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Cómo funciona
la economía
capitalista
Una introducción a la teoría
del valor-trabajo de Marx
escolar
y mayo
Maxi Nieto Ferrández
escolar
y mayo
%j aasEosi*/
I a edición; 2015
ISBN: 978-84-16020-21-8
Depósito legal: M-13894-2015
Prefacio..................................................................................................... 7
Prólogo por Diego Guerrero................................................................. 9
Introducción. La teoría del valor-trabajo de Marx como teoría ge
neral de la dinámica capitalista.............................................................. 13
1. Marx y la «crítica de la economía política»............................ 13
2. Una contabilidad laboral de la reproducción económica de
la sociedad....................................................................................... 21
3. La obra de referencia..................................................................... 26
4. Planteamiento y estructura del trabajo....................................... 29
Primera Parte.
La estructura social capitalista: la contabilidad dineraria del tra
bajo y el proceso de reproducción social............................................ 33
Capítulo 1. El valor como relación social de equivalencia entre los
trabajos............................................................................................... 35
1. El ámbito de la objetividad abstracta......................................... 36
1.1. El intercambio universal: el sistema de las cosas como
mercancías............................................................................... 36
1.2. La cuestión del valor............................................................. 39
1.2.1. El valor de cambio (o forma de valor)........................ 39
1.2.2. La noción de valor........................................................ 43
2. El trabajo abstracto......................................................................... 44
2.1. El contenido (o «su stan cia») de valor................................ 44
2.2. La magnitud de valor............................................................. 47
2.3. El valor como relación social de validez............................ 51
3. La contabilidad dineraria del valor.............................................. 56
433
C ómo funciona la economía capitalista
434
Índice
435
C ómo funciona la economía capitalista
436
Indice
437
C ómo funciona la economía capitalista
438
P r e f a c io
9
C ómo funciona la economía capitalista
10
Prólogo
11
C ómo funciona la economía capitalista
Diego Guerrero
Madrid, 5 de noviembre de 2014.
12
I n t r o d u c c ió n
La t e o r í a d e l v a l o r -t r a b a jo d e Marx
COMO TEORÍA GENERAL DE LA DINÁMICA CAPITALISTA
13
C ómo funciona la economía capitalista
14
Introducción
15
C ómo funciona la economía capitalista
ñera pedante las ideas más triviales y fatuas que se forman los miembros
de la burguesía acerca de su propio m u n do »4. Unicamente si partimos
del trabajo como actividad específicamente humana, distinguiéndolo
radicalmente del funcionamiento de las máquinas o del uso de los ani
males en el proceso productivo, resulta posible explorar y desvelar pro
piedades y relaciones sociales fundamentales de la sociedad que se
analiza: de entrada, determinar lo que les cuesta a las personas (y no a las
máquinas, a la naturaleza o a los animales de los que se hace uso) repro
ducir periódicamente sus condiciones materiales de existencia; y por
otro lado, al considerar la relación que se establece entre el trabajo y la
propiedad (sobre los productos de ese trabajo), se podrá descubrir tam
bién la existencia de una relación de explotación como base de la socie
dad capitalista, con la apropiación por parte de los propietarios de las
condiciones materiales de producción del producto social excedente
que crean colectivamente los trabajadores.
Todas estas consideraciones resultan esenciales de cara a establecer
el significado preciso de la teoría del valor-trabajo de Marx. Y es que en
El Capital la cuestión del valor no se reduce en modo alguno a la pro
blemática tradicional de los precios, a la necesidad de encontrar una
magnitud homogénea que nos permita comparar entre sí cosas hetero
géneas y poder explicar de este modo las proporciones regulares de cam
bio que se establecen en el mercado. En la obra de Marx la cuestión del
valor hace referencia a algo mucho más esencial como es el análisis de
la forma de organización capitalista de la producción, un sistema en el que
los diferentes trabajos se ejercen de manera independiente los unos de
los otros y donde, como consecuencia de ello, tanto la articulación de
la división social del trabajo como el mecanismo de extracción y apro
piación del excedente por parte de la clase dominante tienen lugar a tra
vés de relaciones mercantiles, que son relaciones de valor expresadas
en dinero5. Una lectura atenta de los tres capítulos que conforman la
Sección Primera del Libro I -y muy particularmente del apartado «E l
carácter fetichista de la mercancía y su secreto »- deja claro que en el
análisis de Marx la categoría de valor alude a la forma que adoptan las
relaciones sociales entre los productores en un marco mercantil, cuando la
16
Introducción
17
C ómo funciona la economía capitalista
7 De ahí que, como veremos en su momento, la teoría del valor solo se aplique a los
bienes reproducibles mediante trabajo.
8 Guerrero, 1997.
18
Introducción
19
C ómo funciona la economía capitalista
***
20
Introducción
21
C ómo funciona la economía capitalista
22
Introducción
y por eso mismo transparente, inmediatamente visible a los ojos del ex
plotado, de ahí el protagonismo de los dispositivos político-militares
(además de otros de carácter religioso) de dominación social. A si
mismo, la articulación social por medio de lazos personales determina
que la finalidad de la explotación en estas sociedades sea el consumo
(generalmente suntuario) de la clase dominante, y solo esporádica
mente la ampliación de la propia capacidad productiva de la sociedad
(la inversión).
2) La sociedad capitalista, por el contrario, se basa en la autonomía
individual -en la no existencia de lazos de dependencia personal- para
procurarse el sustento material, lo cual significa que la producción global
se halla fragmentada en unidades productivas privadas, de forma que
tanto la asignación del trabajo a las diferentes tareas como la extracción
del excedente de los trabajadores tienen lugar de manera indirecta, por
medio del intercambio de mercancías y en la forma de relaciones de valor
expresadas en dinero. Bajo el capitalismo los productores no entregan
directamente al capitalista el producto excedente, lo que sucede es que
el valor de lo que producen es, como norma, superior al valor de lo que
reciben por producirlo (los medios de consumo que permite adquirir
el salario). Los trabajadores asalariados son formalmente (esto es, jurí
dicamente) «lib re s» para vender o no su fuerza de trabajo e «ig u ale s»
con respecto a los capitalistas, pues los privilegios de sangre no son ya
ningún principio de articulación social. Es la no posesión de los medios
de producción la que obliga a la mayoría de la población a vender su
fuerza de trabajo para obtener ingresos, renunciando con ello a la pro
piedad sobre los productos del trabajo propio. A diferencia de lo que
sucedía en las sociedades precapitalistas, y como consecuencia de la pre
sión competitiva a la que están sujetas las empresas, ahora la explotación
y el excedente tienen como finalidad principal no el consumo de la bur
guesía sino la inversión, lo que genera el característico dinamismo de
las economías capitalistas.
En consecuencia, tanto en las sociedades precapitalistas como en la
capitalista existe algún tipo de contabilidad que permite medir el coste
de su reproducción periódica -incluido el sustento de la clase domi
nante- en términos de gasto de trabajo, que es el recurso primario con
el que cuentan. La diferencia está en que en la sociedad capitalista esa
23
C ómo funciona la economía capitalista
11 Ramos, 2009.
24
Introducción
ría, pero no, desde luego, a la ciencia social. Para esta distinguir la acti
vidad laboral humana de la operación de las máquinas y los animales en
el proceso de producción no es una «o p c ió n » analítica entre otras po
sibles, sino uno de sus elementos constitutivos como ciencia que se
ocupa de asuntos específicamente humanos. En realidad, el propósito
no confesado de esas otras posibles contabilidades no laborales de la
reproducción económica -que se concretarían en otras tantas teorías
del valor- no es otro que el de ocultar el hecho de que la sociedad capi
talista descansa sobre la explotación del trabajo -qu e el sustento de la
clase propietaria de los recursos productivos se logra a costa del trabajo
de la clase no propietaria-; y también el hecho de que la finalidad de
una economía basada en la competencia no es satisfacer las necesidades
sociales sino el lucro: rentabilizar una inversión aumentando el exce
dente en manos de la minoría propietaria, lo cual determina un funcio
namiento ciego y anárquico de la producción global, al que se subordinan
las necesidades de la población, un funcionamiento que no permite su
control social para orientar el desarrollo económico hacia metas demo
cráticamente establecidas.
Con la teoría del valor-trabajo Marx se propone llevar a cabo una
contabilidad laboral de la reproducción económica, explicando cómo
funciona y cómo logra reproducirse una sociedad basada en la produc
ción generalizada de mercancías. En la medida en que muestra que el
valor actúa como principio regulador de la economía capitalista, la teo
ría del valor-trabajo es una teoría general delfuncionamiento y la dinámica
capitalista con dos dimensiones fundamentales:
25
C ómo funciona la economía capitalista
3. L a obra de referencia
26
Introducción
27
C ómo funciona la economía capitalista
28
Introducción
29
C ómo funciona la economía capitalista
30
Introducción
31
P r im e r a parte
La e s t r u c t u r a s o c ia l c a p it a l ist a :
El v a l o r c o m o r e l a c ió n so c ia l
35
C ómo funciona la economía capitalista
respecto al cual las distintas mercancías contarán solo como una deter
minada cantidad. El análisis de la mercancía se completa (apartado 3)
con la presentación de la génesis lógica del dinero, donde se muestra la
necesidad de que el valor se exprese en un equivalente general, encarna
ción universal del trabajo abstracto, del que se señalan también sus di
ferentes funciones técnicas para el intercambio mercantil.
Para finalizar (apartado 4) se verá cómo la distinción entre un con
tenido de valor que no comparece como tal (el trabajo abstracto) y su
forma de manifestación necesaria (el valor de cambio) constituye la
base para exponer una característica esencial del tipo de sociedad que
se está analizando, pues una cosa es que el sistema mercantil funcione
efectivamente con arreglo a la noción de valor -lo cual ocurre de forma
espontánea, sin que quienes participan en las relaciones de cambio
deban ser conscientes de este hecho en ningún m om ento- y otra cosa
muy distinta la interpretación que de sí mismo genera el sistema en su
propio funcionamiento, que solo reconoce las relaciones cuantitativas
de cambio, sin alusión positiva a ninguna «su stan cia» de valor o tra
bajo abstracto, todo lo cual servirá para mostrar, en definitiva, que una
cosa es la estructura económica o ley del valor y otra distinta su proyec
ción ideológica.
1. El á m b it o d e l a o b je t iv id a d a b s t r a c t a
c a n c ía s
1 Se trata de una caracterización provisional, pues está por demostrar -lo que se hará
en el próximo capítulo- de qué forma el fenómeno mercantil exige adicionalmente
para su coherencia interna como sistema las nociones de plusvalor y de capital, y ello
no en el sentido de que unos conceptos -los de plusvalor y capital- se « deriven» ge
néticamente de otros -los de mercancía y valor-, sino en el de establecer las depen
dencias necesarias de unos elementos con respecto a otros en un mismo plano
36
E l valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
sincrónico, como partes de un mismo modelo o estructura, mostrando que para que
exista propiamente mercancía, debe haber necesariamente también dinero, plusvalor
y capital.
2 Obviamos de momento, porque no afecta aquí al problema de fondo, el hecho de
que el intercambio no sea directo sino mediado por dinero.
3 Martínez Marzoa, «Estado y legitimidad», 1999.
37
C ómo funciona la economía capitalista
38
E l valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
1.2. La c u e s t ió n d e l v a lo r
1.2.1. E l v a l o r d e c a m b io (o fo rm a d e v alo r)
39
C ómo funciona la economía capitalista
40
E l valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
8K í, P- 45.
9 Heinrich, 2008, pp. 58-59.
41
C ómo funciona la economía capitalista
10 Tampoco la escasez explica esas diferencias cuantitativas, pues las motos, siguiendo
con el mismo ejemplo, son habitualmente menos abundantes que los coches y sin em
bargo valen menos.
42
El valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
43
C ómo funciona la economía capitalista
2. El t r a b a jo a b s t r a c t o
11 Guerrero, 2004.
12El valor solo será computable en términos de la mercancía que actúa como equiva
lente general de valor, en dinero, como se verá en el apartado 3.
44
El valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
cías puede constituir el contenido o «su stan cia» común que permite
equiparar (en alguna determinada proporción) a unas con otras en el
cambio.
Pues bien, como al igualar mercancías cualitativamente distintas el
intercambio no hace otra cosa que abstraer sus respectivas propiedades
naturales, lo único que queda en ellas más allá de su dimensión física
como valores de uso es una particular característica social: la de ser pro
ductos del trabajo humano. En efecto, algo llega a constituir un valor de
uso (listo para ser consumido y satisfacer alguna necesidad humana)
solo en la medida en que medie algún tipo de actividad transformadora
por parte del hombre, de modo que, por elemental que sea la operación
necesaria para obtenerlo, todo valor de uso es un producto del trabajo
humano, y en consecuencia debemos entender por trabajo toda opera
ción humana técnicamente necesaria para disponer de un valor de uso,
con independencia de si esa operación tiene carácter « físic o » o «in te
lectual». En principio esto es así incluso en el caso de los recursos na
turales, que solo pueden ser utilizados para satisfacer necesidades del
hombre si media algún tipo de actividad laboral (como ocurre con la
recolección de frutos en un bosque o con el almacenamiento del agua
de lluvia, por ejemplo). Si pese a todo encontramos ciertos valores de
uso necesarios para la vida del hombre no derivados del trabajo (tales
como el aire, la luz del sol, la tierra o los bosques), carentes por tanto
de valor (aunque puedan llegar a tener valor de cambio si son objeto de
transacción, como sucede con la tierra13), lo importante es entender que
se trata de una circunstancia excepcional que no altera en modo alguno
el principio básico según el cual la posibilidad general de disponer de
cosas para la satisfacción de las necesidades humanas depende de la ac
tividad laboral.
Con esto, la esfera mercantil, cuyas propiedades estructurales veni
mos explorando, queda definida ahora de un modo más completo como
el ámbito de lo mediado por el trabajo humano. Esto significa que estamos
ante un marco de carácter estrictamente social (y no físico, psicológico
o de cualquier otro tipo), por cuanto se constituye como tal solo en vir
tud de la intervención laboral del hombre orientada a la satisfacción de
sus propias necesidades. Y si bien los determinantes de las mercancías
45
C ómo funciona la economía capitalista
en cuanto valores de uso (es decir, como «riq u e za») son siempre la na
turaleza y el trabajo -pues los medios de producción (máquinas, herra
m ientas... ) serían reducibles en último término a alguna combinación
de estos dos factores-, desde el punto de vista de su valor, cuando abs
traemos las propiedades materiales de las mercancías para quedarnos
con un contenido común a todas ellas, solo nos queda su característica
de ser productos del trabajo humano, una propiedad objetiva pero de
carácter estrictamente social (y a cuya determinación, por definición,
no puede contribuir la naturaleza).
Ahora bien, la mera referencia al trabajo, sin otras especificaciones,
no puede resultar suficiente para caracterizar de manera coherente el
contenido del valor, la propiedad común que buscamos en las mercan
cías. Esto es así, en primera instancia, porque el trabajo siempre existe
en la forma de una actividad concreta orientada a la elaboración de va
lores de uso de un tipo u otro -com o trabajo del carpintero, del médico
o del informático-, y es evidente que desde este punto de vista particu
lar cada uno de esos trabajos será siempre materialmente diferente de
cualquier otro, no pudiendo desempeñar ninguno de ellos el papel de
contenido común de todas las mercancías (a lo sumo el de un contenido
meramente sectorial, relativo a la producción de cada tipo de valor de
uso, y por tanto, de carácter físico, lo cual excluye de raíz el tipo de ob
jetividad descubierta, que es de naturaleza abstracta).
Por eso, la única posibilidad de entender la referencia al trabajo hu
mano como una caracterización vábda del contenido del valor -un con
tenido cuya clave es, insisto, su carácter no físico- pasará por considerar
la actividad laboral no ya desde un punto de vista particular, como tra
bajo concreto -del carpintero, del médico o del informático- que pro
duce valores de uso de un tipo u otro, sino desde una perspectiva
general, abstracta, como simple gasto de esfuerzo laboral en general, en re
ferencia a un trabajo de naturaleza auténticamente social, desprovisto
ya de todo carácter concreto. Lo que se intercambia en el mercado son
cantidades de trabajo, y el valor es trabajo, no cabe duda, pero solo en
la medida en que no lo sea de un productor particular u otro, sino como
trabajo de un productor cualquiera representativo del conjunto de la
sociedad (como horas-hombre de carácter promedio). Este trabajo en
general, tomado como un todo indiferenciado y descualificado, es de
nominado por Marx trabajo abstracto, y en cuanto objetivación de al
46
E l valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
guna cantidad suya las mercancías son valores. Vemos con esto que al
carácter dual de la mercancía, unidad de valor de uso y de valor, le co
rresponde como determinante suyo la dualidad del trabajo: unidad de
trabajo concreto y de trabajo abstracto. Por el momento, antes de pro
seguir, debe quedar claro que la noción de trabajo abstracto solo es una
caracterización del contenido común de las mercancías, y no algo con
lo que se pudiese «calcular» su valor, ya que el valor, según hemos visto,
no tiene presencia propia y únicamente comparece en las relaciones de
cambio de unas cosas con otras. Las implicaciones de esta caracteriza
ción se verán en los próximos apartados.
2.2. L a m a g n it u d d e v alo r
47
C ómo funciona la economía capitalista
Trabajo total = T D + TI =
= T D + (T D 1 + T I1) = T D + T D 1 + (T D 2 + T I2) ... =
= TD + T D 1+ T D 2+ ... TD"
2. Por otra parte, es el trabajo que cuesta por término medio -según
«las condiciones normales de producción vigentes en una socied ad »-
producir una mercancía cualquiera, que Marx denomina tiempo de tra
bajo sociaímente necesario (T T S N ), lo que determina su magnitud de
valor, y no el tiempo de trabajo efectivamente empleado por el productor
particular. La justificación es evidente: si en el intercambio la mercancía
particular solo cuenta como un «ejemplar medio de su clase», quien de
termine la magnitud de su valor ha de ser necesariamente un trabajo pro
medio16. Del mismo modo que el valor relativo no se expresa en cada
transacción particular de dos mercancías cualesquiera, sino que lo hace
en las relaciones normales o regulares de cambio -pues los intercambios
reales siempre gravitan más o menos alejados de dicho valor relativo-,
quien determine la magnitud de valor de las mercancías tampoco podrá
ser el trabajo efectivo del productor particular, pues cada uno de esos tra
bajos se ejerce bajo condiciones técnicas muy diferentes.
Con todo lo indicado debe quedar claro que las proporciones es
tructurales de cambio comparan lo que cuesta producir por término
medio cada tipo de mercancía, y no lo que le cuesta producirlas a un pro
ductor individual cualquiera. Por eso, el trabajo particular únicamente
cuenta como valor «e n la medida en que posee el carácter de fuerza de
trabajo social media y opera como tal fuerza de trabajo social media, es
decir, en cuanto, en la producción de una mercancía, utiliza tan solo el
tiempo de trabajo promedialmente necesario»17. Si las mercancías lo
gran ser intercambiadas, el trabajo efectivamente realizado por su pro
ductor (sea más o menos eficiente y dedique más o menos horas de las
que son necesarias como promedio) pasará a contar (homologándose)
48
El valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
como una cierta cantidad de trabajo medio. Com o es lógico, esto signi
fica que trabajos particulares de diferente eficiencia, al objetivarse en
mercancías cualitativamente iguales, con el mismo valor, rinden una
cantidad de valor distinta. Por ejemplo: si un productor dedica 4 horas
a fabricar la mercancía A que en las condiciones técnicas normales se
obtiene en 2 horas, solo estará rindiendo 2 horas de valor (las dos res
tantes corren exclusivamente de su cuenta y no se validan como trabajo
social); y a la inversa, si otro productor obtiene A en 1 hora, por cada
hora de su trabajo real estará generando 2 horas de valor. Por este m o
tivo Marx afirma que el trabajo «crea valor» pero no es él mismo valor,
pues si lo fuera estaríamos ante un razonamiento circular donde para
explicar el valor de una mercancía recurrimos a otro valor (el del «tra
b a jo ») cuyo fundamento seguiríamos sin conocer. Volveremos sobre
todo esto en el capítulo 3 (apartado 1), cuando analicemos el proceso
de validación social de los trabajos.
Ahora debemos precisar que la definición del T T S N como un pro
medio laboral atiende tanto al trabajo directo, en referencia a su dura
ción, intensidad, destreza y complejidad (cualificación) medias, como
al trabajo indirecto, en relación a la técnica, escala y características or
ganizativas del proceso laboral. Por lo general, ambos aspectos suelen
ir ligados, pues un trabajo más complejo e intensivo tiene a su cargo má
quinas, equipos e infraestructuras técnicas más sofisticadas y potentes18.
En lo que respecta al trabajo directo, para Marx es este trabajo promedio
el que debe entenderse como «trabajo sim ple», pues hace referencia
al conjunto de capacidades consideradas normales en cada momento y
no puede ser algo meramente fisiológico19. En contraposición a él, ha
bría también un «trabajo com plejo», en referencia al que requiere un
nivel de cualificación superior a dicha media.
Hasta aquí hemos abordado los aspectos más conocidos de la noción
de T T SN como promedio laboral. Pero para que la medida del T T SN
tenga verdadero encaje en la noción de trabajo abstracto que la presu
18 Como se verá en el próximo capítulo, esta media hace referencia al obrero colectivo
de cada unidad productiva, que es donde se combinan los trabajos individuales más
o menos intensos y complejos.
