIÓN DESOCUPADA (Cesantes) De acuerdo con el DANE, la
población desocupada está conformada por las personas que en la semana de referencia se
encontraban: i. Sin empleo ii. En busca de empleo iii. Con disponibilidad para empezar a trabajar Al
clasificarlos en razón a su experiencia en el mercado laboral, los desocupados se dividen en
cesantes y aspirantes. Los cesantes corresponden a las personas que han trabajado como mínimo
dos semanas consecutivas, pero que actualmente se encuentran sin empleo, mientras que los
aspirantes, son el grupo de personas que buscan trabajo por primera vez. En 2015, de los 2,2
millones de desempleados en el país, 1,7 se encontraban cesantes en las áreas urbanas. De
acuerdo con la Gran Encuesta Integrada de HogaresGEIH-, de ese total el 53,6% pertenecía a
hogares cuyos ingresos estaban por debajo de los 2 smmlv, los recursos del hogar del 28,4%
estaban entre los 2 y 4 smmlv, mientras que el porcentaje de cesantes con ingresos por encima de
los 6 smmlv fue únicamente del 8% Por ramas de actividad económica, el 76% de los cesantes se
concentraba en 12 subsectores, liderados por el comercio al por menor (16%), la construcción
(11%) y los hoteles y restaurantes (10%), actividades que se destacan por tener una alta rotación
de personal, en contraste con la agricultura, la elaboración de productos alimenticios y la
fabricación de prendas de vestir que agruparon poco menos de 150 mil cesantes (9% del total) en
el año completo 2015. Tabla 1. Distribución de cesantes por actividad económica, según
clasificación CIIU Revisión III. 2015 División CIIU Rev. 3 AC (Cesantes) % part. Comercio al por
menor 264,049 16% Construcción 179,077 11% Hoteles, restaurantes 167,027 10% Hogares
privados con servicio doméstico 114,148 7% Otras actividades empresariales 113,551 7% Servicios
sociales y de salud 86,415 5% Educación 75,104 5% Administración pública y defensa 64,091 4%
Transporte por vía terrestre 60,345 4% Agricultura y ganadería 50,966 3% Elaboración de
productos alimenticios 50,966 3% Fabricación de prendas de vestir 42,253 3% Total cesantes
1,267,992 76% Fuente: DANE- GEIH. Al hacer esta caracterización según el tipo de tenencia de
vivienda y el sector en el que se emplearon por última vez, se encuentra que más de 711 mil
personas que habían perdido su trabajo en 2015 se encontraban en condición de arriendo o
subarriendo, cifra que equivale al 42,9% del total de cesantes en las áreas urbanas y que se
profundiza en los sectores del comercio al por menor, la hotelería, restaurantes y la construcción
que concentran el 37% de este grupo. Por su parte, la vulnerabilidad de los cesantes en lo relativo
a la vivienda propia es baja, pues tan solo el 4,3% de ellos se encontraba pagando o había pagado
completamente su unidad habitacional en 2015 (Panel A, Gráfico 13). Aunque si bien, este no es
propiamente un ejercicio de causalidad, resulta evidente que la probabilidad de encontrar a una
persona cesante sin vivienda propia es mayor. Así mismo, al evaluar la población cesante por tipo
de tenencia de vivienda y rama de actividad (Panel B y Panel C-Gráfico 13) se encuentra que los
sectores con mayor número de cesantes son el comercio, los hoteles lo que es coherente con la
naturaleza friccional16 del sector. 6. ¿CÓMO SE DESCRIBE LA DINÁMICA DE LA POBLACIÓN
CESANTE POR SECTOR ECONÓMICO? El análisis hecho hasta ahora, se complementa con el
diagnóstico de la evolución de la población cesante por rama de actividad, pues en una coyuntura
enmarcada por un menor crecimiento económico, resulta de gran importancia determinar los
riesgos y oportunidades sectoriales del mercado de trabajo. A nivel sectorial, el comercio, y la
industria son las ramas que más contribuyen a la cifra de población cesante, consecuencia entre
otras cosas, de la alta rotación de personal que se da en estos rubros de la economía. Con lo
anterior, no es de sorprender que al corte abril de 2016, de las 1.1 millones de personas cesantes
en las 13 áreas, 564 mil estuvieran por cuenta de las actividades comerciales e industriales ¿cuáles
sectores de la economía absorben con más rapidez los cesantes que generan?. Para responder a
esta importante inquietud, se diseñó el índice de absorción de cesantes, el cual se define de la
siguiente manera: Donde el numerador corresponde a la generación de cesantes (C) de un sector
entre un periodo t y el periodo anterior, y O se refiere al número de ocupados de ese sector en el
momento t. Con esto, si el IA es negativo indica que la rama en particular genera más empleos que
los que destruye entre un periodo y otro, mientras que si el IA es mayor a cero, el análisis sugiere
una mayor generación de población cesante en relación con la ocupada. Así entonces, para el año
completo 2015, se encuentra que, la fabricación de productos de tabaco, la extracción de
minerales metalíferos, de productos de refinación de petróleo, el curtido y el preparado de cueros,
y la construcción fueron los sectores que absorbieron una cantidad relativa mayor de cesantes en
el mercado de trabajo versus el número de personal que ocuparon. La otra cara de la moneda,
muestra que las actividades de intermediación financiera, la fabricación de equipo de transporte y
las relacionadas con la investigación y desarrollo generaron más cesantes que las plazas de trabajo
creadas en ellas. 18% 16% 15% 8% 3% -2% -3% -11% -16%-17% -50% -45% -40% -30% -20% -10%
0% 10% 20% 30% Interm. financiera Agricultura Act. inmobiliarias Serv. comunales Construcción
Transporte Total nacional Comercio Minería Industria Serv. Públicos t t t O C C I