19Se trata de un trabajo para el cual «puede adiestrarse a cualquier individuo m edio»
y puede desempeñarse «sin necesidad de un desarrollo especial», variando «según
los diversos países y las épocas culturales». K, I, p. 54.
49
C ómo funciona la economía capitalista
20 Esta acotación, que se basa en la interpretación propuesta por Felipe Martínez Mar-
zoa en La filosofía de El capital (1983), tiene que ver con el desarrollo de aspectos per
tenecientes a la parte no acabada de El capital, concretamente a la conexión entre la
teoría del valor del Libro I y la de los «precios de producción» del Libro III. El sentido
teórico de esta conexión así como las implicaciones conceptuales de una definición
intersectorial del T T SN se abordarán, como digo, en el capítulo 3.
50
E l valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
wu=w/a
wu=1 /%
Correspondientemente, la productividad del trabajo representa la
cantidad de producto por unidad de valor, y puede expresarse como in
versa del valor unitario:
t: . = a/ w
*i= 1 / W u
2.3. E l v a l o r c o m o r e l a c ió n s o c ia l d e v a l id e z
51
C ómo funciona la economía capitalista
22 K, 1, p. 90.
52
E l valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
cambio de sus productos. En todas las sociedades las personas han ne
cesitado siempre comparar y medir los tiempos de trabajo dedicados a
las diferentes tareas, pero lo particular del sistema mercantil es que los
trabajos no se comparan entre sí de forma directa, de acuerdo con algún
criterio previo conscientemente establecido, sino solo por medio de los
productos que se intercambian, a través de relaciones de valor. En la
concepción de Marx, la teoría del valor-trabajo no se ocupa de las ca
racterísticas concretas de los trabajos (contenido material de la activi
dad, esfuerzo fisiológico, etc.), ni tampoco de los valores de uso
obtenidos (incluida cualquier valoración subjetiva que susciten), sino
tan solo de la específica forma social que adopta la actividad laboral del
hombre en un marco mercantil.
El valor es propiedad común de las mercancías, pero no en el sentido
de que cada una de ellas lo pudiese poseer por separado, sino que solo
lo tienen en su mutua relación, en la forma de una propiedad social de
carácter relacional. Un producto del trabajo considerado aisladamente,
fuera de las relaciones de cambio, no posee valor, por lo mismo que tam
poco es una mercancía. Por supuesto, habrá costado trabajo obtenerlo,
pero mientras no entre en relaciones de cambio con otros bienes y ser
vicios, el trabajo particular realizado no se valida socialmente (es decir,
se mantiene como trabajo privado) y queda sin reducir a ninguna mag
nitud común. El valor únicamente existe en las relaciones de unas cosas
con otras, y nunca fuera de ellas, como una propiedad de la cosa indivi
dual, de carácter físico, que pudiera determinarse o «calcu larse» de
forma previa al intercambio. Ahora bien, el hecho de que el trabajo abs
tracto no sea una propiedad del producto individual aislado, sino úni
camente de los productos intercambiados, no significa que estos no
entren ya en la circulación con alguna magnitud de valor determinada,
pues la mercancía cuenta siempre como un «ejem plar medio de su
clase» y la magnitud de su valor se expresa en las relaciones normales
de cambio.
En el sistema mercantil el intercambio constituye la vía específica
por medio de la cual los diferentes productores se coordinan entre sí, y
solo a través de él los trabajos privados se reconocen como partes inte
grantes del trabajo social total. Todo trabajo privado concreto cuyos
productos logren intercambiarse por otros pasará a contar, por ese sim
ple hecho, como alguna cantidad de valor, de trabajo abstracto. Y así,
53
C ómo funciona la economía capitalista
54
E l valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
24 Esta será la base para diferenciar entre valor y valor individual, clave en el análisis
del proceso de validación social de los trabajos. Cf. supra, capítulo 3, apartado 1.
55
C ómo funciona la economía capitalista
3. La c o n t a b il id a d d in e r a r ia d e l v a l o r
3.1. E l d i n e r o c o m o r e p r e s e n t a c i ó n u n iv e r s a l d e l t r a b a jo a b s
tracto
23Marx analiza el dinero en tres etapas: primero presenta los pasos que conducen a él
como forma autónoma de valor -forma simple, desplegada y general-; en segundo
56
E l valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
que esto ocurra, para expresar efectivamente ese carácter social, inma
terial, del valor, no puede resultar suficiente ninguna de las dos posibi
lidades de representación siguientes:
1) La «form a simple» de valor: cuando el valor de una mercancía se
expresa directamente en el valor de cualquier otra, o para ser más exac
tos, cuando la cantidad x de la mercancía A se cambia por la cantidad y
de la mercancía B:
x A = yB
57
C ómo funciona la economía capitalista
yB=
zC =
vD= =xA
etc.
58
E l valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
59
C ómo funciona la economía capitalista
con el dinero serán entonces la vía específica para comparar las diferen
tes mercancías (y trabajos) entre sí.
Resulta fundamental entender que en el recorrido realizado la géne
sis de la «form a de dinero» tiene un carácter estrictamente lógico-con
ceptual. Su deducción constituye una etapa más en el análisis de la
mercancía: surge como una necesidad interna del despliegue de la forma
de valor y muestra la conexión necesaria entre este valor y una forma
de equivalencia general. Cada uno de los pasos de este análisis -las for
mas simple, total y general de valor- constituye un momento diferente
de un mismo proceso constructivo, y en ningún caso debe confundirse
con la descripción de supuestas fases en el proceso histórico de forma
ción del dinero como forma de existencia del valor. Al contrario: ha sido
la distinción y oposición entre forma y sustancia de valor -con la que
iniciamos toda la investigación- lo que nos ha exigido expresar esta úl
tima, en el ámbito de las relaciones de cambio, por medio de un equi
valente general, pues la propia naturaleza del trabajo abstracto -que no
es ninguna característica real de las mercancía- impide que la sustancia
de valor pueda comparecer directamente como tal y hace que requiera
de una forma de manifestación autónoma y objetiva. La reducción de
los distintos trabajos reales a trabajo abstracto que examinamos en el
apartado anterior se expresa espontáneamente en el funcionamiento
del propio mercado como igualación de todas las mercancías a dinero,
que satisface la necesidad de representación del valor bajo la forma de
un equivalente general.
En cuanto forma universal de valor, el dinero es un resultado nece
sario de la dualidad trabajo concreto/trabajo abstracto característica del
mundo mercantil. Representa el medio a través del cual el trabajo de los
productores particulares -que ejercen su actividad independientemente
unos de otros, como trabajo privado- adquiere carácter social. Y la cir
culación solo se constituye de manera efectiva en espacio de abstracción
y validación de los trabajos particulares en relación al dinero, como equi
valente general del valor. Por todas estas razones, el dinero no puede
entenderse como un simple medio auxiliar para facilitar el cambio27. Su
60
E l valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
61
C ómo funciona la economía capitalista
3.2. E l p r o c e s o d e i n t e r c a m b io
62
E l valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
desarrollar después las diversas funciones del dinero. Dado que las mer
cancías no pueden acudir por sí solas al mercado tenemos que precisar
su relación con quienes las llevan a él. Pues bien, quienes participan en
el proceso de cambio no lo hacen ni en calidad de productores ni de
consumidores de las mercancías sino exclusivamente en calidad de pro
pietarios. Por ello, para vincular unas cosas con otras como mercancías,
«lo s custodios de las mismas ( . . . ) deben de reconocerse uno al otro
como propietarios privados. Esta relación jurídica, cuya forma es el con
trato ( . . . ) es una relación entre voluntades en la que se refleja la relación
económ ica»33. Por eso, si bien los propietarios de mercancías siempre
deciden libremente qué hacer con ellas, su actuación está condicionada
por la relación económica y, en tanto aspiren al intercambio de equiva
lentes, deberán transformar sus valores en dinero, pues «las mercancías
tienen primero que realizarse como valores antes de que puedan realizarse
como valores de uso». Al desempeñar un rol que determinan las propias
relaciones económicas vemos que en el análisis los individuos solo
cuentan como personificación de relaciones sociales.
Como se ve, el examen del proceso de intercambio conduce de
nuevo, aunque por otra vía (referida al plano jurídico de la propiedad),
al mismo concepto inicial del sistema mercantil, un sistema constituido
por la recíproca dependencia entre particulares independientes entre sí
pero que necesitan relacionarse unos con otros para procurarse su sus
tento, y al que la tradición filosófica moderna denomina «sociedad
civil»34. El intercambio pone a los productores en relación de depen
dencia recíproca, pero lo hace por medio de los productos de su trabajo,
no de forma directa, enfrentándolos como «propietarios privados» de
«cosas enajenables». «S in embargo, tal relación de ajenidad recíproca
-advierte M arx- no existe para los miembros de una entidad comuni
taria de origen natural, ya tenga la forma de una familia patriarcal, de
una comunidad índica antigua, de un estado inca, etcétera. El intercam
bio de mercancías comienza donde terminan las entidades comunita
rias, en sus puntos de contacto con otras entidades comunitarias o con
miembros de e stas»35. El desarrollo del mercado es precisamente la his-
33 K, I, p. 103.
34F. Martínez Marzoa, 2008, p. 12.
35Ib id., p. 107.
63
C ómo funciona la economía capitalista
64
El valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
38 K, I, p. 115.
39 «E l valor, es decir, la cantidad de trabajo humano que contiene, por ejemplo, una
tonelada de hierro, se expresa en una cantidad figurada de la mercancía dineraria que
contiene la misma cantidad de trabajo. Según sea el oro, la plata o el cobre el que preste
servicios como medida del valor, el valor de la tonelada de hierro tendrá expresiones
de precio totalmente diferentes, o se representará en cantidades de oro o plata o cobre
por entero distintas» (K, I, p. 117). Para simplificar el análisis Marx supone que la
mercancía-dineraria es siempre el oro.
65
C ómo funciona la economía capitalista
66
El valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
n) Medio de circulación
1. La «m etam orfosis» de las mercancías
La segunda función del dinero es la de medio de circulación, al servir
de intermediario en el intercambio de mercancías, un proceso cuya
forma es mercancía-dinero-mercancía (M-D-M), donde los guiones in
dican actos de cambio. Solo si el dinero cumple con su papel de medio
de circulación y se logra la venta de las mercancías, se realiza la función
más esencial de equivalente general, validando el trabajo privado como
cierta cantidad de trabajo abstracto. Vemos así cómo la función de equi
valente general y las funciones técnicas se implican mutuamente. Como
las dos «m etam orfosis» o cambios de forma del valor (M-D y D-M)
que configuran el ciclo de una mercancía (M -D-M ) constituyen a su
vez las «m etam orfosis» parciales e inversas de otras dos mercancías dis
tintas -pues la primera fase M-D (lienzo-dinero) de M-D-M (lienzo-
dinero-biblia) es a la vez la última fase D-M (dinero-lienzo) de otro
movimiento M-D-M (trigo-dinero-lienzo)40-, el ciclo que describe los
cambios de forma experimentados por una mercancía se entrelaza ne
cesariamente con los ciclos de las demás y el proceso en su conjunto se
despliega propiamente como circulación mercantil41.
Aunque desde un punto de vista estrictamente material, atendiendo
exclusivamente a los valores de uso implicados, el resultado del inter
cambio mercantil (M-D-M) es idéntico al intercambio directo de pro
ductos (M -M ), la obtención de un valor de uso por otro, cuando el
67
C ómo funciona la economía capitalista
P*Q _=M *V
42 Ibid., p. 138.
43 Marx plantea esta ecuación pero sin escribirla tal cual.
68
E l valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
"Ibid., p. 143.
45Ibid., p. 151.
46 Esta teoría arranca con Hume y Ricardo. Fue desarrollada a principios del siglo XX
por Irving Fisher (quien propuso la ecuación del dinero anterior) y a finales de la dé
cada de 1960 por Milton Friedman.
69
C ómo funciona la economía capitalista
70
E l valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
51Ibid., p. 153.
71
C ómo funciona la economía capitalista
m ) D in e r o real
slIbid.,p. 156. Cf. También la Contribución, pp. 88,107-108 y 110. Así, «mientras que
la cantidad de oro circulante depende de los precios de las mercancías, el valor de los
billetes de papel depende exclusivamente, por el contrario, de su propia cantidad»
(pp. 107-108).
72
El valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
73
C ómo funciona la economía capitalista
74
E l valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
del dinero en cuanto medio de cambio y otra muy distinta que pueda
estarlo también en sus funciones como medio de pago, reserva de valor
o dinero mundial. Para ninguna de ellas basta con su existencia mera
mente simbólica y se hace necesaria la presencia real del dinero en su
función esencial de encarnación última y general de valor. En cuanto
unidad de sus distintas funciones, el dinero nunca puede llegar a ser una
mera unidad de cuenta, un simple signo sin base material alguna, por la
sencilla razón de que no es una medida directa del tiempo de trabajo.
La idea del dinero como simple unidad de cuenta presupone una orga
nización planificada de la producción social, donde el trabajo es di
rectamente social, no hay riesgo ni incertidumbre para su validación
y, en consecuencia, no existe necesidad de ninguna reserva de valor.
En cualquier caso, la no convertibilidad del signo en oro (o en alguna
otra mercancía-dinero que lo respalde) no significa que el sentido de
la determinación de la masa monetaria se m odifique y la moneda y
billetes en circulación dejen de representar cierta cantidad de oro,
pues siguen siendo las necesidades de circulación (dados el nivel de
precios y la velocidad de circulación del dinero) los que determinan es
tructuralmente el volumen de la masa monetaria que se requiere en
cada momento para realizar el valor de las mercancías, y no a la inversa,
como sostiene la teoría cuantitativa del dinero.
Por lo demás, la desmaterialización del dinero en cuanto medio de
cambio no es un acontecimiento puntual que pudiese localizarse en
algún preciso momento del desarrollo histórico, sino un largo proceso
que arranca en el mismo momento en que la cantidad efectiva de la mer
cancía requerida para la circulación es menor que el valor total de la
producción, al tener en cuenta la velocidad de circulación del dinero.
Ese proceso sigue con la sustitución del oro en la circulación por m o
nedas de menor valor que actúan como símbolos, y más adelante por
billetes de curso forzoso sin valor real. Ya en el siglo XIX, advertía el pro
pio Marx, la libra esterlina tuvo períodos de inconvertibilidad, como
también ocurrió en Prusia, donde el papel moneda era de curso forzoso
no convertible55.
Mientras la producción social se halle fragmentada en unidades pri
vadas, el intercambio de productos será el mecanismo insustituible por
medio del cual se validan socialmente los trabajos particulares, y este
75
C ómo funciona la economía capitalista
76
E l valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
77
C ómo funciona la economía capitalista
78
El valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
61 Del mismo modo que un trabajador reparte su tiempo de trabajo individual entre
diferentes tareas, y lo mismo sucede entre los diversos trabajadores (el obrero colec
tivo) de una misma empresa, también a nivel del conjunto de la economía el tiempo
de trabajo total se reparte entre las diversas actividades. Solo cambia la forma en que
se lleva a cabo ese reparto, por vía directa (es decir, conscientemente ejecutada), en
los dos primeros casos, y de manera indirecta, a través del mercado, en el último (Gue
rrero, 2006).
62 Suponemos en ambos casos, para simplificar, una economía mercantil pura, sin pre
sencia de actividades no mercantiles.
79
C ómo funciona la economía capitalista
dos caras de una misma cosa. El uso que se hace aquí de él no presupone
ninguna determinación teórica entre las variables. No debe interpretarse
como si el trabajo privado estuviese validado de forma previa, ni tam
poco como que el valor del dinero derive de comparar el trabajo total
empleado en la producción con la masa monetaria existente (lo cual
presupone que las mercancías llegan al mercado sin precio). El nivel de
precios no depende de la masa monetaria sino del valor del dinero, y
este último de su relación con el dinero mundial (dólar o euro).
Teniendo presentes estas consideraciones, la magnitud de E depende
de la convertibilidad o no del dinero63:
i) En un sistema de dinero metálico o de billetes convertibles, el nivel
de E depende del valor del metal y de la definición legal de la moneda,
esto es, de la cantidad de metal legalmente representada por unidad m o
netaria (ej. 1€ = 10 gramos de oro):
E = definición legal moneda/valor metal =
= (€/gram o de oro) / (horas/gram o de oro) = €/hora
Bajo tales condiciones, E puede aumentar por dos vías: l ) la deva
luación de la moneda: la moneda (€) se define por una cantidad de
metal, lo cual implica expresar la misma cantidad de metal por medio
de una cantidad mayor de moneda (€); 2) la disminución del valor uni
tario del metal, por un incremento de la fuerza productiva del trabajo
y /o el descubrimiento de nuevos yacimientos.
ii) En un sistema de dinero no convertible en dinero metálico, el
nivel de E únicamente depende de la cantidad de dinero en circulación
y del valor monetario de la producción, sin que ello presuponga, como
ya he indicado, ningún tipo de dirección de causalidad teórica entre las
variables.
80
E l valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
mente como un mero recurso técnico para tratar de explicar los precios
de equilibrio en torno a los cuales gravitan los precios efectivos del mer
cado. Se trataría de encontrar una magnitud homogénea que permita
comparar entre sí productos cualitativamente distintos y poder explicar
de ese modo las proporciones normales de cambio que se dan en el mer
cado. De acuerdo con este punto de vista, para dar cuenta de los precios
relativos o valor de cambio de las mercancías cabrían diferentes «h ip ó
tesis» de investigación (como la utilidad marginal, el trabajo o las con
diciones físico-técnicas) que darían pie a distintas teorías del valor
(subjetivista, laboral o «fisicalista» respectivamente) rivalizando entre
sí por ofrecer la explicación más plausible, y a las que correspondería el
ensayo de diferentes instrumentos de «cálcu lo» y de formalización ma
temática (marginalismo, álgebra matricial, etc.). Y como toda hipótesis
se supone «falsab le» y toda técnica es, por definición, siempre mejo-
rable, la teoría del valor-trabajo podría ser «su p erad a» (por «in consis
tente», «redu n dan te», «ru d im e n taria»... al gusto del crítico de
turno) en cualquier momento6465.Desde esta perspectiva, la teoría del
valor-trabajo de Marx quedaría reducida a la de Ricardo, en la medida
en que tanto la una como la otra compartirían una misma noción de
valor basada en el trabajo6^.
Sin embargo, según hemos podido empezar a comprobar a lo largo
de este capítulo, la cuestión del valor alude en M arx a una problemática
distinta a la de los precios relativos: trata de explicar cómo logra repro
ducirse una sociedad basada en la producción generalizada de mercan
cías, donde las decisiones de producción e inversión son privadas, pues
la producción social se halla fragmentada en unidades autónomas que
compiten entre sí y no hay asignación directa de los tiempos de trabajo
64 Se dice, por ejemplo, que si Marx hubiese dispuesto en su tiempo del álgebra ma
tricial, no habría recurrido a la teoría del valor-trabajo para explicar los precios de equi
librio. Esta es en esencia la postura de la corriente «fisicalista» inspirada en la obra
de Piero Sraffa, que propone formalizar los precios relativos sin referencia a la noción
de valor, tomando el trabajo simplemente como un insumo productivo más junto al
resto de valores de uso necesarios para llevar a cabo la producción. Para los partidarios
de la teoría subjetiva la teoría del valor-trabajo de Marx nace sencillamente muerta,
debido a que la publicación del Libro I coincide con la «revolución marginalista» de
Jevons y Menger.
65De esta opinión son, por ejemplo, Schumpeter, en el campo de los críticos de Marx,
o Dobb y Sweezy en el de los partidarios.
81
C ómo funciona la economía capitalista
82
El valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
83
C ómo funciona la economía capitalista
84
El valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
85
C ómo funciona la economía capitalista
86
E l valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
70Martínez Marzoa (1983, VIII) es la referencia básica para todo lo que sigue.
71JC, I, p. 89.
87
C ómo funciona la economía capitalista
72 Siguiendo a Martínez Marzoa (1983, p. 112) podemos decir que la dualidad es
tructura e ideología (cuya raíz es la dualidad valor/valor de cambio) representa la ver
sión marxiana de la dualidad ontología y metafísica característica de toda la historia
de la filosofía.
88
E l valor como relación social de equivalencia entre los trabajos
89
C apítulo 2
El c a p it a l c o m o r e l a c i ó n s o c i a l d e e x p l o t a c ió n
91
C ómo funciona la economía capitalista
1. L a t r a n s f o r m a c ió n d e l d in e r o e n c a p it a l
1.1. L a f ó r m u l a g e n e r a l d e l c a p it a l
92
E l capital como relación soclal de explotación
93
C ómo funciona la economía capitalista
94
E l capital como relación social de explotación
Sin embargo, la definición del capital sobre la base del proceso D-M-
D ' todavía no puede ser suficiente para dar cuenta de manera coherente
del funcionamiento global del sistema, pues queda por aclarar cómo es
posible de forma general ese incremento de valor sin violar la ley del in
tercambio de equivalentes. La imposibilidad de deducir el plusvalor a
partir de las condiciones presupuestas hasta el momento afecta tanto al
ámbito de la circulación como al de la producción. Veamos por qué en
cada caso.
3Esta caracterización tiene implicaciones políticas decisivas, pues acabar con la lógica
del capital para construir una sociedad comunista no podrá limitarse a suprimir la fi
gura del capitalista individual. Cf. el apéndice final.
95
C ómo funciona la economía capitalista
4 K, I, p. 197.
5 Del mismo modo, siendo cierto que un productor individual puede obtener una ga
nancia (o una pérdida) únicamente haciéndose con inventarios de una mercancía que
se revalúe (o desvalorice) con el paso del tiempo, este procedimiento tampoco puede
generalizarse al conjunto de la economía para explicar el plusvalor como fenómeno
general, ya que si todas las mercancías se revalorizan no queda lugar para ganancias
individuales.
96
El capital como relación social de explotación
6 El intento de explicar el plusvalor o beneficio por mark up, fijando un margen sobre
los «co stes» de producción, sitúa su origen en la circulación, sin que pueda justificarse
dónde se habría generado para el conjunto del sistema esa capacidad de compra adi
cional, ya que no se sostiene en ninguna teoría consistente del valor. Esta fue la posi
ción de los mercantilistas y después de quienes tratan de explicar los precios y el
beneficio por el diferente poder de mercado de los agentes.
710,1, p. 201.
97
C ómo funciona la economía capitalista
98
E l capital como relación social de explotación
8K, I, p. 203.
99
C ómo funciona la economía capitalista
100
El capital como relación social de explotación
riados, y, por otro, a la clase capitalista o burguesía, integrada por los due
ños del capital y de los medios de producción.
La existencia de esta relación social entre capital y trabajo no es evi
dentemente un hecho natural, sino el resultado de un determinado pro
ceso histórico anterior que Marx denomina «acumulación originaria»,
por medio del cual tuvo lugar la proletarización de la población y la con
centración de las condiciones materiales de producción en una minoría
propietaria, un proceso en buena medida forzoso y violento para el que
los expropiadores se sirvieron ampliamente de la ayuda del Estado. Aun
que este proceso representa la premisa histórica del modo de produc
ción capitalista, en realidad nunca ha dejado de operar, si bien bajo
formas muy diversas, no solo con la progresiva incorporación de nuevas
regiones y países de la periferia al mercado mundial, sino también en
las áreas ya desarrolladas con la privatización de activos públicos y el
recorte de derechos de los trabajadores, con el propósito explícitamente
declarado de favorecer la concentración de la propiedad en manos de
la minoría capitalista9.
101
C ómo funciona la economía capitalista
objetivo son los valores de uso para satisfacer sus necesidades de con
sumo, un fin situado fuera de la circulación), el segundo en cambio solo
está interesado en obtener plusvalor a partir del intercambio de equiva
lentes, esto es, en obtener un valor extra pagando al obrero exactamente
el valor de su fuerza de trabajo (y no estafándolo o engañándolo).
Pues bien, sobre la base de esta diferencia, la posibilidad de obtener
el plusvalor como un fenómeno general de la circulación capitalista re
side en que el valor de la fuerza de trabajo (es decir, la cantidad de tra
bajo abstracto que cuesta reproducirla), por un lado, y el valor que ella
puede rendir (es decir, la cantidad de trabajo abstracto que llegue a ob
jetivar en las mercancías producidas), por otro, son dos magnitudes que
se determinan de manera distinta10:
i) La primera magnitud, el valor de la fuerza de trabajo, cuya expre
sión monetaria es el salario, se determina, como el valor de cualquier
otra mercancía, por el T T S N requerido para reproducirla. Dado que la
fuerza de trabajo solo existe como «facultad del sujeto vivo», esa mag
nitud se mide indirectamente por el valor de los medios de consumo
(M C ) que se necesitan por término medio para la subsistencia del tra
bajador (o más exactamente, de su unidad familiar11) de acuerdo al nivel
de vida normal vigente en cada momento y lugar (en lo relativo a la ali
mentación, alojamiento, formación, atención sanitaria, ocio, etc.)12. El
valor de la fuerza de trabajo en un determinado lugar depende, por
tanto, de dos factores: la cantidad de medios de consumo que com po
nen la cesta de subsistencia obrera y el valor unitario de cada uno de
esos medios.
ii) La otra magnitud implicada es el valor nuevo, la cantidad de valor
rendida por la fuerza de trabajo (y que se incorpora al producto, junto
al valor de los medios de producción utilizados), la cual, obviamente,
no tiene por qué coincidir con la magnitud anterior, el valor de la fuerza
10JC, I, p. 234.
11La unidad familiar es la encargada de garantizar el suministro futuro de fuerza de
trabajo, condición indispensable para la reproducción de la propia relación capitalista
en el tiempo.
12 Para analizar el circuito del capital y explicar el origen del plusvalor Marx razona a
un nivel de abstracción muy elevado y se refiere por ello al valor medio de la fuerza de
trabajo, sin considerar la existencia de diferencias de valor que responderían a los dis
tintos costes de educación y formación de los trabajadores.
102
El capital como relación social de explotación
103
C ómo funciona la economía capitalista
104
El capital como relación social de explotación
de uso producidos por unidad de trabajo-, de tal modo que la masa sa
larial abonada al conjunto de los trabajadores les impida adquirir la to
talidad del producto social (una vez descontado lo necesario para
reponer los medios de producción utilizados), dejando de esa forma un
margen suficiente para la ganancia del capitalista. La limitación del valor
de la fuerza de trabajo (y del salario medio) a los costes de reproducción
del obrero es una necesidad básica del funcionamiento capitalista. Si los
trabajadores cobrasen sistemáticamente por encima de lo estrictamente
necesario para su supervivencia social podrían acabar adquiriendo me
dios de producción y liberarse de ese modo de la necesidad de seguir
vendiendo su fuerza de trabajo (además de que ese hecho amenazaría
la ganancia del capital).
La explicación del ciclo del capital reside, por tanto, en que el valor
de la fuerza de trabajo constituye un nivel de subsistencia social (y no
meramente biológico) por medio del cual se asegura la reproducción
del obrero de acuerdo a las condiciones de vida vigentes en cada m o
mento. Por más que dicho nivel tienda a elevarse históricamente en tér
minos absolutos (como cantidad de medios de consumo adquiridos por
las familias trabajadoras), nunca deja de representar un umbral de sub
sistencia social encargado de cubrir los costes cada vez más elevados de
la reproducción obrera (nuevos requerimientos de cualificación, movi
lidad, comunicación, equipamiento de los hogares, etc., que impone la
evolución de la sociedad) y, por eso mismo, de impedir estructural
mente -esto es, como tendencia dominante- la transformación del tra
bajador en capitalista15. Y para garantizar que el precio de la fuerza de
trabajo no se sitúe sistemáticamente por encima de su valor es indis
pensable recrear permanentemente una masa de población desemple
ada, el «ejército industrial de reserva», que ejerza una presión a la baja
sobre las condiciones de venta de la fuerza de trabajo. El desempleo de
masas permanente constituye por tal motivo una necesidad estructural
del modo capitalista de producción.
105
C ómo funciona la economía capitalista
106
ÍL CAPITAL COMO RELACIÓN SOCIAL DE EXPLOTACIÓN
107
C ómo funciona la economía capitalista
IOS
E l capital como relación social de explotación
109
C ómo funciona la economía capitalista
22Además, como veremos en los capítulos 4 y 5, la pugna distributiva entre las clases
está sobredeterminada por las exigencias de rentabilidad del capital y la competencia,
lo cual provoca que la participación de los trabajadores en esos incrementos del pro
ducto sea por lo general menor que la del capital.
110
E l capital como relación social de explotación
causal entre el bienestar de un polo y las privaciones del otro, lo cual ex
plica el carácter objetivo del antagonismo entre clases.
111
C ómo funciona la economía capitalista
112
E l capital como relación social de explotación
23 Como todos los individuos están ligados entre sí por relaciones de dependencia
personal, «lo s trabajos y productos» forman parte del «m ecanismo social en calidad
de servicios directos y prestaciones en especie» (K ,l, P. 94).
113
C ómo funciona la economía capitalista
114
E l capital como relación social de explotación
115
C ómo funciona la economía capitalista
pío, disminuyendo), ello no afecta al valor del producto, sino que solo
se altera la distribución de ese valor nuevo rendido entre salarios y plus-
valor (en el ejemplo, aumentando la parte que se apropia el capital).
Sobre la base de los nuevos conceptos introducidos, el valor unitario
de una mercancía (Wu) puede ser representado como la suma de dos
elementos: el valor pasado determinado por el trabajo indirecto, corres
pondiente al valor de los medios de producción consumidos en la pro
ducción, y el valor nuevo rendido por el trabajo directo del obrero
colectivo:
P'=P/v
116
El capital como relación social de explotación
117
C ómo funciona la economía capitalista
26 Esto implica que los medios de producción se deprecian (es decir, transmiten su
valor) y son reemplazados completamente una vez al año. Como se verá en el siguiente
apartado, esto significa en términos contables que C y V tienen un periodo de rotación
de un año (se requiere un año para recuperarlos íntegramente), y por tanto su tasa de
rotación es igual a 1 (son recuperados una vez por año).
118
El capital como relación social de explotación
119
C ómo funciona la economía capitalista
28Mantener el salario por debajo del valor de la fuerza de trabajo es un recurso habitual
para determinadas capas de la clase obrera de los países capitalistas avanzados (tam
bién para el grueso de ella en muchos países dependientes), pero aquí no se contempla
ya que estamos suponiendo el intercambio de equivalentes para centrarnos en la lógica
de funcionamiento de la economía capitalista y no tanto en su concreción en alguna
economía real.
29 Cf. el capítulo 5.
120
El capital como relación social de explotación
nica (lo cual obliga a las empresas a ganar sistemáticamente más que
sus trabajadores en los aumentos de productividad). La producción de
plusvalor relativo constituye por este motivo la forma natural de la pro
ducción capitalista, aquella que corresponde plenamente a sus leyes in
ternas de funcionamiento30.
Producción de plusvalor relativo y desvalorización de la fuerza de tra
bajo son las dos caras de un mismo proceso derivado del incremento de
la productividad laboral general. Se trata de una tendencia definida a
nivel de la economía en su conjunto -del «capital en general»-, que es
donde se determina el valor de la fuerza de trabajo, no al de cada em
presa o rama particular. Pero si obviamos el supuesto según el cual todos
los trabajos de las empresas en una rama operan conforme al T TSN ,
como sucede en la competencia real, los trabajos a cargo de una mayor
dotación técnica producirán también más valor y plusvalor, consi
guiendo un plusvalor extraordinario al actuar como trabajo potenciado
respecto al trabajo promedio31. Siendo (tendencialmente) iguales el sa
lario y la jornada laboral para todas las empresas -pues las necesidades
de reproducción obrera, como clase, se determinan a escala global-, las
que sean técnicamente más eficientes obtendrán una tasa de plusvalor
más elevada, lo cual les permitirá cubrir el valor de la fuerza de trabajo
contratada con una parte menor del valor nuevo generado por ella
misma. El capitalista que emplea técnicas más avanzadas hace indivi
dualmente lo que el capital a gran escala en la producción de plusvalor
relativo, y la obtención de plusvalores extraordinarios constituye por
ello una forma de plusvalor relativo, ya que las horas de trabajo indivi
dual rinden más valor que las horas de trabajo promedio. Por consi
guiente, la producción de plusvalor relativo (y con él, la desvalorización
de la fuerza de trabajo) puede alcanzarse por dos vías distintas, que, no
obstante, siempre se dan de manera combinada en la actividad real:
121
C ómo funciona la economía capitalista
4. La c i r c u l a c i ó n d e l c a p it a l
4.1. E l c i c l o d e l c a p it a l
32 Los guiones indican actos de cambio y los puntos que el proceso de circulación se
interrumpe para dar inicio a la producción. K, II, p. 29.
122
E l capital como relación social de explotación
123
C ómo funciona la economía capitalista
124
E l capital como relación social de explotación
Instalaciones y edificios
Capitalfijo
Maquinaria y herramientas
Capital constante
Materias primas
Productos auxiliares
125
C ómo funciona la economía capitalista
mentó del capital fijo (por ejemplo, una máquina) cuyo tr sea de 5 años,
realiza cada año 1/5 de su rotación ( n = l/t r = l/5 ) . Si esa máquina tiene
un valor de 10.000 €, 1/5 de ese valor, esto es, 2.000 €, se transfiere
anualmente al valor de las nuevas mercancías producidas. Por su parte,
un componente del capital circulante (por ejemplo, alguna materia
prima) con un tr de 4 meses (es decir, 1/3 de año), realizará 3 rotaciones
al cabo del año (n = l/tr= 1/0,333=3). Si esa materia prima tiene un valor
de 100 €, el valor total consumido y transferido al cabo del año a las
mercancías producidas será de 300 €. El periodo de rotación medio de
un capital compuesto por diferentes elementos de capital fijo y capital
circulante viene dado por la relación entre el capital total adelantado,
K, y el capital total consumido a lo largo del año, k; así, si la inversión
total es de 100.000 € y el consumido ha sido de 20.000 €, el periodo de
rotación será de 5 años.
Estas apreciaciones son importantes porque la diferente tasa de ro
tación del capital constante y variable tiene efectos sobre los dos indi
cadores de la rentabilidad capitalista36:
i) Por un lado, la tasa de rotación del capital variable influye en la
producción de plusvalor. Supongamos que se adelanta como capital va
riable una suma de 100.000 € con un periodo de rotación de 3 meses
(es decir, 4 rotaciones por año: tr = l/4 ), por lo que n, su tasa de rota
ción, será 4. Si la tasa de plusvalor es del 100%, el plusvalor obtenido
durante ese periodo de rotación es de otros 100.000 €. Como el capital
variable se recupera cada 3 meses (circulando 4 veces por año), el plus-
valor total obtenido al cabo del año será de 400.000 €. Según vemos, el
plusvalor generado no solo varía en función de la magnitud del capital
variable desembolsado y de la tasa de plusvalor, sino también de la tasa
de rotación del capital variable.
ii) Por su parte, la tasa de rotación del capital constante influye sobre
la tasa de ganancia. Una misma cantidad de capital constante consu
mido en un año supone inversiones distintas en función de la tasa de
rotación que tenga, siendo menor la inversión requerida conforme la
tasa de rotación sea mayor. Supongamos dos capitales A y B que trans
fieren al cabo del año la misma cantidad de capital constante, 100.000 €,
rotando en A una vez por año mientras en B lo hace dos. La inversión
126
E l capital como relación social de explotación
4.3. El t r a b a jo p r o d u c t iv o
127
C ómo funciona la economía capitalista
38 Jé, I, p. 616.
128
E l capital como relación social de explotación
39 Guerrero, 2001.
40Diferencias entre los intereses brutos percibidos por las operaciones de activo (con
cesión de créditos) y los pagados por las de pasivo (recepción de depósitos), una vez
descontados los gastos operativos (laborales y materiales) para llevarlas a cabo.
129
C ómo funciona la economía capitalista
2. Colectivas 2. Hogares
Trabajo Trabajo indirectamente social Trabajo social o privado
no asalariado
Subsisten a partir de las ventas Subsisten a partir de contribucio
nes voluntarias
41 Tanto la tipología como las definiciones que siguen se basan en Gouverneur (2002).
130
El capital como relación social de explotación
131
C ómo funciona la economía capitalista
132
El capital como relación social de explotación
133
C ómo funciona la economía capitalista
134
E l capital como relación social de explotación
45 K, I, pp. 699-700.
135
C ómo funciona la economía capitalista
136
E l capital como relación social de explotación
137
C ómo funciona la economía capitalista
5. La e s t r u c t u r a s o c ia l c a p it a l is t a
5.1. L a n o c i ó n d e c l a s e s o c ia l
48 Esto incluye obviamente a los trabajadores con algún tipo de ingreso derivado de
la posesión de activos (vivienda en alquiler, acciones, depósitos, etc.) pero que nece
siten seguir vendiendo su fuerza de trabajo a cambio de un salario. El hecho de que
ciertos trabajadores lleguen a poseer acciones no les otorga, evidentemente, ningún
poder real ni control sobre los medios de producción.
138
E l capital como relación social de explotación
49 El proceso histórico por medio del cual los productores fueron despojados inicial
mente del control de las condiciones materiales de producción fue, como ya he seña
lado, la «acumulación originaria».
139
C ómo funciona la economía capitalista
140
El capital como relación social de explotación
Propiedad
Circulación Individuos Equivalencia Igualdad
individual
Propiedad
Producción Clases Explotación Desigualdad
capitalista
141
C ómo funciona la economía capitalista
5.2. L a e s t r u c t u r a d e c la ses
142
E l capital como relación social de explotación
143
C ómo funciona la economía capitalista
144
E l capital como relación social de explotación
54K, I, p. 374. Los pequeños patronos representan, como luego veremos, una situación
intermedia entre la pequeña burguesía y la clase capitalista. Marx recuerda al respecto
que «para impedir coactivamente la transformación del maestro artesano en capita
lista, el régimen gremial de la Edad Media restringió a un máximo muy exiguo el nú
mero de trabajadores a los que podía emplear un solo m aestro».
55Aunque algunas capas de los asalariados puedan poseer algunos medios de produc
ción, pequeños lotes de acciones u otros activos (como por ejemplo, alguna vivienda
alquilada), la clave es que, como norma, los ingresos que proporcionan serían insufi
cientes para asegurar exclusivamente a través de ellos su subsistencia social. Cf. el ca
pítulo 5.
145
C ómo funciona la economía capitalista
146
El capital como relación social de explotación
s6 Me inspiro en Wright (1983 y 1994), pero sin asumir la definición de algunas cate
gorías, y también en Carchedi (1977).
147
C ómo funciona la economía capitalista
148
E l capital como relación social de explotación
149
C ómo funciona la economía capitalista
150
E l capital como relación social de explotación
151
C ómo funciona la economía capitalista
152
El capital como relación social de explotación
6. La r e l a c ió n e n t r e m e r c a d o y c a p it a l . U n a p u n t e a c e r c a d e l a
153
C ómo funciona la economía capitalista
154
El capital como relación social de explotación
155
C ómo funciona la economía capitalista
mizada de la que forma parte la circulación del dinero como capital. Por
eso entiende que cualquier intento de superar el capitalismo pasa nece
sariamente por superar la producción privada y las relaciones mercan
tiles por medio de las cuales se articula65.
65Volveremos sobre este aspecto en el Apéndice Final del libro a propósito del llamado
«socialism o de m ercado».
156
C apítulo 3
El f u n c i o n a m ie n t o d e la ley d el v a lo r :
Del recorrido realizado hasta aquí hemos obtenido dos resultados fun
damentales: i) por un lado (en el capítulo l) , la definición del valor
como una relación social de validez o equivalencia, pues es en el intercam
bio de mercancías donde los diversos trabajos concretos (implicados
en la producción de cada tipo de mercancía) se homologan como can
tidades distintas de una magnitud común, el trabajo abstracto, pasando
de ese modo a formar parte de la división social del trabajo; ii) por otro
lado (en el capítulo 2), que los productores no son simples trabajadores
individuales que operan con sus propios medios de producción, sino
empresas capitalistas que explotan trabajo asalariado. A partir de estos
dos resultados toca analizar ahora la mecánica del proceso de validación
social de los trabajos particulares (realizados en las diversas empresas),
explicando de qué forma se cumple la ley del valor en el marco de la
competencia capitalista, para lo cual debemos abandonar el nivel de
análisis del «capital en general» -levantando el supuesto inicial, man
tenido a lo largo de los dos capítulos anteriores, de que el trabajo parti
cular se realiza siempre de acuerdo al T T S N - y entrar en el de los
«múltiples capitales», cada uno de ellos con una productividad (dota
ción técnica) distinta. El problema específico del que nos ocupamos en
este capítulo es, por lo tanto, el de explicar la lógica reproductiva de un
sistema basado en decisiones privadas de producción que deben ser va
lidadas socialmente, desvelando cómo se distribuye el trabajo total del
que dispone la sociedad entre las diferentes actividades -y, en conse
cuencia, entre las distintas necesidades sociales- en ausencia de coor
dinación consciente de la producción global.
Para examinar adecuadamente las diferentes dimensiones que pre
senta el proceso de reproducción capitalista el capítulo se divide en tres
157
C ómo funciona la economía capitalista
1. E l p r o c e s o d e v a l id a c ió n s o c i a l d e l o s t r a b a jo s p a r t ic u l a r e s
158
EL FUNCIONAMIENTO DE LA LEY DEL VALOR
cada uno de ellos como parte integrante del trabajo social global- solo
se alcanza indirectamente a través del intercambio, igualando productos
cualitativamente distintos como cantidades de una misma magnitud, el
trabajo abstracto. En ese proceso de homologación social de los trabajos
debemos distinguir dos aspectos distintos: i) uno relativo al ámbito de
la producción: en qué medida el trabajo particular efectuado en cada
caso se corresponde con el T T S N exigido para cada tipo de mercancía;
ii) el otro relativo al ámbito de la circulación: de qué forma se ajusta el
valor de cambio (el precio de mercado) al valor (la norma del T T SN ).
Por lo tanto, no se trata ya en este punto de establecer cuánto cuesta pro
ducir por término medio una determinada mercancía -e s decir, no nos
ocupamos ahora de la cuestión de cómo se determina la magnitud del
valor, analizada en el capítulo 1, base para explicar las proporciones nor
males de cambio-, sino de evaluar cuánto le cuesta producirla a cada pro
ductor particular y, por otra parte, de cómo se imponen los tiempos
medios de trabajo en el mercado, en las relaciones de cambio de unas
mercancías con otras. Para examinar todo ello se debe abandonar el
nivel de análisis del «capital en general» -donde el trabajo particular
se tomaba como mero representante del trabajo de productividad
media y se suponía además la igualdad entre oferta y demanda, es decir,
el equilibrio del mercado (estos habían sido los supuestos adoptados
en los dos capítulos anteriores) - para adentrarnos en el de los «m ú l
tiples capitales» -form a de existencia real del capital a escala de la so
ciedad-, donde cada uno de ellos posee un nivel de productividad
distinto y la masa de mercancías producida en cada rama se enfrenta
con la necesidad social (expresada como demanda solvente), levan
tando asimismo el supuesto del equilibrio entre oferta y demanda.