de experiencia que permite que su vinculación al mercado laboral pueda realizarse de forma más
ágil, si los sectores de mayor creación de empleo se encuentran dinamizados. El ejercicio de tipo
de tenencia de vivienda de los cesantes muestra que existe una tendencia al arriendo o
subarriendo (43%) y a otras modalidades de no propietarios (17%), si estos individuos logran
vincularse a un empleo formal de calidad, pueden ser potenciales demandantes de vivienda
nueva, impulsados por los mecanismos de política pública existentes. 7. REFLEXIONES Las
estadísticas recientes de empleo sugieren ajustes en la tendencia de ocupación en el país para
algunos sectores, sin embargo, los datos a mayo señalan un nivel de desempleo menor al previsto
para la actual coyuntura. Además, en términos de oferta (TGP) y demanda (TO), no se observan
cambios estructurales en la composición de la fuerza laboral. Adicionalmente, teniendo en cuenta
el aumento en el número de cesantes, es posible prever un deterioro en la calidad del empleo
generado en términos de actividades asalariadas o por cuenta propia, que puede profundizar el
problema de vulnerabilidad del empleo en el país. Al analizar las encuestas de hogares se
encuentra que 12 actividades productivas concentran el 76% de la población cesante del país. En
esa lógica, el sector de la construcción se ha comportado bien en términos de reducción de la
desocupación y se destaca junto a actividades inmobiliarias, en la creación de empleo en los
últimos años. Dados estos elementos es necesario seguir monitoreando las tendencias del
mercado laboral de forma regular, para prever posibles alteraciones que puedan influenciar la
demanda de vivienda por parte de los hogares. De igual manera, el análisis del mercado laboral es
de vital interés para el gremio, en la medida en que permite estimar los impactos sobre la
generación de empleo que vienen dados por el desarrollo de la actividad edificadora, así como
para estimar tendencias de la demanda potencial por vivienda.

esde inicios del 2008, la actividad económica colombiana ha experimentado un proceso de


desaceleración, superior al estimado en el 2007 cuando inició la crisis financiera en Estados
Unidos.

Este comportamiento ha estado asociado fundamentalmente al incremento en las tasas de


interés evidenciado hasta el tercer trimestre del año pasado, las presiones inflacionarias, la
desaceleración de la economía global y los problemas políticos con nuestros países vecinos
(los cuales se evidenciaron durante el primer semestre del 2008).

De acuerdo con cifras del Dane, en diciembre del 2008 la producción industrial presentó una
caída anual de 9,2 por ciento, frente a un crecimiento de 8,7 por ciento en el mismo periodo
del 2007.

Desde mediados de ese año, la actividad de la industria manufacturera comenzó a


desacelerarse: el empleo pasó de crecer de un promedio anual de 3,2 por ciento en el 2007 a
caer a niveles promedio de 1,2 por ciento en el 2008. Por su parte, las ventas reales cayeron
en diciembre 9,7 por ciento anual, después de haber crecido en el 2007 a niveles promedio de
10,3 por ciento.

Según la Encuesta Continua de Hogares del Dane, a enero existían 17 millones de personas
ocupadas a nivel nacional, 2,8 millones desocupadas, 14 millones inactivas y 7,5 millones en
calidad de subempleadas.