Toca analizar ahora, en definitiva, de qué forma, a través de qué meca
nismos, se cumple la ley del valor -y rige la noción de trabajo abs
tracto- en el marco de la competencia capitalista.
Para desarrollar todo este análisis seguiremos los siguientes pasos.
En el apartado 1.1 se aborda el proceso de reducción del trabajo parti
cular al TTSN , distinguiendo entre valor individual y valor, lo cual equi
vale a reconocer la existencia de una productividad de valor distinta
para cada capital individual. En el marco de esta discusión se defiende
una interpretación alternativa, basada en la obra de Felipe Martínez
Marzoa, del llamado «problem a de la transformación de los valores en
159
C ómo funciona la economía capitalista
precios de producción», que pretende ser más consecuente con los fun
damentos de la teoría del valor expuestos globalmente en el capítulo 1;
adicionalmente se analiza en ese mismo marco la renta agraria como un
caso especial en el funcionamiento de la ley del valor. El apartado 1.2
estudia el proceso de ajuste del valor de cambio al valor, mostrando que
el juego de la oferta y la demanda no es otra cosa que el mecanismo es
pecífico a través del cual se cumple la ley del valor. Finalmente, en el
apartado 1.3, se hace una recapitulación de las diferentes categorías uti
lizadas a lo largo del epígrafe.
1.1. La r e d u c c ió n d e l t r a b a jo p a r t ic u l a r a l a n o r m a d e l T T SN
1.1 .1. V a l o r in d iv id u a l y p r o d u c t iv id a d d e l t r a b a jo
2En ocasiones Marx lo denomina también «valor social»; cf. el capítulo X del Libro I.
160
E l funcionamiento de la ley del valor
3/<:,i,p.48.
161
C ómo funciona la economía capitalista
162
E l funcionamiento de la ley del valor
163
C ómo funciona la economía capitalista
6 Mandel (1979), Carchedi (1991) o Gouverneur (2002) son algunos de los autores
representativos de esta posición.
164
E l funcionamiento de la ley del valor
7JC, I, p. 57.
165
C ómo funciona la economía capitalista
166
El funcionamiento de la ley del valor
167
C ómo funciona la economía capitalista
I 80 20 20 120 20
II 70 30 30 130 30
III 60 40 40 140 40
168
E l funcionamiento de la ley del valor
que con igual p ' (del 100%) tiene menor coc-, razón por la cual esas
magnitudes (120, 130 y 140) no pueden constituir los verdaderos pre
cios de equilibrio que regulan los precios efectivos de mercado. Ninguna
situación que contemple tasas de ganancia tan dispares puede represen
tar una condición de equilibrio en la distribución del trabajo y del ca
pital entre las ramas.
Para que los diferentes capitales obtengan la ganancia media de la
economía, las mercancías habrán de intercambiarse entonces a una mag
nitud distinta de la constituida por la simple suma de c+v+p (el con
vencional « v a lo r » ); más concretamente, los precios de la rama I
deberán subir y los de la III bajar hasta el nivel en el que resulten igua
ladas las tasas de ganancia de las tres ramas. Esta nueva magnitud de
equilibrio surgida de la tendencia a igualar g ' en todas las ramas se co
noce en la literatura económica como «precio de producción» (p p )y
matemáticamente es el resultado de sumar el «coste de producción»,
c+v, y la ganancia media correspondiente al capital invertido, g '( c+v) :
pp = c + v + g '(c + v)
En nuestro ejemplo, la tasa media de ganancia -un parámetro que se
toma como expresión de esa tendencia estructural a la igualación inter
sectorial de la rentabildiad- es del 30%, resultado de dividir la suma del
plusvalor obtenido en las tres ramas (90 = 20 + 30 + 40) por el total de
capital invertido (300 = [80+20] + [70+30] + [60+40]). Los precios
de producción se forman sumando esa ganancia media sobre los costes
(c+v) y es de 130 para las tres ramas. De este modo, bajo las nuevas con
diciones que establece la competencia intersectorial y su tendencia a
igualar g ' en todas las ramas, los capitales de coc superior a la media de
la economía (es decir, con menor proporción de capital variable que la
media), los de la rama I, tendrán un «precio de producción» superior
al «v a lo r» ( 130> 120), y lo contrario sucede con los capitales cuya coc
sea inferior a la media (esto es, con mayor proporción de capital varia
ble), los de la rama III, los cuales venderán a un «precio de produc
ción » por debajo de su «v a lo r » (130<140), tal y como se ilustra en la
Tabla 2.
169
C ómo funciona la economía capitalista
Precio Diferencia
Rama c V P g ' media (%)
producción valor-pp
I 80 20 20 30 130 + 10
II 70 30 30 30 130 =
170
E l funcionamiento de la ley del valor
TRANSFORMACIÓN»
171
C ómo funciona la economía capitalista
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El funcionamiento de la ley del valor
173
C ómo funciona la economía capitalista
174
E l funcionamiento de la ley del valor
medida física del valor que haría incomparables los trabajos de las di
versas ramas. Pero el proceso de validación social de los trabajos parti
culares no tiene lugar de forma independiente en cada rama (esto es, no
hay tantos procesos como ramas), sino que se trata de un proceso general
y único que involucra al conjunto del aparato productivo, y para ello, ade
más de considerar diferencias de productividad intrasectoriales, en algún
sentido debe poder afirmarse que todo un sector está técnicamente atra
sado o adelantado con respecto a otro. Tal y como se adelantó en el capí
tulo primero (apartado 2.2), si la noción de valor tiene dos dimensiones,
relativas al carácter abstracto y medio del trabajo que constituye su conte
nido -pues trabajo abstracto y trabajo promedio son dos caras de la
misma categoría, del valor como propiedad común de las mercancías-,
resulta obvio que no podrá definirse cada una de ellas a un nivel de abs
tracción distinto, el trabajo abstracto a nivel intersectorial, mientras que
su carácter medio (el T T SN ) se limita a un nivel meramente sectorial. Si
la abstracción del trabajo es universal, el promedio que él implica debe
ser igualmente general, de carácter suprasectorial.
Las implicaciones de todo lo anterior a la hora de abordar el « p ro
blema de la transformación» son evidentes. De acuerdo con la argumen
tación desarrollada, lo que la formación de los precios de producción
estaría indicando es en qué medida el trabajo de toda una rama llega a
contar como trabajo abstracto, en términos de un trabajo promedio su-
prasectorialmente definido, lo cual supone reconocer que los trabajos
de unos sectores son más productivos de valor que los de otros, esto es,
que en el mismo lapso de tiempo rinden más o menos valor depen
diendo del nivel técnico relativo bajo el que operen. Las supuestas
«transferencias» de valor de los sectores más atrasados a los más ade
lantados de la lectura tradicional estaría indicando en realidad un nuevo
paso en la reducción de trabajo concreto (ahora de los diferentes sec
tores) a trabajo abstracto (suprasectorialmente definido), proceso en el
que los sectores atrasados emplean más horas de trabajo real que las que
corresponden a una media intersectorial de la productividad, y lo con
trario sucede en los sectores más avanzados.
La abstracción de los trabajos particulares en el intercambio -y, en ese
acto, la definición del promedio laboral respecto al cual se miden- tendría
lugar, de acuerdo con esta visión alternativa, en dos pasos sucesivos rela
tivos a dos niveles de abstracción distintos: i) en primer lugar a nivel in-
175
C ómo funciona la economía capitalista
13 Guerrero (2000b) utiliza esta misma expresión aunque desde un enfoque teórico
distinto.
14Martínez Marzoa, 1983, p. 70.
176
El funcionamiento de la ley del valor
1. 1.2 .3 . R e s p u e s t a a u n a o b je c ió n
15 K, III, p. 965.
177
C ómo funciona la economía capitalista
178
E l funcionamiento de la ley del valor
las cuales se ejerce en cada caso (bien dentro de una misma rama, bien
entre ramas distintas). Al respecto, resulta llamativo que se admita ha
bitualmente -también por parte de Liria y Alegre- la existencia intra-
sectorial de valores individuales distintos y, por tanto, la desigual
productividad de valor de los trabajos particulares según su dotación
técnica, sin considerar por ello que se esté anulando la diferencia entre
«trab ajar» y «fu n cion ar», mientras se niega que algo similar pueda
ocurrir también entre los trabajos de las diferentes ramas con respecto
a la productividad media de la economía. Pero o bien se acepta que todos
los trabajos particulares, con independencia de la rama en la que operen,
rinden siempre la misma cantidad de valor -activándose, en consecuen
cia, las «transferencias» pertinentes de valor y plusvalor en la circula
ción tanto entre empresas dentro de un mismo sector (para explicar la
formación de plusvalores extraordinarios) como entre sectores distintos
(para explicar la igualación intersectorial de la tasa de ganancia)19- o
necesariamente deberá admitirse lo contrario, las diferencias en la re
ducción de trabajo real a trabajo abstracto y, por tanto, la desigual gene
ración de valor tanto intra como intersectorialmente, pues lo que carece
de todo sentido es admitir esas diferencias de productividad en un caso
(intrasectorialmente) pero no en el otro (intersectorialmente). Como
ya se ha explicado en el apartado anterior, si la abstracción del trabajo
que implica el intercambio universal debe abarcar, por su misma uni
versalidad, al conjunto de la sociedad, cada trabajo particular real debe
poder compararse y reducirse en relación a un promedio intersectorial
de la productividad.
Que la relación entre las variaciones de la composición orgánica, por
un lado, y de la magnitud de valor generada por el trabajo (medio) de
cada sector -esto es, de la productividad del trabajo-, por otro, no sea
lineal, en el sentido de que una y otra no varíen de forma estrictamente
proporcional (pues un determinado incremento de coc no tiene por qué
suponer un incremento proporcional del valor generado ni por tanto
tampoco del precio de producción), no significa, obviamente, que tal
relación no exista y que no pueda tomarse la coc como un indicador de
la desigual eficacia en la generación de valor de las distintas ramas20.
179
C ómo funciona la economía capitalista
180
E l funcionamiento de la ley del valor
181
C ómo funciona la economía capitalista
1.1.3. La p a r t ic u l a r id a d d e l s e c t o r a g r íc o l a e n l a e c o n o m ía c a
p it a l ist a
182
E l funcionamiento de la ley del valor
183
C ómo funciona la economía capitalista
A 100 20 2 20 60 60 -
B 100 20 3 20 40 60 20.3=60
C 100 20 4 20 30 60 30.4=130
24 Marx estudia la renta de la tierra en el marco del análisis del reparto del plusvalor
(en ganancia, interés y renta) entre las distintas fracciones de la clase dominante en la
sección VI del Libro III. El Tomo II de las Teorías sobre las plusvalía está dedicado a la
revisión de esa categoría en la historia de la economía política.
184
E l funcionamiento de la ley del valor
185
C ómo funciona la economía capitalista
26 Como ya señalara David Ricardo, el «cereal no se encarece porque hay que pagar
una renta, sino que debe pagarse una renta porque el cereal es caro» (2004, p. 56).
186
E l funcionamiento de la ley del valor
187
C ómo funciona la economía capitalista
188
El funcionamiento de la ley del valor
1.2. El a ju s t e d e l v a l o r d e c a m b io a l v a l o r
30 K, III, p. 1028.
31 La propiedad de la tierra tiene un carácter similar a la tenencia de títulos del Estado,
que otorgan el derecho a percibir un ingreso sin que exista un capital como fuente di
recta suya. Cf. capítulo 4.
32 Martínez Marzoa, 1980, p. 116.
189
C ómo funciona la economía capitalista
valor por parte del trabajo de los distintos capitales individuales. Aun
que el análisis se ha centrado en las condiciones técnicas de la produc
ción, examinando en qué medida el trabajo real se reducía en cada caso
al trabajo promedio (no solo sectorial sino también intersectorial), el
resultado es algo que solo se revela a posteriori, cuando al acudir al mer
cado cada productor comprueba por cuantas horas de trabajo abstracto
-el cual se expresa, como venimos repitiendo, en las relaciones normales
de cam bio- puede homologar sus horas de trabajo particular33. Pero en
un marco mercantil, donde no hay asignación directa de los tiempos de
trabajo a las diferentes actividades -lo cual presupone tanto la libre m o
vilidad del capital entre las ramas como la diversidad de productores en
cada una de ellas-, además de evaluar en qué medida el trabajo realizado
en cada unidad productiva se ajusta a la norma del T TSN , se debe com
parar también la cantidad total producida por el conjunto de los produc
tores de cierta mercancía (la oferta) con su necesidad social respaldada
por poder de compra (la demanda). Toca examinar ahora, en definitiva,
de qué forma el valor de cambio de las mercancías (el precio de mercado)
llega a ajustarse al valor (la norma del T T SN ), o lo que es lo mismo, de
qué modo rige el valor, en tanto que promedio laboral, en la competen
cia entre los distintos capitales34.
Pues bien, en relación a este proceso de ajuste caben dos posibilida
des generales dependiendo de si la oferta y la demanda de una determi
nada mercancía se igualan o no:
i) Cuando la oferta de la rama es igual a la demanda ( 0 = D ) los pro
ductos se venden según su valor; en esa situación, para los productores
individuales pueden suceder dos cosas:
1. Si el productor particular emplea el T TSN , todo su trabajo real se
homologa como trabajo abstracto y, en consecuencia, valor individual
y valor coinciden.
2. Pero si el productor no utiliza la técnica media, tampoco encon
trará cambio para sus productos por las horas de trabajo real efectiva
mente realizadas sino únicamente por las que exige la norma social: en
33Viendo en qué medida los costes unitarios y la rentabilidad de cada capital se ajustan
a los medios.
34 Conforme a lo expuesto en el epígrafe anterior, consideramos de aquí en adelante
valor=valor de producción y valor individual=valor de producción individual, términos
que se emplearán indistintamente como sinónimos salvo que se indique lo contrario.
190
E l funcionamiento de la ley del valor
el caso de operar con una técnica atrasada, su valor individual será su
perior al valor (lo que significa que sus horas de trabajo real valdrán
menos que las promedio), lo cual se le manifestará, como ya vimos, en
forma de mayores costes unitarios y menor rentabilidad; por el contrario,
si el productor opera por encima del promedio técnico vigente obtendrá
un valor individual inferior al valor (sus horas de trabajo real valdrán más
que las promedio), logrando entonces menores costes unitarios y mayor
rentabilidad. En ambos casos los productos se venden según su valor
(porque estamos en el supuesto de 0 = D ), pero como los trabajos parti
culares están desigualmente dotados desde el punto de vista técnico, rin
den cantidades de valor distintas por unidad de tiempo35.
ii) Cuando la oferta de la rama no iguala a la demanda (O ^D ) los
productos no se venden de acuerdo con su valor y pueden darse dos es
cenarios distintos:
1. Sobreproducción ( 0 > D ) : cuando la cantidad de mercancías pro
ducidas excede su demanda el precio de venta cae por debajo del valor.
En principio, ese descenso del precio afectará a la posibilidad de realizar
el valor generado para todas las empresas, pero evidentemente la inci
dencia de este hecho será muy distinta dependiendo del nivel técnico
de cada una de ellas (es decir, en relación al específico valor individual
que tengan), aumentando la presión sobre los productores más atrasa
dos, cuyos elevados costes por unidad de producto (y menor rentabili
dad) no permitirán hacer frente durante mucho tiempo a precios de
venta inferiores al valor. Ante esta situación, la quiebra de las empresas
menos eficientes o la salida de algunos capitales hacia otras ramas en
busca de mejores oportunidades reducirá el exceso de producción y de
volverá (tendencialmente) el precio de mercado al nivel determinado
por el TTSN .
2. Subproducción ( 0 < D ) : cuando la cantidad producida no alcanza
a satisfacer la demanda existente el precio de mercado se eleva por en
cima del valor, permitiendo incluso a los productores atrasados realizar
más valor del realmente generado -haciendo que el precio de mercado
se aproxime al valor individual más elevado (por los mayores costes uni
tarios) de las empresas atrasadas-, facilitándoles transitoriamente la su-
35 Dejamos aquí de lado el hecho real (pero secundario para lo que ahora estamos ex
plicando) de que los productores más eficientes (con valores individuales más bajos)
pueden vender sus productos por debajo del valor para ganar cuota de mercado.
191
C ómo funciona la economía capitalista
Esfera de la p r o d u c c i ó n
Utiliza TTSN No utiliza TTSN
A: precio = valor C: precio = valor
Oferta = valor individual = valor diferencias productivi
Demanda dad de valor (valor indi
vidual * valor)
Esfera de la
B: precio * valor D: precio * valor
c ir c u la c ió n
transferencias de valor diferencias productivi
Oferta * dad de valor (valor indi
Demanda vidual valor)
transferencias de valor
192
E l funcionamiento de la ley del valor
1.2.2. E l f u n c io n a m ie n t o d e l m e c a n i s m o m e r c a n t il
193
C ó m o f u n c i o n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
194
E l f u n c io n a m ie n t o d e l a l e y d e l v a lo r
instante es una cuestión que solo afecta al valor que pueden realizar las
empresas individualmente, pero no a la definición del valor mismo, que
es una magnitud social que se mantiene igual mientras no cambien las
condiciones técnicas medias de la producción; o dicho de otra forma:
las relaciones puntuales de cambio que puedan darse en el mercado no
afectan a la proporción normal de cambio por medio de las cuales se ex
presa el trabajo promedio38. Una sobreproducción de coches, por ejem
plo, significa ciertamente que parte del trabajo invertido en su fabricación
no se llega a reconocer como trabajo social -bien porque la cantidad pro
ducida no pudo venderse en su totalidad, bien porque se venda pero a
un precio inferior a su valor-, pero nada de eso significa que el valor del
coche, lo que cuesta producirlo según las condiciones técnicas medias,
se haya modificado. Esta explicación sirve para hacer ver que los trabajos
privados efectuados en empresas independientes no son inmediata
mente trabajo social. Solo con la venta de los productos los trabajos pri
vados se validan socialmente. Si las mercancías no logran venderse (o
lo hacen a un precio inferior a su valor) porque han sido producidas en
exceso, parte del trabajo privado no se reconoce como trabajo social. Y
este hecho generará un reajuste en la división del trabajo entre las dis
tintas actividades.
Para los bienes reproducibles la oferta siempre puede ajustarse a
cualquier variación de la demanda, que se limita a fijar la cantidad ven
dida a cada precio (conocida como cantidad de equilibrio)39; de esta
forma, la demanda tendría una incidencia sobre la distribución del tra
bajo entre los diversos sectores, pero no sobre los valores. Si existe plu
ralidad de productores, es decir, libre competencia por el lado de la
oferta, los precios tienden inevitablemente hacia el valor, determinado
por los costes medios de producción; por ejemplo, si un aumento de la
productividad en una rama rebaja el valor de la mercancía X de 10 a 5
38 Guerrero, 2002a, capítulo 2. En el Libro III (pp. 228-229) Marx llama «valor de
mercado» al valor cuando toma en consideración la suma total de mercancías produ
cidas en una rama y tiene en cuenta el peso relativo de las diferentes categorías de em
presas según su nivel de productividad. Así, el «valor de m ercado» será el que
determine la categoría de empresas con mayor peso, que generalmente serán las de
productividad media.
39 La teoría del valor-trabajo se ocupa de los bienes reproducibles mediante trabajo,
no se aplica a los mercados de subasta con stocks limitados, que son la excepción, y no
reflejan el funcionamiento normal del modo de producción capitalista.
195
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
40 Por ello resultan completamente absurdos e irrelevantes los ejemplos que suelen
poner los partidarios de la teoría subjetiva del valor de individuos aislados en situa
ciones extremas y que valoran mucho algún artículo que necesitan para sobrevivir,
como el típico ejemplo de un sediento en el desierto al que se le ofrece agua y estaría
dispuesto a pagar mucho dinero por conseguirla, o casos similares, pues se trata de si
tuaciones ahistóricas y de carácter asocial sin el más mínimo interés para comprender
el funcionamiento y naturaleza de una estructura social como es el modo de produc
ción capitalista.
41 Rubín, 1974, capítulo XVII.
42 No de la demanda constituida por las necesidades sociales, sino únicamente por
aquellas necesidades respaldadas por poder de compra suficiente.
196
E l f u n c io n a m ie n t o d e l a l e y d e l v a l o r
43En realidad esto no deja de ser una simplificación, ya que la demanda de un producto
no es nunca un acto puntual en el tiempo sino un proceso, y lo que ocurre general
mente es que se van consumiendo mercancías al valor dado inicialmente hasta que la
demanda no es suficiente y se satura el mercado. El precio que baja es solo el de estas
mercancías no vendidas, no el de la totalidad de las mercancías producidas en la rama.
44 Guerrero, 2000b y 2002a, capítulo 2.
197
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
Precio (P)
198
E l f u n c io n a m ie n t o d e l a l e y d e l v a l o r
199
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
1.2.3. L a c o m p e t e n c i a c a p it a l is t a
1.2.3.1. E l a n á l is is d in á m ic o d e l a c o m p e t e n c ia
47ÍC,I,p. 433.
200
El f u n c i o n a m ie n t o d e la ley d e l v a lo r
resultado fuese que todos ganan sería, porque por definición no existe
propiamente tal competencia.
Este proceso competitivo a través del cual se impone la ley del valor
se desarrolla en dos niveles distintos, intrasectorial e intersectorial, de
forma simultánea48:
i) Competencia intrasectorial. Para desbancar a las empresas rivales
que producen el mismo tipo de mercancía y conseguir plusvalores ex
traordinarios, los capitales buscan permanentemente rebajar sus costes
unitarios (o, alternativamente, producir artículos de mejor calidad por
el mismo precio49) a través del cambio técnico, gráficamente pasando
de una curva de costes medios a largo plazo a otra cada vez más baja50.
Dado que no hay dos empresas con la misma estructura de costes, que
el progreso técnico es continuo y que no todas las empresas pueden se
guirlo al mismo ritmo, cada capital tendrá, como ya hemos visto, un
valor individual distinto, expresado monetariamente en una estructura
de costes unitarios y un nivel de rentabilidad diferentes51.
ii) Competencia intersectorial. Paralelamente, los capitales se mueven
de una rama a otra buscando la mayor rentabilidad posible, y es a partir
de ese movimiento como se impone la tendencia a la igualación inter
sectorial de la tasa de ganancia (el hecho de que el capital invertido en
cada rama tenga una retribución proporcional al montante total inver
tido). Como intrasectorialmente domina la dispersión técnica y de cos
tes, este proceso de igualación de la rentabilidad entre las ramas se
realiza por medio de los capitales reguladores que son los que dentro de
cada rama utilizan la mejor técnica disponible libremente reproducible
en cada momento52.
201
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
202
E l f u n c io n a m ie n t o d e l a l e y d e l v a l o r
203
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
1.2.3.2. L a c u e s t i ó n d e l m o n o p o l io
204
E l f u n c io n a m ie n t o d e l a l e y d e l v a l o r
58Astarita, 2013.
59 Para un repaso detallado de la evolución de esta tesis en la economía marxista re
mitimos a Guerrero, 1997, capítulo 6 y Guerrero, 2007b.
205
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
206
E l f u n c io n a m ie n t o d e l a l e y d e l v a l o r
2. Por otra parte, tampoco hay evidencia empírica que respalde la idea
de una correlación positiva y sistemática entre tasa de ganancia y grado
de centralización. Que las grandes empresas obtengan por lo general
unos beneficios superiores a los de las pequeñas obedece principalmente
al mayor desarrollo técnico de las primeras y no tanto a que «controlen»
el mercado con prácticas oligopólicas o gracias a los favores del Estado
(que por supuesto también suelen existir y se añaden a las ventajas de
costes). Las barreras de entrada que suponen las grandes sumas de capital
necesarias para poder concurrir en determinadas ramas pueden explicar
rentabilidades superiores a la media en algunos periodos, pero en otros
momentos de dificultades (típicamente en las recesiones) sucede justo
lo contrario, y las empresas permanecen en la rama aún obteniendo be
neficios por debajo de la media debido a los enormes «costes de salida»
que implica la desinversión en grandes plantas e instalaciones. En lo que
respecta a las patentes, hcencias y otras trabas legales figadas a la investi
gación, hay que señalar que siempre son temporales y no impiden de ma
nera definitiva la posibilidad de que aparezcan nuevas empresas (un
ejemplo reciente es el del software informático).
207
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
r Teóricos Reales
(oferta=demanda) (oferta*demanda)
Efectivos
Individual Sectorial Intersectorial Mercado
(tras impuestos)
Otra
Valores mercancía ;,■/ ¡¡ s¡ / Sj
Pi/ p j
relativos
0)
Expresados
en cantida Precio Precio Precio depro
Dinero Precios de Precios
des de: individual sectorial ducción
(€) mercado efectivos
i/€ s/€ p /€
208
E l f u n c io n a m ie n t o d e l a l e y d e l v a l o r
64 Tomamos, por tanto, como equivalentes para este análisis los términos « p a ís » y
«espacio nacional de valor».
209
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
210
E l f u n c io n a m ie n t o d e l a l e y d e l v a l o r
mente, unos trabajos nacionales son más productivos de valor que otros,
dependiendo, como siempre, de las condiciones técnicas bajo las cuales
se ejerzan. Y sucede que en las empresas técnicamente atrasadas de los
países subdesarrollados el trabajo real rinde menos valor por unidad de
tiempo que el empleado en las empresas generalmente avanzadas de los
países desarrollados. Del mismo modo que las diferencias de producti
vidad entre empresas de una misma rama a nivel nacional dan lugar a
valores individuales distintos, las diferencias técnicas entre empresas de
unos y otros países generan valores nacionales también diferentes, en re
lación esta vez a una noción de valor de ámbito mundial.
Tampoco ahora, acerca del origen de los beneficios extraordinarios
en el plano internacional, se produce ningún tipo de «intercambio des
igual», por el que habría que entender supuestas «transferencias» de
valor en la circulación desde (las empresas de) los países atrasados a
(las empresas de) los desarrollados. Sin embargo, esta idea del inter
cambio desigual ha sido central en buena parte de la literatura econó
mica no neoclásica (incluida la mayoría de la marxista65) sobre el
comercio internacional. Para los partidarios de esta tesis, las ganancias
extraordinarias de las empresas punteras de los países avanzados se ob
tendrían a expensas de las empresas atrasadas ubicadas en los países
menos desarrolldos66, que generan más valor que las adelantadas por
que, al estar menos mecanizadas, emplean más trabajo directo por uni
dad de producto. El intercambio desigual constituiría por este motivo
un mecanismo de «explotación» entre países que drenaría sistemáti
camente recursos desde la periferia del sistema mundial hacia las prin
cipales potencias industriales, tomando el relevo en el capitalismo
contemporáneo al tradicional saqueo colonial como causa principal del
subdesarrollo. Pero tal y como venimos explicando, el valor (y plusva-
lor) no puede «transferirse» de un lugar a otro por la sencilla razón de
que no es ninguna magnitud física -que pudiera generarse en un lado y
reaparecer después en otro distinto-, ni el trabajo abstracto una activi
dad real computable directamente en horas de reloj. El valor es una ca
tegoría genuinamente social que alude a un promedio laboral respecto
211
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
67 Emmanuel, 1972.
68 Nos basamos en Astarita (2009a, p. 109).
212
E l f u n c io n a m ie n t o d e l a l e y d e l v a l o r
213
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
214
El f u n c io n a m ie n t o d e la ley d e l v a lo r
País A País B
Xb 2 h = 10$ 8h = 80€
Xs 4h = 20$ 4h = 40€
215
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
ses72. Rppc se calcula a partir del cociente entre dos cestas de bienes re
presentativas del nivel de precios en cada país (en nuestro ejemplo la
suma de los dos bienes Xb y Xs, es decir, 120€ = 80 + 40 en B y 30$ =
10 + 20 en A) y se expresa como cantidad de moneda del país atrasado
(€) por unidad de moneda del país adelantado ($):
Rppc = cesta B / cesta A
- 120€/30$ = 4 €/$
Rppc es igual, por lo tanto, a la razón entre los índices de precios de
los dos países. Pues bien, con un tipo de cambio establecido al nivel de
la paridad de poder de compra, Xb producido en B a 80€ tendrá en A
un precio de 20$ (resultado de dividir 80€ entre 4, que es el Rppc) y no
se podrá vender porque en A se obtiene Xb a 10$. La razón de que esto
ocurra es la existencia de una diferencia de productividad entre los dos
países que hace que las monedas nacionales no sean directamente equi
parables como representantes de valores homogéneos. Com o Rppc no
coincide aquí con el tipo de cambio competitivo, que es el que permite
la venta de Xb en A, el país atrasado se verá obligado a devaluar hasta el
nivel en que haga posible la venta. En nuestro caso el tipo de cambio com
petitivo, el que permite exportar, representado por R*, y que conecta los
dos espacios nacionales de valor, resultaría de dividir el precio de Xb en
B por su precio en A, es decir: R* = 80/10 = 8$. En este caso Xb produ
cido en B en 8 horas se vende en A al precio de 10$.
¿Qué resultados se derivan entonces del comercio internacional
entre países cuyas empresas poseen niveles de productividad distintos?:
1. En primer lugar, desde el punto de vista del trabajo real empleado
en cada empresa (tomado en el modelo como representativo del trabajo
medio del país), aunque el tipo de cambio se sitúe a un nivel que permita
exportar (haciendo que Xb producido en B puede venderse en A) -o
lo haga al nivel de la paridad de poder de compra- no habrá verdadera
equivalencia entre los tiempos de trabajo de los dos países (ni por tanto
72 Según la paridad de poder de compra una unidad de una moneda cualquiera debe ser
capaz de comprar la misma cantidad de mercancías en los dos países, esto es, debe
tener el mismo poder adquisitivo. Por ejemplo, si el kilo de azúcar cuesta 500 pesos
en México y 5 dólares en EEUU, el tipo de cambio nominal debe ser de 100 pesos por
dólar (500 pesos / 5 dólares = 1 0 0 pesos por dólar) para asegurar el mismo poder de
compra de las dos monedas.
216
El f u n c io n a m ie n t o d e la ley d e l v a lo r
73 Sin excluir que en el espacio atrasado pueda haber ocasionalmente algún productor
con la técnica más elevada a nivel mundial.
217
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
atrasan relativamente, sin que por ello las fuerzas productivas se estan
quen en términos absolutos. Esto no significa negar que excepcional
mente un país atrasado pueda mejorar su posición en la jerarquía
económica mundial, solo supone reconocer que ese ascenso pasa nece
sariamente por mejorar su productividad relativa.
También las diferencias en la generación de valor entre los distintos
países explicarían el fenómeno del deterioro de los términos de intercambio
que sufren habitualmente las economías menos desarrolladas (basadas
en la exportación de productos primarios) frente a las industrializadas, al
apreciarse tendencialmente el precio de los productos industriales res
pecto al de los productos agrícolas y materias primas74. Concretamente,
esta situación respondería a las crecientes diferencias en la aplicación
de trabajo complejo (el que requiere una preparación especial, superior
a la media) y de trabajo simple (el de cualificación normal en cada m o
mento del tiempo) en unos y otros países, donde a mayor proporción
de trabajo complejo por unidad productiva, como sucede en las empre
sas de los países desarrollados, mayor generación de valor (y plusvalor)
por unidad de tiempo75. El deterioro de los términos de intercambio no
sería entonces un fenómeno de la circulación, derivado del poder de
mercado de algunos grupos de empresas y países, o del comportamiento
de los salarios, sino un resultado de las diferencias de productividad
entre países.
2. Una segunda consecuencia, al menos en el largo plazo, de las di
ferencias nacionales de productividad es la definición de un tipo de
cambio para los países atrasados situado por encima del que determina
la paridad de poder de compra, es decir, sus monedas tienden a estar
depreciadas en términos reales con respecto a las de los países desarro
llados. En el plano monetario se producirá, en consecuencia, una ero-
74Aunque en el corto plazo pueda haber momentos en que los precios de las materias
primas se aprecien con respecto a los productos industriales (como ocurrió, por ejem
plo, entre 2000 y 20008), a largo plazo hay evidencia empírica del deterioro de los tér
minos de intercambio. De conjunto, el precio de las materias primas en el año 2000
habría perdido entre el 50-60% de su valor relativo frente a las manufacturas en los
años 20 del pasado siglo. Astarita 2009, capítulo 5, p. 151, citando el trabajo de
Ocampo y Parra, 2003, «L o s términos del intercambio de los productos básicos en
el siglo X X » , Revista CEPAL, 70, pp. 7-35.
75 Astarita, 2009a, capítulo 5.
218
E l f u n c io n a m ie n t o d e la ley d e l v a lo r
sión del poder de compra de la moneda del país atrasado y, como con
trapartida, un aumento de la del adelantado. Los tipos de cambio no se
podrán establecer al nivel de la paridad de poder de compra puesto que
al necesitar el país atrasado importar ciertos medios de producción téc
nicamente avanzados imprescindibles para que su economía funcione
(y también para pagar su deuda externa), se verá obligado a exportar
devaluando (en relación a la paridad del poder de compra) con el fin de
obtener las divisas necesarias. Esta depreciación de la moneda es la que
explica por qué los países atrasados no presentan déficits comerciales
permanentes. Paralelamente, los desequilibrios comerciales estructura
les que tienden a originar las diferencias de productividad se traducen
en subidas de tipos de interés de los países atrasados (y no tanto de pre
cios, como sostiene la teoría cuantitativa del dinero) que los lleva a en
deudarse con los desarrollados, por lo que además del déficit comercial
(que compensa vía depreciación), la otra característica de las economías
periféricas es su endeudamiento crónico. Esta doble dependencia, co
mercial y financiera, de las economías periféricas se completa con la pe
netración del capital extranjero y su progresivo control sobre los sectores
estratégicos (energía, minería, banca, infraestructuras, telecomunica
ciones, etc.)76.
Esto último tiene importantes consecuencias para las monedas na
cionales en su articulación con el mercado mundial. Las monedas de
los países atrasados solo cumplen su función de equivalente de valor en
la medida en que están respaldadas por monedas fuertes, particular
mente por la que actúa como moneda de referencia internacional (el
dólar desde el fin de la IIa G M ). Esto explica la necesidad que tienen las
economías menos desarrolladas de acumular reservas de divisas como
forma de respaldo de la base monetaria nacional. Pero además, en la
medida en que la economía atrasada se convierte en el destino de in
versiones extranjeras, se genera otra exigencia de vinculación y respaldo
de la moneda nacional en la moneda mundial, y es que la culminación
con éxito del proceso de valorización requiere garantizar el reflujo de
dinero a dinero mundial, pues solo así la remesa de beneficios y la amor
tización del capital tiene lugar77.
219
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
220
E l f u n c io n a m ie n t o d e l a l e y d e l v a l o r
tras el resto de países acumulen dólares como reserva (sin que EEUU
tenga que exportar bienes por ese valor retenido) o como medio de pago
en los mercados internacionales. El resultado es que el resto del mundo
intercambia sus mercancías (una riqueza real) por un símbolo de valor
(el dólar) que no se transforma en verdadero valor producido en EEUU79.
Por eso, la ventaja económica estadounidense depende, en último tér
mino, de que el dólar continúe siendo la moneda del comercio interna
cional y reserva mundial de valor.
Este privilegio es precisamente lo que la unificación monetaria eu
ropea pretende desafiar. Sin embargo, la construcción de la zona euro
está atravesada y lastrada por una contradicción irresoluble entre la m o
neda única y las acusadas diferencias nacionales de productividad. Re
cordemos que la desigual fortaleza de las monedas expresa en último
término el desarrollo relativo de las fuerzas productivas en los diferentes
países. Sin embargo, en la zona euro los espacios nacionales de valor,
cada uno con sus propias cuentas nacionales (balanza fiscal y comercial)
y con productividades medias muy distintas, se encuentran monetaria
mente unificados. El euro establece un tipo de cambio fijo entre las an
tiguas monedas nacionales que actúa a la postre como una camisa de
fuerza sobre las diferentes economías, cuando se siguen produciendo
desarrollos económicos muy distintos en cada país, con una evolución
divergente de la productividad entre las economías más y menos desa
rrolladas. En las décadas anteriores a la unificación monetaria el marco
alemán se había revaluado considerablemente con respecto a las mone
das periféricas como la peseta, la lira o el dracma. Para Alemania, una
economía de base exportadora, el euro está devaluado respecto al
marco, lo cual favorece sus exportaciones, pero para los países atrasados
(como Grecia, Portugal o España) está apreciado con respecto a sus an
tiguas monedas, dificultando las exportaciones. El resultado son déficits
comerciales en el « s u r » (Gracia, España, Italia...) y superávits en los
países centrales como Alemania, Holanda o Austria. De ese modo, los
superávits comerciales de Alemania financian los déficits de los países
del sur, que han visto así reforzada su dependencia comercial con de
pendencia financiera. En este contexto, las economías más atrasadas,
sin posibilidad de seguir los progresos de productividad de las más de
sarrolladas (y mucho menos de converger con ellas), se ven obligadas a
79 Carchedi, 2012b.
221
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
2.3. E l p r in c ip io d e l a v e n t a ja a b s o l u t a
222
E l f u n c io n a m ie n t o d e l a l e y d e l v a l o r
82 I b i d p. 31 yss.
223
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
224
El f u n c i o n a m ie n t o d e la ley d e l v a lo r
225
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
86 Pero es que además, cuando se abandona el modelo 2*2 (dos países, dos mercan
cías) típico de los manuales neoclásicos por otro más realista para dar cabida a múlti
ples países y mercancías, el resultado inevitable es una indeterminación en la
definición del patrón de comercio sobre el principio de las ventajas comparativas. En
el supuesto de ti mercancías solo es posible determinar inequívocamente la ventaja
comparativa de los dos bienes que ocupan las posiciones extremas de la jerarquía de
costes, quedando indeterminada la posición de todos los demás bienes (Guerrero,
1995, pp. 44-49).
87 Guerrero, 2002, p. 169.
226
E l f u n c io n a m ie n t o d e l a l e y d e l v a l o r
227
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
228
E l f u n c io n a m ie n t o d e l a l e y d e l v a l o r
con independencia de lo productivos que sean (en función del nivel téc
nico), generan más valor del que se apropian por medio del salario. Pero
además, los capitales de las grandes potencias se encuentran habitual
mente entrelazados con los de los países dependientes (en la banca, gran
industria, en fondos de inversión, etc.) y los dos explotan en pie de igual
dad (en estricta proporción a su peso económico, no por alguna coer
ción política imperial) al trabajo; el hecho de que los capitalistas nativos
puedan tener un peso minoritario en determinadas inversiones no los
convierte en «explotados» por los capitalistas foráneos. Por otra parte,
cada vez es más frecuente que capitales procedentes de países emergen
tes (como México, Brasil, India, China o Corea del Sur) se inviertan no
solo en países atrasados sino también en países capitalistas desarrolla
dos, sin que por ello estos últimos pasen a ser países «ex p lo tad o s» por
los primeros.
Tampoco la deuda externa constituye un mecanismo de explotación
de un país. La tasa de interés de los créditos no mide el grado de explo
tación de los prestamistas sobre los «p u e b lo s» (unidad de trabajadores
y capitalistas nativos), sino solo la forma en que se divide el plusvalor ex
traído de los trabajadores entre fracciones distintas de la clase dominante,
con independencia de su nacionalidad88. Y lo mismo se aplica a los títulos
de deuda pública, muchos de cuyos tenedores son inversores nativos.
Tanto la colocación de estos títulos como el nivel del tipo de interés res
ponde principalmente a criterios relativos a la lógica del capital y a la
oferta y demanda de fondos prestables, como son la rentabilidad de la
inversión, el riesgo, el cuadro macroeconómico, etc., y no a imposiciones
políticas de las grandes potencias (de hecho, altos intereses se pagan tam
bién de unos países periféricos a otros, incluso entre aquellos que juegan
un papel político relativamente autónomo en la arena internacional;
ejemplos recientes han sido la compra de bonos argentinos por el go
bierno venezolano o de títulos de Ecuador por China).
Que los países desarrollados no exploten a los dependientes no
niega, obviamente, la injerencia sistemática de los primeros sobre los
segundos (incluida la intervención militar directa cuando las circuns
tancias así lo exijan) para conseguir ventajas de todo tipo (comerciales,
financieras, monetarias, geopolíticas, etc.). Solo supone reconocer que
el mecanismo principal que explica el desarrollo desigual y la depen-
88Astarita, 2009a.
229
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
230
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231
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
90 K ,I,pp. 695-597.
232
E l f u n c io n a m ie n t o d e l a l e y d e l v a l o r
233
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
93La confusión respecto a la función teórica de los esquemas de reproducción los con
virtió a principios del pasado siglo en la base de las discusiones acerca de las crisis y de
las posibilidades de supervivencia del capitalismo, con la participación de destacados
autores como Tugán-Baranowsky, Hilferding, Bauer, Kautsky, Lenin o Luxemburg.
94 Obviamos aquí los incrementos de productividad que puedan originarse exclusiva
mente en las mejoras organizativas del trabajo.
234
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235
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
C2 + P c 2 = V l + P v l + P r l
236
E l f u n c io n a m ie n t o d e l a l e y d e l v a l o r
realizado se valida como parte del trabajo social global, pero si las mer
cancía no se venden en su totalidad (o si lo hacen a un precio inferior a
su valor) porque existe exceso de producción, parte del trabajo efectuado
se mantiene como trabajo privado, sin homologar socialmente.