Durante este periodo, la Tasa Global de Participación (TGP) del país se ubicó 0,98 puntos
porcentuales por encima de la TGP del mismo periodo un año atrás, en 58,7 por ciento, lo que
significa que hubo un incremento de las presiones de la población en edad de trabajar sobre el
mercado laboral.

Bajo este escenario, en enero la tasa de desempleo en Colombia fue de 14,2 por ciento, frente a
un nivel de 13,1 por ciento en el mismo periodo del 2008.

Aunque al analizar la tasa de desempleo en términos promedio anuales no se observa una


variación significativa con respecto al mismo periodo del 2008 (11,5 por ciento en enero del
2009, frente a 11,3 por ciento en el 2008), es importante resaltar que en el último año el
número de desocupados creció por encima del promedio de los últimos cinco años: una tasa
promedio anual de 4 por ciento, mientras en enero del 2008 cayó a una tasa promedio anual
de 6,5 por ciento y durante los últimos cinco años cayó a una tasa promedio anual de 3,4 por
ciento.

Si se tiene en cuenta que se ha incrementado el ritmo de crecimiento de la población


económicamente activa (PEA) y que los indicadores económicos adelantados muestran que el
proceso de desaceleración continuará en lo que resta del 2009, este comportamiento genera
preocupaciones en torno a la evolución de la actividad comercial.

En términos generales, lo anterior significa que las mayores presiones sobre la tasa de
desempleo (ante un proceso de desaceleración económica y un crecimiento de la PEA por
encima de su promedio histórico -uno anual de 2,2 por ciento en enero, frente a 0,6 por ciento
en los últimos cinco años-) se verán reflejadas en una reducción del ingreso disponible, lo que
a su vez representa mayores presiones a la baja sobre la demanda interna.

Ahora bien, pese a que durante el 2005 y el 2007 la tasa de desempleo había presentado una
tendencia a la baja, ésta no parece haber respondido en gran medida al mayor ritmo de
crecimiento económico experimentado durante este periodo: un incremento de 6,15 puntos
porcentuales en el crecimiento anual del PIB entre esos años se tradujo en una caída de 0,60
puntos porcentuales en la tasa de desempleo (promedio móvil 12 meses).
Sin embargo, ante un proceso de desaceleración económica, el empleo muestra una reacción
importante a la baja: entre septiembre del 2007 y septiembre del 2008, el ritmo de
crecimiento del PIB presentó una caída de 3,8 puntos porcentuales, que se tradujo en un
incremento de 0,85 puntos porcentuales en la tasa de desempleo. De esta manera, entre los
países de la región que experimentaron reducciones en su ritmo de crecimiento económico
durante el último año, Colombia presentó el mayor deterioro en términos de ocupación
laboral.

Si bien es importante resaltar que Colombia es el segundo país de la región que en el 2008
presentó una mayor desaceleración del PIB, debe tenerse en cuenta que la tasa de desempleo
del país se encuentra 5,24 puntos porcentuales por encima de la tasa promedio de desempleo
de los países de la región (8,99 por ciento).

En lo que a la evolución del empleo se refiere, Corficolombiana no cree que pueda haber un
avance significativo, ya que las estimaciones en torno al comportamiento de la actividad
económica no son tan positivas como en los últimos años (las estimaciones de los analistas del
mercado, de acuerdo con la encuesta de Latinfocus, indican que en el 2009 el PIB crecerá a
una tasa anual de 2,1 por ciento).

Además, debe tenerse en cuenta, que las rigideces laborales en el mercado colombiano son
'más pesadas' en los ciclos recesivos, lo cual será un limitante más para la evolución del
empleo durante el 2009.
Tasas de desmpleo últimos 5 años
2017 9.38
con la tasa de ocupación y una directa con la de subempleo, como se podría haber esperado,
aunque no se da para todo el periodo analizado, generalmente se observa desde el 2010, año en
el que hay un cambio de gobierno, el cual tiene por objetivo tratar el tema del desempleo con
prioridad. En un momento en el que Estados Unidos se ha recuperado de la última crisis
internacional y que, por ende, se hace más atractivo para los inversionistas que estaban refugiados
en países emergentes como Colombia, son cruciales las acciones que tome el gobierno para que la
salida de capitales no se traduzca en mayor desempleo, esto sujeto a una etapa de desaceleración
que está viviendo la economía y a un contexto político-social, en relación al proceso de paz.

Tasas de desmpleo últimos 5 años


2017 9.38
2016 9.22

2015 8.93

2014 9.11

2013 9.65

2012 10.38

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