Lo que sucede es que en la medida en que las condiciones de equi
librio estructural no se cumplan, se activarán los procesos de ajuste per
tinentes que tiendan a hacerlas cumplir, expulsando capitales de las
ramas con sobreproducción (y menor rentabilidad) y atrayéndolos en
otras con déficit de producción (y rentabilidad superior a la media),
distribuyéndose de esa forma el trabajo total del que dispone la sociedad
entre las diversas actividades. Esto significa que en un sistema de pro
ducción atomizada, basado en la propiedad privada sobre los medios
de producción, las condiciones de reproducción expuestas en los es
quemas solo se cumplen de manera tendencial, por medio de sucesivos
desajustes y reajustes, nunca de forma directa o inmediata. El equilibrio
intersectorial representado en los esquemas de reproducción no es nada
parecido a un « e sta d o » en el que pudiera encontrarse en algún m o
mento la economía real - o hacia el que tendiese de forma natural y au
tomática, a través de ajustes menores, como postula la economía
convencional95-, sino un centro de gravedad que regula los intercambios
reales y, a través de sus oscilaciones, determina la distribución del tra
bajo y del capital entre las ramas. En realidad, lo verdaderamente rele
vante en relación al análisis del modo de producción capitalista no sería
entender por qué llega a generar de manera recurrente crisis o interrup
ciones momentáneas del proceso reproductivo global, sino explicar
cómo logra una economía basada en decisiones privadas de producción
reproducirse efectivamente, que es el problema del que nos venimos
ocupando a lo largo de todo este capítulo. A este respecto, puede enten
derse que la explicación de la forma en que se reproduce el capitalismo
sea al mismo tiempo una respuesta a la cuestión de cómo y por qué se
237
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
238
E l f u n c io n a m ie n t o d e l a l e y d e l v a l o r
239
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
240
Segunda parte
La d in á m ic a g e n e r a l d e l a r e p r o d u c c i ó n c a p i t a l i s t a :
L a d in á m ic a d e l a a c u m u l a c ió n :
243
C ó m o f u n c i o n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
1. R e p r o d u c c ió n e n d e s e q u il ib r io : e l d e sa r r o l l o c íc l ic o c a
p it a l is t a
244
L a d in á m ic a d e l a a c u m u l a c ió n
245
C ó m o f u n c i o n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
Fuente: Elaboración propia a partir de ÑIPA del BEA (Bureau of Economic Analysis).
Datos de julio de 2014.
5 Tomo como referencia para mis estimaciones a Tapia 2012 y 2013, a quien agrade-
cezco sus comentarios aclaratorios. También agradezco la ayuda de César Sánchez
para realizar los cálculos.
246
L a d in á m ic a d e l a a c u m u l a c ió n
6 Recordemos que la valorización del capital es el proceso completo por medio del
cual una inversión dineraria se recupera acrecentada, gracias a la explotación del tra
bajo, cuando las nuevas mercancías producidas se venden de acuerdo a su valor.
247
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
7 Este reduccionismo contrasta con la visión del propio Marx, que nunca pretendió
explicar todas las crisis por el simple aumento del capital constante respecto al variable,
y en sus análisis incorpora siempre otro tipo de determinaciones, como hace en el
Libro III de El Capital con la crisis inglesa de 1847.
248
L a d in á m ic a d e l a a c u m u l a c ió n
249
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
250
L a d in á m ic a d e l a a c u m u l a c ió n
10 Shaikh, 1990.
11Aunque hay otras formas de competencia, la guerra de precios es la principal, y de
ella forma parte la posibilidad de mejorar el producto a un coste igual o menor.
12Sin esta sustitución general de fuerza de trabajo por máquinas la acumulación se to
paría además con escasez de mano de obra y la consecuente presión alcista de los sa
larios amenazaría la ganancia.
251
C ó m o f u n c i o n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
252
L a d in á m ic a d e l a a c u m u l a c ió n
253
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
g - P / c+ v
= (p /v ) / (c/v + v/v) = p '/cv c + 1
En esta nueva fórmula vemos que g ' está determinada por p ' y por
cvc: depende positivamente del incremento de p ' y negativamente del
aumento de cvc. De este modo, en los períodos durante los cuales p '
17 Según vimos en el capítulo 2, cvc puede variar por dos tipos de causas: por cambios
en etc o por cambios en el valor de sus componentes, los medios de producción y la
fuerza de trabajo. Por su parte, coc evalúa la composición del capital excluyendo los
cambios de valor (por ejemplo, si se encarecen las materias primas o si suben los sa
larios), tomando únicamente en consideración aquellas modificaciones de la compo
sición de valor que resultan de los cambios en etc (por ejemplo, si se utilizan más
máquinas u otras más avanzadas), por lo que puede tomarse como un índice de la
composición del capital a precios constantes.
254
L a d in á m ic a d e l a a c u m u l a c ió n
crezca más que cvc (esta última puede incluso descender) la tasa de ga
nancia subirá, y lo contrario sucederá si el denominador aumenta más
rápidamente que el numerador.
Para evitar en el análisis empírico el sesgo que la evolución en el
corto plazo de la distribución del ingreso entre las clases pueda imponer
(a través del comportamiento de los salarios reales en determinadas co
yunturas) a la medición de cvc, la denominada productividad del capital18
puede ser un indicador apropiado para evaluar las tendencias profundas
del cambio técnico capitalista y su relación con la rentabilidad. Si lla
mamos Y al valor nuevo, B a los beneficios empresariales y K a la suma
del capital constante y variable invertido, tenemos entonces una des
composición alternativa de la tasa de ganancia:
g ' = B/K = B/Y x Y/K = cuota de beneficio x productividad del capital
En esta nueva formulación vemos que los determinantes de la tasa
de ganancia son la participación de los beneficios en el valor añadido,
un indicador de la distribución del ingreso entre las clases, y la produc
tividad del capital, un indicador de la eficiencia técnica de la economía
que mide la capacidad de generar producto por parte de la capacidad
productiva instalada19.
18 Naturalmente, esta productividad del capital no tiene nada que ver con la noción
neoclásica del mismo nombre, pues el capital no se reduce aquí a los medios de pro
ducción y además imputa el total del valor del producto al trabajo, y no a los diferentes
«factores» (los medios de producción, la fuerza de trabajo y la tierra).
19Duménil y Lévy, 2003 y 2007; Cámara, 2010.
255
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
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L a d in á m ic a d e l a a c u m u l a c ió n
257
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
el capital invertido sufre una desvalorización y, por este lado, hay una ero
sión de la tasa de ganancia, ya que el valor transferido por ese medio de
producción a las mercancías producidas (un valor que, como decimos, se
ha reducido respecto al momento en que fue comprado) es inferior a la
cantidad de valor necesaria para que no baje la tasa de ganancia. Aunque
este efecto negativo se compensa con un fondo líquido de amortización
en la empresa superior al valor del medio de producción (ahora abara
tado) que debe reemplazar, si la desvalorización es muy intensa e incluye
la obsolescencia tecnológica, las máquinas no se llegan a amortizar y esa
compensación no siempre es posible pudiendo ocasionar pérdidas im
portantes en algunos capitales y ramas. Esta presión se acentúa si las in
versiones se financiaron a crédito, en cuyo caso la carga de la deuda se
vuelve mucho más pesada cuando el progreso técnico se acelera y los equi
pos se desvalorizan rápidamente y hay que renovarlos, por lo que saldar
esas deudas se vuelve problemático y puede conducir a la quiebra. Por
todo ello, en periodos de rápido avance técnico, el incremento de la pro
ductividad (el abaratamiento de las mercancías, incluidos los medios de
producción) puede convertirse para muchas empresas y ramas en un fac
tor que erosione la rentabihdad por su efecto destructivo sobre el valor
del capital ya acumulado. Retener exclusivamente la influencia positiva
del desarrollo de la productividad sobre la rentabilidad es propio de los
modelos estáticos de equilibrio general de la economía convencional,
donde el valor de los insumos y los productos (las entradas y salidas del
sistema) se determinan de manera simultánea, sin lugar para procesos di
námicos de desvalorización sobre las inversiones como los señalados.
3. Por último, cuando el ritmo de la inversión se acelera suelen pro
ducirse tensiones en los mercados de materias primas y de energía. Ello
se debe a que la oferta de este tipo de insumos, con gran peso en muchas
actividades, al estar limitada por factores naturales, no es totalmente
elástica, como sí ocurre con los insumos industriales, de forma que sus
precios fluctúan mucho más intensamente que el resto de precios du
rante el ciclo: crecen por encima del precio de los productos acabados
en las expansiones y descienden mucho más durante las contracciones,
de modo que la relación del índice de precios de materias primas al de
los productos acabados es procícicla. En algunos ciclos, la abrupta su
bida del precio de las materias primas o de la energía puede actuar como
un factor clave en el deterioro de la rentabilidad, acelerando el creci-
258
L a d in á m ic a d e l a a c u m u l a c ió n
23 K, III, pp. 317-318. Rosdolsky desarrolla este argumento, 1978, pp. 450-451.
24 Marx, Grundrisse, I, pp. 276-284.
259
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25 Para una demostración matemática de este argumento cf. Valle Baeza, 1983.
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La d in á m ic a d e l a a c u m u l a c ió n
26 Como las empresas fijan contablemente sus precios por mark up, aplicando un mar
gen sobre sus costes monetarios, la caída de la rentabilidad general y sectorial se les
manifiesta individualmente como un margen de beneficio excesivo para poder seguir
vendiendo sus productos al mismo precio que antes. Este problema de ventas estaría
indicando que el valor nuevo generado en la empresa (de acuerdo a sus condiciones
técnicas particulares) es en realidad inferior al fijado por el procedimiento de recargo
sobre los costes.
261
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
de realización del valor de las nuevas mercancías producidas (el paso M '-
D '). Al tratarse de un proceso compulsivo, que opera a través de la com
petencia, la acumulación conduce recurrentemente a desequilibrios en
la relación entre producción y consumo, así como en el crecimiento de
las diversas ramas27. Es la presión de la competencia la que obliga a cada
empresa a mejorar incesantemente su eficiencia productiva para tratar de
ganar cuota de mercado ofreciendo artículos más baratos, sin que el au
mento resultante de la producción total en cada rama, y por extensión en
el conjunto de la economía, obedezca a ningún plan general. Si las mer
cancías no logran venderse en su totalidad, o si lo hacen a un precio infe
rior a su valor porque el mercado se encuentra saturado, los capitalistas
dejan de realizar el valor íntegro de su producto, la valorización no con
cluye con éxito y en consecuencia las ganancias empresariales se reducen.
Como la infinidad de decisiones privadas de producción, inversión y con
sumo que se realizan a cada momento no tienen por qué ser compatibles
o acordes entre sí, el desequilibrio de mercado es la situación normal de
la reproducción capitalista. Pero bajo determinadas circunstancias,
cuando esas distorsiones alcanzan cierta amplitud e involucran a ramas
fundamentales de la economía, pueden llegar a contagiar al conjunto de
la actividad productiva -o, paralelamente, interactuar con las dificultades
de la valorización en el terreno de la producción que hemos examinado
antes- y desembocar en crisis generales de sobreproducción28.
Estos desequilibrios en las condiciones de la realización del pro
ducto, cuya causa última es el carácter anárquico, no conscientemente
planificado, de la producción capitalista, son fundamentalmente de
dos tipos:
i) Sobreproducción
La tendencia a la sobreproducción, la saturación del mercado con
masas de mercancías sin vender, es inherente a la producción capitalista.
La introducción de máquinas y equipos cada vez más potentes que im
pulsa el proceso de acumulación va generalmente asociada a un incre-
27 Nos referimos a los desequilibrios que van más allá de los naturales ajustes de in
ventarios y de utilización de la capacidad instalada.
28 Recordemos que el equilibrio general representado en los esquemas de reproduc
ción solo indica cuáles son en cada momento las magnitudes reguladoras de las rela
ciones de mercado, pero nunca puede darse tal cual en una economía compuesta por
millones de unidades de producción privadas decidiendo cada una por su cuenta.
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30Recordemos que la tasa media de ganancia rige únicamente a través de estos procesos
convulsos de reajuste permanente entre las ramas.
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L a d in á m ic a d e l a a c u m u l a c ió n
32 Un ejemplo de esta visión es Sweezy (1982). También Mattick sugiere que hay dos
tipos de crisis, una por caída de la rentabilidad y otras por desproporción (2014, p. 219).
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Fuente: Datos del BEA. Mediante Hodrick-Prescott se extrajo la serie cíclica de la original.
Fuente: Datos del BEA. Se utilizó de forma iterativa el filtro Hodrick-Prescott, primero
para extraer de la serie original su ciclo (mediante un parámetro de 1600) y luego se suavizó
(con un parámetro de 50). Los datos están a precios del primer trimestre de 2005=100
De estas gráficas cabe destacar dos aspectos: i) en el corto plazo, en
relación al ciclo, se aprecia claramente la correlación entre inversión y
ganancias, así como el sentido de la causalidad, donde la primera variable
tiene sistemáticamente un rezago con respecto a la segunda (la línea gris
más gruesa de la inversión está ligeramente desplazada a la derecha res
pecto a la línea negra más fina de las ganancias), lo que significa que el
comportamiento de las ganancias explica el de la inversión y determina
el movimiento cíclico de la economía; ii) en el largo plazo, el rasgo más
destacado es la tendencia de la economía hacia una turbulencia creciente,
como reflejan las fluctuaciones cada vez más acusadas de las ganancias y
las inversiones; se aprecia entonces que el desarrollo capitalista no solo
269
C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
Tabla 1. Crecimientos promedios de las ganancias, los salarios y la inversión en las re
cesiones y recuperaciones. EEUU 1947-2014. Datos reales a precios del primer tri
mestre, 2005=100
Antes Después
Periodo 1947-2014 de impuestos de impuestos
0 -1 ,8 0 % 0 ,1 9 % -4 ,9 1 % -0 ,8 6 % 11
+1 9 ,9 1 % 1 1 ,0 8 % 6 ,0 5 % 0 ,5 9 % 10
+2 7 ,0 8 % 6 ,3 3 % 5 ,9 5 % 1 ,1 2 % 10
+3 4 ,7 8 % 4 ,6 0 % 3 ,9 6 % 1 ,1 4 % 10
+4 6 ,2 4 % 7 ,4 1 % 4 ,7 7 % 1 ,5 0 % 10
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del GDP and personal income. Las series
están deflactadas primer trimestre de 2005=100. El trimestre -1 de la tabla sería el
trimestre inmediatamente previo a la recesión (el trimestre -2 el segundo trimestre
270
L a d in á m ic a d e l a a c u m u l a c ió n
antes de la recesión, y así hasta el trimestre -8, que sería el octavo trimestre antes de
la recesión), el trimestre 0 sería el último trimestre de la recesión y el trimestre +1 el
primer trimestre de la expansión.
33 La referencia para este análisis trimestral del ciclo es Tapia, 2012 y 2013.
271
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34 Hay que tener en cuenta además que las estadísticas de la Contabilidad Nacional
solo suministran una aproximación muy imprecisa (por falta de datos, opacidad in
trínseca del sistema mercantil, por el marco teórico empleado, etc.) sobre las distintas
variables y no permiten captar los procesos concretos de erosión de rentabilidad y cri
sis en empresas y ramas.
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38 Como veremos en el siguiente capítulo, la distribución cada vez más desigual del in
greso es una ley de la acumulación capitalista, una tendencia estructural del sistema, por
lo que no puede ser nunca la explicación de un fenómeno periódico como la crisis.
39 Tomamos el argumento de Carchedi, 2012a.
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La d in á m ic a d e l a a c u m u l a c ió n
40 Para Kalecki, por ejemplo, «lo s capitalistas pueden decidir invertir y consumir más
en un periodo dado de tiempo que en el anterior, pero no pueden decidir el ganar
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C ó m o f u n c io n a l a e c o n o m ía c a p it a l is t a
más. Por lo tanto, sus decisiones sobre inversión y consumo determinan las ganancias,
y no a la inversa» (1985, p. 47). La conclusión es obvia: mientras se decidan a invertir,
los capitalistas obtendrán ganancias y el crecimiento de la economía no se detiene.
280
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41 Dejamos de lado los movimientos de muy corto plazo determinados por el ajuste
rápido de inventarios y por la variación en la utilización de la capacidad instalada. En
estos casos las empresas responden a los cambios en la demanda evaluando el dife
rencial entre su nivel de inventarios y el nivel deseado y ajustan modificando la tasa
de utilización de la capacidad instalada.
282
L a d in á m ic a d e l a a c u m u l a c ió n
siones por crisis estructurales que suponen una ruptura del orden pro
ductivo e institucional precedente y el inicio de una reestructuración
general de la economía42.
Tomando como referencia la economía estadounidense, podemos
distinguir en el periodo 1947-2014 diferentes fases de medio-largo plazo
en la acumulación y el crecimiento determinadas por la evolución de la
rentabilidad general (ver gráfica 5):
1. Fase 1947-1966: fuerte ascenso de la tasa de ganancia hasta finales
de los 60, que está en la base de la fase de expansión de posguerra, con
siderada la «ed ad de o ro » del capitalismo mundial, tanto por las eleva
das tasas de crecimiento como por la suavidad de las recesiones que
tienen lugar en ella.
2. Fase 1967-1982: descenso prolongado de la tasa de ganancia que está
en la base de la crisis estructural de mediados de los años 70 y que va
de la mano de un descenso de la productividad del capital.
3 Fase 1983-2007: recuperación tendencial de la tasa de ganancia pero
sin alcanzar el nivel del periodo de posguerra, una recuperación que se
basa en buena medida en una distribución cada vez más regresiva del
ingreso entre las clases lograda con el estancamiento del salario real.
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5. L as crisis
5.1. L a « leyde los mercados» ylas crisis
Para la teoría neoclásica la economía de mercado es un sistema de equi
librio general que no puede generar, de acuerdo a sus propias fuerzas,
desajustes graves o situaciones de crisis con saturación general de los
mercados. Esta creencia se asienta en la llamada «le y de los merca
d o s » 47 -m ás popularmente conocida como «ley de S a y »-, que postula
la necesidad de un equilibrio general entre compras y ventas sobre la
base de dos ideas fundamentales:
1. La primera de ellas es una concepción del mercado como si fuese
un sistema de trueque generalizado, una idea basada a su vez en otros
dos postulados:
1.1. El dinero se considera un simple medio de circulación (al que
se reconoce también la función de medida de valor) que sirve para fa
cilitar el intercambio y no introduce nada cualitativamente distinto al
trueque: los productos se cambian por productos -e s decir, siempre se
vende para comprar- y toda oferta constituye al mismo tiempo una de
manda. Esta es la base de la teoría cuantitativa del dinero48.
47 Esta ley fue formulada a principios del siglo xix a partir de las contribuciones de
Say, Mill y Ricardo e incorporada en el pasado siglo al núcleo de la economía neoclá
sica. Una buena introducción a sus fundamentos y a la controversia que suscita es Ro
dríguez Herrera, 2012.
48 Cf. capítulo 1, apartado 3.2.
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289
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bida abrupta del precio del petróleo decretada por un cártel de produc
tores como la sucedida en 1973).
Pero sucede que los supuestos sobre los que se construye la «ley de
los m ercados» no se corresponden en modo alguno con las caracterís
ticas básicas de las economías capitalistas. Si bien es cierto que en la
producción se genera el poder de compra necesario para absorber la to
talidad del producto -pues es el valor nuevo generado por el trabajo el
que se distribuye en forma de rentas entre las clases- ello solo ocurre si
el total de las mercancías producidas se vende de acuerdo a su valor, ya
que solo entonces se hace efectivo el poder de compra equivalente a la
totalidad del producto. Y es aquí donde surgen los problemas y aparece
la posibilidad de la crisis, porque de ningún modo ese paso está asegu
rado de antemano.
En primer lugar, como ya señalamos al analizar las distintas funciones
del dinero en el capítulo 1, la posibilidad de la crisis reside en la propia
naturaleza de la circulación mercantil (bajo el supuesto de «circulación
sim ple», sin considerar todavía la existencia del capital), que difiere de
manera esencial del cambio directo de productos o trueque, pues per
mite que la venta no vaya seguida necesariamente por una compra,
como sucede cuando por algún motivo el dinero se atesora como re
serva de valor y se retiene fuera de la circulación. En la economía con
vencional, como ocurre con la teoría del equilibrio general (tanto en su
versión neoclásica como neorricardiana), el dinero queda reducido a
sus funciones meramente técnicas, atendiendo únicamente a su dimen
sión cuantitativa como instrumento para facilitar el intercambio, sin
considerar su dimensión cualitativa de equivalente general de valor,
medio de validación social de los trabajos privados (en virtud del cual
es también reserva de valor y medio de atesoramiento). Sin embargo,
pese a que la producción (oferta) genera ciertamente los ingresos ne
cesarios para sostener una capacidad de consumo (demanda) de la
misma magnitud, esos ingresos no tienen por qué traducirse siempre,
de manera automática, en consumo, y pueden retenerse en cualquier
momento como tesoro. La clave está en entender que en el mercado no
se cambian «productos por productos», sino mercancías por dinero, mo
tivo por el cual la circulación mercantil no implica necesariamente el
equilibrio general entre compras y ventas. Cuanto mayor sea el ateso
ramiento de los flujos monetarios, en respuesta por ejemplo a un au-
290
L a dinámica de la acumulación
291
C ómo funciona la economía capitalista
52 Para una introducción crítica a este enfoque cf. Guerrero, 1997, capítulo 8 y 2000b.
53 Como ya se indicó, en términos de la contabilidad nacional actual se considera que
una economía está en crisis o recesión cuando encadena al menos dos trimestres con
secutivos de crecimiento negativo de la producción agregada.
292
L a dinámica de la acumulación
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C ómo funciona la economía capitalista
55 Como escribe el propio Marx las crisis son «soluciones violentas momentáneas de
las contradicciones existentes, erupciones violentas que restablecen por el momento
el equilibrio perturbado» (K, III, p. 320).
',6Por ejemplo, la gran expansión tras la IIa GM tuvo una de sus causas en la formidable
destrucción de capital que supuso la Gran Depresión de los 30 y la propia guerra mun
dial, y no tanto por las políticas keynesianas.
296
L a dinámica de la acumulación
Hasta ahora nos hemos referido a las crisis periódicas de carácter co
yuntura/ que regulan el ciclo económico de corto plazo típico de las eco
nomías capitalistas. Pero cada cierto tiempo se producen también crisis
estructurales, crisis mucho más profundas y prolongadas de la economía
mundial que son expresión de desequilibrios económicos, institucio
nales y geopolíticos en el desarrollo capitalista global, similares a los
movimientos de las placas tectónicas en la superficie terrestre, y que
abren el paso a transformaciones profundas en las relaciones económi
cas, sociales e institucionales vigentes. Dependiendo de cómo se resuel
van, si con una intensa destrucción de capital en un breve lapso de
tiempo o bien manteniendo artificialmente con la ayuda pública a gran
des empresas y sectores con problemas, pueden dar paso a recuperacio
nes relativamente rápidas y vigorosas de la actividad general o bien a
297
C ómo funciona la economía capitalista
298
L a dinámica de la acumulación
299
C ómo funciona la economía capitalista
300
L a dinámica de la acumulación
301
C ómo funciona la economía capitalista
Pero eso no significa de ningún modo que sea una variable exógena,
ya que en último término se encuentra sometida a fuerzas económicas
«re a le s» (y no solo monetarias) como son los procesos de creación de
valor, la competencia o la evolución de la rentabilidad, en la medida en
que el interés es una parte del plusvalor generado por el trabajo. La ca
pacidad de la autoridad monetaria para influir sobre la tasa de interés
es limitada (y lo mismo sucede con la masa monetaria, la base monetaria
o con el tipo de cambio), lo cual significa sencillamente que la evolución
de esta variable no puede sustraerse indefinidamente a la acción de las
leyes económicas62. A diferencia de las interpretaciones unilaterales de
los enfoques económicos convencionales, en la concepción de Marx la
tasa de interés es tanto un fenómeno «re a l», vinculado a las condicio
nes de generación y realización del plusvalor, como «m on etario», por
que el valor y el capital solo existen como magnitudes dinerarias.
Un efecto de la división cuantitativa del plusvalor entre interés y ga
nancia empresarial es que crea la apariencia de una diferencia cualitativa
entre ambas magnitudes, como si cada una de ellas procediese de una
fuente distinta, ninguna relacionada con la explotación del trabajo63. Se
genera así una representación invertida de la relación de cada una de
esas dos formas de capital, el capital a préstamo y el capital activo, con
la extracción del plusvalor. Por un lado, el interés permite al capitalista
dinerario participar del plusvalor extraído de la explotación de los tra
bajadores, pero al no relacionarse directamente con ningún proceso pro
ductivo (la relación solo se establece aquí con otro capitalista) aparece
como una facultad que tendría el dinero de incrementarse a partir de sí
mismo, haciendo máxima la mistificación de la relación de explotación.
Pero si bien cada capitalista individual siempre puede decidir entre in
vertir o prestar su dinero, los capitalistas en su conjunto no tienen tal
opción, pues la fuente única de sus ingresos como clase reside en la ex
plotación común del trabajo. Por eso la expansión del crédito (y de las
finanzas en general) nunca puede desconectarse completamente de su
base productiva real y tiene siempre una autonomía relativa respecto a
62 Por poner un ejemplo, a pesar de que los Bancos Centrales respondieron al colapso
financiero de finales de 2008 bajando las tasas de interés de referencia prácticamente
a cero, los tipos en el mercado no siguieron el mismo camino, sino que por lo general
subieron, en muchos casos de manera muy notable.
63 K, III, capítulo XXIII.
302
L a dinámica de la acumulación
303
C ómo funciona la economía capitalista
i) Los bancos
Son las instituciones encargadas de canalizar los recursos monetarios
de los diferentes agentes (empresas, particulares e instituciones) para
ponerlos a disposición de quienes los requieran. Sus beneficios provie
nen principalmente de la diferencia entre las tasas a las que prestan (más
altas) y de las que pagan (más bajas) por los depósitos recibidos. Otras
fuentes de ingresos son las comisiones y tasas cobradas por la gestión
de activos así como por la realización de operaciones financieras. Como
sucede en cualquier otra empresa, la tasa de ganancia de un banco viene
dada por la relación de los beneficios obtenidos con el capital invertido
(en instalaciones, equipos, fuerza de trabajo, etc.).
Pero los bancos no solo se dedican a centralizar y canalizar hacia la
inversión productiva recursos ya existentes en la sociedad, sino que tam
bién tienen la facultad de «c re a r» dinero, denominado dinero crediticio
o dinero bancario. El dinero crediticio es una promesa de pago que cum
ple algunas de las funciones del dinero (principalmente la de medio de
pago) y que se genera a partir de los depósitos bancarios66. Cuando A
toma prestados 100 euros de B, B recibe un certificado de deuda por
ese importe que es un compromiso de pago. Si luego B realiza una com
pra a C y este acepta como pago el certificado de deuda, esa promesa
de pago habrá actuado como dinero. Además de los 100 euros iniciales
en dinero real (del que dispone A para efectuar sus compras) hay ahora
otros 100 euros de dinero bancario (con el que compra B). Una vez la
promesa de pago ha sido efectivamente cumplida, la deuda se cancela
y el dinero surgido con la concesión del crédito desaparece. El dinero
crediticio se crea y se cancela, por tanto, como mero flujo.
Dado que la mayor parte de pagos se realiza por transferencia entre
cuentas y como tampoco los créditos se pagan normalmente en efectivo,
en realidad los bancos solo necesitan disponer de una pequeña cantidad
de dinero metálico en relación al dinero crediticio creado. Así, por cada
100 euros ingresados el banco solo debe mantener una pequeña parte
en efectivo, denominada coeficiente de reserva, y puede prestar el resto.
La importancia de ese coeficiente reside en que variando su tamaño se
puede determinar la cantidad de dinero crediticio que puede llegar a
emitir el sistema bancario en su conjunto. Si el coeficiente fuese, por
304
L a dinámica de la acumulación
67 Dejamos de lado las posibles filtraciones hacia la circulación (es decir, que todo el
dinero creado no permanezca en forma de cuentas corrientes), porque no afecta a la
explicación de cómo se crea el dinero bancario.
68 En la literatura no neoclásica se discrepa, no obstante, del grado de incidencia que
se otorga al BC a través de su política de restricción de reservas: los «horizontalistas»
consideran mínima esta incidencia y que siempre se pueden obtener reservas adicio
nales al tipo de interés fijado por el BC, por lo cual la oferta de dinero de crédito es
horizontal respecto al tipo de interés; los «estructuralistas», por su parte, piensan que
hay una mayor interacción entre BC y bancos, que se condicionan mutuamente, por
lo que la función de oferta de dinero de crédito es creciente a corto plazo, es decir, la
oferta de dinero depende tanto de la demanda de créditos como de la reacción de las
autoridades monetarias.
305
C ómo funciona la economía capitalista
306
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307
C ómo funciona la economía capitalista
pecto al dinero real70. En este caso tenemos por un lado el capital real
invertido en la producción y por otro los documentos que otorgan dere
cho al pago de intereses y dividendos, que se negocian en función de su
cotización cambiante. Aunque esa cotización pueda autonomizarse en
un grado considerable de su contenido en trabajo y del plusvalor real
mente generado, no lo puede hacer completamente y, cada cierto
tiempo, el equilibrio entre precio y valor se restaura violentamente por
medio de la desvalorización de activos, con el desplome de las cotizacio
nes. Los mercados bursátiles dan lugar a ganancias financieras individua
les, pero no pueden ser nunca en sí mismos fuente de enriquecimiento
de los capitalistas como clase, la cual depende, lógicamente, de la apro
piación del plustrabajo obrero. La ley del valor impone una restricción
de fondo sobre el ámbito bursátil, pues no puede distribuirse nunca más
valor y riqueza de la que ha sido producida.
Debido a la forma particular en que se determina su precio en los
mercados bursátiles y a la gran autonomía que puede alcanzar la coti
zación con respecto a su contenido en trabajo (el valor), Marx considera
estos documentos capitalficticio. Esta noción la introduce para referirse
en general a aquellos activos financieros cuyo valor de mercado o coti
zación deja de corresponder en algún momento con un capital real. Así,
el capital accionario sería ficticio solo en la medida en que su cotización
se disocie del valor real de los medios de producción que representa.
Aunque el dinero que ingresa una empresa con la emisión de acciones
sí constituye un capital real, pues permite adquirir medios de produc
ción y contratar fuerza de trabajo, cuando la cotización de esas acciones
se disocia del valor del capital realmente invertido en la producción pasa
también a conformar capital ficticio. No obstante, el caso más claro de
capital ficticio es el de los títulos de deuda pública, pues al no respaldar
ningún proceso real de valorización, el dinero que ingresa el Estado por
esos documentos no actúa como capital. Los títulos que la componen
(letras, bonos y obligaciones, de menor a mayor plazo de vencimiento)
solo otorgan derecho a participar en la recaudación de impuestos sobre
el sector productivo de la economía y por eso su valor varía en función
de la percepción de la solvencia de la Hacienda Pública.
308
L a dinámica de la acumulación
71 K, III, p. 782.
72Jordá, Oscar et al. (2011) muestran a partir del estudio de 200 crisis entre 1870 y
2008 en 14 países desarrollados que el crecimiento del crédito es un elemento macro-
económico decisivo, destacando la retroalimentación de las finanzas con el ciclo.
309
C ómo funciona la economía capitalista
73 K, III, p. 630.
310
L a dinámica de la acumulación
por confirmar el carácter social de ese trabajo privado, lo que solo ocurre
con la liquidación de la deuda, que a su vez depende de los ingresos por
la venta de las mercancías74. Si no se logra la venta de las mercancías
cuyo valor fue adelantado con la concesión del crédito, o si esas ventas
solo tuvieran lugar parcialmente (o a un precio inferior a su valor), los
créditos en posesión de los bancos no podrán convertirse en moneda y
sufrirán una desvalorización. Una crisis de realización se convierte por
esta vía en una crisis monetaria (por la no transformación de las mer
cancías en dinero) y abre la posibilidad de una crisis bancaria. Si final
mente es el Banco Central quien acude al auxilio, simplemente traslada
el problema a otro nivel, socializándose las pérdidas: la autoridad m o
netaria estaría reconociendo la validación social de trabajos privados
sin que esta haya tenido lugar en el mercado, generando de esta forma
inflación y depreciación de la moneda.
311
C ómo funciona la economía capitalista
312
L a dinámica de la acumulación
crecimiento del capital social global que tiene lugar con el desarrollo
histórico de la acumulación impulse necesariamente también el creci
miento del crédito79. En efecto, del circuito productivo están surgiendo
permanentemente fondos líquidos que temporalmente permanecen
«o c io so s», sin reinvertir, y que se ofrecen en el mercado de capitales,
como ocurre con el «fon do de la acumulación» para la adquisición de
nuevos medios de producción y con el «fondo para la am ortización»
del capital fijo80. Tanto en un caso como en el otro se requiere de una
suma mínima para acometer esas operaciones y hasta el momento de
llevarlas a cabo se puede emplear ese dinero como capital que devenga
interés en los mercados financieros. Pero también puede suceder que
se acometan esas intervenciones mediante un crédito, sin necesidad de
esperar a que el flujo de plusvalor generado lo haga posible. En este caso
los ingresos de la actividad productiva no tienen como destino los pro
pios fondos de acumulación y amortización de la empresa sino el pago
de interés. En cualquier caso, la principal aportación de dinero al cir
cuito financiero es la que procede de las ganancias generadas en el sector
no financiero de la economía.
Lo anterior explica por qué el movimiento del capital a interés que
se encuentra mediado por el sistema crediticio no es algo accesorio, de
lo que se podría prescindir para la existencia general del capital, sino que
constituye un elemento absolutamente imprescindible para la coordina
ción de la reproducción económica que deriva de la propia naturaleza
del capital. Conforme se desarrolla históricamente la producción capi
talista crecen también las necesidades de crédito y de la actividad finan
ciera. La expansión de las finanzas no se limita, por lo tanto, a una u otra
de las etapas en que puede dividirse la evolución histórica del modo de
producción capitalista e incluye también el periodo keynesiano, tradi
cionalmente considerado de contención de las finanzas. En EEUU, por
ejemplo, la participación del sector financiero en el PIB no ha dejado
de aumentar desde el fin de la IIa GM, pasando del 2% al 8% en 2008,
sin que puedan establecerse etapas cualitativamente distintas en ese re
corrido81. En la fase neoliberal, con el despliegue de la globalización y
313
C ómo funciona la economía capitalista
82 Para evaluar adecuadamente el peso de las finanzas habría que tomar como ámbito
de análisis la economía mundial y no una economía nacional u otra, sobre todo de
bido a la movilidad del capital en el marco de la desregulación neoliberal de las últi
mas décadas.
83 Como se apunta en el citado Informe del BIS: «E l alto grado de apalancamiento
de las entidades financieras, unido a su dependencia de la financiación a corto plazo
y a la opacidad e iliquidez de sus exposiciones al riesgo, ha hecho que el sector sea más
sensible a las contracciones económicas. Como resultado, las acciones financieras han
registrado rentabilidades particularmente débiles en periodos de tensiones generali
zadas en los mercados. Cuando la rentabilidad del conjunto del mercado ha sido ex
tremadamente baja (concretamente, cuando se ha situado en el 20% inferior de su
rango histórico), la rentabilidad anual de las acciones financieras ha solido ser inferior
en 10 puntos porcentuales o más a la de las acciones de las instituciones no financieras
(Gráfico VT.2, panel izquierdo). En cambio, durante los periodos de auge (panel de
recho) su rentabilidad ha superado a la del resto del mercado solo por un ligero mar
gen» (BIS, 2010, pp. 82-83).
314
L a dinámica de la acumulación
315
C ómo funciona la economía capitalista
316
L a dinámica de la acumulación
85 Cámara, 2012.
317
C ómo funciona la economía capitalista
7 .2 . R a s g o s y c o n t r a d i c c i o n e s d e l c a p it a l is m o n e o l ib e r a l
318
L a dinámica de la acumulación
7.3. L a « G ran R e c e s ió n » d e p r in c ip io s d e l s ig l o x x i
319
C ómo funciona la economía capitalista
320
L a dinámica de la acumulación
87Para un análisis pormenorizado de esta secuencia, así como del contexto general de
la crisis, remitimos a Cámara, 2012 y Duménil y Lévy, 2014.
321
A n exo
88 Tapia, 2011. Agradezco a César Sánchez su ayuda para realizar este test.
323
C ómo funciona la economía capitalista
(Hipótesis l) (Hipótesis 2)
% %
Fuente: Datos obtenidos de las Tablas 1.10 y 1.1.9 del GDP and personal income. Las
series están desestacionalizadas y deflactadas al primer trimestre de 2005=100. Se re
alizó la causalidad de Granger con las series en tasas de cambio trimestral.
324
C apítulo 5
L a d in á m ic a d e l a d i s t r i b u c i ó n c a p it a l is t a
325
C ómo funciona la economía capitalista
326
L a dinámica de la distribución capitalista
327
C ómo funciona la economía capitalista
4Ibid., p. 1120.
328
L a dinámica de la distribución capitalista
^En la Crítica al Programa de Gotha señala que « la distribución de los medios de con
sumo es, en todo momento, un corolario de la distribución de las propias condiciones
de producción. Y esta es una característica del modo mismo de producción. (...) El
socialismo vulgar (y por intermedio suyo, una parte de la democracia) ha aprendido
de los economistas burgueses a considerar y tratarla distribución como algo indepen
diente del modo de producción, y, por tanto, a exponer el socialismo como una doc
trina que gira principalmente en torno a la distribución» (1968, p. 23).
6Ibid., III, p. 1120.
329
C ómo funciona la economía capitalista
7 Las propuestas actuales de «reparto del trabajo», «renta básica» o similares entra
rían dentro de las ilusiones reformistas que denunciara Marx por cuanto aspiran a
anular la determinación objetiva del valor de la fuerza de trabajo, desconectando las
leyes de la distribución de las de la acumulación (por ejemplo, evitando que los obre
ros tengan la necesidad económica de vender su fuerza de trabajo), sin cuestionar el pro
pio régimen de producción capitalista.
8 Para un desarrollo de la teoría del salario en Marx cf. Guerrero, 1989.
330
L a dinámica de la distribución capitalista
2 .1 . L a « f ó r m u l a t r in it a r ia »
331
C ómo funciona la economía capitalista
332
L a dinámica de la distribución capitalista
12 K, III, p. 1056.
13 Al analizar las categorías más simples del modo capitalista de producción, como
son las de mercancía y dinero, se ha puesto ya de relieve, señala Marx, «e l carácter
mistificador que transforma las relaciones sociales a las que sirven en la producción,
como portadores, los elementos materiales de la riqueza, en atributos de asas mismas
cosas (mercancías) y que llega aún más lejos al convertir la relación misma de pro
ducción en una cosa (dinero)» (K, III, p. 1052).
333
C ómo funciona la economía capitalista
334
L a dinámica de la distribución capitalista
335
C ómo funciona la economía capitalista
ia Ibid., p. 1056.
19Ibid., p. 1057.
20 Fernández Liriay Alegre Zahonero, 2010, apartados 1.3.4, 6.1.2 y capítulo IV.
21 Marx le concede el mérito de analizar la magnitud y contenido de valor, aunque
«nunca llegó siquiera a plantear la pregunta de por qué ese contenido adopta dicha
forma; de por qué, pues, el trabajo se representa en el valor, de a qué se debe que la
medida del trabajo conforme a su duración se represente en la magnitud de valor al
canzada por el producto del trabajo» (K , I, p. 98).
336
L a dinámica de la distribución capitalista
337
C ómo funciona la economía capitalista
22 Fernández Liria y Alegre Zahonero, 2010, pp. 228-229. Este aspecto fue planteado
de forma acertada por Maurice Dobb en Economía política y capitalismo (1966): «Q ue
el trabajo constituye un costo en un sentido único es, naturalmente, un supuesto; pero
un supuesto nacido de un punto de vista particular acerca de lo que es la esencia del
problema económico. Como tal no es una definición arbitraria, sino un intento de
poner al descubierto la forma esencial de los acontecimientos reales. ( .. .) Toda teoría
del valor constituye necesariamente una definición implícita de la forma general y del
terreno que se ha decidido en llamar económico. Lo esencial del problema económico,
de acuerdo con esta teoría y con la opinión tradicional, consiste en la lucha del hombre
con la naturaleza para arrancarle el sustento según las diferentes formas de producción
a través de las principales etapas de la historia» (p. 20).
338
L a dinámica de la distribución capitalista
23 Para una buena crítica a los fundamentos de la concepción neoclásica cf. Fernández
Liria y Alegre Zahonero, 2010, especialmente su apartado 10.5.
339
C ómo funciona la economía capitalista
340
L a dinámica de la distribución capitalista
científica, se halla planificada y se sirve en gran medida del sector público (universi
dades, institutos tecnológicos, etc.).
2S Esta es la pregunta que se hacen Fernández Liria y Alegre Zahonero, 2010, p. 502.
341
C ómo funciona la economía capitalista
342
L a dinámica de la distribución capitalista
343
C ómo funciona la economía capitalista
30Cf. capítulo 2.
344
L a dinámica de la distribución capitalista
31 Esta fue la base que aportaron los fisiócratas para explicar el origen del excedente
en la producción (y no en el intercambio, como pensaban los mercantilistas), conce
bido como un residuo sobre el coste de producción, aunque fuese formulado en tér
minos físicos, sin una concepción social del valor.
345
C ómo funciona la economía capitalista
Por eso es absurdo pensar que el valor de la fuerza laboral pudiera re
presentar un nivel de subsistencia meramente biológico del trabajador.
Los individuos viven en sociedad y -a menos que esta asuma la forma
de una comunidad socialista, con una economía planificada democrá
ticamente- no pueden decidir cuál es el nivel técnico y la estructura sec
torial de la economía ni, en consecuencia, la cesta normal de mercancías
que el aparato productivo global pone a su alcance para su subsistencia.
Del mismo modo que un capitalista no puede hoy fabricar coches con
una técnica de principios del siglo XX, el obrero tampoco podrá adquirir
un coche que sea resultado de aplicar esa técnica obsoleta... como tam
poco, en términos generales, tener una instalación eléctrica en su hogar,
un teléfono, un ordenador personal o desplazarse en un tren como los
de hace 40 años.
Lo importante es comprender, por tanto, que la determinación ob
jetiva del valor de la fuerza laboral por su coste de reproducción social
-m ás allá, como luego veremos, de fenómenos coyunturales derivados
de la relación de fuerza entre las clases, o de si se trata de una capa u
otra de la clase obrera (por cualificación, rama, etc.) dentro de un
mismo espacio económico nacional- representa una exigencia estruc
tural del funcionamiento general del sistema impuesta por la acción de
la ley del valor y las necesidades de valorización y acumulación del ca
pital. Por eso, aunque la masa de medios de consumo a través de la cual
se expresa el valor de la fuerza de trabajo aumente con el paso del tiempo,
la pauta de consumo obrero no deja de representar nunca un nivel de
subsistencia social en la medida en que solo garantiza, como norma, la es
tricta reproducción social del trabajador. La condición última para la re
producción económica del sistema es la reproducción de la propia
relación social capital-trabajo, lo cual exige mantener a la mayoría de la
población en la necesidad de vender su fuerza de trabajo, desposeída de
los recursos productivos con los que trabaja32. Una retribución perma
nentemente superior al coste normal de reproducción obrera no solo
amenazaría la ganancia capitalista (recordemos que el plusvalor es un
residuo sobre el valor de la fuerza de trabajo que depende, además, del
nivel técnico con el que opera el trabajo en cada empresa) y acabaría
por obstruir la acumulación, sino que liberaría al trabajador de la obli-
346
L a dinámica de la distribución capitalista
347
C ómo funciona la economía capitalista
348
L a dinámica de la distribución capitalista
349
C ómo funciona la economía capitalista
3 .2 . L a s d e s v ia c io n e s v a l o r -p r e c io d e l a f u e r z a d e t r a b a jo
37 Todo el análisis está planteado aquí al nivel del conjunto de la clase obrera, dejando
de lado las diferencias que existen entre sus diferentes capas de acuerdo a su cualifi-
cación, tipo de actividad, organización sindical, etc.
350
L a dinámica de la distribución capitalista
351
C ómo funciona la economía capitalista
3.3. S a l a r io n o m i n a l , s a l a r io r e a l y s a l a r io r e l a t iv o
38Aunque el salario real constituye el principal determinante del nivel de vida del tra
bajador, en las economías reales no lo abarca completamente, pues debe contemplarse
también la incidencia del salario social correspondiente a los servicios públicos no
mercantiles, así como de las posibles transferencias que acometa el Estado.
352
L a dinámica de la distribución capitalista
tanto del nivel del salario nominal como del precio de los bienes de con
sumo, por lo que expresa el precio de la fuerza laboral en relación al pre
cio de las mercancías a cambio de las cuales se intercambia.
sr = sn / precio M C
Como los medios de consumo son extremadamente variados, la evo
lución del salario real solo se puede estimar a través de indicadores es
tadísticos, dividiendo un índice de los salarios nominales por otro de
los precios al consumidor (en representación del precio promedio de
los bienes de consumo que componen la cesta normal de subsistencia
obrera). Formulado en tasas de variación de las variables (lo que se in
dica por medio de un asterisco) tendríamos:
sr* = sn* - precio M C *
De este modo, si en un año el salario nominal crece, por ejemplo, el
5%, y el precio de los medios de consumo lo hace un 4%, el salario real
habrá aumentado un 1%, es decir, se incrementa la capacidad de compra
del trabajador en ese porcentaje; por el contrario, si el salario nominal
crece un 2% mientras los precios suben un 3%, el salario real habrá des
cendido un 1%.
3. El salario relativo (SR), por último, es el salario considerado en su
relación con la ganancia, como figura distributiva, y representa la parti
cipación de los salarios (v) en el valor nuevo generado por el trabajo
(v+p), lo cual puede estimarse a nivel de cada empresa, rama o de la
economía en su conjunto, en este último caso como porcentaje de los
salarios en la renta nacional (suponiendo una economía capitalista pura,
sin trabajadores autónomos ni sector público no mercantil).
SR = v/(v +p)
Teniendo en cuenta que el capital es una relación social de produc
ción basada en la explotación del trabajo, el salario relativo constituye la
forma más adecuada de expresar el valor de la fuerza de trabajo, pues re
presenta la fracción de la jornada laboral durante la cual el obrero objetiva
un valor equivalente al de los medios de consumo por medio de los cua
les asegura su subsistencia social; el salario relativo es, por lo tanto, un
indicador del grado de desigualdad social entre las clases39.
353
C ómo funciona la economía capitalista
40 El salario relativo equivale al coste laboral unitario en términos reales que mide el coste
laboral por unidad de producto, un indicador de uso frecuente en los estudios con
vencionales de competitividad empresarial.
354
L a DINÁMICA DE LA DISTRIBUCIÓN CAPITALISTA
355
C ómo funciona la economía capitalista
44 K , I, p . 2 0 9 .
356
L a DINÁMICA DE LA DISTRIBUCIÓN CAPITALISTA
45 «E l valor de la fuerza de trabajo -escribe M arx- está dado por el valor de una can
tidad determinada de medios de subsistencia. Lo que varía con la fuerza productiva
del trabajo es el valor de esos medios de subsistencia, no su masa. La masa misma, si
aumenta la fuerza productiva del trabajo, puede acrecentarse simultáneamente» (K,
I, p. 635).
357
C ómo funciona la economía capitalista
358
L a dinámica de la distribución capitalista
48 K , 1 / 3 , p . 7 7 0 .
359
C ómo funciona la economía capitalista
49 Guerrero, 2000a.
50El fenómeno de los llamados «trabajadores pobres» (trabajadores cuyos ingresos
se sitúan por debajo del umbral de pobreza en un país) es una muestra de ello.
360
L a dinámica de la distribución capitalista
3 .4 .2 . L a m e d i d a d e l a d e p a u p e r a c ió n r e l a t iv a e n u n a e c o n o m í a
REAL
361
C ómo funciona la economía capitalista
362
L a dinámica de la distribución capitalista
363
A p é n d ic e f in a l
El c o m u n is m o e n M arx
365
C ómo funciona la economía capitalista
1. El s ig n if ic a d o h is t ó r ic o d e l c o m u n is m o
1.1. L a c o n t r a d i c c i ó n e s e n c i a l d e l a s o c ie d a d c a p it a l is t a
366
El comunismo en M arx
367
C ómo funciona la economía capitalista
368
El comunismo en M arx
369
C ómo funciona la economía capitalista
370
E l comunismo en M arx
371
C ómo funciona la economía capitalista
372
El comunismo en M arx
373
C ómo funciona la economía capitalista
374
E l comunismo en M arx
8ié,III,pp. 1116-1117.
375
C ómo funciona la economía capitalista
376
E l comunismo en M arx
2. El p e r io d o d e t r a n s i c i ó n e n t r e e l c a p it a l is m o y e l s o c ia l is m o
377
C ómo funciona la economía capitalista
10 Esta sería la posición del populismo posmarxista, que parte de una concepción de
la sociedad como yuxtaposición de instancias, fragmentos o identidades heterogéneas,
ninguna de las cuales ocuparía una posición central, esto es, no habría ningún principio
articulador fundamental, por lo que la lucha de clases dejaría de ser el conflicto central
a través del cual se expresa la dinámica y despliegue histórico del capitalismo. Se oculta
así la explotación del trabajo, causa de la tendencia a la polarización social, y se asume
como horizonte político la «dem ocratización» del Estado (burgués).
378
E l comunismo en M arx
379
C ómo funciona la economía capitalista
380
E l comunismo en Marx
de su control de los distintos aparatos del Estado y del auxilio del capital
internacional) para reconducir cualquier crisis de dominio. No cabe tran
sición «pacífica» (por vía parlamentaria) y gradual (por reformas) al so
cialismo, porque ninguna clase dominante en la historia renuncia a sus
privilegios sin oponer una feroz resistencia y, en el plano estrictamente
económico, porque la lógica expansiva del capital no admite enmiendas
ni ser superada por etapas, acumulando pequeñas transformaciones que
generen cambios cualitativos o la metamorfosis del sistema, por ejemplo
restringiendo progresivamente su radio de acción y socavando las condi
ciones de la explotación del trabajo.
Esta definición de la estrategia revolucionaria se deriva de la concep
ción marxista del Estado. Para Marx el Estado en la sociedad burguesa
siempre es, con independencia de la forma jurídica que asuma, la fuerza
material para la opresión de la clase trabajadora, garante en último tér
mino de las condiciones generales de la explotación capitalista. Por el
contrario, las corrientes reformistas del movimiento obrero se caracte
rizan por negar el carácter de clase del Estado, al que no consideran ex
presión del poder de la burguesía sino un organismo neutro -un espacio
de disputa política, donde se pueden ir conquistando o perdiendo po
siciones- situado por encima de las clases15. Por ello, en vez de destruirlo
a través de un proceso revolucionario para construir otro poder radi
calmente distinto, basado en la participación activa de los trabajadores,
consideran que es posible tomar su control mediante una mayoría par
lamentaria «o b re ra» o «p o p u la r» para ponerlo al servicio de la trans
formación gradual socialista. Sin embargo, la estructura del Estado
burgués, todo el edificio institucional que lo compone, está diseñado
para evitar la participación directa y continua de las masas trabajadoras
en los asuntos públicos. Todos los aparatos del Estado (militar, admi
nistrativo, judicial, político, etc.) se encuentran sustraídos al control di
recto de los ciudadanos, son órganos autónomos «profesionales» y en
sus instancias superiores están íntimamente ligados por todo tipo de
vínculos (ideológicos, políticos, familiares, culturales, sociales...) a la
clase capitalista. Para Marx, mientras los principales medios de produc
ción sigan en manos privadas, el Estado seguirá siendo un aparato al
servicio del capital y sus necesidades de reproducción ampliada.
381
C ómo funciona la economía capitalista
382
E l comunismo en M arx
383
C ómo funciona la economía capitalista
384
E l comunismo en Marx
385
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386
E l comunismo en Marx
387
C ómo funciona la economía capitalista
3.1. E l s ig n if ic a d o d e l a p l a n if ic a c ió n e c o n ó m i c a s o c ia l is t a
22 K, III, p. 1044.
23 Para una introducción al concepto y práctica de la planificación puede verse Lange,
1992, capítulo V; Lange (ed.), 1965; o Bettelheim, 1971a, y 1971b.
388
E l comunismo en Marx
mente técnico, la noción de plan incluye, por tanto, dos elementos de-
finitorios: i) la formulación de un determinado fin que se propone con
seguir, desglosado en objetivos específicos de desarrollo; y ii) las
disposiciones o medios adoptados con vistas a alcanzarlo. Pero en su
sentido socialista, la planificación económica exige además la existencia
de una estructura institucional que asegure la participación activa de
los productores en la elaboración y ejecución del plan.
Así definida, la planificación no constituye una «técn ica» que po
dría «em plearse» (en uno u otro grado) en diferentes contextos sociales
(incluido el capitalismo), sino una forma de organización económica
de la sociedad basada en la propiedad colectiva de los principales me
dios de producción; del mismo modo que tampoco el mercado es una
«técn ica» que podría «aplicarse» en el socialismo. Planym ercado no
son simples «instrum entos» neutros de asignación susceptibles de ser
«u tilizad os» en diferentes marcos sociales sino la expresión misma de
estructuras sociales distintas, formas de organización económica y social
antagónicas.
En una economía socializada el principio que guía la actividad de las
empresas y justifica su existencia ya no es la rentabilidad -m ás exacta
mente, ya no hay propiamente empresas rentables y no rentables (lo
cual no significa, obviamente, que un objetivo empresarial y una preo
cupación primordial de las autoridades planificadoras no sea precisa
mente el de elevar constantemente la eficiencia)-, sino su pertinencia
técnica para la consecución de un fin general expresado democrática
mente en el plan. La subordinación de la actividad de la empresa socia
lista al objetivo fijado en el plan puede, no obstante, ser directa o
indirecta24. Esto sucede porque en el marco del plan general pueden
existir planes de rango inferior de distinto tipo (territoriales, sectoriales,
etc.) a los que se vincule la actividad de las diferentes empresas. Los
fines que se fijan en los planes de nivel inferior constituyen medios para
realizar el fin establecido en el plan general de la economía. Esta inte
gración de los fines empresariales en un fin común supone una pecu
liaridad de la economía socialista, en oposición a la existencia de fines
independientes y en paralelo de las empresas en el capitalismo.
Para comprender mejor el significado profundo de la planificación
económica y apreciar sus diferencias esenciales con la organización mer
389
C ómo funciona la economía capitalista
390
E l comunismo en Marx
26Guerrero, 2007.
391
C ómo funciona la economía capitalista
ponés), la última palabra la tienen siempre los capitalistas con sus de
cisiones de invertir de acuerdo a sus expectativas de ganancia, al mar
gen de las recomendaciones que puedan hacer los políticos, por lo que
el alcance de estas directrices es siempre muy limitado y en ningún
caso pueden modificar las leyes fundamentales de la producción y re
producción capitalista ni, por supuesto, afectar a la naturaleza explo
tadora del capital.
El objetivo que nos proponem os en este apartado es mostrar que
una economía planificada en un sentido socialista es superior a la capi
talista en un doble plano: i) en el democrático: pues permite el control
social y racional de las fuerzas productivas, acabando con la explotación
del trabajo por medio de la apropiación colectiva del excedente, lo que
posibilita establecer metas generales libremente elegidas por el conjunto
de la población para el desarrollo socioeconómico y asegurar el soste
nimiento ecológico del planeta; y ii) en el económico: por su mayor ca
pacidad para desarrollar las fuerzas productivas, al asignar los recursos
de un modo más eficiente y flexible que el mercado, sin derroches ma
teriales ni desempleo, gracias a la coordinación técnico-administrativa
de las empresas y a que se conocen en cada instante los recursos exactos
con que cuenta la sociedad, pudiéndolos canalizar hacia los usos que se
estimen más convenientes en cada momento, disponiendo de margen
de maniobra para condicionar escenarios futuros (algo absolutamente
imposible en las economías basadas en la propiedad privada)27.
De acuerdo con todo lo señalado, la posibilidad de llevar a cabo la
planificación socialista de la economía depende de dos condiciones fun
damentales: i) la existencia de un marco institucional que garantice la par
ticipación democrática de la población en los distintos niveles y ámbitos
de decisión (empresa, rama, territorio...); ii) la existencia de una base
técnica suficiente que permita procesar la información necesaria para
estimar los costes laborales de los productos y asignar con eficiencia los
recursos en ausencia de coordinación mercantil.
En todo lo que sigue la referencia básica es la obra de Paul Cockhott
y Allin Cottrell, quienes, a nuestro entender, vienen realizando la con-
27Una buena introducción al debate actual sobre las posibilidades económicas del so
cialismo es el monográfico de Science & Society coordinado por Al Campbell (2012),
donde diversos autores comprometidos con el ideal socialista responden a cinco pre
guntas sobre la planificación planteadas por la revista.
392
El comunismo en M arx
3.2. P r in c ip io s g e n e r a l e s d e l a p l a n if ic a c ió n e c o n ó m ic a s o
c ia l is t a
28 Un balance crítico que nada tiene que ver, conviene dejarlo claro, con los tópicos y
manipulaciones que maneja la propaganda anticomunista al uso, muy del gusto tam
bién de cierta izquierda. Coincidimos en esto con David Laibman (2006 y 2011),
quien entiende que la experiencia soviética contiene contribuciones y lecciones va
liosas (y no solo negativas) para los debates actuales sobre la actualización del proyecto
socialista.
393
C ómo funciona la economía capitalista
394
El comunismo en M arx
395
C ómo funciona la economía capitalista
Cualquier sistema social complejo, con una división del trabajo desarro
llada, necesita computar lo que le cuesta producir y reproducir sus con
diciones materiales de existencia en términos del recurso clave del que
disponen los individuos, el trabajo. En la economía capitalista, debido
a la fragmentación del trabajo social en unidades productivas indepen
dientes, esa contabilidad tiene lugar, como ya explicamos en los capí
tulos 1 y 3, de forma indirecta y espontánea (es decir, no consciente) a
través del dinero y la formación de precios en el mercado. En una eco
nomía socialista, en cambio, dada la coordinación técnico-administra
tiva de las empresas que implica un aparato productivo socializado, la
contabilidad de los tiempos de trabajo se vuelve directa (esto es, cons-
396
El comunismo en M arx
397
C ómo funciona la economía capitalista
29 En la base de esta concepción opera una idealización de la figura del pequeño em
presario, cuando ya no juega ningún papel clave en los países de capitalismo más avan
zado como agente de la innovación técnica y empresarial, pues la función estrictamente
empresarial del capitalista recae, sobre todo en las grandes empresas, en cuerpos de
empleados asalariados y en la colaboración con el sector público.
30 Es un mito construido con fines propagandísticos la idea del «colapso económico»
de la URSS, sin pretender negar con ello los graves problemas económicos que padecía
y la ralentización del crecimiento en los años 70. El caso es que el verdadero hundi
miento tuvo lugar cuando su núcleo dirigente se propuso, por voluntad política propia,
cortocircuitar a finales de los 80 el mecanismo económico de reproducción soviético
con la introducción abierta de relaciones mercantiles y apostando por que las empresas
retuvieran la mayor parte de sus ganancias monetarias (un principio de funciona
miento netamente capitalista), lo que provocó el caos y la estrepitosa caída de la eco
nomía entre los años 1990 y 1991. Son especialmente recomendables sobre el tema,
aunque no compartimos todas sus ideas, los trabajos de Kotz y Weir (1997) y Keeran
y Kenny (2008).
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E l comunismo en Marx
T T S N = TD + TI
= TD + (T D U T I1) = T D + T D ‘+ (T D 2+ T I2) ... =
= T D + T D ]+ T D 2+ ... TD"
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C ómo funciona la economía capitalista
32 Para tener en cuenta en el cálculo de costes que unos sectores son más intensivos
en medios de producción que otros -lo que bajo el capitalismo se expresa en la for
mación de los «precios de producción», en el hecho de que los trabajos de las dife
rentes ramas rinden valoryplusvalor en desigual medida (cf. capítulo 3, apartado l ) -
la autoridad de planificación podría ponderar los trabajos directos de cada sector por
algún índice de mecanización (por ejemplo, un ratio T I/T D ).
33 Cockshott y Cottrell, 1993, 2008; también Cockshott y Zachariah, 2012.
400
E l comunismo en M arx
Este hecho proporcionó en las economías de tipo soviético una base ob
jetiva para el desarrollo de una tendencia firme hacia la restauración ca
pitalista, con el desarrollo de intereses privados que vinculaban la
gerencia empresarial a la burocracia estatal. Toda esta situación de insu
ficiencia técnica, unida al bloqueo político e institucional de la partici
pación activa de los trabajadores, explica que los medios de producción
en verdad solo estuviesen nacionalizados pero no socializados en el sen
tido de efectivamente dominados y dirigidos por la sociedad a través de
los organismos de planificación y del poder obrero.
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3.2.2.2. E l p r o c e d im i e n t o d e p l a n if ic a c ió n
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44 Guerrero, 2007.
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3.2.3. O t r o s p r o b l e m a s d e l a p l a n if ic a c ió n
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B ib l io g r a f ía
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B ibliografía
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B ibliografía
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B ibliografía
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B ibliografía
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B ibliografía
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Í n d ic e a n a l ít ic o *
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Composición orgánica del capi 284- 287, 289, 298, 299, 308,
tal (coc): 117-118,167-169,171- 352n, 358, 368-369n, 371-375,
173, 177, 179, 180-182, 187, 377-383, 385, 387,409.
252n-254, 257,310,328. Excedente: 16, 19, 21-23, 25-26,
Composición técnica del capital 38, 85n, 194, 107-108, 111-114,
(etc): 117-118, 137,251,254. 140,144,155,226-228,230-232,
Comunismo: 366,370-371,373, 292, 326-328, 331, 345n, 373-
384, 393. 375, 392.
Concentración del capital: 136, Explotación (del trabajo): 16-19,
348,355,361. 21-23, 25, 28-30, 85n, 91, 98,
Crédito: 70, 133, 137, 151, 229, 106-108,110-113,116,135-136,
244,258,295,302-307,309-313, 140-142,147,153,155,161,164,
315,320-321. 170, 178, 202, 213, 228, 230,
Depauperación: 326, 354, 361. 247n, 284, 289n, 295, 297, 302-
Desarrollo desigual: 209, 226- 303,314,316-318,330,334-336,
227, 229,376. 339, 341, 343, 352-357, 367,
Desempleo: 69, 105, 135, 225, 369-370,372-375,378,381-383,
239,244-245,260,268,276,292- 392, 395, 397,402.
295,297,309,317,321,350-351, Factores de producción (teoría
3 5 9 ,3 7 7 ,3 9 2 ,414n. de): 332-335, 341-342.
Desequilibrio: 194, 212, 234, Fetichismo: 19, 86-88, 325, 331,
238-239,244,248-249,251,261- 333.
262,264-265.267,270,273,276, Feudalismo (o feudal): 13, 19,
280,294,296-297,301,314,320, 22,38,84,86,110,112-113,144,
367, 377. 231, 334, 368.
Desvalorización (de la fuerza de Gasto público: 272, 275, 279,
trabajo): 119, 121,357-358. 285- 288.
Desvalorización (del capital): 249, Imperialismo: 226-227, 230, 298-
257-258,276,292,294-296,307. 299,316.
Dinero crediticio: 71,73,128,304- Intercambio desigual: 96, 188,
307. 192,211-214,228.
Equivalente general: 3 6 ,44n, 56, Keynesianismo (o keynesiano):
59-61,64-65,67,73,76,86,207, 30, 285-286n, 287n, 299, 313,
209, 290, 306. 316-318, 369n, 374.
Estado: 20, 26, 39, 71, 101, 120, Ley de Say: 288, 289n.
129, 143, 149, 189n, 207-208, Neoliberalismo (o neoliberal):
227,230,250,275,279-280,289, 121n, 227, 244, 287n, 299, 311,
430
Indice analítico
431
Todo lo anterior permite concluir que no existe ver
dadero conflicto u oposición entre capital financiero
y capital industrial (o productivo), sino una comuni
dad de intereses en la explotación del trabajo. Las
participaciones cruzadas entre bancos, fondos de
inversión, aseguradoras y empresas industriales y
de servicios de todo tipo (tecnológicas, energéticas,
de distribución comercial, etc.) es lo más habitual en
el capitalismo actual. Además, el crédito sirve para
financiar la acumulación y permite aumentar la tasa
de ganancia del capital industrial o productivo.
Cómo funciona la economía capitalista, pp. 314-315
ISBN 978-84-16020-21-8
9 788416 020218
www.escolarymayo.com
escolar
y mayo